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Posibles Visuales:1. Jacob hab lando con

Labán.2. Jacob huyendo de Labán.

Serie: La vida de Jacob/6

Dios nos hace justiciaJacob huye de Labán

Verdad Central: Dios nos hace justicia.

Lectura Bíblica: Génesis 30:25 al 31:1-21

Texto para aprender: “El alma del perezoso desea y nada alcanza, mas el alma de los diligentes será prosperada.” Proverbios 13:4

Objetivos: Mediante esta lección los niños podrán ver:

• La justicia de Dios hacia sus hijos.• Los beneficios de ser diligentes y responsables.

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Introducción:• ¿Se han preguntado alguna vez, por qué los hijos se parecen a

los padres? Todos los seres humanos tenemos ciertas características genéticas que hemos heredado de nuestros padres y que así mismo heredarán nuestros hijos. Son los rasgos que nos distinguen de otras personas. Lo mismo ocurre con los animales y los seres vivos que se reproducen. Si conoce a alguna persona preparada en ésta área, sería bueno invitarle.

• Repase un poco la clase anterior.

Desarrollo: ¡Por fin reacciona Jacob! Llevaba más de 14 años sirviendo a Labán, trabajando para él y enriqueciéndole en gran manera. Nada de lo que había trabajado Jacob o construido durante esos años era para sí, o para sus hijos, todo le pertenecía a Labán.

Jacob tomó la decisión de regresar a casa de sus padres en Canaán y se lo comunicó a Labán. Pero a Labán no le convenía, Jacob era muy trabajador y además Dios le había prosperado mucho desde que Jacob estaba con él. Por eso Labán le pidió que se quedara con él y le dijo que le señalara un sueldo. ¡¡¡Catorce años después!!!

Esto nos hace recordar que la última vez que Labán le ofreció a Jacob un salario fue cuando le engañó dándole a Lea por esposa. Labán se aprovechaba al máximo de Jacob, no le tenía ningún respeto, pero toda esta situación estaba delante de Dios.

Seguro que Jacob sabía que Labán no le dejaría marchar, por eso tenía un plan alterno. Jacob le dijo que lo que quería era que, desde ese momento en adelante, todas las cabras y ovejas que salieran manchadas, salpicadas o moteadas, servirían como salario. Era un negocio estupendo para Labán, ya que en aquella zona las mejores ovejas y corderos eran los blancos y las mejores cabras, las que fuesen negras o marrón oscuro, además, eran las más comunes. En otras palabras a Jacob le quedaría el peor ganado. Lo segundo que le pidió, fue permiso para ir y separar del ganado de Labán toda oveja y cabra moteada o manchada, y todos los corderos negros.

Labán, que era muy desconfiado, fue personalmente, y separó del rebaño todo lo que fuese manchado, pintado o listado y lo puso al cuidado de sus hijos. Dejó al cuidado de Jacob todo el resto del ganado, los mejores y de colores enteros. Puso una distancia de tres días de camino entre el ganado que cuidaba Jacob y el ganado que cuidaban su hijos.

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¿Qué posibilidades había de que le saliera ganado listado o con manchas a Jacob si de ninguna forma se podían aparear entre sí?

¡Qué astuto e injusto volvía a ser Labán con su yerno Jacob! Era un hombre que había engañado a Jacob muchas veces e intentó hacerlo una vez más. Como hemos hablado en la introducción de la historia de hoy, si el ganado puro no se mezclaba con el ganado listado, moteado y manchado había pocas posibilidades de que Jacob tuviese un buen ganado algún día.

En aquellos tiempos se pensaba que si ponían objetos blancos o listados donde bebían agua las ovejas, al aparearse, esto influenciaría en cuanto al color de sus crías. Entonces Jacob puso varas verdes de álamo, avellano y de castaño y las descortezó quedando lo blanco al descubierto y los ponía frente a los abrevaderos. Concebían las ovejas delante de las varas; y parían borregos listados y moteados, los cuales eran para Jacob. Otra cosa que hacía Jacob era destinar los mejores carneros y los más robustos que salían manchados para reproducirse frente a las varas e ir apareando con el mejor ganado.

Así salían ovejas y cabras fuertes, listadas y manchadas y las separaba para él. Cuando venían las más débiles no las ponía frente a las varas y así quedaba lo más débil para Labán y lo más fuerte para él. De esta manera se enriqueció Jacob con cabras, ovejas, camellos y asnos. ¿Qué piensan de lo que estaba haciendo Jacob? ¿Era lo más correcto?

Pues ahora veremos que las varas nada tenían que ver con que el ganado saliera con manchas o pintado. Esto era imposible ya que era simplemente una superstición. Pero Dios había visto todas las injusticias que Labán había cometido en contra de Jacob y estaba prosperando a Jacob. Dios nos hace justicia. Jacob había demostrado con su trabajo y fidelidad a Labán, que había aprendido la lección de no obtener nada a la ligera ni con engaños. Dios siempre honra y bendice a la persona que se esfuerza. (Lea texto para aprender)

Labán, al ver cómo prosperaba Jacob comenzó a cambiarle el salario. Le decía, "ahora podrás coger sólo los animales que salgan manchados", y milagrosamente comenzaba a salir todo el ganado manchado. Al ver esto Labán, le decía "ahora sólo puedes coger el moteado", y comenzaban a salir moteados. Luego las manchadas y sucedía lo mismo. Esto no sólo estaba enfadando a Labán sino también al resto de sus hijos. Jacob oyó a los hijos de Labán decir que se estaba enriqueciendo a costa de su padre.

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Jacob estaba muy preocupado. No veía la manera de salir de las garras de Labán, era demasiado astuto y estaba muy pendiente de todo. No deseaba que Jacob prosperase, sino que trabajase sólo para prosperarlo a él. ¡Cuántas cosas te preocupan y te hacen pensar que estás solo o que nadie le da la importancia que tiene porque eres niño o joven! Pero Dios siempre está pendiente y le da muchísima importancia a todas aquellas cosas que te preocupan o roban el sueño. Recuerda, Dios nos hace justicia.

Dios amaba tanto a Jacob y estaba tan pendiente de él, que estaba deseando revelarse a su vida. Éste tuvo un sueño en donde veía que cuando se apareaban los animales, los machos que cubrían a las hembras eran todos listados, pintados y abigarrados. La habló un ángel del Señor y le dijo que esto era así porque Dios había visto todo lo que Labán le había hecho. Los trucos que estaba utilizando Jacob no tenían nada que ver con la manera en que estaba prosperando, era Dios mismo haciendo el milagro. Dios que nos hace justicia y prospera al diligente, estaba honrando a Jacob.

Dios le recordó que era el mismo que se le había revelado en Betel aquella noche que huía de Esaú. Además le dijo que recogiera todas sus pertenencias y volviera a la tierra de sus padres. ¡Qué maravilloso y fiel es Dios! Después de 20 años sirviendo a Jacob, Dios le estaba dando el visto bueno para que regresara a su casa. Cuando Dios nos deja saber: "ahora es el momento que tanto has esperado", es maravilloso, porque sabemos que todo lo que hagamos prosperará porque hemos sido pacientes, diligentes y hemos hecho la voluntad de Dios.

Entonces habló con Raquel y Lea y les dijo cuánto había trabajado para su padre, cómo se sentía ahora, lo que estaba sucediendo y lo que Dios le había dicho. (Leer Génesis 31:4-9)

Raquel y Lea estuvieron de acuerdo con Jacob en que era el momento de marchar. Ellas también se sentían engañadas por su padre y sabían cuánto habían (incluyéndose ellas) trabajado para él. Reconocían que el ganado que ahora tenía Jacob se lo había ganado y que pertenecía a su propia familia.

Conclusión: Entonces se levantó Jacob, subió a sus hijos y a sus mujeres en los camellos y puso en camino todo su ganado, sus siervas y siervos, para volver a casa de Isaac su padre en Canaán.

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Aplicación: Jacob fue un hombre muy responsable y trabajador. A pesar de los engaños de Labán, Jacob cumplió con todos sus deberes delante de su tío. Dios honra nuestros esfuerzos y nos hace justicia, por eso debemos confiar en él. Los deseos de venganza por cuenta propia nunca conducen a nada bueno. Es mejor orar, esperar y confiar en la justicia de Dios. Lo más difícil es ser pacientes, diligentes y esperar, pero es lo más necesario.

Enseñe el texto para aprender.“El alma del perezoso desea y nada alcanza, mas el alma de los

diligentes será prosperada.” Proverbios 13:4