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    La substancia como esencia fenomenolgicaen Zubiri y Polo. Una revisin de Aristteles

    a travs de Husserl y Hegel

    The Substance as Phenomenological Essence in Zubiri and Polo.

    Aristotles Revision Across Husserl and Hegel

    CARLOS ORTIZ DE LANDZURIUniversidad de [email protected]

    STUDIA POLIANA 17 (2015) 41-71 41ISSN: 1139-6660

    Resumen: Se analiza la revisin de la nocin aris-totlica de substancia llevada a cabo por Zubiri yPolo a travs del anlisis fenomenolgico de laesencia eidtica o simplemente idealista. Cierta-mente siguieron vas heursticas alternativasopuestas, a partir de Husserl o Hegel, pero compar-tieron muchas de sus conclusiones.

    Palabras clave: ontologa, ser, fenomenologa,esencia eidtica.

    Abstract: The recovery of the Aristotle notion ofsubstance conducted by Zubiri and Polo throughphenomenological analysis of eidetic and idealisticessence are analyzed. Certainly alternative heuris-tics followed opposite paths, from Hegel or Husserl,but they shared many of his conclusions.

    Keywords: Ontology, Being, Phenomenology, Ei-detic Essence.

    RECIBIDO: 15 DE SEPTIEMBRE DE 2014VERSIN DEFINITIVA: 20 DE OCTUBRE DE 2014

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    1. RECONSTRUCCIN DE UN DEBATE A PROPSITODE SOBRE LA ESENCIA YACCESO AL SER

    Zubiri y Polo discreparon de las crticas generalizadas que la fenomeno-loga de Husserl, o an ms Hegel, haban formulado al modo clsicocomo la ontologa haba abordado el problema de la substancia. De to-

    dos modos consideraron necesario iniciar una revisin de la descripcin es-trictamente fenomenolgica de la indudable dimensin ontolgica y gnoseo-lgica que sigue presentando la esencia y la substancia, aunque ello supusieratener que prolongar o invertir, ya sean las propuestas de Husserl o del propioHegel1. Por su parte Zubiri formul estas propuestas en Sobre la esencia (1962)SE2 y Polo enEl acceso al ser (1964) AS19643, (2004) AS20044 revisando

    este ltimo las propuestas del primero, aunque previamente no se hubieranconocido. A este respecto Zubiri escribe esta obra siendo un filsofo consa-grado con una larga trayectoria intelectual como fenomenlogo, que previa-mente se habra distanciado del perspectivismo de Ortega y Gasset, y a su vezhabra dado un nuevo sentido ontolgico a las crticas de Husserl a la nocinde substancia en Aristteles. Por su parte Polo se postula como un metafsicorealista que ya en su primera obra, Evidencia y realidad en Descartes (1963), sehaba distanciado de la interpretacin idealista de la nocin racionalista desubstancia, como ahora tambin sucede respecto de la fenomenologa del es-pritu de Hegel.

    2. LA PRIMACA FENOMENOLGICA DE LAS ESENCIAS EIDTICASEN ZUBIRI

    Xavier Zubiri abord el problema de la fundamentacin de la ontologaen Sobre la esencia (1962) SE5. En su caso sigui el mtodo fenomenolgicode Husserl, aunque con la intencin precisa de tratar de zanjar sus respectivas

    discrepancias respecto de la ontologa clsica. En efecto, segn Zubiri, la g-

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    1 A. VINCELETTE, Recent Catholic Philosophy. The Twentieth Century, Marquette UniversityPress, Milwaukee (WI), 2011.

    2 X. ZUBIRI, Sobre la esencia, Sociedad de Estudios y Publicaciones, Madrid, 1962.3 L. POLO,El acceso al ser, Eunsa, Pamplona, 1964.4 L. POLO,El acceso al ser, Eunsa, Pamplona, 2004 (2 ed.).5 Seguiremos en esta comparacin los cinco primeros captulos de la primera y segunda parte de

    X. ZUBIRI,Ibidem, 1962.

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    nesis moderna de la pregunta por el constitutivo formal de la substancia, se de-bera retrotraer a la fenomenologa de Husserl y a su nocin de esencia feno-menolgica, con una ventaja indudable. Slo as se podra reconocer cmo la

    fenomenologa tiene herramientas suficientes para abordar el carcter estric-tamente intencionalcon que ya entonces se present la cuestin de la esenciaeidtica, en la medida que se remite a una nocin previa de sustantivad o es-tructura sustantiva propia, sin necesidad de presuponer la correspondiente no-cin de substancia o hipokeimenon aristotlico6.

    En efecto, segn Husserl, la relacin de intencionalidad permite otorgara cada una de las esencias eidticas fenomenolgicas un triple nivel de actua-lidad referencial, respecto a s mismas, al mundo de la vida, o de un modoabsoluto, con un significado especfico totalmente autosuficiente. Hasta el

    punto que la intencionalidad permite remitirse de un modo precisivo a un de-terminado referente objetivo, sin necesidad de tener que comprometerse conla posterior existencia o no existencia de una substancia o de un sujeto de atri-bucin an ms bsico, salvo la referencia genrica a un mundo de la vidadonde todas se insertan7.

    Se genera as un mbito de referencias fenomenolgicas donde Husserlhabra introducido una disociacin radical entre el mbito ideal de las esen-cias absolutas y la facticidad correspondiente a los distintos saberes contin-

    gentes empricos, salvo esta previa relacin de intencionalidad que se esta-blece entre ellos. Por su parte Zubiri hace notar como el propio Husserlhabra admitido la necesidad de reconocer la autntica naturaleza de estosdos mbitos, llevando a cabo una reduccin eidtica, que exige una consi-deracin precisiva por separado de cada uno de ellos, reducindolos a su

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    6 Cfr. D. K. HENDERSON y T. HORGEN, The Epistemological Spectrum. At the Interface of Cog-nitive Science and Conceptual Analysis, Oxford University Press, 2011.

    7 A este respecto afirma Zubiri, refirindose a Husserl: Una ley esencial es algo muy distinto. Ex-presa una necesidad absoluta. Absoluto significa aqu, no solamente que no tiene excepcin, sinoque no puede tenerla porque no depende de ninguna hiptesis de hecho: lo esencial no slo esas, sino que tiene que serlo; es imposible de suyo que sea de otra manera. Por tanto, la ley esen-cial no se funda en la realidad en cuanto tal, sino en algo independiente de toda realidad fsica. Aeste objeto sobre el que se funda la ley esencial, es a lo que llama Husserl esencia. Mientras quela aprensin de los hechos constituye el saber emprico, la aprensin de las esencias es el trmi-no de un saber absoluto (SE, 24). Cfr. C. ORTIZ DE LANDZURI, La paradoja de la sus-tantividad en la filosofa primera de Xavier Zubiri. (Un debate a travs de Villanueva, Ban, Ti-rado y Rivera), J. SAN MARTN y T. DOMINGO MORATALLA (Eds.),Las dimensiones de lohumano, Ortega, Zubiri, Maras y Lan Entralgo, Biblioteca Nueva, Fundacin Ortega y Gasset,

    Madrid, 2010, 215-225.

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    puro ser ideal o su mero modo de ser fctico, de un modo absolutamente se-parado, sin poder establecer ninguna referencia al mundo ni al propio yo. Sepretenda as escindir y confrontar an ms estos dos mbitos, poniendo en-

    tre parntesis la pretendida correspondencia entre la realidad ideal y la sim-plemente fctica, e interpretndolos simplemente como simples posibilida-des abstractas o meramente fragmentadas desconectadas entre s. Slo as,una vez completamente desligado uno de otro, se podra apreciar la inevita-ble relacin de intencionalidad que se establece entre ellos, sin necesidad derecurrir a las superfluas escisiones tradicionales entre esencia y existencia.Hasta el punto de poderles asignar la virtualidad de poder entrar a formarparte de un mundo de la vida efectivamente existente, sin necesidad demodificar por ello el doble sentido inicial, ideal y a la vez meramente fcti-

    co, que se les haba asignado8.Por su parte Zubiri habra simplemente prolongado este tipo de an-

    lisis fenomenolgicos para llegar a unas conclusiones muy similares a las deHusserl, a saber: la fenomenologa debera localizar el referente intencio-nal al que se remite precisivamente la esencia eidtica, sin pretender ir msall de lo que muestran los fenmenos de la experiencia. Es decir, sin su-poner un logos o supuesto sobreaadido ajeno a esa misma experiencia,como habra ocurrido con la substancia o hipokeimenon aristotlico o sujeto

    ltimo incognoscible de atribucin de las notas o propiedades de esa mis-ma esencia9.De todos modos Zubiri, a diferencia de Husserl, no slo deja abierta la

    posibilidad de que las esencias eidticas establezcan un conjunto de relacionesmeramente fcticas entre ellas, configurando un determinado mundo de lavida, sino que da un paso ms, a saber: otorga a cada uno de los correspon-

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    8 A este respecto afirma Zubiri: Es la esencia algo fsicamente distinto de la existencia? (...) Pue-de suponerse que esencia y existencia son tan slo dos momentos o aspectos que ofrece una mis-ma y nica cosa a la concepcin o al logospredicativo. Independientemente de toda inteleccinno habra sino pura y simplemente la cosa. Slo un falso conceptualismo habra conducido a con-

    vertir estos dos aspectos conceptivos de la realidad en dos momentos fsicamente distintos de ella.En el fondo se tratara de que todas las cosas son causadas; nada ms. Y de hecho, histricamen-te, slo la idea de la creacin ex nihilo es la que ha conducido a la contraposicin essentiay exis-tentia. En cambio, en otras filosofas, la dualidad esencia-existencia es una dualidad fsicamentereal. La esencia sera la potencialidad interna para la existencia de la cosa, al paso que la existen-cia sera la actualidad de aquella potencialidad (SE, 9). Cfr. D. C. SCHINDLER, The Catholicityof Reason, W. B. Eerdmans, Grand Rapids (MI), 2013.

    9 Cfr. G. PEARSON,Aristotle on Desire, Cambridge University Press, Cambridge, 2012.

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    dientes referentes intencionales de esas mismas esencias fenomenolgicas unaactualidad efectiva para configurarse como una esencia en s misma completa,con capacidad de apropiarse del conjunto de las respectivas notas que en cada

    caso le corresponden. Hasta el punto que cada referente intencional se cons-tituye como unasustantividado estructura sustantiva mutuamente interconec-tada de propiedades que son plenamente cognoscibles desde un punto de vis-ta fenomenolgico. Sin embargo este sujeto de propiedades se diferenciaexplcitamente de cualquier forma desubstancia, hipokeimenon osubstrato en smismo incognoscible, que pretenda atribuirse una existencia diferenciada res-pecto de los dems entes o sujetos de propiedades, como anteriormente ocu-rra con lasubstancia aristotlica10.

    En cualquier caso Zubiri opina que Husserl habra establecido una sim-

    ple correlacin estructural entre tres posibles modos de actuar o de actualidadasignados a las esencias eidticas, sin romper en ningn caso la profunda uni-dad interna que se debe establecer entre ellas11, a saber:

    a) La actualidad fsica de una esencia fenomenolgica concebida comouna nocin ontolgica sustantiva, capaz de ser sujeto de atribucin de pro-piedades, y que a su vez se afirma como un referente intencional fenomenol-gico, con capacidad de insertarse de un modo activo o efectivo en el corres-pondiente mundo de la vida. Zubiri toma de Aristteles una nocin de

    sustantividad que habra sido criticada por Husserl12

    .

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    10 A este respecto afirma Zubiri, refirindose a Husserl: Esto supuesto, qu es para Husserl estaesencia en s misma, cul es su ser absoluto? Puesto que la esencia es el trmino de un saberabsoluto, nos bastar con lograr este saber; su objeto, su esencia, quedar eo ipso caracterizado.(...) Por su parte, el saber emprico tiene, pues toda la relatividad inherente al carcter de reali-dad, tanto de su objeto como de su acto aprehensor. Pero sin abandonar este acto, se nos dice,que puedo llevar a cabo un cambio de actitud, consistente en tomar el trmino aprehendido tanslo en cuanto un darse cuenta, esto es, dejando de lado el mecanismo de ejecucin. Ponemos,pues, entre parntesis el carcter de realidad. Y en virtud de esta sencilla operacin hemosabierto un mundo insospechado ante nuestros ojos. En estas condiciones, en efecto, el objetoaprendido en cuanto aprendido, y la conciencia aprehensora en cuanto conciencia, no puedendarse el uno sin el otro, se corresponden indisolublemente de un modo estricto y riguroso, peroenormemente preciso (SE, 25). Cfr. C. ORTIZ DE LANDZURI, La realidad personal enZubiri: Ontologa, fenomenologa y filosofa primera? Reconstruccin de un debate, Mente ycuerpo. Para una ontologa del ser humano, Congreso SHAF Sociedad Hispnica de Antropolo-ga Filosfica, Universidad de Zaragoza, 14-17 Septiembre, Teruel, 2010, editado en la pgina

    web del congreso.11 Cfr. E. NEUMANN, The Origins and History of Consciousness, Princeton University Press, Prin-

    ceton, 2014.12 Cfr. O. SIMCHEN,Necessary Intentionality. A Study in the Metaphysics of Aboutness, Oxford Uni-

    versity Press, Oxford, 2012.

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    b) La actualidad psquica o mental que hace posible la adquisicin porparte de la conciencia de un conocimiento fenomenolgico especfico de losdiferentes referentes intencionales fcticos de las correspondientes esencias

    eidticas. Zubiri tomara de Husserl una nocin de intencionalidad diferentea la originada por los procesos de abstraccin en Aristteles13.c) La actualidad inaccesible, para nosotros, pero no en s misma conside-

    rada, que se atribuye de un modo necesario a cada una de las esencias eidti-cas en virtud de las relaciones fenomenolgicas internas que a su vez mantieneen un plano meramente ideal con otras esencias semejantes cuando se consi-deran precisivamente, una vez llevada a cabo la reduccin eidtica, sin nece-sidad de remitirse al mundo o al propio yo. Se trata para Husserl y para Zu-biri de la actualidad propiamente fenomenolgica que est sobreentendida

    tras las otras dos14.A este respecto Husserl consider que es posible remitirse de un modo

    precisivo absoluto a las correspondientes notas conceptuales de su respectivaesencia eidtica, sin necesidad de remitirse a ningn tipo supuesto previo, su-jeto ltimo o hipokeimenon al que efectivamente se debiera atribuir una exis-tencia efectiva, como habra ocurrido con la substancia aristotlica. Es ms,para Husserl la esencia eidtica se puede concebir en un sentido absoluto, sinnecesidad de tener en cuenta para nada el valor meramente subjetivo o psico-

    lgico de sus posteriores usos tericos o prcticos en el mundo de la vida.En cualquier caso Husserl habra otorgado una primaca al modo de actuar ab-soluto de las esencias fenomenolgicas cuando establecen una correlacin ne-cesaria con sus respectivos atributos y notas, como cuando se afirma que rojo

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    13 Cfr. E. ANGEHRN, Sinn und Nicht-Sinn. Das Verstehen des Menchen, Mohr Siebeck, Tbingen,2010.

    14 Zubiri establece un paralelismo muy fuerte entre la nocin de esencia en Husserl y Aristteles,atribuyndole tambin una peculiar forma de esencia inaccesible absoluta, al menos respecto denosotros, aunque no en s misma considerada, cuando afirma: Por esto, Aristteles llama a laforma substancial mismo eidos, (...) pudindolo a su vez comparar con otro eidos. (...). En tal caso,eidosno significa aquello que fsicamente manifiesta el modo de ser de la cosa, sino aquello quedenuncia el gnero a que determinadamente pertenece. (...) En el primer sentido, eidoses laesencia como momento real y fsico de la cosa. (...) En cambio en el segundo sentido, eidos esaquello que en la cosa es correlato real de la definicin. (...) Aqu la esencia no es formalmenteun momento fsico de la cosa, sino una unidad metafsica definida. (...) Ahora bien, estas dosnociones de esencia tienen un punto de convergencia, (...) que es fcil de discernir: (...) la espe-cificidad que dota de unidad al concepto de esencia. (...) En resumen, la esencia es lo especfico,sea como momento fsico, sea como unidad definida (SE, 81-82). Cfr. T. CRANE, Aspects of

    Psychologism, Harvard University Press, Cambridge (MA), 2014.

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    es un color o rojo tiene superficie, sin tener que estar sujetas a las contin-gencias fcticas de lo psicolgico o a los convencionalismos arbitrarios de laposterior comunicacin humana15.

    De todos modos Zubiri hace un uso de la nocin de intencionalidad msamplio que en Husserl. En su opinin, Husserl slo hizo un uso absoluto deesta nocin respecto de su contenido ideal y abstracto, sin referirse en ningnmomento a sus ulteriores aplicaciones tericas y prcticas en el mundo de lavida. En cambio Zubiri considera que la nocin de intencionalidad tambindebera permitir localizar el referente intencional al que se remite de un modoconcreto cada esencia eidtica fenomenolgica, en la medida que configurauna sustantividad o estructura sustantiva especfica con su correspondientemodo de actualidad fsica u ontolgica. En este sentido el lenguaje recurre al

    genitivo atributivo de para expresar este peculiar intentum o correlato in-tencional hacia el que cada esencia eidtica de la conciencia se remite16.

    En este sentido Zubiri discrepa totalmente respecto de Husserl. En efec-to, Zubiri comparte con Husserl el tipo de relaciones estrictamente fenome-nolgicas que una esencia eidtica mantiene respecto de sus correspondientesreferentes intencionales, aunque con una sola matizacin: en su opinin, Hus-serl tambin debera haber sido consecuente con los niveles de actualidad fsi-

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    15 A este respecto afirma Zubiri, refirindose a Husserl: Lo aprehendido en cuanto tal no es par-te de la conciencia, pero slo se da evidentemente en ella. Recprocamente, la conciencia ya noes un acto real de ndole psquica, sino que es slo conciencia-de lo aprehendido, y no puededarse sin ello; es justo lo que expresa el de. Este de pertenece, pues, a la estructura de la puraconciencia, y es lo que Husserl llama intencionalidad. A su vez, lo aprendido en cuanto tal no essino lo intentum, el correlato intencional de aquel de, el trmino intencional hacia el que laconciencia se dirige, es decir, el sentido (Sinn) de esta intencin. Como objeto este intentum esun objeto nuevo, tan nuevo que es irreductible a la realidad de hecho y queda inafectado por to-das las vicisitudes de la realidad; da lo mismo adems que lo aprendido en cuanto tal sea ademsuna realidad o no lo sea (ilusin o alucinacin). Este nuevo objeto, que es el sentido, no es, pues,un objeto real, sino puro eidos. Por lo tanto, lo aprendido en cuanto aprendido es decir, no comotrmino fctico de un hecho de conciencia, sino como sentido objetivo de su intencin, ya no esrealidad, sino eidos. A fuer de tal, el saber de lo aprendido ya no es relativo a las condiciones em-pricas, sino que es independiente de ellas, es saber absoluto. Su objeto es justamente la esencia.La esencia no es, pues, sino la unidad eidtica de un sentido. Y la conciencia misma, al habersereducido a sentido intendente, nos muestra en esta intencionalidad su propia esencia: la con-ciencia sera, en cierto modo, la esencia de las esencias, por ser el soporte esencial de todas ellas(...). Para Husserl (...) cualquier intento de violacin de esto (...) es un contrasentido (Widersinn)(SE, 25-26). C. ORTIZ DE LANDZURI, Culmin Zubiri el giro personalista de su filoso-fa primera? Reconstruccin a debate (A travs de Gracia, San Baldomero, Corominas y PintorRamos),Revista Endoxa, UNED, 2013 (31), 145-189.

    16 Cfr. J. A. NICOLS y M. J. FRPOLI (Eds.), Teoras contemporneas de la verdad, Alianza Edi-torial, Madrid, 2012.

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    ca que otorg a dichos referentes intencionales en el mundo de la vida; es-pecialmente una vez que ya haba quedado descartada la posibilidad de con-fundirlos con un sujeto ltimo incognoscible, al modo de la substancia aristo-

    tlica. En efecto, una vez advertido este posible equvoco, hubiera sido posibleasignar a este tipo de correlatos un modo de actualidad fsica, concibindolosincluso como autnticassustantividades, o estructuras sustantivas, como ahorapropone Zubiri. Adems, se hubieran podido situar ms all del mbito de lasmeras actuaciones intencionales o estrictamente intelectuales, donde al menosinicialmente se situaban las esencias eidticas y absolutas de Husserl17.

    En cualquier caso Zubiri opina que la ontologa se debe alejar de lasmeras posibilidades ideales esenciales, para remitirse especficamente al tipode actualidades sustantivas que tambin configuran de un modo efectivo el

    mundo de la vida de Husserl. Mxime cuando el propsito de la ciencia y dela propia filosofa es alcanzar un conocimiento efectivo principalmente de laverdad adecuacin, como tambin afirmaba Aristteles, considerando unapretensin intil alcanzar una autntica inteleccin absoluta de su efectiva ver-dad ontolgica, al modo como segua pretendiendo Husserl18.

    Evidentemente el propio Zubiri reconoce que este entrecruzamiento deniveles de conocimiento puede generar situaciones de confusin y ambige-dad. Especialmente cuando se trata de justificar una determinada verdad on-

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    17 E. PRZYWARA, Analogia Entis. Metaphysics. Original Structura and Universal Rhythm, J. R.BETZ, D. B. HART y WILLIAN B. EERDMANS, Grand Rapids (MI), 2014.

    18 A este respecto afirma Zubiri, criticando a Husserl, y mostrando a su vez la dependencia cre-ciente de la esencia respecto de una actualidad sustantiva previa, al modo de Aristteles: Porconsiguiente, en sus supuestos mismos tanto por lo que respecta al enfoque de la cuestin,como por lo que se refiere a la idea del acto de conciencia la concepcin husserliana de la esen-cia es inadmisible. Pero, lo que es an ms grave, la idea misma que Husserl se forma de laesencia es radicalmente errnea de contenido. (...) De aqu se sigue que la realidad de hecho yla esencia no se contraponen en la forma que Husserl pretende. En la medida que la esencia estrealizada en la cosa, es de ella. Toda esencia es, por su propio ser, esencia de la cosa, un mo-mento de ella. El de pertenece a la estructura formal de la esencia misma. La esencia es forzo-samente esencia-de; no es esencia a secas como Husserl pretende. En su virtud, en primer lu-gar, la esencia no es algo independiente de la realidad de hecho. (...) En segundo lugar, la esenciano es fundante de la realidad como sentido regulador suyo. (...) Finalmente, en tercer lugar, laesencia no tiene ser absoluto alguno. Y eso por una razn sencilla, porque como separada dela cosa, la esencia no es ente; como ser, slo la cosa es. (...) La esencia no es ente, sino slo mo-mento del ente nico que es la cosa real (SE, 30, 31, 32). Cfr. C. ORTIZ DE LANDZURI,La paradoja de la sustantividad en la filosofa primera de Xavier Zubiri. (Un debate a travs de

    Villanueva, Ban, Tirado y Rivera), J. SAN MARTN y T. DOMINGO MORATALLA(Eds.), Las dimensiones de lo humano, Ortega, Zubiri, Maras y Lan Entralgo, Biblioteca Nueva,Fundacin Ortega y Gasset, Madrid, 2010, 215-225.

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    tolgica mediante la asignacin de un referente intencional a la correspon-diente esencia eidtica que en ese caso le corresponde, como ahora sucede conel vino verdadero o el autntico vino. Evidentemente en estos casos no se

    trata simplemente de las relaciones fenomenolgicas o intencionales puras queuna esencia eidtica a su vez mantiene consigo misma o con otras ideas simi-lares o con sus consiguientes propiedades o rasgos conceptuales, sino de algoms bsico, a saber: las relaciones intencionales que a su vez esa misma ideafenomenolgica mantiene con una sustantividad estructural previa, sin cuyaefectiva actualidad tampoco hubiera sido posible la ulterior formalizacin in-tencional o la inaccesible formalizacin absoluta de esas mismas ideas feno-menolgicas, al menos respecto de nosotros, aunque no en s mismas consi-deradas19.

    En efecto, en estos casos Zubiri pretende dar un paso ms. Para poderpostular la actualidad absoluta de las relaciones intelectuales que las esenciasfenomenolgicas puras mantienen en el llamado Reino 3, a pesar de ser inac-cesibles respecto de nosotros, previamente tambin sera necesario otorgarlesal menos un mbito de actualidad sustantiva especfica en el llamado mundo f-sico 1. Evidentemente, en este supuesto, tambin se hace necesario tener encuenta las numerosas relaciones de contingencia o simple co-existencia queen estos casos se generan respecto de la subsiguiente actualidad fsica de otras

    posibles estructuras sustantivas igualmente objetivas, sin tener que tratarlas in-distintamente como si fueran iguales, cuando no lo son. Se localiza as lo queahora Zubiri denomina verdad realo verdad abierta a un proceso fenomenol-gico de inteleccin propiamente ontolgica de asignacin de rasgos esenciales auna sustantividad previa. Se pretende expresar as lo que la esencia efectiva deuna cosa verdaderamente es, a pesar de las posibles apariencias en contrarioa las que puede dar lugar. En este sentido Zubiri comparte la opinin de la fi-losofa clsica, segn la cual a cada ente en particular le corresponde una esen-

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    19 A este respecto Zubiri hace responsable a la nocin de esencia eidtica en Husserl de la apari-cin de una especie de verdad ontolgica o real, que a su vez podra garantizar la corresponden-cia existente entre el concepto y la realidad. Por eso afirma: Esto supuesto, esta realidad verda-dera sera justo la esencia de la cosa. Por tanto, podemos decir que la esencia es la realidad delconcepto de la cosa. Naturalmente esta expresin es ambigua; y lo es deliberadamente porquedeja en vaguedad el sentido de este de. Lo nico que hemos querido decir es que realidad y con-cepto son dos dimensiones en cuya correspondencia se haya justo la esencia. Esta correspon-dencia es lo que se expresa en el de. Y las diversas interpretaciones de este de son otras tantasnociones distintas de la esencia como concepto de la cosa (SE, 35). Cfr. A. G. VIGO,Juicio, ex-

    periencia, verdad. De la lgica de la validez a la fenomenologa, Eunsa, Pamplona, 2013.

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    cia ideal o absoluta, a pesar de ser inaccesible respecto de nosotros, aunque enocasiones tambin se pueden generar malentendidos, o claros errores de apre-ciacin, sin que tampoco resulte fcil de determinar con exactitud cul es su

    especfica naturaleza20

    .De todos modos Zubiri nunca llega a aplicar un juicio de asignacin deexistencia a este tipo de estructuras sustantivas a las que se remiten intencio-nalmente las esencias fenomenolgicas. Es ms, Zubiri discrepa claramente dela funcin desempeada a este respecto por la nocin de substancia, de hipo-keimenony de esencia en Aristteles. En efecto, en estos casos se suele tomarla nocin de substancia, sujeto ltimo o hipokeimenon, como si se tratara de unaherramienta heurstica complementaria absolutamente necesaria para deter-minar la verdad o falsedad de la referencia intencional de una esencia ontol-

    gica mediante la localizacin de un sujeto ltimo en s mismo incognoscible,pero que sera el nico verdaderamente existente. Sin embargo hoy da estanocin aristotlica de substancia se concibe como una categora heurstica enfranco retroceso, que cada vez se utiliza menos, cuando a su modo de ver la fe-nomenologa dispone de herramientas ms que suficientes para solventar estetipo de problemas21.

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    20 A este respecto afirma Zubiri, corrigiendo a Husserl: Qu es, pues, la verdadera realidad dealgo? No se trata, desde luego, de la verdad en el sentido de un conocimiento verdadero, sinode un carcter real de las cosas, como hablamos, por ejemplo, de un vino verdadero a diferencia deun vino falsificado. Suele hablarse en estos casos de una verdad ontolgica, (...) aunque por ra-zones que expondr ms tarde, veremos que es otro tipo de verdad, la verdad real. (...) Qu esesta verdad? En esta verdad de la cosa, la cosa no es lo que pudiramos llamar su realidad sinms, esto es, la realidad inmediatamente aprendida, sino que se nos dice, es la realidad de lo queaprehendemos en cuanto responde al concepto de la cosa (SE, 35). Cfr. J. SAZ CRUZ, Sobreel problema de la realidad, Original Writing Spain (Mis Palabras), Mlaga, 2013.

    21 A este respecto Zubiri crtica la nocin de substancia aristotlica concebida como hipokeimenono sujeto ltimo de las propiedades, atribuyndole incluso una existencia propia, a la vez que lareinterpreta atribuyndole una simple funcin substantiva de propiedades respecto de una pre-

    via esencia fsica. Por eso afirma: Para Aristteles, la esencia siempre aparece soportada por unsujeto sustancial: es sujeto de atribucin de unos predicados, es sujeto de inhesin de unas no-tas reales. De aqu la indiscriminacin de la esencia abstracta y de la esencia como momento f-sico de la realidad. (...) Porque siendo algo especfico, resulta que la esencia es la especie en cuan-to existente en el individuo y, por tanto, esta especie es el verdadero sujeto de atribucin de laspropiedades. De aqu se sigue que aunque el ltimo sujeto sea Scrates, sin embargo el verda-dero sujeto propio de sus notas no es Scrates, sino la humanidad que hay en l. (...) Por consi-guiente, esta humanidad es algo as como un sujeto dentro de otro sujeto, una sustancia segun-da, como dice el propio Aristteles, dentro de la sustancia primera. (...) Es una concepcin de laesencia fundada sobre una teora de la realidad como subjetualidad. Y en esto consiste su intrn-seca limitacin (SE, 92-93). Cfr. V. HSLE, The Philosophical Dialogue. A Poetics and a Herme-neutics, University of Notre Dame, Notre Dame (IN), 2013.

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    En cualquier caso Zubiri comparte el uso especfico que Husserl propusode los juicios de asignacin de existencia, como un modo de localizar el co-rrespondiente referente intencional de una esencia eidtica. Hasta el punto que

    ya no se trata tanto de atribuir una existencia independiente a un sujeto, hipo-keimenon o substrato ltimo incognoscible al modo como ocurri en la subs-tancia aristotlica. Se trata ms bien de justificar la correlacin estructural deverdad o no verdad, que ahora se establece a un nivel fenomenolgico entretres niveles de actualidad internamente asociados entre las correspondientesesencias fenomenolgicas, como son el nivel sustantivo, el mental o psicolgi-co y el absoluto o estrictamente fenomenolgico. Slo despus, una vez com-probada esta correlacin, tambin se podr plantear la cuestin del posiblemodo de existencia de cada uno de estos supuestos, una vez detectado el pro-

    fundo entretejimiento intencional que se produce entre todos ellos. Es decir,que para que pueda darse el reconocimiento de una esencia fsica se debe presu-poner una previa verdad realan ms bsica respecto de una verdad absolutaque a su vez justifica la correspondiente verdad adecuacin que se puede estable-cer entre la correspondiente presencia mental de una determinada esenciaeidtica y el correspondiente referente meramente intencional. Hasta el puntoque ya no se hace necesario remitirse a ningn sujeto ulterior incognoscible,pero que sera el nico verdaderamente existente, como pretende Aristteles22.

    Para Zubiri la estructura hermenutica del comprenderreside precisamenteen esta contraposicin estrictamente fenomenolgica que ahora se estableceentre tres niveles de esencia eidtica, a pesar de que alguno de ellos resulta

    LA SUBSTANCIA COMO ESENCIA FENOMENOLGICA EN ZUBIRI Y POLO

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    22 A este respecto afirma Zubiri respecto al modo de inhesin de las notas conceptuales y categorasen un sujeto, contraponiendo dos modelos, a saber: el modelo griego, donde slo el sujeto o lasubstancia propiamente existe, mientras que los accidentes o propiedades brotan de un modo ca-sual; y, por otro lado, el modelo estructural preconizado por Zubiri, donde las notas esenciales seatribuyen a una sustantividad que a su vez hace de sujeto actualizador de dichas propiedades, sinnecesidad de remitirse a un sujeto existencial ltimo que a su vez se afirma como en s mismo in-cognoscible. Por eso afirma: Inteligimos una cosa real por sus notas: Pero esta actualizacin ex-presada en el en, puede verse de distintas maneras. Una, consiste en ir de fuera a adentro (...) En-tonces se ve que toda la realidad de las notas est fundada en esta su inhesin a la cosa-sujeto. (...)Como esta inhesin se expresa en un juicio, la cpula es no slo enuncia la nota inherente sinoque acusa el modo mismo de inhesin. Por eso (...) los distintos modos de inhesin son catego-ras del ente. Tal es la visin de Aristteles. Pero puede verse en la cosa real no el sujeto que tie-ne las notas, sino algo actualizado en ellas. (...) Entonces ya no se trata de una inhesin, sino deestructura de actualizacin o de proyeccin. (...) No se trata de un brote, sino de una actualiza-cin o proyeccin de la cosa real en la totalidad de sus notas, no slo en cada una de ellas de pors, como acontece en el brote de Aristteles (SE, 126). Cfr. J. R. MENSCH,Husserls Account orOur Consciousness of Time, Marquette University Press, Milwaukee (WI), 2010.

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    inaccesible para nosotros, a saber: el nivel fsico sentiente, el nivel psquico in-tencional y el nivel absoluto metafsico intelectual, sin poder prescindir deninguno de estos tres elementos o pilares que a su vez configuran la verdad real

    en cuanto tal. Y en este contexto, Zubiri considera que las tres posibles actua-ciones de la esencia fenomenolgica en Husserl configuran una peculiar es-tructura hermenutica del comprenderque en principio est abierta a la totalidaddel ser, sin necesidad de remitirse a otro tipo de referencias ocultas, ya seansubstancias, sujetos ltimos, hipokeimenon o simples existencias. Precisamenteexplicar este tipo de trnsitos acabara siendo el objeto principal de una de susltimas obras publicadas,Inteligencia sentiente, dedicada preferentemente a re-solver problemas de tipo gnoseolgico23.

    Evidentemente todas estas propuestas tuvieron una consecuencia inme-

    diata. Zubiri ya no concibe la estructura hermenutica del comprender desdelas mismas categoras que la formul la filosofa clsica, especialmente Arist-teles, sino que ms bien las reformula desde unas nuevas categoras fenome-nolgicas. En su opinin, el ente o substancia, ahora denominada ms bienlasustantividad, ya no se debe concebir como un hipokeimenon o sujeto ltimoen s incognoscible. Se trata ms bien de una esencia cerrada en s misma que,sin embargo, es capaz de seguir manteniendo unas relaciones de co-existenciao ms bien interaccin recproca con el resto de las esencias del mundo vital o

    fsico, en la medida que a todas ellas configuran una verdad real que las hacemutuamente dependientes entre s. Y de igual modo el horizonte hermenu-tico de comprensin ya no se deber concebir como un mero conglomeradode substancias o esencias que las engloba a todas por igual, sino que debenmantener una relacin de religacin absoluta respecto de la totalidad que to-das ellas configuran24.

    CARLOS ORTIZ DE LANDZURI

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    23 A este respecto afirma Zubiri, respecto de una posible ampliacin del concepto de realidad: Aqurealidad no significa lo que la cosa es en s misma, su naturaleza, etc., sino que (...) significa tanslo el carcter formal de lo aprehendido, aunque lo aprehendido sea la cualidad ms efmera einsignificante. En este sentido es en el que digo que en la verdad se trata siempre de algo que searealmente. (...) Lo inteligido es realidad no slo de hecho, sino en su modo formal de ser apre-hendido: el inteligir en cuanto tal es aprehender algo como realidad o, como he dicho tantas ve-ces, enfrentarse a las cosas como realidades. (...) En el puro sentir las cosas son aprehendidas nocomo realidad, sino como estmulos. (...) La realidad, en cambio, es el carcter propio y consti-tutivo del inteligir en cuanto tal. Lo inteligido qua inteligido es formalmente realidad (SE,114-115). Cfr. T. CRANE, The Objects of Thought, Oxford University Press, Oxford, 2013, 182.

    24 Zubiri aborda el problema de la esencia, frente a los tradicionales enfoques aristotlicos, delmodo siguiente: Cul es esta funcin (que desempea la esencia)? Para Aristteles es una fun-cin de especificacin: la esencia sera el principio de especificidad de la sustancia. Ya hemos

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    De todos modos Zubiri tampoco concibi lasustantividadcomo un prin-cipio casi metacategorial al que se debe aplicar por igual a la totalidad de loreal, como a su modo de ver ocurri con lasubstancia en Aristteles. En su lu-

    gar lasustantividadse debera concebir ms bien al modo de una esencia estruc-turada con su peculiar modo de actualidad a un nivel sustantivo, pero que a suvez genera sus correspondientes modos de actualidad a nivel mental y estric-tamente inteligible o absoluto. Hasta el punto que ahora estos tres posiblesniveles de actualidad de la esencia fenomenolgica configuran la estructuraprevia y el horizonte hermenutico interpretativo desde el que se pretende com-prender tanto a uno a s mismo, como al resto de las sustantividades y a la to-talidad de lo real que a su vez todas ellas configuran, sin poderse ya religar aotro horizonte interpretativo previo an ms alto. Slo as se podr concebir

    al hombre al modo de una esencia intelectiva abierta opersona, tanto a las demsesencias fenomenolgicas, como a aquella otra a las que todas estn religadas,es decir, al Ser Absoluto o Dios25.

    Evidentemente esta nueva reformulacin de la estructura hermenuticadel comprenderpor parte de Zubiri tiene numerosas consecuencias a la horade concebir aquellas otras esencias eidticas ms complejas que a su vez cons-tituyen autnticos horizontes hermenuticos de comprensin a escala inferior,como ahora sucede con el mundo, la psique o mente, o la propia his-

    toria. Evidentemente en todos estos casos resulta imprescindible la presen-cia de una esencia humana intencional y en s misma abierta a su propia re-gulacin, que a su vez los hace posibles. Hasta el punto que sin la mediacinde la persona, ya sea de un modo activo o meramente pasivo, tampoco sera

    LA SUBSTANCIA COMO ESENCIA FENOMENOLGICA EN ZUBIRI Y POLO

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    visto que esto es difcil de admitir. La funcin de la sustancia, segn hemos dicho, es otra: es unafuncin estructurante independiente de toda especificacin. (...) Se trata de una funcin estruc-turante, pero en el orden de las propiedades mismas (SE, 93). C. ORTIZ DE LANDZURI, Ju-lin Maras, una prolongacin del pragmatismo de Ortega y X. Zubiri, en J. L. CAAS y J. M.BURGOS (Eds.),El vuelo del Alcin. El pensamiento de Julin Maras, Pginas de Espuma, Ma-drid, 2009, 165-176.

    25 A este respecto afirma Zubiri: Toda esencia intelectiva es esencia intelectiva o inteligente.Toda esencia intelectiva es transcendentalmente abierta, y recprocamente toda inteligenciatranscendentalmente abierta es eo ipso intelectiva, porque inteligencia es formalmente aprehen-sin de lo real qua real y recprocamente. La esencia intelectiva es abierta a todo lo real qua real.Las esencias cerradas son, pues, las que no son intelectivas. La inteligencia, que es una notaesencial, tiene una funcin transcendental que es exclusiva de ella. Por eso la diferencia entrelo intelectivo y lo no intelectivo, es una diferencia transcendental y no slo talitativa. Abierto ycerrado son dos tipificaciones transcendentales (SE, 500-501). Cfr. I. X. FUSTER CAMP,Elcomenzar y el destinarse de la persona humana. La cuestin de Dios despus de Auschwitz, Balmes, Bar-celona, 2013.

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    posible abrirse a un horizonte hermenutico de comprensin como los aho-ra citados26.

    En cualquier caso la mera presencia de la persona hace posible que el co-

    rrespondiente horizonte hermenutico de comprensin cambie radicalmentede naturaleza. En este contexto puede incluso hablarse de posibles conglome-rados de cosas estrictamente naturales que, sin embargo, constituyen autnti-cos horizontes de comprensin, como ahora sucede con el mundo. Peroalgo similar tambin sucede con otros conglomerados de entidades existen-cialmente abiertas a una efectiva participacin solidaria en una empresa co-mn, como ahora tambin sucede con la historia. Se trata en cualquier casode distintos mbitos de realidad estructuralque ponen de manifiesto el modomancomunado como se poda articular el triple nivel procesualde actualidad

    que es propio de cada esencia eidtica, con independencia de su posterior re-ligacin respecto de una realidad total divina superior de la que todos depen-den27. Pero veamos qu afirma Polo precisamente respecto de este problemagnoseolgico que ahora Zubiri simplemente plantea.

    3. LA PRIMACA GNOSEOLGICA DE LAS ESENCIAS EIDTICASFENOMENOLGICAS EN POLO

    Leonardo Polo en 1964 enEl acceso al ser AS1964, AS200428

    , tambincomparti la crtica de la nocin clsica desubstancia desde una nocinfenome-nolgica ms depurada metodolgicamente de esencia eidtica, aunque con una

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    26 L. JOSEPHIDES y A. HALL (Eds.), We the Cosmopolitans. Moral and Existencial Conditions ofBeing Human, Bergham, New York, 2014.

    27 A este respecto afirma Zubiri: Si retrotraemos ahora esta diferencia operativa a la estructuramisma, la diferencia entre la estructura cerrada y abierta cobra un carcter principal radical-mente distinto en ambos casos. La estructura de la esencia cerrada es principio de donde algoes hecho; la esencia humana abierta es principio de donde algo es suceso. (...) Una esencia ce-rrada como principio estructural es res mere naturalis; y una esencia abierta, como principio es-tructural no es slo res naturalis, sino que es res eventualis. No la llamo res historica, porque notodo suceso tiene carcter rigurosamente histrico; para ello es necesario que el suceso sea so-cial en una u otra forma. (...) Sin esa estructura positiva del en s (de la apertura hacia los otros)no habra ni sucesos biogrficos ni historia; y sobre todo la historia no sera formalmente hu-mana (SE, 516-517). Cfr. J. F. WILLIAMS,Hating Perfection. A Subtle Search for the Best Possi-ble World, Humanity Books, Prometheus, New York, 2013.

    28 L. POLO,Ibidem, 1964, 2004. Cfr. C. ORTIZ DE LANDZURI, Aquinas sobre los trascen-dentales, 700 aos despus. Refundacin, ampliacin o recomposicin de la metafsica. (A tra-

    vs de Aertsen, Polo y Milln Puelles),Revista espaola de Filosofa Medieval, Sofime Sociedadde Filosofa Medieval, n 16, Zaragoza, 2009, 89-94.

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    salvedad: opina que las dificultades ahora detectadas respecto de la nocin desubstancia, se podran solventar mediante una adecuada prolongacin de laspropuestas de la ontologa clsica, siempre que se encaren con la pretensin

    de fomentar una aperturagnoseolgica a un horizonte metafsico an ms trans-cendente. Se propone as un doble objetivo29:a) Localizar en Aristteles un punto de reflexin ltima an ms alto

    desde el que fuera posible justificar la peculiar naturaleza gnoseolgica de losmltiples usos heursticosque tambin entonces se otorgaron indistintamente alconcepto de substancia, hipokeimenon o esencia, sin otorgarles un mismo sen-tido unvoco y redundante de cosa, como pretende Zubiri. Slo as habra sidoposible que Aristteles no redujera este principio a una simple nocin denoumeno o cosa en s misma incognoscible, cuando hay mltiples indicios

    de su existencia, por mucho que pretenda negarlo la fenomenologa30;b) Invertir los planteamientos de Hegel, al igual que antes propuso Zu-

    biri respecto de Husserl, con un objetivo muy concreto: comprobar cmo lametafsica clsica es capaz de reinterpretar el doble sentido ontolgico y al-ternativamente gnoseolgico, ahora otorgado a la nocin de esencia fenome-nolgica, prolongando a su vez el uso que entonces se hizo de la nocin desubstancia, hipokeimenon o sujeto ltimo de atribucin de las propiedades.En efecto, ahora se podr comprobar cmo el modo de acceder a este tipo de

    principios no es mediante un anlisis fenomenolgico exhaustivo de estas rea-lidades, como si fuera posible acceder a un conocimiento directo de toda larealidad. En su lugar resulta mas lgico concebir este tipo de principios comoun presupuesto y condicin de posibilidad y de sentido de la peculiar prees-tructura hermenutica de comprensin, una vez que precisivamente se han se-parado los correspondientes niveles de la actividad de la esencia, establecien-do entre ellos una diferencia pura o radical, pero reconociendo a su vez que yano puede darse cada uno de estos niveles sin los otros. Es ms, slo si se ad-mite una estructura precisiva previa de este tipo, sera posible evitar los nu-

    merosos malentendidos introducidos con posterioridad a Hegel por el usoidealista, solipsista y unilateral que entonces se hizo de la nocin de esencia fe-nomenolgica, otorgando una prioridad total a su dimensin mental, con untotal olvido de su dimensin fsica u ontolgica. En efecto, a pesar de las nu-

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    29 Cfr. L. NOVAK, D. D. NOVOTNY, P. SOUSEDK y D. SVOBODA (Eds.),Metaphysics: Aris-totelian, Scholastic, Analytic, Ontos, Frankfurt, 2013.

    30 Cfr. M. LIZ (Ed.),Puntos de vista. Una investigacin filosfica, Laertes, Barcelona, 2012.

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    merosas crticas que se formularon a la nocin aristotlica de esencia, sin em-bargo no se acab de advertir que ya la filosofa clsica con anterioridad ya ha-ba contrapuesto un triple nivel de actualidad en el uso heurstico de la nocin

    de esencia, en la medida que configura aquella peculiar estructura hermenu-tica de comprensin que a su vez hace posible la inteleccin humana31.En este contexto Polo discrepa abiertamente con Zubiri en diversos as-

    pectos, aunque sus respectivos planteamientos mantengan numerosos puntosen comn. Por un lado, no comparte las denuncias de Zubiri respecto de losposibles incumplimientos programticosde los que la ontologa clsica hubierapodido adolecer a este respecto. En efecto, segn Polo, la filosofa clsica nohabra fomentado una visin cosificada y veritativamente redundante o tauto-lgica de la nocin abstracta de ente o de substancia, como ahora preten-

    de Zubiri. En su lugar habra ocurrido ms bien todo lo contrario, al menosen Aristteles, a saber: la ontologa clsica habra dispuesto de numerosas he-rramientas capaces de mostrar el triple nivel de actualidad de la esencia a unnivel sustantivo, mental e intelectivo, sin volver a reincidir en este tipo de re-dundancias o de meras cosificaciones, como ahora Zubiri denuncia. En estesentido habra asignado a la esencia un tipo peculiar de actualidad existencial,que a su vez permite concebirla como un principio en continuo proceso de re-novacin y de emergencia de propiedades diferentes, al menos en la interpre-

    tacin tomista de todo este proceso, sin dar lugar a las cosificaciones en s mis-mas tautolgicas y abstractas, que ahora Zubiri le critica32.

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    31 A este respecto afirma Polo, respecto de la necesidad de precisar con ayuda de diversas herra-mientas que hoy da proporciona la fenomenologa una nocin de verdad adecuacin an mejorfundada desde un punto de vista gnoseolgico y ontolgico, aunque sin necesidad de prescindirtampoco de la nocin clsica de ente, substancia, sujeto u otras semejantes. A este respecto afir-ma Polo: El problema del conocimiento no se puede estructurar con el sencillo esquema me-canicista de una mente adecundose, o no, con una cosa, sino que hay que intentar la conside-racin precisiva del objeto de un modo congruente, es decir como diferencia pura. Por lo dems,en principio es mucho ms razonable admitir que el hombre lo obtiene todo de la cosa, pero queeso que obtiene no es toda la cosa, ni por lo tanto el carcter totalizado de lo obtenido, que pen-sar que el hombre obtiene toda la cosa, o, en el extremo opuesto, slo una parte, o nada, de todolo que, para su mente, es la cosa. En el primer caso puede fcilmente concluir que el nico l-mite de principio es el carcter totalizado de la esencia pensada. As pues, que la esencia sea dada,es decir, presente como algo, no significa que la esencia extramental sea algo, ni que el conoci-miento contenga una pretensin de correspondencia paralela, sino el lmite del pensamiento, laincapacidad de la mente humana para obtener exhaustivamente la realidad (El acceso, 1964, 314;2004, 241). Cfr. J. RASMUSSEN, Defending the Correspondence Theory of Truth, Cambridge Uni-

    versity Press, Cambridge, 2014.32 A este respecto afirma Polo: A decir verdad, en la nocin aristotlica de esencia en acto va im-

    plcita la imposibilidad de interpretar la existencia como una cosa. Aadamos enseguida que slo

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    Por otro lado, Zubiri atribuye a Husserl el haber introducido una estric-ta diferenciacin entre la consideracin fenomenolgica y la ontolgica de lasesencias eidticas. En cambio, segn Polo, habra sido Aristteles el que ya

    habra establecido una escisin de este tipo entre la consideracin meramen-te lgica o abstracta de las ideas, y la propiamente ontolgica o metafsica dela correspondiente esencia. Adems, habra justificado la aparicin de esta es-cisin, segn se focalice la atencin en la mente, en la sola naturaleza, o se re-mita uno tambin a la llamada Causa Primera, admitiendo incluso un posibletrnsito desde un extremo a otro de la mencionada correlacin. Es ms, segnPolo, Husserl se habra quedado en una simple consideracin fenomenolgi-ca de las esencias eidticas, sin acabar de comprender las virtualidades onto-lgicas y metafsicas de sus propios anlisis, habiendo sido un mrito de Zu-biri el haber tratado de paliar esta laguna de la fenomenologa, como todavaen mayor medida pretender Polo. Concretamente Zubiri habra advertido ya la vez separado la necesidad de un anlisis ontolgico de las esencias com-plementario a aquel otro estrictamente fenomenolgico, mientras que Poloadems aadira que el conocimiento ontolgico as logrado del ser se lleva acabo a travs de un conjunto de mediaciones fenomenolgicas que no impi-den sino que requieren que sea un conocimiento directo a partir de la propiaexperiencia33.

    De todos modos las discrepancias entre Zubiri y Polo no residen tanto enno compartir las denuncias contra Aristteles, sino en un punto previo: Poloopina que Zubiri no habra sacado todas las consecuencias precisas de su cr-tica a Husserl, ni de haber conseguido una autntica superacin, volviendo areincidir en similares errores bsicos de planteamiento. De hecho ni Zubiri niHusserl supieron localizar y resolver dos problemas dejados abiertos por Aris-

    LA SUBSTANCIA COMO ESENCIA FENOMENOLGICA EN ZUBIRI Y POLO

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    entendindolo as el hallazgo aristotlico del acto se pone en condiciones de perfeccionarse, esdecir, de avanzar sin caer en las determinaciones propias del objeto. En la metafsica tomista estepaso est dado (El acceso, 370). C. ORTIZ DE LANDZURI, La autotranscendencia del sen-tido en Heidegger, segn Apel y Polo: Voluntad de superacin, comprensin a priori o inma-nentismo gnoseolgico?, en Studia Poliana, 5 (2003), 27-74.

    33 A este respecto afirma Polo: La distincin aristotlica entre lgica y metafsica fue ya una ga-nancia sustancial en esa direccin. A mi modo de ver ms que metafsica, la Filosofa Primera delEstagirita es metalgica: el conocimiento del ser se asimila al ser, se dice de l, en la medida quese ha logrado la interpretacin precisiva del conocimiento mismo y, as interpretado, se ha po-dido separar del ser. En este sentido el conocimiento del ser en Aristteles puede llamarse di-recto, y no lgico o dialctico (AS, 15-16). Cfr. M. I. ERONEN,Reduction in Philosophy of Mind.

    A Pluralistic Account, Ontos, Frankfurt, 2013.

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    tteles y ya definitivamente zanjados por Toms de Aquino, al menos segnPolo34, a saber:

    a) La especificacin del acto intencional gnoseolgico que debera haber

    permitido llevar a cabo una efectiva asignacin ontolgica de existencias, sinquedarse simplemente en un mero reconocimiento de diversos niveles deactualidad esencial o estructural, como habra ocurrido en Zubiri. Mxime cuan-do la actualidad mental intencional de la esencia eidtica se reduce a una ac-tualidad simplemente abstracta, lgica o gnoseolgica, limitando y malinter-pretando el tipo de intencionalidad claramente existencial que Aristteles lehabra pretendido otorgar35.

    b) La necesidad de un correlato metafsico verdaderamente proporciona-do al reconocimiento del alcance intencional verdaderamente existencial de la

    actualidad de una esencia fenomenolgica a un nivel ontolgico o fsico verda-deramente sustantivo o estructural. Hasta el punto que dicha sustantividad yano se puede reducir a una mera actualidad estructural como simple sujeto o so-porte de propiedades. Es decir, sin poder reducir la sustantividad a un simplecorrelato objetivo respecto de una simple verdad adecuacin, como podra ha-ber seguido ocurriendo en Aristteles, cuando de hecho requiere el ejercicio deuna suposicin existencial propiamente dicha, con una participacin en el serde atribucin propia, como ya habra mostrado Toms de Aquino. En cualquier

    caso Polo opina que la actualidad existencial de la substancia o sujeto ltimo delas propiedades, es inherente a la actualidad meramente supositiva o estructuralde estas referencias intencionales fenomenolgicas. En efecto, a pesar de las re-ticencias que muestra Zubiri al respecto, sin un supuesto existencial efectiva-mente diferenciado, aquellas otras referencias intencionales meramente estruc-turales quedaran vacas de contenido, al remitirse a una actualidad supositivaesencial meramente genrica, sin poderse ya formular un autntico juicio deasignacin de existencias, como ya fue advertido por Santo Toms. Hasta elpunto que de seguir este tipo de propuestas sera imposible de recomponer una

    posible adecuacin entre lenguaje y realidad, tenindose que conformar en sulugar con una mera referencia a un haber esencial, presupositivo, implcito y ge-nrico donde cualquier asignacin fenomenolgica de intenciones existencialescon pretensiones verdaderamente identificadoras se vuelve posible y, por tanto,

    CARLOS ORTIZ DE LANDZURI

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    34 Cfr. J.-L. MARION, Givenness and Hermeneutics, Marquette University Press, Millvaukee, 2013.35 C. ESPOSITO y P. PORRO (Eds.), Intentionality and Reality. Intenzionalit e realt, Questio.

    Yearbook of the History of Metaphysics, 12, 2012, Brepols, Turnhout, 2013.

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    trivial. En efecto, a toda esencia le corresponde tener en su haber la referenciapotencial a mltiples existencias posibles que a su vez permiten configurar esaesencia en acto, como por ejemplo ocurre en la asignacin de una existencia

    meramente matemtica, en el sentido de existe al menos un x. Sin embargomediante este tipo de referencias meramente genricas y abstractas, basadas enel binomio potencia y acto, nunca se lograr localizar la asignacin de existen-ciasconcretas aqu y ahora viene exigido por la aplicacin de una esencia eid-tica a una basa emprica concreta, mxime si se trata del tipo de realidadal quehabitualmente se remite el lenguaje en primera, segunda y tercera persona36.

    En cualquier caso Polo se retrotrae aLa fenomenologa del Espritu de He-gel a la hora de abordar los posibles niveles de actualidad otorgados a la esenciaeidtica, sin reducirlos en ningn caso a una simple posicin de la esencia,

    como ocurri tanto entonces como al parecer tambin en Zubiri. Posterior-mente, a partir de aqu, se establece una clara separacin entre dos mbitos:por un lado, los mltiples usos cosificados e igualmente redundantes que tam-bin se pueden proponer de la nocin de esencia desde un punto de vista l-gico, fenomenolgico, o incluso metafsico, segn se conciba como una apli-cacin especfica a un mbito fsico, psquico o absoluto, pero quedndose conuna mera descripcin genrica a una esencia veo un hombre, al modocomo posteriormente seguir ocurriendo en Husserl o Zubiri, pero sin poder

    llegar a justificar un autntico juicio de asignacin de existencias existe Pe-dro, al modo sealado por Aristteles y ms tarde por Toms de Aquino. Encualquier caso Hegel no habra sabido apreciar la diferencia real que en todomomento se debe establecer entre estas diversas actuaciones de la esencia fe-nomenolgica, segn se haga una atribucin esencial genrica u otra estricta-mente existencial. Especialmente cuando pas por alto la diferencia an msbsica existente entre la actualidad meramente esencial y aquella otra estricta-mente existencial. Se confundieron dos puntos de vista claramente distintos:

    LA SUBSTANCIA COMO ESENCIA FENOMENOLGICA EN ZUBIRI Y POLO

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    36 A este respecto afirma Polo: A este respecto hay que sealar que la opinin que asigna un pa-pel fundamental al binomio potencia-acto en la metafsica de Santo Toms de Aquino, debe es-timarse equivocada. La ms profunda conquista del Aquinate es la distincin real entre esencia

    y existencia, a partir de la cual, y no al revs, la propia doctrina activista de Aristteles recibe unanueva y ms honda comprensin. La razn fundamental de esta insuficiencia (...) es que estamera apelacin al acto y a la potencia slo nos dice que la esencia est en un orden de ingresaren un orden, el existencial, que supone un mayor grado de realidad. Pero no basta decir que exis-tir es algo ms que el puroser esencia, ya que, si se admite que las esenciasson de otra manera queen dependencia de la existencia no se da razn del haber (AS, 364). P. M. S. HACKER, The In-tellectual Powers. A Study of Human Nature, Wiley-Blackwell, Oxford, 2013.

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    por un lado, las distintas actuaciones especficas por las que pueden pasar lasesencias eidticas desde un punto de vista lgico, metodolgico, gramatical osimplemente convencional; y, por otro, la especfica actualidad existencial pro-

    pia de cada substancia cuando se le asigna un modo de participacin en el serpor atribucin propia, especialmente cuando se comprueba que tampoco ellenguaje puede remitirse a un simple referente genrico37.

    Pero, a pesar de estas diferencias respecto del punto de partida, sin em-bargo Polo comparte muchas de las propuestas de Zubiri. De hecho ambosprolongan los planteamientos de Husserl, o tratan de invertir las propuestasde Hegel, con un objetivo comn: alcanzar una clarificacin lo ms precisa po-sible de las diferentes actualizaciones de las que puede ser objeto las esenciasfenomenolgicas, a fin de explicitar del modo ms precisivo posible los presu-

    puestos metafsicos a los que a su vez se remiten. Slo as habra sido posibleevitar un conjunto deperplejidadescada vez ms enmaraadas que, en contrade lo que cabra esperar, se acabaron haciendo presentes en Hegel, o tambinen Husserl, cuando perfectamente se podran haber evitado38.

    A este respecto Polo seala las carencias ms llamativas de los anlisis deHegel en La fenomenologa del espritu respecto de su pretensin de justificaruna nocin de esencia, desde donde fuera posible fundamentar a su vez unapretendida racionalidad de lo real, de modo que fuera justificar una depen-

    dencia necesaria de las correspondientes esencias entre s. Hasta el punto que,en su opinin, la nocin de esencia hegeliana al final se acabara volviendo ra-dicalmente insuficiente respecto de la pretensin inicial de cubrir el doble ob-jetivo, de coherencia lgica y existencial, que inicialmente l mismo se propu-so, sin poder justificar ni una ni otra. A este respecto Hegel habra dado dospasos en falso, igualmente insuficientes39.

    a) Primero, Hegel se habra encontrado con la consecuencia no deseadade no poder formular el correspondiente juicio de atribucin de existencias apartir del correspondiente horizonte interpretativo de esencias lgicas que

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    37 Cfr. G. ILLE, Between Vision and Obedience Theological Reflections on Rationality and Agency withspecial Reference to Paul Ricoeur and G. W. F. Hegel, James Clarke, Cambridge, 2014.

    38 A este respecto afirma Polo: El conocimiento del ser a que aspira el idealismo es tachado comoerrneo, es el sentido de descaminado y confuso. La aspiracin idealista est mal dirigida y sefrustra. Este fracaso tiene que ser explicado. Tal explicacin posee un sealado valor para la de-tectacin del lmite mental. La descalificacin del idealismo ha consistido en la mostracin deque sucumbe a la perplejidad (AS1964, 202;AS2004, 154). F. C. BEISER,After Hegel. German

    Philosophy, 1840-1900, Princeton University Press, Princeton, 2014.39 Cfr. L. SIEP,Hegels Phenomenology of Spirit, Cambridge University Press, Cambridge, 2014.

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    pensaba haber encontrado, apareciendo la existencia como un elemento ex-trarracional que debera ser eliminado. Hasta el punto que en la prctica slopudo emitir juicios de carcter solipsista o encerrados en s mismo, en los que

    inevitablemente se fomenta una creciente perplejidad gnoseolgica, al no po-derse remitir a ningn supuesto distinto de ellos mismos. En efecto, en Hegelse produce la reiterada pretensin de tratar de razonar a partir de una meraesencia a partir de otra esencia, mediante un proceso dialctico que per-mita justificar un paso de una posicin de la esencia a otra, aunque sin tam-poco poder formular ya un autntico juicio intencional de atribucin de exis-tencias a los correspondientes supuestos de este modo sobreentendidos. Hastael punto que todo ello acabara haciendo imposible, al menos segn Polo, laasignacin de una autntica existencia a las correspondientes esencias metaf-

    sicas de los correspondientes procesos de racionalizacin, como en principiohubiera sido de esperar. De hecho Hegel no habra podido evitar la aparicinde una visin esencialista y determinista del mundo histrico, o una visin dela persona humana efectivamente cerrada a la libertad de arbitrio, dado quetampoco habra podido remitirse a un sujeto existencial concreto como titularltimo de dicha historicidad o personalidad40.

    b) Segundo, la imposibilidad de establecer una diferencia gnoseolgicaentre la esencia pensada y la esencia actual o simplemente mundanal, o hist-

    rica, que le habra permitido a Hegel abordar estos problemas de orden exis-tencial que al final tambin acabaron compareciendo en su sistema filosfico.En efecto, siempre consider que una estrategia de este tipo estaba condena-da al ms absoluto de los fracasos, cuando era justamente la va heurstica quedebiera haber ensayado. Sin embargo Polo opina que esta tenaz resistencia auna interpretacin referencial ontolgica de la intencionalidad existencial slole habra servido a Hegel para generar una situacin de perplejidad generali-zada cada vez ms difcil de evitar41.

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    40 Cfr. D. PARFIT, On What Matters, S. SCHEFFLER (Ed.), vol. I-II, Oxford University Press,Oxford, 2011.

    41 A este respecto afirma Polo a modo de ejemplo sobre el cmulo de perplejidades que, en su opi-nin, genera la filosofa de Hegel: La filosofa hegeliana se ocupa del ser como ser de lo pensa-do. Por razones de congruencia con el resto de la investigacin llamar esencia (pensada) a aque-llo a que pertenece el ser segn Hegel. (...) Esencia significa aqu tanto como cosa objetonoumenal, por cuanto nada queda en la cosa fuera de la esencia (pensada). Pero ello exige quea la esencia pertenezca el ser. No cabe que la esencia se constituya de modo que el ser sea dis-tinto de tal constitucin. El ser pertenece a la esencia presente (AS1964, 204;AS2004, 156).Cfr. T. BAYNE, The unity of Consciousness, Oxford University Press, Oxford, 2010.

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    En este sentido Polo denuncia la incapacidad de Hegel para desarrollardesde un punto de vista estrictamentegnoseolgico el ambicioso proyecto pro-gramtico global que l mismo se haba marcado en sufenomenologa del esp-

    ritu, especialmente por un motivo, a saber: por haber fomentado un perma-nente estado interrogativo de reiteracin de preguntas sucesivas de ordenesencial sin respuesta posible en el plano existencial, dando por sobreentendi-do que el orden esencial se basta a s mismo, dado que todo lo real es racional,sin querer ver lo que l mismo estaba fomentando, a saber: la aparicin de unapermanenteperplejidad, por no poder disponer de un slido asiento existencialontolgico ms firme, que le hubiera permitido disponer de un punto de con-traste ms seguro, sin tener que fiarse solamente del mundo de esencias solip-sista creado por su propio pensamiento42.

    Es ms, en su opinin, a lo largo deLa fenomenologa del espritu se habraseguido produciendo un deslizamiento an ms sofisticado entre los distintosmodos posibles de la actualidad de la nocin de esencia fenomenolgica, des-de un uso meramente abstracto, a otro lgico o incluso intersubjetivo cada vezms compartido, pero cada vez ms alejado de una actualidad efectivamenteexistencial. Hasta el punto de haber dado lugar a numerosas ambigedades yvaguedades que perfectamente se podran haber evitado, si se hubiera sabidohacer un uso ms apropiado de los elemntos ontolgicos que ahora se toman

    prestados de la ontologa clsica. Por ejemplo, los numerosos entrecruza-mientos existentes entre la nocin de esencia pensada, la esencia intencional,la simple presencia mental o la esencia real meramente compartida, pero a laque tampoco se asigna una existencia efectiva, quedando reducidos a merasentelequias o estructuras puramente mentales. En cualquier caso Polo propo-ne una inversin en las propuestas de Hegel, aceptando la distincin que en sucaso estableci entre tres posibles modos efectivos de actualidad de la esenciafenomenolgica, especialmente la nocin de esencia pensada situada ahora enel mbito de la posibilidad, y la de esencia real efectiva, situada en un mbito

    preferentemente existencial. En cualquier caso ahora se introduce una nuevajerarqua existencial entre ellas, sin interpretar la predicacin de la existenciay de las cuestiones de hecho como el mbito emprico especfico de la irracio-nalidad, cuando ms bien se deberan utilizar para evitar las numerosas confu-

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    42 Cfr. G. PRIEST, One. Being an Investigation into the Unity of Reality and its Parts, including the Sin-gular Object which is Nothingness, Oxford University Press, Oxford, 2014.

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    siones y perplejidades que entonces se generaron43. Por eso se formulan dospropuestas, a saber.

    a) La necesidad de atribuir una intencionalidadverdaderamente existencial

    a la actualidad meramente autorreferencial de la llamadapresencia mentalde unaesencia meramente pensada por parte de un determinado sujeto del conoci-miento. En efecto, slo si se admite este paso, sera posible que la particulari-dad de cada esencia pensada de un modo precisivo o abstracto dejara de per-manecer encerrada en s misma, separada del resto de las esencias eidticas.Hasta el punto de poder adquirir un sentido existencial muy preciso que le per-mitira ser sujeto de un juicio de atribucin de existencias, evitando as el que-dar encerrada en s misma de un modo solipsista, como acab ocurriendo enHegel. De este modo la ahora llamada presencia mental no slo podra ser ca-

    paz de justificar su propia validez ideal interna, as como las correspondientesrelaciones estrictamente lgicas que se puedan establecer entre ellas, sino queadems podra pasar a desempear un segundo papel ms decisivo, a saber: su-perponer a esta inicial consideracin precisiva de cada esencia intencional porseparado, una segunda capacidad referencial existencial de remitirse a la reali-dad de las cosas mismas, al modo ahora preconizado por la fenomenologa deHusserl. Es decir, en ningn caso se deberan reducir las esencias eidticas aser un simple simulacro representativo, virtual o tautolgico de ellas mismas,

    dado que en ese caso tampoco seran capaces de superar la diferencia existen-te entre la presencia mental, la esencia pensada y la efectivamente real o efec-tivamente existente. Al menos es lo que Polo opina que habra acabado ocu-rriendo en el modo abstracto de concebir este tipo de posiciones sucesivasde justificar racionalmente los distintos complementos sobrevenidos a la merapresencia mental. No se habra apreciado la necesidad de proseguir este tipode anlisis para atribuir a la presencia mental una intencionalidad existencial,que les atribuya a esa esencia una efectiva realidad independiente del resto de

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    43 A este respecto afirma Polo: No basta pensar la esencia y confundirla con la realidad para quela esencia se determine como realidad de la manera hegeliana. En el trato corriente, las cosasaparecen abiertas a la posesin de lo que puede llamarse realidad o existencia emprica. La exis-tencia emprica puede darse o puede faltar, pero en todo caso de ella dependen: 1) La diferenciaentre el llamado ente real y lo meramente pensado: esta diferencia implica la consideracin pre-cisiva de lo pensado. A lo pensado precisivamente considerado llamaremos esfera de la posibili-dad. 2) El problema de la diferencia entre el ente real y la nada. El ente real lo es primordial-mente por real y no por pensado. (...) Ser pensado no es, propiamente, ser: es posible ser pensadosin ser real por ello (AS1964, 205;AS2004, 157). Cfr. G. PATTISON, God and Being. An In-quiry, Oxford University Press, Oxford, 2011.

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    misma. Es ms, la esencia pensada necesita la referencia a una esencia real queahora se configura como el trmino de referencia obligado de una intencio-nalidad existencial a la que se asigna una actualidad efectivamente real, sin po-

    derse remitir simplemente a una mera presencia mental, o algo similar quehaga sus veces46.c) La necesidad de seguir admitiendo la actualidad intelectiva de aquellas

    esencias absolutasque anteriormente Zubiri haba rechazado por considerarlasinaccesibles para nosotros, pero que, sin embargo, ahora Polo sigue admitien-do, por considerarlas imprescindibles. A su modo de ver ya Husserl habra he-cho notar cmo esta consideracin absoluta de las esencias se afirma como unaconsideracin previa que a su vez constituye el fundamento ltimo de los otrosdos tipos de actualidad, ya sea mental o fsica, aunque en su caso no hubiera sa-

    bido muy bien cmo explicar su gnesis psicolgica. Es ms. Ahora la constitu-cin absoluta de la esencia se constituye como el ncleo central de toda consi-deracin fenomenolgica pura de las mencionadas esencias eidticas, sin quehaya ya necesidad alguna de remitirse a resto alguno de psicologismo o de mun-danidad extrnseca a la propia fenomenologa. Hasta el punto que la considera-cin absoluta slo tiene en cuenta las dependencias necesarias que a su vez unaesencia mantiene respecto de las otras esencias, con una independencia absolu-ta respecto de los procedimientos psicolgicos usados para llegar a conocerlas.

    En este sentido la mera posibilidad de poder ser concebidas como si se tratarade una alternativa efectiva digna de consideracin por el propio pensamiento,ya plantea un problema ontolgico de primer orden. Es ms, segn Polo, enningn caso Kant habra advertido la singularidad de esta peculiar actualidad in-telectiva que ahora se atribuye a este tipo de esencias absolutas, salvo que se lequiera exonerar o eximir de este tipo de justificaciones tan metafsicas. Porejemplo, Kant no habra tenido en cuenta la necesidad de remitirse a este tipo

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    46 A este respecto afirma Polo: Tener segn la presencia significa todo lo dems. Todo lo demsesla disposicin matizada segn la presencia mental en que se lleva a cabo el ocultamiento de loms importante del lmite. Lo ms importante del lmite se oculta porque la diferencia pura con el

    ser cabe. Como diferencia pura con el ser, la presencia matiza la disposicin en el modo de la su-posicin. Insisto: todo lo dems es, simplemente, modalidad dispositiva, no el ser. No se tratade ninguna dualidad entre presencia y ser, sino de la declaracin de la diferencia pura con el seren los trminos de la unicidad de la presencia (AS1964, 110;AS2004, 84). Cfr. C. ORTIZ DELANDZURI, Representacionismo y lenguaje en Apel y Polo. Hacia una prolongacin se-mitica y metafsica de la fenomenologa,Pensamiento, Lenguaje y realidad. Estudios sobre la filo-

    sofa de Leonardo Polo, A. L. GONZLEZ y D. GONZLEZ GINOCCHIO (Eds.), Cuadernosde Pensamiento espaol, 37, Servicio de Publicaciones de la Universidad de Navarra, 86-108.

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    de esencias absolutas a la hora de plantear la posibilidad de una deduccin trans-cendental de las categoras, a partir del yo pienso, vindose obligado por ellomismo a reincidir en un nuevo psicologismo, como ya habra sido denunciado

    reiteradamente por Husserl y ahora tambin por Zubiri47

    .Pero a pesar del enfoque tan diferenciado con que Polo abord el anli-sis de las esencias eidticas respecto de Zubiri, sin embargo fueron muchos lospuntos de acuerdo entre ambos. Especialmente en todo lo relativo a la nece-sidad de una estructura hermenutica previa de inteleccin que a su vez hagaposible una efectiva interaccin entre los diversos modos de actualidad sus-tantiva, mental y absoluta, ahora otorgados a las esencias fenomenolgicas, sinpoder ya prescindir de ninguno de ellos. En este sentido Polo apela a un n-cleo lgico o logos que, por un lado, debe permitir establecer una correlacin

    entre estos tres posibles modos de actualidad de la esencia fenomenolgica anivel de naturaleza, en el que especialmente se sita Zubiri, dejando a la per-sona el anlisis de estas mismas correlaciones a un nivel existencial. En estesentido el logos se subordina a la persona, pero a la vez se afirma como inde-pendiente de todo lo dems, en la medida que regula por s mismo las corre-laciones que ahora se han establecido entre el plano esencial, mental y abso-luto, en la medida que dispone de herramientas heursticas suficientes paraevitar que cualquiera de estas dimensiones de la esencia se absolutice, impi-

    dindole desempear el papel unificador que a s mismo se asigna48

    .

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    47 A este respecto afirma Polo: Mientras el hecho de ser conocido por mi, considerado psicolgi-camente, se proyecta sobre la problemtica de lo pensado, impide que surja con plenitud la con-sideracin absoluta de lo inteligible, puesto que tal hecho es tan extrnseco a la esencia pensadacomo a la existencia emprica, y por lo tanto es cualquier cosa menos una comprensin de la to-talidad como esencia pensada. Pero una atencin libre de carga psicologista pide una averigua-cin acerca del modo como, efectivamente, la realidad se convierte en inteligibilidad pensada.Esta averiguacin slo puede intentarse en la forma de consideracin del objeto a partir de laactualidad de la razn. (...) Ahora bien, se supera verdaderamente la consideracin del objetocomo meramente aparecido con una deduccin transcendental en sentido kantiano? Es claro queno. No puedo considerar fundada la deduccin de lo no inteligible. En su conjunto, la estructu-ra deductiva del entendimiento en Kant no es otra cosa que un extremoso favor de exencin (Elacceso, 1964, 208; 2004, 159). Cfr. C. ORTIZ DE LANDZURI, El sentido del ser en Hei-degger, segn Apel y Polo: Superacin del olvido del ser, transcendentalismo autoenajenado operplejidad insalvable?, en Studia Poliana, 4 (2002), 19-60.

    48 A este respecto afirma Polo: En cuanto el logos depende en exclusiva de la persona, es inde-pendiente de todo lo dems. Tal independencia, que constituye a su vez la referencia del logosa una de las dimensiones que unifica (justamente la presencia), permite trocar el disponer enusar. En el trueque se dispone del logos, (...), sin hacerlo en virtud de l mismo. (...) (Sin em-bargo el) disponer se trueca en uso sin control cuando se lleva a cabo desde una pretensin pre-ponderante y a su servicio (El acceso, 1964, 81; 2004, 61). C. ORTIZ DE LANDZURI, La

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    En cualquier caso, segn Polo, la sola apelacin a la naturaleza resulta ala larga insuficiente debido a la imposibilidad que en ese caso el ncleo lgicotendra de apropiarse de una dimensin existencial, a diferencia de lo que su-

    cede cuando acepta la subordinacin a un ncleo personal an ms bsico yefectivamente existente. De ah que ahora tambin sea necesario afirmar la re-ferencia de todo logos sapiencial a una nocin metafsica de persona que seconcibe como un principio existencial diferenciado separado de todo lo de-ms. Hasta el punto que la persona se apropia a un nivel esencial de las fun-ciones gnoseolgicas regulativas meramente naturales que a su vez le corres-ponden a aquel ncleo lgico, sin depender ya de nada extrnseco a ella misma.En este sentido la persona para Polo, y en menor medida para Zubiri, es unautntico mediador del ser, en la medida que tambin entra a formar parte de la

    estructura transcendental del comprender que a su vez posibilita una efectivainteraccin entre los diversos modos de actualidad de la esencia fenomenol-gica, incluida la substancia49.

    4. CONCLUSIN: SON COMPARABLES LAS PROPUESTAS DE ZUBIRICON LAS DE POLO?

    Evidentemente fueron muy diferentes los enfoques y las pretensiones des-

    de las que Zubiri y Polo abordaron el anlisis de la especfica actualidad onto-lgica o existencial asignada respectivamente a las esencias eidticas. De hechoZubiri propone, como consecuencia de todo ello, substituir la nocin ontol-gica desubstancia por la de sustantividad, concebida como la actualidad fsicade un supuesto estructural previo al que se asignan el conjunto de notas o atri-butos de la correspondiente esencia fenomenolgica. Sin embargo ya no sehace necesario atribuirle especficamente una existencia diferenciada respecto

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    libertad transcendental heideggeriana, segn Apel y Polo. Hacia un meliorismo semitico ygnoseo-antropolgico mutuamente reforzado. D. G. GINOCCHIO y M. I. ZORROZA(Eds.),Estudios sobre la libertad en la filosofa de L. Polo, Cuadernos de Anuario Filosfico, n 247,Universidad de Navarra, 2012, 47-56.

    49 A este respecto afirma Polo: Pero, por otra parte, tal subordinacin (de logos a la persona) li-mita, angosta, la unidad del logos humano, en el modo de confundir su dependencia con algunade las dimensiones que l unifica, dimensiones que, con ello, se (puede) hacer absoluta (AS, 81).C. ORTIZ DE LANDZURI, El problema del fundamento en Polo y Apel: Lmites irreba-sables o abandono del lmite mental?, en I. FALGUERAS, J. A. GARCA GONZLEZ y J. J.PARDIAL (Eds.),Futurizar el presente, Estudios sobre la filosofa de Leonardo Polo, Universidad de

    Mlaga, 2003, 213-240.

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    del resto de los entes que sea verdaderamente por s misma. Pero de igual modotampoco se hace necesario remitirse a un hipokeimenon o sujeto ltimo deinhesin de las propiedades al modo aristotlico. En efecto, segn Zubiri, la fe-

    nomenologa debe justificarse en nombre de una nueva nocin de verdad realala que ahora se remite esta nueva estructura hermenutica de inteleccin queahora se ha descrito. Hasta el punto que ya no se exige una efectiva localizacinfenomenolgica del correspondiente sujeto de inhesin de las propiedades, nitampoco reducirlo a una mera presuposicin en s misma incognoscible, dadoque tampoco cumpliran con las condiciones ahora exigidas a una verdad ver-daderamente real. En este sentido Zubiri consider superfluo seguir haciendouna referencia a este tipo de presupuestos aristotlicos dado que se tratara deun tipo de principios ontolgicos en s mismo incognoscibles, que seran

    inaceptables al menos desde un punto de vista fenomenolgico50.En cambio Polo considera una malinterpretacin esta descripcin ahora

    propuesta por Zubiri de la substancia aristotlica, como si se tratara de un suje-to ltimo en s misma incognoscible. A su modo de ver en el modo de abordarel problema de la substancia subyace el prejuicio de concebirla como una meraposicin pensada de la esencia, al modo de Hegel, o un no s qu o nou-meno extramental, al modo de Kant o Hume, al que de algn modo le sobre-vendra de un modo totalmente injustificado e innecesario la existencia. En

    cambio Polo considera que la referencia a un sujeto ltimo existencial o hipokei-menon debe concebirse como la manifestacin ms clara de la especfica actuali-dad existencial que la fenomenologa debe atribuir a cualquier ente y a cualquieresencia desde un punto de vista ontolgico. Es ms, se tratara de un requisito ocondicin de posibilidad y de sentido para que una esencia o un ente entre a for-mar parte de esta misma estructura hermenutica de inteleccin a la que tam-bin Zubiri se remite, dado que difcilmente se podr atribuir una verdad realauna esencia o a un ente propiamente dicho, si previamente no se le puede asig-nar una existencia efectivamente separada respecto de los dems entes51.

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    50 A este respecto afirma Zubiri, distancindose a su vez respecto de Aristteles: En definitiva,cuando se nos dice con Aristteles que la esencia comprende las notas que se predican de la cosapor s misma, se expresa bien claramente que la esencia posee lo que yo llamara una funcin, muyprecisamente determinada, que ciertas notas desempean en la cosa real. Cul es esta funcin?(...) Se trata de una funcin estructurante, pero en el orden de las propiedades mismas (SE, 93). P.

    VAN INWAGEN,Existence. Essays on Ontology, Cambridge University Press, Cambridge, 2014.51 Cfr. C. LITTLEJOHN y J. TURRI (Eds.), Epistemic Norms. New Essays on Action, Belief, and

    Assertion, Oxford University Press, Oxford, 2014.

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    Pero con independencia de estas ltimas discrepancias, parece indudableque Zubiri y Polo trataron de recuperar una similar nocin ontolgica desubstancia, de sustantividad o esencia, aunque lo hicieran en confrontacin

    con enfoques husserlianos o hegelianos muy diversos. En este sentido Zubiricomparte con Polo una nocin aristotlica de actoy actualidad que ambos con-sideran la autntica aportacin del estagirita cuando a su vez trata de asignara las esencias mundanas un modo de ser ontolgico efectivo. En efecto, sin laprevia inteleccin de esta posible triple forma de actualidad de la esencia,como es la fsica, la mental y la absoluta, tampoco sera posible la constitucinde la ahora denominada verdad real, en la medida que tampoco podramos ga-rantizar una efectiva adecuacin o correspondencia entre ellas. A lo mximoque se llegara es a concebir estas distintas actualizaciones como distintas po-

    siciones de una misma esencia pensada que estara pasando de una a otra,como si se tratara del mismo tipo de actualidad, cuando se les asigna modosde actuacin muy diferenciados. Precisamente podemos hablar de realidadcuando se produce una efectiva coordinacin entre esta diferenciada actuali-zacin de la esencia, estableciendo una recproca interdependencia entre laesencia pensada, la real y la simplemente absoluta. Slo entonces se puede ha-blar de una autntica verdad que se remite a su correspondiente realidad, porsimple que sta sea52.

    Por su parte Polo tambin considera que la nocin de actoy actualidadha-bra sido el rasgo fenomenolgico o lgico especfico, que contradistingue deun modo esencial a las distintas ramas del saber aristotlico, ya sea la ontolo-ga, la metafsica, la gnoseologa o cualquier otra. En efecto, a su modo de ver,la mera atribucin de una consistencia entitativa, sin la correspondiente asig-nacin de una actualidad existencial efectivamente diferenciada, tampoco pue-de ser un fundamento suficiente ni para el ser, ni para el ente, ni para la subs-tancia. En efecto, una esencia sin ningn tipo de referencia a la existenciaconstituye de suyo un supuesto metafsico imposible, dado que donde no hay

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    52 A este respecto afirma Zubiri: En la verdad hay un momento de inteleccin; sin l lo que lla-mamos verdad no sera verdad. (...) Porque, cul es para los efectos de lo inteligido, la ndoleformal de la inteleccin? No es ser posicin de las cosas, puesto que stas no son conceptos for-males, como pretenda Hegel. (...) Inteligir es un mero actualizar la cosa. (...) Pero esto es aninsuficiente, porque (...) cul es el carcter formal de lo inteligido en cuanto tal. Pues, bien, estecarcter formal es realidad. (...) En este sentido es en el que digo que la verdad se trata siemprede algo que lo sea realmente. (...) Lo inteligido es realidad no slo de hecho, sino en su modoformal de ser aprendido (SE, 113-114). Cfr. T. PFAU,Minding the Modern. Human Agency, In-telectual Traditions, and Responsible Knowledge, Notre Dame University Press, Indiana, 2013.

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    ser ni tampoco acto o actualidad, resulta imposible la atribucin de cualquiertipo de constitucin esencial efectiva. En cualquier caso la caracterizacin delser o ente como acto o actualidad efectivamente existente es la gran aporta-

    cin de Aristteles, dado que sin existencia la esencia se transforma en unamera posibilidad, que en ningn caso puede agotar el mbito de lo real53.En cualquier caso, para Zubiri y Polo, la actualidad del ente, de la esen-

    cia o de la substancia se constituye en un mediador universal que hace a su vezposible, a travs de sus diversos modos de actualidad real y pensada, la estruc-tura hermenutica del comprender, especialmente de la as llamada intelec-cin de lo real en cuanto tal. De ah que ambos coincidan en otorgar una prio-ridad a la dimensin formal que adquiere el acto o la actualidad, en cuanto nexonecesario que permite articular las tres modalidades de esencia antes seala-

    das. Zubiri lo har en cuanto la actualidad configura el principio mediador dedicha estructura de inteleccin del comprender. Especialmente por hacer po-sible el reconocimiento ulterior de la llamada verdad real, o realidad en cuan-to verdad, abierta a su vez a un intelecto capaz de comprenderla. Sin embar-go opina que el establecimiento de esta relacin no es suficiente para asignara esa esencia una existencia real efectivamente diferenciada y demarcada delresto de los entes54.

    Por su parte Polo concibe la actualidad existencial como factor determi-

    nante que permite lograr una efectiva superacin de la diferencia o lmite men-talque ahora tambin se establece entre la actualidad intencional meramenteesencial que subsiste de un modo indiferenciado junto con otros entes y laefectivamente existente o separada del resto de los entes. Considera que se tra-ta de una diferenciacin ontolgica previa a la ulterior escisin entre la esen-

    CARLOS ORTIZ DE LANDZURI

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    53 A este respecto afirma Polo: La idea de una consistencia entitativa como ltimo reducto de larealidad, no representa una conclusin correcta en un camino de avance y profundizacin a par-tir de Aristteles. Por el contrario, la necesidad de acto es tal que a l hay que recurrir siempre

    y absolutamente, sin que tenga sentido detenerse antes o desviarse hacia otro centro ltimo dereferencia; a saber, el existente. (...) Para decirlo de otro modo, (...) La referencia al acto es im-prescindible porque la esencia no agota la realidad. El acceso, 1964, 371; 2004, 288. Cfr. A. G.BIUSO, Temporalit e differenza, Leo S. Olschki, Firenze, 2013.

    54 A este respecto afirma Zubiri, estableciendo una similitud entre la mencionada verdad real y lanocin clsica de verdad ontolgica, aunque sin poder ya hacer referencia a una verdad divina o

    verdad absoluta: La verdad de algo sera su concepto, o si se prefiere la conformidad con su con-cepto. Cuando