31º t..

4

Click here to load reader

Transcript of 31º t..

Page 1: 31º t..

1

DOMINGO 31º T.O. (30-10-11)

1. INTRODUCCIÓN A LA EUCARISTÍA

Bienvenidos hermanos a esta eucaristía. El domingo pasado nos decía Jesús que el amor, esencia del cristiano, es lo mejor que podemos poseer. El amor a Dios sobre todas las cosas y el amor a nuestros prójimos, a los próximos y a los lejanos, debe ser fundamental para nuestras vidas. Hoy

Jesús nos va enseñar hoy algo importante: no se puede abusar del pueblo y menos desde las instancias religiosas, como hacían los fariseos y los maestros de la Ley convirtiéndolo todo en pesada carga imposible de soportar. Jesús lo dijo claro: mi yugo es suave y mi carga ligera. El ser cristiano se vive con alegría que nace del amor. Demasiadas leyes insoportables tenéis que padecer ya en la cárcel como para que, desde la religión, se os quieran imponer más. Demasiadas “culpas” sociales recaen sobre los presos para justificar la “pureza” de una sociedad falsa e hipócrita. Jesús es liberación, es esperanza de vivir, es “cirineo” que soporta las cargas pesadas que otros os imponen. Dispongámonos a celebrar este encuentro de fe desde la libertad de los hijos de Dios.

2. PERDÓN

• Por nuestras intransigencias e intolerancias hacia los comportamientos de los demás. Señor, ten piedad.

• Por exigir a los demás lo que yo no estoy dispuesto a cumplir. Cristo ten piedad. • Por creerme mejor que los demás y no reconocer mis fallos y mi pecado.

Señor, ten piedad.

3. ORACIÓN DEL SACERDOTE Venimos, Padre, a tu casa, cargados con nuestras debilidades, retos y deseos, confiando que la luz de tu palabra y la fuerza del Pan, nos ayuden a seguir con ilusión nuestro difícil camino. Alimenta nuestra esperanza, haciéndonos sentir tu cercanía. Tú conoces el corazón de cada uno, derrama pues en nosotros la abundancia de tus dones, la fuerza de tu Espíritu para que caminemos en libertad y esperanza. Por Jesucristo nuestro Señor.

4. DIOS HABLA POR SU PALABRA

PRIMERA LECTURA Monición a la primera lectura El profeta Malaquías denuncia la corrupción de los sacerdotes del templo de Jerusalén. Sus palabras preparan las de Jesús contra los fariseos y letrados de su tiempo. Lectura del profeta MALAQUIAS 1, 14b - 2, 2b. 8-10 Yo soy el Gran Rey, y mi nombre es respetado en las naciones -dice el Señor de los Ejércitos-. Y ahora os toca a vosotros, sacerdotes. Si no obedecéis y no os proponéis dar gloria a mi nombre

Page 2: 31º t..

2 -dice el Señor de los Ejércitos-, os enviaré mi maldición. Os apartasteis del camino, habéis hecho tropezar a muchos en la ley, habéis invalidado mi alianza con Leví -dice el Señor de los Ejércitos-. Pues yo os haré despreciables y viles ante el pueblo, por no haber guardado mis caminos, y porque os fijáis en las personas al aplicar la ley. ¿No tenemos todos un solo padre? ¿No nos creó el mismo Señor? ¿Por qué, pues, el hombre despoja a su prójimo, profanando la alianza de nuestros padres? Palabra de Dios SALMO RESPONSORIAL (Sal. 130)

Guarda mi alma en la paz, junto a ti, Señor. Señor, mi corazón no es ambicioso, ni mis ojos altaneros; no pretendo grandezas que superan mi capacidad. Guarda mi alma en la paz, junto a ti, Señor. Sino que acallo y modero mis deseos, como un niño en brazos de su madre. Guarda mi alma en la paz, junto a ti, Señor. Espere Israel en el Señor ahora y por siempre. Guarda mi alma en la paz, junto a ti, Señor.

SEGUNDA LECTURA Monición a la segunda lectura San Pablo es un modelo para todos los discípulos de Jesús. Como el Maestro él predicó con su ejemplo más que con su palabra y sus escritos. LECTURA DE LA 1ª DE S. PABLO A LOS TESALONICENSES 2, 7b-9.13 Hermanos: Os tratamos con delicadeza, corno una madre cuida de sus hijos. Os teníamos tanto cariño que deseábamos entregaros no sólo el Evangelio de Dios, sino hasta nuestras propias personas, porque os habíais ganado nuestro amor. Recordad si no, hermanos, nuestros esfuerzos y fatigas; trabajando día y noche para no serle gravoso a nadie, proclamamos entre vosotros el Evangelio de Dios. Ésa es la razón por la que no cesamos de dar gracias a Dios, porque al recibir la Palabra de Dios, que os predicamos, la acogisteis no como palabra de hombre, sino, cual es en verdad, como Palabra de Dios, que permanece operante en vosotros los creyentes. Palabra de Dios Monición a la lectura evangélica Escucharemos unas palabras de Jesús con las que abre una dura polémica contra los fariseos y letrados. Jesús denuncia su vanidad, su corrupción y su incoherencia. Públicamente proclama su propia alternativa que consiste no en el poder sino en el servicio. EVANGELIO DE JESUCRISTO SEGÚN SAN MATEO 23, 1-12 En aquel tiempo, Jesús habló a la gente y a sus discípulos diciendo: «En la cátedra de Moisés se han sentado los escribas y los fariseos: haced y cumplid lo que os digan; pero no hagáis lo que ellos hacen, porque ellos no hacen lo que dicen. Ellos lían fardos pesados e insoportables y se los cargan a la gente en los hombros, pero ellos no están dispuestos a mover un dedo para empujar. Todo lo que hacen es para que los vea la gente: alargan las filacterias y ensanchan las franjas del manto; les gustan los primeros puestos en los banquetes y los asientos de honor en las sinagogas; que les hagan reverencias por la calle y que la gente los llame maestros. Vosotros, en cambio, no os dejéis llamar maestro, porque uno solo es vuestro maestro, y todos vosotros sois hermanos. Y no llaméis padre vuestro a nadie en la tierra, porque uno solo es vuestro Padre, el del cielo. No os dejéis llamar consejeros, porque uno solo es consejero, Cristo. El primero entre vosotros será vuestro servidor. El que se

Page 3: 31º t..

3 enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido». Palabra del Señor.

5. REFLEXIÓN Jesús habla con indignación profética. Su discurso dirigido a la gente y a sus discípulos es una dura crítica a los dirigentes religiosos de Israel. Mateo lo recoge hacia los años ochenta para que los dirigentes de la Iglesia cristiana no caigan en conductas parecidas. ¿Podremos recordar hoy las recriminaciones de Jesús con paz, en actitud de conversión, sin ánimo alguno de polémicas estériles? Sus palabras son una invitación para que obispos, presbíteros y cuantos tenemos alguna responsabilidad eclesial hagamos una revisión de nuestra actuación. «No hacen lo que dicen». Nuestro mayor pecado es la incoherencia. No vivimos lo que predicamos. Tenemos poder pero nos falta autoridad. Nuestra conducta nos desacredita. Nuestro ejemplo de vida más evangélica cambiaría el clima en muchas comunidades cristianas. «Cargan fardos pesados sobre los hombros de la gente... pero ellos no están dispuestos a mover un dedo para empujar». Es cierto. Con frecuencia, somos exigentes y severos con los demás, comprensivos e indulgentes con nosotros. Agobiamos a la gente sencilla con nuestras exigencias pero no les facilitamos la acogida del evangelio. No somos como Jesús que se preocupaba de hacer ligera su carga pues era sencillo y humilde de corazón. «Todo lo que hacen es para que los vea la gente». No podemos negar que es muy fácil vivir pendientes de nuestra imagen, buscando casi siempre "quedar bien" ante los demás. No vivimos ante ese Dios que ve en lo secreto. Estamos más atentos a nuestro prestigio personal. «Les gustan los primeros puestos y los asientos de honor... y que les hagan reverencias por la calle». Nos da vergüenza confesarlo, pero nos gusta. Buscamos ser tratados de manera especial, no como un hermano más. ¿Hay algo más ridículo que un testigo de Jesús buscando ser distinguido y reverenciado por la comunidad cristiana? «No os dejéis llamar maestros... ni guías... porque uno solo es vuestro Maestro y vuestro Guía: Cristo». El mandato evangélico no puede ser más claro: renunciad a los títulos para no hacer sombra a Cristo; orientad la atención de los creyentes sólo hacia él. ¿Por qué la Iglesia no hace nada por suprimir tantos títulos, prerrogativas, honores y dignidades para mostrar mejor el rostro humilde y cercano de Jesús? «No llaméis padre vuestro a nadie en la tierra porque uno solo es vuestro Padre del cielo». Para Jesús el título de Padre es tan único, profundo y entrañable que no ha de ser utilizado por nadie en la comunidad cristiana. ¿Por qué lo permitimos?

José Antonio Pagola

6. ORACIONES FINALES

QUE YO DIGA Y HAGA Si digo AMOR…que ofrezca el perdón a los demás Si digo JUSTICIA…que no busque sólo mi propio bien Si digo VERDAD….que me aleje de la mentira Si digo DIOS…….que no adore a nadie más que a EL Si digo JESUS…..que le siga haciendo lo que EL hizo Si digo ESPIRITU…..que sienta su presencia SI digo HERMANO…..que trate bien a las personas Si digo CREO EN TI…..que no dude del Señor Si digo ESPERO EN TI……que me acuerde del Señor Si digo SOMOS HERMANOS….que no busque venganza Gracias, Jesús, por todo lo que nos dices Gracias, Jesús, por todo lo que hiciste Gracias, Jesús, porque nos invitas, como Tú, a hacer lo que tú dijiste e hiciste por nosotros Amén.

Page 4: 31º t..

4

«LA LEY DEL SEÑOR ES PERFECTA» (Salmo 18)

Si te encuentras con el otro, La ley del Señor no es una carga, la ley humana te dice: no le hagas daño; es un marcapasos la ley del Señor te dice: dale un abrazo. para nuestro débil corazón, Si te encuentras con un pobre, lo alegra y «es descanso del alma». la ley humana te dice: dale una limosna; la ley del Señor te dice: La ley del Señor nunca dice: prohibido. no le des lo que te sobra, No está hecha de negaciones, carga con él, es tu hermano y tu Cristo. cosas que sólo sirven para andar por casa, como las leyes de tráfico, rojas y azules. Si alguien te ofende o te roba, la ley humana te dice: denúncialo, La ley del Señor nos enseña a volar, que te lo pague; la ley de Cristo te dice: a buscar mundos nuevos, ya eres más libre, o, mejor, a construirlos. aunque lo denuncies, no dejes de amarle. La ley del Señor no se formula en códigos, La ley del Señor es semilla, sino que se graba en el corazón. y el corazón del hombre es el surco La ley del Señor no se aprende en el

catecismo, sino que se canta por necesidad; en que germina. La ley del Señor es «más preciosa no se manda ni se prohíbe, que el oro», sino que se respira, y el corazón del hombre es el museo en que reluce.

es necesariamente vital.

Sólo una cosa se pide: AMAR. La ley del Señor es «más dulce que la miel», La ley del Señor es transparente, y el corazón del hombre es su panal. se puede leer en los ojos, La ley del Señor es algo vivo «la norma del Señor es límpida», y el corazón del hombre es su morada. ilumina el semblante.