1. El amor de Dios y la felicidad.pdf

4
Plática 1 para señores El amor de Dios y la felicidad Objetivos Dios nos ama inmensamente y nos creó para ser felices. Dios nos creo por amor y para el amor, por eso encontramos la felicidad cuando amamos. La felicidad la vamos a encontrar en el AMOR: Amor a Dios, Amor al prójimo y Amor a mí misma. Amar es buscar el bien y la felicidad del ser amado. Voy a conocerme mejor para poder alcanzar la felicidad. Voy a reconocer y aceptar mis sentimientos para poder ser dueño de mi mismo. Levante la mano, ¿quién quiere ser feliz? Es obvio que todos…y ¿dónde me formo para que me la den? O ¿dónde la compro? ¿Qué es para mí la felicidad? Pedirles que contesten 3 ó 4 señores, en una palabra o frase corta de manera rápida, una por una para que todas escuchen. A partir de sus respuestas, vamos completando y explicando. La felicidad es algo interno y personal, y aunque las cosas externas pueden contribuir a ella, la verdadera felicidad la encontramos en nosotros mismos, amando a Dios y a los demás. La felicidad no se puede comprar ni consiste en tener mucho, sino en gozar y valorar lo que se tiene. La felicidad es una actitud, una manera de vivir, no un destino. Viene de adentro, cuando vivimos en paz con Dios, con nosotros mismos y con los demás. El amor es la clave para la felicidad, entre más amemos, más felices seremos, pues Dios nos hizo por amor y para el amor. La felicidad es algo que Dios nos ofrece, pero con nuestra libertad podemos elegir ser felices o no. La actitud que tomemos ante la vida, las ganas con las que hagamos las cosas, la voluntad que pongamos en crecer como personas, es lo que nos va a llevar a ser felices o no. Yo puedo escoger hacer mi jornada de trabajo de buena gana, pensando en los beneficios que obtendré si cumplo con mis responsabilidades y hasta disfrutando o por el contrario puedo hacerlo con desgane y hasta con coraje. El ser positivo, me ayudará a ver todas las cosas buenas que hay a mi alrededor, a ver las cualidades de los que me rodean y las mías. Esto me va a dar felicidad. Dios nos ama inmensamente y nos creó para ser felices. Nos hizo POR amor y PARA el amor, por eso la felicidad la vamos a encontrar en el AMOR o sea amando: Amor a Dios, Amor al prójimo y Amor a mí mismo. Amar quiere decir buscar el bien del ser amado. Soy feliz cuando amo a Dios, a mi prójimo y a mi persona.

Transcript of 1. El amor de Dios y la felicidad.pdf

Page 1: 1. El amor de Dios y la felicidad.pdf

Plática 1 para señores El amor de Dios y la felicidad

Objetivos

Dios nos ama inmensamente y nos creó para ser felices. Dios nos creo por amor y para el amor, por eso encontramos la felicidad cuando amamos. La felicidad la vamos a encontrar en el AMOR: Amor a Dios, Amor al prójimo y Amor a mí

misma. Amar es buscar el bien y la felicidad del ser amado. Voy a conocerme mejor para poder alcanzar la felicidad. Voy a reconocer y aceptar mis sentimientos para poder ser dueño de mi mismo.

Levante la mano, ¿quién quiere ser feliz? Es obvio que todos…y  ¿dónde  me  formo  para  que  me  la  den? O ¿dónde la compro? ¿Qué es para mí la felicidad? Pedirles que contesten 3 ó 4 señores, en una palabra o frase corta de manera rápida, una por una para que todas escuchen. A partir de sus respuestas, vamos completando y explicando. La felicidad es algo interno y personal, y aunque las cosas externas pueden contribuir a ella, la verdadera felicidad la encontramos en nosotros mismos, amando a Dios y a los demás. La felicidad no se puede comprar ni consiste en tener mucho, sino en gozar y valorar lo que se tiene. La felicidad es una actitud, una manera de vivir, no un destino. Viene de adentro, cuando vivimos en paz con Dios, con nosotros mismos y con los demás. El amor es la clave para la felicidad, entre más amemos, más felices seremos, pues Dios nos hizo por amor y para el amor. La felicidad es algo que Dios nos ofrece, pero con nuestra libertad podemos elegir ser felices o no. La actitud que tomemos ante la vida, las ganas con las que hagamos las cosas, la voluntad que pongamos en crecer como personas, es lo que nos va a llevar a ser felices o no. Yo puedo escoger hacer mi jornada de trabajo de buena gana, pensando en los beneficios que obtendré si cumplo con mis responsabilidades y hasta disfrutando o por el contrario puedo hacerlo con desgane y hasta con coraje. El ser positivo, me ayudará a ver todas las cosas buenas que hay a mi alrededor, a ver las cualidades de los que me rodean y las mías. Esto me va a dar felicidad. Dios nos ama inmensamente y nos creó para ser felices. Nos hizo POR amor y PARA el amor, por eso la felicidad la vamos a encontrar en el AMOR o sea amando: Amor a Dios, Amor al prójimo y Amor a mí mismo. Amar quiere decir buscar el bien del ser amado. Soy feliz cuando amo a Dios, a mi prójimo y a mi persona.

Page 2: 1. El amor de Dios y la felicidad.pdf

1. ¿Cómo amo a Dios? Le demuestro mi amor cuando rezo. Al hacerlo obtengo dos beneficios: Le abro mi corazón para poder recibir Su amor, el cual me conforta, consuela y

acompaña. Le pido ayuda para ser feliz y Él me regalará los dones que necesito para hacer felices a

los demás, con lo cual yo encontraré la felicidad. Rezar es platicar con Dios, es ofrecerle todo lo que hago, es meditar sobre su palabra y sus enseñanzas, es recitar oraciones con el corazón, atender a la Misa. 2. ¿Cómo amo a mi prójimo? Con palabras y con acciones: cómo amar es buscar el bien del

otro, voy a tratar que en mi hogar haya paz y alegría, actuando siempre con dulzura y procurando el crecimiento espiritual, intelectual y físico de cada uno. Para ayudar a los demás a ser mejores personas, yo también debo de crecer, pues si no lo hago, tendré poco que ofrecer o lo que ofrezca será de mala calidad. Ej.: Cuando mi hijo hace un berrinche, yo creo que lo mejor es pegarle hasta que entienda, no importa si después lo tengo que llevar al hospital. En cambio, si me informo (leo, aprendo) sobre cómo educar, encontraré una mejor solución.

Ejemplo; Si yo me dedico a estar en la cantina apostando en la baraja, ¿de qué voy a platicar?, ¿de cómo Pancho regresa a su casa bien borracho y maltrata a su esposa? ¿Cómo va a ser mi actitud?, ¿Cómo voy a resolver mis problemas?....seguro que será con el criterio de los borrachos que están en   la  cantina…En  cambio  cuando   leo  artículos  con   los   que  puedo  aprender  cosas   de   provecho  o  paso tiempo con mi familia o aprendiendo más sobre mi trabajo, voy a tener capacidad para resolver mejor mis problemas.

Cuando amo a mi prójimo, o sea cuando busco su bien y su felicidad, de rebote yo voy a ser feliz. El ver felices a mis seres queridos, me da a mí mucha felicidad. Lo podemos ver claramente con éste ejemplo: Un día, como cosa especial, compro una pizza y al llegar a mi casa todos nos alborotamos por comérnosla felices y no me doy cuenta que Beto no está con nosotros, 10 minutos después llega y  ve  la  caja  de  la  pizza  y  con  gran  ilusión  la  abre  para  comerse  un  pedazo…ya  no  hay  ninguno,  sólo  queda el que yo me iba a comer y entonces se lo doy. ¿Qué me da más felicidad, comérmela yo o verlo a él cómo la disfruta enormemente? Aquí podemos ver con claridad que cuando buscamos la felicidad del otro, nosotros también experimentamos felicidad 3. ¿Cómo me AMO a mí mismo? Amor es (buscar el bien) no egoísmo.

Me amo cuando descubro que Dios me ama inmensamente, con mis cualidades y defectos: Dios me dice que me ama con la vida que me dio, con mi familia, en la sonrisa de una persona, con todas las cosas preciosas de la naturaleza, cuando me deja sentir gozo en mi corazón, etc.

Page 3: 1. El amor de Dios y la felicidad.pdf

Me amo cuando descubro que soy una persona muy valiosa, única, irrepetible: Sólo yo puedo amar a mi esposa e  hijos  de  la  manera  especial  que  yo  lo  hago…  no  hay  nadie  igual  a mí, con mis sentimientos, mi carácter, mis detalles etc.

Me amo cuando pongo en práctica mis cualidades: Tengo muchas cualidades que cuando las practico, hago felices a los demás y eso me da felicidad.

Cuando soy capaz de perdonar. (Éstos 4 puntos, los veremos más detalladamente en otras pláticas, los que viene a continuación, los analizaremos en ésta.)

Me amo cuando me conozco y soy dueño de mí mismo y de mi vida, o sea cuando sé qué quiero y a dónde quiero llegar; cuando sé qué quiero hacer de mí vida y me pongo metas reales, alcanzables.

Me amo cuando experimento logros en mi crecimiento espiritual, intelectual y físico. Siento felicidad cuando hago un esfuerzo por dominar mi mal genio y en vez de gritar hablo con amabilidad. Mis defectos los puedo ir borrando con la práctica de las virtudes.

Me amo cuando ocupo mí tiempo en cosas de provecho (aprender cosas nuevas, leer, trabajar, pasar tiempo con mi esposa e hijos, ponerme metas a corto y a largo plazo), enriquezco mi persona y soy más feliz.

Nos vamos a enfocar en el conocimiento de nuestra persona para poder amarme a mí y a los demás, y así alcanzar la felicidad que Dios me tiene preparada. Conocimiento de mi persona Conocerme es indispensable para:

1. Saber con qué cualidades cuento para ser mejor persona y así encontrar la felicidad: entre más trabajo mis cualidades, más satisfacciones tengo, más pedacitos de felicidad.

2. Tener control de mí mismo para poder guiar mi vida hacia la felicidad: saber qué me pasa, qué siento y porqué, qué me gusta, qué me molesta, qué me gustaría hacer.

Reconocer y aceptar mis sentimientos Para tener un mayor control de mi mismo, es importante reconocer y aceptar mis sentimientos. Al identificar qué siento y por qué, podré buscar con mayor claridad una solución al problema que me está alterando. Ej.: si mi niño de 5 años está jugando con la pelota adentro de la casa mientras yo veo la televisión, yo me pongo furioso y mi reacción es gritarle y pegarle, (aquí es donde debo de practicar la virtud contraria al enojo, que es la paciencia, la amabilidad). Debo detenerme un momento y pensar, ¿qué estoy sintiendo? ¿Por qué me estoy enojando tanto? ¿Qué hay en mi corazón que me hace perder la cabeza? Es importante detenerme un momento y pensar, ¿qué estoy sintiendo? ¿Por qué me estoy enojando tanto? ¿Qué hay en mi corazón que me hace perder la cabeza? Muchas veces nos enojamos por cosas que no son tan graves, pero si reflexionamos, a lo mejor encontraremos, que en realidad estoy enojado porque mi esposa no ha llegado y no me ha dado de comer, o porque mi hija se fue con el

Page 4: 1. El amor de Dios y la felicidad.pdf

novio, y sin quererlo, me estoy desquitando con mi hijo de 5 años que no se dio cuenta que con el ruido de la pelota me está molestando. Es importante que reflexione sobre mis sentimientos, los identifique y los acepte, preguntándome en diferentes circunstancias ¿qué siento y por qué lo siento? Éste ejercicio es estupendo para conocernos, practícalo por lo menos una vez al día, te ayudará a tener más dominio de ti mismo, pues vas a saber cómo te sientes, por qué te sientes así y una vez identificado el sentimiento, podrás pensar con más claridad en la solución. No es malo sentir enojo, lo que puede ser malo es lo que hago cuando estoy enojado. Los sentimientos no son malos, son algo natural que debemos conocer y controlar. Lo malo puede ser nuestra reacción cuando no los controlamos. Para conocerse mejor, es importante aceptarlos y llamarlos por su nombre (tristeza, alegría, coraje, resentimiento) Reflexión: apuntar en un papel (si no tienen, dar tiempo para hacer la reflexión y después 2 ó 3 pueden compartirlo), ¿cómo me siento ahorita? siento frustración porque mi hijo no quiso venir a las pláticas, o siento paz porque me gusta aprender cosas nuevas, o estoy angustiada porque no termine de lavar mis trastes. Compromiso:

Reconocer y aceptar mis sentimientos, preguntándome en diferentes situaciones ¿qué siento y por qué? los voy a apuntar y les voy a poner su nombre. (Tristeza, alegría, enojo, coraje, envidia, etc.)

Reflexionar qué me hace sentir así, cuál es la causa de mi sentimiento. Cuando lo haya reflexionado y aceptado, voy a buscar un remedio si es un sentimiento que

me daña (envidia, coraje, resentimiento); y si es un sentimiento que me hace crecer (alegría, satisfacción, paz), voy a pensar qué puedo hacer para obtenerlo más seguido.