14 Las actuales inundaciones en China la defienden de...

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14 EL MUNDO, SAN JUAN, P. R. DOMINGO 7 DE AGOSTO DE 1938. Las actuales inundaciones en China la defienden de Japón chinos pueden deliberadamente abrir los diques, como lo hicieron los belgas durante la Guerra Mundial para contener el avance alemán.-Las fuerzas de la Naturaleza han ayudado a otros pueblos contra los ejércitos invasores m A pesar de toda su destreza y del poder de su cerebro, ese! Las condiciones climatéricas, amante de la gloria, esa criatura combativa que es el hom- e | f r ¡ 0 o el calor, la sequía o los bre, nada puede cuando se desencadenan las fuerzas ciegas jnundac ¡ 0ne$/ | 0 „¡ tb | a f |„ tem . de a Natura era. •. . pestades de polvo y arena, juga- P o r P A D R AIC K IX G Hace pocas semanas los japoneses, con un canto de desafío ¡ r0 " siempre en la historia un papel decisivo paro el destino de las que las olas y la tempestad se encargaban de echar sobre las otras. barcos —pequeños "halcones del horriblemente maltratado por la Naturaleza fué Napoleón. En mayo de 1789, mandada por el "Hombre del Destino", Fran- cia organizó una expedición —científica, política y militar—, que en 400 barcos salió del puerto de Toulon hacia el Egipto. v mar"— atacaban con la rapidez de flechas y se retiraban; incen- diaban las naves del enemigo en sus.labios, marchaban sobre la capiial.de guerra del Gobierno dinastías, la fortuna de los pueblos y las naciones. nacionalista chino, Hankow. En medio de un horrible estado de te. rror, debido a los constantes bombardeos aéreos, las autoridades Sólo la estupidez de los jefes enemigos salvó a Julio César se estaban preparando para mover la sede gubernamental hacia el interior del~país. Cuondo todo parecía perdido, las fuerzas chinas encargadas de la de- fensa de Hankow recibieron orclen de descansar, la Naturaleza acababa de intervenir en la contienda y estaba lu- djondo por ellos contra los nipones. Las latvia» del verano comenzaron a caer. EJ-rio' Amarillo, oficialmente conocido cjstno Howang Ho a históricamente co- ntó "Infortunio de China", una vez rrJos se había salido de madre al este o4 Céengechow. El territorio donde iba oÍ>ené'r lugar la batalla, asi como una efíensa región detrás de las líneas, es- tipao-'-xompletomente invadidas por le* aguas, quedando convertidos no en "Tierra de Nadie" sino en "El Lago di; NjAHa". La inundación cubrió miles de ha- ciendas, la corriente arrastró con ella qrmillones de chozas; el incontrolable rió —el segundo de la China— barría tpdo lo que encontraba a su paso. El numero de civiles ahogodos se desco- noce, pero debe de ser enorme. Durante la última hora de la batalla, la tempestad desencade- nada batía furiosamente ios enormes barcos del monarca espa- Sobre el "Oriente", al lado de un cañón de ocho libras, es- •c Atmirar la furia de las aguas em- bravecidas, no obstante, el pueblo chi- ra} no sintió dolor en esta ocasión, su spíisfacción, por el controrio, fué gran- de y su alegría se desbordaba a la par qtfe las corrientes del río Amarillo. Acostumbrado a tales catástrofes, así como a sus inevitables secuelos el hpmbre y la plaga, el chino vio esta v¿z la inundación no como un infor- tunio sino como una bendición de sus dioses. Ahora las víctimas del "Infor- tunio de China" eran miles de solda- dos japoneses que figuraban en las unidades avanzadas; ahora el azote chino, la terrible calamidad secular, hacia prácticamente imposible que el ejército mecanizado nipón —los tan- qttMrio» camiones v la artillería— pu- dieran moverse sobre el fango y el agua. ¿FUERON ABIERTOS LOS DIQUES? Es posible que en la lucha deses- perada por retardar el avance de los japoneses sobre Hankow, los chinos— como dicen los militaristas de Tokio, —hayan abierto los diques del rio pa-. ra provocar la inundación con las tur- bulentas aguas del Hawang Ho. Pero como el río Amarillo no es la primera vez que se sale de madre durante la época -de las lluvias y hubiera resul- tedq'absurdo que los chinos recurrie- ran * un'a medida de cita naturaleza en ifojíropio territorio, no merece eré. ditarfi Versión japoneio. No hoy que olv*" inc La ilustración está inspirada en el capítulo de la Biblia que describe cómo el Mar Rojo salvó a Moisés Moisés y su tribu, tragándose al ejército egipcio. Rol. Mientras tanto, los ingleses, ocultos en las costos de Flan- Napoleón. Mira hacia lo lejos, en dirección este. Sus pensa- m i e n t o s vuelan hacia la India. Mientras tanto, a bordo de los barcos de la flota inglesa en el Me- diterráneo, hay intranquilidad. Nelson y los otros almirantes otean con sus telescopios el horizonte. Tratan de localizar ol enemigo en una inútil búsqueda. El día antes muchos bar- cos de Nelson habían sido desperdiga- dos por una tormento. Las fragatas han quedado esparcidas y pasarán va- rios días hasta que vuelvan o reu- nirse. Los ingleses esperan ver a la flota de Napoleón de un momento a otro, no saben que la misma tempes- tad ha hecho que éste contraor- den sobre la salida y la demora du- rante veinticuatro horas. ¡Así fué co- mo la presa se deslizó entre los bar- cos ingleses sin que la vieran! Cada vez que se habla de las campañas napoleónicas en el Egipto y en Rusia tiene que hoblarse del fac- tor clima. En Egipto el calor y las plagas mataron a miles de soldados y el frío en Rusia a decenas de millares. En Egipto el Pequeño Cabo tuvo al- gunos éxitos; pero en realidad los operaciones fueron un fracaso ya que no logró su objetivo verdadero que era abrir un camino hacia la India. La invasión de Napoleón sobre el territorio del Zar es un capitulo de le historia militar que deja lívido al lector. Comenzó con medio millón de hombres, de los cuales solomente lle- garon cincuenta mil a Smolensk. Cuer- pos helados llenaban los caminos y las zanjas de la enorme Rusia. La nie- ve y el hielo descargaban su cólera sin piedad sobre los hombres y los ca- ballos; la artillería no podía salir de los lodazales; los suministros se per. dion o quedobon destruidos; el ejército finalmente se desmoralizó convirtién- dose en una caravana de duendes. A medida que el tiempo pasaba la débacle aumentaba. El hambre y el frío acababan con los soldados. El famoso ejército de Napoleón llegó a reducirse a unos veinticuatro mil hom- bres, ninguno en condiciones pora el servicio y todos dispuestos a hacer una revolución. Cuando Napoleón se en- que el chino es hombre pacenté, sufrido; que no es el tipo de una terrible derrota, cuando bruscamente se derritieron las nie- des, continuaban su táctica. De los ciento veinte barcos de pri- contra en esta situación solió precipitadamente hacia Paris. En o a tomar una decisión ¿e esta envergadura. ves de los Pirineos, haciendo que se desbordaran los ríos del ñor- m era categoría —enviados por el rey Felipe II— sólo regresaron otra ocasión, trece años antes, Nopoleón había hecho lo mismo. te de España. Cn ca:o de que en el futuro se comprobara aue fueron los chi. Desde los días de los comerciantes fenicios y sus diminutas ga- a España cincuenta y cuatro. Estos se haMah-n *-> tal estado que Sin avisar a sus hombres que estabon muriendo de las plagas y nos quienes provocaron la inundación abriendo los diques, podrán leras, los hombres se ofanaron en construir barcos que resistieran nunco mos P ufl,eron ser ""iizaoos. alegar que la Guerro Mundial ofreció un precedente de territorio la ferocidad del mar. Cuando encontramos en la historia las con- ¡ _ .. . . . r „. deliberadamente inundado para rechazar al encm¡qo. Lo contro- junciones "si" y "pero" —en los casos en que se hurga— apare-: * e,,p * romo con ca] » oorrota. w»M » - . - -" Ar * versiaíjnos trae a la memoria aquellos momentos intrincados, con- cera la Naturaieía triunfadora en muchos «tflft:ítt. Solo los vien moda Invencible" había sido "vencible", dijo: 'La envié a luchar fusos, < indescriptibles de 1914, cuando la compaña en la costa tos que soplaron en dirección contraria f la esperada, tuvieron contra los hombres; no contra los elementos." sur de Ostende, que tuvo luacr en el mes de octubre. enprme trascendencia histórico. Explicondo lo que sucedió a la # célebre "Armada Invencible", lo reina Isabel de Inglaterra pro- Los ventos fueron siempre errees para las esperanzas mi- el elimo en Egipto, regresó una noche a Francia. UN PELIGROSO ENEMIGO que det El Ejército alemán cayó sobre los restos de las fuerzas belggs nuncio unas palabra's que fueron recogidas como lema en la me- litaristas de España. Fué por un cambio en la dirección del vien- g^2 no puede explicarse ', bajo el mando del rey Alberto, se encontraban en Nieuport, dalla que recuerda la famosa victoria naval britán : ca: to que fracasaron cuando intentaron apoderarse de Leyde, capí- . ras del río Yser. Es en este punto, precisamente, donde la co- tal de los Paí*es Bojos, cuya capturo hubiera sido fotal para la fn los e cnos - E * general 'Dios sopló vento y los dispersó". causa holandesa. La Naturaleza es un peligroso enemigo. No obstante el fra- caso'napoleónico en Rusia, el tormidoble tevés de su fortuna de solamente por las condiciones del clima von Knel-e 'eck rujo al zor Alejondro que los dos foctores principales centra Ñopo'? habían sido la distan- cia y el tiempo. No hay dudo que la nieve y el hielo, la prolongada tempera- mente del rio desemboca en el mar. Fué en este lugar —durante muchos días— donde los belgas sostuvieron una lucha desigual. En el momento más critico, la floto británica se estacionó detrás de Felipe II se había esforzado en hacer entrar t*. . „.JMI a la La antigua Grecia, con toda su significación para la cien- tos dumas y abrió por sorpresa el fuego de sus poderosos cañones protestante Albion, pero como su padre, Carlos V, no había te- cia, la literatura y las artes, hubiera sido destruida si no llega haciendo una verdadera matanza de alemanes. nido éxito. En 1588, el monarca español —entonces el más pode, a desatarse una terrible tempestad que contuvo a las fuerzas per- roso de Europa— se propuso humillar o Inglaterra. Reunió ciento sos, mandadas por Mardonio, al trotar de pasar el He'esponto y tur0 bo ««>, completaron lo que esos dos foctores comenzoron. Contenidos en este lugar, los alemanes se desviaron hacia el veinte barcos, los mejores de la época; preparó transportes, les dominar o los griegos. El Ejército Oriental había tenido ciertos interior, apareciendo de nuevo en Dixmude, lugar equidistante de <um ni.-t.os y las municiones. Asi liego a rormar una escuadra de éxitos, pero lo flota se encontró con una tempestad y quedó com- Ypres y Nieuport. Las hueste*, del Knseí se anotaban victoria*. En 230 barcos. i pletamente destruida. Los persas perdieron 300 barcos y 20,000 su desesperación los belgas abrieron las compuertas, inundando las , hombres, obligándoles a retirarse la calamidad. La tempestad daba haciendas, los campos agrícolas y_ las carreteras. Las aguas des- Las troas eran veteranas y estaban mondados por el Duque una tregua a los griegos y de esta manera salvaba a Atenas. Tre- ..1 OS rv . trt». Las lluvias torrenciales del verano chino que han convertido al rio Amarillo en una corriente luera de madre, que arrastra a to- do lo que encuentra a su paso, puede resultar un factor dezisivo, —como decimos más arriba— en la contienda chinojaponesa. truion y desolaban los comarcos Toda ¡a rea/ón fué coi . •rttfa en de Porma. Felipe II estaba completamente seguro que cuando sus ce •>o« más ta e. lo* pera . es a vti m*»n un enorme logo. Miles de invasores perecieron ahogados. La inun- fuerzas atacaran desde Flandes, los soldados bisónos de Isabel se- taran de convertir a Grecia en una satrapio. Una tempestad, más dación constituyó un obstáculo infranqueable para los alemanes, rían puestos en fuga. El monarca español esperaba contar también bien varios huracane.*, impio-o la conquisto. E! monarca etrso Este gesto fué uno repetición de la lucha heroica de los holandeses con cierto apoyo dentro de Inglaterra, aunque nunca lo consiguió. \ ordenó que se construyera un paso atravesando e. monte Athos. ¿ Q ¿ Q pue( j en ...f , una^seria catástrofe La oVa constituyo un triun.o n-o - n'-|ei* e>iá\ ne 0. c - » on«- ' Las fuerzas del emperador Hiroito, cogidas en h re*jí»!n inun- contia el Duque de A : l*?. un virrey «emento de r^n-re env ai"P a Flandes por los Reyes de España, contra el que se rebeló el pueblo en 1572. 1 LA NATURALEZA DERROTA EJÉRCITOS El éxito de las operaciones militares, más o menos, depende un enemigo inesperado, tenían que batirse con una terrible tem- de que la tierra esté dura o blanda; de que el cielo esté o no cu- pestad. Los barcos de Felipe II, que eran pesadas moles, fueren berro de nubes. Las lluvias torrenciales han echada de su treno lanzadas unas sobre las otras, o muchos monarcas; ciertas tempestades de nieve destruyeron im- peños I Los ingleses esperaren el momento para dar su golpe. Sus UNA BATALLA CON LA TEMPESTAD t0 un cronista de lo époco, cóVi todo el trabajo solamente se con. siguió que la flota puaiera ser trasladada al lado opuesto del mar Cuando la "Armada Invencible" penetró en t\ Canal de lo'*!* *»-**>* ••? ** ! « •** *•_ «J* üS Mancha, soplaba un viento muv fuerte. Los ing'e:es oráis* cui el enemigo siguiera navegando. Pronto los españoles so vieron ante de Magnesia cuando una tempestad, que duró tres días, acabó con la flota que estoba formado por 400 galeras de combote y hoc « d, " c » '«posible. tren-o otras encargadas del transporte y los suministras. Los equipos mecanizados están enterrados en el fango. Las co- municaciones han quedado infe-nimridas y el oa-?v : sionam¡ento se NAPOLEÓN VICTIMA DEL FRIÓ La situación, no hay duda, es extremadamente peligrosa para los invasores. El nombre sigue encontrándose impotente cuando la De todos los guerreros de la historia quizás el que fué más Naturaleza, el gran enemigo, se decide a atacarla. •***-*M -M V . . .

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  • 14 EL MUNDO, SAN JUAN, P. R. DOMINGO 7 DE AGOSTO DE 1938.

    Las actuales inundaciones en China la defienden de Japn

    chinos pueden deliberadamente abrir los diques, como lo hicieron los belgas durante la Guerra Mundial para contener el avance alemn.-Las fuerzas de la Naturaleza

    han ayudado a otros pueblos contra los ejrcitos invasores m

    A pesar de toda su destreza y del poder de su cerebro, ese! Las condiciones climatricas, amante de la gloria, esa criatura combativa que es el hom- e| fr0 o el calor, la sequa o los bre, nada puede cuando se desencadenan las fuerzas ciegas jnundac0ne$/ |0 tb|a f | tem.

    de a Natura era. . . pestades de polvo y arena, juga-

    P o r P A D R AIC K IX G

    Hace pocas semanas los japoneses, con un canto de desafo r0" siempre en la historia un papel decisivo paro el destino de las que las olas y la tempestad se encargaban de echar sobre las otras.

    barcos pequeos "halcones del horriblemente maltratado por la Naturaleza fu Napolen.

    En mayo de 1789, mandada por el "Hombre del Destino", Fran- cia organiz una expedicin cientfica, poltica y militar, que en 400 barcos sali del puerto de Toulon hacia el Egipto.

    v mar" atacaban con la rapidez de flechas y se retiraban; incen- diaban las naves del enemigo

    en sus.labios, marchaban sobre la capiial.de guerra del Gobierno dinastas, la fortuna de los pueblos y las naciones. nacionalista chino, Hankow. En medio de un horrible estado de te. rror, debido a los constantes bombardeos areos, las autoridades Slo la estupidez de los jefes enemigos salv a Julio Csar se estaban preparando para mover la sede gubernamental hacia el interior del~pas.

    Cuondo todo pareca perdido, las fuerzas chinas encargadas de la de- fensa de Hankow recibieron orclen de descansar, la Naturaleza acababa de intervenir en la contienda y estaba lu- djondo por ellos contra los nipones. Las latvia del verano comenzaron a caer. EJ-rio' Amarillo, oficialmente conocido cjstno Howang Ho a histricamente co- nt "Infortunio de China", una vez rrJos se haba salido de madre al este o4 Cengechow. El territorio donde iba o>en'r lugar la batalla, asi como una efensa regin detrs de las lneas, es- tipao-'-xompletomente invadidas por le* aguas, quedando convertidos no en "Tierra de Nadie" sino en "El Lago di; NjAHa".

    La inundacin cubri miles de ha- ciendas, la corriente arrastr con ella qrmillones de chozas; el incontrolable ri el segundo de la China barra tpdo lo que encontraba a su paso. El numero de civiles ahogodos se desco- noce, pero debe de ser enorme.

    Durante la ltima hora de la batalla, la tempestad desencade- nada bata furiosamente ios enormes barcos del monarca espa- Sobre el "Oriente", al lado de un can de ocho libras, es-

    c Atmirar la furia de las aguas em-

    bravecidas, no obstante, el pueblo chi- ra} no sinti dolor en esta ocasin, su spisfaccin, por el controrio, fu gran- de y su alegra se desbordaba a la par qtfe las corrientes del ro Amarillo. Acostumbrado a tales catstrofes, as como a sus inevitables secuelos el hpmbre y la plaga, el chino vio esta vz la inundacin no como un infor- tunio sino como una bendicin de sus dioses. Ahora las vctimas del "Infor- tunio de China" eran miles de solda- dos japoneses que figuraban en las unidades avanzadas; ahora el azote chino, la terrible calamidad secular, hacia prcticamente imposible que el ejrcito mecanizado nipn los tan- qttMrio camiones v la artillera pu- dieran moverse sobre el fango y el agua.

    FUERON ABIERTOS LOS DIQUES?

    Es posible que en la lucha deses- perada por retardar el avance de los japoneses sobre Hankow, los chinos como dicen los militaristas de Tokio, hayan abierto los diques del rio pa-. ra provocar la inundacin con las tur- bulentas aguas del Hawang Ho. Pero como el ro Amarillo no es la primera vez que se sale de madre durante la poca -de las lluvias y hubiera resul- tedq'absurdo que los chinos recurrie- ran * un'a medida de cita naturaleza en ifojropio territorio, no merece er. ditarfi Versin japoneio. No hoy que olv*" inc

    La ilustracin est inspirada en el captulo de la Biblia que describe cmo el Mar Rojo salv a Moiss Moiss y su tribu, tragndose al ejrcito egipcio.

    Rol. Mientras tanto, los ingleses, ocultos en las costos de Flan- - Napolen. Mira hacia lo lejos, en direccin este. Sus pensa- m i e n t o s vuelan hacia la India.

    Mientras tanto, a bordo de los barcos de la flota inglesa en el Me- diterrneo, hay intranquilidad. Nelson y los otros almirantes otean con sus telescopios el horizonte. Tratan de localizar ol enemigo en una intil bsqueda. El da antes muchos bar- cos de Nelson haban sido desperdiga- dos por una tormento. Las fragatas han quedado esparcidas y pasarn va- rios das hasta que vuelvan o reu- nirse. Los ingleses esperan ver a la flota de Napolen de un momento a otro, no saben que la misma tempes- tad ha hecho que ste d contraor- den sobre la salida y la demora du- rante veinticuatro horas. As fu co- mo la presa se desliz entre los bar- cos ingleses sin que la vieran!

    Cada vez que se habla de las campaas napolenicas en el Egipto y en Rusia tiene que hoblarse del fac- tor clima. En Egipto el calor y las plagas mataron a miles de soldados y el fro en Rusia a decenas de millares. En Egipto el Pequeo Cabo tuvo al- gunos xitos; pero en realidad los operaciones fueron un fracaso ya que no logr su objetivo verdadero que era abrir un camino hacia la India.

    La invasin de Napolen sobre el territorio del Zar es un capitulo de le historia militar que deja lvido al lector. Comenz con medio milln de hombres, de los cuales solomente lle- garon cincuenta mil a Smolensk. Cuer- pos helados llenaban los caminos y las zanjas de la enorme Rusia. La nie- ve y el hielo descargaban su clera sin piedad sobre los hombres y los ca- ballos; la artillera no poda salir de los lodazales; los suministros se per. dion o quedobon destruidos; el ejrcito finalmente se desmoraliz convirtin- dose en una caravana de duendes.

    A medida que el tiempo pasaba la dbacle aumentaba. El hambre y el fro acababan con los soldados. El famoso ejrcito de Napolen lleg a reducirse a unos veinticuatro mil hom- bres, ninguno en condiciones pora el servicio y todos dispuestos a hacer una revolucin. Cuando Napolen se en-

    que el chino es hombre pacent, sufrido; que no es el tipo de una terrible derrota, cuando bruscamente se derritieron las nie- des, continuaban su tctica. De los ciento veinte barcos de pri- contra en esta situacin soli precipitadamente hacia Paris. En o a tomar una decisin e esta envergadura. ves de los Pirineos, haciendo que se desbordaran los ros del or- mera categora enviados por el rey Felipe II slo regresaron otra ocasin, trece aos antes, Nopolen haba hecho lo mismo.

    te de Espaa. Cn ca:o de que en el futuro se comprobara aue fueron los chi. Desde los das de los comerciantes fenicios y sus diminutas ga-

    a Espaa cincuenta y cuatro. Estos se haMah-n *-> tal estado que Sin avisar a sus hombres que estabon muriendo de las plagas y

    nos quienes provocaron la inundacin abriendo los diques, podrn leras, los hombres se ofanaron en construir barcos que resistieran nunco mos Pufl,eron ser ""iizaoos. alegar que la Guerro Mundial ofreci un precedente de territorio la ferocidad del mar. Cuando encontramos en la historia las con- _ .. . . . r . deliberadamente inundado para rechazar al encmqo. Lo contro- junciones "si" y "pero" en los casos en que se hurga apare-: *e,,p* romo con ca]% oorrota. wM - . - -" Ar* versiajnos trae a la memoria aquellos momentos intrincados, con- cera la Naturaiea triunfadora en muchos tflft:tt. Solo los vien moda Invencible" haba sido "vencible", dijo: 'La envi a luchar fusos, < indescriptibles de 1914, cuando la compaa en la costa tos que soplaron en direccin contraria f la esperada, tuvieron contra los hombres; no contra los elementos." sur de Ostende, que tuvo luacr en el mes de octubre. enprme trascendencia histrico. Explicondo lo que sucedi a la #

    clebre "Armada Invencible", lo reina Isabel de Inglaterra pro- Los ventos fueron siempre errees para las esperanzas mi-

    el elimo en Egipto, regres una noche a Francia.

    UN PELIGROSO ENEMIGO

    que det

    El Ejrcito alemn cay sobre los restos de las fuerzas belggs nuncio unas palabra's que fueron recogidas como lema en la me- litaristas de Espaa. Fu por un cambio en la direccin del vien- - g^2 no puede explicarse ', bajo el mando del rey Alberto, se encontraban en Nieuport, dalla que recuerda la famosa victoria naval britn:ca: to que fracasaron cuando intentaron apoderarse de Leyde, cap- . ras del ro Yser. Es en este punto, precisamente, donde la co- tal de los Pa*es Bojos, cuya capturo hubiera sido fotal para la fn los e cnos- E* general

    'Dios sopl vento y los dispers". causa holandesa.

    La Naturaleza es un peligroso enemigo. No obstante el fra- caso'napolenico en Rusia, el tormidoble tevs de su fortuna de

    solamente por las condiciones del clima von Knel-e 'eck rujo al zor Alejondro que

    los dos foctores principales centra opo'?haban sido la distan- cia y el tiempo.

    No hay dudo que la nieve y el hielo, la prolongada tempera-

    mente del rio desemboca en el mar. Fu en este lugar durante muchos das donde los belgas sostuvieron una lucha desigual. En el momento ms critico, la floto britnica se estacion detrs de Felipe II se haba esforzado en hacer entrar t*. . .JMI a la La antigua Grecia, con toda su significacin para la cien- tos dumas y abri por sorpresa el fuego de sus poderosos caones protestante Albion, pero como su padre, Carlos V, no haba te- cia, la literatura y las artes, hubiera sido destruida si no llega haciendo una verdadera matanza de alemanes. nido xito. En 1588, el monarca espaol entonces el ms pode, a desatarse una terrible tempestad que contuvo a las fuerzas per-

    roso de Europa se propuso humillar o Inglaterra. Reuni ciento sos, mandadas por Mardonio, al trotar de pasar el He'esponto y tur0 bol >, completaron lo que esos dos foctores comenzoron. Contenidos en este lugar, los alemanes se desviaron hacia el veinte barcos, los mejores de la poca; prepar transportes, les dominar o los griegos. El Ejrcito Oriental haba tenido ciertos

    interior, apareciendo de nuevo en Dixmude, lugar equidistante de o ms ta e. lo* pera . es a vti m*n

    un enorme logo. Miles de invasores perecieron ahogados. La inun- fuerzas atacaran desde Flandes, los soldados bisnos de Isabel se- taran de convertir a Grecia en una satrapio. Una tempestad, ms dacin constituy un obstculo infranqueable para los alemanes, ran puestos en fuga. El monarca espaol esperaba contar tambin bien varios huracane.*, impio-o la conquisto. E! monarca etrso Este gesto fu uno repeticin de la lucha heroica de los holandeses con cierto apoyo dentro de Inglaterra, aunque nunca lo consigui. \ orden que se construyera un paso atravesando e. monte Athos. QQ pue(jen ...f, una^seria catstrofe

    La oVa constituyo un triun.o n-o - n'-|ei* e>i\ ne 0. c - on- '

    Las fuerzas del emperador Hiroito, cogidas en h re*j!n inun-

    contia el Duque de A:l*?. un virrey emento de r^n-re env ai"P a Flandes por los Reyes de Espaa, contra el que se rebel el pueblo en 1572.

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    LA NATURALEZA DERROTA EJRCITOS

    El xito de las operaciones militares, ms o menos, depende un enemigo inesperado, tenan que batirse con una terrible tem- de que la tierra est dura o blanda; de que el cielo est o no cu- pestad. Los barcos de Felipe II, que eran pesadas moles, fueren berro de nubes. Las lluvias torrenciales han echada de su treno lanzadas unas sobre las otras, o muchos monarcas; ciertas tempestades de nieve destruyeron im- peos I Los ingleses esperaren el momento para dar su golpe. Sus

    UNA BATALLA CON LA TEMPESTAD t0 un cronista de lo poco, cVi todo el trabajo solamente se con. sigui que la flota puaiera ser trasladada al lado opuesto del mar

    Cuando la "Armada Invencible" penetr en t\ Canal de lo'*!* *-**>* ?**!****_ J* S Mancha, soplaba un viento muv fuerte. Los ing'e:es oris* cui el enemigo siguiera navegando. Pronto los espaoles so vieron ante

    de Magnesia cuando una tempestad, que dur tres das, acab con la flota que estoba formado por 400 galeras de combote y hoc d,"c 'posible. tren-o otras encargadas del transporte y los suministras.

    Los equipos mecanizados estn enterrados en el fango. Las co-

    municaciones han quedado infe-nimridas y el oa-?v:sionamento se

    NAPOLEN VICTIMA DEL FRI La situacin, no hay duda, es extremadamente peligrosa para

    los invasores. El nombre sigue encontrndose impotente cuando la

    De todos los guerreros de la historia quizs el que fu ms Naturaleza, el gran enemigo, se decide a atacarla.

    ***-*M -M V

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