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TEMA 19. ESPAÑA EN SU DIVERSIDAD REGIONAL. El proceso de

organización político-administrativa de España. Las Comunidades Autónomas y

regiones. Desequilibrios regionales. Políticas regionales y de cohesión.

1. El proceso de organización político-administrativa de España.

1.1. Evolución histórica de la organización político-administrativa de España.

En la Antigüedad, con el dominio romano aparecieron las primeras divisiones administrativas: en

tiempos de la República, la España Citerior y la España Ulterior. En tiempos del Imperio, la

Tarraconense, con capital en Tarraco; la Lusitania, con capital en Emérita Augusta; la Baetica, con

capital en Corduba.

En la Edad Media, coexistieron dos modelos diferenciados: Al Andalus, de población musulmana, y

los reinos cristianos del Norte. Las raíces históricas de la diversidad de España surgieron durante la

Reconquista de los reinos cristianos.

En la Edad Moderna, perduró un Estado dividido en reino pero unido por una misma dinastía: los

Austrias. No sería hasta la llegada de los Borbones cuando se instaura un Estado centralizado a

partir de los Decretos de Nueva Planta de Felipe V.

En la Edad contemporánea, en 1833, Javier de Burgos llevó a cabo la división en provincias y

fueron abolidos los fueros de Navarra y de las Vascongadas, por la participación en las guerras

carlistas. Con la industrialización, surgieron los nacionalismos periféricos de la mano de la

burguesía catalana y vasca.

En el s. XX, con la II República (1931-1939), se intenta dar una solución al problema regionalista

con la concesión de varios Estatutos de autonomía, que fueron derogados por Franco, tras la Guerra

Civil (1936-1939). Franco impuso, durante su dictadura, un Estado centralista y unitario. Tras su

muerte, la democracia recupera el Estado de las autonomías pues se define España como un Estado

plurinacional.

1.2. La organización actual:

El Estado español está organizado en:

1.2.1. Comunidades autónomas:

La Constitución de 1978 puso las bases del posterior Estado de las Autonomías.

Unas se crearon por la vía rápida (Cataluña y País Vasco, en 1979), otras, por la vía 151 (Andalucía,

en 1981), y, el resto, por la vía lenta, en 1983. En 1995 se completó el mapa autonómico con las

ciudades autónomas de Ceuta y Melilla.

Las autonomías tienen instituciones y competencias exclusivas como la educación y la sanidad.

Otras son compartidas con el Estado.

1.2.2. La administración provincial:

Las comunidades autónomas se dividen en provincias y municipios. Las provincias sirven de

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circunscripción electora. Su institución política de mayor rango son las Diputaciones Provinciales.

1.2.3. Los municipios:

Son las unidades territoriales más elementales. Están gobernados por ayuntamientos cuyos

representantes son elegidos cada cuatro años en las elecciones municipales, donde se eligen a los

concejales y, éstos, al alcalde de cada municipio.

1.2.4. Otras entidades:

Los municipios pueden agruparse en mancomunidades para prestar determinados servicios.

En las Comunidades de Aragón, Cataluña y Galicia, existe una división intermedia entre las

provincias y los municipios: las comarcas.

2. Factores de la diversidad regional.

2,1, Existencia de desequilibrios económicos, demográficos y sociales a nivel interregional e

intrarregional en España.

2.2. Factores de los desequilibrios:

Las diferentes condiciones naturales y la desigual distribución de los recursos.

La localización de las actividades económicas más dinámicas en cada momento histórico.

Las actuaciones humanas, que los han acentuado hasta épocas recientes en que se actúa con

políticas regionales para mitigar los desequilibrios regionales.

2.3. Indicadores de los desequilibrios:

Desequilibrios económicos: se estudian a través del PIB y PIB per cápita.

Desequilibrios demográficos: se estudian a través de la densidad de población.

Desequilibrios sociales: se reflejan en la renta bruta disponible de los hogares y en el nivel

de bienestar.

3. Desequilibrios regionales.

3.1. La evolución de los desequilibrios actuales:

3.1.1. Entre mediados del s. XIX y la crisis económica de 1975:

Factor fundamental de los desequilibrios: la localización de la industria moderna, que se

concentra en determinadas regiones dejando desiertos industriales.

Resultados:

a) Áreas más dinámicas: fueron las periferias cantábrica y mediterránea, Madrid, el eje del Ebro y las

islas Baleares y Canarias.

Las características de estas regiones fueron un mayor crecimiento del PIB y del PIB per cápita

que otras regiones, el aumento de su densidad de población por recepción de inmigrantes de las

regiones agrarias, el incremento de la renta bruta disponible de los hogares por encima de la

media nacional y la elevación del nivel de vida gracias a la dotación de buenas infraestructuras

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de transportes y servicios.

b) Áreas menos dinámicas: fueron las del interior peninsular.

Las características fueron un PIB y un PIB per cápita que crecieron bastante menos que las

regiones dinámicas, su población emigró hacia las regiones dinámicas, sufriendo el

despoblamiento y el envejecimiento; elevación de la renta familiar disponible fue menor y

recibieron menos infraestructuras y servicios.

3.1.2. Evolución durante la crisis económica de 1975:

Factor fundamental de los desequilibrios: la industria dejó de ser el factor explicativo de los

desequilibrios territoriales.

Resultados: aguda crisis en las regiones industriales y crisis menor en las regiones con

menor peso industrial. A su vez, se frenó el proceso de concentración espacial de la producción y

de la población en las áreas más industrializadas.

3.1.3. Situación actual:

Factor fundamental de los desequilibrios: Los nuevos factores de desarrollo son los

servicios, especialmente los servicios avanzados, la innovación y las nuevas tecnologías.

Resultados:

a) Ejes dinámicos: Madrid, la “Y” constituida por el País Vasco, el valle del Ebro y el litoral

mediterráneo norte (Cataluña y Comunidad Valenciana), los archipiélagos balear y canario.

En estas regiones el PIB per cápita se sitúa por encima de la media, se reduce la relación

entre tamaño demográfico y riqueza por la descentralización dentro de las grandes áreas

metropolitanas de población y actividades.

b) Ejes en declive: son los espacios muy especializados en sectores industriales maduros o en

crisis (Asturias y Cantabria).

En estas regiones, el PIB crece por debajo de la media, el PIB per cápita es inferior a la

media nacional, la población se estanca o retrocede por la reducción del crecimiento

natural (bajas tasas de natalidad y altas tasas de mortalidad) que conlleva un alto

envejecimiento de la población. La disparidad con los ejes dinámicos en renta bruta

disponible por los hogares y el bienestar es menor ya que partían de niveles más altos en la

etapa de desarrollo industrial.

c) Espacios menos dinámicos: son los espacios con mayor peso del sector primario, escaso

desarrollo de las industrias avanzadas y predominio de los servicios poco especializados

(hipertrofia del sector servicios), se localizan en Extremadura, Andalucía, Murcia, ambas Castillas

y Galicia.

Algunas comunidades como Murcia y Andalucía han incrementado su PIB por encima de la

media en los últimos años por el desarrollo del turismo y de una agricultura tecnificada,

pero su PIB per cápita sigue estando por debajo de la media nacional; hay disparidades

entre las bajas densidades de las comunidades del interior, motivadas por la emigración de

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épocas pasadas y las altas densidades del litoral, superiores a la media. La renta bruta

disponible de los hogares no alcanza la media nacional y se advierten carencias en

infraestructuras y servicios.

4. Las políticas regionales y de cohesión territorial.

4.1. Bases de la política regional y de cohesión territorial.

Las políticas regionales son el medio de paliar los desequilibrios regionales de un Estado y

de fomentar el desarrollo regional.

En España, la política regional se inició en la década de 1960, con los Planes de Desarrollo

(1964-1975). Estos se basaron en el fomento de la industria en áreas atrasadas (polos de desarrollo

y polos de promoción). Sus escasos resultados cuestionaron la eficacia de las actuaciones

centralizadas y, tras el ingreso de España en la CEE (1986) se desarrolló una nueva política

regional, marcada por tres hechos:

-El deseo de llevar a la práctica el principio de la solidaridad interterritorial establecido por la

Constitución.

-El establecimiento y desarrollo del Estado de las autonomías.

-El ingreso de España en la Comunidad Europea.

4.2. La política regional y de cohesión de la Unión Europea (2007-2013):

Tras su ingreso en la CEE en 1986, España se integró en la política regional europea. Desde

entonces, ha recibido fondos comunitarios para superar los desequilibrios regionales y fomentar la

cohesión de las regiones europeas.

Para conseguirlo, la política regional europea se propone tres objetivos en los que se

encuadran las correspondientes regiones europeas:

a) La Convergencia: son aquellas regiones con un PIB per cápita por debajo del 75% de la media

comunitaria que, tras el ingreso de los países de la Europa del Este en 2007, por efecto estadístico,

quedaron reducidas a Andalucía, Castilla-La Mancha, Extremadura y Galicia. Con la concesión de

las ayudas comunitarias se pretende aproximar las regiones menos desarrolladas a las mas

desarrolladas. Se incluyen las regiones de convergencia de ayuda transitoria (phasing-out): son

regiones que han salido del objetivo de convergencia por el efecto estadístico que supuso la entrada

de países del Este que redujo la media comunitaria, pero su ayuda se mantiene de manera transitoria

hasta 2013, son Asturias y Murcia.

b) La Competitividad Regional y el Empleo: pretende mejorar la competitividad y el empleo de las

regiones. Se benefician de estas ayudas las comunidades con PIB per cápita superior al 75% de la

media comunitaria. También están las comunidades que se benefician de ayuda transitoria, porque

han dejado de ser regiones de convergencia como Castilla León, Comunidad Valenciana y Canarias.

c) La Cooperación Territorial Europea: pretende mejorarse mediante proyectos de cooperación

transfronteriza (entre regiones europeas fronterizas), transnacionales (entre regiones de los estados

comunitarios) e interregionales (entre las regiones).

4.2.1. Los instrumentos de la política regional europea.

Fondos estructurales:

a) Fondos FEDER (Fondo Europeo para el Desarrollo Regional), que financia inversiones

destinadas a reducir los desequilibrios territoriales. Aporta los fondos a las regiones de

Convergencia, a las de Competitividad y Empleo y a la Cooperación Territorial Europea.

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b) FSE (Fondo Social Europeo): financia actuaciones destinadas a formar a los trabajadores y

luchar contra el desempleo en sectores más desfavorecidos de la población (jóvenes y mujeres,

parados de larga duración, etc.).

Fondos de cohesión: creados en 1992 por el Tratado de Maastricht para ayudar a los países

con una renta per cápita inferior al 90% de la media comunitaria a cumplir los criterios de

convergencia para la Unión Monetaria.

4.2.2. Consecuencias de la política regional europea:

Cesión de soberanía a la Unión Europea.

España y sus regiones ha recibido ayudas para favorecer la convergencia española con

Europa, por valor de más de 100.000 millones de € hasta 2006.

Ha reducido los desequilibrios entre las regiones españolas, al concentrar las ayudas en las

regiones más desfavorecidas.

Sin embargo, una batería de indicadores utilizados para medir los desequilibrios regionales

muestra que las regiones españolas evolucionan más favorablemente que la media de la UE en los

indicadores demográficos e infraestructuras de transporte, pero se sitúan por debajo de la media

comunitaria en los indicadores económicos de productividad, mercado de trabajo e I+D. De lo que

se desprende que las regiones de convergencia y de competividad deben mejorar su productividad.

4.3. La política regional del Estado español.

La Constitución Española de 1978 establece que el Estado debe velar por el equilibrio entre las

regiones y garantizar la aplicación del principio de solidaridad entre regiones.

4.3.1. Objetivos de la política regional estatal.

Los objetivos de la política regional son lograr un desarrollo regional equilibrado, que no fomente

los desequilibrios territoriales de décadas anteriores, potenciando a las regiones más desfavorecidas

y fomentando el potencial endógeno o capacidades propias de cada región.

4.3.1.1. Estrategias:

Para conseguir tales objetivos se plantean las siguientes estrategias:

Consolidar el crecimiento económico de las áreas más dinámicas.

Detener el declive económico de la cornisa cantábrica y recuperar su antiguo potencial de

crecimiento.

Impulsar el despegue del eje Mediterráneo sur (Andalucía y Murcia), incorporándolo al

dinamismo del eje del mediterráneo norte (Cataluña y Comunidad Valenciana).

Apoyar al resto de las regiones españolas, a través de inversiones en infraestructuras y la

diversificación económica.

4.3.2. Instrumentos de la política regional estatal.

Para conseguir estos objetivos, el Estado debe fomentar la actividad económica en las zonas menos

favorecidas y en las que atraviesan especiales dificultades económicas. Los instrumentos para

conseguirlo son la concesión de incentivos regionales y los fondos de Compensación

Interterritorial.

4.3.2.1. Incentivos regionales:

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Son ayudas financieras concedidas por el Estado a la inversión empresarial en ciertas zonas

con el fin de paliar los desequilibrios territoriales.

Las zonas de aplicación de incentivos se aplican según el PIB per cápita y la tasa de paro:

las regiones con PIB per cápita inferior al 75% de la media comunitaria perciben tipos de ayuda que

oscila entre el 30-40% de la inversión empresarial del Estado. Las regiones con PIB per cápita

superior al 75% de la media comunitaria reciben ayudas a tipos más bajos (entre el 10-15%). Todos

estos límites máximos de ayuda se refieren a proyectos de inversión de grandes empresas. En el

caso de las medianas empresas, el límite puede incrementarse un 10% y en el de las pequeñas

empresas, un 20%.

Los sectores promocionables son de industria, particularmente de tecnología avanzada;

agroalimentarias y de acuicultura, y establecimientos comerciales, turísticos y de ocio.

Los proyectos promocionables son los que supongan la creación de nuevos establecimientos,

su ampliación o la modernización de las instalaciones ya existentes.

4.3.2.2. Fondos de Compensación Interterritorial:

Para paliar los desequilibrios territoriales y hacer efectivo el principio de solidaridad entre

regiones, la Constitución estableció la creación de un Fondo de Compensación Interterritorial,

creado en 1980.

Hasta 1990 benefició a todas las comunidades autónomas, a partir de ahí solo lo reciben las

que tienen renta per cápita inferior a la media nacional. Los recursos de los Fondos proceden de los

Presupuestos Generales del Estado y son distribuidos entre las comunidades autónomas por las

Cortes.

4.4. La ordenación del territorio.

Las diferentes regiones llevan a cabo también políticas destinadas a paliar sus desequilibrios

internos y a fomentar su desarrollo económico, el bienestar social y la protección del medio

ambiente mediante políticas de ordenación del territorio.

El instrumento básico de la ordenación del territorio es la elaboración de un plan, en el que

se hace un diagnóstico de la situación actual y se establecen las actuaciones y recursos necesarios

para alcanzar unos objetivos, a corto y medio plazo.

El ámbito de la planificación territorial es la comunidad autónoma. Su ordenación

corresponde a las autoridades regionales que elaboran los Planes de Ordenación del Territorio. En

Andalucía, el Plan de Ordenación del Territorio de Andalucía, POTA, fue aprobado por el Decreto

206/2006, de 28 de noviembre de 2006.