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 106 AFKAR/IDEAS, INVIERNO DE 2005 L a visita de los Reyes de España a Marruecos a prin- cipios de 2005 ha venido a ratificar el lugar prio- ritario que el país magrebí ocupa en la política de Estado de nuestro país, así como la creciente polariza- ción ideológica que suscita todo lo relativo a Marrue- cos, evidenciada por la variopinta cobertura periodís- tica de la visita real. Sobre la tradición de esa prioridad marroquí, baste recordar que, hasta la fecha, el primer destino exterior –también lo es de muchos turistas– de todos los presidentes de gobierno democráticos espa- ñoles ha sido Marruecos, gesto simbólico que respon- de al peso de las relaciones históricas, políticas y ahora también económicas y sociales. Los vínculos en el ámbito cultural y educativo s on de primera magnitud, al menos en apariencia. Marruecos es el país que cuenta con más centros del Instituto Cer- vantes (Tánger, Tetuán, Rabat, Casablanca y Fez), ade- más de una nutrida red de 11 colegios e institutos es- pañoles. En su recién creada revista Cervantes (octubre de 2004), el Instituto Cervantes dedicaba tres páginas a explicar a bombo y platillo un “plan de acción cultural en el mundo árabe” que “por primera vez, explotará las posibilidades de la cooperación cultural como vínculo entre nuestras culturas”. Según la noticia, el plan “cen- trado en principio en Marruecos, pretende crear un mo- delo que se aplicará después en otros países árabes”. En cualquier caso, no conviene confundir la obliga- toria vitalidad de las relaciones políticas o la difusión del español y lo español en Marruecos con la verdade- ra dimensión de las relaciones culturales entre ambos países, algo de mucho menor alcance y también de ma-  yor urgencia. S i nos fijamos en el lugar que ocupa Ma- rruecos en nuestros planes de estudio y programas de investigación o en las traducciones realizadas, parece- ría que se trata de un remoto país árabe. En efecto, el peso de las relaciones políticas o la presencia española en Marruecos contrastan con las en realidad escasas re- laciones en el ámbito cultural y literario. Con la independencia de Marruecos (1956), la aten- ción prestada a la cultura del país vecino en círculos cer- canos al protectorado español –como el suplemento li- terario Ketama de la revista tetuaní Tamuda, o la revis- ta al-Motamid – se desvaneció. El vacío que siguió al fin del protectorado español corrobora que la escuela afri- canista estuvo vinculada a la aventura colonial españo- la en Marruecos, episodio del que se mantuvo al mar- gen el arabismo universitario y que marcó su posterior desarrollo. Las relaciones entre ambos países se fueron enfrian- do y no fue hasta finales del siglo XX cuando Marruecos volvió a ocupar un lugar destacado en el quehacer de los especialistas. El renovado interés de los universita- rios por el Magreb y Marruecos se concentra funda- mentalmente en ámbitos como la política, la sociedad o la historia y se ha visto reflejado también en traduc- ciones del árabe y del francés de autores marroquíes, así como en un rebrote de los estudios y publicaciones sobre el árabe marroquí, entre los que hay que destacar los recientes  ¡Habla árabe marroqu í! Método para prin- cipiantes (2003) y Esbozo gramatical del árabe marro- quí (2004). En este reno vado interés confluyen factores políticos y económicos, pero ha sido sobre todo la in- migración el factor que ha venido a resucitar este inte- rés por Marruecos y su cultura. El cambio de gobierno en España podría tener un impacto positivo en el ámbito de las relaciones cultu- rales entre ambos países, aunque al margen de los cam- bios de cariz políti co, en 2004 se producían avances im- portantes. El año se cerraba con un buen saldo en lo referente a la presencia de la literatura de Marruecos en España. Ediciones del Oriente y del Mediterráneo publicaba tres libros de carácter autobiográfico, Fez es un espejo, de Ab dellatif Laa bi, El libro de la opresión de Khadija Menebhi y A la sombra de Lala Chafia de Dris Bouissef Rekab, todos ellos traducidos del francés. Ca- be también destacar la publicación de un fragmento del reconfortante poema Pueblo de Madrid, ¡perdón! de Laâbi, en la sección Antología de Babel del suplemen- to Babelia de El País . En 2004 aparecía asimismo el pri- mer título de un nuevo proyecto editorial centrado en Marruecos, la colección Algarabía en la editorial gadi- tana Quórum, que publicaba el poemario en español DIALOGOS Marruecos y España: ¿unos vínculos poco literarios? A pesar de los a vance s, el peso de las relac iones políticas contrasta con los escasos lazos culturales y literarios. Gonzalo Fernández Parrilla Gonzalo Fernández Parrilla es director de la Escuela de Traductores de Toledo, Universidad de Castilla-La Mancha.

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  • 106 AFKAR/IDEAS, INVIERNO DE 2005

    L a visita de los Reyes de Espaa a Marruecos a prin-cipios de 2005 ha venido a ratificar el lugar prio-ritario que el pas magreb ocupa en la poltica deEstado de nuestro pas, as como la creciente polariza-cin ideolgica que suscita todo lo relativo a Marrue-cos, evidenciada por la variopinta cobertura periods-tica de la visita real. Sobre la tradicin de esa prioridadmarroqu, baste recordar que, hasta la fecha, el primerdestino exterior tambin lo es de muchos turistas detodos los presidentes de gobierno democrticos espa-oles ha sido Marruecos, gesto simblico que respon-de al peso de las relaciones histricas, polticas y ahoratambin econmicas y sociales.

    Los vnculos en el mbito cultural y educativo son deprimera magnitud, al menos en apariencia. Marruecoses el pas que cuenta con ms centros del Instituto Cer-vantes (Tnger, Tetun, Rabat, Casablanca y Fez), ade-ms de una nutrida red de 11 colegios e institutos es-paoles. En su recin creada revista Cervantes (octubrede 2004), el Instituto Cervantes dedicaba tres pginas aexplicar a bombo y platillo un plan de accin culturalen el mundo rabe que por primera vez, explotar lasposibilidades de la cooperacin cultural como vnculoentre nuestras culturas. Segn la noticia, el plan cen-trado en principio en Marruecos, pretende crear un mo-delo que se aplicar despus en otros pases rabes.

    En cualquier caso, no conviene confundir la obliga-toria vitalidad de las relaciones polticas o la difusindel espaol y lo espaol en Marruecos con la verdade-ra dimensin de las relaciones culturales entre ambospases, algo de mucho menor alcance y tambin de ma-yor urgencia. Si nos fijamos en el lugar que ocupa Ma-rruecos en nuestros planes de estudio y programas deinvestigacin o en las traducciones realizadas, parece-ra que se trata de un remoto pas rabe. En efecto, elpeso de las relaciones polticas o la presencia espaolaen Marruecos contrastan con las en realidad escasas re-laciones en el mbito cultural y literario.

    Con la independencia de Marruecos (1956), la aten-cin prestada a la cultura del pas vecino en crculos cer-canos al protectorado espaol como el suplemento li-

    terario Ketama de la revista tetuan Tamuda, o la revis-ta al-Motamid se desvaneci. El vaco que sigui al findel protectorado espaol corrobora que la escuela afri-canista estuvo vinculada a la aventura colonial espao-la en Marruecos, episodio del que se mantuvo al mar-gen el arabismo universitario y que marc su posteriordesarrollo.

    Las relaciones entre ambos pases se fueron enfrian-do y no fue hasta finales del siglo XX cuando Marruecosvolvi a ocupar un lugar destacado en el quehacer delos especialistas. El renovado inters de los universita-rios por el Magreb y Marruecos se concentra funda-mentalmente en mbitos como la poltica, la sociedado la historia y se ha visto reflejado tambin en traduc-ciones del rabe y del francs de autores marroques,as como en un rebrote de los estudios y publicacionessobre el rabe marroqu, entre los que hay que destacarlos recientes Habla rabe marroqu! Mtodo para prin-cipiantes (2003) y Esbozo gramatical del rabe marro-qu (2004). En este renovado inters confluyen factorespolticos y econmicos, pero ha sido sobre todo la in-migracin el factor que ha venido a resucitar este inte-rs por Marruecos y su cultura.

    El cambio de gobierno en Espaa podra tener unimpacto positivo en el mbito de las relaciones cultu-rales entre ambos pases, aunque al margen de los cam-bios de cariz poltico, en 2004 se producan avances im-portantes. El ao se cerraba con un buen saldo en loreferente a la presencia de la literatura de Marruecosen Espaa. Ediciones del Oriente y del Mediterrneopublicaba tres libros de carcter autobiogrfico, Fez esun espejo, de Abdellatif Laabi, El libro de la opresin deKhadija Menebhi y A la sombra de Lala Chafia de DrisBouissef Rekab, todos ellos traducidos del francs. Ca-be tambin destacar la publicacin de un fragmentodel reconfortante poema Pueblo de Madrid, perdn! deLabi, en la seccin Antologa de Babel del suplemen-to Babelia de El Pas. En 2004 apareca asimismo el pri-mer ttulo de un nuevo proyecto editorial centrado enMarruecos, la coleccin Algaraba en la editorial gadi-tana Qurum, que publicaba el poemario en espaol

    DIALOGOS

    Marruecos y Espaa: unos vnculos poco literarios?A pesar de los avances,el peso de las relaciones polticascontrasta con los escasos lazos culturales y literarios. Gonzalo Fernndez Parrilla

    Gonzalo Fernndez Parrilla es director de la Escuela de Traductoresde Toledo, Universidad de Castilla-La Mancha.

  • de Abderramn El Fathi, Desde la otra orilla. Adems,en Destino apareca La puerta de los vientos. Narrado-res marroques contemporneos. Esta antologa, sin de-jar de ser un esfuerzo encomiable, constituye tambinun modelo en lo que se refiere a las pautas de actua-cin en la cooperacin cultural con Marruecos, resul-tantes de ese elemento de distorsin que introduce elpasado compartido, que llevan a dar prioridad a la su-puesta literatura marroqu de expresin espaola so-bre cualquiera de las otras dimensiones culturales deMarruecos.

    Literatura marroqu de expresin espaola?

    E s evidente que Marruecos ha generado una inte-resante y variada literatura poscolonial en fran-cs. Baste mencionar el peso de autores comoLabi, Driss Chraibi o Tahar Ben Jelloun, que estn per-fectamente integrados en el tejido editorial y culturalfrancs y han llegado incluso a ganar prestigiosos ga-lardones literarios como el Goncourt.

    Pero, adems del francs, en Marruecos ha pervivi-do la otra lengua de los colonizadores, el espaol. Enefecto, una de las particularidades de la literatura ma-rroqu respecto a otros pases rabes es presentar ma-nifestaciones en lengua espaola, variedad en la quedestacan las antologas Literatura marroqu en lenguacastellana (1996), Escritores marroques de expresinespaola. El grupo de los 90 (1997) y Escritura marro-qu en lengua espaola (1998). Sobre esta literatura ysobre el tema hispnico en la literatura hay otros ttu-los como Miradas desde la otra orilla. Una visin de Es-paa (1992), Antologa de relatos marroques en lenguaespaola (1990), Cuentos del Marruecos espaol (1998)o Nueva antologa de relatos marroques (1999), don-de se recogen textos de algunos escritores marroques,si bien la mayora son de autores espaoles y de te-mtica marroqu.

    Frente a esta relativa abundancia, los estudios dedi-cados a la literatura marroqu en general son escasos.La muestra ms variada y representativa de la produc-cin literaria y ensaystica sigue siendo Literatura y pen-samiento marroques contemporneos (1981). Hay quedestacar Aproximacin al relato marroqu en lengua ra-be (1930-1980) (1998), sin duda la contribucin ms im-portante, y La identidad del teatro marroqu (1992). So-bre la literatura popular hay que mencionar Que por larosa roja corri mi sangre. Estudio y antologa de la lite-ratura oral en Marruecos (1977).

    La lengua espaola es, en efecto, uno de esos facto-res singulares que estn en el tablero de las relacioneshispano-marroques que se convierte al tiempo en opor-tunidad y escollo; porque si se aborda desde la nostal-gia, estar abocada a entorpecer las relaciones entre am-bos pases.

    Pero, hasta qu punto existe una literatura poscolo-nial en espaol? Cuestionarlo no implica negar la exis-

    DIALOGOS

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    Recursos para aprender rabe

    n Manuales Para empezar de cero:

    Aguilar, Victoria et alii: Hayya natakallam al-'arabiyya. Cuadernopara leer y escribir rabe, ICE Universidad de Murcia: manual deintroduccin a la lectoescritura en lengua rabe. Sigue el formatode una cartilla de lectura y un cuaderno de caligrafa.

    Para aprender sin profesor:Heykal, Ahmed: Curso de rabe, Hiperin: sus numerosas yexhaustivas explicaciones permiten utilizarlo como manual deautoaprendizaje. Recoge indicaciones relativas a pronunciacin ydescripciones de los sonidos del rabe.

    Para escuchar y ampliar conocimientos:Saleh, Waleed: Curso prctico de lengua rabe I y II, Ibersaf: manualpensado para estudiantes espaoles de rabe en escuelas oficialesde idiomas y universidades..

    Para especializarse en un dialecto:Herrero Muoz-Cobo, Brbara: Habla rabe marroqu! Mtodo paraprincipiantes, Universidad de Almera e Ibersaf Editores: publicacinde un vocabulario bsico espaol rabe marroqu y de una gramticade rabe marroqu para hispanohablantes. Contiene 3 CDs.

    n Gramticas Para escuchar y ampliar conocimientos:

    Corriente, Federico: Gramtica rabe, Herder: exhaustiva, conejercicios y acompaada de una cinta.

    Para profundizar:Paradela, Nieves: Manual de sintaxis rabe, Publicaciones de laUniversidad Autnoma de Madrid: compendio gramatical destinadoa estudiantes universitarios de rabe.

    Para practicar y ampliar conocimientos:Riloba, Fortunato: Gramtica rabe-espaola con crestomata delecturas rabes, Edelsa: gramtica con ejercicios y actividades.

    Para estudiar, reorganizar conceptos, y adquirir nociones bsicasRuiz Girela, Francisco: Esquemas de rabe: gramtica y usoslingsticos, Centro de Lingstica Aplicada Atenea: resmenesgramaticales plasmados en esquemas, cuadros sinpticos y listasde ejemplos y/o excepciones.

    n Lxicos y diccionarios Para adquirir vocabulario bsico:

    * Alkuwaifi, Ahmad y Torres Fabrs, Montserrat: Diccionario ilustradorabe-espaol, Ministerio de Educacin, Cultura y Deporte, SecretaraTcnica, Editorial Sirpus: dirigido sobre todo a nios: contieneilustraciones muy grandes y atractivas. * Esteve i Pala, Montserrat et al.: Vocabulario ilustrado espaol-rabe, Icaria Editorial: mismo que el anterior, pero con ms temasy vocabulario

    Para profundizar:* Corriente, Federico: Diccionario rabe-espaol, Herder, Barcelona:durante muchos aos, el ms amplio y vlido recurso lexicogrficopara hispanohablantes. * Corriente, Federico: Diccionario espaol-rabe, Instituto deCooperacin con el Mundo rabe: obra posterior a la anterior y endireccin inversa. * Corts, Julio: Diccionario de rabe culto moderno rabe-espaol,Gredos: como su ttulo indica, este diccionario incluye muchosusos y acepciones modernas y obvia trminos en desuso o muyliterarios. * Reda, Yussof: Al-Mun Diccionario espaol-rabe, Librairie duLiban Publishers: el autor y los editores de esta obra son rabes.Se puede encontrar en versin de bolsillo.

    Para viajar:Kaplanian, Maurice G., Diccionario Alandalus rabe-espaol yespaol-rabe, LU y KAPLANIAN, Maurice G., Alhambra DiccionarioArabe-Espaol Espaol-Arabe, SOPENA: diccionarios bilinges,menos extensos que los anteriores.

    n LecturasGrupo Arab, Cuentos tradicionales rabes, Ibersaf: antologadidctica de cuentos y ancdotas breves procedentes del acervopopular rabe.

    Myriam Fraile Profesora de rabe de la EOI

  • tencia de escritores marroques que se expresan en es-paol, que los hay. Se trata de plantear si es un fen-meno que tiene trascendencia en el panorama culturalespaol o en el marroqu.

    Pese a que la lengua espaola se ha mantenido vivaen el norte de Marruecos fundamentalmente a niveloral y gracias, sobre todo, a la televisin, y pese al te-sn de individuos y grupos, como la Asociacin de Es-critores de Lengua Espaola, no puede afirmarse quese haya producido una autntica literatura poscolonialen espaol. En realidad, son muy pocos los autores ma-rroques de expresin espaola que han publicado enEspaa. La mayor parte de esta literatura se ha publi-cado en Marruecos, principalmente en los rescoldos delprotectorado espaol en el norte del pas, en las nuevasinstituciones culturales espaolas en Marruecos y enlas revistas y publicaciones de las universidades ma-rroques. Se puede afirmar sin riesgos que ninguno deestos escritores se ha hecho todava un hueco en el pa-norama literario espaol.

    No obstante, hay que destacar algunos autores de lar-ga trayectoria como Mohamed Chakor, Mohamed Buis-sef Rekab, Larbi El Harti o Mohamed Sibari, aunque susobras han sido por lo general publicadas en Marruecoscon excepcin de Despus de Tnger de El Harti, El d-dalo de Abdelkrim de Rekab o La llave y otros relatos deChakor. Otros ensayistas e hispanistas que han publi-cado en Espaa son Hussein Buzineb, Abdellah Djibi-lou o Ahmed El Gamun (Lorca y la cultura popular ma-rroqu). Tambin la Asociacin de Trabajadores eInmigrantes en Espaa (Atime) apoy la publicacin deEl diablo de Yudis de Ahmed Daudi.

    En ese empeo de volcarse en los autores que escri-ben en espaol se puede detectar algo de paternalismoencubierto, como cuando en la introduccin de La Puer-ta de los vientos, se afirma que trece de estos autoreseligen el espaol como lengua literaria..., aunque no re-ciban el apoyo de las autoridades y editoriales, ni de Es-paa ni de Marruecos. Los antlogos se quejan asi-mismo de la escasa acogida que Espaa concede a losautores vecinoso evocan, no sin cierto resquemor, labien orquestada influencia francesa en Marruecos. Pe-ro la cuestin esencial est en dilucidar si esos autoresson representativos de la literatura de Marruecos o delhispanismo marroqu.

    La traduccin

    H asta 2004 se han traducido al castellano alrede-dor de unas 50 obras de autores marroques. Deacuerdo con esta cifra, podra parecer que hayuna importante presencia de literatura marroqu tra-ducida al espaol, pero esa aparente abundancia de tra-ducciones es, sobre todo, fruto de fenmenos editoria-les como Tahar Ben Jelloun o Fatima Mernissi, con 20 y10 obras, respectivamente, y encubre una limitada pre-sencia de las expresiones literaria y ensaystica marro-

    ques. Salvo Ben Jelloun, Mernissi o Mohamed Chukri,claro est, ningn otro autor marroqu ha gozado de di-fusin en Espaa, hecho que contrasta tambin con elmayor conocimiento y presencia de la literatura espa-ola en Marruecos.

    La traduccin de literatura marroqu al espaol es unfenmeno muy reciente que se remonta a principios dela dcada de los ochenta. El primer libro traducido delrabe publicado por una editorial comercial fue El pandesnudo de Chukri en 1982, y la primera traduccin deun libro de un autor de expresin francesa fue El niode arena de Ben Jelloun en 1987.

    En lo que respecta a la poesa, la presencia es esca-sa, a pesar de que la primera traduccin de un autor ma-rroqu data de 1956, con la publicacin de La luna y yodel poeta tetuan, Mohamed Sabbag. Sin duda lo msdestacable es el monogrfico de la Revista Atlntica de-dicado a Marruecos en 2000.

    En narrativa, hay que destacar el fondo editorial deEdiciones del Oriente y del Mediterrneo y la coleccinal-Qibla, lanzada a finales de la dcada de los ochentabajo el impulso de Juan Goytisolo en Libertarias/Prod-hufi, donde aparecieron obras representativas de la no-vela marroqu como El juego del olvido de MohamedBerrada, Funerales de Ahmed El Madini y El loco del po-der de Salem Himmich.

    Otras obras narrativas aparecidas en los ltimos aosson De la niez de Abdelmayid Benyallun o El gallo delhuevo/El zorro que aparece y desaparece de MohamedZafzaf. De este ltimo autor es La mujer y la rosa, obrade gran trascendencia en el panorama de la novela ma-rroqu. De la ya mtica autobiografa novelada de Chu-kri, contamos tambin con Tiempo de errores y Rostros,amores, maldiciones.

    Otro de los hitos relevantes en la historia de la tra-duccin es la Antologa de relatos marroques (1990), queincluye una variada y representativa muestra del relatobreve desde sus fundadores en la dcada de los cuaren-ta. Colecciones de un solo narrador tenemos Lo posiblede lo imposible de Abd al-Yabbar al-Sihimi, actual direc-tor del diario al-Alam, El espejo acusador de Janata Ben-nuna o El rey de los genios y otros relatos de Zafzaf.

    Entre las traducciones del francs, hay que destacarla aparicin en los ltimos aos de obras como El pa-sado simple de Chraibi, El camino de las ordalas de Laa-bi, Recorrido inmvil de Edmond Emran El Maleh, o Lasnoches de Azed de Lotfi Akalay.

    En cuanto al pensamiento marroqu contempor-neo, slo ha sido traducida una limitada muestra de laproduccin, circunscrita a obras escritas en francs,con excepcin de El legado filosfico de los rabes deMohamed Abed El Yabri. Los autores ms traducidosson Mernissi y Abdellah Laroui, con ttulos de ste l-timo como El islam rabe y sus problemas, Historia delMagreb u Orgenes sociales y culturales del nacionalis-mo marroqu.

    Queda, por tanto, mucho por hacer. n

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