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57 Espacio, lugar y tiempo: la reapropiación social de la naturaleza y la construcción local de la racionalidad ambiental Enrique LEFF* RESUMO Diversidade cultural e preservação das identidades dos povos são fundamentais para viabilizar o desen- volvimento sustentável em escala local e global. Estilos étnicos organizam as práticas de uso da natureza e das populações indígenas e das sociedades camponesas. Assim, a cultura aparece revalorizada como um recurso para o desenvolvimento sustentável. O presente artigo pretende repensar o espaço e o tempo, através de uma racionalidade ambiental que ressignifique a natureza e a cultura, como uma alternativa ao logocentrismo da racionalidade científica e a globalização homogeneizante dominantes. Palavras-chave: Racionalidade Ambiental, Cultura, Sustentabilidade, Identidade RESUMEN La diversidad cultural y la preservación de las identidades de los pueblos son fundamentales para viabilizar el desarrollo sustentable a escala local y global. Los estilos étnicos organizan las prácticas de uso de la naturaleza de las poblaciones indígenas y de las sociedades campesinas. Así, la cultura aparece revalorizada como un recurso para el desarrollo sustentable. El propósito del presente artículo es repensar el espacio y el tiempo a través de una racionalidad ambiental que resignifique a la naturaleza y a la cultura, en oposición al logocentrismo de la racionalidad científica y a la globalización homogeneizante dominantes. Palavras-chave: Racionalidad Ambiental, Cultura, Sustentabilidad, Identidad ABSTRACT Cultural diversity and the preservation of peoples identities are fundamental for making sustainable development at local and global levels viable. The practices of nature use by indigenous people and peasant societies are organized by ethnic styles. Thus, culture acquires new value as a resource for sustainable development. The purpose of this article is to rethink space and time, and to resignify nature and culture in the perspective of an environmental rationality, as an alternative to logocentrism in scientific rationality and dominant homogeneizing globalization. Key-words: Environmental rationality, Culture, Sustainability, Identity * Coordinador de la Red de Formación Ambiental para América Latina y el Caribe, PNUMA. Desenvolvimento e Meio Ambiente, n. 1, p. 57-69. jan./jun. 2000. Editora da UFPR

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  • 57Desenvolvimento e Meio Ambiente, n. 1, p. 41-56, jan./jun. 2000. Editora da UFPR

    FOLADORI, G.; TOMMASINO, H. El concepto de desarrolo sustentable treinta aos despus

    Espacio, lugar y tiempo: la reapropiacin social de lanaturaleza y la construccin local de la racionalidad ambiental

    Enrique LEFF*

    RESUMO

    Diversidade cultural e preservao das identidades dos povos so fundamentais para viabilizar o desen-volvimento sustentvel em escala local e global. Estilos tnicos organizam as prticas de uso da naturezae das populaes indgenas e das sociedades camponesas. Assim, a cultura aparece revalorizada comoum recurso para o desenvolvimento sustentvel. O presente artigo pretende repensar o espao e o tempo,atravs de uma racionalidade ambiental que ressignifique a natureza e a cultura, como uma alternativaao logocentrismo da racionalidade cientfica e a globalizao homogeneizante dominantes.

    Palavras-chave: Racionalidade Ambiental, Cultura, Sustentabilidade, Identidade

    RESUMEN

    La diversidad cultural y la preservacin de las identidades de los pueblos son fundamentales para viabilizarel desarrollo sustentable a escala local y global. Los estilos tnicos organizan las prcticas de uso de lanaturaleza de las poblaciones indgenas y de las sociedades campesinas. As, la cultura aparece revalorizadacomo un recurso para el desarrollo sustentable. El propsito del presente artculo es repensar el espacioy el tiempo a travs de una racionalidad ambiental que resignifique a la naturaleza y a la cultura, enoposicin al logocentrismo de la racionalidad cientfica y a la globalizacin homogeneizante dominantes.

    Palavras-chave: Racionalidad Ambiental, Cultura, Sustentabilidad, Identidad

    ABSTRACT

    Cultural diversity and the preservation of peoples identities are fundamental for making sustainabledevelopment at local and global levels viable. The practices of nature use by indigenous people andpeasant societies are organized by ethnic styles. Thus, culture acquires new value as a resource forsustainable development. The purpose of this article is to rethink space and time, and to resignify natureand culture in the perspective of an environmental rationality, as an alternative to logocentrism in scientificrationality and dominant homogeneizing globalization.

    Key-words: Environmental rationality, Culture, Sustainability, Identity

    * Coordinador de la Red de Formacin Ambiental para Amrica Latina y el Caribe, PNUMA.

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    LEFF, E. Espacio, lugar y tiempo: la reapropiacin social de la natureza...

    Cultura y sustentabilidad

    Toda organizacin cultural es un complejo siste-ma de valores, ideologas, significados, prcticasproductivas y estilos de vida que se han desarrollado alo largo de la historia y se especifican en diferentes con-textos geogrficos y ecolgicos. En este sentido, losprincipios de una cultura ecolgica, que movilizan yguan los procesos sociales hacia el desarrollosustentable, estn arraigados en racionalidades culturalesconstituidas por las diferentes formas de organizacinsimblica y productiva de los pueblos indios y las co-munidades campesinas. La degradacin ambiental y ladestruccin de sus recursos, causados por el proceso decrecimiento y globalizacin econmica y enmascaradashoy en da por el propsito de un desarrollo sostenible,han estado asociadas a la desintegracin de valoresculturales, identidades y prcticas productivas de las so-ciedades tradicionales. Frente a estos procesos domi-nantes, las estrategias alternativas para el desarrollosustentable, basadas en la diversidad cultural, estn le-gitimando los derechos de las comunidades sobre susterritorios y espacios tnicos, sobre sus costumbres einstituciones sociales, y por la autogestin de sus recur-sos productivos. Los principios de diversidad en elambientalismo enfrentan la homogeneidad de patronesproductivos, defendiendo los valores de la diversidadde contextos ecolgicos, la pluralidad cultural y lapreservacin de las identidades de los pueblos. Estosprincipios ticos aparecen como una condicin paraalcanzar los objetivos del desarrollo sustentable a esca-la local y global (Leff, 1998).

    Las condiciones ecolgicas y culturales de lasustentabilidad se han incorporado en las prcticasproductivas de las sociedades tradicionales, y se reflejantanto en sus formaciones simblicas como en sus instru-mentos tecnolgicos, configurados en largos procesosde coevolucin con la naturaleza, de transformacinambiental y asimilacin cultural (Levy-Strauss, 1972;Descola, 1996). Las prcticas productivas fundadas enla simbolizacin cultural del ambiente, en creencias re-

    ligiosas y en significados sociales asignados a lanaturaleza, han generado diferentes formas de percepciny apropiacin, reglas sociales de acceso y uso, prcticasde gestin de ecosistemas y patrones de produccin yconsumo de recursos. De esta manera se configuraronlas ideologas agrcolas tradicionales (Alcorn, 1989)y se desarrollaron las estrategias productivasmesoamericanas (Boege, 1988), basadas en el usomltiple y sustentable de los ecosistemas-recurso(Morello, 1986).

    Para entender el funcionamiento de estasestrategias culturales en el manejo sustentable de recur-sos naturales, es necesario comprender la racionalidadcultural que subyace a las clasificaciones de la naturalezala taxonoma folk que refleja el conocimiento localde diferentes grupos tnicos, es decir, los sistemas decreencias, saberes y prcticas que forman sus modelosholsticos de percepcin y uso de los recursos (Pitt,1985). Estas formas de significacin estn ntimamenterelacionadas con identidades culturales que van confi-gurando estilos tnicos (Leroi-Gourhan, 1965) queorganizan prcticas de uso de la naturaleza, constituyendoun patrimonio de recursos naturales y culturales de laspoblaciones indgenas y las sociedades campesinas.

    En su encuentro con civilizaciones dominadoras enel curso de la historia, estas culturas autctonas han resis-tido y asimilado procesos de aculturacin y cambiotecnolgico, reafirmando y transformando sus rasgosidentitarios. As, las culturas indgenas americanas hanpreservado y redefinido sus identidades en sus encuentrosy fusiones intertnicas en el perodo prehispnico y en losprocesos de mestizaje que siguieron despus de la con-quista espaola. De forma similar, la supervivencia de lospueblos originarios en nuestros das, frente a lasestrategias econmicas y tecnolgicas para reapropiarsela naturaleza y la biodiversidad, est llevando a laspoblaciones indgenas a resignificar sus identidades y ahibridizar sus culturas (Escobar, 1997a, 1997b).

    Hoy en da, la cultura est siendo revalorizadacomo un recurso para el desarrollo sustentable.1 Enesta perspectiva, el legado cultural de los indgenas en

    1La cultura es el complemento de los recursos naturales en los sistemas productivos campesino-indgenas; la cultura orienta el uso de losrecursos, mientras que stos condicionan, hasta cierto grado, las opciones de vida del grupo tnico. As concebida, la cultura es un recursosocial, capaz de usarse destructiva o racionalmente, de perderse o desarrollarse. (Varse; Martin, 1993, p. 738).

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    Latinoamrica aparece como una parte integral de supatrimonio de recursos naturales, definido a travs delas relaciones simblicas y productivas que han guiadola coevolucin de naturaleza y la cultura a travs deltiempo. La organizacin cultural de las etnias y de lassociedades campesinas tradicionales establece un siste-ma de relaciones sociales y ecolgicas de produccinque da soporte a las prcticas de manejo integrado ysustentable de los recursos naturales2.

    Varios autores han estudiado el funcionamiento dela racionalidad ecolgica de las prcticas productivasarraigadas el estilo de desarrollo prehispnico (Gligoy Morello, 1980), el modo de produccin campesino(Toledo, 1980), las complementariedades eco-simbiticas verticales (Condarco y Murra, 1987) y lautopa andina (Burgoa y Flores Galindo, 1982). Lasculturas prehispnicas haban internalizado las bases ylas potencialidades ecolgicas a sus formas deorganizacin productiva para el uso sustentable de latierra y de los recursos naturales. Estas prcticas tomaronen cuenta las complementariedades de la diversidad eco-lgica y los espacios geogrficos, integrando regionesque se extendan ms all de los territorios de un grupotnico particular. Esta estrategia permiti optimizar laoferta ecolgica de diversas geografas, del uso estacionalde diferentes de los espacios productivos y de la fuerzade trabajo, de los ciclos y pisos ecolgicos, as como dela fertilidad de la tierra y los procesos de regeneracinde los recursos, para ensayar diferentes estrategias depolicultivos, integrando la produccin local al espacioterritorial a travs del comercio interregional y elintercambio intercomunal de excedentes econmicos.

    Los espacios tnicos de la Amrica Tropical fuerony continan siendo escenarios de estrategias desupervivencia y de etno-eco-desarrollo mediante laadaptacin y transformacin del ambiente; all se

    desarrollaron importantes tecnologas agrcolas y trabajospblicos para el uso sustentable de recursos hidrolgicosy para el incremento de la fertilidad de la tierra a travsde tcnicas para la conservacin de agua y la prevencinde erosin, as como de variadas innovaciones yestrategias agroecolgicas: terrazas, chinampas, andenesy camellones (Murra, 1975; Romanini, 1876; Denevan,1980a, 1980b; Masuda et al., 1985; CEPAL/PNUMA,1983; de la Torre y Burgoa, 1986; Uribe, 1988; SanMartn Arzabe, 1990, Altieri y Nicholls, 2000). Estevasto repertorio de conocimientos tcnicos y prcticasproductivas permiti el desarrollo y gui la evolucinde las diferentes culturas que habitan la regin andina ylas zonas tropicales americanas.

    Complementariedades ecolgicas, temporalidadesculturales e identidades tnicas.

    Las estrategias productivas desarrolladas por di-ferentes culturas indgenas americanas implicaron eldesarrollo de prcticas especficas de uso de los recur-sos de cada grupo tnico. Esta cultura ecolgica fueintegrada en las relaciones sociales y las fuerzasproductivas de las sociedades rurales tradicionales. Elordenamiento ecolgico de procesos productivos opera travs de la complementariedad de espacios territorialesy ciclos ecolgicos para el manejo sustentable yproductivo de recursos naturales: estaciones de lluvia ysequa; distribucin anual de diferentes cosechasseleccionadas por patrones de crecimiento diferencia-dos y por las condiciones climticas de cada estacin; eluso integral de plantas especficas y el manejo integradode variedades genticas de diferentes especies (maz,papas), dependiendo de las condiciones topogrficas yla calidad del suelo; de diferentes estrategias de uso fi-

    2 El patrimonio cultural es un recurso importante para la regin. El logro de la sustentabilidad en las grandes estrategias agrcolas de losAndes, en las selvas tropicales y en las tierras anegadizas, requerir la incorporacin de tecnologas mayas, incaicas y preincaicas, aztecas y deotras etnias. Tales etnias campesinas poseen un riqusimo patrimonio tecnolgico, cuyo su deterioro ha provocado enormes costos ecolgicosen numerosos pases, especialmente en Mxico y Per. Ellos lograron resolver problemas en los que la tecnologa del Norte ha fracasado []como en articular el policultivo agrcola en pequeos desmontes con el uso extensivo de la selva contigua (lo hacen los descendientes de losmayas); manejar rodeos mixtos multipropsito para sobrevivir en climas semiridos de alta variabilidad (los aymaras y los quechua en Bolivia);manejar la selva caducifolia para trasformarla en ecosistema poliproductivo, incluso en pocas de sequas extraordinarias; desarrollar germoplasmaque responda a climas de baja predectibilidad y de lluvias (variedades de maz y frijol de ciclos muy cortos, cortos y largos); desarrollarvariedades adaptables a distintos pisos altitudinales (incas, mayas) y al gradiente latitudinal (pueblos andinos, mayas)... (Morello, 1990).

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    LEFF, E. Espacio, lugar y tiempo: la reapropiacin social de la natureza...

    nal (autoconsumo/mercado) e insumos tecnolgicos(maquinaria, fertilizantes). Estas estrategias dediversificacin y complementariedad de funciones eco-lgicas generaron diferentes prcticas de cultivosmltiples y combinados, as como de uso integrado delos recursos naturales en huertos familiares, milpas yacahuales; stas significaron importantes estrategias deaprovechamiento sustentable del bosque tropical, medi-ante el manejo de la sucesin secundaria de losecosistemas y procesos de regeneracin selectiva de losrecursos.

    Estos estilos prehispnicos de desarrollosustentable, caracterizados por la articulacinproductiva de diferentes ecosistemas y territorios tni-cos, provenan de la percepcin de la naturaleza comoun proceso sinergtico e integrado y no como un acervo(stock) de recursos discretos. Estas estrategiasoptimizaron el uso del trabajo a travs de ladiversificacin de la produccin, ajustndose a lascondiciones ecolgicas y al potencial ambiental de cadaregin, integrando actividades agroforestales con la caza,la pesca y la recoleccin de especies vegetales. Este es-tilo de desarrollo foment la complementariedad de losprocesos de trabajo y las prcticas de cooperacin inter-tnicas para el manejo integrado de los recursos naturales.De esta manera, la integracin de las economas famili-ares y comunales permitieron el intercambio y consumode productos dentro de amplios territorios tnicos(mayas, incas, etc.). Al mismo tiempo, se establecieronreglas sociales para la regulacin colectiva de laproduccin, a travs de largos procesos de observacinde la naturaleza, experimentacin productiva, innovacintcnica e intercambio de saberes. En este sentido, lasidentidades tnicas fueron significando y definiendo di-ferentes sistemas de recursos naturales.

    Es en este sentido que la cultura est integradadentro de las condiciones generales de una produccinsustentable; las identidades tnicas y los valoresculturales, as como las prcticas comunales para el ma-nejo colectivo de la naturaleza, fueron y son la base parael desarrollo del potencial ambiental para el desarrollosustentable de cada regin y cada comunidad. La cultu-ra se convierte as en un principio activo para el desarrollode las fuerzas productivas en un paradigma alternativo

    de sustentabilidad; la productividad ecolgica y lainnovacin tecnolgica estn entretejidos con procesosculturales que definen la productividad social de cadacomunidad; y stas a su vez se enlazan para generar unaeconoma global alternativa, fundada en las fuerzasproductivas de la naturaleza y en los sentidos creativosde la cultura (Leff, 1993,1994a).

    En las culturas tradicionales, el conocimiento, lossaberes y las costumbres estn entretejidas encosmovisiones, formaciones simblicas y sistemastaxonmicos a travs de las cuales clasifican a lanaturaleza y ordenan los usos de sus recursos; la culturaasigna de esta manera valores-significado a la naturaleza,a travs de sus formas de cognicin, de sus modos denominacin y de sus estrategias de apropiacin de losrecursos. La cultura se inscribe en las mltiples funcio-nes de la naturaleza a travs de las prcticas agrcolas,de preservacin de los procesos ecolgicos, de proteccinde la erosin y mantenimiento de la fertilidad del suelo;de conservacin de la diversidad gentica y biolgica;de regeneracin selectiva de especies tiles; de manejointegrado de recursos naturales silvestres y especies cul-tivadas; y de la innovacin de sistemas agroecolgicosaltamente productivos, como los camellones peruanos ylas chinampas mexicanas.

    Diferentes estudios sobre los estilos tnicos deapropiacin del medio ambiente en distintas regiones delmundo, han mostrado sus detallados conocimientos delos suelos, lo que les permite usarlos eficientemente,obteniendo beneficios sustentables dentro de los lmitesde las condiciones ambientales y socioeconmicas,mientras se preserva la base de sus recursos. Estasprcticas indgenas estn siendo reproducidas en dife-rentes lugares como estrategias de supervivencia cultu-ral y desarrollo sustentable (Parra, 1993).

    En las reas rurales del tercer mundo, las prcticassociales y productivas estn ntimamente asociadas avalores y procesos simblicos que organizan formacionesculturales y permiten la apropiacin social y latransformacin del medio ambiente. La organizacincultural regula el uso de recursos para satisfacer lasnecesidades de sus miembros. A travs de procesos sim-blicos se configuran mecanismos culturales que normanel acceso social a la naturaleza, dan forma al desarrollo

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    tecnolgico y regulan los ritmos de extraccin ytransformacin de los recursos. Las relaciones de paren-tesco, las formas de reciprocidad, las formas depropiedad comunal y los derechos territoriales favorecenel uso sustentable de los recursos naturales. El accesosocialmente sancionado a la naturaleza se define a tra-vs de tradiciones culturales que establecen las formasde tenencia de la tierra, de propiedad y manejo de recur-sos ambientales, las relaciones de gnero y edad, ladivisin del trabajo y la distribucin de actividadesproductivas. Estas condiciones sociales y racionalidadesculturales especifican los patrones de uso de los recur-sos naturales de las culturas andinas, mesoamericanas yamaznicas del continente.

    Un ejemplo ilustrativo en el mundo lo constituyenlas culturas tradicionales en la India han establecido re-laciones especficas con el medio ambiente,desarrollando prcticas de conservacin a travs de ladiversificacin y complementacin de nichos ecolgi-cos ocupados por los grupos endogmicos de diferentesregiones. Cada familia, tribu o casta social tiene derechosespecficos para explotar un rea determinada de tierrao cierto recurso natural bajo regulacin comunal (Gagdily Iyer, 1993). Estas prcticas incluyen restricciones so-bre el territorio que puede ocupar un grupo social yextraer recursos, con tcnicas, mtodos y perodos auto-rizados para la explotacin de bosques y animales,estableciendo una especializacin ecolgica por cadacasta en la apropiacin y uso de la naturaleza (Gagdil,1985).

    Estas prcticas de uso integrado y mltiple de re-cursos naturales estn basadas en normas culturales yconocimientos tradicionales que codifican el ambiente,preservando la biodiversidad e incrementando lacapacidad de las comunidades para satisfacer susnecesidades materiales y sus aspiraciones culturales(Toledo y Argueta, 1993). La naturaleza es al mismotiempo un recurso econmico y un patrimonio cultural.Estas estrategias culturales para el manejo productivode la naturaleza ofrecen principios para incrementar laproductividad sustentable de los recursos naturales, pre-servando las condiciones para el desarrollo deracionalidades alternativas y prcticas diversificadas deconstruccin y manejo de la naturaleza, y de coevolucin

    con la cultura.La percepcin holstica del medio ambiente juega

    un papel fundamental en los sistemas cognitivos de lassociedades tradicionales. Su visin del mundo integrasus mitos y rituales a sus prcticas productivas; suconocimiento de los fenmenos geofsicos (fases luna-res y estaciones; ciclos bio-geo-qumicos, ecolgicos yciclos hidrolgicos) est asociado al conocimiento dediferentes tipos de suelos y condiciones topogrficas,permitiendo un aprovechamiento complementario delespacio ecolgico y generando estrategias de uso mltiplee integrado de los recursos.

    Los valores culturales, entretejidos en elconocimiento, en las formaciones ideolgicas y en laorganizacin social y productiva, constituyen ascondiciones para el desarrollo sustentable. Estas for-mas de cohesin social y autosuficiencia permiten hoyla supervivencia de diferentes poblaciones. A su vez,estas prcticas de uso mltiple de los recursos naturalesestn reafirmando identidades y enraizando unaracionalidad ambiental en territorios culturales para eldesarrollo sustentable.

    La localizacin de la globalizacin

    Hoy, la globalizacin est alcanzando los lmitesdel logocentrismo, del centralismo econmico y de laconcentracin del poder. Una fuerza centrfuga estsiendo generada hacia la descentralizacin econmica,la autonoma de las comunidades y la apertura delconocimiento, de donde emergen nuevos significados quereorientan el curso de la historia y de la civilizacin hu-mana. Aun cuando el discurso del desarrollo sustentableest siendo asimilado por la racionalidad econmica ypor las polticas de capitalizacin de la naturaleza, losprincipios de la sustentabilidad se estn arraigando en elmbito local a travs de la construccin de nuevasracionalidades productivas, sustentadas en valores y sig-nificados culturales, en las potencialidades ecolgicasde la naturaleza, y en la apropiacin social de la cienciay tecnologa.

    Mientras la globalizacin promueve la distribucinespacial de su lgica autocentrada, penetrando cada

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    territorio, cada ecosistema, cada cultura y cada individuo,las polticas de la localidad estn construyendo unaglobalidad alternativa desde la especificidad de losecosistemas, la diversidad cultural y la autonoma de laspoblaciones locales, sustentadas en una racionalidadambiental.

    Para construir esta racionalidad ambiental esnecesario desenterrar las condiciones ecolgicas desustentabilidad y descongelar el tiempo en el que hanquedado adormecidos los sentidos culturales, negados ydesconocidos por el egocentrismo y la megalomana dela racionalidad econmica. Esta defensa de medio am-biente local no solo depende de la valoracin econmicade la naturaleza y de la cultura, sino de la actualizaciny reconfiguracin de las identidades y la emergencia denuevos actores sociales que puedan construir una nuevaracionalidad productiva, basada en los potenciales eco-lgicos de la naturaleza y en los significados culturalesde los pueblos.

    Esto abre la pregunta sobre la relacin entre signi-ficado y conocimiento. Los seres humanos indagan larealidad y van a la conquista del mundo investidos decosmovisiones e ideologas; observan con lentesconceptuales y armaduras paradigmticas. El saberambiental no est construido por la objetividad de lanaturaleza aprehendida a travs de un orden econmicopreconcebido. Es sobre todo la reconstruccin delconocimiento desde nuevas visiones, potencialidades yvalores, guiados por nuevas significaciones y sentidoscivilizatorios (Leff, 1998).

    El conocimiento local no es solamente el arsenalde tcnicas y saberes construidos por la prctica. Elconocimiento local no suma las condiciones empricas aestudios abstractos. No es la sumisin de particularida-des locales a racionalidades universales dominadoras yhegemnicas. El conocimiento local est construido porsignificados elaborados a travs de procesos simblicosque configuran estilos tnicos de apropiacin del mun-do y de la naturaleza. Esto conduce a desentraar lossentidos del tiempo en la forja, sedimentacin yactualizacin de las identidades y formaciones culturalesde las diversas formas culturales del ser enraizadasen significados y paisajes, en diferentes pocas y luga-res, de sus flujos a travs del curso de la historia pasada

    y de su irrupcin repentina e inesperada al fin del sigloXX, con la revalorizacin del etnicismo y lareivindicacin de la autonoma de los pueblos indios.

    As, el conocimiento pasado, dominado y oprimi-do, es reconstruido por un nuevo saber local y personal,hibridizado con los nuevos discursos de la globalizaciny de la sustentabilidad, con la ciencia y la tecnologamodernas, abriendo sendas inditas en la historia. Lasustentabilidad es una cuestin del ser y del tiempo, y node la economizacin de la naturaleza. El devenir no es laevolucin de una esencia gentica y de racionalidadespreestablecidas, sino la actualizacin de identidades quebuscan vencer las formas de poder que han sujetado sen-tidos civilizatorios alternativos, para redescubrir losmundos ocultados, las prcticas sepultadas y los saberessubyugados, para reconducir la historia por los caucesde la diversidad cultural.

    La globalizacin guiada por una racionalidadtecnolgica unidimensional y por la racionalidadeconmica orientada hacia la maximizacin del benefi-cio econmico en el corto plazo, ha resultado en un pla-neta contaminado, en un mundo saturado y en unaeconoma insustentable. Desde los lmites de estaracionalidad de la modernidad, la historia se estreabriendo a un futuro sustentable, fertilizado por losflujos divergentes del ser y del tiempo. La emergenciade la complejidad, la diferencia y la autonoma estnconfrontando las concepciones ontolgicas yepistemolgicas de la civilizacin occidental desde elpensamiento metafsico de la Antigua Grecia, hasta eliluminismo cientfico que inaugura la modernidad,llevando a la tecnologizacin del mundo y a lacapitalizacin de la naturaleza que marcan la era actualde globalizacin hegemnica.

    El renacimiento de las etnias y la revalorizacinde la diversidad cultural est generando una nuevacomprensin de las relaciones de lo uno y lo otro, de loobjetivo y lo subjetivo, de lo real y lo simblico, de lacultura y la naturaleza. Este crisol cultural, donde sefunden lo ideal y lo material (Godelier, 1984), ha cons-truido diversos mundos de vida, a travs de significadosdiferenciados y del posicionamiento del ser en diversosambientes.

    Las sociedades tradicionales y las economas

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    locales no producen solo valores de uso y de cambio;tambin producen significados de uso que reflejan lacompleja relacin del orden simblico-natural en las re-laciones de produccin econmico-polticas. Lanaturaleza no est solamente codificada por un lenguajey guiada por una racionalidad econmica dominante. Lasinvenciones de la humanidad, grabadas en la memoriacolectiva de los pueblos, ya no slo son interpretadaspor los antroplogos; hoy reemergen como un procesode resignificacin, reafirmacin y actualizacin de lasidentidades de los pueblos, como una relocalizacinde sus mundos de vida. Los entes culturales pasadosno slo son recordados sino recodificados, recobrandoaquello que alguna vez fue depositado en la memoria decultura, desenredando la madeja del tiempo y forjandouna nuevo vnculo entre el pasado y el futuro.

    El tiempo es dinero en un mundo economizado. Elsignificado forja al tiempo en la realidad simblica de lacultura y la historia. El tiempo no es una sucesin deeventos. La densidad del destino y la elasticidad deltiempo simblico en la consciencia humana y susacciones sociales, provienen de significados enraizadosen identidades culturales diversas que se transfieren atravs de generaciones, generando una genealoga deracionalidades diferenciadas. La cuestin de espacio ylugar no es solamente la de un sincretismo cultural y untiempo sincrnico, sino la de una diacrona marcada porla supervivencia enigmtica y la actualizacin de cultu-ras tradicionales; de su resistencia y asimilacin con otrasculturas; de su encuentro, hibridacin y demarcacin hoyfrente al discurso y las polticas de la globalizacin.

    El logocentrismo de la racionalidad cientfica so-bre la que est suspendida la globalizacin, se dirige haciala bsqueda de una base pragmtica, sustantiva yemprica de las acciones para asegurarse el transito haciala sustentabilidad. Sin embargo, los procesos ecolgi-cos y los valores culturales son inconmensurables con laracionalidad econmica. El mercado es incapaz deasignar valores reales a los servicios ecolgicos y a lascondiciones comunales para la sustentabilidad debido asu estructura terica mecanicista, a la imposibilidad dereducir futuros sustentables y las diversas y heterogneascondiciones de sustentabilidad a los valores unitarios delmercado.

    La ecologa, propuesta como la ciencia porexcelencia de las interrelaciones biofsicas, de hecho esun paradigma no espacial, una lgica que carece dereferencias geo-grficas para concretar el espacio y ellugar. De tal manera, Tricart (1978, 1982) advirti lanecesidad de integrar la ecologa con una geografa msdescriptiva en un paradigma interdisciplinario eco-geo-grfico. La emergencia de la geo-referencialidad es lanecesidad de enraizar la sustentabilidad en condicioneslocales, pero que ignora que estos referentes provienende la significacin que imprime la cultura en la naturaleza.

    El espacio y el lugar estn siendo reinventadosdesde las identidades culturales para enraizar y especifi-car las condiciones de sustentabilidad, all donde lasconstrucciones del logocentrismo de las ciencias se hanextraviado, perdiendo sus referentes geogrficos y sussentidos culturales. Sin embargo, no slo se trata de lanecesidad de dar soporte emprico y referencias localesa una racionalidad globalizadora y globalizante, de en-contrar el balance y la simetra entre lo global y lo local,el punto de equilibrio entre conservacin y crecimientoeconmico. Los procesos donde arraiga la sustentabilidadno son slo de carcter material-objetivo, sino sim-blico-subjetivo, marcados por principios, valores ysignificados diferenciados.

    Desde la consciencia de la finitud de la existencia,damos significado a los eventos de nuestras vidas; enforma similar, la muerte de la naturaleza y la cultura hareactivado sus historias diferenciadas. La construccinde una racionalidad ambiental entraa el resurgimientoy resignificacin de la naturaleza y de la cultura paraliberarse de la opresin que sobre el saber y la accinejercen la economizacin y la tecnologizacin del mun-do. El renacimiento de las identidades es la precipitacinde los tiempos contenidos por una historia dehomogeneizacin y dominacin de la diversidad y de ladiferencia.

    Desde la perspectiva de una poltica del espacio,del lugar y del tiempo, la autonoma de la gente no puedeser concebida como el empoderamiento desde arribade los oprimidos. La autonoma cultural no puede sergraciosamente otorgada a quienes han quedadomarginados y excluidos de las razones que han organi-zado y legitimado al mundo actual, an en esta era de

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    LEFF, E. Espacio, lugar y tiempo: la reapropiacin social de la natureza...

    democracia, ciudadana y derechos humanos. El derechoa la autonoma es el reclamo de las localidades opri-midas: culturas locales, conocimiento local, gente local.Estas demandas sociales surgen de la actualizacin delas identidades, la hibridacin en tiempo y espacio dediferentes formas del ser. La resistencia a la capitalizacinde la naturaleza es la expresin de la resiliencia culturalque reacciona para preservar sus identidades frente a lasperturbaciones externas. Es a travs de la reconstruccindel ser que la autonoma puede dirigirse hacia laautogestin de las condiciones de vida de la gente.

    La poltica del lugar y del espacio, el derecho a laidentidad y la cuestin del ser y el tiempo

    La poltica del lugar y el espacio est emergiendocomo un reclamo social, movilizada por los nuevosderechos a la identidad cultural de los pueblos (CNDH,1999; Sandoval y Garca, 1999), legitimando reglas msplurales y democrticas de convivencia social. Lareafirmacin de la identidad es tambin la manifestacinde lo real y de lo verdadero frente a la racionalidadeconmica que se ha constituido como el ms alto gradode racionalidad del ser humano, ignorando a la naturalezay a la cultura, generando la hiperrealidad entrpicainsustentable que gobierna nuestra existencia.

    El lugar es el territorio donde la sustentabilidad seenraza en bases ecolgicas e identidades culturales. Esel espacio social donde los actores sociales ejercen supoder para controlar la degradacin ambiental y paramovilizar potenciales ambientales la sinergia generadapor procesos sincrnicos y diacrnicos en proyectosautogestionarios generados para satisfacer necesidades,aspiraciones y deseos de la gente, que la globalizacinno puede cumplir.

    El lugar es el locus de las demandas y los reclamosde la gente por la degradacin ambiental, as como suscapacidades de reconstruir sus mundos de vida. El nivellocal es donde se forjan las identidades culturales, don-de se expresan como una valorizacin social de los re-cursos econmicos y como estrategias para lareapropiacin de la naturaleza. Si la globalizacin es elespacio donde las sinergias negativas hacen manifiestos

    los lmites del crecimiento, lo local es el espacio dondeemergen las sinergias positivas de la racionalidadambiental.

    El espacio es el punto de encuentro de procesossincrnicos y diacrnicos, donde se precipitan tiemposy momentos diferenciados. Lo local es el lugar en dondese articulan identidades culturales y potencialidades eco-lgicas. Es pues el lugar de convergencia de los tiemposde la sustentabilidad: los procesos de restauracin yproductividad ecolgica; de innovacin y asimilacintecnolgica; de reconstruccin de identidades culturales.

    Siguiendo a Evans Pritchard, el tiempo se estructuraalrededor de eventos significativos, tanto sociales comoeconmicos. De esta manera, cada cultura, define sustemporalidades a travs de su cosmologa y sus siste-mas simblicos (Pitt, 1985). El tiempo no es solo lamedida de eventos externos (fenmenos geofsicos, ci-clos ecolgicos, procesos de degradacin y regeneracinde la naturaleza), sino el flujo de eventos internos signi-ficativos, la permanencia de presencias a travs de lahistoria, la actualizacin de las identidades tnicas y se-res culturales. El tiempo libera a la naturaleza de-signaday fijada a visiones predeterminadas, abriendo los caucespara la construccin de una naturaleza resignificada porlos sentidos de la identidad y la cultura.

    Una nueva poltica del espacio, del lugar y el serest siendo construida a partir del sentido del tiempo enlas luchas actuales por la identidad, por la autonoma ypor el territorio. Es una poltica del ser lo que subyace alclamor por el reconocimiento de los derechos a lasupervivencia, a la diversidad cultural y la calidad devida de los pueblos; es una poltica del devenir y latransformacin, que valoriza el significado de la utopacomo el derecho de cada individuo y cada comunidadpara forjar su propio futuro. Los territorios culturalesestn siendo fertilizados por un tiempo pleno de signifi-cados. No es slo la reivindicacin de los derechosculturales que incluyen la preservacin de los usos ycostumbres de sus lenguas autctonas y sus prcticastradicionales, sino una poltica cultural para lareconstruccin de identidades y significadosexistenciales, para proyectar sus seres colectivostrascendiendo un futuro prefijado y excluyente; esresistencia a la hegemona homogeneizante y afirmacin

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    de la diversificacin creativa de la vida, construida des-de la heterognesis cultural-ecolgica.

    Las identidades nunca son idnticas. Al contrario,el clamor por la igualdad y la sustentabilidad desde estapoltica cultural por la identidad es una lucha por ladiversidad, por el derecho de ser diferente. Es el derechoa la singularidad y a la autonoma frente al forzamientode la universalidad impuesta por una globalizacindominadora.

    Esta poltica del ser y el devenir, est emergiendoen la reconstitucin de las identidades y la innovacinde proyectos culturales en el trnsito a la democracia y ala sustentabilidad. La construccin de una nuevaracionalidad ambiental se est forjando en movimientosemergentes de los pueblos indgenas. Esta es una polti-ca que enfatiza el devenir ms que el ser; que implicaun posicionamiento ms que un esencialismo, ladiscontinuidad tanto como la continuidad. (Escobar,1997a:18).

    Esta poltica cultural esta siendo forjada pormovimientos emergentes de las comunidades indgenas,como el movimiento negro reciente en la Costa del Pa-cfico en Colombia (Grueso, Rosero y Escobar, 1997):

    Los principios primordiales del movimiento para laorganizacin poltica [son] el derecho a una identidad, estoes, el derecho a ser negro de acuerdo a la lgica cultural yla visin del mundo arraigada en la experiencia negra [...]para la reconstruccin de la propia consciencia negra y elrechazo del discurso dominante de la igualdad con suobliteracin concomitante de la diferencia. Segundo, elderecho a un territorio como un espacio para ser y comoelemento esencial para el desarrollo de la cultura. Tercero,el derecho a una autonoma poltica como un prerequisitopara la prctica de ser, con la posibilidad de promover laautonoma social y econmica. Cuarto, el derecho de cons-truir su propia visin del futuro, del desarrollo y de susprcticas sociales basadas en los usos y costumbres en laproduccin y la organizacin social. Quinto, el principiode solidaridad con las luchas de las poblaciones negras delmundo en busca de visiones alternativas [...] Los activistasconceptualizan el territorio como un espacio para lacreacin de futuros, para la esperanza y la continuacin dela existencia. (Escobar, 1997a: 14-16)

    De esta manera, las poblaciones indgenas estngenerando nuevos derechos culturales para recuperar elcontrol sobre su territorio como un espacio ecolgico,productivo y cultural para reapropiarse un patrimoniode recursos naturales y significados culturales. Laracionalidad ambiental est siendo internalizada pornuevos actores sociales, expresndose como una deman-da poltica que gua nuevos principios para lavalorarizacin del ambiente y para la reapropiacin dela naturaleza, y arraigndose en nuevos territorios ynuevas identidades (Leff, 1995).

    La poltica cultural est emergiendo junto con laconstruccin de un conocimiento del ambiente donde eltiempo-significante habita el ser (Leff, 2000). La polti-ca cultural se est forjando en el crisol de la diferencia yla diversidad, de actores sociales que incorporan dife-rentes significados y prcticas culturales, en lahibridacin de diferentes procesos materiales y simbli-cos, en la actualizacin de seres hechos de tiempo, devida y de historia. Estamos atestiguando la conjuncinde diferentes regmenes histricos y epistmicos, eldespertar de tradiciones y la supervivencia de significa-dos. Para entender esta resiliencia cultural comoexpresin del tiempo en las identidades, tendremos quedilucidar la genealoga de sus diferentes racionalidades(Escobar) y comprender su articulacin en la forja de laracionalidad ambiental.

    El tiempo, la identidad y la forja de la racionalidadambiental.

    La historia est hecha de tiempo; es la emergenciay la expresin de tiempos inmemorables, de tiemposcongelados. La historia guarda sus innovaciones en se-creto. As, los 60s fueron el tiempo de la irrupcin delpensamiento de la complejidad y de la democracia, altiempo que la crisis ecolgica y la explosin demogrficamarcaron los lmites del crecimiento. 1989 fue la cadadel socialismo real; 1992 fue la emergencia de lasustentabilidad en la saturacin racionalidad econmicaglobal y el despertar de una nueva conciencia de lospueblos indios americanos luego de 500 aos de con-

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    quista y explotacin. La irrupcin en la historia de estoseventos inditos es expresin de fuerzas internas del serque estn rompiendo las cadenas de las estructuras do-minantes de poder.

    El presente es el cruce de tiempos heterogneos,desde la explosin y actualizacin de tradiciones conge-lados y bloqueadas por los poderes dominantes, hasta elentrelazamiento de diferentes racionalidades que hanforjado diversas formas de relaciones entre la naturalezay la cultura. Es la supervivencia del pasado en el presen-te, la configuracin de nuevas identidades y laconstruccin de nuevas utopas que reorientan al mundohacia alternativas futuras.

    Hoy, la historia se forja por la re-emergencia delser. Historias acallada, que parecan haber perdido sumemoria y sus tradiciones, se estn resignificando pornuevos propsitos, orientando una poltica del ser y deltiempo, y reconstruyendo eventos histricos pasados atravs de la actualizacin de significados oprimidos.

    Heidegger se pregunt as por

    Esta quietud del acontecer [que] no es ausencia de lahistoria, sino una forma bsica de su presencia. Lo queconocemos generalmente como pasado y lo que nos re-presentamos en primer trmino como tal, es casi siempreslo la actualidad de un momento pasado, [...] lo quepertenece siempre a la historia pero no es propiamentehistoria. El mero pasado no agota lo sido. Este est pre-sente todava, y su forma de ser es una peculiar quietuddel acontecer, cuya forma se determina a partir de aquelloque acontece. La quietud es slo un movimiento que sedetiene en si, y es con frecuencia ms inquietante queste (Heidegger, 1975, p. 44-45).

    Esta quietud est adquiriendo nuevas voces, for-jando nuevas identidades, movilizando nuevos actores,fertilizando nuevos seres, abriendo nuevos horizontesen la historia. Y esto es ms y otra cosa que el reencuentrode diversas historias, la hibridacin de procesosontolgicos diferenciados, los crculos viciosos deprocesos de crecimiento que se acumulan y desbordanen catstrofes ecolgicas, o la confluencia de procesossinergticos para construir una productividadecotecnolgica sustentable (Leff, 1994a); es ms que un

    proceso evolucionario y un cambio revolucionariotrascendental en la historia. Mas all de lasmodificaciones transgnicas de la vida y de laeconomizacin de la naturaleza, las nuevas identidadesestn forjando una mutacin histrica y la emergenciade nuevos tiempos.

    Estas nuevas identidades no son la reencarnaciny la actualizacin de seres de antao en tiempos, lugaresy espacios modernos. Las nuevas identidades se estnconfigurando en un proceso de emancipacin en el con-texto de realidades presentes, en resistencia yconfrontacin con el orden global dominante que tiendea asimilar toda diferencia en su hegemona homognea(Laclau, 1996). Las identidades hbridas emergentes seestn forjando en una lucha poltica en camposantagnicos por la apropiacin de la naturaleza y laresignificacin de mundos de vida. Estas luchas van msall del derecho al multiculturalismo, a la expresin dediferencias en un orden global finalizado, a un sistemapoltico consensuado en torno a una razn globalizante;trascienden la lgica de la democracia representativa,abrindose a la expresin de la diferencia, la otredad yla alternativa, ante el ensimismamiento y el cierre delrgimen global imperante.

    En esta era del vaco (Lipovetsky, 1986), en untiempo en el que el mundo ha quedado desustantivado ydesreferenciado, ante la evaporacin y disolucin de lossentidos de la vida y los propsitos histricos construi-dos a travs de ideologas polticas, normas jurdicas ymorales sociales, fundadas en la construccin metafsica,epistemolgica y tica de la civilizacin occidental, lasidentidades aparecen como el lugar del ser dondeconvergen los procesos ontolgicos y se plasman lossentidos existenciales de lo humano.

    El lugar de la identidad no podr ser un sitio delser. Los derechos comunales se nutren de sentido y dediversidad; no se plasman en un lugar comn o en unfuturo comn. El hombre, por su voluntad de saber ysu poder de apropiacin de la naturaleza ha transforma-do al mundo, cambiando leyes, desviando inercias,generando significados, forjando sentidos. Lacomplejidad ambiental se est configurando en el trnsitohacia el tercer milenio, desde la modernidad truncadahacia una posmodernidad indefinida, para construir una

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    nueva racionalidad, capaz de resignificar y reabrir loscauces de la historia (Leff, 1994b, 2000). La diversidady la diferencia se convierten en principios que trasciendena la negatividad dialctica de oposiciones y antagonis-mos dentro del sistema de poder establecido. Laracionalidad ambiental abre la lgica de la unidad haciael sentido de la identidad como un sistema de diferenci-as donde sea posible el reconocimiento del otro, laalteridad y el advenimiento de lo que an no es(Levinas, 1977). En este sentido se estn constituyendolas nuevas identidades y racionalidades como fuente ysoporte de nuevos saberes, nuevos territorios y nuevosseres.

    El tiempo que forja un futuro sustentable no es sloaquella dimensin del tiempo inherente a eventos yprocesos externos y objetivos, sino un tiempo

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    El proyecto civilizador que pretende unificar almundo est muerto: el Dios nico, la idea absoluta, launidad de la ciencia y la globalizacin del mercado. Lahistoria se abre a una diversidad de modos de vida yracionalidades productivas, marcadas por los lmites ypotencialidades de la naturaleza y por los sentidos deltiempo.

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