1950.00.02 No Tenemos Ciudad Permanente TENEMOS CIUD… · WILLIAM MARRION BRANHAM 2 sirven al...
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NO TENEMOS CIUDAD PERMANENTE
(Historia De Vida)
Por William Marrion Branham
FEBRERO DE 1950. LITTLE ROCK, ARKANSAS. U.S.A.
Pero esto es para su gloria lo que yo digo. Dios le bendiga. Ahora,
en el capítulo 13 de Hebreos, me gustaría leer en la Escritura, porque
no hay servicio que esté completo sin la lectura de la Palabra de Dios.
Mi palabra fallará, la palabra de alguien más fallará, pero la Palabra de
Dios nunca fallará. Hebreos 13:10 al 14:
Tenemos un altar, del cual no tienen facultad de comer los que
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sirven al tabernáculo.
Porque los cuerpos de aquellos animales, la sangre de los cuales es
metida por el pecado en el santuario por el pontífice, son
quemados fuera del real. Por lo cual también Jesús para santificar
al pueblo por Su propia sangre, padeció fuera de la puerta.
Salgamos pues a El fuera del real, llevando Su vituperio.
(Ahora, aquí está mi texto). Porque no tenemos aquí ciudad
permanente, más buscamos la por venir.
2 Yo me imagino que mi voz tiene un ruidito, regresaré a… ¿Me
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puede escuchar bien en el balcón, en el segundo balcón?. Lo que
deseo hablar es sobre: “No tenemos aquí ciudad permanente”. Para
respaldar… y Ud. ore por mí. No hay uno que... y…
3 Yo pienso que cuando Abraham dejó la ciudad de Ur y la tierra de
Caldea, él estaba buscando una ciudad cuyo hacedor y constructor era
Dios. Ahora, había algo en Abraham al ver esa gran ciudad de Ur sabía
que lo mismo que había hecho que la gente la colonizará, que había
una atadura a una ciudad en algún lado, que era un tipo de eso, y por
instinto, o por la guianza del Espíritu Santo, él buscaba esa ciudad
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cuyo hacedor era Dios. Y él viajó aún a tierra extraña, profesando ser
peregrino y extranjero, buscando una ciudad y morando en carpas con
Abraham, Isaac y Jacob, así que entonces nosotros vemos esa ciudad.
4 No importa cuantos lugares Ud. haya visto, no importa cuan lejos
Ud. vaya, no hay lugar como el hogar (¿Es eso cierto?) ¿Cuántos aquí
hoy están alejados de casa, déjeme ver su mano?, ¿Sólo alejado de
casa?, ¡oh!, yo desearía poder cantar “Somos peregrinos y extranjeros
buscando una ciudad por venir”. Siendo tan humilde, no hay lugar
como el hogar.
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5 Tomemos un viajecito de regreso a casa, ¿Le gustaría hacer eso?,
yo creo que a todos aquí le gustaría tomar un pequeño viaje al hogar,
¿O no le gustaría hacerlo y regresar al hogar?, no hay lugar a donde
Ud. vaya que aun se parezca a esa pequeña ciudad donde Ud. vivió, o
un pequeño lugar de morada ahí en el país. Yo mismo quiero caminar
hacia atrás al camino, con cada unos de Uds. en esta tarde y tomar una
pequeña caminata de la tarde para repasar de nuevo las cosas.
6 Lo primero que viene a mi mente esta vez, es un pequeño hogar
construido ahí por los campos de retama (de salvia), y unos de esos
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viejos árboles de manzana alrededor de donde mi padre y mi madre
y su pequeña familia vivían, un pequeño lugar humilde. La…Nosotros
éramos muy pobres. Papá tuvo un tiempo difícil, él era un hombre
muy pobre. El trabajaba por setenta y cinco centavos al día cortando
madera. Mi padre tenía un hábito muy malo, bebía. Estoy apenado de
tener que decir eso, pero es la verdad. Y él… mi padre murió en mis
brazos, parece ser que él trabajaba tan duro, que cuando entraba, su
espalda estaba quemada por el sol y su camisa pegada en su espalda, y
mi madre tenía que romperla para soltarla. No me interesa lo que él
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haya hecho, él es mi padre y yo no estoy avergonzado de él, yo lo
amo. El se ha ido hoy, pero él aun es mi padre.
7 Y jóvenes, recuerden. Si Ud. es un afortunado hoy el tener un papá
y una madre que viven, ámeles, hónreles. La hora vendrá cuando Uds.
pensarán que ellos son la gente más grande en el mundo, si Ud. no lo
hace ahora. Y pequeños, nunca los sobajen con esta palabra: “Hombre
viejo” y “mujer vieja”. Ellos no son el anciano y la anciana. Ellos son
papá y mamá. Y uno de estos días cuando ellos salgan del cuarto, el
cadáver o las flores, Uds. oirán que son bajados a la tierra, el pastor
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diciendo: “Cenizas a las cenizas y polvo… “ ya no será entonces el
hombre viejo”, ya no será allí la “mujer vieja”, será “madre”. Uds.
estarán agarrando sus manos y llorando. Eso es cierto. Ahora,
mientras ella está viva, denle flores ahora, denle a su papá sus flores.
Eso es cierto. Ahora, y la mejor flor que pueden darles es obedecerle. Y
esa es la primera promesa en la Biblia, el primer mandamiento con
promesa: “Honra a tu padre y a tu madre, para que tus días en la tierra
sean alargados, que el Señor Tu Dios te ha dado”.
8 Mi papá trabajaba en una hacienda. Yo recuerdo a mi mamá… los
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muebles que teníamos en la casa eran unas sillas de nogal viejo.
¿Cuántos recuerdan esas viejas sillas de nogal, que era envueltas…?
Bueno, no soy la única persona del campo aquí ¿Lo soy? Y nosotros
teníamos una vieja lampara de queroseno con un viejo búho ululando
sobre la chimenea, ¿Recuerdan esos viejos búhos?. Yo tenía que
limpiar el que teníamos porque mi mano era tan pequeña, yo tenía que
limpiar la chimenea. Y teníamos una vieja estufa de cocinar en la
cocina. Y papá cortaba la madera y nosotros la metíamos y poníamos
debajo de la estufa. Y nosotros como niñitos le ayudábamos a cortarla.
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Y nosotros teníamos una mesa. Y detrás de la mesa una banca. Papá
tomo una pieza de un gallinero e hizo una banca que nosotros todos
los muchachitos nos sentábamos sobre ella. Nosotros teníamos tres
sillas. Así que nos sentábamos sobre…
9 Y yo recuerdo la cabaña, la parte frontal de ella tenía un piso. Tenía
un cuarto enfrente y un pequeño medio cuarto atrás. Y nosotros
teníamos uno de esos viejos… lo que llamamos estufa de… o estufas
hecha de un tambo puesta sobre un tronco. Y allí cocinaba mi madre. Y
ella gritaba: “La cena está lista”. Y ¡Oh!, había como cinco de nosotros
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pequeños Branham que corríamos allí, y nos lavábamos nuestras
caras, nos arreglábamos ese cabello hacia abajo, y brincábamos detrás
de la mesa. Y una grande cazuela de comer, cocinada, era una vieja
caldera de tres patas… ¿Cuántos las recuerdan?, yo amaría tener una
cena salida de ahí ahora mismo.
10 Ella tomaba carne y hacía un estofado. ¿Cuántos saben lo que es un
guiso de Mullivan?. [Guisado compuesto de nabos, zanahorias, col,
papas, frijoles, maíz y un trozo de carne. Todo hervido junto.—
Traductor] ¿Soy el único irlandés aquí, lo soy?, así que ella ponía ese
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guiso allí, y nosotros teníamos…
11 Mi plato era uno delgado, francamente era una grande tapa de
cubeta que estaba volteada, así que yo agarraba una buena porción
cada vez que la cacerola pasaba y se servía el estofado. Y nosotros
horneábamos pan de maíz en un molde (¿Cuántos recuerdan esos
viejos panes de maíz horneados en un molde?) cortados en la mitad,
puestos sobre de ellos. Y yo me sentaba junto a papá, porque cada uno
rompía su propio pan, así que cuando él venía por allí, yo partía la
esquina, porque estaba más dorado allí. Y eso era tan bueno. Así que a
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mí me gusta eso todavía. Sí señor, seguramente que sí.
12 Yo he comido en muchos buenos lugares, y en algunos de los
mejores que hay en la nación, que los ministros amigos míos me han
llevado a comer, de lo cual yo estoy muy agradecido, pero amigos, yo
daría cualquier cosa que yo tuviera o que aun tendré, si pudiera
sentarme atrás de esa vieja mesa una vez más, y mirar a mi padre
sentado allí, y comer algún guisado Mullivan con él. Ya nunca más lo
haré, eso es cierto. Eso ya se terminó para siempre. Gente joven,
disfrute su niñez. Ame a Dios.
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13 Veo a todos mis hermanos sentados allí, niñitos muy saludables,
algunos de ellos están en la eternidad. Yo no puedo hacer eso ya más.
Porque aquí, nosotros no tenemos una ciudad permanente, pero
estamos buscando una por venir.
14 Yo solía ver a mi padre cuando él entraba, él era un hombrecito de
mi tamaño, pero fuertemente construido. Y él levantaba sus mangas
así. Y nosotros teníamos una casa… el viejo árbol de manzanas,
teníamos un lavadero allí con una vieja pieza de vidrio que pusimos en
el árbol y una toalla hecha de un costal. Y nosotros salíamos allí y
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lavábamos en esa vieja banca y entonces nos lavábamos por afuera.
Había una banca alrededor del árbol.
15 Veo a mi papá cuando él se peinaba su cabello negro ondulado, y
los músculos sólo sobresalían sobre sus brazos. Yo pensé: “¡Oh!, mi
papá vivirá mil años”. Yo pensaba eso. Yo admiraba a mi papá, y yo
pensaba: “¡Qué fuerte es él!”, yo decía: “Bueno, él vivirá y vivirá y
vivirá, porque él es tan fuerte”. El murió a los cincuenta y dos. Porque
aquí no tenemos una ciudad permanente.
16 Ahora, yo pensé: “¡Oh! Esa casa, que grande”, detrás de ella había
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troncos. Era como de troncos amarrados por fuera. Yo pensé: “¡Oh!,
esa casa permanecerá por cientos de años”. Y hoy hay unos
condominios. Aquí no tenemos una ciudad permanente, pero estamos
buscando una por venir. Eso es cierto. Yo pasé por allí antes de llegar
aquí. Y tuve un gran dolor en mi corazón. ¡Oh! Dios, ¿como puede eso
cambiar solamente en veinte años y haber una diferencia en un lugar
así?, pero aquí, no tenemos ciudad permanente. Estamos buscando
una por venir. Y yo pensé de papá. Y también nosotros… recuerdo
cada domingo por la noche, íbamos al pueblo a pagar la cuenta de
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víveres y cada vez que la pagábamos, el señor Groover (el tendero)
nos daba una bolsita de dulces. Y creo que nuestra cuenta era como de
tres dólares a la semana, y mi papá sólo ganaba cuatro y medio.
17 Así que mamá conseguía unos comestibles en… mi esposa está aquí
sentada. Tengo miedo de decir que comestibles eran, porque yo me
equivoco de eso cada vez. De todas maneras, era algún tipo de cosas,
como Ud. sabe, que ellos solían hacer camisas con eso. Yo recuerdo
una vez en mi iglesia, yo le dije a… una de las peores cosas que yo hice
en mi iglesia, es que íbamos a tener una noche humilde el miércoles
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por la noche y dije, mi coro estaban sentados todos detrás de mí y
yo dije: “Y ese…que…g-h-a-na-g-h-han Jim Han, eso es lo que es
llamado Jimhan y yo dije: “Yo estaba tratando de pensar de eso. Y hay
un lugar en el camino llamado Jim Han -colegio Jim Han. Y trataba de
pensar de eso, y yo dije: “Estoy seguro que cometo un error cuando
digo eso”.
18 Así que yo tenía una niñita de nombre Irene Wisehart, cantando en
el coro. Yo dije: “Hermana Wisehart, cuando regrese si olvido eso,
dime lo que fue”. Así que yo no entendía cosas como esas.
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19 Y yo dije: “Ahora, el miércoles por la noche es una noche de
humildad aquí en el tabernáculo”, yo dije: “Ahora, todos Uds.
hermanos, usen sus ropas de trabajo, usen sus overoles. Yo voy a
predicar en mis overoles. Yo dije: “Uds. todos vengan con sus overoles
y Uds. mujeres usen sus…” yo dije eso caminando de regreso. Yo me
regresé, y ella dijo: “Jim Han, Jim Han”. Yo dije: “Su vestidos greyhound
[Greyhound, línea de autobuses.—Traductor]”, y ¡oh!, …eso fue lo peor
que yo hacía. Y todos comenzaban a reírse de mí, yo pensé: “Creo que
ya lo dije”. Así que yo dije: “Lo que eso sea, es como en esta cabañita
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aquí”.
20 Entonces una noche cuando volvía a casa, estaba patrullando. Y yo
solía cargar esos grandes y viejos pañuelos rojos. Cuando Ud. caza, Ud.
sabe, Ud. debe tener un pañuelo rojo. Y yo cargaba uno en mi bolsa. Y
una noche yo corrí y…vivíamos en una cabaña de dos pequeños
cuartos. Y yo corrí por la calle rápidamente a la iglesia. Yo iba tarde,
Ud. sabe, y me vestí en el cuarto, y me cambié la ropa. Y yo estaba allí
predicando, Ud. sabe, y empecé a sudar. Y me hice para atrás y tomé
este pañuelo, y comencé a moverlo así. Y miré, y eso era ese grande y
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viejo pañuelo rojo. Yo vi a mi esposa mirándome, y yo dije: “¡Oh!,
tengo miedo de esos pequeñitos, miedo de tragármelos”. Así que yo
dije: “…Hay dos de los peores que yo conozco… habían ido en—en—en
la iglesia”.
21 Pero yo recuerdo que papá nos llevaba el sábado por la noche y
pagaba la cuenta de comestibles, y tomaba esas bolsas de dulces, y
nosotros teníamos un pequeña y vieja carreta. Uds. aquí las llaman de
otra manera. Y ellos lo ponen paja en la parte de atrás y se pone frío, y
nosotros nos envolvíamos en cobijas y bajábamos allí. Y estaría
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nevando y ellos pagaban la cuenta de comestibles.
22 Y todos esos pequeños irlandeses sentados allí esperando, (Ud.
sabe), para que viniera este dulce, entonces nosotros nos salíamos y
esos dulces tenían que ser partidos igualmente entre todos. Si había
un pedazo sobrando, eso era partido en muchas piezas. Para estar
seguro, todos esos pequeños ojos azules lo observaban, para estar
seguro que no se les engañara. Así que nos sentábamos y comíamos
eso.
23 Y yo jugaba un pequeño truco con ellos. Yo… ahora, nosotros no
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podíamos comerlo, no podíamos mascarlo porque valía mucho, esa
vieja barra de dulce. Y yo… nosotros la chupábamos de vez en cuando,
entonces la guardábamos, Ud. sabe esperábamos un poquito,
descansábamos, y la volvíamos a chupar.
24 Bueno, yo recuerdo que yo les hacía un truco a ellos, yo chupaba
mi pedazo por un buen rato, y luego lo envolvía en un pedazo de
papel, y lo ponía en mi bolsa. Y yo tenía algo el lunes. Y yo lo chupaba
de nuevo, y les decía a todos los muchachos: “¿Desearían tener algo?”,
y yo sólo ponía allí ese pedazo y el polvo y el dulce todo eso envuelto…
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y ellos eran sabrosos. Y creo que yo podría ir mañana y comprarme
una caja completa de chocolates Hershey, si yo quisiera. Pero eso
nunca sabría como aquello. Eso es el dulce genuino.
25 Y yo recuerdo cuan gloriosos eran esos viejos días y como eso al ir
a la escuela… cuando venían los días de ir a la escuela, nosotros
íbamos a la escuela. No teníamos ropa para usar sino sólo lo suficiente
para—que legalmente posible pudiéramos ir.
26 Y yo recuerdo al ir a la escuela todo el invierno usaba un zapato de
mamá y uno de papá. Eso es cierto. Yo tenía… nosotros le llamábamos
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un boot-n-gager, y yo tenía un zapato de mamá sobre este pie y el
de papá en el otro, y esto es terrible decirlo, pero es la verdad. Es la
verdad.
27 Y yo recuerdo que no tenía ni una camisa para usar ese invierno. Y
la señora Wathan, una dama rica que vivía allí por el camino cerca de
nosotros, me dio un pequeño abrigo que tenía un pequeño emblema
de águila sobre de él. Y yo saqué ese abrigo así, y me fui a la escuela. Y
recuerdo que estando ahí sentado, como que me dio calor, Ud. sabe. Y
la maestra dijo: “William”, yo dije. “Sí señora”, ella dijo: “¿No tienes
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calor? Será mejor que te quites ese abrigo. Yo no podía quitármelo,
porque no tenía camisa debajo. Así que yo dije: “Bueno, yo—no
señora. Yo dije: “Yo sólo tengo un poquito de frío”. Y tenían una gran
estufa allí, ella dijo: “Para que no agarres un resfriado, ve allí”.
28 Así que yo recuerdo que esa primavera cuando yo me puse mi
primer camisa, yo tenía una prima, una niña, Lucila Hare, la hija de la
hermana de mi padre. Ellos vinieron a visitarme. Y cuando ella partió,
ella dejó uno de sus vestidos. Y—y—yo corté la parte de la falda, y usé
la otra parte de arriba como una camisa. Y fui a la escuela, y yo tenía
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aquí estos pequeños… ¿Qué es esa cosa, que va de arriba para abajo,
Ud. sabe, como ellos se lo ponen alrededor de las orillas de los
vestidos? Esa cosa, lo que sea… no me acuerdo. [Relieve.—Editor] y
así que nosotros…por donde quiera... así que eso es… [Cinta en
blanco.—Editor].
29 Y allí bajábamos por la colina, bueno, nosotros no estábamos
deslizándonos como el resto de los muchachos, pero nos estábamos
deslizando de todas maneras. Así que nosotros estábamos llegando
allí de todas formas en este viejo deslizador. Bueno, todo eso estaba
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bien, pero… algunos de los muchachos tenían... ¿Ud. ve? Así que
después de un rato, se salió el fondo de eso, así que ya no tuvimos más
deslizador, y nosotros fuimos al río, y yo tomé un viejo y grande
tronco, pusimos un alambre sobre de él, y lo jalamos a la cima de la
colina. Y montábamos este viejo tronco hacia bajo de la colina.
30 Yo nunca olvidaré un evento que aconteció allí, hay un muchacho
llamado Lloyd Ford. Hermano donde quiera que Ud. esté, mi pastor
asociado, que está aquí en algún lado le consiguió un trabajo. Eso fue
en el tiempo de la guerra mundial. Así que él se consiguió un trabajo
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vendiendo revistas de exploradores. Tenía que usar esos trajes de
niño explorador. Y todo entonces estaba en guerra, Ud. sabe, y el
ejército, ¡Oh!, cuanto quería yo vestir como un soldado. Yo veía esos
viejos soldados, venir allí e ir y subir al camino muy atentos
caminando y en la escuela nosotros teníamos un viejo palo de
sasafrás, y levantamos la bandera, y esos soldados venían y la
saludaban. Yo pensé: “Cómo…” ¡oh!, mi corazón sólo golpeaba.
“Cuando yo sea lo suficientemente grande, voy a unirme al ejército. Yo
conseguiré bastante ropas para usar. Y yo… Y si yo puedo unirme al
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ejército”. Pero cuando fui lo suficientemente grande, yo estaba muy
delgado para entrar al ejército, y ellos no me aceptaron. Pero alguien
me aceptó. Eso es cierto. Yo estoy en un ejército hoy. Ud. no pudiera
ver mi uniforme, pero yo sé que lo tengo puesto de todas maneras. Es
en lo interior, yo estoy en el ejército del Señor.
31 Así que en la guerra, yo traté de ser voluntario, pero ellos no me
recibieron. Así que ellos nunca me llamaron. Pero me pusieron como
un ministro, y ellos nunca me llamaron. Creo que mi educación estaba
tan pobre para ser clasificado como un capellán. Y entonces siendo un
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ministro ellos no me escogieron. Así que allí estaba, yo fui dejado
fuera. Pero de una forma o de otra, aun con mi flacura, siendo sin
educación y todo lo demás, Dios me envió como un recluta un día, y yo
contesté, y yo estoy en su ejército ahora, y yo estoy haciendo lo mejor
que puedo para ganar las batallas más grandes que han sido peleadas,
una lucha contra el pecado y lo malo, y por la justicia.
32 Y yo recuerdo que le pregunté a Lloyd Ford: “Lloyd ¿Me darás ese
traje cuando esté desgastado?”. El dijo: “Sí, yo te lo daré”.
33 Y ese fue el traje que yo jamás he visto que usé más tiempo. El usó
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ese traje, se miraba como… cuando lo vi una vez, él vino y lo tenía
perdido, yo dije: “Lloyd ¿Qué acerca de ese traje?”. El dijo: “Veré si lo
puedo encontrar Billy”. Miró alrededor. El dijo: “No señor, tú sabes, mi
mamá parchó la ropa de papá con eso, y los perros lo usaron como
colchón, y ellos se lo acabaron”. Y dijo: “La única cosa que me queda es
una pierna”. Yo dije: “Tráeme eso”. Así que era una pequeña y vieja
pierna de pantalón así, con una tira al lado. Así que yo tomé esa
pierna, Ud. sabe, y la usé allí en casa. Me la puse. Bueno, que bien se
miraba eso, Ud. sabe, una pierna. Yo pensé: “Bueno, eso se siente bien”.
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Yo quería usarla en la escuela, pero yo no sabía como iba a usarla
en la escuela. Así que yo me la puse dentro de mi abrigo.
34 Y yo estaba montando en ese tronco un día y yo fui y descendí de la
colina y ¡Oh!, yo me levanté, y dije: “Me herí mi pierna”. Yo dije: …mis
calcetines. Como Ud. sabe tenía grandes hoyos en ellos. Y yo dije: “Yo
me herí mi pierna terriblemente”. Yo dije: “Eso a mí me recuerda, yo
tengo una pierna de los Boy Scouts en mi abrigo”. Y me puse esa
pierna allí. Caminé hacia la escuela. Ud. sabe, como cojeando, pero
haciendo que todos miraran a esa pierna de pantalón. Así que yo tuve
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que pasar al pizarrón para resolver problemas, así que ellos no
notaron que yo sólo tenía una pierna de pantalón, y yo me paré a un
lado, y la puse sobre ese lado y estaba así, resolví los problemas así,
mirando a ver si todos estaban mirándome con eso puesto, Y todos se
rieron de mí, bueno, yo comencé a llorar, así que ella me hizo venir.
Pero ¡oh!, algo allí… yo tengo un par de pedazos de pierna hoy, de la
cual no estoy avergonzado, eso es cierto, el evangelio de Jesucristo. Y
entonces, muchas grandes cosas sucedieron en la niñez allí, que yo no
tendría tiempo de acercarme.
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35 No hace mucho tenía un avivamiento en Texas. Regresé a casa y
mi esposa... yo tengo mi esposa, yo y el bebé tomamos el camino, y yo
estaba tan cansado, yo sentía como que me caería. No podía pararme.
Y en el camino a casa yo estaba manejando, y me dormí. Y manejé
como un par de millas y me detuve. Y yo trataba de dormir, y
despertaba. Y manejé un poquito más lejos, y me dio mucho sueño,
que casi me salgo del camino. Y yo me detuve y pensé: “Esto es
terriblemente peligroso, pero yo debo llegar a casa”. Y yo me hice a un
lado en el—me hice un lado de mi carro y traté de dormir. Y desperté
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después de un rato, ¿y sabe lo que sucedió? Yo estaba manejando,
me salí del camino, y estaba allí afuera del camino en un pastizal de
ganado, sosteniendo mi mano y diciendo: “Hermana créalo. Eso es
todo lo que Ud. tiene que hacer. Si Ud. logra sanar créalo”. Estaba allí
en el pastizal a donde yo corrí, donde me fui a un lado del camino en
ese campo durmiéndome. Había una gran multitud de gente
esperando allí. Así que mi esposa y yo subimos al carro y tomamos el
camino.
36 Y yo pasé por la vieja casa de escuela, también se ha acabado,
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porque no tenemos ninguna ciudad permanente. Y cruzando allí,
ellos solían tener al señor Watan. Y… ellos viven allí. Hay una bomba
de la que quiero beber. Y yo pensé, como David una vez quería una
bebida de aquel pozo. Y yo fui allí y comencé a bombear el agua, y mi
esposa y el bebé, y ellos estaban cortando violetas. Y yo estaba
recargándome en la vieja barda, y mirando a la vieja colina donde
estaba la escuela, y los árboles y esas cañas de azúcar que solíamos
cortar y chupar el jugo de ellas en la primavera del año, Ud. sabe,
cuando salían. Y yo pensé: “ ¡Oh!, yo solamente podía imaginarme
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viendo todos esos muchachitos alineados allí con sus manos sobre
los hombros unos de otros caminando, y la bandera arriba y nosotros
yendo, la maestra con una vara grande de sauce, alineándonos
correctamente. Y yo miré sobre la colina, y vi el viejo hogar donde
estaban unos condominios. Allí abajo, la vieja escuela había
desaparecido. Y ¡Oh!, mi corazón comenzó a hincharse, y pensé: “No
tenemos aquí ciudad permanente, pero estamos buscando una por
venir.
37 Y yo recuerdo a los muchachos que yo solía…yo dije: “Déjenme
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pensar. Ralph Fields, ¿Dónde está él?. El se ha ido, ¿Dónde está
Howard Higgins?, él está muerto. ¿Dónde está mi hermano? Se fue. No
tenemos aquí nada permanente…¿Dónde está papá? El se ha ido.
¿Dónde está Charles? Se ha ido. ¿Dónde está Edward? Se ha ido”. Yo
pensé: “¡Oh! Dios, tan pronto como alguien mire sobre este terreno y
diga: “¿Dónde está Bill? Y se ha ido. No tenemos aquí ciudad
permanente. Comienzo a pensar de ello, y mi corazón comienza a latir.
38 Yo recuerdo un pequeño truco sucio que yo le hice ahí a mi
hermano. No es algo malo que Ud. me reproche. Pero yo recuerdo un
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día que mamá nos dio palomitas de maíz para llevar a la escuela
con nosotros. Nosotros no comíamos con el resto de los niños.
Siempre corríamos a la colina a comer, porque nosotros... el resto de
los niños podían llevar emparedados. Y nosotros solíamos tener una
pequeña olla, y allí habría ejotes y una pieza de pan de maíz puestos a
un lado y dos cucharas y quizá una pequeña... llena de eso. Y nosotros,
Ud. sabe, y ambos nosotros nos sentábamos y comíamos de esta olla
con esta cuchara, y comíamos nuestro pan y lo pasábamos el uno al
otro. Nosotros nos apenábamos ante los niños, y corríamos a la colina
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y comíamos detrás de los árboles allí.
39 Recuerdo que mamá nos hacía palomitas de maíz en Navidad, y
teníamos un saco de ellas. Las llevábamos a la escuela, las dejábamos
en el guardarropa. Y yo tenía un pequeño truco, yo levantaba mi mano
a la maestra y ella decía: “¿Qué es lo que quieres William?” Yo decía:
“¿Me da permiso?” Decía: “Sí señor.” Y salía del edificio, llegaba al
guardarropa, metía mis manos en ese costal, y tomaba un gran puñado
de esas palomitas de maíz. Salía y permanecía detrás de la escuela y
me las comía para estar seguro de que yo tenía mi porción de ellas. Y
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yo me las estaba comiendo, y nunca olvidaré cuando el tiempo de
recreo venía. Salíamos y agarrábamos nuestra cubeta y agarrábamos
nuestras palomitas de maíz. Mi hermano miraba ese saco, la mitad de
ello ya se había desaparecido. El decía. “Hey, algo sucedió aquí. ¿O
no?” Yo decía: “Seguro que sí.” Y entonces, yo sabía qué había
sucedido. Yo me había comido sus palomitas de maíz. Así que… Pero él
compartía el resto de eso.
40 Y estando ahí parado sobre esta barda, yo pensé en todas esas
cosas, él es el que se ha ido. El murió en el hospital llamándome
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cuando yo estaba en Arizona hace muchos años.
41 Amigos, si yo tuviera cien millones de dólares ante mí, yo daría
cada cosa de todo eso que yo tuviera si yo pudiera darle esas manos
llenas de palomitas de maíz de nuevo. El no podría hacerlo. El se ha
ido. Y yo pensé: “¡Cuán difícil tuvo él que vivir! El murió cuando sólo
era un muchacho.” Y cómo tratamos de compartir nuestras ropas uno
con el otro. Y justamente antes de que él muriera, él puso su mano
sobre su corazón y dijo: “Yo nunca viviré para ver a Billy de nuevo.”
Pero dijo: “Díganle que él es mi hermano favorito.” Y cuando yo estaba
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pensando allí acerca de eso, yo comencé a llorar. Mi esposa me dijo:
“Bueno, ¿Por qué no vienes a casa a descansar?” Y ella vio lo que
estaba sucediendo; así que ella me alejó de allí. Y tomamos el camino.
La vida cuando uno es un niño... eso fue en la infancia. Me apuraré.
42 Y yo era un joven, yo vi cómo las mujeres vivían. A mí nunca me
gustaron esas muchachas, nunca me gustaban las mujeres, porque vi
suficientemente como vivían. Si hay algo que yo respeto en una mujer,
es que sea verdadera. No me interesa si ella es de cualquier—de color,
blanca; o lo que ella sea. Si ella es realmente una dama, ella se merece
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el más alto de los respetos. Dios conoce eso. Y yo propuse en mi
corazón cuando era un niño, que yo no tendría nada que hacer con las
mujeres. Yo sería un cazador toda mi vida, y eso es lo que hice amigos.
Y yo vivía en los bosques, cazaba toda la noche. Y eso es porqué… Allí
es donde yo aprendí de Dios, fue por la naturaleza.
43 Yo recuerdo cuando… Por supuesto, cuando yo llegué a los
diecisiete o dieciocho años, como todos los muchachos… Un amigo
mío Jim Poole, que su papá tenía un carro. El tenía una amiguita que
quería conocerme. Y Ud. sabe cómo uno es. Yo vi esa niñita y pensé
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46
que ella era la cosa más hermosa que yo había visto. Ud. sabe,
dientes como perla, ojos como una paloma, cuello como un ganso. Oh,
la cosa más hermosa que Ud. ha visto. Así que dijo: “Ella quiere
conocerte Bill.” Yo dije: “Oh, yo no sé hablarle a una mujer.” Dije: “Yo
no puedo hacer eso.” El dijo: “Oh, vamos.” Así que yo hablé con ella
unas cuantas veces. Y después de un rato él dijo: “Conseguiré el carro
viejo de mi padre.” Dijo: “Nosotros vamos a dar un paseo con nuestras
amigas.” Yo pensé: “Bueno, ahora eso no sería malo.”
44 Así que nos fuimos, nos detuvimos allí a comprar unos
NO TENEMOS CIUDAD PERMANENTE (HISTORIA DE VIDA) 47
emparedados, y yo entré, y compré unas Coca Colas y algunos
emparedados, y regresé de nuevo. Y nos los comimos y regresé las
botellas de Coca Cola. Cuando regresé para mi sorpresa, mi amiguita
estaba fumando un cigarrillo. Bueno, yo siempre tuve mi opinión de
una mujer que fuma cigarrillos, y no la he cambiado desde entonces.
Es la cosa más baja y degradante e inmoral que una mujer puede
hacer. Yo no estoy aquí para predicar el Evangelio de esa manera. Uds.
predicadores harán eso.
45 Pero mujer, si Ud. fuma, por misericordia aléjese de eso. Qué vulgar
WILLIAM MARRION BRANHAM
48
se ve en una mujer que fuma un cigarrillo. Bueno, es la cosa más
baja. Yo preferiría verla borracha cualquier tiempo.
46 Y escuche. Ud. habla acerca de un sabotaje. No se preocupe que
venga Rusia y nos tome. Rusia no nos va a lastimar, nosotros estamos
lastimándonos a nosotros mismos; es nuestra propia moral decadente
la que nos está lastimando. Nos estamos corrompiendo a nosotros
mismos.
47 Las estadísticas mostradas por los doctores, creo que dicen que el
ochenta por ciento de la mujer que tiene hijos y que ha fumado
NO TENEMOS CIUDAD PERMANENTE (HISTORIA DE VIDA) 49
cigarros, que si ellas crían sus bebés por el pecho, (Como deberían)
en dieciocho meses el niño morirá. Eso lo mata; el veneno de nicotina
en la leche de la madre. ¿Por qué? Sabotaje, la quinta columna…
48 Yo aún digo que lo que este mundo necesita hoy no es un
presidente nuevo, necesita un avivamiento antiguo de San Pablo, y el
Espíritu Santo de la Biblia de regreso en la iglesia. Yo creo que eso es
cierto. Sí, eso es exactamente lo que ella necesita.
49 Y las mujeres, como ellas podían fumar. Y pensé que esa era una
cosa terrible ver a una mujer fumar. Bueno, eso sólo rompió mi
WILLIAM MARRION BRANHAM
50
corazón. Y yo no podía soportar eso. Yo no quería nada que ver con
eso. Así que sólo la dejé. Así que esa fue la primera vez que el Angel del
Señor me apareció cuando… Ella se rió de mí. Me llamó un afeminado.
Ella me hizo caminar de allí a casa. (Eso es cierto) Ella dijo: “Bueno, tú
gran afeminado, no me gustaría regresar contigo.” Y yo dije: “Tú no
tienes que hacerlo.” Dijo: “¿Tú no fumas?” Y yo dije: “No.” Y dijo:
“¿Tampoco tomas?” Y dije: “No.” Dijo: “¿Qué es lo que te gusta hacer?”
Yo le dije: “Ir a pescar, a cazar.” Por supuesto, eso no le interesaba a
ella. De todas maneras así pensaba yo de eso. Estoy contento ahora
NO TENEMOS CIUDAD PERMANENTE (HISTORIA DE VIDA) 51
que yo pensaba así. Eso es cierto. Amén.
50 Escuchen amigos, no es el pájaro que pica a la manzana el que
lastima, es el gusano que está dentro el que mata a la manzana. Eso es.
Es el pecado en nuestro medios lo que nos está lastimando. (Eso es
cierto) Pecado en nuestros medios es lo que nos está matando.
51 Bueno algunos se preguntan como me casé, Bueno, cuando conocí
a mi esposa, ella era una joven cristiana, muy amorosa joven cristiana.
Y yo tenía 23 o 24 años entonces, y ella era de carácter muy dulce y
humilde. Y la conocí, y yo la llevaba a la iglesia, ella iba a la iglesia. Y
WILLIAM MARRION BRANHAM
52
era una fina mujer muy amorosa. Y salí con ella un tiempo, ella
venía de un buen hogar. Toda esta gente aquí, mis amigos de
Jeffersonville sentados enfrente, la conocieron, cómo ella era una
mujer muy amorosa. Ella está en su tumba hoy, ese es su cuerpo, su
alma está con Cristo. Y ella fue una mujer de un carácter cristiano muy
amoroso. Y yo anduve con ella un poco. Ella venía de un buen hogar.
Su padre, durante el tiempo de la depresión, ganaba alrededor de
seiscientos dólares al mes. El era un organizador de hermandad en el
ferrocarril de Pennsylvania. Yo ganaba veinte centavos por hora
NO TENEMOS CIUDAD PERMANENTE (HISTORIA DE VIDA) 53
haciendo pozos. Así que yo no podía casarme con la niña, yo no
pensaba.
52 Y yo pensé: “Bueno, si yo salgo con ella más tiempo, le estaría
quitando su tiempo. Ella era muy buena muchacha para dejarla ir. Y
ella sería una buena esposa de cualquier hombre.” Así que yo tenía
que dejarla ir o pedirle que se casara conmigo. Y yo no tenía el valor
suficiente para hacer eso. Creo que Ud. se pregunta cómo yo… Yo le
escribí una carta, y le pedí que se casara conmigo. Y yo dije: “Bueno,
yo…” no era: “Querida señorita, ¿Me aceptará?” Era un poco, lo que Ud.
WILLIAM MARRION BRANHAM
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llama sentimental, y yo como que hablaba con ella… Pero aquí… Yo
recuerdo que pensé: “Tengo que hacer algo, porque no es correcto que
tome su tiempo.” Así que le escribí una carta.
53 Y fui a trabajar esa mañana, estaba trabajando en la compañía de
servicio público. Y yo estaba muy nervioso al ponerla en el buzón, era
un domingo en la mañana. Yo la arrojé en el buzón, y pensé todo ese
día en eso. Yo pensé: “Oh, en esta noche, oiré de eso en esta noche, su
madre me llamará y me va a censurar duramente.” Y fui. Esa noche
todo estuvo bien.
NO TENEMOS CIUDAD PERMANENTE (HISTORIA DE VIDA) 55
54 Y yo la iba a ver el miércoles para llevarla a la iglesia. Así que
recuerdo, entonces, vino el miércoles, y yo estaba esa noche tan
nervioso. Yo no sabía qué hacer. Yo pensé: “¿Qué voy a hacer cuando
yo llegue allí?” Así que le pregunté a mi madre: “¿Ha llamado Hope?”
—“No” “¿Recibiste alguna carta?” —“No.” “Bueno, quizá se atoró, y no
salió del buzón.” Así que pensé: “Algo está sucediendo aquí.” Así que
salí y toqué el claxon afuera. Ella salió y dijo: “Entra.” Y pensé: “Oh, me
va a meter allí a donde está su madre ahora, y entonces yo realmente
voy a tener problemas.” Dije: “¿Estás tú lista?” Ella dijo: “Vamos a
WILLIAM MARRION BRANHAM
56
caminar a la iglesia.” Yo pensé: “Oh, bueno.” Así que dije: “Muy
bien.” Y nos fuimos. Y la señora Brumbach me miró y dijo: “Hola Bill.”
Dije: “¿Cómo está Ud.?” Así que yo estaba tan nervioso como podía
estarlo. Así que pensé que algo iba a suceder en cualquier tiempo. Ud.
sabe cómo se siente Ud. cuando está bajo esas tensiones.
55 Así que salimos y fuimos a la iglesia. Honestamente, yo ni aún oí lo
que el Hno. Davis dijo esa noche. El sólo predicó y no supe lo que él
dijo. Yo estaba asustado de que algo sucediera. Y la miré y pensé: “Oh
bueno, ella es muy bonita.” Y yo… “Ella va a decirme que esto es todo,
NO TENEMOS CIUDAD PERMANENTE (HISTORIA DE VIDA) 57
tan seguro como el mundo, porque yo podía decir lo que yo sabía
que ella iba a decirme: “Permanece en casa en esta noche después.”
Así que yo tenía todo preparado para lo que ella iba a decirme, y yo…
56 Y después de que terminó el servicio de iglesia, comenzamos a
caminar de regreso. Era una noche de luna llena muy bonita.
Estábamos caminando por la calle, y yo levanté mi vista para ver la
luna brillar a través de los arbustos. Proseguimos, Ud. sabe. Y yo la
miré, y pensé: “Bueno, no me gustaría que esta fuera la última noche,
pero creo que si la es.” Y yo continué caminando. Ud. sabe. Y dije:
WILLIAM MARRION BRANHAM
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“¿Cómo estás en esta noche?” Ella dijo: “Muy bien, ¿Cómo estás tú?”
Pensé: “Apúrate, dama, dime algo, antes de que me desmaye. No te
acerques tanto a casa.” Caminamos un poquito más lejos. Yo dije:
“Bueno, de seguro que es una noche muy bonita.” Ella dijo: “Sí la es.”
Pensé: “Bueno, apúrate, di algo…” Ud. sabe, las mujeres pueden
mantenerle así, bajo ese suspenso.
57 Y yo caminé adelante, y pensé: “Bueno, ella se está acercando
mucho a casa.” Yo dije: “ A—a… ¿Recibiste alguna carta esta semana?”
Ella dijo: “Ajá” Eso fue todo. Y yo dije: “¿Recibiste mi carta?” Ella dijo:
NO TENEMOS CIUDAD PERMANENTE (HISTORIA DE VIDA) 59
“Ajá.” Bueno, yo estaba ciertamente quemando energía entonces. Yo
dije: “Bueno, ¿La leíste?” Ella dijo: “Ajá.” Bueno yo dije: “¿Qué piensas
de eso?”. Ella dijo: “Estuvo bien.” “Whew”, yo dije: “¿La leíste toda?”
Ella dijo: “Sí, la leí toda.” Dije: “¿Qué piensas de eso?” Ella dijo: “Está
bien.” Bueno, nosotros nos casamos. Ahí estaba. Yo no sé cómo,
nosotros solamente nos casamos. Así que…
58 Bueno, la próxima prueba vino en cuanto tuve que pedirle a su
madre y a su padre. Bueno, yo sabía que era apropiado hacer eso. Así
que… yo nunca olvidaré a Charlie Brumbash. El pudiera estar sentado
WILLIAM MARRION BRANHAM
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aquí en esta tarde por lo que yo sé. Y su madre era una clase de
mujer muy remilgada. Una mujer muy fina, pero ella pertenecía a los
rangos altos. Ud. sabe. Así que Charlie era un buen viejo hermano
humilde. Y yo pensé que sería mejor pedirle a él y dejar que él le
pidiera a ella. El es un… Así que pensé que podía acercarme mejor al
hombre que de lo que de todas maneras yo pudiera hablar con la
mujer. Así que dije… Una noche yo estaba partiendo, Hope dijo: “¿Ya le
pediste a papá?” y yo dije: “No”. Ella dijo: “Bueno, tú deberías de
hacerlo.” Dije: “Yo sé que debería, pero yo no…” Hope dijo: “Pienso que
NO TENEMOS CIUDAD PERMANENTE (HISTORIA DE VIDA) 61
eso estará bien.”
59 Así que cuando iba a irme esa noche, él dijo: “Te veo más tarde
Billy.” Yo dije: “Bueno, Charlie.” El dijo… Yo dije: “¿Puedo hablar con
Ud. un poquito?” Yo dije: “Venga aquí afuera sólo un minuto.” Caminó
afuera del portal. Yo estaba sudando y temblando. Y yo Dije: “Charlie,
quiero pedirle algo.” El dijo: “Oh, tú puedes tenerla Bill. Prosigue, y sé
bueno con ella.” Oh, yo amo a este hombre. Yo lo amo hasta este día.
Yo le dije: “Charlie, yo no puedo darle la forma de vivir como Uds. lo
hacen, no puedo darle ropas como Ud. le compra. Pero yo le prometo
WILLIAM MARRION BRANHAM
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esto, yo la amaré con todo mi corazón, trabajaré hasta que mis
manos sangren para que ella viva. Y seré tan verdadero a ella como
pueda. El puso sus… El era un alemán. El puso su grande mano sobre
mí y dijo: “Bill, yo preferiría que tú la tuvieras y que fueras bueno con
ella, a alguien que tenga mucho dinero y la tratara mal.” Yo dije:
“Gracias Charlie.”
60 Nosotros nos casamos. No teníamos nada para empezar de
muebles y todo lo demás. Solamente teníamos… Les diré lo que
teníamos: Un pequeño y viejo lugar que rentábamos, mi renta me
NO TENEMOS CIUDAD PERMANENTE (HISTORIA DE VIDA) 63
costaba como cuatro dólares al mes. Y fui a un viejo lugar allí y
alguien nos dio una vieja cama antigua que se dobla. ¿Recuerda Ud.
esas viejas camas que se doblan? De colchón de paja, paja delgada en
ellas… Y entonces teníamos una pequeña y vieja mesa que compramos
en Sears, y sillas; tuvimos que pintarlas. Y así que las pinté. Y teníamos
dos tapetes de linóleum, lo obtuvimos de Johny Jobbers. Eso sólo era
un lugar de segunda mano allí en Jeffersonville. Mencioné eso para
que ellos puedan obtener el beneficio de eso. Así que teníamos…
Pienso que costaba un dólar y cuarto cada una.
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64
61 Y fui con el señor Weber, él era un vendedor de chatarra y
compré una estufa para cocinar. Y le di un dólar y algo por ella. Y tuve
que pagar un dólar y setenta y cinco centavos por conectarla. Obtuve
una hielera de la compañía de luz por cincuenta centavos, y un día la
tomé de un mercado. Y así nos amueblamos.
62 Pero amigos, eso sólo era un paraíso sobre la tierra. Nos teníamos
uno al otro. Yo me había convertido en ese tiempo, y me había
convertido en un ministro, yo estaba predicando. Y yo amaba al Señor
con todo mi corazón, y nos amábamos uno al otro. Y eso es todo lo que
NO TENEMOS CIUDAD PERMANENTE (HISTORIA DE VIDA) 65
nos interesaba.
63 Y escuche. La felicidad no consiste en cuántos bienes del mundo
Ud. posea, sino cuán contento esté Ud. con la porción que se le
permite. Eso es cierto. Recuerde eso. Eso es todo lo que teníamos.
Nosotros éramos felices y amorosos. Yo tenía una pequeña iglesia allí
que ellos construyeron para mí, el pequeño tabernáculo que hoy se
para todavía como un memorial. Y teníamos todo tipo de multitudes
de gente viniendo de lejos y cerca, alrededor del país para oír el
Evangelio siempre. Y lo estábamos haciendo maravillosamente.
WILLIAM MARRION BRANHAM
66
64 Y recuerdo que un pequeño muchachito nació en nuestro hogar.
Yo lo llamé Billy Paul. Yo quiero que él esté conmigo en los próximos
servicios en Carlsbad, tan pronto como deje Arkansas aquí. Así que, él
tiene catorce años de edad ahora. Y un poquito más tarde, como once
meses vino otra pequeña y amorosa y dulce llamada Sharon Rose.
Justamente antes de que Billy naciera, habíamos ahorrado suficiente
dinero, que yo estaba… Quería tomarme un poquito de tiempo. Y
nosotros… Fuimos a Dowagiac, Michigan, a un servicio, y el—con un
anciano que tenía barba y cabello blanco, llamado John Ryan. Así que
NO TENEMOS CIUDAD PERMANENTE (HISTORIA DE VIDA) 67
fui allí, y en el camino de regreso vi una señal, grandes multitudes
de gente por dondequiera cuando pasaba por Mishawaka. Yo pensé:
“¿Qué son esa gente?” Y yo fui allí, y allí había algunos de ellos en
carros Ford modelo T, y algunos en Cadillac’s. Y ellos me dijeron que
eran… Yo no tenía lugar dónde estar. Y ellos dijeron que Ud. era… Que
había una conferencia aconteciendo allí. La gente Pentecostal teniendo
una conferencia. Los P.A.D.J.C., creo que era así, la denominación de
Pentecostés así lo llamaba.
65 Bueno, vi todo tipo de gente. Yo pensé: “Bueno, ese es un servicio
WILLIAM MARRION BRANHAM
68
religioso, creo que entraré.” Bueno, yo nunca oí tanto ruido en toda
mi vida. Así que… Oh, ellos no tenían modos de iglesia, estaban
gritando, y yendo con eso. Yo pensé: “¿Qué es esto en el mundo?” Y
miré alrededor de allí, y ellos tenían un tabernáculo. Alguno de Uds.
pudiera conocer el nombre del hombre. Su nombre es Rowe, el
reverendo Rowe. ¿Alguien conoce al reverendo Rowe? Sí alguien aquí
lo conoce. El reverendo Rowe, fue en su iglesia.
66 Bueno, ellos estaban palmeando sus manos y gozándose, y
danzando. Y bueno, yo dije: “¿No es eso horrible, gente danzando en la
NO TENEMOS CIUDAD PERMANENTE (HISTORIA DE VIDA) 69
iglesia?” Yo dije: “Eso es una vergüenza.” Yo estaba sentado en una
silla de escarnecedores, suficientemente seguro. Así que pensé… Algo
como que me detiene un poco. Y pensé: “Bueno, ahora.” Yo estaba
contando mi dinero, tenía dos dólares y quince centavos. Y salí y
tomé… Pensé: “Bueno, no puedo rentar un cuarto, porque no tengo
dinero. Pero voy a quedarme. Tengo suficiente dinero para comprar
gasolina y llegar a casa.” Así que salí esa noche y dormí en un campo
de maíz. Y yo sé… No tenía buenas ropas. Y a la siguiente mañana,
bueno, yo fui al servicio.
WILLIAM MARRION BRANHAM
70
67 Y ese día, oh, los ministros predicaban… Y yo noté que esa noche
ellos llamaron y dijeron: “Cada predicador venga a la plataforma.”
Como 150 o más predicadores subieron a la plataforma. Ellos estaban
teniendo una conferencia internacional. Todos ellos estaban sentados
sobre la plataforma. El dijo: “No tenemos tiempo para que todos
testifiquen.” Yo subí. El dijo: “Sólo diga quién es y de dónde viene.” Y
llegó mi turno, y dije: “Evangelista, William Branham, Jeffersonville.” Y
me senté.
68 Bueno, descubrí que era el ministro más joven en el grupo de ellos.
NO TENEMOS CIUDAD PERMANENTE (HISTORIA DE VIDA) 71
Así que entonces, esa noche yo pensé… que ellos tenían un… Ellos
trajeron todo tipo de predicadores. Y escogieron a un anciano de color
para traer el mensaje esa noche. Muy anciano, con un poquito de
cabello alrededor de su cabeza. El tenía puesto un viejo abrigo de
predicador. Tenía un collar de terciopelo, como un abrigo cortado. El
pobre y viejo individuo salió a la plataforma así. Y oh, yo me sentí
apenado, yo quería subir y ayudar al anciano. Y él salió… Y ellos tenían
que tener la conferencia allí para no tenerla en el sur, porque tenían
gente de color, gente blanca y de color junta.
WILLIAM MARRION BRANHAM
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69 Y el viejo individuo estaba parado allí, Ud. sabe. Y todos los
ministros que habían predicado ese día de lo que Jesús había hecho y
todo lo demás. Pero él nunca tomó… El tomó su texto en Job, en algún
lado ahí donde dice: “¿Dónde estabas tú cuando Yo puse los
fundamentos del mundo, y cuando la estrella de la mañana cantaban
juntas, y los hijos de Dios gritaban de gozo?” Bueno, a donde los
ministros estaban trayendo las actividades de la iglesia sobre la tierra,
El fue hacia los cielos más allá y se fue como a diez millones antes de
que el mundo fuera formado, y regresó hacia abajo al arco iris
NO TENEMOS CIUDAD PERMANENTE (HISTORIA DE VIDA) 73
horizontal con El.
70 Y al llegar él allí, salió de él un gran grito, y brincó hacia arriba, y
golpeó juntos sus talones, y dijo: “Gloria a Dios, Uds. no tienen aquí
suficiente espacio para que yo predique.” Yo miré eso y dije: “Bueno, si
eso hace a un anciano actuar así, ¿Qué haría eso conmigo si yo recibo
más de eso?” Yo dije: “Quiero algo de eso. Eso es lo que quiero. Si eso
hace que un anciano actúe así, bueno, ¿Qué haría eso por mí?” Así que
salí esa noche en el campo de maíz, y comencé a orar. Yo dije: “Señor,
déjame recibir algo de eso.” Así que dije: “Tú me has dado favor con
WILLIAM MARRION BRANHAM
74
esa gente.” Y oré toda la noche allí en el maizal.”
71 Y tomé mi… Tenía unos pantalones de tejido rayado con relieve.
Mis otros estaban… Se ensuciaron allí en el maizal. Así que los puse
sobre mi asiento. Saqué los dos asientos de mi carro y los junté, y
planché mis pantalones esa noche. Y tenía mi camiseta de igual tela.
Nadie me conocía, así que yo sólo los puse allí. Una camisa de esa tela
y una pequeña y vieja camiseta, y unos pantalones, más bien. Y los
puse allí y a la siguiente mañana me levanté, los hice que brillaran.
72 El servicio comenzaba a las diez de la mañana. Tuvimos desayuno
NO TENEMOS CIUDAD PERMANENTE (HISTORIA DE VIDA) 75
tras desayuno. Y yo no iba a comer con ellos porque no tenía dinero
para dar. Yo no quería comer con ellos. Pero ellos me dieron la
bienvenida y todo lo demás. Yo no conocía a nadie allí, sino a un
pequeño individuo, olvidé cuál era su nombre. El tocaba un violín, un
pequeño individuo de cabello ondulado.
73 Así que a la siguiente mañana entré, me senté. Y así que después de
un rato caminé, miré allí y otro hombre, (un hombre de color) se sentó
junto a mí, un montón de gente allí sentada. Así que yo estaba allí.
Este… Ellos dijeron: “Vamos a comenzar los servicios.” Ellos estaban
WILLIAM MARRION BRANHAM
76
hablando, haciendo sus… Vendiendo literatura, y lo que ellos tenían.
Y él dijo: “Hubo un ministro sobre la plataforma anoche de
Jeffersonville llamado Branham.” Dijo: “El era el más joven sobre la
plataforma. Queremos que él venga y traiga el mensaje de la mañana.”
Misericordia, bueno, yo nunca había visto un micrófono. Ellos ahí
tenían un micrófono. Y yo pensé: “¿Qué? Bueno, yo no podría… Con
estos pantalones y esta camiseta.” Y me agaché lo más que podía, así.
74 El volvió a anunciar. Dijo: “¿Alguien sabe dónde está William
Branham de Jeffersonville?” Dijo: “Queremos que él suba y nos traiga
NO TENEMOS CIUDAD PERMANENTE (HISTORIA DE VIDA) 77
el mensaje”. Había sentados allí casi como mil quinientas personas.
No oí antes de eso, yo estaba sentado allí, no señor. Esto... yo estaba
demasiado asustado para levantarme. Así que yo sólo me senté muy
agachado. Y así que... y él anunció dos o tres veces... y dijo: “Alguien allí
afuera, estamos buscando a William Branham”. Yo pensé: “... Algo me
dijo: “Eso es por lo que tú oraste anoche. Y si tú quieres conocer esa
gente, levántate”. “Señor, yo no puedo hacer eso, mis pantalones de
tejido rayado y mi camiseta”. Yo dije: “No”. Así que yo estaba allí
sentado, y cuando él lo anunció de nuevo, este hombre de color me
WILLIAM MARRION BRANHAM
78
miró y dijo: “¿Conoces a ese hombre?” ¡Oh!, hablar de eso, yo dije:
“Que tenía, yo sabía que yo tenía que mentir o algo, o ser—decirle a él.
Yo dije: “Mire, mire amigo. Ahora, guárdelo para Ud.”. Yo dije: “yo soy
él. ¿Ve?. Pero...” El dijo: “Bueno, ponte de pie hombre blanco, sube allí”.
Yo dije: “No, yo tengo puestos... mire estos pantalones aquí”. El dijo:
“Esa gente no le interesa lo que tú tienes puesto. Ellos quieren oírte”. Y
yo dije: “Mire, yo no puedo subirme allí, yo no... Ud. manténgase
quieto”. El dijo: “Si alguien sabe...” El dijo: “Aquí está él, aquí está él”.
Bueno, “Aquí está él”. Yo pensé: “¡Oh!”, yo sólo podía sentir mi corazón
NO TENEMOS CIUDAD PERMANENTE (HISTORIA DE VIDA) 79
salir, y mis rodillas muy débiles y mis brazos parecían como que se
iban a caer. Bueno, eso se miraba como algo que me levantó, y fui allí
caminando hacia arriba, sólo tan consiente, con pantalones de tejido
rayado y camiseta.
75 Llegué allí y dije: “Amigos, yo no conozco mucho acerca de...”. Ante
esos predicadores quienes realmente podían predicar ¡oh!, yo dije: “Yo
sólo quiero decir que amo a Jesús, y—y ha—y ha...” Ud. sabe, algo
como eso. Y así que “...yo comencé a bajarme, y él dijo: “Bueno,
háblanos un poquito Hno. Branham”, me volteé y dije: “Yo no sé que
WILLIAM MARRION BRANHAM
80
decir”, y comencé a pensar de un texto, “Y entonces él lloró”, el
hombre rico que...cuando él levantó sus ojos en el infierno. Y yo tomé
ese texto. “Y entonces él lloró”. Y yo me paré a hablar, y la primer cosa
que Ud. sabía, algo me golpeó, bueno, estuve perdido fuera de este
mundo por un rato, y todos comenzaron a gritar.
76 Yo fui afuera cuando el servicio terminó, y un gran hombre de
Texas con un... con botas de vaquero puestas, y un gran sombrero de
vaquero dijo: “Yo soy un predicador”. Yo pensé: “Bueno hermano, mis
pantalones de tejido rayado después de todo no son tan malos. El
NO TENEMOS CIUDAD PERMANENTE (HISTORIA DE VIDA) 81
tenía esas botas de vaquero y un gran sombrero de vaquero, y ¿era
él un predicador?”. Y él dijo: “Oí que dijiste que eras un evangelista. Me
gustaría que vinieras para un avivamiento por dos semanas ahí en
Texas”. Yo anoté su nombre. Y dije. “¡Oh!, mi Señor, Tú estás haciendo
grandes cosas para mí”. Y yo anoté todo eso, Ud. sabe.
77 Y un pequeño individuo con esos pantaloncitos de jugar golf
puestos caminó y dijo: “Yo soy de Florida, me gustaría que viniera por
un par de semanas”. Bueno, yo vi que después de todo ellos eran gente
común. Así que lo primero que -un indio... una mujer vino de la
WILLIAM MARRION BRANHAM
82
reservación india, quería que yo fuera allí, bueno, yo tenía
suficientes invitaciones que me durarían un año. Yo salté a ese viejo
carro Ford, y casi me volteo y tomé el camino.
78 Llegué a casa, mi esposa me encontró, Ud. sabe yo dije: “¡Oh!
querida, tengo algo que decirte. Me encontré con la crema de la
cresta”. Yo dije: “Gente quienes gritan y se regocijan y brincan para
arriba y para abajo, ellos no se avergüenzan de su religión. Yo dije. “Lo
mejor que tú hayas visto”. Ella dijo: “¿adónde están ellos?. Y yo le dije:
“Mira aquí, tengo mucha cuerda aquí”. Yo dije: “Bueno, yo puedo
NO TENEMOS CIUDAD PERMANENTE (HISTORIA DE VIDA) 83
predicar y predicar y predicar, y ¿sabes qué? Ellos me aceptaron”.
Dijo: “¿Es eso cierto?”. Yo dije: “Mira, yo voy a dejar mi trabajo y
comenzar a salir”. Y ella dijo: “Bueno, no tenemos suficiente dinero”.
Yo dije: “¿Cuánto dinero tenemos?”. Ella dijo: “Nosotros tenemos doce
dólares allí, para el pago del Ford”. Yo dije: “Bueno, tú sabes, la Biblia
dice “No tomes nada cuando vayas” ¿Ve?. No tomes ninguna capa, si tú
tienes dos capas dale una a tu hermano, El dijo: “Yo estaré contigo”, yo
dije: “Así es, ¿Quién irá conmigo?”. Ella, bendito sea su corazón. Ella
dijo: “Sí, yo permaneceré contigo”. Así que yo fui y le dije a mi mamá,
WILLIAM MARRION BRANHAM
84
mi mamá dijo: “Eso está bien querido, si tú sientes eso”.
79 Bueno, yo fui y se lo dije a su madre y eso no trabajó muy bien, y
ella dijo: “William, ella es tu esposa, tú puedes llevártela si quieres,
pero yo no quiero que mi hija ande entre ese montón de basura”. —
Umm, ¿basura?. Amigos, yo descubrí esto, que cuando ella pensó que
era basura, era la crema de la cresta. Eso es cierto. Y yo digo eso con
respeto. Dijo: “ahí con ellos donde hay ese borlote y gritadero y
conduciéndose así”. Dijo: “¿Porqué no vas allí y eres un pastor. Y que
alguien te construya una iglesia y todo eso”. Eso no... ¡oh! Bueno, así
NO TENEMOS CIUDAD PERMANENTE (HISTORIA DE VIDA) 85
que Hope comenzó a llorar... y yo dije: “Bueno...” Ella dijo: “ Yo iré
contigo”. Pero de todas maneras yo no quería... le dijo a ella que...
como eso la lastimaría, así que yo sólo lo deje pasar, proseguí. Amigos,
la niñita que era tan buena para estar conmigo en esa basura, yo la
enterré un poquito después de eso. La pena se asentó allí.
80 Me apuraré en unos momentos que me quedan, quince minutos.
Allí donde la pena me golpeó. Ahora, deje mi... deje que mis errores
sean de ejemplo. Ud. prospere por lo que yo tuve que sufrir. A veces
Ud. me ve parado aquí sobre la plataforma, riendo... Ud. no sabe lo que
WILLIAM MARRION BRANHAM
86
hay aquí adentro. Eso es cierto. Le digo: Ha habido un precio que he
pagado, que nadie conoce sino sólo Dios.
81 Ahora mismo, rápidamente mi esposa enfermándose, la primera
cosa, perdí a mi padre. Yo corrí a la casa para verle, lo levanté sobre
mis brazos así, él me miró, sonrío. Un doctor le había dado una dosis
de medicina que lo mató. Y una sobre dosis de estricnina para su
corazón, y eso lo mató. Por supuesto. No hay nada que decir acerca de
eso. El de la funeraria cubre los errores de los doctores a veces. Yo no
tengo nada en contra de los doctores, pero digo que no hay nada que
NO TENEMOS CIUDAD PERMANENTE (HISTORIA DE VIDA) 87
decir acerca de eso.
82 Pero una mujer aquí, no hace mucho confió en Dios allí en
California por su bebé que había muerto, y cada periódico y revista lo
publicó a través del país. Y a la misma vez donde alguien no tuvo la fe
suficiente para liberación, alguien criticando eso, y todos los revistas y
periódicos, y Dios ha sanado a miles, y tiene que pagarles para que lo
pongan en el periódico.
83 Pero mire aquí. Déjeme decirle algo. La Biblia dice: “Venid, y
razonemos juntos”. ¿Es cierto?, escuche. A la misma vez que esa
WILLIAM MARRION BRANHAM
88
fotografía estaba siendo llevada a través del país diciéndole a la
gente que no se puede confiar en sanidad divina, los doctores pierden
miles de casos y no había nada diciendo de eso. ¿Es eso cierto?.
Escuche, venga y razonemos juntos. La salsa para el pato es la misma
para el ganso. Eso es... y déjeme decirle a Ud., si a una persona se
pierde por la sanidad divina sin tener suficiente fe para recobrarse, y
eso es catalogado como fanatismo, entonces si los doctores perdieron
un caso, llámelo fanatismo. La salsa para el pato es la misma para el
ganso. ¿Es eso cierto?, eso es cierto. Pero amigos, lo que la ciencia
NO TENEMOS CIUDAD PERMANENTE (HISTORIA DE VIDA) 89
medica y los ministros deberían de hacer es reunirse y cooperar
juntos, sabiendo que todos estamos trabajando por el bien de la gente
y para la gloria de Dios, y trabajar junto. Eso es lo que deberíamos de
hacer.
84 Pero, de todas maneras, mi padre, él fue matado por ese doctor, le
dio una sobre dosis de medicina y lo mató. Y entonces, mi hermano
estaba manejando sobre el lado de un carro, y se quebró su cuello,
murió en los brazos de mi otro hermano. Mi cuñada murió. Mi esposa
se enfermó, y estaba... ¡Oh!, la inundación de 1937 vino y hubo dolores,
WILLIAM MARRION BRANHAM
90
yo nunca la olvidaré. Mi esposa estaba postrada al borde de la
muerte. Yo fui y estaba orando por ella, haciendo todo lo que yo sabía.
Y cada vez que yo oraba parecía que... yo fui y le dije a mi iglesia: “Ella
va a morir”. Dijeron: “No, eso es sólo...” Yo dije: “Ella va a morir, tan
cierto como cualquier cosa”. Mis bebés, ambos de ellos estaban
enfermos, la inundación vino y todo lo demás, las casas se rompieron,
y fueron arrastradas, miles de litros de agua barrieron esa parte del
país. Y ellos se llevaron a mi esposa al hospital de gobierno, un
hospital temporal. Y yo estaba en mi deber de patrullaje. Y yo
NO TENEMOS CIUDAD PERMANENTE (HISTORIA DE VIDA) 91
manejaba para arriba y para abajo de las calles, tratando de sacar a
la gente.
85 Y yo nunca olvidaré una noche horrible. ¡Oh! Dios, cuando yo
pienso de eso, ahí en esa hora crítica. Yo tenía allí una camioneta de
patrullaje, y yo estaba llevando un bote. Y estaba viniendo por el
camino. Y alguien me dijo: “Allí en la calle Shestnut, el bordo de
contención a punto de romperse”. Y dijo: “Hay una mujer clamando
por misericordia ahí, y nadie puede llegar a ella”.
86 Bueno, yo fui criado en el río, y yo pensé que podía hacerle un bien
WILLIAM MARRION BRANHAM
92
con ese bote, así que yo me subí y lo puse en el agua, y salí. Y miré
allí, y vi a esa madre. Eran como las once de la noche, ella estaba
gritando: “Misericordia, ayúdenme, ayúdenme”. Parada sobre un
techo, yo me subí allí y trate de cruzar el bote. Y se fue hacia bajo y
salió por el otro lado, el agua corriendo allí por la calle. Y regresé y
traté... Y finalmente yo me golpeé con el bote. Y la madre se desmayó,
yo la levanté, la puse en el bote, había cuatro o cinco niñitos, yo los
tomé y los subí y jalé hacia atrás y finalmente llegué a la orilla. Y tan
pronto como llegamos a la orilla, alguien dijo: “Mi bebé, mi bebé”.
NO TENEMOS CIUDAD PERMANENTE (HISTORIA DE VIDA) 93
Bueno, yo pensaba que la mujer había dejado un bebé allí, y volví a
regresar. Y tan pronto como llegué allí, yo corrí a través de la casa,
vine a descubrir que su bebé... que era una niñita como de dos o tres
años y es de la que ella estaba hablando, y yo no lo sabía.
87 Y cuando yo estaba allí, y el dique se rompió en la calle Shestnut, se
derramó allí, y el edificio se fue, y yo brinqué en mi bote, y tenía que
correr mi mano en el agua para romper mi bote... entré hacia la
corriente y no podía hacer que funcionara. Y flotamos hacía abajo.
Llegamos a la calle Marquet y grandes olas golpeaban por los lados, yo
WILLIAM MARRION BRANHAM
94
pensaba que en cualquier minuto me hundiría hasta el fondo. Yo
sabía... allí en ese bote me arrodillé y dije: “¡Oh! Dios, yo sé que te he
desobedecido!”. Y yo creo amigos que si hubiera regresado allí con esa
gente que me hablaban, el Don de sanidad hubiera sido manifestado
allí mismo. Eso estaba en el programa de Dios. Pero yo fallé en
caminar en lo que El me dijo que hiciera. Yo escuché lo que la gente
me dijo que hiciera en lugar de lo que Dios me dijo que hiciera. Nunca
haga eso, Ud. siga lo que Dios le dice que haga. Y entonces la pena vino
allí.
NO TENEMOS CIUDAD PERMANENTE (HISTORIA DE VIDA) 95
88 Y yo oré y dije: “¡Oh! Dios, yo sé que te he desobedecido, si Tú
sólo me ayudas, Yo no quiero morir. Yo no quiero ahogarme aquí en
este río. Por favor, Dios, deja que este motor se encienda. ¿Lo harás
por favor?”. Y yo jalaba esa cuerda, y estaba congelado, y yo le di un
par de veces, y ese bote se movía y brincaba, y se deslizaba, y entró en
la corriente principal. Yo no sabía que iba a sucederme. Y yo trataba y
trataba y eso no iniciaba. Y oré de nuevo y dije: “Dios, mi pobre esposa
está ahí enferma, mis bebés están enfermos, y me estoy ahogando en
el río aquí, ¡Oh! ¿Dios, qué puedo yo hacer? Y yo dije: “Si Tú sólo me
WILLIAM MARRION BRANHAM
96
ayudas Señor”. Y tiré de nuevo la cuerda, y eso trabajó y allí se fue.
¡Oh!, yo comencé a irme por el río y llegué al—vine a salir hacia
Clarksville. Y yo vine alrededor y regresé y tomé mi camioneta. Y
alguien dijo: “¿Sabías que el gobierno soltó eso cuando ese dique se
rompió?. Y yo fui rápidamente como podía al hospital.
89 Me encontré al hermano George de Ark allí, él dijo: “¡Oh! Hno. Bill
(puso sus brazos alrededor de mí) él dijo: “Parece como que las cosas
están cerca”, él dijo: “Hno. Bill, si no te vuelvo a encontrar de nuevo, yo
te encontraré en la mañana”. Esa fue la última vez que lo vi en vida.
NO TENEMOS CIUDAD PERMANENTE (HISTORIA DE VIDA) 97
Eso es cierto. El partió un poco después, yo le dije: “¿Dónde está
Hope?” Dijo: “Yo no sé”. Y yo corrí allí, y encontré a uno de los oficiales
del gobierno. Yo dije: “Señor, ¿Qué pasó con los hospitales?” Dijo:
“Todos aquí desaparecieron”. Yo dije: “Alguno de ellos... se ahogaron?”.
Dijo: “ No, ellos fueron llevados en un tren a Charleston”.
90 Y yo corrí y tomé mi carro y tomé la autopista 62 que iba a esa
pequeña ciudad, Charleston. Y cuando llegué allí, había como cinco
millas de agua que habían pasado a través de Lancassange Creek y se
había cortado. Y yo fui y tomé mi bote, y yo no podía ni aún remar esa
WILLIAM MARRION BRANHAM
98
agua, y yo comencé allí, y el bote se volteaba alrededor así. Y yo
puse las... en este ángulo, y sólo le di todo el gas que podía, y yo
golpeaba esas olas así, pero eso era tan rudo, y Ud. venía al lado de
esos troncos y arrojaba mi bote hacia atrás de esta manera, y yo
regresé detrás del edificio del gobierno, y allí yo estaba, atrapado
como en una pequeña isla y ahí estuve por días sobre esa isla,
pensando.
91 Alguno de ellos dijeron que los pilares se habían caído debajo del
puente allí, y todos los que iban en ese tren se ahogaron, la esposa, dos
NO TENEMOS CIUDAD PERMANENTE (HISTORIA DE VIDA) 99
hijos, y todos. Yo pensé: “¡Oh! Dios. Cuán nervioso estoy, caminaba
ahí en los pisos, y yo no sabía que hacer, yo pensé: “¡Oh!, yo quiero
saber si ellos se han ido”.
92 Y después de un rato, tan pronto como yo pude llegar a—el agua
había bajado lo suficiente para que así ellos me cruzaran. Yo llegué a
Charleston. Yo estaba mirando. Encontré a un viejo amigo mío, y él
dijo: “No, ese tren nunca fue arrastrado”. Dijo: “Ellos pasaron a través
de eso, pero yo no sé donde están”. Y yo fui allí, y el despachador me
dijo: “¿Una madre y dos niños enfermos?, yo los puse para ser llevados
WILLIAM MARRION BRANHAM
100
a Columbus, Indiana, pero Ud. no puede llegar con ellos”. Dijo: “El
agua se cortó de este lado”. Y caminé de regreso al camino, frotando
mis manos, llorando y diciendo: “¡Oh! Dios, llévame a mí, no me dejes
sufrir. Deja... llévame Señor. No dejes que tenga que pasar por esta
agonía”.
93 Caminando ahí por el camino, un hombre se acercó en un carro y
dijo: “Yo sé lo que busca”. Dijo: “ Está buscando a su esposa, ¿o no?”.
“Yo dije sí”. El dijo: “¿No me conoce?”, dijo: “Me voy a casar con Mary
Jean . Y yo dije: “Sí, lo recuerdo”. Dijo: “Su esposa está muriéndose en
NO TENEMOS CIUDAD PERMANENTE (HISTORIA DE VIDA) 101
la iglesia bautista en Columbus, Indiana”. Yo dije: “Seguramente
que no”. Dijo: “Sí, ella tiene tuberculosis, y Ud. ni aun la conocería, y el
doctor dice que ella va a morir. Ella está postrada a un lado de mi
novia”. El dijo: “Yo sé como llegar, si quiere ir”. Yo le dije: “Vamos
hermano”. Y yo recuerdo esa noche cuando corrí hacia el edificio allí,
ellos hicieron un hospital Bautista, y había abrigos del ejército por
todos lados.
94 Y yo corrí allí, había botas a donde hicimos que corriera el agua. Y
comencé a gritar: “Hope, Hope, ¿Dónde estás querida? ¿Dónde estás? Y
WILLIAM MARRION BRANHAM
102
junto a mí directamente, miré allí y vi una vieja mano huesuda
alzarse. Corrí rápidamente a ella y agarré su mano entre mis brazos y
dije: “¿Están vivos los niños?” Ella dijo: “Sí.” Dijo: “Me veo
terriblemente, ¿no?”. Yo dije: “No, querida, tú te miras bien.” Dije:
“Bueno, tú vas a estar bien.” Sentí que alguien me palmeaba en la
espalda, miré, y allí estaba uno que parecía un doctor. El dijo: “Venga
aquí. ¿Es Ud. su esposo?”. Y yo dije: “Sí señor.” El dijo: “¿Es Ud. el
reverendo Branham?”. Le dije: “Sí.” El dijo: “Bueno, señor, odio tener
que darle las nuevas, pero su esposa está muriendo. No la excite o algo
NO TENEMOS CIUDAD PERMANENTE (HISTORIA DE VIDA) 103
así.” Le dije: “Doctor, seguramente que no.” Dijo: “Sí.” Dijo: “Ella se
está yendo.” Dije: “Oh, ¿Qué es doctor?” Dijo: “Tuberculosis, ella
morirá rápidamente. Solamente—sólo hágala sentir tan bien como Ud.
pueda.” El dijo: “Y sus dos bebés están enfermos, yo los estoy
atendiendo aquí en otra habitación.” Bueno, yo regresé y dije:
“Querida, tú te ves bien.”
95 Y un amigo doctor, el doctor Sam Adair, allí en Jeffersonville. Tan
pronto como él me dejó, yo los traje de regreso a casa; y allí ellos
estuvieron hasta que los bebés se compusieron. Mi esposa
WILLIAM MARRION BRANHAM
104
gradualmente se fue yendo. Finalmente la llevamos al hospital. Yo
tenía doctores que la venían a ver. Y allí no había nada que pudiera ser
hecho. Ella tomó tratamientos neumotoráxicos y todo lo demás. Y
nada podía ser hecho. Y recuerdo estando allí parado, y esos hoyos a
su lado, poniendo ese tubo allí, y llegando a un pulmón. Escuche, si yo
tuviera... Ella tomó mi mano y lloró, y las lágrimas corrieron de sus
mejillas. Ella me miraba, solamente sufriendo. Nunca se le ayudo ni un
poco. Si yo hubiera hecho eso, nunca hubiera pasado por eso de nuevo.
Eso está bien. Y así como ella agarró mi mano...
NO TENEMOS CIUDAD PERMANENTE (HISTORIA DE VIDA) 105
96 Pero sólo para mostrarle el camino difícil del transgresor. Yo
nunca lo olvidaré. Yo estaba tratando de trabajar para pagar la cuenta
de eso. Y entonces todo de... Un día yo estaba afuera, y oí una llamada
que vino y dijo: “Si quieres ver a tu esposa viva, ven enseguida.” Yo
corrí al hospital, y nunca lo olvidaré. Me quité mi sombrero y me subí
a la camioneta, yo corrí rápidamente. Y aquí venía caminando el
doctor Adair. Dios bendiga su pequeño y viejo corazón. El es un
hombre muy bueno.
97 Y él venía caminando. Nosotros habíamos comido y pescado
WILLIAM MARRION BRANHAM
106
juntos; éramos amigos íntimos. Y él venía caminando por el
hospital. Yo vi que me miró, y vi sus grandes lágrimas cayendo por sus
mejillas, y él se volteó a los lados. Y corrí hacia el cuarto. Yo dije: “¿Qué
es lo que pasa doctor?” Yo dije: “¿Ella no ha muerto?.” El dijo: “Creo
que sí.” Dije: “Venga, vaya conmigo doctor.” El dijo: “Billy, no me pidas
que haga eso.” Dijo: “Hope es como mi hermana.” Dijo: “Yo no puedo
entrar allí, no me pidas que lo haga.” Y la enfermera vino y dijo:
“Venga Hno. Branham, aquí. Beba esta pequeña porción de medicina.”
Yo dije: “No, no la necesito.” El dijo: “Tómala Billy, eso descansará tus
NO TENEMOS CIUDAD PERMANENTE (HISTORIA DE VIDA) 107
nervios.” Yo dije: “No, no la quiero.” Dije: “No.” El dijo: “Enfermera,
Ud. entre con él.” Dije: “No, no quiero a nadie, voy a ir yo solo, voy a
entrar.” Dije: “Yo la amo, y voy a entrar.” Yo caminé a la puerta, la abrí
y allí estaba ella cubierta así, con una sábana puesta sobre su cara.”
Jalé la sábana hacia bajo; mi corazón sólo se partió... Yo puse mi mano
sobre de ella, su respiración sobre su frente se sentía pegajosa. Yo dije:
“Hope, Hope, querida.” Dije: “Háblame una vez más. Bueno, sólo
háblame una vez más. Hazlo.” Y yo la estaba moviendo.
98 Amigos, si yo viviera cien años, yo nunca olvidaré lo que sucedió.
WILLIAM MARRION BRANHAM
108
Esos dos grandes ojos cafés me miraron. Ella estaba tan débil que
no podía decir nada, estaba sonriendo, tomó su dedo y lo movió. Y yo
me agaché, y ella dijo: “¿Por qué me llamaste querido?” Dije: “Bueno,
ellos... Yo no sé.” Ella dijo: “Oh, yo estaba en otra tierra, eso era tan
pacífico, yo no estaba sufriendo.” Ella dijo: “Había grandes pájaros
como un gran... Había un hombre vestido en blanco, uno en cada lado
llevándome a mi hogar.” Oh amigo, hay una tierra en algún lado. Yo
creo que así como ella estaba muriéndose, sus ojos se abrieron para
ver ese paraíso más allá. Ella regresó por un momento. Entró la
NO TENEMOS CIUDAD PERMANENTE (HISTORIA DE VIDA) 109
enfermera y dijo: “Enfermera, venga, yo espero que cuando Ud. se
case, tenga un esposo como el mío.” Yo le dije: “Oh querida, yo no he
hecho nada.” Ella dijo: “Oh, bendito sea tu corazón.” Ella me palmeó la
espalda. La enfermera que estaba allí salió llorando. Ella dijo: “Bill,
quiero decirte unas cuantas cosas.” Dijo: “Yo me voy.” Dijo: “No llores.”
Le dije: “Muy bien.”
99 Ella dijo: “No dejes que mis bebés anden de pilar a poste, y tengo
algunas cosas que quiero confesarte.” Dije: “¿Qué es?” Dijo:
“¿Recuerdas una vez que ibas a pescar y yo te llamé, y esa noche
WILLIAM MARRION BRANHAM
110
nosotros íbamos a ir a Forth Wine para un servicio?” Le dije: “Sí.”
Ella dijo: “Tú fuiste a comprarme unas medias.” Le dije: “Sí, las
recuerdo.” Ella dijo: “Ellas eran la clase de medias equivocadas,
querido. No eran las correctas.”
100 Bueno, lo que fue, es que yo había ido a pescar. Yo fui a casa y tenía
que ir a Forth Wine. Yo iba a predicar esa noche en Forth Wine. Su
padre vivía allí; así que yo iba allí a predicar, y ella... Ud.... Hay dos
diferente clases de medias de mujer que Ud. compra; una es llamada
un... Nómbrelas, alguien. Es chifo-... ¿Chifón? Eso es cierto. ¿Y cuál es la
NO TENEMOS CIUDAD PERMANENTE (HISTORIA DE VIDA) 111
otra clase? ¿Rayón? ¿Es raymon, o raymón? ¿Rayón? ¿Cuál es el
mejor? Chifón. Bueno, ellas costaban sesenta centavos entonces. Y ella
se estaba bañando y dijo: “Billy, corre a la tienda y cómprame unas
medias.”
101 Yo dije: “Muy bien.” Y yo iba allí por la calle. Ella dijo... Ahora
recuerde, yo no sabía nada acerca de ropa de mujer. Y ella estaba
diciendo: “Cómprame Chifón.” Y yo iba por la calle diciendo: “Chifón,
chifón, chifón, chifón.” Alguien dijo: “Hola, Hno. Branham.” dije: “Hola,
chifón, chifón, chifón.” Y encontré a Orville, Spawn allí. Y él dijo: “Billy,
WILLIAM MARRION BRANHAM
112
los peces de este largo están mordiendo allí...” “Oh” yo dije: “Tengo
que hablar con él.” Y olvidé lo que ella había dicho.
102 Bueno, yo no iba a ir a la tienda Penney’s, porque no conocía allí a
nadie. Pero yo tenía una amiga allí que venía a mi iglesia llamada
Telma Forth. Ella trabajaba en una tienda de diez centavos, y yo sabía
que ellos ahí la vendían. Y fui ahí y Telma dijo: “¿Qué es lo que quieres
Bill?” Dije: “Quiero unos calcetines para Hope.” Dijo: “Ahora, Hope no
usa calcetines” Yo dije: “Seguro que sí.” Ella dijo: “Ella usa medias.”
“Eso es cierto, eso es cierto.” Pensé: “Oh, yo ya mostré mi ignorancia.”
NO TENEMOS CIUDAD PERMANENTE (HISTORIA DE VIDA) 113
Y dije... Ella dijo: “¿Qué clase quieres?” Y dije: “¿Qué clase tienes?”
Ella dijo: “Tengo chifón y rai-...” ¿Rayón eran las baratas? Ella dijo:
“Tengo rayón.” Dije: “Esas son las que quiero. Eso es lo que quiero.”
Ella dijo: “¿Hope quiere de rayón?” Yo... Todo sonaba parecido: rayón,
chifón. Yo no sabía la diferencia. Ella dijo: “Sí.” Y así que ella me dio...
Las compré, las puso en una bolsa.
103 Yo dije: “Quiero el estilo completo.” Ud. sabe, lo que tiene detrás de
ellas; Ud. sabe, que... Yo no sé. Yo dije: “El estilo completo.” Y así que...
Oh, la moda, moda completa; eso es lo que era. Y dije: “Esa es la clase
WILLIAM MARRION BRANHAM
114
de medias que quiero.” Así que ella me las preparó y las puso en la
bolsa, y costaban únicamente veintinueve centavos. Y dije: “Bueno,
dame un par de ellas.” Ella dijo: “¿Estás seguro de eso?” Dije: “Eso es lo
que ella quería.”
104 Así que regresé, y yo... Por supuesto, Ud. sabe cómo se sienten los
hombres tan alzados con sus mujeres. Y dije: “Mira aquí.” Dije: “Yo soy
el hijo de Abraham, soy un pequeño judío, tú fuiste sobre el río a
comprar, y le compraste un par de juegos de medias con lo que
compras una; y sobró dinero.” “Sólo... Soy hijo de Abraham, sé cómo
NO TENEMOS CIUDAD PERMANENTE (HISTORIA DE VIDA) 115
comprar.” ¿Ve Ud.? Ud. sabe, así. Y Dios bendiga su corazón, ella en
esta noche está en su tumba, y probablemente con nieve sobre de eso.
Pero no todo está ahí junto. Yo pienso en ella. Eso es cierto. Y ella se ha
ido. Y cuando ella dijo que ella quería... Yo me sentí raro cuando ella
llegó a Forth Wine y quería otro par de medias. Pero ella era
suficientemente dama para no decirlo.
105 Y me dijo: “Billy, se las daré a tu mamá, esas eran para una mujer
más anciana que yo.” Y dije: “Bueno, Dios te bendiga, querida. Yo no
sabía eso.” Y dije: “Eso está bien.” Ella dijo: “¿Recuerdas esa vez que
WILLIAM MARRION BRANHAM
116
querías ir a cazar, y estábamos en Louisville.? ¿Viste ese rifle 22
que querías? ¿Y qué costaba tres dólares y algo, enganche, y tú no
tenías el dinero para pagarlo? ¿Eso fue hace dos años?” Dije: “Sí,
recuerdo eso.” Ella dijo: “Billy, yo siempre quise comprarte ese rifle.”
Dijo: “Yo no estaré contigo sino sólo unos cuantos minutos más.”
106 Pero ella dijo: “Cuando regreses a casa, busca arriba de la vieja
cama bajo ese papel, yo he ahorrado algunos centavos para comprar el
rifle.” Ella dijo: “¿Me prometes que lo comprarás?” Oh, cuando regresé
a casa y encontré esos dos dólares ahí abajo, como que eso me mató.
NO TENEMOS CIUDAD PERMANENTE (HISTORIA DE VIDA) 117
Dije: “Seguro.” Pero dije: “Querida, tú no te vas a ir.” Ella dijo: “No
me gusta dejarte.” Pero dijo: “Yo debo, no quiero hacerlo.” Ella dijo:
“Está todo bien.” Dijo: “Otra cosa que te voy a pedir, no permanezcas
soltero.” Dije: “Oh, oh, no me pidas eso.” Dijo: “Prométeme que no
permanecerás soltero, mis hijos tendrán un hogar para ir, no andar
rodando por donde quiera.” Y dije: “Querida, no puedo hacer eso.” Y
ella dijo: “Prométemelo, ¿Lo harás?” Dijo: “Yo—yo me iré un poquito
más fácil”
107 Y ella no lo quería más de lo que Ud. desearía tomar un trago. Ella
WILLIAM MARRION BRANHAM
118
dijo: “Yo sólo odio tener que dejarte a ti y a los bebés, pero oh, Bill,
es tan maravilloso irse así.” Y dije: “Bueno, haré lo mejor que pueda.”
Ella dijo: “Otra cosa, tú te das cuenta por qué me estoy yendo, ¿O no?”
Oh, eso es lo que hiere. Ella dijo: “Yo no hubiera escuchado a mamá, yo
hubiera escuchado a...” Dijo: “Hubiera sido diferente, ¿O no?” Dije: “Eso
es cierto, querida.” Dije: “Oh, ¿Qué es lo que haré?” Ella dijo: “Has esto,
no te avergüences de esta religión del Espíritu Santo, es la cosa más
grande por la cual morir en el mundo.” Ella dijo: “Permanece y predica
mientras...” Dijo: “Prométeme que irás hacia los campos, a donde
NO TENEMOS CIUDAD PERMANENTE (HISTORIA DE VIDA) 119
nosotros suponíamos haber ido.” Y dijo: “Prométeme que harás
todo lo que puedas.” Dijo: “Y dile a todos que es glorioso cuando tú te
preparas para irte de aquí. Es maravilloso.” Y dije: “Oh querida, es tan
bueno ver que te vas así.” Ella dijo... Yo dije: “¿Dónde quieres que te
coloque?” Ella dijo: “Llévame sobre la colina.”
108 Dije: “Yo te llevaré allí a Walnut Ridge, y enterraré tu cuerpo ahí en
la colina.” Y dije: “Querida, te prometo que voy a ir, si Dios no... Me
conserva, voy a ir hacia el campo, y nunca me detendré hasta que la
última gota de sangre de mi vida se haya ido de mi cuerpo para
WILLIAM MARRION BRANHAM
120
hacerlo, o tratar de hacer una expiación.” Y dije: “Hasta que haga
todo lo que pueda para vivir correctamente, lo haré correctamente.” Y
dije: “Mira.” Ella dijo: “Adiós.” Y dije: “¿Te vas?” Y dije: “Busca en esa
mañana, para que así podamos unirnos ahora.” Y dije: “Sí... En esa
mañana, quiero ir al lado Este de la puerta.” Y dije: “Quiero que tú
estés allí, y cuando... Será terrible ahí abajo...” Yo dije: “Si muero antes
de que El venga, yo estaré durmiendo allí.” Dije: “Nos reuniremos,
pero si estoy en el campo en algún lado y soy tomado.” Dije: “Tú ve allí
y espera a los niños, y párate allí al lado de la puerta. Y entonces
NO TENEMOS CIUDAD PERMANENTE (HISTORIA DE VIDA) 121
cuando veas a Abraham, Isaac, Jacob venir, comienza a gritar: ‘Bill,
Bill,’ tan fuerte como puedas.” Dije: “Yo te contestaré allí.” Ella levantó
sus manos débiles y le di el beso de despedida. Esa fue mi última cita
con ella. Yo estoy en mi camino. Eso es cierto. Algún día, algún día yo
iré.
109 Cuando la llevamos a la funeraria, yo fui a casa. Yo no podía estar
satisfecho en ningún lado. Yo fui con mi mamá, y yo... Estaba llorando.
Yo fui a casa. Mamá dijo: “Quédate aquí.” Yo dije: “No, yo me voy a
casa.” Nosotros no teníamos muebles, pero lo que había era nuestro.”
WILLIAM MARRION BRANHAM
122
Y así que fui a casa para recostarme. Y entonces, el hermano Frank
Broy vino y dijo: “Billy, odio decirte eso.” Dijo: “Bueno, yo estuve
justamente allí.” Dijo: “Eso no es todo, tu bebé también está
muriendo.” Dije: “No puede ser.” El dijo: “Sí, lo está.” Y me llevaron al
hospital para ver a mi pequeña Sharon, mi niñita. Yo no podía
llamarla... Yo quería ponerle un nombre de la Biblia. Yo nombré a mi
muchachito Billy Paul por mí y por San Pablo. Y entonces yo quería
llamar a la niña con un nombre de la Biblia. Y yo no podía llamarla la
Rosa de Sarón, así que sólo la llamaba Rosa Sarón. (Sharon Rose)
NO TENEMOS CIUDAD PERMANENTE (HISTORIA DE VIDA) 123
110 Y fui al hospital, y el doctor me encontró y dijo: “Billy, ella está
muriéndose, no entres allí.” Y me paré allí hasta que después que la
enfermera mostró su espalda, y corrí adentro y fui a donde ella estaba
y la miré. Y allí estaba la pequeña cosa recostada... Yo nunca olvidaré.
Ella sólo tenía ocho meses de edad.
111 Y recuerdo que yo solía venir a casa. Yo... Ella se sentaba allí en el
jardín, y yo sonaba mi claxon así, al doblar la esquina. Y ella hacía:
“Goo, goo, goo.” Sólo estiraba sus... Yo amaba a esos pequeñitos.
112 Y ella estaba sufriendo tanto, que movía una de sus piernitas para
WILLIAM MARRION BRANHAM
124
arriba y para abajo en espasmos. Y miraba como que su pequeña
mano estaba ondeando. Y la miré y dije: “Sherry, querida, ¿Conoces a
papá?”. Yo estaba tratando de hacerme fuerte. Dije: “¿Tú conoces a
papá querida?”. Y sus pequeños labios comenzaron a temblar. Y
cuando ella me miró, ella estaba sufriendo tan duramente que aún sus
ojos se cruzaron. Oh, cuando yo vi esos tiernos y pequeños ojos azules
cruzados... [Cinta en blanco.—Editor]
113 Pero yo no lo sabía entonces, pero yo lo entiendo ahora. Nunca ha
venido un niño con ojos cruzados a la línea, sin que yo piense en eso.
NO TENEMOS CIUDAD PERMANENTE (HISTORIA DE VIDA) 125
No ha habido uno que pase sobre la plataforma que haya sido
sanado también. Yo no sabía el dolor que tenía que traer. Pero nunca
pensé de eso hasta que lo vi.
114 Esos ojitos cruzándose. Y ella estaba sufriendo tanto, que yo me
arrodillé y dije: “Oh Jesús, por favor, yo estoy apenado por hacer lo
que hago.” Dije: “No te la lleves de mí, yo la amo con todo mi corazón.
Por favor Dios.” Parecía como que una gran cortina negra venía
cayendo, yo supe que ella se había ido. Me levanté, puse mis manos
sobre su cabeza y dije: “Dios te bendiga mi pequeño y dulce ángel. Voy
WILLIAM MARRION BRANHAM
126
a ponerte en los brazos de tu madre. Y el Angel vendrá a llevarte a
casa en unos cuantos momentos.” Pero algún día papá te verá.”
115 Yo levanté mi cabeza, y dije: “Dios, Tú diste y Tú quitas, yo no sé
por qué Tú me estás despedazando.” Dije: “Aunque Tú me
despedazaras, yo voy a confiar en Ti así como lo hizo Job. Yo voy a
creer en Ti.” Y dije: “Yo... De alguna forma estás rompiendo mi
corazón, yo no sé cómo voy a sostenerme más tiempo.” Pero dije:
“Dios, te encomiendo su pequeña alma, tómala Señor Jesús, ponla
sobre el altar con la madre. Y algún día déjame venir a verlas.” Y así
NO TENEMOS CIUDAD PERMANENTE (HISTORIA DE VIDA) 127
como hice eso, los ángeles de Dios dulcemente vinieron y tomaron
su pequeño aliento y se la llevaron para estar con su madre. Yo la
enterré con la madre, las puse debajo de la tierra.
116 Cuando yo estaba allí, el Hno. Smith, un predicador Metodista
amigo mío, tenía algunas terrones en su mano, caminó allí, yo estaba
parado. El puso su brazo alrededor de mí y dijo: “Billy, (Me abrazó)
querido muchacho.” Dije: “Oh Hno. Smith, mi alma está... Oh, yo no sé
qué hacer.” Y le oí decir con esas lágrimas cayendo sobre el pequeño
cadáver. Dijo: “Las cenizas a las cenizas, polvo al polvo, tierra a la
WILLIAM MARRION BRANHAM
128
tierra.” Y pensé: “Dios, ¿Qué puedo hacer?” Sonaba como que el
viento soplaba a través de los pinos, sonaba como que oía un canto
decir: “Hay una tierra más allá del río, la cual llamamos por siempre
dulce, y solamente alcanzamos esa orilla por fe, uno por uno
alcanzamos el portal uno a uno, allí para morar con lo inmortal, algún
día ellos tocarán las campanas doradas por ti y por mí.”
117 Yo me alejé de la tumba con el corazón quebrantado, fui a casa. Yo
no podía descansar. Pasaron los días y yo podía soportar lo de mi
esposa, pero ese... Esa niña era la elección de mi corazón. Yo no sabía
NO TENEMOS CIUDAD PERMANENTE (HISTORIA DE VIDA) 129
qué hacer, una niñita dulce y pequeña... Y entonces yo pensé: “Oh,
lo que haré lo haré rápidamente ahora.”
118 Un día yo fui... Estaba trabajando para el servicio público. Escalé en
un poste una mañana muy temprano para tomar una cosa del poste,
yo estaba parado allí, y estaba cantando: “ En el monte allá lejos,
estaba una vieja y cruenta cruz...” Yo iba a... Y sucedió que al mirar, el
sol salió. Yo estaba colgado en ese poste trabajando con esos brazos
cruzados, miré al lado, y ahí se miraba como que mi figura estaba
colgando sobre de ese... Se miraba como una cruz allí. Y pensé: “Oh
WILLIAM MARRION BRANHAM
130
Cristo de Dios, sí, fueron mis pecados los que te clavaron a Ti allí, y
estoy apenado por lo que he hecho.” Dije: “Dios, ¿Cómo pudieras Tú
tratar con una persona como yo? Tú quebrantaste mi corazón, me
moliste, me despedazaste, ¿Pero qué puedo hacer?”
119 Yo me puse muy nervioso. Tenía un par de guantes de plástico.
Muchos de Uds. electricistas saben... 2300 de fuerza corriendo allí en
ese cable. Y pensé: “Mira aquí, yo puedo poner mi mano en ese cable, y
en unos minutos estaré con Sharon.” Me quité mi guante y dije: “Dios,
yo he perdido mi mente o algo.” Dije: “Sherry, querida, no puedo
NO TENEMOS CIUDAD PERMANENTE (HISTORIA DE VIDA) 131
aguantar más. Papá viene para estar en el hogar contigo.” Dije:
“Míralas...” Dos mil trescientas corriendo allí, rompería cada hueso en
su cuerpo por la electricidad. Dije: “Nuestro Padre que estás en los
Cielos, santificado sea Tu Nombre.“ Y la primer cosa que Ud. sabe, yo
estaba sentado sobre el suelo. Yo no sé.
120 Creo que si ese Don no hubiera sido pre-ordenado, ese hubiera
sido el fin de su Hno. Branham ahí mismo. Pero Dios tenía algo más
para hacer. El tenía que cortar ese corazón y dejar que El supiera,
hacer que yo supiera que El es el que gobierna y reina.
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121 Yo fui a casa. Yo no podía soportarlo, yo no podía trabajar. Fui
con mi mamá, y ella me dijo: “Querido, entra, déjame calmarte.” Dije:
“Yo me voy a casa.” Y me fui a casa, y el tiempo estaba frío. Yo saqué la
correspondencia del buzón y me fui. Estaba tratando de... nosotros no
teníamos mucho en nuestra casa. Yo tenía un viejo asiento puesto ahí
atrás. Pero ella había vivido allí conmigo. Nosotros habíamos estado
juntos, y ese había sido nuestro hogar. Y eso... No importa cuán
pequeño fuera, pertenecía a ella y a mí. Y eso era de nosotros.
122 Todo eso hubiera costado tres dólares en muebles, pero eso
NO TENEMOS CIUDAD PERMANENTE (HISTORIA DE VIDA) 133
pertenecía a ella y a mí. Y eso tenía un valor así como cualquiera
de los hogares más finos que hubiera en el mundo, porque era
nuestro. Y fui a la cocina, y del piso surgía el frío helado, y nunca lo
olvidaré, abrí la correspondencia. Y la primera carta que abrí decía:
“Señorita Sharon Rose Branham.” Era su pequeño ahorro de Navidad.
El banco sabía que ella nunca lo tomaría así que... Un dólar y ochenta
centavos. Me lo enviaron a mí. Oh, yo no podía permanecer. Yo me
quebranté y comencé a llorar. Ya estaba anocheciendo. Yo me
arrodillé sobre el piso y comencé a orar y a orar. Y yo... Oh que hora.
WILLIAM MARRION BRANHAM
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Yo difícilmente podía soportarla.
123 Me fui a dormir y soñé que estaba en el Oeste. Y cuando estaba en
el Oeste, estaba caminando a través de la pradera. Y estaba silbando
ese canto: “La rueda sobre la carreta está rota, la señal del rancho se
vende.” Yo estaba silbando así, y vi una vieja pradera, y una rueda
rota. Y estando allí por esa veleta, estaba la niña más hermosa de
cabello rubio con sus ojos azules muy bonitos brillando, vestida de
blanco. Y yo tenía mi sombrero puesto... Mi sombrero. Y pasé allí y
dije: “Hola señorita.” Y puse mi sombrero hacia atrás así. Ella dijo:
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“Hola papá.” Y miré alrededor, yo dije: “¿Papá?”. Ella dijo:
“Seguro.” Dije: “Bueno jovencita, perdóneme.” Yo dije: “Yo... Tú tienes
la misma edad que yo, ¿Cómo puedo yo ser tu papá?”. Ella dijo: “¿Papá,
no me conoces?” Y yo dije: “No, me temo que no.” Ella dijo: “Tú no
sabes dónde estás papá.” Y dije: “Bueno, yo... ¿Qué me quieres decir?”
Ella dijo: “¿Dónde está Billy Paul?” Ese es su pequeño hermano. Y dije:
“Yo... ¿Qué es esto?” Ella dijo: “Papá, en la tierra, yo fui tu pequeña
Sharon.” Dije: “Sharon, ¿Mi bebé?” Ella dijo: “Sí papá.” Dijo: “Recuerda,
nosotros aquí somos mortales, cuando venimos aquí no somos ya más
WILLIAM MARRION BRANHAM
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bebés, nosotros somos todos de una edad.” Y dije: “Oh querida,
¿Eres tú Sharon?” Ella dijo... Yo dije: “¿Dónde está mamá?” Dijo: “Ella
está allá en tu—el nuevo hogar.” Dije: “¿Hogar?” Dijo: “Sí.” Yo dije:
“Bueno querida, hay algo equivocado aquí.” Dije: “Los Branham nunca
tuvimos hogares. Somos más que gente vagabunda.” Y dije que:
“Nosotros no tenemos hogar.” Ella dijo: “Pero papá, tú tienes uno
aquí.”
124 Yo miré alrededor a mi derecha, y ahí estaba un gran y hermoso
hogar. Y ahí había luces brillando alrededor. Dijo: “Mi mamá te está
NO TENEMOS CIUDAD PERMANENTE (HISTORIA DE VIDA) 137
esperando, yo voy a esperar aquí a Billy.” Dije: “Muy bien querida.”
Yo corrí tan rápido como podía, mi sombrero estaba en mi mano. Corrí
hacia arriba del escalón. Cuando llegué allí, Hope usualmente me
encontraba saliendo con sus brazos extendidos. Y yo fui y corrí
subiendo esos escalones tan rápido como podía. Y llegué a arriba de
los escalones, y ella venía aquí vestida de blanco; ese cabello negro
colgándole hacia abajo. Ella venía corriendo hacia mí, levantó sus
brazos. Y yo corrí a ella, arrojé mi sombrero hacia abajo, y solamente
me arrodillé al lado de ella.
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125 Ella puso su mano sobre mi cabeza. Ella dijo: “Bill, ¿De qué
estás preocupado, querido?” Dije: “Hope, yo no puedo soportar esto ya
más.” Dije: “Yo he visto... ¿Es esa Sharon Rose allí abajo?” Ella dijo: “Sí
Bill.” Ella dijo: “¿De qué estás preocupado?” “¿Te estás preocupando
por mí y por Sharon?” Y dije: “Querida, yo no puedo soportarlo. Y yo...”
Ella dijo: “Ya no te preocupes, no te preocupes; nosotras estamos
mucho mejor aquí que lo que tú estás.” Y dije: “Eso pudiera ser. Pero...”
Yo dije: “Hope, ¿No se ha hecho ella una mujer muy bonita? ¿No
estamos orgullosos de ella?” Ella dijo: “Seguro.” Ella dijo: “¿Estás
NO TENEMOS CIUDAD PERMANENTE (HISTORIA DE VIDA) 139
cansado?” Y dije: “Querida, yo sólo he estado predicando y orando
por los enfermos tanto tiempo.” Y esa es la manera en que yo sabré
que me iré. Ha venido -eso todavía no venía. Yo dije: “Yo sólo he
estado predicando y orando por los enfermos y estoy tan cansado que
difícilmente puedo sostenerme.” Ella dijo: “¿Por qué no te sientas?” Y
miré, y ahí estaba una gran silla puesta. Y la miré, y ella me miró y me
dijo: “Yo sé lo que estás pensando.” Aquí una vez, yo... Nosotros
teníamos esas tres viejas sillas, o dos viejas sillas en la casa... “Yo no
puedo soportarlo.” Dije: “No puedo...” Ella dijo: “Oh,” Dijo, ella
WILLIAM MARRION BRANHAM
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prosiguió.
126 Muy bien, en un año y seis meses, y aún previo a eso. Yo perdí a mi
padre, a mi hermano, a mi esposa y a mi bebé sólo en un poco tiempo;
exactamente uno tras otro, uno, dos, tres. Y eso es sólo lo último de
eso. Mi padre murió en mis brazos. Mi hermano se mató en un poste
de teléfono enfrente de... Y esa noche al venir a casa, yo le dije a mi
madre, estaba toda despedazada también. Papá apenas se había ido,
así que fui allí a casa y entré y traté de pasar... Yo sólo quería... Mi
madre quería que yo me quedara en casa, y también mi suegra quería
NO TENEMOS CIUDAD PERMANENTE (HISTORIA DE VIDA) 141
que yo viniera allí. Y si Ud. tiene un hogar propio, no habría... No
hay un lugar que le satisfaga más que eso.
127 Y yo fui allí, y traté de dormir pero estaba frío. Y yo tenía esta
pequeña estufa allí en la cocina, un cuarto allí y el frío y la nieve
entraban por debajo del piso. Y yo iba allí en la noche, y trataba de
cocinar. Había un pequeño y viejo catre allí. Y yo entré. Esa noche, yo
nunca la olvidaré. Yo fui por la esquina y recogí el papel y el correo en
el buzón, y entré a la casa. Y ahí no había... No teníamos ningún
mueble, pero ellos querían quitármelos. Pero amigos, no era mucho,
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pero lo que era, pertenecía a ella y a mí. Y nosotros los habíamos
tenido juntos. No importa cuán pobre yo fuera, eran nuestros, yo no
quería deshacerme de ellos. Nosotros habíamos vivido juntos, ella
había cuidado de ellos.
128 Yo vi sus ropas colgando detrás de la puerta, no podía olvidar.
Recogí mi correspondencia y la leí. Yo estaba quedándome en un viejo
y frío cuarto. Y yo había estado trabajando. La primera que abrí decía:
“Señorita Sharon Rose Branham.” Eran ochenta centavos de ahorro de
Navidad, y había sido enviado a mí. Oh, ahí estaba todo de nuevo. Yo
NO TENEMOS CIUDAD PERMANENTE (HISTORIA DE VIDA) 143
no podía pararme y pensar que pudiera ir más lejos... Me arrodillé
y comencé a llorar y a orar. Fui al siguiente cuarto y bajé la caja, y
saqué mi revolver, un 38; le puse seis balas en él, yo había estado
cazando. Regresé al cuarto y dije: “Dios, yo me estoy volviendo loco, yo
no quiero traer reproche, yo me estoy volviendo loco; prefiero
cometer suicidio que volverme loco. Así que voy a encontrarte a Ti
ahora.” Y yo me encontré... “Padre, perdóname por el pecado, no
puedo soportar más. Tú no estás consolando mi corazón, no puedo
soportarlo más tiempo.” Yo jalé el gatillo, y lo puse al lado de mi
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cabeza. Me arrodillé allí en ese viejo y sucio catre, Dije: “Nuestro
Padre que estás en los Cielos, santificado sea Tu Nombre.” Comencé a
apretar el gatillo... “Venga a Tu Reino, sea hecha Tu voluntad.” Y yo lo
apretaba con toda mi fuerza, y el gatillo no caía. Y yo dije: “Oh, ni aún
puedo quitarme mi propia vida.” Yo tiré la pistola a la pared, pero eso
se fue y disparó a través de la casa así. Pensé: “Oh Dios, ¿Qué puedo
hacer? Parece que estoy muriéndome.” Arrojé mi cabeza sobre la cama
y me dormí. Ahora, sólo unos momentos para cerrar.
129 Caí dormido, y soñé que estaba de regreso en el Oeste de nuevo. Yo
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pensé que estaba... que tenía un... Caminando por la pradera. Yo
estaba cantando un canto: “La rueda sobre la carreta está rota...” Ud.
ha oído esa canción. Yo miré y ahí estaba una vieja veleta de la
pradera. Y la rueda estaba rota sobre de ella. Yo pensé: “Bueno, qué
sabes tú.” Y miré parado allí junto al... Una niña muy hermosa de largo
cabello rubio colgándole, vestida de blanco nevoso. Y yo tenía un gran
sombrero puesto. Yo me lo quité y dije: “¿Cómo está Ud. señorita?” Y
comencé a caminar. Ella dijo: “Hola papá.” Miré alrededor y dije:
“¿Papá?” Dijo: “Sí.” Y dije: “Bueno, dama, tú eres de misma edad que
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yo. ¿Cómo podría yo ser tu papá?” Dijo: “Bueno, ¿No te recuerdas
papá? Tú enseñaste de la inmortalidad.” Yo no enseño que ellos serán
pequeños bebés en el cielo, yo enseño una inmortalidad. No
haciéndose viejos y... Si un bebé cuando llega allí es un bebé y es un
bebé por siempre... La inmortalidad no decae allí.
130 Y ella dijo: “¿No recuerdas que tú enseñaste sobre inmortalidad?”
Ella dijo: “Allá en la tierra yo era tu pequeña Sharon Rose.” Dije:
“Querida, ¿Tú no eres Sharon?” Ella dijo: “Sí.” Dijo: “¿Dónde está Billy
Paul?” Ese es su pequeño hermano. Yo dije: “Oh, cómo es que ella...
NO TENEMOS CIUDAD PERMANENTE (HISTORIA DE VIDA) 147
Querida, yo no lo entiendo.” Ella dijo: “Papá, tú no sabes dónde
estás.” Dije: “Bueno, si eso... ¿Yo no estoy en la pradera?” Ella dijo: “No,
voltéate a tu derecha.” Y yo miré para atrás y había una grande y
hermosa luz saliendo del lugar que jamás... Ella dijo: “Esto es el Cielo,
papá.” Ella dijo: “Mamá está allá en casa esperándote.” Yo dije:
“¿Hogar? ¿Quieres decir que yo tengo un hogar?” Yo dije: “Querida,
nunca hubo un Branham que fuera rico y que tuviera un hogar
propio.” Dije: “¿Quieres decirme que yo tengo un hogar?” Ella dijo:
“Pero papá, tú tienes uno ahora. Esa es la razón que yo... Aún si yo
WILLIAM MARRION BRANHAM
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tuviera que recordar esa cabaña de dos cuartos, yo preferiría vivir
en esa casa de dos cuartos que tenía y permanecer con Dios que vivir
en el mejor hogar que tenga en Miami. Y yo dije: “Oh querida, ese no es
mi hogar.” Ella dijo: “Sí, mamá está buscándote.”
131 Comencé a caminar hacia eso, cantando ese canto: “Mi hogar.” Y
pensé: “Las luces estaban viniendo alrededor de un grande y hermoso
palacio. Subí los escalones, y miré, viniendo bajando a través de allí, y
ella vino con unas vestiduras blancas nevosas puestas, su cabello
oscuro bajándole alrededor de sus hombros, sus ojos obscuros
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parecían como el esplendor de su juventud. Ella murió a sus
veintidós años. Ella vino aún caminando para encontrarme, y tenía sus
brazos abiertos. Y yo corrí rápidamente hacia ella e incliné mi cabeza y
dije: “Oh querida, yo no entiendo.” Ella dijo: “¿Encontraste a Sharon?”
Yo dije: “Sí, ¿No es ella una niña hermosa?” “¿No es ella -nuestra
pequeña niñita una niña muy bonita.?” Ella dijo: “Seguro que sí.” Dijo:
“¿O no está Billy?” Yo dije: “Querida, espera un minuto. Este... Hay algo
equivocado aquí, tan natural como yo estoy aquí parado, hay algo
equivocado.” Ella dijo: “Billy, tú estás cansando, ¿O no?” Dije: “Sí.” Dijo:
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“Tú has estado orando por los enfermos.”
132 Y yo no había orado por los enfermos en esos días, así que es la
razón que yo sé. A veces yo paso aquí en el púlpito amigos. La otra
noche cuando estaba con Uds. aquí, pasé completamente entre Uds..
Yo paso ante muchos por veinticuatro horas a la misma vez. Y yo sé
que alguna de estas noches me voy a ir. Eso es verdad. Yo pesaba
ciento cincuenta y ocho libras, ahora peso ciento veinte. Yo antes
usaba un abrigo de talla treinta y ocho, y ahora tengo uno de
veinticuatro. Yo me voy, pero yo quiero ser fiel, y no hacer esas cosas
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que yo hice de nuevo. Ella dijo: “Tú estás cansado y has estado
orando por los enfermos.” Yo dije: “Eso es cierto.” Ella dijo: “No llores
ahora.” Ella solía consolarme, y yo pienso que todas las cosas irían
bien. Ven a casa y llora por eso. Ella puso sus brazos alrededor de mí,
me palmeó y dijo: “Billy, no llores.” Ella dijo: “Ponte de pie.” Y yo me
levanté. Dijo: “¿No te vas a sentar?” Miré allí, y había una gran silla
muy bonita que estaba allí. Y miré esa silla y me volteé para verla a
ella. Ella dijo: “Sé lo que estás pensando.”
133 Y en la tierra, nosotros compramos una silla. Yo me cansaba tanto
WILLIAM MARRION BRANHAM
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de predicar, y entonces predicaba a la mitad de la noche, y hacía
llamamientos al altar y todo lo demás, y yo compré una silla, esa costó
quince dólares con noventa y cinco centavos. Y yo pagué dos dólares
de enganche, y podía pagar un dólar y cuarto al mes, creo que era eso.
Y yo... Ud. sabe, amigos, todos Uds. saben cómo Uds. llegan a estar en
momentos o en lugares difíciles. Y yo fallé en dar dos de mis tres
pagos, y no podía pagar mi dólar y cuarto. Y esa era la única pieza
buena de muebles que teníamos en la casa. Y a mí me gustaba estar
allí, y estarme en la silla y descansar la noche, quizá hasta las doce o
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una de la mañana, descansar un poco, y quizá leer mi Biblia. Y yo
me atrasé y no podía hacer... Ellos me enviaron una notificación de
que estaban viniendo a recoger la silla. Y yo recuerdo como ella se vio
en problemas para darme esa noticia. Ella era una niña muy genuina.
Y ella se ha ido, pero yo la amo de igual manera. Y ella dijo: “Odio tener
que decirte algo querido.” Nosotros no teníamos nada que pudiéramos
vender o hacer el pago. Dije: “Querida, a mí no me interesa lo de la
silla, sólo déjalo ir.”
134 Ella la mantuvo lo más que pudo. Finalmente ella tuvo que decirles
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que vinieran a recogerla. Y yo recuerdo el día cuando ellos -
cuando ellos vinieron y se la llevaron. Esa noche ella me tenía un
pastel de cereza preparado. Era... A mí siempre me han gustado mucho
los pasteles de cereza. Y ella estaba tratando de hacerme... Ud. sabe,
ella tenía a los muchachos buscando gusanos para pescar, y ella... Y yo
sabía que había algo equivocado. Así que después que la cena terminó,
entramos al cuarto. Yo dije: “Entremos.” Ella dijo: “No, vamos a
pescar.” Ella no quería que yo viera que la silla ya no estaba. Así que
entonces... Yo dije: “Entremos al cuarto.” Así que puse mis brazos
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alrededor de ella y caminé hacia el cuarto. Y cuando caminé allí,
esa silla ya no estaba. Entonces ella recargó su cabeza y comenzó a
llorar. Yo dije: “Eso está bien.”
135 Ella me dijo entonces allí: “¿Recuerdas esa silla que vinieron a
recoger?” Dije: “Sí.” Ella dijo: “Pero querido, ellos nunca vendrán a
recoger esta, está pagada.” Oh amigos, miren... Creo que Ud. piensa que
yo soy un bebé. Pero mire, alguien me dijo: “Hno. Branham, ¿Cuándo
descansa Ud.?” Yo tengo un lugar para descansar. Uno de estos días
voy a cruzar allá al otro lado. Yo tengo una silla allá para sentarme
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en... Cuando el tiempo termine. Oh, perdónenme.
136 Oh Dios, ten misericordia. Así como mi mente se regresa a esos
días. Pienso hoy que su tumba está cubierta con nieve, mi preciosa y
querida niña estando allí... Yo estoy pensando en una mañana de
pascua cómo el pequeño Billy y yo nos arrodillamos al lado de la
tumba a donde papá colocó las flores. Yo le prometí a ella... Dios, yo te
prometí a Ti, si Tú me perdonabas, yo haría todo lo que pudiera hacer
por Ti. Ayúdame. ¿Lo harás Dios? Es tan difícil que la gente vea, Padre,
y crea. Oh, ¿Me ayudarás ahora? Tú sabes que yo no quiero ser un
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bebé ante esta gente, pero oh Dios, yo oro que Tú me dejarás ser
fiel hasta ese día cuando Tú me llames para venir a casa. Descansa su
preciosa alma, descansa el alma de mi niña. Dios, déjame ser el padre,
el esposo, el hijo que Tú querías que yo fuera. Querido Dios esta tarde,
mientras estamos aquí, si hubiera alguien que no te conoce, yo oro que
Tú le perdonarás también a ello. Padre, te lo pedimos en Tu Nombre.
137 Perdónenme amigos, yo sólo no puedo seguir con esto, pero...
Estoy cansado y agotado hoy. Tengo que tomar un avión después del
servicio en esta noche, quizá sea la última en que esté.
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Pero allí espera por mí una mañana feliz, un mañana feliz,
donde las puertas de perla girarán y se abrirán y cuando yo cruce
este valle de penas, quiero acampar sobre el otro lado.
138 ¿No quiere ir a allá también? ¿Cuántos aquí hoy les gustaría
encontrarme al otro lado? ¿Es una promesa? ¿Es una cita? Yo me
pregunto, desde las profundidades de mi corazón, yo raramente hago
esto, pero yo siento cómo hacerlo. Yo me pregunto si hubiera alguna
persona que no es salva ahora, que sólo se parara y dijera: “Hno.
Branham, ore por mí ahora, si Dios oye...” Dios le bendiga hermana.
NO TENEMOS CIUDAD PERMANENTE (HISTORIA DE VIDA) 159
¿Alguien más? Dios le bendiga hermana. Ud., y Ud., y Ud., y Ud.,
párese. Eso es cierto. Todos Uds. que no han recibido el Espíritu Santo
pónganse de pie y diga: “Ore por mí Hno. Branham.” Eso es cierto. Dios
les bendiga.
139 Mire a la audiencia... Sólo permanezca parado un momento. Cada
uno de Uds.. Los que no son salvos oh... Oh misericordia. Hay una
tierra más allá del río... Sólo permanezca parado. Hay un lugar donde
nos encontraremos de nuevo. Hay como cincuenta o setenta y cinco
personas ahora aquí, si Dios oye mis oraciones para abrir los ojos del
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ciego, sanar al sordo y al mudo, ¿No piensa qué El oirá mi oración
si oro por Ud.? ¿No piensa qué El lo hará? Muy bien. ¿A cuántos más
aquí les gustaría unirse en esta oración, sólo levantarse? ¿Cuántos más
están aquí que no son salvos, se pondrían de pie? Mientras tocan el
piano, me pregunto si Ud. sólo se levantaría aquí, ¿Y dejarme estrechar
su mano en el altar? Déjeme estrechar su mano. Párese aquí y oremos
juntos. Dios quiere salvarle. Venga aquí y déjeme estrechar su mano
mientras la música toca. Dios le bendiga hermana, Dios le bendiga
hermana; permanezca allí donde Ud. está en el altar. Dios le bendiga
NO TENEMOS CIUDAD PERMANENTE (HISTORIA DE VIDA) 161
hermana, Dios le bendiga a Ud. también, y a Ud.. Dios los bendiga
niñitos amorosos, Dios bendiga sus pequeños corazones. Dios le
bendiga hermano y hermana. ¿Por qué no viene Ud. y se reúne
alrededor del altar, por qué no viene Ud. también? Gente que no es
salva...
B
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No Tenemos Ciudad Permanente (Historia De Vida)
Este mensaje es una predicación directa del Hno. William Marrion Branham y fue grabada inicialmente en cinta con la voz del Profeta de esta Edad, y de allí traducida al español por Fondo para Alcance Misionero, lo más fiel posible a la cinta original, y apegándose lo mejor posible a nuestro idioma, y a la forma de expresarse del Mensajero. Cualquier error en la impresión no es intencional. Esta obra de traducción es sólo para ayudar a que el Mensaje de este día final sea traducido e impreso lo más posible, y llegue a la simiente predestinada. Estos Mensajes están siendo impresos gracias a los esfuerzos de algunos creyentes de este Mensaje.
Si alguno desea reimprimir o copiar estos mensajes, por favor no quite estos datos
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y este logotipo, ya que somos responsables de esta traducción. Le agradeceremos nos comunique, y de ser posible le enviaremos el máster original. Traducido y Editado en México por:
FONDO PARA ALCANCE MISIONERO
TABERNACULO EL OLIVO Hno. Julián Córdova Cervantes
Capulín Nº27 Col. El Olivo. Tlalnepantla, Edo. De México. C.P.54110. MEXICO.