#52 - Claves de La Motivación
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n.o52/20126,50
CLAVES DE LA MOTIVACINLas razones que nos impulsan a actuar
9 771695 088703
0 0 0 5 2
ENER
O/F
EBRE
RO 2
012
52/2
012
PSICOLOGA SOCIAL
LA ZONA GRIS DE LA VIOLENCIA
EMPATA
CMO FUNCIONA?
ESTADSTICA
LA IMPORTANCIA DE LOS RESULTADOS NO SIGNIFICATIVOS
Nueva serie EL HABLA
MEMORIA
LAS DOS CARAS DEL ESTRS
NEUROCIENCIA
EPILEPSIA RESISTENTE A LOS FRMACOS
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Disponible en su quiosco el nmero de enero
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SUMARIO
PSICOLOGA
10 CLAVES DE LA MOTIVACIN
Por Nikolas Westerhoff
Conocer los autnticos motivos de la propia conducta no resulta tarea fcil. Aquello que creemos querer tiene con frecuencia poco que ver con lo que deseamos.
14 Los objetivos orientan
Entrevista a Veronika Brandsttter
MEMORIA
18 LAS DOS CARAS DEL ESTRS
Por Mathias V. Schmidt y Lars Schwabe
La presin psquica puede acarrear olvidos, incluso lagunas en la memoria. Sin embargo, tambin puede favorecer la capacidad de memorizar.
PSICOLINGSTICA
26 AS HABLO, AS PIENSO
Por Klaus Wilhelm
De un modo sutil, la gramtica y el vocabulario inuyen en nuestro pensamiento.
32 El lenguaje surge de una red de conexiones cerebrales
Entrevista a Angela D. Friederici
MEDICINA
44 CONVULSIONES BAJO EL MICROSCOPIO
Por Stefan Remy y Christian Elger
Uno de cada tres enfermos de epilepsia no responde a los medicamentos. Para averiguar las causas de esta resistencia, los investigadores provocan accesos convulsi-vos en muestras de tejido cerebral vivo.
AUTOCONCIENCIA
50 YO SIN MI CUERPO
Por O. Blanke, B. Lenggenhager y L. Heydrich
Algunas personas experimentan como su yo abandona su cuerpo. Incluso se observan a s mismas desde el exterior de su ser. Ciertos trastornos cerebrales conllevan vivencias extracorporales. La realidad virtual permite reproducir tal experiencia.
Enero / Febrero de 2012 N 52
68 LA VIOLENCIA
50 VIVENCIA EXTRACORPORAL
54 TERAPIA CELULAR
LENGUA Y PENSAMIENTO 26
ESTRS 18
Nueva serie PSICONEUROLOGA
DEL HABLAEn este nmero:
Lengua y pensamiento
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TERAPIA CELULAR
54 ACCESO AL CEREBRO POR VAS RECNDITAS
Por F. Bernhard, L. Danielyan y C. Gleiter
El tratamiento con clulas madre abre el camino hacia la curacin de numerosas enfermedades neurolgicas. Pero cmo atraviesan dichas clulas la barrera hematoenceflica? Una ruta alternativa: la va nasal.
ESTADSTICA
58 DE BELLEZA, SEXO Y PROBABILIDADES
Por Andrew Gelman y David Weakliem
La complejidad estadstica que entraa el estudio de efectos pequeos puede conllevar la interpretacin errnea de los resultados.
67 Laxitud analtica
Por Alex Lindner
PSICOSOCIOLOGA
68 LA ZONA GRIS: APROXIMACIN PSICOSOCIAL A LA VIOLENCIA
Por Amalio Blanco
La metfora de la zona gris permite el estudio de la violencia en toda su complejidad. Ms all del blanco y negro, de los buenos y los malos, la vctima tambin puede convertirse en verdugo.
75 Ms all de la maldad
Entrevista a Philip Zimbardo
SECCIONES5 Encefaloscopio
Relaciones afectivas... Razonamiento... Longevidad... Percepcin... Comunicacin... Ictus... Cognicin social... Salud mental... Aprendizaje infantil.
36 Mente, cerebro y sociedad El despertar de la conciencia. Por Christof Koch Efecto antitumoral de los cannabinoides.
Por Guillermo Velasco Sueo reparador por partida doble. Por Christine
Soares Los benecios de la actividad fsica. Por Jonatan
R. Ruiz y Alejandro Lucia Neuronas de laboratorio. Por M. F. Cano y otros
78 Retrospectiva La mente de Goering. Por Jack El-Hai
84 Ilusiones Visto como un todo. Por Rainer Rosenzweig
89 Syllabus Empata: miradas reveladoras. Por Kai Vogeley
94 Libros Personalidad. Por Dolores Mosquera
Ciencia y psicologa. Por Luis Alonso
MOTIVADOS, LISTOS, YA!10 CLAVES DE LA MOTIVACIN14 LOS OBJETIVOS ORIENTAN
ISTOCKPHOTO / DANEZ
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COLABORADORES DE ESTE NMERO
ASESORAMIENTO Y TRADUCCIN:
Portada: iStockphoto / Danez
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Anna Ferran CabezaErnesto Lozano Tellechea
PRODUCCIN M. Cruz Iglesias CapnAlbert Marn Garau
SECRETARA Puricacin Mayoral MartnezADMINISTRACIN Victoria Andrs LaiglesiaSUSCRIPCIONES Concepcin Orenes Delgado
Olga Blanco Romero
EDITA
Prensa Cientca, S. A. Muntaner, 339 pral. 1.08021 Barcelona (Espaa)Telfono 934 143 344 Telefax 934 145 413www.investigacionyciencia.es
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Ejemplares sueltos:
El precio de los ejemplares atrasados es el mismo que el de los actuales.
F. ASENSI: Claves de la motivacin, Convulsiones bajo el microscopio, Acceso al cerebro por vas recnditas, Visto como un todo; NGEL GONZLEZ DE PABLO: Las dos caras del estrs, Empata: miradas reveladoras; NURIA COMAS: As hablo, as pienso; NOELIA DE LA TORRE: El lenguaje surge de una red de conexiones cerebrales; MARIN BELTRN: El despertar de la conciencia; BRUNO MORENO: Sueo reparador por partida doble; MAR SANZ PREVOSTI: Yo sin mi cuerpo; LUIS BOU: De belleza, sexo y probabilidades, La mente de Goering, Encefaloscopio; LEX SANTATALA: Laxitud analtica; ROLF GSER: Ms all de la maldad.
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En qu se distingue un fugaz echazo de un amor eterno? Antiguas investigaciones apuntaban a que las parejas de mayor xito eran aquellas en las que sus miembros compartan
intereses, valores y rasgos de personalidad. Un trabajo publicado
en Psychological Science propone que la ms simple de las pa-
labras que usan los tortolitos para hablarse tambin marca la
diferencia, ya sea para determinar su grado de atraccin como
para conocer la probabilidad de que permanezcan juntos. James
Pennebaker y sus colaboradores de la Universidad de Texas, en
Austin, grabaron conversaciones de 40 hombres y 40 mujeres
mientras tomaban parte en una sesin de citas romnticas rpi-
das en la que cada participante hablaba con 12 desconocidos del
otro sexo, dedicndole cuatro
minutos a cada uno. A conti-
nuacin, los sujetos valoraron
los encuentros basndose en
cunto les pareca tener en co-
mn, y si deseaban volver a ver
a la otra persona. Por su parte,
Pennebaker analiz las conver-
saciones de los participantes se-
gn su forma de usar pronom-
bres, artculos y otras partculas
gramaticales (l, esto, y,
como, ser...). Esas palabras
funcionales se utilizan en casi
todos los contextos, y se proce-
san de forma rpida e inconsciente [vase Eres lo que hablas,
por Jan Dnges; MENTE Y CEREBRO, n.o 43].
Pennebaker observ que las parejas que empleaban palabras
funcionales similares con una frecuencia parecida tenan ma-
yor probabilidad de querer volver a verse, con independencia
de lo que creyeran, a nivel consciente, que tenan en comn.
En un estudio de seguimiento, el investigador compar el len-
guaje empleado por 86 parejas estables. Para ello se sirvi de
muestras de mensajes escritos breves. Descubri que cuanto
ms concordaban sus palabras funcionales, ms probable era
que siguieran juntos al cabo de tres meses, con independencia
de lo felices que aseguraran ser en su relacin en el momento del
estudio. No obstante, la gran pregunta
es si las personas se sienten ms ali-
neadas con quienes hablan como ellas,
o si adaptan su forma de expresarse
a la de los individuos que les gustan.
Pennebaker admite que ambos casos
son posibles, aunque cree que la fuerza
motriz reside en la segunda causa: el
lenguaje pronostica el xito de la re-
lacin porque reeja lo bien que cada
uno escucha al otro. Cul es, pues, el
consejo de Pennebaker para vivir feliz
y para siempre con la persona amada?
Prstele ms atencin, receta.
Melinda Wenner Moyer
Le acosa un problema difcil? Segn un estudio publicado en lnea en el Personality and Social Psychology Bulletin del 11 de febrero del pasa-do ao, existen ms probabilidades de xito si se resuelve un problema
en favor de otra persona. Los investigadores solicitaron a 137 estudiantes
que se imaginasen, bien a s mismos, bien a un desconocido, atrapados en
una torre. A continuacin deban idear alguna forma para escapar sin ms
ayuda que una cuerda que no alcanzaba el suelo. De los probandos que se
vieron como un desconocido en la torre, el 66 por ciento hall la solucin
(deshacer la cuerda longitudinalmente en dos cabos, y anudarlos), frente al
48 por ciento de quienes se imaginaron a s mismos en la difcil situacin.
Uno de los autores, Evan Polman, de la Universidad de Nueva York, arma
que si objetivsemos nuestros problemas como si afectaran a otra persona,
encontraramos mejores soluciones para resolverlos.
Nathan Collins
RAZONAMIENTO
Te echo una mano?Los problemas resultan ms sencillos de resolver si afectan a otros
ENCEFALOSCOPIO
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RELACIONES AFECTIVAS
El lenguaje del amorEl uso de las palabras predice la atraccin romntica
ISTOCKPHOTO / SLOBODAN VASIC
MENTE Y CEREBRO 52 / 2012 5
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6 MENTE Y CEREBRO 52 / 2012
El bateador, si acierta de pleno, a menudo reere que la bola se vea enorme
justo antes de propiciar el gol-
pe feliz. Este efecto de la per-
cepcin de la accin especca
se ha observado en activida-
des fsicas de todo tipo.
Ahora bien, existen dudas
sobre la causa de tal ilusin.
Afirman algunos expertos
que es consecuencia de ima-
ginar la accin antes de la ju-
gada. Otros sospechan que al
clavarla se conjura en la me-
moria la imagen de un blanco
de gran tamao. Un estudio
publicado en Acta Psycholo-
gica sugiere que ninguno de
los dos procesos es suciente
por s solo. Se requiere otro
elemento: la atencin visual.
Investigadores de mster-
dam y de Hong Kong pidieron
a tres grupos de estudiantes
que golpearan bolas de golf
en direccin a un objetivo
situado a un metro y medio,
ms o menos. Los probandos
deban examinar primero el
hoyo (objetivo); despus, un
grupo deba dirigir la bola
a su diana sin verla, oculta
bajo una cortina. Otros par-
ticipantes tenan que hacerla
pasar entre dos referencias
interpuestas en su camino
hacia el blanco. El tercer gru-
po deba tirar sin ms. Todos
los voluntarios fueron infor-
mados de dnde acabaron
sus tiros. Para terminar, los
probandos tuvieron que esti-
mar el tamao de sus dianas
dibujndolas en una pantalla
de ordenador.
Como era de esperar, los
participantes que acertaron
LONGEVIDAD
Viejo y sabioLas abejas sirven de modelo para entender la relacin entre inteligencia y larga vida
Parece claro: las personas inteligentes viven ms. La correlacin entre inte-ligencia y longevidad es tan fuerte como
la de fumar y muerte prematura. Pero
no se sabe bien por qu. Es posible que
este tipo de personas, adems de tomar
decisiones ms prudentes a lo largo de
su vida, cuenten tambin con la biologa
a su favor. Investigaciones en abejas de-
muestran que la capacidad de aprendiza-
je se halla, en trminos generales, vincu-
lada a una aptitud general para soportar
uno de los rigores del envejecimiento, a
saber, el estrs oxidativo.
Ian Deary, psiclogo de la Universidad
de Edimburgo, ha propuesto la expresin
integridad sistmica para describir la
posible vinculacin biolgica entre in-
teligencia y longevidad: en su plantea-
miento, un sistema bien conectado no
solo obtiene mejores resultados en las
pruebas psicolgicas, sino que resulta
menos susceptible a las agresiones del
medio. Gro Amdam, de la Universidad es-
tatal de Arizona y la Universidad noruega
de Ciencias de la Vida, se sinti intrigado
por la idea. En 2009 concibi una forma
de vericarla en abejas.
De hecho, las abejas melferas sirven
a menudo como modelo neurobiolgico
del aprendizaje (se las puede entrenar,
mediante refuerzos positivos o negati-
vos, para que retengan informacin). En
el experimento de Andam, se sujetaron
abejas individuales a una pajita, donde
aprendieron a asociar un aroma con
una recompensa alimenticia, un expe-
rimento clsico de condicionamiento
pauloviano. Despus de tan solo uno o
dos ensayos, numerosos individuos ha-
ban aprendido a extender su probscide
lingual en previsin de una gotita dulce.
PERCEPCIN
Dianas gigantesEl tamao del objetivo parece distinto segn la atencin que se le presta
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MENTE Y CEREBRO 52 / 2012 7
COMUNICACIN
Distanciar el conictoLa distancia fsica puede mejorar el clima en una negociacin
Tiene intencin de com-prarse una casa o un co-che? Si es as, tal vez le con-
venga gestionar el negocio por
correo electrnico: las negocia-
ciones sufren menos tropiezos
cuando las partes se encuen-
tran separadas y a distancia
suciente, indica un estudio
publicado en el Journal of Ex-
perimental Social Psychology.
Al negociar unos estudiantes
la compra y venta de una moto
a travs de mensajera instan-
tnea por Internet crean
hallarse alejados fsicamente
a ms de 25 kilmetros, sus
negociaciones resultaron ms
fciles y ms serias que cuan-
do se encontraban cerca, a un
metro de distancia. Los experi-
mentadores explican que si los
individuos se hallan alejados,
consideran la situacin de for-
ma ms abstracta, centrndose
en los aspectos importantes
en lugar de enredarse en mi-
nucias.
La prxima vez que deba
afrontar un negocio compli-
cado, tal vez le convenga em-
pezar a distancia (por ejemplo,
mientras est de viaje).
Harvey Black
en el tiro directo asignaron a
su diana un tamao mayor.
No as quienes no podan ver
el hoyo o dedicarle toda su
atencin.
Segn uno de los autores,
John van der Kamp, de la Uni-
versidad Libre de ms terdam,
tales resultados refutan la teo-
ra de que la percepcin de la
accin especfica resulta de
imaginar los propios movi-
mientos antes de realizarlos,
ya que todos los participan-
tes tuvieron la posibilidad de
experimentar dicha visuali-
zacin. Al parecer tampoco
bastaba con saber, sin ms,
que haban acertado.
La clave estriba en la aten-
cin visual a la diana. No obs-
tante, todava se desconoce si
ver un blanco mayor ayuda al
xito, o si el primero resulta
de este ltimo. Una cosa pa-
rece clara: a menudo aquello
que vemos no es un reflejo
exacto de lo que nos rodea.
Nuestros sentidos se hallan
inuidos por nuestra atencin
y nuestras experiencias.
Andrea Anderson
Algunos tardaron un poco ms en aprender: como ocurre en
las personas, unos son ms despiertos que otros.
Para simular el envejecimiento, se instal a las mismas
abejas en tubos de plstico, y se las expuso a un ambiente
enriquecido con oxgeno, una de las pruebas de estrs meta-
blico. Todos los animales necesitan oxgeno para respirar,
mas si la concentracin es excesiva, las clulas se ven forzadas
a producir radicales libres lesivos, que degradan sus mem-
branas y provocan el suicidio celular, desencadenando un
envejecimiento prematuro. Las abejas que aprendieron con
mayor rapidez tendan a sobrevivir ms tiempo: un promedio
de 58,8 horas, frente a las 54,6 de las ms torpes. Ello sugiere
que poseen un sistema antioxidante ms robusto, capaz de
barrer los agresivos radicales libres.
Andam sospecha que la resiliencia al estrs puede explicar
por qu las abejas que aprendieron rpido vivieron ms. En los
ensayos de aprendizaje, aquellas capaces de resistir el estrs
al hallarse sujetas a la paja aprendieron antes que el aroma
signicaba una golosina; esa misma resiliencia les permiti
soportar mejor el estrs por encontrarse en un medio enri-
quecido con oxgeno.
Andam conjetura que la capacidad de afrontar el estrs po-
dra constituir tambin en los humanos un elemento de integri-
dad sistmica: la mayor resiliencia a cualquier tipo de situacin
estresante podra subyacer a valores elevados del coeciente de
inteligencia, as como a vidas longevas. Si se revelaran las cau-
sas de tales discrepancias biolgicas, tal vez pudieran aliviarse
ciertas disparidades innatas. Kirsten Traynor
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en aprender: como ocurre en
spiertos que otros.
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8 MENTE Y CEREBRO 52 / 2012
Los accidentes cerebrovasculares se consideran una de las mayores causas de invalidez. Los frmacos actuales pueden desobstruir arterias si se atiende a las vctimas a tiempo. Sin
embargo, cuanto ms se retrase la ayuda, ms neuronas pere-
cern por falta de sangre. Tambin con mejores mtodos para
impedir ese dao cerebral se beneciara la vida de las personas
afectadas. Un equipo de neurocientcos ha dado con un mtodo
de tecnologa mnima que evita por completo el dao cerebral
en los mridos: rozarles los bigotes.
Los investigadores, dirigidos por el profesor Ron Frostig, de la
Universidad de California en Irvine, indujeron ictus en ratas blo-
queando una arteria que va al cerebro. Despus, estimularon los
bigotes de los roedores con el n de medir la actividad cerebral
de los animales y averiguar cunto mermaban sus funciones
sensoriales. Descubrieron, en cambio, que si hacan vibrar una
sola de esas barbas antes de transcurridas dos horas del bloqueo
vascular, las neuronas que normalmente hubieran perecido, con-
tinuaban funcionando. Las ratas no padecieron ni parlisis ni
dcits sensoriales. No se sabe con certeza el mecanismo exacto
del efecto protector, pero parece implicar una redistribucin de
sangre a travs de vasos cerebrales no lesionados.
Una investigacin de seguimiento, publicada en Stroke en
febrero de 2011, revel que no importa la pauta del estmulo
(aunque ms es mejor). Otras investigaciones del laboratorio de
Frostig han mostrado que la estimulacin no tiene por qu ser
tctil: los pitidos acsticos previenen asimismo las lesiones.
La implicacin de esos resultados en personas afectadas de
un ictus resulta apasionante, sin embargo, no existen garantas
de que estimular a estos sujetos con msica o palparles reas
sensibles, como la cara o las manos, vaya a ejercer el mismo
efecto que en los mridos. El tamao del encfalo de la rata,
muchsimo menor, podra haber facilitado la recuperacin. No
obstante, Frostig se muestra cautamente optimista. Se podra
ayudar a las vctimas antes de que llegase la ambulancia; mu-
cho antes de que recibieran cualquier tratamiento. Con todo,
tampoco perjudicara a los afectados hablarles o apretarles la
mano de camino al hospital, opina el investigador.
Mark Lescroart
COGNICIN SOCIAL
Escrito en el rostroAquellos que sienten lo que ven aportan indicios de cmo interpretamos emociones y empatizamos
Comprender los pensamientos de otras personas resul-ta esencial para moverse por el mundo social. Mas la empata supone un proceso complejo basado, en parte, en
fugaces expresiones del rostro. La empata parece resultar
de la capacidad para ponernos en el lugar del otro: cuando
vemos que otra persona se encuentra triste, simulamos lo
que siente activando las mismas regiones cerebrales que
se activan cuando nos sentimos tristes nosotros.
Una investigacin publicada en Journal of Neuroscience en
febrero de 2011 respalda tal idea. En el estudio participaron
individuos que experimentan sinestesia de tacto especular.
Cuando estos sinestetas ven tocar a otra persona, sienten
que les tocan en la misma parte de su propio cuerpo. El
neurocientco Michael Banissy y sus colaboradores del
Colegio Universitario de Londres quisieron averiguar si esa
intensa capacidad para experimentar lo que otro sujeto sien-
te permitira que ocho probandos con sinestesia de tacto
especular tuvieran ms capacidad de reconocer emociones
implcitas en un rostro que otros sujetos. As fue. Los parti-
cipantes identicaron de forma correcta el 92 por ciento de
las expresiones faciales que se les mostraban en el ensayo,
frente al 81 por ciento de los participantes de un grupo de
control. Es probable que su xito se debiera ms a su pericia
en la simulacin que a una agilidad general con caras, puesto
que en otros experimentos no superaron a los miembros
de control en la identicacin de personas.
Para quienes carecemos de sinestesia de tacto especu-
lar, el proceso de simulacin es el mismo, aunque menos
acusado, explica Banissy. As que, ya sabe: la prxima vez
que se vea simpatizando con alguien triste, agradzcaselo
a esa parte del cerebro que percibe que usted est frun-
ciendo el ceo.
Michelle Solis
ICTUS
Sanar con el tactoEl roce de los bigotes evita las lesiones cerebrales postictus en las ratas
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MENTE Y CEREBRO 52 / 2012 9
SALUD MENTAL
Deprimida o quemadaA pesar de una sintomatologa parecida, ambos estados psquicos afectan al cuerpo de modo diferente
A veces pasa: esa amiga, esa compaera de envidiable ener- ga y dedicacin a una tarea estresante, de repente, se viene abajo. Su incansable afn se convierte en agotamiento
inexorable, dicultad para conciliar el sueo, estado de nimo
decado y sentimiento de inecacia. Puede que los sntomas
se parezcan a los de la depresin, sin embargo, investigaciones
recientes sugieren que este desfallecimiento, hoy conocido
por sndrome de desgaste profesional, se diferencia de la
depresin de modos sutiles.
Aunque la sintomatologa del trabajador quemado no
est reconocida como trastorno psiquitrico diferenciado, s
parece provocar un perl caracterstico de alteraciones del
funcionamiento neurolgico, segn concluyen las investiga-
ciones de la psicloga Agneta Sandstrm, de la Universidad
Ume. Sandstrm compar a mujeres quemadas, es decir,
con sndrome de desgaste profesional, con otras afectadas de
depresin grave. Apreci numerosas diferencias sutiles entre
uno y otro grupo de voluntarias. Aunque en ambos casos apa-
recan dicultades para dormir, las participantes deprimidas
informaban que se despertaban demasiado pronto, mientras
que las que sufran sndrome de desgaste profesional crnico
tenan problemas para conciliar el sueo.
A continuacin, Sandstrm pidi a tres grupos de mujeres
(sanas, deprimidas y quemadas) que se sometieran a una
prueba de memoria de trabajo (memoria a corto plazo). A
las participantes de los dos ltimos grupos (deprimidas y
quemadas) les costaba ms concentrarse y recordar deta-
lles sencillos que a las mujeres sanas. Pese a dicha similitud,
las mujeres con sndrome de desgaste profesional exhiban
durante las pruebas de memoria una actividad cerebral me-
nor que las participantes deprimidas, segn se comprob
mediante resonancia magntica funcional.
Con el tiempo, seala Sandstrm, pueden irse acumulando
pequeos eventos cotidianos estresantes hasta provocar un
agotamiento crnico. Si las personas supiramos afrontar me-
jor tales presiones, en apariencia banales, podramos reducir
el riesgo de desarrollar el sndrome de marras. Cierto grado
de estrs no es malo, pero es necesario hallar tiempo para
descansar durante el da, comenta. Al igual que los mscu-
los, el cerebro se fatiga. La investigadora aade: Hemos de
reconsiderar cunto es capaz de soportar el cerebro en un
da de trabajo normal.
Carrie Arnold
A partir de la edad de 12 meses, los nios siguen la mirada de quienes estn cerca, un comportamiento instintivo que les permite
aprender por observacin. Ahora bien, segui-
ran la mirada de cualquiera? En un estudio
publicado en Neural Networks, Andrew Melt-
zoff, psiclogo en la Universidad de Washing-
ton, veric si los nios pequeos le seguan
la mirada a un robot de aspecto humanoide.
Un grupo de nios de 18 meses observ a un
experimentador que simulaba jugar con un
robot mvil, mientras que a otro grupo se le
present un robot idntico, aunque esttico.
Trece de los 16 nios que observaron la interac-
cin del humano con el robot siguieron con la
mirada al androide cuando se diriga hacia un
juguete. Solo tres de los nios que no observa-
ron el juego con el robot, tambin lo hicieron.
Al parecer, los pequeos estn sumamente
pendientes de la informacin social, la cual
utilizan sin cesar para actualizar su percepcin
de los dems... Lo bastante para confundir un
trozo de metal con un ser pensante.
Ferris Jabr
APRENDIZAJE INFANTIL
Qu mira ese robot?Los nios siguen la mirada de robots sociales como si fuesen humanos
AGE FOTOSTOCK
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10 MENTE Y CEREBRO 52 / 2012
Salir a correr, telefonear a mam, tirar la ba-sura. Se trata de pequeos objetivos. Gran-des metas? Casarse, comprar una casa, tener hi-
jos. Sea en la vida profesional sea en la privada,
al ser humano le gusta marcarse objetivos y
emprender planes para el futuro. Nada se deja al
azar. No obstante, con frecuencia es este ltimo
el que toma las riendas del asunto. Muchas per-
sonas se acogen al principio hedonista evita lo
que cause dolor, busca lo ms placentero para
dirigir sus acciones. O aspiran en el fondo a
obtener logros, poder y reconocimiento?
La primera, a la par que bsica, pregunta que
se plantea desde la psicologa de la motivacin
es siempre: Por qu alguien hace lo que hace?.
Como toda cuestin elemental, la respuesta re-
sulta compleja. Todos nosotros nos encontra-
mos inmersos en un cmulo de necesidades; a
menudo unas en competencia con otras. Voy a
comprar o me quedo en casa sentado frente al
televisor? Ahorro o me gasto el dinero en unas
estupendas vacaciones? Sigo el a mi pareja o
me atrevo con una fugaz aventura? En ocasio-
nes, la cabeza no desea lo que el corazn rige.
Otras veces sucede al contrario.
Cmo puede ponerse orden a semejante
caos? Desde hace dcadas, algunos psiclogos
elaboran largas listas o relaciones algunas con
dudoso criterio cientco de motivos que im-
pulsan a las personas a actuar. En los aos veinte
del siglo XX, Luther Lee Bernard (1881-1951), so-
cilogo interesado en el tema, reuni nada me-
nos que 14.000 motivos. Entre las aceptaciones
se encontraba el impulso que nos reprime de
comer una manzana del propio huerto. William
McDougall (1871-1938), fundador de la hoy casi
olvidada psicologa hrmica (del griego horm:
impulso, estmulo), reconoci como objetivos
universales del ser humano junto al hambre,
el temor y el deseo sexual, la risa, viajar, la
posesin y la comodidad. Por su parte, Henry
Alexander Murray Jr. (1893-1988), de la Univer-
sidad de Harvard, list 20 motivos por los que
actuamos, entre ellos, la aspiracin a la conse-
cucin de logros y el deseo de reconocimiento,
fama, competencia y dominio.
Sin embargo, la relacin de motivos ms co-
nocida se fundamenta en una escala jerrquica,
la pirmide de necesidades del psiclogo Abra-
ham Maslow (1908-1970). En la base de la estruc-
tura se encuentran los motivos de dcit, en-
tre los cuales destacan el sexo y la alimentacin.
Por encima se hallan los deseos de seguridad y
aliacin, as como de crecimiento, caracte-
rizado este ltimo por la necesidad de nuevas
experiencias, belleza y autorrealizacin.
Segn Maslow, primero deben satisfacerse las
necesidades inferiores para acceder a continua-
cin a los niveles superiores. Como dira Bertolt
Brecht: Primero el comer, despus venga la
moral!. Norbert Bischof, de la Universidad Lud-
wig Maximilian de Mnich, pone en entredicho
tal teora: Puede armarse seriamente que el
hambre y el deseo sexual deberan estar sacia-
dos antes de sentir la necesidad de seguridad o
de vnculos sociales? Debe la satisfaccin se-
xual preceder al enamoramiento? A pesar de
todas las dudas, el modelo piramidal de Maslow
sigue formando parte del repertorio estandari-
zado de numerosos psiclogos especializados
en motivacin. Incluso algn libro de texto
de psicologa general calica la propuesta de
Maslow como punto culminante de la ciencia
de la vida.
El estudio de tales listas demuestra la di-
cultad de encontrarles una base concluyente,
opina el psiclogo Heinz Heckhausen en su ya
clsico libro de 1980 Motivation und Handeln
Claves de la motivacinConocer los autnticos motivos de la propia conducta no resulta tarea fcil.
Aquello que creemos querer tiene con frecuencia poco que ver con lo que deseamos
NIKOLAS WESTERHOFF
EN EL PAS DE LOS SUEOS
Durante la infancia nos forma-
mos la imagen de aquello por
lo que vale la pena esforzarse
en la vida.
RESUMEN
Impulsos ocultos
1Con frecuencia, los motivos que una persona maniesta en
una encuesta no coinci-
den con su conducta en
el laboratorio.
2Los investigadores determinan los moti-vos inconscientes median-
te pruebas proyectivas;
tambin a base de ensa-
yos de preparacin.
3El impulso interior para conseguir un objetivo puede atenuarse
mediante estmulos exter-
nos: dinero, elogios...
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12 MENTE Y CEREBRO 52 / 2012
(Motivacin y accin). Inventarios de este tipo
resultan del todo arbitrarios. Por qu veinte
motivos, y no cuatro, cuarenta o cien? Es a caso
posible delimitar el nmero exacto de impulsos
que motivan a las personas a actuar?
Entretanto, los investigadores se han avenido
en la existencia de tres motivos bsicos: logro,
poder y aliacin. Estos representan el mnimo
comn denominador en el inventario de necesi-
dades. As, las personas motivadas por el poder
buscan sentirse superiores a los dems; aquellas
motivadas por los logros quieren perfeccionarse
a s mismas da a da, y las personas que sienten
motivacin por las relaciones sociales antepo-
nen el deseo de amar y de ser amados.
En opinin del psiclogo Heinz-Dieter Schmalt,
de la Universidad de Wuppertal, esos tres gran-
des de la motivacin se han ido formando a lo
largo de la evolucin. As, hallamos formas se-
mejantes en mamferos no humanos. Tambin
en su caso todo gira en torno a poder, logro y
aliacin. Tales motivos se consideran implci-
tos, es decir, no siempre ligados a la conciencia,
porque evolutivamente se hallan regidos por
las partes ms antiguas del cerebro (previas a la
adquisicin individual del habla). Estas reas ce-
rebrales rigen, sobre todo, nuestras reacciones
afectivas. Los motivos implcitos muestran un
marcado tono emocional: el afn de poder va
unido a la sensacin de fuerza, y el deseo de un
logro lo est al orgullo.
Combinacin complicadaLos psiclogos diferencian los motivos impl-
citos de la autoimagen motivacional de una
persona, es decir, de sus motivos explcitos. En
el interior van sedimentndose inuencias so-
ciales, en particular apreciaciones, valoraciones
y deseos de personas referenciales importantes,
as como normas culturales, seala Falko Rhein-
berg, de la Universidad de Postdam y psiclogo
de la motivacin. Los motivos explcitos resultan
de una compleja mezcla de expectativas ajenas,
intenciones estratgicas y deseos propios. Suelen
estar relacionados tambin con el logro, el poder
y las relaciones interpersonales. Pese a esta va-
riedad, puede decirse que existen tres motivos
bsicos fuertemente enraizados y un innito
nmero de otros derivados de ellos.
A la pregunta de cules son los objetivos que
se trazan en la vida, la mayora de las personas
responden: Para m, lo ms importante es el
rendimiento. Quiero que mi vida sirva para
algo. O bien: Vivo para mi familia. Su protec-
cin y su cercana son especialmente impor-
tantes para m. Con todo, debe comprobarse si
las descripciones de los propios protagonistas
se corresponden con la realidad. En 1992, el psi-
clogo William D. Spangler, de la Universidad
de Binghamton, en Nueva York, demostr en
un metaanlisis que apenas exista correlacin
entre los motivos implcitos y los explcitos: con
frecuencia, aquello que creemos querer no es lo
que en nuestro interior nos mueve a actuar.
Cmo perciben los investigadores aquello de
lo que ni la propia persona es consciente? Cmo
pueden estudiarse los autnticos deseos? Los
psiclogos se sirven de dos mtodos. Por un lado,
un procedimiento proyectivo el test de aper-
cepcin temtica (TAT), y por otro, las pruebas
basadas en la preparacin (priming).
En el TAT se presentan al probando imgenes
en las que aparecen personas en escenas coti-
dianas. A partir de estas instantneas, el sujeto
debe inventar historias. La cuestin clave en esta
prueba consiste en saber qu signicado atri-
buye el sujeto a la escena: destaca la relacin
entre los personajes que aparecen en la imagen
como argumento principal o, por el contario,
incide ms en aspectos como la competencia y
los logros? De hecho, las imgenes admiten una
doble interpretacin. (Por ejemplo, aparecen dos
mujeres conversando en un laboratorio de qu-
mica. Se trata de dos investigadoras con afn
competitivo o ms bien de dos compaeras que
mantienen una charla animada?)
El TAT se asienta en la idea de que el proban-
do observa de forma preferente aquellas per-
sonas en las que puede proyectar sus propios
pensamientos, sentimientos y preferencias. En
dicho proceso inconsciente salen a la luz mo-
tivos ocultos. Segn una revisin publicada en
2001, el TAT resulta una buena herramienta
informativa en materia de orientacin moti-
vacional: personas que mostraron en el test una
gran motivacin por el poder, aos despus ex-
perimentaron ms ascensos en sus respectivas
empresas que quienes presentaron un escaso
afn de poder.
En 2005, el psiclogo Joachim Brunstein, de la
Universidad de Giessen, comprob que mediante
la experimentacin pueden separarse los aspec-
tos conscientes de los inconscientes en la psico-
loga de la motivacin. Para ello, el investigador
diferenci en un estudio a los probandos que,
en una encuesta previa, se autodenan como
muy motivados para obtener logros (forma ex-
plcita), de aquellos sujetos que reejaban tal
motivacin a travs del TAT (forma implcita).
Ambos grupos completaron un test de concen-
GLOSARIOTendencia de aproxi-macin y evitacinSe reere a las conductas
bsicas del ser humano:
o bien van dirigidas a con-
seguir objetivos deseables
(actitud activa) o bien a evi-
tar prdida y dao (actitud
pasiva).
Los tres grandesSegn el modelo de los
psiclogos David McClelland
y John Atkinson, al ser
humano le impulsan a actuar
tres necesidades bsicas
creadas a lo largo de la
evolucin, a saber, el logro,
el poder y la aliacin.
Motivos implcitos y explcitosConceptos tambin introdu-
cidos por David McClelland.
Se reere a la diferencia
entre los motivos incons-
cientes y los conscientes que
aparecen en los objetivos
que se marca una persona.
Motivacin intrnseca y extrnsecaActos motivados por propia
iniciativa, en contraposicin
con aquellos que persiguen
un motivo exterior (un elo-
gio, una recompensa...).
PersistenciaConstancia en la conse-
cucin de los objetivos
personales. Incluye una
actitud optimista, impertur-
bable y tolerante frente a las
adversidades.
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MENTE Y CEREBRO 52 / 2012 13
tracin en el que, entre fase y fase, se apuntaban
a los participantes repercusiones individuales
(Su rendimiento ha empeorado) o grupa-
les (El 60 por ciento de los participantes son
mejores que usted). Resultado? Las personas
motivadas de manera implcita hacia los logros
obtenan una puntuacin superior cuando se
las retroalimentaba de forma individual ello
les estimulaba, mientras que en los probandos
motivados de forma explcita tena un mayor
signicado la referencia social: el reconocimien-
to de sus logros dentro del grupo les impulsaba
a conseguir nuevos objetivos.
Activacin de objetivos inconscientesUn segundo mtodo para valorar las motivacio-
nes inconscientes es la preparacion o priming
(del verbo ingls to prime, preparar). Dicha tc-
nica es capaz de activar los objetivos que guarda
el inconsciente [vase Estimulos subliminales,
por Christoph Uhlhaas; MENTE Y CEREBRO, n.o 41].
En un estudio de 2009, el investigador Gary Lath-
man, de la Universidad de Toronto, mostr a los
participantes la imagen de una conocida atleta
en los 5000 metros lisos. Ello elev, de manera
inconsciente, la disposicin de los probandos
a mejorar sus logros. En un test de creatividad
posterior, aquellos que haban visto la fotografa
obtenan una mejor puntuacin que los inte-
grantes del grupo de control. Similar resultado
se comprob en trabajadores de un centro de
atencin de llamadas: los empleados que haban
visto la fotografa de la atleta triunfadora consi-
guieron recabar mayor cantidad de dinero para
una donacin telefnica.
El efecto priming se ha estudiado con profu-
sin. Las personas a las que en una fase previa
se les ha presentado la imagen de una biblioteca
tienden a hablar en voz baja; la simple lectura de
los pronombres yo o m conlleva una orien-
tacin hacia la competitividad; es suciente dejar
un maletn de ejecutivo en algn lugar del aula
de experimentacin para incrementar la moti-
vacin hacia el logro de los probandos.
En opinin del psiclogo John A. Bargh, de la
Universidad de Yale, en New Haven, los estmu-
los registrados de forma inconsciente ejercen
una gran inuencia sobre el pensamiento y el
comportamiento, que resulta tan potente como
las decisiones conscientes. En lugar de requerir
a las personas a guardar silencio con un categ-
rico: Bajen la voz!, se les puede estimular
de manera igual de ecaz mostrndoles foto-
grafas de algn lugar que sugiera tranquilidad
y sosiego.
La diferenciacin entre motivacin explci-
ta e implcita aparece por primera vez con el
psiclogo David McClelland (1917-1998). Su pro-
puesta ayudaba a explicar fenmenos de la vida
cotidiana. Quin no ha experimentado alguna
vez la situacin de querer conseguir alguna cosa
como sea, pero luego, una vez alcanzada, le pa-
rece balad? Cuando la realizacin de un sueo
perseguido desde hace tiempo no produce satis-
faccin, existe una explicacin fcil, indica Falko
Rheinberg: se ha logrado algo que en realidad, a
modo personal, no se quera conseguir.
No somos, ni mucho menos, siempre cons-
cientes de los motivos que dirigen nuestro
comportamiento, tal como ha comprobado
el equipo de psiclogos dirigido por Peter M.
Gollwitzer. Estos investigadores activaron, me-
diante el mtodo de preparacin, el deseo de
colaborar con otros individuos en un grupo
de probandos. Los participantes tuvieron que
leer una lista de palabras relacionadas con el
concepto cooperacin. Sin saber por qu, du-
rante aquel da, los probandos mostraron una
mayor disposicin a colaborar con otras perso-
nas que los participantes del grupo de control.
Incluso en un juego virtual prestaban mayor
PANORAMA SEDUCTOR?
El dinero apenas seduce a las
personas que experimentan una
motivacin intrnseca, es decir,
aquellas que por iniciativa pro-
pia se esfuerzan en conseguir
grandes logros. Algunos investi-
gadores aseguran que la recom-
pensa afecta negativamente su
propio esfuerzo.G
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14 MENTE Y CEREBRO 52 / 2012
Cada persona tiene unos objetivos, pero la motivacin para
conseguirlos es diferente para cada cual. Cmo se explica?
Aqu actan en su conjunto educacin, ambiente y personalidad.
La norma general indica que debe tenerse constancia, seguir
siempre esforzndose, incluso cuando se presentan contrarieda-
des. Ya desde pequeos, cuando empezamos a caminar, apren-
demos a levantarnos cada vez que nos caemos.
Un consejo adecuado, no le parece?
Naturalmente es bueno tener un objetivo vinculante, el llamado
compromiso. Una vez trazados los planes, ello ayuda a no
abandonarlos de forma prematura. Por esta razn podemos
trazarnos objetivos a largo plazo y trabajar sin interrupcin
para conseguirlos. Los objetivos orientan y dan sentido. Pero
nos diferenciamos unos de otros en la manera de intentar con-
seguirlos: algunas personas van perlando sus proyectos du-
rante mucho tiempo, otras lo hacen sin darle grandes vueltas.
Asimismo, ante las contrariedades existen grandes diferencias
de unas personas a otras.
Supone un problema la falta de perseverancia?
S. Tanto los directivos de empresa como los maestros o los
padres se quejan con frecuencia de la falta de motivacin de
sus protegidos. Por suerte, esta situacin puede prevenirse. Se
trata de plantearse mentalmente la forma de llevar a cabo las
actuaciones encaminadas a conseguir un objetivo; desglosar el
objetivo principal en pequeas y realistas metas, y no dejarse
amilanar ante los fracasos.
No nos empecinamos, a veces durante demasiado tiempo,
en un objetivo profesional o privado?
La constancia es un factor importante para el xito. Al mismo
tiempo, nos capacita para evitar esfuerzos innecesarios renun-
ciando a objetivos no realistas. Quien se empecina demasiado
tiempo en conseguir lo inalcanzable tiene dos inconvenientes:
por un lado, sufre el malestar general propio que ello supone
y que puede llegar a provocar un trastorno psicosomtico; por
otro, va desapareciendo la atencin que se presta al problemtico
objetivo. Ello diculta la posibilidad de orientarse de nuevo y la
bsqueda de alternativas.
Cules son, en su opinin, las aportaciones ms importantes
en el estudio de la motivacin?
Primero, que existen dos sistemas independientes de motiva-
cin: uno consciente, explcito, y otro inconsciente, implcito. Si
son demasiado divergentes, pueden originarse tensiones psqui-
cas. En segundo lugar, que la motivacin tiene mucho que ver
con la regulacin de los sentimientos. Solo quien mantenga a
Los objetivos orientanSe puede fortalecer la propia motivacin? Veronika Brandsttter, psicloga de la motivacin de la
Universidad de Zrich, opina que s: trazarse objetivos realistas, planearse mentalmente el camino
para alcanzarlos y tomar los fracasos como retos es la solucin
ENTREVISTA
atencin en no agotar los recursos (peces) de
un lago antes de tiempo.
Los psiclogos de la motivacin distinguen
otros dos tipos de objetivos: los que uno de-
sea alcanzar (de aproximacin) y los que desea
evitar (de evitacin). Los primeros poseen una
carga positiva: un msico aspira a tocar algn
da en el Carnegie Hall; un estudiante de medi-
cina suea con abrir una esplndida consulta;
un corredor de maratn piensa en batir su pro-
pio rcord. Tales metas, que pueden lograrse de
manera activa, desencadenan pensamientos y
fantasas positivas. Por el contrario, en los ob-
jetivos de evitacin aparece la huida de aque-
llo negativo en primer plano: no se quiere caer
enfermo; no se quiere ser pobre; no se quiere
experimentar una frustracin ni una derrota...
En opinin de Natalie Ebner, psicloga e inves-
tigadora en la Universidad de Yale, en la juventud
dominan los objetivos de aproximacin, mien-
tras que en edades avanzadas se anteponen los
de evitacin. La edad resulta decisiva a la hora de
determinar qu motivos rigen los actos. Cuanto
ms tiempo se tiene todava por delante, ms
motivado se est para trazarse objetivos a largo
plazo. A medida que se acerca el nal de la vida, se
estrecha el horizonte de objetivos: predomina
el rechazo a la enfermedad y a la muerte.
La motivacin para trazarse uno u otro ob-
jetivo va unida a las fantasas. Anticipamos
-
MENTE Y CEREBRO 52 / 2012 15
raya emociones negativas, como el nerviosismo, la preocupacin
o el pesimismo, est en condiciones de aspirar a altos objetivos.
Tercero, que las personas deben aprender a trazarse objetivos y,
dado el caso, tambin a abandonarlos. El abandono a tiempo es
importante no solo en la vejez, cuando van vindose cerradas
muchas ventanas de oportunidades.
Cmo inuye el inconsciente en las motivaciones?
Andrew Eliot y su equipo de la Universidad de Rochester han
realizado amplios estudios al respecto. Demostraron que deter-
minados estmulos pueden desencadenar de manera inconscien-
te conductas de rechazo. El experimento consisti en someter
a los participantes a un test de inteligencia. A cada participante
se le adjudic un nmero: o el uno o el seis. Adems se entreg
a cada probando una hoja donde se le informaba del curso de
la prueba. Descubrimos que si la hoja informativa era de papel
rojo o la persona en cuestin tena el nmero seis, el resultado
del test era peor. Ello sugiere que existen seales condicionadas
socialmente como el color rojo que favorecen el fracaso.
Los profesores utilizan el color rojo para corregir los ejercicios
y exmenes; el nmero seis indica en Alemania un suspenso.
Una preparacin (priming) de este tipo puede inuir en nuestra
conducta sin que nos demos cuenta.
Logro, poder, aliacin. Poseen los tres grandes de la mo-
tivacin el mismo valor que los cinco grandes de la perso-
nalidad?
Nuestros actos pueden reconocer otros motivos, entre ellos, las
necesidades estticas. Los tres grandes, sin embargo, cuentan
con una base biolgica; pueden considerarse congnitos. Se en-
cuentran en casi todos los catlogos de motivos propuestos
por los psiclogos a lo largo de los aos.
Entrevista realizada por Nikolas Westerhoff.
VERONIKA BRANDSTTTERQ Naci en Mnich en 1963.Q Estudi psicologa en la Universidad Ludwig Maximilian de Mnich.Q Desde 2003 es profesora de psicologa general en la Universidad
de Zrich.Q Su principal tema de investigacin es la constancia y el abandono
de objetivos.
HEN
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OSS
WEI
LER
en nuestra mente los deseos soados (dirigir
algn da con xito una empresa propia o ser
padre de tres hijos). En 2002 la psicloga Gabrie-
le Oettingen, de la Universidad de Hamburgo,
demostr que estas fantasas suelen reforzar la
motivacin. En todo caso quien solo se centra
en los deseos soados se esfuerza menos por
conseguirlos que quien considera los aspectos
positivos, pero tambin los negativos.
No importa si se trata de terminar una carrera
universitaria, de prosperar en la profesin o de
conseguir una relacin amorosa, la elaboracin
mental del objetivo nos liga psicolgicamente.
Sin embargo, un planteamiento demasiado
idealizado tiene el efecto de la desmotivacin.
Una posible explicacin de ello es que induce la
idea de que el objetivo ya casi se ha alcanzado.
Quien cada noche suea en la cama con llegar
a ser el jefe de una clnica y conducir su propio
Ferrari se contentar, lo ms probable, con las
meras fantasas.
Objetivos claros y ambiciososLa accin motivada cumple dos condiciones: por
una parte, un fuerte vnculo con el objetivo; por
otra, una conciencia de los riesgos y peligros que
acechan hasta alcanzar la meta marcada. Con
frecuencia algunos objetivos resultan atractivos,
precisamente, por los obstculos que deben sal-
varse para conseguirlos. Cuanto ms difcil sea
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16 MENTE Y CEREBRO 52 / 2012
conseguir y ms concreto est formulado un
objetivo, tanto mayor resultar la motivacin
para alcanzarlo. Existen mltiples estudios que
conrman este postulado de la teora del tra-
zado de objetivos. En general, dichos estudios
demuestran que la motivacin se halla condicio-
nada por objetivos claros y elevados.
En general, las personas obtienen mejores
logros cuando actan por iniciativa propia. Los
psiclogos hablan de motivacin intrnseca
en contraposicin con la extrnseca de origen
exterior.
Actuar siguiendo una motivacin intrnseca
signica ser libre y tener capacidad de tomar
decisiones por uno mismo, segn estima la
creencia popular. En el estado de ujo (estado
en el que el individuo se encuentra absorto en
una actividad para su propio placer y disfrute),
la persona est por completo a merced de sus
propios actos. Para que funcione, ha de ser es-
timulado, mas no en exceso. Por el contrario, en
la motivacin extrnseca, lo importante no es
aquello que se hace, sino las consecuencias que
de ello se derivan, la ganancia que con ello se
obtiene (ya sea en forma de dinero, de alabanzas
o de ascensos).
No obstante, no resulta sencillo delimitar las
fronteras entre lo extrnseco y lo intrnseco a
travs de la satisfaccin por la accin. Si bien
solemos considerar el trabajo como una penosa
obligacin a cambio de un salario, numerosos
estudios hablan a favor de que el estado de u-
jo en el empleo no es ninguna rareza. Con otras
palabras, tambin la confeccin de una lista de
motivaciones puede llevar a experimentar el
ujo. El psiclogo Stefan Engeser, de la Uni-
versidad Tcnica de Mnich, en un estudio pu-
blicado en 2005, demostr que, con frecuencia,
aprender vocablos o frmulas desencadena un
estado de uidez.
Ya Aristteles consider que no est en con-
traposicin el placer inherente a una actividad
(la satisfaccin que forma parte esencial de su
ejecucin) con el placer que procede del exterior.
Ambos son complementarios y se fortalecen
mutuamente.
Pero la investigacin psicolgica demuestra
que, a menudo, los motivos intrnsecos y ex-
trnsecos se contraponen. A mediados de los
aos setenta del siglo XX, el psiclogo Edward
L. Deci, de la Universidad de Rochester, encon-
tr que cuando un nio se muestra motivado
por iniciativa propia, una recompensa puede
resultar contraproducente. En su experimento,
Deci premi a los nios de la investigacin por
llevar a cabo ciertas actividades (como resolver
un puzzle), que antes haban desarrollado de
forma espontnea, sin recibir una recompensa
a cambio. Si se continuaba graticando a los pe-
queos con el innecesario premio, estos perdan
el inters por el juego.
Segn Deci, la recompensa quita a los nios
la motivacin intrnseca (fenmeno que ms
tarde se ha denominado costo oculto de la re-
compensa). Estmulos externos tales como la
alabanza o el dinero perjudican a las personas
que ya estaban motivadas por s mismas. Sin
embargo, Falko Rheinberg cree que dicho efecto
es bastante ms dbil de lo que se cree en gene-
ral. Solo cuando la actividad resulta atractiva
desde un buen principio y la recompensa no
depende de los resultados puede observarse un
ligero efecto corruptivo. El propio Deci consi-
dera hoy que entre la motivacin externa y la
propia no existe una contraposicin tan grande
como la que se pensaba. Estmulos de origen ex-
Algunos investigadores reconocen las fuentes naturales de la motivacin
humana en la ampliacin de las propias capacidades. Las situaciones nove-
dosas albergan oportunidades as como peligros; por ello, a lo largo de la
evolucin, se han desarrollado dos sistemas antagnicos de motivacin:
la curiosidad y el temor. El psiclogo Clemens Trudewind, de la Universidad
de Bochum, ha investigado las interacciones entre ambos. Encontr que los
nios curiosos y sin miedo solucionan mejor los problemas que aquellos
que no son tan curiosos y se maniestan ms miedosos. Sin embargo, la
curiosidad y el temor no representan una contraposicin: en los estudios de
Trudewind, los nios muy temerosos, pero tambin muy curiosos, resolvan
muy bien los problemas. En otras palabras, los supuestos motivos contra-
puestos no tienen por qu excluirse mutuamente.
Con objeto de estimular la motivacin de los alumnos, los pedagogos
intentan despertar su inters por las disciplinas escolares. En 2007 apareci
el Tercer estudio internacional de matemticas y ciencia (TIMSS, por sus
siglas en ingls), segn el cual los factores inters y logro no guar-
dan una estrecha relacin. Quien se muestra interesado en contemplar
las estrellas, no por ello est dispuesto a estudiar con pasin la materia
de astronoma.
As pues cul es el mtodo ms efectivo para fortalecer la motivacin
por aprender en la escuela? Segn Albert Ziegler, de la Universidad de
Ulm, existen tres mtodos fundamentales: primero, los alumnos deberan
considerarse a s mismos personas autodeterminadas. Ello se consigue me-
diante un tratamiento conjunto de los objetivos escolares, por ejemplo. En
segundo lugar, hay que tomar conciencia de las propias capacidades. En este
mbito resultan importantes retroalimentaciones positivas y frecuentes. Y en
tercer lugar, es bsico conferir al aprendizaje un marco social, por ejemplo,
a travs del trabajo en grupo.
Curiosidad y aprendizaje en la escuela
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MENTE Y CEREBRO 52 / 2012 17
trnseco pueden incorporarse a la propia escala
de valores, con lo cual se interiorizan.
La controversia contina. Mientras que el
psiclogo Robert Eisenberger, en un amplio me-
taanlisis, lleg en 1996 a la conclusin de que el
efecto de corrupcin es un mito, parece ser que
la revisin bibliogrca de Edward Deci y sus co-
laboradores llega a la conclusin contraria. Segn
Nicola Baumann, de la Universidad de Trveris,
se han publicado un centenar de estudios que
hablan a favor de que la recompensa econmica
disminuye la motivacin intrnseca.
Todo ello no deja de tener un aspecto poltico.
Puede llegarse a la conclusin de que las per-
sonas motivadas no necesitan recibir ninguna
compensacin a cambio de sus acciones; ya dan
lo mejor de s. Son los propios sujetos los que
en determinadas circunstancias se muestran
dispuestos a ser explotados. Por ejemplo, mu-
chos internautas trabajan en la enciclopedia en
lnea y abierta Wikipedia sin ser remunerados
por ello. Es probable que una remuneracin
superua tuviera para la comunidad Wiki un
efecto corruptor, en el sentido de Deci.
Cmo puede evitarse la prdida de motiva-
cin? Entretanto, se han propuesto una multitud
de prcticas para aumentar la motivacin de las
personas. En el ncleo de todas ellas se encuen-
tra la persistencia. Las personas orientadas
hacia el xito son constantes y buscan tareas
que les supongan un desafo, pero que no lle-
guen a sobrecargarles.
Sin embargo, la constancia por s sola no re-
vela hasta qu punto un objetivo es correcto
o adecuado ni si vale la pena seguir con l. El
entusiasmo y la voluntad constantes pueden
muy bien encaminarse hacia un callejn sin
salida.
La psicloga Kathrin Grtner entrevist a bi-
logos altamente motivados cuyos experimentos,
a pesar de realizarse con una meticulosidad es-
crupulosa y de ser replicados con una pertinaz
constancia, produjeron unos resultados contra-
rios a la hiptesis planteada. Grtner comprob
que los cientcos jvenes mantuvieron durante
ms tiempo las hiptesis no demostradas que
sus colaboradores ms experimentados.
Si el director estimula a los trabajadores a no
ceder, estos continan en el intento de manera
infatigable. Los factores sociales hacen que las
personas se aferren a objetivos problemticos.
Una razn ms para prestar atencin a los mo-
tivos interiores.
Nikolas WesterhoffGURUKENQIQ[RGTKQFKUVCEKGPVEQ
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NGEL GARCIMARTN MONTEROFsica y sociedad
Y MS...
RAMN PASCUAL DE SANSFsica y universidad
JORDI SOL CASALSTecnologa, ciencia y sociedad
JOS MARA VALDERASDe la sinapsis a la conciencia
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18 MENTE Y CEREBRO 52 / 2012
Las dos caras del estrs La presin psquica puede acarrear olvidos, incluso lagunas en la memoria.
Sin embargo, tambin puede favorecer la capacidad de memorizar
MATHIAS V. SCHMIDT Y LARS SCHWABE
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MENTE Y CEREBRO 52 / 2012 19
Todava quedan cinco minutos antes de que arranque el tren. Mi taxi permanece para-do en el semforo en rojo; hay que conseguir
pasar en este turno. No puedo llegar tarde de
nuevo! Ah delante est la estacin. Por qu tiene
que haber siempre tanta gente las vsperas de fes-
tivos? Subo al andn corriendo a toda velocidad.
El revisor da en ese preciso momento la seal de
partida. El corazn me late a mil; tengo la frente
perlada de gotas de sudor. Me hundo en el asiento
del vagn. Una vez ms, lo he conseguido.
Reconoce usted este tipo de situaciones? Ya
sea por el apremio al que nos lleva la falta de
tiempo, ya por la presin de la competencia, ya
por las valoraciones crticas de los semejantes,
el estrs forma parte de la rutina de la mayora
de los seres humanos. Una reaccin, por otro
lado, que activa un sistema biolgico muy pa-
recido en todos los vertebrados. Protagonistas
de este sistema son las hormonas adrenalina,
noradrenalina y cortisol, las cuales desarrollan
en el cuerpo efectos dirigidos, sobre todo, a
responder ante situaciones agudas y difciles.
Algunos de dichos efectos son la activacin del
sistema cardiocirculatorio o la aceleracin de la
respiracin. Aunque la inuencia del estrs va
todava ms all: afecta tambin al aprendizaje
y la memoria.
Quiz guarde usted recuerdo de algn exa-
men al que asisti en poca escolar o en la
universidad. A pesar de que se haba prepara-
do para la evaluacin durante horas y das, al
salir de la prueba le invada un sentimiento de
descontento: no haba podido recordar aquellos
datos clave que, tras el examen, reotaron en
su mente de manera casi espontnea. Por qu?
Una posible razn sera la angustia que se siente
durante la espera para la prueba de evaluacin.
Segn diversos trabajos, el estrs puede perju-
dicar la activacin de la memoria.
En un experimento realizado en 2005 en la
Universidad de Dsseldorf, Sabrina Kuhlmann,
Marcel Piel y Oliver Wolf propusieron a una serie
de voluntarios una situacin cticia; consista
en solicitar empleo bajo presin. Poco despus,
los probandos deban recordar palabras de con-
tenido neutral y emocional que haban apren-
dido el da anterior. El estrs antes del test de
memoria provoc una clara merma de la capaci-
dad memorstica para las palabras emocionales.
Sin embargo, los probandos estresados recorda-
ron los conceptos neutrales con el mismo buen
resultado que aquellos que no haban pasado
por la prueba previa de sobrecarga. Una expli-
cacin de ello estriba en que el estrs afecta de D
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CABEZAS QUE ECHAN HUMO
Los exmenes constituyen una
situacin de estrs clsica. Estas
circunstancias estresantes pue-
den dejar la memoria en blanco.
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20 MENTE Y CEREBRO 52 / 2012
forma negativa la memoria cuando, de forma
simultnea, se activa la amgdala, una estruc-
tura cerebral importante para el procesamiento
de las emociones.
Provoca el estrs que una persona se torne
olvidadiza? No. La presin psquica, en deter-
minadas circunstancias, incluso puede mejorar
la recuperacin de los recuerdos. De hecho, las
experiencias emocionales, sean positivas o ne-
gativas, permanecen adheridas a la memoria
de forma extraordinariamente efectiva. Qu
acontecimientos del ao pasado recuerda? Lo
ms probable es que le venga a la memoria la
vivencia de aquellas experiencias ms alegres,
penosas o molestas.
Larry Cahill y sus colaboradores, de la Uni-
versidad de California en Irving, investigaron
en 2003 si aumentaba la capacidad memorstica
con la aplicacin de una situacin de estrs tras
desarrollar una tarea de aprendizaje. En una pri-
mera fase, se mostraba a los probandos una serie
de imgenes neutrales y emocionales; a conti-
nuacin, algunos voluntarios deban sumergir
la mano en agua helada durante unos minu-
tos, situacin que provoca estrs corporal. Una
se mana ms tarde se llev a cabo el test de me-
moria: aquellos probandos que, tras el apren-
dizaje experimentaron la circunstancia estre-
sante recordaban ms imgenes que aquellos
a quienes se les haba ahorrado la experiencia
desagradable. De nuevo se mostr que el estrs
resulta ecaz solo en relacin con los estmulos
emocionales.
Las experiencias que ocasionan un trastorno
de estrs postraumtico tienen consecuencias
especialmente notables para la memoria. Este
cuadro clnico se caracteriza por los recuerdos
de la experiencia desagradable (un accidente o
una violacin), los cuales se intrusan en la men-
te del sujeto una y otra vez. Los investigadores
suponen que tales recuerdos se hallan adheridos
fuertemente a la memoria debido a que las hor-
monas del estrs segregadas fuerzan su conso-
lidacin, esto es, el anclaje de una experiencia
en la memoria de larga duracin.
Cmo pueden explicarse los efectos en apa-
riencia contradictorios del estrs sobre la me-
moria y la consolidacin de los recuerdos? El
grupo de trabajo en torno a Marian Jols, de la
Universidad de msterdam, propuso en 2006
un modelo segn el cual debemos diferenciar
dos fases: en un inicio, las hormonas y los neu-
rotransmisores segregados como reaccin ante
la presin psquica fuerzan la atencin, lo cual
favorece el proceso de aprendizaje. Sin embargo,
transcurrido un cierto tiempo, la hormona corti-
sol diculta el procesamiento de informaciones
que no dependen del suceso generador de estrs.
Este blindaje, al desconectar todo tipo de dis-
traccin, podra reforzar la consolidacin de los
recuerdos relevantes.
Examen en modo blindajeAcorde con lo dicho, deberamos recordar de
manera ntida situaciones como la referente a
las prisas por llegar a la estacin, descrita al co-
mienzo del artculo. Los efectos del estrs que
potencian el aprendizaje tambin explicaran
la relacin entre el aprendizaje y la presin que
se deriva de l. En cambio, durante un examen,
RESUMEN
Estrs, aprendizaje y memoria
1El estrs puede redu-cir las capacidades de aprendizaje y memoria.
Ello acontece sobre todo
cuando los agentes es-
tresantes no tienen nada
que ver con la situacin
de aprendizaje.
2Las experiencias que provocan que nuestro cuerpo se conmocione
se adhieren de forma
inmediata en la memo-
ria. En ese caso, el estrs
estimula la capacidad de
aprendizaje.
3Las hormonas del estrs (adrenalina, noradrenalina y cortisol )
fuerzan cambios estruc-
turales en las neuronas y,
con ello, la capacidad de
memorizar.
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TEST DE LA ESTRATEGIA DE APRENDIZAJE
En este experimento, deban aprender dn-
de se encontraba, de entre cuatro cartas
encima de la mesa, la carta ganadora.
Los voluntarios estresados recordaban el
lugar del naipe especial sirvindose de
marcadores de posicin individuales (la
maceta). Los participantes relajados, en
cambio, preferan orientarse por el aspecto
general de la habitacin.
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MENTE Y CEREBRO 52 / 2012 21
Si caemos en una situacin supuestamente amenazante, envia-
mos al hipotlamo una seal de alarma. La seal de emergen-
cia corre por bras del sistema nervioso simptico hasta llegar
a la mdula de las glndulas suprarrenales. Estas segregan las
hormonas del estrs adrenalina y noradrenalina, las cuales,
en un santiamn, preparan a nuestro cuerpo para la lucha o
la huida: se movilizan las reservas de energa; aumentan la
presin sangunea y la frecuencia cardaca para proporcionar
a la musculatura una mayor cantidad de materias alimenti-
cias; la respiracin se torna ms rpida, de forma que llegue
ms oxgeno al cerebro, y se liberan sustancias que reducen
nuestra sensibilidad al dolor y otras que minimizan la prdida
de sangre ante la posibilidad de que se produzcan heridas.
Junto a esa rpida tropa de intervencin en torno a la
adrenalina y a la noradrenalina, la activacin del hipotla-
mo llama a un segundo equipo de defensa hormonal que se
pone en marcha de forma ms retardada: el eje hipotlamo-
hipsis-corteza suprarrenal. La hormona liberadora de cor-
ticotropina (HLC), formada en el hipotlamo, pasa por una
red capilar sangunea especial a la hipsis, una glndula
hormonal del tamao de una almendra que se localiza en
la base del crneo a la altura de la nariz. All, dicha hormona
efecta la liberacin de una segunda: la hormona adreno-
corticotropa (HACT). Esta ltima pasa al torrente sanguneo
y llega a la corteza suprarrenal donde origina la liberacin
de cortisol, la hormona del estrs ms importante en el ser
humano.
El cortisol refuerza el efecto de la adrenalina y de la no-
radrenalina, pero tambin inicia la vuelta al estado normal:
amortigua las reacciones primarias de estrs, de inamacin
y de inmunidad, transforma la materia alimenticia asimilada
en grasa y en glucgeno, y repone los depsitos de energa
vaciados.
Ambas lneas de defensa colaboran de manera coordinada
en la adaptacin ante situaciones agudas de estrs. Tambin
nos preparan para situaciones futuras semejantes, entre otras
formas, mediante la elaboracin del recuerdo de la experien-
cia acontecida.
Los dos sistemas de manejo del estrs
Adrenalina,noradrenalina
Hipotlamo
Sistemanerviososimptico
Hipsis
HACT
Adrenalina,noradrenalina Cortisol Cortisol
HLC
Vasosanguneo
Tronco cerebral
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rpida
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22 MENTE Y CEREBRO 52 / 2012
la capacidad de recuerdo se diculta porque
nuestro sistema de estrs ya lleva varias horas
activado debido a la ansiedad de espera, por lo
que se encuentra ya en modo blindaje.
El estrs inuye no solo en cunta informa-
cin mantenemos en la cabeza, sino tambin en
qu contenido conservamos. Nuestra memoria
se divide en subsistemas que se diferencian en-
tre s, sea por su funcin, sea por las estructuras
cerebrales que los componen. Dicho de forma
metafrica: lejos de que nuestra memoria se ase-
meje a un gran armario ropero en el que tienen
cabida todas las experiencias y aprendizajes, la
memoria se compone de una variedad de pe-
queos armarios ubicados en sitios diferentes
de la habitacin (el cerebro), cada uno con un
contenido especco.
Recuerdos resistentes al estrsAlgunos de estos subdepartamentos, caso de la
memoria episdica, la cual pone a nuestra dis-
posicin recuerdos autobiogrcos [vase rase
una vez maana, por Thomas Grte; MENTE Y
CEREBRO, n.o 37], resultan muy sensibles al estrs.
Por el contrario, la memoria de procedimiento,
es decir, para las capacidades prcticas (ir en bi-
cicleta o escribir a mquina), apenas sufren su
inuencia. Los distintos sistemas de memoria
trabajan de forma paralela; incluso pueden en-
trar en competencia entre s. El estrs determina
el sistema que recibe preeminencia.
En 2007, en la Universidad de Trier, provo-
camos una situacin de tensin a una serie de
voluntarios por medio del estandarizado Test
Social de Trier, con el n de comprobar el efec-
to del estrs en las estrategias de aprendizaje.
Los probandos deban dar una conferencia en
pblico sin haberla podido preparar previamen-
te; a continuacin se les peda que ejecutaran
ejercicios de clculo mental. Por ltimo, lleva-
ban a cabo la tarea de aprendizaje propiamente
dicha: presentbamos a los participantes doce
veces, una tras otra, una mesa sobre la que se
encontraban cuatro cartas ocultas. De estas de-
ban elegir una carta especial, la ganadora. La
probabilidad de elegirla era, por tanto, de una
entre cuatro. Por cada eleccin correcta, los vo-
luntarios reciban 50 cntimos. Los probandos
desconocan que la carta ganadora se encontra-
ba siempre en el mismo lugar: justo al lado de
una maceta situada sobre la mesa.
Al principio de la prueba, los sujetos solo
acertaban de casualidad la carta ganadora. No
obstante, tras cada nueva mano, buscaban pistas
que les pudieran indicar dnde se hallaba esa
La mayora de los experimentos sobre la inuencia del estrs en el apren-
dizaje y en la memoria se han llevado a cabo con mridos. Se consideran
clsicos los ensayos realizados por el psiclogo experimental Burrhus Frederic
Skinner (1904-1990), quien ense a sus animales de experimentacin a
apretar un botn ante una determinada seal (el encendido de una lm-
para) para recibir una recompensa en forma de alimento. Con la caja de
Skinner poda medirse el efecto de factores externos (el estrs) sobre los
procesos de memoria.
Otros experimentos se basan en estmulos disuasorios. Con frecuencia se
utiliza el laberinto acutico, desarrollado en 1984 por Richard Morris, de la
Universidad escocesa de St. Andrews. Dicho laberinto permite determinar
el aprendizaje espacial. Se trata de una pileta grande y redonda llena de
agua teida de blanco. Justo debajo del nivel del lquido se esconde una
pequea plataforma que los roedores no pueden ver. En cuanto el ratn
trepa a la plataforma sumergida, se libera de la humedad desagradable
y fra del agua.
La motivacin del roedor parece, pues, clara: cuanto antes encuentre la
isla de salvacin, tanto ms rpido saldr del agua. Los animales pueden
orientarse con la ayuda de marcas en la pileta del agua y en su entorno
cercano. La primera vez, los mridos encuentran la plataforma por casuali-
dad. Al repetir la prueba aprenden con rapidez dnde se halla el soporte y
nadan sin rodeos hasta l. Mediante variaciones en la longitud del intervalo
temporal entre los experimentos puede comprobarse la memoria espacial
de corta y larga duracin.
(Developments of a water-maze procedure for studying spatial learning in the rat.
R. Morris, en Journal of Neuroscience Methods, vol. 11, n.o 1, pgs. 47-60, 1984.)
Cmo aprende el ratn?G
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MENTE Y CEREBRO 52 / 2012 23
GLOSARIOAdrenalina
Hormona producida por
la mdula suprarrenal que
pone al cuerpo en estado
de alarma.
Cortisol
Hormona producida por la
corteza suprarrenal. Lleva
a la descomposicin de las
protenas y eleva el nivel de
glucemia.
TRMf
Tomografa por resonancia
magntica funcional. Se
trata de un procedimiento
de neuroimagen que mide
los cambios en la circulacin
sangunea cerebral, los cua-
les se producen a la par que
la actividad neuronal.
vez. Con ese objetivo, pusieron en prctica dos
estrategias: o bien se orientaban por las relacio-
nes entre los objetos de la habitacin (la puer-
ta, la ventana, un cuadro colgado en la pared o
una silla situada en un rincn); o bien aprendan
que la carta ganadora se encontraba al lado de
la planta, con lo que construan una relacin
estmulo-respuesta.
Para saber la estrategia que segua cada uno
de ellos tan solo haba que cambiar la maceta de
lugar. Si los probandos elegan la carta donde
previamente haba estado la carta ganadora, co-
legamos que se haban orientado por los rasgos
espaciales (los objetos de la habitacin). Pero si
sealaban la carta situada junto a la nueva po-
sicin de la planta, inferamos que utilizaban la
estrategia de estmulo-respuesta. El resultado
al que llegamos fue el siguiente: algunos de los
voluntarios no estresados se decantaban por la
estrategia espacial, ms exigente pero tambin
ms segura. En cambio, los probandos estre-
sados se inclinaban casi todos por la relacin,
quiz ms simple, de estmulo-respuesta.
Flexibilidad reducidaEstos resultados, junto con los datos de otras
investigaciones, muestran que los cambios del
sistema de memoria condicionados por el estrs
reducen la exibilidad del conocimiento adqui-
rido; se diculta as el paso a una nueva situa-
cin. Si bajo estrs memorizamos solo que en la
estacin de tren la segunda salida a la derecha
conduce al andn, tal conocimiento apenas nos
servir de ayuda en caso de que nos encontre-
mos con la entrada principal cerrada por obras,
por lo que no nos quede ms remedio que entrar
al edicio por otro acceso.
En 2009 constatamos en Bochum la hiptesis
de que el estrs simplica el comportamiento
de aprendizaje a costa de la exibilidad. Solici-
tamos a la mitad de nuestros voluntarios que
introdujeran varias veces la mano en agua he-
lada; a los miembros del grupo de control se les
aplic la misma orden, pero con agua templada.
A continuacin, se les ofreci a los probandos la
posibilidad de beber cacao o zumo de naranja,
productos a elegir con el clic sobre uno de los
smbolos que aparecan en una pantalla de or-
denador. Con rapidez, los voluntarios compren-
dieron qu smbolo corresponda a qu bebida.
Una vez saciada la sed, ofrecimos algo de
comer a los participantes: podan elegir entre
pudding de chocolate y naranjas. Tal y como
esperbamos, los sujetos del grupo de control
evitaron en esta fase del experimento el cacao
o el zumo de naranja; en cambio, el caso de los
estresados fue distinto. Pese a que manifesta-
ron no desear ms bebida, clicaron de nuevo el
smbolo digital correspondiente. De hecho, se
haban vuelto vctimas de la costumbre: el es-
trs de estos probandos haba puesto en marcha
el piloto automtico. Desde el punto de vista
evolutivo, este fenmeno de automatismo
tiene sus ventajas, ya que permite al cerebro
concentrarse en aquello importante en situa-
ciones de estrs.
Qu procesos se esconden en la base de es-
tas estrategias de aprendizaje? Las tcnicas de
neuroimagen, como la tomografa por resonan-
cia magntica funcional (TRMf), posibilitan la
asignacin de reas cerebrales a procesos cog-
nitivos, aunque no permiten todava responder
a la pregunta sobre qu procesos moleculares
intervienen. Para la investigacin de los efectos
del estrs sobre la memoria, los cientcos deben
recurrir a los animales de experimentacin.
Puede investigarse realmente en animales
las situaciones complejas relacionadas con la
memoria humana? La respuesta es s. Los ani-
males, al igual que los seres humanos, se ven
forzados a memorizar lugares y sucesos. Dn-
de encontr ayer comida? Dnde est mi nido?
Qu lugares son peligrosos y conviene evitar?
Un recuerdo dedigno en momentos emocional-
mente estresantes resulta imprescindible para
la supervivencia de los organismos que viven
en libertad. Los rendimientos memorsticos de
los animales de experimentacin pueden me-
dirse a travs de diferentes metodologas, como
el laberinto acutico. En l, los roedores deben
recordar la posicin de una plataforma escon-
dida bajo el agua.
Los estudios de esa ndole han puesto de ma-
niesto que los ratones y las ratas reaccionan
al estrs igual que los humanos. Melly Oitzl y
sus colaboradores de la Universidad de Leiden
comprobaron en 1992 que los animales que ca-
recan de un sistema de estrs aprendan peor.
Las ratas que no podan producir corticostero-
na (hormona del estrs equivalente al cortisol
humano), debido a que les haban extirpado
las glndulas suprarrenales, necesitaban ms
tiempo para situar la plataforma en el laberinto
acutico. El mismo efecto produca el bloqueo
Para la investigacin de los efectos del estrs sobre la memoria, los cientcos recurren
a los animales de experimentacin
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24 MENTE Y CEREBRO 52 / 2012
farmacolgico de los receptores hormonales de
la corticosterona en el cerebro. Por tanto, el ren-
dimiento memorstico de los animales mejora
bajo la inuencia de las hormonas del estrs.
Mridos en el laberintoSin embargo, el estrs no relacionado y no aco-
plado en el tiempo con la situacin de aprendi-
zaje, disminuye la ecacia de la memoria, segn
constataron David Diamond, de la Universidad
de Florida del Sur en Tampa, y sus colaborado-
res en 1996. Los investigadores haban ense-
ado a unas ratas que siete de las calles de un
laberinto formado por 14 pasadizos escondan
comida.
Una vez aprendida la leccin, comenz el ex-
perimento. Los investigadores aguardaron a que
los mridos devoraran cuatro de las siete golosi-
nas escondidas, momento en el que decidieron
alejar a los animales durante cuatro horas del
laberinto experimental. Tras ese largo perodo
de tiempo, podran recordar los roedores qu
pasadizos haban visitado y cules albergaban
todava una apetitosa recompensa? Solo los
animales no estresados mantuvieron en la me-
moria los tres lugares restantes donde haba co-
mida. En cambio, si se estresaba a los animales
antes de la prueba a base de colocarles en un
entorno extrao, cometan ms errores en su
bsqueda.
El estrs incontrolable, es decir, el que no ori-
gina la situacin de aprendizaje, puede inuir
de forma negativa en la ecacia de la memo-
ria. A menudo, este efecto alcanza tal extremo
que las experiencias estresantes duraderas o
intensas llegan a empeorar las capacidades
cognitivas. Nuestro grupo de investigacin
en el Instituto Max Planck de Psiquiatra en
Mnich demostr en 2009 que los ratones que
haban sido sometidos en su juventud a un es-
trs crnico presentaban en la edad adulta un
rendimiento memorstico peor que el de sus
hermanos.
Dnde se encuentra mi andn?La memoria se basa, a grandes rasgos, en enlaces
estructurales entre clulas nerviosas: las sinap-
sis. Un determinado estmulo (la visin de una
estacin) desencadena una cascada de seales
que lleva a la activacin de lo aprendido (Dn-
de se halla mi andn?). Las hormonas del estrs
intervienen en la modicacin de las sinapsis,
de manera que inuyen en el rendimiento de
la memoria.
Por regla general se entiende que, al aprender,
se refuerzan circuitos neuronales concretos. Ello
permite que las seales elctricas de una neuro-
na perteneciente a este circuito s