12- Devaluacionismo Devaluado - Cybulski

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179 Reseñas Devaluacionismo devaluado Viviana Rodríguez Cybulski Reseña de El modelo de desarrollo en Argentina. Los riesgos de una dinámica pendular , Fondo de Cultura Económica, Buenos Aires, 2011, de Eduardo Luis Curia. OME-CEICS El “desarrollo nacional” es uno de los grandes temas de la econo- mía política. En América Latina, abrió una gran línea de investiga- ción, en especial a partir de la escuela cepalina y el estructuralismo. El libro de Curia retoma esta línea y su metodología, proponiendo un determinado modelo para alcanzar el tan mentado desarrollo nacional (el llamado modelo competitivo productivo, o MCP). Retoma así, el debate acerca de la alternancia entre dos esquemas de política econó- mica: el neo-desarrollista y el liberal 1 . Frente a su texto, nos pregunta- mos: 1) si se verifica un cambio de modelo en la post-convertibilidad; 2) qué significa mantener el tipo de cambio alto y si es posible hacerlo y 3) si este instrumento posibilitaría relanzar la acumulación de capi- tal en el país. Al intentar responderlas, veremos que la metodología utilizada le impide ver las especificidades de la acumulación de capital en la Argentina. Éstas están dadas por los límites que posee el capital manufacturero que acumula localmente para valorizarse en el mar- co de la competencia internacional, el cual requiere de mecanismos de compensación que posibiliten su supervivencia. Al abstraerse de los límites del capital radicado en el país, desarrolla una teoría en donde la esperanza de cambio se deposita en el manejo de la política cambiaria. Sin embargo, creer que este mecanismo permitirá que estos capitales adquieran la suficiente productividad o logrará reducir suficientemente 1 Para críticas al uso de modelos para el estudio de la realidad ver Bil, Damián et al.: “La industrialización por sustitución de importaciones en la Argentina a la luz de los datos empíricos” en Sartelli, Eduardo (comp.): La crisis orgánica de la sociedad argentina, FFyL, Bs. As., 2011.

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    Reseas

    Devaluacionismo devaluado

    Viviana Rodrguez Cybulski

    Resea de El modelo de desarrollo en Argentina. Los riesgos de una dinmica pendular, Fondo de Cultura Econmica, Buenos Aires, 2011, de Eduardo Luis Curia.

    OME-CEICS

    El desarrollo nacional es uno de los grandes temas de la econo-ma poltica. En Amrica Latina, abri una gran lnea de investiga-cin, en especial a partir de la escuela cepalina y el estructuralismo. El libro de Curia retoma esta lnea y su metodologa, proponiendo un determinado modelo para alcanzar el tan mentado desarrollo nacional (el llamado modelo competitivo productivo, o MCP). Retoma as, el debate acerca de la alternancia entre dos esquemas de poltica econ-mica: el neo-desarrollista y el liberal1. Frente a su texto, nos pregunta-mos: 1) si se verifica un cambio de modelo en la post-convertibilidad; 2) qu significa mantener el tipo de cambio alto y si es posible hacerlo y 3) si este instrumento posibilitara relanzar la acumulacin de capi-tal en el pas. Al intentar responderlas, veremos que la metodologa utilizada le impide ver las especificidades de la acumulacin de capital en la Argentina. stas estn dadas por los lmites que posee el capital manufacturero que acumula localmente para valorizarse en el mar-co de la competencia internacional, el cual requiere de mecanismos de compensacin que posibiliten su supervivencia. Al abstraerse de los lmites del capital radicado en el pas, desarrolla una teora en donde la esperanza de cambio se deposita en el manejo de la poltica cambiaria. Sin embargo, creer que este mecanismo permitir que estos capitales adquieran la suficiente productividad o lograr reducir suficientemente

    1Para crticas al uso de modelos para el estudio de la realidad ver Bil, Damin et al.: La industrializacin por sustitucin de importaciones en la Argentina a la luz de los datos empricos en Sartelli, Eduardo (comp.): La crisis orgnica de la sociedad argentina, FFyL, Bs. As., 2011.

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    los costos, es producto de desestimar el hecho de que los mismos no sobreviviran sin las compensaciones aludidas. Como veremos, lo que se busca ocultar al colocar el problema como cambiario es que lo que se propone en ltima instancia es un aumento de la tasa de explotacin.

    El modelo y su existencia histrica

    Intentemos responder la primera pregunta: hay o no un cambio de modelo a partir del 2002? El autor, en sintona con el clsico de Diamand2, sostiene que nuestro pas estuvo preso de una dinmica pendular entre dos regmenes diferentes. Estos seran: a) un esque-ma de poltica econmica de signo popular ligado a planteos de tenor industrialista pero proclive a un mercadointernismo exagerado y b) un esquema de cuo liberal, bajo una matriz de orden ms financis-ta, conectada con la dinmica progresivamente prevaleciente de los capitales externos (p. 21). Mientras el primero dara respuestas a la problemtica de la restriccin social, pero sera dbil en relacin a la insuficiencia de divisas, con el segundo sucedera lo opuesto. El esque-ma iniciado en 2002 sera pro industrialista superador. Sus xitos: la recuperacin del empleo, disminucin de la pobreza y la marginalidad, el repunte de la inversin, un interesante desempeo de las exporta-ciones (incluido un destacado aporte de las de carcter industrial) y un nivel de inflacin atendible.

    Contrastemos su percepcin positiva del mercado de trabajo con la realidad. El aumento de la tasa de ocupacin est en gran medida ligado al resurgimiento de las pymes3, posibilitado por el brutal aba-ratamiento de la fuerza de trabajo a partir de la salida devaluatoria. Adems, el salario promedio recin alcanz el nivel previo a la deva-luacin en 2010, y as y todo, ste sera en relacin al de 1974, un 40% inferior4. Tambin, contina estancada la creacin de puestos de traba-jo: la tasa de empleo se mantiene en el 42% desde 2006, repuntando un

    2Su texto ms conocido es: La estructura productiva desequilibrada de la Argentina y el tipo de cambio alto, de 1972. Para ver una crtica a su enfoque, ver Dachevsky, Fernando: chale la culpa al yuyo. La Enfermedad Holandesa y los lmites de la industria argentina, en El Aromo n 60; mayo-junio de 2011.3Graa J.M, Kennedy, D. y Valdez J.: El modelo de la post Convertibilidad: conte-nido, lmites y perspectivas, Ceped, Bs. As, 2008.4Ver Lindenboim, Kennedy y Graa: "Distribucin funcional y demanda agregada en Argentina. Sesenta aos en perspectiva internacional", DT N 16, CEPED-IIE-FCE-UBA, Bs. As, 2011.

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    poco a fines de 2011, mientras que el nivel de empleo no registrado est en el 34%5. Por lo tanto, si bien habra indicios de cambios en el merca-do de trabajo, stos deben ser puestos en relacin a series histricas de largo plazo, para apreciar su verdadero nivel. Asimismo, este mercado depende del desempeo de los capitales6, por lo que es imprescindible interrogarse acerca de sus potencialidades y lmites.

    En este sentido, revisemos la afirmacin de Curia sobre una mejo-ra en la insercin internacional. En el marco de la competencia inter-nacional, no se verifica el inicio de un nuevo modelo. En relacin al comercio, el pas no modific su nivel de insercin internacional: para 2008 su participacin fue del 0,44% en el mismo, no alcanzndo-se an, los niveles de finales de los 90. Incluso, en comparacin con sus socios comerciales, la performance argentina no fue tan buena: Brasil aument su participacin en un 27,4%, alcanzando en 2008 una par-ticipacin del 1,23%, Chile la increment en un 47,2%7. Asimismo, la composicin de las exportaciones no presenta modificaciones: los pro-ductos de origen primario representaban el 67% del total para 1998, el 69% en 2007 y el 65% en 20118. La salida de la convertibilidad solo posi-bilit, mediante el subsidio de la clase obrera al capital9, un repunte de todas las exportaciones, pero son las que poseen renta agraria, las que siguen permitiendo la entrada de divisas, que parecen sostener al con-junto de la economa10. Esto hace dudar acerca del perfil industrialista superador que tendra este rgimen.

    5Datos del MTEySS.6Ver Rodrguez Cybulski, Viviana: Hambre para maana. Los lmites del empleo pblico, en El Aromo n 66, mayo-junio de 2012.7Estimaciones del Instituto para las Negociaciones Agrcolas Internacionales, en base a datos de la OMC. Disponible en http://www.inai.org.ar/sitio_nuevo/bole-tin_i2.asp?c=PARTICIPACI%D3N%20DE%20LAS%20EXPORTACIONES%20DE%20%20ARGENTINA%20EN%20EL%20COMERCIO%20MUNDIAL8Estimaciones propias en base a datos de Indec.9En trminos estrictos, todo el capital es subsidiado por la clase obrera, pero aqu nos referimos a la transferencia de ingresos de la clase obrera a la capitalista mediada por la devaluacin. Para el sector transable esta transferencia permiti que el costo labo-ral unitario medido en moneda extranjera, experimentase una cada del 65%.Vase, por ejemplo, Amar, Pastrana y Villafae: Costos laborales y competitividad en la Argentina post-convertibilidad, ponencia presentada en el 2 Congreso anual de Aeda, Bs. As., 2010. Para la clase trabajadora esa misma transferencia implic el retroceso del poder adquisitivo del salario, que se ubicara aproximadamente, en torno al 25% el primer ao de la devaluacin, a lo que se sumara el 11% el segundo ao, de acuerdo a datos del MTEySS.10El persistente dficit en la balanza comercial del sector manufacturero refuerza la

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    Cmo se mantuvo el tipo de cambio alto

    Ahora bien, segn Curia, el modelo iniciado en 2002/3, habra per-dido el rumbo debido a la apreciacin de la moneda nacional hacia el 2007. El autor sostiene que los aumentos salariales registrados desde 2003 seran la causa de la inflacin, que tendra efectos negativos sobre el tipo de cambio. Afirma que

    en el correr de 2004, daba la impresin de que se deba tender a un mayor ordenamiento de la variable salarial () En rigor, en 2007 se perfil una nue-va pauta salarial () La percepcin difundida de una inflacin real superior a la registrada oficialmente llev a fines de 2007 a que en distintos sectores de la economa se aplicara un plus salarial a los fines de una recomposicin (pp. 135-136).

    El modelo competitivo productivo (MCP) de Curia prev aumen-tos salariales si van de la mano de la productividad y atendiendo a la competitividad cambiaria (p. 130). O sea, en tanto se mantenga la tasa de explotacin, los salarios y el nivel de empleo pueden aumentar. Como vemos detrs del desarrollismo, se esconden los mismos concep-tos que los neoclsicos.

    Lo que el autor no ve es que a partir de la devaluacin de 2002, la masiva entrada de divisas, provenientes de la comercializacin de productos con renta agraria, flua no solo a terratenientes, sino que adems, el gobierno se apropiaba de parte de la misma a travs de las retenciones, para redistribuirla luego, a los capitales mediante distin-tos tipos de subsidios. Ese mecanismo, adicionalmente, tena el efecto de elevar el tipo de cambio. Sin embargo, a partir del 2008, dada la imposibilidad de aumentar el nivel de retenciones, a pesar del aumen-to de precio de los commodities, el peso comienza a sobrevaluarse. El gobierno, en la necesidad de acumular reservas para pagar vencimien-tos de deuda y sostener su sistema de subsidios, ha tenido que redu-cir permanentemente la oferta de las divisas en el mercado y subir en

    idea de que es la renta agraria uno de los mecanismos que histricamente han soste-nido al sector, dada la imposibilidad de costear sus importaciones con sus ventas. De hecho, para 2007/8 la relacin dficit de divisas MOI/PBI registr los mayores valores histricos, del 42% en promedio, coeficientes que se ubican por encima de los de la convertibilidad. Ver Gigliani, G y Michelena, G: La acumulacin industrial en la Argentina. Su evolucin durante el perodo 1950-2010, ponencia presentada en las V Jornadas de Economa Crtica, agosto de 2012.

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    forma artificial su precio. Lo ha hecho comprando dlares mediante la emisin monetaria. El resultado ha sido una distorsin en el merca-do interno, provocando una fuerte tendencia inflacionaria. Ahora, el aumento de precios genera la suba de costos para los capitales locales.

    Curia propone que se establezcan targets inflacionarios pero con-sidera que se vuelve necesario empezar con un esfuerzo, una adecua-cin cambiaria no tremenda pero tampoco banal11. Sin embargo, es el mismo mecanismo encargado de mantener el tipo de cambio alto el que termina por generar la apreciacin del peso. Pero como el gobierno necesita acumular ms reservas que las que logra comprar mediante la emisin monetaria, y dada la fuga de capitales, introduce el cepo cam-biario que origin un mercado paralelo del dlar, a partir del cual se lograra cierto nivel de devaluacin, que ya est en curso12.

    Efectos del tipo de cambio alto

    Veamos ahora, la relacin entre el tipo de cambio y las variables que inciden en la competitividad, para evaluar su capacidad real para relanzar la acumulacin local. En relacin a los costos, un tipo de cam-bio sobrevaluado, no necesariamente repercute de manera negativa en la rentabilidad empresaria. Un peso inflado significa, en concreto, una mayor capacidad para importar insumos. El peso sobrevaluado ha sido uno de los mecanismos que histricamente han permitido la apro-piacin de la renta por otros sujetos sociales, distintos de los terrate-nientes13. En lo que hace a los costos laborales, el autor sostiene que los aumentos salariales son la causa de la prdida de competitividad del tipo de cambio. Frente a esto, caben dos observaciones. Primero, si bien es cierto que algunos sectores han mejorado su salario desde 2003, es cuestionable la idea de que eso haya encarecido los costos labo-rales. Ciertas estimaciones dan cuenta de que stos no han crecido en demasa, dados los incrementos de precio y productividad: para 2009 el CLU medido en moneda extranjera se situara un 40% por debajo del nivel del 2001, con una ventaja del 30% en relacin al piso de los

    11Vase http://www.cronista.com/we/De-la-mano-de-la-crisis-vuelve-el-Pacto-Social-20111028-0004.html.12Un indicador de esto es que las proyecciones oficiales estiman el valor del dlar en $5,10 para el 2013, de acuerdo al Presupuesto para ese ao, mientras que en la actua-lidad el mismo est en el orden de los $4,70.13Ver Iigo Carrera, Juan: La formacin de la sociedad argentina. 1882-2004, Imago Mundi, Bs. As, 2007.

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    9014. En el mismo sentido, ciertos estudios desestiman que hayan sido las recomposiciones salariales las responsables de los actuales niveles de inflacin.15 Y segundo, es cuestionable la idea de que la devalua-cin por s misma coloque a los costos laborales en los niveles que la competencia internacional requiere. Si comparamos con China, para el 2002, el CLH industrial en este pas era de U$S 0,57 mientras que Argentina, gracias a la devaluacin, pas de U$S 8,15 en 2001 a U$S 2,9816. Por lo que, para reducir suficientemente los costos laborales, la devaluacin debe darse mediada por un brutal disciplinamiento de la fuerza de trabajo17.

    En cuanto a la productividad, a pesar de crecer, la mayor parte de la industria argentina se encuentra, histricamente, lejos de la media internacional. Por ejemplo, en relacin con Estados Unidos, ni siquie-ra con el importante incremento del 2003, del orden de casi el 12%, se logr alcanzar el nivel de productividad de ese pas18. En efecto, de los 90 hasta hoy, la distancia entre ambas se ubic en un rango entre el 21,4% y el 17,5%.

    Furgn de cola

    En 2002, la devaluacin signific un impulso poderoso, aunque fic-ticio, a la industria nacional. Favoreci la existencia de capitales que no alcanzan la productividad suficiente ni tienen costos salariales tan bajos como para competir en el mercado mundial. El costo laboral argentino, aunque con una capacidad de compra cada vez ms baja en trminos histricos, se encuentra, en dlares, por encima de los prin-cipales exportadores. Su escasa competitividad implica que, sin pro-teccin, muchos capitales desapareceran. La matriz de exportaciones

    14Ver Amar, Pastrana y Villafae: Costos laborales y competitividad en la Argentina post convertibilidad, ponencia presentada en el 2 Congreso anual de Aeda, Bs. As, 2010.15Ver el DT N 10 de Cifra: El mercado de trabajo en la posconvertibilidad, julio de 2011.16Datos en base a BLS. Ver tambin Abramovich, Lavopa y Serino: Dinmica sala-rial y tipo de cambio real. Un anlisis exploratorio de los costos laborales relativos de Argentina y sus principales socios comerciales en el perodo 2001-2010, octubre de 2010.17 Ver Mussi, E.: Sin lugar al bis. Lecciones de la crisis siderrgica de los 70 en El Aromo n 68, septiembre-octubre de 2012. 18Estimaciones propias en base a datos de Iigo Carrera hasta 2004, luego BLS e Indec.

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    argentinas nos permite comprobar que las principales actividades generadoras de divisas siguen siendo las vinculadas al sector agrario19. La devaluacin implica un cambio en los precios relativos, y para soste-ner el dlar alto es necesaria una transferencia de riqueza, o por el lado del abaratamiento de la fuerza de trabajo o por el lado de un ingreso extraordinario que permita sacar dlares del mercado, emitiendo pesos con respaldo: deuda o la renta de la tierra apropiada a travs de impues-tos. Dado que la deuda externa no parecera estar creciendo20 y la apro-piacin de la renta a travs de las retenciones parece haber tenido un lmite en 2008, ms all de los fluctuantes precios de los commodities, solo queda como camino posible el aumento de la tasa de explotacin de la fuerza de trabajo.

    La dificultad del autor para observar esto surge de su modo de abor-dar el anlisis de la realidad. El autor no termina de ver que la condi-cin de posibilidad de estos capitales, ha estado dada histricamente por otros elementos compensatorios, los cuales tampoco son suficientes para relanzar la acumulacin de capital en el pas a un nivel ms alto. En este sentido retomamos las preguntas inciales: Es posible el desa-rrollo? En qu tipo de sociedad?

    Recibido: 22/7/2012 - Aceptado: 12/11/2012

    19Ver Sartelli, E. et al.: Patrones en la Ruta, Cap. III Las coordenadas econmicas de un pas agrario, Ediciones ryr, Bs. As, 2008.20Ver http://www.mecon.gov.ar/finanzas/sfinan/documentos/informe_deuda_publica_31-12-11.pdf