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Nueva Época No.13 Abril – Junio 2017 ARCHIVO HISTÓRICO MUNICIPAL 150 ANIVERSARIO DE LA TOMA DE LA CIUDAD DE PUEBLA 2 DE ABRIL DE 1867

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Nueva Época No.13 Abril – Junio 2017

ARCHIVO HISTÓRICO MUNICIPAL

150 AniversArio de lA TomA de lA CiudAd

de PueblA 2 de Abril de 1867

Presentación

El Pregonero de la Ciudad se une a los festejos que la actual Adminis-tración Municipal, el Gobierno del Estado y la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla realizaron recientemente para conmemorar el 150 Aniversario de la toma de la ciudad de Puebla, que para entonces era ya de Zaragoza, el 2 de abril de 1867 exitosa acción militar realizada por el general Porfirio Díaz en la madrugada de aquél histórico día, con el que se recuperó la ciudad ocupada desde mayo de 1863 por las tropas france-sas al servicio del emperador Maximiliano de Habsburgo y con el que se inició la debacle del llamado Segundo Imperio Mexicano. Serán los histo-riadores Mariana Marín Ibarra, María Elena Stefanón, Humberto Morales Moreno y Pedro Mauro Ramos Vázquez, cronista municipal de San Miguel Xoxtla quienes analicen con cuidado tan importante acontecimiento que cayó en el olvido cuando el movimiento revolucionario de 1910 le arre-bató el poder ejercido por más de tres décadas al otrora héroe Porfirio Díaz, olvidando sus logros en favor de la paz y modernización del México convulso del siglo XIX.

Las demás secciones del boletín electrónico municipal complementan esta conmemoración con las imágenes, información bibliográfica y sem-blanzas históricas dadas a conocer en Disfrute Visual, Tiempo de Libros y Galería de Personajes Históricos, siendo en la sección de Archivística donde podamos conocer en profundidad el importante trabajo que en los últimos años ha realizado el Archivo General del Estado de Tlaxcala para dar a conocer a través del ejemplar proyecto de catalogación realizado tres siglos de tan importante historia. Cerramos la presente edición resal-tando en Noticias el momento en que el espacio interior del Palacio Muni-cipal fue dignificado con uno de los cuadros pictóricos más emblemáticos de Patricio Ramos “el pintor de batallas”, combatiente del 5 de Mayo de 1862, quien puso sus pinceles al servicio de la patria al dejar plasmados los valiosos testimonios gráficos en que “las armas nacionales se cubrie-ron de gloria”. De esta manera creemos cumplir con nuestro cometido de recuperación de parte de nuestra Memoria Histórica para conocimiento y disfrute de todos los poblanos.

María de la Cruz Ríos Yanes

Directora del Archivo General Municipal de Puebla

Francisco de Paula Mendoza, Batalla del 2 de abril © Museo Soumaya, Ciudad de México, México

Imagen en PortadaDepartamento de ImagenDiseño EditorialAlfredo Ríos Gómez

Encargado de Despacho del Departamento de ImagenJuan Carlos Figueroa Cortéz

PresentaciónMaría de la Cruz Ríos Yanes

Érase una vezEl 2 de abril de 1867 en Puebla. El inicio del triunfo de la República en México.Humberto Morales Moreno

La creación del hito nacional: 2 de Abril de 1867.Mariana Marín Ibarra

Dos felicitaciones del Ayuntamiento de Puebla a Porfirio Díaz.María Elena Stefanón López

150 aniversario de la Toma de Puebla, 2 de Abril de 1867.Pedro Mauro Ramos Vázquez

Disfrute VisualMa. Aurelia Hernández YahuitlGerardo del Sagrado Corazón Palacios Sainz

Breves de Archivística Tres siglos de historia: un proyecto de catalogación.Liliana Zamora Poiré

Tiempo de librosSilva Meza León

Galería de personajesEnrique Cano Galindo

Noticias

4El pregonero

Érase una vez

El 2 de abril de 1867 en Puebla. (El inicio del triunfo de la República en México)

Humberto Morales Moreno 11.- El presagio.

Guy Thomson sugiere que las generosas condi-ciones de los armisticios serranos que comenza-ron en enero de 1866 probablemente no hubie-ran dado pie a un renacimiento de la resistencia republicana en Puebla, de no ser por las coyun-turas desfavorables que el Segundo Imperio de Napoleón III experimentó en el ajedrez político europeo. La caída de Huejutla en mayo de 1866 marcó el inicio de los avances republicanos en la sierra rumbo a la capital poblana. Ya para el 12 de agosto Tetela se pronunció por la República. Para el 14 de diciembre, Juan N. Méndez recibía de Porfirio Díaz el “…mando global de todas las fuerzas republicanas de los estados de Puebla y Tlaxcala” (Thomson, p. 87).

El comandante imperial de Puebla, Manuel No-riega, presagiando el final del Imperio en la ca-pital anunciaba en febrero de 1867:

“Remito a V. P. copia del decreto en que declaro en estado de sitio esta ciudad, así como de la alusión relativa para su co-nocimiento y a fin de que luego que sea evacuada la plaza por el resto del cuerpo expedicionario francés se me presente V.P. a este para acordar las providencias del momento que sea necesario dictar”.2

Juan Crisóstomo Bonilla y Juan Francisco Lucas3 pelearon en la toma del 2 de abril, comandados por Porfirio Díaz.

1 Asesor del Consejo de la Crónica del Gobierno del Estado de Puebla; Secretario Aca-démico del Instituto latinoamericano de Historia del Derecho. Centro de Investigación Historia Económica y Social. FFYL/BUAP. Este texto es una adaptación para El Pregonero de un ensayo más amplio de mi autoría que fue publicado con el título: La Resistencia Re-publicana en Puebla: 1862-1867, En: Patricia Galeana (editora), La Resistencia republica-na en las entidades federativas de México, Siglo XXI eds., México, 2012, págs. 587-633. 2 Archivo General Municipal de Puebla, Actas de Cabildo, vol. 275, legajo 15, f. 153 fte. Febrero de 1867. 3 Nos recuerda Thomson que al quedar herido Bonilla, Lucas se queda en Puebla al cargo de la 2ª División del Ejército de Oriente y Juan N. Méndez regresa a gobernar el Estado el 25 de abril.

2.- El 2 de abril.

El Lic. Rafael García era Gobernador de facto nombrado por Díaz desde septiembre de 1866 en Zacapoaxtla y para el 4 de abril de 1867, No-riega defeccionaba y dejaba la plaza de Puebla en manos republicanas. Un testigo ocular de los hechos del 2 de abril, Abraham Sosa Barragán, a la postre poeta y escritor, de Ahuacatlán, per-teneciente al distrito de Zacapoaxtla, narraba4:

“Acaban de pasar las fiestas con que se conmemora el asalto de la plaza de Puebla por las fuerzas republicanas, el 2 de abril de 1867. Yo presencié aquel ataque des-de el Cerro de los Remedios de la vecina ciudad de Cholula donde me encontra-ba a la zazon al lado del Sr. Gobernador Don Rafael J. García: era yo escribiente y el Srio. de Gobierno era el Sr. Lic. Don José de Jesús Gutiérrez. […] El día prime-ro de abril a medianoche nos levantamos, yendo a formar lugar en dicho Cerro. Era la plaza de Puebla un centro de fuegos artificiales, cuyo rumor grave y sostenido llegaba hasta nosotros. En la madrugada salió a caballo el Sr. Gobernador para el Cerro de San Juan, dejando sus órdenes al Srio. de Gobierno. Por el gran movimien-to inusitado, por la alegría que se notaba en todos los semblantes, afirmábamos que algo favorable para nosotros había pasa-do. […] A las nueve de la mañana salimos para Puebla, llegando a aquella ciudad en-tre diez y once, por el lado de San Javier. ¡Qué hermosa me pareció la ciudad de Puebla! […] La plaza de armas estaba llena de piezas de artillería. No tenía árboles a

4 Abraham Sosa Barragán nace en Ahuacatlán Puebla el 15 de marzo de 1845. Se volvió militar al servicio de la causa republicana con el asalto de la guarnición de los austriacos en Zacapoaxtla, el 10 de agosto de 1866. Para 1875 tenía ya un grado alto en la milicia y para 1885 había sido ya diputado federal en cuatro ocasiones. Muere en 1943. Agra-decemos a su bisnieta Alicia Cervantes de la Rosa, radicada en la Ciudad de México, la documentación facilitada para dar a conocer este testimonio.

Humberto Morales Moreno1

5 Érase una vez

más que en derredor asientos de piedra con respaldo de fierro y una fuente en el centro con la estatua de San Miguel”.5

Sesenta y siete años después, a la edad de 88 años, Don Abraham Sosa vuelve a escribir sobre el 2 de abril afirmando que:

“Serían las tres de la mañana del 2 de abril cuando se vió una gran luminaria en el Cerro de San Juan…Era esa fogata la señal convenida para dar el asalto. […] los combatientes, y a pecho descubierto penetraron por las calles de la Siempreviva, de San Agustín, del Hospicio, de La Merced, y puente de Analco hasta el Deán.”

Menciona a los generales que entraron en la toma de la ciudad: Don Ignacio Alatorre, Jefe de la 1ª División de Infantería, Don Juan Crisóstomo Bonilla, el General Cravioto, El Coronel Don Luis Mier y Terán, El General Figueroa, Comandante Carlos Pacheco, mutilado en la calle de la Siempreviva, el General Don Manuel Santibáñez y otros. En este recuerdo insiste mucho en el protagonismo de sus paisanos de Zacapoaxtla y guarda un significativo silencio al no mencionar la entrada de Juan Francisco Lucas. Dice que esto lo narra de “a oídas”, porque en su primera versión transcrita líneas arriba, confiesa haber llegado a Puebla a las “diez u once de la mañana”:

“Entré al patio del templo de San Agustín, y allí vi muertos y casi desnudos a un Señor Limón y al General Trujeque. También estaba tendido a un lado el joven Jesús Uriarte, de las principales familias de Puebla, que disparó su último cartucho sobre la trinchera de la calle de Herreros. En la calle de Mercaderes vi a un soldado muerto, con un alto de sombreros al lado. Aquel botín tomado por fuerza en la casa de un Señor Rebatú, o Rebateau, le costó la vida. El Señor General Díaz había mandado ejecutar a aquel insubordinado para dar garantías al comercio y a la sociedad en general”

Menciona que una banda de orquesta de Zacapoaxtla tocó una marcha a favor de Don Porfirio Díaz en la entrada del Palacio Municipal.

Terminan sus recuerdos mencionando la rendición del General Noriega en la mañana 5 Original manuscrito de la época en manos de Doña Alicia Cervantes de la Rosa. Copia digital paleografiada por el autor de este ensayo. Se respetó la grafía original excepto acentos de época en monosílabos.

del 4 de abril desde los Fuertes de Loreto y Guadalupe, después de haber lanzado balas de cañón que nuestro singular narrador lamenta que, en lugar de poner una placa conmemorativa en el templo de la Compañía, en su ala norte dañada, se restauró sin mención alguna…..

En su relato menciona:

“[..] y el Señor General Díaz con unos cuantos ayudantes avanzó hasta el primer fuerte, de donde salió sin escolta el General Noriega, y después del saludo militar, tomó por la punta su espada y la entregó al jefe vencedor. Es fama que éste dijo al vencido “la espada de un valiente está bien en su cinto”, y apeándose del caballo el Señor Díaz dio un abrazo al general vencido”.6

3.- El saldo final de la resistencia.

En octubre de 1867, en un informe del Cabildo de la ciudad, el saldo que la corporación municipal le dirigió al Supremo Gobierno, sobre las contribuciones de la ciudad a la causa de la guerra era devastador:

“ [,,,] importan los capitales desamortizados para el C. Gral. en Jefe del Ejército de Oriente las sumas que le expresan.

1862

Octubre $ 29.409.80Noviembre 12.833.33Diciembre 43.383.32

1863

Enero 97.366.17 Febrero 17.727.42 Marzo 09.104.12

Suma $ 201.822.17Ultima Hora 12.866.00Total $ 214.688.17Réditos $ 62.661.77

6 Testimonio mecanografiado con correcciones a pluma manuscrita, original en poder de la Familia Sosa.

6El pregonero

Son los capitales 214.688.17

Los réditos 62.661.77

Total liquido del adeudo 277.349.94

Nota. En esto no están incluidos treinta y cinco mil pesos en plata que se facilitaron en varias partidas.

En compensación se piden:

Convento de San Gerónimo. Su anexo de Jesús María. Convento de Sta. Teresa.Sta. Mónica.Sta. Rosa.La Concepción.Dos lotes de la Soledad.Tres lotes de San Agustín a ruina y otro más.

Se puso para los comisionados en manos del C. Lic. Joaquín Cardozo la siguiente comunicación.

“Secretaria del H. Ayuntamiento de esta Capital, en cabildo ordinario de 29 del que la patriótica corporación municipal acordó fuese de su seno una comisión compuesta de los CC. Ramón Alvarez, José Ma. E. y Bandini y Srio. Bernardo M del Callejo cerca del C. Presidente de la República. La comisión lleva el expediente que basa la solicitud. Para que la comisión tenga apoyo en sus trabajos y estos sean fructuosos, se acordó a moción del C. Callejo se recomendase la cooperación de por esclarecidos hijos del estado siendo Ud. uno de ellos: y como la corporación no duda de los filantrópicos sentimientos que anima a Ud. en bien de su país natal, no duda tampoco de que interpondrá para el fin propuesto sus dignos respetos, anticipándose este ayuntamiento a darle las gracias que tan interesante servicio. Protesto a Ud. mi singular apoyo y respeto. Libertad y Constitución. Puebla de Zaragoza 28 de Octubre de 1867. José Ma. Furlong, Bernardo Ma. Del Callejo Srio, C. Lic. Joaquín Cardozo. México.

Igual comunicación se dirigió al C Lic. José María la Fragua de la que ya no se hizo no por no haber sido necesario. Por influencia del C. Cardozo la comisión fue presentada al C. Presidente de la República quien la recibió satisfactoriamente y en tal virtud se presentó por medio del respectivo ministerio la siguiente solicitud, con su correspondiente justificación, fechada el 6 de noviembre de 1867:

“[…] a consecuencia de la serie fatal de desgracias de que ha sido sangriento teatro aquella hermosa capital y de los muchos sacrificios que hizo para coadyuvar a la defensa de la nación en la última guerra con el extranjero, la corporación quedó tan exhausta de fondos, tan miserable en sus propios que se puede decir que carece de lo precisamente necesario para subvenir a sus mas imperiosas necesidades mirando con dolor profundo el decaimiento de todos los institutos benéficos, máximo el de instrucción primaria base de la prosperidad pública y de las instituciones republicanas que felizmente nos rigen.”

El Gobierno de Benito Juárez tuvo a bien compensar a la corporación municipal angelopolitana cediéndole únicamente los conventos de Santa Teresa, La Concepción, San Jerónimo con el colegio anexo de Jesús María y los lotes de San Agustín y el atrio de Santo Domingo, contribuyendo además a continuar con la obra de la Penitenciaría “digno de las obras republicanas y filantrópicas del siglo en que vivimos”. De esta manera, compensaba al Ayuntamiento de Puebla por los saldos pendientes de la intervención francesa desde 1862 hasta la liberación definitiva de la ciudad en 1867, lo que hizo conforme a las Leyes de Reforma.7

7 Fuentes documentales consultadas: Archivo General del Municipio de Puebla. (AGMP), Series: Actas de Cabildo. 1861-1867. Expedientes. 1862-1870. Leyes y Decretos. 1862-1867; y Archivo Privado de Abraham Sosa Barragán. Ciudad de México.

7 Érase una vez

(Memorias del General Porfirio Díaz)(Reproducción del original Óleo sobre tela

de Francisco de Paula Mendoza, 1902)

(La pintura militar de México en el siglo XIX. Manuel Prieto)

8El pregonero

La creación del hito nacional: El 2 de Abril de 1867

Mariana Marín Ibarra*

La toma realizada el 2 de Abril no fue un even-to fortuito ni de un solo día, por el contrario, Puebla resintió los sitios extranjeros y gue-

rras intestinas a lo largo de todo el siglo XIX, por lo tanto para abril de 1867 la ciudad se encuen-tra mermada en su arquitectura, economía y su población. La amenaza a la ciudad se resintió desde el mes de febrero, lo que motivó la crea-ción de la alarma para la población; incluso, el intento de asedio por parte de Porfirio Díaz ini-ció desde marzo, pero al no ser exitoso se nece-sitó de pensar en una nueva estrategia que se llevó a la práctica más tarde, con condiciones militares y sociales mucho más favorables.

Pero ¿qué ocurrió en la toma del 2 de abril? Es necesario remontarse en primera instancia a que desde el 16 de febrero el general Manuel Noriega comandante en jefe del segundo cuerpo del ejér-cito imperial, declaró a Puebla en estado de sitio con el propósito de mantener el orden y librarla de los republicanos. Incluso estableció una alarma ve-cinal en caso de peligro para que los habitantes se resguardaran en sus casas con las puertas cerradas hasta que se terminara la alarma, indicada por el toque de la esquila de la Catedral.1

A inicios del mes de marzo del mismo año Díaz comenzó a realizar maniobras militares con el objetivo de tomar la ciudad de Puebla, pero al parecer sus primeros intentos no tuvieron mu-cho éxito, ya que la artillería de los batallones de úsares, la gendarmería imperial y los cazadores a caballo lograron hacer que se replegara junto con sus tres mil quinientos soldados. Sin embargo, Porfirio prosiguió con su objetivo y

“reagrupado y con una nueva estrategia, el Ejército de Oriente avanzó sobre los suburbios de la ciudad el día 8 de marzo, y quiso la casualidad que ubicara su cuartel general en el cerro de San Juan, en la misma finca que ocupó en el sitio de Puebla en 1863. Paso a paso, ocupó la

* Maestra en Historia por el Instituto de Ciencias Sociales y Humanidades de la Benemé-rita Universidad Autónoma de Puebla. 1 Ríos Yanes, María de la Cruz, Testimonios heroicos de la Puebla de Zaragoza en el Archivo General Municipal de Puebla: 1857-1980, Colección conmemorativa de 150 ani-versario del sitio de Puebla de 1863, BUAP, 2012, p. 106.

penitenciaría, la iglesia de San Javier y el Paseo Nuevo; más adelante, el molino de Huexotitla y el barrio de Santiago. El 16 de marzo, el general Manuel González atacó el Hospicio y avanzó sobre San Marcos. A medida que pasaban los días, iban cayendo los tradicionales puntos de la defensa de la ciudad: la Merced, San Marcos y la Alameda Nueva. Finalmente, a las cuatro de la mañana el 2 de abril de 1867, se inició el último asalto sobre los parapetos imperiales que defendían la ciudad”.2

Como lo refiere la cita arriba escrita, en la madrugada del 2 de abril de 1867 Porfirio Díaz ordenó el asalto general a la plaza de la ciudad de Puebla, junto con trece columnas del ejército republicano avanzando sobre las tropas imperiales, donde nuevamente participó defendiendo partes de la ciudad que ya conocía por la experiencia obtenida cuatro años antes, es decir, en el sitio de 1863 del cual se habló ampliamente en párrafos anteriores.

Díaz reconoció nuevamente el fuerte de San Marcos logrando salir airoso de la batalla, así “no sólo abrió el camino para que los republicanos se movieran a la ciudad de México y acelerara la derrota definitiva del imperio de Maximiliano de Habsburgo, sino que propició un ambiente favorable tanto en lo político como en lo militar, para que Porfirio Díaz buscara la presidencia”.3

Mientras tanto, el general Miguel Miramón acompañó a Maximiliano a Querétaro, Tomás Mejía se encargó de defender Puebla y el general Leonardo Márquez marcho a la ciudad de México en busca de refuerzos. Esta división de los comandantes imperialistas fue el momento idóneo para que Díaz decidiera tomar la ciudad de Zaragoza con el objetivo final de avanzar sobre la capital.

2 Marín Ibarra, Mariana y Pérez y Pérez, Roberto, “Fuegos de guerra y artificio. Vidas y costumbres poblanas durante el segundo imperio” en: Puebla, historia de una identidad regional, Contreras Cruz, Carlos y Cuenya Mateos, Miguel Ángel, tomo 2, Milenio, Mé-xico, 2012, p.124.3 Enriquez Perea, Alberto (coord.), Heroica Puebla de Zaragoza. 150 años del sitio de 1863, estudios y documentos, Colección conmemorativa del 150 aniversario del sitio de Puebla de 1863, BUAP, México, 2013, p. 100.

9 Érase una vez

La principal preocupación de Díaz fue que entre Márquez y Mejía regresaran a arrasar sus tropas republicanas que se hallaban en Puebla, por lo tanto, en un movimiento un tanto desesperado y desaconsejable, decidió avanzar por la fuerza y tomar la plaza antes de que sus adversarios regresaran y pudieran sofocar su contingente desde dos frentes. Se dice que ante las posibles negativas de sus generales a tomar por asalto la ciudad, reservó su decisión para el último momento comentada con su Estado Mayor y los jefes de las columnas. Su plan rindió frutos, tras siete horas de intenso combate la plaza se rindió. Siguiendo su nueva política de conciliación, sólo fusiló a veinte de los generales imperialistas, principalmente a los que habían militado antes en las filas republicanas y las traicionaron ante las propuestas sediciosas del imperio.4

Parte de la historia la comenta el Principe Karl Kevenhüler, quien fue parte del ejército de Úsares de Maximiliano que constituían particularmente su guardia personal. En su diario se menciona que el ejército de Úsares que hasta ese momento se había alojado en la ciudad de Puebla, salió a México por refuerzos y financiamiento para su campaña, bajo la dirección del general Márquez quien llevaría todo esto a Querétaro.

Sin embargo, la decisión de Márquez fue que en vez de llegar con el emperador, los Úsares regresaran a Puebla para defender ese bastión que seguía a su favor, fue así que las columnas que ya rumoraban un posible ataque de Díaz a Puebla lograron llegar hasta la ciudad angélica comandadas por Kevenhüler. Pero la marcha hacia allá fue lenta y en el trayecto se enteraron que la ciudad había sido sitiada por Díaz; a pesar de que su intención fue levantar el sitio y aprovisionar a la población, los milicianos comprendieron que habían llegado tarde, ya que Puebla se había rendido.

Porfirio Díaz se convirtió en un héroe, pues para el día 27 de Abril de 1867 por decreto del gobernador interino de Puebla Rafael J. García, se nombró a Díaz como benemérito del Estado con grado heroico y se mandó colocar su retrato en el salón de sesiones del Congreso bajo la siguiente inscripción: “Combatió y venció al imperio: salvó la República; y sobrepujando en pericia y valor al soldado francés, tomó por asalto la Plaza de Zaragoza el 2 de abril de 1867”.5

4 Krauze, Enrique, Zerón Medina, Fausto, Porfirio, La Guerra, Ed. Clío, México, 1993, pp. 62-63.5 Ríos Yanes, María de la Cruz, Testimonios heroicos de la Puebla de Zaragoza en el Archivo General Municipal de Puebla: 1857-1980, Colección conmemorativa de 150 ani-versario del sitio de Puebla de 1863, BUAP, 2012, p. 108.

Sin embargo, lo que actualmente consideramos como un hito en la historia nacional y la fuerza de la batalla, no significó lo mismo en ese momento para todos sus actores, ya que una vez consumada la afanosa toma de la plaza por parte de Díaz, éste le envió el parte de guerra al presidente Benito Juárez con el objetivo de informarle que tenía el paso libre hasta la ciudad de México. El presidente, lejos de rendir algún reconocimiento o comentario a la epopeya simplemente contesto con un “enterado”.6

Las novelas de la época también retrataron el imaginario existente respecto a la toma de la ciudad el 2 de abril, pues en sus páginas se hacen algunas menciones como el hecho de que los poblanos conservadores vieron con tristeza la caída del imperio y citando parte del final de la novela Luciano Arroyozarco, memorias de una ilustre familia durante el Segundo Imperio, al hablar de la abuela del protagonista, quien fue reacia imperialista, se dijo que “La señora abuela de usted pasó a mejor vida cuando el señor Noriega fue sitiado en ésta por el General Díaz y ya no le tocó ver la balacera del 2 de abril y la entrada de los oaxaqueños”.7 Tales afirmaciones no sólo muestran el carácter divergente entre republicanos e imperialistas, sino afirman la diferencia de identidades en el país, estableciendo la marcha de los republicanos como la toma de los oaxaqueños a la ciudad.

Seis años después de la toma de Puebla realizada por Díaz en abril, su actividad como militar y su buena posición social hicieron que su gesta se convirtiera en un emblema de la ciudad, digno de mostrar a propios y extraños; los fuertes de Loreto y Guadalupe también se convirtieron en el ícono de la consigna liberal, ya que, a través de sus muros se conmemoró la batalla donde los mexicanos lograron repeler a los invasores franceses.

Pero ¿cómo moriría el resentimiento al extranjero y los sitios cuando la población durante años siguió resintiendo los embates de éstos? Por ejemplo entre 1852 y 1880 el orfanatorio de Puebla recibió a 626 niños, de los cuales algunos llegaron en condiciones tan deplorables de salud que llegaron a fallecer 304, una cifra alarmante.8

6 Guerra, Francois Xavier, México: del antiguo régimen a la revolución, FCE, México, 1985, p. 76.7 Almendaro, Jose Pablo, Luciano Arroyozarco. Memorias de una ilustre familia durante el Segundo Imperio, Colección conmemorativa del 150 aniversario del sitio de Puebla de 1863, BUAP, México, 2013, p. 177.8 Herrera Feria, Ma. de Lourdes, “Frágiles y desamparados: mujeres y niños en la ciudad” en: Puebla, historia de una identidad regional, Contreras Cruz, Carlos y Cuenya Mateos, Miguel Ángel, tomo 2, Milenio, México, 2012, p. 156.

10El pregonero

Por lo tanto, mujeres en situación vulnerable y los niños expósitos se convirtieron en un problema público que el Estado debía componer.

Un panorama al respecto lo brinda el periódico El Diablo Amarillo cuando habla de la situación de viudas y huérfanos, dando su peculiar comentario personal:

“No se encuentran mal parados que digamos, aunque no dan mucho que envidiar, si para poder conseguir algo de sus miserables pensiones tiene que andar de Herodes á Pilatos, y recoger primero ciertos documentos que deben expedir los jueces de lo civil; pero lo que hay de mejor en el asunto es, que algunos de estos SS. Jueces se niegan á expedir los certificados respectivos, sí la partes pasivas no desembolsa ciertos derechos, que por no ser tan cortos se le hacen demasiado largos. ¡Quien fuera huérfano ó viuda!”9

Así la población desamparada que vivió el asedio de los sitios e intervenciones, se vio también golpeada por los servidores públicos, quienes tras una larga participación en redes clientelares y de corrupción, ocuparon nuevamente sus cargos para intervenir por ellos a cambio de remuneraciones económicas que obviamente no tuvieron las viudas ni los huérfanos.

Al hambre y la miseria hay que añadir las condiciones insalubres en que vivió la población durante toda la era decimonónica, siendo el Río de San Francisco uno de los principales lugares llenos de basura, excrementos humanos y animales, escombros de la ciudad, el alcantarillado y albañales. Cabe destacar que los barrios humildes de la ciudad se encontraron en los márgenes del río, por lo cual, la población más pobre fue la primera que sufrió los embates de los malos humores despedidos por el río.

Habría que añadir que las tocinerías también se volvieron un problema de insalubridad, donde los insectos como moscas y olores pútridos fueron constantes, que aumentó por el ganado que se encontró cerca de estos lugares y se aseguró que de “estos sitios se desprenden grandes cantidades de miasmas pútridos que en tiempos normales no dejan de producir tifos y otras enfermedades graves en los moradores de sus cercanías”.10 9 Hemeroteca Nacional de México, El Diablo Amarillo, México, jueves 19 de Septiembre de 1867, número 26, f. 4.10 Contreras Cruz, Carlos, Morales Arcineaga, Jorge Luis, et. al., Puebla. Los años difíciles,

Definitivamente los sitios y los periodos de guerra fueron hechos que mermaron la vida cotidiana de la población angelopolitana, pero sus resabios fueron aún más fuertes e incidentes que las mismas batallas, pues combatir la pobreza y las enfermedades no fue una tarea sencilla.

entre la decadencia urbana y la ilusión imperial 1810-1867, Colección Bicentenario, Edu-cación y Cultura, México, 2010, p.43.

Decreto emitido por el general de brigada Ma-nuel Noriega, comandante en jefe de la tercera división del segundo cuerpo de Ejército Impe-rial, en el cual comunica las prevenciones de seguridad y vigilancia por el estado de sitio de la ciudad. 17 de febrero de 1867

AGMP. Leyes y decretos, vol. 28, f. 175 fte.

11 Érase una vez

Dos felicitaciones del Ayuntamiento de Puebla a Porfirio Díaz

María Elena Stefanón López1

Mostramos aquí una breve visión compa-rativa de dos momentos significativos en los que el Ayuntamiento de Puebla felici-

tó personalmente a Porfirio Díaz con motivo de la decisiva participación de este último en la caí-da del Segundo Imperio. El primero correspon-de al de los días inmediatos que corrieron tras la recuperación de la ciudad (el 2 de abril de 1867) por el ejército republicano; en tanto que en el otro año al que hacemos referencia nos remiti-mos al periodo de auge de la dictadura porfiris-ta, durante las festividades por la inauguración de la Penitenciaría del estado de Puebla (del 1º al 4 de abril de 1891).

Apenas dio inicio el año de 1867, la angeló-polis empezó a ser testigo de la transición del imperio a la república. En enero Maximiliano de Habsburgo salió por última vez de la ciu-dad de Puebla, dirigiéndose al que sería, lite-ralmente, su trágico destino final en Querétaro. Al mes siguiente pasó también por la localidad el ejército francés rumbo a Veracruz, para em-barcarse de regreso al viejo continente. 1 El 16 de febrero, llegó al Ayuntamiento, en sesión extraordinaria, la noticia del sitio de la ciudad por parte del ejército republicano,2 y el día 28 de aquel mes se llevó a cabo la última sesión, con carácter de extraordinaria, del cabildo de la corporación vigente durante el efímero impe-rio, de manera que las anotaciones del Libro de Actas se suspendieron durante todo el mes de marzo. El día 8 de este último mes el Ejército de Oriente llegó a las afueras de la ciudad; el general Díaz pidió se avisara entonces a sus habitantes que se prepararan para tolerar “los últimos sacrificios necesarios para independizar la nación”.3 El mismo 2 de abril, al ser tomada la plaza, de manera inmediata quedó instalado el Ayuntamiento Republicano,4 que en adelante

1 María Elena Stefanón López Doctora en Historia. Investigadora del Instituto de Ciencias Sociales y Humanidades de la Benemérita Universidad de Puebla.1 Mendizábal, José de, “Almanaques de Efemérides del Estado de Puebla”, en Carlos Contreras Cruz y Claudia Patricia Pardo (comps.), Los almanaques poblanos y las Efe-mérides de Puebla de José de Mendizábal Tamborrell. 1519-1933, Puebla: Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, 2009. P. 92.2 AGMP, Actas de Cabildo, vol. 134, f. 23 fte.3 Lomelí Vanegas, Leonardo, Breve historia de Puebla, México: El Colegio de México, Fideicomiso Historia de las Américas, FCE, 2001. P. 236.4 Asentado en actas con tal denominación. AGMP, Actas de Cabildo, vol. 134, f. 132 fte.

ostentaría el título de “Patriótico” y que entraría aceleradamente en funciones, tomando ya al día siguiente y en su primera sesión, la decisión de dar:

[…] un voto de gracias al ciudadano Gral. en Jefe del Ejército de Oriente por la moralidad y orden que observaron las fuerzas republicanas en la toma de la plaza verificada el memorable día 2 del presente mes y por haber libertado a sus habitantes del ominoso yugo de la tiranía.5

Llama la atención que este acto, con el que la corporación municipal quiso hacer ostensibles “los sentimientos de la ciudad”6 fuera el primero en la lista de todos los quehaceres urgentes que le esperaban al nuevo Ayuntamiento durante los siguientes días (y algunos casos meses), tales como la obtención de donativos para el alivio del gran número de pacientes en los llamados hospitales de sangre, las medidas higiénicas para evitar la propagación de epidemias debido a los cadáveres tendidos en las calles o mal sepultados, la falta de padrones y datos seguros para organizar, mediante jueces de paz, las diversas zonas de la ciudad, el déficit de Propios “debido al cambio de el orden político de cosas”,7 la necesidad de remover los escombros de edificaciones, ya antes dañadas y en ocasiones totalmente destruidas con el último sitio planificando la posterior reconstrucción, la total carencia de alumbrado público en la ciudad, y otros. Sin duda, la causa republicana había triunfado, pero en muchos sentidos, privaba aún el desconcierto.

En franco contraste, en 1891 se vivía en pleno la llamada “paz porfiriana”.8 Además de la inauguración de su moderna penitenciaría (en lo que había sido el inmueble de San Javier, derruido en los sitios de 1863 y 1867), el estado

5 AGMP, Actas de Cabildo, vol. 134, f. 33 fte. Los alcaldes Arrioja y Azpiroz fueron comi-sionados para realizar directamente este acto de reconocimiento al general Porfirio Díaz.6 AGMP, Actas de Cabildo, vol. 134, f. 34 vta.7 AGMP, Actas de Cabildo, vol.134, f. 43 fte. El déficit se relacionaba no sólo con lo que los cabildantes tildaban de derroches de los tiempos del imperio, sino también con la venta de réditos de dichos Propios por parte del general González Ortega, para costear los gastos de guerra en el sitio de 1863. Cfr. Id, 51V-52R.8 Una muestra del auge del poder alcanzado por el general Díaz se evidenciaría un año más tarde, al acceder éste por cuarta vez a la presidencia, sin tener ya cortapisas legales para sus futuras reelecciones, que no cesarían sino hasta 1910.

12El pregonero

de Puebla celebraba la abolición de la pena de muerte, por lo que la ciudad se congratulaba de tener al presidente como su principal invitado y padrino de los eventos. El Ayuntamiento nombró, para su adecuada recepción, a una comisión que se hizo cargo del programa de dichas festividades,9 planeadas para prolongarse por cuatro días y para las que los gastos de la corporación ascendieron a cerca de 3 mil pesos. Dada la profusión de actividades,10 sólo señalaremos aquí que estas incluían: una ceremonia para la publicación, en el Palacio Municipal, de la ley que decretaba la abolición de la pena de muerte en el estado de Puebla, recorridos por las calles principales de la ciudad, música de bandas y funciones de acróbatas en paseos públicos, solemne inauguración de la penitenciaría, con discursos alusivos y declaración oficial del presidente de la República, comida brindada por la corporación municipal a los presos, un banquete para el presidente y funcionarios ofrecido por el gobierno del estado, una serenata y fuegos artificiales en la plaza de la Constitución; acto inaugural del Palacio del Poder Ejecutivo,11 apertura y libre ingreso para la visita de edificios, establecimientos públicos, un baile para el general Díaz y acompañantes en el salón de sesiones del Congreso, así como una función de zarzuela en el Teatro Guerrero.

Cabe comentar que el 2º día de estas celebraciones, en el que se izó y arrió la bandera nacional con honores de ordenanza de la artillería y repique de campanas, el general Díaz recibió a las 8 de la mañana, en la casa en la que se alojaba cómodamente, a las autoridades poblanas y a todas las personas que quisieron sumárseles, con el fin de felicitarlo, en su doble calidad de presidente del país y jefe de la operación militar aludida “por el glorioso triunfo obtenido el memorable 2 de abril de 1867”.12 Habían transcurrido 24 años de aquel hecho, y aunque la ciudad de Puebla aún mostraba en su aspecto físico algunas de las cicatrices que habían quedado de las batallas y los sitios padecidos antes de la restauración de la República, muchas cosas habían cambiado; a pesar de las desigualdades se respiraban

9 Conformada por los CC. Regidores Manuel Traslosheros, José Calderón y Miguel Galin-do. Nombrados así en la sesión pública extraordinaria del 7 de mayo de 1891, quienes tres días más tarde presentaron dicho programa al cabildo, siendo aprobado. AGMP, Actas de Cabildo, vol. 158, f. 31 vta. 10 Para una revisión detallada del programa véase: AGMP, Actas de Cabildo, vol. 158, f 32 fte. – 36 vta.11 La inauguración de este recinto fue el tercer motivo de las festividades a que aludimos. Ubicado en la 5 ote. 1, en el sitio donde originalmente estuvo asentado el Colegio de San Juan. Leicht, Hugo, Las calles de Puebla, Puebla: Junta de Mejoramiento Moral, Cívico y Material del Municipio de Puebla, 1992. P. 80 b.12 AGMP, Actas de Cabildo, vol. 158, f 32 fte.

entonces los aires de un progreso que se creía sería constante y duradero, y acontecimientos como el de la batalla del 2 de abril, así como su principal y heroico protagonista, Porfirio Díaz, empezaban ya a formar parte de los hitos, y mitos, de la historia nacional y particularmente local. En mucho más complicadas circunstancias había sido felicitado el citado personaje en 1867 por el Ayuntamiento poblano, cuando el hálito de triunfo hacía campear un claro sentimiento de solidaridad, hermandad y unión entre los republicanos: “luna de miel” que duraría poco, dado los conflictos internos entre los liberales y los procesos de reajuste de fuerzas que se sucedieron hasta el surgimiento del porfiriato. Cabe comentar aquí, para concluir, que la posterior caída del régimen de Porfirio Díaz, en 1910, implicó no sólo la ausencia del hombre al cual felicitar por la hazaña del 2 de abril, sino el gran borrón, en la memoria colectiva, de una fecha cuyo valor histórico no debería realmente desestimarse.

Acuerdo de cabildo en la cual se nombra a la comisión para realizar el programa de inauguración de la Penitenciaria. 7 de mayo de 1891

AGMP, Actas de Cabildo, vol. 158 f. 30 fte.

Prrograma de inauguración de la Penitenciaria. 10 de mayo de 1891

AGMP, Actas de Cabildo, vol. 158 f. 30 fte.

13 Érase una vez

150 aniversario de la Toma de Puebla, 2 de Abril de 1867

En Pedro Mauro Ramos Vázquez1esta fecha que se cumplen 150 años de la Batalla del 2 de abril o toma de Puebla, fecha gloriosa en que El Ejército de Oriente

comandando por Porfirio Díaz recupera el principal bastión de lucha durante la invasión francesa, aquella Puebla victoriosa en el 5 de mayo de 1862, la Puebla resistente durante el sitio de 62 días de 1863 y que por cuatro años fue considerada la joya del imperio en la cual muchos habitantes dieron una gran bienvenida a los jóvenes emperadores Maximiliano y Carlota, con arcos triunfales, casas y calles adornadas, esta Puebla a partir de las 2:45 de la madrugada de aquel 2 de abril de 1867 escribiría una nueva

página en la historia del México Restaurado.El general Porfirio Díaz, quien reorganizó por encargo especial del presidente Juárez, en febrero de 1866 a un ejército derrotado tres años antes, en poco tiempo y con limitados recursos económicos y tras diversas victorias de mucha importancia como la de Miahuatlan y la Carbonera así como la toma de Oaxaca logró devolver los ánimos, el valor y arrojo del Ejército de Oriente; mencionando años más tarde en sus Memorias que estas victorias le abrieron el camino a Puebla y a la capital de México.2

Con 17 columnas de asalto, donde 3 de las cuales serían empleadas para un ataque falso sobre el Carmen en el sur de la ciudad, para concentrar la atención de los imperialistas al mando del general Manuel Noriega y las 14 restantes se arrojarían detonando la ofensiva en un ataque verdadero en el oeste de la ciudad, partiendo del cerro de San Juan, desde el mismo campamento donde había tenido el suyo Forey, durante el sitio que tanta gloria dio al ejército mexicano3.

Este ataque dio inicio a las 3 menos 15 minutos de la mañana cuando se rompió el fuego sobre las trincheras del Carmen y al agotarse las municiones de artillería que no fueron muchas, 1 Cronista Municipal de San Miguel Xoxtla.2 Díaz, Porfirio, Memorias, México: Tipografía de la Oficina Impresora de Estampillas, 1892.3 García Naranjo, Nemesio, Porfirio Díaz, México: Casa Editorial Lozano, 1930, p. 161.

se ordenó el movimiento de la primera columna de ataque falso.

Fue en estos momentos, mediante un toque de clarín, que en la obscuridad se incendió un gran lienzo previamente empapado con resina entre las dos torres del cerro de San Juan, siendo esta la señal del asalto general que podía verse desde cualquier punto se la ciudad, en ese momento el Ejército de Oriente asaltó la ciudad, tras un fuego encarnizado haciendo correr a los últimos soldados del imperio a Loreto y Guadalupe y al repique de campanas de la Catedral, encabezado por el Gral. Juan Crisóstomo Bonilla junto con su Brigada compuesta de los Batallones de Zacatlán, Tetela y Xochiapulco4 se dio por tomada la ciudad de Puebla.

El general Díaz, entró montado en su caballo a la Plaza de Armas. Y la tropa y oficiales que lo vieron llegar entonaron al unísono “¡El general! ¡Viva el general!”, gritaron los soldados del Ejército de Oriente, que dispararon sus fusiles al aire, bajo la sombra oscura y alargada de la Catedral.5

Ocho días más tarde, Díaz y otros de sus generales derrotan a Leonardo Márquez en San Lorenzo y un mes después Maximiliano capituló en Querétaro y dos meses más tarde, el Ejército de Oriente ocupó sin violencia la ciudad de México, dando fin al periodo conocido como el segundo Imperio.

Una deuda Histórica

El 27 de abril de 1867, el gobernador interino de Puebla, el C. Rafael J. García, promulgó decretos referentes a la participación del general Díaz en la Toma de Puebla, entre los cuales destacan los siguientes:

Art. 1° Se declara C. Benemérito del Estado, en grado heroico, al General PORFIRIO DÍAZ.

4 Archivo de la Sociedad de Defensores de la República Mexicana y sus Descendientes A.C., FMB-1867.5 Tello Díaz Carlos, Porfirio Díaz. Su vida y su tiempo: La Guerra 1830-1867.México. Conaculta, p. 423.

Pedro Mauro Ramos Vázquez1

14El pregonero

ARCHIVO HISTÓRICO MUNICIPAL

Art. 2° Para perpetuar su memoria se colocará solemnemente su retrato en el salón de Sesiones del Congreso, con la siguiente inscripción: “Combatió y venció al imperio: Salvó la República; y sobrepujando en pericia y valor al soldado francés, tomó por asalto la Plaza de Zaragoza el 2 de Abril de 1867” (Este cuadro actualmente se encuentra en una sala del Museo del Alfeñique y otra versión con la misma leyenda, pero con algunos elementos diferentes al fondo, se encuentra en el Museo de la No Intervención ubicado en el Fuerte de Loreto).

Art. 3° Se erigirá un monumento público, en recuerdo de este hecho glorioso que forma una página brillante en la historia de México. (Referente a este artículo no existió como tal ningún monumento público que a la fecha conmemore la hazaña del general Díaz).

Al paso del tiempo y durante 48 años desde 1867, Porfirio Díaz se ganó el cariño y respeto de todo México al considerársele “Héroe del 2 de abril” atribuyéndole que fue gracias a su valor que se restauró la República.

A partir de esa fecha y hasta 1910 se realizaba cada año ceremonias, obra pública, calles, escuelas, vals, poemas, pinturas etc., todo referente a aquella fecha gloriosa, sin embargo a raíz de la lucha violenta de la Revolución se trató de borrar del recuerdo de los mexicanos este hecho glorioso y que a la fecha poco a poco va recobrando su importancia.

Las Conmemoraciones

Para recordar el 150 aniversario de la Toma de Puebla se realizaron diversos actos dando inicio con las conmemoraciones el día 30 de marzo con un Coloquio en el Salón Paraninfo del Edificio Carolino organizado por el Archivo Histórico Municipal y Archivo Histórico Universitario, quienes presentaron una serie de documentos expuestos en gran formato sobre dicha fecha gloriosa para Puebla.

Continuando con el festejo el sábado 1 de abril se estrenó en el Auditorio de la Reforma de la Ciudad de Puebla, la Séptima Sinfonía “Abril al alba”, bajo la dirección del autor Sergio Berlioz, con Elisa Ávalos (soprano), Rogelio Marín (tenor), el Coro Normalista de Puebla y la Orquesta Filarmónica 5 de mayo; siendo esta obra patrocinada por el Ayuntamiento poblano.

El domingo 2 de abril el sesquicentenario se realizó de la siguiente manera:

Por parte de El General de División Diplomado de Estado Mayor Gilberto Hernández Andreu, Subsecretario de la Defensa Nacional, acompañado del Dr. José Antonio Gali Fayad, Gobernador del estado de Puebla; autoridades locales del gobierno del estado de Puebla, directivos de la Academia Nacional A.C. y Academia Nacional de Historia y Geografía, realizaron la imposición de la Gran Orden “Victoria de la República”, a reconocidas Instituciones y connotados historiadores de México, en el marco de la celebración del “CL aniversario de la Victoria de la República”; Posteriormente a dicho acto se realizó un desfile conmemorativo de la liberación de Puebla, partiendo de la 3 poniente y 7 sur rumbo al Zócalo de la Ciudad organizado por la SEDENA, Gobierno del Estado y Ayuntamiento Municipal.

Por parte de la sociedad se organizó una guardia de honor en el Panteón Municipal ante el Mausoleo del general Juan Crisóstomo Bonilla y posteriormente se realizó una Ceremonia en las instalaciones del Panteón Francés con la colocación de una placa conmemorativa, esta ceremonia contó con la presencia de descendientes del general Porfirio Díaz así como del general Juan Crisóstomo Bonilla siendo organizada por la familia De Uriarte.6

6 El artículo está basado en la siguiente bibliografía: Díaz, Porfirio, Memorias, México: Ti-pografía de la Oficina Impresora de Estampillas, 1892; García Naranjo, Nemesio, Porfirio Díaz, México: Casa Editorial Lozano, 1930, p. 161; Archivo de la Sociedad de Defensores de la República Mexicana y sus Descendientes A.C., FMB-1867; y Tello Díaz, C., op. cit., p. 423. Puede consultarse también el rico acervo documental del Archivo General Municipal de Puebla en sus diferentes Series, donde se pueden encontrar referencias importantes sobre el tema.

15 Érase una vez

Retrato. Propiedad Museo del Estado “Casa de Alfeñique”

16El pregonero

Manifiesto emitido por el general de brigada Manuel Noriega, comandante en jefe de la tercera división del segundo cuerpo del Ejército Imperial y de la plaza de Puebla, donde se ofrecen garantías y libertades a los habitantes de Puebla, en caso de ser atacada la ciudad. 16 de febrero de 1867.

AGMP. Leyes y Decretos, vol. 28, f. 174 fte.

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ARCHIVO HISTÓRICO MUNICIPAL

2 DE ABRIL DE 1867

17 Disfrute Visual

Decreto emitido por el general de brigada Manuel Noriega, comandante en jefe de la tercera división del segundo cuerpo del Ejército Imperial, en el cual da a conocer que la ciudad de Puebla y su distrito quedan en estado de sitio. 16 de febrero de 1867.

AGMP. Leyes y Decretos, vol. 28, f. 173 fte.

ARCHIVO HISTÓRICO MUNICIPAL

18El pregonero

Publicación periódica en la cual se da a conocer los sucesos de La Toma de Puebla, publicada en el Boletín de Oriente, núm. 26. 2 de abril de 1867.

AGMP. Leyes y decretos, vol. 28 f. 3 fte.

19 Disfrute Visual

Decreto de Rafael J. García, gobernador interino del Estado Libre y Soberano de Puebla de Zaragoza, por el cual declara Benemérito del Estado en Grado Heroico, al general Porfirio Díaz; asimismo, se colocará solemnemente su retrato en el salón de sesiones del Congreso, con la inscripción: Combatió y venció al imperio: salvó la República; y sobrepujando en pe-ricia y valor al soldado francés, tomó por asalto la Plaza de Zaragoza el 2 de Abril de 1867. 27 de abril de 1867

AGMP. Leyes y Decretos, vol. 28, f. 26 fte.

20El pregonero

Aviso emitido por el gobernador, del Telegrama enviado por al general Díaz donde le informa que la plaza de Querétaro fue recuperada y Maximiliano capturado, junto con los generales Castillo y Mejía.16 de mayo de 1867.

AGMP. Leyes y decretos, vol. 28 f. 35 fte.

21 Disfrute Visual

Programa emitido por Joaquín Pita, jefe político del Distrito de Puebla, en el cual da conocer las celebraciones por el 2 de Abril, en su XLII aniversario de la Toma de Puebla por el ejército republicano, destaca la serenata en la Plaza de la Constitución. 22 de marzo de 1909

AGMP. Expedientes, vol. 488, f. 371 fte.

22El pregonero

Ofrenda floral y guardia en el panteón municipal por el aniversario del Sitio de Puebla del 2 de abril de 1867, con la presencia del gobernador y presidente municipal acompañados de otras autoridades.

AGMP. Material Gráfico. Imagen número 1377. Administración Municipal 1972-1975.

Ceremonia cívica por aniversario del Sitio de Puebla de 1867, en el atrio de la iglesia de Nuestra Señora de Guadalupe, se aprecia el presídium con la presencia del gobernador Gui-llermo Morales Blumenkron y presidente municipal Dr. Luis Vázquez Lapuente.

AGMP. Material Gráfico. Imagen número 1378. Administración Municipal 1972-1975.

23 Breves de Archivística

TRES SIGLOS DE HISTORIA: UN

PROYECTO DE CATALOGACIÓNLiliana Zamora Poiré1

BREVES DE ARCHIVISTA

Liliana Zamora Poiré1Catálogo: es el instrumento que describe el contenido de todas y cada una de las unidades archivísticas, compuestas (expedien-tes) o simples (piezas documentales), que integran una serie, una sección, un fondo o una colección…Sus objetivos también son servir como medida de control y auxiliar en la localización de la informa-ción, orientando al usuario, de manera pormenori-zada, sobre el contenido de los documentos y sus características particulares.2

Desde su creación por decreto en el año de 1998, el Archivo Histórico del Estado de Tlaxcala (AHET), surge con el propósito fundamental de ordenar, conservar, catalogar y difundir el patrimonio docu-mental de la entidad. Bajo este antecedente había venido trabajando en la organización y cataloga-ción de los fondos documentales que custodia. Sin embargo, a partir del 2011 a la fecha, tuvo que dedicarse al arreglo de un acervo en particular que por varias décadas no se le había puesto la aten-ción necesaria: el Fondo Virreinal, Sección Admi-nistrativa, Siglos XVI al XVIII. Se trata de uno de los fondos documentales más antiguo, importante y consultado que posee el Archivo Histórico, el cual por diversas causas se encontraba desordenado, sustraído, deteriorado y con referencias ambiguas entre otras cosas, que dificultaban su consulta y buen resguardo.

Ante este panorama, se planeó actualizar y mo-dernizar los instrumentos de control y consulta mejor conocidos como inventarios y catálogos para este periodo; representando para la institu-ción un reto, pues la finalidad, además de orga-1 Encargada de la Dirección del Archivo Histórico del Estado de Tlaxcala. 2 Villanueva Bazán, Gustavo et al., Manual de procedimientos técnicos para archivos históricos de universidades e instituciones de educación superior, 2002, BUAP/UNAM, Puebla, México, p. 93.

nizar los miles de documentos generados por los gobiernos indígena y español de la provincia de Tlaxcala, era crear en el Archivo Histórico, una plataforma de referencia obligada, pero sobre todo fidedigna del patrimonio histórico docu-mental, que se ajustara a las nuevas exigencias de acceso a la información por parte del gobier-no, los estudiantes, investigadores y público en general.

En seis años de constante trabajo archivístico desarrollando actividades de ordenación, iden-tificación, limpieza, foliación, descripción, esta-bilización y digitalización, se pudo concretar la organización del acervo, que concluyó con la pu-blicación de los Catálogos de Documentos del Siglo XVI (1543-1599), en el año 2013; del Siglo XVII (1600-1699), en el 2014, y de próxima pu-blicación el Catálogo de Documentos del Siglo XVIII (1700-1799).

Los resultados obtenidos en este proyecto de catalogación representaron la elaboración de-tallada de más de 14,206 registros o fichas ca-talográficas de igual número de expedientes (y miles de fojas), que fueron acomodados en 472 cajas archivadoras de polipropileno. La impor-tancia de estos catálogos es que también mues-tran una cantidad significativa de documentos escritos en náhuatl (trescientos cincuenta) que estaban sin identificar, deteriorados por la falta de uso y sin ningún proceso archivístico, mismos que en su totalidad se transcribieron, se traduje-ron al español y se digitalizaron a 300 dpi, para su consulta e investigación en el Archivo Histó-rico de Tlaxcala. Es justo mencionar aquí, que por iniciativa de la Dra. Andrea Martínez Baracs, una selección de los documentos en náhuatl del

24El pregonero

siglo XVIII está siendo gradualmente publicada para su visualización y estudio en el sitio web de la Biblioteca Digital Mexicana (bdmx.mx), de la que es directora.

Para un mayor control de los documentos vi-rreinales y su buena descripción, fue necesa-rio crear una ficha catalográfica modelo, en la que se tuvo en cuenta incorporar los siguien-tes campos: Número de ficha, caja, expedien-te, fojas, sección, serie, localidad (describir ciudad, rancho, hacienda, villa, pueblo, etc.), cronología inicial (día, mes, año en que se ge-neró el expediente), cronología final (día, mes, año), tema, involucrados con cargo (identifi-car al menos tres autoridades), asunto (resu-men de lo que trata el expediente), observa-ciones, anexo, tipología documental, tamaño, colocación, cantidad, técnica, estado de con-servación, estado de fojas, fojas restauradas, copias, fecha de captura y catalogador, fecha de revisión y quién revisó. Todos estos campos fueron establecidos con apego a la norma de contenido que la Norma Internacional General de Descripción Archivística ISAD (G) plantea para la descripción documental. Cabe señalar que uno de los mayores problemas enfrenta-

dos para catalogar esta documentación, que ameritó incluso muchas horas de trabajo extra, fue la etapa de juntar y/o reunir los documen-tos sueltos en expedientes sobre un mismo tema, ya que se encontraban dispersos dentro del mismo fondo.

Sin embargo, con el modelo predeterminado de ficha, que permitió hacer el diseño de una base de datos aplicable a todo el Fondo Virrei-nal, se pudo avanzar más rápido en la reintegra-ción de expedientes de un mismo tema. Por el momento, esta base de datos solo se encuentra disponible para su consulta en el AHET, pero a corto plazo la intención es incorporar a la red los catálogos, imágenes y las bases de datos que a lo largo del citado periodo se han ido produ-ciendo. No obstante, actualmente el AHET ha atendido a distancia, las solicitudes de imágenes que los usuarios piden a través de la consulta de los catálogos.

Como la mayoría de los Archivos del país, el AHET, también tuvo que responder a la creciente demanda de los investigadores en cuanto a los servicios digitales se refiere, por lo que, aunado a la digitalización de los documentos en náhuatl,

Escáner planetario V2 Professional. Acervo del periodo virreinal resguardado en 472 cajas archivadoras de polipropileno.

25 Breves de Archivística

se digitalizó también el total de los expedientes del siglo XVI, y se tiene un avance del más del 65% sobre la digitalización de los expedientes del siglo XVII. Para ello, fue necesario adquirir un escáner cenital Bookeye 4 V2 Profesional, con el cual se han digitalizado con alta calidad, sin daño al original y a una mayor velocidad, los documentos y libros históricos.

En este sentido, es significativo subrayar que para la estabilización y el conveniente resguardo del Fondo Virreinal, se adquirió material de archivo especial, para conservar por más años los documentos. Destaca la utilización de cajas y fundas de polipropileno, folders y guardas libres de ácido, etiquetas auto adheribles con respaldo de aluminio, discos ópticos Archival Gold, que duran trescientos años por su capa reflejante de oro de 24 quilates, en lugar de plata usada en discos CD-R comunes. En estos discos se hizo el respaldo de las imágenes digitalizadas de los documentos del siglo XVI y lo que va de imágenes de documentos del siglo XVII. En cuanto al siglo XVIII, como es el que tiene mayor volumen de expedientes, únicamente se hará una selección de los manuscritos que ameriten ser digitalizados.

A partir de estas acciones se ha logrado modernizar los servicios archivísticos del AHET. Se tiene un mayor control de los documentos y con el uso de los catálogos impresos y digitales, la atención a los usuarios ha mejorado significativamente, es más rápido y eficiente el servicio de préstamo documental; y lo más importante es que se consiguió disminuir la manipulación de los documentos originales, ya que ahora únicamente se proporciona la información en formato digital. Antes de la catalogación y digitalización de los documentos virreinales, se prestaban las cajas completas a los usuarios para que realizaran la búsqueda de información, con los consabidos riesgos que ello conllevaba.

Ahora bien, la catalogación y digitalización documental, implica mejoras continuas. En este sentido el AHET, por el momento cumple con el objetivo, pues ha tenido que instalar en la Sala de Consulta, más y nuevos equipos de cómputo, para que los usuarios puedan revisar bases de datos, catálogos electrónicos y visualizar las imágenes digitales de los documentos. Pero hay que estar conscientes que a mayor desarrollo tecnológico, más infraestructura se requerirá.

Se aplicaron más de 15,000 fundas de polipropileno a los documentos

deteriorados.

La sede del Archivo Histórico abarca 1,668 metros cuadrados, resguarda tres tipos de Fondos: Histórico, Incorporado y Antiguo.

Cuenta con aproximadamente 7,500 cajas archivadoras.

26El pregonero

María Silvia Meza León

En este año se cumplen 150 años de la toma de Puebla, sin lugar a dudas el asalto y toma de Puebla fue un hecho histórico fundamental para la recuperación de la República durante el imperio efímero de Maximiliano de Habsburgo, impuesto como gobernarte por la fuerza de las armas del ejército francés. Por ello en éste número, el Archivo General Municipal recomienda las siguientes obras para

adentrarse más en este tema de gran interés.

Galindo Galindo, MiGUel La gran década nacional 1857-1867. Instituto Nacio-nal de Estudios Históricos de la Revolución Mexicana / Gobierno del Estado de Puebla. México, 1987. Col. Obras Fundamentales República Liberal. T.3. P. 680.

972.047 2 / G3G / 1987

La obra se compone de XXVI capítulos. En el ca-pítulo XXIII aborda el exhorto a la unión que hace al pueblo el General Porfirio Díaz en la toma de Puebla en 1867.

TIEMPO DE LIBROS

27 Tiempo de libros

Prieto, GUillerMo

Recuerdo al 2 de abril de 1867. Gobierno del Estado de Puebla. México, 1988. Col. Lecturas Históricas de Puebla. V.17 P.27.

972.049 724 82 / P7r / 1988

Pequeña obra en la que Guillermo Prieto relata los sucesos del 2 de abril de 1867, donde él experimentó la escena más trascendental de la intervención del Imperio, periodo de luz y tinieblas, de sangre y lauros en presencia de los muros de Puebla.

rivera CaMbas, ManUel. Historia de la intervención: europea y norteamericana en México y del imperio de Maximiliano de Habsbur-go Instituto Nacional de Estudios Históricos de la Re-volución Mexicana / Gobierno del Estado de Puebla. México, 1988. Col. Obras Fundamentales República Liberal. T.3. P.706

972.044 1 72 / r5H / 1987

Esta obra describe las hazañas de los personajes que protagonizaron la defensa de la República. Cuenta también, un pasaje de la toma de Puebla por el Ejér-cito de Oriente al mando del General Díaz.

28El pregonero

ContrEras Cruz, CarLos, CompiLador.

Puebla una historia compartida Gobierno del Estado de Puebla. México, 1993. 1975. P.473.

972.052 724 82 / C6P / 1993

En uno de.los capítulos de esta obra, se describen las rebeldías poblanas con la intervención del General Juan N. Méndez, cuya participación fue muy destacada el 2 de abril de 1867, entre otras.

ríos Yanes, María de la CrUz, Coordinadora.

Testimonios heroicos de la Puebla de Zaragoza en el Archivo General Municipal de Puebla: 1857-1980. Benemérita Universidad Autónoma de Puebla. México, 2012. Colección Conmemorativa del 150 Aniversario del Sitio de Puebla de 1863. P. 255.

972.049 / r7881 / 2012

En esta obra se podrá encontrar en Acuerdos de Cabildo de 1867, que la comuna solicita a la ciudadanía apoyar en la donación de sangre, para los heridos de batallas, así como aportaciones monetarias.

29 Personajes Históricos

Galería de Personajes Históricos

Enrique Cano Galindo1

La fecha que encabeza esta colaboración marca un momento decisivo en la historia de la ciudad de Puebla y del país. En la madrugada de ese día las tropas liberales encabezadas por el joven General de 37 años, Porfirio Díaz toman la plaza poblana en poder del ejército conservador y de este modo, se abrió el camino del triunfo juarista y el principio del fin de la intervención francesa y el imperio de Maximiliano.

La historia de la ciudad de Zaragoza, están inser-ta en el devenir de México. El dos de abril tiene la misma importancia que el cinco de mayo de 1862. Se trata de triunfos militares, sí, pero tam-bién de triunfos morales que fueron determinan-tes en los sucesos posteriores.

La toma de Puebla defendida por el general conservador Manuel María Noriega fue el resul-tado de una cuidadosa y bien planeada acción comandada por Díaz, pero desde luego, junto a él está un grupo de hombres, su estado ma-yor, liberales convencidos que mandaron sobre 17 columnas para el asalto final, según lo relata

1 Maestro en Historia. Docente del Instituto Oriente de Puebla.

HÉROES DEL DOS DE ABRIL DE 1867Enrique Cano Galindo1

de vívida manera el futuro dictador en el capí-tulo LXXXI de sus Memorias. Este Pregonero, a 150 años de aquél día, pasa lista con aquellos nombres tal vez hoy ya olvidados, registro del cual destacamos a los personajes cuya sucinta semblanza ocupa el espacio de esta Galería de Personajes.2 En primer lugar, Porfirio Díaz, pero también, -justo es destacar su sitio en la histo-ria-por el lado conservador, a los generales Mi-guel Miramón y Tomás Mejía.

Con grado de Teniente Coronel: Jesús Figueroa, Juan de la Luz Enríquez, Francisco Vázquez, Ge-naro Rodríguez.

Con grado de General: Eutimio Pinzón, Luis Pé-rez Figueroa, Rafael Cravioto, Doroteo León, Ra-món Márquez Galindo, Francisco Carreón, Juan Crisóstomo Bonilla, Manuel Andrade Párraga.

Con grado de Coronel. Luis Mier y Terán, Vicen-te Acuña.

Con grado de Mayor. José Guillermo Carbó, Carlos Pacheco.2 Diccionario Porrúa de Historia, Biografía y Geografía de México, México, Porrúa, 1976, 2 vols.

Porfirio Díaz Mori. (1830-1915) Militar nacido en Oaxaca. Participó en la Guerra de Reforma (1858-1860) y en la guerra contra la Intervención y el Imperio (1862-1867) contribuyendo a la victoria de la República y del presidente Benito Juárez. En 1867 y 1871 fue candidato presidencial. Go-bernó México entre 1876 y 1880 y a partir de 1884 hasta 1911 en que su régimen fue derrocado por la revolución encabezada por Francisco I Ma-dero. Murió exiliado en París en 1915.

30El pregonero

Luis Mier y Terán. (1835-1891) Militar nacido en Oaxaca. Luchó en la Guerra de Reforma, combatió la Intervención Francesa y el Imperio. Par-ticipó en el sitio de Puebla de 1863. Adicto a Díaz, apoyó el Plan de la Noria y de Tuxtepec en 1871. En 1876 ya como General de División, fue Comandante General y Gobernador de Veracruz hasta 1880. (También fue gobernador de Oaxaca. A Mier y Terán se le atribuye el haber recibido el telegrama de Díaz con la orden de “mátalos en caliente”” a propósito de una insurrección en Veracruz en 1879 en el vapor “La Libertad” en contra del gobierno. Murió en Orizaba.

Rafael Cravioto. (1829-1903) Militar. Nació en Huauchinango . Capitán de la Guardia Nacional en 1847. Adicto al Plan de Ayutla: General de Brigada en la Guerra de Reforma. Comandante militar en Hidalgo. Adicto al Plan de Tuxtepec bajo las órdenes de Manuel González. Participa en la Batalla de Tecoac. Senador por el Estado de Hidalgo y Gobernador hasta 1895. Murió en la Ciudad de México en 1903. Gran benefactor de Huau-chinango.

Eutimio Pinzón (1820-1867) Militar. Nació en Barrio Nuevo, Estado de Guerrero. Ingresa a la milicia junto con su padre el General Luis Pinzón. Liberal. Coronel y General en la Revolución de Ayutla. Participó en la Gue-rra de Reforma y contra la Intervención y el Imperio. De valor temerario, murió en combate en Los Capires, cerca de Metlapa Guerrero.

31 Personajes Históricos

Juan Crisóstomo Bonilla (1835-1884) Militar. Nació en Tetela de Ocampo. De formación profesor, luchó contra la Intervención Francesa. Participó en 22 acciones bélicas con heroísmo. Jefe Político del Distrito Federal. Co-mandante Militar de Puebla y Tlaxcala. Gobernador de Puebla en 1876. Fundó el Hospital de niños en 1877 y la Escuela Normal en 1880. Benemé-rito del Estado en 1884 por decreto en 1880. Murió en Veracruz.

Vi.- Carlos pacheco (1839-1891) Nació en San Matías del Terrero Chi-huahua. Liberal convencido, participó en la toma de Chihuahua y en las campañas de Durango, Zacatecas, Sinaloa, y Tepic. Luchó contra los im-perialistas en Sonora y Oaxaca. Fue administrador del Timbre en Puebla en los gobiernos de Juárez y Lerdo. Diputado por el distrito de Cholula. Apoyó el Plan de Tuxtepec. Gobernador y Comandante militar de Puebla en 1876 y de Morelos en 1878 y 1879. Secretario de Guerra y Marina en1879, Gobernador del Distrito Federal en 1880, Secretario de Fomento en 1881 y Gobernador de Chihuahua en 1881 y Senador en 1882. Murió en Orizaba.

VII.- Miguel Miramón. (1832-1867). Militar. Nació en la Ciudad de Méxi-co. Participó en la defensa del Castillo de Chapultepec en 1847. Presiden-te de México en 1857 por el partido conservador. Destacado elemento militar y político de este grupo. Defensor del Imperio, fue nombrado por Maximiliano de Habsburgo Gran Mariscal. Murió en Querétaro en 1867, fusilado junto al emperador y el general Tomás Mejía.

VIII.- Tomás Mejía (1820-1867). Militar. Nació en Querétaro. De origen indígena, desarrolló su actividad político-militar en el bando conservador, especialmente durante la Intervención y el Segundo Imperio, periodos de la historia de México que significaron la culminación de una larga trayecto-ria castrense caracterizada por su arrojo y convicción. Murió en Querétaro.

32El pregonero

Noticias

Cuadro pictórico de la Batalla del 5 de Mayo de 1862

El pasado 12 de abril de 2017 y dentro del marco de festejos conmemorativos del 485 Ani-versario de la Fundación de Puebla, se dio a conocer en los altos del Palacio Municipal, lugar donde se colocó, el magnífico cuadro pictórico de la Batalla del 5 de Mayo de 1862, perte-

neciente a la Junta Auxiliar Ignacio Zaragoza. La obra emblemática es de la autoría de Patricio Ramos y Ortega (1836-1907) y representa el momento glorioso en que el Ejército de Oriente al mando del intrépido general Ignacio Zaragoza derrota al entonces invencible ejército francés y su soberbio general Charles Ferdinand Latrille, conde de Lorencez. El solemne acto estuvo presidido por el alcalde poblano Luis Banck Serrato, la presidenta auxiliar de Ignacio Zaragoza Flor Lázaro Martínez y el Secretario General de Gobierno Diódoro Carrasco Altamirano. Invitamos a la ciuda-danía poblana a conocer tan valioso testimonio histórico del célebre “pintor de batallas” como se le conoció a Patricio Ramos, quien también supo defender el honor de la patria con las armas en las manos, como miembro activo del Batallón de Voluntarios Tiradores Bomberos de Puebla, logrando, con seis compañeros más, arrancar a los zuavos su orgulloso guion o estandarte para colocarlo bajo la bandera mexicana.

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