8 Al 1 general v sus · 2018. 8. 31. · Augusto Pinochet y la literatura chilena ha sido bastante...

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El libro Carta Abierta a Pino- chet, de Marco Antonio de la Parra, inició un año fecundo en la literatura sobre el ex capi- tán general. Cuando ya dejó la jefatura del Ejército, se pien- sa que su ciclo como hombre público ha termi- nado. Por eso las b i og ra f ía s, h i s t o- rias sobre su gobierno, obras de teatro y otros documentos escritos acerca de Pinochet comienzan a repletar los esca- parates de las I i b r e r ía s. , 8 Al aproximarse los 25 años del 11 de septiembre de 1 general Me da miedo dirigirle la pdabra. A mi padre le daría miedo si supiera que estoy a solas con usted. A mis hijos no sé, son más valientes que yo, son de otra generación. Tal vgz no sean ni valientes. Tal vez usted ni siquiera les interese mucho”. Este es el comienzo de una larga misiva que escribe el siquiatra, dramaturgo, ensayista y crítico de televisión Marco Antonio de la Parra a Augusto Pinochet Ugarte. Es la interpelación más frontal al retirado capitán general en toda la historia de las letras chilenas. La editorial Planeta se atrevió con esta sincerísima carta de un hom- bre reconocidamente opositor a Pinochet. A las librerías, este libro- carta de poco más de 100 páginas arribó sólo un mes después que Pinochet abandonó el Ejército y asumió en el Senado como vitali- cio. Un sombrío día para la litera- tura nacional, porque coincidente- mente esa misma mañana del 11 de marzo se suicidaba en su case- rón de Cartagena el reconocido escritor y pintor Adolfo Couve. La relación entre el personaje Augusto Pinochet y la literatura chilena ha sido bastante tortuosa mucho antes del ensayo sicoanalí- tic0 de De la Parra y de las descar- nadas confesiones del siquiatra sobre sus sentimientos más pro- fundos hacia el ex general y ex Pre- sidente de Chile (ver recuadro). El único que se atrevió a escribir duramente sobre Pinochet y el general Manuel Contreras en una novela fue Enrique Lafourcade el año 1984. Aunque en El Gran Tai- mado se aseguraba que los perso- najes retratados en la ficción no existían, todo Chile se dio cuenta que el general Bachelet de la nove- la era Pinochet y que Tulio Aguayo era absolutamente similar al entonces jefe de inteligencia, Manuel Contreras. “Declaramos que nuestra volun- tad ha sido soñar un cuento de terrores, amores y tristezas”, así comenzaba El Gran Taimado. Pero la editorial Bniguera imprimió sólo una edición de tres mil ejemplares, pese a que ya en el lanzamiento el libro casi se agotó. A Lafourcade, su audaz escrito en años en que Pino- chet gobernaba le costó dos asaltos a su librería de la Plaza Mulato Gil, un desvalijamiento al lugar donde Bruguera imprimía el libro y un “hospedaje” de varios días en la Embajada Argentina en Santiago, más una “invitacióngentil” que ese gobierno le hiciera como huésped en Buenos Aires, todo por las ame- nazas a su integridad física de que era objeto en Chile. Catorce años después, Enrique Lafourcade reconoce que esta fue una “muy mala” novela escrita en un estado de pasión personal en los duros días de Pinochet. En un tiempo en que su corazón estaba lleno de odio, del cual hoy se arre- piente. “Jamás hay que escribir con el corazón lleno de furia”, argumenta hoy el escritor. “De Pinochet se van a poder escribir el año 2100 muchas cosas, pero hoy no. El personaje se presta para lite- ratura, ensayos, obras de teatro, para todo. Pero lo importante es no escribir con el corazón lleno de furia como lo hice yo en 1984”. El Gran Taimado de Lafourcade fue uno de los libros más fotoco- piados de la historia de los libros nacionales. Según su autor esta obra inauguró la “literatura Samis- tadtz” criolla, apelativo que tuvo la forma “copiada” que se utilizó para que circularan los libros prohibi- dos en la Rusia estalinista, ante la censura del régimen socialista. Sólo el también censurado Impunidad Diplomática, del perio- dista Francisco Martorell -que tra- taba sobre las aventuras extradi- plomáticas y subidas de tono del entonces embajador de Argentina en Chile, Oscar Espinoza Melo-, ha sido tan fotocopiado como El Gran Taimado v sus J Escapando del personaje En la literatura chilena hay cien- tos de alusiones veladas y obvias al régimen de Pinochet. Casa de Campo y El Jardín de al Lado, de José Donoso, son recordatorios del ambiente existencia1 de la era Pinochet. Isabel Allende, en su Casa de los Espíritus, da una visión feminista de la sociedad patriarcal chilena atravesada por el período del golpe de 1973. En La Visita del Presidente (1983), de Juan Ville- gas, la historia comienza y termina en un prostíbulo. En el elegante burdel de Juliana Contreras la intervención inesperada de los uni- formados precipita la caída final del Presidente. Una novela más reciente fue Oír su Voz. En 1992 Planeta editó el libro de Arturo Fontaine Talavera donde a través de la historia de un periodista, Pelayo, y sus amoríos con Adelaida, una mujer casada, se logra retratar al Chile de Pinochet, el poder de los militares y el de los economistas del neoliberalismo enjuiciados por la crisis económica que los hunde hacia el final de la novela. Este fue el retrato más glo- bal de la esquizofrenia chilena entre modernizaciones económi- car --do so< ; COI en :ied; itrapi d tra ‘(1 ios v iestas dores dicion a un asfh al”. c Chile ianter :omo 1 sun ; -de -eza ii- la ’la referencia del libro. “Lo que a mí me interesa más es demostrar que se puede hacer una novela sin nombrar a Pinochet”, expresa el escritor de 34 años Alberto Fuguet. El autor de Mala Onda y de Tinta Roja expresó en una reciente columna de la revista TIME el hastío de muchos chilenos menores de 35 años por sentir que Pinochet siempre les pesa aún sobre sus hombros, al punto que ha pasado a ocupar, incluso, un sitial indiscutido “en la mesa fami- liar”. “A diferencia de Marco Antonio de la Parra, no me interesa acusar a Pinochet de nada. Pinochet, sin duda, tiene mucho que ver en lo que pasa ahora, pero hay cientos de cosas más que influyen con lo que sucede hoy en Chile. Además, a mí Pinochet me parece un perso- naje poco atractivo y terriblemente predecible. Yo no podría escribir una novela centrada en él como personaje. No creo que él sea la única persona mala de la que hay que escribir en Chile”, aclara Fuguet. ¿Qué hay tras Pinochet? En tiempos en que los literatos prefieren huir de la figura de Pino- chet, salvo que no sea como De la Parra, para acometer frontalmente contra él, los historiadores y otros cientistas sociales se aproximan a él. En su intento por descubrir si, a fin de cuentas, Augusto Pinochet tiene misterios ocultos o algo de la genialidad de los grandes, algunos han llegado a escribir biografías completas. El abogado e historiador de la Escuela de Derecho de la Universi-

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El libro Carta Abierta a Pino- chet, de Marco

Antonio de la Parra, inició un año fecundo en

la literatura sobre el ex capi-

tán general. Cuando ya dejó

la jefatura del Ejército, se pien-

sa que su ciclo como hombre

público ha termi- nado. Por eso las b i og ra f ía s, h i s t o-

rias sobre su gobierno, obras

de teatro y otros documentos

escritos acerca de Pinochet

comienzan a repletar los esca-

parates de las I i b r e r ía s.

, 8

Al aproximarse los 25 años del 11 de septiembre de

1 general Me da miedo dirigirle la pdabra. A mi padre le daría miedo si supiera que estoy a solas con usted. A mis hijos no sé, son más valientes que yo, son de otra generación. Tal vgz no sean ni valientes. Tal vez usted ni siquiera les interese mucho”.

Este es el comienzo de una larga misiva que escribe el siquiatra, dramaturgo, ensayista y crítico de televisión Marco Antonio de la Parra a Augusto Pinochet Ugarte. Es la interpelación más frontal al retirado capitán general en toda la historia de las letras chilenas. La editorial Planeta se atrevió con esta sincerísima carta de un hom- bre reconocidamente opositor a Pinochet. A las librerías, este libro- carta de poco más de 100 páginas arribó sólo un mes después que Pinochet abandonó el Ejército y asumió en el Senado como vitali- cio. Un sombrío día para la litera- tura nacional, porque coincidente- mente esa misma mañana del 11 de marzo se suicidaba en su case- rón de Cartagena el reconocido escritor y pintor Adolfo Couve.

La relación entre el personaje Augusto Pinochet y la literatura chilena ha sido bastante tortuosa mucho antes del ensayo sicoanalí- tic0 de De la Parra y de las descar- nadas confesiones del siquiatra sobre sus sentimientos más pro- fundos hacia el ex general y ex Pre- sidente de Chile (ver recuadro).

El único que se atrevió a escribir duramente sobre Pinochet y el general Manuel Contreras en una novela fue Enrique Lafourcade el año 1984. Aunque en El Gran Tai- mado se aseguraba que los perso- najes retratados en la ficción no existían, todo Chile se dio cuenta que el general Bachelet de la nove- la era Pinochet y que Tulio Aguayo era absolutamente similar al entonces jefe de inteligencia, Manuel Contreras.

“Declaramos que nuestra volun- tad ha sido soñar un cuento de terrores, amores y tristezas”, así comenzaba El Gran Taimado. Pero la editorial Bniguera imprimió sólo una edición de tres mil ejemplares, pese a que ya en el lanzamiento el libro casi se agotó. A Lafourcade, su audaz escrito en años en que Pino- chet gobernaba le costó dos asaltos a su librería de la Plaza Mulato Gil, un desvalijamiento al lugar donde Bruguera imprimía el libro y un “hospedaje” de varios días en la Embajada Argentina en Santiago, más una “invitación gentil” que ese gobierno le hiciera como huésped en Buenos Aires, todo por las ame- nazas a su integridad física de que era objeto en Chile.

Catorce años después, Enrique Lafourcade reconoce que esta fue una “muy mala” novela escrita en un estado de pasión personal en los duros días de Pinochet. En un tiempo en que su corazón estaba lleno de odio, del cual hoy se arre- piente. “Jamás hay que escribir

con el corazón lleno de furia”, argumenta hoy el escritor. “De Pinochet se van a poder escribir el año 2100 muchas cosas, pero hoy no. El personaje se presta para lite- ratura, ensayos, obras de teatro, para todo. Pero lo importante es no escribir con el corazón lleno de furia como lo hice yo en 1984”.

El Gran Taimado de Lafourcade fue uno de los libros más fotoco- piados de la historia de los libros nacionales. Según s u autor esta obra inauguró la “literatura Samis-

tadtz” criolla, apelativo que tuvo la forma “copiada” que se utilizó para que circularan los libros prohibi- dos en la Rusia estalinista, ante la censura del régimen socialista.

Sólo el también censurado Impunidad Diplomática, del perio- dista Francisco Martorell -que tra- taba sobre las aventuras extradi- plomáticas y subidas de tono del entonces embajador de Argentina en Chile, Oscar Espinoza Melo-, ha sido tan fotocopiado como El Gran Taimado

v sus J

Escapando del personaje En la literatura chilena hay cien-

tos de alusiones veladas y obvias al régimen de Pinochet. Casa de Campo y El Jardín de al Lado, de José Donoso, son recordatorios del ambiente existencia1 de la era Pinochet. Isabel Allende, en su Casa de los Espíritus, da una visión feminista de la sociedad patriarcal chilena atravesada por el período del golpe de 1973. En La Visita del Presidente (1983), de Juan Ville- gas, la historia comienza y termina en un prostíbulo. En el elegante burdel de Juliana Contreras la intervención inesperada de los uni- formados precipita la caída final del Presidente.

Una novela más reciente fue Oír su Voz. En 1992 Planeta editó el libro de Arturo Fontaine Talavera donde a través de la historia de un periodista, Pelayo, y sus amoríos con Adelaida, una mujer casada, se logra retratar al Chile de Pinochet, el poder de los militares y el de los economistas del neoliberalismo enjuiciados por la crisis económica que los hunde hacia el final de la novela. Este fue el retrato más glo- bal de la esquizofrenia chilena entre modernizaciones económi- car

--do so<

; COI en :ied;

itrapi

d tra ‘(1 ios v

iestas dores dicion

a un asfh al”. c

Chile ianter :omo 1

sun ; -de -eza

ii- la ’la

referencia del libro. “Lo que a mí me interesa más es

demostrar que se puede hacer una novela sin nombrar a Pinochet”, expresa el escritor de 34 años Alberto Fuguet. El autor de Mala Onda y de Tinta Roja expresó en una reciente columna de la revista TIME el hastío de muchos chilenos menores de 35 años por sentir que Pinochet siempre les pesa aún sobre sus hombros, al punto que ha pasado a ocupar, incluso, un sitial indiscutido “en la mesa fami- liar”.

“A diferencia de Marco Antonio de la Parra, no me interesa acusar a Pinochet de nada. Pinochet, sin duda, tiene mucho que ver en lo que pasa ahora, pero hay cientos de cosas más que influyen con lo que sucede hoy en Chile. Además, a mí Pinochet me parece un perso- naje poco atractivo y terriblemente predecible. Yo no podría escribir una novela centrada en él como personaje. No creo que él sea la única persona mala de la que hay que escribir en Chile”, aclara Fuguet.

¿Qué hay tras Pinochet? En tiempos en que los literatos

prefieren huir de la figura de Pino- chet, salvo que no sea como De la Parra, para acometer frontalmente contra él, los historiadores y otros cientistas sociales se aproximan a él.

En su intento por descubrir si, a fin de cuentas, Augusto Pinochet tiene misterios ocultos o algo de la genialidad de los grandes, algunos han llegado a escribir biografías completas.

El abogado e historiador de la Escuela de Derecho de la Universi-

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c h TERCERA / Domingo 3 de mayo de 1998

1973, llueven las publicacisnes sobre Pinochet O A escritores

dad Católica, Gonzalo Rojas, reali- za un libro por encargo de la Fun- dación Augusto Pinochet. Es una historia de la Presidencia entre 1973 y 1990. El primer tomo, que abarcará desde 1973 hasta marzo de 1981 cuando Pinochet llega “constitucionalmente” a presidir

‘ Chile desde La Moneda, verá la luz en septiembre próximo. Rojas acla- ra que no es una historia del “gobierno militar”, sino de Pino- chet y de “cómo era todo su proce- so de toma de decisiones”.

Un estudio encargado por la Fundación Pinochet despierta des- confianzas en cuanto a su capaci- dad de ser mínimamente objetivo, pero Rojas asegura que no se le han puesto condiciones para escri- bir, aunque admite ser personal- mente un “pinochetista”.

Gonzalo Rojas, junto con su eauiDo de avudantes. ha realizado‘

~

Gracias a su acceso exclusivo a toda la documentación de la Presi- dencia de la República de Augusto Pinochet -que está bien guardada en el edificio de la Comandancia en Jefe del Ejército, Gonzalo Rojas ha

ido conocimiento, además, de los “memos” que intercam- Pinochet con Manuel Contre- encarcelado ex director de la

DINA. Allí se rebela la ansiedad de Contreras por “limpiar” la adminis- tración pública y las universidades de “activistas de izquierda”, aun- que el historiador jamás ha encon- trado evidencia escrita de que Pinochet tuviera conocimiento de violaciones a los derechos huma- nos perpetradas por los organismos de seguridad.

La tesis central de este primer tomo del historiador de la UC es que Augusto Pinochet ha sido el hombre aue más dificultades ha

m k d e 50 ekrevis& a personeros del régimen militar. Con Pinochet se reunirá todos los lunes que vie- nen hasta agosto, durante dos horas para que él personalmente dé su versión de todo lo investigado.

Se anticipa que será muy noticio- so este libro. Entre los hallazgos del historiador están episodios desco- nocidos de las relaciones del gobierno de Pinochet con la Iglesia y con algunos obispos católicos.

encontrado en la historia de Chile mientos de los asesores más impor- tantes de Pinochet, la personalidad imprevisible del general, episodios sobre cómo bloqueaban la entrada de Jaime Guzmán a Pinochet los sectores más duros del régimen y los conflictos entre sus hombres claves, entre otros.

Gonzalo Rojas aclara que el retrato que él está construyendo de Pinochet es el de “un ser humano, que duda, que se equivoca, que

experiencia que le dio su carrera militar”.

En el primer tomo del libro de Gonzalo Rojas figurarán los

recapacita, que tiene virtudes y carencias. Pero ipe ante todo es un militar”. Habrá que esperar a sep- tiembre.

Lo jamás publicado Eduardo Devés, historiador del

Instituto de Estudios Avanzados de

El historiador Eduardo Devés tiene escrita desde hace 10 años una aguda biografía de Pinochet, aún inédita. Alfredo Jocelyn -Holt -también reputado historiador- tiene como proyecto de mediano plazo escribir una incisiva radio- grafía del ex general.

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I

I Domingo 3 de mayo de 1998 / REPORTAJES .

El general.. . la Universidad de Santiago, hace diez años que tiene lista una bio- grafía del ex capitán general. En 1988 ninguna editorial se la quiso publicar. Ahora que el personaje en cuestión salió a retiro del Ejér- cito, las ofertas por su biografía han aumentado.

En el libro inédito de Devés, el autor trata de entender la relación de Pinochet con el país, la que define como “erótica”, porque sos- tiene que Chile se ha “enamora-

do” del militar. Eduardo Devés no se adentra en minucias de la vida personal del ex comandante en jefe, sino que retrata su vida en cuatro grandes etapas.

La primera es la de la juventud de Augusto Pinochet en los años ’30 y ’40. Allí el joven militar habría mostrado simpatía hacia las tendencias fascistas que se habían puesto de moda con las dictaduras nazi alemana y fascista italiana. En una segunda etapa,

hacia fines de los años ’40, Pino- chet , tras casarse con Lucía Hiriart, la hija de un reputado senador radical, adhiere al ideario valórico de los gobiernos radicales apoyando la idea del “estado de compromiso”, de la urgencia de una reforma agraria, de la impor- tancia de la Corfo y de la necesi- dad del sindicalismo. Es decir, Pinochet nuevamente apoyó las ideas triunfantes de los tiempos en que vivía. La tercera etapa de

la vida del ex capitán general se inauguró -para Devés- con el golpe de septiembre de 1973. Allí, asegu- ra Devés, “Pinochet fue el último que se subió al carro de los golpis- tas. Pero cuando decidió enrrielar- se, se matriculó más que ninguno. Pinochet, más que oportunista, se mimetizó con cada uno de los pro- yectos que lo rodearon. Y siempre ha sido así, es una característica sicológica suya”. Por eso, en la que el historiador señala como la cuar-

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ta etapa de Pinochet, él se com- prometió a respetar la democracia: “Pinochet sigue el sentido común de los chilenos. SUDO en la noche

del trhnfo del NO el 5 de octubre de 1988 que no habían razones ni económi- cas, ni políticas para dar un nuevo golpe de Estado. Pinochet no es por demócrata que respetó la democracia de 1988 en adelante. Es por- que nuevamente se dio cuenta que el sentido común del país estaba con la democracia”.

La historia del mediocre

~

Enrique Lafourcade quedó curado de Al historiador Y espanto tras publicar una novela inspi- director Institu- rada en el régimen militar, El Gran ~ ~ 8 ~ ~ ~ u ~ ~ ; Taimado, en 1984. Alfredo Jocelyn-

Holt, la motivación fundamental que lo inspira en un pro- yecto de mediano plazo para hacer una biografía de Augusto Pinochet es explicarse “cómo la mediocridad puede llegar a tener tanto poder en este país”. Y agrega: “Para mí, Pinochet es el mejor ejemplo de cómo un personaje insignifi- cante e incoloro, un funcionario público perfecto, puede -por circunstancias acci- dentales- Ceteritar tamaño poder”.

El tema de Pino- chet motiva al autor

A Alberto Fuguet lo que más le intere- sa es lograr deshacerse de la carga de Pinochet al escribir.

Gonzalo Rojas, abogado e historiador, realiza una historia de la Presidencia

del exitoso libro de ensayo El Peso de la Noche, que además está por concluir un libro sobre los 50 últimos años de Chi- le. “Por razones ge- neracionales -dice Jocelyn-Holt- toda la reflexión histórica de quienes tienen mi edad está teñida por el golpe del 11 de septiembre de 1973”.

La mediocridad de Pinochet se refleja -para el historiador- en cómo habla, có- mo piensa y en lo que lee el ex gene- ral. “El ser cazurro lo ha avudado a

del ex capitán general. Ha tenido acceso a reveladores archivos guarda- dos en la Comandancia en Jefe del Ejército.

sobrevivfr. Pero él

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LA TERCERA / Domingo 3 de mayo de 1998 f%@

concentró el poder absoluto en un país que renunció a ejercer el poder. Para mí, es claro que Pino- chet es un enigma sin secreto. Es más un síntoma de lo que le pasa- ba a la sociedad chilena, que alguien atractivo en sí mismo”, retrata el historiador. A su juicio, es Lucía Hiriart, la esposa de Pinochet, la que le da “contenido” al general: “Ella se casó mal, venía de una familia mejor y , como es muy ambiciosa, lo impul- só a subir para reivindicarse a sí misma”.

La futura biografía de Jocelyn Holt promete ser un notición. El historiador piensa internarse en conflictivos aspectos íntima y de la perso Augusto Pinochet. El Manuel Contreras que e memorias desde Punta Peuco, seguramente incluirá referencias importantes a Pinochet. Anticipos de esta biografía se conocieron el pasado verano en el oficio presentó a la Corte Suprema.

El héroe y el villano

to Pinochet y en su obra, sino más bien en las virtudes de la “casta militar” chilena. “Así como fue Pinochet el que lideró este proceso de reconstrucción del consenso, pudo haber sido cual- quier otro comandante en jefe”, aclara sorpresivamente el coau- tor, Francisco Ballart.

En la publicación de Canessa vienen episodios jugosos de la actuación de Patdcio Aylwin en 1973 y de la que los autores sos- tienen fue la “infiltración” del comunismo en el MAPU, en la persona de Rodrigo Ambrosio.

La carta-libro que Marco Anto- nio de la Parra le escribió a Pino- chet va a transformarse en obra de teatro en los próximos meses. Desde el escenario, amigos y ene- migos de Pinochet, y quienes han leído los libros que lo ensalzan o los que lo destruyen, escucharán al actor dirigirse al ex capitán general y preguntarle: ‘‘6Y si Dios no está de acuerdo con lo que usted ha hecho?”.

Dor Andrea lagos Las versiones que hacen a Pino-

chet pasar de un héroe a un villa- no se amontonarán este año. Genaro Arriagada, ex ministro del Presidente Eduardo Frei, prepara un grueso libro sobre el gobierno militar, pero él no se entromete con el personaje de Augusto Pino- chet, así como tampoco lo hizo cuando escribió un libro sobre Allende en los años ‘70. El escrito de Arriagada es “sin odio, sólo con el objetivo de que los chile- nos tengamos memoria históri- . ca”.

tro político, el hoy senador desig- nado y ex general Julio Canessa, junto con el abogado Francisco Ballart lanzarán el 28 de mayo La Restauración del Consenso por el General Pinochet. El título expli- ca mucho de su contenido. Los autores, graduados de Ciencia Política de la Universidad de Chi- le, creen que a los militares les ha tocado la tarea de ser los recons- tructores del consenso nacional perdido en la década de los ide logismos (1964-1973).

La clase media se vería absolu- tamente representada por los valores de los militares. Entonces, cuando llegan al poder las Fuer- zas Armadas en septiembre de 1973, que serían quienes mejor interpretan a la clase media, lejos de “dividir a los chilenos, los reu- nieron”, explica Francisco Ballart.

Curiosamente y, pese al título del libro, el volumen de Canessa y de Ballart no se centra en Augus-

Desde la otra punta del es