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14. UNA EXPLICACIÓN DE LA DEPRESIÓN DE 1929 Volvemos a las preguntas iniciales: ¿qué provocó la depresión mundial de 1929? ¿Por que fue tan amplia, tan profunda, tan larga? ¿Fue causada por factores reales o por factores monetarios? ¿Se originó en Estados Unidos, en Europa, en los países de producción primaria de la periferia, en las relaciones entre ellos? ¿Fue una debilidad fatal de la naturaleza del sistema capitalista internacional o de la forma en que éste era gestionado, o sea, las políticas seguidas por los gobiernos? ¿Eran tales políticas, en la medida en que eran importantes, la consecuencia de la ignorancia, de la limitación de los horizontes o de los malos deseos? ¿Fueron la profundidad y la duración de la depresión un reflejo de la fuerza de un shock sobre un sistema relativamente estable, o una medida de la inestabilidad del sistema en presencia de un vendaval o de una serie de vendavales de fuerza normal (se midan como se midan)?, o para llevar la discusión de nuevo entre Paul Samuelson, Milton Friedman y yo, ¿fue la depresión un suceso fortuito, la consecuencia de una política monetaria deliberada y equivocada por parte del consejo de la Reserva Federal norteamericana, o sus orígenes eran complejos e internacionales, e incluían tanto factores reales como financieros? Inevitablemente el marcar estos puntos a la vez supone, a un nivel considerable, la reafirmación de las preconcepciones. Puedo ser acusado de haber seleccionado las estadísticas, los hechos e incidentes de la historia de la década que apoyan una posición elegida a priori, pero puedo decir que no he suprimido conscientemente ningún hecho que no esté de acuerdo con la explicación que sigue, ni he ignorado otras explicaciones tales como la política monetaria norteamericana (Friedman); el mal uso del patrón oro (Rubios); la deflación equivocada (Keynes); estancamiento secular (Hanson); desequilibrio estructural (Svennilson), etc. El capítulo se titula aria explicación, no la explicación. La explicación que este libro contiene está en que la depresión de 1929 fue tan amplia, tan profunda y can larga, debido a que el sistema económico internacional se hizo inestable por la incapacidad británica y la falta de voluntad norteamericana para asumir la responsabilidad de estabilizado desarrollando cinco funciones: 1. Mantener un mercado relativamente abierto para los bienes con problemas. 2. Proporcionar préstamos a largo plazo anticíclicos, o por lo menos estables. 3. Estructurar un sistema relativamente estable de tipos de cambio. 4. Asegurar la coordinación de las políticas macroeconómicas. 5. Actuar como prestamista de última instancia, por medio del descuenta o de otras formas, proporcionando liquidez en las crisis financieras. Creo que tatas funciones deben ser organizadas y llevadas a cabo por un único país que asuma la responsabilidad del sistema. 1 Si esto se hace así; y si especialmente este país actúa como prestamista de ultima instancia en las crisis financieras, el sistema económico es capaz en general, en mi opinión, aunque no en la de otros, de realizar los ajustes necesarios frente a dislocaciones serias mediante mecanismos de mercado. Habrá momentos en que la dislocación estructural sea tan amplia como para que hagan falta medidas más dirigidas, tales como d plan Marshall, el crédito británico, etc., después de la segunda guerra mundial. D. E. Moggridge cree que la dislocación era tan profunda entre 1929 y 1931 que los créditos de rescate de Francia y Estados Unidos a Austria, Alemania e Inglaterra no habrían servido para parar el colapso encadenado de las monedas. 2 El problema está en saber si los shocks que afectaban al sistema eran tan grandes que la gran sobreproducción de productos primarios, la insistencia francesa en obtener las reparaciones alemanas, la demanda de Estados Unidos de devolución de las deudas de UNTREF VIRTUAL | 1

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14. UNA EXPLICACIÓN DE LA DEPRESIÓN DE 1929

Volvemos a las preguntas iniciales: ¿qué provocó la depresión mundial de 1929? ¿Porque fue tan amplia, tan profunda, tan larga? ¿Fue causada por factores reales o porfactores monetarios? ¿Se originó en Estados Unidos, en Europa, en los países deproducción primaria de la periferia, en las relaciones entre ellos? ¿Fue una debilidad fatalde la naturaleza del sistema capitalista internacional o de la forma en que éste eragestionado, o sea, las políticas seguidas por los gobiernos? ¿Eran tales políticas, en lamedida en que eran importantes, la consecuencia de la ignorancia, de la limitación de loshorizontes o de los malos deseos? ¿Fueron la profundidad y la duración de la depresiónun reflejo de la fuerza de un shock sobre un sistema relativamente estable, o una medidade la inestabilidad del sistema en presencia de un vendaval o de una serie de vendavalesde fuerza normal (se midan como se midan)?, o para llevar la discusión de nuevo entrePaul Samuelson, Milton Friedman y yo, ¿fue la depresión un suceso fortuito, laconsecuencia de una política monetaria deliberada y equivocada por parte del consejo dela Reserva Federal norteamericana, o sus orígenes eran complejos e internacionales, eincluían tanto factores reales como financieros? Inevitablemente el marcar estos puntos ala vez supone, a un nivel considerable, la reafirmación de las preconcepciones. Puedo seracusado de haber seleccionado las estadísticas, los hechos e incidentes de la historia dela década que apoyan una posición elegida a priori, pero puedo decir que no he suprimidoconscientemente ningún hecho que no esté de acuerdo con la explicación que sigue, ni heignorado otras explicaciones tales como la política monetaria norteamericana (Friedman);el mal uso del patrón oro (Rubios); la deflación equivocada (Keynes); estancamientosecular (Hanson); desequilibrio estructural (Svennilson), etc. El capítulo se titula ariaexplicación, no la explicación.

La explicación que este libro contiene está en que la depresión de 1929 fue tan amplia,tan profunda y can larga, debido a que el sistema económico internacional se hizoinestable por la incapacidad británica y la falta de voluntad norteamericana para asumir laresponsabilidad de estabilizado desarrollando cinco funciones:

1. Mantener un mercado relativamente abierto para los bienes con problemas.2. Proporcionar préstamos a largo plazo anticíclicos, o por lo menos estables.3. Estructurar un sistema relativamente estable de tipos de cambio.4. Asegurar la coordinación de las políticas macroeconómicas.5. Actuar como prestamista de última instancia, por medio del descuenta o de

otras formas, proporcionando liquidez en las crisis financieras.

Creo que tatas funciones deben ser organizadas y llevadas a cabo por un único país queasuma la responsabilidad del sistema.1 Si esto se hace así; y si especialmente este paísactúa como prestamista de ultima instancia en las crisis financieras, el sistema económicoes capaz en general, en mi opinión, aunque no en la de otros, de realizar los ajustesnecesarios frente a dislocaciones serias mediante mecanismos de mercado. Habrámomentos en que la dislocación estructural sea tan amplia como para que hagan faltamedidas más dirigidas, tales como d plan Marshall, el crédito británico, etc., después de lasegunda guerra mundial. D. E. Moggridge cree que la dislocación era tan profunda entre1929 y 1931 que los créditos de rescate de Francia y Estados Unidos a Austria, Alemaniae Inglaterra no habrían servido para parar el colapso encadenado de las monedas.2 Elproblema está en saber si los shocks que afectaban al sistema eran tan grandes que lagran sobreproducción de productos primarios, la insistencia francesa en obtener lasreparaciones alemanas, la demanda de Estados Unidos de devolución de las deudas de

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guerra, la sobrevaloración de la libra y la subvalotación del franco, la paralización de loscréditos extranjeros en Nueva York, el Crac de la bolsa, etc., superarían cualquierconjunto de defensas; o si, en ausencia de un país que quisiera y pudiera actuar comoestabilizador, cualquier shock aleatorio al sistema por encima de algún mínimo podríahacer que el sistema va inestable cayese en la depresión.

Mi afirmación es que la dificultad está en la considerable y latente inestabilidad delsistema, y en la ausencia de un estabilizador. Antes de la primera guerra mundial, GranBretaña estabilizaba al mundo desarrollando las funciones enumeradas, más o menos, ycon la ayuda enorme de la mitología del patrón oro que internalizaba tanto unos tipos decambio estables como las políticas macroeconómicas coordinadas. Hubo ocasiones enque, Gran Bretaña o bien no estimo involucrada o se quedó a un lado, como en 1873,cuando atropa central y Estados Unidos compartieren una larga depresión3 En. 1890,después de cinco años de créditos exteriores acelerados, el mercado de capitales deLondres se paró de repente, el sistema se salvó después de la depresión, que duró de1890 a 1895, por un deus ex machina en forma de una entrada sustancial de oro de lasminas Rand del Transvaal descubiertas en 1886.4 En 1929, 1930 y 1931. Gran Bretaña nopodía actuar como estabilizador y Estados Unidos no queda. Cuando todos los paísesquisieron proteger su interés privado nacional, el interés público mundial se fue al traste, ycon él los intereses privados de todos.

MANTENER UN MERCADO PARA LOS BIENES CON PROBLEMAS

El mantener un mercado para los bienes con problemas puede verse como otra forma definanciar. El libre cambio tiene dos dimensiones: a) adaptar los recursos internos a loscambios de las capacidades productivas del extranjero, y b) mantener el mercado deimportaciones abierto en periodos de dificultad. El primero puede ser realizado másrápidamente por un país que crezca con rapidez, porque necesita transferir recursosdesde las ocupaciones menos productivas y quiere llegar a competir con lasimportaciones. Manteniéndose firme en el librecambio durante la depresión, con algúncoste a corto plazo en lo que se refiere a los recursos de las líneas que compiten con laimportación, el segundo punto proporciona un mercado para los excedentes que se hanacumulado en el extranjero. Gran Bretaña se mantuvo en el librecambio desde 1846 (oalgo, después, tal corno 1860; cuando todos los aranceles, excepto los mantenidos paraobtener ingresos, se habían desmantelado) hasta 1916. Después de 1873, Gran Bretañano crecía con rapidez, pero continuaba admitiendo el librecambio ya que sus industrias endecadencia eran exportadoras más que competidoras de las importaciones. Su tenacidaden la adhesión al librecambio durante la depresión puede haber nacido por un elementocultural y por la tradición librecambista de Adam Smith más que por hacer un servicioconsciente a la economía mundial.

El contraste de estos hechos aparece con la ley Smoot-Hawley. Al primer asomo deproblemas en la agricultura. Hoover echó mano del remedio casero republicano, tal comolo caracterizaba Schummpeter, haciendo frente a la recomendación de la ConferenciaEconómica Mundial de 1927 de que las naciones del mundo debían adoptar una treguaarancelaria. Le acción era importante no tanto por su impacto sobre la balanza de pagosde Estados Unidos, o por su conducta de no llegar a ser una nación acreedora, como porsu irresponsabilidad. El acuerdo del Congreso amplió la protección de la agricultura a losproductos primarios y a las manufacturas de todo tipo, y Hoover a pesar de más de treinta

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protestas formales de otros países y de los consejos de mil economistas, transformó elacuerdo en ley. Esto dio lugar, o por lo menos no hizo nada para pararlo a una estampidahacia la protección y la restricción de importaciones en que cada país trataba deprotegerse de una presión deflacionaria sobre las importaciones, y todos juntosaseguraban dicha presión mediante la restricción mutua de las exportaciones. Al igual quecon la depreciación del tipo de cambio para elevar los precios internos, el beneficio de unpaís era una pérdida para todos los demás. Con las represalias arancelarias y lasdepreciaciones competitivas, las pérdidas mamas estaban aseguradas. La fórmula de unatregua arancelaria y de una estabilización del tipo de cambio propuesta por la ConferenciaEconómica Mundial de 1933 no ofrecía ningún medio positivo de elevar los precios oaumentar el empleo. Sin embargo, habría tenido importancia como forma de parar unaulterior caída. Sin ningún país que quisiese proporcionar un mercado para los bienes conproblemas, o que quisiese tolerar la apreciación del cambio, y mucho menos que quisieseproporcionar capital a largo plazo o facilidades de descuento a los países que tuviesendificultades de pago, la falacia de la composición de hacer del todo menos que la suma desus partes fue lo que aseguró que la deflación continuase.

CRÉDITOS ANTICÍCLICOS

En el siglo XIX Gran Bretaña concedía créditos al extranjero con una base anticíclica.Hubo otras excepciones, además del episodio de 1890 al que nos hemos referido.5 Peroen buena parte, especialmente después de la mitad del siglo, y como contrapartida semantuvieron los créditos exterior e interior. La recesión interna estimuló los créditos alextranjero, el boom nacional los cortó. Pero el boom nacional hizo aumentar laimportación, lo cual proporcionó un estímulo a la exportación, que sustituyó a la inversióninterna con fondos prestados. Los créditos anticíclicos estabilizaron al sistema.

En los años veinte, los créditos al extranjero de Estados Unidos tenían una correlaciónpositiva con la inversión interna. El boom de los veinte vino acompañado de un aumentoen los créditos al extranjero, la depresión de los treinta hizo que el flujo de capital seinvirtiera. En su obra The United Series and the World Economy escrita en 1943, Hal Laryapuntó el hecho fundamental de que Estados Unidos cortó sus importaciones y suscréditos al mismo tiempo. La disminución de los préstamos ocurrió en realidad antes delcrac de la bolsa porque los inversores se dirigieron desde el boom de los bonosextranjeros que siguió al crédito Dawes, hacia el boom de las acciones nacionales, queempezó en la primavera de 1928. Puede discutirse la presión deflacionaria en Alemania,6

pero la presión sobre los países menos desarrollados de la periferia es clara.7 Además, talcomo muestra el cuadro 1 (p. 65), Gran Bretaña también redujo sus créditos en 1929 enrelación con 1928.

TIPOS DE CAMBIO ESTABLES

Los tipos de cambio fueron estables durante el siglo XIX a causa del patrón oro. El preciodel oro se fijó en Gran Bretaña en 1717 y en Francia en 1726 y se mantuvo, coninterrupciones debidas a. la guerra y a la crisis, hasta 1931 y 1924 respectivamente. Lamayoría de los economistas, aunque no todos, creían que el patrón oro estaba gestionado

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por el Banco de Inglaterra, con ayudas ocasionales del Banco de Francia, del Banco deHamburgo y del Banco Estatal de Rusia. El sistema era aceptado cómo un hecho objetivo,difícilmente sujeto a alteraciones, había sido internacionalizado y era por tanto legítimo.

Cuando después de la inflación de la primera guerra mundial, los tipos de cambio o bienfueron restaurados o bien se ajustaron, era importante fijarlos a niveles de equilibrio. Sededicó a este problema bastante atención. Pero en la mayoría de países, los economistasse esforzaban en calcular paridades del poder adquisitivo, sin hacer siempre las debidascorrecciones por cambios estructurales, tales como la pérdida de los activos extranjerosde Gran Bretaña o el gran volumen de capital francés en el extranjero en 1926, yesperaban el momento oportuno para la vuelta a la situación normal. Italia escogió un tipode cambio que se basaba casi exclusivamente en el prestigio. La estructura de tipos decambio resultante puso al sistema mundial en una posición difícil.

Después vino la depresión, y la respuesta de muchos países de la periferia, que nopodían ya pedir créditos y se enfrentaban a-unos precios y valores de exportación quebajaban con rapidez, fue la de devaluar sus monedas. Tuvo lugar en cierta medida unadepreciación competitiva del tipo de cambio. En Gran Bretaña no importaba que sehundiese la libra, si no que- se creó la Exchange Equalization Account para evitar quesubiera. La respuesta de las autoridades monetarias al comportamiento caótico en lostipos de cambio en los años treinta fue la de adoptar unos tipos de cambio fijos en BrettonWoods como patrón que evitase las tácticas de empobrecer al vecino. Cuando el conjuntode tipos de cambio tuvo dificultades al seguir los distintos países políticosmacroeconómicos independientes, muchos economistas se manifestaron en favor de laflotación. Originalmente mucho de ellos pensaban, y aún es una opinión ampliamentedifundida entre los monetaristas, que unos tipos de cambio completamente flexiblesproporcionan el aislamiento de las condiciones mundiales de inestabilidad a un paísdeterminado. Sin embargo, tanto la experiencia de los años treinta como lis de los añossesenta indica lo contrario. En un mundo de inflación como el de los años treinta, unostipos de cambio flexibles con ovenshooting son deflacionarios. La depredación deja losprecios internos sin variar, y reduce los precios en los países en los que los cipos decambio se han revalorizado. Por otro lado, en un mundo de inflación, como el de los añossetenta, el efecto ratchet funciona en el sentido opuesto: la depreciación eleva los preciosinternos y la revaluación deja los precios extranjeros sin variar.

Los economistas tienen aún que ponerse de acuerdo sobre cuál es la mejor manera deobtener el grado óptimo de estabilidad del tipo de cambio fijo a corro plazo, y ajustable alargo plazo, cuando hay cambios estructurales y las políticas macroeconómicas sondivergentes. Tampoco esté claro cómo estos elementos podrían ser proporcionados por ellíder en la actualidad, aunque Estados Unidos dominaron las instituciones do BrettonWoods hasta los primeros años setenta.

COORDINACIÓN DE LAS POLÍTICAS MACROECONÓMICAS

Al igual que los tipos de cambio, las políticas macroeconómicas se combinaban de formamás o menos automática durante el siglo XIX con el patrón oro. El Banco de Inglaterrahabía desarrollado gradualmente las técnicas para la gestión de los mercados de dinero yde capital de Londres, que comunicaban la política monetaria al resto del país y delmundo. La política fiscal casi no existía en un mundo de presupuestos equilibrados en

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tiempos de paz, excepción hecha de las variaciones en la forma de los impuestos. Dichasvariaciones estaban destinadas a asignar los recursos y redistribuir la renta, no amantener la estabilidad de la renta nacional.

El patrón oro se derrumbé en el período de entreguerras hasta el punto de que EstadosUnidos y Francia, acumulando oro, In esterilizaron. La política monetaria se dirigíaprincipalmente a fines internos excepción hecha del episodio de 1927 que mas tarde fueconsiderado como una equivocación. La inflación alemana de 1923 hizo que dicho país sevolviese paranoico en relación al tema. En política fiscal no existía prácticamente nada, niincluso en Suecia. La política monetaria era una cuestión de tonto el último o sálvesequien pueda.

PRESTAMISTA DE ÚLTIMA INSTANCIA

La función de prestamista de última instancia tiene dos dimensiones, una interna y otrainternacional. En el frente interno, recibió inmediata atención. Montagu Norman del Bancode Inglaterra rescató el banco William Deacons en 1929. En octubre del mismo año,George Harrison, del Banco de la Reserva Federal de Nueva York, empezó unasoperaciones de mercado abierto muy por encima de los límites que tenía asignados por lajunta de Washington, en un esfuerzo para drenar la liquidez del mercado de Nueva York.En Italia, cierto número de bancos fueron salvados secretamente en 1930 mucho antesdel primer pánico bancario en Estados Unidos en noviembre y diciembre del mismo año.En Alemania los resultados fueron menos positivos. Un memorándum socialdemócrata dejulio de 1931 afirmaba que el Reichsbank debía llevar a cabo una nueva emisión debilletes bancarios sin fiarse en los límites legales impuestos por sus reservas de oro y demoneda extranjera evitando el peligro de inflación mediante la elevación de la rata dedescuento. Llevó a cabo el último aspecto, pero no el primera.8 Y permitió que elDanstbank quebrase, pecado de omisión que desde la perspectiva actual palmeincomprensible.9

Sin embargo era a nivel internacional donde el prestamista de última instancia faltaba deforma más conspicua. La función es, como mínimo, difícil, pero Gran Bretaña lo intentóhasta los últimos 50 millones de chelines austriacos prestados a Austria en julio de 1931,cuando el resto del mundo se habla retirado. Después de la caída, se marginó a GranBretaña de un crédito concedido a Alemania, mientras que franceses y norteamericanosconcedieron uno, demasiado pequeño y demasiado tarde, sin mencionar las durascondicionas políticas impuestas por pacte de les franceses. Cuando a Inglaterra le llegó elturno de buscar ayuda. Estados Unidos y Francia procedieron a conceder sólo un créditoal mismo tiempo —una táctica de tacaño, ya que la prescripción de Begehot era deprestar libremente— y pusieron unas condiciones económicas tan severas en el segundocrédito, que hicieron caer al gobierno laborista. La condicionalidad de los créditos derescate no es un problema nuevo, tal como salte el Tercer Mundo mientras negocia con elFondo Monetario Internacional.

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LIDERAZGO INGLÉS

No quedó claro hasta 1931 que Gran Bretaña no podía ser el líder. En los tempranos añosveinte existieron programas de la Sociedad de Naciones dirigidos a la estabilización de lasmonedas de Austria y Hungría. Ambos programas eran, hasta cierto punto, británicos ensu espíritu, con la ayuda de expertos escandinavos, holandeses y de otros procedentesde los dominios británicos, como los del staff económico y financiero de la Sociedad deNociones. Más tarde, los planes Dawes y Young para el arreglo de las reparacionesalemanas estuvieron dominados por los expertos británicos, con algunos norteamericanosque servían de frente para eliminar la esperanza británica de ligar las reparaciones a lasdeudas de guerra. En 1931, la capacidad británica de liderazgo había desaparecido. Enparte se había disipado en pueriles querellas de bancos centrales entre Norman yMoreau, aunque buena parte de la competencia para dominar a los pequeños bancoscentrales de Europa era un producto de la imaginación de Moreau. Benjamín Strongintentó ser el árbitro de estas peleas, y su muerte en 1928 fue una pérdida para laestabilidad del sistema. De mayor significación fue el peso de los saldos franceses enesterlinas, que inhibió a Gran Bretaña en su función de prestamista de última instancia.En la Conferencia Económica Mundial de 1933 quedó claro que Gran Bretaña se habíaseparado de su papel dirigente en el mundo, cultivando la Commonwealth y la libertadpara manejar la libra esterlina, y dejando que Estados Unidos diseñase un programamundial.

FALTA DE LIDERAZGO POR LOS ESTADOS UNIDOS

Los historiadores revisionistas, como William A. Williams insisten en que Estados Unidosasumió un papel importante en el mundo con Charles E. Hughes en fecha tan tempranacomo fue en la Conferencia de Desarme de 1922.10 Es difícil o imposible encontrar apoyopara esta posición en el campo de la economía internacional, que acepta la sabiduríaconvencional de historiadores como E. H. Carr, para quien, en «1918 el liderazgo mundialfue ofrecido, casi con el consentimiento universal, a Estados Unidos... y fuerechazada>>11. Existía un cierto interés por los asuntos de Europa York en Nueva York,en el Banco de la Reserva Federal de Nueva York con Strong y Harrison, en la comunidadfinanciera representada por gente como Dwight Morrow, Thomas Lamont y Norman Davis.Unos pocos no neoyorquinos como Charles G. Dawes y Andrew Mellon, aparecieron enlas finanzas internacionales y en la diplomacia. Sin embargo, en conjunto, el aislacionismoexpresado por Henry Cabor Lodge al dirigir el rechazo al Tratado de Versalles y a laadhesión de los Estados Unidos a la Sociedad de Naciones, tipificaba el sentimientodominante. Estados Unidos no tenia claro su papel internacional. Creía que los británicoseran más astutos, más sofisticados, más tortuosos en sus tácticas de negociación, deforma que Estados Unidos siempre acababa las conferencias internacionales perdiendo.Stimson habría deseado emprender una operación importante de descuento para rescataral Reichsmark en julio de 1931. Hoover, Mellan y Milis —aunque fuese de Nueva York —se oponían a enviar dinero bueno para salvar al dinero malo, como se necesitaba-pan eldescuento. En 1933, James Warburg, Moley y presumiblemente Woodin y Roosevelt aúnse resistían a enviar dinero de esta forma. Las propuestas de fondos monetariosinternacionales en embrión eran mucho e incluso Gran Bretaña presentó una de formaoficial. Todas fueron descartadas con la lectura de la cantidad que Estados Unidos habíaya perdido por las deudas de guerra no pagadas y por el acuerdo de espera (Standstill)12.

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No fue hasta 1942 que Harry D. White empezó a preparar un plan mundial en BrettonWoods —conjuntamente con el plan de lord Keynes—, un plan mundial de descuentolimitado.

COOPERACIÓN

La conclusión de Clarke de que la cooperación entre bancos centrales se mantuvo hastamediados de 1928, pero falló después, ya ha sido mencionada y discutida en detalle. Deforma sucinta, dicha cooperación en algunos aspectos, tales como la hegemonía sobrelos pequeños bancos centrales o la elección de un tipo de cambio de equilibrio erainadecuada antes de 1926, y el Banco de Francia apoyó a la libra esterlina lealmente ycon muchos gastos a finales de verano de 1931. Una cuestión más importante es si unacooperación de este tipo habría sido suficiente. En la obra America's Role in the WorldEconomy,13 Alvin Hansen sugirió que la política de Estados Unidos debía mantener elpleno empleo en el país y debía cooperar con los esfuerzos internacionales deliberalización del comercio, restableciendo los movimientos de capital, mejorando elsistema monetario mundial, y así sucesivamente. Con la ventaja de la perspectiva pareceque más que cooperación lo que se proporcionó fue liderazgo, y que la simplecooperación no habría construido las instituciones y políticas de la OCDE, del Grupo delos Diez, del Banco de Acuerdos Internacionales, del Fondo Monetario Internacional y delBanco Mundial, del GATT, etc. Tal como me dijo un conocido miembro del staff del FondoMonetario Internacional, un norteamericano, si Estados Unidos no hubiese tomado elpapel de líder, nada había sucedido. El liderazgo puede existir sin que existan seguidores,y las propuestas alocadas o incluso las propuestas sensible pueden ser vencidas por lafalta de apoyo. Pero las propuestas más sensibles que surjan de los pequeños países notienen valor si dichos países no tienen la capacidad de llevarlas a cabo y no puedenconvencer a los demás países para que lo hagan. La Conferencia Económica Mundial de1933 no careció de ideas, cal como sucedió en la de 1927. El único país capaz de asumirel liderazgo escriba preocupado por los problemas internos y se marginó.

Una forma especial de cooperación habría sido un liderazgo combinado anglo-americanoen los asuntos económicos del mundo. El equivalente de los años ochenta es lasugerencia, tan frecuente, de una troika compuesta por Alemania, Japón y los EstadosUnidos que proporcionaría el liderazgo que hoy se necesita, ahora que la capacidad y/o eldeseo norteamericano de proporcionarlo se han disipado.

Los economistas en general arman que tales arreglos, tanto el duopolio como elmonopolio bilateral, son inestables, y también lo hacen los politólogos. Carr afirmaexplícitamente que la esperanza de una paz anglosajona era romántica, y que la paznorteamericana sería un fenómeno mas fácil.14 Vansittart:, refiriéndose a los acuerdos deespera y a la ocupación alemana de la Renania, escribió en relación a la ConferenciaEconómica Mundial: «Cuando se necesitaba acción dos años antes, los dos gobiernos,británico y norteamericano, se escudaron uno en el otro, al igual que lo hicieron losgobiernos británico y francés tres años mis tarde>>15 Con un duunvirito, una troika oformas algo mis amplias de responsabilidad colectiva, como la cumbre de los Siete o elGrupo de los Diez, el pasarse la culpa de uno a otro no tiene lugar donde parar.

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LIDERES QUE CAMBIAN

Friedman y Schwartz dan gran importancia al papel que durante la depresión jugó elcambio del liderazgo monetario en Estados Unidos de Nueva York a Washington.16 Dichosautores sugieren que ello parece excesivo, ya que un <<principio general sólido es el quegrandes sucesos tienen grandes orígenes», pero apuntan que los pequeños sucesos aveces tienen grandes consecuencias a partir de reacciones en cadena de fuerzasacumulativas. La universalidad de dicho principio le parece dudosa a este observador17 Laobservación de que los cambios en el lugar del liderazgo dieron pie a la inestabilidad, encambio, no. Si no se hubiesen centrado tan exclusivamente en las condiciones monetariasde Estados Unidos, Friedman y Schwartz podrían haber notado la acentuación de Ladepresión que vino con la transferencia de la presidencia de Hoover a Roosevelt, y queocurrió después de que la oferta monetaria hubiese aumentado mucho, y la transferenciaaún más significativa, a mi juicio, de liderazgo en la economía mundial desde Whitehall ala Casa Blanca.

Esta noción de inestabilidad de un sistema financiero con dos centros, o de un sistema enque el liderazgo está a punto de ser dejado por un país y recogido por otro, es citado porEdward Nevin corno un elemento crucial en el colapso del patrón oro en 1931. Dicho autorcita a sir Ernest Harvey en su testimonio ante el Comité Macmillan: «el liderazgo queposeemos ha sido afectado por la posición que ha ganado América»; al hacer un cambioen el antiguo sistema, tal y como se decía en el informe Macmillan, en el que el tipobancario regulase la posición de reservas del Reino Unido, y otros países ajustasen suposición a la de Gran Bretaña. Y siguió diciendo, «es mejor que un coche esté en manosde un mal conductor, que dos excelentes conductores estén perpetuamente luchandopara tener el control del vehículo».18 La analogía de dos excelentes conductores queluchan para controlar el volante es más gráfica que certera. La inestabilidad más bienparece venir de la debilidad creciente de un conductor y la falta de interés del otro. WilliamAdams Brown, Jr., describe el patrón oro del periodo como si <<no tuviese un puntofocal», advirtiendo que tenía dos, pero las conclusiones de su trabajo monumental noprofundizan en este aspecto critico de la economía mundial.19

EL PAPEL DE LOS PEQUEÑOS PAÍSES Y FRANCIA

Un pasajero del vehículo al que no le faltaba interés era Francia, y un grupo al que lefaltaba responsabilidad —para seguir con la metáfora, o quizá deberían verse comopasajeros del asiento posterior—, consistía en los países pequeños: Bélgica, Holanda,Suiza y Escandinavia. Se puede hablar de los pequeños países en primer lugar. A vecesse les culpa, como en el análisis de Born, de haber actuado irresponsablemente, porejemplo, al convertir libras esterlinas en oro en el verano de 1931, o al aumentar losaranceles después de 1930. Sin embargo, no hay una norma universalmente aceptada decomportamiento para los países peque as. Por un lado, les falta la fuerza para afectar alresultado de los grandes sucesos, y por lo tanto tienen el privilegio de cuidar el interésprivado nacional más que de preocuparse con el bien público de la estabilidad en laeconomía mundial en su conjunto. A un nivel ético algo superior, los pequeños paísespueden estar obligados al imperativo categórico kantiano, que les obliga a actuarúnicamente en una forma que sea generalizable. En tales circunstancias, por supuesto,no deberían haber retirado los créditos de Austria en la primavera de 1931, ni de

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Alemania ni Gran Bretaña en el verano, ni de Estados Unidos en el otoño. El economistaescoge entre estas normas quizá por coste comparativo. Si Holanda hubiese conocido elcoste de no convertir sus libras esterlinas en oro, no parece probable que lo hubiesehecho, incluso con el riesgo de acelerar el colapso de la libra y profundizar la depresiónmundial. Puede suceder que países como Suecia, Canadá y Nueva Zelanda, queproporcionan altos niveles de conducta internacional —en ayuda extranjera,contribuciones a las misiones de paz de las Naciones Unidas, etc.— lo hagan únicamentepor las razones éticas, o pueden elegir en algunas ocasiones el aprovechar lasoportunidades que se les presentan y que son relativamente baratas. Se puede asíapuntar que los países pequeños contribuyeron de forma sustancial a la dedación por lavelocidad con la que cortaron sus importaciones, depreciaron o convirtieron las librasesterlinas y los dólares en oro, pero es difícil culparles por ello20.

Existe otro aspecto del papel de los pequeños países: podían ofrecer programas derecuperación, ya que sabían que el coste importante de los mismos recaería sobre otrospaíses. Las propuestas de un embrión de Fondo Monetario Internacional en lasdiscusiones de Washington que precedieron a la Conferencia Económica Mundial de1933, fueron presentadas por Polonia, Turquía, Bélgica, la OIT, y una fue presentada porGran Bretaña, pero esta última fue retirada rápidamente cuando Estados Unidos seenfadó por ella. La falta de recursos para hacer efectivos dichos esquemas por parte delos pequeños países redujo a los mismos a papeles de consejeros sin convicción, inclusocuando las propuestas eran sólidas. Un ingrediente esencial del papel de seguidor dellíder es el de convencerle de que el es el autor de las ideas que necesitan del uso de susrecursos.

El caso de Francia es distinto. Francia buscaba su poder en el interés nacional, sin teneren cuenta adecuadamente la repercusión de su postura en la estabilidad económica opolítica mundial. Su intransigencia en relación con las reparaciones, el intento de ponercondiciones políticas en el segundo crédito austríaco de 1931 o en el préstamo alemán dejulio del mismo año, ilustran su posición. Herido por la depreciación de la libra enseptiembre, el Banco de Francia, con grandes presiones políticas en el país, convirtió susdólares en oro basándose en el interés privado nacional durante 1931.1932, protestandoal tiempo de su cooperación y su preocupación por el interés de Estados Unidos. Larivalidad entre el Banco de Francia y el Banco de Inglaterra sobre quién debía tener elliderazgo en la restauración de la independencia de los bancos centrales y laestabilización de monedas en la Europa oriental, sería patética sino hubiese incurrido enlos riesgos de inestabilidad para el sistema en su conjunto al intentar los franceses retirarsus cuentas de Londres.

No siendo suficientemente grande para que se le impusiera la responsabilidad, ni losuficientemente pequeña para permitirse la irresponsabilidad, la posición francesa en elperíodo de entreguerras no puede envidiarse. Tenía la fuerza para desestabilizar, petotenía poca fuerza para estabilizar21 <<Gran Bretaña y Estados Unidos conjuntamente eranel núcleo activo que sustituyó al centro único de preguerra, pero la posición y la política deFrancia afectó tanto a sus relaciones mutuas como a sus relaciones conjuntas con el restode países.»22 En estas circunstancias, Francia podía ser, y lo fue, culpada por atentarcontra el sistema cuando no tenía capacidad para cogerlo y dirigirlo en presencia de dospoderes mayores, uno débil y el otro irresponsable.

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INTERÉS PUBLICO CONTRA INTERES PRIVADO

El cinismo sugiere que el liderazgo es totalmente recompensado por sus cargas en formade prestigio, y que aunque proteste mucho por su dedicación al bienestar público, suinterés fundamental es privado. Bismarck insistía en que el librecambio era el arma de laeconomía dominante, ansiosa de evitar que otras economías siguientes dicho camino.«La carga del hombre blanco» es una expresión que aún hoy se usa como burla. Un paíscomo Francia, deliberadamente decidido a obtener prestigio, sugiere que los que intentanresolver problemas lo hacen por perfidia o fracasan. Sin embargo, existe una diferenciaentre aceptar y declinar la responsabilidad par la forma en que se lleva el sistema. Losbritánicos aceptaron la responsabilidad, aunque, como lo subraya el crédito de 50millones de chelines austriacos, eran incapaces de cargar con ella. Con Coolidge yHoover, Estados Unidos rehusó dedicarse a ningún programa de reconstrucción en elextranjero o de estabilización de la moneda, y dejaron esos problemas al Sistema de laReserva Federal». Difícilmente hubo ninguna mejora en la dedicación de Roosevelt a laeconomía mundial hasta 1936, y de forma tímida, en el momento del Acuerdo MonetarioTripartito, últimamente durante la segunda guerra mundial. Dentro de Francia y entreFrancia y los otros poderes principales, «todos los grupos creían que sus oponentesestaban mis unidos y dedicados de lo que estaban ellos, y no había por el interés generalninguna preocupación.» 24

Incapaces de abarcar el bien público, los británicos dirigieron su energía cada vez más alinterés privado. Por ejemplo, la defensa de Keynes de un arancel y el rechazo a estudiaruna estabilización después de 1931. Se pueden encontrar dos o tres elementos en losdocumentos que demuestran que la iniciativa vino de los dominios más que de GranBretaña.25 Durante un tiempo, y hasta bien entrada la guerra, la profesión económicabritánica y el público en general casi aprendieron la lección de que cada país debepreocuparse de sí mismo sin fijarse en los efectos externos.

Este punto queda ilustrado en el memorándum escrito por Hubert Henderson para elTesoro británico en 1943, y titulado «International Economic History of the InterwarPeriodo.26 Este trabajo explica la visión cruda de la depresión como resultante delnacionalismo y de los aranceles, del colapso de comercio mundial, del bilateralismo y delas preferencias y la ignorancia de los consejos de la Sociedad de Naciones, que llevan ala conclusión de que, después de la guerra, hay necesidad de que el mundo tenga másfirmeza para evitar el nacionalismo económico, e intente construir un sistema económicoque trabaje con libertad y con créditos internacionales, reduciendo las barreras alcomercio y eliminando la regulación cualitativa.27 Henderson afirma que la historia delperíodo de entreguerras no apoya su punto de vista. Se opone a la depreciación de lamoneda ya que

no puede haber duda de que la depreciación de la libra fue responsable enparte de la mayor caída de los precios del oro, y la desilusión es general enel Reino Unido y aún más en Estados Unidos en relación al poder de ladepreciación para promover la recuperación nacional. 28

Pero la visión convencional es falsa en todos sus aspectos esenciales. Elviejo orden internacional se ha roto y para bien. Solamente la futilidad y lafrustración pueden ser el resultado de los intentos para la reconstrucción. Lospaíses individuales deben tener libertad para regular sus economías externasde forma efectiva, con el control de los movimientos de capital, las

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regulaciones cuantitativas, las preferencias, y las políticas autónomas decrédito, etc.29

Esta afirmación, que Keynes compartió durante los años treinta y hasta más tarde durantela guerra, es comprensible. Sin embargo, olvida la principal lección de los años deentreguerras: para que la economía mundial se estabilice debe existir un estabilizador,uno solo.

RELEVANCIA PARA LOS OCHENTA Y LOS NOVENTA

Liderazgo es una palabra con connotaciones negativas en los años setenta, cuando en laparticipación en la toma de decisiones se contempla como algo más estético. Muchos delos aspectos de der Führer e il Duce permanecen. Pero si se piensa en el liderazgo cornola oferta del bien público de la responsabilidad, más que en la exploración de losseguidores o el bien privado del prestigio, es una idea positiva. Quizás un día será posiblejunta: las soberanías para limitar la capacidad de los distintos países de ir en contra delinterés general. Tal hecho se ha obtenido virtualmente hoy en algunas de las funcionesnecesarias para estabilizar al sistema económico mundial, como los acuerdos de Basileasobre créditos a corto plazo, que a falta de un banco central mundial sirven de mecanismode redescuento para un mundo en crisis. En esta área y en las agencias mundiales quemantienen el librecambio y un flujo liberal de capital de ayuda, se necesita sin embargo elliderazgo en ausencia de una autoridad delegada. La de Estados Unidos estadesapareciendo. No esté claro que la fuerza creciente de Europa en una ComunidadEconómica Europea aumentada, vio de Japón, venga acompañadapor una afirmación del liderazgo al proporcionar un mercado para los bienes conproblemas o agresivos, para estabilizar el flujo internacional de capitales o paraproporcionar un mecanismo de descuento para la crisis. Presumiblemente los acuerdosde Basilea en este último campo durarán. Hay signos de que el mercado europeo debienes seguirá siendo amplio, excepto en agricultura, lo que es una excepción importantedesde el punto de vista mundial. Hay que andar aún un buen trecho para estabilizar elLujo de capitales de forma anticíclica.

Al debilitarse el liderazgo económico de Estados Unidos en la economía mundial, ymientras Europa y Japón aumentan sus fuerzas, tres posibles resultados sonpolíticamente estables, y otros tres inestables. Entre los resultados estables estén elliderazgo continuado o reavivado de Estados Unidos, después de que los controles decambio de 1963 a 1968 y la reciente ola de proteccionismo sean vencidos; una afirmacióndel liderazgo y la asunción de la responsabilidad en relación a la estabilidad del sistemamundial por parte de Europa, Japón o algún tercer país como puede ser Brasil, o unacesión efectiva de la soberanía económica a las instituciones internacionales, un bancocentral mundial, un mercado de capitales mundial, y un acuerdo general de aranceles ycomercio (GATT) efectivo. Este último es el más atractivo, pero quizá debido a sudificultad, el menos verosímil. Entre las primeras dos alternativas, el ciudadanoresponsable debía contentarse con cualquiera de ellas, lanzando una moneda al aire paradecidir de forma simple, para evitar 135 alternativas indeseables, ya que la tercera no esposible.

Las tres salidas que deben evitarse debido a su inestabilidad son

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a) Los Estados Unidos, Japón y la CEE luchando por el liderazgo en laeconomía mundial.b) Uno de ellos incapaz de dirigir, y los otros que no quieren, como sucedióentre 1929 y 1933.c) Cada uno de ellos manteniendo el veto sobre los programas de estabilidad orefuerzo del sistema, sin buscar la creación de programas positivos propios.Los artículos del acuerdo del Fondo Monetario Internacional se crearon paraproporcionar a Estados Unidos el veto a las acciones a las que se opusiera. En1969, en h reforma que legisló la adición de los derechos especiales de giro alsistema monetario, las cuotas del FMI fueron ajustadas para proporcionartambién el veto a la Comunidad Económica Europea. Esto abre la posibilidadde un empate, como en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas,cuando dos de los poderes mayores son incapaces de ponerse de acuerdo. Enlas circunstancias del Consejo de Seguridad existe el peligro de una espiral deregresión hacia la guerra; la analogía en el campo económico es laparalización y la depresión.

La tercera alternativa positiva de unas instituciones internacionales con autoridad real ycon soberanía sigue siendo urgente.

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Citas

1. Los politólogos se refieren a la posición de liderazgo de un simple paísllamándole «hegemonía»; yo prefiero pensar en responsabilidad.Hegemonía puede ser un término mis realista pero también mis cínico.

2. Véase su “Policy in the Crises of 1920 and 1929”, 1982. Gottfried Haberlerestá de acuerdo con la posición que aquí se presenta por la que losperiodos posteriores la primera y segunda guerra mundial necesitabanterapias distintas, debido a las diferencias de amplitud de la devastación ydislocación Física, económica y política. Véase su “Die Welrwirtschaft unddas internationale Wahrungssystern in der Zeit zwischen den beidenWeltkriegen”, 1976, pp. 280-239. Se puede decir que hace algunos añosHaberler se alineaba ceo aquellos que, como Roy Harrod, Friederich Luce.Jacob Viner y el senador Joseph Ball se oponían al concepto de «escasezde dólares., e m algunos aspectos al plan Marshall afirmando que sepodían restablecer la estabilidad y el crecimiento en Europa después de laguerra si los países «paraban la inflación y ajustaban el tipo de cambio>>.Véase mi Dollar Shortage, 1950, pp. 2-6. Una visión en su mayor partepolítica por la que las dos épocas posbélicas son del mismo tipo, condiscusiones, se secarnos en Charles S. Maier <<two post-war Eras and theCondicitions for Stability in Twentieth-century Europe>>, 1931, concomentarios de Stephen A. Schuker y mios , y respuesta de Maier.

3. Véase mi Manias, Panics and Ceasber,1978, p .211.4. Véase mi “Internacional Propagation of Finandal Crises: The Experience of

1888-1893”, 1984.5. Véase mi <<The Cyclical Patterm of Long-Term Lending>>, 1982.6. Véase supra, p. 150.7. Heywood Fleisig “The United States and the World Periphery in the Early

Years of the Great Depression”, 1972.8. CarI Ludwig Holtfrerich, «Alternativen zu Brünings Wirtschafespolitiks in der

WeItwirtschnfeskrise>>, 1982, p. 6.9. Heinrich Irunler.<<Bankenkrise und Volheschaftgungspolitiks>>. 1976,

p-287.10. Véase, por ejemplo, William Appleman Williams, The Tragedy of American

Diptomacy, 1959, passim, esp. cap. IV: «The Legend of Isolationism>>Williams, un historiador revisionista marxista, afirma (p. 123): «Hoover noentendía el hecho de que la depresión era un signo de estancamiento deuna economía corporativa nacida durante la guerra civil y que llegó a sumadura en la década que va de 1895 a 1905>>; y (p. 128) <<... desde lacaída de 1932, Roosevelt y Hull subrayaron la importancia del comercioexterior para la recuperación interna y para la suavización mundial de lascondiciones

11. Edward Hallen .Carr, The Twenty Year´s Crisis, 1919-1939. 1964, p. 23.12. Jorgen Pedersen culpa a Estados Unidos de la crisis de liquida de 1931 por

su incapacidad para apoyar al mamo alemán, y cuando este tuvo quesuspender sus pagos de oro, por su incapacidad para asegurar la libra.Véase «Some Notes on the Economic Policy of die United States during thePeriod 1919-1932>>, 1975. Esta seria hoy aceptado y el mismo profesorPedersen lo adelantó, tal como se ha dicho anteriormente, en 1933. Sinembargo, tal como él mismo apunta, Estados Unidos actuó con «losprejuicios normales del periodo>>.

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13. Alvin Hansen, America's Role in the World Economy, 1945.14. Carr, The Twenty Years Crisis, 1919-1939, pp. 233-234.15. Lord Vansittart, The Mist Procession, 1958, p. 466.16. Milton Friedman y Anna Jacobson Schwarz, A Monetary History of the United

States, 1867-1960, 1963, p. 419.17. Cf. Benjamín Franklin. Maxims Prefixed to Poor Richard´s Almanac, 1757.

<<A pequeños golpes se abaten las grandes encinas>> y <<Las pequeñasnegligencias pueden trae: los grandes datos: a falta de un data u perdió laherradura; a falta de la herradura se perdió el caballo; a falta del caballo seperdió el caballero». La excepción de este feedback acumulativo tienta a lasegunda afirmación, pero no a la primera.

18. Edward Nevin, The Mechanism of Cheap Money: A Study of British MonetaryPolicy, 1931-1939, 1955, pp. 9 n., 12, 14.

19. William Adams Brown, Jr., The International Gold Standard Reinterpreted,1914-1934, 1940, vol. II, p. 781: «La diferencia esencial entre el patrón orointernacional de 1928.1929 y el de 1914, fue que cuando el mundo volvió aloro después de la guerra construyó su sistema financiero internacionalalrededor de un núcleo formado por Londres y Nueva York, y no de uncentro único. El título del capítulo 20 es <<El experimento de un patrón orosin un punto focal>>.

20. Un modelo político interesante de países que siguen libremente el liderazgode otros se encuentra en Joe A. Oppenheimer, <<I get Along with a LittleHelp from My Friends>>, 1970. Pero en la p. 119 afirma que en estemodelo el liderazgo tiene una gratificación y no tiene que pagar con elprivilegio, como sucedería cuando las responsabilidades del liderazgo sonlas de mantener un mercado abierto para los bienes, una exportación decapital anticíclica y un mecanismo de redescuento durante la crisis.

21. Véase mi «International Monetary Politics of a Near-Great Power: TwoFrench Episodes, 1926-1936 and 1960-1970>>, 1972.

22. Browa, The International Gold Standard Reinterpreted, 1914-1934, p.78523. Lester V. Chandler, Benjamín Strong, 1958, p. 255.24. Alfred Sauvy, Histoire écononique de la France entre les deux guerres, vol. I:

1918-1931, 1965, p. 73.25. Véase Documents diplomatiques français, 1931-1939, vol. III, 1967, núm.

470, Bonnet a Paul-Boncour, 9 de julio de 1933, p. 871: <<Un hecho esevidente, que Gran Bretaña no es libre. Sus dominios y en particularCanadá cuyo prima ministro Bennett es un hombre de gran violencia tienenuna influencia predominante sobre ellos, hasta el punto de modificartotalmente su opinión en el lapso de unos segundos>>. Sin duda esto enuna hipérbole. Un recuento actual de los orígenes de la preferencia imperialescrito por un canadiense se encuentra en Ian M. Drummond, ImperialEconomic 1917-1939, 1975.

26. Véase Hubert D. Henderson, The Inter-war Years and Other Papers, 1955,pp. 236-295.

27. Ibid., pp. 236, 290.28. Ibid., pp. 260, 262; véase también, p. 291: «De los distintos expedientes que

diferentes gobiernos emplearon en la década de 1930, ninguno produjounos resultados mas desafortunados que la depreciación deliberada delcambio. Fue la medida que menos ayudó a los países que los intentaron, yla que más daño hizo a los demás>>.

29. Ibid., p. 293.

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