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Metafísica y dialéctica negativa La filoso/la como pensamiento de la diferencia El imperativo de la cultura consiste hoy en pretender justificar acríti- camente todo aquello que existe, independientemente de su relación a la verdad. Se trata, denuncia Adorno, de postrarse ciegamente ante todo aquello devenido históricamente obra; lo ausente carece de interés. En ese sentido, la metafísica, reducida en nuestros días a una mera consoli- dación de lo existente, a mera confirmación de un devenir histórico que parece acoger en mismo su propia necesidad y validez, ha roto sus re- laciones consigo misma; amor a la sabiduría, ha devenido postración ante lo simplemente presente. El afán de justificar a cualquier precio, aquello que es de cuantificar, organizar, rendir de antemano calculable a una totalidad óntica, pretex- to para una Voluntad de dominio incondicionada en su despliegue, defi- ne esencialmente a una tradición filosófica denunciada por Adorno, con Nietzsche, como historia de un error; es decir, desde la óptica adorniana, historia de una apología de lo existente insostenible después de sucesos como Auschwitz: «Si lo pedestre hiera la última palabra, la verdad, ésta se envilecería.” Pensar hoy conlíeva, al respecto, la ruptura necesaria con la preten- sión de sistematismo que mueve el curso de la filosofía occidental. La glorificación de lo que es, independientemente de la interrogación por el qué es, de la distancia crítica que es esencial a todo pensamiento 2, ha de- sembocado en el impedimento insalvable de denunciar una realidad desgarrada: «La aspiración de totalidad de la filosofía tradicional, culmi- Dialéctica Negativa. Ed. Taurus. Madrid, 1975, pág. 364. Gesammelte Schriften 6 p. 357. Minirna Moralia, Ed. Taurus. Madrid, 1957, pág. 126. Gesammelte Schriften 4 págs. 141-142. Anales de.! Seminario de Metafísica, XXII. 1987-SS. Ed. Universidad complutense. Madrid,

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  • Metafsica y dialctica negativa

    La filoso/la como pensamiento de la diferencia

    El imperativo de la cultura consiste hoy en pretender justificar acrti-camente todo aquello que existe, independientemente de su relacin a laverdad. Se trata, denuncia Adorno, de postrarse ciegamente ante todoaquello devenido histricamente obra; lo ausente carece de inters. Enese sentido, la metafsica, reducida en nuestros das a una mera consoli-dacin de lo existente, a mera confirmacin de un devenir histrico queparece acoger en s mismo su propia necesidad y validez, ha roto sus re-laciones consigo misma; amor a la sabidura, ha devenido postracinante lo simplemente presente.

    El afn de justificar a cualquier precio, aquello que es de cuantificar,organizar, rendir de antemano calculable a una totalidad ntica, pretex-to para una Voluntad de dominio incondicionada en su despliegue, defi-ne esencialmente a una tradicin filosfica denunciada por Adorno, conNietzsche, como historia de un error; es decir, desde la ptica adorniana,historia de una apologa de lo existente insostenible despus de sucesoscomo Auschwitz: Si lo pedestre hiera la ltima palabra, la verdad, sta seenvilecera.

    Pensar hoy conleva, al respecto, la ruptura necesaria con la preten-sin de sistematismo que mueve el curso de la filosofa occidental. Laglorificacin de lo que es, independientemente de la interrogacin por elqu es, de la distancia crtica que es esencial a todo pensamiento2, ha de-sembocado en el impedimento insalvable de denunciar una realidaddesgarrada: La aspiracin de totalidad de la filosofa tradicional, culmi-

    Dialctica Negativa. Ed. Taurus. Madrid, 1975, pg. 364. Gesammelte Schriften 6 p.357.

    Minirna Moralia, Ed. Taurus. Madrid, 1957, pg. 126. Gesammelte Schriften 4pgs. 141-142.

    Anales de.! Seminario de Metafsica, XXII. 1987-SS. Ed. Universidad complutense. Madrid,

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    nante en la tesis de la racionalidad; de lo real, es inseparable de la apolo-gtica. Y sta se ha convertido en absurda.3

    La filosofa, afirma Adorno, se ha traicionado a s misma a travs desus aspiraciones totalitarias; su esfuerzo por monopolizar la realidad laha llevado a desvirtuar su propio contenido, a falsearlo, olvidando que,lejos de apropiarse de lo heterogneo, dependa profundamente de ello.Adjudicndose de antemano la propiedad de la identidad, no realizaquello verdadero en lo que se vanagloriaba de estar, se abstuvo deafrontar y cumplir la reconciliacin que prometa. Por eso es necesarioque la filosofa se vuelva crticamente hoy contra s misma, para ver, sidespus de tantas falsas promesas, de las que el idealismo es especial-mente deudor, todava puede justificar su existencia: Desde que la filo-sofa falt a su promesa de ser idntica con la realidad o estar nmediata-mente en vsperas de su produccin, se encuentra obligada a criticarsesin consideraciones.4

    En tanto la razn siga sin reflexionar que aquello que cumple comopositivo la organizacin de la totalidad de lo real y la justificacin de loefectivo, no es sino lo que la desfigura como razn, no habr esperan-za para una verdad necesariamente negativa, que mora en la trascenden-cia dada a luz por la deficiencia e ndole de aquello que es-.

    En efecto, la soberana de la que hace gala la razn, el revestimientodivino del cual se siente poseda slo la conduce a hundirse ms y msen la impotencia real y cotidiana en la que ella niega encontrarse. Laconstruccin y administracin de un universo reducido a material detrabajo, la voluntad de dominio, que acoge de antemano lo real como al-go de suyo razonable, previsible, calculable, ahogando e impulso teleol-gico en el hombre, hasta rendirlo instrumento de un aparato productivociego, conduce a la razn a ocultar la integracin profunda e inicial en laque radicalmente se halla: El proceso de autonomizacin del individuo,funcin de la sociedad de cambio, termina con su integracin en ella, esdecir, con su abolicin. La libertad se convierte en lo contrario de ella. Elindividuo, fue libre como sujeto burgus de la economa, mientras el sis-tema econmico requiri la autonoma para poder funcionar. Con ellola autonoma individual se encuentra negada potencialmente va desdeun comienzo.>6

    La igualdad pavorosa de lo diferente imposibilita al individuo captar-se en su ser otro, precisamente por no reconocerse encadenado a una

    Justificacin de la Filosofa, en Filosofa y supersticin. Ed. Taurus, 1972, pg. 11. Ge-sammelte Schriften 10.2, pg. 461.

    D. N., pg. 11. Gcsammelie Schrifien 6 pg. 15.Sociolgica. Ecl. Taurus, Madrid, 966, pg. 240.

    Gesarnmeltc Schrilten 8, pg. 228. Sobre esttica y dinmica como categoras sociol-Ql cas> -

    6 D. N, pgs. 260, 261. Gesammelte Scbriften 6, pg. 259.

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    realidad que le merma. En cuanto sutilmente infiltrado por lo universal,pierde su capacidad crtica de tomar conciencia de la diferencia razn-realidad. Lo objetivo -apunta Adorno- ha llegado a ser verdaderamentesujeto absoluto: Lo mediado es hoy da antes subjetividad que objetivi-dad y esta mediacin requiere anlisis con ms urgencia que la tra-dicional.>7Para Adorno, comprender la primaca de lo universal sobre lo parti-cular es una tarea indispensable de la filosofa en cuanto pensamientocrtico: el individuo se ve arrastrado en s mismo a actitudes y actividadesque fomentan constantemente el sistema normativo en el que acta y seresuelve e sujeto trascendental8: fiel al pensamiento marxiano en estepunto, en lo negativo que impulsa una reconciliacin aparente10, penetraa travs de la psicologa individual, de modo que es interiorizada llegan-do a constituirse en el a priori formal del sujeto. Slo la reflexin sobreel predominio terrible de lo universal, que cumple falsamente/a identidadde/o que difiere, la autoconciencia de la integracin de lo particular en lalgica del espritu objetivo, abre la posibilidad de la esperanza: hasta supropia imposibilidad debe asumirla en aras de la posibilidadi.

    El singular, al respecto, en cuanto conciencia no atenuada de la nega-tividad que le penetrai2, de s mismo como instrumento de una dinmicasocial alienante y deshumanizadora, debe insistir esencialmente en louniversal como aquello que debe ser transformado en beneficio propio,es decir, en tensin creciente hacia una reconciliacin, por prematura,histricamente falsa: Por ms que la conciencia del individuo se hallesometida a la mediacin de la sociedad, por el espritu objetivo reinante,sigue siendo el lugar geomtrico de la reflexin de ese espritu sobre smismo y sirve para ampliarlo.13

    No se trata en absoluto con ello de afirmar que en el individuo resideactualmente el fundamento de toda posible transformacin social, puesa sta es inmanente la accin poltica de grupo; sino de proclamar cmo,all donde el pensamiento no ha sido totalmente sometido a ese Super-yo socializado>, reside la posibilidad de la filosofa hoy: Si la filosofa es

    Op. cit., pg. 173. Ibid., pg. 1738 Op. cit., pg. 179. Ibid.> pg. 178.

    Op. ch., pg. 309. Ibid.> pg. 306. Op. cit, 308-309. Ibid., pgs. 305-306.

    Minima Moralia, pg. 250. Gesammelte Schriften 4, pg. 281.>2 Op. cit., pg. 22. Ibid., pg. 26. Teora Estticd Ed. Taurus. Madrid> 1980, pg. 351. Gesanmelte Schriften 7, pg.

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    necesaria todava, lo es entonces ms que nunca como crtica; como re-sistencia contra la heteronoma que se extiende, como si fuese impoten-te intento del pensamiento permanecer dueo de s mismo y convencerde error a la trama mitolgica y a la parpadeante acomodacin resigna-da a su medida.14

    Adorno contrapone al pensamiento identificante, que presupone deantemano la identidad no cumpliendo jams su juramento de que elno-yo es a fin de cuentas el yo5, la bsqueda de una armona autntica,que tiene su frgil viabilidad en la ruptura con la originaria imposicinde identidadt en la apertura consecuente a la cisura que persiste entrerazn y realidad, subjetividad y objetividad; una cisura que crece propor-cionalmente a la concordia, siempre tirnica, coercitiva, en la que el es-pritu imagina habitar: Dialctica es el desgarrn entre sujeto y objetoque se ha abierto paso hasta la conciencia.i7

    El sujeto debe saberse en lo otro, funcin de una dinmica social pre-dominantei~, sin omitir, sin embargo, que aquello con lo que se encuen-tra en indiscutible relacin de afinidad le es a su vez heterogneo: Laidea de una filosofa transformada sera percibir lo semejante, determi-nndolo como lo que no se le 9

    De este modo, el problema dialctico pertenece esencialmente a undiscurso filosfico comprometido en expresar y asumir la diferencia queel propio concepto se obliga a desmentir recogiendo la contradiccinque ello supone, y mantenindose en ella en vez de anularla: La filosofaconsiste en el esfuerzo del concepto por curar las heridas que necesaria-mente inflige el propio concepto ... La paradoja de decir, por medio delconcepto lo que no se puede decir precisamente por medio de concep-tos, decir lo indecible.20

    EL PENSAMIENTO DIALCTICO COMO EXCEDENCIA CRTICA

    Este es el nico terreno de la metafsica hoy: Perseverar en lo diferen-te?i. Pensamiento y realidad se median sin identificarse. No podemos ha-blar de anterior y posterior al referirnos a ellos; ambos moran en lomismo en virtud de lo cual simultneamente se separan. Tarea de la dia-lctica es expresar su relacin en cuanto intrnseca a la cosa misma: la

    ~ Justificacin de la Filosofa, pg. 5. Gesammelte Schriften 10.2, pg. 464. Tambin:Perlini, T. La Escuela de Francfort, pg. 117. Monte Avila, Caracas, 1976.

    >~ 1). N., pg. 151. Cesammelte Sebrilten 6, pg. 151.> op. cit., pg. 160, Ibid., pg. 59.

    Op. cii., pg. 15. Ibid., pg. 18. Terminologa Filosfica 111 Ed. Taurus. Madrid, 1977, pg. 147.

    >~ D. N., pe. 153. Oesammelte Schrilten 6, pg. 153.20 Terminologa Filosfica 1. Ed. Taurus. Madrid, 976, pg. 43.21 D. N., pgs. 14-15. Gesammelte Schriften, 6, pgs. 8-19.

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    dialctica comienza, pues, reconociendo la no-identidad, la contradic-cin entre concepto y objetividad, experimentada por medio del pensa-miento conforme a la intensidad de lo contradictorio en lo existente encuanto tal22. Dialctica afirma la no-identidad de lo intrnsecamente se-inejante, en tanto la subjetividad coexiste con una objetividad a la que almismo tiempo trasciende y moviliza; portando las mismas contradiccio-nes del espritu objetivo, que en lo particular experimenta y obra23, tienela posibilidad de activaras crticamente: es decir, Siendo contradiccinen la realidad, es tambin contradiccin a la realidad.24

    Con el concepto de dialctica, pues, Adorno no pretende designar niun mtodo o sistema normativo, ni un sistema positivo escindible delmomento reconstructivo de un pensamiento crtico: El conocimientono es como la polica, que posee sus objetos en carpetas25. Tampoco esequiparable a mera ideologa, objeto de alternativa para una autonomaindividual, prefigurada socialmente de antemano: La dialctica afir-ma Adorno no es un mtodo ya que la cosa no reconciliada, y que ca-rece precisamente de esa identidad que el pensamiento imita, est llenade contradicciones y se cierra a cualquier tentativa de interpretacinunnime... Tampoco es algo simplemente real: puesto que la contradie-toriedad es una categora reflexiva, la confrontacin pensante de cosa yconcepto26. La ley de cambio, que hace conmensurables, idnticos, aseres y acciones aislados que no lo son27, que oculta lo que propiamentementa la desproporcin, se cumple en el marco del capitalismo pasandopor encima de todos y cada uno de los sujetos.

    Pero, el concepto de Dialctica en ningn caso se agota en aportar ar-mazn y leyes conforme a las cuales se rige el movimiento de una deter-minada realidad social: Dialctica es aprehensin de la dinmica objeti-va y, conforme a la tensin necesaria a un absoluto de contenido radical-mente negativo en cuanto figura resultante de la negacin de una praxisindigente esfuerzo por transformar lo que revela como dominante, y as mismo en cuanto afectado por la deformacin y la precariedad mis-mas de las que intenta salin2: apunta a un pensamiento que se mueveen contradicciones por mor del carcter antinmico de la misma reali-dad y en oposicin a ella29.

    Para el pensamiento adorniano, hay que permanecer en la anttesisque juega en lo real, en lugar de eliminarla: La contradiccin escribeal respecto tiene ms peso del que le dio Hegel, que fue el primero en

    22 op. oit., pg. 148. Ibid, pg. 148.23 Op. cit, pg. 179. Ibid, pg. 178.24 Op. oit, pg. 148. Ibid, pg. 48.23 Op. oit., pg. 207. Ibid, pg. 206.26 op. oit, pg. 148. 114 pg. l48. Op. oit., pg. 150. Ibid, pg. 149.2 Minima Moralia, pg. 250. Gesammelte Schriften 4, pg. 281.29 fl~ N., pg. 148. Gesammelte Scbriften 6, pg. 148.

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    tematizarla. Antes vehculo de la identificacin total, se est convirtiendoen el organon de su imposibilidad.30

    El pensamiento, en este sentido, debe negar toda positividad; inclusoa s mismo, si pretende que su actividad crtica y desmitificadora deven-ga principio soberano. Es necesario ejercer una ruptura con las preten-siones de sistematismo que mueven el curso de la filosofa occidental.La contradiccin razn-realidad est ah; darle de nuevo un sentido,justificarla, subsumira en el despliegue de alguna soterrada berza nive-ladora, es no hacer justicia al dolor que en ella se encierra: La ms m-nima huella de sufrimiento absurdo en el mundo en que vivimos des-miente toda la filosofa de la identidad. Lo que sta intenta es disuadir ala experiencia de que existe el dolor31

    Ahora bien, la ruptura consecuente con el pensamiento identificante,no olvida mirar a la reconciliacin que extirpa como aparente; la diferen-cia consciente induce a la razn a una trascendencia que le es esencial, yde la cual pende la conquista de un aspecto propio32: En el reproche deque la cosa no es idntida al concepto afirma Adorno perdura lanostalgia de que fue ojal llegase a serlo. De esta manera se contiene laidentidad en la diferencia consciente33; o, ms llanamente expresado,La crtica de la desigualdad en la igualdad, busca tambin la igual-dad.34

    Desde el momento en el que el concepto deja de tomarse por mediday norma de una realidad con la que a priori se puede contar, una realidaddisponib/e, certera, se hace posible atender a una problemtica concilia-cin que el postulado de la uniformidad quiebra afanoso por confirmar-la de antemano. De esta manera, liberar al concepto de la obligacin nomeditada, de permanecer en la identidad, es permitirle, desde su espon-taneidad, desde su peculiar excedencia negativa, (pues la libertad no dejade nutrirse del aspecto concreto que presenta la causalidad a la que seopone) orientarse Ms lejos: Si el pensamiento se refiere a los hechosy se mueve en la crtica de los mismos, no menos se mueve por la dife-rencia que establece... Le es esencial un momento de exageracin, dedesbordamiento de las cosas, de descargarse el peso de lo fctico en vir-tud del cual, en lugar de proceder a la mera reproduccin del ser, lo de-termina de forma a la vez estricta y libre.35

    El pensamiento adorniano se sita en tomo al problema de la rea-

    30 op. dr, pg. 156. Ibid, pg. 156.Op. dr, pgs. 203-204. Ibid., pg. 203.

    ~ Op. dr, pg. 54. Ibid., pg. 154. Tambin: Justificacin de la Filosofa, pg. 23. Ge-sammelte Schriften 10.2, pg. 471.

    D. N., pg. 153. Gesamnelte Schriften 6> pg. 52.op. oit., pg. 150. Ibid., pg. 150.

    Minima Moralia, pg. 26. Gesanimelte Schriften 4, pg. 142.

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    cin razn-realidad, entre el nominalismo y el realismo, a la vez que pro-fundamente conmovido por la tica kantiana, en su esfuerzo por ponerde manifiesto, la sujecin que el hombre tiene esencialmente respectode si mismo, su subordinacin en relacin a su propia legislacin ra-cional36.Para Adorno, como para Kant, nicamente el camino crtico quedaahora abierto37. El discurso filosfico encuentra su nica posibilidad enel movimiento crtico-negativo, en la denuncia de una conciliacin nece-sitada pero falsa; en suma, en el rechazo de una realidad desgarrada,con medios poderosos para neutralizar soterradamente cualquier inten-to de emancipacin. Hay que empezar a proclamar que la posibilidad delo verdadero se encuentra en Lo ausente, en eso que no es todava, peroque, sin embargo, obra, activando la negatividad de aquello que es e im-pulsndolo a trascender ms all de s mismo: El nico modo que anle queda a la filosofa de responsabilizarse a la vista de la desesperacin,es intentar ver las cosas tal como aparecen desde la perspectiva de la re-dencin... Es preciso fijar perspectivas en las que el mundo aparezcatrastocado, enajenado, mostrando sus grietas y desgarros, menesteroso ydeforme en el grado en que aparece bajo la luz mesinica.38

    La desproporcin entre lo presente y lo ausente, lo real y lo inteligido,es, en este sentido, una tarea esencial del pensamiento dialctico, inhe-rente a su aprehensin de la dinmica objetiva que administra el modode vida de una sociedad. Lo esencial, lo idntico representa, por consi-guiente, aquel signo negativo fundamental que emana desde lo presentecon lo que se encuentra, sin embargo, simultneamente en tensin crti-ca: Slo se deja conocer en la contradiccin del ente con lo que afir-ma ser.3

    Esta relacin entre lo actual y lo venidero se produce en todos y cadauno de los juicios identificantes que valen de algn modo la pena40; enellos no slo se expresa lo que algo es, sino lo que no es todava y lo quedebe llegar a ser: tienen en su haber una cierta funcin regulativa concarcter negativo; se nutren, de alguna manera, de lo por-venir: Lasideas no son ni jors ni huero repique, sino signos negativos. La falsedadde toda identidad adquirida es la forma pervertida de la verdad. Lasideas viven en los intersticios, entre lo que las cosas pretenden ser y loque son.41

    36 Kant, 1. cntica de la razn prctica. Austral. Madrid, 1975. pg. 184.~ Justificacin de la Filosofa, pg. 12. Gesammelte Schriften 10.2> pg. 461.~ Minirna Moralia, pg. 250. Gesammelte Schriften 4, pg. 281.- O. N., pg. 170. Gesamrnelte Schriften 6, pg. 16940 Op. cii>, pg. 154./bid., pg. 154.41 Op. cit., pg. 153. Ibid., pg. 153.

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    LA POSIBILIDAD DE LA METAFSICA. LA FUNDAMENTACIN DELCARCTER NEGATIVO DE LA DIALCTICA

    Surge el problema de si ser factible insistir en la trascendencia sinacaparara de antemano; si la voluntad de conocer y realizar lo absoluto,que caracteriza a todo filosofar autntico42, no se ve ineludiblemente lla-mada a desembocar en una teodicea43: Hay que preguntarse afirmaAdorno si la metafsica, como saber acerca del Absoluto, ser simple-mente posible sin la construccin del saber absoluto, ese idealismo queda titulo al ltimo capitulo de la Fenomeno/oga de Hegel.44

    El pensamiento debe dirigirse a lo inteligido, sin vanagloriarse de ha-berlo atrapado de antemano en sus redes; ste no expresa sino la necesi-dad ineludible de derogar lo finito, por mor de una finitud que conquistapara s su propia autoconciencia: El concepto del inteligible es la auto-negacin del espritu finito. Lo que meramente es se percata en ci espri-tu de su deficiencia~t En ello reside la posibilidad de la metafsica: enreflexionar desde la propia finitud acerca de la necesidad de tender msall de s mismo: La reflexin sobre si la metafsica es an simplementeposible tiene que reflexionar la negacin de lo finito exigida por la fmi-tud. Este acertijo es el alma de la palabra inteligible.46

    Ahora bien, desde el momento en que la metafsica tiene su centro degravedad en la trascendncia crtica que emana de la diferencia conscien-te, en el esfuerzo por habilitar el camino a la reconciliacin razn-rea-lidad, al que le impulsa el escrutinio de lo falso, le es imprescindible criti-car su propia abso/utez. Por tanto, tampoco podr tenerse en cuantodia/ctica negativa, por principio soberano y universalidad excluyente,imperando por encima de la propia deficiencia e ndole de la realidadconcreta a partir de la cual ha llegado a tomar cuerpo; sta, tiene quevolverse tambin contra s misma en un ltimo movimiento

    En efecto, si cada movimiento brota de la interna necesidad del pen-samiento a partir de la reflexin sobre aquello a lo que tiende y de lo quecarece; la figura de la dialctica> en tanto anula y rechaza constantemen-te, desde la conciencia de la diferencia que expresa el dolor del espritu48,ha de declararse como negativa, requiriendo ser abandonada, negada enun postrero movimiento, bajo la imagen de un horizonte que, reflexiona-do metafsicamente, se representa como reconciliacin y unidad de loexistente y lo inteligido: El darwinismo social, la supervivencia del ms

    ~ T Fca. 1, pg. 152. T Fca. II., pg. 58. D. N., pg. 402. Gesammelte Schrifien 6> pg. 397. Op. cii>, pg. 391. Ibid, pg. 384.46 Op. di>, pg. 391. Ibid, pg. 385.~ Op. cii>, pg. 403. Ibid., pg. 397.48 Op. cii>, pg. 172. Ibid., pgs. 71-172.

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    fuerte, del devorar y el ser devorado, el encadenamiento de los azoradosy de los azoradores de la historia, es una sola cosa con lo no histrico; yuna situacin pacificada no sera ni la inmvil del orden totalitario ni lainsaciable errante: La oposicin desaparecera en la conci/iacin.9

    La dialctica debera volverse contra s misma en un ltimo salto; entanto negativa, perderse autocrticamente, no hipostasiarse como ele-mento absoluto, ser superada, en tanto se a/imenta de /a llegada de lo ne-cesario: A la esencia de la dialctica negativa pertenece que no se tran-quilice en s misma como si fuese total; tal es su forma de esperanza.>-50

    Esta es la razn por la que e pensamiento negativo, en cuanto quiereser fiel a s mismo, debe ligarse en todo momento a la realidad concreta,persistir junto a aquello que niega, tendiendo siempre hacia la reconci-liacin; de lo contrario se vuelve un puro a priori, una forma genrica,una teora preconstituida, una totalidad vaca apta para ser recipiente decualquier contenido51.

    En conclusin: el esfuerzo adorniano es fundamentalmente un saltodirigido a devolver al hombre el motivo y la raz de lo necesario. Espe-cialmente influido por la doctrina de la razn prctica kantiana, se re-vuelve contra la consolidacin de lo existente como negativo, postulandola necesidad de lo meramente inteligido. Desde el momento en que loexistente no abre la posibilidad de una conciliacin autntica, en la cuallo particular y determinado se encuentre a si mismo-~2, se reviste todaverdad de la posibilidad de un futuro, todo deber de actividad crtica ne-cesaria, que, en ltimo trmino, exigira la superacin de s misma: Pe-ro la necesidad del pensamiento quiere que se la piense. A la vez que exi-ge ser negada por el pensamiento, y que tiene que desaparecer en l parasatisfacerse realmente

    Metafsica es, pues, dialctica como movimiento crtico-negativo. Es-ta debe pensar hoy qu es lo que manifiesta su propia existencia: la per-sistencia de lo negativo. Como instancia crtica, la metafsica hace refe-rencia directa a lo falso en que se mueve todava la existencia del mundo.La fi/oso fa, parece querer decirnos Adorno, debe autodestruirse en sucump/imiento; esa es la esperanza que encierra la razn.

    M.a Jess MINGOT MARCILLA

    Sociolgica. pg. 247. Ge-sammelte Schriften 8 pg. 237.D. N., pg. 404. Gesammelte Schriften 6, pg. 398

    ~> Perlini, 1, La Escuela de Francfort. Monte Avila, Caracas, 1976, pg. 122.s~ ~XN., pg. 154. Gesamnielte Schriften 6, pg. 154.

    Op. ci, pg. 405. Ibid., pgs. 399-400.