75748970 Los Chamanes de La Prehistoria Jean Clottes y David Lewis Williams

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  Los chamanes de la prehistoria. Jean Clottes y David Lewis-Williams

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Los chamanes de la prehistoria.Jean Clottes y David Lewis-Williams

Cuando los viajeros procedentes de Europa occidental comenzaron a explorar las partes del mundo ms lejanas se encontraron con unas creencias y unas prcticas religiosas que les parecieron extraas y, en algunas ocasiones, hasta terrorficas. Como estos exploradores haban nacido en un ambiente social e intelectual en gran parte determinado por dogmas religiosas estrictos, su confianza en la verdad de sus propias creencias religiosas los condujo a considerar las de los otros como degradadas, malvadas e incluso, en el sentido propio del trmino, satnicas. En Siberia, Marco Polo y las generaciones de viajeros que le siguieron fueron testigos de ceremonias especiales. Los protagonistas vestan con ornamentos elaborados y en ocasiones llevaban sobre la cabeza cornamentas de ciervo impresionantes. Ataviados de esa manera, danzaban y tocaban el tambor hasta entrar en trance. En este nuevo estado, los viajeros observaron que estos individuos predecan el futuro y conversaban con los espritus y los animales-espritu. Uno de esos personajes, tocado con unos cuernos de ciervo y golpeando el tambor, fue representado en 1705 por Nicolas Witsen, diplomtico holands en la corte del zar. El hombre de sta clebre imagen era un chamn siberiano tungs. El concepto de chamn, adoptado por las lenguas occidentales, se aplica actualmente en todo el mundo a los especialistas que practican ritos parecidos. Igual que los chamanes tunguses, estos especialistas entran en trance, de manera pasiva o bien de forma desenfrenada, con el fin de curar a los enfermos, causar los cambios en el tiempo deseados, predecir el futuro, controlar los desplazamientos de los animales y conversar con los espritus y los animales-espritu. Los chamanes han ejercido una influencia enorme en Siberia. Uno de ellos, Kkchi, utiliz sus profecas para alentar a Gengis Khan en sus ambiciones polticas, lo cual acab costndole la vida (De Hartog, 1989) En el otro extremo del mundo, los sacerdotes catlicos, que acompaaron a los europeos durante la conquista de Amrica del Sur y de Amrica central, estuvieron con personas que les comentaron sus intensas experiencias religiosas, a las que accedan tras consumir bebidas txicas. Tambin entraban en trance, de manera descontrolada o bien pasivamente, Estos personajes crean que abandonaban sus cuerpos y viajaban hacia mundos espirituales donde desafiaban a espritus y monstruos espantosos. La nica explicacin que se les ocurri a los sacerdotes fue que tales individuos estaban posedos por los demonios y que practicaban la adoracin del Diablo. De igual manera en el ao 1630, el padre Franois du Perron hablaba acerca de los especialistas religiosos iroqueses de Amrica del Norte por el que manifestaban una gran devocin. l es quien se dirige a ellos, unas veces bajo la forma de cuervo o utro pjaro parecido y otras balo la forma de una llama o de un fantasma, y todo ello mediante sueos (Hultkranz, 1987) En otro continente, hacia el ao 1830 los misioneros protestantes Thomas Arbousset y Franois Daumas visitaron una parte de lo que actualmente es Sudfrica y Lesoto. All se encontraron con gentes que danzaban hasta desplomarse en el suelo, agotados y cubiertos de sangre que se derramaba a borbotones por sus narices. Los misioneros crean que estos danzarines adoraban a un ser sobrenatural que los san llamaban /Kaggen, que tradujeron como Mantis, a pesar de que la mantis religiosa no sea ms que una de las numerosas manifestaciones de /Kaggen. No es de extraar pues, que numerosos colonos blancos hayan credo que este nombre significa El Diablo y as lo hayan interpretado. En regiones tan alejadas entre s como Siberia, Amrico o frica del sur los exploradores europeos se encontraron, pues, con individuos que alcanzaban el xtasis de diferentes maneras. Casi sin excepcin, estos exploradores consideraron que tal conducta era extremadamente repugnante y primitiva. La irona de la cuestin es evidente, ya que

revelaciones y visiones relacionadas con distintas formas de xtasis han sido parte integrante de la tradicin judeo-cristiana desde la poca del Antiguo Testamento. Nosotros pensamos que esta tradicin se remonta todava mucho ms all. Concretamente a la aparicin, durante la Prehistoria, de los verdaderos humanos modernos. En todos los periodos y lugares, la humanidad ha conocido estados de conciencia alterada exttica o frentica, adems de las alucinaciones. De hecho, la capacidad de pasar, voluntariamente o no, de un estado de conciencia a otro, es otra caracterstica universal que forma parte del sistema nervioso humano. Todas la culturas, y entre ellas las del Paleoltico superior, se han enfrentado, de una manera u otra, a este problema que contempla diferentes estados de conciencia. Algunas culturas seguramente no todas- nos sugieren la existencia de chamanes. Los estados de conciencia alterada En todo el mundo, la puesta en marcha, el control y la explotacin de los estados de conciencia alterada constituyen la base del chamanismo, cuyo estudio enfocaremos, pues desde la perspectiva neuropsicolgica. Las recientes investigaciones sobre esta materia proporcionan el mejor acceso posible a la vida mental y religiosa de los pueblos que vivan en Europa occidental durante el Paleoltico superior, pues ellos tambin, como nosotros, eran Homo sapiens sapiens. Por este motivo tenemos que suponer que tenan el mismo sistema nervioso que los humanos de hoy. Contrariamente a una idea muy generalizada, nos es ms fcil conocer las experiencias religiosas de las personas del paleoltico superior que no otros aspectos de su vida. Los distintos estados de conciencia alterada estn tan ntimamente relacionados entre s, que son difciles de definir con claridad. Se pueden en realidad, considerar que forman parte de un conjunto continuo (o contunuum) En uno de los extremos de este conjunto se sita la que podemos llamar a grandes rasgos la plena conciencia. En el otro extremo est el trance profundo observado por los primeros exploradores. La plena conciencia es aquel estado donde, plenamente conscientes de aquello que nos rodea, somos capaces de reaccionar a nuestro entorno de un modo racional. Este estado no es, sin embargo, definible ni claro, ta que estando despiertos en la vida cotidiana, pasamos frecuentemente de estados ms introspectivos a otros ms orientados hacia el exterior: Los estados interiores, o de reflexin, permitan dar un primer paso hacia el largo continuum. Cuando una persona se encuentra en ese estado de conciencia alterada que se llama estar en la luna est menos despierto y puede olvidar en parte aquello que le rodea. El sueo es otro estado de conciencia alterada, ms all en este continuum. En algunas culturas, los sueos de un individuo cualquiera son interpretados como percepciones furtivas, laicas, de un mundo que los especialistas religiosos visitan plenamente durante el trance profundo. En el sueo se controlan mucho menos las experiencias mentales que cuando se est en la luna, aunque en el estado intermedio entre la vela y el llamado sueo lcido se pueda llegar a controlar (o sobre todo aprender a controlar) las imgenes del sueo. Esta capacidad forma parte de las tcnicas espirituales de algunos chamanes. En el otro extremo del espectro se encuentran los estados profundos inherentes al chamanismo. Cuando los chamanes experimentan, creen percibir unas cosas que no estn verdaderamente all: dicho de otra manera, alucinan. Estas alucinaciones pueden ser felices, extticas o terrorficas y en estado profundo, afectan a los sentidos. No se trata simplemente de visiones; unas extraas sensaciones recorren el cuerpo, y los sentidos olor, odo y gusto-

participan en las percepciones irreales. Estos estados profundos incluyen aquello que se conoce generalmente con el nombre de trance (otro concepto difcil de definir) un mundo donde los chamanes penetran y en el que suean. Los estados de trance estn causados por todo tipo de factores. Algunas condiciones patolgicas, tales como la epilepsia del lbulo temporal, la migraa y la esquizofrenia, se caracterizan por tener alucinaciones. Por este motivo, algunos antroplogos han llegado a la conclusin que ciertos chamanes, si no todos, eran unos enfermos mentales dotados de la capacidad de transformar su problema de salud en una ventaja. Sin embargo, es posible inducir estados de conciencia alterada entre personas perfectamente sanas gracias a medios diversos. Adems, fuera de sus actividades rituales, muchos chamanes llevan una vida corriente y equilibrada. El consumo de drogas psicotrpicas, tales como la cocana o el LSD, es el mtodo de evasin voluntaria ms conocido en Occidente, sobre todo desde los aos sesenta del siglo XX, cuando el uso de drogas fue sacralizado por muchos jvenes. Otras condiciones susceptibles de inducir estados de conciencia alterada son tambin importantes para nuestra investigacin: se incluyen la privacin sensorial (ausencia de luz, de ruido y de estimulacin fsica) el aislamiento social prolongado, el dolor intenso, la danza extenuante y los sonidos insistentes y rtmicos, como los del tambor y cnticos salmodianos. En todo el mundo, msticos y visionarios religiosos han explotado y explotan estas diversas maneras de modificar su conciencia y de acceder a un estado de xtasis. El chamanismo no es ms que una de las formas con las que los hombres, a travs del tiempo, han inducido, manipulado y explotado los estados profundos de la conciencia alterada.

Las etapas del trancePara nuestro propsito, es necesario conocer las etapas por las que pasa el individuo que se adentra cada vez ms profundamente en el trance, es decir, en el estado alucinatorio del extremo ltimo de continuum. Aunque los diversos medios de induccin y los diferentes alucingenos pueden causar efectos variados, la descripcin de estas etapas da una idea general de lo que sienten los chamanes cuando alcanzan un estado de conciencia alterada. Hablaremos sobre todo de lo que ellos ven, aunque como ya hemos dicho, todos los sentidos quedan afectados por las alucinaciones. La investigacin neuropsicolgica en laboratorios ha demostrado que se pueden distinguir tres grandes etapas con posibles encabalgamientos entre ellas (Lewis-Williams y Dowson, 1988). Los individuos no han de pasar necesariamente por cada una de stas etapas. En el primer estadio de trance, el ms ligero, se ven unas formas geomtricas tales como puntos, zigzags, parrillas, conjuntos de lneas o de curvas paralelas entre s y de meandros. Estas formas tienen unos colores vivos que centellean, se mueven, se alargan, se contraen y se entremezclan. Con los ojos abiertos adquieren un aspecto luminoso y se proyectan sobre cualquier superficie, las paredes o el techo. Hay sociedades chamnicas que atribuyen un significado preciso a algunas de estas formas geomtricas, pero no a todas. Para los tukanos de Sudamrica, unas series de puntos brillates representan la Va Lctea, objetivo de su vuelo chamnico; mientras que unas lneas curvas organizadas y paralelas representan, segn ellos, el arco iris y en otros contextos, el pene del Padre-Sol (Reichel-Dolmatoff, 1978) Las interpretaciones ms diversas son posibles. Nosotros no conocemos, por ejemplo, el significado que tenan los grabados rupestres de la meseta sudafricana para los san o sus

ancestros, pero muchas de stas representaciones tienen un gran parecido con las formas geomtricas conocidas por los investigadores de la neuropsicologa (Dowson, 1992) En el segundo estado, los chamanes se esfuerzan por racionalizar sus percepciones geomtricas. Las transforman, dentro de sus ilusiones, en objetos cargados de significado religioso o emocional, a veces en elementos del estado de nimo del participante. Los occidentales, por ejemplo, pueden interpretar una forma redonda y luminosa como una taza de agua si tienen sed o como una bomba si tienen miedo (Horowitz, 1975) mientras que los zigszags en movimiento se transforman en las ondulaciones de una serpiente. Se alcanza el tercer estadio por medio de un torbellino o de un tnel. El individuo se siente atrado por el torbellino, al final del cual se ve una luz viva. En los laterales aparece un enrejado derivado de las imgenes geomtricas del Estadio 1. En la malla de ese enrejado, el chamn observa sus primeras verdaderas alucinaciones en forma de personas, animales y otros elementos. Cuando sale del final del tnel se encuentra en el extrao mundo del trance: los monstruos, los humanos y el entorno son intensamente reales. Las imgenes geomtricas estn siempre ah, pero sobre todo en la periferia de las figuras. En las alucinaciones del Estadio 3, como las formas geomtricas del Estadio 1, las representaciones aparecen proyectadas sobras las superficies que rodean a los chamanes, quienes estn con los ojos abiertos. Los occidentales comparan estas imgenes con las proyecciones de pinturas en la imaginacin (Siegel y Jarvik, 1975) y a una pelcula o unas diapositivas (Siegel 1977) que flotan sobre las paredes y el techo. Al mismo tiempo, las propias superficies se animan: un cuadro colgado en la pared ser visto en tres dimensiones con unos colores ms fuertes, aunque tambin pueda acabar movindose y transformarse en algo vivo. En el Estadio 3, el individuo siente que puede volar y se transforma en pjaro o en otro animal. No ve ms que simplemente cosas extraas, lo cual forma parte ntima de la alucinacin. Algunas veces, el individuo cree transformarse en una imagen geomtrica. Un occidental por ejemplo, contaba que haba visto un motivo en forma de parrilla al cual se asimil. Entonces sus brazos, sus manos y sus dedos se transformaron, con lo que el exclam: la parrilla, Soy yo! (Klever, 1942) Una de las experiencias ms frecuentes atestiguadas en el Estadio 3 del trance es la transformacin, no en una forma geomtrica, sino en un animal. Un occidental lo vivi as: yo pens en un zorro y me transform inmediatamente en ese animal. Me senta zorro. Poda ver mis largas orejas y mi cola peluda, y por una especie de introversin, percib que toda mi anatoma era la de un zorro (Siegel y Jarvik, 1975) En el arte rupestre de frica del sur, la intensidad de las experiencias de ste gnero se percibe en las imgenes de chamanes transformados, no en zorros sino en antlopes. Las figuras tienen cabezas y pezuas de antlopes con el cuerpo de humanos. Insistimos en el hecho de que estos tres estadios son universales ya que son parte integrante del sistema nervioso humano, aunque los significados atribuidos a las formas geomtricas del Estadio 1, los objetos transformados del Estadio 2 y las alucinaciones del Estadio 3 estn todos condicionados por la cultura. La alucinacin es el resultado de las expectativas de quien la practica. Un chamn san podr ver un eln de El Cabo (una especie de antlope de grandes dimensiones que se localiza fundamentalmente en frica del Sur) mientras que un inuit ver un oso polar o una foca. Sin embargo, teniendo en cuenta tales diversidades culturales, podemos estar razonablemente seguros de que los tres estadios de la conciencia

alterada proporcionan el marco indispensable para la comprensin de las experiencias chamnicas.

Diversidad y unidad del chamanismoEn ste libro restringiremos la aplicacin del trmino chamn a quienes, en las sociedades de cazadores-recolectores, practican unos ritos especficos. Los chamanes acceden a un estado de conciencia alterada para alcanzar los mltiples objetivos mencionados: tales como curar enfermos, predecir el futuro, encontrarse con los espritus animales, modificar el tiempo y controlar los animales reales mediante medios sobrenaturales. () El chamanismo de los cazadores-recolectores se reviste de numerosas formas. En consecuencia, nos preocupa no proyectar sin criterio el presente sobre el pasado y no hacer creer que los paleolticos eran los dobles perfectos de los chamanes siberianos, americanos y sudafricanos; O, peor an, de los neuropsiclogos del siglo XX! La mayor parte de los antroplogos, como los primeros exploradores occidentales, ponen en acento sobre las diferencias entre las culturas chamnicas. Por ejemplo, en algunas sociedades los chamanes son numerosos; en otras no hay ms que uno, a veces poseedor de un poder poltico. Algunos se encubren de vestimentas complejas y utilizan instrumentos ceremoniales, como el tambor () otros apenas se distinguen con dificultad entre las personas normales, y su nica originalidad es su conducta en el curso del trance. No obstante aqu nos interesaremos por los extraordinarios parecidos que existen entre chamanes de diferentes partes del mundo y, al mismo tiempo, de diferentes pocas. Es normal encontrarse con diferencias entre culturas geogrficamente alejadas unas de las otras; sin embargo, son los parecidos los que nos sorprenden e intrigan. Creemos que las similitudes provienen de la manera en que el sistema nervioso humano reacciona en estado de conciencia alterada. Aunque la diversidad del chamanismo puede, a primera vista, parecer aplastante, existen profundas analogas de orden neurolgico. Estas analogas son las que permiten tener una idea del contexto mental y social en el cual la religin y el arte paleoltico se desarrollaron, as como las razones que condujeron a algunos individuos a desafiar los misterios de las cuevas para hacer representaciones o contentarse con tocar las hmedas paredes calcreas. Primero veremos las diferentes maneras en que los chamanes, de distintos lugares del mundo, desarrollaron los estados de conciencia alterada y observaremos lo que experimentaron cuando asuman sus funciones. Despus veremos cmo todas las experiencias y actividades chamnicas tienen necesariamente lugar en el interior de un universo o cosmos propio. La manera en la cual este cosmos es concebido procede, a nuestro parecer, del sistema nervioso humano, ms que de una especulacin intelectual o de una observacin detallada del entorno.

Convertirse en chamnParece lgico comenzar por ver la manera en que un individuo se convierte en chamn. Al principio, lo es imprescindibles no es la adquisicin de un conocimiento esotrico, por importante que sea, sino la manera como los aprendices asimilan la forma a llegar a alcanzar estados de conciencia alterada y a dominarlos.

En frica del sur, un joven san que aspira a ser chamn danza con un chamn experimentado hasta que ha aprendido a dominar los estados de conciencia alterada y a controlar el nivel de su trance (Marshall, 1969). En otros lugares del mundo hay individuos que dicen que los espritus vienen a ellos para transformarles en chamanes contra su voluntad. Algunos casos de chamanismo involuntario pueden explicarse por condiciones patolgicas que ocasionan alucinaciones. Lo que es interesante es la reaccin de cada de las sociedades ante las enfermedades mentales. La locura no constituye una categora universal: siempre est definida en trminos culturales. Aquello que se califica de locura o de enfermedad en algunas sociedades puede ser considerada en otras como una manifestacin divina. Lo que es disfuncional para un tipo de economa puede ser ventajoso para otra. Esto se comprueba en los distintos tipos de xtasis a los que entregan los chamanes. La forma de iniciacin chamnica ms conocida por todo el mundo es aquella que se denomina la bsqueda de visiones. Un joven de Amrica que quiere llegar a ser chamn, o que se siente llamado para ocupar este rol, se marcha a un lugar aislado, generalmente al borde de un precipicio o a una cueva. Escoger frecuentemente un lugar con arte rupestre, considerado como un espacio adecuado para la bsqueda de visiones. El criterio esencial del lugar escogido es su aislamiento. Lejos de los humanos y de la ayuda de su comunidad ayuna y medita. Se provocar a veces el sufrimiento por medio de flagelaciones. Finalmente, el hambre, el dolor, la concentracin intensa y el aislamiento social se combinarn para hacerlo entrar en trance. Es entonces cuando un animal-espritu, que ser su acompaante a lo largo de toda su vida, se le aparecer y se sentir investido de su poder sobrenatural. Entonces, el joven indio podr comenzar su vida de chamn. Un largo camino le quedar por recorrer, pues tan slo habr superado el primer paso importante. En trminos cientficos occidentales se habr sumergido en un estado de conciencia alterada y habr vivido una alucinacin del Estadio 3 (en este caso, con un animal-espritu) que su sociedad le ha alentado a buscar. Despus de ste extraordinario suceso, los trances siguientes sern probablemente ms fciles de alcanzar. Aunque pocos individuos llegan a ser chamanes especializados, muchos de los jvenes pertenecientes a las culturas de las llanuras norteamericanas, buscan y encuentran sus espritus-animales familiares, Entre los inuit ammasalik (esquimales) las circunstancias en las que se consiguen visiones son significativamente diferentes. Un aprendiz no busca visiones ni transformaciones por s mismo. Es un chamn confirmado quien escoge cinco o seis jvenes que segn su opinin, poseen el potencial exigido para ser chamanes. Los aprendices pueden tener entre 6 y 8 aos, constatacin que no recae de importancia para la interpretacin de algunos hechos observados en las cuevas paleolticas () El viejo chamn aporta su enseanza a los discpulos escogidos, en un lugar alejado de su comunidad y en el ms absoluto secreto. Despus, obliga a cada nio a permanecer solo en un lugar alejado, generalmente cerca de una antigua tumba o de un lago, para una vez all, frotar dos piedras una contra la otra. Las privaciones prolongadas, el aislamiento y el movimiento rtmico de las piedras que se frotan provocan finalmente un estado de conciencia alterada, y el aprendiz cae en trance profundo, a veces hasta durante tres das (Eliade, 1972). A lo largo de ese tiempo, el gran oso-espritu se le presenta en sus alucinaciones. En Amrica del Sur, los jbaros, desde muy jvenes se esfuerzan en conseguir la capacidad para entrar en el mundo de los espritus. Un nio de unos 6 aos se ir con su padre a una cascada sagrada para encontrar las visiones. Ambos darn cien pasos bajo el incesante ruido de la cascada, salmodiando tau, tau, tau sin parar. A veces, la repeticin de esta prctica dar lugar a una visin. Si sta no llega tendrn que recurrir a la maikura alucingena, absorbida directamente mediante la corteza verde de la Datura Arborea. Los efectos se

dejarn sentir en tres o cuatro minutos. Entonces si, vern un arutem, espritu que les dar poder. Podrn tambin sentir las manifestaciones de un poder sobrenatural, bajo la forma de un tsentsak, concebido para la ocasin como una flecha invisible susceptible de ser lanzada contra los humanos. El dibujo de un tsentsak por un chamn jbaro nos hace pensar que su forma proviene de los zigzags luminosos y de las imgenes geomtricas percibidas a lo largo del primer estadio de trance (Harner, 1984) Los chamanes jbaros ven tambin animales espantosos, sobretodo jaguares y serpientes. Algunas veces, un alucingeno suave, el tsentam (no identificado botnicamente) se le da a un beb de pocos das para ayudarlo a ver un espritu y adquirir as un poder sobrenatural. Se considera que los espritus y el propio dominio sobrenatural son tan normales que hasta se ingerir alucingenos especiales a los perros de cazan para que entren en contacto con el ms all (Harner, 1973). En estas sociedades, el chamanismo no es complemento trivial, sino que se trata de un modo de vida y de pensar que lo engloba todo. La consumicin de alucingenos constituye de hecho una de las prcticas humanos ms extendidas. En las sociedades tradicionales es habitual el profundo conocimiento de las plantas y de sus propiedades psicotrpicas. Esto fue lo que tambin debi suceder durante el Paleoltico. Pero como ya hemos dicho, las drogas no son el nico medio de alcanzar un estado de conciencia alterada. As, los san de Sudfrica no utilizan los alucingenos, al menos actualmente, para el trance chamnico. Como otras muchas comunidades, logran el trance mediante danzas prolongadas, la hiperventilacin, los sonidos agudos y una intensa concentracin. Un joven san que quiere ser chamn buscar la tutela de otro experimentado y danzar con l hasta que absorba el poder de su mentor y se introduzca en el mundo de los espritus. A veces, el chamn tirar unas flechas invisibles cargadas de poder al estmago del aprendiz, prctica que recuerda las creencias jbaras sujetas a los tsentsaks. Un joven san no realiza su bsqueda en el aislamiento, sino situndose en el mismo corazn de la comunidad. Si despus de uno o dos aos no se ha alcanzado el trance, abandonar su bsqueda. No se le criticar, porque toda la comunidad sabe lo terrorfico que es el mundo de los espritus. Alrededor de la mitad de los hombres y un tercio de las mujeres de las comunidades san sern chamanes. Esto mismo suele ocurrir en otras regiones. Habiendo rechazado el entrar en trance a cualquier precio, los chamanes de numerosos lugares del mundo establecen una relacin particular con un animal-espritu, o a veces con una planta, y absorben su poder sobrenatural. Es este poder el que les permite curar a los enfermos, controlar los desplazamientos de los animales y cumplir con otras tareas chamnicas ya mencionadas. En algunas sociedades, este poder toma diferentes formas en funcin de las especies. Algunos autores han comparado el poder chamnico con la electricidad: se puede encontrar en los objetos y permanecer invisible; controlada, es beneficiosa, pero incontrolada puede convertirse en mortal. Cmo es posible que existan creencias tan extendidas? Probablemente, la nocin de un poder sobrenatural invisible provenga de las sensaciones fsicas experimentadas durante el trance. Estas sensaciones comprenden picores y temblores. En algunas sociedades chamnicas, los picores se interpretan como el impacto de los dardos o flechas asociadas al poder, como los tsentsaks jbaros. Otros sientes cmo su cuerpo se cubre de pelos. Hay especialistas que califican este poder como fuerza vital (Smith, 1992) pero, cualquiera que sea el nombre que reciba, forma parte de las actividades chamnicas y, adems, lo vemos representado en el arte de los chamanes mediante diversas convenciones.

El vuelo y el descenso chamnicoHabitualmente, los estados profundos de la conciencia alterada se interpretan, bien como una posesin espiritual, bien como una prdida del alma. Las sociedades agrcolas complejas tienen tendencia en creer que el xtasis del trance est provocado por un espritu exterior, bueno o malo, que penetra en el interior de una persona de la que se apodera. Por el contrario, las sociedades de cazadores-recolectores piensan generalmente que los efectos y las alucinaciones del Estadio 3 del trance son el resultado de una prdida del alma, es decir, que el espritu del chamn abandona su cuerpo. La prdida del alma se siente frecuentemente como un vuelo o como un viaje bajo tierra. Estas dos interpretaciones merecen su explicacin. En todo el mundo, los chamanes dicen que vuelan hasta lugares lejanos o a otros mundos habitados por espritus y monstruos. La sensacin de volar es de hecho, una de las generan los estados de conciencia alterada en las sociedades ms diversas, y no solamente entre cazadores-recolectores. Por ejemplo, se cree hoy en da que los relatos de vuelos y viajes diablicos entre las brujas medievales provenan de la aplicacin de ungentos mgicos y de la bebida de filtros secretos. Entre los alucingenos utilizados en estos preparados se encontraban plantas tan temibles como la belladona (Atropa belladona) el beleo (Hyoscyamus) y la mandrgora (Harner, 1973) Los cazadores-recolectores expresan frecuentemente la sensacin de vuelo refirindose a los pjaros. Para los buriatos de Siberia, por ejemplo, el guila es el prototipo del chamn (Halifax, 1982). En el siglo XIX, los san de frica del sur crean que los chamanes podan controlar las golondrinas y asumir su forma (Lewis-Williams, Dowson y Deacon, 1993) La sensacin de elevarse se expresa igualmente en las historias de los chamanes que ascienden al cielo mediante una escalera, un rbol o un poste. Los chamanes san traducen este concepto por dar una red invisible de hilos, algo parecido a una tela de araa, que escalan hasta la residencia divina. Lo opuesto al vuelo, el descenso bajo tierra, es otra experiencia chamnica comprobada que se aplica especialmente bien a nuestra interpretacin del arte paleoltico. Entre los tunguses siberianos, el descenso al mundo inferior forma parte de un ceremonial complejo. Estimulado por los cantos, las danzas y los tamborileros incesantes, el chamn se imagina que viaja hasta una montaa situada al noroeste de su hbitat y que all desciende el mundo inferior. Pasa por un agujero estrecho (el torbellino que conduce al Estadio 3) y atraviesa tres cursos de agua subterrneos. Entonces se encuentra con los espritus y con otros chamanes contra los que libra batallas a favor de las almas de los enfermos. (Eliade, 1972) Entre los nootka de la isla de Vancouver, ms que de un viaje bajo la tierra, el descenso toma la forma de inmersin hasta el fondo del mar. En esta ocasin, un chamn nootka regresa sangrando abundantemente por la nariz y con las sienes tambin ensangrentadas: vuelve con el alma que ha buscado en un pequeo nido de plumas de guila (Eliade, 1972) En este caso, el viaje submarino y la pluma de guila renen las dos sensaciones de viaje extracorporal, una hacia arriba y otra hacia abajo. A veces el descenso forma parte de iniciacin chamnica. As, en Australia, se cree que un espritu entrena al candidato en una cueva y desde all lo conduce bajo tierra (Eliade, 1972) Entre los inuit de Smith Sound, un aspirante a chamn se dirige a un acantilado donde hay cuevas. Em el momento en que entra en una de ellas sufre visiones, tal y como sucede entre los aprendices de chamn en muchas otras partes de Amrica del Norte (Eliade, 1972)

As, por ejemplo, un samoyedo avam de Siberia suele extenderse mucho en explicar cmo lleg a ser chamn. Sus animales gua, el armio y el ratn, le condujeron a una cueva que, lejos de ser oscura, era muy luminosa. Unos espejos la cubran y, en el centro, se encontraba algo que pareca, sin serlo, una hoguera. Hasta aqu, la explicacin nos recuerda la descripcin del torbellino, con sus imgenes laterales y la viva luz de fondo. Ms tarde, siguiendo con sus alucinaciones explica cmo sali del tnel y fue a parar a una gran sala, que podemos asimilar al estadio 3 del trance. All, dos mujeres desnudas se le aparecieron, cubiertas de pelo como los renos. Una de ellas dio a luz a dos renos: uno ser sacrificado por dos tribus, los dolganes y los evenkis, y el otro por los tavgis. La segunda mujer dio a luz tambin a dos renos que simbolizarn los numerosos animales que ayudan a la especie humana en todo. A partir de este momento, cada vez que el chamn quiera ejercer sus poderes tendr que volver mentalmente a esta cueva (Eliade, 1972). En otras palabras, estar recreando su experiencia alucinatoria en funcin del mundo subterrneo inicial. Lejos de Siberia, en Chile, los chamanes araucanos se inician tambin en las cuevas. En un rito que recuerda la historia del samoyedo, los araucanos decoran las paredes de sus cuevas, no de espejos reflectantes sino de cabezas de animales (Eliade, 1972) Estas cabezas se aaden a los relieves naturales de las cuevas en el contexto de un proceso de elaboracin o de construccin del mundo inferior con el fin de concretar sus creencias y reforzarlas. El relato de una iniciacin chamnica retoma el tema de los animales subterrneos, al mismo tiempo que combina alucinaciones visuales y auditivas. Un paviotso de Amrica del Norte de 50 aos, queriendo ser chamn, entr en una cueva y se puso a orar. Trat de dormir, pero se lo impidieron unos ruidos extraos y los rugidos de un oso y de un puma, y los berridos de un ciervo. Cuando acab por dormirse vivi una ceremonia de curacin. Entonces se produjo un prodigio cuya importancia es enorme para comprender el papel de las paredes de la cueva () una roca se abri y un hombre apareci por la fisura. Era grande y delgado, y llevaba en la mano la pluma de la cola de un guila. L fue quien ense al iniciado el modo de curar (Eliade, 1972) Entre los grupos chamnicos, la universalidad de las creencias que conciernen al descenso bajo tierra puede explicarse por las sensaciones del torbellino, de origen neurolgico, que arrastra a los individuos al Estadio 3 del trance, el ms profundo, en el que estn sujetos a alucinaciones y ven animales, monstruos y otras visiones. El torbellino crea unas sensaciones de oscuridad, de aturdimiento y a veces de dificultad para respirar. La entrada en un agujero en el suelo o en una cueva produce y materializa fsicamente esta experiencia neuropsicolgica. Los relatos citados muestran claramente que los viajes espirituales subterrneos hacen entrar en un mundo plenamente alucinatorio igual que si fuese un torbellino. La entrada en una cueva no hace ms que reproducir ese torbellino, pudiendo igualmente inducir unos estados de conciencia alterada. El aislamiento social, la privacin sensorial y el fro que caracterizan las cuevas son factores importantes para inducir al trance. Durante el Paleoltico superior, la entrada en una cueva poda ser considerada como un equivalente a la entrada de un trance profundo mediante el torbellino. Las alucinaciones generadas por la entrada en una cueva y por el aislamiento probablemente se combinan con las imgenes representadas sobre las paredes, creando un mundo espiritual rico y animado. El estrecho vnculo entre cuevas y estados de conciencia alterada parece irrefutable.

Este importante punto nos conduce a la caracterstica fundamental en la organizacin del chamanismo, el marco donde se desarrollan todas sus actividades: el universo o cosmos chamnico.

El cosmos chamnicoEn todo el mundo, el cosmos chamnico se halla generalmente estratificado. Bajo la forma ms simple, se compone de tres niveles: el de la vida cotidiana, un mundo superior y otro inferior. Estos dos ltimos estn habitados estn habitados por los propios espritus y los animales-espritus. Esto no significa que estos tres mundos sean del todo ajenos entre ellos, no que las sociedades chamnicas hagan un distincin tan tajante entre lo real y lo sobrenatural como lo hacen los occidentales. Es cierto que los mundos del cosmos chamnico estn separados y que cada uno posee una localizacin topogrfica particular, pero estn igualmente interconectados: lo espiritual es tan inmanente como lejano en el espacio. Como en muchos msticos de la Edad Media, no existe en el chamanismo la distincin entre teologa y cosmologa; explorar el cosmos es tambin explorar los universos espirituales. Es en el interior de este cosmos estratificado donde los chamanes funcionan. Al mismo tiempo, lo crean y con l aceptan todas sus consecuencias negativas. En definitiva, son unos mediadores que, subiendo o descendiendo, tienen la capacidad de visitar estos mundos. Para entenderlo bastan dos breves ejemplos: En ciertos grupos inuit, al espritu del mundo superior se lo conoce con el nombre de Silapinua (el espritu de all arriba) mientras que el espritu del mundo inferior habita en el fondo de los mares y se llama Sedna (aquel que est abajo) (Birket-Smith, 1972). Los chamenes visitan a estos dos espritus que juegan roles diferentes en la vida de los inuit. Las culturas de las grandes llanuras americanas expresan el mismo concepto en base a la clebre Danza del Sol, pero lo conciben de manera diferente. Un poste situado en el centro de esta danza representa los tres niveles del universo. Un guila en la cspide del poste encarna el cielo, un crneo de bisonte sobre el tronco, o en su base representa el mundo de los animales y de los hombres, mientras que las ofrendas de tabaco y de agua sobre el suelo al pie del poste simbolizan el mundo inferior (Hultkranz, 1987) Se trata de una forma simple expresin del cosmos chamnico. Otras sociedades chamnicas creen en niveles mltiples, por lo que no siempre se limitan a tres. Puede darse el caso que el nmero de niveles corresponda a la complejidad de la estructura social, es decir, cuantas ms divisiones tiene una sociedad, ms estratos cosmolgicos tendr. Por ejemplo, el cosmos de los zues, pueblo agrcola de Amrica del Norte socialmente complejo, comprende cuatro mundos celestes. (Hultkranz, 1987) Es evidente que este cosmos chamnico de estratos nos proporciona un marco general para las creencias mencionadas en relacin con las cuevas. El mundo subterrneo, a la vez real (las cuevas) y alucinatorio, era sin duda uno de los componentes del cosmos estratificado de las sociedades del Paleoltico superior. Nos queda por ver cules son, entre los elementos aparentemente tan diversos del arte paleoltico, aquellos que se reagrupan desde la perspectiva de las creencias y de la cosmologa chamnica. Cules configuraran el origen y constituiran el marco esencial durante un periodo de veinticinco mil aos.