28-31 BLANCA MUÑOZ · mi insistencia en cómo se construye, se desarrolla y se organiza la forma...

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28 ENTREVISTA

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ENTREVISTA

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Coincidiendo con el Barcelona Gallery Weekend, Blanca Muñoz (Madrid, 1963) presenta su primera exposición individual en la galería Marlborough con una docena de trabajos de acero inoxidable y cerámica, realizados desde 2009 hasta la actualidad. Estudió Bellas Artes en Madrid y posteriormente fue becada para

desarrollar sus proyectos en Roma y México, dos ciudades que marcaron su trayectoria artística. Su interés por la luz y la cosmología, la llevó a investigar la incidencia de la luz sobre los objetos y a expresarlo en piezas de escalas muy diversas, desde esculturas monumentales a sutiles joyas. Sus esculturas poseen un misterioso movimiento, generado por la ondulación del acero y su combinación cromática.

En esta exposición presenta obras desde 2009 a 2015, ¿ha habido algún cambio conceptual en su trabajo en estos años?Conceptualmente sigo la misma idea de siempre; en realidad, mi insistencia en cómo se construye, se desarrolla y se organiza la forma en el espacio es la clave de mi obra, y este es un concepto que no he dejado de investigar, más inconsciente al principio, pero luego, a medida que voy trabajando, me doy cuenta de que sigo anclada en lo mismo… no sé si para bien o para mal… [dice sonriendo].

Bueno, de momento, para bien…¡Eso espero! [sonríe]. Me di cuenta cuando hice la exposición retrospectiva en la Sala Alcalá 31, en Madrid, cuando tuve que revisar imágenes de mi archivo, muchas las había olvidado…, tuve que colocarlas, relacionarlas retrospectivamente y luego, hacer el montaje; ahí fue cuando vi más claramente que había una cierta repetición en la exploración espacial. Al principio, trabajaba sujeta a ideas más conceptuales en el sentido estricto, intelectualmente explicables, la cosmología me aportaba relaciones con objetos que existen físicamente en el espacio, hacía una interpretación de algunos de estos objetos; sin embargo, con el tiempo, me apoyaba cada vez menos en una forma real y continuaba de forma intuitiva; este es el cambio más notable, creo.

Dice que hay referencias que la acompañan desde hace más de veinte años. Desde siempre, usted está interesada en la estructura de las formas de la naturaleza; desde el Universo a la tierra misma, ¿cómo ha evolucionado este interés en su obra?La cosmología no me termina de cansar, sigo interesada en la información que pueda aparecer nueva sobre nebulosas u objetos estelares en el espacio, que me parece fascinante, aunque las novedades en el espacio son limitadas, los telescopios aún no alcanzan a ver todo lo que nos gustaría… hubo muchos cambios en las décadas de 1980 y 1990, con los satélites. Me gusta estar al día en estos avances pero también me interesa bajar a la tierra. Lo que trato de interpretar es que, así como hay estructuras que se forman sin gravedad en el espacio, nubes de gas y de polvo, nebulosas, y aparecen formas apasionantes, también pueden producirse en otros ambientes. He explorado mucho este mundo y me intriga, en general, cómo se organiza la naturaleza, el crecimiento en la vegetación o la formación de las rocas… toda la materia en su

Blanca MuñozLUZ Y SOMBRA

M. Perera

Foto: Blanca Muñoz con su obra Tornasol, 2015.

Foto: Arturo Muñoz

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conformación. Pensar en cosas que no están a la vista siempre es muy sugerente.

¿Podría hablar de su proceso de trabajo?, ¿hace dibujos preparatorios o “dibuja” directamente con las varillas en el espacio para crear sus esculturas?Hago un poco de todo; si es un encargo, me esfuerzo en hacer un dibujo para que sepan lo que tengo en mente; por otra parte, dibujo bastantes cosas que me atraen sin pensar en que vayan a convertirse en una escultura ni nada concreto, sino porque hay formas que se me ocurren y me apetece dibujarlas. Curiosamente, sí dibujo siempre después de hacer la escultura, la retrato de forma fidedigna, y ahí surgen muchas más cosas; normalmente hago un dibujito para anotar medidas y fechas y tenerlo en mi cuadernillo temporal; en ocasiones, he recurrido a estos retratos –porque las esculturas son muy diferentes según cómo las mires– que me han dado juego para otras obras, que no tenían mucho que ver, pero me han servido para otras piezas tridimensionales o para las cerámicas o las joyas.

¿Cómo interviene el azar en su obra?Cada vez tengo más azar y menos necesidad, por citar a Jacques Monod [sonríe]; cada vez soy más libre, en el sentido de tener menos ataduras conceptuales o referencias, entonces el azar se convierte en pieza clave para el diálogo con el material; al trabajar con acero, que es un elemento rígido y poco maleable y yo tengo además un físico delgado –tengo fuerza pero no soy Mazinger Z, tengo más maña que fuerza [dice sonriendo]–, el azar juega un papel fundamental, pero al final, es un azar previsible, porque es algo muy fluido pero de mucha concentración y, en general, es un trabajo físicamente duro. En el caso de los mármoles, la manipulación también es pesada y tengo que ir con cuidado para no lesionarme.

Siempre se muestra satisfecha de trabajar sus esculturas con sus propias manos.Sí, y el hecho de trabajar con tus propias manos es fundamental cuando cambias de escala; es decir, cuando yo he hecho una obra y después decido cambiarla a mayor o menor escala, ya he resuelto todos los problemas técnicos en la original y sé que la obra ya funciona como yo quiero; la sorpresa ya solamente es visual porque es muy impactante ver una obra que es mayor a tu altura, que puedes participar en su espacio, en los cambios de luz… efectos que no puedes apreciar en una escultura del tamaño que hago habitualmente. Pero lo que sí sé al trabajarlas en directo es que los problemas formales, estructurales y sus tensiones ya están entonces resueltos, y si no las hiciera físicamente y me limitara a diseñarlas creo que mi obra sería mucho más pobre. Cada vez me embarco en cosas más complejas, que tengo que resolver… es parte del enriquecimiento y de la madurez, que hace años no hubiera podido hacer. Se te ocurren de repente cosas –y ahí interviene el azar, pero lo tienes que resolver– y al afrontar este reto surgen posibilidades que no estaban en la idea principal pero lo está reclamando la propia obra. No hago esculturas en serie, son todas estructuralmente distintas.

Cuando las piezas son muy grandes, debe recurrir a un taller externo, ¿cómo controla la producción de la pieza? Por ejemplo, Tornasol, que es una pieza grande, está producida en RumaníaTenían el taller en Madrid y regresaron a su país, y como llevamos muchos años trabajando juntos hay un entendimiento absoluto entre nosotros. Ellos no pueden cambiar absolutamente nada de mi obra y no tienen ninguna posibilidad de interpretación; lo que requiere, eso sí, es un exhaustivo cálculo matemático. Por una parte, para ellos está bien porque no se van por las ramas pero por otro es arduo porque son estructuras de curvas y contracurvas, que técnicamente no son fáciles.

Su obra Candombe, el baile popular rioplatense, ¿tiene relación con su estancia en México?Nada que ver, al menos conscientemente; mi etapa en México tiene que ver con mi interés inicial por la cosmología y la astronomía; fui solo consciente, a la vuelta, de todo lo que viví allí, la declinación del sol, ves que la sombra del cuerpo cae justo debajo de ti. Todas mis obras han de tener un título referente porque así la escultura se autodefine y la llamé Candombe porque tiene esos volúmenes como tambores; no tenía nada que ver con el baile, pero sí que es muy rítmica, y tiene movimientos que sugieren la danza.

En su obra hay una búsqueda constante de equilibrio entre luz y sombra, lleno y vacío, movimiento y quietud. ¿Es algo racional o intuitivo?En principio es racional porque el estudio de la luz fue lo que me llevó a la estructura de las formas y el interés por las distintas declinaciones de la luz según en qué momentos del año y las sombras que se producen. Todo esto se ha ido haciendo cada vez más intuitivo y, haciendo estructuras, me he dado cuenta de la importancia de la iluminación y de las sombras que se proyectan cuando se expone en una galería o al aire libre. Nunca pongo una escultura debajo de árboles porque quiero que le dé el sol. Por ejemplo, para Talisman II, en la Fundación Juan March, pedí que no tuviera árboles cerca, que le diera el sol de lleno, porque es muy distinto el efecto que produce la escultura y su sombra en el suelo. Luego la naturaleza es libre, crece y la cubrirá de sombras….

¿Quiénes son sus artistas favoritos? Cada vez son más porque me he dado cuenta, con los años, de cómo te limitan las fijaciones que tienes de joven con algunos artistas…y es que hay tal riqueza en los clásicos: Zurbarán, Sánchez Cotán, por citar a españoles... el renacimiento y barroco italianos, los flamencos… tengo tendencia a que me gusten las obras que tienen vida propia, como Rubens, nunca ves un cuadro suyo estático, estás viendo movimiento donde hay quietud, una visión espacial muy sutil.

¿Qué obras le acompañan en su vida diaria? La verdad es que soy muy solitaria, soy de meterme en el estudio y trabajar; no tengo casi nada, ni de mí ni de nadie, tengo objetos por lo general funcionales que me gustan, como cerámicas y algunos objetos raros…¡cosas que no me distraigan! No sería capaz de poner en mi casa un

‘Cada vez tengo menos ataduras conceptuales’

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3 - 12 November 2016Asian Art in London

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