31 09 el conflicto de los siglos helena white

483
EL CONFLICTO DE LOS SIGLOS MAESTRA HELENA WHITE www.gftaognosticaespiritual.org GRAN BIBLIOTECA VIRTUAL ESOTERICA ESPIRITUAL 1 EL CONFLICTO DE LOS SIGLOS ELENA G. de WHITE PUBLICACIONES INTERAMERICANAS Introducción ANTES que el pecado entrara en el mundo, Adán gozaba de libre trato con su Creador; pero desde que el hombre se separó de Dios por causa del pecado, aquel gran privilegio le ha sido negado a la raza humana. No obstante, el plan de redención abrió el camino para que los habitantes de la tierra volvieran a relacionarse con el cielo. Dios se comunicó con los hombres mediante su Espíritu y, mediante las revelaciones hechas a sus siervos escogidos, la luz divina se esparció por el mundo. "Los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados del Espíritu Santo." (2 Pedro 1: 21.) * Durante los veinticinco primeros siglos de la historia humana no hubo revelación escrita. Los que eran enseñados por Dios comunicaban sus conocimientos a otros, y estos conocimientos eran así legados de padres a hijos a través de varias generaciones. La redacción de la palabra escrita empezó en tiempo de Moisés. Los conocimientos inspirados fueron entonces compilados en un libro inspirado. Esa labor continuó durante el largo período de dieciséis siglos, desde Moisés, el historiador de la creación y el legislador, hasta Juan, el narrador de las verdades más sublimes del Evangelio. La Biblia nos muestra a Dios como autor de ella; y sin embargo fue escrita por manos humanas, y la diversidad de estilo de sus diferentes libros muestra la individualidad de cada uno de sus escritores. Las verdades reveladas son todas inspiradas por Dios (2 Timoteo 3: 16); y con todo están expresadas en palabras humanas. Y es que el Ser supremo e 8 infinito iluminó con su Espíritu la inteligencia y el corazón de sus siervos. Les daba sueños y visiones y les mostraba símbolos y figuras; y aquellos a quienes la verdad fuera así revelada, revestían el pensamiento divino con palabras humanas. Los diez mandamientos fueron enunciados por el mismo Dios y escritos con su propia mano. Su redacción es divina y no humana. Pero la Biblia, con sus verdades de origen divino expresadas en el idioma de los hombres, es una unión de lo divino y lo humano. Esta

Transcript of 31 09 el conflicto de los siglos helena white

  • 1. EL CONFLICTO DE LOS SIGLOS 1 MAESTRA HELENA WHITEEL CONFLICTO DE LOS SIGLOS ELENA G. de WHITEPUBLICACIONES INTERAMERICANASIntroduccin ANTES que el pecado entrara en el mundo, Adn gozaba de libre trato con suCreador; pero desde que el hombre se separ de Dios por causa del pecado, aquel granprivilegio le ha sido negado a la raza humana. No obstante, el plan de redencin abri elcamino para que los habitantes de la tierra volvieran a relacionarse con el cielo. Dios secomunic con los hombres mediante su Espritu y, mediante las revelaciones hechas a sussiervos escogidos, la luz divina se esparci por el mundo. "Los santos hombres de Dioshablaron siendo inspirados del Espritu Santo." (2 Pedro 1: 21.) * Durante los veinticinco primeros siglos de la historia humana no hubo revelacinescrita. Los que eran enseados por Dios comunicaban sus conocimientos a otros, y estosconocimientos eran as legados de padres a hijos a travs de varias generaciones. Laredaccin de la palabra escrita empez en tiempo de Moiss. Los conocimientos inspiradosfueron entonces compilados en un libro inspirado. Esa labor continu durante el largo perodode diecisis siglos, desde Moiss, el historiador de la creacin y el legislador, hasta Juan, elnarrador de las verdades ms sublimes del Evangelio.La Biblia nos muestra a Dios como autor de ella; y sin embargo fue escrita por manoshumanas, y la diversidad de estilo de sus diferentes libros muestra la individualidad de cadauno de sus escritores. Las verdades reveladas son todas inspiradas por Dios (2 Timoteo 3:16); y con todo estn expresadas en palabras humanas. Y es que el Ser supremo e 8 infinitoilumin con su Espritu la inteligencia y el corazn de sus siervos. Les daba sueos yvisiones y les mostraba smbolos y figuras; y aquellos a quienes la verdad fuera as revelada,revestan el pensamiento divino con palabras humanas.Los diez mandamientos fueron enunciados por el mismo Dios y escritos con supropia mano. Su redaccin es divina y no humana. Pero la Biblia, con sus verdades de origendivino expresadas en el idioma de los hombres, es una unin de lo divino y lo humano. Esta www.gftaognosticaespiritual.orgGRAN BIBLIOTECA VIRTUAL ESOTERICA ESPIRITUAL

2. EL CONFLICTO DE LOS SIGLOS 2 MAESTRA HELENA WHITEunin exista en la naturaleza de Cristo, quien era Hijo de Dios e Hijo del hombre. Se puedepues decir de la Biblia, lo que fue dicho de Cristo: "Aquel Verbo fue hecho carne, y habitentre nosotros." (S. Juan 1: 14.)Escritos en pocas diferentes y por hombres que diferan notablemente en posicinsocial y econmica y en facultades intelectuales y espirituales, los libros de la Bibliapresentan contrastes en su estilo, como tambin diversidad en la naturaleza de los asuntosque desarrollan. Sus diversos escritores se valen de expresiones diferentes; a menudo lamisma verdad est presentada por uno de ellos de modo ms patente que por otro. Ahorabien, como varios de sus autores nos presentan el mismo asunto desde puntos de vista yaspectos diferentes, puede parecer al lector superficial, descuidado y prevenido, que haydivergencias o contradicciones, all donde el lector atento y respetuoso discierne, con mayorpenetracin, la armona fundamental.Presentada por diversas personalidades, la verdad aparece en sus variadosaspectos. Un escritor percibe con ms fuerza cierta parte del asunto; comprende los puntosque armonizan con su experiencia o con sus facultades de percepcin y apreciacin; otronota ms bien otro aspecto del mismo asunto; y cada cual, bajo la direccin del EsprituSanto, presenta lo que ha quedado inculcado con ms fuerza en su propia mente. De aquque encontremos en cada cual un aspecto diferente de la 9 verdad, pero perfecta armonaentre todos ellos. Y las verdades as reveladas se unen en perfecto conjunto, adecuado parasatisfacer las necesidades de los hombres en todas las circunstancias de la vida.Dios se ha dignado comunicar la verdad al mundo por medio de instrumentoshumanos, y l mismo, por su Santo Espritu, habilit a hombres y los hizo capaces de realizaresta obra. Gui la inteligencia de ellos en la eleccin de lo que deban decir y escribir. Eltesoro fue confiado a vasos de barro, pero no por eso deja de ser del cielo. Aunque llevado atodo viento en el vehculo imperfecto del idioma humano, no por eso deja de ser el testimoniode Dios; y el hijo de Dios, obediente y creyente, contempla en ello la gloria de un poderdivino, lleno de gracia y de verdad.En su Palabra, Dios comunic a los hombres el conocimiento necesario para lasalvacin. Las Santas Escrituras deben ser aceptadas como dotadas de autoridad absoluta ycomo revelacin infalible de su voluntad. Constituyen la regla del carcter; nos revelandoctrinas, y son la piedra de toque de la experiencia religiosa. "Toda la Escritura es inspiradapor Dios; y es til para enseanza, para reprensin, para correccin, para instruccin enjusticia; a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, estando cumplidamente instruido paratoda obra buena." (2 Timoteo 3: 16, 17, V.M.) La circunstancia de haber revelado Dios su voluntad a los hombres por su Palabra,no anul la necesidad que tienen ellos de la continua presencia y direccin del EsprituSanto. Por el contrario, el Salvador prometi que el Espritu facilitara a sus siervos lawww.gftaognosticaespiritual.orgGRAN BIBLIOTECA VIRTUAL ESOTERICA ESPIRITUAL 3. EL CONFLICTO DE LOS SIGLOS 3 MAESTRA HELENA WHITEinteligencia de la Palabra; que iluminara y dara aplicacin a sus enseanzas. Y como elEspritu de Dios fue quien inspir la Biblia, resulta imposible que las enseanzas del Esprituestn jams en pugna con las de la Palabra. El Espritu no fue dado -ni puede jams ser otorgado- para invalidar la Biblia; pueslas Escrituras declaran explcitamente 10 que la Palabra de Dios es la regla por la cual todaenseanza y toda manifestacin religiosa debe ser probada. El apstol Juan dice: "No creisa todo espritu, sino probad los espritus si son de Dios; porque muchos falsos profetas hansalido por el mundo." (1 S. Juan 4: 5, V.M.) E Isaas declara: "A la ley y al testimonio! Si nodijeren conforme a esto, es porque no les ha amanecido." (Isaas 8: 20.) Muchos cargos se han levantado contra la obra del Espritu Santo por los errores deuna clase de personas que, pretendiendo ser iluminadas por ste, aseguran no tener msnecesidad de ser guiadas por la Palabra de Dios. En realidad estn dominadas porimpresiones que consideran como voz de Dios en el alma. Pero el espritu que las dirige noes el Espritu de Dios. El principio que induce a abandonarse a impresiones y a descuidar lasSantas Escrituras, slo puede conducir a la confusin, al engao y a la ruina. Slo sirve parafomentar los designios del maligno. Y como el ministerio del Espritu Santo es de importanciavital para la iglesia de Cristo, una de las tretas de Satans consiste precisamente en arrojaroprobio sobre la obra del Espritu por medio de los errores de los extremistas y fanticos, yen hacer que el pueblo de Dios descuide esta fuente de fuerza que nuestro Seor nos haasegurado. Segn la Palabra de Dios, el Espritu Santo deba continuar su obra por todo elperodo de la dispensacin cristiana. Durante las pocas en que las Escrituras tanto delAntiguo como del Nuevo Testamento eran entregadas a la circulacin, el Espritu Santo nodej de comunicar luz a individualidades aisladas, amn de las revelaciones que deban serincorporadas en el Sagrado Canon. La Biblia misma da cuenta de cmo, por intermedio delEspritu Santo, ciertos hombres recibieron advertencias, censuras, consejos e instruccin queno se referan en nada a lo dado en las Escrituras.Tambin habla de profetas que vivieron en diferentes pocas, pero sin hacer 11mencin alguna de sus declaraciones. Asimismo, una vez cerrado el canon de las Escrituras,el Espritu Santo deba llevar adelante su obra de esclarecimiento, de amonestacin yconsuelo en bien de los hijos de Dios.Jess prometi a sus discpulos "el Consolador, el Espritu Santo, al cual el Padreenviar en mi nombre, l os ensear todas las cosas, y os recordar todas las cosas que oshe dicho." "Cuando viniere aquel Espritu de verdad, l os guiar a toda verdad; . . . y os harsaber las cosas que han de venir." (S. Juan 14: 26; 16: 13.) Las Sagradas Escriturasensean claramente que estas promesas, lejos de limitarse a los das apostlicos, seextienden a la iglesia de Cristo en todas las edades. El Salvador asegura a los discpulos: www.gftaognosticaespiritual.orgGRAN BIBLIOTECA VIRTUAL ESOTERICA ESPIRITUAL 4. EL CONFLICTO DE LOS SIGLOS4 MAESTRA HELENA WHITE"Estoy con vosotros todos los das, hasta el fin del mundo." (S. Mateo 28: 20.) San Pablodeclara que los dones y manifestaciones del Espritu fueron dados a la iglesia "para elperfeccionamiento de los santos, para la obra del ministerio, para la edificacin del cuerpo deCristo: hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, alestado de hombre perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo." (Efesios 4:12, 13, V.M.) En favor de los creyentes de Efeso, el apstol rog as: "Que el Dios de nuestroSeor Jesucristo, el Padre de la gloria, os conceda espritu de sabidura y de revelacin en elconocimiento de l; siendo iluminados los ojos de vuestro entendimiento, para que conozciscul sea la esperanza de vuestra vocacin, . . . y cul la soberana grandeza de su poder paracon nosotros que creemos." (Efesios 1: 17-19, V.M.) Que el ministerio del Espritu divinoiluminara el entendimiento y revelara a la mente las cosas profundas de la santa Palabra deDios, tal era la bendicin que San Pablo peda para la iglesia de Efeso.Despus de la maravillosa manifestacin del Espritu Santo, el da de Pentecosts,San Pedro exhort al pueblo al arrepentimiento y a que se bautizara en el nombre de Cristo,para la 12 remisin de sus pecados; y dijo: "Recibiris el don del Espritu Santo. Porque paravosotros es la promesa, y para vuestros hijos, y para todos los que estn lejos; para cuantosel Seor nuestro Dios llamare." (Hechos 2: 38,39.) El Seor anunci por boca del profeta Joel que una manifestacin especial de suEspritu se realizara en el tiempo que precedera inmediatamente a las escenas del gran dade Dios. (Joel 2: 28.) Esta profeca se cumpli parcialmente con el derramamiento delEspritu Santo, el da de Pentecosts; pero alcanzar su cumplimiento completo en lasmanifestaciones de la gracia divina que han de acompaar la obra final del Evangelio. El gran conflicto entre el bien y el mal aumentar en intensidad hasta la consumacinde los tiempos. En todas las edades la ira de Satans se ha manifestado contra la iglesia deCristo; y Dios ha derramado su gracia y su Espritu sobre su pueblo para robustecerlo contrael poder del maligno. Cuando los apstoles de Cristo estaban por llevar el Evangelio por elmundo entero y consignarlo por escrito para provecho de todos los siglos venideros, fuerondotados especialmente con la luz del Espritu. Pero a medida que la iglesia se va acercandoa su liberacin final, Satans obrar con mayor poder. Descender "teniendo grande ira,sabiendo que tiene poco tiempo." (Apocalipsis 12: 12.) Obrar "con grande potencia, yseales, y milagros mentirosos." (2 Tesalonicenses 2: 9.) Por espacio de seis mil aos esainteligencia maestra, despus de haber sido la ms alta entre los ngeles de Dios, no haservido ms que para el engao y la ruina. Y en el conflicto final se emplearn contra elpueblo de Dios todos los recursos de la habilidad y sutileza satnicas, y toda la crueldaddesarrollada en esas luchas seculares. Durante este tiempo de peligro los discpulos deCristo tienen que dar al mundo la amonestacin del segundo advenimiento del Seor; y un www.gftaognosticaespiritual.orgGRAN BIBLIOTECA VIRTUAL ESOTERICA ESPIRITUAL 5. EL CONFLICTO DE LOS SIGLOS5 MAESTRA HELENA WHITEpueblo ha de ser preparado "sin mcula, y sin reprensin" para comparecer ante l a suvenida. (2 Pedro 3: 14.) Entonces el derramamiento 13 especial de la gracia y el poderdivinos no ser menos necesario a la iglesia que en los das apostlicos. Mediante la iluminacin del Espritu Santo, las escenas de la lucha secular entre elbien y el mal fueron reveladas a quien escribe estas pginas. En una y otra ocasin se mepermiti contemplar las peripecias de la gran lucha secular entre Cristo, Prncipe de la vida,Autor de nuestra salvacin, y Satans, prncipe del mal, autor del pecado y primertransgresor de la santa ley de Dios. La enemistad de Satans contra Cristo se ensa en losdiscpulos del Salvador. En toda la historia puede echarse de ver el mismo odio a losprincipios de la ley de Dios, la misma poltica de engao, mediante la cual se hace aparecerel error como si fuese la verdad, se hace que las leyes humanas substituyan las leyes deDios, y se induce a los hombres a adorar la criatura antes que al Creador. Los esfuerzos deSatans para desfigurar el carcter de Dios, para dar a los hombres un concepto falso delCreador y hacer que le consideren con temor y odio ms bien que con amor; sus esfuerzospara suprimir la ley de Dios, y hacer creer al pueblo que no est sujeto a las exigencias deella; sus persecuciones dirigidas contra los que se atreven a resistir a sus engaos, hanseguido con rigor implacable. Se pueden ver en la historia de los patriarcas, de los profetas yapstoles, de los mrtires y reformadores. En el gran conflicto final, Satans emplear la misma tctica, manifestar el mismoespritu y trabajar con el mismo fin que en todas las edades pasadas. Lo que ha sido,volver a ser, con la circunstancia agravante de que la lucha venidera ser sealada por unaintensidad terrible, cual el mundo no la vio jams. Las seducciones de Satans sern mssutiles, sus ataques ms resueltos. Si posible le fuera, engaara a los escogidos mismos.(S. Marcos 13:22.)Al revelarme el Espritu de Dios las grandes verdades de su Palabra, y las escenasdel pasado y de lo por venir, se me mand que diese a conocer a otros lo que se me haba14 mostrado, y que trazase un bosquejo de la historia de la lucha en las edades pasadas, yespecialmente que la presentase de tal modo que derramase luz sobre la lucha futura que seva acercando con tanta rapidez. Con este fin, he tratado de escoger y reunir acontecimientosde la historia de la iglesia en forma que quedara bosquejado el desenvolvimiento de lasgrandes verdades comprobantes que en diversas pocas han sido dadas al mundo, hanexcitado la ira de Satans y la enemistad de la iglesia amiga del mundo, y han sidosostenidas por el testimonio de aquellos que "no amaron sus vidas, exponindolas hasta lamuerte." En esos anales podemos ver un anticipo del conflicto que nos espera.Considerndolos a la luz de la Palabra de Dios, y por la iluminacin de su Espritu, podemos www.gftaognosticaespiritual.orgGRAN BIBLIOTECA VIRTUAL ESOTERICA ESPIRITUAL 6. EL CONFLICTO DE LOS SIGLOS 6 MAESTRA HELENA WHITEver descubiertos las estratagemas del maligno y los peligros que debern evitar los quequieran ser hallados "sin mcula" ante el Seor a su venida.Los grandes acontecimientos que marcaron los pasos de reforma que se dieron ensiglos pasados, son hechos histricos harto conocidos y universalmente aceptados, quenadie puede negar. Esa historia la he presentado brevemente, de acuerdo con el fin y objetode este libro y con la concisin que necesariamente debe observarse, condensando loshechos en forma compatible con una clara inteligencia de las enseanzas consiguientes. Enalgunos casos cuando he encontrado que un historiador haba reunido los hechos ypresentado en pocas lneas un claro conjunto del asunto, o agrupado los detalles en formaconveniente, he reproducido sus palabras, no tanto para citar a esos escritores comoautoridades, sino porque sus palabras resuman adecuadamente el asunto. Y al referir loscasos y puntos de vista de quienes siguen adelante con la obra de reforma en nuestrotiempo, me he valido en forma similar de las obras que han publicado. El objeto de este libro no consiste tanto en presentar nuevas verdades relativas a lasluchas de pasadas edades como en 15 hacer resaltar hechos y principios que tienen relacincon acontecimientos futuros. Sin embargo, cuando se considera los tales hechos y principioscomo formando parte de la lucha empeada entre las potencias de la luz y las de lastinieblas, todos esos relatos del pasado cobran nuevo significado; y se desprende de ellosuna luz que proyecta rayos sobre el porvenir, alumbrando el sendero de los que, como losreformadores de los siglos pasados, sern llamados, aun a costa de sacrificar todo bienterrenal, a testificar "de la Palabra de Dios y del testimonio de Jesucristo." Desarrollar las escenas de la gran lucha entre la verdad y el error; descubrir lastretas de Satans y los medios de resistirle con xito; presentar una solucin satisfactoria delgran problema del mal, derramando luz sobre el origen y el fin del pecado en forma tal que lajusticia y benevolencia de Dios en sus relaciones con sus criaturas queden plenamentemanifiestas; y hacer patente el carcter sagrado e inmutable de su ley: tal es el objeto deesta obra. Que por su influencia muchos se libren del poder de las tinieblas y sean hechos"aptos para participar de la suerte de los santos en luz," para la gloria de Aquel que nos amy se dio a s mismo por nosotros, tal es la ferviente oracin de la autora.E. G. W. 19CAPTULO 1. El Destino del Mundo Predicho"OH SI tambin t conocieses, a lo menos en este tu da, lo que toca a tu paz! masahora est encubierto de tus ojos. Porque vendrn das sobre ti, que tus enemigos tecercarn con baluarte, y te pondrn cerco, y de todas partes te pondrn en estrecho, y tederribarn a tierra, y a tus hijos dentro de ti; y no dejarn sobre ti piedra sobre piedra; porcuanto no conociste el tiempo de tu visitacin." (S. Lucas 19: 42 - 44.)www.gftaognosticaespiritual.orgGRAN BIBLIOTECA VIRTUAL ESOTERICA ESPIRITUAL 7. EL CONFLICTO DE LOS SIGLOS7 MAESTRA HELENA WHITEDesde lo alto del monte de los Olivos miraba Jess a Jerusaln, que ofreca a susojos un cuadro de hermosura y de paz. Era tiempo de Pascua, y de todas las regiones delorbe los hijos de Jacob se haban reunido para celebrar la gran fiesta nacional. De entreviedos y jardines como de entre las verdes laderas donde se vean esparcidas las tiendasde los peregrinos, elevbanse las colinas con sus terrazas, los airosos palacios y lossoberbios baluartes de la capital israelita. La hija de Sin pareca decir en su orgullo: "Estoysentada reina, y . . . nunca ver el duelo!" porque siendo amada, como lo era, crea estarsegura de merecer an los favores del cielo como en los tiempos antiguos cuando el poetarey cantaba: "Hermosa provincia, el gozo de toda la tierra es el monte de Sin, . . . la ciudaddel gran Rey " (Salmo 48: 2.) Resaltaban a la vista las construcciones esplndidas deltemplo, cuyos muros de mrmol blanco como la nieve estaban entonces iluminados por losltimos rayos del sol poniente que al hundirse en el ocaso haca resplandecer el oro depuertas, torres y pinculos. Y as destacbase la gran ciudad, "perfeccin de hermosura,"orgullo de la nacin judaica. Qu hijo de Israel poda permanecer ante semejanteespectculo sin sentirse conmovido de gozo y admiracin! Pero eran muy ajenos a todo20esto los pensamientos que embargaban la mente de Jess. "Como llego cerca, viendo laciudad, llor sobre ella." (S. Lucas. 19: 41.) En medio del regocijo que provocara su entradatriunfal, mientras el gento agitaba palmas, y alegres hosannas repercutan en los montes, ymil voces le proclamaban Rey, el Redentor del mundo se sinti abrumado por sbita ymisteriosa tristeza. El, el Hijo de Dios, el Prometido de Israel, que haba vencido a la muertearrebatndole sus cautivos, lloraba, no presa de comn abatimiento, sino dominado porintensa e irreprimible agona.No lloraba por s mismo, por ms que supiera adnde iba. Getseman, lugar de suprxima y terrible agona, extendase ante su vista. La puerta de las ovejas divisbasetambin; por ella haban entrado durante siglos y siglos la vctimas para el sacrificio, y prontoiba a abrirse para l, cuando "como cordero" fuera, "llevado al matadero" (Isaas 53: 7) Pocoms all se destacaba el Calvario, lugar de la crucifixin. Sobre la senda que pronto letocara recorrer, iban a caer densas y horrorosas tinieblas mientras l entregaba su alma enexpiacin por el pecado. No era, sin embargo, la contemplacin de aquellas escenas lo quearrojaba sombras sobre el Seor en aquellas escenas lo que arrojaba sombras sobre elSeor en aquella hora de gran regocijo, ni tampoco el presentimiento de su angustiasobrehumana lo que nublaba su alma generosa. Lloraba por el fatal destino de los millaresde Jerusaln, por la ceguedad y por la dureza de corazn de aquellos a quienes l viniera abendecir y salvar. La historia de ms de mil aos durante los cuales Dios extendiera su favor especial ysus tiernos cuidados en beneficio de su pueblo escogido, desarrollbase ante los ojos deJess. All estaba el monte Moriah, donde el hijo de la promesa, cual mansa vctima que seentrega sin resistencia, fue atado sobre el altar como emblema del sacrificio del Hijo de Dios.All fue donde se lo haban confirmado al padre de los creyentes el pacto de bendicin y lawww.gftaognosticaespiritual.orgGRAN BIBLIOTECA VIRTUAL ESOTERICA ESPIRITUAL 8. EL CONFLICTO DE LOS SIGLOS 8 MAESTRA HELENA WHITEgloriosa promesa de un Mesas. (Gnesis 22: 9, 16-18.) All era donde las llamas del 21sacrificio, al ascender al cielo desde la era de Ornn, haban desviado la espada del ngelexterminador (1 Crnicas 21), smbolo adecuado del sacrificio de Cristo y de su mediacinpor los culpables. Jerusaln haba sido honrada por Dios sobre toda la tierra. El Seor haba"elegido a Sin; desela por habitacin para s." (Salmo 132:13.) All haban proclamado lossantos profetas durante siglos y siglos sus mensajes de amonestacin. All haban mecidolos sacerdotes sus incensarios y haba subido hacia Dios el humo del incienso, mezclado conlas plegarias de los adoradores. All haba sido ofrecida da tras da la sangre de los corderossacrificados, que anunciaban al Cordero de Dios que haba de venir al mundo. All habamanifestado Jehov su presencia en la nube de gloria, sobre el propiciatorio. All se habaasentado la base de la escalera mstica que una el cielo con la tierra (Gnesis 28:12; S.Juan 1:51), que Jacob viera en sueos y por la cual los ngeles suban y bajaban, mostrandoas al mundo el camino que conduce al lugar santsimo. De haberse mantenido Israel comonacin fiel al Cielo, Jerusaln habra sido para siempre la elegida de Dios. (Jeremas 17:21 -25.) Pero la historia de aquel pueblo tan favorecido era un relato de sus apostasas y susrebeliones. Haba resistido la gracia del Cielo, abusado de sus prerrogativas ymenospreciado sus oportunidades.A pesar de que los hijos de Israel "hacan escarnio de los mensajeros de Dios, ymenospreciaban sus palabras, burlndose de sus profetas" (2 Crnicas 36: 16), el Seorhaba seguido manifestndoseles como "Jehov, fuerte, misericordioso, y piadoso; tardo parala ira, y grande en benignidad y verdad." (xodo 34: 6.) Y por ms que le rechazaran una yotra vez, de continuo haba seguido instndoles con bondad inalterable. Ms grande que laamorosa compasin del padre por su hijo era el solcito cuidado con que Dios velaba por supueblo envindole "amonestaciones por mano de sus mensajeros, madrugando paraenvirselas; porque tuvo compasin 22 de su pueblo y de su morada." (2 Crnicas 36: 15,V.M.) Y al fin, habiendo fracasado las amonestaciones, las reprensiones y las splicas, lesenvi el mejor don del cielo; ms an, derram todo el cielo en ese solo Don. El Hijo de Dios fue enviado para exhortar a la ciudad rebelde. Era Cristo quien habasacado a Israel como "una vid de Egipto." (Salmo 80: 8.) Con su propio brazo, haba arrojadoa los gentiles de delante de ella; la haba plantado "en un recuesto, lugar frtil;" la habacercado cuidadosamente y haba enviado a sus siervos para que la cultivasen. "Qu ms sehaba de hacer a mi via -exclam,- que yo no haya hecho en ella?" A pesar de estoscuidados, y por ms que, habiendo esperado "que llevase uvas" valiosas, las haba dado"silvestres" (Isaas 5: 1-4), el Seor compasivo, movido por su anhelo de obtener fruto, vinoen persona a su via para librarla, si fuera posible, de la destruccin. La labr con esmero, lapod y la cuid. Fue incansable en sus esfuerzos para salvar aquella via que l mismohaba plantado.www.gftaognosticaespiritual.orgGRAN BIBLIOTECA VIRTUAL ESOTERICA ESPIRITUAL 9. EL CONFLICTO DE LOS SIGLOS9 MAESTRA HELENA WHITE Durante tres aos, el Seor de la luz y de la gloria estuvo yendo y viniendo entre supueblo. "Anduvo haciendo bienes, y sanando a todos los oprimidos del diablo," curando a losde corazn quebrantado, poniendo en libertad a los cautivos, dando vista a los ciegos,haciendo andar a los cojos y or a los sordos, limpiando a los leprosos, resucitando muertos ypredicando el Evangelio a los pobres. (Hechos 10: 38; S. Lucas 4: 18; S. Mateo 11: 5.) Atodas las clases sociales por igual diriga el llamamiento de gracia: "Venid a m todos los queestis trabajados y cargados, que yo os har descansar." (S. Mateo 11: 28.)A pesar de recibir por recompensa el mal por el bien y el odio a cambio de su amor(Salmo 109: 5), prosigui con firmeza su misin de paz y misericordia. Jams fue rechazadoninguno de los que se acercaron a l en busca de su gracia. Errante y sin hogar, sufriendocada da oprobio y penurias, slo vivi para ayudar a los pobres, aliviar a los agobiados y 23persuadirlos a todos a que aceptasen el don de vida. Los efluvios de la misericordia divinaeran rechazados por aquellos corazones endurecidos y reacios pero volvan sobre ellos conms vigor, impulsados por la augusta compasin y por la fuerza del amor que sobrepuja atodo entendimiento. Israel empero se alej de l, apartndose as de su mejor Amigo y de sunico Auxiliador. Su amor fue despreciado, rechazados sus dulces consejos y ridiculizadassus cariosas amonestaciones. La hora de esperanza y de perdn transcurri rpidamente. La copa de la ira deDios, por tanto tiempo contenida, estaba casi llena. La nube que haba ido formndose atravs de los tiempos de apostasa y rebelin, vease ya negra, cargada de maldiciones,prxima a estallar sobre un pueblo culpable; y el nico que poda librarle de su suerte fatalinminente haba sido menospreciado, escarnecido y rechazado, y en breve lo iban acrucificar.Cuando el Cristo estuviera clavado en la cruz del Calvario, ya habra transcurridopara Israel su da como nacin favorecida y saciada de las bendiciones de Dios. La prdidade una sola alma se considera como una calamidad infinitamente ms grande que la detodas las ganancias y todos los tesoros de un mundo; pero mientras Jess fijaba su miradaen Jerusaln, vea la ruina de toda una ciudad, de todo un pueblo; de aquella ciudad y deaquel pueblo que haban sido elegidos de Dios, su especial tesoro. Los profetas haban llorado la apostasa de Israel y lamentado las terriblesdesolaciones con que fueron castigadas sus culpas. Jeremas deseaba que sus ojos sevolvieran manantiales de lgrimas para llorar da y noche por los muertos de la hija de supueblo y por el rebao del Seor que fue llevado cautivo. (Jeremas 9: 1; 13: 17.) Cul nosera entonces la angustia de Aquel cuya mirada proftica abarcaba, no unos pocos aos,sino muchos siglos! Vea al ngel exterminador blandir su espada sobre la ciudad que portanto tiempo fuera morada de Jehov. Desde la cumbre del monte de los Olivos, en el lugar24 mismo que ms tarde iba a ser ocupado por Tito y sus soldados, mir a travs del valle www.gftaognosticaespiritual.orgGRAN BIBLIOTECA VIRTUAL ESOTERICA ESPIRITUAL 10. EL CONFLICTO DE LOS SIGLOS 10 MAESTRA HELENA WHITElos atrios y prticos sagrados, y con los ojos nublados por las lgrimas, vio en horrorosoanticipo los muros de la ciudad circundados por tropas extranjeras; oy el estrpito de laslegiones que marchaban en son de guerra, y los tristes lamentos de las madres y de losnios que lloraban por pan en la ciudad sitiada. Vio el templo santo y hermoso, los palacios ylas torres devorados por las llamas, dejando en su lugar tan slo un montn de humeantesruinas. Cruzando los siglos con la mirada, vio al pueblo del pacto disperso en toda la tierra,"como nufragos en una playa desierta." En la retribucin temporal que estaba por caersobre sus hijos, vio como el primer trago de la copa de la ira que en el juicio final aquelmismo pueblo deber apurar hasta las heces. La compasin divina y el sublime amor deCristo hallaron su expresin en estas lgubres palabras: "Jerusalem, Jerusalem, que matasa los profetas, y apedreas a los que son enviados a ti! cuntas veces quise juntar tus hijos,como la gallina junta sus pollos debajo de las alas, y no quisiste!" (S. Mateo 23: 37.) Oh! sit, nacin favorecida entre todas, hubieras conocido el tiempo de tu visitacin y lo que ataea tu paz! Yo detuve al ngel de justicia y te llam al arrepentimiento, pero en vano. Norechazaste tan slo a los siervos ni despreciaste tan slo a los enviados y profetas, sino alSanto de Israel, tu Redentor. Si eres destruda, t sola tienes la culpa. "No queris venir a m,para que tengis vida." (S. Juan 5: 40.)Cristo vio en Jerusaln un smbolo del mundo endurecido en la incredulidad yrebelin que corra presuroso a recibir el pago de la justicia de Dios. Los lamentos de unaraza cada opriman el alma del Seor, y le hicieron prorrumpir en esas expresiones de dolor.Vio adems las profundas huellas del pecado marcadas por la miseria humana con lgrimasy sangre; su tierno corazn se conmovi de compasin infinita por las vctimas de lospadecimientos y aflicciones de la tierra; anhel salvarlos a todos. Pero ni aun su mano podadesviar la 25 corriente del dolor humano que del pecado dimana; pocos buscaran la nicafuente de salud. El estaba dispuesto a derramar su misma alma hasta la muerte, y poner asla salvacin al alcance de todos; pero muy pocos iban a acudir a l para tener vida eterna.Mirad al Rey del cielo derramando copioso llanto! Ved al Hijo del Dios infinitoturbado en espritu y doblegado bajo el peso del dolor! Los cielos se llenaron de asombro alcontemplar semejante escena que pone tan de manifiesto la culpabilidad enorme del pecado,y que nos ensea lo que le cuesta, aun al poder infinito, salvar al pecador de lasconsecuencias que le acarrea la transgresin de la ley de Dios. Dirigiendo Jess sus miradashasta la ltima generacin vio al mundo envuelto en un engao semejante al que caus ladestruccin de Jerusaln. El gran pecado de los judos consisti en que rechazaron a Cristo;el gran pecado del mundo cristiano iba a consistir en que rechazara la ley de Dios, que es elfundamento de su gobierno en el cielo y en la tierra. Los preceptos del Seor iban a sermenospreciados y anulados. Millones de almas sujetas al pecado, esclavas de Satans,www.gftaognosticaespiritual.orgGRAN BIBLIOTECA VIRTUAL ESOTERICA ESPIRITUAL 11. EL CONFLICTO DE LOS SIGLOS 11 MAESTRA HELENA WHITEcondenadas a sufrir la segunda muerte, se negaran a escuchar las palabras de verdad en elda de su visitacin. Terrible ceguedad, extraa infatuacin! Dos das antes de la Pascua, cuando Cristo se haba despedido ya del templo porltima vez, despus de haber denunciado pblicamente la hipocresa de los prncipes deIsrael, volvi al monte de los Olivos, acompaado de sus discpulos y se sent entre ellos enuna ladera cubierta de blando csped, dominando con la vista la ciudad. Una vez mscontempl sus muros, torres y palacios. Una vez ms mir el templo que en su deslumbranteesplendor pareca una diadema de hermosura que coronara al sagrado monte. Mil aos antes el salmista haba magnificado la bondad de Dios hacia Israel porquehaba escogido aquel templo como su morada. "En Salem est su tabernculo, y suhabitacin 26 en Sin." "Escogi la tribu de Jud, el monte de Sin, al cual am. Y edific susantuario a manera de eminencia." (Salmos 76: 2; 78: 68, 69.) El primer templo haba sidoerigido durante la poca de mayor prosperidad en la historia de Israel. Vastos almacenesfueron construidos para contener los tesoros que con dicho propsito acumulara el rey David,y los planos para la edificacin del templo fueron hechos por inspiracin divina. (1 Crnicas28: 12, 19.) Salomn, el ms sabio de los monarcas de Israel, complet la obra. Este temploresult ser el edificio ms soberbio que este mundo haya visto. No obstante, el Seor declarpor boca del profeta Aggeo, refirindose al segundo templo: "Mayor ser la gloria postrera deesta Casa que la gloria anterior." "Sacudir todas las naciones, y vendr el Deseado de todaslas naciones; y llenar esta Casa de gloria, dice Jehov de los Ejrcitos." (Aggeo 2: 9, 7,V.M.)Despus de su destruccin por Nabucodonosor, el templo fue reconstrudo unoscinco siglos antes del nacimiento de Cristo por un pueblo que tras largo cautiverio habavuelto a su pas asolado y casi desierto. Haba entonces en Israel algunos hombres muyancianos que haban visto la gloria del templo de Salomn y que lloraban al ver el templonuevo que pareca tan inferior al anterior. El sentimiento que dominaba entre el pueblo noses fielmente descrito por el profeta cuando dice: "Quin ha quedado entre vosotros quehaya visto esta casa en su primera gloria, y cual ahora la veis? No es ella como nadadelante de vuestros ojos?" (Aggeo 2: 3; Esdras 3: 12.) Entonces fue dada la promesa de que la gloria del segundo templo sera mayor quela del primero. Pero el segundo templo no igual al primero en magnificencia ni fuesantificado por las seales visibles de la presencia divina con que lo fuera el templo deSalomn, ni hubo tampoco manifestaciones de poder sobrenatural que dieran realce a sudedicacin. Ninguna nube de gloria cubri al santuario que acababa de ser erigido; no hubofuego que descendiera del cielo para consumir el sacrificio sobre el altar. La 27 manifestacindivina no se encontraba ya entre los querubines en el lugar santsimo; ya no estaban all el www.gftaognosticaespiritual.orgGRAN BIBLIOTECA VIRTUAL ESOTERICA ESPIRITUAL 12. EL CONFLICTO DE LOS SIGLOS12 MAESTRA HELENA WHITEarca del testimonio, ni el propiciatorio, ni las tablas de la ley. Ninguna voz del cielo se dejabaor para revelar la voluntad del Seor al sacerdote que preguntaba por ella. Durante varios siglos los judos se haban esforzado para probar cmo y dnde sehaba cumplido la promesa que Dios haba dado por Aggeo. Pero el orgullo y la incredulidadhaban cegado su mente de tal modo que no comprendan el verdadero significado de laspalabras del profeta. Al segundo templo no le fue conferido el honor de ser cubierto con lanube de la gloria de Jehov, pero s fue honrado con la presencia de Uno en quien habitabacorporalmente la plenitud de la Divinidad, de Uno que era Dios mismo manifestado en carne.Cuando el Nazareno ense y realiz curaciones en los atrios sagrados se cumpli laprofeca gloriosa: l era el "Deseado de todas las naciones" que entraba en su templo. Por lapresencia de Cristo, y slo por ella, la gloria del segundo templo super la del primero; peroIsrael tuvo en poco al anunciado don del cielo; y con el humilde Maestro que sali aquel dapor la puerta de oro, la gloria haba abandonado el templo para siempre. As se cumplieronlas palabras del Seor, que dijo: "He aqu vuestra casa os es dejada desierta." (S. Mateo 23:38.)Los discpulos se haban llenado de asombro y hasta de temor al or las prediccionesde Cristo respecto de la destruccin del templo, y deseaban entender de un modo mscompleto el significado de sus palabras. Durante ms de cuarenta aos se haban prodigadoriquezas, trabajo y arte arquitectnico para enaltecer los esplendores y la grandeza de aqueltemplo. Herodes el Grande y hasta el mismo emperador del mundo contribuyeron con lostesoros de los judos y con las riquezas romanas a engrandecer la magnificencia delhermoso edificio. Con este objeto habanse importado de Roma enormes bloques depreciado mrmol, de tamao casi fabuloso, 28 a los cuales los discpulos llamaron laatencin del Maestro, dicindole: "Mira qu piedras, y qu edificios." (S. Marcos 13: 1.)Pero Jess contest con estas solemnes y sorprendentes palabras: "De cierto osdigo, que no ser dejada aqu piedra sobre piedra, que no sea destruda." (S. Mateo 24: 2.)Los discpulos creyeron que la destruccin de Jerusaln coincidira con los sucesosde la venida personal de Cristo revestido de gloria temporal para ocupar el trono de unimperio universal, para castigar a los judos impenitentes y libertar a la nacin del yugoromano. Cristo les haba anunciado que volvera, y por eso al orle predecir los juicios queamenazaban a Jerusaln, se figuraron que ambas cosas sucederan al mismo tiempo y, alreunirse en derredor del Seor en el monte de los Olivos, le preguntaron: "Cundo sernestas cosas, y qu seal habr de tu venida, y del fin del mundo? " (S. Mateo 24: 3.)Lo porvenir les era misericordiosamente velado a los discpulos. De haber visto contoda claridad esos dos terribles acontecimientos futuros: los sufrimientos del Redentor y sumuerte, y la destruccin del templo y de la ciudad, los discpulos hubieran sido abrumadospor el miedo y el dolor. Cristo les dio un bosquejo de los sucesos culminantes que habran de www.gftaognosticaespiritual.orgGRAN BIBLIOTECA VIRTUAL ESOTERICA ESPIRITUAL 13. EL CONFLICTO DE LOS SIGLOS 13 MAESTRA HELENA WHITEdesarrollarse antes de la consumacin de los tiempos. Sus palabras no fueron entendidasplenamente entonces, pero su significado iba a aclararse a medida que su pueblo necesitasela instruccin contenida en esas palabras. La profeca del Seor entraaba un doblesignificado: al par que anunciaba la ruina de Jerusaln presagiaba tambin los horrores delgran da final. Jess declar a los discpulos los castigos que iban a caer sobre el apstata Israel yespecialmente los que debera sufrir por haber rechazado y crucificado al Mesas. Iban aproducirse seales inequvocas, precursoras del espantoso desenlace. La hora aciagallegara presta y repentinamente. Y el 29 Salvador advirti a sus discpulos: "Por tanto,cuando viereis la abominacin del asolamiento, que fue dicha por Daniel profeta, que estaren el lugar santo (el que lee, entienda), entonces los que estn en Judea, huyan a losmontes." (S. Mateo 24: 15, 16; S. Lucas 21: 20.) Tan pronto como los estandartes del ejrcitoromano idlatra fuesen clavados en el suelo sagrado, que se extenda varios estadios msall de los muros, los creyentes en Cristo deban huir a un lugar seguro. Al ver la sealpreventiva, todos los que quisieran escapar deban hacerlo sin tardar. Tanto en tierra deJudea como en la propia ciudad de Jerusaln el aviso de la fuga deba ser aprovechado en elacto. Todo el que se hallase en aquel instante en el tejado de su casa no deba entrar en ellani para tomar consigo los ms valiosos tesoros; los que trabajaran en el campo y en losviedos no deban perder tiempo en volver por las tnicas que se hubiesen quitado parasobrellevar mejor el calor y la faena del da. Todos deban marcharse sin tardar si no queranverse envueltos en la ruina general.Durante el reinado de Herodes, la ciudad de Jerusaln no slo haba sidonotablemente embellecida, sino tambin fortalecida. Se erigieron torres, muros y fortalezasque, unidos a la ventajosa situacin topogrfica del lugar, la hacan aparentementeinexpugnable. Si en aquellos das alguien hubiese predicho pblicamente la destruccin de laciudad, sin duda habra sido considerado cual lo fuera No en su tiempo: como alarmistainsensato. Pero Cristo haba dicho: "El cielo y la tierra pasarn, mas mis palabras nopasarn." (S. Mateo 24: 35.) La ira del Seor se haba declarado contra Jerusaln a causa desus pecados, y su obstinada incredulidad hizo inevitable su condenacin.El Seor haba dicho por el profeta Miqueas: "Od ahora esto, cabezas de la casa deJacob, y capitanes de la casa de Israel, que abominis el juicio, y perverts todo el derecho;que edificis a Sin con sangre, y a Jerusalem con injusticia; 30 sus cabezas juzgan porcohecho, y sus sacerdotes ensean por precio, y sus profetas adivinan por dinero; yapyanse en Jehov diciendo: No est Jehov entre nosotros? No vendr mal sobrenosotros." (Miqueas 3: 9-11.)Estas palabras dan una idea cabal de cun corruptos eran los moradores deJerusaln y de cun justos se consideraban. A la vez que se decan escrupulosos www.gftaognosticaespiritual.orgGRAN BIBLIOTECA VIRTUAL ESOTERICA ESPIRITUAL 14. EL CONFLICTO DE LOS SIGLOS 14 MAESTRA HELENA WHITEobservadores de la ley de Dios, quebrantaban todos sus preceptos. La pureza de Cristo y susantidad hacan resaltar la iniquidad de ellos; por eso le aborrecan y le sealaban como elcausante de todas las desgracias que les haban sobrevenido como consecuencia de sumaldad. Aunque harto saban que Cristo no tena pecado, declararon que su muerte eranecesaria para la seguridad de la nacin. Los prncipes de los sacerdotes y los fariseosdecan; "Si le dejamos as, todos creern en l; y vendrn los romanos y destruirn nuestrolugar y nuestra nacin." (S. Juan 11: 48, V.M.) Si se sacrificaba a Cristo, pensaban ellos,podran ser otra vez un pueblo fuerte y unido. As discurran, y convinieron con el sumosacerdote en que era mejor que uno muriera y no que la nacin entera se perdiese.As era cmo los prncipes judos haban edificado "a Sin con sangre, y a Jerusalemcon iniquidad," y al paso que sentenciaban a muerte a su Salvador porque les echara en carasus iniquidades, se atribuan tanta justicia que se consideraban el pueblo favorecido de Diosy esperaban que el Seor viniese a librarlos de sus enemigos."Por tanto haba aadido el profeta, - a causa de vosotros ser Sin arada comocampo, y Jerusalem ser majanos, y el monte de la casa como cumbres de breal." (Miqueas3: 12.)Dios aplaz sus juicios sobre la ciudad y la nacin hasta cosa de cuarenta aosdespus que Cristo hubo anunciado el castigo de Jerusaln. Admirable fue la paciencia quetuvo Dios con los que rechazaran su Evangelio y asesinaran a su Hijo. La parbola de lahiguera estril representa el trato bondadoso de Dios con la nacin juda. Ya haba sido dada31 la orden: "Crtala, por qu ocupar an la tierra?" (S. Lucas 13: 7), pero la divinamisericordia la preserv por algn tiempo. Haba todava muchos judos que ignoraban lo quehaban sido el carcter y la obra de Cristo. Y los hijos no haban tenido las oportunidades nivisto la luz que sus padres haban rechazado. Por medio de la predicacin de los apstoles yde sus compaeros, Dios iba a hacer brillar la luz sobre ellos para que pudiesen ver cmo sehaban cumplido las profecas, no nicamente las que se referan al nacimiento y vida delSalvador sino tambin las que anunciaban su muerte y su gloriosa resurreccin. Los hijos nofueron condenados por los pecados de sus padres; pero cuando, conociendo ya plenamentela luz que fuera dada a sus padres, rechazaron la luz adicional que a ellos mismos les fueraconcedida, entonces se hicieron cmplices de las culpas de los padres y colmaron la medidade su iniquidad.La longanimidad de Dios hacia Jerusaln no hizo sino confirmar a los judos en suterca impenitencia. Por el odio y la crueldad que manifestaron hacia los discpulos de Jessrechazaron el ltimo ofrecimiento de misericordia. Dios les retir entonces su proteccin y diorienda suelta a Satans y a sus ngeles, y la nacin cay bajo el dominio del caudillo que ellamisma se haba elegido. Sus hijos menospreciaron la gracia de Cristo, que los habracapacitado para subyugar sus malos impulsos, y estos los vencieron. Satans despert las www.gftaognosticaespiritual.orgGRAN BIBLIOTECA VIRTUAL ESOTERICA ESPIRITUAL 15. EL CONFLICTO DE LOS SIGLOS 15MAESTRA HELENA WHITEms fieras y degradadas pasiones de sus almas. Los hombres ya no razonaban,completamente dominados por sus impulsos y su ira ciega. En su crueldad se volvieronsatnicos. Tanto en la familia como en la nacin, en las clases bajas como en las clasessuperiores del pueblo, no reinaban ms que la sospecha, la envidia, el odio, el altercado, larebelin y el asesinato. No haba seguridad en ninguna parte. Los amigos y parientes sehacan traicin unos a otros. Los padres mataban a los hijos y stos a sus padres. Los quegobernaban al pueblo no tenan poder para gobernarse a s mismos: las pasiones ms 32desordenadas los convertan en tiranos. Los judos haban aceptado falsos testimonios paracondenar al Hijo inocente de Dios; y ahora las acusaciones ms falsas hacan inseguras suspropias vidas. Con sus hechos haban expresado desde haca tiempo sus deseos: "Quitadde delante de nosotros al Santo de Israel!" (Isaas 30: 11, V.M.) y ya dichos deseos sehaban cumplido. El temor de Dios no les preocupaba ms; Satans se encontraba ahora alfrente de la nacin y las ms altas autoridades civiles y religiosas estaban bajo su dominio. Los jefes de los bandos opuestos hacan a veces causa comn para despojar ytorturar a sus desgraciadas vctimas, y otras veces esas mismas facciones peleaban unascon otras y se daban muerte sin misericordia; ni la santidad del templo poda refrenar suferocidad. Los fieles eran derribados al pie de los altares, y el santuario era mancillado porlos cadveres de aquellas carniceras. No obstante, en su necia y abominable presuncin,los instigadores de la obra infernal declaraban pblicamente que no teman que Jerusalnfuese destruda, pues era la ciudad de Dios; y, con el propsito de afianzar su satnicopoder, sobornaban a falsos profetas para que proclamaran que el pueblo deba esperar lasalvacin de Dios, aunque ya el templo estaba sitiado por las legiones romanas. Hasta el finlas multitudes creyeron firmemente que el Todopoderoso intervendra para derrotar a susadversarios. Pero Israel haba despreciado la proteccin de Dios, y no haba ya defensaalguna para l. Desdichada Jerusaln! Mientras la desgarraban las contiendas intestinas y lasangre de sus hijos, derramada por sus propias manos, tea sus calles de carmes, losejrcitos enemigos echaban a tierra sus fortalezas y mataban a sus guerreros! Todas las predicciones de Cristo acerca de la destruccin de Jerusaln secumplieron al pie de la letra; los judos palparon la verdad de aquellas palabras deadvertencia del Seor: "Con la medida que meds, se os medir." (S. Mateo 7: 2, V.M.) Aparecieron muchas seales y maravillas como sntomas 33 precursores deldesastre y de la condenacin. A la media noche una luz extraa brillaba sobre el templo y elaltar. En las nubes, a la puesta del sol, se vean como carros y hombres de guerra que sereunan para la batalla.Los sacerdotes que ministraban de noche en el santuario eran aterrorizados porruidos misteriosos; temblaba la tierra y se oan voces que gritaban: "Salgamos de aqu!" Lagran puerta del oriente, que por su enorme peso era difcil de cerrar entre veinte hombres y www.gftaognosticaespiritual.orgGRAN BIBLIOTECA VIRTUAL ESOTERICA ESPIRITUAL 16. EL CONFLICTO DE LOS SIGLOS 16MAESTRA HELENA WHITEque estaba asegurada con formidables barras de hierro afirmadas en el duro pavimento depiedras de gran tamao, se abri a la media noche de una manera misteriosa. - Milman,History of the Jews, libro 13.Durante siete aos un hombre recorri continuamente las calles de Jerusalnanunciando las calamidades que iban a caer sobre la ciudad. De da y de noche entonaba lafrentica endecha: "Voz del oriente, voz del occidente, voz de los cuatro vientos, voz contraJerusaln y contra el templo, voz contra el esposo y la esposa, voz contra todo el pueblo." -Ibid., libro 13.Este extrao personaje fue encarcelado y azotado sin que exhalase una queja. A losinsultos que le dirigan y a las burlas que le hacan, no contestaba sino con estas palabras:"Ay de Jerusaln! Ay, ay de sus moradores!" y sus tristes presagios no dejaron de orsesino cuando encontr la muerte en el sitio que l haba predicho. Ni un solo cristiano pereci en la destruccin de Jerusaln. Cristo haba prevenido asus discpulos, y todos los que creyeron sus palabras esperaron atentamente las sealesprometidas. "Cuando viereis a Jerusalem cercada de ejrcitos - haba dicho Jess, - sabedentonces que su destruccin ha llegado. Entonces los que estuvieren en Judea, huyan a losmontes; y los que en medio de ella, vyanse." (S. Lucas 21: 20, 21.) Despus que lossoldados romanos, al mando del general Cestio Galo, hubieron rodeado la ciudad,abandonaron de pronto el sitio de una manera inesperada y eso cuando todo parecafavorecer un asalto inmediato. Perdida ya la esperanza 34 de poder resistir el ataque, lossitiados estaban a punto de rendirse, cuando el general romano retir sus fuerzas sin motivoaparente para ello. Empero la previsora misericordia de Dios haba dispuesto losacontecimientos para bien de los suyos. Ya estaba dada la seal a los cristianos queaguardaban el cumplimiento de las palabras de Jess, y en aquel momento se les ofrecauna oportunidad que deban aprovechar para huir, conforme a las indicaciones dadas por elMaestro. Los sucesos se desarrollaron de modo tal que ni los judos ni los romanos hubieranpodido evitar la huda de los creyentes. Habindose retirado Cestio, los judos hicieron unasalida para perseguirle y entre tanto que ambas fuerzas estaban as empeadas, loscristianos pudieron salir de la ciudad, aprovechando la circunstancia de estar los alrededorestotalmente despejados de enemigos que hubieran podido cerrarles el paso. En la poca delsitio, los judos haban acudido numerosos a Jerusaln para celebrar la fiesta de lostabernculos y as fue como los cristianos esparcidos por todo el pas pudieron escapar sindificultad. Inmediatamente se encaminaron hacia un lugar seguro, la ciudad de Pella, entierra de Perea, allende el Jordn.Las fuerzas judaicas perseguan de cerca a Cestio y a su ejrcito y cayeron sobre laretaguardia con tal furia que amenazaban destruirla totalmente. Slo a duras penas pudieronlas huestes romanas cumplir su retirada. Los judos no sufrieron ms que pocas bajas, y con www.gftaognosticaespiritual.orgGRAN BIBLIOTECA VIRTUAL ESOTERICA ESPIRITUAL 17. EL CONFLICTO DE LOS SIGLOS 17MAESTRA HELENA WHITElos despojos que obtuvieron volvieron en triunfo a Jerusaln. Pero este xito aparente no lesacarre sino perjuicios, pues despert en ellos un espritu de necia resistencia contra losromanos, que no tard en traer males incalculables a la desdichada ciudad. Espantosas fueron las calamidades que sufri Jerusaln cuando el sitio se reanudbajo el mando de Tito. La ciudad fue sitiada en el momento de la Pascua, cuando millones dejudos se hallaban reunidos dentro de sus muros. Los depsitos de provisiones que, de habersido conservados, hubieran podido abastecer a toda la poblacin por varios aos, habansido 35 destrudos a consecuencia de la rivalidad y de las represalias de las facciones enlucha, y pronto los vecinos de Jerusaln empezaron a sucumbir a los horrores del hambre.Una medida de trigo se venda por un talento. Tan atroz era el hambre, que los hombresroan el cuero de sus cintos, sus sandalias y las cubiertas de sus escudos. Muchos salan durante la noche para recoger las plantas silvestres que crecan fuerade los muros, a pesar de que muchos de ellos eran aprehendidos y muertos por cruelestorturas, y a menudo los que lograban escapar eran despojados de aquello que habanconseguido aun con riesgo de la vida. Los que estaban en el poder imponan los castigosms infamantes para obligar a los necesitados a entregar los ltimos restos de provisionesque guardaban escondidos; y tamaas atrocidades eran perpetradas muchas veces porgente bien alimentada que slo deseaba almacenar provisiones para ms tarde.Millares murieron a consecuencia del hambre y la pestilencia. Los afectos naturalesparecan haber desaparecido: los esposos se arrebataban unos a otros los alimentos; loshijos quitaban a sus ancianos padres la comida que se llevaban a la boca, y la pregunta delprofeta: "Se olvidar acaso la mujer de su nio mamante?" recibi respuesta en el interiorde los muros de la desgraciada ciudad, tal como la diera la Santa Escritura: "Lasmisericordiosas manos de las mujeres cuecen a sus mismos hijos! stos les sirven decomida en el quebranto de la hija de mi pueblo!" (Isaas 49: 15; Lamentaciones 4: 10, V.M.)Una vez ms se cumpla la profeca pronunciada catorce siglos antes, y que dice: "Lamujer tierna y delicada en medio de ti, que nunca prob a asentar en tierra la planta de supie, de pura delicadeza y ternura, su ojo ser avariento para con el marido de su seno, y paracon su hijo y su hija, as respecto de su nio recin nacido como respecto de sus dems hijosque hubiere parido; porque ella sola los comer ocultamente en la falta de todo, en lapremura y en la estrechez con que te 36 estrecharn tus enemigos dentro de tus ciudades."(Deuteronomio 28: 56, 57, V.M.)Los jefes romanos procuraron aterrorizar a los judos para que se rindiesen. A losque eran apresados resistiendo, los azotaban, los atormentaban y los crucificaban frente alos muros de la ciudad. Centenares de ellos eran as ejecutados cada da, y el horrendoproceder continu hasta que a lo largo del valle de Josafat y en el Calvario se erigierontantas cruces que apenas dejaban espacio para pasar entre ellas. As fue castigada aquellawww.gftaognosticaespiritual.orgGRAN BIBLIOTECA VIRTUAL ESOTERICA ESPIRITUAL 18. EL CONFLICTO DE LOS SIGLOS 18 MAESTRA HELENA WHITEtemeraria imprecacin que lanzara el pueblo en el tribunal de Pilato, al exclamar: "Recaigasu sangre sobre nosotros, y sobre nuestros hijos!" (S. Mateo 27: 25, V.M.) De buen grado hubiera Tito hecho cesar tan terribles escenas y ahorrado a Jerusalnla plena medida de su condenacin. Le horrorizaba ver los montones de cadveres en losvalles. Como obsesionado, miraba desde lo alto del monte de los Olivos el magnfico temploy dio la orden de que no se tocara una sola de sus piedras. Antes de hacer la tentativa deapoderarse de esa fortaleza, dirigi un fervoroso llamamiento a los jefes judos para que nole obligasen a profanar con sangre el lugar sagrado. Si queran salir a pelear en cualquierotro sitio, ningn romano violara la santidad del templo. Josefo mismo, en elocuentsimodiscurso, les rog que se entregasen, para salvarse a s mismos, a su ciudad y su lugar deculto. Pero respondieron a sus palabras con maldiciones, y arrojaron dardos a su ltimomediador humano mientras alegaba con ellos. Los judos haban rechazado las splicas delHijo de Dios, y ahora cualquier otra instancia o amonestacin no poda obtener otro resultadoque inducirlos a resistir hasta el fin. Vanos fueron los esfuerzos de Tito para salvar el templo.Uno mayor que l haba declarado que no quedara piedra sobre piedra que no fuesederribada. La ciega obstinacin de los jefes judos y los odiosos crmenes perpetrados en elinterior de la ciudad sitiada excitaron el horror y la indignacin de los romanos, y finalmenteTito 37 dispuso tomar el templo por asalto. Resolvi, sin embargo, que si era posible evitarasu destruccin. Pero sus rdenes no fueron obedecidas. A la noche, cuando se habaretirado a su tienda para descansar, los judos hicieron una salida desde el templo y atacarona los soldados que estaban afuera. Durante la lucha, un soldado romano arroj al prtico poruna abertura un leo encendido, e inmediatamente ardieron los aposentos enmaderados decedro que rodeaban el edificio santo. Tito acudi apresuradamente, seguido por susgenerales y legionarios, y orden a los soldados que apagasen las llamas. Sus palabras nofueron escuchadas. Furiosos, los soldados arrojaban teas encendidas en las cmarascontiguas al templo y con sus espadas degollaron a gran nmero de los que haban buscadorefugio all. La sangre corra como agua por las gradas del templo. Miles y miles de judosperecieron. Por sobre el ruido de la batalla, se oan voces que gritaban: "Ichabod!" -la gloriase alej. "Tito vio que era imposible contener el furor de los soldados enardecidos por la lucha;y con sus oficiales se puso a contemplar el interior del sagrado edificio. Su esplendor los dejmaravillados, y como l notase que el fuego no haba llegado an al lugar santo, hizo unpostrer esfuerzo para salvarlo saliendo precipitadamente y exhortando con energa a lossoldados para que se empeasen en contener la propagacin del incendio. El centurinLiberalis hizo cuanto pudo con su insignia de mando para conseguir la obediencia de lossoldados, pero ni siquiera el respeto al emperador bastaba ya para apaciguar la furia de lasoldadesca contra los judos y su ansia insaciable de saqueo. Todo lo que los soldados veanwww.gftaognosticaespiritual.orgGRAN BIBLIOTECA VIRTUAL ESOTERICA ESPIRITUAL 19. EL CONFLICTO DE LOS SIGLOS 19 MAESTRA HELENA WHITEen torno suyo estaba revestido de oro y resplandeca a la luz siniestra de las llamas, lo cualles induca a suponer que habra en el santuario tesoros de incalculable valor. Un soldadoromano, sin ser visto, arroj una tea encendida entre los goznes de la puerta y en brevesinstantes todo el edificio era presa de las llamas. Los oficiales se vieron obligados aretroceder 38 ante el fuego y el humo que los cegaba, y el noble edificio qued entregado asu fatal destino. "Aquel espectculo llenaba de espanto a los romanos; qu sera para los judos?Toda la cumbre del monte que dominaba la ciudad despeda fulgores como el crter de unvolcn en plena actividad. Los edificios iban cayendo a tierra uno tras otro, en medio de unestrpito tremendo y desaparecan en el abismo ardiente. Las techumbres de cedro erancomo sbanas de fuego, los dorados capiteles de las columnas relucan como espigas de luzrojiza y los torreones inflamados despedan espesas columnas de humo y lenguas de fuego.Las colinas vecinas estaban iluminadas y dejaban ver grupos de gentes que se agolpabanpor todas partes siguiendo con la vista, en medio de horrible inquietud, el avance de la obradestructora; los muros y las alturas de la ciudad estaban llenos de curiosos que ansiososcontemplaban la escena, algunos con rostros plidos por hallarse presa de la ms atrozdesesperacin, otros encendidos por la ira al ver su impotencia para vengarse. El tumulto delas legiones romanas que desbandadas corran de ac para all, y los agudos lamentos delos infelices judos que moran entre las llamas, se mezclaban con el chisporroteo delincendio y con el estrpito de los derrumbes. En los montes repercutan los gritos de espantoy los ayes de la gente que se hallaba en las alturas; a lo largo de los muros se oan gritos ygemidos y aun los que moran de hambre hacan un supremo esfuerzo para lanzar unlamento de angustia y desesperacin. "Dentro de los muros la carnicera era an ms horrorosa que el cuadro que secontemplaba desde afuera; hombres y mujeres, jvenes y viejos, soldados y sacerdotes, losque peleaban y los que pedan misericordia, todos eran degollados en desordenadamatanza. Super el nmero de los asesinados al de los asesinos. Para seguir matando, loslegionarios tenan que pisar sobre montones de cadveres."- Milman, History of the Jews,libro 16. 39Destrudo el templo, no tard la ciudad entera en caer en poder de los romanos. Loscaudillos judos abandonaron las torres que consideraban inexpugnables y Tito las encontrvacas. Contempllas asombrado y declar que Dios mismo las haba entregado en susmanos, pues ninguna mquina de guerra, por poderosa que fuera, hubiera logrado hacerledueo de tan formidables baluartes. La ciudad y el templo fueron arrasados hasta suscimientos. El solar sobre el cual se irguiera el santuario fue arado "como campo." (Jeremas26: 18.) En el sitio y en la mortandad que le sigui perecieron ms de un milln de judos; losque sobrevivieron fueron llevados cautivos, vendidos como esclavos, conducidos a Roma www.gftaognosticaespiritual.orgGRAN BIBLIOTECA VIRTUAL ESOTERICA ESPIRITUAL 20. EL CONFLICTO DE LOS SIGLOS 20MAESTRA HELENA WHITEpara enaltecer el triunfo del conquistador, arrojados a las fieras del circo o desterrados yesparcidos por toda la tierra. Los judos haban forjado sus propias cadenas; haban colmado la copa de lavenganza. En la destruccin absoluta de que fueron vctimas como nacin y en todas lasdesgracias que les persiguieron en la dispersin, no hacan sino cosechar lo que habansembrado con sus propias manos. Dice el profeta: "Es tu destruccin, oh Israel, el que estscontra m; . . . porque has cado por tu iniquidad!" (Oseas 13: 9; 14: 1, V.M.) Lospadecimientos de los judos son muchas veces representados como castigo que cay sobreellos por decreto del Altsimo. As es como el gran engaador procura ocultar su propia obra.Por la tenacidad con que rechazaron el amor y la misericordia de Dios, los judos le hicieronretirar su proteccin, y Satans pudo regirlos como quiso. Las horrorosas crueldadesperpetradas durante la destruccin de Jerusaln demuestran el poder con que se ensaaSatans sobre aquellos que ceden a su influencia.No podemos saber cunto debemos a Cristo por la paz y la proteccin de quedisfrutamos. Es el poder restrictivo de Dios lo que impide que el hombre caigacompletamente bajo el dominio de Satans. Los desobedientes e ingratos deberan hallar unpoderoso motivo de agradecimiento a Dios en el 40 hecho de que su misericordia yclemencia hayan coartado el poder malfico del diablo. Pero cuando el hombre traspasa loslmites de la paciencia divina, ya no cuenta con aquella proteccin que le libraba del mal.Dios no asume nunca para con el pecador la actitud de un verdugo que ejecuta la sentenciacontra la transgresin; sino que abandona a su propia suerte a los que rechazan sumisericordia, para que recojan los frutos de lo que sembraron sus propias manos. Todo rayode luz que se desprecia, toda admonicin que se desoye y rechaza, toda pasin malsanaque se abriga, toda transgresin de la ley de Dios, son semillas que darn infaliblemente sucosecha. Cuando se le resiste tenazmente, el Espritu de Dios concluye por apartarse delpecador, y ste queda sin fuerza para dominar las malas pasiones de su alma y sinproteccin alguna contra la malicia y perfidia de Satans. La destruccin de Jerusaln es unaadvertencia terrible y solemne para todos aquellos que menosprecian los dones de la graciadivina y que resisten a las instancias de la misericordia divina. Nunca se dio un testimonioms decisivo de cunto aborrece Dios el pecado y de cun inevitable es el castigo que sobres atraen los culpables.La profeca del Salvador referente al juicio que iba a caer sobre Jerusaln va a tenerotro cumplimiento, y la terrible desolacin del primero no fue ms que un plido reflejo de loque ser el segundo. En lo que acaeci a la ciudad escogida, podemos ver anunciada lacondenacin de un mundo que rechaz la misericordia de Dios y pisote su ley. Lbregosson los anales de la humana miseria que ha conocido la tierra a travs de siglos decrmenes. Al contemplarlos, el corazn desfallece y la mente se abruma de estupor;horrendas han sido las consecuencias de haber rechazado la autoridad del Cielo; pero una www.gftaognosticaespiritual.orgGRAN BIBLIOTECA VIRTUAL ESOTERICA ESPIRITUAL 21. EL CONFLICTO DE LOS SIGLOS 21 MAESTRA HELENA WHITEescena aun ms sombra nos anuncian las revelaciones de lo porvenir. La historia de lopasado, la interminable serie de alborotos, conflictos y contiendas, "toda la armadura delguerrero en el tumulto de batalla, y los vestidos revolcados en sangre" (Isaas 9: 5, V.M.),qu son y qu valen en 41 comparacin con los horrores de aquel da, cuando el Espritu deDios se aparte del todo de los impos y los deje abandonados a sus fieras pasiones y amerced de la saa satnica? Entonces el mundo ver, como nunca los vio, los resultados delgobierno de Satans.Pero en aquel da, as como sucedi en tiempo de la destruccin de Jerusaln, elpueblo de Dios ser librado, porque sern salvos todos aquellos cuyo nombre est "inscritopara la vida." (Isaas 4: 3, V.M.) Nuestro Seor Jesucristo anunci que vendr la segunda vezpara llevarse a los suyos: "Entonces se mostrar la seal del Hijo del hombre en el cielo; yentonces lamentarn todas las tribus de la tierra, y vern al Hijo del hombre que vendrsobre las nubes del cielo, con grande poder y gloria. Y enviar sus ngeles con gran voz detrompeta, y juntarn sus escogidos de los cuatro vientos, de un cabo del cielo hasta el otro."(S. Mateo 24: 30, 31.) Entonces los que no obedezcan al Evangelio sern muertos con elaliento de su boca y destrudos con el resplandor de su venida. (2 Tesalonicenses 2:8.) Ascomo le sucedi antiguamente a Israel, los malvados se destruirn a s mismos, y perecernvctimas de su iniquidad. Debido a su vida pecaminosa los hombres se han apartado tantodel Seor y tanto ha degenerado su naturaleza con el mal, que la manifestacin de la gloriadel Seor es para ellos un fuego consumidor. Deben guardarse los hombres de no menospreciar el aviso de Cristo respecto a susegunda venida; porque como anunci a los discpulos la destruccin de Jerusaln y les diouna seal para cuando se acercara la ruina, as tambin previno al mundo del da de ladestruccin final y nos dio seales de la proximidad de sta para que todos los que quieranpuedan huir de la ira que vendr. Dijo Jess: " Y habr seales en el sol, y en la luna, y enlas estrellas; y sobre la tierra angustia de naciones." (S. Lucas 21: 25, V.M.;S. Mateo 24: 29;Apocalipsis 6: 12 - 17.) "Cuando viereis todas estas cosas, sabed que est cercano, a laspuertas." (S. Mateo 24: 33.) " Velad pues " (S.Marcos 13: 35), 42 es la amonestacin delSeor. Los que le presten atencin no sern dejados en tinieblas ni sorprendidos por aquelda. Pero los que no quieran velar sern sorprendidos, porque "el da del Seor vendr ascomo ladrn de noche." (1 Tesalonicenses 5: 1-5.) El mundo no est hoy ms dispuesto a creer el mensaje dado para este tiempo de loque estaba en los das de los judos para recibir el aviso del Salvador respecto a la ruina deJerusaln. Venga cuando venga, el da de Dios caer repentinamente sobre los imposdesprevenidos. El da menos pensado, en medio del curso rutinario de la vida, absortos loshombres en los placeres de la vida, en los negocios, en la caza al dinero, cuando los guasreligiosos ensalcen el progreso y la ilustracin del mundo, y los moradores de la tierra sedejen arrullar por una falsa seguridad, - entonces, como ladrn que a media noche penetra www.gftaognosticaespiritual.orgGRAN BIBLIOTECA VIRTUAL ESOTERICA ESPIRITUAL 22. EL CONFLICTO DE LOS SIGLOS 22MAESTRA HELENA WHITEen una morada sin custodia, as caer la inesperada destruccin sobre los desprevenidos "yno escaparn." (Vers. 3.) 43CAPTULO 2. La Fe de los MrtiresCUANDO Jess revel a sus discpulos la suerte de Jerusaln y los acontecimientosde la segunda venida, predijo tambin lo que habra de experimentar su pueblo desde elmomento en que l sera quitado de en medio de ellos, hasta el de su segunda venida enpoder y gloria para libertarlos. Desde el monte de los Olivos vio el Salvador las tempestadesque iban a azotar a la iglesia apostlica y, penetrando an mas en lo porvenir, su ojovislumbro las fieras y desoladoras tormentas que se desataran sobre sus discpulos en lostiempos de obscuridad y de persecucin que haban de venir. En unas cuantas declaracionesbreves, de terrible significado, predijo la medida de afliccin que los gobernantes del mundoimpondran a la iglesia de Dios. (S. Mateo 24: 9, 21, 22.) Los discpulos de Cristo habran derecorrer la misma senda de humillacin, escarnio y sufrimientos que a l le tocaba pisar. Laenemistad que contra el Redentor se despertara, iba a manifestarse contra todos los quecreyesen en su nombre. La historia de la iglesia primitiva atestigua que se cumplieron las palabras delSalvador. Los poderes de la tierra y del infierno se coligaron para atacar a Cristo en lapersona de sus discpulos. El paganismo previ que de triunfar el Evangelio, sus templos ysus altares seran derribados, y reuni sus fuerzas para destruir el cristianismo. Encendiseel fuego de la persecucin. Los cristianos fueron despojados de sus posesiones y expulsadosde sus hogares. Todos ellos sufrieron "gran combate de aflicciones." "Experimentaronvituperios y azotes; y a ms de esto prisiones y crceles." (Hebreos 10: 32; 11: 36.) Muchossellaron su testimonio con su sangre. Nobles y esclavos, ricos y pobres, sabios e ignorantes,todos eran muertos sin misericordia. 44 Estas persecuciones que empezaron bajo el imperio de Nern, cerca del tiempo delmartirio de S. Pablo, continuaron con mayor o menor furia por varios siglos. Los cristianoseran inculpados calumniosamente de los ms espantosos crmenes y eran sealados comola causa de las mayores calamidades: hambres, pestes y terremotos. Como eran objeto delos odios y sospechas del pueblo, no faltaban los delatores que por vil inters estaban listospara vender a los inocentes. Se los condenaba como rebeldes contra el imperio, enemigosde la religin y azotes de la sociedad. Muchos eran arrojados a las fieras o quemados vivosen los anfiteatros. Algunos eran crucificados; a otros los cubran con pieles de animalessalvajes y los echaban a la arena para ser despedazados por los perros. Estos supliciosconstituan a menudo la principal diversin en las fiestas populares. Grandes muchedumbressolan reunirse para gozar de semejantes espectculos y saludaban la agona de losmoribundos con risotadas y aplausos. www.gftaognosticaespiritual.orgGRAN BIBLIOTECA VIRTUAL ESOTERICA ESPIRITUAL 23. EL CONFLICTO DE LOS SIGLOS 23MAESTRA HELENA WHITE Doquiera fuesen los discpulos de Cristo en busca de refugio, se les persegua comoa animales de rapia. Se vieron pues obligados a buscar escondite en lugares desolados ysolitarios. Anduvieron "destitudos, afligidos, maltratados (de los cuales el mundo no eradigno), andando descaminados por los desiertos y por las montaas, y en las cuevas y en lascavernas de la tierra." (Hebreos 11: 37, 38, V.M.) Las catacumbas ofrecieron refugio amillares de cristianos. Debajo de los cerros, en las afueras de la ciudad de Roma, se habancavado a travs de tierra y piedra largas galeras subterrneas, cuya obscura e intrincada redse extenda leguas ms all de los muros de la ciudad. En estos retiros los discpulos deCristo sepultaban a sus muertos y hallaban hogar cuando se sospechaba de ellos y se losproscriba. Cuando el Dispensador de la vida despierte a los que pelearon la buena batalla,muchos mrtires de la fe de Cristo se levantarn de entre aquellas cavernas tenebrosas.En las persecuciones ms encarnizadas, estos testigos de 45 Jess conservaron sufe sin mancha. A pesar de verse privados de toda comodidad y aun de la luz del sol mientrasmoraban en el obscuro pero benigno seno de la tierra, no profirieron quejas. Con palabras defe, paciencia y esperanza, se animaban unos a otros para soportar la privacin y ladesgracia. La prdida de todas las bendiciones temporales no pudo obligarlos a renunciar asu fe en Cristo. Las pruebas y la persecucin no eran sino peldaos que los acercaban msal descanso y a la recompensa. Como los siervos de Dios en los tiempos antiguos, muchos "fueron muertos a palos,no admitiendo la libertad, para alcanzar otra resurreccin mejor." (Vers. 35, V.M.)Recordaban que su Maestro haba dicho que cuando fuesen perseguidos por causa de Cristodeban regocijarse mucho, pues grande sera su galardn en los cielos; porque as fueronperseguidos los profetas antes que ellos. Se alegraban de que se los hallara dignos de sufrirpor la verdad, y entonaban cnticos de triunfo en medio de las crepitantes hogueras. Mirandohacia arriba por la fe, vean a Cristo y a los ngeles que desde las almenas del cielo losobservaban con el mayor inters y apreciaban y aprobaban su entereza. Descenda del tronode Dios hasta ellos una voz que deca: "S fiel hasta la muerte, y yo te dar la corona de lavida." (Apocalipsis 2: 10.) Vanos eran los esfuerzos de Satans para destruir la iglesia de Cristo por medio dela violencia. La gran lucha en que los discpulos de Jess entregaban la vida, no cesabacuando estos fieles portaestandartes caan en su puesto. Triunfaban por su derrota. Lossiervos de Dios eran sacrificados, pero su obra segua siempre adelante.El Evangelio cunda ms y ms, y el nmero de sus adherentes iba en aumento.Alcanz hasta las regiones inaccesibles para las guilas de Roma. Dijo un cristiano,reconviniendo a los jefes paganos que atizaban la persecucin: "Atormentadnos,condenadnos, desmenuzadnos, que vuestra maldad es la prueba de nuestra inocencia. . . Denada os vale . . . vuestra crueldad." No era ms 46 que una instigacin ms poderosa para www.gftaognosticaespiritual.orgGRAN BIBLIOTECA VIRTUAL ESOTERICA ESPIRITUAL 24. EL CONFLICTO DE LOS SIGLOS24 MAESTRA HELENA WHITEtraer a otros a su fe. "Ms somos cuanto derramis ms sangre; que la sangre de loscristianos es semilla." - Tertuliano, Apologa, prr. 50. Miles de cristianos eran encarcelados y muertos, pero otros los reemplazaban. Y losque sufran el martirio por su fe quedaban asegurados para Cristo y tenidos por l comoconquistadores. Haban peleado la buena batalla y recibiran la corona de gloria cuandoCristo viniese. Los padecimientos unan a los cristianos unos con otros y con su Redentor. Elejemplo que daban en vida y su testimonio al morir eran una constante atestacin de laverdad; y donde menos se esperaba, los sbditos de Satans abandonaban su servicio y sealistaban bajo el estandarte de Cristo. En vista de esto Satans se propuso oponerse con ms xito al gobierno de Diosimplantando su bandera en la iglesia cristiana. Si poda engaar a los discpulos de Cristo einducirlos a ofender a Dios, decaeran su resistencia, su fuerza y su estabilidad y ellosmismos vendran a ser presa fcil. El gran adversario se esforz entonces por obtener con artificios lo que noconsiguiera por la violencia. Ces la persecucin y la reemplazaron las peligrosasseducciones de la prosperidad temporal y del honor mundano. Los idlatras fueron inducidosa aceptar parte de la fe cristiana, al par que rechazaban otras verdades esenciales.Profesaban aceptar a Jess como Hijo de Dios y creer en su muerte y en suresurreccin, pero no eran convencidos de pecado ni sentan necesidad de arrepentirse o decambiar su corazn. Habiendo hecho algunas concesiones, propusieron que los cristianoshicieran las suyas para que todos pudiesen unirse en el terreno comn de la fe en Cristo. La iglesia se vio entonces en gravsimo peligro, y en comparacin con l, la crcel,las torturas, el fuego y la espada, eran bendiciones. Algunos cristianos permanecieron firmes,declarando que no podan transigir. Otros se declararon dispuestos a ceder o a modificar enalgunos puntos su confesin 47 de fe y a unirse con los que haban aceptado parte delcristianismo, insistiendo en que ello podra llevarlos a una conversin completa. Fue untiempo de profunda angustia para los verdaderos discpulos de Cristo. Bajo el manto de uncristianismo falso, Satans se introduca en la iglesia para corromper la fe de los creyentes yapartarlos de la Palabra de verdad. La mayora de los cristianos consintieron al fin en arriar su bandera, y se realiz launin del cristianismo con el paganismo. Aunque los adoradores de los dolos profesabanhaberse convertido y unido con la iglesia, seguan aferrndose a su idolatra, y slo habancambiado los objetos de su culto por imgenes de Jess y hasta de Mara y de los santos. Lalevadura de la idolatra, introducida de ese modo en la iglesia, prosigui su funesta obra.Doctrinas falsas, ritos supersticiosos y ceremonias idoltricas se incorporaron en la fe y en elculto cristiano. Al unirse los discpulos de Cristo con los idlatras, la religin cristiana sewww.gftaognosticaespiritual.orgGRAN BIBLIOTECA VIRTUAL ESOTERICA ESPIRITUAL 25. EL CONFLICTO DE LOS SIGLOS 25 MAESTRA HELENA WHITEcorrompi y la iglesia perdi su pureza y su fuerza. Hubo sin embargo creyentes que no sedejaron extraviar por esos engaos y adorando slo a Dios, se mantuvieron fieles al Autor dela verdad.Entre los que profesan el cristianismo ha habido siempre dos categoras depersonas: la de los que estudian la vida del Salvador y se afanan por corregir sus defectos yasemejarse al que es nuestro modelo; y la de aquellos que rehuyen las verdades sencillas yprcticas que ponen de manifiesto sus errores. Aun en sus mejores tiempos la iglesia nocont exclusivamente con fieles verdaderos, puros y sinceros. Nuestro Salvador ense queno se debe recibir en la iglesia a los que pecan voluntariamente; no obstante, uni consigomismo a hombres de carcter defectuoso y les concedi el beneficio de sus enseanzas y desu ejemplo, para que tuviesen oportunidad de ver sus faltas y enmendarlas. Entre los doceapstoles hubo un traidor. Judas fue aceptado no a causa de los defectos de su carcter,sino a pesar de ellos. Estuvo unido con los discpulos para que, por la instruccin y elejemplo de Cristo, 48 aprendiese lo que constituye el carcter cristiano y as pudiese ver suserrores, arrepentirse y, con la ayuda de la gracia divina, purificar su alma obedeciendo "a laverdad." Pero Judas no anduvo en aquella luz que tan misericordiosamente le ilumin; antesbien, abandonndose al pecado atrajo las tentaciones de Satans. Los malos rasgos de sucarcter llegaron a predominar; entreg su mente al dominio de las potestades tenebrosas;se air cuando sus faltas fueron reprendidas, y fue inducido a cometer el espantoso crimende vender a su Maestro. As tambin obran todos los que acarician el mal mientras hacenprofesin de piedad y aborrecen a quienes les perturban la paz condenando su vida depecado. Como Judas, en cuanto se les presente la oportunidad, traicionarn a los que parasu bien les han amonestado. Los apstoles se opusieron a los miembros de la iglesia que, mientras profesabantener piedad, daban secretamente cabida a la iniquidad. Ananas y Safira fueronengaadores que pretendan hacer un sacrificio completo delante de Dios, cuando enrealidad guardaban para s con avaricia parte de la ofrenda. El Espritu de verdad revel a losapstoles el carcter verdadero de aquellos engaadores, y el juicio de Dios libr a la iglesiade aquella inmunda mancha que empaaba su pureza. Esta seal evidente deldiscernimiento del Espritu de Cristo en los asuntos de la iglesia, llen de terror a loshipcritas y a los obradores de maldad. No podan stos seguir unidos a los que eran, enhbitos y en disposicin, fieles representantes de Cristo; y cuando las pruebas y lapersecucin vinieron sobre stos, slo los que estaban resueltos a abandonarlo todo poramor a la verdad, quisieron ser discpulos de Cristo. De modo que mientras continu lapersecucin la iglesia permaneci relativamente pura; pero al cesar aqulla se adhirieron asta conversos menos sinceros y consagrados, y qued preparado el terreno para lapenetracin de Satans. www.gftaognosticaespiritual.orgGRAN BIBLIOTECA VIRTUAL ESOTERICA ESPIRITUAL 26. EL CONFLICTO DE LOS SIGLOS26 MAESTRA HELENA WHITEPero no hay unin entre el Prncipe de luz y el prncipe de las tinieblas, ni puedehaberla entre los adherentes del uno 49y los del otro. Cuando los cristianos consintieron enunirse con los paganos que slo se haban convertido a medias, entraron por una senda queles apart ms y ms de la verdad. Satans se alegr mucho de haber logrado engaar a tancrecido nmero de discpulos de Cristo; luego ejerci aun ms su poder sobre ellos y losindujo a perseguir a los que permanecan fieles a Dios. Los que haban sido una vezdefensores de la fe cristiana eran los que mejor saban cmo combatirla, y estos cristianosapstatas, junto con sus compaeros semipaganos, dirigieron sus ataques contra los puntosms esenciales de las doctrinas de Cristo. Fue necesario sostener una lucha desesperada por parte de los que deseaban serfieles y firmes, contra los engaos y las abominaciones que, envueltos en las vestidurassacerdotales, se introducan en la iglesia. La Biblia no fue aceptada como regla de fe. A ladoctrina de la libertad religiosa se la llam hereja, y sus sostenedores fueron aborrecidos yproscritos.Tras largo y tenaz conflicto, los pocos que permanecan fieles resolvieron rompertoda unin con la iglesia apstata si sta rehusaba an desechar la falsedad y la idolatra. Yes que vieron que dicho rompimiento era de todo punto necesario si queran obedecer laPalabra de Dios. No se atrevan a tolerar errores fatales para sus propias almas y dar as unejemplo que pona en peligro la fe de sus hijos y la de los hijos de sus hijos. Para asegurar lapaz y la unidad estaban dispuestos a cualquier concesin que no contrariase su fidelidad aDios, pero les pareca que sacrificar un principio por amor a la paz era pagar un preciodemasiado alto. Si no se poda asegurar la unidad sin comprometer la verdad y la justicia,ms vala que siguiesen las diferencias y aun la guerra. Bueno sera para la iglesia y para el mundo que los principios que aquellas almasvigorosas sostuvieron revivieran hoy en los corazones de los profesos hijos de Dios. Ntasehoy una alarmante indiferencia respecto de las doctrinas que son como las columnas de la fecristiana. Est ganando ms y 50 ms terreno la opinin de que, al fin y al cabo, dichasdoctrinas no son de vital importancia. Semejante degeneracin del pensamiento fortalece lasmanos de los agentes de Satans, de modo que las falsas teoras y los fatales engaos queen otros tiempos eran rebatidos por los fieles que exponan la vida para resistirlos,encuentran ahora aceptacin por parte de miles y miles que declaran ser discpulos deCristo. No hay duda de que los cristianos primitivos fueron un pueblo peculiar. Su conductaintachable y su fe inquebrantable constituan un reproche continuo que turbaba la paz delpecador. Aunque pocos en nmero, escasos de bienes, sin posicin ni ttulos honorficos,aterrorizaban a los obradores de maldad dondequiera que fueran conocidos su carcter y susdoctrinas. Por eso los odiaban los impos, como Abel fue aborrecido por el impo Can. Por elwww.gftaognosticaespiritual.orgGRAN BIBLIOTECA VIRTUAL ESOTERICA ESPIRITUAL 27. EL CONFLICTO DE LOS SIGLOS27 MAESTRA HELENA WHITEmismo motivo que tuvo Can para matar a Abel, los que procuraban librarse de la influenciarefrenadora del Espritu Santo daban muerte a los hijos de Dios. Por ese mismo motivo losjudos haban rechazado y crucificado al Salvador, es a saber, porque la pureza y la santidaddel carcter de ste constituan una reprensin constante para su egosmo y corrupcin.Desde el tiempo de Cristo hasta hoy, sus verdaderos discpulos han despertado el odio y laoposicin de los que siguen con deleite los senderos del mal. Cmo pues, puede llamarse el Evangelio un mensaje de paz? Cuando Isaaspredijo el nacimiento del Mesas, le confiri el ttulo de "Prncipe de Paz." Cuando los ngelesanunciaron a los pastores que Cristo haba nacido, cantaron sobre los valles de Beln:"Gloria en las alturas a Dios, y en la tierra paz, buena voluntad para con los hombres." (S.Lucas 2: 14.) Hay contradiccin aparente entre estas declaraciones profticas y las palabrasde Cristo: "No vine a traer paz, sino espada." (S. Mateo 10: 34. V.M.) Pero si se las entiendecorrectamente, se nota armona perfecta entre ellas. El Evangelio es un mensaje de paz. Elcristianismo es un sistema que, 51 de ser recibido y practicado, derramara paz, armona ydicha por toda la tierra. La religin de Cristo unir en estrecha fraternidad a todos los queacepten sus enseanzas. La misin de Jess consisti en reconciliar a los hombres conDios, y as a unos con otros; pero el mundo en su mayora se halla bajo el dominio deSatans, el enemigo ms encarnizado de Cristo. El Evangelio presenta a los hombresprincipios de vida que contrastan por completo con sus hbitos y deseos, y por esto serebelan contra l. Aborrecen la pureza que pone de manifiesto y condena sus pecados, ypersiguen y dan muerte a quienes los instan a reconocer sus sagrados y justosrequerimientos. Por esto, es decir, por los odios y disensiones que despiertan las verdadesque trae consigo, el Evangelio se llama una espada. La providencia misteriosa que permite que los justos sufran persecucin por parte delos malvados, ha sido causa de gran perplejidad para muchos que son dbiles en la fe. Hastalos hay que se sienten tentados a abandonar su confianza en Dios porque l permite que loshombres ms viles prosperen, mientras que los mejores y los ms puros sean afligidos yatormentados por el cruel podero de aqullos. Cmo es posible, dicen ellos, que Uno quees todo justicia y misericordia y cuyo poder es infinito tolere tanta injusticia y opresin? Esuna cuestin que no nos incumbe. Dios nos ha dado suficientes evidencias de su amor, y nodebemos dudar de su bondad porque no entendamos los actos de su providencia. Previendolas dudas que asaltaran a sus discpulos en das de pruebas y obscuridad, el Salvador lesdijo: "Acordaos de la palabra que yo os he dicho: No es el siervo mayor que su seor. Si a mme han perseguido, tambin a vosotros perseguirn." (S. Juan 15: 20.) Jess sufri pornosotros ms de lo que cualquiera de sus discpulos pueda sufrir al ser vctima de la crueldadde los malvados.Los que son llamados a sufrir la tortura y el martirio, no hacen ms que seguir lashuellas del amado Hijo de Dios. 52 "El Seor no tarda su promesa." (2 Pedro 3: 9.) El no sewww.gftaognosticaespiritual.orgGRAN BIBLIOTECA VIRTUAL ESOTERICA ESPIRITUAL 28. EL CONFLICTO DE LOS SIGLOS 28 MAESTRA HELENA WHITEolvida de sus hijos ni los abandona, pero permite a los malvados que pongan de manifiestosu verdadero carcter para que ninguno de los que quieran hacer la voluntad de Dios seaengaado con respecto a ellos. Adems, los rectos pasan por el horno de la afliccin paraser purificados y para que por su ejemplo otros queden convencidos de que la fe y lasantidad son realidades, y finalmente para que su conducta intachable condene a los imposy a los incrdulos.Dios permite que los malvados prosperen y manifiesten su enemistad contra l, paraque cuando hayan llenado la medida de su iniquidad, todos puedan ver la justicia y lamisericordia de Dios en la completa destruccin de aqullos. Pronto llega el da de lavenganza del Seor, cuando todos los que hayan transgredido su ley y oprimido a su pueblorecibirn la justa recompensa de sus actos; cuando todo acto de crueldad o de injusticiacontra los fieles de Dios ser castigado como si hubiera sido hecho contra Cristo mismo. Otro asunto hay de ms importancia an, que debera llamar la atencin de lasiglesias en el da de hoy. El apstol Pablo declara que "todos los que quieren vivir pamenteen Cristo Jess, padecern persecucin." (2 Timoteo 3: 12.) Por qu, entonces, pareceadormecida la persecucin en nuestros das? El nico motivo es que la iglesia se haconformado a las reglas del mundo y por lo tanto no despierta oposicin. La religin que seprofesa hoy no tiene el carcter puro y santo que distinguiera a la fe cristiana en los das deCristo y sus apstoles. Si el cristianismo es aparentemente tan popular en el mundo, ello sedebe tan slo al espritu de transigencia con el pecado, a que las grandes verdades de laPalabra de Dios son miradas con indiferencia, y a la poca piedad vital que hay en la iglesia.Revivan la fe y el poder de la iglesia primitiva, y el espritu de persecucin revivir tambin yel fuego de la persecucin volver a encenderse. 53CAPTULO 3. Una Era de Tinieblas EspiritualesEL apstol Pablo, en su segunda carta a los Tesalonicenses, predijo la granapostasa que haba de resultar en el establecimiento del poder papal. Declar, respecto alda de Cristo: "Ese da no puede venir, sin que venga primero la apostasa, y sea revelado elhombre de pecado, el hijo de perdicin; el cual se opone a Dios, y se ensalza sobre todo loque se llama Dios, o que es objeto de culto; de modo que se siente en el templo de Dios,ostentando que l es Dios." (2 Tesalonicenses 2: 3, 4, V.M.) Y adems el apstol advierte asus hermanos que "el misterio de iniquidad est ya obrando." (Vers. 7.) Ya en aquella pocavea l que se introducan en la iglesia errores que prepararan el camino para el desarrollodel papado.Poco a poco, primero solapadamente y a hurtadillas, y despus con ms desembozo,conforme iba cobrando fuerza y dominio sobre los espritus de los hombres, "el misterio deiniquidad" hizo progresar su obra engaosa y blasfema. De un modo casi imperceptible lascostumbres del paganismo penetraron en la iglesia cristiana. El espritu de avenencia y de www.gftaognosticaespiritual.orgGRAN BIBLIOTECA VIRTUAL ESOTERICA ESPIRITUAL 29. EL CONFLICTO DE LOS SIGLOS 29 MAESTRA HELENA WHITEtransaccin fue coartado por algn tiempo por las terribles persecuciones que sufriera laiglesia bajo el rgimen del paganismo. Mas habiendo cesado la persecucin y habiendopenetrado el cristianismo en las cortes y palacios, la iglesia dej a un lado la humildesencillez de Cristo y de sus apstoles por la pompa y el orgullo de los sacerdotes ygobernantes paganos, y substituy los requerimientos de Dios por las teoras y tradiciones delos hombres. La conversin nominal de Constantino, a principios del siglo cuarto, caus granregocijo; y el mundo, disfrazado con capa de rectitud, se introdujo en la iglesia. Desdeentonces la obra de corrupcin progres rpidamente. 54 El paganismo que pareca habersido vencido, vino a ser el vencedor. Su espritu domin a la iglesia. Sus doctrinas,ceremonias y supersticiones se incorporaron a la fe y al culto de los que profesaban serdiscpulos de Cristo.Esta avenencia entre el paganismo y el cristianismo dio por resultado el desarrollodel "hombre de pecado" predicho en la profeca como oponindose a Dios y ensalzndose as mismo sobre Dios. Ese gigantesco sistema de falsa religin es obra maestra del poder deSatans, un monumento de sus esfuerzos para sentarse l en el trono y reinar sobre la tierrasegn su voluntad. Satans se haba esforzado una vez por hacer transigir a Cristo. Vino adonde estabael Hijo de Dios en el desierto para tentarle, y mostrndole todos los reinos del mundo y sugloria, ofreci entregrselo todo con tal que reconociera la supremaca del prncipe de lastinieblas. Cristo reprendi al presuntuoso tentador y le oblig a marcharse. Pero al presentarlas mismas tentaciones a los hombres, Satans obtiene ms xito. A fin de asegurarsehonores y ganancias mundanas, la iglesia fue inducida a buscar el favor y el apoyo de losgrandes de la tierra, y habiendo rechazado de esa manera a Cristo, tuvo que someterse alrepresentante de Satans, el obispo de Roma. Una de las principales doctrinas del romanismo ensea que el papa es cabeza visiblede la iglesia universal de Cristo, y que fue investido de suprema autoridad sobre los obisposy los pastores de todas las partes del mundo. Aun ms, al papa se le han dado los ttulospropios de la divinidad. Se le ha titulado "Seor Dios el Papa" (vase el Apndice), y se le hadeclarado infalible. Exige que todos los hombres le rindan homenaje. La misma pretensinque sostuvo Satans cuando tent a Cristo en el desierto, la sostiene an por medio de laiglesia de Roma, y muchos son los que estn dispuestos a rendirle homenaje