100 El Misterio Del Cuarto Amarillo

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boletin del Club de lectura El Grito (Albacete, España)

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El misterio del cuarto amarilloEl misterio del cuarto amarilloEl misterio del cuarto amarillo Gaston LerrouxGaston LerrouxGaston Lerroux

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EL MISTERIO DEL CUARTO AMARILLO

EN EL BLOG “EL CAPITAN FRACASSE”

http://blogs.montevideo.com.uy/

blognoticia_14115_1.html

El recurso es tan viejo como el propio género poli-

cíaco. El autor de una novela de suspense se dedica

a colocar ante los ojos del lector una serie de indi-

cios, que invitan a suponer una determinada solu-

ción del caso, con el correspondiente culpable. Co-

mo es de prever, hacia el final de la obra surge un

elemento nuevo que imprime un giro en la investi-

gación, causando la sorpresa del lector, que verá

como las hipótesis que construyó sintiéndose la

mar de astuto, se derrumban en un instante.

El lector habitual de novelas detectivescas sabe

que no le conviene atenerse a lo más probable, por-

que en realidad lo probable es que yerre. Ante el

cadáver colgante de un hombre que ha dejado una

carta dirigida al señor juez, la opinión general co-

incide en el suicidio. El investigador de turno pre-

gunta al respecto a un subalterno, quien le respon-de: “cuando es blanca y viene embotellada, suele tratarse de leche”. El transcurrir de las páginas revelará el desacierto de la frase.

Dado que un relato de misterio donde lo más pro-

bable fuera lo acertado, no podría durar más que

un par de aburridas páginas, la historia de suspense

clásica —y especialmente en los autores euro-

peos— participa más bien de la idea “holmesiana” que afirma: “cuando todas las hipótesis proba-bles y razonables han resultado equivocadas, lo improbable, por absurdo que parezca, ha

de ser lo cierto”.

La cita viene a cuento, porque uno de los logros de

Gastón Leroux en su novela “El misterio del cuarto

amarillo”, de 1905, es rizar el rizo de esa idea, y

llevarla hasta su consecuencia final.

“El misterio del cuarto amarillo” es uno de los pri-

meros —y quizá el mejor— exponente de la clase

de relato que se ha dado en llamar “de habitación

cerrada”, subespecie de la que hicieran uso y abu-

so doña Agatha Christie y otros tantos.

El esquema básico de dichos relatos es sencillo: un

crimen se comete dentro de una sala cerrada, nadie

sabe quién es el asesino, y no queda claro como se

las arregló para entrar, matar y salir, dado que la

habitación tenía cerrojos, o rejas, porteros, o bien

llovía afuera y no hay agua ni huellas barrosas, etc.

Este tipo de historia suele incluir largas y minucio-

sas descripciones de lugar, que si bien a veces son

un verdadero fastidio, se hacen imprescindibles

para que el lector pueda jugar el juego que el autor

propone. A ese respecto, la obra de Leroux no es-

capa a la regla.

En el inicio de la novela, un joven abogado apelli-

dado Sinclair —que será el narrador durante todo

el libro— lee en el periódico “Le Matin” la crónica

escalofriante y efectista de un crimen ocurrido en

una remota residencia campestre, propiedad de Mr

Strangerson y su hermosa hija. El caso es comple-

jo, ya que se trata de uno de los ejemplos de habi-

tación cerrada más peliagudos de la literatura. Po-

dría plantearse, muy brevemente, en los siguientes

términos: la señorita Strangerson es atacada cuan-

do se encuentra a solas en el pequeño cuarto amari-

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Página 2 llo. Hay lucha, y al ruido de la misma, el padre de

la muchacha y un sirviente, que se hallan al otro

lado de la única puerta, proceden a derribarla con

grandes esfuerzos. Cuando logran entrar, encuen-

tran a la joven inconsciente y con una gran herida

en la cabeza, manchas de sangre, el arma del agre-

sor y un gran desorden en el mobiliario. En el otro

extremo de la sala se encuentra la otra abertura

practicable; una estrecha ventana, cerrada y tran-

cada por dentro. El problema es que criminal no

está en la habitación, y no hay forma de que haya

salido.

El caso intriga a todo París, y despierta el interés

de un amigo de Sinclair, Joseph Rouletabille, un

joven periodista de diecinueve años, dueño de una

gran inteligencia y un inusual olfato detectivesco.

Valiéndose de ingeniosos trucos, La pareja de ami-

gos logrará instalarse en el Glandier, la finca rural

donde se cometiera el crimen, y realizar sus inves-

tigaciones.

El método de trabajo de Rouletabille es originalís-

mo, y encierra una velada ironía hacia las técnicas

corrientes de otros pesquisas de ficción, como

Sherlock Holmes. En lugar de dirigirse al cuarto

amarillo en busca de pistas, Rouletabille se negará

de plano a entrar en la habitación. Ajeno a los in-

dicios físicos, las pistas y las evidencias, el joven

detective recorrerá el entorno, hará preguntas y se basará en “el círculo trazado por el lado bue-no de mi razón”, y sólo entrará en la misteriosa

alcoba cuando tenga el misterio casi resuelto pa-ra “verlo ante mis ojos después de haberlo

visto ante mi razón”.

Interrogado acerca de qué entiende por “lado bue-no de la razón”, Rouletabille explica: “la razón tiene dos lados: el bueno y el malo. No hay más que uno —el bueno— sobre el que poder apoyarse con solidez. Se lo reconoce en que, hagas lo que hagas, digas lo que digas, nada

puede hacer que ese lado se resquebraje”.

Una vez que el joven periodista ha trazado el cír-

culo con su razón, comprobará que su circunferen-

cia incluye ciertos sucesos y personajes, excluyen-

do a otros. Entonces presentará su solución al caso

—que por supuesto no será revelada aquí— y to-

dos los indicios externos que contradecían su idea,

acabarán por convalidarla.

El peregrino método de Rouletabille lo ubica en un

sitio de privilegio entre los investigadores litera-

rios fuera de tópico, puesto compartido con el géli-

do Abilio Quaresma —anti deductivo pesquisa

portugués— o don Isidro Parodi, presidiario crea-

do por Borges y Bioy Casares, que resolvía los

casos más enmarañados sin moverse de su celda.

PUBLICADO EN LOS PROYECTOS DE LECTURA ANAYA

http://www.anayainfantilyjuvenil.com/catalogos/

proyectos_lectura/IJ00044501_1.pdf

1 INTRODUCCIÓN

A principios del siglo XX, la novela de misterio y

suspense se extiende por toda Europa: Sherlock

Holmes, el inspector Lecoq y otros famosos detec-

tives ofrecen en las páginas de sus novelas la solu-

ción a casos complejos e inexplicables, como lo

hará también el joven Rouletabille de la mano de

Gaston Leroux.

Abogado y periodista antes que novelista, Leroux

plasma en Rouletabille a su alter ego: un activo

reportero vinculado con el mundo judicial a través

de los casos sobre los que informa en su periódico,

y a los que consigue acceder y diseccionar con mil

recursos y argucias hasta encontrar la solución del

misterio que encierran.

A través de Rouletabille, Leroux aprovecha para

ofrecer su propia visión crítica de la policía y los

jueces, poniendo en entredicho su actuación.

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Los primeros relatos

de sus casos, pertene-

cientes a la novela El

misterio del cuarto

amarillo, serán publi-

cados por entregas en

el periódico

L’ilustration, bajo el

título Las aventuras

de Joseph Boitabille,

periodista. En ellas

predominan más la

reflexión y el análisis

que la acción, pues se

estructuran en torno a un hecho único, el crimen

cometido en el recinto cerrado, el «cuarto amari-

llo». La narración corre a cargo de Sinclair, amigo

del periodista, cuya función estructural en la obra

es la de presentar y organizar ese variado material

sobre el caso: recortes de prensa, documentos poli-

ciales, y el diario de Rouletabille. Todo ello con un

ligero tono melodramático muy del gusto de la

época y un cierto matiz afectivo y nostálgico que

humaniza a los personajes, al tiempo que suaviza

el análisis claro y expositivo del protagonista.

Se trata, pues, de un texto con una cuidada expre-

sión y con una rica plasticidad de imágenes, lo

cual contribuye a enriquecer la estructura de preci-

sión lógico- matemática de este misterioso caso

que, en numerosas ocasiones, parece no encerrar

solución alguna.

2 ARGUMENTO

En una habitación cerrada se comete un crimen:

todos en la casa pueden escuchar los gritos de

auxilio de la víctima desde su interior, disparos,

ruidos de golpes y muebles que se caen, pero nadie

puede entrar a socorrer a la joven que está siendo

atacada: la puerta del cuarto amarillo está cerrada

por dentro, y la entrada es impracticable por su

única ventana enrejada.

Cuando consiguen echar la puerta abajo, tan solo

encuentran a la víctimatendida en el suelo, pero ni

rastro del asaltante.

Con semejante misterio, dan comienzo las especu-

laciones en torno al caso, perolas escasas y confu-

sas pistas apenas ayudan a encontrar respuestas.

De mano del joven periodista Rouletabille iremos

descubriendo poco a poco nuevos indicios y datos

con los que irá formando una hipótesis sobre el

caso, basada siempre en un problema de lógica. Al

mismo tiempo, corre paralela la investigación del

más prestigioso investigador del momento, Frédé-

ric Larsan, y entre ambos se establece una especie

de rivalidad encubierta por encontrar la solución.

Detalles insignifi-

cantes cobran im-

portancia según

avanza la investi-

gación; personajes

de fondo, e incluso

las propias vícti-

mas, se verán en

algún momento

envueltos por las

sospechas, pues

Rouletabille no

descarta posibili-

dad alguna. Así,

valiéndose de su lógica y su observación atenta,

envuelve a hechos y personajes en una trama apa-

rentemente indescifrable, pero que desemboca en

la verdad más insospechada.

3AUTOR

Gaston Leroux nace en París el 6 de mayo de

1868, aunque su infancia transcurre en la región de

Normandía. Alumno aventajado, destaca su interés

por la literatura y su dedicación a la poesía.

Tras estudiar bachillerato, cursa en París la carrera

de leyes, aunque su gusto se decanta ya definitiva-

mente por la literatura y comienza a publicar sus

primeros versos.

Su formación en el marco legal, sin embargo, le

permitirá establecerse como abogado de oficio y

posteriormente como pasante de un renombrado

jurista.

Con ello consigue una experiencia en el terreno

judicial que más tarde le ayudará a convertirse en

un cotizado reportero de la crónica de tribunales: a

los veinticuatro años ingresa en el importante dia-

rio L’echo de Paris, para pasar más tarde a Le Ma-

tin.

Como cronista jurídico (aunque también elabora

crítica teatral), consigue un merecido renombre

debido a su carácter inquieto y su habilidad para

conseguir exclusivas y reportajes, burlando en oca-

siones incluso los trámites legales y las medidas de

seguridad.

En cuanto a su labor literaria, en 1904 estrena su

primera obra teatral, de escaso éxito. Desde enton-

ces se dedicará a la prosa de ficción, abandonando

paulatinamente el periodismo, hasta alcanzar una

calidad y éxito que le permiten vivir cómodamente

de sus escritos en su madurez.

La primera de sus novelas, El misterio del cuarto

amarillo, le proporciona una gran fama y da co-

mienzo a la serie de relatos sobre el joven periodis-

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ta e investigador

Rouletabille, a la que seguirán las aventuras de Chéri-

Bibi y otras obras de horror y misterio, como El fan-

tasma de la ópera.

Muere en 1929, a los 59

años.

4 PERSONAJES

El protagonista de la

obra es el joven perio-dista Rouletabille, in-quieto «detective » ca-

paz de desenmarañar

cualquier incomprensi-

ble misterio por muy

escasas que sean las

pistas. De buen humor,

talante espabilado y

aspecto algo cómico, de

grandes mofletes y cara

redonda, está lejos de pretender encarnar a un héroe

clásico. Pese a su incipiente trayectoria como reporte-

ro, su sagacidad le ha valido ya una merecida fama

entre los lectores y los profesionales de su medio. Así

pues, a lo largo de la obra se va confrontando su in-

vestigación con la de la policía, sobre la que final-

mente sale airoso al ofrecer una explicación de los

acontecimientos tan sorprendente como cabal y ave-

zada.

Le acompaña el abogado y cronista Sinclair, testigo de las investigaciones y los hechos que se suceden en

la novela, y cuya función en la obra es principalmente

la de darnos a conocer el desarrollo de la investiga-

ción e introducirnos al personaje de Rouletabille en su

contexto.

Bajo su punto de vista también irá apareciendo el re-

sto de personajes que intervienen en la acción: los Stangerson, padre e hija, científicos sobre los que recae

el crimen sin que aparentemente haya enemigo alguno

que les pueda desear ningún mal; Robert Darzac, pretendiente de la señorita Stangerson, sobre el que la

historia y la falta de justificación de alguno de sus

actos van arrojando dudas sobre su inocencia, aunque

también insuficientes pruebas de culpabilidad.

Los criados del castillo de los Stangerson, el guar-dés, los venteros de la posada cercana, el juez de ins-trucción y otros personajes menores aparecen carac-

terizados a través de la acción que los envuelve, gene-

ralmente con algún rasgo de humor, pero sobre todo

de misterio, contribuyendo a crear un clima en el que

todo el mundo parece ocultar algo de interés crucial

para la investigación.

Finalmente, el antagonista de Rouletabille, el famoso

y prestigioso investigador Frédéric Larsan, al que se nos presenta siempre en plena labor detectivesca en

el escenario de la acción, y sobre el que finalmente la

historia depara una curiosa sorpresa.

5 VALORES

❑ La verdad es el

valor por antonoma-

sia que nos comunica

esta obra, pues el

mayor interés de sus

protagonistas radica

en desvelarla, al

tiempo que un gran

número de personajes

secundarios se obsti-

na en mantener en

secreto algún dato

crucial que entorpece

la investigación.

Se produce así una especie de tira y afloja entre dos

conceptos clave dentro de la novela: verdad contra

ocultación o desconocimiento. Pero curiosamente no

entra en juego la mentira en todo el proceso (salvo en

el desenlace, y encarnada en el personaje del asesino).

❑ La honestidad va, por tanto, unida a ese hilo con-

ductor que la verdad supone para la novela. Los per-

sonajes de la obra no mienten, simplemente ocultan

algún

dato que tal vez no consideran importante para la in-

vestigación y que, de saberse, podría resultar muy

perjudicial paraellos. Su silencio, pues, no está guiado

por la maldad, sino por el temor, el desconocimiento o

el afán de proteger a un tercero.

❑ La constancia y la tenacidad caracterizan al pro-

tagonista, Rouletabille, que no ceja en la búsqueda de

la meta que se ha propuesto: descubrir toda la verdad.

El desánimo, que podría ser un grave obstáculo para

lograrlo, no hace en él acto de presencia, dispuesto a

superar cualquier impedimento que se le presente,

incluido el inexorable paso del tiempo.

❑ La inteligencia es un rasgo que comparte con su

antagonista, Larsan. Ambos parecen dotados de una

especial sagacidad para percibir mínimos detalles que

finalmente se desvelarán como esenciales para el ca-

so. Larsan, además, está dotado de una fina astucia

que solo al final de la obra se descubre, necesaria por

otro lado debido a su papel en la historia y que bien le

merece la fama de que hace gala a lo largo de las pá-

ginas de este libro.