12.6 La Regencia de M

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TEMA 12.6: EL SISTEMA CANOVISTA "LA REGENCIA DE MARÍA CRISTINA DE HABSBURGO Y EL TURNO DE PARTIDOS. LA OPOSICIÓN AL SISTEMA. REGIONALISMO Y NACIONALISMO" INTRODUCCIÓN En noviembre de 1885 murió Alfonso XII y su segunda esposa. Mª Cristina de Habsburgo quedó como regente. La necesidad de garantizar la estabilidad del régimen durante este largo periodo, llevó a los dos líderes políticos (Cánovas y Sagasta) a establecer un acuerdo, el Pacto de E l Pardo , por el que se comprometían a apoyar la regencia, facilitar el relevo en el gobierno cuando correspondiera y respetar tras las elecciones la legislación que el partido anterior hubiera sacado adelante ambos partidos cumplieron y M a Cristina facilitó la tarea Una serie de medidas fueron ampliando el panorama político español. Inicialmente gobernó el partido liberal, lo que se conoce como Parlamento Largo de Sagasta (1885-1890) e introdujo un programa político aperturista (libertad de prensa, de cátedra, de asociación, nuevo Código Civil, juicio por jurados...) que culminó con la aprobación del sufragio universal masculino en 1890. En 1892 presentaron un proyecto de reforma de la administración y gobierno de Cuba que encontró la oposición cerrada de los intereses indianos y no pudo ser aprobado, por lo que tres años después, estalló la insurrección cubana en 1895 que es el preludio del Desastre del 98, la pérdida de las colonias en guerra con los EE.UU., y que supuso una auténtica conmoción nacional que afectó al sistema. EL FUNCIONAMIENTO DEL SISTEMA: EL TURNO DE PARTIDOS. El régimen de la Restauración f u e muy conservador: burguesía de negocios, militares y políticos conservadores (artífices del sistema) compartían intereses. El turno pacifico de los partidos se respetó desde un principio, como puede observarse al comparar gráficas de alternancia tras las elecciones. La artificiosidad del sistema político ideado por Cánovas llevaba implícita la necesidad de establecer el fraude electoral para así conseguir la victoria del partido político preciso. En 1885 ya había signos evidentes de adulteración del funcionamiento constitucional. Los gobiernos no cambiaban por tener el apoyo de las Cortes, sino por algo muy distinto: Cuando el partido en el poder se desgastaba, se sugería a la Corona el relevo en el Gobierno; el nuevo presidente era siempre el líder del partido hasta entonces en la oposición, que debía disolver las Cortes y convocar nuevas elecciones. En ese momento actuaba el ministro de la Gobernación, que "fabricaba" los resultados electorales desde el "encasillado" del Ministerio, adjudicando escaños a partidarios o adversarios en función de lo acordado en el despacho. A continuación se procedía a manipular las elecciones a través de una extensa red de caciques y autoridades distribuida por todo el país 1

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TEMA 12.6: EL SISTEMA CANOVISTA

"LA REGENCIA DE MARÍA CRISTINA DE HABSBURGO Y EL TURNO DE PARTIDOS. LA OPOSICIÓN AL SISTEMA. REGIONALISMO Y NACIONALISMO"

INTRODUCCIÓN

En noviembre de 1885 murió Alfonso XII y su segunda esposa. Mª Cristina de Habsburgo quedó como regente. La necesidad de garantizar la estabilidad del régimen durante este largo periodo, llevó a los dos líderes políticos (Cánovas y Sagasta) a establecer un acuerdo, el Pacto de E l Pardo , por el que se comprometían a apoyar la regencia, facilitar el relevo en el gobierno cuando correspondiera y respetar tras las elecciones la legislación que el partido anterior hubiera sacado adelante ambos partidos cumplieron y Ma Cristina facilitó la tarea

Una serie de medidas fueron ampliando el panorama político español. Inicialmente gobernó el partido liberal, lo que se conoce como Parlamento Largo de Sagasta (1885-1890) e introdujo un programa político aperturista (libertad de prensa, de cátedra, de asociación, nuevo Código Civil, juicio por jurados...) que culminó con la aprobación del sufragio universal masculino en 1890. En 1892 presentaron un proyecto de reforma de la administración y gobierno de Cuba que encontró la oposición cerrada de los intereses indianos y no pudo ser aprobado, por lo que tres años después, estalló la insurrección cubana en 1895 que es el preludio del Desastre del 98, la pérdida de las colonias en guerra con los EE.UU., y que supuso una auténtica conmoción nacional que afectó al sistema.

EL FUNCIONAMIENTO DEL SISTEMA: EL TURNO DE PARTIDOS.

El régimen de la Restauración f u e muy conservador: burguesía de negocios, militares y políticos conservadores (artífices del sistema) compartían intereses. El turno pacifico de los partidos se respetó desde un principio, como puede observarse al comparar gráficas de alternancia tras las elecciones. La artificiosidad del sistema político ideado por Cánovas llevaba implícita la necesidad de establecer el fraude electoral para así conseguir la victoria del partido político preciso. En 1885 ya había signos evidentes de adulteración del funcionamiento constitucional. Los gobiernos no cambiaban por tener el apoyo de las Cortes, sino por algo muy distinto: Cuando el partido en el poder se desgastaba, se sugería a la Corona el relevo en el Gobierno; el nuevo presidente era siempre el líder del partido hasta entonces en la oposición, que debía disolver las Cortes y convocar nuevas elecciones. En ese momento actuaba el ministro de la Gobernación, que "fabricaba" los resultados electorales desde el "encasillado" del Ministerio, adjudicando escaños a partidarios o adversarios en función de lo acordado en el despacho. A continuación se procedía a manipular las elecciones a través de una extensa red de caciques y autoridades distribuida por todo el país

La certeza de que participar en las elecciones era inútil rué retrayendo a la opinión pública, y acabó provocando una progresiva indiferencia hacia la vida política, un alejamiento de los políticos respecto de la realidad del país. Hacia finales de siglo XIX el falseamiento electoral se empezó a resquebrajar, y se fueron fortaleciendo partidos ajenos al "turno".

LA OPOSICIÓN AL SISTEMA

El sistema político de la Restauración se aprovechó de la debilidad de la oposición (que era muy heterogénea) y excluyó a toda fuerza política que no fueran los dos partidos oficiales. Por tanto, el carlismo, el movimiento obrero, el republicanismo, el anarquismo, los regionalismos y nacionalismos quedaron fuera, al no ser integrados en el sistema, y acabaron socavando sus fundamentos.

El movimiento obrero constituyó una fuerza opuesta al sistema a partir de 1875, fecha en que las asociaciones obreras fueron declaradas ilegales. Hasta 1887 no fue aprobada de nuevo

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la ley de asociaciones por el gobierno Sagasta. Las dos corrientes iniciales siguieron difundiéndose: El anarquismo (especialmente extendido entre los campesinos andaluces y los obreros industriales catalanes) que crea la Federación de Trabajadores de la Región Española. Se separan dos tendencias: la pacífica (que pretende reivindicaciones sindicalistas) y la violenta, que pretende conseguir sus propósitos a partir de los atentados y el terrorismo (La Mano Negra), que fue duramente reprimida.

La última década del siglo XIX y primera del XX se caracterizaron por una oleada de atentados contra reyes, presidentes y jefes de Gobierno (Cánovas en 1897) por toda Europa. Los anarquistas se organizaron en la CNT, la organización obrera más importante de España, caracterizada por su apoliticismo, su carácter revolucionario y la acción directa. Respecto a la otra corriente, la socialista, en I879 se fundó en Madrid el PSOE (por Pablo Iglesias), y en 1888 la UGT, el sindicato socialista. En 1890, siguiendo las indicaciones de la II Internacional se celebró por primera vez el 1" de Mayo. Fueron minoritarios hasta principios del siglo XX, aunque en las elecciones de 1891 el PSOE obtuvo por primera vez cuatro concejales. También se organizarán movimientos obreros de inspiración católica, sobre todo a partir de la denuncia hecha por el papa León XIII al socialismo y al capitalismo.

REPUBLICANISMO. REGIONALISMO Y NACIONALISMO

Los republicanos estaban divididos en numerosos grupos enfrentados, y además, ya no contaban con el respaldo obrero, ni con los grupos regionalistas

El movimiento regionalista surgió antes y con más fuerza en Cataluña y País Vasco que en el resto peninsular. Sus objetivos iban desde peticiones muy moderadas a otras más radicales (lograr la independencia de ciertos territorios a los que se consideraba auténticas naciones.) En Cataluña el primer regionalismo surgió en torno a intelectuales como Valentí Almirall o Prat de la Riba. En 1892. "Las Bases de Manresa" recogieron su programa fundacional y sus demandas. Era un movimiento burgués, que no pretendía la secesión del estado central, sino un régimen con sistema de autogobierno para las distintas regiones. Estas ideas se fueron difundiendo entre las instituciones catalanas.

El nacionalismo vasco, reivindicaba la defensa de los fueros perdidos y rechazó el proceso de industrialización, porque rompía la sociedad vasca tradicional. Inicialmente, identificaba capitalismo y centralismo con lo español, y señaló a los inmigrantes (maketos) como culpables de la degeneración de la raza vasca. El catolicismo y el antiliberalismo se mezclaban en esta ideología. Sabino Arana, en 1894, creó el Partido Nacionalista Vasco (PNV), que resumía las ideas mencionadas, hundía sus raíces en el carlismo y era claramente conservador.

En cuanto al Regionalismo gallego, el renacimiento cultural de la zona (O Rexurdimento), contribuyó, como en Cataluña a que arraigase la conciencia de patria común. El galleguismo político inició su existencia a partir de la Asociación Regionalista Galega, de clara tendencia tradicional y fundada e 1889 por el marido de Rosalía de Castro, Manuel Martínez Murguía. El y Alfredo Brañas fueron los teóricos más importantes. Regionalismo valenciano: También tardío como el gallego, no sólo rechazó el centralismo del Estado español, sino que se desmarcó también del catalán, Vicente Blasco Ibáñez fue un defensor de esta tendencia.

Todas estas fuerzas que son la oposición al sistema van a tener cada vez un mayor apoyo económico y presencia social lo que va erosionando la credibilidad y los apoyos tanto de la Corono como del propio régimen de la Restauración.

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