16 américa latina contemporánea

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HISTORIA Y CIENCIAS SOCIALES

MÓDULO 4 Eje temático: El espacio geográfico nacional, continental y mundial.

Unidad: América Latina contemporánea

Introducción Desde Canadá hasta la Patagonia el territorio americano es escenario de

una enorme diversidad de paisajes. Desde las heladas llanuras del polo Ártico, hasta la Antártica, cientos de bellezas naturales coronan uno

de los continentes con paisajes más variados del mundo. Millones de personas comparten una historia común; un pasado que nos

reúne y, a veces, nos disgrega; una identidad variada de expresiones locales convocadas por una denominación común: americanos y

americanas. ¿Qué características tenemos en común los millones de seres humanos

que habitamos este inmenso continente? ¿Cuáles son las distintas formas que adquiere la geografía que nos permite vivir en estas tierras?

¿Dónde y cómo se distribuyen los polos de desarrollo de nuestro continente? ¿Qué características económicas tiene Latinoamérica en la actualidad? ¿Cuáles son los principales problemas que compartimos los

americanos y americanas hoy en día?

A través de esta unidad te invitamos a conocer la realidad de nuestro continente a partir de:

1. Su geografía, incluyendo el relieve y el clima. 2. Su gente (la demografía).

3. Su identidad económica desde el punto de vista de las ventajas y problemas más agudos.

Revisaremos la historia de los últimos 50 años y consideraremos los esfuerzos que se han hecho para poder solucionar los principales

problemas que nos aquejan. La idea es que podamos analizar los diferentes puntos de vista generados por las variadas realidades,

propias de los tantos países que hoy en día habitamos en el continente, desde Canadá, hasta la helada y sureña Patagonia.

Te sugerimos comenzar con una revisión de las características geográficas de este continente, desde la llamada América del Norte,

pasando por América Central, a nuestra América del Sur. En esta sección de la unidad te aconsejamos atender a los siguientes aspectos: el clima, el relieve, la demografía y las diferentes zonas económicas, junto a sus

principales características.

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Posteriormente, te proponemos analizar las características generales de

la historia contemporánea de América Latina, concentrando tu mirada en procesos como:

• los desafíos y frustraciones de los distintos sectores sociales y políticos; la búsqueda del desarrollo y de la equidad que han

desarrollado los distintos países en los diferentes períodos de nuestra historia contemporánea.

• los fenómenos de masificación y urbanización acelerada de las

distintas regiones de América. • las reivindicaciones de los grupos étnicos por mantener vivas

sus tradiciones culturales en las distintas áreas en que viven. • las relaciones con Estados Unidos, especialmente durante la

llamada “Guerra Fría”, y el período que se inicia con la caída del

muro de Berlín. • las características de las revoluciones, reformas, gobiernos

autoritarios y los procesos de redemocratización que se iniciaron luego de la década de los años noventa, incluida la llamada “transición democrática” llevada a cabo en nuestro país.

Asimismo, es importante que analices las diferentes miradas que se han

instalado acerca de nuestra realidad. Para ello te recomendamos buscar diversos análisis frente a los fenómenos que hemos expuesto con anterioridad; análisis realizados desde la historia, la sociología, la geografía,

etc.

En este sentido, te aconsejamos revisar la sección anexos del Programa de Cuarto Año Medio, que la puedes encontrar en

www.mineduc.cl, dentro de la sección Planes y Programas (NM4, Ciencias Sociales).

Aspectos geográficos generales de América

El continente americano ofrece al observador un abanico amplio de paisajes geográficos. Desde la llegada de los primeros conquistadores americanos hasta los exploradores europeos del siglo XIX, la diversidad y

riqueza geográfica del continente sedujo siempre a los viajeros.

Esta riqueza se expresa, entre otras cosas, en las inmensas reservas de recursos naturales que posee América, detalle no menor al momento de proyectar el futuro productivo de la región.

Las riquezas naturales son el sostén de nuestras economías locales

y regionales, lo que demanda un cuidado y manejo racional por parte de cada país, lo que en ejes anteriores hemos conocido como economía sustentable (utilizar los recursos naturales pero sin agotarlos).

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Esta variedad geográfica se complementa con la existencia de diversos paisajes humanos y culturales, lo que convierte a nuestro

continente en un verdadero abanico patrimonial y cultural. Como tal, esta tierra exige el desarrollo de estrategias de preservación complementadas con la búsqueda de políticas económicas que permitan

alcanzar mayores niveles de calidad de vida de los diferentes sectores sociales que forman parte las sociedades latinoamericanas.

Posición del continente americano: América se encuentra rodeada de agua. Limita al Norte con el mar de

Drake, por el Este con el Océano Atlántico, por el Sur con el Océano glacial Antártico, y por el Oeste con el Océano Pacífico.

Superficie de América:

La superficie de América es de 42.000.000 km2, cifra que corresponde a

un 29 % de las tierras emergidas del planeta.

Geología de América:

La formación del continente americano se inició hace varios millones de años, en la era Azoica, cuando se formaron los escudos o macizos de

rocas duras como el granito.

El relieve de América: En el relieve americano es posible identificar tres elementos básicos: cadenas montañosas, macizos antiguos y llanuras de origen sedimentario.

Sobre las costas del Este, junto al Atlántico, se encuentran los

macizos antiguos, víctimas ya de la erosión. Una amplia zona de América del Norte está formada por el macizo

canadiense. En América del Sur se encuentra el macizo guayanés al noreste y al centro el brasileño.

Bordeando la costa del Pacífico, al Oeste, se encuentran una serie de cadenas montañosas coronadas por una gran cantidad de volcanes y

nevados. En América del Norte reciben el nombre de montañas rocosas. Su máxima elevación es el monte Mac Kinley, con una altura de

6195 metros sobre el nivel del mar. En América del Sur estas cadenas montañosas son conocidas como

la Cordillera de los Andes, y su punto geográfico más alto es el monte Aconcagua, con una altura de 6959 metros sobre el nivel del mar.

La franja rocosa de América central, en tanto, une las montañas rocosas con los Andes.

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Entre los macizos antiguos y los cordones montañosos del Pacífico

existen extensas llanuras surcadas por grandes ríos. Estos espacios se formaron por material de relleno, es decir, por arenas y rocas transportadas

por las aguas de los ríos. En América del Norte, la gran llanura central está ocupada por el río Mississipi, que atraviesa de Norte a Sur el territorio americano. En el sur del continente existen grandes sistemas fluviales, como

el del Orinoco, Amazonas, Paraguay y Paraná, que han formado grandes llanuras conocidas también como llanuras interiores.

Hidrografía de América: En el continente americano se encuentran grandes cuencas. En América

del Norte se destacan las cuencas del río Mississipi, el Yukon y el Makenzie. Sin embargo, la de mayor extensión es la del río Mississipi, que drena

gran parte del territorio norteamericano, desaguando en el Golfo de México. En América del Sur se encuentra la gran cuenca del río Amazonas,

considerado el río más caudaloso del mundo. Este gran río recorre una extensa llanura que va desde los Andes peruanos hasta su desembocadura

en el Atlántico. Cabe destacar, además, las cuencas del Orinoco y del Río de la Plata. En América Central, en tanto, existen ríos cortos y algunos lagos; son importantes en esta parte del continente las aguas subterráneas,

que permiten el desarrollo de actividades agrícolas en zonas secas y desérticas.

Para complementar estos contenidos, te sugerimos que visites la siguiente página: http://earth.google.com/ , desde la cual puedes descargar un

programa que te permite obtener vistas aéreas de distintos lugares del mundo.

Demografía de América:

El continente americano, en comparación con otros continentes, como

Europa o Asia, es un continente poco poblado: alberga a más o menos 740

millones de personas que habitan 42 millones de km2, lo que entrega una

densidad de 17.6 habitantes por km2.

En este sentido, se dice que tiene una potencialidad espacial enorme. Sin embargo, existen inmensas áreas anecumene, es decir, sin población humana que las habite: se trata de selvas, d e s i e r t o a , montañas y

grandes extensiones de terreno en la Patagonia.

Este inmenso continente entró por primera vez en contacto con el viejo mundo a través de las exploraciones vikingas en el siglo X d.C. En 1492, la empresa de Cristóbal Colón marca la integración de la historia de América

con la de Europa.

El proceso de colonización experimentó dos etapas. La primera,

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desarrollada por los españoles en la América del Sur y Central, y la

segunda, por los ingleses en América del Norte.

Por ello se habla de una América Anglosajona y una América Latina, términos fundamentalmente culturales para referirse a las dos Américas.

Desde el punto de vista demográfico, América Latina exhibe las siguientes características:

• Su población es más numerosa que la de América anglosajona. • Tiene una población mucho más joven que la anglosajona.

• La distribución de la población latinoamericana es desigual y se concentra, fundamentalmente, en los márgenes del continente y

disminuye a medida que se ingresa en el interior. • La población de América Latina aún tiene un alto porcentaje de

población rural, en cambio, la de Norteamérica es de carácter urbano.

• Las ciudades de América Latina exhiben un aumento considerable de población en los últimos años. Las ciudades más pobladas son:

Ciudad de México, Sao Paulo, Buenos Aires, Lima, Santa Fe de Bogotá y Santiago de Chile, consideradas todas como megalópolis.

América Latina en la segunda mitad del siglo XX

Desde principios del siglo XX, los distintos estados latinoamericanos comenzaron la búsqueda de sistemas económicos nacionales que les

permitiesen superar los graves problemas sociales de sus respectivas naciones. En ese contexto, la búsqueda de la industrialización fue un objetivo común para la mayoría de ellos.

Desde EE.UU. comienza una fuerte intervención, no solo económica, sino

también de orden político y social. Fue el presidente Theodore Roosevelt (1901-1909) quien pretendió complementar la antigua Doctrina Monroe (1823), que hablaba de “ América para los Americanos”.

Volvía a plantearse el tema de que era inaceptable la intervención europea en los países americanos justificando, así, la posible intervención

norteamericana.

Por otra parte, después de la Primera Guerra Mundial, Estados Unidos, comienza a establecer diversas áreas de influencia en América Latina. Una economía en expansión como la de aquel país requería de materias

primas para su industria, y mercados para sus productos e inversión de capitales. Fue así como, bajo el imperativo de la dinámica del capitalismo,

los norteamericanos comenzaron a penetrar con sus capitales y empresas primero en Centroamérica, y más tarde en toda América del Sur.

Con la crisis económica norteamericana, producida a partir del l l a m a d o jueves negro (octubre de 1929) se produce un efecto en cadena

que da a la crisis un carácter internacional.

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Desde la paralización bursátil se desencadenó una serie de eventos que afectó a la mayor parte de la producción industrial del mundo capitalista,

con el consiguiente efecto sobre aquellos países exportadores de materias primas.

Asimismo, la crisis trajo consecuencias en todo el sistema. Se habla de consecuencias económicas, políticas y sociales. En el orden político, se

generó un aislamiento e intervencionismo estatal. Todos los países generaron políticas de proteccionismo aplicadas a sus producciones locales. Se destacan fuertes críticas al sistema de libre mercado y al “laissez-

faire”, estableciendo una nueva teoría que justifique la intervención activa del Estado para fomentar el empleo. A la vez, se produjo el descrédito de las

democracias parlamentarias y el recrudecimiento de los nacionalismos. Finalmente, el desempleo generó un aumento de los movimientos obreros y el nacimiento de partidos políticos con base proletaria.

En consecuencia, la crisis del 1929 marcó el comienzo de una era que

se caracterizó por la presencia creciente del Estado en los asuntos públicos y económicos con el objetivo de superar aquel tipo de situaciones.

En América Hispana se presentan algunos casos importantes de revoluciones populares que pretenden alcanzar para sus economías un desarrollo

sostenido. Se trata de la Revolución Mexicana, el peronismo en Argentina y la Revolución Cubana.

En México se había vivido un gran desarrollo económico en manos de capitales extranjeros, pero se había descuidado las condiciones de vida de los

trabajadores urbanos y de los campesinos mestizos e indígenas. Bajo el mando de Francisco Madero, el pueblo se levanta contra el gobierno de Porfirio Díaz. Destacan también figuras como Pancho Villa, con el estandarte

de la Reforma Agraria y Emiliano Zapata al mando del improvisado ejército campesino. Porfirio Díaz renunció y Madero entra victorioso a la

Ciudad de México. Pero su acción no trajo paz: se desarrolló una guerra civil entre los campesinos que exigían una reforma agraria total y los dueños de

los latifundios, extranjeros y mexicanos, que no estaban dispuestos a aceptar cambios en la estructura social y económica del país. En 1911 el Plan de Ayala, firmado por zapatistas, declara traidor a Madero y establece la

devolución de las tierras usurpadas a campesinos e indígenas. Sube al poder Huerta, quien no recibe apoyo de los norteamericanos por no ser un gobierno

democrático. La intervención solo se produce para velar por los intereses de las compañías petroleras norteamericanas ubicadas en Veracruz. Así, la revolución mexicana se extiende hasta los años „30.

Otro caso americano fue el de Argentina. La oligarquía ganadera y cerealera

pierde su poder político a comienzos del siglo XX, dando paso a los burgueses y proletarios, amparados por la modernización de la economía.

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En la década del „20, la política económica del estado es nacionalista,

favoreciendo el desarrollo de la industria y de la agricultura nacional. Se dictan leyes que favorezcan las relaciones entre obreros y patrones, pero

no sirven para detener las movilizaciones obreras. La Gran Depresión de 1930 permite la llegada de los conservadores al poder, luego, la Segunda Guerra Mundial fue un fuerte incentivo para el desarrollo industrial; pero

aumentaban las revueltas y se produce un golpe militar. En 1946, llega al poder Juan Domingo Perón, con una buena economía puesto que

abastecía a los mercados europeos. Favoreció el empleo, los altos salarios y un alto nivel de consumo, intervino la Confederación General del Trabajo, y creó el Partido Único. Para 1952 la crisis económica se volvió

inmanejable y apareció la represión en la escena política. En 1955 caía el segundo gobierno de Perón y con él la revolución.

Cuba, independizada de España recién a fines del siglo XIX, permaneció ocupada militarmente por EE.UU. hasta 1902, extendiendo su influencia hasta

1959. No obstante, la base de Guantánamo fue producto de un arriendo por 99 años. En 1959, un grupo de revolucionarios dirigidos por Fidel

Castro derroca al gobierno de Fulgencio Batista convencido de que la restauración democrática solo sería posible por la dicha vía.

En síntesis, a partir de los años „30 nuestro continente experimenta una creciente industrialización a nivel local y regional. Ello se expresa

en la intención de varios países por construir zonas de cooperación económica, como lo fue la experiencia del Pacto Andino (1969) que integraba a países con frontera en la Cordillera de los Andes. En muchos

países latinoamericanos este proceso de industrialización se llevó a cabo bajo el concepto del “Estado Benefactor”, que consideraba la participación

estatal en el impulso económico asociado a la industrialización, y que se pensó llevaría al desarrollo de los países americanos.

En la década de los 50, aún bajo los influjos de la industrialización, los problemas estructurales de los latinoamericanos (pobreza, marginalidad,

analfabetismo) no estaban resueltos. Esta falta de solución llevó a algunos sectores de la izquierda latinoamericana a radicalizar sus

discursos y estrategias de solución. A la luz de estos hechos, en la década de los „60, e inspirados en la experiencia cubana, en muchos países se organizaron proyectos políticos que proponían la instalación de gobiernos

revolucionarios que modificaran de manera radical la realidad latinoamericana.

En este contexto, y sumados los aspectos relacionados con el mundo bipolar y la Guerra Fría, la situación interna del continente se polarizó.

El escenario político se volvió crítico cuando en distintos países se organizaron movimientos militares apoyados por algunos sectores de las

burguesías nacionales, que terminaron en la instalación de sistemas autoritarios.

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En muchos de estos casos, como lo indican investigaciones recientes,

los movimientos militares contaron con el apoyo del gobierno de Estados Unidos, el cual no veía con buenos ojos la instalación de otras “Cubas”, es

decir, de regímenes de inspiración comunista amparados por la URSS. En los comienzos de los años sesenta, la relación entre Estados

Unidos y América Latina estuvo marcada por la llamada “Alianza para el progreso” (1961 a 1970), una estrategia estimulada por el presidente

J.F.Kennedy (1961-1963) que consideraba apoyo económico y técnico a los países del continente americano con el objetivo de generarar nuevos intentos para superar los principales problemas relacionados con la

pobreza y la marginalidad. La ayuda se canalizaría tanto desde el gobierno de los Estados Unidos como por las empresas privadas, a

través de la Fundación Panamericana de Desarrollo. En este contexto, a comienzos de los años setenta en nuestro país,

el presidente Salvador Allende (1970-1973) intentó implantar en Chile un socialismo que fuera compatible con las libertades políticas. Se convertiría,

de esta manera, en el primer experimento socialista en llegar al poder ocupando el sistema electoral. Sin embargo, un golpe de Estado lo derribó en 1973. Asumió el mando de la nación una Junta Militar

presidida por el general Augusto Pinochet.

Los años ochenta: el retorno al modelo liberal democrático La represión a los opositores de los gobiernos militares de América del Sur

favoreció un movimiento de opinión que proponía un regreso a sistemas democráticos.

En un ambiente de mejoras económicas, de una mayor estabilidad, con el término de la Guerra Fría, la caída de los regímenes totalitarios, la

sociedad comienza a exigir una mayor participación en la política. Se inicia, tanto por presiones internas de los diferentes actores sociales, como externas

de países democráticos, un proceso de redemocratización de los gobiernos americanos.

A través de diferentes medios, en general electorales, llegan al poder nuevos gobiernos que serán caracterizados como de “transición”. En ellos recae

la obligación de dar al país una nueva institucionalidad democrática y el desmantelamiento de la institucionalidad del régimen autoritario anterior

para, así, conducir a los estados a un clima de paz entre los distintos actores sociales involucrados.

En países de América del Sur este proceso ha tenido altos costos pero, en general, se ha dado en un clima de paz.

Sin embargo, esta redemocratización ha sido mucho más dificultosa en América Central. Allí se enfrentaban las aspiraciones de los países de la

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zona, que querían asegurar la paz, y el temor de los Estados Unidos

de que rebrotaran los focos revolucionarios de los años anteriores. En ellos, las “guerrillas” perturbaban las negociaciones de paz que se

llevaban a cabo en cada país. Los problemas del crecimiento económico

La mayoría de los especialistas concuerda en la opinión de que el crecimiento

económico de América Latina se puede consolidar bajo sistemas democráticos de convivencia social. Bajo estas condiciones se podrán establecer sistemas de producción económica que aseguren a los

millones de habitantes de este continente niveles de vida que permitan superar la pobreza y los altos índices de analfabetismo.

Sin embargo, el panorama económico de los años ochenta no fue el más positivo debido a los altos niveles de inflación y de crecimientos

negativos del PIB, junto a las deudas nacionales con instituciones de préstamos internacionales.

En ese contexto, en la mayoría de los países latinoamericanosse comienza a privatizar distintas empresas que antes estaban en manos del Estado, eliminando el concepto de “Estado de bienestar” e impulsandola instauración

de sistemas económicos neoliberales.

Dentro de los desafíos que los nuevos gobiernos democráticos tuvieron que afrontar, están las restricciones para poder pagar las altas deudas externas, lo que influyó negativamente en el ingreso de la población y que, en

algunos casos, amplió la brecha entre ricos y pobres.

Insertos en un proceso de globalización mundial, donde una creciente comunicación unifica a los mercados y con ello a las sociedades, se han llevado a cabo una serie de transformaciones sociales, económicas y

políticas. Cada nación latinoamericana establece acuerdos bilaterales con diversos mercados mundiales intentando, así, conectarse al mundo

globalizado a través del comercio de sus productos locales.

En este contexto, los nuevos desafíos económicos de Latinoamérica pasan por diversificar su producción, dar valor agregado a sus tradicionales productos con tecnología, y aprovechar al máximo las ventajas comparativas

que tienen su paisaje, su ubicación y la riqueza de su multiculturalidad.

Un interesante diagnóstico acerca de las características de la dinámica económica de América Latina en los últimos años, la entrega el gerente del Fondo Monetario Internacional, Rodrigo de Rato, en noviembre de 2004

en un seminario en España:

“(…) La recuperación de la economía mundial ha sido excepcionalmente firme y ha tenido una amplia base geográfica durante el último año; esperamos que el crecimiento mundial llegue al 5% en 2004, la tasa más alta

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en casi 30 años.

Este sólido resultado se ha alcanzado gracias a la aplicación de

políticas macroeconómicas que se han ido acomodando a las circunstancias, a la mayor rentabilidad y los mejores balances de las empresas, a la favorable situación de los mercados financieros y al mejoramiento de los

mercados laborales. No obstante, tras un primer trimestre muy favorable, el crecimiento ha perdido impulso últimamente. Si bien cabía esperar esto en

varios países importantes, la desaceleración ha sido un poco más pronunciada que la prevista, y se ha visto afectada por el fuerte aumento de los precios del petróleo. Esperamos que el crecimiento mundial

continúe a ritmo vigoroso el próximo año, pero como el mercado petrolero sigue siendo muy vulnerable a las crisis por su poco excedente de capacidad

productiva, esta perspectiva está sujeta a riesgos”. En cuanto a la situación económica de América Latina agrega que “la

recuperación se ha fortalecido y ampliado el año pasado y hoy esperamos que el crecimiento en 2004 se sitúe alrededor del 4 %, la tasa más alta

desde 1997”. Esto se debe a “la firme economía mundial, la actitud en general positiva de

los mercados emergentes y la solidez de los precios de los productos básicos han apuntalado esta recuperación. El alza de los precios del petróleo

benefician a los exportadores principales, como Colombia, Ecuador, México y Venezuela, mientras que el incremento de los precios de los otros productos básicos crea ventajas comerciales para los exportadores de

metales y productos agropecuarios, como Argentina, Brasil y Chile. Pero los países importadores de petróleo, sobre todo de América Central, se

ven perjudicados por lo que acontece actualmente en los mercados de productos básicos. Si bien el clima externo es propicio, hoy es la demanda interna la que impulsa el crecimiento regional, dado el dinámico avance del

consumo privado y la inversión de las empresas”.

La inflación se ha mantenido muy contenida en la mayoría de los países. Los gobiernos están aprovechando la recuperación para afianzar su posición

presupuestaria, reducir su deuda pública y aminorar la dependencia de las divisas extranjeras.

El mismo autor considera que los desafíos y las oportunidades para América Latina están ahora por venir. Entre ellos se encuentran el desempleo y

la pobreza, mantenidos en niveles muy altos, y grandes diferencias entre los ingresos de los distintos sectores sociales. Por ello se busca propiciar las condiciones para una mayor inversión y para la creación de

trabajo a mediano plazo. Para esto aconseja tomar conciencia de que es necesario un consenso político a largo plazo y tomar medidas que faciliten el

crecimiento. Considera que un reto clave para América Latina “es responder a la rápida

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integración de China, y de India en medida creciente, en la economía

mundial.

China es, a la vez, un gran importador de productos básicos de la región y un competidor en el campo de los textiles y de las manufacturas con alto coeficiente de mano de obra, algo que puede afectar a estos

sectores en México y algunos países de América Central. Será menester disponer de flexibilidad económica para que la región pueda hacer frente a

los desafíos y aprovechar plenamente las oportunidades que ofrece el despegue de China”.

En relación a nuestro país señala: “Chile, por ejemplo, ha puesto en práctica una reforma fiscal firme y sostenida durante varios años y ha

reducido mucho la deuda pública. Los mercados financieros tienen confianza en las políticas del país, lo que ha dado a este un acceso ininterrumpido a los mercados de capital. A su vez, esto le ha

permitido al Gobierno chileno aplicar políticas fiscales anticíclicas que conllevan beneficios conmensurables para la estabilidad económica”

Asimismo, los cambios demográficos están generando nuevos problemas en estos países. Por ello, hay un nuevo reto para los gobiernos

latinoamericanos, que consiste en desarrollar un buen sistema de pensiones: “Hay que abordar el tema de las prestaciones de jubilación demasiado

generosas, reducir los costes administrativos, limitar los compromisos financieros indefinidos del gobierno con los sistemas de pensiones y facilitar la inversión en los fondos de pensiones”.

Otro reto que queda por realizar en los países americanos, es la

liberalización de los mercados: “A pesar de los grandes esfuerzos desplegados en la última década para liberalizar el comercio exterior, América Latina es aún mucho menos abierta que otras regiones

dinámicas. Las reformas para liberalizar aún más el comercio son cruciales para estimular el crecimiento y reducir los factores de

vulnerabilidad. Las principales ventajas provendrían del éxito de las negociaciones comerciales multilaterales que mejoren el acceso a los

mercados de las exportaciones clave, como los productos agrícolas y textiles. No obstante, es mucho lo que América Latina puede hacer por su cuenta para reducir los aranceles, limitar el uso de barreras no

arancelarias y flexibilizar algunas de las restricciones al comercio de servicios. Estas reformas también deberán respaldarse con mejoras en la

infraestructura y en las administraciones portuarias y aduaneras, que en muchos países son fuentes de costosos retrasos e ineficiencias”. Todo ello traerá grandes consecuencias en el mercado laboral, las reformas que se

hagan al respecto pueden favorecer la inversión privada y con ella el crecimiento. En este sentido “los mecanismos institucionales que establecen

altas indemnizaciones por despido y restringen el empleo temporal se convierten en obstáculos importantes que traban la entrada y salida del mercado laboral y, por ende, la flexibilidad”.

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El texto completo lo puedes encontrar en:

http://www.imf.org/external/np/speeches/2004/112504as.htm De esta forma, los desafíos económicos de la región pasan por establecer

una serie de relaciones comerciales y de cooperación, que permitan a los diferentes países latinoamericanos lograr niveles de desarrollo y

calidad de vida adecuados para cada zona. Estas proyecciones se lograrán en la medida en que la cooperación y

el intercambio comercial favorezcan la producción interna y el crecimiento de todos los sectores sociales que constituyen la variedad

sociocultural del continente. Bibliografía

Si deseas profundizar más tus conocimientos te sugerimos la siguiente

bibliografía:

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Sitios sugeridos

Los siguientes sitios de Internet también pueden ser de utilidad: www.enlaces.cl

www.un.org/spanish: entrada general al sitio de Naciones Unidas

www.undp.org: sitio del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo

www.unfpa.org: sitio del Fondo de Población de Naciones Unidas

www.britannica.com: sitio de la Enciclopedia Británica

www.nationalgeographic.com: sitio de National Geographic con acceso

a mapas mundiales y regionales