2. Fundaciones textos de fundacion · mos un discurso Oi tornado como texto de referencia, como...

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2. Fundaciones y textos de fundacion Se traln de comprender que el surgimienLo de una de pro- ducci6n de conocimienLos relativa a un campo dClcnninado de 10 real, en tonlO fen6mcno hisl6rico, I) No tielle la unidad de un acontecimiento; es un proceso y no un aconlccimiento singular. 2) No tiene La tmidadde un acto, cuyo origen sena un agenlc huma- no singularizado; 3) No tielle fa tl1lidad de un Lugar ni de un espacio (aun lextual), por 10 tanto es imllil buscarlo en "alguna parte". Los tres supueslos que acabo de rechazar son indisociabIes; han cont41minado grave mente gran nllinero de tcorCas sobre lil historia de las cicncias; entre clIas sc encuenlra Ia de la "ruplura cpislemoI6gica". Nos hace falta, por 10 tanto, claborar una teor{a de lasfimdaciones como pro- ceso sinfitndador. no exislc complejo de Edipo para 141 pnlclica dc pro- ducci6n de los conocimientos 0, bien: In idea del (0 de los) funda- dor(cs) eS,laI vez, para cl funcionamiento de esta producci6n, unaUUSfoI1 IIecesiir70 Un proceso dc fundaci6n tiene la fonna de un tejido extremada- 1 mente complejo de conjunlos discursivos mulliplcs,la fomla de una red J illlertextllal que se despliega sobre un perfodo temporal dado. Suponga- mos un discurso Oi tornado como texto de referencia, como hito en el interior dc la red. Habra un conjunto dc Olros discuI'Sos, hisl6ricamente :lntcriorcs (D t , D 2 , ••• DoJ, que forman parte de las condiciones de producci6n de Di; cs dccir que Di ha sido producido en relaci6n con CSlOs texlOS (cualquicra que fuera la naturaJeza de esta relaci6n, que por el momenta no analiza- mos). Uamamos aeste conjunto POi. Hace falta subrayar c!ararnente que hemos dicho que los discursos que componen el conjunto PDiforman jJarte de 11S condiciones de producci6n de Oi y no que son esas condicio- nes de producci6n, ya que las condiciones de producci6n de un cierto dis- curso no consisten 5610 en discursos. Di fonna parte a su vez de un con- junto de textos que constituyenelproceso de reconocimiento del conjun- to POi (que se pucde notar: R(PDi» 0, si sc prefierc, Di expresa una cicrta 27 \.

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Fundaciones y textos de fundacion

Se traln de comprender que el surgimienLo de una pr~kLica de pro­ducci6n de conocimienLos relativa a un campo dClcnninado de 10 real, en tonlO fen6mcno hisl6rico,

I) No tielle la unidad de un acontecimiento; es un proceso y no un aconlccimiento singular.

2) No tiene La tmidadde un acto, cuyo origen sena un agenlc huma­no singularizado;

3) No tielle fa tl1lidad de un Lugar ni de un espacio (aun lextual), por 10 tanto es imllil buscarlo en "alguna parte".

Los tres supueslos que acabo de rechazar son indisociabIes; han cont41minado gravemente gran nllinero de tcorCas sobre lil historia de las cicncias; entre clIas sc encuenlra Ia de la "ruplura cpislemoI6gica". Nos hace falta, por 10 tanto, claborar una teor{a de lasfimdaciones como pro­ceso sinfitndador. no exislc complejo de Edipo para 141 pnlclica dc pro­ducci6n de los conocimientos 0, m~s bien: In idea del (0 de los) funda­dor(cs) eS,laI vez, para cl funcionamiento de esta producci6n, unaUUSfoI1 IIecesiir70

Un proceso dc fundaci6n tiene la fonna de un tejido extremada­ 1mente complejo de conjunlos discursivos mulliplcs,la fomla de una red Jilllertextllal que se despliega sobre un perfodo temporal dado. Suponga­mos un discurso Oi tornado como texto de referencia, como hito en el interior dc la red. Habra un conjunto dc Olros discuI'Sos, hisl6ricamente :lntcriorcs (Dt, D2, ••• DoJ, que forman parte de las condiciones de producci6n de Di; cs dccir que Di ha sido producido en relaci6n con CSlOs texlOS (cualquicra que fuera la naturaJeza de esta relaci6n, que por el momenta no analiza­mos). Uamamos aeste conjunto POi. Hace falta subrayarc!ararnente que hemos dicho que los discursos que componen el conjunto PDiforman jJarte de 11S condiciones de producci6n de Oi y no que son esas condicio­nes de producci6n, ya que las condiciones de producci6n de un cierto dis­curso no consisten 5610 en discursos. Di fonna parte a su vez de un con­junto de textos que constituyenelproceso de reconocimiento del conjun­to POi (que se pucde notar: R(PDi» 0, si sc prefierc, Di expresa una cicrta

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nu derlOl ··h.lum" de los texlOS que componen cl conjtlnlO PDi. Exislc por olra p<ll'le un conjuDlo <.Ie discursos. hiSl6ric<tmCl1lc poslcriorcs (Di+I, Di+2 ...Dn), qut' cxprcsan cl procc.~o de reconocimiclllo de Di. Uama­mas a eSle (;(llijunio RDi. En consecucncia, Di forma parle de las condi­ciones de pH'ducci6n del conjunlo RDi. E1 conjunLo de discursos que forman parle LIe las condiciones de producci6n de RDi puedc nOlarsc co­mo: P(RDi). 51.: suponc, por 10 lanlo, que para cualquier lCXlO de In red siempre es posi IJIe definir los cuatro conjuDlOs que acnbamos de enume­rar.

°1 °'+1 °2 °1+2

P~I == f-°i~ == RDi

On°'_1 :=I R(Po,) : OJ R(PDj) :=I P(Ro,l : 01 P(RDll

Si se retiene esta fmma como expresi6n de la nawmleza de 1a red inlerdiscursiva de una fundaci6n, hay que insislir sobre el hecho de que los eonjunlos PDi y RDi son, como ya 10 hemos dicho, de nOluralcza radicalmenlc dlversa. PDi es, pard LOdos los e[ectos practicos, un con­junto finilo y, por 10 menos enprincipio, enumerable. RDi eS,porsu mis­manalUraleza, un conjunto abierto. Si se lorna porejcmplo COffiO dlscur­so de refcrencia la Introduction d l'EtLlde de laMedee/nl! Experimental, de Claude Bernard (que sena entonces Di), habrfa que considerar la Ana­tomie Generale Appliquee aLa Physiologie et ala Medecine de Pichat las Leqolls sur ic Sang de Magendie, entre olms texlos, como fonnando parte de PDi. Por otto lado, los efectos de los discursos de Claude Ber­nard consLituyen una serle at1n abierta dande debercffios poner. en otro$, los meta-discursos de reconocimiento tales como cl de J. Olmsted y E. Olmsted, [7] asC como el de Cangbuilhem sabre Claude Bernard. [8 Y si The Wealth o/Nations de Adam Smith y On the Principles ofPo­lilical Economy alld Taxation de Ricardo forman parte sin duda alguna de PDi, bajo la hlp6lcsis de que Di =Das Kapiral, rcsulln deno que cs­tamos at1n muy lejos de vcr eliinal de las '1ecruru<;" de Ia obra de Marx. Es csta aSlfi1Clria entre producci6n y rcconocimicnLO 1~1 que consLiluye,

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Ahora bien, se podrfa muy bien objctar quc, tratandose de una lor­rna, 13 que acabamos de proponer serfa aplicablc a cualquier "tramo" temporal del proceso (interminable) de producci6n de discursos relativos a un dominio determinado de 10 real. ~Que derecbo tenemos de bablar, en un momenlo dado, de una fundaci6n? Ante todo, hay que dislinguir In cuesti6n de la natumleza de 10 que se puede Hamar una fundaci6n de In cucsti6n del comienzo. Ello poruna razon muy simple: en unadiscipli­nn dada ha habido con certcza una primera fundaci6n, pcro han hnbido (0 babran) varias fundacioncs. Dicho de oLm manera: cada Clencia ha tcnido un comienzo.pero ella es sicmpre e1 lealro de nuevos comicnzos. La noci6nde fundaci6nno se aplica sOlo al momcnto del surgimiento. En segundo lugar,la respuesln a la cuesLi6n deiporqlU1 del comicnzo, no s encuelllra en los diseursos, esta contenida elL las condiciones de produc­ci6n de los discllrsos. Se pucde pregunlar por qu~, par cjcmplo, para un cierto nt1mero de disciplinas. reconocidas mas larde como "hum:mas" 0 "sociales" (sociologfa,lingtiCstica. psicoan~isis ...), In fundaci6n sc situa alrededor del paso del siglo XIX al siglo XX. La respuesLa a una pregun­ta tal concieme n una problematica enorme y aUn casi sin eXplorar bajo este dngulo: el desarrollo de la primera revoluci6n induslrial, es dccir 10 primera consolidaei6n de los pafses capiLalistllS "cenlrales" y ala vez del sislema de dominaci6n imperialisla; las rclaciones entre eSle proceso de desarrollo, en el siglo XIX, y el sislema idco16gico del posilivismo como expresi6n de elilCS intclccLUalCS en el interior de las nucvas clases bur­gucsas, yo plcnamcnle constituidas; e1 hecho de que eSla Idcologfa posi­livista, que fonna parte de las condiciones de producei6n de los discur­sos de surgimiemo de eSlas disciplinas, se encuenlra otrasada en relaci6n can el mismo desarrollo econ6mico, pues asislirnos yo a los con'!.icnzos dela segunda revoluci6n industriul y al paso a una nueva cLapa dcl sis­lema impcrialisLa, 10 cual haec que, habicndo sido producidos bajo cicr­las condiciones, eSloS discursos hayan sido "reconocidos" baJo condicio­nes ya nuevas.

Esto no cs una respucsla a la preguma del por que; simp1cmcme he querido hacer alusi6n al tipo de problemas que hay que movilizar si sc quicrc dar una respuesta al por que, en un plano explicativo. El por que del surgimiemo de 1a lingilisLica contempor~nea, de la cualla obm de Saussure constituye una parte esencial, no se encucntril en cl COL/rs de Linguistique Getlerale. Las razones por las cuales, en el paso de un si­glo a otro, sc produce la pri mera fundaci6n del psicoamllis1s, no se debcn buscar en cl mismo discurso freudiano. ESlOS discursos eSlIDl, por SUpUCSlO. entre las causas de 10 que ocurri6 desplles; tuvicron cfectos. Pero son a su vez, efeclos de condiciones de producci6n delcnninadas.

Volvamos ala noci6n de fundaci6n. Resullu claro que el conccp­

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10 de una pmnera fundacl6n rcmite a un conceplo mils amplio, prccisa­menle el de fundaci6n a secas; dicho con otras palabras, el conceplo de fundaci6n concieme a un proceso recllrrente en el interior de una pn1cli­ea de produeci6n de conocimienlos. Tratemos ahora de vcr si es posiblc precisar su naturaleza, es decir,legilimar su especillcidad en relaci6n a ooos perfodos del desarrollo de una disciplina, que no son perfodos de fundaci6n.

ESla especificidad debe ser buscada, me parece, cnla cconomfa dc las relaciones entre producci6n y reconocimienlo, cn eJ dcsajusle pcrpc­lUO eOlre estas dos to gram~ticas".Lo escncial es comprcndcr que la loca­lizacion historica de unafundacion es en sf misma un producto del pro­ceso del reconocimiento. Una fundaci6n es inseparable del reconoci­mienro retroactivo del hecho de que, efectivamcmc, ocurri6. Es siemprc despllfS que se reconoce. en una rcgi6n dada deJ pasado, cl comienzo 0 recomicnzo de una dencia. La pregunta que se pLalllea es, pues, La de saber eudJes son las condiciones de produecifm de' este eJecto de reeOllO­cimiento ql4e Llamamos jundacion.

ReenconLIarnos de esta forma La iLLlsion neeesaria de la que hnbl:i­barnos mds arriba, ya que este reconocimiemo es sicmpre la idemifica­ci6n de un cieno lexlo 0 conjunto de textos, para reconocer que es all. donde se produjo algo. Dc donde derivan inmedialamenle los tres supuestos: la fundaci6n puede serjechada (se la concibe como un even­to); pucde ser situada en un Jugar preciso (un lCXlO) en el que se identi­fica un descubrimiento 0 la producci6n de un conccpto nuevo; puede eSlar Ligada a un sujeto (el autor dellexto). Sc vc con c1aridad c6mo cl rcconoclmiemo de una fundaci6n (como habieruio tef/ido Lugar: es c1 lcnguaje mismo cl que impone In imagen) puedc apareccr, ora bnjo la for­rna de un evento colocado en un punta precise de una biograffa (la del hombre de ciencia), ora bajo la [onna del cruce de una [rontera que sepa­ra para sicmprc el error (antes) de la verdad (despu~s).

La pregunta decisiva cs la siguienle: l,por qu~ la conciencia hisl6­rica idenliftca tales y cuales lexlOS y no olros? l,Por qu~ Das Kapital y cl Cours de Lingllistique Generale? i,Poscen los texlos sobre los que repo­sa el rcconocimiemo propiedadcs parlicularcs? Quisiera sugerir que, lfa­lando de responder a esta pregunta, se puede al mismo licmpo expLicar c6mo se producen estas dos "Iecturas" opucstas, eSlns dos lcorfas aparcn­tcmcme inconeiliables del rcconocimiemo, que no obslanle se al imentan ambas dela misma ilusi6n neccsaria: cl continuismo ycl disconLinuismo.

Volvamos ala forma propucstadc una redillierdiseursiva. ESla red, si sc Ie pudicra nLribuir una represemaci6n lOpo16!,'ica, no es otra cosa que el sistema de distancias variables, de dcsfasajes en lransformaci6n, en­tre condiciones de producei6n y condiciones de rtconocimienlo.

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cnconlr.1ndose mas en OLIi.lS a 10 largo del proceso uc Ja producci6n dis­cursiva en una diseiplina dclerminaua (en la medida en que las condicio­nes de rcconocimiento de un discurso Dx forman pane. a su vez, de las condiciones de producci6n de otro discurso Dy). Mi hip6resis es que los textos de fundaci6n ocupan una posici6n particular en eJ inlerior de la red. posici6n caraoterizada por una distancia maxima entre la producci6n y el reconocimiento. Esta distancia rn~xima no concieme, por 10 lanto, ala relaci6n (PDi)-(Di), es decir, a 1a relaci6n de un discurso con los dis­cursos que forman parte de sus condiciones de producci6n. La distancia de 1a que hablamos tarnpoco concieme a Ja rclaci6n (Di)-(RDi). Concier­ne a 141 relaci6n entre estas relactones. La que sc mueve y es variable es la relaci6n [(PDi)-(Di)] / [(Di)-(RDi)J; es ellala que encicrra 141 dindmi­ea hist6rica de desarrollo del sislema de producci6n de una ciencia en cl nivel discursivo. Sc Ie puede dar a eSla hip6lesis por 10 tanto. la forma sigujenle: un texto (0 conjunlo de lexlOS) Di, cuya rclaci6n complcja entre su relaci6n can las condiciones de producci6n y su relaci6n con las condiciones de reconocimiento presenta un desajusle maximo, liene lodas las posibiUdadcs de eonvertirse en lexlO 0 conjunlo de lextos de fundaci6n, en olras palabras, de producir (despILes) un ereclo de recono­cimienlo que eonsisle en darle cl stalus de Jugar do unafundaci6n. Como ya 10 he dicho, el porque de esta dislancia m:ixima en un momento deter­rninado no se Jo puede encontrar en los discursos mismos, porque cSla distancia es definida como una rclaci6n (complcjn) entre dos rclacioncs imerdiscursivas.

Es siempre en cl plano de las condiciones objelivas hist6ricas eXLIadiscursivas, (que forman pane, prccisamenle, de las condiciones de producci6n. circuJaci6n y reconocimienlo de un discurso dado) donde hay que buscar la cxplicaci6n. Tal vez yu lie yean la.s rc1uciones entre CSla

problemalica y 10 que dijimos amerionllcnle sabre cl efeclo de cientin­cidad. El desajusle entre producci6n y rcconocimicnlo csui sicmpre mcdiado por una inlervenci6n de 10 idco16gico. Que eSle desajuslc sc vuclve mc1.ximo quiere decir que el sislema ideol6gico que opem en un momento dado en reconocim iento no es ya el mismo que operaba en pro­ducci6n. Dicho de olm manera: es apartir de LlII ide%gLeo "B" que ope­ra en reconocimiento, que se pone de manifieslO llll ideolOgico "A" (fit Iza operado en produecion.

l,No cs sin embargo esta idea de una dislancia. de un dcsajuslc en­tre producci6n y rcconocimicnto, en ultima inslancin. una noci6n de "ruplura" disfrnzada de otra fonna? Para responder, cs por 10 lanlo nccc­sario mostrar en qu~ eSle cn[oquc difierc radicalmcnle lanto de las pers­pectivas conLinuislas cuanlO de una lcona de Ia "ruplura'·. La di[ercncia aparcce cn In medida cn que el punto de vista que propongo cs capaz de

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cxpllcar en que condiciones eslos dus mCladisCLI rsos de rcconocirn iCnlo (conlinuismo y disconlinuismo) son produc.idos. Dicho LIe otm lonna: mi cn[oquc pucde dislinguirsc dc csas dos comraidcologfas complementa­.rias, porqlle los explicCl.

Hemos visto que lodo djscurso es, por un lado, el punlo de pJsajc de un doble sislcma de dctcnninaeioncs, cI lugar de cncucnLro de dos conjunlos de rclncioncs, Ins que hacen ala producci6n y las que hacen al n::conocimicnto; slendo la ci rculaci6n, po.r cl Olro Jado, la pucsla en IC­

lacion de estos dos conjunlos de relacioncs. Ello nos au tori 7-'.l a tlecir que wla!llndaciem es Ull proceso particular de circulaciOn Ahara bien, estas tres momenlos del proccso productivo pucdcn ser disociados, sc los puc­de dcscomponer y dcsarticular. Esto es 10 que hacen, cada uno por su Jado, c1 cominuismo y!a tcorfa de In "ruptllfa".

En ambos caSQS, ya 10 hemos dicho, el rcsuJlado es el mismo: un desconocimicnto de la eiencw como sistema pJOduclivo. Pero los dos cnfoqucs diIicren en emoto a1 angulo de observacion de los tcxtos. Un punla de vista conlinuiSla ObSCrvllJOS lextos, par lIS( decir, desde atriis (0 si se prefiere, Jp)jcando III mct:1forn en scntido inverso, no ucnc en cucn­tn m:.15 quc Jo que esl:.t dclnntc de un lexlo): privilegia cxclusivamcnLc la inst:mcin deja producci6n. Siluado cn producci6n, un enfoque continuis­La descODoce sin embargo c1 caraclcr productivo tiel proceso. 10 uneedo­tiza: invesliga "anlecedcntes". "prccursorcs". ESlllr:'l sicmpre inhibido para cxplicar c6mo puede ser que hayti alga Iluevo en un lexto de fum.la­ci6n. La lconn deJa "rupturn", por cl contralio, se coloea sicmprc (y soIa­mentc) en cI reconocimienlo. ResuILa en consecucIlcia muy sensible a Jo "nucvo" quc considcracncerrado en cllcxto de fundaci6n. Perc Jimilan­dose a leer los lextos de.wle ellll/lcs (es Jecir, s6lo lenicndo en euenta su despucs), c1 surgimicnto de esto "nuevo" pcmwneccr:1 fatalmcnLr mislc­rioso, una especie de surgimicmo absolulO. Ella haec que Ja lcorfa de In "ruptura", pcse a sus prctcn1iiOllCS matcrialislllS, vuclva, como 10 vcrc­mas cnscguida, ;;.1 modclo biogr:lfico, a la unCCdOl:l. Ell suma: si nos si­tLlamos s610 en proJucci6n, podcmos t1cscribir derlos aspectos del ron­do sobro el que se dibuja la fund'1ci6n, perc pcnnanccernos ciegos a la transformllci6n que ella comporta; si s610 nos coloc'U110s en c1 rccono­cimielllo. podcmos cclcbrarla nparici6n de 10 nuevo, perc nos cerrarnos todn posibi)jdad de comprender c61110 pudo producirsc. Es preciso pues carnbiar dc nivclle6rico: la noci6n tle [undaci6n dcsil:,'lla los momentos de tcnsi6n en cl intcriordcla red dc la producci6n discursiva de Jas cicn­cias, Jos puntos en que cllcjido de In circuluei6n hisl6rica de los tcxtos alcanza sus uesajustcs maximos. Ni continuidad ni ruptura; el desarrollo de 1:ls c)cncias, l:n cl nivclllc los discursos que cll:ts prouuccn, cSl:i m:lr­cado par [undacioncs. UnCl ftmdaciolllTO es mas que lin sistellw de tlije­

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rencias entre do... s('itemas de relociones, estas rcl:lciones que los dis­cursos mantienen con las contliciones que los sosliencll y explican en tanlO produclos de una practica significanle, que sa dcsnrroUa en In his­loria.

Habicndo cnfdo en 1a lrampo. de una leclUrJ. exclusivamenlc ex post facto, inmovilizadu en cl punto dc vista del rcconocimienlo, Ja tCOIia de In "ruplura" cae en un imaginario a Ia vel. biogr:1fico y geognUico. £1 error de una lcoria de ]a "ruplura", yu 10 hemos dicho, es prCciS:lfficntc In bl1squeda de In "ruptura", como si csta se cscondicsc en aJgun lugar, como si se Ja pudiesc hacer visible a partir de tal 0 cuill ano, en Lal aeual texto, a traves dc tal 0 eual "sfntoma" obscrvado cn tal 0 cual Jugnr de un fragmcnto privilcgiado del corpus. de unu fundaci6n. Estc es[ucrlo de 10caJiz.aci6n inspir.l asf cl imaginario geognlfico: "lfmilc", "fronte· ra",'<J(nea dc demarcaci6n". Y aunquc nablan mucho dc producci(jn de conacimicnlos, los partidarios de In "ruplum" 110 han dejinido ninguna unidad de aJUzlisis en el nivel del proceso productivo mismo. Est;1n de hccho obJigados, en consecucncia, a rctomar In vicja unitlad de analisis del eODlinwsmo:Jadela vida dclhombrcdccienciu, la unjdad de unabio­grafta. Rodeada de una gcograIi.a, eSla vidn csL4 ya lista para convcrLir­se en mito. EL fundador, quien !lasla un cieno momento de su vida csta de un lado del rio, sc pone en camino. Iogra alrnvcsar las aguas (se di rfa a vcces que logm caminar sobre elias) y ]Jega a 1a otm orilla: el "punlo sin retorno". A10 largo de lodo su camino, par supueslo (a.unquc la cucs­ti6n es con frccucncia problematic,,), cL sujelo consefva su unidad, su identidnd. Se Lransforma en unn. sucrlC de hcrae de la tcorfa. Resulta curiosa constatar c6mo una nproximaci6n que sc dice malcrialista lIega a reproducir con lanla nitidcz eierLos triaos del viejo modelo de relalO novelesco.

Hay otra mitologfa ligada estrcch~mlente al modelo biograllco. Reaparecc can rcgularidad, sicmpre renovada y sicmprc igual, en el cam­po de las diseusioncs "epistemoI6gicas"; inspira las discusiones mas encamizallas accrca de la cucsli6n del pcnsamicDto "verdadcro". y .10 "lcarfa autcnLica" de un Iundador. Dc esta mancra sc ha opuesto cl "jo­yen Marx" a1 "Marx de Ia madurez"; sc ha COnSltlUH.!O con sorpresa que cl dcscubridor del inconscicntc cs esc misrno Freud positivista, cicntifi­cistn y mecanicisla que las mas de las veces se Imta de olvidar y aun de excusar -parad6jicamentc- por razoncs uhist6ricas"[9]; no se Ucga a cnlendcr completamcntc que quien ha abicno cl campo de In soclologfa (y cuya iniluencia ha marcado de tal monera la apertura del campo de la lingilistica), sea cl mjsmo Durkhcim funcionJlisla y reaccjonario que propuso esc concepto hfbrido que es la "conciencia Co1ccliva". Todns es­tas discusiones se alimentan muy a mCDudo dc 10 que sc pucde liamar cl

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milo de los orfgenes. cl milo Jd"rcLOmo al fWldador". Aunquc esLe mi­todCirelomo a Ius fucnLes puedajugar, en una coyunLura particular, un rol positivo, es incapaz de fundal' una leona del surgimiemo de las prac­Deus cienLfficas. £Slas polcmicas ilusLran con claridad el papel delo ideo­logico en ]a pracLica de producci6n de conocimienlos, pcro no aclararm jam~ la tcona de esa pracLica. La raz6n es scnciUa: el "verdadero" ros­tro del fimdador no existe. La blisqueda de eSle roSlro aUl~ntico, que sc encontrarfa en aIgtin Iugar de SU obra (a condicion de haccr de ~sta lil "buena" lectura) que sena localizable apartir de Lal 0 tal escn lO, no es OWl cosa que la ultima version de la ideolog!a del "sujeto creador". Ella con­siste en irnaginar que se puede recuperar el slljeto (individual, concreto, hislorico, Damudo Marx, Freud, Saussure...) detnis de1slIjeto ell/mciador de un texto de fundaci6n; que aqucl se exprcsa 0 sc manificsta cn cste. Uno se pregunla, entonces, c6mo dar cnema del becho de que el "joven" Marx, fil6sofo hurnanista, se Lransfonna en c\ Marx del Capital, quicn propuso pOl' vez primcra una leorfa cienlilica de la hisloria. En una pers­pecllva "evolucionista" se dice que hay que dar cuenta del paso de uno a otro. Una teoda de la "rupLurn" nos explica a su vez quc Marx rompi6 consigo mismo. En ambos casos, las preguntas son plantcadns cn cl cua­dra de un rnodelo orgaruco del desarrollo, un modelo biogr~fico del su­jeto, sea para recupcrar a cualquicr proClO su unidad considerada ncce­sari:l, sea para ffiOSLrar que csta biograffa compana prccisamenle etapas irreducLibles. En ambos casos, se reduce e1 sujelo enunciador del texlO de fundaci6n a1 sujeto concreto (bist6rico, individual), se pasa sin sabcrlo de uno al otto lado, se los intenta imegrar en In nnidad (aun discominua de una "vida".

Una fundaci6n no ticne nada que ver can lodo CSLO..Lo que no quie­rc decir que cl sujeto concreto (hist6rico, individual) no haya dejado tambi~n sus hueUas en el discurso: en todo discurso existc una multiLud hctcrogcnca de huclJas de oIigcncs diversos. Pcro las que inlcresan pam el an~isis de un Lcxto en tanto lextO de fundaci6n no liencn nada que vel' con eJ sujelo concreto (hist6rico, individual). £1 rccuerdo de eSlc sujclo concreto s610 puede volver 1a cuesti6n mc1s confusa.

Esta claro sin embargo que la leona de la "rupLura" va mas alia de las ingenuidadcs de una perspcctivtt continuista. En el contexto de una leorfa de 1a "ruptura", es la unidad del sujeto concreto Ia que crea el pro­bleffi.L El sujeto esta rota: habiendo cruzado la fronlera, dcspucs de lle­gar al punto "sin retorno", ya no es el mismo. Se comprcndc la dificul­tad: colocada en reconocimicnto, la leorla de la "rupLura" intcnla tomar en consideraci6n 1a producci6n; para eUo no encuentra OITO medio que e1 modelo biognifico, ya que el sujelo concreto producLor dCllexto, el fun­dador, exislia con ccrtczaances de la "ruplura". Yes eslc quien la ha pro-

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ducido: hcaqu! la uilicultuLl.l lay que lIevarcste me.. ,;'l;nto U su leoni­no: si nuestra hip6tcsis es corrccLu, si una fundaci6n cs ur. sistema de re­1ucIOnes entre rclaciones tie gcncraci6n pOl' un lado, y de rcconocimicn­to por cl otro, cntonces una!lllldaci6n no tienefimdador. E] (0 los) su­jelOs concrctos, hiSl6ricos, que aUf intervienen, sonatravesados parellc jido inlcJ1Cxtual del que est<1 hccha la hisloria social de los discursos de las ciencias. Yc1 sujelo enunciador del texto de fundaci6n (e1 que sc pue­de describi I' en producci6n) no es m~ c1 sujcto que rc-conoce. La noci6n de fundaci6n no eSla cn el nivcl de los sujcLOs concretos de la historia, tampoco en el nivel (mas absLraClo) de los sujeLos enunciadores de los dlScursos. Los sujelos no son, hablando con propiedad, ni fuente ni "cfec­LO": La noci6n de fundaci6n pertenece al nivel del proceso producLivo, un proceso que atraviesa los sujelos de la historia.

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