3 Competencia Moral

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3 Competencia Moral. La competencia moral se refiere a la necesidad que el profesional tiene de referirse a un bien, al bien; esa necesidad se refleja en la vida según la virtud, en la vida virtuosa, la cual se manifiesta en el sentimiento de rechazo a todo lo que aparezca como oscuro, injusto o dudoso, a la vez que en la conciencia de la dignidad de la profesión. Aquiles Menéndez distingue dos virtudes profesionales: la justicia y la caridad. La primera se vuelve un imperativo para el profesional, en la medida en que es depositario de un bien social (de cultura) del que debe dar cuenta a la sociedad en que vive. La segunda, se refiere a la necesidad de que el profesional se dedique a un servicio desinteresado de todos los demás miembros de su sociedad, aunque, en un sentido de justicia, no esté obligado a ello. 3.1 Virtudes morales en la profesión. Virtud proviene de VIR; valor, fuerte, poderoso. Las virtudes pueden dividirse en morales e intelectuales. Las virtudes morales que también se denominan como Cardinales son cuatro; la Prudencia, la justicia, la Fortaleza y la Templanza. Prudencia. Utilizar la recta razón en el obrar; compromete al sujeto; es la virtud más importante y puede regir a las otras Justicia: comúnmente se entiende como dar a cada quien lo que le corresponde. Fortaleza es vencer las dificultades y superar los obstáculos. Templanza es la moderación en los placeres. Las virtudes intelectuales son múltiples y de diversa índole, pero se pueden señalar algunas como la sabiduría, la valentía y el ahorro.

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competencia moral

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3 Competencia Moral.

La competencia moral se refiere a la necesidad que el profesional tiene de referirse

a un bien, al bien; esa necesidad se refleja en la vida según la virtud, en la vida

virtuosa, la cual se manifiesta en el sentimiento de rechazo a todo lo que aparezca

como oscuro, injusto o dudoso, a la vez que en la conciencia de la dignidad de la

profesión.

Aquiles Menéndez distingue dos virtudes profesionales: la justicia y la caridad. La

primera se vuelve un imperativo para el profesional, en la medida en que es

depositario de un bien social (de cultura) del que debe dar cuenta a la sociedad en

que vive.

La segunda, se refiere a la necesidad de que el profesional se dedique a un servicio

desinteresado de todos los demás miembros de su sociedad, aunque, en un sentido

de justicia, no esté obligado a ello.

3.1 Virtudes morales en la profesión.

Virtud proviene de VIR; valor, fuerte, poderoso.

Las virtudes pueden dividirse en morales e intelectuales. Las virtudes morales que

también se denominan como Cardinales son cuatro; la Prudencia, la justicia, la

Fortaleza y la Templanza.

Prudencia. Utilizar la recta razón en el obrar; compromete al sujeto; es la virtud más

importante y puede regir a las otras

Justicia: comúnmente se entiende como dar a cada quien lo que le corresponde.

Fortaleza es vencer las dificultades y superar los obstáculos.

Templanza es la moderación en los placeres.

Las virtudes intelectuales son múltiples y de diversa índole, pero se pueden señalar

algunas como la sabiduría, la valentía y el ahorro.

Los vicios son lo opuestos a las virtudes y por tanto comportamientos negativos que

alejan al hombre de su realización y que pueden tener serios efectos.

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3.2 Dignidad personal y Vicios.

 Una exigencia fundamental de la dignidad personal es la responsabilidad. Sin ella,

no es posible tampoco tener dignidad y que se la respeten a uno los demás. El ser

humano debe ser plenamente responsable de sus obras y de sus actos, puesto que,

a mayor responsabilidad, más dignidad se posee. Otra cosa es que todo ser humano

sea digno de respeto por el hecho de ser persona, independientemente de su grado

de responsabilidad, o de la situación de indigencia material o moral, en la que se

encuentre.

   Otra exigencia necesaria para adquirir y conservar la dignidad personal, es la

inclinación a buscar, amar y respetar la verdad. En efecto, una persona mentirosa,

está destinada a perder la confianza, y la estima de los que la conocen, y a inspirar

la indignidad que por su comportamiento se le atribuye. Naturalmente, su grado de

indignidad, dependerá de la frecuencia e importancia de sus mentiras, pero deberá

de cambiar de conducta, si quiere ganarse el aprecio y la confianza de los demás,

para lograr ser digna de ese aprecio, y de esa confianza en sus relaciones.

   Ahora bien, con el ejercicio de las virtudes humanas en general, el ser humano

crece en autoestima y en dignidad, y por el contrario, cuando para satisfacer el ego

personal se prefieren los vicios a las virtudes, en la medida que esos vicios son

peligrosos, importantes y reiterados, producen la indignidad y la pérdida de la

autoestima hasta límites indefinidos. Pero no sólo los vicios provocan indignidad,

sino también las acciones injustas e inmorales aisladas que realizamos en las

relaciones con nuestros semejantes. 

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INTEGRANTES DEL EQUIPO

IMER OMAR HU CASTILLO

UZIEL NEFTALI GODOY CHUC

CARLOS ALFREDO KUMUL KUMUL

FREDDY JHAMIR ZUNUN KAUIL

YUZAKI DAYANI DZUL RODRIGUEZ

DANIEL CAUICH POOL

MATERIA: VALORS ÉTICOS

EQUIPO: #3