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  • ANTROPOLOGIA APLICADA

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  • Laura Bartoli

    ANTROPOLOGIA APLICADA

    Historia y perspectivas des Amrica Latina

    EdicionesAbya-Yala

    2002

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  • ANTROPOLOGA APLICADAHistoria y perspectivas desde Amrica LatinaLaura Bartoli

    1era. edicin: Ediciones AbyaYala.Av. 12 de Octubre 14-30 y WilsonCasilla: 17-12-719Telfonos: 2506-247 / 2562-633 Fax: (593-2) 2506-255e-mail: [email protected]@abyayala.orgwww.abyayala.orgQuito-Ecuador

    Diagramacin: Ediciones AbyaYala

    Diseo de Portada: Ral Ypez

    ISBN: 9978-22-270-7

    Impresin: Sistema DocuTechQuito-Ecuador

    Impreso en Quito-Ecuador, 2002

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  • INDICE

    Introduccin . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 7

    Captulo 1

    Breve panorama histrico de la Antropologa aplicada en Gran Bretaa y en Estados Unidos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 19

    Captulo 2

    La antropologa aplicada y la antropologa indigenista en Amrica Latina . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 37

    Captulo 3

    Indigenismo y antropologa aplicada en Ecuador . . . . . . . . . . . . 59

    Captulo 4

    La Escuela de Antropologa Aplicada de Quito . . . . . . . . . . . . . . 93

    Captulo 5

    La organizacin de la Escuela . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 123

    Bibliografa . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 137

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  • En su sentido ms general el trmino antropologa aplicada se re-fiere al uso de teoras, mtodos y tcnicas antropolgicas para obtenerfines especficos predeterminados que se refieren al mejoramiento delas condiciones de la vida social y econmica.

    El radio de actividad y de procesos tratados por la antropologaaplicada es bastante amplio, incluyendo los asuntos relativos a la admi-nistracin de los territorios coloniales, la mediacin en las disputas ylos problemas intertnicos, los de la cooperacin internacional y el de-sarrollo, adems de industriales, etc.

    Las potenciales aplicaciones de la antropologa ya haban sido re-conocidas por los padres fundadores de la disciplina (Tylor, Lubbock,Morgan) con referencia a los problemas relativos a la administracinde las poblaciones nativas, la actividad de grupos antiesclavistas y la re-forma de las condiciones de pobreza en las reas urbanas. Nacida y de-sarrollada en concomitancia con la expansin del inters europeo porlos dems pueblos, la antropologa aplicada tuvo una relacin particu-larmente estrecha con el pragmatismo de la administracin inglesa,fundado en la cooptacin y el conocimiento previo de los sistemas depoder indgenas. Los esfuerzos de la antropologa funcionalista se con-centraron, pues, en el anlisis de los sistemas indgenas y las normasque rigen las sociedades tribales. En este contexto, Malinowski puedeser considerado el fundador de la antropologa aplicada, habiendo acu-ado el trmino antropologa prctica en 1929. A sta le asigna la ta-rea de dar a los funcionarios coloniales las nociones sobre los mtodosde la etnografa y de sensibilizar a los etnlogos en el aspecto prcticode su disciplina.

    Tambin en los Estados Unidos, donde la antropologa aplicadafue inaugurada por los problemas de la supervivencia y la adaptacin

    INTRODUCCIN

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  • de los indios y, ms tarde, por los estudios sobre la aculturacin y elcambio cultural, esta rea de estudios se desarroll notablemente a cau-sa de la implicacin posblica de los Estados Unidos en las polticas ad-ministrativas y de desarrollo en los pases del llamado Tercer Mundo.Ya la Segunda Guerra Mundial, sin embargo, haba llevado a los antro-plogos a una directa colaboracin con el gobierno, con el fin de pro-porcionar datos etnogrficos sobre las poblaciones del Pacfico, prepa-rando guas escritas para facilitar la comprensin de la sicologa cultu-ral del enemigo o de la poblacin civil de los territorios ocupados. Ade-ms, a partir de los aos cuarenta, con la fundacin de la Society for Ap-plied Anthropology (1941), se intensifica el empleo de instrumentos ytcnicas antropolgicas en el anlisis de problemticas relativas a losprogramas de asistencia econmica y de desarrollo.

    En la historia de los estudios antropolgicos, la posicin de la an-tropologa aplicada fue bastante ambigua. Eso en primer lugar, por lacontraposicin que se fue creando, muy pronto, entre perspectivas aca-dmicas y perspectivas externas a la academia. A los estudios de antro-pologa aplicada se reproch, por tanto a menudo, una ausencia o es-casa presencia de carcter cientfico. Tal disciplina ha sido consideradade segundo nivel a causa de la metodologa de investigacin que la ca-racteriza (perodos de breve permanencia en el campo), por los intere-ses que mueven la investigacin misma (trabajos excesivamente enfo-cados a un predeterminado propsito prctico), y finalmente, por lasinsuficientes bases tericas de la propia disciplina.

    Laura Thompson, miembro fundador de la Society for AppliedAnthropology, en los aos sesenta afirma que la causa de la levianidadterico metodolgica de la antropologa aplicada est estrechamenterelacionada con el rpido desarrollo de la disciplina misma. Si ste sehubiera dado de una forma gradual, como sucedi con la antropologapura, no sera tanta la confusin acerca de su status, la funcin del an-troplogo aplicado y finalmente hubiera menos desconfianza respectoa ella por parte de los antroplogos puros o acadmicos. Adems,Thompson sostiene que tal diferencia surgi (justamente) tambin delhecho de que, incluso antes de que un solo texto de antropologa apli-cada fuera publicado, y antes de que pudiera desarrollarse cierto con-senso sobre esta disciplina, se realizaron cursos de antropologa aplica-

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  • da como parte de currculum de muchos departamentos de antropolo-ga. En conclusin, segn la antroploga americana, esta realidad con-tribuy al hecho de que la antropologa aplicada sea a menudo consi-derada como una disciplina de segundo nivel, marcada por cierta do-sis de superficialidad en el estudio, a diferencia de la acadmica.

    Entre antropologa aplicada y antropologa pura existen, sin duda,unas diferencias, tanto en las aproximaciones metodolgicas como enlos propsitos de la investigacin. Thompson, para explicar la metodo-loga y los fines de la investigacin en la antropologa aplicada, propo-ne una interesante analoga entre antropologa aplicada y medicina. Elantroplogo aplicado, involucrado en los proyectos de cooperacin,debe diagnosticar los problemas, sugerir los tratamientos y contro-lar los recursos. Debe pues, desarrollar, contemporneamente, instru-mentos de investigacin, de diagnstico y de tratamiento, justamentecomo lo hacen los mdicos. El antroplogo, por tanto, no puede traba-jar directamente en la prctica. Primeramente, debe traducir la reali-dad en un problema cientfico que debe resolverse en los mtodos de laciencia, y tan solo en una fase sucesiva, puede concentrarse en el aspec-to aplicado o clnico de la propia disciplina.

    Una segunda acusacin contra la antropologa aplicada, deriva delhecho de que el propio trmino nace para definir el mbito de aplica-cin de las ciencias antropolgicas para los fines de la administracincolonial. A causa de este pecado original suyo, el trmino conserv,por largo tiempo, un sabor colonialista. A la antropologa aplicada se lereproch por ser cmplice de polticas colonialistas o neo colonialistas,de someter el conocimiento y la prctica antropolgica a grandes cen-tros de inters poltico y econmico en menoscabo de las poblacionesindgenas, contribuyendo a su aculturacin y modernizacin forzada.En honor a la verdad, debe decirse que la mayora de tales acusacionesresultaron, despus de cuidadosos estudios, poco documentadas y fun-dadas histricamente.

    Bien miradas, las diferencias entre antropologa pura y aplicadason formales ms que sustanciales y la distancia que las separa en rea-lidad no es mucha. Las recprocas acusaciones aparecen, en realidad,como una radicalizacin de posiciones extremas. En muchos casos, ladiferencia recproca tiene sus races en situaciones histricas particula-

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  • res que, en la actualidad, ya no reflejan la realidad de los hechos, as queno contribuye a colmar, en forma de propuestas, aquellas carencias yaquellos errores que se pueden encontrar en las disciplinas antropol-gicas en su conjunto.

    En primer lugar, pues, podemos notar que la antropologa en s,como parte del sistema de pensamiento occidental, puede ser involu-crada en una acusacin de complicidad con polticas colonialistas oneo colonialistas. Adems, las tcnicas de investigacin de la antropo-loga pura no son, a priori, una garanta de seriedad y carcter cientfi-co. No solamente las diferencias entre antropologa aplicada y antropo-loga pura son formales y no cualitativas, sino sobre todo, nada quitanal hecho de que la antropologa aplicada, profundamente relacionadacon las bases tericas de la disciplina antropolgica, pueda aportar con-tribuciones realmente vlidas a las estructuras tericas de la disciplinay al conocimiento cientfico.

    Las acusaciones, pues, si hay que hacerlas, creo que deberan diri-girse a la seriedad y tica profesional, de cada investigador, y no a unadisciplina considerada como conjunto indistinto y homogneo.

    El choque entre antroplogos puros y aplicados, sobre la base delas acusaciones susodichas, dur al menos hasta los aos 60, cuando lavisin terica sobre la naturaleza de la antropologa cambi profunda-mente. En efecto, se demostr que las investigaciones y todas las inter-venciones antropolgicas estn, implcita o explcitamente, basadas encriterios ideolgicos y polticos, no slo en los declaradamente aplica-tivos. Adems, se constat que la antropologa aplicada est en posibi-lidad de proporcionar importantes contribuciones tericas. Por tanto,la misma distincin, antes tan neta, entre antropologa aplicada y an-tropologa pura, ha sido puesta en discusin. As, por ejemplo, ya en1963, David Mandelbaum, reflexionando sobre la importancia de laenseanza de la antropologa aplicada en los cursos universitarios, sos-tiene que debera ser mnima la diferencia entre la formacin del antro-plogo que debe ocupar un puesto acadmico y la de un antroplogoque se est preparando para un trabajo aplicado en el campo. Mandel-baum pone en evidencia la comn raz de las dos disciplinas y la im-portancia de un nivel igual de preparacin terica metodolgica delos profesionales de la misma disciplina. Hay ms. Para presentar esta

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  • nueva actitud, cito el ejemplo de Robert Rapaport, quien durante unencuentro de la Society for Applied Anthropology en 1960, sugiere a losdocentes de antropologa poner menos nfasis al presentar las poten-cialidades aplicativas como exclusivas de la antropologa aplicada, porun lado, y el total dominio terico como caracterstica exclusiva de laantropologa pura. Rapaport critica adems aquella antropologa aca-dmica que evita absolutamente concesiones a valores extraos a losdel mtodo cientfico. Rapaport, pues, evidencia el hecho de que el ver-dadero desafo de un curso de antropologa aplicada es el de desarro-llar en los estudiantes la capacidad de traducir el conocimiento cient-fico en aplicaciones especficas y concretas.

    Estos testimonios sirven para presentar la actitud asumida por al-gunos antroplogos en los aos 60, quienes desean e intentan, en va-rios mbitos, realizar un acercamiento entre las dos dimensiones de ladisciplina, la terica y la aplicada. Algunos de ellos, entre los cuales Ra-paport, Thompson, Barnett y Little, detectan en los cursos universita-rios de antropologa el lugar adecuado para reducir la distancia entreantropologa pura y antropologa aplicada, y para formar una nuevageneracin de antroplogos que tengan la capacidad de aplicar los co-nocimientos cientficos en situaciones de acciones prcticas, dominan-do igualmente ambas fases del trabajo.

    Como ya lo dijimos, a partir de finales de los aos 60, las discipli-nas antropolgicas entran en una profunda crisis. La antropologa esduramente atacada por una cantidad notable de acusaciones y escn-dalos, y en este clima se genera un fuerte debate que asume muchas fa-cetas: desde la tica de la relacin personal entre etngrafo e informa-dor, hasta las relaciones entre investigacin en el campo y situacionespolticas, y desemboca, entre otras cosas, en un famoso y candente re-lato (conocido como Beals Report) de una comisin, nombrada en1966 por la American Anthropological Association y publicado en 1967.En tal relato, se critican las intolerables ingerencias e imposiciones decensura hechas por el gobierno estadounidense sobre las investigacio-nes etnogrficas promovidas con fondos pblicos, y se denuncian a lasagencias gubernamentales americanas por el uso que stas hacen de lasdocumentaciones obtenidas en otros pases, especialmente en los lati-noamericanos. Entre otras cosas, el clima se hace an ms candente

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  • por las revelaciones que se obtuvieron, en 1956, sobre el llamado Pro-yecto Camelot, un proyecto de investigacin etnogrfica, auspiciado ycosteado por el ejrcito de los Estados Unidos, tendiente a conocer laexistencia de precondiciones de conflictos internos en algunos pasesde Amrica Latina. Son muchas las propuestas para oponerse a este es-tado de cosas: desde el pedido de los investigadores de ocultar a las au-toridades los datos etnogrficos, con el fin de evitar un uso incorrectode los mismos, hasta los llamados a los antroplogos para que acten,protegiendo a los grupos minoritarios amenazados en tantas partesdel mundo.

    Muchos antroplogos responden con un intenso proceso de auto-crtica, preparando el camino para el nacimiento de una antropologacrtica. Los antroplogos comienzan a hacerse preguntas de naturale-za tica, poniendo en discusin el carcter etnocntrico y universal delas intervenciones realizadas en los pases en vas de desarrollo, y en lascuales se constata una implicacin activa de los mismos. Adems, em-piezan a reflexionar sobre relatividad y pluralidad de los requerimien-tos y valores de los grupos locales. La antropologa crtica comienza aacusar, primeramente, a la antropologa estadounidense, demasiadocomprometida con polticas gubernamentales, que contribuyeran a laprdida de la cultura de las poblaciones indgenas. Se acusa tambin laactitud de aparente ingenuidad de muchos antroplogos que tomanparte en iniciativas, o asumen colaboraciones decididamente compro-metedoras en el sentido de la moralidad profesional y cientfica. Paramuchos antroplogos, a finales de los aos 60, una antropologa queno se preocupe de salvaguardar y mejorar las condiciones de la huma-nidad es una disciplina irresponsable. Desde su punto de vista, los re-sultados brindados por las investigaciones antropolgicas deben dar sucontribucin sobre todo a la solucin de los grandes problemas huma-nos.

    En Amrica Latina, sobre todo en Mxico y en Per, a partir de fi-nales de los aos 30, comienza a desarrollarse una tradicin de estu-dios sociolgicos y antropolgicos, en los cuales el compromiso socialy poltico a favor de las poblaciones indgenas, se funde con la investi-gacin de las condiciones favorables para la modernizacin y los pro-cesos de cambio social y aculturacin. Esto sucede mientras, en casi to-

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  • dos los pases del continente, surgen instituciones que desarrollan suactividad para favorecer la promocin social de los indgenas y su inte-gracin, con plenos derechos, en la sociedad de la cual, a menudo tansolo formalmente, hacen parte. El reconocimiento del problema ind-gena, como problema social fundamental, favorece el desarrollo de unaantropologa indigenista. En Mxico, A. Caso y G. A. Beltrn, en Ecua-dor P. J. Alvarado y G. R. Orbe, en Per L. E. Valcrcel y V. A. Belaunde,son los primeros representantes de esta veta investigativo aplicativadel indigenismo latinoamericano. Los primeros estudios de indigenis-mo social se basan en la constatacin del carente desarrollo econmi-co, del retraso tecnolgico, de las deficiencias higinicas y los anacro-nistas y supersticiosos mtodos curativos de los indgenas. Muchos in-digenistas se consideran unos mediadores culturales, a quienes se les hadado la tarea de favorecer un proceso de adaptacin de las poblacionesindgenas a la sociedad dominante. Estos estudiosos quieren asegurarla comunicacin entre dos frentes, atenuando los contrastes, los con-flictos y las incomprensiones. Est claro que los procesos de descentra-lizacin administrativa, la introduccin de la escolarizacin de masas,de creacin de un sistema mdico nacional, de definicin de derechossobre la tierra, en vista de la difcil y trabajosa realizacin de reformasagrarias, comprendiendo tambin la modernizacin tecnolgica de laagricultura, conciernen de una manera especial a las poblaciones ind-genas de todos los pases latinoamericanos. Se inicia as un proceso depedagoga social y progresiva absorcin de los indgenas dentro de latrama social media nacional que tiene el carcter de aculturacin pla-nificada. El indigenismo asumi muy pronto un carcter continental,mostrando consistentes paralelismos entre los distintos pases del rea.Eso sucede a partir de 1940, ao en que se convoca en Pzcuaro (M-xico) al Primer Congreso Indigenista Interamericano, en el cual inter-vienen estudiosos, polticos, intelectuales y promotores sociales de to-do el continente, a quienes les interesa fundar un programa comn ycoordinado, destinado a mejorar las condiciones de las poblaciones in-dgenas.

    Los caracteres comunes del indigenismo son: una visin integra-cionista de las sociedades indgenas y la preponderancia de un puntode vista externo, es decir, el de intelectuales, estudiosos y promotores

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  • sociales provenientes de la sociedad dominante, con ninguna o escasaparticipacin directa de las poblaciones indgenas.

    A partir del comienzo de los aos 70, el marco del indigenismo enel continente latinoamericano, cambia por completo. Se abren pasopuntos de vista crticos y conflictivos en los enfrentamientos de la so-ciedad dominante, y el debate se concentra en torno al problema de lasrelaciones entre gobiernos locales, antroplogos y comunidades ind-genas. Un grupo consistente de disidentes y radicales se compromete,desde 1971, junto con algunos representantes de organizaciones ind-genas latinoamericanas, a trazar los principios y mtodos del nuevo in-digenismo. Esta nueva corriente no deja de poner en discusin la inter-vencin de los gobiernos, los intereses particulares, las investigacionesde los antroplogos y la accin de los misioneros. Luego del simposiosobre el conflicto intertnico en Sudamrica realizado en Barbados enenero de 1971, numerosos antroplogos entre los cuales estaban G.Bonfil Batalla, G. C. Crdenas, M. Ch. Sardi, G. Grunberg, D. Ribeiro,St. Varese, preparan un documento, la Declaracin de Barbados, publi-cado ms tarde en la revista Current Anthropology. En este documento,se declara que las poblaciones indgenas de Amrica permanecen enuna situacin colonial de subordinacin, y que la misma poltica indi-genista adoptada por los gobiernos latinoamericanos est dirigida a ladestruccin de las culturas autctonas. Se denuncia la responsabilidadde los gobiernos, las misiones y los antroplogos, frente al problema dellibre y auto determinado desarrollo de las poblaciones indgenas. Con-dena el cientismo, que niega cualquier relacin entre investigacin aca-dmica y futuro de los pueblos estudiados. La Segunda reunin de Bar-bados, en 1978, confirma las posiciones neo indigenistas y propone,por primera vez, conceptos tales como el de etnodesarrollo, etnocidio,diversidad cultural y pluralismo cultural. En 1993, se organiza la Terce-ra reunin de Barbados, en la cual se detectan y discuten los principa-les problemas de las poblaciones indgenas en los aos 90.

    En este contexto, antroplogos, socilogos e intelectuales de variasnacionalidades, enfrentan el delicado problema de cul debe ser el pa-pel de la antropologa frente a los grandes conflictos que se presentanen el mundo contemporneo y las propias responsabilidades ticos sociales. Por ejemplo, Rodolfo Stavenhagen, socilogo y antroplogo

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  • del Colegio de Mxico, sostiene que aquel que percibe una ciencia socialaplicada no puede, por definicin, permanecer neutral respecto a losgrandes problemas polticos e ideolgicos que condicionan el contextodentro del cual l ejerce su profesin. Una ciencia social crtica y com-prometida debe por tanto salir de los confines del estudio tradicionalde los grupos subordinados, para tomar en cuenta a las lites dominan-tes propias del mismo sistema hegemnico.

    Tambin el antroplogo Guillermo Bonfil Batalla insiste en esteconcepto: el estudio de los grupos oprimidos es en s mismo insuficien-te. Es indispensable prestar una atencin an mayor y prioritaria al es-tudio de los grupos opresores y al sistema global de dominacin. Lasposibilidades de un individuo aislado, en este campo, son muy limita-das y sus esfuerzos personales difcilmente llegan a una modificacinsustancial de las relaciones sociales. Por tanto, no existe otra solucinque no sea la participacin del cientfico social en aquellas organizacio-nes polticas que expresan mejor sus convicciones.

    El planteamiento de la antropologa crtica, pues, no solamente de-fine nuevamente el papel que debe asumir la antropologa en AmricaLatina, sino que insiste en la importancia del compromiso tico, pol-tico y profesional del antroplogo. Adems, contribuye al desarrollo denuevas tcnicas de investigacin antropolgica, tal como la investiga-cin participativa, en la cual el papel de protagonista del investigadorexterno se reduce progresivamente y en la cual la investigacin es fun-cional para la investigacin de los problemas sociales de la comunidadobjeto de su anlisis. El antroplogo es el profesional en capacidad deanalizar los procesos de cambio social internos de la comunidad ind-gena y con relacin al contexto nacional, intentando en todo caso com-prender la poltica especial adoptada respecto de esta comunidad, y almismo tiempo de descubrir cules son los puntos de vista y las expec-tativas de la comunidad.

    En el Ecuador la influencia del indigenismo crtico se siente sobretodo a partir de los aos 80. Norman Whitten, Ronald Stutzman, Mar-celo Naranjo, Frank Salomn, Blanca Muratorio, Ernesto Salazar, Ja-mes Yost y Muriel Crespi, son solo algunos de los nombres de aquellosantroplogos, ecuatorianos y extranjeros, que desempean su trabajoprofesional en el territorio nacional, que comienzan a comprometerse

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  • en la redefinicin de las polticas de intervencin en las comunidadesindgenas. Refutan pues la poltica indigenista oficial, la llevada por an-troplogos como Gonzalo Rubio Orbe, y critican todos los proyectosfundados en la poltica desarrollista de los aos 50 y 60, en la cualblanco es sinnimo de salud, poder, cultura nacional, civilizacin ydesarrollo e indio representa todo lo opuesto. Segn esta poltica, laSierra, compartida entre blancos e indgenas, ve a los primeros comoprogresistas y a los segundos como retrgradas.

    Estos antroplogos evidencian el hecho de que en el Ecuador se haencaminado un proceso de desarrollo al cual el pas no estaba prepara-do. En los aos 50, el pas fue involucrado en una revolucin tecnol-gica que tuvo un fuerte impulso en los aos 70 por el descubrimientode yacimientos petroleros en el territorio nacional. Este progreso esconsiderado como la causa de la profunda alteracin en los sistemas devida tradicionales de las poblaciones indgenas del pas. El boom indus-trial provoc el abandono de los campos; los campesinos se trasladarona la ciudad en busca de mejores salarios, pero todo eso cre una situa-cin de dramtica tensin, de desocupacin, y adems, la prdida deidentidad, el abandono de los valores tradicionales y la prdida delidioma original.

    Las poblaciones indgenas, a pesar de las condiciones de opresinen las cuales se hallaron desde que el Ecuador se convirti en Estadonacional independiente, nunca dejaron de reivindicar su especificidadcultural, y su poder organizativo se hizo, sobre todo a partir de los aos70, cada vez ms fuerte. Por medio de manifestaciones de protesta, laspoblaciones indgenas demuestran no querer ser ms objeto de decisio-nes y elecciones poltico econmicas, sino de desear ser sujetos pol-tica y econmicamente activos. En el Ecuador, desde hace varios aos,el componente mayoritario de la poblacin, los indgenas, se organizde manera eficaz para combatir, no solo contra la tradicional estructu-ra colonial, en la economa as como en la cultura y la poltica, sinotambin contra los efectos del neo liberalismo, como la privatizacinde todo bien de servicio pblico, la destruccin de la pequea econo-ma campesina, artesanal y comercial, el endeudamiento catastrfico, ladesocupacin y la marginacin social. La sntesis de todo esto es el plande dolarizacin que involucra al pas desde enero del 2000.

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  • Los ltimos diez aos son el testimonio del ingreso y participacinactiva de las organizaciones indgenas en la vida pblica. En 1990 co-mienza con el primer levantamiento indgena que ve involucradas a lasorganizaciones indgenas a escala nacional. Y tambin, en enero del2000, el Ecuador vive otro levantamiento que lleva a la cada del presi-dente Jamil Mahuad. En el 2001, nuevamente, todas las organizacionesindgenas del pas fueron a las calles en manifestaciones contra las me-didas econmicas establecidas por el gobierno.

    Paralelamente, con el desarrollo de numerosas organizaciones in-dgenas, extremadamente crticas respecto de las polticas guberna-mentales, se desarrolla una veta de estudios antropolgicos que pien-sa en su profesionalidad como en un instrumento en capacidad decontribuir a la defensa y respeto de las comunidades indgenas del pas.A partir de los aos 80, y cada vez ms en estos ltimos aos, muchosantroplogos, solidarios con los sectores ms marginales de la sociedadecuatoriana en forma particular con las poblaciones indgenas rea-lizan su actividad profesional en proyectos de autogestin o de etnode-sarrollo de la comunidad. Estos estudiosos, responden a la necesidad defundar una nueva antropologa, basada en la redefinicin del papelprofesional que la nueva generacin de antroplogos deben mejordicho desean asumir dentro de la sociedad ecuatoriana. Este rol estbasado en la estrecha colaboracin con las comunidades indgenas, conel fin de que stas asuman autnomamente la defensa de sus derechosy se conviertan en artfices de su futuro.

    Todo eso adems llev a un nuevo florecer de investigaciones an-tropolgicas en el territorio nacional y a la consolidacin de una tradi-cin local de estudios antropolgicos. Fruto de esta nueva situacin esla amplia produccin de textos antropolgicos y la presencia de cursosde antropologa en diversas universidades del pas.

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  • RESUMEN: 1.1 La antropologa aplicada pre-especfica; 1.2 Laantropologa britnica; 1.3 La antropologa aplicada entre las dos gue-rras mundiales; 1.3.1 El antroplogo del Gobierno; 1.3.2 El Internatio-nal Institute of African Languages and Cultures; 1.4 La antropologaaplicada britnica despus de la Segunda Guerra Mundial; 1.5 La an-tropologa cultural aplicada en los Estados Unidos; 1.5.1. El expansio-nismo externo; 1.5.2 El expansionismo interno; 1.5.3 El Bureau of In-dians Affairs y el Soil Conservation Service; 1.5.4. Durante la SegundaGuerra Mundial.

    1.1 La antropologa aplicada pre-especfica

    A partir de la segunda mitad del siglo XIX se comienzan a detectarlos primeros signos de una nueva tendencia en las disciplinas etno-an-tropolgicas en que, por primera vez, resultados de investigaciones te-rico-cientficas se utilizan para fines prcticos. Lewis Henry Morgan(1818 1883), antroplogo americano de formacin jurdica, utiliza lainvestigacin en el campo y el anlisis de los datos recogidos con la fi-nalidad especfica de emplear el resultado de sus investigaciones a fa-vor de la comunidad Seneca, que corra el riesgo de perder sus tierras acausa de un grupo de especuladores. Efectivamente, Morgan haba te-nido la posibilidad de conocer costumbres y formas de vida en la reser-va de los Seneca y, como abogado, haba asumido la defensa legal de losderechos de esta tribu iroquesa en una causa que concerna el derechode propiedad de la tierra. l no aceptaba la idea dominante segn lacual las nicas instituciones jurdicas vlidas eran aquellas de la civili-zacin europea y americana. As, dirige su estudio hacia la investiga-cin de aquellas bases institucionales indgenas, que fundan el derechode propiedad.

    Captulo 1

    BREVE PANORAMA HISTRICO DE LAANTROPOLOGA APLICADA EN

    GRAN BRETAA Y EN ESTADOS UNIDOS

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  • El texto de Morgan sobre la Liga de los Jroqueses1 de 1851, en lacual el autor ofrece una descripcin de la organizacin socio-polticade las seis tribus de la confederacin iroquesa, de los cuales los Senecaconstituyen la tribu ms numerosa, [...] fue saludado por los indige-nistas de la poca como un evento de alcance excepcional. En efecto, es-ta obra fue definida como la primera descripcin cientfica de una po-blacin indgena que se hiciera en el mundo2.

    El intento aplicativo de la antropologa se manifiesta, por tanto,desde el momento en que sta asume institucionalmente el status dedisciplina cientfica, o sea, con la fundacin de la primera escuela de et-nlogos evolucionistas (la Sociedad Etnolgica de Londres) en 1843.Segn el antroplogo italiano Domenico Volpini, la antropologa apli-cada de tipo evolucionista, an con las graves limitaciones tericas quela caracterizan, tuvo el mrito de imponer a los antroplogos una nue-va actitud. Desde ese momento en adelante, existe un notable empeopara superar la actitud pre-cientfica y las perspectivas aproximativas yapriorsticas totalmente subjetivistas propias de la comparacin ilumi-nista del siglo XVIII, que an dominaban la mentalidad de la poca. Pa-ra trazar las lneas epistemolgicas de la antropologa cultural, sea co-mo ciencia pura sea como ciencia aplicada, era necesario fundar cien-tficamente el acercamiento antropolgico3.

    La experiencia de Morgan queda por largo tiempo como caso ais-lado, y a pesar de ser vivaz el debate que sostiene la aplicacin de la na-ciente ciencia antropolgica a los problemas sociales, de una maneraparticular en Gran Bretaa y ms tarde en los Estados Unidos, en esosaos los antroplogos raramente eran involucrados en mbitos de in-tervencin prctica directa. En esta fase pre-especfica, las primeras so-ciedades antropolgicas britnicas no son estrictamente acadmicas,sino que estn formadas, en su mayora, por cultores de la materia queprofesionalmente realizan otras actividades. Ellos recuperan el valorprctico de tal disciplina a travs de la elaboracin de teoras que, anno habiendo sido producidas en el mbito de intervenciones prcticasespecficas, influyeron directamente en el planteamiento, la interpreta-cin y la solucin de los problemas socio-culturales y polticos queatormentaron los ltimos siglos de la historia de la humanidad. Obvia-mente, en un contexto dominado por la ideologa evolucionista, las

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  • teoras elaboradas tuvieron sobre todo el propsito de crear las basesculturales necesarias para fundar y justificar las relaciones de desigual-dad social y econmica con las razas consideradas inferiores, dentro deuna escala general del desarrollo, en cuya cumbre est la sociedad oc-cidental. Cuando, en 1843, se funda la Sociedad Etnolgica de Londres,Europa haba entrado desde haca algunas dcadas en aquel perodo desu historia que el economista Karl Polanyi llama la paz de los cienaos. Con el Congreso de Viena, Europa recibe un arreglo poltico des-tinado a quedar inalterado durante un siglo entero: un arreglo que, conel nombre de restauracin, est en realidad destinado a asegurar unproceso de desarrollo econmico y social como Europa nunca conocie-ra antes. El excepcional incremento de la productividad industrial, eldesarrollo de los mercados y la empresa colonial, son elementos que seinsertan en el rpido proceso de expansin del mundo capitalista deproduccin. La imagen de la sociedad que brota de tal situacin, es lade una sociedad que sube fuertemente y este ascenso se hizo concebi-ble gracias al concepto de progreso.

    Los mtodos etnogrficos de todo el siglo XIX estn amoldados enlas contemporneas concepciones del evolucionismo: es decir, que losdatos que interesa recoger preferiblemente son aquellos que contribu-yen al descubrimiento de las pruebas sobre las etapas evolutivas de lassociedades y la cultura. Los diferentes tipos de investigacin tendientesa las grandes reconstrucciones histrico culturales, planteadas exclu-sivamente sobre la base de perspectivas de amplio radio, siguen siendopredominantes en la investigacin etnogrfica hasta las primeras dca-das del siglo XX.

    Dentro de la problemtica de la igualdad o de la superioridad ra-cial, del sostn o de la lucha contra la esclavitud, en Gran Bretaa, yaen la primera mitad del siglo XIX, toma vida un fuerte debate en el quemuchos hombres de cultura se ven comprometidos en movimientoshumanitarios que luchan a favor de la abolicin de la esclavitud y porlos derechos de las poblaciones nativas de las colonias.4 En 1838, sefunda en Londres, por el doctor Thomas Hodgkin, la Aborigenes Pro-tection Society, que se asume la tarea de sostener a las poblaciones nati-vas, justamente partiendo del estudio profundizado de su cultura parala realizacin de programas de ayuda, realmente en sintona con el sis-

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  • tema de vida indgena.5 Dentro de la Sociedad se viene a delinear unplanteamiento diferente, realizado por algunos misioneros que consi-deran urgente proteger los derechos de las poblaciones nativas de lascolonias, transfiriendo de inmediato a stas todos los privilegios de lacivilizacin europea. Los componentes de la Aborigenes Protection So-ciety, despus de separarse del grupo de los misioneros, crean en 1843,la Ethnological Society of London6. Sir B.C. Brodie, miembro de la Socie-dad, en un discurso suyo publicado tan solo en 1956 por el Journal ofthe Ethnological Society, da indicaciones claras sobre los propsitos deesta sociedad y la importancia de la aplicacin de la antropologa a lasolucin de problemas prcticos, sobre todo para un pas como GranBretaa que, con sus numerosas colonias, y una actividad comercial agran escala, se halla en constante contacto con distintas poblaciones.

    Ya en aquellos aos se haba abierto camino la idea de que muchasculturas, como consecuencia del encuentro devastador con los euro-peos, estaban en rpida va de extincin. La urgencia de la que laEthnological Society se hace portavoz, se resuelve en la promocin deprogramas para la recoleccin de datos obtenibles gracias a la compila-cin de cuestionarios enviados a aquellos que vivan en constante con-tacto con las poblaciones, de las cuales se deseaba tener cuidadosas no-ticias: administradores, misioneros, comerciantes. El proyecto de en-viar cuestionarios a ciudadanos britnicos residentes en los territorioscontrolados por Gran Bretaa se realiza despus de 1871 (ao de clau-sura de la Ethnological Society) por el Royal Anthropological Institute ofGreat Britain and Ireland, fundado ese mismo ao. Esta institucincientfica prepara una publicacin, Notes and Queries in Anthropology,como manual estndar para la encuesta etnogrfica para el uso de ad-ministradores, funcionarios, misioneros y exploradores britnicos. Es-ta publicacin fue actualizada hasta 1951 y tuvo un enorme impacto enlas modalidades de recoleccin de datos, al menos hasta vsperas de laPrimera Guerra Mundial.

    1.2 La antropologa prctica britnica

    La definicin antropologa prctica se utiliza por primera vez en1929 por parte de Bronislaw Malinowski.7 La antropologa prcticabritnica se desarrolla, despus de la evolucionista, sobre todo bajo elimpulso de la aventura colonial, y tiene como objetivo principal la pro-

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  • duccin de conocimiento til para la gerencia de las colonias. El biende las poblaciones administradas es considerado imprescindible poruna forma de dominio colonial iluminado y la explotacin econmicay social de los pueblos sometidos es considerada el mejor medio de ci-vilizacin, con tal de que evite en lo posible el surgir de conflictos da-inos, tanto por los intereses de los grupos de hegemona como por losmismos pueblos sometidos. Tal objetivo es perseguido enfatizando laimportancia de la formacin antropolgica de los administradoresdestinados a prestar su servicio en las colonias, y a travs de la institu-cin de algunas ctedras de antropologa en las distintas universidadesdel Imperio. As, en 1904, sir R. Temple, director de la seccin H de an-tropologa de la British Association for the Advancement of the Science,propone la creacin de una escuela de antropologa aplicada en la Uni-versidad de Cambridge, con el fin de preparar al personal consular yadministrativo.8 En 1908, sir R. Wingate escribe a las universidades deCambridge y Oxford, pidiendo a las dos instituciones universitarias sudisponibilidad para realizar cursos de etnologa y religin primitivapara los candidatos al Sudan Civil Service. En 1909, una comisin com-puesta por funcionarios coloniales y estudiosos, va a visitar al PrimerMinistro H. H. Asquith, pidiendo ayuda para la fundacin de un cen-tro destinado a la enseanza de la antropologa, al servicio de funcio-narios y comerciantes coloniales. Una de las tesis centrales defendidapor esta delegacin era que muchos de los errores que tuvieran conse-cuencias graves para la administracin, se hubieran podido evitar gra-cias al conocimiento de usos, costumbres y culturas de los pueblos ad-ministrados.9

    En los primeros aos del siglo XX, se asiste a una notable partici-pacin de antroplogos britnicos en varios proyectos. Los ejemplos alrespecto son numerosos y conciernen principalmente las colonias defrica, en donde los antroplogos estn implicados en forma notableen la administracin colonial. As, por ejemplo, en 1908, el antroplo-go W. Thomas es empleado en Nigeria para estudiar las poblacionesque se hallaban en las provincias Occidentales y Sur Orientales del pas,para facilitar la introduccin, en tales regiones, del Gobierno indirecto,introducido en el Norte del pas desde 1900. En 1909, en frica Orien-tal, es contactado el antroplogo Charles Seligman para realizar unainvestigacin por cuenta del Gobierno sudans, en este caso tambin

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  • con el fin de facilitar operaciones gubernamentales. En 1921, el gobier-no de Nigeria da a C. K. Meek, l tambin funcionario administrativocon formacin antropolgica, la tarea de realizar una investigacin enla regin septentrional del pas, con el propsito de obtener la mayorcantidad posible de datos etnogrficos en vista de la reforma del siste-ma de Gobierno local.

    1.3 La antropologa aplicada britnica entre las dos guerras mundiales

    Con la finalizacin de la primera guerra mundial y la ulterior con-solidacin del sistema colonial britnico en frica, las investigacionesde los antroplogos vuelven a hacerse activas. Como lo afirma la antro-ploga britnica Lucy Mair, alumna de Malinowski en la London Schoolof Economics, [...] Al final de la guerra mundial, algunos grandes idea-les humanitarios parecieron convertirse en instituciones adecuadas, en-tre los intereses de las cuales exista justamente la condicin de los pue-blos sujetos a leyes coloniales. En ese tiempo, no exista an un prop-sito directo de terminar con el abuso colonial como tal; su continuidadera considerada descontada y los agitadores de ideales se limitaban aasegurar que se actuara en forma tal de beneficiar a los pueblos some-tidos al dominio colonial. Tales ideales hallaban su fuente en la afirma-cin pronunciada en el Convenio de la Sociedad de Naciones segn elcual el bienestar y desarrollo de las poblaciones an no capaces deguiarse por s mismas formaba un sagrado compromiso de civiliza-cin.10

    1.3.1. El antroplogo del Gobierno

    El Gobierno ingls impulsaba a aquellos que recibieran una buenapreparacin en el campo de la antropologa y demostraran poseer cier-ta aptitud para la investigacin, a realizar estudios en las poblacionessometidas al dominio colonial. En los puestos de servicio colonial in-gls se consolida la figura del antroplogo empleado por el Estado, elllamado antroplogo del Gobierno, con la tarea de realizar actividadesde investigacin y de asesora.11 En 1920, en la Costa de Oro, el puestode antroplogo del Gobierno est a cargo de R. S. Rattray, funcionarioadministrativo de formacin antropolgica. En este mismo perodo, W.P. Chinnery, quien haba comenzado a trabajar en Papua como oficial decampo y que, en 1909, haba empezado a aproximarse al estudio de la

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  • antropologa, dicta algunas conferencias en la Universidad de Cambrid-ge. En 1924, acepta el encargo como antroplogo del gobierno en Nue-va Guinea, en donde desempea importantes investigaciones etnogrfi-cas.

    1.3.2 El International Institute of African Languages

    El inters por el estudio de las sociedades africanas es aprobado enel mbito oficial con la creacin de dos importantes centros de cultu-ra: en 1926 el International Institute of African Languages and Culturesy en 1938 el Rodees-Livigstone Institute.12 El International Institute ofAfrican Languages and Cultures fue creado con la participacin de an-troplogos, lingistas, misioneros y funcionarios de varios pases eu-ropeos. Hacen parte de ste, entre otros, Lord Lugard, el misioneroEdwin Smith, el antroplogo francs Lucien Lvy-Bruhl, el misioneroetngrafo Paul Schebesta y el etnlogo britnico Charles Seligman.

    Lord Lugard, primer presidente del Instituto, sostiene que el prin-cipal deber de ste es el de promover una mayor relacin entre la inves-tigacin, la sabidura cientfica y los negocios prcticos. Lugard propo-ne pues, una profundizacin de reflexiones e investigaciones acerca delas posibilidades de utilizacin prctica de la antropologa en contex-tos de accin social, o sea, hacia una antropologa aplicada.13 Insiste,en particular, sobre la importancia de la recoleccin de informacionesacerca del efecto que la civilizacin y el contacto con los Europeos tie-ne en la vida de los nativos. En efecto, en este perodo, las administra-ciones coloniales se hallan frente a una serie de fenmenos sociales ypolticos totalmente nuevos e inesperados, tales como el primer surgi-miento de movimientos nacionalistas o de liberacin religiosa. La nue-va urgencia viene a ser la de estudiar los efectos causados por el con-tacto entre las sociedades africanas y la europea. El problema dinmi-co de los contactos y las transformaciones llega a ser el objetivo predo-minante de las investigaciones, tanto con relacin a las planificacionesprogramticas de los administradores como de las investigaciones an-tropolgicas. Toda una serie de temticas nuevas the new branches ofanthropological inquiry van sobresaliendo junto a los temas tradicio-nales de investigacin. Se empieza a prestar atencin al estudio de lossistemas nativos de derechos sobre la tierra y, en general, a las costum-bres jurdicas usuales. Se estudian las consecuencias de la introduccin

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  • de innovaciones tcnicas en los sistemas locales; se analizan las reformasnecesarias a los sistemas educativos y se dedica gran atencin a las uni-dades sociales fundamentales en va de transformacin. Llega a ser fun-damental realizar profundos anlisis de tales instituciones, tales como sepresentan en la situacin actual. Bajo esta nueva ptica, la antropologaya no debe trabajar duramente en la investigacin de un pasado hipot-tico, ni reconstruir aquella que poda haber sido la sociedad indgenaantes de la llegada de los blancos. En vez de competir con la historia, elladebe interesarse en la realidad actual. A una etnologa histrica que cris-taliza un momento, a menudo imaginario, de lo vivido, se sustituye asuna etnologa de las dinmicas culturales, de los efectos del contacto en-tre europeos y las sociedades nativas y de los fenmenos de difusin.

    Las investigaciones promovidas por el International Institute ofAfrican Languages and Cultures y las monografas publicadas, fuerondeterminantes para el conocimiento cientfico de las poblaciones y cul-turas africanas. Siguiendo la enseanza de Malinowski, la conditio sinequa non para convertirse en un buen antroplogo, es realizar la inves-tigacin en el campo y utilizar el mtodo de la observacin participati-va.14 Evans-Pritchard dirige una investigacin sobre la brujera entrelos Zande, poblacin bantu de Sudn y Congo y ms tarde entre losNuer del Alto Nilo de Sudn, describiendo su organizacin poltica, elsistema de parentesco, el matrimonial y la religin. Meyer Fortes, pro-fesor de antropologa social en la Universidad de Cambridge, hace susinvestigaciones entre los Tallensi, poblacin de Ghana septentrional,estudiando la relacin entre la concepcin religiosa del culto de los an-tepasados y el sistema de parentesco. Isaac Schapera estudia las tradi-ciones histricas de los Tswana de Bechuanaland.

    Sin embargo, el propsito del Instituto, est claramente delimitadoen sentido cientfico. Su finalidad es la de estudiar los procesos de cam-bio de una manera puramente objetiva y cientfica. Est excluida de susreglas constitutivas la posibilidad de ocuparse de cuestiones polticas.El objetivo de su actividad es el de ofrecer, a travs del estudio desinte-resado de los hechos, una base sociolgica y cientfica para enfrentar lascuestiones prcticas de la administracin. Los antroplogos que traba-jaron para el Institute of African Languages and Cultures, pues, realiza-ron sus investigaciones intentando no abanderarse a favor o en contra

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  • de una poltica determinada, poniendo a disposicin de los funciona-rios gubernamentales aquellas informaciones que podan ayudarlos adeterminar una eleccin poltica. En definitiva, el Instituto, desde elmomento en que es constituido, elimina de su actividad toda clase dedecisin poltica, concentrando su atencin en el estudio de hechos yprocesos que generan problemas prcticos y dejando a los hombres po-lticos la decisin final sobre el cmo aplicar los resultados de las inves-tigaciones. Al respecto, el antroplogo britnico Evans-Pritchard afir-maba que los antroplogos, an teniendo la real posibilidad de in-fluenciar elecciones polticas a travs de sus mismas investigaciones ydescubrimientos, deban abstenerse de sugerir cul poltica seguir.

    Por tal actitud, como lo veremos mejor ms adelante, los antrop-logos que colaboraron con el gobierno ingls fueron acusados, sobretodo desde los aos 70, bsicamente por esta actitud neutral respectode la poltica imperialista britnica.

    Sobresale en este panorama, el antroplogo Siegfried Nadel, alum-no de Malinowski y de Seligman en la London School of Economics,quien durante su colaboracin con el Gobierno militar en Eritrea, tu-vo una posicin de cierta importancia a nivel de consultas guberna-mentales. Nadel afirmaba que trabajando para los respectivos gobier-nos, los antroplogos brindaban, sobre las poblaciones sometidas, da-tos que, si no exista un adecuado control, podan servir incluso parafines sumamente dainos. Segn Nadel, los antroplogos, en virtud desu experiencia, tenan el derecho pero tambin el deber de hacerse es-cuchar en los asuntos de materia poltica y no deban ocultarse detrsde la excusa de que su conocimiento era incompleto.

    De cualquier forma, se puede concluir que, a partir de los aoscuarenta, los antroplogos britnicos prefirieron, en general, seguir suvocacin por tradicin acadmica. Fueron los antroplogos america-nos quienes heredaron los intereses y las tareas que caracterizaron a laantropologa prctica britnica por muchos aos.

    1.4 La antropologa aplicada britnica despus de la Segunda Guerra Mundial

    Con el fin de la Segunda Guerra Mundial, los imperios colonialesentraron en crisis y, poco a poco, se derrumbaron. Este proceso fue re-

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  • lativamente lento, y puede considerarse definitivamente concluido so-lamente a finales de la primera mitad de los aos setenta, cuando con-quistan la independencia las ltimas importantes colonias portugue-sas.15 Entre las potencias coloniales, Gran Bretaa fue la primera de to-das que comprendi la necesidad de restringir su propia potencia im-perial, orientndose hacia una relacin ms suave de los vnculos entremadre patria y territorio de ultramar, sin dejar de asegurar el manteni-miento de una serie de relaciones econmicas e institucionales con suscolonias. Gran Bretaa opta por una gradual abdicacin de su domi-nio, preparando sus colonias a la independencia mediante la concesinde constituciones y organismos representativos, aplicando la polticadel Indirect Rule: un estilo de gobierno indirecto que, a travs de las au-toridades de los sistemas polticos locales que son mantenidos bajocontrol (con amplia libertad de organizacin interna), poda asegurarun cambio lento y gradual proveniente del interior de la propia socie-dad nativa.

    Desde 1945, el Departamento Colonial adopta la llamada polticadel desarrollo y asistencia, formando grupos de planificacin poltica,econmica y social compuestos por especialistas en varios campos, en-tre quienes hay antroplogos. Se da una atencin, cada vez mayor, alanlisis de aspectos ligados con el desarrollo econmico-social y losconsiguientes problemas que ste implica. En 1952, ya veinticinco an-troplogos haban recibido el encargo de conducir unas investigacionesen sectores como el mejoramiento de las tcnicas en la cra del ganado,el control de la erosin del suelo, la educacin, la enseanza, el desarro-llo agrcola y los problemas ligados al fenmeno del trabajo no asala-riado en las ciudades.

    Tambin la enseanza de la antropologa es posteriormente incen-tivada a travs de la institucin de escuelas locales: en 1950 en Kampa-la, capital de Uganda, se abre un Instituto de investigaciones Sociales defrica Oriental. Ese mismo ao en Nigeria se funda el instituto de In-vestigaciones Sociales y Econmicas de frica Occidental y en Ghana,dentro de la Universidad de Accra, comienza su actividad el Departa-mento de Estudios Sociales.

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  • 1.5 La antropologa cultural aplicada en los Estados Unidos

    En los Estados Unidos, la antropologa aplicada nace y se desarro-lla marcada por motivaciones y caractersticas muy similares a las de laantropologa prctica britnica y fue grande, al menos hasta la Segun-da Guerra Mundial, la influencia del funcionalismo britnico en lamisma. En ambas naciones el reconocimiento de que las diferenciasculturales presentaban problemas especiales para las administracionesde los pueblos dependientes, y que por tanto era importante tener in-formaciones sobre stos, se entiende muy pronto.

    El expansionismo de los Estados Unidos se desarrolla tanto inte-riormente en el territorio nacional como hacia el exterior. Desde fina-les del siglo XVIII, empieza la conquista de los territorios del Noroes-te, con la cual los inmensos territorios indios, comprendidos entreMississippi y los montes Allganos, son declarados territorios federalesabiertos a la libre conquista16. Segn algunos estudiosos, las poblacio-nes que habitaban estos territorios, constituyen el equivalente de pue-blos dependientes en un imperio colonial. Por ejemplo, Domenico Vol-pini sostiene que la conquista de los territorios del Noroeste fue unaautntica colonizacin y que el camino que aqu llev la antropologaa constituirse como antropologa aplicada parte justamente de la colo-nizacin. Diferente es la opinin del antroplogo francs Bastide segnel cual, mientras que Inglaterra usaba sus colonias como un laborato-rio de antropologa aplicada, en los Estados Unidos (que no tenan co-lonias) la antropologa aplicada nace con el surgimiento de problemasinternos, determinados por episodios de violencia, por las huelgas sal-vajes, por la proliferacin de grupos de bandidos en las ciudades y aspor el estilo.

    1.5.1 El expansionismo externo

    En 1898, como consecuencia de la guerra contra Espaa, los Esta-dos Unidos dan un paso decidido en su posicin de potencia interna-cional con la anexin del entero archipilago de las Filipinas y la isla dePuerto Rico. En el mismo ao, procedieron a la anexin de las islas Ha-wai.

    El gobierno de los Estados Unidos, as como el de Gran Bretaa, sedirigi pronto a los antroplogos, habiendo intuido la utilidad que, pa-

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  • ra una mejor administracin, poda tener un conocimiento lo ms pro-fundo posible de la cultura de los pueblos colonizados. As en el archi-pilago de las islas Filipinas, entre 1906 y 1910, se realizaron, bajo la di-reccin del antroplogo Albert E. Jenks, algunos estudios etnogrficos.Tambin en este caso, el propsito de tales investigaciones era el deofrecer al gobierno estadounidense, informaciones sobre la cultura, lastradiciones y la lengua de las poblaciones nativas.

    1.5.2 El expansionismo interno

    Al interior del territorio nacional, el estudio de las culturas indiases favorecido, a partir de la mitad del siglo XIX, por la creacin de ins-tituciones dedicadas a la documentacin de la vida de las poblacionesaborgenes. La Smithsonian Institution fue fundada en 1846 y, a travsde sta, fue creado y puesto en prctica un gran programa de recogi-miento de datos etnogrficos bajo el cuidado del estudioso Henry Ro-we Schoolcraft.17 En 1879 se instituye el Bureau of American Ethnology,una iniciativa gubernamental destinada a tener profunda influencia enla organizacin de los estudios etnogrficos en vsperas del siglo XX. Elejemplo y las indicaciones de Schoolcraft son seguidos, en los aos si-guientes, por muchos investigadores. Entre tales estudios hay que sea-lar el de Alice Fletcher sobre el rito de iniciacin de los Indios Pawnee(The Hako, 1904), de James Mooney (The Ghost Dance Religin, 1896)y los de John Henry Powell sobre los mitos y las lenguas aborgenes. Po-well fue el fundador y el director, por unos veinte aos, del Bureau ofAmerican Ethnology. Sus trabajos conciernen principalmente la clasifi-cacin de los grupos lingsticos de los Indios de los Estados Unidos,una clasificacin que tiene, an hoy, mucho crdito entre los especia-listas. El gran trabajo etnogrfico realizado por los investigadores delBureau of American Ethnology tuvo un efecto de estmulo en las inicia-tivas tomadas en esos mismos aos por los institutos de investigacinbritnicos que promovieron una survey de los Indios de la costa cana-diense del Pacfico.18

    1.5.3 El Bureau of Indians Affairs y el Soil Conservation Service

    Las primeras iniciativas, promovidas oficialmente para la solucinde problemas administrativos del gobierno federal, y en las cuales se re-curri ampliamente a antroplogos, se hacen en 1934 y han sido pro-

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  • movidas por dos oficinas del Gobierno: el Bureau of Indians Affairs ypor el Soil Conservation Service. En ese mismo ao, fue aprobado el In-dian Reorganization Act, documento destinado a extender a las pobla-ciones indgenas la legislacin progresista del New Deal promovida porel presidente Roosevelt. Esta ley pretenda devolver a los indios buenaparte del control de su asuntos internos e intentaba controlar el agota-miento de los recursos naturales para realizar una reforma econmicacompatible con los sistemas de vida tribal.

    John Collier, director del Bureau of Indians Affairs, haba dado alantroplogo Scudder McKee el encargo de formar un departamento deAntropologa Aplicada dentro del Bureau. La tarea principal de este de-partamento era la de investigar, detectar y describir la naturaleza de lasformas ya existentes de leadership locales y formas de gobierno de laspoblaciones autctonas. Muchos antroplogos haban hecho unas pro-puestas sobre el camino a seguir para la creacin de los nuevos conse-jos indios y la constitucin de formas de autogobierno local, autoriza-das por el Indian Reorganization Act de 1934. Sin embargo, los agentesdel Indian Service, probablemente ansiosos de lucir los resultados de sutrabajo, antes de que las investigaciones de la seccin de AntropologaAplicada fueran terminadas, haban redactado las nuevas constitucio-nes, sometindolas a voto tribal y formaron los nuevos Consejos. Ade-ms, creaban, en las comunidades indgenas, actividades econmicasantes de evaluar la real presencia de estructuras socio econmicas ade-cuadas para recibirlas y por tanto la compatibilidad de los proyectosmismos con las formas de vida tradicionales. As pues, a pesar del entu-siasmo inicial, los antroplogos no lograron coordinar, o al menos in-fluenciar, por medio de sus investigaciones, las polticas que en aquellosaos estaban dirigidas a las comunidades indias.

    Los antroplogos que trabajaron para el Soil Conservation Service,se hallaron experimentando una nueva situacin, prestando su serviciojunto a otros profesionales, como bilogos, economistas, ingenieros yespecialistas en la explotacin de los recursos naturales. El fin de estacooperacin era el de planificar programas de desarrollo econmico aser encaminados en las reservas indias.

    Los antroplogos involucrados en tales proyectos, evidenciaron elhecho de que, a pesar del contacto con la cultura blanca, seguan sien-

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  • do extremadamente vitales y funcionales las normas tradicionales queregulan las relaciones sociales y econmicas. Por tanto, si se deseaba te-ner xito promoviendo un cambio en el mbito econmico y social, in-sertando pues unos elementos extraos dentro de las reservas, los ad-ministradores deban reconocer este estado de cosas, llegando a reco-nocer el funcionamiento de la vida tribal como una fuerza real a reeva-luar. Muchos administradores, a pesar de tales indicaciones, hicieronpolticas destinadas a la adaptacin de las poblaciones indgenas a lasnormas fundamentales de los norteamericanos blancos. Antroplogosy administradores llegaron a tener un fuerte contraste y los primerosfueron acusados de haberse sentimentalmente abanderado junto a losindios y de apoyar, en forma poco realista, una poltica destinada a lapreservacin de las formas tradicionales de vida.

    1.5.4 Durante la Segunda Guerra Mundial

    La Segunda Guerra Mundial brind a los antroplogos una posi-bilidad sin precedentes de prestar su profesionalismo en asuntos de ca-rcter prctico y la antropologa aplicada como disciplina vivi un pe-rodo de gran intensidad. Segn Bastide: [...] la teora sac de la gue-rra un doble beneficio: la investigacin pluridisciplinaria, ya que el an-troplogo tuvo que trabajar con el socilogo y el psiclogo y la exten-sin de la antropologa de las sociedades simples por s solas a las so-ciedades complejas, y en particular la nuestra.19 Ejemplo de tal vivaci-dad y fuerte participacin de los antroplogos en las actividades guber-namentales directamente implicadas con el evento blico es, por ejem-plo, la institucin en abril de 1942 de la War Relocation Authority, unaagencia gubernamental que se serva de la colaboracin de antroplo-gos a quienes estaba confiada la tarea de analizar los diferentes proble-mas relacionados con la transferencia desde los Relocation Centers decasi 100.000 prisioneros japoneses.20 Adems, los antroplogos colabo-raron en el adiestramiento de oficiales destinados a puestos adminis-trativos en las zonas ocupadas; prepararon manuales de supervivenciapara aviadores; escribieron una serie de breves estudios, los War Back-ground Information, publicados por la Smithsonian Institution, conte-niendo informaciones sobre la cultura de las poblaciones implicadas enel conflicto; adems, ensearon en escuelas, creadas para adiestrar a los

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  • oficiales destinados a los territorios ocupados, tales como Italia y Ja-pn.21

    Muchos antroplogos, durante la guerra, fueron consultados paradiagnosticar y resolver los problemas que, con la prolongacin del con-flicto, se manifestaban en varios sectores del home front. En las indus-trias, por ejemplo, se manifestaban muchos problemas de relacionesraciales: los blancos que haban ido a la guerra, haban sido reempla-zados por negros en la industria blica. Era necesario regular las rela-ciones raciales, con el fin de evitar tensiones que podan mermar el rit-mo de la productividad de este sector.

    Como ya lo dijimos, durante los aos 40, la antropologa aplica-da, como disciplina, crece notablemente. En 1941 se funda la Sociedadde Antropologa Aplicada y ese mismo ao sale el primer nmero de surevista Applied Anthropology que, desde 1949, toma el nombre de Hu-man Organization. El nacimiento de la Sociedad representa un mo-mento de cambio de rumbo en las tendencias de las ciencias socialesaplicadas en los Estados Unidos. Los editores de la revista, desde susinicios, consideran la antropologa aplicada como un mbito de estu-dio ms amplio que el que se pensaba antes. Ya no se hace referencia ala administracin colonial o al control de los pueblos dependientes, si-no ms bien se insiste sobre el valor de la antropologa aplicada comodisciplina, que se dedica a la solucin de problemas prcticos, vincula-dos con las relaciones humanas en el campo de los negocios, de la ad-ministracin poltica, la psiquiatra, el trabajo social, y cualquier otrocampo en el cual las relaciones humanas desarrollan un papel funda-mental. Por consiguiente, los sectores de aplicacin de la antropologase multiplican cada vez ms. Por ejemplo, se refuerza el sector de la an-tropologa de la educacin, que en su parte aplicativa pretende que elantroplogo trabaje con el fin de apaciguar los efectos, a menudo ne-gativos, de patrones educativos occidentales en realidades extra-occi-dentales. Se desarrollan los estudios de antropologa de la salud, la Me-dical Anthropology, en la que el antroplogo trabaja junto al mdico,cooperando en proyectos en el mbito mdico-sanitario. De este nota-ble desarrollo de los mbitos de aplicacin de la antropologa, deriva elrequerimiento de elaborar, para tal disciplina, apropiadas bases teri-co-metodolgicas, necesarias para una ciencia madura, capaz de prever

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  • la conducta de un grupo humano y con ese grado de precisin necesa-rio para la solucin de los ms urgentes problemas prcticos. As pues,la antropologa aplicada se emplea en la formulacin de teoras genera-les orientadas al inters de las comunidades cliente y metodolgica-mente fundadas en la interdisciplinariedad.

    Como sostiene el antroplogo Bastide, la exigencia de una mayorcarcter cientfico y madurez de las disciplinas antropolgicas, con laSegunda Guerra Mundial se convierte en una obligacin. La SegundaGuerra Mundial demostraba por tanto que la antropologa era necesa-ria para la accin concreta, pero que, por otra parte, en cuanto cienciay en cuanto ciencia aplicada, an le faltaba madurez. De aqu viene elgran esfuerzo que hubo despus de la guerra para hacerla progresar: unesfuerzo tanto ms grande por cuanto, a consecuencia de la victoria, losEstados Unidos se convierten en una de las mayores potencias mundia-les, y toman conciencia de sus responsabilidades respecto de los otrospueblos y se preparan a actuar en un plan planetario. Amrica Latina,India, frica y los pases subdesarrollados del Mediterrneo lanzabanllamados, no solo a los capitales norteamericanos, sino tambin a losexpertos estadounidenses para que les ayudaran a entrar ms rpida-mente en el camino del progreso. Todo eso con el fin de evitar las ten-siones, posibles factores de nuevas guerras, reconocer la variedad de lasculturas, y sustituir a la ignorancia, o al desconocimiento, de tales va-riedades, una educacin a la tolerancia y al respeto recproco. Fue ascomo la antropologa sali de su torre de marfil para entrar a la escue-la de la vida.22 Los Estados Unidos respondieron financiando much-simos proyectos de desarrollo, destinados a encaminar en estos pasesun proceso de industrializacin y modernizacin, segn modelos nor-teamericanos. Como lo afirma el antroplogo italiano Antonino Cola-janni: [...] pensando responder a un llamado tico-poltico de su pas,muchos antroplogos americanos se empearon fuertemente en la an-tropologa aplicada de la posguerra. Dos eran las ideas bsicas que mo-van su compromiso: 1) el convencimiento de lo inevitable del progre-so tecnolgico y su difusin en el mundo; 2) la certeza de que las trans-formaciones inevitables deban realizarse con el consentimiento de losactores sociales interesados y con el mnimo posible de costos psicol-gicos, sociales, culturales.23

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  • El inters de los Estados Unidos se dirige en forma especial a lospases de Amrica Latina con el reconocimiento del hecho de que lainevitable industrializacin y la creciente urbanizacin, estaran acom-paadas por el surgir de una serie de problemas y una notable conflic-tividad social.

    Notas:

    1 Lewis Henry Morgan, League of the Ho-d-non-sau-nee o Iroqueses, Rochester(N.Y), Ed. Sage, 1851. El libro recoge catorce artculos, vueltos a elaborar, queMorgan haba publicado cuatro aos antes en el American Review, al da siguien-te de la feliz conclusin de la causa judicial en la cual l haba participado en cali-dad de defensor de los intereses de los indios Sneca.

    2 Ugo Fabietti, Historia de la antropologa, Bolonia, Ed. Zanichelli, 1991, p. 36.3 Domenico Volpini, El auto desarrollo integral, s.1., Ed. Esculapio, 1994, pp. 17-23.4 En 1833 fue aprobado el Emancipation Act, con la cual el Parlamento britnico

    aprob la abolicin de la esclavitud en las colonias.5 Ver Conrad C. Reining, A lost period of applied anthropology, en American

    Anthropologist, Vol. 64 (3), 1962:593.6 En 1863 la sociedad se divide nuevamente dando vida a la Anthropological Society

    of London. Esta promueve una fuerte campaa de divulgacin antropolgica y,junto con la revista Anthropological Review, cuida la publicacin de la Popular Ma-gazine of Anthropology. En 1871 la Anthropological Society se une nuevamente conla Ethnological Society of London dando vida al Anthropological Institute of GreatBritain and Ireland.

    7 Ver Bronislaw Malinowski, Practical Anthropology, Africa, Vol. II, 1929: 22-38.8 Aunque esta escuela nunca fue abierta, algunos de sus objetivos principales fueron

    puestos en prctica con la creacin de cursos de antropologa en las principalesuniversidades britnicas. Por un cierto nmero de aos, los cadetes destinados alas colonias, antes de posesionarse de sus cargos, reciban una preparacin en an-tropologa social en las universidades de Oxford, Cambridge y Londres.

    9 Fueron graves las consecuencias, por ejemplo, por la incomprensin de los ingle-ses del rol que tena para los Ashantes, poblacin de la Costa de Oro (actual Gha-na), el Golden Stool (el trono de oro). Los Ashantes reclamaban su devolucin algobernador ingls, quien lo pretenda para s como representante de la Reina. Loque para estos apareca simplemente como un trono real, tena en realidad un sig-nificado simblico mucho ms fuerte para los Ashantes, ya que representaba el al-ma misma de su nacin. Este malentendido fue la causa para dos aos de guerra.Sobre este argumento escribi el famoso misionero africanista E. W. Smith en sulibro The Golden Stool. Some aspects of the conflict of cultures in modern Africa, pu-blicado en 1926.

    10 Lucy Mair, Introduccin a la Antropologa Social, Miln, Ed. Feltrinelli, 1970, p.269.

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  • 11 La idea de un antroplogo del Gobierno nace en 1915 y es obra de Hubert Murray,vice gobernador de Papua.

    12 Para una visin panormica satisfactoria sobre las actividades del Rodees-Livings-ton Institute, ver Adam Kuper, Antropologa y Antroplogos, Barcelona, Ed. Anagra-ma, 1973, pp. 133-136.

    13 Malinowski, algunos aos despus, sostiene que el punto ms fuerte del Interna-tional Institute of African Languages and Cultures est en el hecho de que con su ac-tividad reduce la brecha existente entre los intereses prcticos del practical manpor una parte y aquellos tericos de los antroplogos acadmicos, por la otra. Asafirma: [...] The Institute stands in the first place for the practical application ofscientific knowledge. It can reach on the one hand various colonial interest in theirpractical activities, while at the same time it has at his disposal the knowledge of theo-rically trained specialists. Bronislaw Malinowski, op. cit., 1929:22.

    14 La corriente funcionalista inaugurada por Malinowski y Radcliffe-Brown, se re-fiere al estudio de sistemas sociales completos, empleando y haciendo famoso elmtodo de la observacin participativa. Tal acercamiento requiere esencialmentede una actividad observadora ejercida desde adentro del grupo estudiado, me-diante un esfuerzo de identificacin con este ltimo y con un fuerte nivel de pe-netracin creativo y operativo en el conjunto de la vida social. Tal acercamientoprev dejar de lado las perspectivas diacrnicas que caracterizan la investigacinevolucionista y asumir una ptica de anlisis sincrnico que se propone observarla interaccin recproca de los elementos constitutivos de un sistema social (inves-tigacin holstica). La primera norma de bsqueda etnogrfica es la de escogerpor anlisis sociedades o etnias de pequeas dimensiones, suficientemente aisla-das. Otro criterio fundamental consiste, justamente, en ejercer una estrategia deobservacin de tipo participativo, mediante la cual el investigador encuentre elmodo de percibir el funcionamiento del sistema social completo.

    15 En 1974, obtiene la independencia Guinea Bissau; en 1975, Angola y Mozambique.16 Los Estados Unidos, dejando de ser colonias de Inglaterra, se expanden a travs de

    la conquista colonial que comienza en 1878, con la Ordenanza del Noroeste.17 Henry Rowe Schoolcraft (1793 1864) se dedica, desde 1840, a recoger material

    etnogrfico, realizando numerosas investigaciones sobre todo en el mbito lin-gstico.

    18 Este proyecto tuvo un efecto importante, aunque indirecto, para el desarrollo de laantropologa estadounidense ya que, el lingista que lo diriga, Horacio Hale, habareclutado como etngrafo al alemn Franz Boas destinado a convertirse, en las d-cadas siguientes, en la figura de mayor importancia en la antropologa americana.

    19 Roger Bastide, op. cit., 11975, p. 28.20 Ver Edward H. Spicer, Restistence to Freedom: Resettlement from the Japanese

    Relocation Center During World War II, en Edward H. Spicer, Human Problemsin Technological Change, New York, John Wiley & Sons, 1952.

    21 Ver Clyde Kluckhohn, op. cit., 1971, pp. 174-176.22 Roger Bastide, Antropologia Applicata, Turn, Ed. Boringhieri, 1975, p. 29.23 Antonino Colajanni, Problemi di antropologia dei processi di sviluppo, Varese, Ed.

    I.S.S.CO., 1994, p. 87.

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  • RESUMEN: 2.1 El compromiso de los Estados Unidos en los pa-ses subdesarrollados; 2.2 Los Casebooks; 2.3 Programas de desarrolloen Amrica Latina; 2.3.1 El proyecto Cornell-Per Vicos; 2.3.2 Progra-mas latinoamericanos de salud pblica; 2.4 El indigenismo moderno:2.4.1 El indigenismo moderno en Mxico; 2.5 La crtica al indigenismomoderno.

    2.1 El compromiso de los Estados Unidos en los pases subdesarrolla-dos

    Despus de la Segunda Guerra Mundial, los Estados Unidos desti-naron grandes financiamientos para proyectos de desarrollo, con el finde encaminar un proceso de industrializacin y modernizacin en mu-chos pases del Tercer Mundo y de Europa. Su inters se dirigi de ma-nera particular a los pases de Amrica Latina, donde fueron enviadostcnicos, investigadores y profesionales de varios sectores.

    La investigacin social americana es marcada por una fuerte orien-tacin aplicativa fundada en una relacin estable y constante entre lainvestigacin y las decisiones polticas. Nacen, con esta finalidad espe-cfica, numerosas instituciones especializadas. En 1943, se funda, den-tro de la Smithsonian Institution, el Instituto de Antropologa Social,que inicialmente se concentra en la promocin de actividades didcti-cas y de investigacin. Con este fin, tal institucin enva, a varias uni-versidades latinoamericanas, algunos antroplogos estadounidensescon el encargo de ensear y colaborar, junto a antroplogos locales, larealizacin de investigaciones en comunidades rurales que se conside-raba mayormente hubieran sido afectadas por la influencia de la cre-ciente modernizacin. Desde principios de los aos 50, el Instituto de

    Captulo 2

    LA ANTROPOLOGA APLICADA Y LAANTROPOLOGA INDIGENISTA EN

    AMRICA LATINA

    HeC

  • Antropologa Social se compromete en programas de antropologaaplicada dirigidos de una manera especial al sector de la salud pblica.1

    2.2 Los Casebooks

    En los Estados Unidos, desde los aos 50, fueron publicados nu-merosos textos que recogen y analizan las experiencias de programas dedesarrollo (de ah viene el nombre Casebooks). Realizados como ma-nuales para los encargados de los trabajos, deban servir de gua paravarias clases de tcnicos, que podan sacar de estos tiles indicacionespara los futuros programas de desarrollo, como lo sugiere BenjamnPaul quien, en la introduccin de su trabajo afirma: [...] This volumeprovides case material for finding some answer. All the cases are written bypersons who were directly involved in the action or who lived in the com-munity long enough to assess the situation at first hand through direct ob-servation or interview. Some cases appear as success, other as failures. Thecases are intended to provide specific directives for the action. Clarifyingwhat occurs in the community may help health workers make their owndecision and their own appraisal of results.2 El manual ideal deba conte-ner proyectos precedentemente seleccionados y analizados exhaustiva-mente, de manera que los presentados deban ser realmente indicativosde las varias clases de situaciones.

    La forma en que los proyectos de desarrollo son analizados es, enla mayora de los casos, la siguiente: despus de una presentacin delprograma (su radio de accin y sus fines), se describe su desarrollo enel tiempo. Finalmente, son citadas las motivaciones que determinaronel xito o, al contrario, el fracaso del programa, los errores, o las intui-ciones resolutivas de los colegas, que tenan el propsito de guiar laplanificacin de proyectos futuros.

    Lo que es evidente en la lectura de tales textos es que, para los an-troplogos, el xito o el fracaso de un programa de desarrollo es el re-sultado de una notable cantidad de factores que, si no son evaluados se-riamente en la fase de planificacin, pueden causar su fracaso. Tales fac-tores constituyen pues, segn los casos, un estmulo o un obstculo pa-ra el cambio.

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  • Cito a continuacin algunos anlisis, observaciones y ejemplos to-mados de algunos de estos manuales, con el fin de aclarar tal plantea-miento terico.

    Partiendo de la constatacin de que en la mayora de pases no in-dustrializados, la novedad y el cambio tienen poco atractivo, y que es-ta actitud conservadora est sobre todo arraigada en las sociedadescampesinas, muchos antroplogos resaltan la importancia fundamen-tal de tomar en cuenta que en toda cultura existen valores y parme-tros diferentes que regulan las elecciones de la comunidad. La perspec-tiva de obtener beneficios econmicos que, en general, en la sociedadoccidental constituye un indiscutible estmulo al cambio, no encuentranecesariamente correspondencia en otras culturas. Un ejemplo al res-pecto lo ofrece el estudio realizado por el antroplogo mexicano Apo-daca en una comunidad de Nuevo Mxico y citado en un texto publi-cado bajo el cuidado de Edward Spicer en 1952.3 En esta comunidad, ainicios de los aos 50, se intenta introducir una nueva calidad de mazhbrido, despus de haber constatado que se adaptaba bien a la calidaddel terreno y que dara cosechas ms abundantes respecto a la calidaddel maz local. Despus de un inicial entusiasmo por parte de la comu-nidad, que solo despus de un ao tena una cosecha tres veces supe-rior a la normal, la comunidad vuelve a cultivar el maz tradicional.Analizando este caso e intentando hallar las causas de este inexplica-ble rechazo, Apodaca afirma que han sido sobre todo las mujeres quie-nes no aceptaron la nueva calidad del maz hbrido, ya que las nuevastortillas plato central en la dieta local tenan un diferente sabor y co-lor. En conclusin, el investigador mexicano sostiene que nos hallamosfrente a un conflicto de necesidad entre el deseo de una mayor canti-dad y el de una calidad determinada. Si el agrnomo hubiera tomadoen cuenta los parmetros culturales locales, as como lo haba hechocon el anlisis del terreno, el proyecto hubiera tenido mejor resultado.As, [...] the agents exploration of the context of the change sought notgoes quite far enough. [] He failed to inquire into food habits and theirinfluence on the selection of crops.4 Un anlisis ms atento de la situa-cin, pues, hubiera de inmediato evidenciado el hecho de que, aunqueel maz constitua para la comunidad una parte importantsima de sudieta, y que era indispensable para su supervivencia, las costumbres ali-menticias tradicionales estaban estrechamente ligadas a un ms amplio

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  • mbito cultural. Si por una parte el agrnomo haba supuesto que unamayor produccin de maz dara ventajas econmicas a la comunidad(que hubiera podido vender el producto excedente) este elemento nohaca parte culturalmente de las necesidades y expectativas de la co-munidad.

    Tambin las formas tradicionales de relacin recproca entre laspersonas de una comunidad se presentan como un factor que puededeterminar el resultado de un proyecto y, tambin en este caso, losejemplos en que una escasa consideracin de las relaciones sociales lle-v al fracaso de un programa, son numerosos. En ellos hay la tenden-cia a resaltar el hecho de que en muchas situaciones la innovacin to-tal de las formas de vida tradicional no son de por s un mejoramien-to. Pueden ser tan solo un seudo-mejoramiento ya que el costo socialsobrepasa a las ventajas.

    Un argumento sobre el cual los antroplogos vuelven con frecuen-cia es la constatacin del hecho de que en toda comunidad existen in-dividuos, o clases sociales, progresistas, por tanto ms dispuestos a in-troducir elementos nuevos en su propio mbito cultural. Proponiendopues a tales individuos o clases sociales un proyecto, hay posibilidadesde xito mayores que si se propusiera lo mismo a sectores mayormen-te conservadores. Un ejemplo interesante sobre este punto es el cons-tituido por la investigacin realizada por Foster en la comunidad me-xicana de Tzintzuntzan donde los dos tercios de la poblacin se dedi-caba a trabajar la cermica.5 El Centro Regional de Educacin Funda-mental para Amrica Latina (CREFAL), encamina en esta comunidadproyectos de desarrollo en los sectores de la educacin, de la salud y dela economa. En la evaluacin final del proyecto, constata la modestaimportancia de los resultados obtenidos en la comunidad de Tzint-zuntzan respecto a los logrados en otras comunidades cercanas, dedi-cadas a diferentes actividades productivas. Segn el autor, la fuerte ten-dencia al conservadorismo que caracteriza, en varias partes del mundo,a la clase social de los ceramistas, haba determinado el fracaso del pro-yecto.

    La impresin general que se obtiene de la lectura de los casebookses que el antroplogo, ms que cualquier otro tcnico implicado en unproyecto de desarrollo, tiene las capacidades profesionales que le per-

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  • miten dirigir y controlar toda fase del ciclo de desarrollo de un proyec-to, y por eso se asume el papel de neutralizar, o de alguna forma evitar,por estar en posibilidad de preverlos, todos los obstculos que puedaninterponerse al xito del proyecto.

    2.3 Programas de desarrollo en Amrica Latina

    El compromiso de los Estados Unidos respecto de los llamadospases subdesarrollados fue acogido, por la mayora de los antroplo-gos estadounidenses, como una ocasin para poner a disposicin delgobierno su profesionalismo y, como lo sostiene Antonino Colajanni,han sido muchos los que se empearon en proyectos de desarrollo [...]con mucha ingenuidad y apasionado afn, pensando responder a unllamado tico y tico-poltico de su pas. [...] Ellos no dudaron respec-to de la real bondad del sistema del cual eran portadores, y del intersefectivo que podan tener los actores sociales locales para absorber susefectos.6

    El sistema socioeconmico norteamericano es considerado comoel mejor posible, y se considera justo exportarlo a otras realidades. Ade-ms de tal contacto, muchos opinan que ambas partes pueden obtenerbeneficios. As, en 1956, los antroplogos estadounidenses White yHolmberg afirman: [...] Latin America and U.S. industry each needs theother. For U.S. enterprise, Latin America represent opportunity for profits,and opportunity for giving service in the progress of an important area ofthe world. Latin America needs U.S. enterprise for capital to develop itsresources, for technical knowledge, and for managerial skills.7

    Muchos antroplogos estadounidenses comparten plenamente elsentido de responsabilidad que el gobierno de los Estados Unidos seasume respecto de los pases menos afortunados y que necesitan de suayuda. Tal sentimiento lo encontramos expresado en afirmaciones co-mo la siguiente: [...] La gente de los pases en proceso de desarrollo re-conoce que el mundo est experimentando rpidos cambios; quiere ynecesita ayuda econmica y tcnica de muchas clases.8 O tambin:Los Estados Unidos estn realizando una labor completamente nuevaen la historia humana al ayudar a la gente en el plano internacional,[...] y han gastado, desde la Segunda Guerra Mundial, miles de millo-

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  • nes de dlares en ayuda exterior, lo que ha permitido que el resto delmundo aumentara sus posibilidades.9

    Los antroplogos americanos, cada vez que son llamados a dar unaopinin sobre determinado proyecto an en fase de programacin o yaen realizacin, sostienen con firmeza que el desarrollo tecnolgico esun proceso muy complejo que implica una inevitable modificacin demuchos aspectos de la vida cultural, social y psicolgica de la comuni-dad a la cual est dirigido el programa de desarrollo. Por tanto, el pro-ceso de industrializacin de Amrica Latina deba ser enfrentado conparmetros diferentes respecto a los que normalmente eran tomadosen consideracin en los Estados Unidos, como lo evidencia este prra-fo: [...] management here faces problems that cannot be solved by moneyalone. It deals with a complex set of human relations within its own orga-nization and with a still more complex network of relation connecting thecompany and its employees with the culture and social organization of thecountry. A better understanding of these complex human problems willenable management to act more effectively as an economic unit and in itshuman relations in Latin America.10

    El antroplogo estadounidense George Foster, quien siempre sos-tuvo una posicin de extrema confianza y de total apoyo al sistemaamericano de ayuda al Tercer Mundo, sostena que los tcnicos nortea-mericanos, altamente especializados en los sectores de la salud pblica,la agricultura y la educacin, saban llevar adelante programas de pri-mera categora. Sin embargo, era un hecho evidente el que muchos delos programas de asistencia no haban logrado los objetivos propuestos,a causa de la escasa atencin prestada a los factores humanos queacompaan a todo programa de desarrollo. No tomando en cuenta ta-les factores, an trabajando con seriedad y entusiasmo, el tcnico espe-cialista poda llevar ms dao que beneficio al proyecto. l insiste puessobre la fundamental importancia de la participacin de los antroplo-gos a los programas de desarrollo ya que [...] la mayor parte de los pla-nificadores y tcnicos no tienen una penetracin innata para anticiparlas consecuencias sociales del cambio dirigido, ni los resultados totalesde su obra. [...] Los aspectos tericos y los datos fundamentales quepueden utilizarse para ensear la gramtica del cambio cultural plani-ficado son, en gran parte, resultado de la investigacin cientfica social,

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  • particularmente en lo que atae a los campos antropolgicos, sociol-gicos y psicolgicos de la conducta.11

    Los antroplogos americanos apoyaron el trabajo en equipo, sos-teniendo que la elaboracin de programas de ayuda tcnica necesitanla participacin de todos los especialistas involucrados en el programa.Adems, evidenciaron, como lo dijimos antes, en qu medida el antro-plogo tiene un papel central en toda fase de la marcha de un progra-ma de desarrollo: en su planificacin, en su realizacin en la prctica, yen una fase final de evaluacin. A travs de una cuidadosa investigacinantropolgica en la zona en la cual se realiza el proyecto, los antrop-logos se consideran en capacidad de anticipar, a grandes rasgos, lasprobables consecuencias de cualquier proyecto y de sealar los proble-mas que pueden llegar a ser autnticos obstculos para el xito de losprogramas. A travs de un anlisis constante del proyecto pueden cons-tatar si sus previsiones se realizaron y finalmente, estudiando un de-terminado programa en el curso de su historia, utilizando documentosy hablando con las personas que participaron en el mismo, el antrop-logo est en posibilidad de elaborar una evaluacin que, entre otras co-sas, puede representar una buena leccin para los futuros programas.

    2.3.1 El proyecto Cornell-Per Vicos

    Convertido ya en un clsico de la antropologa aplicada en Am-rica Latina, el proyecto Cornell-Per Vicos, ilustra, de una manera muyclara, como un proyecto de desarrollo logr modificar profundamentela forma de vida de una comunidad indgena. Tal proyecto constituyerealmente un caso muy interesante, ya que en l encontramos todosaquellos elementos que, como lo vimos antes, han sido presentados porlos antroplogos como determinantes para el xito de un proyecto. Enl, viene a determinarse una situacin sui generis en la historia de las in-tervenciones de los antroplogos en los programas de desarrollo. Enefecto, el proyecto est elaborado, dirigido y administrado, desde el ini-cio, por un equipo formado exclusivamente de antroplogos, que tie-nen tanto funciones administrativas como de investigacin. Como loafirma Holmberg, antroplogo de la Cornell University y director delproyecto de Vicos, los antroplogos, tradicionalmente, haban comen-zado el estudio del cambio cultural con la perspectiva de observadoresexternos que analizaban la natural evolucin de un evento. En contras-

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  • te con tal planteamiento, los antroplogos implicados en el proyecto deVicos enfrentan el estudio del cambio con la perspectiva de realizar unaobservacin participativa y una intervencin activa. De manera que losantroplogos se convirtieron en programadores y promotores, contro-lando todas las fases del ciclo del proyecto.

    El proyecto de Vicos, realizado en Per, bajo la direccin de los an-troplogos de la Cornell University comienza en 1952 y dura, en unaprimera fase, cinco aos.12 Vicos era una propiedad de gran extensinsituada en un pequeo valle del Per, entre los 2700 y 3600 MT de al-tura sobre el nivel del mar, a una distancia de 400 Km de la ciudad deLima y en donde habitaban cerca de 2000 indgenas de lengua quichua.Tal propiedad estaba organizada con un sistema de tipo feudal. El pro-pietario de la hacienda, el patrn, tena el poder absoluto. Bajo l esta-ba el administrador, que controlaba el trabajo de la hacienda. En la ba-se de esta escala jerrquica estaban los indios, ligados a la tierra comoesclavos. La comunidad indgena estaba organizada segn formas devida tradicionales. En general, la situacin que hallaron los antroplo-gos de la Cornell University era de una economa de subsistencia extre-madamente pobre, de una difusin generalizada de enfermedades y deun casi total analfabetismo. Con la cooperacin del Instituto Indigenis-ta Peruano, la propiedad fue alquilada a la Cornell University por un pe-rodo de cinco aos.

    Los antroplogos involucrados en el proyecto, parten de la consta-tacin de que, para obtener buenos resultados, era necesario conside-rar la situacin en su conjunto, realizando una intervencin que impli-cara todo el sector de la comunidad. Fundamental fue el papel del an-troplogo peruano Mario Vsquez, l tambin miembro del equipo,quien haba realizado entre 1949 y 1951, un profundo estudio de la ha-cienda. Los datos brindados por esta investigacin, hacan posible unaplanificacin ms rpida y con menos riesgos de fracaso, respecto deotros proyectos. La idea de base que mova el proyecto era que, traba-jando en reas especficas de la cultura local en las cuales deba apor-tarse un cambio, se habra puesto en movimiento un mecanismo deabandono natural de otras instituciones locales, contribuyendo as, demanera decisiva, al desarrollo de la comunidad.

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  • Entre las metas principales del proyecto estaban: la restitucin alos campesinos de la total propiedad de la tierra en la cual vivan; elmejoramiento del re