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31 El Cotidiano 189 Jenaro Villamil* Grietas de la crisis ntre junio y septiembre de 2014, tres episodios concatenados agrieta- ron la fachada del avance del gobierno de Enrique Peña Nieto como un gran reformista: la matanza de 22 jóvenes en una bodega del municipio mexi- quense de Tlatlaya el 30 de junio; el asesinato del diputado federal priísta Gabriel Gómez Michel el 24 de sep- tiembre, cuyo cuerpo fue hallado en Zacatecas, calcinado y con claros indi- cios de una venganza del narcopoder; y el episodio que abrió las compuertas del infierno: la fiesta de las balas en el municipio guerrerense de Iguala, entre la noche del 26 y la mañana del 27 de septiembre. La noche del 26 de septiembre, un grupo de poco más de 50 estudiantes de primero y segundo grado de Ayotzinapa buscaban “botear” para dirigirse a la marcha del 2 de octubre en la Ciudad de México, según la versión oficial. No imaginaron que iban a ser perseguidos, balaceados, secuestrados, torturados, incendiados, como en una réplica del Holocausto nazi al estilo mexicano, en algún paraje de Guerrero. El móvil de este crimen colectivo no quedaba claro a principios de noviembre de 2014. Sólo se les adjudicó a los sicarios y matones de los Guerreros Unidos que se las “cobraron” contra normalistas que ni estaban dedicados al narcotráfico ni afecta- ban su negocio. Menos se esperaba que este episodio creciera como una hoguera nacional hasta convertirse en la tragedia mexicana más vergonzosa y humillante para una sociedad anestesiada por el supuesto Mexican Moment. Los sucesos de Iguala fueron presentados como un enfrentamiento más entre presuntos narcos, o jóvenes con sospecha de serlo, con elementos policiacos. Hubo seis muertos en el primer día, pero la desaparición masiva de 43 jóvenes de la Escuela Normal Rural Isidro Burgos de Ayotzinapa le dio otro enfoque y otra dimensión a los hechos. No era un caso más. No se tra- taba de jóvenes vinculados al crimen. No eran policías comunes sino todo un cuerpo de seguridad municipal al servicio del cártel Guerreros Unidos. Sucedió en la entidad más vigilada por el ejército y que ha recibido mayores recursos por parte del gobierno fe- deral para enfrentar las contingencias ambientales de 2013 y para promo- verlo como su modelo de política de desarrollo social a través de la E Cruzada Nacional contra el Hambre. El secuestro y asesinato masivos de jóvenes normalistas desembocó en la peor crisis de Estado que se haya vivido en los últimos años. En medio de estos hechos vio- lentos ocurrió otro episodio de des- encuentro y tensión del gobierno, pero con un alto representante de la élite económica: Germán Larrea, el segundo hombre más rico de México, propietario del 80% del cobre a nivel mundial y uno de los más enigmáticos e impunes magnates mexicanos. El 6 de agosto, la empresa Buenavista del Cobre, de Grupo México, derramó al menos 40 millones de litros de lixivia- dos de cobre –una sustancia de ácido sulfúrico y metales pesados– al Río Sonora, contaminando 270 kilómetros de éste. La contingencia ambiental desembocó en un enfrentamiento enero-febrero, 2015 * Periodista. Caso Iguala: la crisis del sexenio

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  • 31El Cotidiano 189

    Jenaro Villamil*

    Grietas de la crisis

    ntre junio y septiembre de 2014, tres episodios concatenados agrieta-ron la fachada del avance del gobierno de Enrique Pea Nieto como un gran reformista: la matanza de 22 jvenes en una bodega del municipio mexi-quense de Tlatlaya el 30 de junio; el asesinato del diputado federal prista Gabriel Gmez Michel el 24 de sep-tiembre, cuyo cuerpo fue hallado en Zacatecas, calcinado y con claros indi-cios de una venganza del narcopoder; y el episodio que abri las compuertas del infierno: la fiesta de las balas en el municipio guerrerense de Iguala, entre la noche del 26 y la maana del 27 de septiembre.

    La noche del 26 de septiembre, un grupo de poco ms de 50 estudiantes de primero y segundo grado de Ayotzinapa buscaban botear para dirigirse a la marcha del 2 de octubre en la Ciudad de Mxico, segn la versin oficial. No imaginaron que iban a ser perseguidos, balaceados, secuestrados, torturados, incendiados, como en una rplica del Holocausto nazi al estilo mexicano, en algn paraje de Guerrero. El mvil de este crimen colectivo no quedaba claro a principios de noviembre de 2014. Slo se les adjudic a los sicarios y matones de los Guerreros Unidos que se las cobraron contra normalistas que ni estaban dedicados al narcotrfico ni afecta-ban su negocio. Menos se esperaba que este episodio creciera como una hoguera nacional hasta convertirse en la tragedia mexicana ms vergonzosa y humillante para una sociedad anestesiada por el supuesto Mexican Moment.

    Los sucesos de Iguala fueron presentados como un enfrentamiento ms entre presuntos narcos, o jvenes con sospecha de serlo, con elementos policiacos. Hubo seis muertos en el primer da, pero la desaparicin masiva de 43 jvenes de la Escuela Normal Rural Isidro Burgos de Ayotzinapa le dio otro enfoque y otra dimensin a los hechos.

    No era un caso ms. No se tra-taba de jvenes vinculados al crimen. No eran policas comunes sino todo un cuerpo de seguridad municipal al servicio del crtel Guerreros Unidos. Sucedi en la entidad ms vigilada por el ejrcito y que ha recibido mayores recursos por parte del gobierno fe-deral para enfrentar las contingencias ambientales de 2013 y para promo-verlo como su modelo de poltica de desarrollo social a travs de la

    ECruzada Nacional contra el Hambre. El secuestro y asesinato masivos de jvenes normalistas desemboc en la peor crisis de Estado que se haya vivido en los ltimos aos.

    En medio de estos hechos vio-lentos ocurri otro episodio de des-encuentro y tensin del gobierno, pero con un alto representante de la lite econmica: Germn Larrea, el segundo hombre ms rico de Mxico, propietario del 80% del cobre a nivel mundial y uno de los ms enigmticos e impunes magnates mexicanos. El 6 de agosto, la empresa Buenavista del Cobre, de Grupo Mxico, derram al menos 40 millones de litros de lixivia-dos de cobre una sustancia de cido sulfrico y metales pesados al Ro Sonora, contaminando 270 kilmetros de ste. La contingencia ambiental desemboc en un enfrentamiento

    enero-febrero, 2015

    * Periodista.

    Caso Iguala: la crisis del sexenio

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    entre el gobierno federal, el Grupo Mxico y el gobierno panista de Sonora, encabezado por Guillermo Padrs, quien adems inici una persecucin contra la comunidad yaqui al encarcelar a Mario Luna y a otros dirigentes que se oponen a la construccin de una presa que afectar sus tierras. El desencuentro con Larrea culmin en la separacin del magnate del Consejo de Administracin de Grupo Televisa, por presunta deslealtad con la empresa de Azcrraga Jean, ya que Grupo Mxico se inscribi a travs de su filial de cines Cinemex para la licitacin de la segunda y tercera cadena de televisin.

    El desarreglo con el empresario que sali bien li-brado de la muerte de 22 mineros en Pasta de Conchos, Coahuila, de la quiebra fraudulenta de Asarco en 2008 y de mltiples acusaciones por presuntos vnculos criminales en la zona dominada por el crtel de los Zetas estuvo acompaado de la acusacin de un intento de soborno por parte de la administracin peista. Larrea declar a distintos medios que el gobierno central le pidi ms de 200 millones de dlares. La furia de Los Pinos no se hizo esperar, y el enfrentamiento se gener a raz de la contaminacin del Ro Sonora.

    La disputa con Germn Larrea no fue un dato menor. Era la demostracin de que el gobierno de Pea Nieto, envuelto en su propia narrativa triunfalista, se peleaba con un sector muy influyente de la lite econmica, al mismo tiempo que ocurran crmenes y persecuciones en las poblaciones ms humildes. Algo que el mismo Napolen tan admirado por el primer mandatario saba que no era recomendable para la estabilidad del Estado: pelearse al mismo tiempo con los de arriba y los de abajo.

    La matanza de Tlatlaya

    El 30 de junio ocurri una matanza de 22 personas en el pequeo municipio de Tlatlaya, Estado de Mxico. La infor-macin fue minimizada por los medios estatales y naciona-les. El gobernador, Eruviel vila, afirm que se trat de un enfrentamiento entre soldados y una presunta banda de secuestradores y narcotraficantes pertenecientes al crtel de los Guerreros Unidos. La procuradura estatal lleg al lugar, no preserv el sitio y se hizo una intensa operacin de control de daos para no manchar el triunfo anticipado de las reformas estructurales peistas.

    El ejrcito mexicano, all en Tlatlaya, tuvo una valien-te presencia y accin al poder rescatar a tres personas que estaban secuestradas. Lamentablemente, un militar result herido, pero el ejrcito, en su legtima defensa,

    actu y abati a los delincuentes, declar Eruviel vila al da siguiente de la matanza, el 1 de julio. Ese mismo da se celebr en Toluca un cnclave privado, de muy alto nivel, con los secretarios de Gobernacin Miguel ngel Osorio Chong, de Hacienda Luis Videgaray, el jefe de la Oficina de la Presidencia de la Repblica Aurelio Nuo, as como 21 gobernadores del pri, incluyendo al anfitrin Eruviel vila y al dirigente nacional prista Csar Camacho, ex gobernador mexiquense tambin. Tras ocho horas de encuentro, al final lleg por sorpresa el primer mandatario, Enrique Pea Nieto.

    La versin oficial es que este encuentro, llevado a cabo horas despus de la masacre de 22 jvenes, fue para hacer una pausa en el camino, a dos aos de la recuperacin de la Presidencia de la Repblica por parte del pri. Las versiones extraoficiales indican que no slo se habl del retorno del tricolor y de las elecciones federales de 2015.Los mandatarios estatales pristas discutieron, sobre todo, el tema de la seguridad pblica, y en especial el caso del Estado de Mxico, cuyos ndices de violencia se dispararon hasta convertirla en la entidad ms insegura en 2013, con una tasa de 47 mil 778 delitos por cada 100 mil habitantes, y una nueva oleada criminal que requiri la intervencin de la Gendarmera Nacional en el municipio de Valle de Bravo, donde se mencionaba la disputa entre el crtel de los Guerreros Unidos y La Familia Michoacana.

    La matanza de Tlatlaya no pas desapercibida en ese encuentro. Menos las contradicciones entre lo ocurrido y la versin oficial de la Secretara de la Defensa Nacional. La ma-sacre aceler las versiones sobre la remocin de Eruviel vila y su presunta incapacidad para gobernar. Su administracin haba sido intervenida por el gobierno federal desde mayo de 2014: con la venia de Pea Nieto, se design a Jos Manzur Ocaa, empresario y poltico vinculado al Grupo Atlacomulco, como Secretario de Gobierno; a Alejandro Jaime Gmez Snchez como nuevo procurador, y a Damin Canales Mena como nuevo titular de Seguridad Pblica en la entidad.

    En otras palabras, la matanza que trataron de ocultar era un severo golpe tambin para el gobierno federal. Fall la estrategia de intervencin desde el centro,y el Estado de Mxico, la entidad cuyos hilos an mantiene Pea Nieto desde Los Pinos, es considerado como bastin electoral y econmico del grupo en el poder. No pueden permitir que se les salga de control, a pesar de que la inseguridad es una herencia directa del peismo.

    El escndalo de Tlatlaya revent cuando la agencia informativa norteamericana Associated Press (ap) public el 11 de julio que las 22 personas fueron ejecutadas por el

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    ejrcito y que no fallecieron durante un enfrentamiento, sino que fueron secuestrados, torturados y ejecutados por elementos de las Fuerzas Armadas en la comunidad de San Pedro Limn, municipio de Tlatlaya. Esta versin fue retomada por varios medios norteamericanos.

    Ante el escndalo inminente, la pgr atrajo la investiga-cin. La cndh, entidad autnoma que supuestamente hizo su propia investigacin, tuvo que meterle reversa a su apresura-da versin preliminar que le daba la razn a la versin inicial que protega a los soldados. hrw afirm que era poco creble la versin de que slo tres soldados actuaron por cuenta propia para ejecutar a 22 personas, y luego convencieron a todo el gobierno mexicano de que fue un tiroteo.

    Comenzaron a ser investigados, en medio de un gran hermetismo, los soldados integrantes del 102 Batalln de Infantera, acantonados desde 2010 en San Miguel Ixtapan, al sur del estado. Doce integrantes de ese batalln fueron arres-tados y se les comprob nexos con el crtel michoacano de La Familia, especficamente con Johnny Hurtado, alias El Fish, a quien el gobierno mexiquense considera el principal responsable de la ola de secuestros en Valle de Bravo.

    Tlatlaya es un municipio conectado con las otras comu-nidades de la Tierra Caliente de Guerrero y de Michoacn, donde operan grupos armados presuntamente vinculados con la guerrilla y con crteles de la droga, especialmente con los Guerreros Unidos y Los Rojos, clulas delictivas deri-vadas del crtel de los Beltrn Leyva, y con La Familia y Los Caballeros Templarios, que operan en Michoacn.

    En Tlatlaya ocurri antes otra matanza similar que qued impune. En agosto de 2008, al menos 23 personas, incluyen-do a varios menores, fueron ejecutadas por agresores que llegaron con rostros cubiertos y vestimenta militar, segn el relato del columnista Miguel ngel Granados Chapa, quien dio a conocer el episodio en Plaza Pblica. La columna Ma-tanza silenciada consign que, horas despus de la masacre, elementos del ejrcito recogieron los casquillos de las AR-15 y AK-47 y limpiaron la escena del crimen. Los soldados despojaron a los lugareos de sus celulares y los amenazaron: si denunciaban, sufriran las consecuencias.

    Y eso sucedi. La matanza de agosto de 2008 en Tlatlaya nunca se investig. Slo algunas organizaciones no gubernamentales consignaron este episodio. En el Estado de Mxico gobernaba Enrique Pea Nieto, preocupado al mximo porque ningn otro episodio similar o peor que la represin en San Salvador Atenco interrumpiera su impa-rable ascenso hacia la Presidencia de la Repblica.

    En 2014, la situacin fue diferente. El papel de la prensa norteamericana fue determinante. Dos meses despus de la

    matanza del 30 de junio, en medio del escndalo provocado por la divulgacin en medios internacionales y nacionales del testimonio de una sobreviviente, la pgr confirm que consignara a tres militares implicados en los hechos de Tlatlaya. Los soldados incurrieron en exceso de fuerza, afirm el procurador general, Jess Murillo Karam, acompa-ado por su homlogo militar Gabriel Lpez Bentez, en una versin todava ms enredada y poco creble del caso.

    Segn esta versin, las pruebas establecieron que los militares ingresaron en la bodega en la que se encontraban los 22 presuntos delincuentes y realizaron disparos despus de un enfrentamiento con hombres armados, que dur entre ocho y diez minutos. Al cesar los disparos, ingresaron tres elementos militares y realizaron una secuencia nueva de disparos que no tienen justificacin, afirm Murillo Karam (El Universal, 1 de octubre de 2014, p.1).

    Horas antes de que Murillo pretendiera darle un nue-vo giro al caso de Tlatlaya, en el Sur profundo mexicano deton otra crisis de seguridad pblica de dimensiones inimaginables. El 26 y 27 de septiembre, en el municipio de Iguala, Guerrero, a unas tres horas del Distrito Federal, cercano tambin a la zona de Tierra Caliente en el Estado de Mxico y ante la presencia del 27 Batalln de Infantera de la Secretara de la Defensa Nacional fueron asesinados seis jvenes y secuestrados 43 normalistas del municipio de Ayotzinapa, Guerrero.

    Iguala. El baile del terror

    La tarde del viernes 26 de septiembre, el alcalde perre-dista del municipio de Iguala, Guerrero, Jos Luis Abarca, celebraba junto con ms de tres mil acarreados el segundo informe de su esposa y socia, Mara de los ngeles Pineda, directora del dif municipal y claramente perfilada para ser su sucesora al frente de la alcalda. Despus del informe oficial, la llamada pareja imperial de Iguala fue a festejar en un saln privado de baile.

    Abarca y su esposa eran intocables en Iguala, a pesar de los innumerables testimonios sobre su corrupcin, sus amenazas violentas contra opositores y sus vnculos con el crtel conocido como Guerreros Unidos. Contaban con el firme apoyo de la corriente perredista Nueva Izquierda, mejor conocida como Los Chuchos,que acababan de ga-nar nuevamente la presidencia nacional del principal partido de izquierda. Tambin tenan a otro aliado: el coronel Juan Antonio Aranda Torres, comandante del 27 Batalln de Igua-la, quien asisti al informe de la directora del dif municipal. A nivel estatal, el gobernador ngel Aguirre y su procurador

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    Iaki Blanco no realizaron ninguna accin contundente para frenar los excesos y crmenes de Abarca.

    El coronel Aranda Torres estuvo antes en Nuevo Laredo, Tamaulipas, otra plaza caliente por la disputa de los crteles del Golfo y Los Zetas. Lleg a Iguala el 5 de octubre de 2011 y continu con la buena relacin que el 27 Batalln sostuvo con el ex alcalde y ex senador perredista Lzaro Mazn, transformado en 2014 en dirigente del Movimiento Regeneracin Nacional (Morena), de Andrs Manuel Lpez Obrador.

    En su artculo La matanza de Iguala y el ejrcito, Luis Hernndez hizo el siguiente apunte sobre la relacin del militar y los hechos de Iguala el 26 de septiembre: Esa noche, el militar estuvo presente en el informe de labores y la fiesta de la directora del dif municipal, Mara de los ngeles Pineda Villa, esposa del alcalde Jos Luis Abarca. Y, segn declar el general Salvador Cienfuegos Zepeda a la comisin legislativa que investiga la desaparicin de los 43 alumnos de Ayotzinapa, l no vio nada en el evento; incluso se fue a su cuartel al trmino del festejo y asegur que no pas nada(La Jornada, 18 de noviembre de 2014, p. 17).

    Abarca bail cumbia durante ms de una hora al ritmo de la Luz Roja de San Marcos como l mismo declar en entrevista radiofnica, mientras en las arterias princi-pales de su municipio se produjo una de las caceras ms sanguinarias contra un grupo de jvenes estudiantes de la Escuela Normal Rural Isidro Burgos, de Ayotzinapa, famosa por ser la formadora de muchos luchadores sociales de Guerrero, entre ellos el guerrillero Lucio Cabaas, en los aos sesenta y setenta.

    El odio a los ayotzinapos, como Abarca y la clase poltica de Guerrero se refieren despectivamente a los origina-rios de ese municipio, ya haba provocado otros episodios violentos. El 12 de diciembre de 2012, dos estudiantes de la Escuela Normal fueron asesinados por elementos po-liciacos en la Autopista del Sol, en Chilpancingo. El 7 de enero de 2013, otros dos jvenes de la misma institucin fueron atropellados mientras boteabanpedan recursos voluntarios en la carretera Acapulco-Zihuatanejo. Ni los gobiernos municipales ni el estatal de ngel Aguirre Rivero hicieron nada sustancial para investigar estos crmenes y evitar que se repitieran.

    La noche del 26 de septiembre, un grupo de poco ms de 50 estudiantes de primero y segundo grado de Ayotzinapa buscaban tambin botear para dirigirse a la marcha del 2 de octubre en la Ciudad de Mxico, segn la versin oficial. No imaginaron que iban a ser perseguidos, balaceados, secuestrados, torturados, incendiados, como en

    una rplica del Holocausto nazi al estilo mexicano, en algn paraje de Guerrero.

    Segn las investigaciones preliminares de la Procuradu-ra General de la Repblica, sus restos fueron arrojados en bolsas de plstico a un ro de Cocula, municipio colindante con Iguala, despus de que sus cuerpos fueron calcinados en una hoguera que dur ms de 14 horas y fue alimentada con disel y lea, sin que nadie se diera cuenta de la pira humana que ocurra a unos cuantos kilmetros de Iguala,y sin que el batalln del ejrcito, acantonado en la zona, interviniera. El mvil de este crimen colectivo no quedaba claro a principios de noviembre de 2014. Slo se les adjudic a los sicarios y matones de los Guerreros Unidos que se las cobraron contra normalistas que ni estaban dedicados al narcotrfico ni afectaban su negocio. Menos se esperaba que este episodio creciera como una hoguera nacional hasta convertirse en la tragedia mexicana ms vergonzosa y humillante para una sociedad anestesiada por el supuesto Mexican Moment.

    Los primeros relatos de la noche del 26 de septiembre mencionaron que haba seis muertos y 25 heridos como saldo del ataque de ms de treinta policas municipales contra tres autobuses que trasladaban a los normalistas de Ayotzinapa, a los que persiguieron por la ciudad. Hubo otro ataque contra un autobs de la empresa Castro Tour, donde viajaban adolescentes jugadores del equipo de futbol Los Avispones, de tercera divisin, y que fueron confundidos por los agresores con estudiantes normalistas.

    El camin de Los Avispones se desbarranc en la carretera de Iguala a Chilpancingo. Les dispararon ms de 170 balas. Fallecieron el chofer Vctor Manuel Lugo Ortiz y el futbolista David Jos Garca Evangelista, de apenas 14 aos de edad. Un taxista que pasaba por ah fue herido tambin, y su pasajera Blanca Montiel Snchez muri en el acto. Abarca bailaba y bailaba, mientras en las calles de su municipio mataban a tres estudiantes de Ayotzinapa: Daniel Sols Gallardo, de Zihuatanejo, Aldo Gutirrez Solano, de Ayutla, y Julio Csar Mondragn, apodado por sus compa-eros como El Chilango. Los otros 43 eran secuestrados por policas municipales bajo su mando. El cuerpo de Julio Csar Mondragn fue hallado la maana del sbado 27 de septiembre en el perifrico de Iguala. Estaba tirado en el suelo, con muestras de tortura. Su rostro desollado, sin ojos, demostraba la violencia sanguinaria que se ejerci contra l y los normalistas. La imagen de este muchacho, de apenas 22 aos, dio la vuelta al mundo a travs de las redes sociales. El desollado fue la primera y clara prueba de que en Iguala haba ocurrido un crimen de dimensiones inimaginables.

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    Los primeros reportes mencionaron a 57 desapa-recidos. Dos das despus, los padres de los normalistas reclamaban a 43 jvenes. Denunciaron desde el principio el vnculo de Abarca con el crimen organizado y seala-ron al jefe de la polica municipal, Felipe Flores Velzquez, como el responsable de la agresin. Le demandaron al gobernador ngel Aguirre que actuara de inmediato. Los jvenes desaparecidos se sumaron a la lista de ms de 600 desaparecidos durante el breve gobierno de ngel Aguirre. El modus operandi del secuestro y posterior homicidio masivo record a varios observadores lo sucedido en mayo de 2013 en la Ciudad de Mxico, cuando trece jvenes del barrio de Tepito fueron secuestrados en el bar Heaven, de la Zona Rosa capitalina, debido a una supuesta venganza por el ase-sinato previo del distribuidor de droga Horacio Vite ngel, ocurrido das antes en un bar de la colonia Condesa.

    Iguala tena antecedentes, pero ninguno de esas dimen-siones trgicas. A pesar de la gravedad, el gobernador ngel Aguirre no habl del caso sino hasta tres das despus, el 29 de septiembre. Mand a su procurador Iaki Blanco a interrogar a ms de 200 policas municipales. Detuvieron a 22. Aguirre afirm que su administracin haba realizado la parte que nos corresponde en la gobernabilidad, pero tambin hay situaciones que no solamente son del mbito estatal (Reforma 1 de octubre de 2014).

    Aguirre viaj el 30 de septiembre a la Ciudad de Mxico y se reuni con el Secretario de Gobernacin, Miguel ngel Osorio Chong, su principal respaldo dentro de la administracin federal de Pea Nieto. El titular de Hacienda, Luis Videgaray, era su adversario. Desde la crisis de los huracanes Ingrid y Manuel, el manejo desaseado de los millonarios recursos enviados por Hacienda para aten-der a las familias afectadas sembr el desencuentro entre Aguirre y Videgaray.

    Ese mismo da, 30 de septiembre, Jos Luis Abarca y su esposa Mara de los ngeles Pineda se fugaron. Mientras Aguirre se defenda con el titular de Gobernacin, Abarca solicit una licencia por 30 das al cabildo de Iguala. Ase-gur tener la conciencia tranquila y se lav las manos de cualquier responsabilidad en el secuestro de los 43 nor-malistas. Termin la sesin y Abarca se fug por la puerta trasera del municipio. Cuando llegaron los elementos de la procuradura estatal, el alcalde bailador ya haba tomado camino rumbo a Temixco, Morelos.

    Un da antes de su fuga, el lunes 29 de septiembre, Abar-ca tuvo un encuentro privado con Jess Zambrano, dirigente nacional saliente del prd, en el Sanborns que se encuentra en la esquina de la avenida Miguel ngel de Quevedo y

    Divisin del Norte. Slo se supo de este encuentro un mes despus. Zambrano se justific y defendi sealando que le pidi a Abarca que se entregara y que pidiera licencia. ste le repiti su misma versin: que bailaba y se enter de una provocacin de los estudiantes de Ayotzinapa. Segn la columna de Hctor de Maulen, Zambrano se cit a las cinco de la tarde del 29 de septiembre con Abarca, en la Ciu-dad de Mxico. Le advirti al gobernador ngel Aguirre de su encuentro: ngel, voy a verme con Abarca para decirle que tiene que separarse del cargo. Aguirre le contest a Zambrano: Coincido. Debe ser una cosa inmediata.

    Zambrano le pregunt a Abarca qu haba sucedido, y el alcalde le repiti la misma versin que le dio a Joaqun Lpez Driga en su programa de radio: bailaba en el evento de su esposa; se fue a un restaurante por invitacin de sus hijos y su cnyuge; no se enter de lo que haba hecho la polica hasta que su secretario particular le llam para informarle que haba unos estudiantes de la Normal de Ayotzinapa que se haban llevado unos camiones y que haba disparos. Segn Abarca, la orden que le dio a los policas fue: no caigan en la provocacin.

    Oye, presidente le interrumpi Zambrano a Abarca sabes que nadie te va a creer eso? No puedes decir que no tienes responsabilidad. Aunque fuera por omisin, tuviste responsabilidad (Columna En Tercera Persona, Hctor de Maulen, El Universal, 30 de octubre de 2014).

    Otras versiones indican lo contrario. Desde las prime-ras horas del enfrentamiento, Pedro David Lpez, vocero de los estudiantes de Ayotzinapa, explic a la prensa que sus compaeros estaban boteando, se habl con los choferes de los camiones y accedieron a hacernos el favor. No fue un rapto o una amenaza contra el chofer. No lo bamos a hacer porque ramos estudiantes Los autobuses ya haban bajado a sus pasajeros(La Jornada, 28 de septiembre de 2014, nota de Sergio Ocampo).

    Las contradicciones de Pea en Guerrero

    Si Aguirre tard cuatro das para encarar la tragedia de los seis muertos y los 43 desaparecidos, Enrique Pea Nieto dilat diez das para mencionar pblicamente, en un enig-mtico mensaje por televisin, que lamentaba de manera particular la violencia que se ha dado y que se tratara de jvenes estudiantes los que hayan resultado afectados y violentados en sus derechos en el municipio de Iguala. No habl de desaparicin forzada. No mencion ejecuciones. No le puso ningn nombre al crimen colectivo que esta-ba ocurriendo en esos das ante el escrutinio de toda la

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    comunidad internacional. La pretensin era muy clara: el Presidente de la Repblica evada cualquier sealamiento que hiciera corresponsable a las fuerzas federales y a la Procuradura General de la Repblica, al menos por omisin, colusin o comisin, en los hechos ocurridos en Iguala.

    Pea Nieto gir instrucciones a las instituciones del gabinete de seguridad nacional para que contribuyeran al esclarecimiento de estos hechos, a dar con los responsables y a aplicar la ley de manera estricta, en el clsico lenguaje burocrtico y distante que suelen utilizar los polticos cuando no desean involucrarse. Pea Nieto no se ofreci a visitar Iguala, menos el estado de Guerrero, a pesar de que en dos aos realiz ms de diez giras acompaado por ngel Aguirre, y anunci ms de 37 mil millones de pesos de recursos pblicos para los principales afectados por los huracanes de 2013 y para su Cruzada Nacional contra el Hambre, en los municipios ms pobres de esa entidad.

    Apenas el 7 de noviembre de 2013, un ao antes de la tragedia de Iguala, Pea Nieto encabez un acto para dar a conocer el ambicioso Plan Nuevo Guerrero, con inversiones millonarias y tres ejes para transformar esa entidad en un ejem-plo de su nueva poltica de desarrollo social, tras los desastres naturales provocados por los huracanes Ingrid y Manuel.

    Pea Nieto afirm que el Plan Nuevo Guerrero con-sistira en: a) Inversin en infraestructura que incluyera el Puerto Balsas, la autopista Intercostera; un Plan de Conectividad para dar fibra ptica; un Plan Hdrico para rehabilitar y construir nuevas fuentes de abastecimiento de agua potable en ciudades como Acapulco, Chilpancingo, Iguala, Taxco y Zihuatanejo; b) Proyectos sociales para la productividad, incluyendo la construccin de Ciudad Mu-jer; el respaldo de 24 de los 81 municipios incluidos en la Cruzada Nacional contra el Hambre; c) Proyectos sociales con participacin ciudadana, como la puesta en marcha de 282 de 500 comedores, el Programa de Empleo Temporal, el Programa de Escuelas de Excelencia (que no incluy a la Normal de Ayotzinapa) y programas de reforestacin y restauracin de terrenos.

    En el optimismo absoluto, Pea Nieto afirm que la accin que el gobierno de la Repblica est emprendiendo significa tambin que volteemos los ojos hacia el Sur del pas, porque como lo hemos apuntado, lo que el gobierno est impulsando realmente es buscar un desarrollo armnico igualitario para todo el pas. El gran artfice de ese millona-rio Plan Nuevo Guerrero fue el secretario de Hacienda, Luis Videgaray, quien presumi que a travs del Fondo Nacional de Desastres (Fonden) ya se haban destinado 1,484 millo-nes de pesos en apoyos parciales inmediatos y estaban en

    vas de autorizacin poco ms de 20 mil millones de pesos para el ejercicio de 2014. En total, Videgaray anunci 37 mil 425 millones de pesos listos para ser ejecutados en 2014 y otros 30 mil 410 millones de pesos de 2015 a 2018. Una inversin que no tiene comparacin con otra entidad.

    El nico detalle es que el Plan Nuevo Guerrero, inspira-do por Videgaray y apoyado por el senador perredista de la entidad, Armando Ros Pitter, no contempl el problema de la inseguridad pblica, sealado por los habitantes como el de mayor preocupacin. El Plan Nuevo Guerrero pretendi evitar el contagio de la crisis de Michoacn, la entidad que ocup la atencin nacional e internacional a raz de la crisis de seguridad y el avance del narcopoder encabezado por Los Caballeros Templarios.

    Inspirado por esa bolsa multimillonaria de recursos presupuestales, ngel Aguirre presumi que ningn gobierno de la poca contempornea haba volteado, verdaderamente, los ojos hacia el sur, hacia Guerrero, para darle el trato que, por justicia, nos corresponde(versiones estenogrficas, 7 de noviembre de 2013).Para nadie era un secreto que haba una buena relacin entre ngel Aguirre y Pea Nieto. Aguirre se retir del pri cuando este partido design en 2010 a Manuel Aorve como candidato a la gubernatura. Aorve pertenece al grupo de Manlio Fabio Beltrones, el poderoso ex gobernador de Sonora, quien era adversario interno de Pea Nieto en la lucha por la candi-datura presidencial prista de 2012. Aguirre supo aprovechar esta rivalidad a su favor para salirse del pri, pero mantener el apoyo del Grupo Atlacomulco.

    Tampoco era un secreto que Aguirre tena muy buena relacin con el grupo dirigente de Los Chuchosen el prd. Gracias a ellos, l y Abarca fueron candidatos a gobernador y presidente municipal, junto con una decena ms de polticos guerrerenses. Aguirre apoy de manera abierta y con recur-sos la contienda interna del 2014 por la dirigencia nacional del prd, a favor de Carlos Navarrete, el sucesor de Zambrano.

    Por si se necesitaran ms elementos para hablar del vnculo entre Pea, Aguirre, Los Chuchos, Abarca y la esposa Mara de los ngeles Pineda, cuyos vnculos familia-res con el crtel de los Beltrn Levya y con los Guerreros Unidos haba sido ya investigado, ella fue inscrita en el nmero seis en el orden de prelacin como integrante de Nueva Izquierda-Poder Campesino Popular en la lista de candidatos a consejos estatales del prd. La tuvieron que bajar porque ya se haba fugado con su marido.

    El baile del terror se convirti muy pronto en el baile de los deslindes polticos. Pero la compuerta que se abri en Iguala con la desaparicin de los 43 normalistas fue apenas el inicio de una crisis mayscula: en la bsqueda de los jvenes aparecieron ms de 30 narcofosas.