17 El Nacimiento de Jesús P Carlos Miguel Buela

download 17 El Nacimiento de Jesús P Carlos Miguel Buela

of 9

description

NacimientoJesúsReligiónCatólicocontemplación

Transcript of 17 El Nacimiento de Jesús P Carlos Miguel Buela

  • 1

    17. Nacimiento y tribulaciones. [110] LA SEGUNDA CONTEMPLACIN ES DEL NACIMIENTO. I. Los prembulos son cinco: 1. Ponerse en la presencia de Dios y adorarlo. 2. Pedir realizar todo ad maiorem Dei gloriam. 3. Traer a consideracin la historia y los episodios que deben contemplarse [102]. Aqu es [111. Cfr.264]. 4. Hacer la composicin de lugar trayendo a la memoria las circunstancias que componen la historia, ver el lugar, los movimientos, los gestos, etc., "ver con la vista de la imaginacin el lugar corpreo donde se halla la cosa que quiero contemplar" [47], [102] y [105]. Aqu es: [112]. 5 Pedir a Dios que nos conceda obtener los frutos y gracias propias de la meditacin que se va a realizar. Es la peticin y el fin de cada ejercicio. Es el fruto particular de cada ejercicio o meditacin, lo que quiero y deseo [113]. [104]. II. El cuerpo de la meditacin: [114] 1 punto. El primer punto es ver las personas es a saber, ver a Nuestra Seora y a Joseph y a la ancila y al nio Jess, despus de ser nascido, hacindome yo un pobrecito y esclavito indigno, mirndolos, contemplndolos y sirvindolos en sus necesidades, como si presente me hallase, con todo acatamiento y reverencia posible; y despus reflexionar en m mismo para sacar algn provecho. [115] 2 punto. El 2: mirar, advertir y contemplar lo que hablan; y

  • 2

    reflexionando en m mismo, sacar algn provecho. [116] 3 punto. El 3: mirar y considerar lo que hacen, as como es el caminar y trabajar para que el Seor sea nascido en suma pobreza, y a cabo de tantos trabajos, de hambre, de sed, de calor y de fro, de injurias y afrentas, para morir en cruz; y todo esto por m; despus reflexionando, sacar algn provecho spiritual. 4. La anunciacin de Jess Lc 1, 26-38. [26] Lc 1. En el mes sexto1 fue enviado por Dios el ngel Gabriel a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret [27], a una virgen desposada con un varn llamado Jos, de la casa de David; el nombre de la virgen [28] era Mara2. Entr donde ella estaba, y dijo: Dios [29] te salve, llena de gracia, el Seor es contigo3. Ella se turb con esta salutacin, y pensaba qu podra significar aquel saludo. [30] El ngel le dijo: No temas, Mara, porque has [31] hallado gracia delante de Dios, y vas a concebir en tu seno y dars a luz un hijo, a quien pondrs por [32] nombre Jess. l ser grande, y se llamar Hijo del Altsimo, y el Seor Dios le dar el trono de David, [33] su padre, y reinar en la casa de Jacob por los siglos, y su reinado no tendr fin. [34] Dijo Mara al ngel: Cmo ser eso, pues no conozco varn?4. El ngel contest y le dijo: El [35] Espritu Santo vendr sobre ti, y el poder del Altsimo te cubrir con su sombra5; por eso lo que de ti nacer santo ser llamado Hijo de Dios. Mira, [36] Isabel, tu pariente, tambin ella ha concebido un hijo en su vejez, y ste es el sexto mes de la que llamaban estril, porque nada hay imposible para [37] Dios. Dijo Mara: He aqu la esclava del Seor; [38] hgase en m segn tu palabra. Y se retir de ella el ngel. 9. El ngel anuncia a Jos el nacimiento de Jess Mt 1, 18-25. Mt 1. La concepcin de Jesucristo fue as. [18] Estando desposada Mara, su madre, con Jos, antes de que conviviesen, se encontr encinta por obra del Espritu Santo. Jos, su esposo, como era justo y [19] no quera denunciarla, resolvi repudiarla secreta-mente6. Mientras l reflexionaba sobre esto, he aqu [20] que se le apareci en sueos 1 En el sexto mes del embarazo de Isabel. 2 Entre los judos los esponsales surtan los mismos efectos jurdicos que el matrimonio; Mara, por tanto, prometida ya a Jos, era su verdadera esposa. As lo dispuso Dios para tutelar la fama de Ntra. Seora en su divina maternidad. 3 Las palabras bendita t entre las mujeres, que la Vulgata y algunos Cdices griegos aaden, parece que fueron introducidos aqu para uniformar este pasaje con Lc 1, 42 (cfr. n. 5). 4 Mara no duda del poder de Dios, como haba dudado Zacaras, sino pregunta con delicadeza y prudencia cmo podr ser madre, sabiendo que su virginidad era acepta a Dios. 5 Metfora que expresa la presencia de Dios en Mara cuando concibi a Jess. En el Antiguo Testamento Dios haca sensible a veces su presencia por medio de una nube luminosa (Ex 24, 15-16), especialmente en el tabernculo de la alianza (Ex 33, 9). 6 Mara y Jos eran esposos, pero no convivan todava. El estado de Mara llen de turbacin a su esposo. Ignorando an la maternidad virginal de ella, no quera llevarla a su casa, sino pensaba repudiarla. Por

  • 3

    un ngel del Seor y le dijo: Jos, hijo de David, no temas tomar contigo a Mara, tu esposa, porque lo que ella ha concebido [21] es del Espritu Santo. Dar a luz un hijo, a quien pondrs por nombre Jess, porque l salvar a su pueblo de sus pecados. [22] Todo esto sucedi para que se cumpliese lo que [23] dijo el Seor por el profeta, que dice: He aqu que la virgen concebir y parir un hijo, al cual pondrn por nombre Emmanuel, que traducido es Dios con [24] nosotros7. Al despertar Jos del sueo, hizo como le haba mandado el ngel del Seor, recibiendo en [25] casa a su esposa. No la conoci8 hasta que dio a luz un hijo, al cual puso por nombre Jess. 11. Nacimiento del Redentor Lc 2, 1-7. [1] Lc 2. Y sucedi por aquellos das que sali un edicto de Csar Augusto para que se empadronase [2] todo el mundo. Este primer censo se hizo siendo [3] gobernador de Siria Quirino9. Y todos iban a empadronarse [4], cada uno a su ciudad. Subi tambin Jos desde Galilea, de la ciudad de Nazaret, a Judea, a la ciudad de David, que se llama Beln, porque l era [5] de la casa y familia de David, para empadronarse con Mara, su esposa, que estaba encinta. [6] Y aconteci que, mientras estaban all, se [7] cumplieron los das del alumbramiento, y dio a luz a su hijo primognito10, lo envolvi en paales y lo reclin en un pesebre, porque no haba sitio para ellos en el mesn. 12. Adoracin de los pastores Lc 2, 8-20. Lc 2. Y haba en la misma regin unos pastores [8] acampados al raso, que velaban por turno sobre su rebao. Un ngel del Seor se present ante ellos, y [9] l gloria del Seor los envolvi en su resplandor, y quedaron sobrecogidos de temor. Mas el ngel les dijo: No temis, pues os [10] anunci una gran alegra, que ser para todo el pueblo: que os ha nacido hoy un Salvador, que es el Cristo [11] Seor, en la ciudad de David. Y esto os servir de [12] seal: hallaris un nio envuelto en paales y recostado en un pesebre. Y de repente se junt con el [13] ngel una multitud del ejrcito celestial, que alababa a Dios y deca: Gloria a Dios en las alturas, [14] y en la tierra paz a los hombres de buena voluntad. As que los ngeles se alejaron de ellos hacia el [15] cielo, los pastores se dijeron entre s: Vayamos, pues, a Beln, a ver este suceso que el Seor nos ha manifestado. Y otra parte, como conoca la fidelidad de su esposa, para salvaguardar su honra no quera denunciarla como adltera ni entregarle el libelo de repudio. Mara crey que no era ella, sino Dios, quien haba de revelar el misterio. Y Dios provey, enviando a un ngel. 7 Isaas 7, 14. 8 En el estilo hebreo la expresin hasta que afirma o niega un hecho pasado. Por ejemplo, en 2 Samuel 6, 23, hablando de Micol se dice que no tuvo hijos hasta que muri; lo cual significa evidentemente que muri sin haber tenido hijos. 9 Segn una opinin muy fundada, Quirino fue legado imperial en Siria desde el ao 11 al 8 a. C; en este tiempo comenz el empadronamiento, que acaso exigiera ms de un ao. 10 San Jernimo, profundo conocedor de la lengua hebrea, en contestacin al hereje Elvidio, que, haciendo hincapi en esta palabra, afirmaba haber tenido despus la Santsima Virgen otros hijos, deca as: Todo hijo unignito, es tambin primognito... primognito es no slo aquel despus del cual nacen otros, sino tambin aquel antes del cual no naci ninguno. (De perp. virgin. B. Virginis Mariae adv. Helvidium c. 10). En 1922 se encontr en Egipto una inscripcin en la que se habla de una tal Arsinoe que muri a causa de los dolores al dar a luz a su primognito.

  • 4

    fueron con prisa, y hallaron a Mara [16] y a Jos y al nio reclinado en el pesebre. Y vindole, [17] contaron las palabras que se les haban dicho acerca de aquel nio. Y todos los que los oyeron se maravillaron [18] de las cosas que les decan los pastores. Mara, por su parte, guardaba [en su memoria] [19] todas estas palabras, meditndolas en su corazn. Los pastores se volvieron glorificando y alabando a [20] Dios por todo lo que haban visto y odo, segn se les haba dicho. 13. La circuncisin y la presentacin en el templo Lc 2, 21-40. [21] Lc 2. Cuando pasados ocho das deban circuncidarle, le pusieron el nombre de Jess, el que le haba sido impuesto por el ngel antes de ser [22] concebido11 en el seno materno. Y cuando se cumplieron los das de su purificacin, conforme a la ley de Moiss, lo llevaron a Jerusaln para presentarlo al [23] Seor, segn est escrito en la Ley del Seor: Todo [24] varn primognito ser consagrado al Seor, y para ofrecer en sacrificio, segn lo prescrito en la Ley del Seor12, un par de trtolas o dos pichones. [25] Y haba en Jerusaln un hombre llamado Simen, varn justo y temeroso de Dios, que esperaba la consolacin de Israel, y el Espritu Santo estaba [26] en l. Le haba sido revelado por el Espritu Santo que no vera la muerte antes de ver al Ungido del [27] Seor. Y movido por el Espritu vino al templo. Al entrar los padres con el nio Jess para cumplir lo [28] que sobre l prescriba la ley, Simen lo tom en sus brazos, y bendiciendo a Dios, dijo: [29] Ahora, Seor, puedes dejar ir a tu siervo en paz, segn tu palabra; [30] pues mis ojos han visto tu salvacin, [31] la que has preparado ante la faz de todos los pueblos. [32] Luz para iluminacin de los gentiles, y gloria de tu pueblo Israel. [33] Su padre y su madre estaban maravillados de las cosas que se decan de l. Y Simen los bendijo, [34] y dijo a Mara, su madre: Mira que ste est puesto para cada y levantamiento de muchos en Israel, y para blanco de contradiccin; y una espada [35] atravesar tu propia alma, para que se descubran los pensamientos de muchos corazones.

    Haba tambin una profetisa, Ana, hija de [36] Fanuel, de la tribu de Aser, muy avanzada en aos, que haba vivido con su marido siete aos, desde despus que se cas en su adolescencia, y [37] permaneci viuda hasta los ochenta y cuatro aos. No se apartaba del templo, sirviendo [a Dios] con ayunos y oraciones, noche y da. Como se presentase en [38] aquel preciso momento, alab tambin a Dios, y hablaba de l a cuantos esperaban la redencin de Jerusaln. Cumplidas todas las cosas segn la Ley del Seor, [39] se volvieron a Galilea, a su ciudad de Nazaret *. Y el nio creca y se fortaleca, lleno de sabidura, [40] y la gracia de Dios estaba con l. 14. Adoracin de los Magos Mt 2, 1-12. Mt 2. Despus que naci Jess en Beln de Judea, en tiempos del rey Herodes, se

    11 Segn mandaba la ley (Levtico 12, 3), el octavo da del nacimiento, Jess fue circuncidado; este rito religioso recordaba la alianza de Dios con Abraham e incorporaba al circunciso al pueblo elegido. La circuncisin sola ir acompaada de la imposicin del nombre al recin nacido. Jess significa El Seor es salvacin, Salvador. 12 xodo 13, 2; Levtico 12, 1-8.

  • 5

    presentaron en Jerusaln unos Magos13 de Oriente preguntando: [2] Dnde est el rey de los judos, que ha nacido? Pues hemos visto su estrella14 en el Oriente, y hemos [3] venido a adorarle. El rey Herodes se turb al [4] enterarse y con l toda Jerusaln. Convoc a todos los prncipes de los sacerdotes y escribas del pueblo, y les pregunt dnde haba de nacer el Mesas. [5] Ellos contestaron: En Beln de Judea, pues as [6] est escrito por el profeta: Y t, Beln, tierra de Jud, no eres la ms pequea entre las principales ciudades de Jud; porque de ti saldr un gua, que conducir a mi pueblo Israel15. [7] Entonces Herodes, llamando en secreto a los magos, se inform exactamente de ellos sobre el tiempo [8] de la aparicin de la estrella, y los envi a Beln, diciendo: Id e informaos con exactitud sobre el nio; y cuando lo hallis, avisadme, para que yo vaya tambin a adorarle. [9] Ellos, despus de oir al rey, se pusieron en camino. Y he aqu que la estrella que haban visto en el Oriente, les preceda, hasta que lleg y se par [10] encima de donde estaba el nio. Al ver la estrella, [11] se alegraron con gozo sobremanera grande. Entraron en la casa y vieron al nio con Mara, su madre; y postrados lo adoraron. Abrieron sus tesoros y [12] le ofrecieron dones, oro, incienso y mirra. Avisados en sueos de que no volviesen a Herodes, se tornaron por otro camino a su tierra. 15. Huida a Egipto Mt 2, 13-15. [13] Mt 2. Despus que se marcharon, un ngel del Seor se aparece durante el sueo a Jos y le dice: Levntate, toma al nio y a su madre y huye a Egipto, y estte all hasta que yo te diga, porque Herodes ha de buscar al nio para matarle. l se levant, [14] tom al nio y a su madre, de noche, y se retir a Egipto; y all permaneci hasta la muerte de [15] Herodes, para que se cumpliese lo que el Seor haba dicho por boca del profeta: De Egipto llam a mi hijo16. 16. Matanza de los Inocentes Mt 2, 15-18. Mt 2. Entonces Herodes, vindose burlado por [16] los Magos, se enfureci en extremo, y mand matar a todos los nios que haba en Beln y en sus contornos, de dos aos para abajo, segn el tiempo que con diligencia haba averiguado de los Magos. Entonces se cumpli lo que haba dicho el profeta [17] Jeremas: Un clamor se oy en Rama, [18] llanto y gemido grande: Raquel que lloraba a sus hijos, y no quera ser consolada, porque ya no existen17. 17. La vuelta de Egipto 13 Los Magos eran unos personajes venidos de las regiones orientales, tal vez de Persia. No eran ni magos ni reyes. Su nmero es incierto; el que fueran tres parece fundado en que ese fue el nmero de los dones que ofrecieron. 14 La estrella que los guiaba era un meteoro milagroso, poco elevado en el aire. 15 Miqueas 5, 2, Literalmente es apacentar, pero en el sentido de guiar, conducir (cfr. Jn 21, 15-17, n. 340). 16 Jeremas 31, 15. 17 Oseas 11, 1.

  • 6

    Mt 2, 19-23. Mt 2. Muerto ya Herodes, un ngel del Seor [19] se aparece en sueos a Jos en Egipto, y le dice: [20] Levntate, toma al nio y a su madre, y vuelve a la tierra de Israel, porque han muerto los que atentaban contra la vida del nio. l se levant, tom [21] al nio y a su madre, y entr en tierra de Israel. Pero habiendo odo que Arquelao reinaba en Judea [22] en lugar de su padre Herodes, temi ir all; y avisado durante el sueo, se retir a la regin de Galilea [23]. Y fue a habitar en una ciudad llamada Nazaret; para que se cumpliese lo que haban dicho los profetas: Ser llamado Nazareno18. 18. Jess entre los doctores L 2, 41-51 a. 41 Lc 2. Sus padres iban cada ao a Jerusaln por [42] la fiesta de la Pascua. Y cuando tuvo doce aos, [43] subieron, como de costumbre, a la fiesta; pasados aquellos das, cuando ellos se volvieron, el nio Jess se qued en Jerusaln, sin que sus padres lo [44] echasen de ver. Pensando que estaba entre la comitiva, caminaron una jornada, y le buscaban entre [45] los parientes y conocidos; y al no hallarle, se volvieron a Jerusaln en busca suya. [46] Y sucedi que al cabo de tres das lo hallaron en el templo, sentado en medio de los doctores, [47] oyndolos y preguntndoles. Todos los que le oan se maravillaban de su inteligencia y de sus respuestas. [48] Al verle, se sorprendieron, y su madre le dijo: Hijo, por qu lo hiciste as con nosotros? Mira que tu padre y yo te andbamos buscando angustiados. [49] Y l les dijo: Pues por qu me buscabais? No sabais que yo debo estar en las cosas de mi Padre?19. [50] Y ellos no entendieron lo que les dijo. Y baj con [51] ellos. 19. Jess en Nazareth Lc 2, 51-52. Lc 2. Y vino a Nazaret, y les obedeca. Su madre [51] conservaba cuidadosamente todas estas cosas en su corazn. Y Jess creca en sabidura, estatura y gracia [52] delante de Dios y de los hombres Para abundar la materia:

    "Los cielos estn destilando gotas de miel".20

    Uno de los misterios de la vida de nuestro seor Jesucristo, ms dulces, ms devotos, y ms llenos de maravillas y doctrinas es este de su glorioso nacimiento.

    "En esta da, los cielos estn destilando gotas de miel por todo el mundo". Miremos hermanos a Jess! no slo con la corona con que lo 18 Quiz se alude a Isaas 11, 1, en donde el Mesas es llamado pimpollo, en hebreo nezer. Nazaret tendra la misma etimologa. 19 Segn otros, estar junto a mi Padre, en la casa de mi Padre. 20 Seguimos a Fray Luis de Granada, Obra selecta, BAC Madrid 1947, 750-756.

  • 7

    engendr Dios Padre desde toda la eternidad, sino con la que lo coron la Madre cuando lo dio a luz y lo visti de nuestra humanidad. Venid a ver a Dios! no ya en el seno del Padre, sino en los brazos de la Madre; no entre los coros de los ngeles, sino entre viles animales; no sentado a la diestra de la majestad, sino reclinado en su pobre pesebre; no tronando y relampagueando en el cielo, sino llorando y temblando de fro en un humilde portal.

    Venid a ver al Cristo de Dios! lleg aquella hora tan deseada por todas las gentes, tan esperada en todos los siglos, tan prometida en todos los tiempos, tan cantada y celebrada en todas las escrituras divinas. Venid a ver al Hijo consustancial con el Padre! lleg aquello hora de la cual depende la salvacin del mundo, la reparacin del cielo, la victoria sobre el demonio, el triunfo sobre la muerte y el pecado, por la cual lloraron y suspiraron todos los santos.

    Era la medianoche, mucho ms clara que el medioda, cuando todas las cosas estaban en silencio y gozaban del sosiego y reposo de la noche quieta. En esa hora dichosa sale de las entraas virginales de la Santsima Virgen, el unignito Hijo de Dios. Contemplmosle!

    En esa tan dichosa hora, aquella Omnipotente palabra de Dios, el Verbo Eterno, el Hijo Divino, habiendo descendido del cielo, apareci vestido de nuestra carne, en todo semejante a nosotros menos en el pecado. Miremos al Dulce Nio! ya sabe de bien y de mal, sabe de llorar, sabe de penas, sabe de lgrimas, sabe de trabajos, de dolores y gemidos; y que pasa por todo eso por amor a nosotros. Admirmonos del Santo Pesebre! Hasta tanto lleg la bondad, la misericordia, y el amor de Dios para con los hombres, que cambi su Santo Templo por el establo y el cielo por el Pesebre, por amor a nosotros: obras llenas de amor que aquellos mismo por quienes las hacia tuvieron por locura (cfr. Co 1,18).

    Aprendamos viendo al Divino Infante! Aqu condena la codicia, raz de todos los males. Desde la cuna del pesebre, desde esa ctedra celestial, es esa la firme leccin que nos da. Oh glorioso pesebre dnde la palabra de Dios, enmudecida tanto ms claramente habla, cuanto ms calladamente avisa! Mira hermano, no te apartes de este establo donde la palabra de Dios, callando, llora; ms este llanto es ms dulce que todas las palabras de los hombres y an que toda la msica de los ngeles del cielo.

    Gocemos viendo al Nio Misericordioso! Dulce cosa es contemplarlo y no solo dulce, sino poderosa y eficaz para curar nuestras llagas. El estaba en la gloria y yo en la miseria. El admirable y yo miserable, pero inclin los cielos, descendi a la tierra y me sac del barro y me lav y visti y repar y

  • 8

    confirm. Me dio su mano cuando naci, me sac cuando predic, me lav cuando muri, me visti cuando resucit, me repar cuando subi al cielo, me confirm cuando envi al Espritu Santo.

    Pero quin es este tan alto y tan bajo, tan grande ya tan pequeo? Pequeo en la carne...pesebre...establo, ms grande en el cielo a quin las estrellas servan; grande en los aires dnde los ngeles cantaban; grande en la tierra dnde Herodes y Jerusaln teman. Extasate en la humildad y grandeza de Jess!

    Grande humildad es ser Dios concebido, ms grande gloria es ser concebido del Espritu Santo.

    Grande humildad es nacer de una mujer, pero grande gloria es nacer de una Virgen, y tal como es mara.

    Grande humildad es nacer en un establo, pero grande gloria es ser anunciado por una estrella.

    Grande humildad es estar entre animales, pero grande gloria es ser cantado y alabado por los ngeles.

    Grande humildad es ser circuncindado, pero grande gloria es el hombre que all le ponen de salvador.

    Todo esto para que supisemos, quin era y a lo que vena. Si miras quin l era, a l convena toda gloria y toda honra, porque era Hijo de Dios; ms si miras a lo que vena, a l convena toda humildad y toda pobreza, porque vena a curar nuestra soberbia. Con lo uno confirma nuestra fe, con lo otro edifica nuestras costumbres.

    Miremos a Jess!: -Aprenderemos la humildad del corazn,

    -el menospreciar las glorias del mundo, -la desnudez y pobreza de espritu tan celebrada en el Evangelio.

    Mirmoslo! Es hermossimo en el cielo y hermossimo en el establo, hermossimo trono de su Iglesia y hermossimo en el pesebre de Beln, hermossimo entre los coros de los ngeles y hermossimo entre el burrito y el buey. III. El coloquio o coloquios: [117] Coloquio. Acabar con un coloquio, as como en la precedente contemplacin [109] y con un Padre nuestro. IV. En el examen de la meditacin, dnde se debe analizar cmo se ha

  • 9

    realizado la meditacin o contemplacin, con el propsito firme de mejorar para el prximo ejercicio: 5 adicin. Despus de acabado el ejercicio, por espacio de un cuarto de hora21, o sentado, o pasendome, mirar como me ha ido en la contemplacin o meditacin; y si mal, mirar la causa donde procede, y as mirada arrepentirme, para me enmendar adelante; y si bien, dando gracias a Dios nuestro Seor; y har otra vez de la misma manera [77].

    21 En Ejercicios de mes u otros. Aqu ser por 5.