A los hermanos de la Alianza en España (Mikhail Bakunin)

8/7/2019 A los hermanos de la Alianza en Espaa (Mikhail Bakunin)

1/7

1

Miguel Bakunin

A los Hermanos de la A.[lianza]1

en Espaa

[12-13 de junio de 1872]

[La Alianza y la AIT,La Internacional y su desarrollo,La Internacional y los escollos,Desviacin impuesta por Marx a la Internacional,Organizacin de la lucha popular y sociedad secreta,La AIT y Carlos Marx, cualidades y defectos, el papel de Proudhon y de Bakunin]

Hermanos:

Soy un antiguo e ntimo amigo, puedo decir el hermano de Christophe, el amigo y elhermano cuyo recuerdo por cierto muchos no han perdido entre ustedes. Con l he sido uno de losprimeros fundadores de la A.[lianza] Y es con este doble ttulo que me dirijo a ustedes, Hermanos dela A.[lianza]

Determinadas disensiones infelices producidas por luchas de amor propio entre hermanosque parecen haber sacrificado nuestro gran objetivo, el triunfo de la revolucin universal y social al desus vanidades y ambiciones personales, tuvieron como ltimoresultado la disolucin de la A.[lianza]madrilea.

No me erijo en juez de nadie, pero en nombre de nuestros principios tanto como del detodos nuestros hermanos, debo decir que quienes contribuyeron a esa disolucin, quienes divulgaron elsecreto de la A.[lianza], secreto que todos prometimos guardar sobre nuestro honor, son muy

culpables...

[Definicin de la Alianza]Traicionar a la A.[lianza] es traicionar a la revolucin, porque la A.[lianza] no tiene otro

fin que servir la revolucin. No formamos una institucin terica o exclusivamente econmica. LaA.[lianza] no es ni una academia, ni un taller; es una asociacin esencialmente militante, que tiene porobjeto la organizacin de la potencia de las masas populares con la finalidad de la destruccin detodos los Estados y de todas les instituciones religiosas, polticas, judiciales, econmicas y socialesactualmente existentes, para la absoluta emancipacin de los trabajadores supeditados y explotados

1Empieza Bakunin por un cdigo A. por Alianza y luego lo deja, lo que demuestra que la carta permaneci en el

estado de borrador.


2/7

2

del mundo entero2. El objetivo de nuestra organizacin es incitar a las masas a que hagan tabla rasa,para que las poblaciones agrcolas e industriales puedan reorganizarse, de acuerdos a los principios dela justicia, de la igualdad, libertad y solidaridad, de abajo arriba, espontneamente, libremente, fuera detoda tutela oficial, ya reaccionaria ya incluso supuestamente revolucionaria.

[La Internacional y su desarrollo]A quienes nos pregunten a qu viene la existencia de la Alianza cuando la Internacional

existe, responderemos: la Internacional es una magnfica institucin, es incontestablemente la msbella, la ms til, la ms beneficiosa creacin del siglo presente. Cre la base de la solidaridad de lostrabajadores del mundo entero. Dio un inicio de organizacin a travs de las fronteras de todos losEstados y fuera del mundo de los explotadores y privilegiados. Hizo ms, contiene ya hoy por hoy losprimeros grmenes de la organizacin de la unidad por venir, y al mismo tiempo dio al proletariadodel mundo entero el sentimiento de su propio poder. Por supuesto son inmensos los servicios que dioa la gran causa de la revolucin universal y social. Mas no es una institucin que basta para organizary dirigir esta revolucin.

Todos los revolucionarios serios que tomaron una parte activa en las actividades de laInternacional en el pas que sea, desde 1864, ao de su fundacin, han debido convencerse de ello. LaInternacional prepara los elementos de la organizacin revolucionaria, pero no los cumple. Ella losprepara organizando la lucha pblica y legal de los trabajadores solidarizados de todos les pasescontra los explotadores del trabajos, capitalistas, propietarios y empresarios de industria, pero nunca vams all. La nica cosa que est haciendo fuera de esa obra ya tan til, es la propaganda terica de lasideas socialistas en las masas operarias, obra tambin muy til, muy necesaria a la preparacin de larevolucin de las masas, pero que est todava lejos de la organizacin revolucionaria de las masas.

[La internacional y sus escollos]La Internacional, en una palabra, es un medio inmenso, favorable y necesario a esa

organizacin, pero no es todava esa organizacin. La Internacional acepta en su seno, prescindiendototalmente de todas las diferencias de creencias polticas y religiosas, a todos los trabajadores honradoscon la nica condicin de que acepten con todas sus consecuenciasla solidaridad de la lucha de lostrabajadores contra el capital burgus, explotador del trabajo. Es esta una condicin positiva,suficiente para separar el mundo de los trabajadores del mundo de los privilegiados, peros insuficientepara dar al primero una direccin revolucionaria. Su programa es tan amplio que los monrquicos ylos mismos catlicos pueden ingresar.Y esa amplitud de programa es absolutamente necesaria, paraque la Internacional pueda abarcar centenas de miles de obreros, y slo contando con centenas de milesde miembros se convierte en un verdadero poder. Si la Internacional se hubiera dado un programa ms

explicito y ms determinado en el mbito de las cuestiones polticas, religiosas y sociales, si hubierareconocido una doctrina obligatoria y por as decir oficial, si por ejemplo hubiera tomado la aceptacinde los principios del atesmo en religin, del comunalismo en poltica como un requisito del ingresode cada uno en su seno, a penas contara unos miles de miembros, y habra excluido a millones de

2 Esta definicin conlleva la desaparicin de la Alianza cuando se pone en marcha la revolucin. Lo que

confirma la frase siguiente las poblaciones agrcolas e industriales [se organizan] de abajo arriba,espontneamente, libremente, fuera de toda tutela oficial, ya reaccionaria ya incluso la supuesta

revolucionaria. Es absurda la interpretacin de la Alianza como anticipacin del verticalismo marxistaleninista, como la de muchos anarquistas y anarcosindicalistas (de hecho muy verticalistas) de contemplar laAlianza como una direccin continua sobre las masas. Luego escribe Bakunin Es una sociedad secreta formadaen el seno mismo de la Internacional, para dar a esta ltima una organizacin revolucionaria, paratransformarla a ella y a todas las masas populares que se encuentran fuera, en una potencia suficientemente

organizada para aniquilar la reaccin poltico-clerical-burguesa, para destruir todas las instituciones

econmicas, jurdicas, religiosas y polticas de los Estados. Dicho de otro modo, el poder permanece entre lasmasas y nunca se deja a los grupos polticos.


3/7

3

trabajadores de la industria y de la tierra, que por su posicin como por todos sus instinto sonrevolucionarios, ateos, socialistas, pero que no han perdido an la mala costumbre de los pensamientosreaccionarios. Habra conformado entonces tan solamente un partido bastante mediocre y que en todaEuropa contara con unos escasos miles de miembros. Y ese mismo partido se escindiranecesariamente en muchas pandillas diferentes. En efecto en cuanto hay una teora oficial, brotan

infaliblemente teoras diferentes y contrarias. Habra socialistas burgueses, socialistas pacficos,cooperativistas, socialistas autoritarios, con la esperanza puesta en su emancipacin con la reforma delEstado y socialistas revolucionarios que slo la esperan de la destruccin del Estado.

Todas esas teoras con muchos otros matices ms,ya existen hoy en la Internacional; peromientras ninguna de ellas sea proclamada como la teora oficial, esas diferencias de doctrina y lasluchas pacficas consiguiente en el mismo seno de la Internacional, lejos de ser un mal, son a miparecer un gran bien, porque contribuyen a desarrollar el pensamiento y el trabajo espontneo de lainteligencia de cada uno; no pueden perjudicar a la solidaridad, que debe unir a los trabajadores detodos los pases porque esta solidaridad no es de tipo terico, es del todo prctica. Es, lo repito otravez, la solidaridad de la lucha econmica del trabajo contra el capital, con todas las consecuenciasprcticas que trae. Los obreros de la Federacin Jurasiana por ejemplo, que aborrecen cualquierorganizacin autoritaria y que han adoptado como programa la abolicin del Estado, sonprofundamente separados desde ese punto de vista de los obreros de Alemania, que aceptan con unagran mayora -por lo visto- las teoras autoritarias de Marx. Y sin embargo, en cuanto estalle unahuelga en Alemania, los trabajadores del Jura sern los primero en sostenerla con todos sus medios.No estoy seguro de que, pero lo espero, los obreros de Alemania haran la misma cosa... Esta es pues,la nica solidaridad que crea la Internacional. Es del todo prctica, y persiste, se mantiene poderosapese a todas las disidencias tericas que pueden brotar entre diferentes grupos de obreros.

[Desviacin impuesta por Marx a la Internacional]Slo se puede mantener, no obstante, con esta nica condicin de que ninguna teora seapoltica, sea socialista, sea filosfica, no se convierta jams en la teora oficial, obligatoria de la

Internacional. Primero cada teora oficial es un buen sentido [el sentido nico de su verdad]. Para tenerel coraje y el pretexto de imponerse, debe proclamarse absoluta, y el tiempo de lo absoluto ya pas,por lo menos en el campo de la revolucin. Lo absoluto para los hombres de la libertad y de lahumanidad, es un absurdo. Luego, como nunca hubo ejemplo en la historia y como ser para siemprejams imposible que cualquier teora determinada sea realmente el producto del pensamientoindividual de todo el mundo; como todas las teoras, en tanto que teoras explicitas y finitas, fueron ysern siempre elaboradas por un pequeo nmero de individuos, la teora supuestamente absoluta norepresentar en realidad nunca otra cosa que el despotismo ejercido por el pensamiento de algunossobre el pensamiento de todos, despotismo terico que no dejar nunca de caer en despotismo et en

explotacin prcticos.Es precisamente lo que vemos producirse hoy en da en el seno mismo de la Internacional.La pandilla marxiana3, con sumo poder en el Consejo General, aprovechndose del desconciertomomentneo de los socialistas revolucionarios de Francia, que le haban desafiado hasta ahora peroque hoy por hoy asesinados, diezmados, deportados, exilados, o forzados al silencio, no pueden haceror su voz, tiende evidentemente a imponer la doctrina poltica y socialista de Marx, la de laemancipacin de las clases obreras por la potencia del gran Estado centralizado, como la doctrinaoficial de la Internacional. Paralelamente a ese objetivo y como su consecuencia necesaria, esapandilla persigue otro: el de transformar el Consejo General, siempre dirigido por Marx en persona,como el gobierno, el director oficial, como el dictador de la Internacional. Y est obrando, intrigandoinmensamente hoy, derramando las calumnias a montones, para preparar un Congreso que tras haber

proclamado la doctrina y la dictadura naturalmente enmascarada de Marx como obligatorias para todas

3marxiano es el adjetivo que usaba Bakunin, puesto que el trmino marxista no se empleaba.


4/7

4

las secciones de la Internacional, declarar herticas todas las que no querrn aceptar esta doctrina, ytraidores a cuanto no deseen inclinar sus cabezas bajo esta dictadura.

Tal es el efecto fatal de las doctrinas oficiales.La Internacional, para no traicionar su misin, no debe aceptar ninguna. Y entonces qu

pasar? Acontecer eso, ilustrados cada vez ms por la lucha y por la libre propaganda de las ideas

diferentes, dirigidas por su propio instinto y cada vez ms elevadas a la consciencia revolucionaria porla prctica misma y las consecuencias inevitables de la solidaridad universal de la lucha del trabajocontra el capital, las masas elaborarn, despacio es verdad, pero de modo infalible, sus propiospensamientos, teoras que brotarn de abajo arriba, pero que no sern ya impuestas de arriba abajo.

Dije que ese trabajo se har y se va haciendo despacio. No tan despacio sin embargo comose podra creerlo. Quienes tuvieron alguna prctica en el desarrollo de la Internacional, saben qumaravillosos progresos ha hecho la consciencia operaria en un muy corto nmero de aos, gracias a lalibertad absoluta que ha reinado hasta ahora en el seno de la Internacional, libertad en la propaganda,tanto como en la organizacin...

A mi parecer, dichos progresos son inmensos. No obstante, reconozco que resultaninsuficientes para dar al poder elemental de las masas una organizacin revolucionaria. Y mientras lasmasas no tengan esta organizacin, incluso si fueran an ms imponentes en cuanto al nmero, encomparacin con el de las clases privilegiadas, sern siempre aplastadas por aquellas.

Reconozco con alegra que las clases privilegiadas en todos los pases han perdido muchade su fuerza pasada. Han perdido seguramente su fuerza moral; ya no tienen fe en su derecho, sabenque son inicuas, odiosas, y se desprecian a s mismas. Ya es mucho. Perdida su fuerza moral, pierdenostensiblemente y necesariamente tambin su fuerza inteligente. Son mucho ms sabias que elproletariado, pero eso no les impide hacerse cada vez ms tontas. Han perdido cualquier valentaintelectual y moral. No se atreven ya ms a mirar adelante y slo miran atrs. Todo eso las condenainfaliblemente a la muerte. El proletariado que durante la misma vida de ella ha heredado de supotencia intelectual y moral de antao, se prepara a forzarlas hoy en sus ltimos baluartes polticos y

econmicos.Todo eso es real. Pero no hay que hacerse ilusiones, los baluartes siguen siendo muyfuertes: se denominan el Estado, la Iglesia, la Bolsa, la polica, el ejrcito, y luego esa granconspiracin internacional y pblica, legal, confesada, cuyo nombre es la diplomacia.

Todo eso est sabiamente organizado y es poderoso por la organizacin. Y en presencia deesa formidable organizacin, el proletariado, incluso unido, agrupado y solidarizado en y por laInternacional, queda desorganizado. Qu importa su nmero! El pueblo, por mucho que alcance anun milln, varios millones, estar dominado por algunas decenas de millares de soldados, mantenidosy disciplinados a costa suya, contra l, por el dinero burgus producido por su propio trabajo.

Tomen la seccin de la Internacional ms numerosa, ms avanzada y mejor organizada.Acaso lo es para el combate? Ustedes saben muy bien que no. De mil trabajadores, ya es mucho si se

renen unos cien o a lo sumo doscientos el da de la lucha. Para organizar una fuerza, no basta conunir los intereses, los sentimientos, el pensamiento... Hay que aunar las voluntades y los caracteres.Nuestros enemigos organizan sus fuerzas por el poder del dinero y la autoridad del Estado. Slopodemos organizar las nuestraspor la conviccin, la pasin.

[Organizacin de la lucha popular y sociedad secreta]No podemos y no debemos tener otro ejrcito que el pueblo, la masa. Pero para que esta

masa se levante simultneamente toda y entera, y slo con esta condicin puede vencer, cmo hacer?Sobre todo cmo hacer, para que las masas incluso electrizadas, alzadas no se contradigan y no se

paralicen con movimientos contrapuestos?nicamente existe un medio: es asegurar el concurso de todos los jefes populares. Llamo

jefes populares a individuos siempre procedentes del pueblo, que viven con l, la mismavida, y que


5/7

5

gracias a su superioridad intelectual y moral, ejercen sobre l una gran influencia. Muchos entre ellosse abusan de esta y la ponen al servicio de sus intereses personales. Son hombres muy peligrosos y sedebe evitarles como la peste, combatirles y aniquilarles cuando se puede. Hay que buscar a buenosjefes, los que slo buscan su propio inters en el inters de todo el mundo. Pero cmo dar con ellos yreconocerles, y quin es el individuo lo bastante inteligente, lo bastante perspicaz y lo bastante

poderoso, como para no equivocarse primero en la eleccin y luego para convencerles y organizarles la solas?

Es evidente que no puede ser el trabajo de un solo hombre; que muchos hombres asociadosnicamente pueden emprender y llevar a cabo una accin tan difcil. Pero para eso, es necesarioprimero que se entiendan juntos y que se den la mano para esta obra comn. Dado que esta obra tieneun objetivo prctico, revolucionario, la comprensin mutua que es la condicin necesaria, no sepuede hacer en pblico; si se hiciera de ese modo, atraera contra los iniciadores las persecuciones detodo el mundo oficial y oficioso y quedaran aplastados antes de haber podido hacer la menor de lascosas.

Por lo tanto este entendimiento y esta asociacin que debefraguarse slo puede hacerseen secreto, por eso hay que fundar una conspiracin, una sociedad secreta en regla.

Tal es tambin el pensamiento y la finalidad de la Alianza. Es una sociedad secretaformada en el seno mismo de la Internacional, paradar a esta ltima una organizacin revolucionaria,para transformarla a ella y a todas las masas populares que se encuentran fuera, en una potenciasuficientemente organizada para aniquilar la reaccin poltico-clerical-burguesa, para destruir todaslas instituciones econmicas, jurdicas, religiosas y polticas de los Estados.

La ltima Conferencia de Londres pronunci el anatema contra toda sociedad secreta quese quisiera formar dentro de la Internacional. Es un golpe evidente en contra nuestra. Pero lo que lapandilla marxiana que dirigi esta Conferencia, como dirige por ahora el Consejo General, cuidmucho de no informar a la mayora de los miembros de esta Conferencia, y lo que dijo nicamente asus muy ntimos partidarios o a sus fieles es que ella empuj a formular esta condena contra nosotros,

slo con el fin de preparar el terreno para su propia conspiracin, la sociedad secreta que bajo ladireccin de Marx existe desde 1848, fundada por Marx, Engels, el difunto Wolff y que no es otra quela sociedad casi exclusivamente germnica de los comunistas autoritarios.

Lo que digo aqu no es una suposicin sino un hecho conocido de muchas personas y quevarias veces, en diferentes procesos polticos, pas a la luz pblica en Alemania. Por consiguiente,dejando de lado la parte odiosa de las personalidades que fue llevada hasta la ms ignominiosasuciedad, por nuestros vindicativos y demasiado perseverantes adversarios, hay que reconocer que lalucha intestina que acaba de estallar hoy en da en el seno de la Internacional, no es sino la de dossociedades secretas tan contrapuestas por sus principios, como por el sistema de su organizacin, y conuna, la de los comunistas autoritarios, que existe como lo acabo de decir, desde 1848, y la otra, la de laAlianza de los socialistas-revolucionarios con su existencia desde 1864, es verdad, pero que slo

empez a establecerse en la Internacional desde 1868.

[La AIT y Carlos Marx, cualidades y defectos, el papel de Proudhon y de Bakunin]Empecemos primero por rendir justicia a nuestros adversarios cuando merecen esta

justicia. Marx no es un hombre comn. Es una inteligencia superior, un hombre de una ciencia muyvasta, sobre todo en las cuestiones econmicas, y adems un hombre que, desde 1845 por lo que s, lapoca de mi primer encuentro con l en Pars siempre ha sido sinceramente, enteramente dedicado ala causa de la emancipacin del proletariado, causa a la cual ha prestado incontestables servicios, quenunca ha traicionado adrede, pero que compromete inmensamente hoy en da por su vanidad

formidable, por su carcter odioso, malvoloy por sus tendencias a la dictadura en el mismo seno delpartido de los revolucionarios-socialistas. Su vanidad en efecto no tiene lmites, una verdadera vanidad


6/7

6

de judo4; y es una gran lstima, es un lujo intil, porque se comprende la vanidad en un ser nulo, queno siendo nada, quiere parecerlo todo. Marx tiene cualidades y una potencia de pensamiento y accinmuy positiva, muy grande y que le habra podido ahorrar, a mi parecer, la pena de valerse de losmiserables medios de la vanidad. Esa vanidad, naturalmente ya muy fuerte, fue considerablementeacrecentada por la adulacin de sus amigos y discpulos. Muy personal, muy envidioso, muy

susceptible, y muy vindicativo, como Jehov, el Dios de su pueblo, Marx no tolera que se reconozca aotro Dios que l mismo; ni siquiera que se rinda justicia a otro escritor o creador socialista, en supresencia. Proudhon que nunca fue un Dios,pero que por cierto era un gran pensador revolucionarioprestando inmensos servicios al desarrollo de las ideas socialistas, se volvi por esa misma razn labestia negra de Marx. Encomiar a Proudhon en presencia suya, era hacerle a l una ofensa mortal,digna de todas las consecuencias naturales de su enemistad. Y esas consecuencias son: primero el odio,luego las ms sucias calumnias.Marx nunca retrocedi ante la mentira, tan odiosa, tan prfida comosea, cuando crey poder usarla sin un peligro demasiado grande para s mismo contra quienes tuvieronla desgracia de sufrir su ira. Dije que Marx es excesivamente personal. Ah viene una prueba: l creean en la propiedad individual de las ideas. Tras la muerte de Lasalle, famoso agitador y fundadordel Partido de la Democracia Socialista en Alemania, muy gran parte discpulo de Marx, comunistaautoritario como l y que como l haba predicado la emancipacin de las masas obreras por el Estado,cuando muri, digo, Marx public el primero y hasta ahora el nico volumen de su gran libro sobre elCapital. En el prefacio, critic con amargura a Lasalle por haberle robado ideas y hasta la forma de lasideas5; reproche soberanamente injusto ya por el hecho de que Lasalle en uno de sus escritos, dirigidocontra Schultz-Delitsch, tras desarrollar algunas ideas, aadi: "Estas ideas y expresiones de queacabo de servirme, no fueron propiamente inventadas por m; las tom de una magnfica obra todava

indita de Marx". Esta declaracin no le bast a Marx. As es cmo Marx est agarrado en flagrantedelito de "propietarismo", y eso en la esfera de las ideas, que es por cierto la menos propia a laapropiacin personal. Sus amigos conocen tanto esa mana de su maestro que por ejemplo Engels, unhombre muy inteligente tambin, el ms ntimo y el ms antiguo amigo de Marx, en la publicacin de

un trabajo

bastante notable sobre el levantamiento de los campesinos alemanes en el siglo XVI, secuid mucho diciendo en la introduccin que las principales ideas que sirvieron de base a esta obra noson suyas sino de Marx.

Reconozcamos ahora que Marx es un pensador economista muy serio, muy profundo.Tiene esta inmensa ventaja sobre Proudhon, de ser un realista, un materialista. Proudhon, a pesar detodos los esfuerzos que hizo para sacudir las tradiciones del idealismo clsico, permaneci no obstantetoda su vida un idealista incorregible, inspirndose como se lo dije, dos meses antes de su muerte, ya

4 El antisemitismo de Bakunin choc con razn a Anselmo Lorenzo entre las acusaciones dirigidas por

Bakounine contra Marx descuella como motivo especial de odio las circunstancias de que Marx era judo. Esto,

que contrariaba nuestros principios, que imponen la fraternidad sin distincin de razas ni de creencias, me

produjo desastroso efecto, y dispuesto a decir la verdad, consigno esto a pesar del respeto y de la consideracinque por muchos ttulos merece la memoria de Bakounine. Lorenzo Anselmo El Proletariado militante, Madrid,2005, p. 204. Adems se aade el desconocimiento de Bakunin de un proletariado judo campesino e industrialen Rusia -en particular en Ucrania y los pases blticos- que protagoniz luchas anticapitalistas sangrientas apartir de fines del siglo XIX en grupos del Bund (socialismo judo) o del anarcocomunismo.5La pretensin de Marx es mayor de lo que sugiere Bakunin: Esto pareci tanto ms necesario, por cuanto la

obra de Ferdinand Lasalle contra Schulze-Delitzsch [Herr Bastiat-Schulze von Delitzsch, der konomische

Julian, oder Kapital und Arbeit ], hasta en la parte en que su autor proclama brindar "la quintaesencia

intelectual" de mis concepciones sobre esos temas, contiene errores de importancia. En passant

[incidentalmente]. El que Lasalle haya tomado casi textualmente de mis escritos, y por cierto sin consignar las

fuentes, todas las tesis tericas generales de sus trabajos econmicos por ejemplo las relativas al carcter

histrico del capital, a la conexin entre las relaciones de produccin y el modo de produccin, etc., etc.,

valindose incluso de la terminologa creada por m, ha de deberse seguramente a razones de orden

propagandstico. (internet Biblioteca de Autores socialistas).


7/7

7

en la Biblia, ya en el derecho romano, y metafsico siempre, hasta los tutanos. Su gran desgracia es nohaber estudiado jams las ciencias naturales, y no haberse apropiado de sus mtodos. Tuvo instintos degenio que le hicieron entrever la va justa, peros llevado de las malas o las idealistas habitudes de suespritu, volva siempre a caer en los viejos yerros; de ah que Proudhon fue una contradiccinperpetua, un genio vigoroso, un pensador revolucionario que se debata siempre contra los fantasmas

del idealismo y no logr nunca vencerlos.Marx como pensador est en la buena va. Ha establecido como principio que todas las

evoluciones religiosas, polticas y jurdicas en la historia son no las causas, sino los efectos de lasevoluciones econmicas. Es un gran y fecundo pensamiento que en absoluto ha inventado l, fueentrevisto, expresado en parte por no pocos otros que l. Pero al fin le pertenece el honor de haberlosentado slidamente y haberlo colocado como base de todo su sistema econmico. Por otro lado,Proudhon haba comprendido y sentido la libertad mucho mejor que l. Proudhon, cuando no hacadoctrina ni metafsica, tena el verdadero instinto del revolucionario. Adoraba a Satn y proclamaba laAn-arqua. Es muy posible que Marx pueda elevarse tericamente a un sistema todava ms racionalde la libertad que Proudhon. Mas le falta el instinto de Proudhon. Como alemn y como judo, es delos pies a la cabeza un autoritario.

De ah dos sistemas opuestos: el sistema anrquico de Proudhon, por nosotros ampliado,desarrollado y liberado de todo su ropaje metafsico, idealista, doctrinario, y aceptando de lleno lamateria en la ciencia, y la economa social en la historia como base de todos los desarrollos ulteriores.Y el sistema de Marx, jefe de la escuela alemana de los comunistas autoritarios.

Esas son las bases de ese sistema. Como nosotros, los comunistas autoritarios quieren laabolicin de la propiedad individual. Pero difieren de nosotros principalmente en que quieren laexpropiacin de todos los individuos por el Estado, mientras que lo queremos por la abolicin delEstado y del derecho jurdico necesariamente garantizado por el Estado.Por eso, en el Congreso deBasilea, proclamamos la abolicin del derecho hereditario, y se opusieron ellos, diciendo que estaabolicin quedara intil a partir del momento en que el Estado sera el nico propietario. El Estado -

dicen- debe ser el nico propietario de la tierra, e incluso el nico banquero. Por sustituir el banco delEstado los bancos feudales hoy existentes, debe slo l comanditar el trabajo nacional; de modo que dehecho todos les obreros, tanto de la industria como de la tierra sern asalariados del Estado. Loscomunistas ingleses de esa misma escuela, decidieron en el Congreso de Basilea, que la tierra debercultivarse bajo la direccin de ingenieros del Estado.

Rechazamos ese sistema por dos razones; primero porque en lugar de menguar la potenciadel Estado, la aumentaconcentrando todos los poderes en sus manos. Es verdad que dicen que suEstado ser el Estado del pueblo, gobernado por asambleas y funcionarios elegidos directamente por elpueblo y sometidos al control popular.Es el sistema representativo, parlamentario, el del sufragiouniversal, corregido por el referndum y por la votacin directa de todas las leyes por el pueblo. Perosabemos lo que vale la sinceridad de sus representaciones. Lo que est claro, es que el sistema

marxiano desemboca, como el de Mazzini, en la formacin de un supuesto poder popular muy fuerte,o sea la dominacin de une minora inteligente, nica capaz de abarcar las cuestiones complicadasinseparables de la centralizacin, y por consiguiente al avasallamiento de las masas y a su explotacinpor esta minora inteligente. Es el sistema de las autoridades revolucionarias, de la libertad y dirigidodesde arriba, o sea una evidente mentira.

La otra razn que nos hizo rechazar ese sistema, es que llega directamente a la creacin denuevos grandes Estados nacionales, separados y necesariamente rivales y hostiles, a la negacin de lainternacionalidad, de la humanidad.En efecto a menos que ellos pretendan fundar un solo Estadouniversal -empresa absurda y condenada por la historia-, deben forzosamente fundar Estadosnacionales, o lo que es an ms probable, grandes Estados en los cuales, una raza, la ms poderosa, lams inteligente, supeditar, oprimir y explotar a otras razas, de modo que sin confesrselo, los

marxianos fatalmente desembocan en el pangermanismo

[Aqu termina el manuscrito, original francs sacado del CD-R del Instituto Internacional deHistoria Social, IISG, de msterdam; traduccin y notas de Frank Mintz].

A los hermanos de la Alianza en España (Mikhail Bakunin)

Documents

Transcript of A los hermanos de la Alianza en España (Mikhail Bakunin)