1 - Ayala - Relaciu00F3n Mu00E9dico-Paciente (1)

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Taller No. III Relación Médico-Paciente 1 TALLER No. III RELACIÓN MÉDICO-PACIENTE Dr. Ayala INTRODUCCIÓN Cuando el paciente acude con el médico solicitando su asistencia para el alivio de una enfermedad, se inicia una cadena de actividades conocida como Relación Medico-Paciente, de enorme importancia. Esta Relación, ya existente desde los tiempos de Hipócrates, hace cerca de 2500 años, ha permanecido inalterada hasta la primera mitad de este siglo. De entonces acá, ha sufrido gran deterioro: El médico solía ser un integrante más de la familia. Era un ser de reconocida y probada moralidad, constituía junto con el sacerdote y el maestro de escuela, el Consejo de la Familia como consultores de problemas médicos y no médicos. En la actualidad se ha empequeñecido la figura del médico en favor de la de las instituciones. El médico en muchos casos se ha convertido en un técnico, de trato frío y lejano. Se tiene dificultad para encontrar médicos que hagan Medicina General. El especialista solo se responsabiliza de su segmento. En la atención del enfermo se echa en falta la visión que tenga en cuenta el aspecto espiritual de la persona con sus necesidades particulares. La mente del médico ha priorizado la adquisición del caudal científico y ha descuidado fortalecer el carácter y las virtudes para establecer los tradicionales nexos cordiales que unían al paciente con él. Se han introducido corruptelas en la conducta médica que muestran el alejamiento del paciente en los afectos del médico. Se desatienden llamadas nocturnas. Hay ausentismo del médico los fines de semana. Se abandonan enfermos crónicos o terminales. Hay descortesía y frialdad en el trato. Se usan a los pacientes como punta de lanza o como arietes para conseguir aumentos de sueldo o prestaciones sindicales iniciando huelgas como cualquier sindicalizado. LOS FUNDAMENTOS DE LA RELACIÓN MÉDICO-PACIENTE Lo que debe determinar el tipo de trato que vamos a dar a los pacientes se encuentra en la naturaleza de la dignidad de la persona, hecha a imagen y semejanza de Dios. Desde este fundamento es posible establecer un conjunto de normas básicas para la relación médico-paciente. Benevolencia Por ser la norma ética fundamental de la Medicina el principio de Beneficencia y por referirse los actos médicos, esencialmente al diagnóstico y al tratarniento del paciente, analizaremos el papel de la beneficencia en dichos procesos. Beneficencia viene del latín bene-facere: hacer el bien, que es lo que el médico suele hacer con su enfermo: curar su enfermedad o al menos aliviarla del dolor, consolarla, etc. Es el principio guía del profesional médico.

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  • Taller No. III Relacin Mdico-Paciente 1

    TALLER No. III RELACIN MDICO-PACIENTE

    Dr. Ayala

    INTRODUCCIN

    Cuando el paciente acude con el mdico solicitando su asistencia para el alivio de una enfermedad, se inicia una cadena de actividades conocida como Relacin Medico-Paciente, de enorme importancia. Esta Relacin, ya existente desde los tiempos de Hipcrates, hace cerca de 2500 aos, ha permanecido inalterada hasta la primera mitad de este siglo. De entonces ac, ha sufrido gran deterioro: El mdico sola ser un integrante ms de la familia. Era un ser de reconocida y probada moralidad, constitua junto con el sacerdote y el maestro de escuela, el Consejo de la Familia como consultores de problemas mdicos y no mdicos.

    En la actualidad se ha empequeecido la figura del mdico en favor de la de las instituciones. El mdico en muchos casos se ha convertido en un tcnico, de trato fro y lejano. Se tiene dificultad para encontrar mdicos que hagan Medicina General. El especialista solo se responsabiliza de su segmento. En la atencin del enfermo se echa en falta la visin que tenga en cuenta el aspecto espiritual de la persona con sus necesidades particulares. La mente del mdico ha priorizado la adquisicin del caudal cientfico y ha descuidado fortalecer el carcter y las virtudes para establecer los tradicionales nexos cordiales que unan al paciente con l.

    Se han introducido corruptelas en la conducta mdica que muestran el alejamiento del paciente en los afectos del mdico. Se desatienden llamadas nocturnas. Hay ausentismo del mdico los fines de semana. Se abandonan enfermos crnicos o terminales. Hay descortesa y frialdad en el trato. Se usan a los pacientes como punta de lanza o como arietes para conseguir aumentos de sueldo o prestaciones sindicales iniciando huelgas como cualquier sindicalizado.

    LOS FUNDAMENTOS DE LA RELACIN MDICO-PACIENTE Lo que debe determinar el tipo de trato que vamos a dar a los pacientes se encuentra

    en la naturaleza de la dignidad de la persona, hecha a imagen y semejanza de Dios. Desde este fundamento es posible establecer un conjunto de normas bsicas para la relacin mdico-paciente.

    Benevolencia Por ser la norma tica fundamental de la Medicina el principio de Beneficencia y por

    referirse los actos mdicos, esencialmente al diagnstico y al tratarniento del paciente, analizaremos el papel de la beneficencia en dichos procesos. Beneficencia viene del latn bene-facere: hacer el bien, que es lo que el mdico suele hacer con su enfermo: curar su enfermedad o al menos aliviarla del dolor, consolarla, etc. Es el principio gua del profesional mdico.

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    El rasgo de carcter que predispone al mdico a hacer el bien, es la virtud de la benevolencia, de bene-volere: querer bien, que nos recuerda que antes que el bien sea hecho, debe ser apetecido o querido. O sea que, en el fondo y como raz del bien obrar, est el querer el bien del paciente. La benevolencia predispone al mdico a hacer no solo un diagnstico objetivamente vlido, sino un diagnstico personalizado, pues cada paciente recibe su enfermedad de manera tan peculiar, que tiene implicaciones tambin pronsticas. La benevolencia del mdico predispone al paciente a colaborar con l, confiando en lo que se propone hacer para llegar al diagnstico y a seguir el tratamiento.

    En valoraciones de la atencin mdica hecha en diferentes encuestas, a la hora de las prioridades, los pacientes ponen en primer lugar - como caracterstica de mayor aprecio -, a la benevolencia, manifestada por la existencia o no de afabilidad, que etimolgicamente viene del latn ad-fabe que significa hablar a, y que muchas veces lo tomamos como sinnimo de amable. Los pacientes en dichas encuestas se quejaban de una gran frustracin porque los mdicos no los dejaban hablar, no les permitan contar sus dolencias, eran constantemente interrumpidos y no obtenan respuestas a sus preguntas.

    El papel de la benevolencia en el tratamiento, en muchas ocasiones es decisivo. Hay pacientes que se curan slo con ver al mdico. Otros, basta con que lleguen a la sala de espera de la consulta de un mdico al que le tienen absoluta confianza para comenzar su mejora. En otras ocasiones (ciruga de riesgo, postoperatorio complicado, etc.), la esperanza que da la confianza, es un medicamento que acta silenciosa y eficazmente a la hora del dolor, del desaliento.

    La benevolencia es pues, parte del arsenal mdico en el tratamiento de enfermedades agudas y crnicas, y prepara tambin al mdico a ejercer el papel all donde en la medicina actual casi ha desaparecido: al lado del enfermo terminal, especialmente cuando es moribundo. Es una virtud que aleja al mdico de convertirse en un burcrata, solamente preocupado por responder a las cargas del trabajo en su horario. Este mdico es el principal sembrador de inconformidades y frustraciones en los pacientes. Los ideales morales clsicos, siguen vigentes.

    Veracidad Otra virtud que a lo largo de la historia de la Medicina, ha sido no solamente

    menospreciada, sino considerada perjudicial, es la veracidad. Muchos mdicos justifican la mentira a los pacientes porque es la forma en que ellos viven la piedad y la misericordia. Sin embargo, en la actualidad, la opinin casi unnime e que el mdico no solo no debe mentir, sino que es necesario que sea veraz.

    Esto ha llevado a una gran cantidad de mdicos a sentirse autorizados para soltar a las primeras de cambio, como una brasa ardiente, un diagnstico desfavorable.

    El decir la verdad es un verdadero arte que requiere sabidura. El hablar sobre un pronstico desfavorable debemos compararlo con la actitud que tomemos ante una medicina altamente peligrosa. Debemos aprender a dosificarlo. Saber el cmo, cundo y con quin y aprender la forma de incitar al paciente a conocerlo, as como a fortalecer sus disposiciones internas para recibirlo. Es una labor donde el buen mdico va adquiriendo con la experiencia, la maestra necesaria para que siempre la verdad conocida, beneficie al paciente. El mentir arruina la estabilidad, la identidad y la confianza que se puede tener en una persona. Cmo se puede tener confianza en una persona que miente?.

    El paciente tiene derecho a saber la verdad y tambin tiene el derecho a no conocerla, si ese es su deseo, que tambin se debe respetar. El derecho del paciente, est por encima del derecho de la familia a intervenir para que la verdad no se sepa.

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    Aqu es donde se debe conocer otra virtud importante del buen mdico, que es la Prudencia, que le llevar a diferir con procedimientos evasivos el comunicarla, hasta que llegue el momento oportuno. Una parte de la veracidad, es reconocer, que es difcil adelantar pronsticos referentes al tiempo, en que una persona va a fallecer porque esto muchas veces es de lo ms incierto, y as lo debemos manifestar.

    CARACTERTICAS DE LA RELACIN MDICO-PACIENTE La relacin mdico-paciente es nica: No existen ejemplos que la igualen. Puede servir describirla, en cierto modo, como una relacin de igual a igual, en la que

    se encuentran simultneamente dos confianzas, dos responsabilidades, dos hermanos, dos amigos.

    Igual a igual: Porque ambas son personas con iguales obligaciones e iguales derechos.

    Dos confianzas: El paciente espera que el mdico tenga los conocimientos adecuados y la sabidura para conducirlo a la recuperacin, si esta es factible. El mdico por su parte espera que el paciente no le oculte ninguna informacin pertinente al diagnstico.

    Dos responsabilidades: Porque el mdico se obliga a proporcionar al paciente la atencin oportuna y eficaz, en tanto que el enfermo se compromete a seguir fielmente las indicaciones del mdico.

    Dos hermanos: Porque todos los hombres somos hermanos en el padecimiento.

    Dos amigos: Porque no se escatima ningn esfuerzo para lograr la salud de un amigo.

    DIMENSIONES La dimensin mdica, relativa al diagnstico y tratamiento. Un buen medico

    empieza el tratamiento cuando extiende la mano para saludar a su paciente. El diagnostico y el tratamiento son actos interpersonales en los que hay una asociacin con un mismo fin. Se suele decir que el mdico mismo, es la primera medicina que recibe el enfermo.

    La dimensin interpersonal. Se expresa a travs del lenguaje verbal caracterstico de la especie humana por el que dos personas comunican e intercambian creencias, congojas, gozos, dudas, incertidumbres, etc. Cabe sealar que la ayuda que el paciente recibe del mdico, no slo se refiere al diagnstico y al tratamiento. El paciente puede tener respecto de su enfermedad, numerosas dudas y espera que el mdico las aclare. El mdico que no habla con sus pacientes falla en esta dimensin que es parte de su responsabilidad profesional.

    La dimensin volitiva. Es en la que el paciente ejerce su derecho de decidir que se va a hacer en cuanto a procedimientos diagnsticos y teraputicos, una vez que ha sido debidamente informado. Referente a la dimensin volitiva, esta gobernada por el respeto recproco a la libertad que tiene tanto el mdico como el paciente, primero para escogerse mutuamente - derecho que slo es respetado en la medicina privada -, y cada uno el respeto a la libertad del otro en lo referente a las opciones de mtodos diagnsticos y de tratamiento.

    La dimensin social. Tiene indudables implicaciones por el tipo de medicina que se puede hacer en cada caso. Sera una gran injusticia no sealar que la Seguridad Social ha rescatado docenas de miles de nuestros habitantes, para prodigarles atenciones de primer mundo, pero sera estar ciego, sino se sealaran las carencias que la crisis econmica nacional ha impuesto en el suministro de dicha asistencia.

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    La dimensin afectiva. Se desarrolla al aparecer en ambos protagonistas sentimientos de afinidad y simpata, o antipata y rechazo. Se entiende como transferencia, aquel estado de confianza absoluta que un paciente tiene en sui mdico. La dimensin afectiva es una de las ms afectadas en la prctica de la medicina actual, pero somos testigos de como es una faceta que an vemos esmeradamente cuidada por algunos mdicos. Dichos profesionistas han entendido o descubierto lo que Paracelso (1493 - 1541) descubri hace poco ms de 400 anos: "Los ms slidos fundamentos de la Medicina son la Compasin y el Amor. La Compasin, porque significa participar del dolor ajeno. El Amor, porque nos hace aprender el arte y la ciencia. Fuera de l, no nace ningn mdico. El amor hace al mdico afable y cordial, virtudes que hacen nacer la confianza en el paciente, que se fortalecer cuando se acompaa de pericia en el diagnstico y en el tratamiento. La confianza es otro ingrediente teraputico reconocido desde siempre y sin ella fcilmente se llega a la ruptura de la relacin al agrietarse toda la estructura espiritual.

    La dimensin religiosa. En la que el mdico puede involucrarse a solicitud del paciente, cuando ste le pide asesora en asuntos tales como dolor y muerte ya que muchas veces le tiene ms confianza a l que al sacerdote. Las enfermedades graves y la proximidad de la muerte enfrentan a los pacientes con el problema del ms all. Sea por la proximidad, sea por el afecto que ha nacido, sea por la confianza que se ha establecido, son la enfermera y el mdico los confidentes a quienes los pacientes recurren para plantear sus dudas. Las preguntas en tal sentido forman parte de la relacin mdico paciente.

    CONCLUSIONES 1. Debemos pugnar por alcanzar una ptima relacin mdico-paciente ya que el producto

    de ella ser la confianza, la cual se aadir al arsenal teraputico en beneficio de mejores perspectivas de curacin.

    2. Es tan importante el ingrediente de la confianza, que la falta de ella puede ser la causa de la ruptura de dicha relacin.

    3. Establecida una buena relacin el mdico se compromete a: a. Respetar: las convicciones, la integridad y el cuerpo del paciente. b. Garantizar la continuidad de sus servicios. c. Informar lo necesario para que se tomen las decisiones pertinentes al diagnstico y

    al tratamiento. d. Comunicar al paciente la verdad con circunspeccin, delicadeza y prudencia. e. Otorgar siempre un trato personal, digno y las constancias de salud o enfermedad

    pertinentes. f. Recordar con humildad las limitaciones del ejercicio mdico, teniendo en la mente

    aquel antiguo refrn que dice:

    El mdico si puede curar, cura. Si no puede curar, al menos alivia el dolor. Si no puede ni una ni otra cosa,

    siempre, consuela. .-.