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BBC Mundo.com Martes, 6 de septiembre de 2005 Canto cautivo Katia Chornik Violinista y musicóloga Especial para BBC Mundo Entre el 11 de septiembre de 1973 y finales de 1976, el gobierno militar de Augusto Pinochet estableció a lo largo de Chile cientos de campos de prisioneros. Miles de personas pasaron por ellos. Según consta en informes oficiales en estos centros de detención la tortura era una práctica regular. Pero en medio del drama, los presos se organizaban para resistir y sobrellevar de la mejor manera posible lo que vivían. Una de las armas de lucha más comunes fue la creatividad. Los presos políticos se las ingeniaron para aprender idiomas y crear talleres laborales y artísticos que les permitieran armar una rutina, aprovechar el tiempo de cautiverio y mantener el espíritu en alto. La violinista y musicóloga Katia Chornik, quien ha estado estudiando este tema, colaboró en este especial haciendo entrevistas y aportando material que ha recopilado durante su investigación. BBC Mundo lo invita a conocer el testimonio de hombres y mujeres que pasaron por los campos de prisioneros y recuerdan el papel que la música jugó para ellos en esos días. Historias llenas de dolor, pero también de esperanza, humor y ternura. La violinista investigadora Comencé a trabajar el tema de la música en campos de concentración en el año 2001 como una investigación comparativa entre las actividades desarrolladas durante dos regímenes autoritarios: el Tercer Reich y el gobierno militar de Augusto Pinochet. Elegí este tema porque me pareció un desafío comparar los campos de concentración nazi, ampliamente reconocidos como una aberración en el curso de la Historia, con los chilenos, de los cuales un gran número de personas desconoce su existencia y han habido muy pocos intentos por estudiar las actividades musicales en forma sistemática. Mi proyecto, titulado "Tango Cautivo", tuvo como objetivos establecer vínculos en el desarrollo de Katia Chornik entrevistando a un ex prisionero en los estudios de la BBC.

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Martes, 6 de septiembre de 2005

Canto cautivo Katia Chornik Violinista y musicóloga Especial para BBC Mundo

Entre el 11 de septiembre de 1973 y finales de 1976, el gobierno militar de Augusto Pinochet estableció a lo largo de Chile cientos de campos de prisioneros. Miles de personas pasaron por ellos.

Según consta en informes oficiales en estos centros de detención la tortura era una práctica regular. Pero en medio del drama, los presos se organizaban para

resistir y sobrellevar de la mejor manera posible lo que vivían.

Una de las armas de lucha más comunes fue la creatividad. Los presos políticos se las ingeniaron para aprender idiomas y crear talleres laborales y artísticos que les permitieran armar una rutina, aprovechar el tiempo de cautiverio y mantener el espíritu en alto.

La violinista y musicóloga Katia Chornik, quien ha estado estudiando este tema, colaboró en este especial haciendo entrevistas y aportando material que ha recopilado durante su investigación.

BBC Mundo lo invita a conocer el testimonio de hombres y mujeres que pasaron por los campos de prisioneros y recuerdan el papel que la música jugó para ellos en esos días. Historias llenas de dolor, pero también de esperanza, humor y ternura.

La violinista investigadora

Comencé a trabajar el tema de la música en campos de concentración en el año 2001 como una investigación comparativa entre las actividades desarrolladas durante dos regímenes autoritarios: el Tercer Reich y el gobierno militar de Augusto Pinochet.

Elegí este tema porque me pareció un desafío comparar los campos de concentración nazi, ampliamente reconocidos como una aberración

en el curso de la Historia, con los chilenos, de los cuales un gran número de personas desconoce su existencia y han habido muy pocos intentos por estudiar las actividades musicales en forma sistemática.

Mi proyecto, titulado "Tango Cautivo", tuvo como objetivos establecer vínculos en el desarrollo de

Katia Chornik entrevistando a un ex

prisionero en los estudios de la BBC.

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ensambles musicales, la interacción de músicos profesionales y aficionados, el uso social de la música y el repertorio interpretado.

Ejemplos de tangos sudamericanos y europeos en yiddish (idioma de los judíos originarios de Europa central) me permitieron establecer un género musical

común entre los dos períodos.

La parte de mi investigación relativa a Chile estuvo principalmente basada en entrevistas y material que recolecté entre ex prisioneros de los campos de Chacabuco, Villa Grimaldi, Tres Álamos, Cuatro Álamos y Puchuncaví.

La música entre los cautivos chilenos

La música, al estar tan estrechamente vinculada a los sentimientos humanos y experiencias sociales, fue una de las actividades culturales más importantes para los reclusos en Chile. Cumplía diversas funciones: era una forma de comunicación y símbolo de solidaridad entre los prisioneros, era un medio de trascender la difícil situación en que se encontraban y una estrategia de

esparcimiento.

Las principales actividades musicales fueron la creación de obras, la preparación y presentación de espectáculos y la enseñanza instrumental, en su mayoría a cargo de los prisioneros.

Los grupos musicales se formaban espontáneamente. Los instrumentos disponibles, comúnmente guitarras, quenas y zampoñas, eran muy escasos.

La enseñanza musical estaba inserta dentro de los programas de talleres y charlas impartidos por los prisioneros. Éstos cubrían los temas más diversos, desde física hasta peluquería, desde danza clásica hasta filosofía.

En el caso de la música, cualquier persona que tuviera una remota idea de cómo tocar un instrumento enseñaba ya que había un número muy reducido de músicos profesionales.

Escuche la entrevista con Katia Chornik

Entre los creadores se destacan los cantautores Víctor Jara, quien escribió el poema "Canto, qué mal me sales" días antes de morir en el Estadio Chile, Ángel Parra y Sergio Vesely.

La pasión de Chacabuco

En el campo de Chacabuco, ubicado en el desierto de Atacama, Ángel Parra

compuso varias obras, entre las cuales están la "Pasión según San Juan" y el "Oratorio de Navidad".

La música era una forma

de comunicación y símbolo de

solidaridad entre los

prisioneros, era un medio de

trascender la difícil situación

en que se encontraban y una

estrategia de esparcimiento

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En una conversación que tuvimos, Parra me explicó que escribió la "Pasión según San Juan" luego de una discusión política con el sacerdote del campo, quien aseguraba no estar enterado de las violaciones a los derechos humanos que estaban ocurriendo a largo de Chile.

Parra le pidió que trajera una Biblia para así demostrarle que los presos en Chacabuco eran prisioneros como Cristo lo había sido. El sacerdote trajo la Biblia y el cantautor compuso la obra, que fue interpretada varias veces por los

prisioneros del campo.

Uno de los pocos documentos sonoros que se conservan proviene precisamente de Chacabuco.

En 1974 Ángel Parra y otros prisioneros salieron en libertad o fueron exiliados. Sus compañeros les rindieron homenaje con un acto artístico que fue registrado en forma clandestina y años más tarde editado en un disco en Francia por iniciativa del propio Parra.

Escuche parte de un tema de este disco

El coro del estadio

La cueca de Filistoque

Numerosas obras musicales fueron compuestas colectivamente.

La "Cueca del Filistoque", por ejemplo, fue compuesta en honor a un prisionero apodado Filistoque, ex entrenador de caballos de carrera y protagonista de una historia bastante curiosa en Chacabuco.

Una mañana, cuando los 1.500 prisioneros estaban formados en el patio del campo, el comandante preguntó quién se ofrecía para dirigir una banda con motivo de una competencia regional.

Filistoque, quien no tenía ningún conocimiento o experiencia musical pero sí un gran sentido del humor, levantó su brazo con total convencimiento, comprometiéndose así a organizar y dirigir un grupo de 30 conscriptos con instrumentos de bronce, pitos y tambores.

Filistoque, a quien tuve la suerte de conocer, conservó su cargo de director por dos semanas y obtuvo en retribución algunos beneficios como la libertad de movimiento dentro del campo.

En 2003, Ángel Parra editó un disco en

homenaje a los 30 años de la muerte

de Salvador Allende.

Filistoque, quien no tenía

ningún conocimiento o

experiencia musical pero sí un

gran sentido del humor,

levantó su brazo con total

convencimiento,

comprometiéndose a organizar

y dirigir un grupo de 30

conscriptos con instrumentos

de bronce, pitos y tambores.

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¿Qué se cantaba?

Los géneros más comunes eran las canciones populares y folclóricas latinoamericanas, en especial las tonadas, cuecas, rancheras mexicanas, boleros, zambas y tangos.

Algunas de las obras más recurrentes eran "Candombe para José", compuesta por Roberto Ternán y popularizada en Chile por el grupo Illapu, el tango "Volver" de Carlos Gardel, "No Volveré", del mexicano Pedro Infante y la Oda a

la Alegría de Ludwig van Beethoven (Novena Sinfonía).

Otros ejemplos son las composiciones de los chilenos Violeta Parra y Eduardo Gatti el uruguayo Alfredo Zitarrosa, los argentinos Félix Luna, Juan Carlos Speciale, Alberto Lavandenz y Los Tucu Tucu, los españoles

Joan Manuel Serrat y José Goytisolo, así como las obras de los propios prisioneros.

Los reclusos construían un repertorio común con obras que tuvieran textos identificables con sus experiencias, sentimientos y esperanzas. En ocasiones las líricas se modificaban para que dicha identificación tuviera aún más sentido.

Un ejemplo es el "Candombe para José", cuyo verso "Amigo Negro José" se modificaba por "Ánimo Negro José" con el fin de solidarizar con los presos y presas que eran castigados:

No tienes ninguna pena al parecer Pero las penas te sobran Negro José Que tú en tu baile las dejas yo sé muy bien Ánimo Negro José.

Las canciones de mayor denuncia social o las que se identificaban con el derrocado gobierno de Salvador Allende estaban prohibidas.

Casamiento de verdes

Otro ejemplo es la canción "Casamiento de negros", de Violeta Parra, utilizada para festejar a las parejas de prisioneros que decidían casarse dentro de los campos de prisioneros. Los presos irónicamente sustituían "lo negro" por "lo verde" de la siguiente manera:

Se ha formado un casamiento Todo cubierto de verde

Verdes novios y padrinos, Verdes cuñados y suegros. Y el cura que los casó Era de los mismos verdes.

Este ejemplo fue proporcionado por mis padres, quienes contrajeron matrimonio cuando eran prisioneros políticos en Tres Álamos.

Illapu

Lea: La historia del negro José

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Lo "verde" era una doble alegoría al uniforme verde de los policías que custodiaban el campo, y a la expresión coloquial chilena "estar verde", que en este contexto significa "estar ansioso".

El "estar verde" se refería al hecho de que los recién casados, obviamente en

contra de su voluntad, debían llevar vidas célibes hasta ser puestos en libertad.

En este especial, basado principalmente en material recopilado para mi investigación, encontrarán los relatos de tres ex prisioneros que nos cuentan cómo la música los ayudó a sobrellevar los momentos más difíciles de sus detenciones y a su vez se convirtió en una fuente de creatividad.

http://news.bbc.co.uk/hi/spanish/latin_america/newsid_4154000/4154330.stm

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Martes, 6 de septiembre de 2005

"Era una forma de unidad muy fuerte"

En 1973, Beatriz Miranda era estudiante universitaria y como muchos otros jóvenes de su generación, participaba en actividades políticas. Tras el golpe de Estado encabezado por Augusto Pinochet fue expulsada de la universidad donde estudiaba Química y nunca fue readmitida.

Fue detenida el 3 enero 1975, mientras estaba

de vacaciones con su familia en un balneario del litoral central de Chile y estuvo presa, sin que se presentaran cargos en su contra, hasta diciembre de ese año.

Pasó por tres campos de detenidos: Villa Grimaldi, identificado como un centro de torturas, el Cuatro Álamos, donde permaneció un mes incomunicada sin que sus familiares supiesen que estaba allí, y el de libre plática de Tres Álamos.

Desde 1976 vive en el Reino Unido. En el siguiente testimonio, comparte con los lectores de BBC Mundo su experiencia como prisionera y cuenta cómo las actividades culturales y laborales la ayudaron a sobrellevar los momentos más difíciles.

Siempre me ha gustado mucho la música; en realidad a todos los chilenos nos gusta cantar y bailar. Es parte de nuestra cultura.

De la primera parte de mi detención, que fue en el centro de torturas, no tengo memoria de haber cantado. Yo creo que si lo hubiéramos hecho nos habrían tratado peor aún.

Lo único que recuerdo de ese lugar que tiene que ver con música es que cada vez que torturaban a alguien, los guardias, para acallar los gritos, ponían música muy fuerte. En esos días estaba muy de moda una canción de George Harrison, "My sweet Lord" y la tocaban constantemente. Hasta el día de hoy cada vez que la escucho se me paran los pelos.

Beatriz Miranda estuvo presa desde enero a diciembre de 1975.

Beatriz Miranda junto a una amiga que

estuvo detenida con ella.

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La importancia de la música

Cuatro Álamos también era un lugar bastante silencioso y no recuerdo nada de música.

Fue en Tres Álamos donde recuperé mi amor por la música. Allí éramos unas 100 mujeres y vivíamos bastante hacinadas en barracas de madera. En cada esquina había un guardia.

Ése es un lugar muy difícil de describir, un lugar de muchas penas pero también de muchas alegrías. Había mujeres extraordinarias, algunas muy jóvenes, otras ancianas, era una mezcla muy grande y todas teníamos que llevarnos lo mejor posible y una de las formas de sacar las ansiedades y las penas, de apoyarnos y de celebrar era el uso de la música.

Celebraciones

Nos organizamos en talleres para poder mantenernos con la cabeza y el cuerpo funcionando. Teníamos un horario.

Como había tantas profesionales, entre ellas profesoras de inglés y de otros idiomas, nos dábamos clases de distintas cosas, incluso logramos crear un taller laboral, donde teníamos algunas herramientas y materiales de trabajo.

Los artículos que hacíamos los mandábamos fuera del campo y se vendían a través del Comité Pro Paz.

Esto nos permitía contribuir a aliviar a nuestras familias, ya que para ellas era muy difícil ir a visitarnos, era un camino largo y les

costaba dinero porque siempre nos llevaban verduras y cosas frescas para complementar nuestra alimentación que era muy deficiente. Nos daban porotos o lentejas todos los días y nada más.

¿En qué ocasiones cantábamos?

Pero la música era una de las cosas más importantes. Era una forma de unidad muy fuerte. Todo el mundo cantaba de distintas maneras. Las que estábamos más interesadas formamos un coro, que era algo más sofisticado, pero siempre que se daba una oportunidad cantábamos.

Las ocasiones más importantes eran las despedidas, tanto de la gente que salía en libertad como de los que eran enviados al exilio. Siempre hacíamos una despedida y tratábamos de celebrar con algo de comida y con canciones.

También hubo celebraciones de matrimonios entre prisioneros y de cumpleaños. Yo creo que para mí lo más importante fue la navidad que pasé en Tres Álamos, que celebramos con muchas canciones y en el taller laboral

Las ocasiones más

importantes eran las

despedidas. Siempre

tratábamos de celebrar con

algo de comida y con canciones

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preparamos regalitos y sacábamos un número y todos nos regalamos alguna cosita muy pequeña. Fue algo muy bonito.

"No volveré"

Otra instancia era cuando había castigos. Sobre todo si sabíamos que la sección de los hombres había sido castigada sin visitas cantábamos muy fuerte para que nos escucharan y supieran que estábamos pensando en ellos. Casi siempre les cantábamos "Candombe para José", pero le cambiábamos la parte de la letra que dice "amigo negro José" por "ánimo negro José".

Hay otras canciones que están asociadas a momentos especiales. Por ejemplo, en las despedidas cantábamos el tango "Volver", de Carlos Gardel, porque es una canción muy bonita, pero lo importante para nosotros es que cuando dice que "20 años no es nada" queríamos decir que si teníamos que estar 20 años en prisión o en el exilio, igual íbamos a seguir fuertes y adelante.

También, por razones obvias, cantábamos una canción mexicana que se llama "No volveré". Era el deseo de que la persona no regresara nunca al campo.

Pero el tema con el que más me identificaban a mí, por el que yo me hice conocida, no famosa pero que era como mi lema es "De Cartón Piedra", de Joan Manuel Serrat, que es la historia de un hombre con un problema mental que está enamorado de un maniquí y un día rompe la vitrina y lo saca y lo toman detenido por eso.

¿Cuál era el repertorio?

Y en una parte dice "donde vienen a verme mis amigos de vez en cuando" o algo así que era muy pertinente a un estado de detención. Era una analogía de la prisión y hasta el día de hoy cuando nos reunimos con las compañeras que estuvieron detenidas conmigo, me piden que la cante.

Solidaridad

Si sabíamos que la

sección de los hombres había

sido castigada cantábamos

muy fuerte en la noche para

subirles el ánimo

http://news.bbc.co.uk/hi/spanish/latin_america/newsid_4739000/4739561.stm

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Martes, 6 de septiembre de 2005

"Cantábamos en silencio"

Iván Parvex pasó por cuatro campos de prisioneros después del golpe de Estado de 1973 en Chile: Puchuncaví, Villa Grimaldi, Cuatro Álamos y Tres Álamos.

Guitarrista aficionado, durante su encierro fue un entusiasta participante en todas las actividades musicales organizadas por los detenidos.

En la entrevista que sostuvo en los estudios

de la BBC con la violinista y musicóloga Katia Chornik reconoce que en esos días para él la música era "un elemento de descanso" y cuando le prohibían cantar lo seguía haciendo en silencio.

Escuche la entrevista

¿Cómo llegaban los instrumentos a los campos?

A los campos de libre plática llegaban a través de los familiares, la Cruz Roja Internacional y la Vicaría de la Solidaridad. En mi caso personal, yo tenía una guitarra que me llevó mi madre cuando pudo visitarme.

En la Villa Grimaldi y Cuatro Álamos no había música ni guitarra ni canto ni nada. Ahí estaba prohibido y entonces cantábamos en silencio. Era una experiencia muy interesante ir entonando mentalmente canciones que uno conocía, es como leer en silencio, es algo muy lindo, que yo todavía hago de vez en cuando. Cuando estoy rodeado por gente a veces canto en silencio.

¿Y ese cantar en silencio se hacía solo o acompañado?

Eso se hacía solo, era un ejercicio completamente solitario, era para que pasara el tiempo.

Yo leí en una entrevista a un amigo mío que él desarrolló fórmulas matemáticas cuando

estaba en la Villa Grimaldi.

Es una cosa muy curiosa. La Villa Grimaldi era un lugar espantoso y, sin embargo, con el paso de los años empiezan a surgir todas estas experiencias y se ve que con fuerza moral lográbamos revertir una situación tan dura como ésa en algo más constructivo como es precisamente este fenómeno de poder cantar.

Para Parvex, la música mientras estuvo

preso "era una forma de descanso".

Se ve que con fuerza

moral lográbamos revertir una

situación tan dura en algo más

constructivo como es

precisamente este fenómeno

de poder cantar

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¿Cuáles eran las actividades musicales más importantes organizadas por los prisioneros?

En Tres Álamos era una presentación artística semanal, todos los sábados. Pero también preparábamos cosas más elaboradas con más tiempo. Yo

recuerdo un acto de tango con poesía, con canto, con guitarra; otro de bolero, también se hacían usualmente presentaciones con temas de folclor tradicional chileno.

¿Cuál era la actitud de los guardias durante esas presentaciones artísticas?

Yo recuerdo distintas actitudes. En Tres Álamos el personal de Carabineros (la policía chilena) estaba completamente fuera de la vida cotidiana de los presos.

Pero ahí se daba un fenómeno curioso, porque por ese campo pasó gente con mucho talento como cantante y por la ventana

podíamos ver cómo los carabineros se iban acercando al lugar de la actuación. Primero estaban a 20 metros de la ventana, luego a 10, luego a cinco y uno veía que estaban escuchando y entreteniéndose con la calidad artística del evento.

En Puchuncaví, otros de los campos por donde pasé, el comandante y algunos de sus ayudantes asistían al evento y lo vetaban antes. Nos pedían la lista de canciones y poemas y decían esto sí, esto no y una vez que estaba aprobada, asistían. Claro que no aplaudían.

Yo no sé, honestamente, si en una actitud de entretenerse un poco los pobres infelices que estaban metidos ahí en un campo de concentración espantoso o con la idea de seguir ventando, pero durante el tiempo que estuve ahí nunca suspendieron el evento.

¿Qué tipo de canciones estaban prohibidas?

El repertorio prohibido tenía que ver con todo lo que pudiese ser asociado con el gobierno de Salvador Allende y la lucha popular, las canciones de protesta, de denuncia social. La música de Inti Illimani, de Quilapayún, de Víctor Jara.

Y la verdad es que tampoco se trataba de correr muchos riesgos, nosotros nunca tratamos de meter de contrabando una canción que estaba prohibida. Entre los prisioneros había una especie de trato de no empujar demasiado, ya que esto podía llevar a la prohibición total de las actividades culturales, cosa que hubiera sido un desastre.

¿Cuál era el repertorio más importante en estas presentaciones?

El repertorio del folclor tradicional chileno y latinoamericano. Había una

Cita

Iván Parvex (a la derecha) y su

amigo Juan Carvajal. Ambos

estuvieron presos en Tres Álamos.

La foto corresponde a su primera

reunión musical después de 25

años. "Fue una reunión muy

emotiva", recuerda Parvex. Por

supuesto, cantamos el "Negro

José.

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selección importante de cuecas, tangos, boleros y canciones venezolanas y colombianas, que son muy alegres y nos permitían alegrar un poco la situación.

También había canciones que, más allá de los

eventos, eran verdaderos himnos de los presos políticos, entre los que se encuentra el Candombe para José, que cuando yo llegué al campo era la canción con la que comenzaba y terminaba cada espectáculo.

También había una canción de un autor chileno que habla de un barco de papel que navega por el mar de la esperanza.

¿Cómo influían las cosas que pasaban en el campo en tus deseos de hacer música?

La música era un elemento de descanso, de poder sentirme mejor conmigo mismo en las difíciles circunstancias que se vivían, de manera que yo

siempre recurría a la música en los momentos más duros, cuando llegaban malas noticias de afuera.

Había situaciones todos los días: más gente muerta, más presos, más desaparecidos, más gente en el campo de concentración. La música era una forma de escapar de tanta miseria que nos llegaba del mundo exterior.

¿Qué importancia tenía la enseñanza musical dentro del campo?

Muchísima. Los idiomas y la enseñanza musical eran algo que se hacía regularmente en los campos de concentración. La guitarra era muy popular y había estudiantes muy buenos, gente que aprendió muy bien. Había otros que eran menos afortunados y le daban más que hacer al profesor, pero que eran entusiastas.

Yo tomaba una clase de posturas básica de la guitarra y luego le enseñaba a un amigo que era matemático y a cambio él me enseñaba matemáticas. Yo era más o menos como estudiante de matemáticas, pero creo que él era peor como aprendiz de guitarra.

Había muchas clases colectivas e individuales, porque muchos prisioneros querían cantarles a sus familias y a sus niños cuando iban a verlos en los días de visitas. Eso tenía mucho valor moral para la gente, les daba mucha fuerza.

La música era una forma

de escapar de tanta miseria

que nos llegaba del mundo

exterior

Iván Parvex aprendió a tocar guitarra

en la adolescencia.

http://news.bbc.co.uk/hi/spanish/latin_america/newsid_4739000/4739571.stm

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Martes, 6 de septiembre de 2005

El creador de reyes

Sergio Vesely estaba preso en el centro de prisioneros de Puchuncaví cuando comenzó a hacer canciones. Tenía 22 años y su primera inspiración fue el nacimiento de un bebé en el recinto. Fue algo inesperado, que marcó profundamente a quienes estaban detenidos allí.

Vesely siguió componiendo. Escribía sus

creaciones en pequeñas hojas de papel que un compañero le regalaba. Cuando lo visitaban, sus padres escondían estos manuscritos mínimos entre la ropa que se llevaban para lavar.

Este "contrabando lírico" le permitió salvar sus canciones del olvido. Cuando llegó al exilio en Alemania -país en el que aún reside- reunió las canciones de sus días de prisionero en un disco titulado "Documento".

Las siguientes son las historias de algunas de las canciones que escribió en el campo de Puchuncaví.

El rey negro Canción de amor a una desaparecida La golondrina del valle Ñaca Ñaca

El rey negro

Una noche llegó al campo una mujer embarazada que estaba teniendo un parto prematuro. Se había desplazado a pie y tenía que pasar frente al campo para llegar al pueblo de Puchuncaví donde había un practicante. Pero

las fuerzas no le dieron más y golpeó las puertas del recinto.

Vesely comenzó a componer cuando

estaba detenido.

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El bebé nació allí y fue algo maravilloso para los que estábamos presos. Era una niñita e hicimos una cola enorme para conocerla. Le dábamos a la madre pequeños regalos, papelitos con buenos deseos, lo que se nos ocurría.

Al día siguiente las dos se marcharon, pero para nosotros fue algo tan marcador que decidimos hacer un acto para celebrar el nacimiento. Ahí fue cuando se me ocurrió hacer una canción

y para poder cantarla en el campo inventé una metáfora.

La canción habla de un rey negro que existió hace mucho tiempo, que era bueno y vivía con su pueblo y todos lo querían. Pero cuando yo me hago adulto lo pierdo, se me va, desaparece. Entonces al final le digo a esta criatura que ahora le llegó a ella la hora de ir a buscarlo y contarle que yo

aún lo llevo conmigo en mi maleta, pero no lo puedo ver más.

Y que estoy triste porque no voy a volver a vivir esa experiencia íntima de la época en que uno creía en ideales. Yo fui torturado y eso me cambió la existencia.

Yo escribí durante muchos años poemas y prosa relacionados con esa

historia. Hasta que se dio la oportunidad en que unos estudiantes de cinematografía alemanes se fueron conmigo a Chile porque querían filmar mi historia en los campos de concentración como cantante.

Escuche un trozo de la canción

La idea de ellos era justamente ir a buscar a esta mujer. Y nos fuimos al pueblo a preguntar casa por casa, hasta que encontramos a alguien que sabía toda la historia y llegamos a ella y fue un momento mágico. Además yo no lo sabía, pero la mamá le puso el nombre de Melinka, que era como se conocía el campo, para demostrarle a los militares que ella estaba orgullosa de haber dado a luz en ese lugar.

Canción de amor a una desaparecida

Yo escribí esta canción para Daniela, que era mi pololita, mi novia. Yo la amaba mucho. Ella desapareció después del golpe y fue algo muy trágico

para su familia y para todos nosotros.

Yo tuve la gran suerte de sobrevivir a todo eso; entonces en esa canción va mezclado todo lo que ella significaba para mí como mujer con la amargura de saber que no había sobrevivido esta historia.

Escuche un trozo de la canción

En Puchuncaví

El bebé nació en el campo y fue

algo maravilloso para los que

estábamos presos

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Y eso creo que se manifiesta en esos quiebres de la canción. Por eso la armonía es tan inestable.

La golondrina del valle

Esta historia es muy hermosa, muy musical, porque las golondrinas eran visitantes del valle de Puchuncaví. El campo de detenidos estaba rodeado por una alambrada de púas, que era, si se quiere, para quien lo miraba a la distancia como un pentagrama.

Estas golondrinas no tenían respeto por estas construcciones de los militares y se posaban en estos alambres y cambiaban siempre de posición. Y yo que era un tipo bastante romántico a veces me sentaba y me ponía a ver cómo se desplazaba esa melodía artificial que te venían escribiendo estas golondrinas para sacarte un poco de ese mundo, para llevarte a otras dimensiones.

Escuche un trozo de la canción

Entonces, esa canción está dedicada a ellas y hay un pedido para que vayan a buscar a otras compañeras porque falta otra para llenar un pedacito de acorde.

El rey Ñaca Ñaca

Mientras estuve preso, yo escribí varias canciones infantiles. Había un día

al mes en que la Vicaría de la Solidaridad traía en un bus desde Santiago a los hijos de los presos para que compartieran con sus padres.

Llegaban esos niños y había que hacer algo para entretenerlos. Entonces los que éramos más jóvenes y no teníamos hijos, nos dedicamos a hacerles un programa. E hicimos títeres que eran bastante representativos de la vida del recinto.

Una de esas figuras era Ñaca Ñaca, que era un rey malo y les decía cosas feas a los niños, los insultaba. Era como los militares, los que daban las órdenes, intransigente, se creía el dueño del mundo.

Hasta que un día un niño agarró una piedra y se la tiró a Ñaca Ñaca y nos cayó la piedra en la cabeza. Entonces nos dimos cuenta de que se había creado como una resistencia a ese personaje.

Escuche un trozo de la canción

Las canciones que Vesely compuso

estando prisionero están recopiladas en

un disco titulado "Documento".

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Al fin hicimos una obra de teatro con todas esas imágenes del mundo infantil que habíamos creado con los niños y ahí fue cuando nació esa canción al rey Ñaca Ñaca.

http://news.bbc.co.uk/hi/spanish/latin_america/newsid_4160000/4160402.stm

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Martes, 6 de septiembre de 2005

Canciones colectivas

Las siguientes son las letras de algunas canciones creadas colectivamente en campos de prisioneros chilenos.

Cueca del Filistoque (Chacabuco, junio de 1974)

Por favor señor fiscal quiero irme pa' mi casita apure el proceso

sólo soy simpatizante y voy pegando p'al año apure el proceso.

Yo estaba conversando con Filistoque y por pura cazuela

me pilló el toque apure el proceso me pilló el toque ¡sí! nadie me cree Chago Dos me decía no payasee apure el proceso.

Si no apura mi causa saldré con la menopausia.

A la Compañera (Concepción, Estadio Regional, diciembre 1973)

Me gustas cuando llegas a nuestro estadio formada entre las compañeras queridas y yo contemplo tu figura de espiga vuelvo a soñar.

Me gusta estar tendido siempre muy cerca de tu mirada de tristeza serena que al encontrarse con la mía refleja tu soledad que quiere huir.

Coro

Somos de aquí, somos de allá

es nuestro hogar, la libertad y si hoy no está junto a los dos

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retornará.

Me gusta oír esa canción de esperanza que siempre entonas en la tarde callada y en tu sentir de compañera amada

la vida se abre como un sol.

Te llevaré prendida dentro del alma cuando regreses a la casa soñada y en tu sentir de compañera amada la vida se abre como un sol.

Despedida (Tres Álamos, Santiago, marzo de 1975)

Cuando dicen, dicen, dicen

que la piedra es pan y la flor espina.

Cuando dicen, dicen, dicen que lo negro es blanco y lo blanco es negro,

cuando hacen, hacen, hacen que el hombre sea un número enfilado que vaya y venga manejado por hilos invisibles cuando de hecho hecho, hecho el hombre es un lobo para el hombre sobran corazón y sesos y por lágrimas brotan piedras, piedras.

http://news.bbc.co.uk/hi/spanish/latin_america/newsid_4189000/4189748.stm

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BBC Mundo.com

Martes, 6 de septiembre de 2005

La historia del "negro José"

"Candombe para José", del argentino Roberto Ternán, fue de los temas más populares

en los campos de detenidos de Pinochet.

Como explican los ex presos que hablan en este especial, era cantada en distintas ocasiones:

cuando llegaba un nuevo prisionero o alguno salía en libertad, para iniciar y terminar

presentaciones artísticas, o para darle ánimo a alguien que era torturado o recibía un castigo.

La musicóloga Katia Chornik conversó desde los estudios de la BBC con Roberto Márquez, líder del

grupo Illapu, cuya versión de la canción fue la que popularizó el tema en Chile.

Con él intenta descubrir por qué los presos convirtieron esta pieza en una especie de himno.

Escuche la entrevista

Candombe para José

En un pueblo olvidado no sé por qué

Y su danza de moreno lo hace mover

En el pueblo lo llamaban Negro José

Amigo Negro José.

Con amor candombea el Negro José

Tiene el color de la noche sobre la piel

Es muy feliz candombeando dichoso él

Amigo Negro José.

Perdóname si te digo Negro José

Eres diablo pero amigo Negro José

Tu futuro va conmigo Negro José

Yo te digo porque sé.

Con mucho amor las miradas cuando al bailar

Y el tamboril de sus ojos parece hablar

Y su camisa endiablada quiere saltar

Amigo Negro José.

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No tienes ninguna pena al parecer

Pero las penas te sobran Negro José

Que tú en el baile las dejas yo sé muy bien

Amigo Negro José.

http://news.bbc.co.uk/hi/spanish/latin_america/newsid_4174000/4174846.stm

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BBC Mundo.com

Martes, 6 de septiembre de 2005

Los campos de prisioneros en Chile

Eran las 11:52 de la mañana del 11 de septiembre de 1973 cuando cayó la primera bomba sobre el palacio

presidencial de La Moneda en Santiago de Chile.

Horas más tarde, el gobierno militar dirigido por el general Augusto Pinochet Ugarte habilitaría los primeros centros de detención por donde, según datos oficiales, pasarían más de 28.000 prisioneros.

De acuerdo a testimonios recogidos en el Informe sobre Prisión Política y Tortura publicado en diciembre de 2004, entre los métodos utilizados en esos recintos figuraba "la parrilla", en que la víctima recibía descargas eléctricas en los genitales y otras

partes sensibles del cuerpo; "el submarino", en que la cabeza del prisionero permanecía bajo el agua o al interior de una bolsa plástica; y los colgamientos, golpizas, violaciones masivas y todo tipo de vejámenes, que a veces incluso incluían el uso de animales.

El mismo documento indica que al menos 1.132 inmuebles fueron utilizados

como centros de tortura a lo largo del país, incluidos estadios, regimientos, cárceles, comisarías, barcos, edificios públicos y espacios privados.

Responsabilidades

El informe también estableció que "las violaciones a los derechos humanos fueron una práctica institucional de Estado" en las que estuvieron involucrados integrantes del ejército, la policía uniformada y civil y organismos de seguridad creados específicamente para ese fin.

"Muchos prisioneros desaparecieron desde esos lugares", precisa.

De acuerdo a las últimas investigaciones hechas por el gobierno chileno, 3.196 personas murieron como víctimas de la violencia política en Chile durante el régimen militar que se extendió desde 1973 a 1990. De ellas, 1.185 desaparecieron.

Muchos de los detenidos fueron

llevados a campos de prisioneros (Foto

gentileza La Nación)

El Ejército de Chile tomó

la dura, pero irreversible

decisión de asumir las

responsabilidades que como

institución le cabe en todos los

hechos punibles y moralmente

inaceptables del pasado

General Juan Emilio Cheyre

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Pinochet y los altos mandos de las Fuerzas Armadas de aquella época afirman que existía una guerra civil en el país y niegan su responsabilidad

ante estos abusos.

Imágenes de los campos hoy

Sin embargo, el actual comandante en jefe del Ejército, general Juan Emilio Cheyre, declaró a fines de 2004 que "el Ejército de Chile tomó la dura, pero irreversible decisión de asumir las responsabilidades que como institución le cabe en todos los hechos punibles y moralmente inaceptables del pasado".

Estos son algunos de los principales centros de detención y tortura establecidos durante los primeros años del régimen militar.

Estadio Nacional Villa Grimaldi Tres Álamos Cuatro Álamos Puchuncaví Chacabuco

Estadio Nacional

Este recinto estuvo a cargo del Ejército y funcionó entre septiembre y noviembre de 1973 en Santiago.

La Cruz Roja Internacional llegó a contabilizar 7.000 detenidos sólo en un día. Además de chilenos, había entre 200 y 300 extranjeros de distintas nacionalidades.

Según cuentan ex prisioneros en ese recinto, en los camarines permanecían hacinados y en precarias condiciones higiénicas.

Los hombres pasaban la mayor parte del día en las graderías del estadio y las mujeres en el sector de la piscina. Hay testimonios de mujeres embarazadas que al ser torturadas, sufrieron abortos.

El Estadio Nacional fue uno de los centros de detención más

emblemáticos. (Foto gentileza La

Nación)

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Villa Grimaldi

Recinto a cargo de la DINA, organismo de seguridad e inteligencia creado por el régimen militar.

Estaba ubicado en una de las comunas

periféricas del gran Santiago y fue utilizado desde fines de 1974 hasta 1977, aunque el mayor número de detenidos se registró en 1975.

Los prisioneros permanecían incomunicados en espacios extremadamente reducidos.

De acuerdo a lo recogido en el Informe sobre Prisión Política y Tortura , había tres tipos de edificaciones. Por una parte, cubículos de 80 x 80 centímetros junto a la sala de interrogatorios; celdas de 2 x 1 metro donde mantenían a cinco detenidos y finalmente, la llamada "torre" de seis metros de altura formada por nichos cuyas puertas medían 60 centímetros. Aquí encerraban en aislamiento absoluto a los prisioneros que se negaban a colaborar. Los detenidos permanecían vendados y se les permitía ir al

servicio higiénico en horas fijas.

El documento también registra la presencia de niños que fueron llevados hasta el recinto para presionar a sus padres mientras eran torturados.

Tres Álamos

Ubicado en uno de los sectores más populosos de Santiago, este recinto era custodiado por Carabineros (la policía chilena), pero bajo la dirección de la DINA.

Hubo detenidos entre 1974 y 1975, aunque el mayor número se concentró en 1975.

Los prisioneros que pasaron por allí relatan que eran humillados y que vivían en condiciones de hacinamiento. Los castigaban frecuentemente con suspensión arbitraria de visitas y del ingreso de alimento y ropa.

Desde este recinto muchos detenidos salieron expulsados del país.

En Villa Grimaldi los detenidos permanecían incomunicados. (Foto

gentileza Archivo Vicaría de la

Solidaridad)

El hacinamiento era común. (Foto

gentileza Archivo Vicaría de la

Solidaridad)

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Cuatro Álamos

Era también conocido como el pabellón de incomunicación de Tres Álamos.

Quienes estuvieron presos allí afirman que llegaban habitualmente con los ojos vendados,

luego de haber sido sometidos a interrogatorios y torturas en otros recintos.

Consistía en una serie de 12 pequeñas celdas y otras dependencias.

Algunos detenidos eran incomunicados y no

existía una lista oficial que certificara quienes se encontraban en este lugar.

Puchuncaví (Melinka)

Estaba a cargo de la Armada. Ubicado a 36 kilómetros al norte de la ciudad de Valparaíso,

fue originalmente un centro de veraneo.

Hubo detenidos entre 1973 y 1976, aunque el mayor número estuvo concentrado entre los años 1974 y 1975.

Apenas se abrió, 58 personas fueron

trasladadas desde el Estadio Nacional. También existen antecedentes de que en octubre de 1974, más prisioneros fueron transferidos desde el centro Chacabuco.

Los primeros detenidos cuentan que fueron obligados a instalar los cercos de alambres de púas que cerrarían el campo y a levantar las torres de

vigilancia.

Este recinto tenía cinco instalaciones con 10 cabinas cada una, baños y una enfermería.

Desde aquí, algunos detenidos fueron puestos en libertad, trasladados a otros campamentos de prisioneros o expulsados del país.

En este recinto no eran reconocidas las detenciones. (Foto gentileza

Memoriaviva.com)

Melinka fue originalmente un centro de

veraneo. (Foto gentileza Archivo Vicaría

de la Solidaridad)

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Chacabuco

La ex oficina salitrera Chacabuco se encuentra en el norte de Chile, a 102 kilómetros de Antofagasta, la capital regional. Ocupa una extensión de 36 hectáreas.

Fue uno de los campamentos de prisioneros más grandes de todo el país.

Funcionó desde 1973 hasta 1975 y era custodiado por personal del Ejército, la Fuerza Aérea y Carabineros (la policía chilena).

Desde mediados de 1974 este campo comenzó a desocuparse gradualmente, a medida que los presos políticos eran trasladados a otros lugares.

Los detenidos en este recinto afirman que al ingresar a él eran obligados a tenderse desnudos durante horas en la cancha de fútbol. Normalmente recibían golpizas y amenazas. También denunciaron graves problemas de alimentación y hostigamiento permanente.

Durante la noche, algunos eran sacados a la intemperie bajo el intenso frío del desierto y en otros momentos forzados a permanecer durante el día bajo el sol.

Además, eran sometidos a intensas jornadas de ejercicios de tipo militar y a un régimen de trabajos forzados.

Los prisioneros vivían en corredores de adobe formados por 10 casas pequeñas como pabellones. Había un comedor de uso común. El sitio no tenía luz eléctrica.

Chacabuco fue uno de los más grandes

campamentos en el país. (foto gentileza

Memoriaviva.com)

http://news.bbc.co.uk/hi/spanish/latin_america/newsid_4157000/4157236.stm#xq1