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----------------1 UNIVERSIDAD DE MÉXICO
LUZ FERNANDA AZUELA
CIENCIAS: ONCE AÑOS DE
DIFUSiÓN CIENTíFICA
La divulgación de la ciencia es uno deesos quehaceres tenaces en los que
algunos seres inquietos, no exentos deideas utopistas, se involucran consi·derando que el hombre común y corriente merece compartir la belleza, laemoción y el placer del conocimientocientífico. En su opinión, la ciencia escapaz de abandonar el lenguaje cifradode los especialistas, para expresarse entérminos de nuestra experiencia cotidiana... A través de la labor de sus divulgadores, la ciencia -esa deidad sagradade los últimos doscientos años- traducela práctica del laboratorio a situacionesy ejemplos de la realidad colectiva y lavuelve inteligible para todos.
La tarea de los divulgadores científicos es además crucial en el escenariode un planeta amenazado, que exige alintelectual una mínima cultura científica interdisciplinaria para comprender lacomplejidad de los procesos a que estásometida la Tierra: deterioro ambiental,cambios climáticos irreversibles, ruptura de la cadena alimentaria, epidemiasapocalípticas...
No obstante, la divulgación de laciencia en nuestro país -según los editores de la revista Ciencias- es "unalabor que requiere la habilidad deun equilibrista y la perseverancia de unmístico", pues enfrenta la perenne ausencia de una cultura científica enMéxico. J Así, mientras que en generalel científico no valora la importancia deescribir para los legos, es preciso conti·nuar consolidando un público cultivadoen los menesteres de la ciencia.
En este empeño, el grupo que elabora Ciencias ha querido venir al reinode los humanistas a "tocar la campana"que ha ido puliendo a lo largo de los últimos once años, para mostrarnos que laciencia forma parte de la vida social yque su práctica es indispensable para sudesarrollo; de ahí que aquellos que sededican al estudio del hombre no debenprescindir de su conocimiento científico.Este grupo también ha venido a reiterarque la participación del humanista es relevante para la comprensión de los fenó-
J "Editorial", Cuncias, 15:2,julio de 1989,UNAM, México.
menos de la naturaleza, hecho que subrayan las colaboraciones de historiadorescomo Víctor Castillo y Alfredo LópezAustin y filósofos como León Olivé yLuis Villoro, además de sociólogos, geógrafos, lingüistas y antropólogos.
En efecto, a lo largo de su vida larevista Ciencias se ha caracterizado poruna política editorial decidida a hacerde la ciencia un instrumento intelectualpara el análisis de la realidad actual.Quiero decir con ello que esta revistaha puesto a la ciencia a nuestro servicio;la ha echado a la calle para hablar de lacontaminación, del sida, de los horóscopos, del cólera, del sueño, del aborto,del sexo, de los eclipses, de la basura, yhasta de sirenas y dragones...
Su historia es la de la perseveranciay la entrega, para consolidar una revistaque hoy está dirigida "a subvertir el control de la información científica, [... ]porque el conocimiento debe \legar a lamayor cantidad de gente posible".! Setrata de un proyecto exitoso que iniciócomo el sueño de un grupo de estu·diantes y profesores de la Facultad deCiencias. En once años Ciencias pasó deser la revista del Departamento de Física de la Facultad de Ciencias a ser laprincipal revista de divulgación científica de la UNAM. Ésta es su historia:
En su primer número, aparecidoen los primeros meses del año 1982, larevista Ciencias declara su propósito deimpulsar la divulgación y la discusiónde los problemas más críticos de aquellos ailos -y que a la fecha siguen vigentes-: la crisis energética, la extinción deespecies, la crisis alimentaria, la conta·minación. Se trataba de un proyectodestinado en un primer momento a"tender un puente entre maestros, estudiantes e investigadores de las diversasescuelas de ciencias del país"; pretendíadifundir "una serie de conocimientosque no se abordan en el salón de clases".5 Y a juzgar por el tono de algunosde los artículos y editoriales, tenía tam-
! "En la revista Ciencias, lo científico esparte de lo cotidiano", Gaceta t'NAM, 2700:14,
noviembre 19 de 1992.5"Editorial", Ciencias, 1:1, enero-febrero
de 1982, lJ:"A~I, México.
bién el objetivo de sacudir las conciencias de los científicos para que abandonaran el confort de sus cubículos yadvirtieran "el carácter superespecializado y alienado de su trabajo",- para"contribuir al tránsito hacia una socie·dad másjusta".4
De esta manera, Ciencias se perfilócomo una publicación comprometida,que definió su política editorial en términos de los vínculos entre la ciencia yla sociedad de nuestro tiempo. Los especialistas abordaron problemas degran actualidad como es el caso de "Laenergía nuclear en México", "Las especies animales en extinción", "La saluden el ambiente y el trabajo", "El uso delagua en la ciudad de México" e, incluso,"La actividad científica en los países dependientes".
Al yincular el trabajo científico conlos grandes problemas del momento,los editores prometían convertirla enuna publicación de utilidad que dotaríaa los estudiantes de ciencias "con loselementos de juicio para colaborar C,onlas comunidades populares en la resolución de sus problemas".s Estos seres sehabían ab cado a la realización de unalabor utopista.
La revista afrontó graves dificultades financieras; hacia finales de 1984apenas apar cía su sexto número. Noobstante, ya tenía un público; había ini·ciado intercambios con revistas de otrospaíses y se p rcataba con mayor clari·dad del papel de la divulgación de laciencia en la creación de una culturacientífica. Así se manifiesta en uno desus editoriales:
... [es preciso] que la comunidadcientífica tome conciencia de lo necesario que resulta para la comuni·dad y para sí misma la difusión delconocimiento científico, así comola difusión de la importancia de laciencia, sus limitaciones y su lugaren la estructura social. Cuando[esto ocurra] habremos dado ungran paso en la creación de nuestracultura científica.6
Fiel a su compromiso fundador,Ciencias se hizo presente en los angustiosos momentos de los sismos, publi·cando un número dedicado a "lasconsecuencias del terremoto en cuanto
• "Editorial", Ciencias, 2: 1, julio-agosto de1982, UNAM, México.
• "Editorial", Cuncias, 2:1,julio-agosto de1982, UNAM, México.
• "Editorial", Ciencias, 6:2, octubre-diciem·bre de 1984, UNAM, México.
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a salud, deuda externa e impacto psicológico", los artículos abordaron.el pr~ble
ma desde las más diversas disciplInascientíficas: un trabajo sobre "MateIl}áti·cas y caos"; otro sobre "Construcción yterremotos"; uno más titulado "Los terremotos y la respuesta humana"; otro,"La salud emanada de los sismos", y hasta un artículo de Heberto Castillo sobre"El efecto de los sismos. Una hipótesis".'
Por primera vez en 1987, y luego en1990, Ciencias dedicó un número al problema del sida y se comprometió a "intentar incluir una sección que toquediversos aspectos sobre el sida". Este propósito se ha quedado en el tintero.8 Encambio en 1988 cumplió con el ofrecimiento de entrevistar a los candidatos ala Presidencia de la República para dar aconocer sus propuestas en materia depolítica científica. Cabe aclarar aquí queSalinas de Cortari declinó la invitaciónproponiendo a los editores que acudieran a "algunos foros en donde podríanescuchar sus opiniones al respecto".9
La pertinencia de la entrevista erapor demás evidente, pues tocaba uno delos puntos más sensibles para la comunidad universitaria, en un momento enque los continuos recortes presupuestarios habían hecho fracasar más de unproyecto. Ciencias, por su parte, habíasobrevivido reflejando el problema ensu frágil continuidad. Los editores de larevista presentaron en sus páginas, desde las elocuentes tijeras del recorte en1986, hasta las imágenes de 1993 quecaricaturizan la miseria del investigadorsintetizada en una bata hecha jirones,
, "Editorial", Ciencias, 8, noviembre-enero1985-1986, UNAM, México.
• "Editorial", Ciencias, 11 y 19, 1987 Y1990respectivamente, UNAM, México.
• "Algunas preguntas sobre ciencia y tecnología a los candidatos a la Presidencia dela República", Ciencias, 12:56, 1987 y 1990respectivamente, UNAM, México.
pasando por las cartas de protesta en1991 de los más insignes investigadoresde la UNAM ante el Programa de Estímulos a la Productividad y al Rendimientodel Personal Académico (mejor conocido como PREPRAC).IO
Para entonces, Ciencias había dejado el tono asambleísta de los editorialesde los primeros años -aunque no su actitud comprometida- y había encontrado el nicho para desarrollar suvocación, supliendo la falta de información en materia de ciencia que en oca·siones tiene efectos devastadores en lasociedad. Éste fue el tono de su númerodedicado a la epidemia del cólera queacababa de entrar en nuestro territorio:
Informar, analizar y discutir estetipo de problemas es para nosotrosuna tarea que se vuelve imprescindible en la medida que los mediosoficiales mantienen la [... ] desinformación, generando [...] miedo. u
En este número incluyeron un interesante trabajo sobre la primera epidemia de cólera en México, enriqueciendoel enfoque interdisciplinario con la pers·pectiva histórica.
No se trataba de un caso aisladopues una de las características de Ciencias es justamente la reiterada apariciónde la historia a lo largo de la publicación.
Quisiera abrir un breve paréntesispara referirme a este peculiar aspectode la revista que me ha llamado la atención por mis intereses profesionales.
En primer lugar me parece dignode destacar que desde su segundo número la revista se abocó a la búsquedade sus raíces; publicó en consecuencia
,o V. Ciencias, números 9, 30 Y24, respectivamente, aparecidos en 1986, 1993 Y1991,ID:AM, México.
11 "Editorial", Ciencias, 24:2, octubre de1991, ~A~l, México.
una serie de artículos sobre la historiade la Facultad de Ciencias, basados enentrevistas con algunos de sus fundadores. Estos materiales constituyen hoy unvalioso documento para el historiadorde la institución. lt En segundo lugarhay que señalar que Ciencias es una delas contadas revistas latinoamericanasen donde se publican artículos de historia de las ciencias, mismos que sumanya un volumen considerable. Entre ellosse ha dado cabida a estudios sobre laciencia mexicana.
Hay que mencionar al respecto quese ha tenido especial predilección porlos temas prehispánicos, de modo quela colección de la revista contiene artículos dedicados a la medicina indígena;además, un número de astronomía prehispánica, en donde aparece el trabajode López Austin sobre el tiempo enMesoamérica, y otro número dedicadoal Códice de la Cruz Badiano. Este interés de Ciencias provocó que en la edi·ción dedicada al Quinto Centenario seocupara de los "Saberes mesoamerica·nos", número al que se sumó otro dedicado a las "Plantas de América".
Al mediar el año de 1990 la revistaCiencias cambió el diseño de su portada-lo que la hizo visualmente atractiva.Llevaba casi dos años apareciendo contoda puntualidad -lo que la hizo previo·sible. Trataba temas que nadie más tocaba, y enfocaba los asuntos de mayorinterés desde una perspectiva inédita.
El reconocimiento a la fructíferacombinación entre el compromiso socialy el rigor científico no se hizo esperar.Como suele ocurrir, Ciencias alcanzó primero el reconocimiento externo al obtener, en 1991, el Premio al Arte Editorialen el rubro de revistas técnicas y científi·cas, otorgado por la Cámara Nacional dela Industria Editorial Mexicana. Un añodespués el equipo editorial de Cienciasrecibió la distinción Universidad Nacional paraJóvenes Académicos.u
El proyecto de la revista había deja.do de ser el trabajo voluntarioso del aficionado, para convertirse en un trabajoespecializado y profesional, que ha situado a Ciencias en la vanguardia de las revistas de divulgación de América Latina;en esta labor se materializa la metáforaque acuñaron al recibir la distinción Universidad Nacional paraJóvenes Académicos: "... el proyecto Ciencias ha sido comoforjar una campana que ahora cada vezsuena más lejos y más bonito".•
lZ Estos artículos aparecieron en los números del 2 al 7 y del 9 al 12, entre 1982 y 1988.
u En 1991 Ciencias obtuvo el Premio alArte Editorial en el rubro de revistas técni·cas y científicas, otorgado por la Cámara Nacional de la Industria Editorial Mexicana.
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