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    Prlogo de C. G.Jung*

    Puesto que no soy sinlogo, una presentacin del Libro de lasMutaciones escrita por m habr de constituir un testimonio de mi

    experiencia personal con este libro grande y singular. Se me brindaas, adems, una grata oportunidad para rendir homenaje una vezms a la memoria de mi desaparecido amigo Richard "Wilhelm. lmismo tena honda conciencia de la importancia cultural de sutraduccin del Yi Ching, versin sin igual en Occidente.

    Si el significado del Libro de las Mutaciones fuese fcil deaprehender, la obra no requerira ningn prlogo. Pero sin lugar adudas no es este el caso, ya que hay tantas cosas que se presentanoscuras en torno de l, que los estudiosos occidentales tendieron adesecharlo, considerndolo un conjunto de "frmulas mgicas" o

    bien demasiado abstrusas como para ser inteligibles, o bien carentesde todo valor. La traduccin de Legge del Yi Ching, nica versin

    disponible hasta ahora en ingls, contribuy poco para haceraccesible la obra a la mentalidad occidental.1 Wilhelm, en cambio,hizo el mximo

    *. Publicado en las traducciones inglesa e italiana. (N. del T.) .

    ' Legge formula el siguiente comentario sobre el texto explicativo delas lneas individuales: "Segn nuestros conceptos, un forjador deemblemas ha de tener mucho de poeta, pero los del Yi slo nos hacenpensar en un polvoriento mamotreto. La mayor parte de un total de msde trescientos cincuenta, slo son grotescos." (The Sacred Books of theEast, Vol! XVI, The Yi King, 2* edicin, Oxford, Clarendon Press, 1899, p.22.) Acerca de las "lecciones" de los hexagramas dice el mismo autor:"Pero por qu cabra preguntar por qu deben sernos transmitidas atravs de semejante sarta de figuras lineales y mediante tal frrago

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    esfuerzo para allanar el camino hacia la comprensin del texto.Estaba en condiciones de hacerlo, dado que l mismo habaaprendido la filosofa y el uso del Yi Ching con el venerablesabio Lao Nai Hsan; adems, durante un perodo de muchosaos haba puesto en prctica la singular tcnica del orculo.

    Su captacin del significado viviente del texto otorga a su ver-sin del Yi Chinguna profundidad de perspectiva que nunca podraprovenir de un conocimiento puramente acadmico de lafilosofa china.

    Le estoy muy agradecido a "Wilhelm por la luz que l aporta la comprensin del complicado problema del Yi Ching, y asi-mismo por facilitar una profunda introvisin* en lo que res-

    pecta a su aplicacin prctica. A lo largo de ms de treinta aosme he interesado por esta tcnica oracular o mtodo de exploracindel inconsciente, ya que me pareca de inslita significacin. Yaestaba bastante familiarizado con el Yi ChingI cuando por primeravez me encontr con Wilhelm a comienzos de la dcada del veinte;

    me confirm entonces lo que yo ya saba y me ense muchas cosasms.

    No conozco el idioma, chino ni he estado nunca en China. Pue-do asegurar al lector que no es en modo alguno fcil hallar lacorrecta va de acceso a este monumento del pensamiento chino,que se aparta de manera tan completa de nuestros modos de

    pensar. A fin de entender qu significa semejante libro es im-perioso dejar de lado ciertos prejuicios de la mente occidental.Es un hecho curioso que un pueblo tan bien dotado e inteli-gente como el chino no haya desarrollado nunca lo que noso-tros llamamos ciencia. Pero sucede que nuestra ciencia se basasobre el principio de causalidad, y se considera que la causa-lidad es una verdad axiomtica. No obstante, se est produ-ciendo un gran cambio en nuestro punto de vista. Lo que noconsigui la Crtica de la razn pura de Kant lo est logrando

    de representaciones emblemticas" (ibid, p 25). Sea como fuere,en ninguna parte se nos dice que Legge se haya tomado.lamolestia de someter el mtodo a una verificacin prctica.

    * En el original de este prlogo, publicado en ingls, Jung usa

    en este y otros casos la palabra insight, que suele conservarse as

    en muchos textos en castellano. Parece sin embargo preferibletraducirla por el neologismo introvisin (a diferencia de intros-

    la fsica moderna. Los axiomas de la causalidad se estn con-moviendo hasta sus cimientos: sabemos ahora que lo que lla-mamos leyes naturales son verdades meramente estadsticas quedeben por lo tanto, necesariamente, dejar margen a lasexcepciones. Todava no hemos tomado lo bastante en cuenta el

    hecho de que necesitamos del laboratorio, con sus incisivasrestricciones, a fin de demostrar la invariable validez de lasleyes naturales. Si dejamos las cosas a merced de la naturaleza,vemos un cuadro muy diferente: cada proceso se ve interferidoen forma parcial o total por el azar, hasta el punto que, encircunstancias naturales, una secuencia de hechos que se ajustede manera absoluta a leyes especficas constituye casi unaexcepcin.

    La mente china, tal como yo la veo obrar en el Yi Ching,pa-rece preocuparse exclusivamente por el aspecto casual de losacontecimientos. Lo que nosotros llamamos coincidencia pa-rece constituir el inters principal de sta mente peculiar, y

    aquello que reverenciamos como causalidad casi no se toma encuenta. Hemos de admitir que hay bastante que decir sobre lainmensa importancia del" azar. Un incalculable caudal deesfuerzos humanos est orientado a combatir y restringir los

    perjuicios o peligros que entraa el azar. Las consideracionestericas sobre causa y efecto a menudo resultan desvadas eimprecisas en comparacin con los resultados prcticosdel azar. Est muy bien decir que el cristal de cuarzo es un

    prisma hexagonal. La afirmacin es correcta en la medida enque se tenga en cuenta un cristal ideal. Sin embargo, en la na-turaleza no se encuentran dos cristales exactamente iguales,

    pese a que todos son inequvocamente hexagonales. La for-

    ma real, empero, parece interesar ms al sabio chino que laforma ideal. La abigarrada trama de leyes naturales que cons-tituyen la realidad.emprica posee para l mayor significacinque una explicacin causal de los hechos, los que por otra

    parte deben usualmente ser separados unos de otros a fin detratarlos en forma adecuada.

    La manera en que el Yi Ching tiende a contemplar la rea-lidad parece desaprobar nuestros procedimientos causalistas.El momento concretamente observado se presenta a la anti-gua visin china ms bien como un acaecimiento fortuito que

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    como el resultado claramente definido de procesos en cadenaconcurrentes y causales. La cuestin que interesa parece ser laconfiguracin formada por los hechos casuales en el momento de laobservacin, y de ningn modo las razones hipotticas queaparentemente justifican la coincidencia. En tanto que,cuidadosamente, la mente occidental tamiza, pesa, selecciona,clasifica, separa, la representacin china del momento lo abarca

    todo, hasta el ms minsculo y absurdo detalle, porque todos losingredientes componen el momento observado.

    Ocurre as que cuando se arrojan las tres monedas o se cuentan loscuarenta y nueve tallos, estos pormenores casuales entran en larepresentacin del momento de la observacin y constituyen una

    parte de l, una parte que, aunque sea insignificante para nosotros, essumamente significativa para la mentalidad china. Para nosotrossera un aserto banal y casi exento de sentido (por lo menos a

    primera vista) decir que todo lo que ocurre en un momento dadoposee inevitablemente la calidad peculiar de ese momento. Esto noconstituye un argumento abstracto, sino un argumento realmente

    prctico. Existen conocedores capaces de determinar slo, por elaspecto, el gusto y el comportamiento de un vino, el ao de suorigen y la ubicacin del viedo. Existen anticuarios capaces deindicar con exactitud casi pasmosa la fecha, el lugar de origen y elcreador de un objet d'arto de un mueble, slo con mirarlo. Y hastaexisten astrlogos que pueden decirnos, sin ningn conocimiento

    previo de nuestro natalicio, cul era la posicin del sol y de la luna yqu signo del zodaco ascenda sobre el horizonte en el momento denuestro nacimiento. Frente a tales hechos es preciso admitir que losmomentos pueden dejar huellas perdurables.

    En otras palabras, quienquiera haya inventado el Yi Ching, estabaconvencido de que el hexagrama obtenido en un momento

    determinado coincida con ste en su ndole cualitativa, no menosque en la temporal. Para l el hexagrama era el exponente delmomento en que se lo extraa ms an de lo que podran serlo lashoras sealadas por el reloj o las divisiones del calendario porcuanto se entenda que el hexagrama era un indicador de la situacinesencial que prevaleca en el momento en que se originaba.

    Prlogo

    Este supuesto implica cierto curioso principio al que he de-nominado sincronicidad, un concepto que configura un puntode vista diametralmente opuesto al de causalidad. Dado queesta ltima es una verdad meramente estadstica y no absoluta,constituye una suerte de hiptesis de trabajo acerca de la formaen que los hechos se desarrollan uno a partir de otro, en tantoque la sincronicidad considera que la coincidencia de los

    hechos en el espacio y en el tiempo significa algo ms que unmero azar, vale decir, una peculiar interdependencia de hechosobjetivos, tanto entre s, como entre ellos y los estadossubjetivos (psquicos) del observador o los observadores.

    La antigua mentalidad china contempla el cosmos de unmodo comparable al del fsico moderno, quien no puede negarque su modelo del mundo es una estructura decididamente

    psicofsica. El hecho microfsico incluye al observador exac-tamente como la realidad subyacente del Yi Chingcomprendelas condiciones subjetivas, es decir psquicas, de la totalidad dela situacin del momento. Exactamente como la causalidaddescribe la secuencia de los hechos, para la mentalidad china

    la sincronicidad trata de la coincidencia de los hechos. El puntode vista causal nos relata una dramtica historia sobre lamanera en que D lleg a la existencia: se origin en C, queexista antes queD, y C a su vez tuvo un padre, B, etc. Por su

    parte, el punto de vista sincronstico trata de producir unarepresentacin igualmente significativa de la coincidencia.Cmo es que A', B', C', D', etc., aparecen todos en el mismomomento y en el mismo lugar? Ello ocurre antes que nada por-que los hechos fsicos A'y B' son de la misma ndole que loshechos psquicos C yD', y adems porque todos son exponen-tes de una nica e idntica situacin momentnea. Se da porsupuesto que la situacin constituye una figura legible o com-

    prensible.Ahora bien, los sesenta y cuatro hexagramas del Yi Ching

    son el instrumento mediante el cual puede determinarse el sig-nificado de sesenta y cuatro situaciones diferentes, y por otra

    parte tpicas. Estas interpretaciones equivalen a explicacionescausales. La conexin causal es estadsticamente necesaria y

    puede por lo tanto ser sometida al experimento. Como las si-tuaciones son nicas y no pueden repetirse, parece imposible

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    26 C. G.Jungexperimentar con la sincronicidad en condiciones corrientes.2 En elYi Ching, el nico criterio de validez de la sincronidad es la opinindel observador segn la cual el texto del hexa-grama equivale a unaversin fiel de su estado psquico. Se supone que la cada de lasmonedas o el resultado de la divisin del manojo de tallos demilenrama es lo que necesariamente debe ser en una "situacin"dada, puesto que cualquier cosa que ocurra en ese momento

    pertenece a ste como parte indispensable del cuadro. Si se arrojaal suelo un puado de fsforos, ellos forman la figura prototpicacaracterstica de ese momento. Pero una verdad tan obvia como staslo revela su carcter significativo si es posible leer la figura

    prototpica y verificar su interpretacin, en parte mediante elconocimiento que el observador tiene de la situacin subjetiva yobjetiva, y en parte a travs del carcter de los hechos ulteriores.Obviamente este no es un procedimiento capaz de hallar eco' en unamente crtica, habituada a la verificacin experimenta] de los hechoso a la evidencia fctica. Pero para alguien que se complace encontemplar el mundo desde el ngulo en que lo vea la antiguaChina, el Yi Chingpuede ofrecer cierto atractivo.

    Por supuesto, la argumentacin que acabo de exponer jamshall cabida en una mente china. Por el contrario, conforme a laantigua tradicin, se trata de "agentes espirituales" que actuando deun modo misterioso hacen que los tallos de milenrama den unarespuesta significativa.3 Estas potencias constituyen, por asdecirlo, el alma viviente del libro. ste es, as, una suerte de enteanimado, y en consecuencia la tradicin llega a afirmar sin ms queuno puede hacerle preguntas al Yi Ching y aguardar respuestasinteligentes. Se me ocurri, por lo tanto, que al lector no iniciado

    podra interesarle ver al Yi Ching operando. Con ese propsitorealic un experimento acorde con la concepcin china: en cierto

    modo personifiqu ai libro, solicitando su criterio sobre susituacin actual, o sea sobre mi intencin de presentarlo a lamentalidad de Occidente.

    2 Cf. J. B. Rhine, The Reach of the Mind, 1947. (Hay traduccin espaola. N. del T.)

    3 Sonshen, es decir "semejantes a espritus". "El cielo produjolas 'cosas semejantes a espritus'" (Legge, op. cit., pg. 41).

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    Si bien este procedimiento encuadra perfectamente en laspremisas de la filosofa taosta, a nosotros se nos antoja pordems extravagante. Sin embargo, a m nunca me ha escan-dalizado ni siquiera lo inslito de los delirios demenciales o delas supersticiones primitivas. Siempre he tratado de mante-nerme desprejuiciado y curioso: rerum novarum cupidus. Porqu no osar un dilogo con un antiguo libro que alega ser un

    ente animado? No puede haber dao alguno en ello, y el lectorpuede as observar un procedimiento psicolgico que ha sidopuesto en prctica infinitas veces a lo largo de los milenios de lacivilizacin china, y que represent para hombres de la talla deun Confucio o un Lao-Tse una suprema expresin de autoridadespiritual, tanto como un enigma filosfico. Utilic el mtodode las monedas, y la respuesta obtenida fue el hexagrama 50,Ting, EL CALDERO.

    De acuerdo con la manera en que estaba construida mi pre-gunta, debe entenderse el texto del hexagrama como si el YiChing mismo fuese la persona que habla. De modo que sedescribe a s mismo como un caldero *, es decir, una vasija

    ritual que contiene comida cocida. Aqu la comida debe en-tenderse como alimento espiritual. Al respecto dice Wilhelm:

    "El caldero, como utensilio perteneciente a una civilizacinrefinada, sugiere el cuidado y la alimentacin de hombrescapaces, lo que redundaba en beneficio del Estado... Ve-mos aqu a la cultura en el punto en que alcanza su cum-

    bre en la religin. El caldero sirve para ofrendar el sa-crificio a Dios... La suprema revelacin de Dios aparece enlos profetas y en los santos. Venerarlos, es autnticaveneracin de Dios. La voluntad de Dios, tal como serevela a travs de ellos, debe ser aceptada con humildad."

    Atenindonos a nuestra hiptesis debemos concluir que aquel Yi Chingest dando testimonio acerca de s mismo.Cuando alguna de las lneas de un hexagrama dado tiene el

    valor de seis o nueve, ello significa que se la acenta espe-cialmente, y que por lo tanto tiene importancia para la in-terpretacin/"' En mi hexagrama los "agentes espirituales" han

    * [En chino ting.]5 Vase la explicacin del mtodo en el texto de Wilhelm,

    pg. 454 y sig's.

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    dado el acento de 9 a las lneas que ocupan el 2 y 3" puestos. Eltexto reza:

    Nueve en el segundo puesto significa: En elCaldero hay alimento. Mis compaerossienten envidia, pero no pueden nada contram. Ventura!

    As, el Yi Ching dice de s mismo: "Contengo alimento (espiritual)." Puesto que el participar en algo grande siempredespierta envidia, el coro de los envidiosos6 es parte del cuadro. Los envidiosos quieren despojar al Yi Ching de su gran

    posesin, es decir tratan de despojarlo de significado o de destruir su significado. Pero su enemistad es en vano. La riqueza de significado del Yi Ching est asegurada; es decir, estconvencido de sus logros positivos, que nadie puede arrebatarle.El texto contina:

    Nueve en el tercer puesto significa:

    El asa del Caldero est alterada.Uno est trabado en su andanza por la vida.La grasa del faisn no se come. Slo al caer la lluvia se agotar el arrepentimiento.Finalmente llega la ventura.

    El asa [en alemn Griff] es la parte por la cual puede asirse[gegriffen'] el ting. Significa por lo tanto el concepto7 [Be-griff] que uno tiene del Yi Ching (el ting). En el decurso deltiempo este concepto aparentemente ha cambiado, de modo quehoy ya no podemos asir, aprehender [begreifen] * el Yi Ching.Por lo tanto uno est trabado en su andanza por la vida. Ya no

    estamos sustentados por el sabio consejo y la profundaintromisin del orculo; por ello ya no encontramos nuestro

    6 As, por ejemplo, los invidi ("los envidiosos") son una imagen siemprerecurrente en los antiguos libros latinos sobre alquimia, en especial en el"Turba philosophorum" (siglo xi o xii),

    7 Del latn, concipere, "recoger juntos", p. ej., una vasija: concipere

    deriva de capere, "coger", "asir".* Concebir. (N. del T.)

    Prlogo

    rumbo a travs de las intrincadas sendas del destino y lastinieblas de nuestra propia naturaleza. La grasa del faisn, esdecir la parte mejor y ms preciada de un buen plato, ya no secome. Pero cuando al fin la tierra sedienta recibe nue-vamente la lluvia, es decir, cuando ese. estado de necesidad hasido superado, el "arrepentimiento", es decir, el pesar por la

    prdida de la sabidura, cesa, y llega entonces la oportunidad

    largamente anhelada. Wilhelm comenta: "Esta es la descripcinde un hombre que en medio de una cultura altamente evo-lucionada se encuentra en un lugar en el que nadie repara en lni lo reconoce. Este es un serio obstculo para su eficacia." ElYi Ching se queja, por as decirlo, de que sus excelentes cua-lidades no sean reconocidas y por lo tanto permanezcan im-

    productivas. Se conforma con la esperanza de que se hallaprximo a recuperar el pblico reconocimiento.

    La respuesta dada, en estas dos lneas destacadas, a la pre-gunta que yo formul al Yi Ching, no requiere ninguna parti-cular sutileza interpretativa, ni artificios, ni conocimientosinusuales. Cualquiera que posea un poco de sentido comn

    puede comprender el significado de la respuesta. Es la res-puesta de alguien que tiene una buena opinin de s mismo,pero cuyo valor no es generalmente reconocido, ni siquieraampliamente conocido. El sujeto que responde tiene un con-cepto interesante acerca de s mismo: se ve a s mismo comouna vasija en la que se brinda a los dioses las ofrendas sa-crificiales, el alimento ritual para nutrirlos. Se concibe a smismo como un utensilio de culto destinado a proveer ali-mento espiritual a los elementos o fuerzas inconscientes ("agen-tes espirituales") que han sido proyectados como dioses enotras palabras, destinado a prestar a esas fuerzas la atencin quenecesitan a fin de desempear su papel en la vida del in-

    dividuo. En verdad, este es el significado primero de la pa-labra religio: una cuidadosa observancia y consideracin (derelegere)8 de lo numinoso.El mtodo del Yi .Ching, en verdad, toma en consideracin laoculta calidad individual de cosas y hombres, as como tambin

    8 Esta es la etimologa clsica. La derivacin de religio a partir dereligare, "ligar a", se origin con los Padres de la Iglesia.

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    de nuestra propia mismida inconsciente. Interrogu al Yi Chingcomo se interroga a una persona a la que nos disponemos a

    presentar a nuestros amigos: uno pregunta si ello le resultaragradable o no. En respuesta, el Yi Ching me habla de susignificacin religiosa, del hecho de que en la actualidad se lodesconoce y se lo maljuzga, de su esperanza deque se lo restituya aun puesto de honor esto ltimo, obviamente, con una mirada de

    reojo a mi an no escrito prlogo9

    , y sobre todo a la versininglesa. sta parece ser una reaccin perfectamente comprensible,tal como la que podra esperarse tambin de una persona ensituacin similar.

    Pero cmo vino a surgir esta reaccin? En virtud de arrojar yo alaire tres pequeas monedas, dejndolas caer, rodar y detenerse en

    posicin de cara o ceca, segn fuera el caso. Este curioso hecho, queuna reaccin que tiene sentido surja de una tcnica que enapariencia excluye de entrada todo sentido, constituye la granrealizacin del Yi Ching. El ejemplo que acabo de dar no es nico;las respuestas plenas de sentido constituyen la regla. Tantosinlogos occidentales como distinguidos eruditos chinos se

    tomaron la molestia de informarme que el Yi Ching es unacoleccin de "frmulas mgicas" obsoletas. En el transcurso de esasconversaciones mi informante admita a veces que haba consultadoal orculo por intermedio de un adivino, por lo general un sacerdotetaosta. No poda tratarse de otra cosa sino de "puras tonteras",claro est. Pero, y es bastante curioso, la respuesta recibidacoincida, al parecer, de un modo notablemente acertado, con el

    punto sensible psicolgico del consultante. Estoy de acuerdo con el pensamiento occidental en que era posible

    que existiese cualquier nmero de respuestas a mi pregunta, y porcierto no puedo afirmar que otra respuesta no hubiera sidoigualmente significativa. Sin embargo, la respuesta recibida fue

    la primera y la nica; nada sabemos sobre otras posiblesrespuestas. A m me agrad y me satisfizo. Plantear lamisma pregunta por segunda vez hubiera sido una faltade tacto, de modo que no lo hice: "el maestro slo hablauna vez". El burdo enfoque pedaggico que pretende encuadrar

    9 Realic este experimento antes de escribir efectivamente elprlogo.

    Prlogo 31los fenmenos irracionales dentro de un molde racional pre-concebido, es para mi una blasfemia. En verdad, cosas talescomo esta pregunta deben permanecer como eran cuando por

    primera vez surgieron a la luz, porque slo as llegamos a saberqu hace la naturaleza cuando se la deja actuar por su cuenta,sin que se vea perturbada por la intromisin del hombre. Nodebiramos recurrir a los cadveres para estudiar la vida. Por lo

    dems, la repeticin del experimento es imposible, por la simplerazn de que no se puede reconstruir la situacin original. Por lotanto, en cada caso slo hay una primera y nica respuesta.*

    Pero volvamos al hexagrama: no hay nada extrao en elhecho de que todo el texto del hexagrama Ting, EL CALDERO,ample los temas ya anunciados por las dos lneas salientes. 10

    La primera lnea del hexagrama dice:

    Un Caldero con las patas tumbadas.

    Propicio para la eliminacin de lo estancado.

    Uno toma una concubina por amor al hijo de ella.

    No hay tacha.

    Un caldero cabeza abajo no se halla en uso. Por lo tanto elYi Chinges como un caldero fuera de uso. Darlo vuelta sirve

    para eliminar lo estancado, como lo expresa la lnea. Del mismo modo que un hombre toma una concubina cuando sumujerno tiene un hijo, as se recurre al Yi Chingcuando no se entrev otra salida. Pese al status cuasi legal de la concubinaentre los chinos, en realidad tal institucin no constituye msque un recurso poco elevado; y as tambin el procedimientomgico del orculo es un expediente que puede utilizarse

    parafines elevados. No hay tacha, pero se trata de un recursoexcepcional.

    La segunda y tercera lneas ya han sido consideradas. Lacuarta lnea dice:

    * V. observaciones acerca de esta afirmacin en el volumensuplementario anunciado. (N. del T.). 10 Los chinos solamente interpretan las lneas mutantes delos hexagramas obtenidos mediante la utilizacin delorculo. Segn mi experiencia, todas las lneas del

    hexagrama son importantes en la mayora de los casos.

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    Al Caldero se le rompen las patas.

    La comida del prncipe se derrama

    y queda mancillada su imagen.

    Desventura.

    Aqu el Caldero ha sido puesto en uso, pero evidentemente de una

    manera muy desmaada, es decir, se ha abusado del orculo o se loha malinterpretado. De este modo el alimento divino se pierde y unose expone a la vergenza. Legge traduce como sigue: "Al sujeto encuestin lo harn ruborizarse de vergenza." Abusar de un utensiliode culto como el ting (es decir el Yi Ching) es una crasa

    profanacin. Evidentemente aqu el Yi Chinginsiste en proclamar sudignidad de vasija ritual y se opone a ser usado para fines profanos.

    La quinta lnea dice:

    El tingtiene asas amarillas, argollas de oro.Es propicia la perseverancia.

    El Yi Ching, segn parece, se ha encontrado con una nueva ycorrecta (amarilla) comprensin, es decir , con un nuevo concepto(Begrifj) mediante el cual puede ser aprehendido. Este concepto esvalioso (de oro). Existe, en efecto, una nueva edicin en ingls, quetorna el libro ms accesible que antes para el mundo occidental.

    La sexta lnea dice:El Caldero tiene argollas de jade.

    Gran ventura.

    Nada que no sea propicio.

    El jade se distingue por su belleza y su suave resplandor. Si lasargollas son de jade, toda la vasija acrecienta su belleza, honor yvalor. Aqu el Yi Ching se expresa como si se sintiera no slosatisfecho sino por cierto muy optimista. Slo cabe aguardar loshechos ulteriores y entretanto contentarse con la grata conclusin deque el Yi Chingaprueba la nueva edicin.

    He mostrado en este ejemplo, lo ms objetivamente quepude, cmo procede el orculo en un caso dado. Naturalmente

    Prlog 33

    Procedimiento vara un poco segn la manera en que se leformule la pregunta. Por ejemplo, si una persona se halla en unasituacin confusa, l mismo puede aparecer en el orculo comoel que habla. O si la pregunta concierne a una relacin con otra

    persona, sta puede aparecer como la que habla. Sin embargo,la identidad del que habla no depende por entero de la manera

    en que se construya la pregunta, dado que nuestras relacionescon nuestros semejantes no siempre se ven determinadas porellos. Muy a menudo nuestras relaciones dependen casiexclusivamente de nuestras propias actitudes, si bien podemosno tener conciencia alguna de este hecho. Ocurre as que si unindividuo es inconsciente de su papel en una relacin, puedeque ah se esconda una sorpresa para l; contrariamente a suexpectativa, puede aparecer l mismo como el agente principal,tal como el texto lo indica a veces en forma inequvoca.Tambin puede ocurrir que tomemos una situacin demasiadoen serio y la consideremos de extrema importancia, en tanto quela respuesta que obtenemos al consultar al Yi Ching dirige la

    atencin hacia algn otro aspecto insospechado implcito en lapregunta. Casos cmo ste podran hacer pensar, por lo pronto,que el orculo es falaz. Se dice que Confucio recibi una solarespuesta inapropiada, a saber el hexagrama 22, LOAGRACIADO,un hexagrama que en toda su extensin tiene quever con lo esttico. Esto nos recuerda el consejo dado a Scrates

    por su daimon: "T deberas hacer ms msica", a raz de locual Scrates empez a tocar la flauta. Confucio y Scratescompiten por el primer puesto en lo que se refiere a sensatez y auna actitud pedaggica frente a la vida; pero es poco probableque ninguno de los dos se ocupara de "conferir gracia a la

    barbita de su mentn" como lo aconseja la segunda lnea de ese

    hexagrama. Desgraciadamente, la sensatez y la pedagoga amenudo carecen de gracia y encanto, y as es posibleque, despus de todo, el orculo no se haya equivocado.Volvamos una vez ms a nuestro hexagrama: aunque elYi Chingno slo parece estar satisfecho con su nueva edicin,sino incluso expresar un acentuado optimismo, esto an nada

    predice acerca del efecto que tendr la edicin sobre el pblicoal que se propone llegar. Puesto que tenemos en nuestrohexagrama dos lneas yang destacadas por el valor numrico

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    nueve, estamos en condiciones de averiguar qu clase de pronsticoformula el Yi Chingpara s mismo. Segn la concepcin antigua, laslneas sealadas con un seis o un nueve poseen una tensin interiortan grande que las lleva a transformarse en sus opuestos, es decir,

    yang en yin y viceversa. Mediante este cambio obtenemos en elcaso presente el hexagrama 35, Tsin, EL PROGRESO.

    El sujeto de este hexagrama es alguien que tropieza en

    su ascenso con toda suerte de vicisitudes, y el textodescribe la forma en que debera conducirse. El Yi Ching seencuentra en la misma situacin: se eleva como el sol y se da aconocer, pero es rechazado y no halla confianza: se lo ve"progresando pero apesadumbrado". Sin embargo, "uno obtiene granfelicidad de su antepasada". La psicologa puede ayudarnos adilucidar este pasaje oscuro. En los sueos y en los cuentos dehadas, la abuela, o antepasada, a menudo representa al inconsciente,ya que ste contiene en el hombre el componente femenino de la

    psiquis. Si el Yi Chingno es aceptado por 1a parte consciente, porlo menos el inconsciente lo acepta a medas, y el Yi Chingest msestrechamente conectado con el inconsciente que con la actitudracional de la conciencia. Dado que el inconsciente a menudoaparece representado en los sueos por una figura femenina, tal

    puede ser la explicacin en el caso presente. La persona femeninapodra ser la traductora que ha brindado al libro sus cuidadosmaternales, y esto muy bien podra parecerle al Yi Chinguna "granfelicidad". El Yi Ching anticipa la comprensin general, pero temeser mal usado: "Progresa como una comadreja." Pero est atento a laadvertencia: "No te tomes a pecho ganancia, y prdida." Permanecelibre de "mviles no imparciales". No se lanza contra nadie.

    Por lo tanto el Yi Chingencara su futuro en el mercado libreronorteamericano con calma, y se expresa aqu tal como lo hara

    cualquier persona sensata con respecto al destino de una obra tancontrovertida. Esta prediccin es tan razonable y est tan llena desentido comn, que sera difcil pensar en una respuesta msatinada.

    Todo esto ocurri antes de haber escrito yo los prrafos queanteceden. Al llegar a este punto quise conocer la actitud del

    Prlogo

    Yi Chingfrente a la nueva situacin. El estado de cosas habasido alterado por lo que yo haba escrito, en la medida en que yomismo haba entrado ahora en escena, y por lo tanto esperabasaber algo sobre mi propia accin. Debo confesar que,mientras escriba este prlogo no me sent demasiado feliz, yaque como persona con sentido de responsabilidad hacia laciencia, no acostumbro afirmar algo que no puedo probar o por

    lo menos presentar como una cosa aceptable para la razn.Es, por cierto, una tarea problemtica tratar de presentar a unpblico moderno y dotado de sentido crtico, un conjunto dearcaicas "frmulas mgicas" con la intencin de volverlas ms omenos aceptables. Emprend la tarea porque yo mismo piensoque hay en el antiguo modo de pensar chino ms de lo que esta la vista. Pero me resulta embarazoso tener que apelar a la

    buena voluntad y a la imaginacin del lector, dado que debointroducirlo en la oscuridad de un arcaico ritual mgico.Desgraciadamente, conozco demasiado bien los argumentos que

    pueden esgrimirse en contra de l. Ni siquiera sabemos concerteza si el barco que ha de llevarnos por sobre los mares ig-

    notos no hace agua por algn lado. No estar corrompido elviejo texto? Es correcta la traduccin de Wilhelm? No nosembelesamos a nosotros mismos con nuestras propias expli-caciones?

    EL Yi Ching insiste de un extremo a otro de su texto en lanecesidad del conocimiento de s mismo. El mtodo que servir

    para lograrlo est expuesto a toda clase de abusos; de ah que noest destinado a la gente inmadura y de mente frvola; tampocoes adecuado para intelectualizantes y racionalistas. Solo esapropiado para gentes pensantes y reflexivas a quienes les placemeditar sobre lo que hacen y lo que les ocurre predileccinque no debe confundirse con el morboso y rumiante cavilar del

    hipocondriaco. Como he sealado ms arriba, no tengorespuesta para la multitud de problemas que surgen cuandotratamos de armonizar el orculo del Yi Ching con nuestroscnones cientficos aceptados. Pero, ni falta hace de-cirlo, nada "oculto" puede deducirse por raciocinio. Mi posi-cin en estas cuestiones es pragmtica, y las grandes disciplinasque me han enseado la utilidad prctica de este punto devista son la psicoterapia y la psicologa mdica. Probablemente

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    en ningn otro campo tenemos que habrnoslas con tantas in-cgnitas, y en ninguna otra parte nos acostumbramos tanto a adoptarmtodos que resultan operantes aun cuando por largo " tiempo acasoignoremos por qu son operantes. Pueden darse curas inesperadasocasionadas por terapias cuestionables; e inesperados fracasosocasionados por mtodos presuntamente seguros. En la exploracindel inconsciente nos topamos con cosas sumamente extraas, de lasque el racionalista se aparca con horror, asegurando luego que no havisto nada. La pltora irracional de la vida me ha enseado a nodescartar nada jams, aun cuando vaya contra todas nuestras teoras(de tan breve perduracin en el mejor de los casos) o bien no admitaninguna explicacin inmediata. Esto, naturalmente, resulta in-quietante, y uno nosabe con certeza si la brjula est apuntando bieno no; pero la seguridad, la certidumbre y la paz no conducen adescubrimientos. Lo mismo ocurre con este metodo chino dedivinacin. Es obvio que la finalidad del mtodo es el conocimientode s mismo, aun cuando en todas las pocas tambin se lo ha usadoen un sentido supersticioso.

    Yo, por supuesto, estoy absolutamente convencido del valor delautoconocimiento, pero tiene algn objeto recomendar semejanteintrovisin cuando los hombres ms sabios a travs de las edadeshan predicado sin xito su necesidad? Aun para la mirada ms

    prejuiciosa resulta obvio que este libro representa una largaexhortacin a una cuidadosa indagacin de nuestro propio carcter,actitud y motivaciones. Esta posicin encuentra resonancia en m yme indujo a emprender el prlogo. Antes, en una sola ocasinhaba manifestado algo en relacin con el problema del Yi Ching:fue en un discurso conmemorativo en homenaje a Richard"Wilhelm.11 Fuera de esto, he mantenido un discreto silencio. Noes nada fcil percibir cul es nuestro propio camino para penetrar

    en una mentalidad tan remota y misteriosa como la que subyace enel Yi Ching. No se puede dejar de lado sin ms a espritustan grandes como Confucio y Lao Tse, por poco que uno sea capaz

    11Este discurso aparece publicado en Das Geheimnis der gol-denen Blte de Richard Wilhelm y C. G. Jung. (Hay versincastellana: El secreto de la flor de oro, Editorial Paids, BuenosAires. N. del T.)

    Prlogo

    de apreciar la calidad del pensamiento que ellos representan;mucho menos es posible pasar por alto el hecho de que el YiChing constituy para ambos su fuente principal deinspiracin.

    S que anteriormente no me hubiera atrevido a expresarme enforma tan explcita sobre una cuestin tan incierta. Puedocorrer el riesgo porque estoy ahora en mi octava dcada y las

    cambiantes opiniones de los hombres ya apenas me impresio-nan; los pensamientos de los viejos maestros tienen para mmayor valor que los prejuicios filosficos de la menteoccidental.

    No quiero abrumar al lector con estas consideraciones personales; pero como ya lo seal, a menudo nuestra propia personalidad est implicada en la respuesta del orculo. De hecho, al formular mi pregunta en realidad invit al orculo acomentar directamente mi accin. La respuesta fue el hexa-grama 29, k'an, LO ABISMAL. Se da especial nfasis al tercer

    puesto, al acentuarse la lnea sealada con un seis. Esta lneaexpresa:

    Adelante y atrs, abismo sobre abismo.

    En un peligro como ste, detente primero y espera,

    de lo contrario caers en un foso dentro del

    abismo. No actes as.

    Anteriormente yo hubiera aceptado de modoincondicional esta advertencia: "No actes as", y mehubiera negado a dar mi opinin sobre el Yi Ching, por lasimple razn de que no tena ninguna. Pero ahora el consejo

    puede servir como ejemplo del modo en que funciona el YiChing. Es un hecho, si uno se pone a pensar en ello, que los

    problemas que ofrece el Yi Ching representan, por cierto,"abismo sobre abismo", e inevitablemente uno debe"detenerse primero y esperar" frente a los peligros de unaespeculacin exenta de restricciones y de crtica; de otromodo uno realmente extraviar su camino en las tinieblas.Puede haber una posicin intelectual ms in-cmoda que la de flotar en la nebulosa de posibilidades no

    probadas, sin saber si lo que uno ve es verdad o ilusin?Es esta la atmsfera cuasi onrica del Yi Ching yuno no encuentra en ella nada de lo cual puedafiarse, salvo el propio juicio subjetivo, tan falible.

    No uedo de ar de reconocer ue esta lnea re resenta

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    38 C. G. Junglos prrafos que anteceden. Igualmente apropiadas resultan lasreconfortantes palabras iniciales de este hexagrama "Si eressincero tendrs xito en tu corazn" porque indican que lodecisivo aqu no es el peligro exterior sino la condicin subjetiva; esdecir, si uno cree ser "sincero" o no.

    El hexagrama compara la accin dinmica de esta situacin con elcomportamiento del agua en su fluir, que no siente temor ante

    ningn lugar peligroso, sino que se lanza sobre los arrecifes y llenalos fosos que encuentra en su curso (K'an tambin significa agua).Esta es la manera en que acta el "hombre noble", que "desempeael oficio de ensear".

    K'an es sin duda uno de los hexagramas menos agradables. Describeuna situacin en la que el sujeto parece hallarse en grave peligro decaer en toda clase de trampas. As como al interpretar un sueo es

    preciso seguir el texto de ste con la mxima exact itud, al consultaral orculo hay que tener presente la forma de la pregunta planteada,ya que la misma pone un lmite definido a la interpretacin de larespuesta. La primera lnea del hexagrama indica la presencia del

    peligro: "En el abismo uno cae en un foso." La segunda lnea hace lo

    mismo y luego agrega el consejo: "Uno debe esforzarse paraalcanzar slo las cosas pequeas." Aparentemente yo me anticip alconsejo, al limitarme en este prlogo a una demostracin sobre laforma en que el Yi Ching funciona segn la mente china, y alrenunciar al proyecto ms ambicioso de escribir un comentario

    psicolgico sobre todo el libro.La cuarta lnea dice:

    Un jarro de vino; un cuenco de arroz por aadidura,

    vasijas de barro

    simplemente brindadas a travs de la ventana.

    No hay tacha en ello en modo alguno.

    Wilhelm hace al respecto el siguiente comentario:

    "Aunque por regla general se acostumbra que un funcionarioofrezca ciertos obsequios de presentacin y entreguerecomendaciones antes de ser designado, aqu todo estsimplificado al mximo. Los obsequios son pobres, no haynadie que lo apadrine, uno se presenta a s mismo,

    Prlogo

    y sin embargo nada de esto tiene por qu resultar hu-millante, con tal que exista la intencin honesta de ayu-darse mutuamente en el peligro."

    Parecera que el libro fuese en alguna medida el sujeto deesta lnea.

    La quinta lnea contina el tema de la limitacin. Si estudia-mos la naturaleza del agua, veremos que sta llena una cavidadslo hasta el borde y luego la rebasa. No permanece aprisio-nada all.

    El abismo no se llena hasta desbordar,slo se llena hasta el borde.

    Pero si, tentados por el peligro, y justamente a causa de laincertidumbre, insistiramos en convencernos a la fuerza me-diante empeos especiales, tales como complejos comentarios,etc., slo nos empantanaramos en la dificultad, que la. lnea"al tope" describe con mucha precisin como un estado de ata-dura y prisin. Por cierto, la ltima lnea a menudo seala las

    consecuencias que se producen cuando uno no se toma a pechoel significado del hexagrama.

    En nuestro hexagrama tenemos un seis en el tercer puesto.Esta lnea yin de tensin creciente se transmuta en una lnea

    yang y produce as un nuevo hexagrama que muestra unanueva posibilidad o tendencia. Tenemos ahora el hexagrama48, Tsing, EL POZO (de agua). De modo que la cavidad llena deagua ya no significa peligro, sino ms bien algo til, un pozo:

    As el hombre noble alienta a la gente en su trabajo,

    y la exhorta a' ayudarse mutuamente.

    La imagen de gentes que se ayudan mutuamenteparecera referirse a la reconstruccin del pozo, ya que ste seencuentra derruido y lleno de lodo. Ni siquiera losanimales beben de l . Hay peces viviendo en el pozoy se los puede alcanzar a tiros, pero el pozo no seutiliza para beber, es decir para las necesidadeshumanas. Esta descripcin recuerda el Caldero dado vuelta yfuera de uso que ha de recibir una nueva argolla. Este Pozo,como el Caldero, qued limpio. Pero nadie bebe de l

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    Este es el pesar de mi corazn, porqueuno podra sacar agua de l.

    La peligrosa cavidad llena de agua o el abismo aludan al YiChing, e igual lo hace el Pozo, pero ste tiene un sentido positivo:contiene las aguas de la vida. Debe ser restituido a su uso. Sinembargo, uno no tiene un concepto (Begrijf) sobre l, ni utensilio

    alguno para extraer el agua; el cntaro est roto y pierde. El Calderonecesita nuevas asas y argollas para que se lo pueda asir, y astambin el Pozo debe volver a revocarse porque contiene "unmanantial claro y fresco del que se puede beber". Se puede sacaragua de l porque es "digno de confianza".

    Est claro que en este pronstico el sujeto que habla es nue-vamente el Yi Ching, que se representa a s mismo como unmanantial de agua viviente. El hexagrama anterior describa endetalle el peligro que amenaza a la persona que accidentalmente caedentro del foso en el abismo. Debe empearse en encontrar la formade salir, para descubrir entonces que se trata de un viejo pozo enruinas, enterrado en el lodo, pero que puede ser restituido a su uso.

    Somet dos preguntas al mtodo de azar representado por elorculo de las monedas; la segunda de ellas, despus de haberescrito mi anlisis de la respuesta a la primera. La primera preguntaestuvo dirigida, por as decir, al Yi Ching: qu tena que decirsobre mi propia accin, es decir sobre la situacin en la que yo erala persona actuante, la situacin descrita por el primer hexagramaque obtuve? A la primera pregunta el Yi Ching respondicomparndose con un caldero, una vasija ritual que requiere unarenovacin, una vasija que slo contaba con una dudosa atencin

    por parte del pblico. La respuesta a la segunda pregunta fue que yohaba cado en una situacin difcil, ya que el Yi Ching, representaba

    un foso profundo y peligroso lleno de agua, en el que uno podafcilmente atascarse en el fango. Sin embargo, result que el fosoera un viejo pozo que slo requera ser renovado para que se lo

    pudiera usar nuevamente con fines tiles.Estos cuatro hexagramas tienen unidad temtica en lo fun-

    damental (vasija, foso, pozo) y, en lo que concierne a su con-

    Prlogo 41

    tenido intelectual, parecen tener sentido. Si un ser humanohubiese dado tales respuestas, yo, como psiquiatra, habra te-nido que declararlo mentalmente sano, por lo menos sobre la

    base del material presentado. Por cierto que no hubiera sidocapaz de descubrir ningn elemento de delirio, idiotez o esqui-zofrenia en las cuatro respuestas. En vista de la extrema vejezdel Yi Chingy de su origen chino, no puedo considerar anormal

    su lenguaje arcaico, simblico y florido. Por el contrario, hu-biera tenido que felicitar a esta persona hipottica por el alcancede su percepcin de mi inexpresado estado de duda. Por otrolado, cualquier persona de mente aguda y flexible puede darvuelta toda la cuestin y mostrar cmo he proyectado miscontenidos subjetivos sobre el simbolismo de los hexagramas.Semejante crtica, aunque catastrfica desde el punto de vista dela racionalidad occidental, no afecta la funcin del Yi Ching.Por el contrario, el sabio chino me dira sonriendo: "No veusted lo til que es el Yi Ching, al hacer que usted proyectesobre ese abstruso simbolismo pensamientos hasta ahora inad-vertidos? Usted poda haber escrito su prlogo sin advertir para

    nada la avalancha de malentendidos que el mismo podadesencadenar."

    El punto de vista chino se desentiende de la actitud que unoadopta en cuanto al funcionamiento del orculo. nicamentenosotros nos sentimos perplejos, porque tropezamos una y otravez con nuestro prejuicio, o sea con la nocin de causalidad.La antigua sabidura de Oriente pone el acento sobre el hechode que el individuo inteligente entienda sus propios

    pensamientos, pero no le preocupa en lo ms mnimo la formaen que lo hace. Cuanto menos piense uno en la teora del YiChing, mejor dormir.

    Me parece que sobre la base de este ejemplo, un lector des-prejuiciado estar ahora en condiciones de formarse por lomenos un criterio tentativo sobre el modo de operar del YChing.

    12Ms no se puede esperar de una simple introduccin.

    Si mediante esta demostracin he conseguido dilucidar lafenomenologa psicolgica del Yi Ching, habr logrado mi

    propsito. En cuanto a las mil preguntas, dudas y crticas queeste

    12El lector hallar de utilidad ubicar los cuatro hexagramasen el texto y leerlos junto con los comentarios pertinentes.

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    libro singular suscita, yo no puedo contestarlas. El Yi Ching no seofrece acompaado de pruebas y resultados; no alardea ni es fcil deabordar. Como si fuera una parte de la naturaleza, espera hasta quese lo descubra. No ofrece hechos ni poder, pero para los amantes delautoconocimiento, de la sabidura si los hay parece ser el libroindicado. Para alguno su espritu aparecer tan claro como el da;

    para otro, umbro como el crepsculo; para un tercero, oscuro comola noche. Aquel a quien no le agrade no tiene por qu usarlo, y aquelque se oponga a l no est obligado a hallarlo verdadero. Dejmoslosalir al mundo para beneficio de quienes sean capaces de discernir susignificacin.

    C G. J.UNG

    Zurich, 1949.