PARBOLAS Y DISCURSOS DE JESS DE NAZARET

4. DIOS EN LA ENSEANZA DE JESSEl Dios del que habla Jess es Yhwh, el Dios de la tradicin monotesta juda. En esa concepcin heredada de Dios, Jess subraya y da prioridad a unos aspectos por encima de otros. Jess enriquece la concepcin juda de la divinidad con lo que l mismo ha aprendido en su propia experiencia personal de relacin con Dios.Actualiza el anuncio proftico tradicional de un Israel renovado que vivir por siempre bajo la soberana de Dios.Promueve entre sus seguidores una forma personal de relacin con Dios basada en la imagen del Padre.4.1. La relacin con Dios. Jess era judo y su relacin con Dios se encuadra en el marco de la experiencia religiosa de Israel, en especial de su vivencia del monotesmo. Pero la experiencia que Jess tena de Dios, y que intent transmitir a quienes le escuchaban, estuvo tambin determinada por su biografa y su bsqueda personal. Es probable que naciera en el seno de una familia de emigrantes judos piadosos, instalados en una pequea poblacin galilea habitada por otros inmigrantes de la misma procedencia, donde probablemente se practicara el Judasmo comn como forma de identidad grupal y personal. De su bsqueda religiosa sabemos que poco antes de comenzar su actividad pblica independiente form parte del crculo del Bautista, y podemos sospechar que haba estado antes en contacto con otros grupos religiosos. La experiencia de Dios adquirida por Jess se manifiesta en su enseanza a travs de dos metforas fundamentales, muy arraigadas en la cultura y la historia del pueblo judo: la del padre y la del rey. La primera pertenece al

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PARBOLAS Y DISCURSOS DE JESS DE NAZARETmbito domstico y refleja el modo de ser de Dios. La segunda se inscribe en el mbito poltico y habla del proyecto de Dios en relacin con los hombres.Para Jess Dios era ante todo Padre. Esta imagen la encontramos con muchsima frecuencia en sus oraciones, cuando hablaba de l a sus discpulos y en sus enseanzas. Pero tambin est implcita en sus obras, pues Jess imita la forma de actuar de Dios del mismo modo en que un hijo debe imitar el comportamiento de su padre.Jess se refiri con frecuencia a Dios con la palabra abb, tomada del lenguaje familiar, con la que los nios pequeos llaman a su padre y que los adultos utilizan como ttulo de respeto.Ahora bien, la imagen de Dios presentada por Jess no se ajusta del todo a la que entonces se tena del padre. Para poder apreciar correctamente la continuidad y la originalidad con la que utiliza esta metfora familiar, necesitamos conocer las connotaciones que tena la figura del padre en la cultura mediterrnea del siglo primero.La cultura mediterrnea era patriarcal y patrilineal. Este hecho es decisivo para comprender la figura del padre en ella. Las culturas patrilineales trazan la descendencia a travs de los varones y asignan al varn ms representativo, el paterfamilias, una enorme autoridad sobre todos los miembros de la familia. La relacin dominante en la familia patriarcal es la relacin padre-hijo, porque era ella la que aseguraba la transmisin del patrimonio y la continuidad del grupo familiar. Los comportamientos implicados en esta relacin bsica estaban muy bien definidos, y gracias a ello nos es posible conocer qu es lo que se esperaba de un padre en relacin con sus hijos.La primera obligacin de un padre hacia su hijo era proveerle del sustento necesario, ofrecerle un techo donde cobijarse, protegerle y ayudarle en todo. El padre tena tambin la obligacin de educar e instruir a su hijo y tratarle con severidad, imponindole su autoridad incluso con castigos. Cuando situamos los dichos y el comportamiento de Jess en su contexto cultural, descubrimos que existe bastante continuidad en lo que se refiere a las obligaciones que el padre tena hacia el hijo. Dios aparece como padre solcito que da cosas buenas a sus hijos y est pendiente de todo lo que stos necesitan.Parbolas y discursos de Jess de Nazaret MVictoria Cantos Villanueva

PARBOLAS Y DISCURSOS DE JESS DE NAZARETPor eso Jess y sus discpulos pueden dirigirse a l con toda confianza diciendo: Padre .... danos hoy el pan necesario. Tambin Dios instruye directamente a sus hijos a travs de una revelacin misteriosa que Jess descubre agradecido: En aquel tiempo dijo: Te doy gracias, Padre, Seor del cielo y de la tierra, porque has ocultado todas estas cosas a los sabios y a los inteligentes, y se las has revelado a los sencillos. S, Padre, porque as te ha parecido bien .Esta misma solicitud del padre hacia sus hijos la encontramos en el comportamiento de Jess en su afn de instruir a la gente, pero sobre todo, en sus exorcismos y curaciones. No puede pasar de largo cuando se encuentra con los enfermos (Mc 10, 46- 52) ni puede dejar de atender la peticin de una madre angustiada (Mc 7, 24-30). Al sanar a los enfermos y al liberar a los endemoniados, Jess acta movido por los mismos sentimientos que atribuye a su padre Dios.Ahora bien, si continuamos examinando los dichos y la actuacin de Jess descubriremos que este Padre no responde exactamente a la idea que en su entorno cultural se tena de la figura paterna. Hemos visto que la principal atribucin de un padre dentro de la familia era su autoridad. Sin embargo, al hablar de Dios como padre, Jess no subraya su autoridad sino su capacidad de perdonar, su generosidad, su paciencia y su inagotable compasin. Es como el padre que recibe con los brazos abiertos al hijo que le haba ofendido y deshonrado al marcharse de casa con su parte de la herencia (Lc 15,11-32), como el sol que ilumina y calienta a buenos y malos, como el pastor que deja todo el rebao para rescatar a la oveja perdida (Lc 15,4-7).Esta capacidad de perdn y compasin se refleja tambin en el comportamiento de Jess cuando perdona los pecados a un paraltico (Mc 2,1-12) o acoge a los pecadores en su compaa (Mc 2,15-17). Al presentar la compasin y el perdn como los rasgos que mejor definen a Dios, Jess se distancia de la imagen paterna que era comn en su cultura y lanza una severa crtica contra la autoridad patriarcal. Dios no es Parbolas y discursos de Jess de Nazaret MVictoria Cantos Villanueva

PARBOLAS Y DISCURSOS DE JESS DE NAZARETcomo los padres de este mundo, que dominan y anulan a los suyos. Jess rechaza la autoridad desmedida del paterfamilias (Mc 10,1-12) e invita a sus discpulos a tomar a Dios como nica referencia vlida de padre.Otro de los rasgos en los que el Padre de Jess se opone a los padres de este mundo es en su capacidad para integrar en torno suyo, como hijos, a todos cuantos lo deseen. En una cultura de orientacin colectivista, en la que la familia era el principal grupo de referencia, una de las tareas del padre consista en reforzar los lmites que separan a los de dentro de los de fuera, y en defender a la familia frente a las amenazas externas. Jess, sin embargo, habla de un Padre que invita a extender a los de fuera, incluso a los enemigos, el amor que caracteriza las relaciones con los de dentro. El comportamiento de Jess imita tambin aqu el de Dios: se acerca a los enfermos y a los endemoniados, que eran considerados impuros; trata con los pecadores, una compaa poco adecuada para un hombre religioso; y se relaciona con los extranjeros.Generosidad, solicitud, compasin, perdn y capacidad integradora son la caractersticas que definen al Dios-padre de Jess.Significativamente, aunque Jess coloca en el centro de su mensaje el anuncio de la llegada del reinado de Dios, nunca se refiere directamente a Dios como rey. Ocurre con esta denominacin justamente lo contrario de lo que ocurra con la imagen paterna de Dios. Pues, a pesar de que sta ltima no es totalmente desconocida en el Judasmo de la poca, aparece pocas veces y menos todava en la expresin familiar abb que utilizaba Jess.El Dios del que habla Jess tiene, sin embargo, un proyecto de accin en relacin con su pueblo, va a venir a reinar sobre l, y la buena noticia es que lo har como padre. Ambas cosas, la invocacin de Dios como padre y el comienzo de su reinado, aparecen unidas de forma admirable en la primera parte del Padrenuestro: Padre ... venga tu reino . El reino que viene es el reino del Padre.

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