4. Tres teorías normativas · 2017-03-31 · Hay dos formas de escapar de él. La primera resulta...

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1 í ;:----- - \ los apáticos documentos públicos. La política efectiva (y el diseño efectivo) actúan en los limites entre el sueño y la realidad, eslabonando las necesida- des profundas y los deseos oscuros con las experiencias y pruebas públicas. La política ciudadana debe ser general, explicita y racional, y sin embargo también concreta y apasionada. Las principales teorías normativas, que vere- mos en el capitulo siguiente, son fuertes (ya sean verdaderas o falsas) porque logran superar este escollo. Yo intentaré lo mismo. Ca lv ino En Ciudades Invisibles de ltalo Calvino, Marco Polo le describe al gran Kublai Khan una ciudad fantastiéa tras otra. Cada ciudad es una socie- Ciudades invisibles dad que exagera la esencia de alg.ún problema humano, y para cada una de ellas exis te una forma, brillante y sorprendentemente concebida, que llena y da forma a ese problema. Marco Polo habla del deseo y la memoria; de la diversidad y de la rutina, de lo temporal y de lo permanente, de lo muerto, lo viviente y lo nonato; de las imágenes, símbolos y mapas; de la identidad, de la ambigüedad, de los reflejos, de lo visto y lo no visto; de la armonía y de la discordia; de la justicia y de la injusticia; de laberintos, trampas e infinitudes; de la belleza y de la fealqad ; de la metamorfosis, de la destrucción, de la renovación, la continuidad, la posibilidad y del cambio. El diálogo es un gran panorama de la utopía y la cacotopia, que §X¡;¡Iora, en una fantasía maravillosa Y omnicomprensiva, las relaciones entre la gente y los espacios que ocupa ñ. Al final dice: "El infierno de los v1vientes no es algo que será; si es que es lo que ya tenemos aqu í, el infierno en el que vivimos todos los días, que formamos al existir juntos. Hay dos formas de escapar de él. La primera resulta facil para muchos: aceptar el infierno y llegar a ser parte de él, hasta tal punto que no se sea capaz ya de verlo. El segundo es arriesgado y requiere una vigilancia y un temor constantes: buscar y aprender a reconocer qué y quié- nes en el medio del infierno no son el infierno, hacerles vivir, darles espacio". .. '-i· .. 60 4. Tres teorías normativas Si he dado a entender que hay pocas teorías normativas, no debe malinterpretarseme. La forma que debe adoptar una ciudad es una cuestión muy antigua. Y si con el término de teoría normativa nos referimos a una serie coherente de ideas sobre una forma correcta para la ciudad y sus justificacio- nes, entonces hemos de decir que existen algunas teorías así. Cada grupo de teorías se centra en alguna metafora amplia de lo que es una ciudad y de cómo funciona. Como hemos visto, parece que las primeras ciudades surgieron como centros de ceremonias: lugares de rituales sagrados que explicaban las peligrosas fuerzas de la naturaléza y las controlaban para beneficio humano. Los campesinos mantenían voluntariamente a estas ciudades, atraídos por su poder sagrado. Una redistribución del poder y de los recursos materiales, que fueron a parar a una clase gobernante, acompañó al crecimiento de las ciudades, partiendo de estos orígenes religiosos. En el proceso de construc- ción de la estructura de poder humano, mientras se estabilizaba el orden del universo, IÓs principales instrumentos fueron el ritual religioso y la forma física de la ciudad: armas psicológicas más que físicas. El diseño de este instrumen- to atemorizador y seductor se basaba en una teoría de correspondencias mágicas. Esta teoría establece que la forma de cualquier asentamiento perma- nente debe ser un modeJCLII@gico del universo y de los diose s. Es un medio.de - conectar a los seres humanos con aquellas grandes fuerzas y una forma de estabilizar el orden y la armonía del cosmos. Por tanto, se da un lugar perma- - nente y seguro a la vida humana; el universo continúa con sus propios movimientos sagrados. Se respeta a los dioses, se evita el caos y se mantiene la estruCtura de poder humano -reye s, sacerdotes y nobleza-, y no por casualidad. Hoy dia todo esto puede parecernos una completa superstición, pero la teoría tuvo una tremenda importancia histórica. Ademas, resulta ser que nosotros los iluminados aún nos guiamos por muchas ideas semejantes. Quizas las razones de su persistencia sean algo más que la mera superstición. Las dos ramas más desarrolladas de la teoría cósmica son las de Chin_a_y ._, J ,.t- a"'p :;: o :.., n. El modelo chino ha tenido una influencia enorme: regia la distribución consciente de casi todas las grandes ciudades de China, Corea, Japón y gran parte de Asia sudorienta!. 'fenemos un claro ejemplo de la forma magica en Pekín, pero también en las que fueran en su origen copias provincia- les, como Kioto y Seúl. El modelo incluye significados y colores asociados a los puntos cardinales : por ejemplo, el norte era oscuro y poco propicio, una dirección contra la que había que construir un baluarte de defensa. La ciudad se dividiría, subdividiría y sub-subdividiría en retículas cada vez más peque- ñas de calles y sendas: cajas dentro de cajas. Los representantes de la jerarquía de poderes religiosos y civiles tenían sus propios lugares, sus ' 61 Teoría china Véase fig. 37 Meyer Wheatley A. Wright \ 1 • A <:OC . CENTRAL DE ARO IOTI!C 11> l

Transcript of 4. Tres teorías normativas · 2017-03-31 · Hay dos formas de escapar de él. La primera resulta...

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los apáticos documentos públicos. La política efectiva (y el diseño efectivo) actúan en los limites entre el sueño y la realidad, eslabonando las necesida­des profundas y los deseos oscuros con las experiencias y pruebas públicas. La política ciudadana debe ser general, explicita y racional, y sin embargo también concreta y apasionada. Las principales teorías normativas, que vere­mos en el capitulo siguiente, son fuertes (ya sean verdaderas o falsas) porque logran superar este escollo. Yo intentaré lo mismo.

Calvino En Ciudades Invisibles de ltalo Calvino, Marco Polo le describe al gran Kublai Khan una ciudad fantastiéa tras otra. Cada ciudad es una socie-

Ciudades invisibles dad que exagera la esencia de alg.ún problema humano, y para cada una de ellas existe una forma, brillante y sorprendentemente concebida, que llena y da forma a ese problema. Marco Polo habla del deseo y la memoria; de la diversidad y de la rutina, de lo temporal y de lo permanente, de lo muerto, lo viviente y lo nonato; de las imágenes, símbolos y mapas; de la identidad, de la ambigüedad, de los reflejos, de lo visto y lo no visto; de la armonía y de la discordia; de la justicia y de la injusticia; de laberintos, trampas e infinitudes; de la belleza y de la fealqad ; de la metamorfosis, de la destrucción, de la renovación, la continuidad, la posibilidad y del cambio. El diálogo es un gran panorama de la utopía y la cacotopia, que §X¡;¡Iora, en una fantasía maravillosa Y omnicomprensiva, las relaciones entre la gente y los espacios que ocupañ. Al final dice: "El infierno de los v1vientes no es algo que será; si es que existé~ es lo que ya tenemos aquí, el infierno en el que vivimos todos los días, que formamos al existir juntos. Hay dos formas de escapar de él. La primera resulta facil para muchos: aceptar el infierno y llegar a ser parte de él, hasta tal punto que no se sea capaz ya de verlo. El segundo es arriesgado y requiere una vigilancia y un temor constantes: buscar y aprender a reconocer qué y quié­nes en el medio del infierno no son el infierno, hacerles vivir, darles espacio".

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4. Tres teorías normativas

Si he dado a entender que hay pocas teorías normativas, no debe malinterpretarseme. La forma que debe adoptar una ciudad es una cuestión muy antigua. Y si con el término de teoría normativa nos referimos a una serie coherente de ideas sobre una forma correcta para la ciudad y sus justificacio­nes, entonces hemos de decir que existen algunas teorías así. Cada grupo de teorías se centra en alguna metafora amplia de lo que es una ciudad y de cómo funciona.

Como hemos visto, parece que las primeras ciudades surgieron como centros de ceremonias: lugares de rituales sagrados que explicaban las peligrosas fuerzas de la naturaléza y las controlaban para beneficio humano. Los campesinos mantenían voluntariamente a estas ciudades, atraídos por su poder sagrado. Una redistribución del poder y de los recursos materiales, que fueron a parar a una clase gobernante, acompañó al crecimiento de las ciudades, partiendo de estos orígenes religiosos. En el proceso de construc­ción de la estructura de poder humano, mientras se estabilizaba el orden del universo, IÓs principales instrumentos fueron el ritual religioso y la forma física de la ciudad: armas psicológicas más que físicas. El diseño de este instrumen­to atemorizador y seductor se basaba en una teoría de correspondencias mágicas.

Esta teoría establece que la forma de cualquier asentamiento perma­nente debe ser un modeJCLII@gico del universo y de los dioses. Es un medio. de -conectar a los seres humanos con aquellas grandes fuerzas y una forma de estabilizar el orden y la armonía del cosmos. Por tanto, se da un lugar perma--nente y seguro a la vida humana; el universo continúa con sus propios movimientos sagrados. Se respeta a los dioses, se evita el caos y se mantiene la estruCtura de poder humano -reyes, sacerdotes y nobleza-, y no por casualidad. Hoy dia todo esto puede parecernos una completa superstición, pero la teoría tuvo una tremenda importancia histórica. Ademas, resulta ser que nosotros los iluminados aún nos guiamos por muchas ideas semejantes. Quizas las razones de su persistencia sean algo más que la mera superstición.

Las dos ramas más desarrolladas de la teoría cósmica son las de Chin_a_y._,J,.t-a"'p:;:o:..,n. El modelo chino ha tenido una influencia enorme : regia la distribución consciente de casi todas las grandes ciudades de China, Corea, Japón y gran parte de Asia sudorienta!. 'fenemos un claro ejemplo de la forma magica en Pekín, pero también en las que fueran en su origen copias provincia­les, como Kioto y Seúl. El modelo incluye significados y colores asociados a los puntos cardinales : por ejemplo, el norte era oscuro y poco propicio, una dirección contra la que había que construir un baluarte de defensa. La ciudad se dividiría, subdividiría y sub-subdividiría en retículas cada vez más peque­ñas de calles y sendas: cajas dentro de cajas. Los representantes de la jerarquía de poderes religiosos y civiles tenían sus propios lugares, sus '

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Teoría china

Véase fig. 37 Meyer Wheatley A. Wright

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propios colores y sus propios materiales de construcción. El espacio se -dividía simétricamente a la derechqy a la;:.;;:iz"'q ::.ui~a. y esto se reflejaba..en la \ or_ganizáción del Gobierno. Los cercados, las puertas y los accesos tenían ~ funciones mágicas de protección. Estas disposiciones espaciales estaban · complementadas por una gran serie de ritos de fundación y mantenimiento de

las ciudades. Tal.como afirmaba el Li-Chi [Registro de Rituales] , una compila-..... -_ ..... ción del siglo 11 a.C. : "Lcis ritos evitan el desorden tal como los diques evitan la inundación". "'-" --~ · -- · --·- · • · • Estas ideas florecieron y dieron cuerpo a la compleja pseudocien­cia de la geomancia, que estudiaba las corrientes locales del "aliento cósmi-co", con la influencia de la topografía, los cursos de agua, los puntos cardina­les y las venas ocultas de la tierra. Esta ciencia llevó a recomendar localizaciones adecuadas para las ciudades, las tumbás y otras estructuras importantes, y también las formas de mejorar los asentamientos mediante símbolos, movi­mientos de tierra y plantaciones, atrayendo a las corrientes favorables y

• bloqueando o desviando las desfavorables . .l,!n derivado positivo de estas preocupaciones religiosas fue el gran cuidado con que se ·elegí¡;¡ el lugar del --- -- --

Teoría india asentamiento, que dio lugar a muchos aciertos. Dull - Los teóricos indios, aunque quizás hayan influido sobre muchas

Shukla menos ciudades existentes, eran aún más explícitos en las conexiones realiza-Smith das entre los dioses, los hombres, los ritos y los planos de las ciudades. Existió

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37. Planta de la nueva capital imperial de Kioto (Japón) lundada alrededor del año 800 d. C., según el prestigioso modelo chino (véase fig. 7) . Más allá de los limites de esta ilustración, un arco de montañas protege la ciudad por el norte, mientras las corrientes de agua discurren por el este, el oeste y el sur. La ciudad aparece dividida de un modo

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regular. El emperador observa mirando hacia el sur desa81mpalacio a sus barones, a-los sacerdotes y a sus gentes simétricamente dispuestas que residen a sus pies. Incluso los mercados centrales están divididos en derecha e izquierda. En fecha posterior, la ciudad creció hacia el este, abandonando el mercado occidental y dejando el viejo palacio en uno de sus costados

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38. Una mandala vasto-purusa ("residencia del espíritu del lugar") de la teoria urbanísti­ca india. Este es el modelo de la disposición de la ciudad ideal. El daimón de la purusa se ~e a~uí atrapado en el interior de una serie de cuac!rados que incluyen otros en su 1ntenor Y cada uno de estos cuadrado~ ha sido dedicado a un dios. A Brahma se le asigna el cuadrado central, rodeado por Adityas y, a su vez, rodeado por 32 Pada-devatas

una serie de textos sobre la planificación de las ciudades, los Silpasastras, que 1nd1caban cómo debía parcelarse la tierra y cómo se reducían y controla­ban las fuerzas malignas del caos. La forma típica era un manda/a una serie de anillos concéntricos divididos en cuadrados, cuyo punto más p~deroso es el centro. El cerramiento y la protección refuerza lo sagrado, y los movimientos clave son de afuera adentro, o rodeando el cerramiento sagrado en la direc­ción de las agujas del reloj .'

. La tierra es sagrada y se puede habitar una vez que se cumplen estos ntosy dtv1s1ones espaciales. Las procesiones religiosas anuales siguen. las m1smas rutas circulares y los residentes organizan la ciudad en sus mentes siguiendo el mismo esquema. Madurai, en la India es un notable ejemplo de este modelo, en el cual incluso hoy día, la forma de la ciudad los templos, los ritos, las imágenes mentales de los residentes las localizaci~nes de las actividades, las calles principales e incluso las ruta~ de los autobuses se ajustan a esta forma simbólica.

Aunque China e India nos proporcionan los ejemplos más desarro­llados del modelo cósmico, la idea básica resultaba bastante común. Los co~pleJ_cJ_S ce_ntro~ ceremoniales de_ América del nort~ y del sur, de Aslay dé Afnc_a--' ~on muaos tesltmon_tos_de_e!lo. Existen noticias de que se elaboraron

- leonas en Egq5to;-Oriente Próximo, la Roma etrusca y muchos otros sitios. El X ¡,i usodellugar Y de la forma para simbolizar y reforzar el poder ha permeado la , ¡;•civilización occidental y · ¡,·o_b!_8vlve~aú~_§y ¡:lía. La-perfécción radial éie las

'. CIUdades del Renac1m1ento constituía el símbolo del universo ordenado y ..+. matemático. El Influyente modelo barroco de la ciudad -una serie de ejes

convergentes y Eítvergenles· interconecfaaos- eraexpresión e instrumento del pode~ Y del orden. Pierre L'Enfant pudo estudiar, proyectar y comenzar a

4. Nótese la similitud con la ceremonia cristiana de la circuambulación de una iglesia en sentido de las agujas del reloj o "en sentido del sol".

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Véase fig . 38

Véase fig. 39

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Véanse figs. 40 y 41

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construir la ciudad de Washington en un tiempo tan corto, precisamente ; porque era heredero de un modelo tan bien desarrollado. 1 " 1 Cada una de estas teorías cósmicas adoptaba una perspectiva \X ·p r •-

única, de visión amplia. Mediante los mitos explicaban cómo había llegado a existir la ciudad. Demostraban por qué la ciudad funcionaba tal como lo hacia y qué problemas podían presentarse. Así, también indicaban cómo debía ser una ciudad: dónde ubicarla, cómo mejorarla o repararla. Sí se seguían estas directivas, se reforzaba el poder terreno y se daba a la gente un sentimiento de seguridad, temor y orgullo. E~ teorías de la ciudad completas y operativas, tanto funcionales como normativas. ... -

39. Plano del centro de Madurai (India), tal como se encuentra hoy en dia. Nótese el templo central, las principales calles anulares y los radiales indirectos o los capilares que hay entre ellos. La planta coincide con las procesiones espirales que tienen lugar en ciertos dias santos . Si bien la ciudad tue establecida en época anterior, este plano data de los siglos xv1 y xvu

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r 40. Escena im<!Qjnaria de una ciudad ideal tal como fue pintada por un pintor de la , Escuela de la ltali; Central errtre 149"0 y 495."t'Jfaej),"precision';"torma clara, espacio

/¡ extendido y control perfecto' los ideales renaéentistas de-la CIUdad COmoesceñiirÍODien . ~-- - - ~ ~._.., -- - .._,~---· \ aamimstrado para uso de las clases elevadas

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-Estas teorías emplean algunos conceptos formales comunes. Entre ' éstos está la linea eje de procesión y acc!l's-o; el cercado que las rodea y las

Conceptos formalo corrientes

'' puertas vigiladas ; el dominio del arriba respecto- del abajo y del grande respecto del pequeho; ~ centro sagrado; los distintos si nifcados de lo~ puntos c_erdinales, debido a sus relaciones con el sol y las estaciones (el norte es trio y el sur caliente; el este es el nacimiento y el comienzo, el oeste es la muerte y el declinar); la parrilla regular para establecer un orden omnipres§n­te ; el recurso de la organización por jerarquías; simetría bilateral como expre­sión de polaridad y de dualismo; hitos en puntos estratégicos como forma de - -controlar visiblemente territorios grandes; l'l,naturaleza sagrada de las monta-ñas las cavernas y el agua. Estos rasgos formales similares estaban reforza-, -- - -dos por rasgos institucionales semejantes: ritos religiosos regularmente repe-tidos, la organización del Gobierno, la disposición de las jerarquías sociales, el~(: vestido y la conducta de los ciudadanos, etc. El espacio y el rito son estabilíz<t- , ·. ¡\ , dores de la conducta y Sirven para umr a los seres humanos, como también a · '_, los animales. Las instituciones y las forma~ actuando e_n mutuo apoyo, tienen ._.

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41 . Plano original y foto contemporánea de Palmanova (Italia), una nueva ciudad cons­truida en 1593 para defender las fronteras del Véneto y cuyo diseñador (quizas tuera Scamozzi) siguió los preceptos renacentistas de la simetría radial ideal. Hoy, la ciudad se apiña desordenadamente en unas calles que se pierden tras el complejo sistem de bastiones. La plaza central es un gran vacío , -

65 3 - l YNCH - La buena forma

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un gran efecto psicológico y se pensaba que eran invencibles en la realidad · • un desastre debía atribuirse a algún descuido o a un fallo que había logrado introducirse en estas disposiciones. Tras estos conceptos encontramos algu­nos valores primarios : el orden, la estabilidad, el dominio, un ajuste exacto y duradero entre la acción y la forma, y ante todo, la negación del tiempo, del deterioro, de la muerte y del temible caos.

Bien, esto ya está pasado y pisado, por supuesto; es parte de las

1 eras supersticiosas disipadas por nuestra iluminada cultura. Sin embargo,

f¡ aún nos afectan estos mecanismos de rito y de_.forma. El poder todavía se -- ___ ... ,_ --- .....__..,...- -- ---1 expresa y se refuerza mediante los mismos medios: mediante un limite y una verja, una ruta de parada, un mojón, el uso de elevaciones o del tamaño,

Véase tig. 42 • simetría bilateral , o el orden regular. Las capitales se planifican con ejes , / 1 monumentales, los jueces miran a los prisioneros por encima del hombro, se 1, \ pretende que las oficinas "impresionen", las corporaciones compiten por el

\ edificio más alto. Estas cosas aún influyen sobre nosotros. ·. Incluso en el caso de que aceptemos la eficacia psicológica de

estas formas, podemos rechazarlas. Son los fríos recursos del poder, usados para hacer que algunas personas se sometan a las otras. Por tanto, ya no existirán entre nosotros, una vez hayamos eliminado el poder arbitrario. Sin embargo, también es verdad que estas formas simbólicas son atractivas (y así " funcíonañ" para los propósitos de los poderosoS) por que aluden a profundas emociones de ansiedad experimentadas por la gente. Es verdad que nos dan la sensación de seguridad, C!e estabiltdad y de continuidad, de temor y de

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- -- = • ----... -p ' -42. Entrada "principal " y entrada "de servicio" en la Beacon Hill de Boston. El entorno material expresa la dominación social que toma los signos de arriba-abajo, grande­pequeño, prominente-retirado, elaborado-liso

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orgullo. Así que también pueden usarse para expresar orgullo y afecto por una comunidad, paro hacer que la gente· se relacione con ella, para refoq:ar un sentimiento de continuidad humana o para revelar la majestad del universo.

En cualquier caso, aunq!Je descartemos el pensamiento mágico de , . la teorla, no podemos eliminar con tanta facilidad el poder pSiCológico de >(')' estos recursos. Estos ejes, cerraaos, emparrillados, centros y polaridades son ·,: funciones de una experiencia humana común y reproducen nuestras estructu-

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ras mentales: cómo nuestro aparato cognitivo aaQTiilió y adquiere la fo-rma que í tieñe. a fin de operar con éxito en el mundo real que habitamos. Portanto,s§t~~ ·' influencias son impactos realistas de la forma de las ciudades, para bien o para mal, y deben tenerse en cuenta en cualquier teoría normativa. Las piedras, los árboles viejos, las marcas del paso del tiempo, el cielo, la caverna, arriba y abajo, el norte y el sur, el eje, la procesión, el centro y el límite, todos estos son rasgos que deben encontrarse en cualquier teoría.

La ciudad como máquina

1 •

El modelo cósmico mantiene el ideal de una ciudad cristalina: estable ¡ y jerárquica, un microcosmos mágico en el cual cada parte se fusiona en un todo perfectamente ordenado. Si llega a producirse algún cambio, éste deberá producirse en el microcosmos, siguiendo algún ciclo rítmico, ordenado, sin ­modificación alguna .. EI conside~a__s:iud~d e o una '!@_g_uina práctica, por otra parte, es una concepción totalmente diferente. Ona máquina también tiene partes permanentes, pero estas partes se mueven y mueven a las demás. La máquina entera puede cambiar, aunque lo hace en forma claramente previsible, como si se moviera ininterrumpidamente por una pista predetermi­nada. La estabilidad es inherente a las partes y no al todo. Las artes son ~queñas . bien definidas. con frecuencia similares entre sí, y están mecánica­mente conectadas. El todo crece por añadidos. No tiene un significado más a,mplio: es sólo la- suma cle-slls partes. Puede· descomponerse, volver a constituirse, invertirse, se pueden reemplazar las piezas y volverá a funcionar. Es fáctico, funcional, "trio", nada mágico: Las partes son autónomas excepto por los eslabones que les han sido prescritos. Hace sólo lo que hace y nada más.

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El hecho de llamar a este modelo " maquinistico" puede inducir a errores en dos aspectos. En primer lugar, consideramos que la máquina es algo moderno, algo intrincado, impulsado por el vapor, el gas o la electricidad, confeccionado con metal brillante. Pero algunos ejemplos de máquina son . un vagón, un cepillo de pozo, un molino o un patín. La metáfora de la ciudad ' como máquina no es una concepción moderna, aunque parece ser la que triunfa hoy día. Sus raíces se remontan al pasado, ca sí tan atrás como las del , modelo cósmico. En segundo lugar, para aquellos que se unen al airado coro que protesta contra la tecnología, la propia palabra " máquina" puede evocar matices de inhumanidad. No pretendo llegar a tales juicios.

Este modelo fue especialment~_útil cuando se trataba de asenta­mientos provisorios, o que tenían que ser construidos con prisas, o que se construían para fines claros, limitados y prácticos, como podemos observar en tantas fundaciones coloniales. El ~bjetivo ti pico era el_l"epart() rápjdo de las tierras y de los recursos y el proporcionar un acceso bien distribuido a las mismas. A esto podemos añadir la defensa, o quizás la especulación del suelo. La forma de una ciudad es una manera de continuar con ello, a fin de construir un escenario para otras actividades, más importantes, y de modo tal que se pueden cambiar las partes y sus relaciones sin temor a unas consecuencias remotas. Unas ¡:¡ocas y simples reglas de trazado nos permiten enfrentarnos a circunstancias nuevas y complicadas de un modo rápido y eficaz.

Hemos visto cómo las colonias griegas (pero no las ciudades­madre) de los siglos IV y v a.C. usaron el común trazado per strigas de bloques largos y estrechos; en ocasiones, lo imj)usierori'en un erreno muy accidenta­do. Las murallas defensivas, mientras tanto, se adecúan a la forma del terreno en el cual se prevé el ataque, y su trazado es bastante independiente de la pauta repetitiva de bloques. El campamento de trabajo egipcio de Kahun

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El uso en las ciuda­des coloniales

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Véase fig. 43 Véase fig. 44

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(ca. 1900 a.C.) es un ejemplo aún mas temprano de tal ciudad, construida en ocasión de la edificación de la piramide, a fin de proporcionar viviendas para los trabajadores y sus supervisores.

El planosegular del cam¡:¡am~gto militar..r.oman~s de sobra conoci­do. Cardoyaecu/T)an_us se cruzan entre cuatro puertas abiertas en un cuadra-

o regarar. Podía establecerse por ·el-·des·cans<Jde una sola noche y, sin embargo, también servía para el trazado de una ciudad permanente. El plano es la base del trazado del centro de muchas ciudades europeas. Quizas no sea tan conocido el hecho de que la mayoría de las nuevas ciudades medieva­les -y hubo muchas fundaciones en los siglos XII y XIII - también usaban

43. Plano de la ciudad egipcia de Kahun, construida alrededor del año 3000 a. C. para albergar a los trabajadores y a los supervisores que construyeron la pirámide de lllahun. Se trataba ésta de una ciudad planificada y rápidamente construida. Nótense el control del acceso y la separación de las dos clases de residentes

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44 . .P ano.de Timgad, colonia romana fundada por el emperador Trajano alrededor del año 11 O d. C. para los veteranos de la 111 Legión. Sus misiones eran contribuir al -- . mantenimiento de las conquistas romanas del norte de Africa y "civilizar" a los berebe-res. La ciudad forma un cuadrado de 350 metros de lado y fue planificada como un campamento romano, con su cardo y su decumanus cruzándose en el centro. Obsérven­se el desarrollo urbano posterior que tuvo lugar en los bordes de la ciudad, asi como la inutilización y subsiguiente traslado de la entrada sur. Los bereberes destruyeron Timgad antes del año 535

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45. Vista aérea vertical de la ciudad "bastida" de Santa Fe, cerca de Granada (España), fundada en 1492 para albergar a los sitiadores que iban a llevar a cabo el ataque final a los musulmanes españoles. Cuando se les presentó una oportunidad, los planificadores Úrbanos medievales utilizaron formas geométricas, Estas experiencias en planificación de nuevas ciudades abrieron camino a las Leyes de Indias que tanta influencia posterior -ejercieron --

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46. El "Plan de Comisionados", realizado en 1811 para Nueva York y que iba a guiar todo el desarrollo futuro de la isla de Manhattan. Este plan mecánico, vasto en lo que respecta a extensión y descuidado en lo tocante a topografia, se encargó debido a la necesidad de dejar espacio-parifláS'calles futuras y de clarificar los titules de· propiedad después de la Revolución ·- ·

divisiones simples, regulares y rectangulares para las manzanas y las paree- , las. Aunque nos imaginemos que las ciudades medievales eran irregulares, pintorescas y "organicas", los reyes y los burgueses construían asentamien­tos bastante re.gulares _y p¡acticos cuando podían.

Esta ·experiencia medieval lleycrála proclamación de las Leyes de l~dias en 1573, según las cuales el emperador español daba directrices para la construcción de las nuevas ciudades de América. Estas disposiciones rigieron la fundación de cientos de ciudades en un periodo de 250 años. Las leyes regulaban la selección del lugar, el trazado de un ordenado reticulado a base de cuadrados formados por calles y manzanas, su orientación. la forma de la plaza central (que debía estar rodeada de edificios públicos y de las casas de los ricos), la segregación de las actividades perniciosas, la forma de la muralla, la disposición de las tierras comunes, la distribución de las parce-

r • las en la ciudad y en el campo, e incluso el estilo uniforme de los edificios. No • se trataba de magia, sino de un manual practico. Cada disposición estaba . justificada, y el modelo podía llevarse a efecto con gran rapidez. · Las ciudades en trazado en retícula d~os Dñiao motivadas por la especulación y la distribución deJ.terteJlQ, nos res u _tan ya familiares como ejemplos del mismo tipo de modelo. El informe de losencargadosq¡:¡e¡iñ --· --· - --

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Véase fig . 45

Leyes de Indias

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Véase fig. 46

Valores de la máquina

Le Corbusier

Collins 1968 Véase fig. 4 7

Chambless

Miljutin

Cook Y. Friedman

Véase fig. 48

Las ciudades como cosas vivas

~ . 1

1811 trazaron la ciudad de Nueva York sobre Washington Square constituye una manifestación lúcida de los motivos de este tipo de diseño. Comparemos una de estas declaraciones con la doctrina cósmica: "No podiamos sino recordar que una ciudad debe componerse principalmente de habitaciones para los seres humanos, y que las casas de lados rectos y en ángulo recto son las más baratas de construir, como también las más convenientes para vivir. El efecto de estas reflexiones sencillas y simples fue decisivo".

El modelo maquinistico no es simplemente la aplicación de un - -- -- - ---- ---~

• trazado en retícula (en realidad, las retículas también constituian un rasgo . esencial defmol:leloriflígiCO chinÓ), sino antes bien, un enfoque característico ' - ' ' ·sobre las partes y los todos y su función. Es el modelo que subyace a la Ciudad

. -

Radial de Le Corbusier, que a primera vista parece tener una forma tan • diferente. Según este modelo, una ciudad está constituida por pequeñas partes autónomas, indiferenciadas, conectadas entre si para conformar una gran máquina que, en contraste, tiene funciones y movimientos claramente diferenciados. La máquina es poderosa y bella, pero no es una obra mágica ni un espejo del universo. Es ella misma (aunque también pueda usar algunos de los recursos familiares del tamaño, dominio y axialidad para subrayar el poder de las veloces máquinas o de las corporaciones de negocios).

En forma mucho más liberal y humana, este modelo maquinistico también aparece en la obra de Arturo Soria y Mata, (:freocupad.o por la salud, el éspaéio libre, las viviendas baratas y un fáclracceso para la gente de recursos

¡ escasos. De hecho, la forma lineal que defendía es una excelente forma mecánica, que parece conservar su carácter pese a extenderse al infinito. Se

.. pueden ver rasgos de esta idea en la Roadtown de Edgar Chambless, en la obra de Le Corbusier y, en forma más completa, en las ciudades ideales de Miljutin. El Sosgorod es una expresión muy clara de la idea maquinistica, llevada a su extremo, casi hasta la caricatura, aunque la intención fuera seria. Compara la ciudad con una central energética o a una linea de montaje. Se centra en el transporte, en la separación ordenada de las actividades, los procesos de producción y la salud de los trabajadores, que son el factor clave en este proceso: simplicidad, economia, buena salud, orden, partes autóno­mas; los niños deberán estar separados de los adultos; no se permitirá(] las camas dobles, ni "trapos sucios" en las ventanas.

La idea maquinistica todavía está viva en las atrevidas concepcio­nes de Archigram, de Soleri y de Friedman, por muy distintas que sean las formas particulares que emplean; pero. también podemos detectarla en los poderosos conceptos del análisis de sistemas, que conciben el mundo como una serie de partes distintas conectadas por eslabones dinámicos bien defini­dos, como un gran aeroplano. En términos menos rimbombantes, el modelo maquinistico constituye la base de la mªyoria de los enfoques que damos a la -ciudad: nuestra práctica de subdivisión del terreno, de control de tráfico, los -códigos para instalaciones, para sanidad y para construcción, la división en

1 zonas. Los motivos que se citan son la equidad en las asignaciones, el buen acceso, una amplia gama de elecciones posibles, funciones técnicas sin problemas, eficacia productiva, bienestar material, salud física y la autonomía de las partes (que significa libertad individual, pero también la libertad de explotar el espacio y de especular con él). Estos motivos, discutibles pero sin duda alguna nada despreciables, encajan fácilmente en el concepto maquinis­ta. Además, la máquina, con sus partes divisibles, puede analizarse y mejorar­se por partes, con gran economía de esfuerzos.

La racionalidad explicita, con todas sus ventajas y todos sus peli­gros, ha alcanzado aquí su máxima expresión. Nos preguntamos, por supues­to, si las ciudades no son algo más que esto. ¿Es más lógico concebir una ciudad como una máquina -un ingenio compuesto de partes rígidas que transmiten tuerza y movimiento (e información, añadiríamos hoy día) a fin de realizar un trabajo-, que como un simbolo cósmico? Sin embargo, la idea tiene sus ventajas, especialmente por la división rápida y equitativa del espacio o para la administración del flujo de bienes y de gente. Los trazados en forma de

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47. ELsLtbU · omenzado por Arturo Saria y Mata en 1894. La propuesta se situaba entre dos importantes vías ra ia es e a n y estaba pensado para que rodease toda la ciudad. Cada uno de Jos bloques que aqui aparecen contiene unas veinte parcelas para casas pequeñas con su jardin . Los servicios locales están situados ~

siguiendo el paseo arbolado central, por el que circulaba una linea privada de tranvias que conectaba con las lineas que conducían al centro de la ciudad. Este suburbio debia ofrecer viviendas baratas e higiénicas a gentes con un nivel adquisitivo bajo. La compa­ñia gestora funcionó satisfactoriamente hasta la época de Franco y la idea se hizo muy popular debido al fuerte movimiento en pro de las ciudades lineales que originó

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48. Proyecto de Yana Friedman de 1958 para una ciudad en parrilla elevada que debía ser construida so15f!l una ciudad antigua. Con este proyecto"se cubreri'Jas necestaades' derivaaa's del crecimiento:~creariaó'Seun nuevo hábitat sin desplazar por ello a Jos antiguos residentes. El dibujo es luminoso; la idea que tras él subyace, te deja helado

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,

parril a(bi y tridimensionales) y las formas lineales tienen muchas caracte[íS ¡. cas útiles en determinadas situaciones. La preservación de la autonomía de las partes nos permite mantener la· libertad y la adaptabilidad (¿y quizás también la alienación?). El pensamiento parcial, analítico, es una estrategia útil para abarcar entiqades 1;0rújj!eJas. -- --- ~

Estas ventajas suelen ir acompañadas de una presión a favor de la estandarización, de una tendencia al aislamiento, que no es nada humana. La Ciudad Radial de Le Corbusier o la Babeldiga de Soleri son sitios enajenantes. Las separaciones, la exagerada simplificación, la pura estética de la máquina en funcionamiento parecen frias y repelentes si nos imaginamos viviendo én estos lugares ideales. Se fundamentan en una concepción de la ciudad que parece ser básicamente errónea. Incluso si dejamos de lado nuestras preven­ciones sociales, psicológicas y ecológicas, lo que queda -el entorno edificado aún en sus aspectos más prácticos y funcionales- rara vez es una máquina compuesta, confeccionada con un único objetivo explicito. Además, la metáfo­ra maquinistica oculta con frecuencia una forma de dominio social que, Simplemente, es menos visible que el abierto despliegue de poder en la ciudad cósmica.

. §_!;lrcer gran modelo normativo es mucho má§_reciente, aunque ex1ste hace ya dos s1glos. Se trata de la noción de que se puede concebir la ciudad como un organismo;-una idea que surgió con el auge de la biología en los siglos XVIII y XIX. Fue una expresi6n de la reacción del siglo XIX frente a las tensiones de la industrialización, las gigantescas nuevas urbes y los saltos sin precedentes que se producían en la tecnología. La fuerza de esta corriente persiste aún hoy día, tal como se evidencia en la influencia política cada vez mayor de las ideas ecológicas o en las escaramuzas académicas para incluir la cultura humana en el reciente campo de la sociobiologia. Aunque el modelo orgánico, en realidad, haya influido en la construcción de una cantidad de asentamientos muy inferior a la de las dos doctrinas precedentes, es la P.erspectiva más difundida entre los profesionales de la planificación, en la actualidad, y dla a---ala aumenta el número de profanos que adoptan esta posición .

..§_i__linalmente acabo por hacer algunas criticas a este modelo ---· ··- ' también debo admitir que lo he empleado durante mucho tiempo -Y que la-mento que el mundo no sea de este modo.

Características del Si una ciudad es un or_ganis.mo entonces tiene algunos rasgos organismo característiCOS que distinguen a las criaturas vivas de las máquinas. l.Jn

organismo es un individuo autón9mo con limitew .. JamañQ definidos. -N.o ·carñoia de tarrrarrO::SI'ii'if¡Je"ITiente· exter1diéñdoséo hinchándose, o mediante un ilimitado añadido de partes, sino que reorganiza su forma al cambiar de tamaño, y alcanza límites o umbrales donde el cambio de forma es radical. A _ _!Jnque tiene un marcado límite exterior, no es tan fácil dividirlo internamente. Tiene partes diferenciadas, pero estas pa.rtes están en estrec"h;; · contacto _entre si y quizás no tienen límites definidos. Funcionan juntas y se influencian

V •

1' entre si de forma sulí[ La fom1a y la uñcic)n están indisolublemente ligadas, y la función del todo es compleja, ya que ñopuede éómprendersesólo por conocer la naturaleza de las partes, puesto que las partes que funcionan juntas son muy diferentes a la mera suma de las partes. Todo el organismo es dinámico, pero se trata de un dinamismo homeostático: los ajustes internos tienden a hacer volver al organismo a un estado de equilibrio siempre que es perturbado por alguna fuerza externa. Asi pues, es autorregulador. También se organiza a si mismo. Se autorrepara, produce nuevos individuos y se somete a un ciclo de nacimiento, crecimiento, madurez y muerte. La acción rítmica Y cíclica es normal, desde el propio ciclo de vida a los latidos del corazón, la respiración y los impulsos nerviosos. Los organismos son teleológi­cos. Pueden enfermar o estar sanos o sufrir tensiones. Deben comprenderse como todos dinámicos. Nuestra observación de tales entes está acompañada de sentimientos de asombro y de afecto.

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'

Este concepto de organismo biológico es relativamente nuevo. Se desarrolló en el siglo XVIII pero fue formulado por vez primera de manera complela en la obra de Ernest Haeckel y de Herbert Spencer en el_ siglo XIX. La aplicación de esta-image-n a los asentamientos humanos fue una perspectiva nueva que parecía explicar muchas de las antenores mcógmtas, u!:!a perspec· tiva que reforzaba muchos preceptos normativos previos que parecían intuiti ­vamente correctos. Muchas de las ideas reunidas en este modelo tenían • antecedentes más remotos: en el pensamiento utópico, en los paisajes románti­cos, en la obra de los reformadores sociales, de los naturalistas y de los devotos estudiantes de las regiones. Algunos gigantes crearon la teoría orgáni­éa del asentamiento en el siglo XIX y llevaron a cabo su desarrollo en el siglo xx : hombres como Patrick Geddes y su sucesor Lewis Mumford; Frederick Law Olmsted, el arquitecto paisajista norteamericano; el reformador socialista Ebenezer Howard ; los regionalistas como Howard Odum y Berton MacKaye ; Clarence Perry, que postuló la idea de la unidad vecinal; brtur Glikson, el ecologista que soñaba con las comunidades humanas y los paisajes regiona­les como todos armoniosos, y algunos proyectistas que aplicaron en detalle estas ideas, como Henry Wright y Raymond Unwin.

Sus escritos y sus proyectos son todavía la base clásica en la formación sobre la planificación física, aunque frecuentemente en forma diluida y de segunda mano. Si bien estos textos comienzan a considerarse algo pasados de moda en las escuelas "de vanguardia", las ideas que contie­nen se extienden cada vez con mayor amplitud y profundidad en el resto del • mundo. Fueron primordiales en las nuevas ciudades inglesas, las ciudades del cinturón verde de Estados Unidos, y en la mayoría de las ciudades modernas de reciente construcción de todo el mundo, aunque en ocasiones no pasara de una mera declaración teórica. El modelo adquirió una forma desarrollada en la nueva ciudad de Tapiola, en Finlandia, en lo que fuera Bedford Park y el suburbio de Hampstead Garden en Inglaterra, y en Radburn..)' Chatham Village en Estados Unidos .• Ha sido reforzado por la reciente aplica­ción de la ecologia a los negocios públicos. Sus ideas básicas están implícitas en la mayoría de las discusiones públicas sobre la forma urbana, y han influenciado incluso a ejemplos nominalmente tan opuestos como Chandl: garh y Brasilia.

El primer principio es que cada comunidad deberla ser una unidad social y espacial separada, tan autónomacomo sea posible. Internamente, sin embargo, sus lugares y su gente deberían tener un alto grado de interdepen­dencia. El modelo orgánico subraya la cooperación que sirve de soporte a la sociedad: en contraste con la visión de la sociedad como lucha competitiva. a forma y la función de cada una de las partes internas deberían estar fusiona­das, mientras que cada parte en si misma se diferencia claramente de otras partes internas con otras funciones. Un lugar dedicado a la producción debe tener aspecto de ello, y debe ser distinto y estar ubicado en otro lugar que un sitio en el que se duerme. La comunidad debe constituir un todo, tanto aparentemente como en realidad. Debe tener un tamaño óptimo, superado el cual llega a ser patológico.

En el interior, la comunidad saludable debe ser .heterogénea. Hay mezcla de gentes y lúgares distintos, y esta mezcla tiene unas prQporcion_es óptimas, un "equilibrio". Las partes están en constante intercambio entre si, participando mutuamente en la función total de la comunidad. Pero estas - .~

partes, al ser diferentes, deben desempeñar papeles diferentes. No son igua-les ni repetitivas, sino diversas, y se apoyan entre si en su diversidad. Con frecuencia se toma como modelo a la iamilia nuclear, con sus roles de apoyo diferenciados (y también sus desigualdades). En general, la organización interna de un asentamiento deberla ser una jerarquía -un árbol ramificado­con unidades que incluyan subunidades, que a su vez incluyen sub-subunida­des, etc. Como las células vivas, cada unidad tiene sus propios limites y su propio centro, y están relacionados entre si. La "unidad vecinal " o pequeña zona residencial que incluye los servicios de apoyo que están en un uso diario

73 __ ..... ________________ __ --

Aplicación do la t u ria orgánica

Geddes Glikson Mumford 1938 Saarinen

Véase fig. 49

1 NVt.

Véase hg. 50

Hertzen Stein 1951

Postulados d 1 1 11

ria orgánica

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1

constante, es un concepto clave en la organización de la ciudad. Existen funciones superiores e inferiores.

Los asentamientos nacen y llegan a la madurez, como los organis­mos (a diferencia de los organismos, sin embargo, no deberían morir) . Las funciones son rítmicas, y la comunidad saludable es estable por virtud del mantenimiento de su equilibrio dinámico y homeostático. Las sociedades y los recursos se conservan permanentemente mediante estos ciclos y este equil i­brio ininterrumpido. Si es necesario un crecimiento en extensión, debe produ­cirse dando nacimiento a nuevas colonias. El estado óptimo es la etapa de clímax ecológico, con una máxima diversidad de elementos, un empleo eficien­te de la energía que atraviesa el sistema y un reciclaje continuo del material.

49. Plano original y fotografia contemporánea del suburbio residencial de Riverside (lllinois), tal,s¡Ql!J.Q fue <¡\!,~9.Por.f.n;~erick Law o rms!'eiíeñ11l'1r9-para Üna prdrif6!(}­~ubicación iba a ser el lugar donde el ferrocarril (f¡.-tlUilin.g on cruzaBa el nB'" Desplalnes, aias aíueras de Chicago. Las calles arboladas ondulan a la manera romantica y las" casas l!jlarecelT'fetrañqueadas con respecto a la calle. Hay un parque que va siguiendo el rio y pequeños parques en los cruces de carreteras

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50. Plano de.Qreenbelt (~~!)!lar:td) en 1937, cuando albergaba unas 2800 personas en casaf en hilera de dos plantas y en apartamentos de tres alturas. Las supermanzanas ondulantes se adaptan al terreno y acunan al centro comunitario. Se trataba éste de un acertado experimento de zona residencial a base de viviendas modestas de protección oficial, si bien el cinturón verde que la rodeaba fue vendido posteriormente a los promotores

Los asentamientos enferman cuando se descompone el equilibrio, cuando la r mezcla óptima degenera hasta la homogeneidad, el crecimiento rompe sus

- ~- --- - - -... - _,,._ . límites, falla el reciclaje, la§Jli\rt_e_~ s~ des-diferencian o se· interrumpe la

a utorreparación. La enfermedad es infecciosa y puede extenderse si no se trata o se extirpa.

Existen ciertas formas físicas asociadas con estas ideas: los traza- Valores orgánicos dos radiales ; las unidades limitadas; los cinturones verdes; los centros locali-zados; los trazados románticos, antigeométricos; las formas de curvas irregu-lares, "orgánicas"; los materiales "naturales" (lo que significa, o bien materiales tradicionales o bien materiales poco procesados); viviendas de densidad moderada o baja; una proximidad visible a la tierra, a las plantas y a los animales; abundancia de espacio verde. El arbol es el modelo admirado, en vez de la maquina. En algunas exposiciones burdas de la teoría, las partes de la ciudad se consideran explícitamente analogas a las funciones animales:

' respiraciones, circulación de la sangre, digestión y transmisión de impulsos nerviosos. Los servicios humanos, la producción artesanal o las actividades tradicionales, realizadas al aire libre, o en los primeros estadios de la produc­ción en cadena, se aprecian mas que la producción a gran escala, automatiza­da, muy sintética. Existe una gran nostalgia por los ambientes rurales y la pequeña comunidad del pasado. Se deben conservar los hitos históricos. Las irregularidades o las peculiaridades de un paisaje son algo de lo que debemos alegrarnos y a lo que debemos responder.

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Dado que hemos apiñado aqui toda una serie de ideas que se agrupan en torno al modelo orgánico de asentamiento, inevitablemente debe­mos haber hecho alguna injusticia con algún aspecto del pensamiento de cada uno de los contribuyentes. No obstante, es una serie de conceptos notablemente coherentes y autónomos, cuyos valores primordiales son Ja comunidad, la continuidad, la salud, el buen funcionamiento, la seguridad, la "calidez" y el "equilibrio", la interacción de las distintas partes, los ciclos ordenados y un desarrollo progresivo, escala Intima, y una proximidad al universo "natural" (es decir, no humano) . No es sólo una gran reglamentación para las ciudades, sino también una explicación parcial de su génesis y de su función (o más bien, de las razones de su fracaso y mal funcionamiento). Ha

Stretton 1971 tenido una larga y profunda influencia intelectual en la planificación. Aunque se la ha atacado y desacreditado parcialmente en muchas ocasiones, no ha surgido otra teoría de aceptación general que la reemplazara. Todavía rige la 1 planificación urbana y la politica oficial respecto a las ciudades, al menos

l como retórica, si no de otra forma. Aunque finalmente debemos criticar mu­chas de las principales ideas de esta teoría, hay en ella muchos elementos

'- clarificadores.

Problemas de la teo- La dificultad básica es la propia analogía. Las ciudades no son ría orgánica organismos, como tampoco son máquinas, y tal vez aún menos. No crec"Emm

cambian' por si mismas, ni se reproducen ni se reparan por su cüéñta. No son - ,.__ "~ _,.._ ... entidades autónomas, no atraviesan ciclos de vida ni se mfectan. No tienen partes funcionales claramente diferenc~ia as, como IOsórgiíños de los anima­les. Es bastante fácil rechazar las partes más groseras de la analogía: que las

/ calles son arterias, los parques son pulmones, las lineas de comunicación los nervios, las cloacas el colon, el centro de la ciudad el corazón que bombea la sangre del tráfico a través de las arterias y las oficinas (en que nos apiñamos las personas de negocios, los empleados y los intelectuales) son el cerebro. Pero es más dificil, y más importante, ver la inadecuación fundamental de la metáfora y cómo nos lleva involuntariamente a aislar las viviendas de baja calidad para impedir su extensión "infecciosa", a buscar un tamaño óptimo, a bloquear el crecimiento continuo, a separar los usos, a luchar por mantener los cinturones verdes, para suprimir los centros en competencia, para impedir un "desparramo informe", etc. A veces, en algunos Jugares, estas acciones pueden estar justificadas, pero la justificación depende de otras razones que no son las "orgánicas", que se limitan a entorpecemos la visión.

Si eliminamos la metáfora central, quedan aún muchas ideas, aun­que ya no estén enmarcadas en una estructura tan coherente. Algunas de ellas, como el conservadurismo superficial, la nostalgia por un pasado irreal, pueden eliminarse fácilmente. Lo mismo cabe decir de la preferencia automáti­ca por las formas "orgánicas". El uso de curvas tiene consecuencias visuales que están bastante lejos de recordarnos a los órganos o a los animales. Las analogías individuales con determinadas formas orgánicas pueden ser claves útiles para llegar a nuevas ideas sobre la estructura de los edificios o la función de los sistemas hidráulicos o aerodinámicos. Lo mismo podemos decir de las formas cristalinas. Ninguna de ellas es indiscriminadamente útil.

Jerarquía y autarquía Sin em~bargo , hay otros conceptos or_gánicos que deben tomarse mª~ en_ serio. la idea de jerarquía; por ejemplo, que parece una forma tan natural e inevitable de organizar la complejidad, y que puede verse en la disposición de los árboles y de otros organismos, no es una gran ley de la naturaleza. Es una pauta común de organización social en Jos animales y en Jos insectos, donde mantiene la acción coherente de una unidad pequeña

1 1 .. -

frente a una desgracia predecible. Es empleada por los reyes, Jos generales y Jos presidentes para mantener el control en grandes organizaciones huma­nas, aunque con menor grado de éxito ... Frecuentemente se desarrollan redes ' sociales informales para subvertiría. Es una forma de imagen que coincide con~ la estructura de nuestros cerebros -como Jos dualismos o los limites- un • recurso mental basado en un largo desarrollo evolutivo.

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Pero es dificil mantener lajerarquia en organizaciones muy comple-. como las ciudades. Es perjudicial para el cu~rso normal de las interaccio-JaS, N h f . " 1 ñes humanas, siempre que se impone a la fuerza. ? _ ay unc1ones ~ e eva-das" y "bajas" en las ciudades o, al menos, no debería haberlas. Los elementos

subelementos no se limitan a si mismos. El llegar a algUien o a algun serviCIO Y ubiendo y bajando las lineas ramificadas de una jerarquía resulta muy ~aborioso, a menos que todas las relaciones estén extremadamente centraliza­das y estandarizadas. La jerarquía sirve principalmente para clasificar Y ca talo- r gar. se mantiene costosamente en algunas orgamzac1ones formales autonta­rias, donde Jos puntos sobre Jos que gira esta red de comunicación formal son las claves del control. A escala de la ciudad, la jerarquía no para de volver al -desorden, o de dar origen a un orden nuevo. Al carecer de otros esquemas conceptuales, nos resulta difícil descartar este modelo " obvio" .

Incluso el principio de partes claramente diferenciadas, que tanto alivio nos ocasiona cuando proyectamos un asentamiento, puede tener conse­c'uencias perjudiciales. Hay muy contados elementos del complejo que consti­luye la ciudad que sean órganos separables con limites precisos. Las tran­siciones difuminadas son uno de los rasgos máscomunes, y las ambigüedades son importantes, por las oportunidades de elección, flexibilidad o porque 'ev;can significados complejos. La imposición é:le un limite preciso suele reducir la accesibilidad o sirve para realzar la importancia ~ocia l. Los limites se mantienen esforzadamente. Nuestra tendencia a tales separaciones ha tenido graves consecuencias.

Por Jo general, es verdad que la pequeña comunidad residencial (pero mucho más pequeña que la que comúnmente se prescribe) desempeña un importante papel en la vida de la ciudad, y que también.tLay comunidades ñlá.s grandes que actúan, que suelen ser las políticas. Pero. hoy dia no existen comunidades autónomas, ni pueden volver a serlo, sin sufrir severas pérdidas éñ su seguridad, libertad y bienestar. No encajan bien entre si ; no están éiaramente definidas; hay pocas vidas que estén enteramente contenidas en

; ~ -- ~ ~ -- -ellas; muchas vidas les escapan por completo. La autarquía social o económi-cano puede recomendarse como ideal contemporáneo. En realidad, la jerar­quía y la autonomía son por esencia conceptos antitéticos, aunque ambos sean importantes en la teoría orgánica.

El tamaño óptimo de la ciudad también parece ser un concepto poco claro. Nadie ha podido confirmarlo, y la cifra aceptadaoscila (y tiende· a­aumentar) . Es verdad que las cualidades del entornocambíari-con un aumento o- Ü-na reducción de escala, y es de suponer que también cambiarán las formas. Hay valores importantes en lo 12equeño (un jardín familiar) y también en lo grandé (un- grañ parque). Pero el tema es complicado. Es muy probable que existan umbrales (como una densidad que requiera la existencia de una red de cloacas) que exijan una nueva estrategia de urbanización, más que limites absolutos. Por desgracia, los distintos umbrales no ocurren en Jos mismos puntos del crecimiento, de modo que el efecto que componen en su conjunto queda difuminado. Es probable que sea más importante una mejor comprensión de Jos efectos concretos en distintos niveles de la escala, y especialmente de la importancia de la tasa de crecimiento, que la búsqueda tradicional de un tamaño óptimo. Volveremos a tratar este tema en los capítu-los 13 y 14. ·

Las ciudades estables .:..incluso si nos referimos a una estabilidad dinámica, homeostática- parecen algo veletas. Las ciudades_ cambian conti­nuamente, y este cambio no es meramente un progreso inevitable hacia la madurez. El clímax ecológico no parece ser una comparación adecuada. En lugar de ser comunidades de organismos irreflexivos que siguen una suce­sión inevitable hasta que tropiezan con algún limite férreo, las ciudades son producto de seres que pueden aprender. La cultura estabiliza y desestabiliza el sistema de hábitat, y no está demasiado claro que queramos cambiar esta situación. Un estado de climax no es manifiestamente mejor que ningún otro . Nunca se ha mantenido un clímax estable, en los últimos siglos al menos.

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1

Escala y establlld el

El afecto por la naturaleza y el deseo de estar cerca de cosas ¡- naturales y vivas son sentimientos muy _generalizados en el mundo de la

1 ciudad: Los asentamientos construidos según las leyes orgánicas nos resultan atractivos principalmente porque nos permiten tener este contacto estrecho.

¡ Sin embargo, rll.§lllta me~s s~ible r.¡ue lo natural sea lo no hum~o, y g_u~ cuanto más se aleje uno de la gente y de la civilización, tanto más natural se

ij vuelve. Siguiendo esta regla, el desierto es más natural que un campamento de cazadores, el campamento de cazadores más natural que la granja, la granja más natural que la ciudad. Pero la gente y sus ciudades son fenómenos

, tan naturales como los árboles,.Jos""'arroyós, ros ñiéicis-y las ·sendas de los ·ciervos. Es fundamental que lleguemos a considerarnos como parte integral

~ · de la to.talidad de los seres vivos. Valores de la visiÓ·~'\ An e todQ.,_ quizás, la contribución más importante de la teoria orgáni-

totalizadora ca seá esta idea holística: la costumbre de considerar un asentamiento como­un todo con varias funcioQes, cuyos diversos elementtrs\ aunqrre-estfietamen­Íe no sean separables) están en constante intercambio, sirviéndose de apoyo, y donde el proceso y la forma son indivisibles. Esta idea y las emociones que

l suelen acompañarla, la maravilla y el placer experimentados ante la diversidad )¡ y los enlaces sutiles representan un enorme adelanto respecto a los modelos

,. • ; que la éomparan a un cristal eterno 'o-a una simple máquina. El modelo seria todavía más adecuado si pudiera librarse de sus obsesiones por las compara­ciones con las plantas y con los animales, por los limites, las estabilidades, los umbrales, las jerarquías, las autarquías y las inevitables respuestas biológi­cas. La incorporación de los objetivos y de la cultura, y especialmente de la "' - . -.. --capacidad de aprender y de cambiar, podrían proporcionarnos un modelo de éiudad mucho más coherente y defendible.

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J p f h

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s. Pero, ¿es posible una teoría normativa general?

Mientras que las teorías sobre el origen, el desarrollo y el funciona-lento de las ciudades están desarrollándose y cambiando, y mientras que la

~orla del proceso de planificación (la teoría de decisiones) está bastante elaborada, no disponemos de una teoría normativa contemporánea adecuada sobre la forma de las ciudades. Están los dogmas y las op1mones, pero no existe ningún esfuerzo sistemático para enunciar las relaciones generales entre la forma de un lugar y sus valores. Si tenemos algunos fundamentos para éomprender qué son las ciudades, prácticamente no tenemos ninguna base racional para decidir qué deben ser, a pesar de estar mundados de cnt1cas y de propuestas. . .

Los sueños de las ciudades utópicau arecen vemr PEU1J.0.9Una parte e !_ a ninguna parte. GisteónéOsrevolucionarios ti~r::en poc~_idea de qué debería_~r una ciud_ad, una vez que se lleve a e ecto la revolución. Los planificadores " científicos" dejan de lado todas estas !antenas. Se centran en cómo cambian las cosas actualmente y cómo debemos mamobrar para sobrevi­vir en el contexto actual. Y sin embargo, sus formulaciones también están cargadas de valores que ni siquiera han examinado. Los profesionales propo­nen soluciones factibles de alcance modesto para los problemas f1s1cos con los que están en inmediato contacto. Rara vez tienen tiempo de pensar en la lógica de las soluciones. Si una de estas soluciones es adecuada en un momento, lugar o cultura determinados, pronto será mal aplicada en otro. Los modelos de diseño de las ciudades tienen ganancias pequeñas.

Quizás estas limitaciones sean inevitables. Tal vez simplem~nt~o sea posible crear una teoría normativa sobre la forma áe la ciudad. Existe una cierta cantidad de razones que justificarían esta imposibilidad, y es mejor que l as enunciemos explicita mente, de forma que podamos rebatirlas también en forma explicita. He experimentado personalmente muchas de estas dudas en un momento u otro al ir desarrollando estas ideas en el correr de los años. He

' aquí, pues, mi posición actual.

Objeción 1. La forma física no desempeña ningún papel significati­vo en la satisfacCión de los valores humáños .irriportantes, que se refieren a ñuestras relaciones· con otras personas. (>:¡,e~p:"ue"'d"'e"--"ser de_sgrªciad_o_en un paraíso isleño y feliz en un suburbio degradado.

'~-- - Nadie puedeñegar el papeTfunda riíéntal de las relaciones sociales o del carácter individual para alcanzar la satisfacción. Tampoco se puede

' negar el papel de algunas condiciones físicas extremas, como la falta de oxigeno o la carencia de una superficie plana en la que apoyarse. Los objeto-

', res replicarían que estas condiciones extremas, aunque obvias, siguen sien­' do irrelevantes porque rara vez ocurren. Las alternativas físicas sobre las que · decidimos en las ciudades reales tienen un espacio mucho más reducido.

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La forma no tiene im­portancia fuera de la ciudad