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EXPOSICIÓN PERMANENTE 424 La exposición permanente, asociada al plan de usos solici- tado por la Consejería, musealizará, por un lado, la Prehistoria de Andalucía -ubicada en la planta sótano- con un hilo conductor que se ha denominado Paisajes Milenarios y por otro, los bienes objeto de la tutela de esta institución, así como el territorio en el que se ubican, en la planta baja del edificio. Esta última exposición denominada Antequera Milenaria se ha dividido en dos grandes áreas temáticas: 1. Sala de la Peña. Esta sala se dedicará a explicar la evo- lución del poblamiento humano en las Tierras de Antequera. 2. Sala de Menga. Esta segunda sala de la exposición esta- rá dedicada a dar apoyo museológico a la visita de los dól- menes de Viera, Menga y El Romeral. MUSEALIZACIÓN Y EXPOSICIÓN PERMANENTE DE LA PREHISTORIA DE LAS TIERRAS DE ANTEQUERA: ANTEQUERA MILENARIA Se presenta aquí el programa museológico de la exposición permanente Antequera Milenaria con el propósito de: Definir el carácter de la exposición permanente que musealiza los contenidos del propio yacimiento. Integrarla dentro del programa de usos del Museo y sus recorridos. Dar las claves patrimoniales para el planteamiento de una propuesta museográfica a partir de la definición de unas áreas y módulos temáticos. Aportar los materiales y bibliografía de referencia para su desarrollo. 256 DOCUMENTO DE AVANCE DEL PLAN DIRECTOR | I. DEFINICIÓN Ubicación de la antigua cementera entre la vía férrea y el recinto de El Romeral. Autor: MRW. 424 Hemos mantenido en este tomo todas las pro- puestas para la exposición permanente que se han planteado asociadas al proyecto arquitectónico del apartado anterior, si bien algunas de éstas no llegarán a ejecutarse.

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EXPOSICIÓN PERMANENTE424

La exposición permanente, asociada al plan de usos solici-tado por la Consejería, musealizará, por un lado, laPrehistoria de Andalucía -ubicada en la planta sótano- conun hilo conductor que se ha denominado PaisajesMilenarios y por otro, los bienes objeto de la tutela de estainstitución, así como el territorio en el que se ubican, en laplanta baja del edificio. Esta última exposición denominadaAntequera Milenaria se ha dividido en dos grandes áreastemáticas:

1. Sala de la Peña. Esta sala se dedicará a explicar la evo-lución del poblamiento humano en las Tierras de Antequera.

2. Sala de Menga. Esta segunda sala de la exposición esta-rá dedicada a dar apoyo museológico a la visita de los dól-menes de Viera, Menga y El Romeral.

MUSEALIZACIÓN Y EXPOSICIÓN PERMANENTE DE LA PREHISTORIA DE LAS TIERRAS DEANTEQUERA: ANTEQUERA MILENARIA

Se presenta aquí el programa museológico de la exposiciónpermanente Antequera Milenaria con el propósito de:

Definir el carácter de la exposición permanente quemusealiza los contenidos del propio yacimiento.

Integrarla dentro del programa de usos del Museo y susrecorridos.

Dar las claves patrimoniales para el planteamiento deuna propuesta museográfica a partir de la definición deunas áreas y módulos temáticos.

Aportar los materiales y bibliografía de referencia para sudesarrollo.

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Ubicación de la antigua cementera entre la vía férrea y el recinto de El Romeral. Autor: MRW.

424 Hemos mantenido en este tomo todas las pro-puestas para la exposición permanente que se hanplanteado asociadas al proyecto arquitectónico delapartado anterior, si bien algunas de éstas no llegarána ejecutarse.

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Sugerir los recursos museográficos de interés de acuerdoa unas recomendaciones de diseño.

Así como garantizar la adecuación entre los espacios,contenidos y sistemas expositivos.

Consideraciones generales

Contexto institucional

La exposición se encuadra en un marco de gestión que eseste Plan Director que, en sus diferentes programas, detecta lasnecesidades de la institución y propone las líneas de trabajopara hacer efectiva la tutela de los bienes culturales. La tutelase entiende como un proceso integrado por diferentes accionestendentes a la administración, investigación, protección,conservación, restauración y difusión del bien de manera quesea posible mantener y acrecentar dicho patrimonio.

En concreto, el proyecto de una exposición permanentesobre la Antequera milenaria no se basa sólo en losreferentes obtenidos en el análisis y evaluación del Programade Musealización y Exposición Permanente, sino que estáíntimamente relacionado con el programa patrimonial en lalínea de investigación y requiere estar integrado en elprograma arquitectónico. Por lo tanto, comprende una tareainterdisciplinar, a diversas escalas y enfocada a la difusión.Desde este punto de vista la exposición contribuye a:

Fomentar el conocimiento sobre el propio yacimientocomo la mejor medida para que la sociedad se impliqueen su tutela.

Poner a disposición de los investigadores los materialesgenerados en la fase de análisis para que en los forosoportunos se desarrollen o sugieran líneas de investiga-ción que enriquezcan el debate científico.

Dar a conocer los procesos de gestión que está llevandoa cabo la institución para valorizar el patrimonio arqueo-lógico del que es responsable.

Vincular la tutela con las políticas urbanística, medioam-biental y turística desde su doble condición de paisajenatural y cultural.

Insertar los recursos patrimoniales en las estrategias yprogramas de desarrollo sostenible.

Carácter y finalidad de la exposición permanente

Parece evidente plantear una exposición referida al yaci-miento en su propia ubicación, sin embargo entendemosque el término “Antequera” no sólo hace mención a sus dól-menes sino al territorio en que se inserta, respondiendo auna doble escala que va a estar presente a lo largo de todala visita. El objeto musealizado (monumento megalítico) nopuede ser entendido sin su correspondiente contexto territo-rial-paisajístico. Desde el punto de vista geográfico, crono-lógico y temático la definición del ámbito temático de laexposición es claro.

Es más, los dólmenes de Antequera son el núcleo de unaserie de sitios arqueológicos que se relacionan espacial,territorial y socialmente en un paisaje megalítico reconocidoen la Red Andaluza de Espacios Culturales (RECA) y en laRed Virtual de Paisajes Megalíticos Europeos. Esto convierteel paisaje de Antequera en un espacio cultural más que unasimple realidad geográfica. Por lo tanto, la exposición se pro-pone como objetivos inmediatos:

Difundir las diferentes miradas creadoras que han legadouna visión del patrimonio que ha influido en cómo se nospresenta hoy en día.

Explicitar los valores culturales del yacimiento en la con-temporaneidad no sólo en su aspecto arqueológico sinotambién arquitectónico, artístico, documental, constructi-vo, urbano, ambiental, simbólico y social.

Contextualizar la visita a los dólmenes de Antequeraponiendo en evidencia las diferentes escalas de lo patri-monial, desde la más cercana de los dólmenes a la inter-

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media del recinto en que se insertan (Campo de losTúmulos y cerro de Marimacho) y la lejana que tambiénforma parte de su entorno (la Peña de los Enamorados yla vega de Antequera).

Complementar la musealización in situ en el Campo delos túmulos de Menga y Viera y el túmulo de El Romeralcon las salas de la exposición permanente.

Reconocer la unidad patrimonial de las tierras deAntequera como un paisaje cultural.

Destinatarios

La escultura del Caminante que nos recibe de espaldas enel ingreso al recinto es porque quiere dirigir nuestra miradahacia algo. No sabemos verdaderamente si se trata de unantiguo poblador o un personaje contemporáneo.

Esta exposición ofrece, como tal equipamiento cultural, unadiversidad de servicios que atraen a diferentes tipos depúblico. Pero el "público" no es un mero "visitante" pasivosino que se convierte en un "usuario" activo que, tras la con-templación de los bienes culturales, puede profundizar enellos a través de las actividades de difusión ofrecidas por elCentro de Arqueología Experimental –donde los niños asimi-lan a través de la experiencia unos conocimientos básicossobre la Prehistoria– y el Centro de Documentación yBiblioteca Virtual de la Prehistoria de Andalucía –donde losinvestigadores pueden acceder a la documentación científi-ca existente–.

Queda un usuario denominado adulto que acude sobre todopor tratarse de la exposición temática del propio yacimientoy ser la primera que se puede visitar en el recorrido por eledificio. Nos estaríamos refiriendo en concreto a:

Turistas extranjeros, que durante la semana vienen demanera individual o en grupos.Turista nacional, sobre todo familias en fin de semana.Ciudadanos de la comarca de Antequera, que por su cer-canía y potencial es interesante implicar en los procesosreferentes a su patrimonio.Y también, por qué no, un posible usuario virtual.

Metodología del programa museológico

La metodología que aquí se expone brevemente no es ladesarrollada en la fase de investigación que genera la docu-mentación científica (ya sea durante el trabajo de campo ode gabinete) ni durante el planteamiento del programa deusos que define cómo se incorpora el uso expositivo alMuseo. Sin embargo, sí que nos aporta los elementos que

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El Caminante dirige sus pasos hacia el espacio abierto de laVega. Autor: Moreno Estudio Antequera.

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tenemos que relacionar en la museología desde un nuevoenfoque interdisciplinar.

Partimos de unas consideraciones generales asumidas en unedificio ya existente. De acuerdo con los criterios para la ela-boración del Plan Museológico nos proponemos acometer:

Planteamiento conceptual del mensaje a transmitir.Principales valores y contenidos.Organización de los contenidos según criterio a definir.Disposición espacial y circulaciones.Articulación en áreas o secciones.Requerimientos generales de conservación.Requerimientos generales de los contenedores.Selección de piezas y sistematización de la informacióntextual y gráfica.Definición de elementos museográficos de apoyo.

Ubicación espacial y recorridos425

Condiciones espaciales

En este caso, no se trata de elaborar un programa museoló-gico previo a la construcción del museo sino que el edificioya está dado y nunca ha estado en uso. Sin embargo, escierto que el programa funcional se ha consensuado priman-do en superficie y prestaciones las zonas expositivas sobrelas demás ya que, además de ser las que tiene un mayornivel de exigencia desde el punto de vista técnico, son lasque, tras los dólmenes, acaparan un mayor interés cultural.Es por ello que no puede decirse que el contenido haya teni-do que ajustarse al continente pero sí que, en este caso, esmuy importante garantizar la viabilidad de la exposición enel espacio adjudicado y para ello deben conocerse previa-mente las condiciones espaciales del espacio elegido.

La exposición permanente Antequera Milenaria se ubica enplanta baja en lo que actualmente es un único espacio con-tinuo, si bien sus diferencias espaciales nos hacen distin-guir dos salas que denominamos “Sala de la Peña” y “Salade Menga”.

Como vemos, el nombre de las salas no hace sólo referen-cia a los elementos patrimoniales hacia los que ofrecen vis-tas sino también a la diferencia de escala que existe entreambas, ya que de la primera podríamos decir que posee una“escala de gigante” (como el hecho natural) que duplica la“escala humana” de la segunda (en correspondencia con elhecho constructivo); mientras que una mira al contexto-terri-torio la otra mira al sitio. Resulta interesante identificar cómocambia la percepción entre dos espacios iguales en superfi-cie útil y geometría pero con distinta proporción y altura.Estos aspectos perceptivos ofrecen una serie de matices quepueden servir como recursos compositivos de la exposición.

Precisamente se tomó la decisión de alojarla en la plantaque mantiene la misma cota que el yacimiento y el territoriopara, de manera intuitiva, potenciar la relación de lo conte-nido con lo contado; lo que equivale a decir que los propiosbienes culturales puedan entrar en la sala expositiva paracontarse a sí mismos. Es por eso que se le concede tanta

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Aspectos de interés Sala de la Peña Sala de Menga

Ubicación de la sala Planta baja Planta bajaPosición en el recorrido del edificio Al comienzo Al comienzoSuperficie útil 300 m2 300 m2

Ocupación prevista 75 p. 75 p.Altura libre 10,70 m 5,40 mAnchura 19,5 m (radio) 15 m (radio)Metros lineales de exposición mín. 50 ml 37 mlForma del espacio Curvo CurvoEsquema de flujos Libre LibreAcceso Con posibilidad de control Sin posibilidad de controlTiempo de permanencia Libre pero sujeto a un ciclo LibreVisuales de interés Peña de los Enamorados Dolmen de MengaInstalaciones Comunes pero específicas Comunes pero específicasServidumbre en el edificio Puede ser independiente Espacio de paso a planta sótano

425 La ubicación espacial y el recorrido de la exposi-ción Antequera Milenaria se ha visto modificada por lapropuesta de adaptación del edificio que la alberga.Vease T. II de este Plan Director.

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importancia a mantener la relación visual con estos hitospatrimoniales, lo que no implica necesariamente que debanverse desde todas las posiciones y de manera continuada.

Podemos decir que ambas salas se encuentran al comienzodel recorrido del edificio. Nada más pasar el vestíbulo,suponiendo en el peor de los casos que no hemospreguntado antes en el mostrador de información ni hemosvisto el directorio, sólo cabe la opción de girar a la derechapara dirigirse a la cafetería que veíamos desde elaparcamiento o bien hacia la izquierda. Es entonces cuandoentramos en la Sala de Menga. El hecho de que pasemos aella casi sin darnos cuenta le confiere un doble caráctercomo espacio de estancia y tránsito. De hecho, sin lapresencia de elementos museográficos tenderíamos a bajara la planta sótano o salir por la puerta de emergencia. Sinembargo, la presencia del dolmen nos ayuda a ubicarnos enun espacio con una geometría tan compleja.

En cambio, la Sala de la Peña por su posición tangencialrespecto al recorrido podría cerrarse para organizar los flu-jos, aunque sólo fuera con un elemento móvil que permitie-ra en ciertos momentos poner en evidencia ese salto deescala. Esto nos permite plantear que la Sala de la Peña seala primera que se visite a modo de presentación general, yaque pueden controlarse las condiciones de visita. Así, si sepresenta un grupo muy numeroso, se puede retirar a estasala por un tiempo determinado para que, cuando terminen,continúen el recorrido dejando cierto margen al resto paraque no se vean incomodados cuando coincidan. Esto escompatible con el uso de la Sala de Menga como un espa-cio que sirva también de presentación en el caso de que laotra sala esté muy llena y se prefiera hacer tiempo paraentrar, antes de bajar. Tiene la virtud de ser muy flexible yservir tanto a la entrada como a la salida de la Sala de laPeña porque hay algo que siempre nos va a acompañar quees la relación directa entre los dólmenes que vienen a visi-tar, esperando desde una sala dedicada a ellos y con vistashacia ellos. Esto se podría evidenciar de alguna manera enel pavimento. Por mucha prisa que se tuviera se mostraríanestos contenidos que son lo más específico para disfrutar lavisita. De todas formas, el espacio de ambas salas tiende a

favorecer un recorrido libre por ellas (se diría más bien,varios posibles) que, sin entrar en cuestiones de contenidos,podría iniciarse en cualquier punto.

Viabilidad

Dado que el proyecto del edificio se inicia en 1989, cabríapreguntarse si se dan las condiciones mínimas de seguridadde utilización y en caso de incendio tras los últimos cambiosnormativos. Si no fueran subsanables el espacio hubieraquedado invalidado no sólo para este uso sino, seguramen-te para cualquier otro de carácter público. Sin embargo, locierto es que al estar inacabado hay cuestiones que todavíase pueden ajustar como la definición constructiva de losalzados, los acabados de los paramentos interiores, el con-trol de las condiciones lumínicas...

Resuelto todo lo anterior, cabe comprobar la capacidad deacogida de las salas. De acuerdo con el horario de aperturavigente, la exposición será visitable, en unas condiciones devisita comunes, de martes a sábado de 09.00 a 18.00horas y los domingos de 09.30 a 14.30 horas. La media devisitantes al mes se sitúa aproximadamente en 8.000,siendo en primavera cuando más acuden, llegando aalcanzar los 14.000. A falta de un estudio pormenorizadoque indique además el tipo de visita que se quiera realizar oel tiempo medio de permanencia estimado, resulta evidenteque las salas van a tener una densidad de uso en torno a:

N.º N.º horas N.º m2 exposición m2/personausuarios/mes abierto/mes usuarios/hora

8.000 200 40 600 15

Los espacios tienen suficiente capacidad de acogida yaque el valor obtenido es muy próximo a la previsión esti-mada en el programa de usos, que se refiere a 40 usua-rios con un área de influencia de 15 m2. Por supuesto, estoes suponiendo que todos se encuentran simultáneamente–en el margen de una hora– en la misma exposición y noque están repartidos por las otras exposiciones, el vestíbu-

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lo, la cafetería o el mismo yacimiento –que es la hipótesismás probable–.

Por último, nos gustaría insistir en las condiciones de acce-sibilidad a ambos espacios que, no estando ahora condicio-nados, no queremos que se vean afectadas. Deberán seguir-se las recomendaciones de diseño del espacio expositivo enmateria de accesibilidad, entendida en un sentido amplio nosólo como eliminación de barreras arquitectónicas –que serefieren sólo a una discapacidad motriz– sino también de laslimitaciones sensoriales y cognitivas, lo que afecta en mate-ria de señalización, iluminación, mobiliario... En definitiva,se tratará de conjugar la propuesta museográfica con laforma arquitectónica.

Contenidos

La necesidad de contextualizar el elemento a musealizar –esdecir, la necrópolis megalítica de Antequera– dentro delmarco más general de las formas de vida de las comunida-des que construyeron y utilizaron estos monumentos, impli-ca una lectura de las dinámicas de ocupación del territorioen que se insertan las comunidades prehistóricas entre elPaleolítico Inferior y la Edad del Hierro. Es por ello que laredacción del programa de contenidos se ha basado en parteen los resultados del proyecto de investigación “Sociedades,territorios y paisajes en la Prehistoria de Antequera”, perosobre todo en la larga y fructífera trayectoria de investigacio-nes de la Prehistoria malagueña.

La idea clave de la exposición permanente AntequeraMilenaria es percibir la continuidad espacial y temporal queexiste entre nosotros, los dólmenes y el territorio. Es decir, quelos dólmenes son así porque forman parte de un paisaje antro-pizado que se ha ido transformando desde la Prehistoria y por-que ahora son lo que de ellos hemos conocido.

De este modo, podemos identificar cada una de las salascon un área temática:

Espacio expositivo Área temáticaSala de la Peña Prehistorias de una tierraSala de Menga La vida secreta de los dólmenes

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La Peña desde el interior del edificio destinado a museo.Autora: Aurora Villalobos Gómez.

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Área temática 1: Prehistorias de una tierra

Será la primera parte de la exposición y estará dedicada aexplicar la evolución del poblamiento humano en las Tierrasde Antequera, reconocibles por la existencia inequívoca delbinomio megalitismo-arte rupestre. Aunque los contenidosversarán sobre las Tierras de Antequera, se incluirán comorespaldo algunos otros referentes de la Prehistoria de la pro-vincia de Málaga.

Área temática 2: La vida secreta de los dólmenes

La segunda parte de la exposición estará dedicada a darapoyo museológico a la visita de los dólmenes de Viera,Menga y El Romeral. Los contenidos de esta parte de laexposición tienen como objetivo general dar a conocer a losvisitantes aquellos aspectos de los dólmenes que no sepueden apreciar en la visita in situ de los mismos,

incluyendo aspectos arquitectónicos, constructivos e historiade las investigaciones. Básicamente, dado que losmonumentos megalíticos en sí carecerán por completo decartelería informativa, esta exposición debe servir parapreparar al visitante, mostrándole todo aquello que noresulta visible, perceptible o inteligible en la visita a losmonumentos.

Estas áreas temáticas se desarrollan en diversos módulostemáticos que, a su vez, estructuran distintas unidades temá-ticas, que deberán tener correspondencia con las expositivas.

Prehistoria de una tierra

Área temáticaAT1: Prehistorias de una tierra.

Módulos temáticosAT1-ME1: Naturaleza y tiempo de la tierra.AT1-ME2: Pioneros de la tierra.AT1-ME3: Los tesoros de la tierra.AT1-ME4: Lejanas tierras.AT1-ME5: La tierra pintada.

MÓDULO 1. Naturaleza y tiempo en la tierra

Introducción: ¿Por qué “la tierra”?La Sala “Prehistorias de una tierra”, uno de los dos espaciosde la exposición Antequera Milenaria, tiene como objetivoprincipal explicar al visitante el contexto espacial de losviejos megalitos antequeranos y su dimensión temporal. Enotras palabras, esta sala, a través de cuyos ventanales secontempla la Peña, invitará al visitante a considerar su visitamás allá de las construcciones prehistóricas en sí,proponiéndole una reflexión sobre la importante dimensiónespacial (territorial, paisajística) que, siendo importante encualquier sitio arqueológico, tiene, en el caso de losdólmenes antequeranos, una relevancia muy singular. En

El Torcal de Antequera. Autor: Moreno Estudio Antequera.

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realidad, al menos dos de los tres grandes megalitosantequeranos nos “fuerzan”, con su propio diseño, es decirmediante su orientación, a contemplar la naturaleza y elmedio físico en el que se insertan. En primer lugar hacia lavecina Peña de los Enamorados, hacia donde se orientaclaramente el gran dolmen de Menga; en segundo lugarhacia la gran mole del Torcal, oculta tras el horizontemeridional de la necrópolis megalítica, pero a cuya cima, elCamorro de Siete Mesas, se dirige la orientación del tholosde El Romeral. Se trata de hitos naturales que dominan unamplio campo visual y que tienen una significaciónpaisajística importante. Para empezar, no es posible dejarde señalar que, según han demostrado las investigacionesarqueológicas ya realizadas, la primera ocupación de lassociedades agrarias de la región tuvo lugar en la cueva delToro, situada precisamente en El Torcal, un medio físicodonde la geología parece proponer al inquisitivo yobservador ser humano un pequeño gran desafío intelectualacerca de los orígenes (y “significados”) de las formasnaturales y los procesos que las acompañan y de los quederivan.

Si el ser humano siempre nace y se desenvuelve en “unatierra”, parece que a los pobladores neolíticos de la regiónantequerana, primeros “monumentalizadores” de la

naturaleza, les cupo la oportunidad de pertenecer a unatierra singularmente organizada en sus formas y texturas.

Para la organización espacial y de contenidos recomenda-mos que este módulo no exceda del 10% del total de laexposición.

Marco geográfico de ¿qué “tierra”?El marco geográfico al que se refiere la exposición de las“Prehistorias de una tierra” es doble. Por una parte, está elentorno inmediato de las construcciones megalíticas ante-queranas y que es básicamente el territorio que abarca lavista desde la elevación del túmulo de Menga.

El segundo marco geográfico, más amplio, en el que sedesarrolla el marco geográfico de referencia de “la tierra” delos dólmenes de Antequera viene definido por un amplioterritorio del tercio norte de la provincia de Málaga.

Se trata por tanto de un marco geográfico amplio, condiversidad de características físicas, que combina terrenosfluviales abiertos con gran potencialidad agraria y terrenosmontañosos con significativas limitaciones agrológicas, locual abre la posibilidad de contrastar la evolución delpoblamiento prehistórico en marcos físicos distintos.

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Vista de La Peña y cerro Marimacho. Autor: Javier Pérez González.

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Además de la ya señalada diversidad de configuraciones físi-cas y potenciales agronómicos que las distintas unidadesfísicas ofrecen (lo que invita a la comparación de la diversi-dad de las relaciones dialécticas entre grupos humanos ymedios físicos en cuanto a estrategias de explotación derecursos, demografía, complejidad social, etc.).

Ideas-fuerzaLa primera idea-fuerza a desarrollar en este Módulo 1 es ladiversidad y complejidad de las formaciones geológicas dela región. Desde un punto de vista geológico, la necrópolismegalítica antequerana pivota entre la depresión cuaterna-ria de Antequera, los altos de edad triásica localizados en lafalda norte del Karst del Torcal, y los materiales terciariosdonde se ubica la actual ciudad de Antequera. Por el nortese sitúan las unidades del complejo del Guadalquivir y eldominio subbético más externo, y por el sur las altas cade-nas penibéticas y la depresión de Colmenar con materialesdel complejo de los Flyschs. Esta zona, podemos enmarcar-la desde el punto de vista geológico, dentro de la zona sub-bética de las cordilleras béticas, que representan el extremomás occidental del conjunto de cadenas alpinas europeas,formadas durante el plegamiento alpino, en el Mioceno.

Dentro del amplio marco geográfico general de “Tierras deAntequera” es posible diferenciar tres zonas bien marcadas:las zonas internas de la cordillera bética, las zonas externasy el complejo de los Flyschs. Las zonas internas están repre-sentadas por tres grandes grupos de unidades agrupadas encomplejos tectónicos, que actualmente forman una gran pilaantiforme: el complejo Maláguide, Alpujárride y Nevado-Filábride. Desde hace unas décadas el último de estos com-plejos se subdividió, a su vez, en los complejos del Veleta ydel Mulhacén. Corresponderían a la parte con más deforma-ción profunda (afectando al zócalo), y con un metamorfismode mayor o menor grado. Constituyen un fragmento de unamicroplaca (subplaca mesomediterránea o microplaca deAlborán), con desplazamiento hacia el oeste hasta colisionarcon el antiguo margen continental, situado al sur y surestede la placa ibérica. Constituyen por tanto, las unidades másalóctonas que forman parte de la cordillera. Las zonas exter-nas están representadas por dos grandes dominios tectono-

estratigráficos: la zona subbética (materiales más alejadosdel Macizo Ibérico), y la zona prebética (constituidos por losdepósitos más cercanos al Macizo Ibérico). Forman la partemás septentrional de la cordillera bética, con una direcciónOSO-ENE. Corresponderían a una cobertera plegada y concabalgamientos de materiales mesozoicos y terciarios, espe-cialmente durante el Mioceno, entre el Burdigaliense y elMioceno Superior. Estos materiales fueron depositados en elmargen sur y sureste del Macizo Hercínico, antiguo margencontinental (paleomargen sudibérico: margen continentaldel sur de Iberia), aunque poco afectados por metamorfismoalpino. Su ubicación correspondería a los bordes de los cra-tones o placas africana y europea.

En el contacto entre las zonas internas con las zonas exter-nas, estarían el complejo del Campo de Gibraltar (materialesdel Flysch) y las unidades frontales de las zonas internas(Rondaide o Dorsal). Todas ellas están constituidas por com-plejos de unidades tectónicas alóctonas. Su ubicacióncorresponde a la zona de separación entre las placas africa-na y europea.

El complejo del Campo de Gibraltar está localizado entre laszonas internas y las zonas externas. Son los depósitoscorrespondientes a los surcos profundos localizados entre elmargen sudibérico y la subplaca mesomediterránea omicroplaca de Alborán. También localizados, entre ésta y elmargen continental norteafricano en el denominado surcode los Flyschs norteafricanos. Son margas conintercalaciones de turbiditas (calcáreas y terrígenas), deedad Cretácica, Paleógena y, especialmente, del MiocenoInferior. Con la colisión continental, estos materiales fuerondesplazados siguiendo la misma trayectoria. Sin embargo,en este complejo el sustrato estuvo probablementeconstituido por corteza oceánica (o por corteza continentalmuy adelgazada), generada durante el Mesozoico entre laszonas internas y las zonas externas, y que desapareció porsubducción. Desde el Jurásico Medio-Superior al MiocenoInferior (Burdigaliense), sobre ese sustrato se depositaronsedimentos de facies marinas muy profundas: arcillas,margas y sobre todo turbiditas (facies Flysch). La cuencaterciaria de carbonatos templados en la actual depresión de

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Antequera es alimentada con estos materiales, con cuarzosredondeados del aljibe. Los denominados terrenospostorogénicos están compuestos por materialessedimentarios de edades comprendidas entre el Mioceno yel Cuaternario, como es el caso de la depresión deAntequera. Es una de las áreas que quedaron “deprimidas”después de la colisión entre zonas internas y zonas externas,durante el plegamiento alpino del Mioceno Medio, junto aotras áreas como la depresión de Granada, Guadix-Baza,etc. Estas áreas subsidentes se rellenaron por sedimentosmarinos durante el Tortoniense. Durante el Messiniense y elPlioceno hubo una regresión marina con retiradageneralizada del mar y el consiguiente relleno de sedimentoscontinentales. Más localmente, durante el Pleistoceno sedepositaron, igualmente, materiales sedimentarios productode la erosión de los nuevos relieves.

De esta complicada génesis y organización geológica, unaidea a rescatar de cara a la conexión de la necrópolisantequerana con su medio físico (en este caso, medio físicogeológico) es la gran diversidad de rocas y la abundancia demateriales de calidad constructiva y de valor arquitectónicodisponibles en el entorno. El Triásico esta dominadoampliamente por el de facies Keuper. Estos materialesaparecen muy desorganizados, con una estructura muydifícil de visualizar debido al predominio de materialesyesíferos y arcillosos. El conjunto incluye materialesyesíferos de carácter brechoide (brecha poligénica), que vandesde cantos a bloques de materiales areníticos, lutíticos,subvolcánicos (ofitas y doleritas) y, sobre todo, carbonatados(principalmente calizas y dolomías). Las ofitas y doleritasson posibles encontrarlas con relativa facilidad, dispersas enla masa arcillo-yesífera. Las dimensiones de losafloramientos varían, desde unos pocos metros a decenas,presentando morfología casi circular y alomada (por su grandiferencia a la meteorización y a la erosión con respecto alos materiales que los envuelven). El Jurasico estacaracterizado por unas calcarenitas con sílex y margasblancas. La calcarenita es la roca utilizada en laconstrucción de Menga, según han mostrado lasinvestigaciones llevadas a cabo por el equipo del profesor F.Carrión Méndez. Su ambiente de formación fue,

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Mapa geológico del entorno de los dólmenes. Fuente: Francisco Carrión Méndez y otros.

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probablemente, zonas internas de barras para las facies máscalcáreas y plataformas progresivamente subsidentes, paralas facies más margosas.

El Cretácico comienza con unas margas y margocalizas blan-cas, concordantes a las anteriores, aunque no en todo el sec-tor. Le siguen otras margas y margocalizas rosadas, que tam-bién están presentes en la geología local, de edad CretácicoSuperior, Eoceno. Su ambiente de formación es de platafor-ma externa. Posiblemente, turbiditas. En relación al Terciario,éste comienza con unas calizas de microcadium en serie nor-mal con las “capas rojas”. Corresponden a turbiditas. Lesiguen calcarenitas y margas de edad Eoceno-Mioceno-Inferior. Intercaladas, aparecen unas margas, margocalizas ycalcarenitas, de edad Cretácico Superior, Mioceno Inferior.Dentro del Terciario cabe destacar los materiales pertenecien-tes a facies del Tortoniense Superior. Son areniscas, que sue-len ser mayoritariamente calcarenitas y calcirruditas bioclás-ticas de medios templados, con una abundante presencia debriozoos, algas rojas y lamelibránqueos. Se ha comprobadola existencia de estructuras internas sedimentarias importan-

tes: estratificaciones cruzadas (tanto en artesa como planar),estratificación lenticular, estratificación ondulada, estratifica-ción biomodal, ripples, megaripples, estructuras de carga,slump, rellenos de canales, bioturbaciones, etc. Se trata, portanto, de estructuras sedimentarias de depósitos pertenecien-tes a una paleogeografía de ambiente litoral, esencialmentemareal en sentido amplio.

Las gravas y los bloques, responden a unas facies más con-tinentales de delta, con materiales de naturaleza metamórfi-ca procedente de las zonas internas, tanto del complejoMaláguide como del Alpujárride, así como cretácicos, triási-cos y del mismo Terciario e incluso del complejo del Campode Gibraltar. Estas facies, también presentan arenas finas ygruesas de rellenos de canales, así como niveles finos delutitas (desbordamientos de los canales). Representanmedios energéticos y no muy lejanos, pues presentanmucho material blando y anguloso.

En el Cuaternario que se observa mayoritariamente en ladepresión de Antequera, aparecen a grandes rasgos de dosmodos bien diferenciados debido a su desigual evolucióngeológica. Por un lado, los depósitos propiamente dichos, yasean coluviales o aluviales y, por otro, aquellos que prolife-ran a modo de formaciones superficiales que tapizan bajoforma de costras calcáreas fundamentalmente.

Otros factores a tener en cuenta son los siguientes:Existencia de manantiales y lagunas salinas. Estas saleshan formado parte del material triásico y son las respon-sables directas de los movimientos halocinéticos a modode diapiros. Estos niveles evaporíticos triásicos presentanuna gran potencia estratigráfica y cuando asciendendebido a su plasticidad formando un diapiro, llegan aniveles ocupados por los acuíferos, encargados de disol-ver las sales e incorporarlas a los manantiales y lagunas.De este modo, queda un residuo en el diapiro, que no esmás que el agregado de yesos, margas, arcillas abigarra-das y areniscas (no solubles), propias de los afloramien-tos que observamos.Reconocimiento de yesos brechoides rojos (brechas dedisolución de cloruros), que muestran distintas caracte-

266DOCUMENTO DE AVANCE DEL PLAN DIRECTOR | I. DEFINICIÓN

Paisaje de aguas salobres en la laguna de Fuente de Piedra.Autor: José Ramón Menéndez de Luarca.

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rísticas que indican movimientos en condiciones dúctilesprovocados por el ascenso de las sales. Alineación de rocas del Triásico con zonas de falla impor-tantes, posibilitando la acción diapírica de los materialesdel Triásico.Basculamiento de las sucesiones estratigráficas de mate-riales cretácicos y terciarios (sobre todo materiales detrí-ticos del Tortoniense Superior), hasta posiciones muy ver-ticales, como consecuencia de movimientos ascendentesdel Triásico.

La segunda idea-fuerza a desarrollar en este módulo es laelevada riqueza de recursos agropecuarios de las tierras deAntequera, una riqueza de la que los habitantes neolíticosdebieron ser eficaces gestores, dado que abordaron unaempresa tan audaz como la construcción de losmonumentales megalitos. Son dos los factores básicos queexplican el gran potencial agrológico de las tierras deAntequera: la elevada calidad de los suelos y la abundanciade agua. En relación con la hidrología, el carácter de marinterior de la depresión antequerana se percibe todavía en sucasi perfecta planicie y en la presencia de lagunas saladas, delas que algunas permanecen, como la de Fuente de Piedra oel conjunto lagunar de Campillos, mientras que otras handesaparecido en tiempos históricos, como la laguna frontera ala sierra de los Caballos, y otras han sido desecadasrecientemente, como la de Herrera. La peculiar planicie de ladepresión antequerana en la parte septentrional hace que lared de afluentes se reduzca al margen izquierdo y al área decabecera hacia los extremos este y oeste, más próximos a losaportes de las laderas montañesas. Por el contrario, en lallanura las dificultades de desagüe crean una cuencaendorreica moteada de lagunas. Al elevarse el fondo del citadomar interior, como consecuencia de la actividad orogénica, elagua acumulada tendió a buscar una salida natural paradesaguar a la cota inferior del Mediterráneo. Tal desagüe seprodujo por disolución de la roca caliza mediante el tajoabierto a través del desfiladero de los Gaitanes, que por suestrechez, apenas deja paso al agua pero no permite una rutade comunicación. Como consecuencia de la apertura delcitado desagüe, se configura una red de drenaje mediante elcurso del río Guadalhorce, que socava el fondo de la llanura

de este a oeste desde las sierras de Granada hasta las deRonda. Al producirse de forma accidental el trazado deldesagüe en perpendicular al curso del río, éste presenta sucontinuidad a lo largo del flanco de la cordillera, a través de suafluente el Turón, hasta su nacimiento en la serranía rondeña.El brusco giro ocasionado por el desfiladero condiciona eltrazado del río aguas abajo, hasta su desembocadura, queencuentra su prolongación natural hacia el norte en el curso deotro afluente, el Guadalteba, cuyo curso se prolonga hacia elsur, por el del Guadiaro, hasta la bahía de Algeciras.

La tercera idea-fuerza de potencial interés para desarrollar eneste módulo es el carácter de zona de paso y cruce decaminos que las tierras de Antequera han tenidohistóricamente. En el contexto de todo el sur peninsular(digamos de toda la comunidad autónoma andaluza)Antequera se encuentra a medio camino entre el valle delGuadalquivir al oeste, las tierras áridas de Granada y Almeríaal este y la franja costera malagueña al sur. De hecho,Antequera ha sido históricamente un verdadero cruce decaminos, nodo en las rutas de comunicación entre Andalucía

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Desfiladero de los Gaitanes. Autor: Pedro Cantalejo Duarte.

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occidental y oriental, la costa malagueña y el interior de laPenínsula Ibérica (o, lo que es lo mismo, entre las cuatrociudades andaluzas principales: Sevilla, Córdoba, Málaga yGranada) ya desde la Antigüedad. En el contexto específicode la provincia malagueña, Antequera se encuentra entre lasaltas sierras granadinas y la serranía de Ronda, próxima aun sector donde la penibética se estrecha en una barrera deescasa profundidad, con una sucesión de sierras separadaspor pasos más bajos, los puertos de montaña, que facilitansu travesía, en contraste con la relativa inaccesibilidadtransversal de los dos macizos citados. Las especialesfacilidades de accesibilidad transversal en el espacioantequerano resultan especialmente propicias, si tenemos encuenta que se producen en un lugar próximo a la costa endonde se suceden varias ensenadas: Málaga, Vélez y, enmenor medida, Fuengirola, que constituyen propicios puertosnaturales para la navegación marítima. Condiciones queresultaban aún más favorables en la Antigüedad cuando aún

no se habían acumulado tantos sedimentos en lasdesembocaduras de los ríos Vélez, Guadalhorce y Fuengirolay las ensenadas penetraban hacia el interior, alcanzando losnúcleos actuales de Cártama y Vélez Málaga. La fácilaccesibilidad para el transporte marítimo se suma a lapróxima presencia en el interior de los fértiles espaciosagrarios de Colmenar y sobre todo la amplia y feraz depresiónantequerana. Además, los llanos de Antequera se abren, sinsolución de continuidad, a la campiña del valle delGuadalquivir y, más allá, hacia las extensas mesetascastellanas. Junto con la facilidad para las comunicacionestransversales entre la costa y el interior, la disposiciónsuroeste noreste del plegamiento bético, originado por elchoque entre las placas continentales africana y europea,deja hacia el norte el surco intrabético, en paralelo a la falladel Guadalquivir y a la costa, que configura un corredornatural que une la bahía de Cádiz con la vega de Cartagena yMurcia. Un itinerario que enlaza un rosario de vegasespecialmente fértiles, entre las que destacan las de la bahíade Cádiz, Antequera, Guadix, Granada y Murcia. Junto con elitinerario principal, la especial disposición de la serraníarondeña configura una importante bifurcación hacia la bahíade Algeciras. De esta forma, la comarca de las tierras deAntequera constituye un nudo natural de itinerarios de largorecorrido, carácter que ha mantenido a lo largo de la historiay que la dota de unas posibilidades adicionales de desarrolloeconómico, comercial y social. Esta idea fuerza debe serconectada con lo explicado en el Módulo 4 (“Lejanas tierras”)donde se exponen los procesos que ponen en contacto a lascomunidades prehistóricas de Málaga con formacionessociales ubicadas a gran distancia (colonización fenicia, etc.).

Recursos museográficos especialesGran maqueta de todo el territorio de las “Tierras deAntequera”, mostrando muy especialmente las principa-les sierras y la red de drenaje, con los principales ríos ysus afluentes.Recurso audiovisual que muestra las potenciales diferen-cias entre el medio físico del cuarto milenio a.C. y el dela actualidad, poniendo el énfasis en el menor grado deantropización, la abundancia de lagunas y la presenciade una cobertura vegetal más densa.

268DOCUMENTO DE AVANCE DEL PLAN DIRECTOR | I. DEFINICIÓN

Mapa de las Tierras de Antequera. Fuente: Instituto Andaluzdel Patrimonio Histórico.

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MÓDULO 2. Pioneros de la tierra

IntroducciónEn este módulo se trata un amplio periodo temporal: elPaleolítico. Aunque constituye una etapa trascendental en laPrehistoria, el Paleolítico de las Tierras de Antequera estámuy mal conocido, por lo que existen escasos datos quemanejar. Por ello recomendamos que este módulo de laexposición tenga un desarrollo limitado y además recomen-damos que se haga uso sistemático de referencias a otrossitios de la provincia de Málaga e incluso de Andalucía parailustrar determinados aspectos que en Antequera están pocoo nada documentados.

Para una organización de los contenidos eficaz y racional,este módulo debe estructurarse en dos partes:

Paleolítico Inferior y Medio (c. 800.000-30.000 BP). Estemódulo trata de los primeros pobladores homínidos de lasTierras de Antequera. Se trata de un periodo muy poco cono-cido en Antequera y en Málaga y con el que por tanto con-viene generalizar.

Paleolítico Superior y Epipaleolítico (c. 30.000-6000 BP).Este módulo trata de los primeros pobladores humanos(Homo sapiens anatómicamente modernos) de la región.Este periodo está algo mejor documentado en la provincia deMálaga, aunque no mucho en la región de Antequera.

Para la organización espacial y de contenidos, y en base ala calidad y cantidad de información disponible, recomenda-mos que este módulo no exceda del 10% del total de laexposición.

Paleolítico inferior y medio (800.000-30.000 BP)

Ideas-fuerzaColonización del planeta por los primeros ancestros evo-lutivos. Primeros colonizadores de Europa.Grupos homínidos de características físicas y cognitivas

distintas de los humanos anatómicamente modernos:Homo erectus, Homo ergaster, Homo antecessor,Preneandertales y Neandertales. Primera presencia homínida en el continente europeo:referencia a Orce (Granada).

Elementos culturales a destacarForma de vida nómada: movimiento (relación zonas inte-riores-zonas costeras).Bandas de unos veinte individuos aproximadamente, conuna movilidad estacional: por ejemplo, sierra de Alhama(caza de ciervos) y cuevas de la bahía de Málaga (reco-lección de mariscos).Asentamientos estables en cuevas y campamentos al airelibre.Campamentos al aire libre en pequeñas cabañas y refu-gios naturales en las terrazas cercanas a cursos fluviales(por ejemplo, Guadalteba y Turón) y zonas de influenciade las cuevas y sierras. Durante los periodos fríos delWürm se ocupan las cuevas.Captación de recursos mediante caza y recolección (cazaoportunista y no especializada y depredación de animales,así como recolección de un amplio espectro de plantas).Tecnología lítica de tipo cantos tallados y Achelense (bifa-ces estandarizados fundamentalmente sobre sílex) y detipo musteriense (predomino de la técnica levallois, contipos como las raederas, cuchillos y puntas musterienses).Aprovechamiento de los recursos silicios de tipo nodulary tabular superficiales en los enclaves serranos y envalles.Musteriense, hábitats al aire libre en campo abierto y pie-demontes: Depresión de la Janda, alrededores de Arcosy Villamartín y serranía de Ronda.

Yacimientos de referenciaTierras de Antequera: Cueva de las Grajas (Archidona);Cueva de Belda (Cuevas de San Marcos).Provincia de Málaga: Cueva del Encanto (Torremolinos);Boquete de Zafarraya (Zafarraya); Cueva Bajondillo(Torremolinos); La Viñuela (La Viñuela); Cerro Alcolea(Periana); Alto Vélez.

269 ANÁLISIS Y EVALUACIÓN | MUSEALIZACIÓN Y EXPOSICIÓN ...

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Materiales de referenciaTierras de Antequera: Colección Cueva de las Grajas(Archidona); Colección de Sartén Rota (Archidona).Provincia de Málaga: Bifaz de Cerro Alcolea (Periana).

Recursos museográficos especiales

Para explicar este módulo temático es muy importante con-tar con un dispositivo museográfico monográfico dedicado aexplicar las principales diferencias morfológicas y cognitivasentre los primeros homínidos que ocuparon el sur de laPenínsula Ibérica, los neandertales, y los seres humanosanatómicamente modernos. Este dispositivo serviría parareforzar la idea de que en este amplio periodo de tiempo sepercibe con toda claridad la acción de la evolución biológicade la que somos parte los seres humanos.

Un segundo recurso museográfico especial consistente enun representación tridimensional –real o virtual–, a escala1:1, podría aprovechar los datos existentes para la ocupa-ción musteriense (Paleolítico Medio) de la cueva de lasGrajas (Archidona) para mostrar el aspecto de un típicohábitat neandertalense. Dado que las excavaciones practica-das en esta cueva sólo han sido muy parcialmente publica-das, sería necesario contar con datos relativos a otras cue-vas ibéricas o europeas.

Paleolítico superior (c. 30.000-6.000 BP)

Ideas-fuerzasDebido a los cambios climáticos derivados de la glaciaciónWürm, hace unos 30.000 años llegan a la Península Ibéricalos humanos anatómicamente modernos, ocupando losterritorios tradicionales de los neandertales, que se encontra-ban en decadencia por toda Europa. Los humanos moder-nos tenían una fuerte cohesión familiar o clánica que facili-taba la mayor homogeneidad de la organización social, locual en parte explica su éxito adaptativo. La variabilidad ycantidad de los recursos naturales en el sur de la PenínsulaIbérica facilita el asentamiento de los grupos en espaciosnaturales vinculados a ríos, montañas y cuevas. El modo de

vida es cazador, recolector y pescador. En Andalucía hayabundancia de fauna, vegetación y recursos geológicoscomo el sílex, la sal, pigmentos naturales y otros productoscomo leña, miel, cera, plantas medicinales, frutos secos...

Las principales ideas-fuerza a desarrollar en este parte de laexposición son las siguientes:

Colonización del planeta por los seres humanos anatómi-camente modernos.Desarrollo pleno de las capacidades cognitivas de loshumanos anatómicamente modernos: lenguaje complejoy abstracción simbólica.Mayor eficacia productora (mejores técnicas de caza) yreproductora (crecimiento demográfico).Desarrollo abstracción simbólica: primeras manifestacio-nes artísticas (arte rupestre) y primeras prácticas funera-rias conocidas.

Elementos culturales a destacarNomadismo estacional: sitúan los campamentos en lacosta durante los meses fríos del invierno y parte de laprimavera y en el interior durante el verano y el otoño. Diversificación en la captación de recursos: Litoralesmarinos (pesca, marisqueo, sal), fluviales (pesca fluvial,caza, plantas de ribera para la cordelería y cestería, can-tos de sílex arrastrados), sierras (caza mayor, recolecciónde alimentos en sus bosques, apicultura, canteras desílex y minas de óxidos).Durante la estancia en el interior se producen contactoscon grupos de otros territorios, como son los situados enel valle del Guadalquivir, del Guadalete o Gibraltar. Estaserie de contactos se afianzan y se consolidan los empla-zamientos. Los cazaderos del interior mantienen una continuidaddesde el Paleolítico Inferior y se sitúan en puertos demontaña y orillas de los ríos siguiendo el comportamien-to de las grandes manadas.Estrategias de caza: durante el Magdaleniense se conso-lidan las estrategias de caza en el interior, siendo el cier-vo la especie más explotada, seguida del jabalí y el cone-jo. En las costas se produce una especialización delmarisqueo y la pesca, con la presencia de arpones y

270DOCUMENTO DE AVANCE DEL PLAN DIRECTOR | I. DEFINICIÓN

Entrada a la cueva de las Grajas (Archidona, Málaga). Autor:José Ramón Menéndez de Luarca.

La cueva de Belda (Cuevas de San Marcos) se sitúa en elextremo norte de la provincia de Málaga. Autor: José RamónMenéndez de Luarca.

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anzuelos. También se cazan mamíferos marinos, como lafoca monje.Tecnología lítica solutrense (20000-16500 BP): mejorasen la calidad de las tallas y un perfeccionamiento de losútiles, predominio del sílex como materia prima, diversi-ficación de herramientas (raspadores, buriles, perforado-res, trincaduras, láminas retocadas, así como útiles demadera y hueso), y aparición de proyectiles (arpones).Tecnología lítica magdaleniense (13000/14000?-10500BP): la industria lítica experimenta importantes modifica-ciones (aparecen utillajes enmangados, importante pre-sencia de geométricos, buriles, geométricos tales comotriángulos escalenos y algún segmento), se incorporanlos arpones de una hilera de dientes y se da un predomi-nio del asta sobre el hueso.Tecnología lítica epipaleolítica (c. 8500-6000 a.C.).Reducción de la diversidad de utensilios, mayor presen-cia de raspadores que de buriles, muescas y denticula-dos, perforadores, cantos trabajados para el marisqueo,triángulos escalenos y puntas de dorso curvo, incremen-to de las lascas frente a las laminitas, cantos tallados enrocas metamórficas impregnados en rojo y negro, des-aparecen los arpones, se mantienen los biapuntados rea-lizados en hueso.Desde al menos el periodo Gravetiense se desarrolla elarte rupestre. La montaña jugará un papel principal en elarte paleolítico, albergando los grandes santuarios rupes-tres. El arte rupestre (sus técnicas, colores, motivos, etc.)es tratado de forma específica y monográfica en elMódulo 5 de la exposición.

Yacimientos de referenciaTierras de Antequera: Cueva de Ardales (Ardales).Provincia de Málaga: Cueva de Nerja (Nerja); CuevaBajondillo (Torremolinos); Boquete de Zafarraya(Zafarraya); Tajo de Doña Ana, Cuevas del Cantal(Rincón de la Victoria); Cueva del Higuerón (Málaga);Cueva del Tajo del Jorox (Alozaina).

Materiales de referenciaArtefactos óseos de la cueva de Nerja para la explotaciónde los recursos costeros: micropuntas y anzuelos rectos.

Arpones decorados de la cueva de la Victoria. PeriodoMagdaleniense Superior. De una hilera y decorados.Arpones de Hoyo de la Mina.Materiales microlaminares de Hoyo de la Mina.Azagaya monobiselada de la cueva Tapada.Cueva del Montijano: raspadores, buriles y algunos ele-mentos de dorso de niveles magdalenienses.Plaqueta solútreo-gravetiense de Bajondillo.Plaquetas solutrenses de Nerja.Cantos grabados con decoración ideomorfa y ornitomor-fa magdaleniense de Nerja.Ornamentos de Nerja y Hoyo de la Mina.

Recursos museográficos especialesReconstrucción a tamaño real, en forma de diorama, dealguno de los enterramientos de cronología solutrense omesolítica de la cueva de Nerja. Este recurso sería degran valor para mostrar al visitante las características delas primeras prácticas funerarias documentadas enMálaga (por extensión, son de las más antiguas de laPenínsula Ibérica) y para explicar cómo de ahí se evolu-ciona a las cámaras megalíticas en el Neolítico.Réplicas u originales del arte mueble (plaquetas y cantosgrabados) de la cueva Bajondillo (Torremolinos) y cuevade Nerja, ya que son piezas de carácter excepcional entoda Andalucía e ilustran una de las principales noveda-des culturales del Paleolítico Superior: la aparición deobjetos de carácter sagrado-religioso.

271 ANÁLISIS Y EVALUACIÓN | MUSEALIZACIÓN Y EXPOSICIÓN ...

La entrada de la cueva de Ardales en el cerro de La Calinoria(Ardales, Málaga). Autor: Pedro Cantalejo Duarte.

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Reconstrucción del enmangue y forma de uso de losarpones decorados de la cueva de la Victoria.

MÓDULO 3. Los tesoros de la tierra

IntroducciónEste bloque temático trata de un amplio periodo temporal dela Prehistoria, de gran trascendencia económica y social,generalmente conocido como Prehistoria Reciente.

En este bloque temático se explican las primeras sociedadesagrarias antequeranas, y se tratan procesos que les son aso-ciados, tales como la aparición de la agricultura y la gana-dería, el tránsito de los hábitats a asentamientos al aire librecada vez mayores y de más entidad arquitectónica, la com-plejización de las relaciones sociales, resultado del gradualcrecimiento demográfico, la cada más compleja gestión eco-nómica (excedentes, producción metalúrgica) y la competi-ción faccional, así como la aparición de los primeros sitiosmonumentales en piedra (megalitos) y con ellos los prime-ros paisajes, que ejercen una excepcional influencia ensociedades posteriores.

En el caso de las Tierras de Antequera se trata de un periodomucho mejor conocido que el cubierto por el bloque temático2, por lo que en este caso el principal problema será el deseleccionar qué temas, datos y ejemplos se utilizan en laexposición, y cuáles se excluyen. Desde la óptica del conjun-to de la primera de las áreas temáticas de la exposiciónAntequera Milenaria, titulada Prehistoria de las Tierras deAntequera, es en todo caso un factor considerablemente favo-rable, ya que este periodo es el que conoce la génesis delperiodo megalítico del que tratan el Conjunto Arqueológico ensí y la segunda área temática de dicha exposición permanen-te, La vida secreta de los dólmenes.

Para una mejor organización de los contenidos, este bloquedebe estructurarse en dos partes, donde la primera incluyelos periodos Neolítico (c. 6000-3200 a.C.) y Edad del Cobre(c. 3200-2100 a.C.), y el segundo la Edad del Bronce

Inicial (c. 2100-1600/1500 a.C.).Neolítico (c. 6000-3200 a.C.) y Edad del Cobre (c. 3200-2100 a.C.). Este arco temporal conoce el desarrollo de lascomunidades constructoras de megalitos en el sur de laPenínsula Ibérica, y es por tanto el periodo más directa-mente relevante para entender la sociedad que produjo losmonumentos de Menga, Viera y El Romeral.Edad del Bronce Inicial (c. 2100-1600/1500 a.C.).Representa una etapa de cambio social y cultural impor-tante donde se intensifican las dinámicas de complejiza-ción social (cultura del Argar en el sureste de España),dentro de un proceso social como parte del cual declinao desaparece la construcción de los megalitos (aunqueno su uso o reconocimiento).

Para la organización espacial y de contenidos, y en base ala calidad y cantidad de información disponible, recomenda-mos que este bloque represente en torno al 25% del total dela exposición.

Palabras clave para el bloque

Neolítico, Edad del Cobre, Edad del Bronce Antiguo, neoliti-zación, economía agraria, agricultura, ganadería, metalur-gia, sedentarización, asentamientos en cueva, asentamien-tos al aire libre, excedentes productivos, crecimiento demo-gráfico, agregaciones poblacionales, primeras aldeas, com-petición faccional, jerarquización social, desigualdad, tribus,jefaturas, paisajes monumentales, invención del paisaje,monumentalización de la naturaleza, megalitos, megalitis-mo, cuevas artificiales, colectivismo funerario, culto a losantepasados, culto a la fertilidad, arte megalítico, arte rupes-tre post-paleolítico, santuarios rupestres.

Neolítico (c. 6000-3200 a.C.) y Edad del Cobre (c. 3200-2100 a.C.)

Ideas-fuerzaEconomía agropecuaria: mayor seguridad productiva yestabilidad económica que producen una aceleración delcrecimiento demográfico, así como gradual incremento

272DOCUMENTO DE AVANCE DEL PLAN DIRECTOR | I. DEFINICIÓN

Explanada ante la entrada de la cueva del Toro en El Torcal deAntequera. Autores: Dimas Martín Socas y Maria DoloresCámalich Massieu.

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de la capacidad de acumulación de excedentes que con-duce a procedimientos cada vez más complejos de orga-nización social y política. En la exposición, utilizarmedios de producción agrícolas (por ejemplo hachaspulimentadas, microlitos, molinos) e imágenes de estruc-turas de almacenamiento (silos) de sitios antequeranospara explicar e ilustrar esta idea-fuerza.Aparición y consolidación del uso de metales y la meta-lurgia, una tecnología de profundo y perdurable impactoeconómico y social, por su especialización técnica, por lagradual manipulación social que presenta por parte delas élites y por las posibilidades de ampliación de lasredes de intercambio. Utilizar ejemplos de objetos metá-licos de cobre procedentes de sitios antequeranos, porejemplo necrópolis de cuevas artificiales de Alcaide.Gradual expansión de la ocupación del territorio, conpaulatino aumento del número de asentamientos y de sutamaño y consiguiente desarrollo de relaciones de vecin-dad más problemáticas (competencia por los recursos,demarcación de territorios). Utilizar ejemplos de asenta-mientos de la Edad del Cobre de gran tamaño (por ejem-plo El Perezón) o fortificados.Invención del “Paisaje” como monumentalización/ huma-nización de la naturaleza. Los primeros monumentosmegalíticos constituyen depósitos de la identidad culturaly faccional (familiar, clánica) y sirven para fijar la presen-cia de los grupos humanos en el medio, así como paraestablecer la legitimidad de los derechos de apropiaciónde las tierras. Para explicar esta idea fuerza, conectar conlos monumentos megalíticos de Antequera y del resto dela provincia de Málaga.Aparición de los enterramientos colectivos (en cuevasnaturales, en cámaras megalíticas, en cuevas artificia-les). El culto a los antepasados es uno de los más impor-tantes principios vertebradores de las primeras socieda-des agrarias. Los mausoleos y panteones con los restosde generaciones de antepasados adquieren una impor-tancia singular en la estructura ideológica y como expre-sión material de los principios que rigen la organizaciónsocial. Para ilustrar esta idea-fuerza, emplear imágenesde enterramientos colectivos que enfaticen el complicadoy pautado tratamiento de los restos humanos.

Dos grandes fases en la arquitectura monumental megalí-tica: la neolítica (dólmenes de galería, énfasis en el movi-miento y colocación de enormes bloques de piedra) y lacalcolítica (invención de la falsa cúpula, menos énfasis enlos inmensos monolitos y mayor uso de la mampostería).Utilizar los abundantes ejemplos existentes de sitios ante-queranos y malagueños para ilustrar esta idea-fuerza.

Yacimientos de referencia. NeolíticosTierras de Antequera: Cueva del Toro (Antequera); SimaHoyo del Tambor (Antequera); Peña de los Enamorados(Antequera); Cueva de la Higuera (Mollina, Málaga);Cueva de las Palomas (Teba).Provincia de Málaga: Cueva de Nerja (Nerja); El Charcón(Alozaina); Cueva Bajondillo (Torremolinos); Complejo ElHumo (La Araña, Málaga), Cueva del Gran Duque(Casares).

Yacimientos de referencia. Edad del CobreTierras de Antequera: Cueva del Toro (Antequera); Cuevade la Pulsera (Antequera); Sima Hoyo del Tambor(Antequera); Cerro de Marimacho (Antequera); Alcaide(Antequera); Cortijo Quemado (Antequera); El Silillo

273 ANÁLISIS Y EVALUACIÓN | MUSEALIZACIÓN Y EXPOSICIÓN ...

Materiales de prospección superficial recogidos en El Perezónen Antequera. Autor: Leonardo García Sanjuán y otros.

Cueva de Las Palomas (Teba, Málaga). Las cuevas fueron ocu-padas muy frecuentemente por las primeras sociedades neolí-ticas. Autor: Pedro Cantalejo Duarte.

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(Antequera); El Perezón (Antequera); Peña de losEnamorados (Antequera); Aratispi (Antequera);Almargen (Almargen); Cueva de la Higuera (Mollina);Abrigo de los Porqueros (Mollina); Alameda (Alameda);Cueva de las Palomas (Teba); Cortijo de San Miguel(Ardales); Ardales (Ardales); Galeota (Ardales); LasAguilillas (Ardales); Tajillo de Jesús (Ríogordo); Tajillodel Moro (Casabermeja); Chaperas 1 y 2 (Casabermeja);Cerro García (Casabermeja); Peñón del Oso (Villanuevadel Rosario); Tajo de Doña Ana (Alfarnatejo); Eras dePeñarrubia (Campillos). Provincia de Málaga: Cueva de Nerja (Nerja); Llano de laVirgen (Coín); Cueva Bajondillo (Torremolinos); La Araña(Málaga); San Telmo (Málaga); Sima de la Curra(Carratraca); El Sendajo del Quemao; El Moral deMontecorto (Ronda); Las Mezquitas (Periana).

Materiales de referencia. NeolíticosTierras de Antequera: brazaletes y collares de la cuevadel Toro (Antequera); colección de industria lítica super-ficial del Perezón (Antequera); colección de hachas puli-mentadas varias procedencias de Antequera (CADA);falanges decoradas de la cueva de Ardales (Ardales).Provincia de Málaga: brazaletes de mármol liso y mala-cofauna de la cueva de Nerja y cerámica cardial-cardia-loide, cerámica a la almagra y cerámica de cordones dela cueva de Nerja (Nerja).

Materiales de referencia. Edad del CobreTierras de Antequera: brazaletes y collares de la cuevadel Toro (Antequera); colección de industria lítica super-ficial del Perezón (Antequera); colección de hachas puli-mentadas de varias procedencias de Antequera (CADA);falanges decoradas de la cueva de Ardales. Provincia de Málaga: brazaletes de mármol liso y malaco-fauna, cerámica cardial-cardialoide, cerámica a la almagray cerámica de cordones de la cueva de Nerja (Nerja).

Recursos museográficos especialesRecurso explicativo especial dedicado a la Peña de losEnamorados, como elemento prominente del paisajeantequerano para las primeras sociedades agrarias de la

274DOCUMENTO DE AVANCE DEL PLAN DIRECTOR | I. DEFINICIÓN

Abrigo de Matacabras en la ladera sur de La Peña. Autor: Leonardo García Sanjuán y otros.

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región, incluyendo maqueta o plano, o reconstrucción vir-tual de detalle o audiovisual. Explicación detallada detodos los sitios identificados en este gran complejoarqueológico, tanto de habitación (Edad del Cobre y Edaddel Bronce), como rituales (Abrigo de Matacabras yPiedras Blancas I), como funerarios (Piedras Blancas II yenterramientos de la Edad del Bronce).Recurso explicativo especial dedicado a la cestería eindustria textil de la cueva del Toro (Antequera), conec-tándolo con los hallazgos de la cueva de los Murciélagosde Albuñol, con el objetivo de mostrar al visitante la partede la cultura material prehistórica que menos habitual-mente se conserva.Recurso explicativo especial dedicado a las cuevas artificiales,que constituyen un tipo de contenedor funerario de impor-tancia análoga a los megalitos durante el tercer milenio, peroque el visitante no llega a conocer en la visita a los dólmenesde Antequera. Lo más recomendable sería hacer una repro-ducción a escala 1:1. En su defecto, una maqueta.Recurso audiovisual de vida diaria en una aldea de laEdad del Cobre, grabado con actores en La Algaba(Ronda), mostrando especialmente forma y arquitecturadel poblado, de las viviendas, de la tecnología (con espe-cial énfasis en la hecha con materiales perecibles, queestá menos representada en el registro arqueológico) y dela alimentación.

Edad del Bronce inicial (c. 2100-1600/1500 a.C.)

Ideas-fuerzaEn este periodo se producen una serie de cambios cultura-les, sociales e ideológicos importantes.

Se consolida un nuevo tipo de sociedad, más jerarquiza-da (que en el caso del sureste sería, según algunos auto-res, incluso estratificada, de clases o estatal) y por tantobasada en relaciones de poder más fuertes.Existe una mayor tensión y competencia entre comunida-des para la obtención de recursos agrarios y metalúrgi-cos, por lo cual se producen importantes cambios en lasestrategias de asentamientos. Los poblados de este perio-do suelen estar ubicados en cerros muy escarpados e

inaccesibles, que son así fácilmente defendibles de ata-ques exteriores. El conflicto y la guerra se convierten enun fenómeno cultural extendido.Como resultado más visible de estos procesos se consta-ta el surgimiento de una élite social de carácter militaris-ta o guerrero, que en sus tumbas se hace acompañar deuna serie bastante característica de objetos, tales comoarmas y adornos personales de metal (oro, plata).

Yacimientos de referenciaTierras de Antequera: Peña de los Enamorados(Antequera); El Tardón (Antequera); Cortijo deRodahuevos (Antequera); Morenito 1 (Ardales).Provincia de Málaga: Acinipo (Ronda); El Moral deMontecorto (Ronda); Llano de la Virgen (Coín); Lagar delas Ánimas (Málaga); La Negreta (Alcaucín); Sierra delHacho (Pizarra); Cerro de la Peluca (Málaga); Los Poyosdel Molinillo (Frigiliana).

Materiales de referenciaTierras de Antequera: materiales de superficie de la Peñade los Enamorados (Antequera); placa de arquero delTardón (Antequera); hacha trapezoidal del Tardón(Antequera); puntas de palmela y puñal de lengüeta delTardón (Antequera); punzones y espirales del Tardón(Antequera); cerámica campaniforme del Tardón(Antequera). Provincia de Málaga: puñal-espada de cobre arsenicadodel Lagar de las Ánimas (Málaga); vasos cerámicos delLagar de las Ánimas (Málaga); hacha pulimentada con

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Detalle de tejido de esparto. Fase IV. Las investigaciones lleva-das a cabo por la Universidad de la Laguna en la Cueva delToro arrojaron una rica secuencia de ocupación con materialesexcepcionales. Autores: Dimas Martín Socas y Maria DoloresCamalich Massieu.

Materiales de prospección superficial en el yacimiento PiedrasBlancas I, en La Peña. Autor: Leonardo García Sanjuán yotros.

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pintura roja de la Sima de la Curra (Carratraca); puñaltriangular de cobre con tres remaches de La Negreta(Alcaucín); placa de arquero de pizarra de La Negreta(Alcaucín); puñal triangular de Sierra del Hacho(Pizarra); placa de arquero en pizarra de Sierra del Hacho(Pizarra); punta de palmela de Sierra del Hacho (Pizarra).

Recursos museográficos especialesRecurso especial dedicado a los enterramientos en cista,que constituyen un tipo de contenedor funerario quereflejan los importantes cambios que se producen en laesfera de la ideología funeraria como reflejo de la mayordesigualdad social. Lo más recomendable sería haceruna reproducción a escala 1:1. En su defecto, unamaqueta. Este recurso debe ser conectado con los pro-puestos previamente para las prácticas funerarias delPaleolítico Superior (enterramiento en cueva natural) y dela Edad del Cobre (cuevas artificiales).Representación a escala 1:1 de un guerrero de la Edaddel Bronce. Como se ha expuesto anteriormente, una delas ideas-fuerza a destacar en esta parte de la exposiciónes el incremento de la complejidad social, con relacionesmás acusadas de desigualdad dentro de las comunida-des y entre ellas. La aparición de una élite militarista o“guerrera” es una de las expresiones mejor constatadasde este fenómeno en el registro arqueológico. Tomarcomo referencia para indumentaria y aspecto la “momia”de Galera (Granada).Reconstrucción virtual de un asentamiento de la Edaddel Bronce. Inspirar en los datos del poblado reconstrui-do del cerro del Castellón Alto (Galera, Granada).

MÓDULO 4. Lejanas tierras

IntroducciónEste módulo temático abarca un arco temporal de unos 1.500años, el más breve de todos los considerados hasta ahora,incluyendo los periodos finales de la Prehistoria Reciente y laProtohistoria (designación a menudo aplicada a la Edad delHierro en las regiones del sur de la Península Ibérica).

En este módulo el aspecto temático clave es la dinámica decreciente contacto e interacción que las sociedades de lasTierras de Antequera experimentan con sociedades extrape-ninsulares (una dinámica, por supuesto, extrapolable de unaforma general a las sociedades de toda la provincia deMálaga y al conjunto del sur penínsular). El título de“Lejanas tierras” hace precisamente referencia al papel cadavez más importante que sociedades ubicadas a gran distan-cia geográfica van a ir teniendo en las sociedades localesibéricas. Esta influencia se irá transformando e irá aumen-tando en intensidad con el tiempo (primero asumiendoforma de contactos comerciales, luego de colonización, ymás tarde de imperialismo) hasta que, con la entrada enescena de los superpoderes mediterráneos, Cartago y Roma,en el siglo III a.C., la totalidad de la Península Ibérica quedeenglobada en una confrontación imperialista que conoceráel final de la etapa convencionalmente conocida comoPrehistoria y el comienzo de la Historia.

Para una mejor organización de los contenidos, este módu-lo debe estructurarse en dos partes:

Segunda etapa de la Edad del Bronce (Reciente/Final) (c.1600/1500-850 a.C.), un periodo donde se intensificansignificativamente los contactos comerciales tanto conlas sociedades atlánticas (Bronce Atlántico) como con lassociedades mediterráneas (Precolonización), con losmetales de cobre, estaño y plata como motores principa-les de ese comercio.Edad del Hierro (c. 850-200 a.C.), un periodo que cono-ce el asentamiento colonial de comunidades delMediterráneo oriental (fenicios y griegos) en todas lascostas del levante y sur peninsular. La cercana influenciade comunidades de mayor complejidad social, económi-ca y tecnológica producirá una dinámica de aculturación(a menudo referida en la literatura como orientalización)dentro de las sociedades locales, que “reciben” aportacio-nes tecnológicas cruciales tales como la escritura, lametalurgia del hierro, el torno alfarero, etc. A partir delsiglo V a.C., en la Segunda Edad del Hierro, se constataesta fuerte aculturación en todas las esferas de la vida delas sociedades locales peninsulares.

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En el caso de las Tierras de Antequera se trata de un periodopeor conocido que el cubierto por el módulo temático 3, porlo que en este caso, de nuevo, el principal problema será el deencontrar ejemplos, datos y materiales que utilizar para laexposición Antequera Milenaria: Prehistorias de una tierra.

No obstante, porque supone un periodo en su conjunto biendocumentado para el resto de la provincia de Málaga,donde, por ejemplo, se han excavado algunas de las másimportantes colonias fenicias, para la organización espacialy de contenidos, y en base a la calidad y cantidad de infor-mación disponible, recomendamos que este módulo repre-sente en torno al 25% del total de la exposición.

Palabras claveContacto, interacción, comercio de larga distancia, dinámi-cas centro-periferia, colonialismo, imperialismo, asenta-mientos fortificados, control del territorio, complejizaciónsocial, jerarquización social, prestigio guerrero, jefaturas,estados, estelas, ritos funerarios de cremación.

Segunda etapa de la Edad del Bronce (c. 1600/1500-850 a.C.)

Ideas-fuerzaSe producen cambios culturales y sociales importantes conrespecto a la primera fase o etapa de la Edad del Bronce,que se pueden resumir en las siguientes ideas-fuerza:

Intensificación de las dinámicas de contacto y comerciocon sociedades situadas a gran distancia. Esta dinámicase refleja a partir del siglo XIV a.C. con la aparición decerámicas micénicas (griegas) en el asentamiento delLlanete de los Moros (Montoro, Córdoba). La PenínsulaIbérica comienza a entrar de forma efectiva en un siste-ma mundial de interacción económica y cultural. Por eloeste se produce igualmente un incremento de las diná-micas de intercambio comercial, especialmente de obje-tos metálicos, con regiones de Francia y las islas británi-cas (una red de contactos conocida en la literaturaarqueológica como Bronce Final Atlántico).Debido a esta nueva dinámica comercial, el control de lasrutas de comercio y de los puntos estratégicos de paso

(vados, puertos, etc.) se vuelve muy importante, por loque aparecen importantes asentamientos fortificados queactúan como lugares de control de territorios económicosy comerciales. Utilizar los sitios de la Peña de losEnamorados y Aratispi para ejemplificar esta idea-fuerza.Ello está relacionado con la fuerte expansión de la econo-mía metalúrgica, tanto por el avance tecnológico quesupone la aparición del verdadero bronce (aleación decobre y estaño), como por el aumento del volumen deproducción e intercambio (el ejemplo a utilizar sería eldel depósito de la ría de Huelva, con más de trescientosobjetos), y por la especialización funcional de dicha pro-ducción hacia los objetos militaristas (armas) y de presti-gio (adornos personales). Utilizar la espada de Almargenpara ejemplificar esta idea-fuerza.La consolidación de una fuerte economía metalúrgica cadavez más interregional (e incluso internacional) se relacionamuy posiblemente con una mayor jerarquización social,aunque este extremo es difícil de confirmar por la escasezde sitios funerarios de este periodo (las prácticas funerariaspredominantes no parecen dejar vestigios arqueológicosmuy claros). Una posible expresión de esa mayor jerarqui-zación social son, en todo caso, las estelas de guerrero (amenudo citadas en la bibliografía, de forma más bien con-fusa, como “estelas tartésicas”), que son representacionesgráficas de personajes poderosos, héroes míticos o divini-dades caracterizadas como poderosos guerreros que exhi-ben su panoplia de armas. Utilizar la estela de Almargenpara ejemplificar esta idea-fuerza.

Yacimiento de referenciaTierras de Antequera: Peña de los Enamorados(Antequera); Aratispi (Antequera); Huertas de Peñarrubia(Campillos); Almargen (Almargen); Ardales (Ardales).Provincia de Málaga: Acinipo (Ronda); Cerro de laCapellanía (Periana).

Materiales de referenciaTierras de Antequera: estela decorada y espada de lenguade carpa (Almargen). Cazuelas bruñidas de la Peña delos Enamorados (Antequera); martillo minero de CerroSabora (Cañete la Real).

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Provincia de Málaga: cerámica esgrafiada de cazuelas dehombros marcados del Castillón.

Recursos museográficos especialesAudiovisual con animación que parte de las representa-ciones de guerreros en estelas para generar una recons-trucción virtual realista de un guerrero de este periodo ycompararlo con la reconstrucción realizada en el módulo2 de un guerrero del Bronce Antiguo, pormenorizandotodos los objetos de la panoplia que han cambiado en laimagen del guerrero (por ejemplo, presencia de cascos,carros de guerra, lanzas, espadas, espejos y otros).

Edad del Hierro (c. 850-200 a.C.)

Ideas-fuerzaEn la Edad del Hierro se producen cambios culturales ysociales muy importantes que abren una nueva etapa en laevolución de las sociedades peninsulares ibéricas. Estoscambios tienen su origen en la intensificación de los contac-tos culturales (económicos, comerciales, demográficos, ide-ológicos) con formaciones sociales orientales, y se puedenresumir en las siguientes ideas-fuerza:

Aculturación por influencia de las colonias fenicias esta-blecidas en la costa malagueña. Las sociedades anteque-ranas y malagueñas se encuentran, a partir aproximada-mente de mediados del siglo IX, con la presencia de unosenclaves coloniales ocupados por comerciantes y colonosprocedentes del levante mediterráneo, que hablan len-guas distintas, utilizan una tecnología más sofisticada(navegación, arquitectura, metalurgia, escritura), formanparte de sistemas de organización política muy comple-jos (estados) y practican una religión distinta.Como resultado del “diálogo” cultural que establecen conlos colonizadores, las poblaciones locales experimentanun acelerado proceso de transformación social, de formaque en apenas trescientos años, hacia mediados del sigloVI, aparecen las conocidas como “etnias prerromanas”, ogrupos sociales ibéricos (de los que a partir de ciertostestimonios de escritores y viajeros de la Antigüedad seconocen ciertos nombres), cuya cultura combina ele-

mentos ancestrales locales con elementos novedososadaptados y asimilados a partir de la interacción con loscolonos fenicios y griegos.Los grupos étnicos con los que se puede relacionar a laspoblaciones de las Tierras de Antequera y toda la provin-cia malagueña por extensión son los turdetanos (quehabría ocupado fundamentalmente el valle medio y bajodel Guadalquivir y los pies de sierra adyacentes), baste-tanos (que habría ocupado la actual provincia de Almeríay la parte más oriental de la de Málaga) y oretano (en elalto valle del Guadalquivir y sectores adyacentes de Jaény Granada). De acuerdo con algunas interpretaciones, lacosta malagueña habría estado ocupada por comunida-des de origen oriental (o muy fuertemente orientalizadascomo resultados de la colonización fenicia), denomina-das bástulos o libio-fenicios, que habrían utilizado la len-gua fenicia.Durante la colonización fenicia se consolidan y expandenlas redes comerciales que se habían formado en la etapafinal de la Edad del Bronce, produciéndose una mayorintegración interregional. A partir de este proceso,Antequera asume un importante papel comercial y eco-nómico como de cruce de caminos y lugar de paso derutas entre el sur y el norte y entre el oeste y el este; unpapel que definirá su configuración económica en lospróximos siglos y que contribuirá a su pujanza económi-ca en periodos históricos venideros.De la dinámica de interacción entre nativos y extranjerosque se produce a partir del siglo IX a.C. un aspecto a des-tacar es el trasvase de tecnología hacia las poblacioneslocales, incluyendo principalmente la escritura, técnicasarquitectónicas, así como técnicas artesanales metalúrgi-cas (siderurgia, orfebrería) y alfareras (torno). Ilustrar coninscripciones fenicias del cerro del Villar.Igualmente las poblaciones coloniales y las élites localesse convierten en consumidoras de productos de lujo exó-ticos que proceden del Mediterráneo central u oriental(alabastros, cerámicas de lujo griegas y fenicias, textiles,gemas y piedras raras. Estos productos pasarán poste-riormente, a partir del siglo V, a definir social y política-mente el estatus de las élites ibéricas. Ilustrar con alabas-tros o cerámica importada de lujo.

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Yacimientos de referenciaTierras de Antequera: Aratispi (Antequera); Cerro de lasCapacheras (Archidona); Los Castillejos (Teba); Teba(Teba); Huertas de Peñarrubia (Campillos). Provincia de Málaga: Cerro del Villar; Toscanos; Mainake-Málaga; Cerro del Castillo (Fuengirola); Campos Elíseos(Gibralfaro); Acinipo (Ronda); Cerro del Aljibe (Coín);Cerro de la Tortuga (Málaga); Arroyo Hondo (Álora).

Materiales de referenciaInscripción fenicia del cerro del Villar.Broches “tartésicos” del cerro del Aljibe (Coín).Fíbula de doble resorte de Villalba.Cerámica griega del castillo de Fuengirola (Málaga).Vasos de alabastro.Exvoto ibérico del valle de Abdalajís.Ajuar funerario guerrero del cerro del Aljibe de Coín.

Recursos museográficos especialesRecurso explicativo consistentes en mapas interactivosmostrando la posición de las Tierras de Antequera conrespecto a: 1) las colonias fenicias y griegas en Málaga,la Península Ibérica y el Mediterráneo oriental; 2) lasesferas de influencia púnica y romana a la altura de lossiglos IV-III a.C. Estos mapas tienen como objeto mostrarcómo en este periodo las Tierras de Antequera entran enla órbita de un sistema mundial que tiene su génesis ycentro en el Mediterráneo oriental, en lo que de hechoconstituye en la época un proceso muy análogo al queactualmente se conoce como “globalización”.Recurso explicativo especial consistente en reconstruc-ción a escala 1:1 (o, en su defecto, maqueta) de unacámara funeraria fenicia con ajuares compuestos porobjetos exóticos. Este dispositivo tiene como propósitomostrar la evolución de las prácticas funerarias y se debeponer en relación con los propuestos en el módulo 2(enterramiento Paleolítico Superior), módulo 3 (enterra-miento colectivo en cueva artificial y enterramiento encista).Reconstrucción virtual de una casa o barriada (o encla-ve) fenicio a partir de los datos de Toscanos, cerro delVillar u otros. Ese recurso se pone en relación con el

vídeo de la vida cotidiana en el poblado de la Edad delCobre de La Algaba (Ronda) y con la reconstrucción vir-tual de un poblado de la Edad del Bronce a partir de losdatos de Castellón Alto (Galera), ambos recursos pro-puestos para el módulo 3.

MÓDULO 5.La tierra pintada

IntroducciónEste módulo tiene un carácter temático y no cronológico, por loque abarca todo el arco temporal de la Prehistoria y laProtohistoria, adentrándose, incluso, en la Antigüedad y elMedievo, como se expone más adelante. La gran cantidad,diversidad y calidad del arte rupestre presente en las Tierras deAntequera y en el conjunto de Málaga, con diferencia la pro-vincia andaluza donde mejor queda reflejado este magno fenó-meno, justifica que se reserve y personalice una parte impor-tante de la exposición para dar a conocer y explicar este tema.

Para una mejor organización de los contenidos, este módu-lo debería ser dividido en dos apartados, uno dedicado alarte en las cuevas del Paleolítico Superior (correspondientepor tanto a las primeras sociedades humanas de cazadoresy recolectores) y otro dedicado al arte postpaleolítico (crono-lógicamente ubicado en el Neolítico, la Edad del Cobre y laEdad del Bronce, y correspondiente por tanto a las socieda-des agrarias y metalúrgicas de la Prehistoria Reciente). Noobstante, la exposición debería precisamente poner el énfa-sis en resaltar las principales semejanzas y diferencias entreunas y otras manifestaciones del arte rupestre, correspon-dientes a dos tipos de sociedades muy distintas, pero que,sin embargo, presentan unas concomitancias importantes.

La cantidad, diversidad y calidad de los testimonios de arterupestre presentes en las Tierras de Antequera y en la pro-vincia de Málaga justifican que este módulo 5 sea el demayor importancia relativa dentro de toda el área temáticaAntequera Milenaria: Prehistoria de las Tierras deAntequera, por lo que recomendamos que no representemenos del 30% del total de la exposición.

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Palabras claveArte rupestre, arte parietal, arte mobiliar, arte megalítico,cuevas, abrigos, santuarios rupestres, grabados, pigmentos,antropomorfos, zoomorfos, geometrismo, naturalismo,esquematismo, chamanismo, agregaciones, superposicio-nes, magia simpática.

Ideas-fuerzaEl arte rupestre constituye el primer sistema gráfico humano,empleado como soporte y vehículo de transmisión de informa-ción parcialmente codificada (conectar con los sistemas deescritura ideográfica, con los que el arte rupestre de las socie-dades prehistóricas guarda bastantes analogías). Conexión delarte rupestre con la mayor complejidad cognitiva de Homosapiens, especialmente mayor capacidad de abstracción. Elarte rupestre de las cuevas paleolíticas se mantuvo durantecerca de 20.000 años como soporte de información para laeducación, la cultura, la identidad y la memoria, lo cual con-vierte a dichas cuevas en espacios consagrados a la transmi-sión de información y a la culturación de las nuevas genera-ciones (en la provincia de Málaga las cuevas de la Pileta yArdales corroboran el uso continuado durante milenios y elenorme respeto que los sucesivos artistas mostraron por el tra-bajo de quienes les habían precedido).

Los principales contextos o escenarios en los que se verificael arte rupestre del Paleolítico Superior son las cuevas, luga-res profundos, oscuros y a menudo inaccesibles, por lo quetiene muy poca o nula visibilidad e impacto exterior. Laaccesibilidad a estos lugares estaba delimitada por una seriede condicionantes físicos, ya que se requería iluminaciónartificial (y grasa para combustible), además de cuerdaspara los desplazamientos. Se ha constatado la presencia deniños y adolescentes en el interior de las cuevas (huellas deniños fósiles en Ardales).

Los principales temas del arte rupestre en el PaleolíticoSuperior son los signos (los más numerosos y complejos deinterpretar), los zoomorfos (animales mostrados en figurasbastante realistas, casi siempre herbívoros, y que son lasmejor estudiadas) y los antropomorfos, incluyendo tanto lasmanos (de dos tipos, pintadas en negativo, es decir, situan-do la mano sobre el soporte y soplando el pigmento, o enpositivo, es decir, embadurnándose la mano de pintura ymanchando el soporte) como las figuras humanas comple-tas, que son mucho más raras, y que en todo caso incluyencasi exclusivamente mujeres. Los autores del estudio de lacueva de Ardales (Ardales) han señalado que algunos de losmotivos abstractos o signos están relacionados con la explo-ración y configuración de las propias cuevas y, por exten-sión, del mundo, que los animales vinculan a los sereshumanos al ecosistema en el que viven y del que dependen,que las manos constituyen expresiones de conceptos deapropiación de los lugares y que las figuras humanas mues-tran el importante papel de la mujer en la sociedad cazado-ra-recolectora.

Las principales técnicas empleadas en el arte rupestre delPaleolítico Superior son la pintura, el grabado y la escultura.La pintura es la más frecuente, y aparece en numerosascuevas y abrigos, empleando fundamentalmente el rojo, elnegro y en menor grado el amarillo, los ocres y los marro-nes. Los pigmentos son elaborados a partir de óxidos mine-rales, arcillas y carbones, y, como medio, se emplean tantolos dedos como pinceles, carboncillos y primitivos pulveriza-dores. El grabado es menos frecuente, utilizándose los dedosen superficies blandas, instrumentos de hueso, sílex para las

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El Enclave Arqueológico de Peñas de Cabrera cuenta connumerosos abrigos con abundante presencia de pintura rupes-tre. Autora: Victoria Eugenia Pérez Nebreda.

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más duras, así como cinceles de metal. Las técnicas emplea-das son muy variadas, incluyendo la incisión simple o múl-tiple, la percusión indirecta, la extracción, el raspado, laabrasión o el repiqueteado. Finalmente, en lo que se refierea la escultura, durante el Paleolítico se aprovechan las for-mas naturales de las paredes de las rocas para representarlos conceptos más tridimensionalmente.

El arte rupestre postpaleolítico o arte rupestre esquemáticopracticado por las comunidades agrarias del Neolítico y lasEdades del Cobre y Bronce supone en muchos aspectos unacontinuación conceptual del que practicaron sus predeceso-res paleolíticos miles de años atrás, pero también comportamuchos cambios. Una idea-fuerza común tanto al arterupestre paleolítico como al postpaleolítico es la existenciade un potente diálogo subyacente entre lo “natural” (formas,texturas y superficies naturales) y lo “artificial” o “cultural”(motivos, grados, pinturas, aplicadas por la mano del serhumano). Una diferencia importante es que el arte rupestrepostpaleolítico da mucha más importancia a la figura huma-na que a la de los animales (es más antropocéntrico) que elarte paleolítico. De hecho, en la provincia de Málaga no hayningún zoomorfo claramente reconocido en todo el arteesquemático documentado.

La temática del arte postpaleolítico es más amplia y diversi-ficada, incluyendo composiciones narrativas con agregacio-nes a veces complejas de motivos que tienen una conexióndirecta con las prácticas sociales y económicas de las comu-nidades agrarias pero que también están posiblemente vin-culadas a la cosmovisión y al mantenimiento de la memoriacolectiva. En el arte postpaleolítico, el elevado esquematis-mo dificulta la interpretación de los motivos y sus composi-ciones, aunque igualmente se distinguen signos, zoomorfosy antropomorfos.

Aunque también ampliamente documentado en cuevas,muchos de los principales contextos o escenarios en los quese verifica el arte rupestre postpaleolítico son abrigos rupes-tres, oquedades de tamaño variable que se forman natural-mente en las laderas de las formaciones montañosas peroque no son cuevas en sentido estricto. Se trata por tanto de

sitios mucho más visibles y accesibles que las profundascuevas en cuyas cámaras naturales se desarrollaba el artede los cazadores y recolectores.

Otra importante diferencia con respecto al arte rupestrepaleolítico que debe ser resaltada en la museografía de laexposición es que el arte rupestre postpaleolítico presentauna fuerte asociación, tanto contextual como iconográfica,con grafías realizadas en monumentos megalíticos y otrossoportes (incluso artefactos y objetos portables). La conexiónentre el megalitismo y el arte rupestre postpaleolítico seexpresa tanto en la homogeneidad de motivos ycomposiciones como en vínculos paisajísticos complejos.

La asociación de carácter espacial-paisajístico entre elmegalitismo y los abrigos con arte rupestre remite a las diná-micas de territorialización cada vez más intensas que expe-rimentan las comunidades agrarias debido a la crecientecompetición por los recursos, pero también puede obedecera patrones complejos de referencia ideológica relativos a lacosmovisión y la memoria (utilizar a este respecto el ejem-plo de la orientación axial de Menga hacia la cara norte dela Peña de los Enamorados, donde se ubica el abrigo conpinturas de Matacabras).

Yacimientos de referenciaTierras de Antequera: Matacabras (Antequera); Cortijo dela Escardadera (Antequera); Arquillo de los Porqueros(Antequera); Cueva de Ardales (Ardales); Peñas deCabrera (Casabermeja); Casillo del Búho (Cañete laReal).Provincia de Málaga: Cueva de Nerja (Nerja); Cueva dela Pileta (Benaoján); Cueva Bermeja (Benaoján); Cuevade la Victoria (Rincón de la Victoria); Complejo del Humo(La Araña); El Romeral (Periana); Raja de Retuntún(Casarabonela).

Materiales de referenciaEn principio, dada su naturaleza cronológicamente transver-sal y centrada en un tema muy concreto, para este módulotemático no se contempla ninguna selección de materialesde referencia. No obstante, puede ser de interés contar con

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muestras o reproducciones de medios utilizados para la pin-tura prehistórica, como por ejemplo depósitos de ocres,paletas, etc. Un buen ejemplo de este tipo de objetos sería:

Tierras de Antequera: Lámparas de la cueva de Ardales(Ardales) y ejemplos de pigmentos naturales en cualquiermunicipio.Provincia de Cádiz: Paleta de caliza para ocre y macha-cadores en caliza para ocre del dolmen de Alberite,Villamartín (Cádiz).

Recursos museográficos especialesPara este módulo se recomienda un dispositivomuseográfico principal, aunque de especial desarrollo eimpacto museológico. Se trata de un montaje audiovisualque debería proyectarse sobre la gran pared de la parte surdel espacio adjudicado a la exposición Antequera Milenaria:Prehistoria de las Tierras de Antequera. De acuerdo con laimportancia relativa que este módulo tiene dentro del diseñomuseológico propuesto en este documento, y por el singularvalor cultural y patrimonial que el fenómeno del arte

rupestre tiene en la provincia de Málaga, este dispositivosería el verdadero “protagonista visual” de esta exposición.Recomendamos que el montaje audiovisual reúna algunascaracterísticas específicas de duración, formato y efectosespeciales. En lo que se refiere a la duración, el montaje nodebe ser excesivamente corto ni excesivamente largo, por loque una duración máxima de veinte minutos esrecomendable. En relación con su formato, sugerimos que lagran pared-lienzo sea utilizada de dos modos. En unaproyección de baja intensidad, se irían pasando imágenes(fotografías, dibujos, reconstrucciones) relativas al arterupestre malagueño y andaluz. En este modo no hay sonido,sino tan sólo imágenes que además se proyectan lentamente,de forma que la proyección de las imágenes cree ambientepero no interfiera con la visita normal de la exposición. En unmodo de intensidad alta, por ejemplo una vez a la hora, seproyecta un vídeo, esta vez con sonido, donde se explicanconceptos generales sobre el arte rupestre y se explican losprincipales ejemplos conocidos en las Tierras de Antequera yla provincia de Málaga. Finalmente, en lo que respecta a losefectos especiales, para ayudar al visitante a entender lacompleja simbología de algunos de los motivos reflejados enel arte rupestre, una característica especial que podría tenereste montaje audiovisual sería la inclusión de animacionesde los motivos de arte rupestre, que mediante los efectosdigitales “adquirirían vida”, moviéndose, en incluso“transformándose” en objetos reales. Ello ayudaría a mostrarel trasfondo social de actividades económicas, religiosas,etc., de la que el arte rupestre actúa casi como un archivográfico (escenas de caza, de danzas, de ceremonias, etc.)

Un segundo dispositivo museográfico podría hacer referen-cia de forma monográfica dedicado a la cueva de Ardales,conectando al visitante de paso con otro sitio patrimonialvisitable en las cercanías de Antequera. La cueva de Ardaleses posiblemente el más excepcional sitio de arte rupestre detoda Andalucía. Descubierta primero en 1821, las pinturasy grabados no se descubrieron hasta 1918 por Henri Breuil.La cueva tiene 1.600 m de recorrido, divididos en cincoespacios o sectores principales: Entrada o Sala del Saco,Zona central o Sala de las Estrellas, Zona marginal o Galeríade los Laberintos, Zona final o Galería del Calvario (la zona

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Iglesia rupestre mozárabe de Bobastro (Ardales, Málaga).Autor: José Ramón Menéndez de Luarca.

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de mayor complejidad técnica e iconográfica) y las GaleríasAltas o Galerías Nuevas. Hasta la fecha se han documenta-do 1.009 motivos, entre los que destacan 892 signos o res-tos de pinturas, 97 animales (siendo más numerosos losciervos y ciervas o los caballos), nueve manos pintadas (úni-cas en el patrimonio andaluz) y once figuras antropomórfi-cas femeninas. La abundancia de los ciervos muestra suimportancia para la economía de la comunidad. A través delos paneles, en las tres escenas localizadas en la pared de laizquierda, puede ser interpretado como tres momentos. Enlos tres momentos aparece un ciervo en actitud de brama(ligada al otoño), ciervos jóvenes con la cornamenta desarro-llada, que acompañan a un grupo de hembras. La actitud deberrea, así como los comportamientos de las hembras pue-den mostrar diferentes momentos del instinto otoñal de esteanimal. Existe una relación entre la zona de caza, las esta-ciones y el arte faunístico representado, probablemente enotoño los grupos se dispersarían a sus territorios de inverna-da posiblemente a la bahía de Málaga. Las once figurasantropomórficas femeninas son de una excepcional singulary revelan claramente la importancia ideológica de la fecun-didad. Finalmente, las cinco manos han sido interpretadascomo evocación de los antepasados que legitiman el uso delterritorio y sus productos tanto de sustento (caza) como dematerias primas. Las técnicas empleadas incluyen pintura(roja y negra) y grabado (empastados o no, y con incisionesen V o U).

Un tercer y último dispositivo museográfico, más simple,que recomendamos para este módulo temático, es un panelespecífico dedicado a las iglesias rupestres cristianas anti-guas y mozárabes de la provincia de Málaga. El hecho deque en Málaga se den a la vez dos fenómenos como el arterupestre prehistórico y las iglesias cristianas rupestres no nosparece desconectado y ofrece grandes posibilidades paraexponer la realidad de la continuidad de larga duración delas prácticas religiosas. Los trabajos realizados por R.Puertas Tricas ofrecen una base de información muy intere-sante para elaborar este elemento expositivo. Igualmente, elsitio de Peñas de Cabrera (Casabermeja) ha deparado evi-dencias del solapamiento y coincidencia en la utilización delsitio para cultos prehistóricos y antiguos.

La vida secreta de los dólmenes

Área temáticaAT2: La vida secreta de los dólmenes.

Módulos temáticosLa vida secreta de los dólmenes.AT2-ME1: Historia de la investigación.AT2-ME2: La arquitectura invisible.AT2-ME3: Dólmenes, espacio y tiempo.AT2-ME4: Memorial Dólmenes de Antequera.

La vida secreta de los dólmenes se plantea como uno de losdos espacios expositivos de que consta el proyecto museís-tico Antequera Milenaria. Su objetivo es complementar lavisita al conjunto megalítico ofreciendo al visitante aquellainformación “oculta” que no se aprecia a simple vista ni sefacilita durante los recorridos guiados. Se compone de cua-tro ámbitos.

MÓDULO 1. Historia de la investigación

Etapas histórica de la investigación

Se ordena en cinco unidades temáticas que se correspondencon las distintas etapas de la investigación:

Interpretación mítica y crónicas.De Mitjana a Siret.De Gómez-Moreno a Giménez Reyna.Aportaciones de la Universidad de Málaga.El siglo XXI.

Propuesta expositiva: Cinco paneles gráficos con textos e imágenes.

Crónicas megalíticas

Se ofrece información puntual sobre asuntos concretos rela-cionados con los Dólmenes de Antequera. Cada tema se

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El sol ilumina la pared del fondo de la camarita de El Romeral enel solsticio de invierno en 2009. Autor: Javier Pérez González.

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resuelve mediante textos breves en forma de reseñas contítulos y textos periodísticos.

La primera noticia.La primera reseña.La primera descripción.Orígenes míticos.Orígenes históricos.Orígenes prehistóricos.El primer estudio monográfico.Las primeras imágenes.Las primeras excavaciones.Los primeros materiales arqueológicos.Los primeros investigadores extranjeros.La primera visión de conjunto.Leyendas de Menga.Los buscadores de tesoros.La Antigüedad y la Edad Media.Menga: el topónimo.Las peripecias de lady Tenison.Las acuarelas perdidas.Un hacha y un matemático.El “redescubrimiento” de Viera.¿Por qué se llaman Viera y El Romeral?El olivo centenario.

Propuesta expositivaLa forma de presentación de esta sección se plantea con unformato interactivo. Se busca antes una aproximación lúdi-ca, intuitiva y emocional que la estrictamente racional. Elvisitante podrá elegir los temas en función de la sugerenciaque se le ofrece con cada título, libremente y sin un ordenpreestablecido, accediendo únicamente a los contenidos queconsidere de interés.

La primera noticiaLa primera referencia escrita conocida en la que aparece eltopónimo “Menga” se recoge en una licencia para construirun eremitorio en sus proximidades, otorgada por el entoncesobispo de Málaga, César Riario, y fechada en 1530. Estáescrita en latín y en ella se puede leer: “Cum ittaque, sicutnobis exposuisti, tu zelo devotionis accensus cupis quoddam

oratiorum, seu saccelum, heremitorium nuncupatum, in viapublica de Archidona, prope antrum de Menga vulgariternuncupatum, in certo predio hec edificare.”, es decir:“Puesto que, como nos has expuesto, movido por tudevoción, deseas algún oratorio, sagrario o pequeña ermita,edifícalos en la vía pública de Archidona, en cierta fincajunto a la cueva vulgarmente llamada de Menga”. Esta cita,que en principio no pasaría de tener un valor meramenteanecdótico, viene a corroborar, sin embargo, dos aspectosmuy interesantes como punto de partida: que el lugar eraconocido en la época en que se redactó esta carta y que seha mantenido hasta el presente con la mismadenominación.

La primera reseñaLa primera información sobre la localización, apariencia ydimensiones del dolmen de Menga nos la proporciona elpoeta y doctor antequerano Agustín de Tejada y Páez, en susDiscursos históricos de Antequera, de 1587. Según estecronista, la antigüedad de Antequera “se colige de cuebas ysepulcros, y piedras que en ella de tiempos de Romanos sehan hallado, principalmente la cueba que se dize de Mengay otra que junto a ella (poco ha) se ha descubierto y estána la salida de la ciudad, camino de Granada, son estas cue-bas hechas a mano, puestas unas peñas toscamente labra-das de cuarenta pies de largo y veinte de ancho, y diez engrueso que estriban en unos mármoles de la propia obra”.En este párrafo parece evidente la alusión, que se repetiráaunque con matices en adelante, al dolmen de Viera. Así,Tejada nos informa, por un lado, de lo que pudo ser un pre-cedente histórico del hallazgo de los hermanos Viera y, porotro, de su certeza en que se trataba de un monumento desemejantes características que el de Menga, lo que induce asuponer que, quizá por aquel entonces, se podría acceder dealguna manera a su interior.

La primera descripciónLa primera descripción propiamente dicha del dolmen deMenga se debe a Francisco de Tejada y Nava, sobrino y dis-cípulo de Agustín de Tejada, y aparece en su Historia de laciudad de Antequera, escrita a principios del siglo XVII. Escomo sigue: “A la salida de la Ciudad camino de Granada ay

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Portadas de las obras de Agustín Tejada y Páez y deFrancisco Tejada Nava.

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una [cueva] que ni tiene nombre ni se ha registrado ennuestros tiempos por de dentro por estar la boca fuertemen-te cerrada y no haber habido curioso que aplique su indus-tria para romperla. A diez pasos de ésta se ve la otra, que sellama la Cueva de Menga: está en un sitio llano, la entradade piedras puestas de canto, altas como dos varas; y cadauna tiene de ancho dos varas y media y una de grueso: y sir-ven de cubierta a estas robustas paredes tres losas de des-medida grandeza puestas a mano: cada una de veintiquatropies de largo y otros tantos de ancho; y como diez de grue-so. Estas cuales sustentan tres largos pilares de la mismapiedra quadrados de vara y media por todas partes, sinlabrar, sin pulimento alguno que componen dos naves; y lacueva tendrá de gueco como veintitrés pies; y toda estafabrica esta cubierta por los lados y encima de piedraspequeñas, cascajo y tierra bien pisada, de suerte que pare-ce a la vista por de fuera un mediano cerrillo”.

Orígenes míticosDesde las primeras referencias del siglo XVI y hasta media-dos del XIX van a sucederse reseñas y crónicas, en sumayoría aportadas por autores antequeranos, que tendráncomo denominadores comunes el tono descriptivo y lainterpretación legendaria. Tal vez el hecho más singular deesta etapa sea la vinculación que parece hacerse entre laestancia mítica de Hércules en España y la fundación deAntequera, tradición que quedó instaurada con la inclusión,en el siglo XVI, de la estatua de este dios griego coronandoel Arco de los Gigantes, una estructura monumental adosa-da a las murallas de la ciudad. El mensaje ideológico de lasautoridades civiles era claro: puntualizar la nobleza y laantigüedad de la ciudad, cuyos orígenes se situaban en laEdad Antigua. De esta manera, se hacía tabula rasa delpasado musulmán. Esta creencia daría incluso pie a consi-derar también a Hércules como responsable de la construc-ción del dolmen de Menga y de la apertura del desfiladerode Los Gaitanes. Pero lo cierto es que estos hechos no seencuentran en las fuentes bibliográficas antiguas. Respectoal origen de dicha idea, al margen del hallazgo mismo de laestatua, el padre Cabrera, a comienzos del siglo XVII, pare-ce relacionarlo más con una tradición popular que con losprecedentes historiográficos.

Orígenes históricosLos primeros cronistas antequeranos que, entre finales delsiglo XVI y comienzos del XVII, se ocuparon del dolmen deMenga, descartan completamente que fuera obra de “hom-bres primitivos”, y también de “árabes ni de godos sino ante-rior a ellos”, decantándose pues por una adscripción a épocaromana. A mediados del siglo XIX Cristóbal Fernández pro-pone por primera vez una atribución anterior a los romanos,identificándolo con el mundo tartésico. Pocos años después,Rafael Mitjana, siguiendo las teorías de la época, considera-rá un origen céltico para este tipo de edificios, tesis a la quese sumarán Ildefonso Marzo y Manuel de Assas. Pero a fina-les del siglo XIX las corrientes de pensamiento hicieron deri-var estos monumentos del Mediterráneo oriental. Así,Manuel de Góngora y Luis Siret encontrarán precedentes enlos templos micénicos y José Ramón Mélida, ya a comien-zos del siglo XX, buscará paralelos egipcios en el templo delvalle de la pirámide de Kefrén. Finalmente, Manuel Gómez-Moreno y Cayetano de Mergelina, retomarán la hipótesis tar-tesia, siendo los últimos en considerar un origen históricopara estos dólmenes.

Orígenes prehistóricosA principios del siglo XX existía el convencimiento de quecualquier signo de progreso (y la arquitectura megalítica loera) provenía de Oriente, pero esta idea ya había sido cues-tionada intuitivamente por Cartailhac y Aberg y, después,más reflexivamente, por Bosch Gimpera, quienes consideranlas manifestaciones ibéricas como simples exponentes delos grupos neolíticos locales. No obstante, será HugoObermaier, en la segunda década del siglo XX, quien formu-le el primer pensamiento verdaderamente moderno respectoal fenómeno megalítico en el marco de la Prehistoria, ya quetrasciende una barrera conceptual hasta entonces infran-queable al desligarlo de un modo taxativo e irrefutable delmundo de las culturas clásicas.

El primer estudio monográficoLa primera obra dedicada íntegramente al dolmen de Mengafue escrita en 1847 por Rafael Mitjana y Ardison, y lleva portítulo Memoria sobre el templo druida hallado en las cerca-nías de la ciudad de Antequera. A partir de su publicación

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Imagen romántica del interior del dolmen de Menga publicadopor Rafael Mitjana en 1847.

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se convertirá en una referencia obligada para los siguientesestudios, contribuyendo a abrir nuevos frentes de discusión,como el que se refiere a la propia denominación del dolmeno el relativo a la primera excavación de que se tiene cons-tancia –en el mismo lugar que el pozo que se descubriría yaen el siglo XXI– y al hueco abierto en la piedra cabecera, yse propone al cerro de la Cruz como cantera de extracciónde los materiales constructivos. Mitjana se atribuye el des-cubrimiento del dolmen, lo que le valdrá serias críticas, atri-buyéndolo, como indica el título de su trabajo, a la “arqui-tectura celta” europea y haciendo derivar su nombre de laantigua lengua céltica: “Este monumento es llamado por elvulgo Cueva de Mengal, envuelta en un cuento supersticio-so: la palabra Men-gal, conservada por más de cuatro milaños, que se puede calcular de la construcción de este edi-ficio, es céltica: corrompida en su última sílaba Men-Lac’h,que quiere decir, piedras sagradas”.

Las primeras imágenesEn la monografía de Rafael Mitjana Memoria sobre el tem-plo druida hallado en las cercanías de la ciudad deAntequera, publicada en 1947, se da cuenta también de laprimera excavación realizada en el dolmen de Menga: “Seha hecho una excabación en el centro de la cueva bajo lagran piedra, sitio donde se creía encontrar restos de cadáve-res, urnas & c., profundizando de 20 a 26 pies y nada se haencontrado: lo mismo ha sucedido con una galería que seha hecho en el testero que da a otro montón de tierra quehay detrás de la cueva”. Sin embargo, pocos años después,Trinidad de Rojas hará mención a algunos restos proceden-tes de este “pozo” que Mitjana no había tenido en cuenta.

Medio siglo más tarde, con motivo del hallazgo en 1903 delos dólmenes de Viera y El Romeral, se llevarán a cabo exca-vaciones en los interiores de los mismos, cuyos resultadosserán relacionados, en primer lugar, por Manuel Gómez-Moreno, siendo estudiados posteriormente por Cayetano deMergalina y Georg y Vera Leisner.

Las primeras excavacionesEn la monografía de Rafael Mitjana Memoria sobre el tem-plo druida hallado en las cercanías de la ciudad de

Antequera, publicada en 1947, se da cuenta también de laprimera excavación realizada en el dolmen de Menga: “Seha hecho una excabación en el centro de la cueva bajo lagran piedra, sitio donde se creía encontrar restos de cadáve-res, urnas & c., profundizando de 20 a 26 pies y nada se haencontrado: lo mismo ha sucedido con una galería que seha hecho en el testero que da a otro montón de tierra quehay detrás de la cueva”. Sin embargo, pocos años después,Trinidad de Rojas hará mención a algunos restos proceden-tes de este “pozo” que Mitjana no había tenido en cuenta.

Medio siglo más tarde, con motivo del hallazgo en 1903 delos dólmenes de Viera y El Romeral, se llevarán a cabo exca-vaciones en los interiores de los mismos, cuyos resultadosserán relacionados, en primer lugar, por Manuel Gómez-Moreno, siendo estudiados posteriormente por Cayetano deMergalina y Georg y Vera Leisner.

Los primeros materiales arqueológicosSegún las afirmaciones de Trinidad de Rojas en sus artículospublicados en El Museo Universal y en El Genil en 1861 y1874, respectivamente, en la excavación del dolmen deMenga realizada por Rafael Mitjana en 1847 se habríanhallado monedas árabes y romanas, además de “toscasherramientas de picapedrero talladas en piedra oscura, duray consistente, y con las que es probable fuesen labradas lascaras interiores de las piedras que forman el monumento”.También Hugo Obermaier, en su obra sobre el dolmen deMatarrubilla de 1919 dará cuenta del descubrimiento de unhacha pulimentada enterrada bajo el suelo de este dolmen.Con posterioridad, las excavaciones practicadas con motivode los descubrimientos de Viera y El Romeral ofrecieronnumerosos restos cerámicos líticos, óseos y metálicos de cro-nología prehistórica que fueron descritos en detalle y clasifi-cados primeramente por Cayetano de Mergalina en su obrade 1922 La necrópólis tartesia de Antequera. Buena partede estos materiales se encuentran depositados en la actuali-dad en los fondos del Museo Arqueológico de Málaga.

Estos y el resto de materiales arqueológicos excavados conposterioridad en la necrópolis deberían estar expuestos enesta sala.

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Los materiales del dolmen de Viera fueron publicados en Lanecrópolis tartesia de Antequera por Cayetano de Mergelina.

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Los primeros investigadores extranjerosLa primera aproximación de la investigación extranjera aldolmen de Menga se produce sólo cinco años después de lapublicación de Rafael Mitjana Memoria sobre el templo drui-da hallado en las cercanías de la ciudad de Antequera. Eneste caso viene de la mano de la escritora inglesa ladyLouisa Tenison, quien hace una interesante referencia en sulibro de viajes Castile and Andalucia. Posteriormente, elconocido investigador francés Émile Cartailhac hará lo pro-pio en su obra de 1886 Les ages préhistoriques del’Espagne et du Portugal, una visión de síntesis sobre elfenómeno megalítico que por primera vez alcanza a la tota-lidad de la Península Ibérica. Con el arqueólogo belga LuisSiret se cierra el capítulo de la investigación científica rela-cionada con el dolmen de Menga en el siglo XIX. Este autorlo cita en su obra L’Espagne préhistorique, relevante estudiofinalizado en 1893 que constituye una de sus obras másexhaustivas y ambiciosas. Una vez descubiertos los dólme-nes de Viera y El Romeral en 1903, el primer extranjero quese ocupará de la necrópolis de Antequera será el paleontólo-go alemán Hugo Obermaier, en su obra de 1919 El dolmende Matarrubilla, donde afirma que constituye: “El punto cul-minante de la arquitectura dolménica de Andalucía”.

La primera visión de conjuntoTras el descubrimiento de los dólmenes de Viera y ElRomeral en 1903, el grupo dolménico antequerano se cons-tituyó en una verdadera necrópolis megalítica y, a partir deentonces, los dólmenes de Antequera comenzaron a valorar-se en su conjunto. La primera aproximación general se debea Manuel Gómez-Moreno, quien en su estudio monográficode 1905 Arquitectura tartesia: la necrópolis de Antequera,es el primero en recoger los materiales arqueológicos proce-dentes de los tres dólmenes, en describir el eje visualMenga-El Romeral-Peña, en relacionar arqueológicamente lanecrópolis con el cerro de Marimacho, en presentar un pri-mer corpus planimétrico integral de la necrópolis y en publi-car fotografías de los dólmenes. La obra de Gómez-Moreno,que será ampliada años más tarde por su discípulo Cayetanode Mergelina, constituye un hito en el estudio del núcleomegalítico de Antequera comparable a lo que fue la publica-ción de Rafael Mitjana para el dolmen de Menga.

Leyendas de MengaFue el poeta e historiador antequerano Trinidad de Rojasquien se ocupó de recoger las leyendas que generó el imagi-nario popular sobre un lugar tan enigmático como es el dol-men de Menga. Sobre el origen de su construcción, Rojasdescribe el relato de la princesa Kelma, seducida por el dia-blo y salvada de una muerte segura por un mago que hizodescender los bloques de piedra de las montañas para prote-gerla. En cuanto al nombre de este dolmen se hace eco de lahistoria de Margarita la leprosa, casada y luego viuda de unrico hombre de negocios que al contraer esta enfermedad seretiró a vivir sus últimos días como una mendiga, refugiándo-se en Menga, recordando que se la veía siempre “sentada allado de la cueva y cubierta siempre con su velo negro”.

Los buscadores de tesorosLos tres dólmenes que componen la necrópolis de Antequerafueron expoliados desde antiguo. En la Edad Media, enbusca de supuestos tesoros, se llevaron a cabo excavacionesde galerías en los túmulos que recorrían perimetralmente lasestructuras de piedra. Estas galerías se conocieron primera-mente en el dolmen de Viera, donde recorrían el lateral dere-cho hasta la parte posterior de la cámara. Las de El Romeralfueron descritas en 1920 por Pierre París. Aunque se cerra-ron durante los trabajos de restauración de este dolmen enlos años cuarenta del pasado siglo, recientes estudios geofí-sicos han revelado su forma, que rodea la cámara y que seextiende verticalmente en profundidad. Por último, a finalesdel siglo XX, con motivo de las excavaciones de laUniversidad de Málaga, se puso también de manifiesto laexistencia de una galería perimetral en Menga análoga a lade Viera, de la que hasta entonces no se tenían noticias.

La Antigüedad y la Edad MediaLas investigaciones de 2004 en el dolmen de Viera, reali-zadas por Luis Efrén Fernández y Manuel Romero, dieronpie a una interesante aproximación al monumento en épo-cas históricas. Partiendo de las primeras intervenciones“destructivas” de las poblaciones indígenas del BronceFinal, en torno al siglo VII a.C., a quienes se responsabilizadel vaciado de los ajuares y restos óseos humanos queencontraron en el interior, estos autores detectan la utiliza-

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Corredor del dolmen de Viera y puerta de acceso a la cámara.Fuente: Archivo Histórico Municipal de Antequera. FondoFotográfico Velasco.

El agujero de expoliadores de la pared del fondo de la cámaradel dolmen de Viera estaba abierto de nuevo hacia 1965.Fuente: Archivo Histórico Municipal de Antequera. FondoFotográfico Velasco.

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ción del monumento como cantera en época romana, indi-cando también que tanto el túmulo como el inicio del corre-dor se utilizaron para instalar enterramientos bajo ladrillos y“tégulas”. Muy interesante es la atribución a época nazarí delcorredor perimetral de Viera, fijada por la presencia de mate-riales hispanomusulmanes a caballo entre los siglos XIV y XV.La utilización de estos espacios en época árabe queda asi-mismo atestiguada por el hallazgo en la entrada del dolmende Menga, también en 2004 y por parte del equipo dirigidopor Verónica Navarrete, de dos enterramientos de individuosadultos de sexo masculino orientados hacia el suroeste.

Menga, el topónimoAunque desde las primeras referencias escritas el dolmen deMenga es conocido por este nombre, tal cual, no ha faltadoquien cuestionara este vocablo apelando a diferentes oríge-nes etimológicos. El primero sería Rafael Mitjana, a media-dos del siglo XIX, quien hace derivar el término de la palabracelta Men-gal o Men-Lac’h, que quiere decir ‘piedras sagra-das’. Esta denominación sería más tarde duramente cuestio-nada por Ildefonso Marzo y Trinidad de Rojas, y a finales delsiglo Emile de Cartailhac llega a considerar este debate comoun tanto inútil. A principios del siglo XX, Gómez-Morenorecupera la vieja polémica sobre el topónimo “Menga” aña-diendo una nueva variable, ya que asegura que “el nombredicen proviene de cierta leprosa llamada Dominga”, noticiaque entra en contradicción con la leyenda recogida porTrinidad de Rojas, donde se la llamaba Margarita.Finalmente, en los años sesenta, Simeón Giménez Reynaaportará una última variable en la vieja problemática de latoponimia del dolmen de Menga, cuando afirma que en elpasado fue “refugio de ganado y gitanerías y se le conocíacon el nombre de Mengue o de Menga”.

Las peripecias de lady TenisonRecorrió España entre 1850 y 1853, viaje que recogió en sulibro Castile and Andalucia, donde hace mención expresa aldolmen de Menga, constituyendo sus aportaciones uno delos hitos historiográficos que más se destacan en el transcur-so de la investigación decimonónica sobre este dolmen.

Las acuarelas perdidasLas ilustraciones que complementan el texto de Emile

Cartailhac de finales del siglo XIX relativo a Menga, un totalde tres, tienen su pequeña odisea. Cartailhac confirma enel pie de la primera imagen que se trata de una copiarealizada a partir de una acuarela de M. Henri Nodet, sinprecisar más ni repetir el dato en las siguientes láminas. Sinembargo, las dos primeras vienen suscritas, a su vez, pordos firmas cada una, en las que puede leerse A. de Mortilletpor un lado, y Michelet, S C, por otro. La última imagen,por el contrario, solo viene firmada por Michelet. Por otrolado, en el Archivo de la Catedral de Sevilla se conservanunos planos y dibujos, obra del arquitecto JoaquínFernández de Ayarragaray y fechados entre 1898 y 1899,algunos prácticamente idénticos a los publicados porCartailhac. Veinte años después, Adrien de Mortilletreconocerá haber sido él quien copiara los originales deHenri Nodet, lo que explica la aparición de su firma en lasilustraciones de la publicación de Cartailhac. Pero sobretodo nos informará de la conservación de los originales enlos fondos del Museo Arqueológico Nacional, hecho quequizás podría explicar las grandes similitudes entre lasláminas de Ayarragaray y el propio Mortillet como resultadode la duplicación de una misma fuente, en este caso la deNodet. Esto no explica, en cualquier caso, la presencia dela firma Michelet S C en los dibujos de Mortillet publicadospor Cartailhac. Sólo a modo de hipótesis podríaargumentarse que tal vez se tratara del grabador.

Un hacha y un matemáticoEn 1919 Hugo Obermaier hace referencia a un hallazgoefectuado en 1904 en el dolmen de Menga por Mariano deMazas, doctor en Ciencias físicas y exactas, quien realizó“por puro pasatiempo, una pequeña excavación en el rincónde la derecha del fondo, y allí encontró, a una profundidadde unos 50 centímetros, el hacha que presentamos en lafigura 8 –reproducida a tamaño natural–. Es de piedranegruzca, serpentina y tiene 36 mm de grosor, 89 mm delargo y 29 y 47 mm de ancho en sus extremos superior einferior respectivamente. Su peso es de 256 gramos. El filoestá bastante gastado, lo que permite afirmar que el ejem-plar ha sido muy usado”. Esta hacha pulimentada típica delNeolítico es el primer hallazgo de cierta entidad entre losrealizados en el dolmen de Menga y no deja de ser sorpren-dente que fuera un matemático quien lo realizara.

288DOCUMENTO DE AVANCE DEL PLAN DIRECTOR | I. DEFINICIÓN

Grabado de la ciudad de Antequera publicado por LadyTenison en 1852.

Hacha publicada por Cayetano de Mergelina en su obra de1922.

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El “redescubrimiento” de VieraDesde las primeras crónicas que describen el dolmen deMenga se hace referencia también a otro dolmen conocido enlas proximidades y que parece relacionarse con el de Viera.Sin embargo, en la primera monografía de Menga, realizadapor Rafael Mitjana en 1847, éste no concede valor alguno alas descripciones precedentes, y al convertirse su obra enfoco de referencia único y obligado esta información se per-dió hasta que los hermanos Viera lo redescubrieran en 1903.Este redescubrimiento es relatado por Narciso Díaz Escovar:

¿Por qué se llaman Viera y El Romeral?Cuando a comienzos del siglo XX los hermanos Viera descu-brieron los dólmenes de Viera y El Romeral, no se les dio elnombre que ahora tienen. El primero era conocido por

“Cueva Chica” y el segundo como “Cerrillo Blanco”, dado elaspecto que entonces tenía. Manuel Gómez-Moreno, en suobra monográfica sobre la necrópolis de Antequera de 1905,es quien rebautiza a la “Cueva Chica”: “Su exploración, algu-na vez intentada, fue sin éxito, hasta que en el año penúlti-mo, por febrero, la realizaron los hermanos Viera: bien mere-ce ser designado por su nombre, y así, cueva de Viera le lla-maremos”. También de 1905 es la nueva denominación deldolmen del “Cerrillo Blanco”. Es Ricardo Velázquez Boscoquien se la da cuando se refiere al dolmen “que llamaremosdel Romeral, por hallarse en finca de este nombre”.

El olivo centenarioEn la puerta del dolmen de Menga había un olivo. No sabe-mos desde cuándo estuvo allí, aunque sí que es centenario,

289 ANÁLISIS Y EVALUACIÓN | MUSEALIZACIÓN Y EXPOSICIÓN ...

Grabado del dolmen de Menga publicado por Cartahilac en1886 en que aparece el olivo a la entrada de Menga.

Los hermanos Viera en el interior de la cámara de El Romeral en una fotogra-fía publicada por Manuel Gómez Moreno en 1905 en Arquitectura tartesia.La necrópoli de Antequera.

El olivo centenario aparece en numerosas fotografías del siglo XX. Fuente:Archivo Histórico Municipal de Antequera. Fondo Fotográfico Velasco.

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porque aparece en una de las ilustraciones de la publicaciónde Emile Cartailhac de 1886. Con motivo de los trabajos deordenamiento del campo de los túmulos, en 2003 se reali-zaron excavaciones en la entrada del dolmen y se decidiórealizar un corte con metodología arqueológica para laextracción del olivo. Con motivo de estos trabajos se descu-brió entre sus raíces un enterramiento de época musulma-na. Dado el simbolismo tan particular que este olivo teníapara la propia necrópolis y para los ciudadanos deAntequera fue trasplantado a la zona del Centro Solar, dondesigue actualmente vinculado al espacio que alberga elMemorial de los Dólmenes. Este árbol tiene un mínimo deciento veinte años.

MÓDULO 2. La arquitectura invisible

Recoge información puntual sobre diferentes aspectos delproyecto arquitectónico de los Dólmenes de Antequera y delos resultados de su investigación. Se propone el siguienteíndice temático:

Las líneas maestras.Los modelos arquitectónicos.Las canteras de los dólmenes.Los procesos de construcción.Pesos y medidas.Los pilares de Menga.Los túmulos.La losa de El Romeral.Los grabados de Menga.Los grabados de Viera.El pozo de Menga.El cerro de Marimacho.Las interpretaciones.Las cronologías.

Propuesta expositivaPaneles gráficos (textos, gráficos e imágenes).

Las líneas maestrasLos arquitectos encargados de la construcción de los dólme-nes de Antequera quisieron expresar su vinculación simbóli-ca con el cosmos a través de los diferentes alineamientos queestablecieron a partir de los ejes de sus corredores. Así, elproyecto arquitectónico se basó en dos líneas maestras. Laprimera queda definida con la orientación del corredor deMenga hacia un hito geográfico de peculiares connotacionescomo es la Peña de los Enamorados. La segunda se estable-ce mediante el alineamiento del eje del corredor de Vierahacia el orto solar en los equinoccios. Más tarde, el dolmende El Romeral se situará en la trayectoria del eje Menga-LaPeña y su corredor se orientará hacia otro señalado acciden-te geográfico, la sierra del Torcal. La investigación contempo-ránea comienza a reconocer estas líneas maestras a partir delady Louisa Tenison, a mediados del siglo XIX, quien se per-

290DOCUMENTO DE AVANCE DEL PLAN DIRECTOR | I. DEFINICIÓN

Túmulo del dolmen de Viera. La construcción del túmulo ocul-ta en su interior al megalítio. Autor: Miguel Ángel Checa Torres.

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cibe de la relación entre Menga y la Peña. Más tarde, en1905, Manuel Gómez-Moreno describe con claridad el ejevisual Menga-El Romeral-Peña y Wilfrid James Hemp publi-ca en 1934 la primera fotografía de la Peña desde la entradade Menga, señalando también la presencia en el llano deltúmulo de El Romeral. Por su parte, Juan Antonio Belmontey Michael Hoskin serán los primeros en constatar, ya en2002, la orientación equinoccial de Viera.

Los modelos arquitectónicosLa necrópolis de Antequera se reconoce como paradigmáti-ca en el contexto del fenómeno megalítico europeo, no sólopor la grandiosidad y perfección de sus tres edificaciones,sino también por la diversidad de sus modelos constructivos.El dolmen de Menga es, prácticamente, una simple galeríacubierta, ya que la cámara y el corredor apenas quedan dife-renciados, teniendo éste, además, escaso desarrollo.

El dolmen de Viera, por el contrario, presenta un corredormuy alargado que desemboca en una pequeña cámara deforma cúbica. La entrada al sepulcro y a la cámara se hacea través de puertas perforadas. Para conformar las estructu-ras de estos dos dólmenes se emplean exclusivamente gran-des bloques de piedra, dando lugar a construcciones adinte-ladas de carácter estático.

Por último, el dolmen de El Romeral es de corredor largo ydos cámaras de falsa cúpula y planta circular. Los materia-les empleados para la techumbre fueron también grandesbloques pétreos, pero las paredes están realizadas mediantemampostería, lo que permite una arquitectura abovedada decualidades dinámicas.

Las canteras de los dólmenesUna de las cuestiones más reiteradas en la investigación delos Dólmenes de Antequera ha sido la problemática sobre lalocalización de la cantera calcarenítica de donde procedenlos materiales empleados para su fábrica. El primero enplanteárselo fue Rafael Mitjana, quien en su obra de 1847Memoria sobre el templo druida hallado en las cercaníasde la ciudad de Antequera, apunta al cerro del Calvario,que debe entenderse como el cerro de la Cruz, en la propia

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Esquema comparativo de la planta del dolmen de Menga aparecidas en varias publicaciones. Autor: Rafael Maura Mijares.

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ciudad de Antequera, nombre con el que aparece en elresto de la bibliografía. Más adelante, Manuel Gómez-Moreno, en su monografía de 1905 Arquitectura tartesia:la necrópolis de Antequera, insiste en el cerro de la Cruzcomo la cantera originaria también de los materiales deldolmen de Viera. No faltó, sin embargo, quien opinara quelos bloques que conforman sus estructuras no eran másque simples compuestos de argamasa, dada laimposibilidad de que en los tiempos más remotos se tuvierala capacidad técnica de manejar piedras con estos pesos yvolúmenes. Recientemente, en 2009, se han publicado losresultados de los análisis geoarqueológicos realizados por laUniversidad de Granada, que han determinado una nuevalocalización entre el barrio de los Remedios y lasinmediaciones del cerro de la Cruz y para el dolmen de ElRomeral una cantera distinta próxima a su ubicación.

Los procesos de construcciónTrinidad de Rojas, hacia finales del siglo XIX, es el primeroen prestar atención a la problemática sobre el proceso deconstrucción del dolmen de Menga, proponiendo el empleode dos procedimientos combinados: la palanca y el planoinclinado. Más adelante, en la primera mitad del siglo XX,Cayetano de Mergelina plantearía proyectos de edificación

semejantes para los tres dólmenes a partir de una elevaciónprogresiva, reafirmándose en el uso de palancas, planosinclinados y rodillos. Años después, Georg y Vera Leisner,en la línea de Manuel Gómez-Moreno y Hugo Obermaier,contemplan un mismo modelo de construcción para Mengay Viera, es decir, la excavación en el terreno natural de unazanja conformando la planta del monumento, en la queserían encajados los bloques que conforman los muros(ortostatos) con objeto de servir de soporte a las cobijas,para ser luego toda la estructura cubierta por el túmulo ypor fin desalojada la tierra del interior. A finales del siglo XXJosé Enrique Ferrer e Ignacio Marqués publicarán nuevaspropuestas para los modos de edificación empleados enMenga y Viera, que contemplan los siguientes pasos:nivelación del terreno, excavación de la zanja para lacimentación, disposición de la primera capa de tierra alexterior de la zanja para el desplazamiento de losortostatos, encaje de los ortostatos, nuevo aporte de tierraspara la nivelación del terreno y la formación de rampas parael desplazamiento de las cobijas, colocación de las cobijasy última aportación de tierras para la cubierta del túmulo.El proceso de construcción del dolmen de Menga ha sidorecreado en un audiovisual de animación.

292DOCUMENTO DE AVANCE DEL PLAN DIRECTOR | I. DEFINICIÓN

Imágenes extraídas del audiovisual Menga. Proceso de cons-trucción que describe la construcción de este dolmen. Autor:Producciones Bosco, S.L.

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Pesos y medidasLa cuestión de las dimensiones, volúmenes y masas de losbloques empleados en la construcción de los monumentosmegalíticos de Antequera ha sido objeto de debate y ajustedesde las primeras descripciones de Menga. Como ejemplovalgan las estimaciones que se han hecho a lo largo deltiempo respecto al peso de la enorme losa que cubre elfondo de su cámara: Rafael Mitjana, a mediados del sigloXIX, 130 toneladas; Manuel Gómez-Moreno, a comienzosdel XX, 170; Pierre París, en los años veinte, 170; SimeónGiménez Reyna, en los años sesenta, 180; José EnriqueFerrer e Ignacio Marqués, en los noventa, 140; y, por fin,Isabel Mellado y María del Pilar Rivillas, en 2005, 149,85toneladas. Además, el equipo dirigido por estas últimas cal-cula por primera vez los pesos, medidas y volúmenes detodos y cada uno de los bloques que conforman los tressepulcros antequeranos. También las dimensiones de lospropios dólmenes han estado sujetas a continuas precisio-nes, modificándose a medida que los sistemas de mediciónfueron perfeccionándose o que las excavaciones ibanponiendo al descubierto nuevos indicios. Hoy por hoy secuenta con la cartografía fotogramétrica en 3D realizada porla empresa TDTEC, una tecnología que recrea espacios vir-tuales con gran detalle y fidelidad. Los volúmenes, pesos ymedidas más relevantes obtenidos a partir de estas nuevasevaluaciones, como las proporciones de bloques, cámaras ycorredores podrán exponerse a partir de comparativas conotros elementos actuales de carácter cotidiano de dimensio-nes conocidas. Por ejemplo, 150 toneladas es lo que pesaun avión Airbus A310.

Los pilares de MengaLos tres pilares que se alinean en el centro de la cámara deldolmen de Menga y en el sentido de su corredor, no tienenparangón en la arquitectura megalítica. Esta exclusividad hadado origen a numerosas discusiones sobre el papel que desem-peñaron en la obra constructiva. Hacia mediados del siglo XIX,lady Louisa Tenison es la primera en ocuparse de la cuestión,observando su falta de perpendicularidad y proponiendo quepudieron haberse introducido con posterioridad como soporteadicional de la techumbre, teoría que seguirán posteriormen-te Manuel Gómez-Moreno, Pierre Paris y Cayetano de

293 ANÁLISIS Y EVALUACIÓN | MUSEALIZACIÓN Y EXPOSICIÓN ...

Parte superior del pilar situado al fondo de la cámara de Menga.Autor: Técnicas Documentales Tecnológicas, S.L.

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Mergelina. Éste asegura que dos de los pilares, el primero y elsegundo, no tocaron nunca las cubiertas, mientras que paraWilfrid James Hemp, en los años treinta del siglo XX, sólo elpilar central lo hacía. En la actualidad se tiende a pensar quelos pilares formaron parte integrante del proyecto arquitectóni-co desde el principio y que su función como soporte de lascobijas ha sido y es necesaria y efectiva. Finalmente, el hallaz-go en 2004, por parte del equipo dirigido por VerónicaNavarrete, de una estructura en el umbral cuya forma coinci-de en su morfología con las de las bases de los otros pilaresdel dolmen, ha planteado la hipótesis de que pudiera corres-ponder a la cimentación de un cuarto pilar. Debe hacersemención a las medidas de los pilares.

Los túmulosAunque el tema ya había sido tratado con anterioridad porTrinidad de Rojas, Cayetano de Mergelina, Georg y VeraLeisner y Simeón Giménez Reyna, el estudio arqueológicode los túmulos que cubren los monumentos megalíticos deAntequera no se abordó de forma sistemática hasta finalesdel siglo XX, por parte de José Enrique Ferrer e IgnacioMarqués. En base al análisis de los numerosos cortes estra-

tigráficos que plantearon, estos investigadores observan enla estructura del túmulo de Menga una alternancia entrecapas compuestas por lajas de piedra y otras integradasbásicamente por tierras, estimando que tendría una formaoblonga, con el eje mayor, de 67 m, siguiendo el eje longi-tudinal del corredor, y el menor, de 57 cm, en sentido trans-versal. Respecto al dolmen de Viera, se confirma que no estáacorazado como el de Menga, ya que, tras una primera“capa-cofre” el resto estaría compuesto únicamente poraportaciones de tierra. También se ajustó el tamaño de estetúmulo, que los Leisner habían estimado en 35 m de diáme-tro con una altura de 4 m sobre las losas de la cámara y quese estableció en algo más de 40 m de diámetro y una altu-ra siempre inferior a 4 m, es decir, más en consonancia conlas estimaciones de Mergelina. En relación con esta pro-puesta se encuentra el hallazgo de un cinturón de piedraslocalizado por Ferrer y Marqués, “rodeando las proximidadesdel sepulcro, en los niveles inferiores del túmulo”. El dolmende El Romeral aún no ha sido objeto de estudios determi-nantes en este sentido, aunque hoy por hoy se estiman paratodos ellos plantas de tendencia circular.

294DOCUMENTO DE AVANCE DEL PLAN DIRECTOR | I. DEFINICIÓN

El dolmen de Menga cuenta con tres pilares. Autor: TécnicasDocumentales Tecnológicas, S.L.

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Debe hacerse mención a los diámetros y alturas estimadaspara los tres túmulos. También cabría destacar la similituden sus alturas que presentan los túmulos de Menga, Viera yel cerro de Marimacho.

La losa de El RomeralEn el suelo de la segunda cámara del dolmen de El Romeralhay una gran losa de caliza embutida hacia el fondo en elmuro de mampostería. Acerca de su función se han vertidodiferentes opiniones. Para Manuel Gómez-Moreno, acomienzos del siglo XX, sobre esta losa “se depositaría elcadáver del personaje que este sepulcro mereciera; mas nosé si efecto de la descomposición orgánica o de otro fenóme-no, será la pátina rojiza que la embadurna”. De esta forma,se plantea también la problemática respecto a sus vestigios

de coloración que será retomada a partir de entonces porvarios autores. Posteriormente, Hugo Obermaier, que trae acolación la losa del suelo de la cámara secundaria de ElRomeral al buscar paralelismos para la pila del dolmen deMatarrubilla, opina que no podía “haber servido para elempedrado del suelo, pues descansa en nivel elevado sobreeste último”, haciendo constar que “la losa es muy plana,siendo pues de interpretar como ‘mesa’ muy baja, que ser-viría probablemente para depositar los cadáveres o el mobi-liario funerario”. En la actualidad se baraja la hipótesis deque formara parte del suelo de esta cámara, que seguiríahasta la altura del escalón de mampostería que da acceso ala misma y que se situaría en un nivel superior al de lacámara principal.

Los grabados de MengaLa existencia de grabados en la entrada del dolmen deMenga fue observada por primera vez por Rodrigo Amadorde los Ríos en 1907, quien no los considera prehistóricos.Más adelante, en la década de los veinte, Cayetano deMergelina y Juan Cabré hacen un primer estudio de los mis-mos, describiendo y reproduciendo en un dibujo cuatro figu-ras cruciformes y un motivo en forma de estrella, sin poneren duda su autenticidad. Hugo Obermaier se referirá poste-riormente a estos trabajos al ocuparse de las grafías megalí-ticas del dolmen de Soto, y Wilfrid Hemp y Georg Leisner, amediados del siglo XX, también los incluirán como vestigiosprehistóricos en sus obras. Idéntica filiación será propuestaen 1968 por Simeón Giménez Reyna, aunque descarta laautenticidad del motivo esteliforme, que ni siquiera refleja enun dibujo alusivo. En la actualidad, a partir de los trabajosde Primitiva Bueno y Rodrigo de Balbín en 2006, parece

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Imagen lateral del túmulo de Menga en noviembre de 2004.Autora: Aurora Villalobos Gómez.

Losa en el suelo de la camarita del tholos de El Romeral.Autor: Miguel Ángel Blanco de la Rubia.

Cortes en el túmulo de Menga con las catas de la intervención de 2005.Autor: Ikarum.

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confirmarse que existe un único antropomorfo original, elmás externo de todos los grabados, y que el resto formaparte de un calvario realizado en fechas históricas, a la vezque proponen que el interior de Menga pudiera contener unprograma iconográfico más extenso realizado mediante pin-tura y grabado, entendiendo la gran cobija del fondo de lacámara como un menhir decorado previamente y reutilizadodespués como elemento constructivo del dolmen.

Los grabados de VieraEn 1934 Wilfrid Hemp pone de relieve la existencia de cazo-letas (concavidades circulares) en varios ortostatos del corre-dor del dolmen de Viera, que ya habían sido referidas porManuel Gómez-Moreno en 1905, aunque éste las conside-rara meras marcas de desbastado. Tras una breve alusión deEdwin James en 1973, estos motivos no volverán a incluir-se en la bibliografía hasta 2005, cuando un equipo dirigidopor Rafael Maura los describe y reproduce gráficamente.Finalmente, en la línea de sus investigaciones en el dolmende Menga, Primitiva Bueno y Rodrigo de Balbín proponenactualmente que una de las losas de cubierta de Viera, talla-da en forma triangular, fuera también una estela reutilizada,dando pie a la hipótesis de que anteriormente a la erecciónde los grandes monumentos antequeranos existió una fasede estelas y menhires que posteriormente fueron incorpora-dos a su construcción.

El pozo de MengaHacia mediados del siglo XIX Rafael Mitjana hace la prime-ra excavación en el dolmen de Menga, bajo la gran cobijadel fondo de la cámara, profundizando hasta unos sietemetros. Pocos años después tanto lady Louisa Tenison comoTrinidad de Rojas emplearán el término “pozo” para referirsea esta excavación. La primera afirma que Mitjana abre tam-bién un hueco cuadrado en la piedra cabecera para iluminara los obreros que trabajaban en el interior. El segundo apun-ta que en dicha excavación se obtuvieron hallazgos comomonedas árabes y romanas, además de “toscas herramien-tas de picapedrero”. Posteriormente, el pozo acabará siendocegado, aunque no puede precisarse el momento exacto enque esto ocurrió, diluyéndose a partir de entonces el cono-cimiento de su existencia. El pozo de Menga fue “redescu-

bierto” en 2004 por Verónica Navarrete y su equipo y exca-vado íntegramente, hasta sus 19,40 m de profundidad, porFrancisco Carrión y David García, sin que ofreciera materia-les prehistóricos. En la actualidad no se sabe a ciencia cier-ta el momento en que se perforó este pozo, aunque pareceque no debió ser coetáneo a la construcción del dolmen.

296DOCUMENTO DE AVANCE DEL PLAN DIRECTOR | I. DEFINICIÓN

Cazoletas en los ortostatos del corredor de Viera. Autor: Moreno EstudioAntequera.

Dibujo de los grabados del dolmen de Menga publicado porHemp en 1934.

El corredor de Viera en una fotografía publicada por Hemp en1934.

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El cerro de MarimachoEs Manuel Gómez-Moreno, quien por primera vez relacionaarqueológicamente la necrópolis de Antequera con el cerrode Marimacho, a partir del hallazgo de “cerámica negra notorneada, cuchillos de pedernal y hachas de piedra”, datosque posteriormente serían recogidos por Pierre Paris. Hasta1977 no se aborda el primer estudio de materiales de super-ficie, realizado por Juan Antonio Leiva y Bartolomé Ruiz, quelos adscriben a un Calcolítico pleno, aunque posteriormenteesta cronología será revisada por Ana Baldomero y AntonioGarrido, quienes los sitúan en un Calcolítico tardío y final,continuando su vigencia al menos durante las primerasfases del Bronce. Finalmente, en las excavaciones dirigidaspor Ignacio Marqués en 1997 se localizaron varias estructu-ras comunicadas entre sí por zanjas a modo de canales,

documentándose un enterramiento sobre el piso de una deellas. Este equipo considera al cerro de Marimacho como elnúcleo principal de población relacionado con los dólmenes,entendiéndose que su ocupación daría comienzo en unCobre antiguo, perdurando, al menos, durante todo elCalcolítico. El cerro de Marimacho ha sido incluido reciente-mente en las prospecciones geofísicas realizadas por laUniversidad de Southampton, que detectaron estructuras enla cima de la colina y en las faldas hacia el este, así comoen la cartografía fotogramétrica en 3D de todo el recinto.

Las interpretacionesLas primeras descripciones del dolmen de Menga en el sigloXVI proponen un uso del mismo como templo, de connota-ciones mágico-diabólicas en algunos casos, o como fortaleza

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Fotografía aérea del cerro Marimacho. Autor: Ikarum.

El pozo se localiza entre el último pilar y la losa de cierre de la cámara deMenga, y tiene un diámetro de 1,50 metros. Autor: Moreno Estudio Antequera.

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de carácter defensivo. Más tarde, hacia la mitad del siglo XIX,Rafael Mitjana se sumará a la interpretación ritual-religiosa,considerándolo un sitio ceremonial dedicado a la celebraciónde misteriosos ritos druídricos, una idea desarrollada tambiénpor Masuel de Assas, para quien estas construcciones cum-plirían, también en el mundo celta, el papel de altares desacrificio. Pero en esta misma época ya se daban opinionescontrarias que proponían un uso como tumbas colectivas,caso de Ildefonso Marzo y Trinidad de Rojas, interpretaciónque prevalecería a partir de entonces, teniendo a sus princi-pales defensores en Ricardo Velázquez Bosco y Manuel

Gómez-Moreno. En la actualidad, el carácter funerario deestos edificios parece completamente comprobado, si bien nofaltan voces que apuntan la posibilidad, sólo en el caso deldolmen de Menga dadas sus desmedidas proporciones y suexcepcionalidad estructural, de que se tratara de un templo.

Las cronologíasLa antigüedad de los Dólmenes de Antequera y su secuen-cia cronológica han sido objeto de arduos debates, en espe-cial desde el descubrimiento en 1903 de Viera y El Romeral.Ya en 1907, en consonancia con las estimaciones que hoyen día se tienen, Amador de los Ríos establece acertada-mente una mayor antigüedad para el dolmen de Menga,considerando a El Romeral como la construcción másreciente de las tres. Asimismo, Hugo Obermaier apuntabaen los años veinte hacia un Neolítico final-Calcolítico paraMenga y Viera, y los Leisner, a mediados de siglo, fecharánel dolmen de El Romeral en 1700 a.C. Más tarde, en 1968,Giménez Reyna fijará unas cronologías que tardarán dosdécadas en cuestionarse: en torno al 2500 a.C. paraMenga, al 2400 para Viera y al 1800 para El Romeral. Laprimera datación por C-14 obtenida en la necrópolis fue rea-lizada a comienzo de los años noventa por Ignacio Marquésy José Enrique Ferrer a partir de una muestra de carbónextraída de la base de este túmulo de Viera, que ofreció unafecha en torno al 2600 ± 140 a.C. La mayor antigüedad deldolmen de Menga respecto al de Viera quedaría confirmadaen 2007 con los resultados de las primeras datacionesabsolutas radiocarbónicas obtenidas en el primero por elequipo de Francisco Carrión y que lo sitúan hacia comien-zos del cuarto milenio a.C.

MÓDULO 3. Dólmenes, espacio y tiempo

Los dólmenes son el reflejo de una sociedad con un compo-nente ideológico diferencial, superior a todo lo que se habíaconocido con anterioridad. Son el símbolo último del controldefinitivo del tiempo y del espacio, de un conocimiento revo-lucionario que asocia el orden cósmico con el terrenal. Loscontenidos se organizan del siguiente modo:

298DOCUMENTO DE AVANCE DEL PLAN DIRECTOR | I. DEFINICIÓN

El sol que penetra por el corredor durante el solsticio de invier-no de 2008 visto desde el interior de la camarita del tholos deEl Romeral. Autor: Javier Pérez González.

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Dólmenes en el espacio

El espacio dolménico. Contempla el aspecto arquitectónicode los dólmenes en su condición de espacios creados por elser humano frente a los ofrecidos por la naturaleza.

El espacio territorial. Recoge las relaciones espaciales de losdólmenes con el entorno (alineamientos con hitos naturales,lugares de referencia en el paisaje) y su función en el orde-namiento del territorio.

Dólmenes en el tiempo

El tiempo astronómicoSe centra en las relaciones astronómicas de los dólmenescon distintos eventos solares (solsticios y equinoccios) y ensu valor en cuanto al conocimiento de los ciclos anuales.

El tiempo eternoAborda el hecho de la perduración de los dólmenes a lo largode la Historia y hasta nuestros días como resultado de lasexpectativas de eternidad que motivaron su construcción.

299 ANÁLISIS Y EVALUACIÓN | MUSEALIZACIÓN Y EXPOSICIÓN ...

Gran losa que cierra la bóveda de la cámara del dolmen de ElRomeral. Autor: Javier Pérez González.

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Propuesta expositivaPara la musealización de esta sección se proponen mediosaudiovisuales. Las orientaciones de los ejes longitudinalesde las estructuras arquitectónicas de los dólmenes son cono-cidas: el corredor del dolmen de Viera se orienta hacia elorto solar en los equinoccios; el del dolmen de Menga haciala Peña de los Enamorados pasando por el túmulo de ElRomeral; y el de El Romeral, hacia la sierra del Torcal. Estosalineamientos no son circunstanciales, ya que relacionan alos dólmenes con los dos hitos geográficos señeros de estazona, la Peña y El Torcal, así como con los sucesos astronó-micos tal vez más trascendentes para aquellas comunida-des, los equinoccios. A través de estos alineamientos, losdólmenes adquieren una dimensión espacio-temporal degran simbolismo intrínsecamente ligada a su función ritual-funeraria. En este conocimiento se basa la fuerza impulsoradel megalitismo y sus poderosas construcciones.

Dólmenes en el espacio

El espacio dolménicoLos dólmenes son las primeras muestras de arquitectura enpiedra del ser humano. Como tales suponen la creación de

espacios que antes no existían. Sus recintos interiores seconcibieron para un uso trascendente, dar sepultura a losmuertos, por lo que fueron construidos con el material másimperecedero que conocían, la piedra. Al exterior se señalanen el paisaje como hitos ex novo, inequívocamente huma-nos, transformándolo de un modo permanente. Su esquemaestructural es sencillo: un corredor y una cámara cubiertospor un túmulo. Su simbolismo también lo es: el útero, elseno y el embarazo maternos.

Pero, aun participando de este mismo concepto, no hay dosdólmenes iguales. En primer lugar, los sistemasconstructivos empleados condicionan sus formas. En losdólmenes adintelados, para los que se emplean siempregrandes bloque se piedra, los vectores de fuerzas sonsencillos, dando lugar a un tipo de arquitectura estática deformas rectilíneas; por el contrario, los de falsa cúpula, enlos que se utiliza el mampuesto para conseguir la técnicapor aproximación de hiladas, las fuerzas vectoriales vanmás allá de la estricta perpendicularidad, originando untipo de arquitectura dinámica que facilita la consecución deformas redondeadas. Además, entre las mismas tipologíasse dan también diferencias. Las distintas longitudes, alturas

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Fotografía aérea con los túmulos de Viera y Menga y el cerroMarimacho. Al fondo La Peña. Fuente: Ikarum.

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y volúmenes o la presencia o ausencia de elementosarquitectónicos como puertas perforadas, cámarassecundarias, pilares, etc., son las que dotan a estefenómeno de su notable variabilidad formal.

Este hecho queda especialmente de manifiesto entre lostres monumentos que componen el conjunto megalítico deAntequera. El dolmen de Menga tiene un corredor corto encomparación con el desarrollo que presenta la cámara. Laamplitud de sus espacios interiores es también muyinusual, y los pilares centrales le hacen un monumentoúnico. Viera es también un dolmen adintelado construidocon grandes bloques, pero sus proporciones se ajustan conexactitud al esquema: un corredor largo y una cámara finalen forma cúbica. A ambos espacios se accede a través desendas puertas perforadas. El patrón del corredor largo y lacámara final se repite en El Romeral, si bien en este casose añade una segunda cámara y no se sabe que formaraparte de su estructura puerta perforada alguna. El cambioen cuanto a las técnicas arquitectónicas es evidente.Aunque se utilizan grandes bloques para las cobijas y lasclaves de las dos cámaras, los muros están realizadosmediante mampostería, introduciendo así las formascurvadas, como las plantas de ambas cámaras o el perfilcombado de sus muros. También el corredor se elevamediante la técnica de hiladas superpuestas, aunque eneste caso su inclinación es rectilínea.

Los tres dólmenes antequeranos son los prototipos a granescala del resto de monumentos megalíticos andaluces.Cada uno en su tipología no fue superado en ningún casoen cuanto a grandiosidad y perfección técnica. He aquí,pues, el paradigma del megalitismo andaluz. Los dólmenesde Antequera son una de las cumbres del fenómeno mega-lítico, obras pioneras y modélicas en cuanto a la creación derecintos arquitectónicos. De hecho, tanto la cámara hipósti-la de Menga como la gran bóveda de El Romeral se cuen-tan entre los espacios interiores más amplios del mundo.Sus proporciones son tan exageradas que incluso se hadudado, y se duda aún hoy en día, de su función sepulcral,mucho más evidente en el dolmen de Viera o en la cámarasecundaria de El Romeral.

301 ANÁLISIS Y EVALUACIÓN | MUSEALIZACIÓN Y EXPOSICIÓN ...

La excavación del túmulo de Menga confirmó que la composición de estos montículos artificiales seguía normas, no menos estrictas, que las obser-vadas en otros elementes constructivos. Por ejemplo, la existencia de capas de materiales distintos superpuestos en su composición. Autor: Ikarum.

Cámara del tholos de El Romeral y puerta de acceso del corredor vista desdeel interior de la camarita. Autor: Javier Pérez González.

Visitantes en el dolmen de Menga. Autora: Aurora Villalobos Gómez.

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Según esta hipótesis, el conjunto megalítico podría estardefinido por dos fases constructivas. En la primera se edifi-carían los dólmenes de Menga y Viera como un proyectoúnico, en el que Viera desempeñaría el papel de sepulturacolectiva y Menga tendría unas connotaciones ceremoniales,relacionadas también con los ritos funerarios, aunque tal vezmás abiertas, que por ahora se nos escapan. La segundafase, en la que se construiría el dolmen de El Romeral, uni-ficaría en un solo monumento ambas funciones, dedicándo-se la gran cámara a las ceremonias de marras y la cámarasecundaria a las prácticas de enterramiento propiamentedichas. Estas ideas, sobre todo en lo referente a la existen-cia de dos fases constructivas, encuentran su complementoen las relaciones de visibilidad que se observan entre loscorredores de estos dólmenes con los hitos geográficos mássignificativos del paisaje y ciertos eventos solares relaciona-dos con los cambios de estación.

El espacio territorialCon su apariencia externa, los dólmenes de Antequera con-tribuyen a la creación del paisaje y al ordenamiento del terri-torio. Sus túmulos señalan lugares nuevos, humanos, hitosde referencia que se suman y conectan con los que ya exis-tían de forma natural.

En efecto, los grupos humanos que poblaron las sierras y pie-demontes de las cordilleras béticas en la Prehistoria Recienteeran de base económica ganadera y explotación agrícola muyprecaria, y se dedicaban fundamentalmente al pastoreo tras-humante. Dichos grupos delimitaban y reafirmaban su pro-piedad sobre las tierras de pastos mediante la presencia delas tumbas de sus antepasados. Estas marcas territorialeseran respetadas tácitamente por el resto merced a las com-plejas normas de conducta de una sociedad estructurada enclanes y linajes, y basadas en relaciones de intercambio, reci-

302DOCUMENTO DE AVANCE DEL PLAN DIRECTOR | I. DEFINICIÓN

Interior de la cámara de Menga. Autor: Javier Pérez González. Puerta perforada que da acceso a la cámara del dolmen de Viera. Autor:Moreno Estudio Antequera.

Puerta y corredor de acceso a la segunda cámara del tholos de El Romeral.Autor: Javier Pérez González.

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procidad y cooperación. Se tiene constancia de una utiliza-ción sucesiva a través de los siglos de las tumbas megalíti-cas, debido probablemente a su condición de sepulcroscolectivos destinados a recibir los restos mortales de sucesi-vas generaciones de miembros de un clan o de un linaje.

El conjunto megalítico de Antequera participó, sin duda, deestas características. Por su condición de referentesespaciales, estos dólmenes sirvieron para legitimar lapropiedad territorial y su aprovechamiento económico porparte de los grupos humanos que los construyeron y dieronuso. Pero además formaron parte de un nuevoordenamiento simbólico del espacio, en el que estabanrelacionados otros referentes naturales de caráctergeográfico. Dichas vinculaciones se desprenden de lasorientaciones de los ejes de los corredores de Menga y ElRomeral, cuyos campos de visión se centran en los dosaccidentes geográficos más significativos del entorno, laPeña y El Torcal, respectivamente. El dolmen de El Romeral,más reciente que los de Menga y Viera, se inserta tambiénde manera consciente en la línea visual que forman Mengay la Peña, demostrando un interés por entroncar este nuevoproyecto con las líneas maestras del proyecto anterior.

Mediante estas relaciones de visibilidad, que se completancon la inclusión del arte rupestre marcando los diferenteshitos geográficos que jalonan la depresión de Antequera, searticula un ordenamiento simbólico que se traduce, al cabo,en un ordenamiento físico del territorio. Así, la propiedad deun espacio económico se justifica mediante la presencia delas tumbas de los antepasados del grupo y se delimita a tra-vés del marcado iconográfico tanto de los hitos geográficoscentrales como de los periféricos. Orden social, orden eco-nómico, orden territorial.

Dólmenes en el tiempo

El tiempo astronómicoEl orden del espacio está estrechamente ligado al control deltiempo. No en vano, el carácter de las actividades económi-cas primarias características de estos grupos prehistóricosviene condicionado por los ciclos naturales. En este sentido,

el sol es un valor infalible que representa como ningún otrocuerpo celeste el orden del universo. Sus ciclos son establese inmutables (prácticamente son iguales ahora que hacecinco mil años), marcándonos nítidamente periodos natura-les como el día y la noche, las estaciones o los años.

Describamos dichos ciclos de forma pormenorizada. Lo pri-mero que observarían estos grupos humanos es que, situa-dos en un lugar fijo de observación, el sol no sale todos losdías por el mismo punto del horizonte. Mirando hacia eleste, el sol saldrá justo frente nosotros en los equinoccios, esdecir, los momentos en que el día y la noche tienen lamisma duración. Esto ocurre dos veces al año, al comienzode la primavera y del otoño. Pongámonos en el equinocciode primavera. A lo largo de la misma, el sol saldrá cada díamás hacia el norte hasta llegar a un punto extremo. Es elsolsticio de verano, en el que los días son más largos y lasnoches más cortas. A partir de entonces, el sol irá retroce-

303 ANÁLISIS Y EVALUACIÓN | MUSEALIZACIÓN Y EXPOSICIÓN ...

Relación visual del dolmen de Menga, el túmulo de El Romeraly La Peña en una fotografía publicada por Hemp en 1934.

En el Centro Solar Michael Hoskin se reproduce el perfil delhorizonte con indicación de los solsticios y equinoccios. Autor:Javier Pérez González.

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diendo cada mañana hasta volver al centro, es decir, al este.Es el equinoccio de otoño. Luego, a medida que transcurreesta estación, el sol saldrá cada vez más hacia el sur, alcan-zando su punto extremo en el solsticio de invierno, momen-to en que los días son más cortos y las noches más largas.Después, durante el invierno, los ortos solares irán retroce-diendo cada día hasta alcanzar el punto de partida, denuevo el este, de nuevo el equinoccio de primavera. Asíhabrá transcurrido un año y habremos establecido de formaexacta el principio y el fin de las cuatro estaciones.

Cómo se ha visto, el este y el oeste son puntos intermediosen el recorrido anual de los ortos y ocasos solares respecti-vamente. No hay referentes naturales que los marquen y,por lo tanto, se trata de demarcaciones artificiales; es el serhumano quien determina que existe un centro entre ambosextremos. Pero sobre todo en lo que concierne al este pode-mos asegurar que se trata de un punto conocido por lascomunidades de la Prehistoria Reciente, en función de losnumerosos alineamientos hacia ese lugar del horizonte queencontramos en la mayoría de los dólmenes, en especial losadintelados de corredor, lo que contribuye a identificar estepunto cardinal, de un modo amplio, con lo funerario.

Determinar estos puntos sólo es posible tras largas series deobservaciones realizadas siempre desde una misma posi-ción. Es por eso que se atribuye este conocimiento a socie-dades con un alto grado de sedentarismo.

No obstante, aparte de su relación visual con la Peña, el dol-men de Menga no parece poder vincularse de un modo clarocon eventos astronómicos de carácter solar. A pesar de esto,la incidencia directa de los rayos del sol en la cámara se pro-duce únicamente en torno al solsticio de verano, ya que elresto del año sólo alcanzan a iluminar el lateral norte delcorredor a diferentes alturas según la época. En estos pocosdías el sol matutino penetra en el dolmen iluminando loscinco primeros ortostatos, el borde saliente del sexto (que esel inicio de la cámara), cuya cara interna queda en penum-bra, el séptimo y parte del octavo. El reflejo contra el sueloempedrado y los pulidos bloques se proyectaría hacia elfondo originando líneas de sombras al interponerse los pila-res, que alcanzarían la piedra cabecera hacia su centro divi-diéndola verticalmente en tres partes iguales, dos ilumina-das a los extremos y una oscura en la zona central. Esdurante estos ortos solsticiales cuando el dolmen recibe másluz natural, siendo por lo tanto también más nítido el con-traste entre luces y sombras. En cualquier caso, se trata deun efecto lumínico bastante inconcreto, por lo que, en prin-cipio, se descartan las relaciones con eventos solares quepudieran atribuirse a este dolmen.

El dolmen de Viera, por el contrario, es paradigmático eneste sentido. En los amaneceres equinocciales, el sol sealinea con el corredor y su luz penetra directamente en elinterior durante unos minutos. Dado que desconocemos lalongitud real del pasillo, sólo podemos seguir su recorrido apartir de la primera puerta perforada y aún así la altura desu vano es hipotética. Teniendo en cuenta estoscondicionantes, un fuerte haz de luz se introduciría por elorificio de esta puerta e incidiría directamente sobre elsegundo tramo del suelo del corredor, produciendo undestello que se proyectaría en sentido contrario hacia elfondo iluminando la puerta perforada que da acceso a lacámara. La luz penetraría en ella como un haz horizontalreproduciendo sobre la piedra cabecera la silueta

304DOCUMENTO DE AVANCE DEL PLAN DIRECTOR | I. DEFINICIÓN

Entrada del sol en la cámara del dolmende Viera durante el equinoccio de otoño de2006. Autor: Javier Pérez González.

El sol penetra en la cámara de Menga durante el solsticio de verano de 2007.Autor: Javier Pérez González.

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cuadrangular del vano de dicha puerta. El efecto se vería aumentado con elenlosado del suelo. Debido al carácter restrictivo al paso de la luz que implicanlas puertas perforadas, el interior del dolmen permanecería prácticamente enla oscuridad el resto del año. No obstante, dada su condición de tumbaprácticamente inequívoca, debe suponerse que permanecería cerrada la mayorparte del tiempo, lo que sugiere el interrogante de si se abriría cada vez que seprodujera una muerte o si sólo se haría en determinados momentos impuestospor el ritual. En este último caso, parecería lógico pensar que dichos momentoscoincidieran con los equinoccios, ya que es sólo entonces cuando la luz delastro rey inunda su reino, el de los muertos. Pero entonces, qué ocurría conlos cadáveres de aquellos que murieran en otras fechas? ¿Dónde reposaríanhasta el momento de ser inhumados? ¿Es posible que las grandes salas deMenga y El Romeral sirvieran a ese propósito? Son preguntas aún sinrespuesta, pero que también se cuestionen los prehistoriadores. No en vano,su misión última es la de hacernos comprender, en la mayor medida posible,el significado de estas obras grandiosas.

Más complejos son los efectos lumínicos que se originan en el interior deldolmen de El Romeral. Su eje apunta a la mayor elevación de la sierra delTorcal, conocida como Camorro de las Siete Mesas y situada a 1.342 m sobreel nivel del mar. Entendemos que la singularidad de este paraje sería apreciadaen la Prehistoria igual que lo es ahora. Asimismo, la elección de este punto enconcreto no debió ser aleatoria, ya que el monumento, si se quiso alinear conEl Torcal, pudo haber sido orientado en cualquier otra dirección (desde ElRomeral, la línea del horizonte que comprende la sierra del Torcal abarca unos30º). Aproximadamente al mediodía en el solsticio de invierno, cuando el sol sealinea en su altura más baja con el corredor del dolmen de El Romeral, susrayos se proyectan directamente en el suelo de la entrada hasta su máximaprofundidad, reflejando la luz en sentido contrario. Esta luminosidad, focalizadagracias a la longitud del corredor, penetra hasta la cámara principal,conformando la silueta de su puerta adintelada sobre la pared contraria yquedando cortada hacia la izquierda por el vano que da acceso a la segundacámara. Siguiendo su recorrido, la sección del haz lumínico que no ha sidodetenida por la pared de la cámara principal continúa a través del pasillo deacceso a la cámara secundaria para alcanzar finalmente el fondo del dolmen,adoptando la forma de un rectángulo vertical sobre la losa del suelo. Este efectoes tanto menor cuanto más nos alejamos del solsticio de invierno, ya que lapérdida de oblicuidad de los rayos del sol se traduce en una menor intensidaddel haz lumínico reflejado en el suelo. La visibilidad que se obtiene en el interiora través de este resplandor, que permite un buen desenvolvimiento enpenumbra, quedaría también entonces muy reducida. Finalmente, el sueloempedrado del dolmen contribuiría a aumentar dicho efecto lumínico, quetampoco se vería alterado por la longitud real del corredor.

305 ANÁLISIS Y EVALUACIÓN | MUSEALIZACIÓN Y EXPOSICIÓN ...

En el solsticio de invierno el sol penetra por el corredor hasta el fondo de la camarita de El Romeral. Imagen de diciembre de2008. Autor: Javier Pérez González.

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En definitiva, se reconocen hasta cuatro alineamientos enesta necrópolis, dos de carácter geográfico (Menga-La Peñay El Romeral-El Torcal) y otros dos de carácter astronómico(Viera-Equinoccios y El Romeral-Solsticio de invierno). Estoshechos suponen que el binomio Menga-Viera contó con unalineamiento geográfico y otro astronómico, mientras que enEl Romeral se dan ambos tipos de alineamiento en un soloedificio. El dolmen de El Romeral se presenta, pues, como unverdadero prodigio de ajuste a los patrones de visualización,ya que además de ubicarse en la línea preestablecida por eleje Menga-La Peña, se orienta hacia el único punto delhorizonte donde coinciden un eje visual de relación con unhito geográfico singular y un evento astronómico vinculadocon el ciclo solar. Estas apreciaciones son coincidentes conlas singularidades espaciales que se vieron más arriba y queconsideraban a Menga y Viera como integrantes necesariosde un primer proyecto constructivo, frente a la unificaciónconceptual que supone la presencia de las dos cámaras enel proyecto posterior de El Romeral.

El tiempo eternoEl sol es la luz frente a la oscuridad, el calor frente al frío, lavida frente a la muerte. Sus ciclos no tienen fin. Sale y sepone cada día en un constante morir y renacer. Nada sim-boliza como el sol la paradoja del eterno retorno. La vidaque conduce a la muerte y la muerte que conduce a la vida.El tránsito por el que todos hemos de pasar.

El control del tiempo integra al ser humano en el cosmos: lavida (breve) y la muerte (eterna) como hechos inseparablesde los ciclos periódicos e inexorables de la naturaleza. Enconsecuencia, se adecuan los espacios para la vida (lachoza efímera) y para la muerte (la sepultura imperecede-ra). Los rituales para la muerte emulan los rituales para lavida. El difunto penetra en el útero de la madre Tierra, pre-ñada como un túmulo, para fecundarla en espera de surenacimiento en la otra vida.

Conocer los ciclos solares y establecer posicionesintermedias que marcan los puntos cardinales supone unnotable avance en cuanto al control del tiempo, algo que nopodemos intuir con tanta nitidez en periodos anteriores. Los

306DOCUMENTO DE AVANCE DEL PLAN DIRECTOR | I. DEFINICIÓN

Esquema que reproduce los distintos alineamientos visuales observados en la necrópolis de Antequera y su entorno.Autor: Rafael Maura Mijares.

El Centro Solar Michael Hoskin nos permite conocer los instrumentos de medición del tiempo usados en la antigüedad.Autor: Javier Pérez González.

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monumentos megalíticos nos ofrecen argumentos bastanteconsistentes en este sentido, ya que su dimensión temporalse refleja tanto en su interés por perpetuar el pasado (cultoa los muertos) como en un afán de perduración en el futuro(solidez constructiva).

En efecto, mientras que las sociedades que construyeron yusaron los dólmenes se diluyeron entre los marasmos deltiempo, sus obras perduraron a través de los siglos, tansólidas que han llegado hasta nosotros. Y no sólo hantrascendido como meros elementos estructurales. Pueblotras pueblo, civilización tras civilización, el sitio de losDólmenes de Antequera siguió siendo un lugar funerario. Deahí los enterramientos romanos localizados en Viera, o lasexhumaciones árabes en la entrada de Menga, e incluso laubicación inmediata del cementerio cristiano.

Los Dólmenes de Antequera ya no son la casa de losmuertos. Hace mucho tiempo que fueron saqueados y quelos restos humanos de aquellos que merecieron o a los quecorrespondió ser enterrados con tan sofisticado ritual, se hanconvertido en polvo. No, los arquitectos megalíticos deAntequera y sus contemporáneos no consiguieron suprincipal propósito: que sus construcciones sirvieran comolugar inviolado para el discurrir eterno se sus antepasados,y probablemente de ellos mismos, por la otra vida. Pero trasmilenios de abandono, otros seres humanos, sin ningunaduda sus herederos, comienzan a reconocerse en estosancestros remotos. Se valoran sus portentosos logros, sucapacidad de organización, su habilidad para ordenar elespacio y controlar el tiempo. Organización, orden, control.Producción, propiedad, redes de intercambio. He ahí elorigen de nuestros actuales modos de vida.

Hoy, el presente de los dólmenes les augura un largo futuro.Se entiende que forman parte indiscutible del patrimoniocultural del ser humano y que como tales deben serreconocidos para el disfrute y la admiración de todos.Nuestra es la virtud de saber valorarlos y conservarlos, peroel mérito es de aquellos que con sus inmortalesmonumentos imprimieron en Antequera los sellos indeleblesque posibilitan, a través de un insólito viaje en el espacio-

tiempo, que seres separados por más de cinco mil añospuedan darse la mano.

MÓDULO 4. Memorial dólmenes de Antequera

Recoge la lista de todas aquellas personalidades que hancontribuido al conocimiento de los dólmenes de Antequera.En ella se citan nombres de investigadores, arquitectos,escritores, políticos, etc., haciéndose una breve semblanzabiográfica de cada uno de ellos y señalándose sus aporta-ciones respectivas. He aquí la lista: César Riario, Florián deOcampo, Agustín de Tejada y Páez, Francisco de Tejada yNava, Alonso García de Yegros, Francisco de Cabrera,Rodrigo Méndez Silba, Manuel Solana, Diego Carrasco yLuque, Cristóbal Fernández, Rafael Mitjana y Ardison,Eduardo Chao, Ildefonso Marzo y Sánchez, Louisa Tenison,Manuel de Assas y Ereño, Trinidad de Rojas y Rojas,Manuel de Góngora y Martínez, Manuel Gómez-MorenoGonzález, Francisco María Tubino y Rada, Rafael GonzálezAnleo, Éduard Philippe Émile Cartailhac, Francisco RomeroRobledo, Joaquín Fernández de Ayarragaray, Luis Siret yCels, José y Antonio Viera Fuentes, Ricardo VelázquezBosco, Narciso Díaz Escovar, Manuel Gómez-MorenoMartínez, José Ramón Mélida y Alinari, Rodrigo Amador delos Ríos y Fernández de Villalta, Hugo Obermaier y Grad,Adrien de Mortillet, Pierre Paris, Edward Turlow Leeds,Cayetano de Mergelina y Luna, Juan Cabré Aguiló, WilfridJames Hemp, Le Corbusier, Georg Klaus Leisner y VeraLeisner, Juan Temboury Álvarez, Antonio de Burgos Oms,Francisco Prieto-Moreno Pardo, Simeón Giménez Reyna,José Antonio Muñoz Rojas.

Propuesta expositivaSe propone una presentación al público a partir de undiseño interactivo (textos e imágenes) que permitaseleccionar, a partir del listado general, el personaje que sedesee conocer.

César Riario (siglo XVI)Obispo de Málaga entre 1519 y 1540. Durante su obispa-

307 ANÁLISIS Y EVALUACIÓN | MUSEALIZACIÓN Y EXPOSICIÓN ...

Visitantes junto al Memorial de los Dólmenes en el camino deacceso al Campo de los Túmulos. Autor: Rafael Gallardo Montiel.

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do se llevaron a cabo, entre otras empresas, la transforma-ción de la antigua mezquita mayor musulmana en catedraly la elaboración del primer inventario documental delArchivo Catedralicio. En una licencia firmada de su puño yletra en 1530 aparecen escritas por primera vez las palabras“cueva de Menga”.

Florián de Ocampo (1513-1590)Historiador y escritor zamorano, licenciado en Gramática,Física y Metafísica y doctor en Teología. Fue nombrado cro-nista de Castilla y luego de Carlos V en 1539 a petición delas Cortes. En calidad de tal, publicó los cinco primeroslibros de su Crónica general de España, que comprendedesde el origen del mundo hasta la muerte de losEscipiones. Esta obra es citada por algún cronista anteque-rano en relación con los orígenes míticos de Antequera parareivindicar la supuesta implicación de Hércules en su funda-ción y en la construcción del dolmen de Menga.

Agustín de Tejada y Páez (1567-1635)Renombrado poeta manierista y doctor antequerano,racionero de la catedral de Granada entre 1587 y 1608.Cursó Teología en la Universidad de Osuna y se doctoró enla de Granada. Su estancia en esta ciudad le supuso laentrada en el mundo culto y literario de las reuniones yacademias. Finalmente, pasaría los últimos veinte años desu vida en Antequera, donde fue apreciado como poeta–Cervantes y Lope de Vega lo celebraron– y considerado unaautoridad en el conocimiento histórico de la ciudad. A esteautor debemos la primera reseña escrita sobre el dolmen deMenga, recogida en sus Discursos históricos de Antequera,de 1587, en la que ya se hace alusión a la existencia de otraestructura próxima similar a la de Menga, posiblemente eldolmen de Viera.

Francisco de Tejada y Nava (1593-1645)Licenciado antequerano, sobrino y pupilo de Francisco deTejada y Páez. En su Historia de la ciudad de Antequera,escrita a principios del siglo XVII hace la primera descripciónpropiamente dicha del dolmen de Menga, aportando medi-ciones y afirmando que tenía únicamente tres losas decubierta, cuando son cinco. También lo relaciona con otras

cuevas, naturales o artificiales, entre las que incluye las dela sierra de la Camorra. Este texto será seguido, hasta en suserrores, por los autores posteriores hasta la mitad del sigloXIX, y en todos casos se hará casi al pie de la letra.

Alonso García de Yegros (siglo XVII)Escritor e historiador antequerano, canónigo de la colegiatade Baza. En su obra la Historia de la antigüedad, y noblezade Antequera señala la proximidad (diez pasos dedistancia) de Menga con el otro posible dolmen al que sereferían los Tejada.

Fray Francisco de Cabrera (siglos XVI-XVII)Cronista antequerano. En su obra Descripción de la funda-ción, antigüedad ilustre y grandezas de la muy noble ciudadde Antequera, escrita en la primera mitad del siglo XVII,contribuye en gran medida a generalizar la idea de que eldolmen de Menga debía ser una construcción romana.

Rodrigo Méndez Silba (1607-1675)Autor de la obra Población general de España: sus trofeos,blasones y conquistas heroicas: reales genealogías y catálo-gos de dignidades eclesiásticas y seglares, escrita en 1645,en la que sigue las descripciones anteriores del dolmen deMenga, añadiendo la presencia de materiales romanos rela-cionados con las cuevas de la sierra de la Camorra.

Manuel Solana (siglos XVIII-XIX)Cronista antequerano. En su obra Historia de Antequera, de1814, copia el texto de fray Francisco de Cabrera al pie dela letra al referirse al dolmen de Menga.

Diego Carrasco y Luque (siglo XIX)Cronista antequerano. En su obra titulada Memorias deAntequera, escrita en 1840, describe el dolmen de Mengacopiando íntegramente el texto de fray Francisco de Cabrera.

Presbítero Cristóbal Fernández (siglo XIX)Cronista antequerano. En 1842 publica su obra tituladaHistoria de Antequera desde su fundación hasta el año1800, en la que se recoge una nueva descripción deldolmen de Menga aportándose mejores mediciones. Sitúa

308DOCUMENTO DE AVANCE DEL PLAN DIRECTOR | I. DEFINICIÓN

Retrato de Rodrigo Méndez Silba incluido en su otra PoblaciónGeneral de España… de 1645.

Portada de la obra de Manuel Solana de 1814.

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al monumento en un momento anterior a los romanos,asociándolo al entonces muy desconocido mundo tartesio.

Rafael Mitjana y Ardison (1795-1849)Arquitecto titular del Ayuntamiento de Málaga, autor entreotras obras del obelisco dedicado a Torrijos que preside laplaza de la Merced y de la plaza de toros de Antequera. A élse debe la primera publicación monográfica sobre el dolmende Menga, titulada Memoria sobre el templo druida halladoen las cercanías de la ciudad de Antequera, provincia deMálaga. Con este trabajo se abren nuevos frentes de discu-sión, como el que se refiere a la propia denominación deldolmen –propone que el término “Menga” deriva del celta“Mengal”– o el relativo a la primera excavación de que setiene constancia –en el mismo lugar que el pozo que se des-cubriría ya en el siglo XIX– y al hueco abierto en la piedracabecera. También se presentan las primeras imágenes deMenga (grabados) y se propone al cerro de la Cruz comocantera de extracción de los materiales constructivos.

Eduardo Chao (1821-1887)Prestigioso historiador originario de Rivadavia que posterior-mente sería ministro de Fomento en el gobierno republicanopresidido por Salmerón (1873). En su ampliación de la obraHistoria general de España del padre Mariana se limita aresumir las tesis de Mitjana, aunque incorpora un curiosodibujo pleno de idealismo romántico que consiste en unaperspectiva del lateral norte desprovisto del túmulo.

Ildefonso Marzo y Sánchez (1794-1856)Escritor, historiador y militar nacido en Alhaurín el Grande,autor del primer libro sobre la Historia de Málaga y su pro-vincia, publicado en 1850. En esta obra, Marzo se oponeradicalmente al topónimo “Mengal” propuesto por RafaelMitjana, recalcando que dicho monumento era conocido porlos antequeranos desde la antigüedad más remota, bajo elnombre de “Cueva de Menga”. También se distingue en lahistoriografía por ser el primero en proponer un uso del dol-men de carácter sepulcral y colectivo.

Lady Louisa Tenison (1819-1882)Dama de la aristocracia victoriana inglesa, incansable viaje-

ra (sobre todo por Oriente Medio, donde visitó Egipto, Siria,Petra, Beirut, Jerusalén y Nazaret) que recorrió España entre1850 y 1853. Fruto de este viaje fue su libro Castile andAndalucia, en el que dedica al dolmen de Menga buenaparte de su capítulo sobre Antequera. Entre sus aportacionesdestaca la interpretación de los pilares como una inclusiónposterior, cuestión que más tarde será objeto de debate, osus observaciones respecto a la relación visual entre el dol-men de Menga y la Peña de los Enamorados. También serefiere con claridad a la excavación de Mitjana, considerán-dola, como luego hará Trinidad de Rojas, un pozo. Una delas ilustraciones representa el interior del dolmen, de dentroa fuera, con un personaje en el centro vestido a la maneraespañola, que cabe atribuir al artista sueco Egron Lundgren,por entonces afincado en Sevilla y acompañante de Tenisonen diversos tramos de su viaje.

Manuel de Assas y Ereño (1813-1880)Sabio polifacético de innumerables méritos, entre los quecabe destacar su cátedra de sánscrito en la UniversidadCentral, primera que se creó en España en esta especialidad,o sus nombramientos como académico de la Real Academiade la Historia y de la Academia Arqueológica de Bélgica. Fueun defensor acérrimo del origen celta del fenómeno megalíti-co, interpretando estos edificios como altares de sacrificios ydescartando la idea de que se tratara de tumbas. En su obratitulada Nociones fisonómico-históricas de la arquitectura deEspaña, compuesta por trece artículos publicados en elSeminario Pintoresco Español en 1857, dedica unas páginasde la primera entrega al dolmen de Menga.

Trinidad de Rojas y Rojas (1831-1902)Poeta e historiador antequerano. Se aproxima al dolmen deMenga en varios artículos y en el capítulo I de su Historia deAntequera, obra que escribe en 1879 y que permaneceinédita hasta que por fin es publicada en 1910 bajo el títuloDescripción de la cueva de Menga. En estos escritos Trinidadde Rojas critica a Rafael Mitjana por atribuirse sudescubrimiento y por la adscripción etimológica que hace delnombre “Menga”. También describe hallazgos realizados porMitjana en su excavación que éste había omitido. A esteautor se debe la transmisión de las leyendas de la princesa

309 ANÁLISIS Y EVALUACIÓN | MUSEALIZACIÓN Y EXPOSICIÓN ...

Cubierta y portada de la obra de Trinidad de Rojas publicadaen 1910.

Alzado y planta del dolmen de Menga en un grabadopublicado por Mitjana en 1842.

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Kelma y de Margarita “la Leprosa”, la primera en relacióncon la edificación del dolmen y la segunda con el origen desu nombre.

Manuel de Góngora y Martínez (1822-1884)Catedrático de Historia Universal de la Facultad de Filosofíay Letras de la Universidad Literaria de Granada, Decano deesta institución y miembro de la Real Academia de laHistoria. En su importante obra titulada Antigüedades pre-históricas de Andalucía. Monumentos, inscripciones,armas, utensilios y otros importantes objetos, publicada en1868, hace una breve alusión al dolmen de Menga, relacio-nándolo con las grandes construcciones micénicas y adelan-tándose, por tanto, a las corrientes difusionistas y orientalis-ta que tiempo después acabarían por generalizarse.

Manuel Gómez-Moreno González († 1918)Pintor, historiador del arte y arqueólogo granadino, miembrode la Real Academia de Bellas Artes, y padre de ManuelGómez-Moreno Martínez, quien a su vez habría de ser autorcon posterioridad de una de las obras más influyentes deentre todas las relacionadas con la necrópolis de Antequera.Se conoce un interesante croquis a mano alzada, en tintasobre papel, de la planta del dolmen de Menga dibujado poreste autor.

Francisco María Tubino y Rada (1833-1888)Político, periodista, escritor, arqueólogo e historiador, naturalde San Roque (Cádiz), está considerado como una de las másimportantes figuras del protoandalucismo. Fue diputado pro-vincial, miembro de la Real Academia de Ciencias de Lisboa,de la Real Sociedad de Anticuarios de Dinamarca, de losMuseos de Arte y Etnografía de Viena y Leipzig y de lasSociedades Antropológicas de París y Berlín. Dirigió la revistaEl Porvenir y el importante periódico La Academia y fue redac-tor de La Andalucía. En 1886 fundó la Revista de BellasArtes, de la que también fue director. En su obra Los monu-mentos megalíticos de Andalucía, Extremadura y Portugal, de1876, realiza una breve alusión al dolmen de Menga.

Rafael González Anleo († 1899)Escritor y abogado antequerano. En 1886 publica un artícu-

lo en La Ilustración Española y Americana titulado “El dol-men. La cueva de Menga”, donde se hace eco de la visitade Alfonso XII y recuerda los grabados presentados con ante-rioridad en esta misma revista, en que se representaban dosperspectivas del dolmen de Menga.

Éduard Philippe Émile Cartailhac (1845-1921)Afamado y prestigioso investigador francés, responsable dealgunas teorías, muy vanguardistas en su tiempo, que fuerontan aplaudidas como combatidas, caso de la estimación deuna Edad de Piedra a escala global, de la inclusión de laEdad del Cobre en la secuencia de las etapas prehistóricas,de la asunción de una civilización mediterránea común atodas las sociedades de su entorno o de la interpretación delarte paleolítico como fenómeno asociado a la magia simpáti-ca relacionada con las actividades cinegéticas. En su obraLes ages préhistoriques de l’Espagne et du Portugal, de1886, hace una breve referencia al dolmen de Menga.

Francisco Romero Robledo (1838-1906)Abogado y político antequerano, fue ministro de Fomentodurante el reinado de Amadeo I, ministro de Gobernacióndurante el reinado de Alfonso XII y ministro de Ultramar y deGracia y Justicia durante la regencia de María Cristina deAbsburgo-Lorena. Desde su posición de diputado en lasCortes inspiró la creación de lo se podría denominar un cen-tro de recepción de visitantes para el dolmen de Menga, pro-yecto que fue encargado al arquitecto Joaquín Fernández deAyarragaray en torno a 1898.

Joaquín Fernández de AyarragarayArquitecto guipuzcoano que fue director de las obras de res-tauración de la catedral de Sevilla. En los archivos de estacatedral se conserva una serie de dibujos que se ejecutanpara el primer proyecto conocido orientado a ordenar elespacio que circunda al dolmen de Menga con vistas a suconservación y musealización. En ellos aparecen numero-sos levantamientos topográficos y croquis del dolmen deMenga.

Luis Siret y Cels (1860-1934)Ingeniero de minas y arqueólogo belga. Sus trabajos en el

310DOCUMENTO DE AVANCE DEL PLAN DIRECTOR | I. DEFINICIÓN

Retrato de Manuel de Góngora. Oleo lienzo obra de 1890 deJosé Garrocha González. Autor: Javier Pérez González.

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sureste de España sirvieron de base para la definición de lasecuencia prehistórica comprendida desde el Paleolíticohasta la Edad del Hierro. El dolmen de Menga es citado poreste autor en L’Espagne préhistorique, relevante estudiofinalizado en 1893 que constituye una de sus obras másexhaustivas y ambiciosas.

José y Antonio Viera FuentesJardineros municipales de Antequera que descubrieron losdólmenes de Viera y El Romeral en 1903. El dolmen deViera recibió este nombre en su honor.

Ricardo Velázquez Bosco (1843-1923)Arquitecto burgalés, autor, entre otras obras, de los palacios deVelázquez y de Cristal del parque madrileño del Retiro, y direc-tor de las obras de restauración de la Mezquita de Córdoba.En 1904 presenta un detallado informe ante la Academia deBellas Artes en el que da cumplida cuenta de los dólmeneslocalizados en Antequera el año anterior, realizando las prime-ras planimetrías y dibujos de Viera y El Romeral.

Narciso Díaz Escovar (1860-1935)Abogado, escritor y periodista malagueño. Fue presidente dela Diputación de Málaga a los veinticinco años, aunquepronto abandonaría la política para dedicarse a las artes lite-rarias, llegando a fundar en Málaga la Escuela deDeclamación. De Díaz Escovar se conservan diferentes car-tas y notas manuscritas realizadas a raíz de su nombramien-to como delegado regio de Bellas Artes de Málaga, en lasque se ocupa de los Dólmenes de Antequera tanto desde elpunto de vista de la investigación como desde el de la con-

servación, y que forman parte de los fondos bibliográficosdel archivo público de la Fundación Unicaja que lleva sunombre, una importante colección de documentos origina-les, periódicos de los siglos XIX y XX y revistas literarias,todos ellos referidos a la historia de Málaga y su provincia.

Manuel Gómez-Moreno Martínez (1870-1970)Hijo de Manuel Gómez-Moreno González. En 1913 obtuvola cátedra de Arqueología Árabe en la Universidad Central;en 1930 fue nombrado director general de Bellas Artes eingresó en la Real Academia Española en 1942; fue nom-brado doctor honoris causa por las universidades deMontevideo y Oxford en 1941, de Glasgow en 1951 y deGranada en 1970. En 1905 publica una obra importantísi-ma que por primera vez recoge el estudio completo del con-junto dolménico: Arquitectura tartesia: la necrópolis deAntequera, donde Gómez-Moreno da a conocer los primerosmateriales arqueológicos procedentes de los tres dólmenes,describe el eje visual Menga-El Romeral-Peña, relacionandoarqueológicamente por vez primera la necrópolis con el cerrode Marimacho, y presenta un primer corpus planimétricointegral de la necrópolis.

José Ramón Mélida y Alinari (1856-1933)Arqueólogo madrileño, miembro de la Real Academia deBellas Artes de San Fernando. En su discurso de recepción enla Real Academia de la Historia, leído en 1906 y tituladoIberia arqueológica anterromana, recoge fundamentalmentelos descubrimientos de Viera y El Romeral a partir de la infor-mación aportada por Velázquez Bosco y Gómez-Moreno.

311 ANÁLISIS Y EVALUACIÓN | MUSEALIZACIÓN Y EXPOSICIÓN ...

Retrato de Francisco Romero Robledo, obra de Francisco Palma a principiosdel siglo XIX y fundido en bronce en 2008.

Retrato de Francisco María Tubino y Rada. Medallón en bronce obra deFrancisco Javier Pérez Galán. Autor: Javier Pérez González.

Retratos de los hermanos Viera en sendos medallones en bronceobra de Francisco Javier Pérez Galán. Autor: Javier Pérez González.

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Rodrigo Amador de los Ríos y Fernández deVillalta (1849-1917)Arqueólogo madrileño que fue director del MuseoArqueológico Nacional desde 1911 a 1916. En suCatálogo de los monumentos históricos y artísticosde la provincia de Málaga, de 1907, se centra deuna forma detenida en la necrópolis antequerana.Su principal aportación es el descubrimiento y des-cripción de los grabados de la entrada del dolmende Menga, aunque no los considera prehistóricos.

Hugo Obermaier y Grad (1877-1946)Paleontólogo, geólogo y arqueólogo alemán.Después de un primer viaje de campo a España en1909, este investigador se asentó en Madrid en1914, e ingresó en la Comisión de InvestigacionesPaleontológicas y Prehistóricas del Museo deCiencias Naturales, desde donde realizó importantí-simas aportaciones a la arqueología de la PenínsulaIbérica. En su obra El dolmen de Matarrubilla, de1919, hace un estudio comparativo sobre “pilas yotros recipientes dolménicos” y trae a colación lalosa del suelo de la cámara secundaria de ElRomeral, de la que opina habría servido para depo-sitar los cadáveres o el mobiliario funerario. Tambiéndocumenta un hacha que había sido desenterradaen el dolmen de Menga en 1904.

Adrien de Mortillet (1853-1931)Hijo del también arqueólogo Gabriel de Mortillet,publicó en 1920 la obra Le dolmen d’Antequera(Andalousie), en la que se recoge el trabajo reali-zado por este investigador a raíz de una visita que,según sus propias palabras, efectuó a la ciudad deAntequera en 1913. Pasa por alto el descubri-miento de los dólmenes de Viera y El Romeral y secentra en el de Menga, proponiendo un sistemapara la denominación de sus bloques de piedra.Mortillet copió unos dibujos a partir de unas acua-relas realizadas por el pintor Henri Nodet que sepublicaron en la obra de Émile Cartailhac Les agespréhistoriques de l’Espagne et du Portugal, gracias

a la cual estas imágenes fueron las más difundidas deMenga en aquella época.

Pierre Paris (1859-1931)Arqueólogo y prehistoriador francés, miembro de la EscuelaFrancesa de Atenas y fundador en 1910 de la EscuelaFrancesa de Estudios Hispánicos, de la que fue primerdirector. En 1920 publica Promenades Archéologiques enEspagne, donde relata sus “paseos arqueológicos” porEspaña, visitando diferentes lugares de interés entre 1910y 1921. En esta obra concede especial relevancia a losDólmenes de Antequera, a los que dedica íntegramente elprimer capítulo. A este investigador se debe la primeradescripción de la galería perimetral del dolmen de ElRomeral.

Edward Turlow Leeds (1877-1955)Arqueólogo británico del que conocemos su referencia a lanecrópolis de Antequera en un comunicado a la Society ofAntiquaries of London, en 1920, titulado The dolmens andmegalithie. Tombs of Spain and Portugal, así como unanota manuscrita conservada en el Departamento deAntigüedades del Ashmolean Museum de Oxford y fechadaentre 1919 y 1921, en la que se incluyen bosquejosrealizados a partir de los dibujos de Gómez-Moreno hijo,incluyendo El Romeral, Menga, con una fotografía, y Viera.Asimismo, Leeds presenta medidas longitudinales de ElRomeral y lista de los materiales hallados en él.

Cayetano de Mergelina y Luna (1890-1962)Arqueólogo sanluqueño, discípulo de Manuel Gómez-Moreno, fue catedrático de Arqueología en la Universidad deValladolid –de la que fue también rector– y de Historia delArte en la de Murcia, además ser miembro del Centro deEstudios Históricos y de ocupar los cargos de comisarioprovincial de Excavaciones en Valladolid y Murcia. En sumonografía La necrópolis tartesia de Antequera, de 1922,continúa y amplía la obra de su maestro Gómez-Moreno enesta necrópolis, ofreciendo las primeras hipótesis firmessobre los respectivos procesos constructivos –incluyendo lacontrovertida marca del techo de Menga que reproduciría unprimer esquema de la planta–, así como la primera

interpretación razonada de estos edificios como sepulcroscolectivos que ya habían apuntado de forma un tantointuitiva Ildefonso Marzo y Trinidad de Rojas. También haceun estudio de los materiales arqueológicos descritos porGómez-Moreno.

Juan Cabré Aguiló (1882-1947)Arqueólogo y fotógrafo turolense, uno de los investigadoresespañoles más inquietos de la época. En colaboración conCayetano de Mergelina, fotografía y realiza los primerosdibujos de los grabados de la entrada de Menga, conside-rándolos prehistóricos.

Wilfrid James Hemp (1882-1962)Prehistoriador galés, que fue presidente de la Welsh Societyof Antiquaries. Gran conocedor del fenómeno megalíticoeuropeo, en su obra titulada The Pasaje Graves ofAntequera, and Maes Howe, Orkney y publicada en 1934,este autor centra su atención en la necrópolis megalítica deAntequera buscando establecer relaciones formales entre ElRomeral y el dolmen de Maes Howe en Orkney, Escocia,ambos de falsa cúpula. En su descripción del dolmen deViera realiza dos aportaciones de gran interés: la primeraalusión a la puerta perforada de la entrada –cuyo hallazgose disputa con Georg Leisner– y los grupos de cazoletas–pequeñas concavidades inscritas en los ortostatos delcorredor–. También recoge la primera fotografía de la Peñade los Enamorados desde la entrada de Menga, señalandola presencia clara en el llano del túmulo de El Romeral.

Le Corbusier (1887-1956)Arquitecto francés de origen suizo que fue, junto a WalterGropius, el principal protagonista del renacimiento arquitec-tónico internacional del siglo XX. Además de ser uno de losmás grandes renovadores de la arquitectura moderna, fueun incansable agitador cultural, labor que ejerció con pasióna lo largo de toda su vida. Con sus escritos se ganó unamerecida fama de polemista y aportó un verdadero caudalde ideas innovadoras que han hecho que su obra influyadecisivamente en la arquitectura posterior. En 1950 visitólos dólmenes de Antequera, dejando escrito en el libro deregistro del guarda las palabras “A mis ancestros”.

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Georg Klaus Leisner (1870-1957) y Vera Leisner (1885-1972)Ex oficial del ejército bávaro, nacido en Kiel, el arqueólogoGeorg Leisner viajó por primera vez a España en 1933, y en1938, a los sesenta y ocho años, se doctoró con una tesissobre megalitismo en la Universidad de Múnich, de la quefue catedrático desde 1941 hasta su muerte. Incluye lapuerta perforada del dolmen de Viera en su obra de 1941Puertas perforadas en sepulcros megalíticos de la PenínsulaHispánica, atribuyéndose su descubrimiento, hecho que sedisputa con Hemp. Junto a su esposa Vera realiza una por-menorizada descripción de la necrópolis de Antequera en suexhaustivo hábeas de 1954 Die Megalithgräber derIberischen Halbinsel. Erster Teil, der Süden, formando partede un riguroso estudio sobre el fenómeno megalítico en elsur peninsular.

Juan Temboury Álvarez (1899-1965)Comerciante y erudito malagueño, miembro de la Academiade San Fernando de Madrid y de la Real Academia de laHistoria, fue responsable de la consolidación de las infraes-tructuras culturales de la ciudad de Málaga, dedicándoseespecialmente a la reconstrucción de la Alcazaba, aunquetambién participa en la restauración del Palacio deBuenavista, la Victoria, el Palacio Episcopal, la torre deSantiago y la ermita de Zamarrilla. Autor del Catálogo monu-mental histórico-artístico de Málaga y su provincia, fue con-decorado con la orden de Alfonso X el Sabio y nombradoHijo Predilecto de Málaga. Formando parte del ArchivoTemboury se conservan numerosas fotografías de los dólme-nes antequeranos de gran valor documental.

Antonio de Burgos Oms (1880-1961)Sobre la incidencia de la guerra civil española en losDólmenes de Antequera se cuenta con la valoración del pin-tor y escritor malagueño Antonio de Burgos Oms, profesor dela Escuela de Bellas Artes de Málaga y académico de SanTelmo, quien en 1940 los visita en el marco de una comisiónde servicios orientada a evaluar los daños sufridos por elpatrimonio histórico de Ronda y Antequera durante la guerra,y cuyas impresiones serán publicadas por la Real Academiade Bellas Artes de San Telmo de Málaga bajo el título inequí-

voco Monumentos artísticos de Ronda y Antequera, despuésdel periodo marxista, del que cabe destacar sus numerosas einteresantes fotografías de los tres dólmenes.

Francisco Prieto-Moreno Pardo (1907-1985)Arquitecto granadino, conservador de la Alhambra y arqui-tecto de zona del Ministerio de Educación. En el año 1941lleva a cabo una antigua aspiración de esta necrópolis, larestauración de los tres sepulcros y sus túmulos y la ordena-ción del entorno.

Simeón Giménez Reyna (1906-1967)Químico, farmacéutico y escritor malagueño, académico deSan Telmo y delegado de Excavaciones Arqueológicas deMálaga. Sería el verdadero cronista de las obras de restau-ración llevadas a cabo por Prieto Moreno en 1941 en suconocida Memoria arqueológica de la provincia de Málagahasta 1946. En 1968 publica también un monográfico titu-lado Los Dólmenes de Antequera. Algunas de las ideas ver-tidas en esta obra de divulgación, que fue traducida alinglés, al francés y al alemán, quedarán fijadas durantedécadas, como es el caso del peso de la última losa de lacubierta de Menga, que evalúa de forma sobredimensiona-da en 180 toneladas, o la cronología que establece: entor-no al 2500 a.C. para Menga, al 2400 para Viera y al 1800para El Romeral.

José Antonio Muñoz Rojas (1909-2009)Poeta antequerano, autor, entre otras obras, de Las cosas delcampo, Las musarañas y Lugares del corazón. Lector en laUniversidad de Cambridge durante algún tiempo y gran cono-cedor de la lírica inglesa, ha traducido al castellano obras deJohn Donne, Richard Crashaw, William Wordsworth, GerardManley Hopkins, Francis Thompson y T. S. Eliot. Obtiene elPremio Nacional de Poesía (1998) por Objetos perdidos, y elPremio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana (2002) al con-junto de su obra. Además fue nombrado Hijo Predilecto deAndalucía en 1992. En su obra recoge diferentes aspectos delos dólmenes de Antequera.

Se propone una presentación al público a partir de undiseño interactivo (textos e imágenes) que permita

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Retrato de José Antonio Muñoz Rojas. Medallón en bronce obrade Francisco Javier Pérez Galán. Autor: Javier Pérez González.

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seleccionar, a partir del listado general, el personaje que sedesee conocer.

MUSEALIZACIÓN Y EXPOSICIÓN PERMANENTE DE LA PREHISTORIA: PAISAJES MILENARIOS426

Objeto y finalidad del documento

Se presentan el Proyecto Museológico y el ProyectoMuseográfico de la Exposición Permanente PaisajesMilenarios en el Museo del Conjunto ArqueológicoDólmenes de Antequera con el propósito de:

Definir el carácter de la exposición permanente quemusealiza los contenidos de la Prehistoria de Andalucía.Contextualizar dentro de ese marco temático al ConjuntoArqueológico de los Dólmenes de Antequera.Establecer las áreas, módulos y unidades temáticas de laexposición.Describir los sistemas expositivos asociados a los conte-nidos museológicos, garantizando la adecuación espacialcon el edificio preexistente.

Consideraciones generales

Contexto institucional

La exposición permanente Paisajes Milenarios forma partedel Programa de Musealización y Exposición Permanente delPlan Director. En torno al año 2003 se define su programamuseológico, con anterioridad al planteamiento de un plandirector que coordinara las diversas actuaciones en curso, yen 2006 se redacta el proyecto museográfico (revisado en2007 y 2009), prácticamente en paralelo con el último pro-yecto ejecutado sobre el edificio actual.

Esto explica que, desde el punto de vista museológico hayahabido algunas modificaciones debidas al nuevo "Programa

de usos y que, desde el punto de vista museográfico, tenganque adaptarse algunos sistemas expositivos a las salas defi-nidas en el nuevo "Proyecto de adecuación del inmueblepara Centro de la Prehistoria de Andalucía".

Se concibe como un Centro de la Prehistoria de Andalucía,es decir, como un equipamiento cultural especializado en ladifusión de los yacimientos prehistóricos andaluces desde suposición estratégica en los Dólmenes de Antequera. Desdeeste punto de vista, la exposición permanente contribuye a:

Fomentar el conocimiento sobre la Prehistoria enAndalucía, en sus aspectos globales y locales.Articular una red territorial soportada en el patrimonioarqueológico y dar a conocer la Red de Espacios Culturalesde Andalucía, fomentando la visita posterior a otros yaci-mientos y enclaves andaluces accesibles al público.Reconocer la importancia, diversidad y fragilidad delpatrimonio prehistórico andaluz.Ofrecer el debate científico existente en el campo de lainvestigación, haciéndolo presente en los contenidos.Formar al visitante en una serie de conceptos fundamen-tales sobre la Prehistoria para prepararlo a la visita a losdólmenes.Vincular la tutela con las políticas urbanística, medioam-biental y turística desde su doble condición de paisajenatural y cultural.Insertar los recursos patrimoniales en las estrategias yprogramas de desarrollo sostenible.

Carácter y finalidad de la exposición permanente

El Centro de la Prehistoria de Andalucía se basa en laexposición permanente Paisajes Milenarios, diseñadacomo un espacio expositivo didáctico para que losvisitantes a los dólmenes de Antequera recorran cada unode los paisajes a través de los que se ilustra la Prehistoriade Andalucía. Además, se incorporan algunos elementosde referencia a nivel europeo ya que los dólmenes deAntequera forman parte de la Red Virtual de PaisajesMegalíticos Europeos.

314DOCUMENTO DE AVANCE DEL PLAN DIRECTOR | I. DEFINICIÓN

La permanencia milenaria de La Peña es elegida como imagenilustrativa de la exposición permanente Paisajes Milenarios.

426 Esta exposición se ha eliminado del programadefinitivo.

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