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:-. >%-v" c-itií^^Xf", Madrid—Ano vi.—H/ 1.87Í' SOSCRiaONES I»A<30 Aí\TlC3ir»AOO Madrid, mes. UNA PESETA: Provincias trimestre, CINCO: Antillas españolas y ua tienesfirmantesdel tratado postal, trimestre , DIEZ: Portugal, trimestre, ÜCHO, y en lo» iemás países, trimestre, QULVCE. 25 ejemplares 75 céntimos. Martes 2 de Setiembre dé 188i ADMINISTRADOR DON LEÓN OCHOA DE ErHAGüElH • Se suscribe en la Administración, Alraud» na, 2, y en tu Centro, Carrera de San Jerónk mo, iu.Los anuncios se reciben en la Adnak nistracion del periódico de 10 maAuna á t tarde, y en la imprenta de 10 á 12 uovUe. Número suelto 5 eéntimos. Gastelar eo la prensa de Paris Puede halagar nuestro amor propio nacional que el jefe del posibilismo español haya sido rogado para llevar á la prensa de Paris los frutos de su inteligen- cia. El eco de la palabra escrita de nuestro gran ora- dor se difundirá así por todos los paises de Europa. El periódico Le Malin ha publicado el primer tra- bajo del Sr. Gastelar, prólogo de los sucesivos, y se- gún leemos en uno de nuesti'os colegas, el articulo ha causado viva emoción en París. Tal vez se deba mucha parte de ese efecto, que de- be ser para nosotros motivo de congratulación como españoles, á la novedad del suceso. Nosotros encon- tramos en ese primer trabajo al escritor y al pensa- dor que ya conocíamos: al escritor grandilocuente, de amplia prosa, de gigantesca retórica y de impo- nientes generalidades históricas; y al pensador incon- iecuente é ilógico, á quien desengaños inesperados de otros tiempos han corlado las alas y que deja des- amparadas antiguas teorías favoritas suyas, porque les atribuye peligros y daños que sólo debería car- gar en la cuenta de errores personales, ya que no se •califiquen con nombre más duro. Nuestro gran orador dedica su primer trabajo in- ternacional á dos objetos: 1." A predicar en favor de una confederación la- una, formada por Francia, Italia, Portugal, Rumania y España. 2.* A fijar su profesión de fó política actual. En el primer punto no puede menos de entreverse iíierta habilidad diplomática de nuestro insigne ora- jlor, para asegurar el éxito de su trabajo. Tal vez no ihya pensado en ello; pero puede sospecharse, aun con inocente malicia. Él Sr. Castelar ha cumplido el compromiso aceptado escribiendo para París, para Francia, donde de tan vivo se conserva el ódio al alemán, que desgarró su territorio nacional, toman- do á burla aquella altanera alirmacion de Julio Favre: «No cederemos una pulgada de nuestra tierra, ni una piedra de nuestras fortalezas: para Pa- rís y para Francia, donde todo extranjero que in- funde alguna sospecha es tenido al punto por espía prusiano; para París y para Francia que pre- para-i, mordiéndose hoy lá lengua, el día de la re- .Vancha.» Claro es que la confederación l;.tina, predicada por el graii oiuaor eu son poco íjeuevoio al resto del mundo, y casi hostil á Alemania, la gran revolucio- naria del siglo XVI, que hoy inspira escaso miramien- to al Sr. Castelar, no obstante recordar, aunque de pasada y casi con desprecio, el inmenso suceso his- tórico dé la Reforma, poderosa dinamita, colocada en los cimientos mismos de las instituciones seculares; claro es, repetimos, que la confederación latina así predicada por el Sr.. Caste'ar, habrá de ganarle en París y en Francia las más vivas simpatías. Mas por desgracia para los pensadores que no re- tonocen fronteras, y que tienen por muy pequeña inte el mundo la estimación que puede obtenerse dentro de las francesas, nuestro insigne orador sólo justiíica, como casi siempre, su tema de coníedera- •iíai^poa recuerdos históricos de empresas comunes y de identidad de origen, que el tiempo y la intrin-' cada labor del movimiento humano se han encarga- do de borrar no poco. Difícil seria encontrar hoy al romano, conquistador de Francia, España y Portu- gal, en el andaluz, el valenciano, el vascongado y el gallego. La idea de las confederaciones de unos pueblos contra otros, por razón de origen y de recuerdos his- •óricos, va mereciendo que se la coloque en el mu- «eo arqueológico de la política internacional. Es idea de antagonismo, de guerra, de separación. fis idea de levantar el Mediodía contra el Norte, tal ^ez un continente contra otro continente. Es un re- siduo malo, deplorahie, irracional de aquel odio re- ligioso que levantó al Occidente contra el Oriente, para rescatar con sangre el sepulcro del ser más opuesto á toda violencia. La idea contraria á la de las confederaciones por origen y raza», tiende á hacer hermanos á todos los pueblos, y sólo declara la guerra á las insliluciones que tienen un interés capital en conservarlos sepa- lados unos de otros. Esa idea considera al francés, al español, al italia- po, al inglés, al alemán, al noruego, al americano. Igualmente aptos para concurrir al progreso univer- sal, en una fraternidad común que los pueblos sella- rían muy pronto con perdurable abrazo, si dispusie- sen libremente de sí mismos. La profesión de fé de nuestro gran Castelar puede laber parecido en París y en Francia no poco con- xadictoria. El político pensador ha carecido en este junto del amuleto que le acompañaba en el primero, para seducir á los lectpres franceses. Ha marchado MI él á cuerpo descubierto. El ex-presidente de la República española se ha de- clarado ante París y ante Francia radical, absoluta- mente liberal. Quiere la libertad entera con todas sus dificul- tades. Sólo considera perfecta sociedad aquella que ase- gura por medio de un Estado reducido á garantizar el derecho, la libertad de la conciencia religiosa, la libertad del pensamiento científico, la libertad de isociacion y de reunión, todas las libertades indis- pensables á la vida del ciudadano. Quiere el sufragio universal, que es el medio prác- lico de realizar la democracia. Quiere los derechos individuales en toda su ex- íension, y la soberanía nacional en toda su inma- uencia. Y queriendo todo esto, casi le parece ocioso aña- dir que quiere la República democrática en toda su pureza, porque no concibe que se separe por algu- nos la forma de la esencia en ningún régimen po- lítico. • En una palabra; nuestro gran Castelar no admite como susUtucion de la República la monarquía de- mocrática, que es una casi República, por las liber- iades y los procedimientos políticos, y una casi mo- narquía por la organización de los poderes. Los pensadores franceses se habrán sonreído un poco por eso de la República democrática en toda su pureza del Sr. Castelar, sí la vanidad nacional no les ¿a oscurecido el juicio. ' Porque, en efecto, nuestro gran Castelar concluye Bu trabajo, resumiendo esta segunda parle del modo siguiente: —«Yo defiendo que la Repúl^ica francesa, con su Qanstitucion cuasi monárquica, y su presidente cua- V fsy constitucional, v su ministerio responsable, y sus dos Cámaras, y su patronato eclesiástico y su! La última vez que se les había visto en ceremonia método concordatorio y su ejército numeroso, es la públicas fué en 1834, el año del cólera República perfecta, porque es la República posible.» ¿Nada más que eso es hoy posible en Francia? ¿No obstante sus revoluciones de 1789, 1830 y 1848? ¿No obstante la caída de tres dinastías en un siglo? ¿No obstante la experiencia d? tres Repúblicas? ¿No obstante haber lanzado sobre Europa desde el Sinai revolucionario la tabla de los derechos del hombre? ¡Dioses inmortales! ¿Qué República será posible en España? ¿Predicará nuestro gran Gastelar para Espa- ña su República democrática en toda su pureza, que todavía no es posible en Francia? y sí la cantidad de República que es posible en Francia, fuera también posible en España, ¿qué ten- dríamos? Una República cuasi monarquía, y un pre- sidente cuasi rey constitucionáL ¿Y por un cuasi conmoveríamoshondamente al país?¿Y son esos los grandes ideales que deben producir los grandes en- tusiasmos que el Sr. Castelar necesita para desarrai- gar una institución secular? Da pena ver á nuestro gran orador aplicando su inmensa inteligencia á levantar del suelo un grano de arena. Por fin, ha logrado el gobernador de Huesca, cons títuir la mayoría del nuevo Ayuntamiento. Para conseguirlo, ha tenido que recurrir á los ele- mentos carlistas. Gracias á los cuales, tendrá Huesca un Ayunnta- miento alfonsiuo... Para concertar medidas semejantes, no hay como un gober- nador corser- vador, con música del famoso terceto de La gran duquesa de Gerolslein. A Tiieia pluma ¡Tranquilicémonos! La Correspondencia ha sido competentemente au- torizada para tranquilizarnos... Hé aquí en qué términos: «Por nuestra parte, no ocultaremos la verdad oflcial so- bre este delicado asunto, si llega el caso, pero nos con- suela el recordar que en Italia y Francia, teniendo inva- didas varias provincias del litoral, no se ha presentado caso alguno en Paris y Roma.» Eso es lo que se le ocurre á cualquiera: —Si el cólera ha respetado á París y Roma, ¿por qué no ha de respetar también á Madrid? Una vez declarado en España, ¿no ha de conceder á la villa del oso los honores de corte? Lo sensible será que el cólera venga imbuido de las ideas modernas, eminentemente descentralíza- ¡Hasta el cólera! No ya la democracia republicana, ni el carlismo intolerante, ni el moderanlitano impenitente, pero hasta el cólera se le pronuncia al Sr. Cánovas. Como dos epidemias se rechazan mutuamente, se i doras... creía—y esto era lo único que se podía agradecer á Y nos descentralice por el eje. los conservadores—que el canovismo ahuyentaría al siniestro viajero del Ganges... Ni aun para eso sirve la reacción. Li Correspoudencia, competentemente autorizada. /# La reprensión del ministro de la GobemM;íon á la previsora, celosa, activa, diligente y enérgica auto- ridad civil de Alicante, ha sido tan severa, que inme- reducía anteayer todo lo que se viene diciendo á cua- diatamente ha anunciado su dimisión la susodicha tro rumores. ' autoridad conservadora, afirmando así una vez más Nosotros apuntamos el rumor revolucionario, el su celo, previsión, actividad, diligencia y energía el rumor carlista... Y dijimos: i ^ "" r_ii..„-.. Y dice La Iberia: «Con esto corona ergobernador su conducta. Permitir la entrada de una familia de Cette, y marchar- se á la vista del peligro es completar el cuadro de una conducta que merece premio.» Digamos como en los toros: —¡Que se lo den! ¡Que se lo den! Suponemos que, en vista de las presentes círcuns- * • , . ¡ tancias, habrá desistida el Sr. Romero Robledo de —¡Ya le tenemos aquí!—decían los más inoré- su proyectado viaje á San Sebastian. duloS. I eJSjSb» Por sí ó por no, suponemos que, ante la amenaza j El ejemplo de los izquierdistas de Barcelona cunde- del cólera, apresurará su regreso el Sr. Cánovas... j Gran número de izquierdistas de la provincia de ¡A ver quién de los dos puede más! Granada se han convertido á las ideas y procedi- rumor isabelino y ¿Cuál es el cuarto? \ El cuarto, por lo visto, es el que ayer se extendió ' por todo Madrid, con grande alarma de los más indi- ferentes. I Si no en las Ventas de Alcorcon, los microbios es- taban ya en tietafe desde las tres. míenlos de D. Manuel Ruíz Zorrilla. Han vuelto—dice un colega—á la casa paterna., ¡Ventajas de la política conservadora! La dinastía puede dar las gracias al Sr. Cánovas.' La traslación del cadáver del cardenal Moreno á la estación de las Delicias se veríticó ayer, aunque no sin novedad. Y eso que, bien mirado, no se puede calificar de __ novedad á ninguna cuestión de etiqueta... Sigue este ó aquel diario oficioso—no todos se per- Porque las de este genero son las cuestiones de fallen ciertos exceá**sr~publicando,reseñas del viaje rigor y de ordenanza en ciertas ceremonias. ¿g j5_ Alfonso por Galicia. En la de ayer no surgió más que una, y estuvo á Algmios detalles son verdaderamente conmore- punto de surgir otra, dores... Hubo la del capitán general de Castilla la Nueva, Aunque no tanto como los que publicamos en ca- que pidió puesto en la presidencia del duelo, y como pítulo aparte, Umados del Diario de Vigo. se le negaran, echó á andar delante del cortejo con j¿[ rey estuvo en Villagarcía á punto de verse en sus ayudantes. , ., , ... gravísimo apuro. ¿Quién dirigía la falúa r^al? ' Sea quien fuere, le señalamos á la 'admiración de los dinásticos, que—dicho sea de paso—deben estar, entre unas y otras cosas, con el alma en un hilo. El Nuncio, más cauto y previsor, dejó de asistir— así lo dice un diario de noticias,—á fin de evitar conllictos análogos. Nosotros, como nos los cuentan, contamos estos lances y percances de la etiqueta v del autorita- rismo. Nos limitamos á deplorar que en este punto estén más adelantados los chinos que nosotros; y nos con- tentamos con decir, corno el Lavi: —¿Con qué se pican, eh? Pus manque se banderi- lleen... Leemos: «Ha sido denunciado nuestro colega La Vnion Vasco Na- varra por un articulo sobre el proyectado viaje de D. Al- fonso á Bilbao. También lo ha sido El ¡ntrac-bat. Esto es lo que se llama vivir de milagro.» Ni la noticia ni el comentario tienen nada de par- ticular en sí para los que ya estamos acostumüra- ün apreciable colega dedica un artículo, todo un 'I"'*- artículo, un artículo hecho y derecho, al crimen de L° peregrino es q^ue noticia y comentario están la Granja. tomados de un periódico ministerial, áe Eí Noticiero. El artículo empieza de este modo: i'^**' ?* hasta apocalíptico, inclusive! • Son verdadararnjnte incruiüles los pormenores que se Un diario conservador que se asusta de lo que pa- nos escriben sobre la apatía observada por las aulorida- sa... ¿Hemos llegado á la plenitud de los tiempos? des judiciales de Segovia, con motivo del horroroso crimen ¿Será cosa de echarnos á la calle pidiendo confesión» Cometido por Ventura Herrero. ^^^^^^^^ Tres días después del asesinato de la infeliz doacella de Una noticia lúgubre, y sin embargo cómica: jos Sres. de Camarón, tres días durante los cuales éstos »El dia que se bendiga el nuevo cementerio, comenzará hablan cuidado que no se tocara a iii iguno de los objetos á publicarse un periódico titulado la Hecrópolisde Madrid.' salpicados desangre, para que la autoridad Judicial pu- Suponemos que no vendrá á levantar muertos. diera formar idea exacta del hecho, m eijaez de instruc- £„ este caso lo nrnhih^i-ía P1 ffoht.rnaHor cion se habla presmitado, ni el dscal de la Audiencia de lo A ,,?*:» 1; ' • ' ^ . i .^ M^„ „•;., -.ic criminal, ni en la sumaria habia entendido nadie masque ^ Aunque, bien vista la cosa, su publicación quizás "': •-•-•' ,... _,_..._«._ ..^ . , . 1 , halagaría al Sr. Remero Robleda el juez municipal, panadero de profesión, que se había h- milado á lomar al reo una daclara^ou suinansima...» Y así sucesivamente, para asombro y estupefac- ción de los nacidos. " | ^"^ Porque el colega que tan de relieve pone el lamen- El periódico en cuestión tiene precedentes, table estado de la administración judicial en tiempo ! Recordamos un BJetin de las benditas ánimas de Cánovas, es un diario minisleríal. La Época. \ Purga!or o. [La Epoc:, que viste y calza! | Mandand.o Cánovas, ese periódico resultaría órga- Las costumbres pornográiicas tienen eso de bue- no de lodos los ciudadanos españoles. No por nada, ¡sino por estar próximas las eleccio- nes de diputados provinciales! del no... De cuándo en cuándo, hacen ver las cosas en toda su espantosa desnudez. Detalle triste de la traslación del cadáver del car- denal Moreno. Los niños de los Asilos benéficos, á quienes se obliga impíamente á ser comparsas de estas luctuo- sas ceremonias, iban por el sol con la cabeza descu- bierta. Las mujeres, compadeciéndoles, les decían cuando pasaban delante de ellas: —«Ponéosla gorra...» Pero los niños seguían graves, como qui'-n des- empeña un importante papel. El Dia añade esta observación: «Esía noche tendrán dolor de cabeza; para los huérfa- nos el dolor es un antiguo compañaro.» Un antiguo compañero, sí. del cual no han de se- pararles ciertamente la rutina, la vanidad y el fana- tismo. » Otro detalle: Detrás de los clérigos Ostentosapiente ataviados, venían dos frailes con sus burdos hábitos y sus lar- gas y despeinadas barbas. Era la primera vez, después de muchos años, que figuraban frailes en un cortejo púbUco. lOh coincidencial No podemos decir lo mismo del que se va á pu- blicar ahora... ¿Es, por ventura, órgano de los difuntos? Pues lio se le puede negar carácter indiscutible- mente canovista. . El secreto del capitán Renard Le Fif/a-o es el periódico de París que ha seguido con más atención é interés los recientes ensayos de dirección de los globos, por los capitanes Renard y Krebs. En el último número que hemos recibido trata otra vez de esta cuestión, y de su trabajo tomamos lo más interesante. Presenta la cuestión en su verdadero es- tado y no queremos privar á nuestros lectores de que la conozcan en su realidad. La masa del público no ha visto en el experimento de 9 de Agosto de 1884 más que una sola cosa: el globo partió, llegó á donde se quiso y volvió á su punto de partida. Gomo ningún otro globo pudo hasta ahora hacer otro tanto, se concluyó de aquí que el secreto de la dirección de los globos habia sido descubierto. Un f ian número de gentes sencillas cree que el capitán enard guarda su secreto bajo triple cerradura en Chaláis, y que él solo puede decir: ábrete, Sésamo. Pues bien, el secreto del capitán Renard consiste implemente en esto: Los Giffard, los Dupuy de L^^ tie y los Tissandier, no disponiendo de estaciones d* ;lobos, fijaron anticipadamente un diapara Henar o' í.uyo y elevarle. Pero la casualidad hizo que el aire tuviese aque< los dias una velocidad superior á la velocidad pro* pía de sus globos, y estos fueran dominados por it corriente, que los llevó á donde quiso. El public<* dijo entonces: la dirección de los globos es impo* síble. En Chaláis, por el contrario, el globo esperaba, hinchado en un local bien cerrado, la ocasión favo*' rabie para salir. El día 9 de Agosto reinaba una calma perfectas Un glóbulo lanzado para ver la dirección del vientos sé elevó hacía el zenit. La ocasión pareció buena* Abrióse de par en par la gran puerta, salió el globo^, la hélice fué puesta en movimiento, el aeroslatí marchó, diríjióse á Villebon y volvió á su punto d» partida, en medio de la profunda estupefacción di los espectadores. ¿Sé comprende ahora el secret» del capitán? £1 éxito de la prueba dependía de un* puerta abierta á tiempo. Esto es de una sencillez cSpaz de dar envidia al huevo de Colon. Si durante el experimento del 9 de Agosto se hu« biese levantado una brisa repentina, los especiado* res hubiesen dicho tal vez, viendo perderse el globol no lo han hecho mejor que sus predecesores. Esto hubiera sido, sm embargo, una injusticia, porque el globo de Renard y Krebs constituye ua gran progreso, especialmente bajo el punto de vista de la estabilidad en la marcha y del aumento de 1{ velocidad propia. La atmósfera no era navegable para el globo da Dupuy de Lome sino cuando el viento era inferior i t metros 50 por segundo; no lo era para el globo da Tissandier sino cuando el viento era inferior á tres metros. El aire es navegable para el globo de Renard y Krebs, siempre que su velocidad sea inferior á ocha metros, es decir, un diez por cada dos. Por último, ciertos pormenores de construcción son obras maestras de mecánica. > Le Fígaro promete la descripción del globo de Ra. nard y Krebs, que reproduciremos ¿ nuestra vei. En San Ildefonso Al corresponsal en ésta de £í Correo le han senta* do mal mis censuras al tiro de pichón, y debo deda* rar de antemano que al escribirlas no he tenido otro objeto que el hacerme eco de impresiones, y aun de frases recibidas y oídas en el mismo establecimiento. Si el referido corresponsal presenció, como yo, la ti» rada del martes 26 del pasado, convendrá conmigo que la censura era justa. Yo comprendo que siendo tan hábiles los concurrentes al tiro, no siempre pue* da disponer el propietario del número suficiente de pichones en buenas condiciones; pero es preferible que lo haga comprender así á los tiradores, áque les presente pájaros que no sirven para el caso, como sucedió aquella tarde. En cuanto a lo alto de los p r c cios, á nadie ocurre pensar que el empresario trata de especular con su establedmiento, ^ no he tenido yo la intención dé atrijbuirle tal propósito. Entiendo, que como negocio, el tiro de pichón da San Ildefonso es una ruina. Las condiciones de Ma« drid no son las mismas que las de San Hdefonso, f si en la corte hay público bastante para sostener esa diversión, en este real sitio no puede haberlo. Qui» zas si el dueño del eslablecímiento hubiera tenidc en cuenta que á la Granja vienen muchas gentes que si no asisten al tiro de pichón de Madrid pudie» ran asistir á este, y que siendo los precios mas eco» nómicos y en lugar de querer sostener el carácter aristocrático de esa diversión, tratara de democrati» zarla, la concurrencia y los tiradores serían más nu'» merosos, quizás, decimos, entonces los ingresos se» risn mayores y no habría que temer que estos no cubrieran los gastos. El señor conde de Víllanueva de Torres, adminis* trador de este real sitio, ha tenido la bondad de acó» ger una indicación nuestra y ordenar se procediera á limpiar y recomponer los desperfectos de la fuen» te mineral. Damos, pues, las más expresivas gracia* al señor administrador en nombre de las muchas fa» mihas que asisten á dicha fuente. Ahora lo que de« bemos esperar es que los niños mal educados no conviertan otra vez aquello en un lodazal. Con ua poco de vigilancia por aquellos contomos, creemoc que la cosa se podría evitar. Recomendamos esta in< dicacion al señor conde de Villanueva Hoy, como domingo, ha corrido una fuente y ha to« cado, ante la cascada nueva, la charanga de cazado» res. Sin embargo, á las seis y media, cuando la con» currencía era más numerosa, una lluvia torrencial ha venido á aiiuar la fiesta y á dispersar las gentes. Estas han continuado hoy comenteindo los mu- chos incidentes del crimen del jueves. En los corros de los jardines se han dirigido fuertes censuras á las autoridades j udiciales de Segovia, que á pesar de la na« turalezay las circunstancias del delito¡ no han tenida por conveniente moverse de su sitio, dejando el asunto en manos del jnez municipal de ésta y al preso en el hospital, sin custodia alguna. Se cuentaa tales detalles, que el asunto toma el carácter de es- candaloso. Las personas más importantes de la colo- nia ha habido momentos que han querido telegra- fiar al ministro de Gracia y Justicia para enterarle da los incalificables descuidos y la negligenciasupinada los encargados de la administración de justicia ea este distrito. ¡Ruena anda la Administración en to- dos sus ram,os, en estos tiempos conservadores! El tiempo sigue fresco. Esta tarde, á última hora, se ha dicho que seria posible que de prolongar la familia real su estancia en las provincias, no volvieran á este real Sitio, marchando directamente á Madrid. Desde Yigo Una de las modas francesas que han tenido ma- cha aceptación en España es seguramente la «des Baíns de Mer». Ünase á esta predisposición el con- venio de las compañías de ferro-carriles, eslablecie»» do viajes económicos de ida y vuelta á las play^ gallegas, y comprenderá V. por qué Vigo se encuen- tra hoy favorecido con la presencia de algunos mileS' de forasteros, disfrutando el dulce placer de La /)ion- "ha en agua salada, después de varias ejecutadas eá tierra firme. , Vigo ofrece pocos, muy pocos atractivos, por* sí mismo; pero sus habitantes son muy amables y tra- tan de cít^ar gratos recuerdos de la temporada A .^.«-iá Zt:2^¡^.' -iJi'-. •íiliH dlH éÉ» .... ^•...^^•.^.^^áfea ......jrffti n

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SOSCRiaONES I » A < 3 0 A í \ T l C 3 i r » A O O Madrid, mes. UNA PESETA: Provincias

trimestre, CINCO: Antillas españolas y ua tienes firmantes del tratado postal, trimestre

, DIEZ: Portugal, trimestre, ÜCHO, y en lo» iemás países, trimestre, QULVCE.

25 ejemplares 75 céntimos.

Martes 2 de Setiembre dé 188i ADMINISTRADOR

DON LEÓN OCHOA DE ErHAGüElH • Se suscribe en la Administración, Alraud» na, 2, y en tu Centro, Carrera de San Jerónk mo, iu.Los anuncios se reciben en la Adnak nistracion del periódico de 10 maAuna á t tarde, y en la imprenta de 10 á 12 uovUe.

Número suelto 5 eéntimos.

Gastelar eo la prensa de Paris Puede halagar nuestro amor propio nacional que

el jefe del posibilismo español haya sido rogado para llevar á la prensa de Paris los frutos de su inteligen­cia. El eco de la palabra escrita de nuestro gran ora­dor se difundirá así por todos los paises de Europa.

El periódico Le Malin ha publicado el primer tra­bajo del Sr. Gastelar, prólogo de los sucesivos, y se­gún leemos en uno de nuesti'os colegas, el articulo ha causado viva emoción en París.

Tal vez se deba mucha parte de ese efecto, que de­be ser para nosotros motivo de congratulación como españoles, á la novedad del suceso. Nosotros encon­tramos en ese primer trabajo al escritor y al pensa­dor que ya conocíamos: al escritor grandilocuente, de amplia prosa, de gigantesca retórica y de impo­nientes generalidades históricas; y al pensador incon-iecuente é ilógico, á quien desengaños inesperados de otros tiempos han corlado las alas y que deja des­amparadas antiguas teorías favoritas suyas, porque les atribuye peligros y daños que sólo debería car­gar en la cuenta de errores personales, ya que no se •califiquen con nombre más duro.

Nuestro gran orador dedica su primer trabajo in­ternacional á dos objetos:

1." A predicar en favor de una confederación la­una, formada por Francia, Italia, Portugal, Rumania y España.

2.* A fijar su profesión de fó política actual. En el primer punto no puede menos de entreverse

iíierta habilidad diplomática de nuestro insigne ora-jlor, para asegurar el éxito de su trabajo. Tal vez no ihya pensado en ello; pero puede sospecharse, aun con inocente malicia. Él Sr. Castelar ha cumplido el compromiso aceptado escribiendo para París, para Francia, donde de tan vivo se conserva el ódio al alemán, que desgarró su territorio nacional, toman­do á burla aquella altanera alirmacion de Julio Favre: «No cederemos una pulgada de nuestra tierra, ni una piedra de nuestras fortalezas: para Pa­rís y para Francia, donde todo extranjero que in­funde alguna sospecha es tenido al punto por espía prusiano; para París y para Francia que pre-para-i, mordiéndose hoy lá lengua, el día de la re-.Vancha.»

Claro es que la confederación l;.tina, predicada por el graii oiuaor eu son poco íjeuevoio al resto del mundo, y casi hostil á Alemania, la gran revolucio­naria del siglo XVI, que hoy inspira escaso miramien­to al Sr. Castelar, no obstante recordar, aunque de pasada y casi con desprecio, el inmenso suceso his­tórico dé la Reforma, poderosa dinamita, colocada en los cimientos mismos de las instituciones seculares; claro es, repetimos, que la confederación latina así predicada por el Sr.. Caste'ar, habrá de ganarle en París y en Francia las más vivas simpatías.

Mas por desgracia para los pensadores que no re-tonocen fronteras, y que tienen por muy pequeña inte el mundo la estimación que puede obtenerse dentro de las francesas, nuestro insigne orador sólo justiíica, como casi siempre, su tema de coníedera-•iíai^poa recuerdos históricos de empresas comunes y de identidad de origen, que el tiempo y la intrin-' cada labor del movimiento humano se han encarga­do de borrar no poco. Difícil seria encontrar hoy al romano, conquistador de Francia, España y Portu­gal, en el andaluz, el valenciano, el vascongado y el gallego.

La idea de las confederaciones de unos pueblos contra otros, por razón de origen y de recuerdos his-•óricos, va mereciendo que se la coloque en el mu-«eo arqueológico de la política internacional.

Es idea de antagonismo, de guerra, de separación. fis idea de levantar el Mediodía contra el Norte, tal ^ez un continente contra otro continente. Es un re­siduo malo, deplorahie, irracional de aquel odio re­ligioso que levantó al Occidente contra el Oriente, para rescatar con sangre el sepulcro del ser más opuesto á toda violencia.

La idea contraria á la de las confederaciones por origen y raza», tiende á hacer hermanos á todos los pueblos, y sólo declara la guerra á las insliluciones que tienen un interés capital en conservarlos sepa-lados unos de otros.

Esa idea considera al francés, al español, al italia-po, al inglés, al alemán, al noruego, al americano. Igualmente aptos para concurrir al progreso univer­sal, en una fraternidad común que los pueblos sella­rían muy pronto con perdurable abrazo, si dispusie­sen libremente de sí mismos.

La profesión de fé de nuestro gran Castelar puede laber parecido en París y en Francia no poco con-xadictoria. El político pensador ha carecido en este junto del amuleto que le acompañaba en el primero, para seducir á los lectpres franceses. Ha marchado MI él á cuerpo descubierto.

El ex-presidente de la República española se ha de­clarado ante París y ante Francia radical, absoluta­mente liberal.

Quiere la libertad entera con todas sus dificul­tades.

Sólo considera perfecta sociedad aquella que ase­gura por medio de un Estado reducido á garantizar el derecho, la libertad de la conciencia religiosa, la libertad del pensamiento científico, la libertad de isociacion y de reunión, todas las libertades indis­pensables á la vida del ciudadano.

Quiere el sufragio universal, que es el medio prác-lico de realizar la democracia.

Quiere los derechos individuales en toda su ex-íension, y la soberanía nacional en toda su inma-uencia.

Y queriendo todo esto, casi le parece ocioso aña­dir que quiere la República democrática en toda su pureza, porque no concibe que se separe por algu­nos la forma de la esencia en ningún régimen po­lítico. • En una palabra; nuestro gran Castelar no admite como susUtucion de la República la monarquía de­mocrática, que es una casi República, por las liber-iades y los procedimientos políticos, y una casi mo­narquía por la organización de los poderes.

Los pensadores franceses se habrán sonreído un poco por eso de la República democrática en toda su pureza del Sr. Castelar, sí la vanidad nacional no les ¿a oscurecido el juicio.

' Porque, en efecto, nuestro gran Castelar concluye Bu trabajo, resumiendo esta segunda parle del modo siguiente:

—«Yo defiendo que la Repúl^ica francesa, con su Qanstitucion cuasi monárquica, y su presidente cua-V fsy constitucional, v su ministerio responsable, y

sus dos Cámaras, y su patronato eclesiástico y su! La última vez que se les había visto en ceremonia método concordatorio y su ejército numeroso, es la públicas fué en 1834, el año del cólera República perfecta, porque es la República posible.»

¿Nada más que eso es hoy posible en Francia? ¿No obstante sus revoluciones de 1789, 1830 y

1848? ¿No obstante la caída de tres dinastías en un siglo? ¿No obstante la experiencia d? tres Repúblicas? ¿No obstante haber lanzado sobre Europa desde el

Sinai revolucionario la tabla de los derechos del hombre?

¡Dioses inmortales! ¿Qué República será posible en España? ¿Predicará nuestro gran Gastelar para Espa­ña su República democrática en toda su pureza, que todavía no es posible en Francia?

y sí la cantidad de República que es posible en Francia, fuera también posible en España, ¿qué ten­dríamos? Una República cuasi monarquía, y un pre­sidente cuasi rey constitucionáL ¿Y por un cuasi conmoveríamoshondamente al país?¿Y son esos los grandes ideales que deben producir los grandes en­tusiasmos que el Sr. Castelar necesita para desarrai­gar una institución secular?

Da pena ver á nuestro gran orador aplicando su inmensa inteligencia á levantar del suelo un grano de arena.

Por fin, ha logrado el gobernador de Huesca, cons títuir la mayoría del nuevo Ayuntamiento.

Para conseguirlo, ha tenido que recurrir á los ele­mentos carlistas.

Gracias á los cuales, tendrá Huesca un Ayunnta-miento alfonsiuo...

Para concertar medidas semejantes, no hay como un

gober­nador corser-vador,

con música del famoso terceto de La gran duquesa de Gerolslein.

A Tiieia pluma

¡Tranquilicémonos! La Correspondencia ha sido competentemente au­

torizada para tranquilizarnos... Hé aquí en qué términos: «Por nuestra parte, no ocultaremos la verdad oflcial so­

bre este delicado asunto, si llega el caso, pero nos con­suela el recordar que en Italia y Francia, teniendo inva­didas varias provincias del litoral, no se ha presentado caso alguno en Paris y Roma.»

Eso es lo que se le ocurre á cualquiera: —Si el cólera ha respetado á París y Roma, ¿por

qué no ha de respetar también á Madrid? Una vez declarado en España, ¿no ha de conceder á la villa del oso los honores de corte?

Lo sensible será que el cólera venga imbuido de las ideas modernas, eminentemente descentralíza-

¡Hasta el cólera! No ya la democracia republicana, ni el carlismo

intolerante, ni el moderanlitano impenitente, pero hasta el cólera se le pronuncia al Sr. Cánovas.

Como dos epidemias se rechazan mutuamente, se i doras... creía—y esto era lo único que se podía agradecer á Y nos descentralice por el eje. los conservadores—que el canovismo ahuyentaría al siniestro viajero del Ganges...

Ni aun para eso sirve la reacción. Li Correspoudencia, competentemente autorizada.

/# La reprensión del ministro de la GobemM;íon á la

previsora, celosa, activa, diligente y enérgica auto­ridad civil de Alicante, ha sido tan severa, que inme-

reducía anteayer todo lo que se viene diciendo á cua- diatamente ha anunciado su dimisión la susodicha tro rumores. ' autoridad conservadora, afirmando así una vez más

Nosotros apuntamos el rumor revolucionario, el su celo, previsión, actividad, diligencia y energía el rumor carlista... Y dijimos: i ^ "" r_ii. .„-.. Y dice La Iberia:

«Con esto corona ergobernador su conducta. Permitir la entrada de una familia de Cette, y marchar­

se á la vista del peligro es completar el cuadro de una conducta que merece premio.»

Digamos como en los toros: —¡Que se lo den! ¡Que se lo den! Suponemos que, en vista de las presentes círcuns-

* • , . ¡ tancias, habrá desistida el Sr. Romero Robledo de —¡Ya le tenemos aquí!—decían los más inoré- su proyectado viaje á San Sebastian.

duloS . I eJSjSb» Por sí ó por no, suponemos que, ante la amenaza j El ejemplo de los izquierdistas de Barcelona cunde-

del cólera, apresurará su regreso el Sr. Cánovas... j Gran número de izquierdistas de la provincia de ¡A ver quién de los dos puede más! Granada se han convertido á las ideas y procedi-

rumor isabelino y ¿Cuál es el cuarto? \

El cuarto, por lo visto, es el que ayer se extendió ' por todo Madrid, con grande alarma de los más indi­ferentes. I

Si no en las Ventas de Alcorcon, los microbios es­taban ya en tietafe desde las tres.

míenlos de D. Manuel Ruíz Zorrilla. Han vuelto—dice un colega—á la casa paterna., ¡Ventajas de la política conservadora! La dinastía puede dar las gracias al Sr. Cánovas.'

La traslación del cadáver del cardenal Moreno á la estación de las Delicias se veríticó ayer, aunque no sin novedad.

Y eso que, bien mirado, no se puede calificar de __ novedad á ninguna cuestión de etiqueta... Sigue este ó aquel diario oficioso—no todos se per-

Porque las de este genero son las cuestiones de fallen ciertos exceá**sr~publicando,reseñas del viaje rigor y de ordenanza en ciertas ceremonias. ¿g j5_ Alfonso por Galicia.

En la de ayer no surgió más que una, y estuvo á Algmios detalles son verdaderamente conmore-punto de surgir otra, dores...

Hubo la del capitán general de Castilla la Nueva, Aunque no tanto como los que publicamos en ca­que pidió puesto en la presidencia del duelo, y como pítulo aparte, Umados del Diario de Vigo. se le negaran, echó á andar delante del cortejo con j¿[ rey estuvo en Villagarcía á punto de verse en sus ayudantes. , ., , . . . gravísimo apuro.

¿Quién dirigía la falúa r^al? ' Sea quien fuere, le señalamos á la 'admiración

de los dinásticos, que—dicho sea de paso—deben estar, entre unas y otras cosas, con el alma en un hilo.

El Nuncio, más cauto y previsor, dejó de asistir— así lo dice un diario de noticias,—á fin de evitar conllictos análogos.

Nosotros, como nos los cuentan, contamos estos lances y percances de la etiqueta v del autorita­rismo.

Nos limitamos á deplorar que en este punto estén más adelantados los chinos que nosotros; y nos con­tentamos con decir, corno el Lavi:

—¿Con qué se pican, eh? Pus manque se banderi­lleen...

Leemos: «Ha sido denunciado nuestro colega La Vnion Vasco Na­

varra por un articulo sobre el proyectado viaje de D. Al­fonso á Bilbao.

También lo ha sido El ¡ntrac-bat. Esto es lo que se llama vivir de milagro.» Ni la noticia ni el comentario tienen nada de par­

ticular en sí para los que ya estamos acostumüra-ün apreciable colega dedica un artículo, todo un 'I"'*-

artículo, un artículo hecho y derecho, al crimen de L° peregrino es q̂ ue noticia y comentario están la Granja. tomados de un periódico ministerial, áe Eí Noticiero.

El artículo empieza de este modo: i'̂ **' ?* hasta apocalíptico, inclusive! • Son verdadararnjnte incruiüles los pormenores que se Un diario conservador que se asusta de lo que pa­

nos escriben sobre la apatía observada por las aulorida- sa... ¿Hemos llegado á la plenitud de los tiempos? des judiciales de Segovia, con motivo del horroroso crimen ¿Será cosa de echarnos á la calle pidiendo confesión» Cometido por Ventura Herrero. ^̂^̂^̂^̂

Tres días después del asesinato de la infeliz doacella de Una noticia lúgubre, y sin embargo cómica: jos Sres. de Camarón, tres días durante los cuales éstos »El dia que se bendiga el nuevo cementerio, comenzará hablan cuidado que no se tocara a iii iguno de los objetos á publicarse un periódico titulado la Hecrópolisde Madrid.' salpicados desangre, para que la autoridad Judicial pu- Suponemos que no vendrá á levantar muertos. diera formar idea exacta del hecho, m eijaez de instruc- £„ este caso lo nrnhih^i-ía P1 ffoht.rnaHor cion se habla presmitado, ni el dscal de la Audiencia de lo A ,,?*:» 1; ' • ' ^ . i .^ M^„ „•;., -.ic criminal, ni en la sumaria habia entendido nadie masque ^ Aunque, bien vista la cosa, su publicación quizás " ' : •-•-•' , . . . _,_..._«._ ..̂ . , . 1 , halagaría al Sr. Remero Robleda el juez municipal, panadero de profesión, que se había h-milado á lomar al reo una daclara^ou suinansima...»

Y así sucesivamente, para asombro y estupefac­ción de los nacidos. " | ^"^

Porque el colega que tan de relieve pone el lamen- El periódico en cuestión tiene precedentes, table estado de la administración judicial en tiempo ! Recordamos un BJetin de las benditas ánimas de Cánovas, es un diario minisleríal. La Época. \ Purga!or o.

[La Epoc:, que viste y calza! | Mandand.o Cánovas, ese periódico resultaría órga-Las costumbres pornográiicas tienen eso de bue- no de lodos los ciudadanos españoles.

No por nada, ¡sino por estar próximas las eleccio­nes de diputados provinciales!

del

no... De cuándo en cuándo, hacen ver las cosas en toda su espantosa desnudez.

Detalle triste de la traslación del cadáver del car­denal Moreno.

Los niños de los Asilos benéficos, á quienes se obliga impíamente á ser comparsas de estas luctuo­sas ceremonias, iban por el sol con la cabeza descu­bierta.

Las mujeres, compadeciéndoles, les decían cuando pasaban delante de ellas:

—«Ponéosla gorra...» Pero los niños seguían graves, como qui'-n des­

empeña un importante papel. El Dia añade esta observación: «Esía noche tendrán dolor de cabeza; para los huérfa­

nos el dolor es un antiguo compañaro.» Un antiguo compañero, sí. del cual no han de se­

pararles ciertamente la rutina, la vanidad y el fana­tismo.

» Otro detalle: Detrás de los clérigos Ostentosapiente ataviados,

venían dos frailes con sus burdos hábitos y sus lar­gas y despeinadas barbas.

Era la primera vez, después de muchos años, que figuraban frailes en un cortejo púbUco.

lOh coincidencial

No podemos decir lo mismo del que se va á pu­blicar ahora...

¿Es, por ventura, órgano de los difuntos? Pues lio se le puede negar carácter indiscutible­

mente canovista. .

El secreto del capitán Renard Le Fif/a-o es el periódico de París que ha seguido

con más atención é interés los recientes ensayos de dirección de los globos, por los capitanes Renard y Krebs.

En el último número que hemos recibido trata otra vez de esta cuestión, y de su trabajo tomamos lo más interesante. Presenta la cuestión en su verdadero es­tado y no queremos privar á nuestros lectores de que la conozcan en su realidad.

La masa del público no ha visto en el experimento de 9 de Agosto de 1884 más que una sola cosa: el globo partió, llegó á donde se quiso y volvió á su punto de partida.

Gomo ningún otro globo pudo hasta ahora hacer otro tanto, se concluyó de aquí que el secreto de la dirección de los globos habia sido descubierto. Un

f ian número de gentes sencillas cree que el capitán enard guarda su secreto bajo triple cerradura en

Chaláis, y que él solo puede decir: ábrete, Sésamo. Pues bien, el secreto del capitán Renard consiste

implemente en esto: Los Giffard, los Dupuy de L^^ tie y los Tissandier, no disponiendo de estaciones d* ;lobos, fijaron anticipadamente un diapara Henar o' í.uyo y elevarle.

Pero la casualidad hizo que el aire tuviese aque< los dias una velocidad superior á la velocidad pro*

pía de sus globos, y estos fueran dominados por it corriente, que los llevó á donde quiso. El public<* dijo entonces: la dirección de los globos es impo* síble.

En Chaláis, por el contrario, el globo esperaba, hinchado en un local bien cerrado, la ocasión favo*' rabie para salir.

El día 9 de Agosto reinaba una calma perfectas Un glóbulo lanzado para ver la dirección del vientos sé elevó hacía el zenit. La ocasión pareció buena* Abrióse de par en par la gran puerta, salió el globo^, la hélice fué puesta en movimiento, el aeroslatí marchó, diríjióse á Villebon y volvió á su punto d» partida, en medio de la profunda estupefacción d i los espectadores. ¿Sé comprende ahora el secret» del capitán? £1 éxito de la prueba dependía de un* puerta abierta á tiempo.

Esto es de una sencillez cSpaz de dar envidia al huevo de Colon.

Si durante el experimento del 9 de Agosto se hu« biese levantado una brisa repentina, los especiado* res hubiesen dicho tal vez, viendo perderse el globol no lo han hecho mejor que sus predecesores.

Esto hubiera sido, sm embargo, una injusticia, porque el globo de Renard y Krebs constituye u a gran progreso, especialmente bajo el punto de vista de la estabilidad en la marcha y del aumento de 1{ velocidad propia.

La atmósfera no era navegable para el globo da Dupuy de Lome sino cuando el viento era inferior i t metros 50 por segundo; no lo era para el globo da Tissandier sino cuando el viento era inferior á tres metros. El aire es navegable para el globo de Renard y Krebs, siempre que su velocidad sea inferior á ocha metros, es decir, un diez por cada dos.

Por último, ciertos pormenores de construcción son obras maestras de mecánica. >

Le Fígaro promete la descripción del globo de Ra. nard y Krebs, que reproduciremos ¿ nuestra vei.

En San Ildefonso Al corresponsal en ésta de £í Correo le han senta*

do mal mis censuras al tiro de pichón, y debo deda* rar de antemano que al escribirlas no he tenido otro objeto que el hacerme eco de impresiones, y aun de frases recibidas y oídas en el mismo establecimiento. Si el referido corresponsal presenció, como yo, la ti» rada del martes 26 del pasado, convendrá conmigo que la censura era justa. Yo comprendo que siendo tan hábiles los concurrentes al tiro, no siempre pue* da disponer el propietario del número suficiente de pichones en buenas condiciones; pero es preferible que lo haga comprender así á los tiradores, áque les presente pájaros que no sirven para el caso, como sucedió aquella tarde. En cuanto a lo alto de los p r c cios, á nadie ocurre pensar que el empresario trata de especular con su establedmiento, ^ no he tenido yo la intención dé atrijbuirle tal propósito.

Entiendo, que como negocio, el tiro de pichón da San Ildefonso es una ruina. Las condiciones de Ma« drid no son las mismas que las de San Hdefonso, f si en la corte hay público bastante para sostener esa diversión, en este real sitio no puede haberlo. Qui» zas si el dueño del eslablecímiento hubiera tenidc en cuenta que á la Granja vienen muchas gentes que si no asisten al tiro de pichón de Madrid pudie» ran asistir á este, y que siendo los precios mas eco» nómicos y en lugar de querer sostener el carácter aristocrático de esa diversión, tratara de democrati» zarla, la concurrencia y los tiradores serían más nu'» merosos, quizás, decimos, entonces los ingresos se» risn mayores y no habría que temer que estos no cubrieran los gastos.

El señor conde de Víllanueva de Torres, adminis* trador de este real sitio, ha tenido la bondad de acó» ger una indicación nuestra y ordenar se procediera á limpiar y recomponer los desperfectos de la fuen» te mineral. Damos, pues, las más expresivas gracia* al señor administrador en nombre de las muchas fa» mihas que asisten á dicha fuente. Ahora lo que de« bemos esperar es que los niños mal educados no conviertan otra vez aquello en un lodazal. Con ua poco de vigilancia por aquellos contomos, creemoc que la cosa se podría evitar. Recomendamos esta in< dicacion al señor conde de Villanueva

Hoy, como domingo, ha corrido una fuente y ha to« cado, ante la cascada nueva, la charanga de cazado» res. Sin embargo, á las seis y media, cuando la con» currencía era más numerosa, una lluvia torrencial ha venido á aiiuar la fiesta y á dispersar las gentes.

Estas han continuado hoy comenteindo los mu­chos incidentes del crimen del jueves. En los corros de los jardines se han dirigido fuertes censuras á las autoridades j udiciales de Segovia, que á pesar de la na« turalezay las circunstancias del delito¡ no han tenida por conveniente moverse de su sitio, dejando el asunto en manos del jnez municipal de ésta y al preso en el hospital, sin custodia alguna. Se cuentaa tales detalles, que el asunto toma el carácter de es­candaloso. Las personas más importantes de la colo­nia ha habido momentos que han querido telegra­fiar al ministro de Gracia y Justicia para enterarle da los incalificables descuidos y la negligenciasupinada los encargados de la administración de justicia ea este distrito. ¡Ruena anda la Administración en to­dos sus ram,os, en estos tiempos conservadores!

El tiempo sigue fresco. Esta tarde, á última hora, se ha dicho que seria

posible que de prolongar la familia real su estancia en las provincias, no volvieran á este real Sitio, marchando directamente á Madrid.

Desde Yigo Una de las modas francesas que han tenido ma­

cha aceptación en España es seguramente la «des Baíns de Mer». Ünase á esta predisposición el con­venio de las compañías de ferro-carriles, eslablecie»» do viajes económicos de ida y vuelta á las p lay^ gallegas, y comprenderá V. por qué Vigo se encuen­tra hoy favorecido con la presencia de algunos mileS' de forasteros, disfrutando el dulce placer de La /)ion-"ha en agua salada, después de varias ejecutadas eá tierra firme. , Vigo ofrece pocos, muy pocos atractivos, por* sí

mismo; pero sus habitantes son muy amables y tra­tan de cít^ar gratos recuerdos de la temporada A

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«s iii Libtíi-iil—liLiiiUm '¿ ü« ¿5cUcmt»i'«.

:ssaas£ I liit 1)11- (•'éjfMi.li^iitir

«DM1109 los rrtafte». )P«ro los alrsdedores y el puer­il)! t s to es u» encanto indescriptible.

I Personas más autorizadas han becbo y harán mil f0ee$ más la relación de los sitios admirables que

^ fltisten desde la «mbocadura de la ría de Yigo hasta , fliás allá de Redondela por un lado, y una excur-Jision á Bayona por otro. Sólo me concretaré á mani-íestárie cuál es mi dolorosa sorpresa, al notar que *m este puerto, único en el mundo, hay uno ó dos Vapores anclados y algunos faluchos.

, La mayor diversión es el Bafio y verdaderamente M establecimiento «la Iniciadora» convida á acudir «é l . Admirablemente construido sobre rocas, en un f Spacio robado al mar, su dueño D. Cándido Soto, no ,ia perdonado medio alguno para que pueda rivali-

f ir.conlos primeros,yloha logrado. Baños frios, ca-entes, de mar ó dulces, duchas, de vapor, sulfuró­

los, etc., etc., todo se encuentra en este estableci-jíniento donde pueden bañarse á la vez 600 personas í e ambos sexos, y que desde el amanecer á la tarde está fáí^orecido con la totalidad de la colonia vera-Siega.

Dias pasados he visto al general Corona, ministro ije líéjico; al conde de Retamosoy familia, D. Vicen­te Pérez, diputado á Cortes; etc., etc., y actualmente ie hallan entre nosotros la señora marquesa del Pa­zo de la Merced, los condes de Vilches, marqués de Pifuerola, presidente de la Audiencia de Corufia y Ifefiora, D. Salvador García de la Fama y señora, don ¿eopoldo Barcena y señora, y mil otros que no re-«uerdo.

Mañana se espera la visita de los reyes, y se pre­para una función regia en el teatro Tamberlick. Pro­mete estar muy concurrida, peí-o la mayor parte de los concurrentes va por curiosidad.

El calor, muy fuerte de dia. De noche no se puede ¿alir sin el abrigo. En el lazareto no pcnrre nada de particular, y en Vigo ningún verano hubo tan pocas defunciones como éste.—F. B.

Vigo 29 Agosto 1884.

Extranjero Telegramas de la Agencia fabif»

PRjttCCIA PARÍS l.»-*Bolsa de hoy: fondos franceses, S por 100,

,78-80;4 li2 por 100, lOg-40.—Pondos espaftoles, 4 por 100 exterior, SB-vS.—Obügaciones Cuba, 492-00.—Consolidados ingleses, 100 15il6.—Ultima hora: 4 ppr ICtó exterior, 59 P¡f6.—ídem amertizablo, .74-3i4.—übligaGu>nes de Cu-ha, 490.

INGLATEjlBA LONDRES !.•—Clausura de la Bolsa de hoy; 4 por IOQ

«:^terior español, 59 5j8. BGtGICA

ÍBSCSKLA8 M.—Los manifestantes se han puesto en marcha á las dos y media de la tarde de hoy.

El tiempo es nutilado paro sin lluvia. £1 número de ma-líifestantes es imponente.

Ha* grande entusiasmo. £1 orden as completo.

COIMA PARÍS 51 (n.)—La Agencia ¡fyvaih» recibido un telegra-

M deHóng-Kong feehadoá las ocho de la mañana de hoy, wmnciando que el virey de Cantón teme que los franceses •taquen los fuertes de Bogué.

Los empleados de la aduana de Cantón han salido todos Innáediatamente, porque una proclama oflcial pone á pre-«10 ta cabeza de todos los franceses residentes en la ciu­dad de Cantón.

PEfl:iSí29(Agosto).-El Japón ha presentado á China roclaraaciones reivindicando la soberaiiia del grupo de {aowshou.

fis inexacto que Cliínahaya declarado la guerra. LONDRES 1."—Bl Times de esta mañana publica un te­

legrama de Fu-Tchú, fechado ayer, anunciando que han ¿isparado un tiro sobre el almirante Inglés Mr. Dowell, que está actualmente cerca de la Pagoda.

Añada el telegrama que el cónsul de Inglaterra ha po-éido escapar a dura» penas del palacio del virey, de donde falió disfrajiaclo.

Los chinos bloquean Limpoa. . H almirante í&urbet ha dejado dos cañoneros eo la «fthocadura del rio Min.

El fim#» pubHca un telegrama de Hong-Kong, fechado « 31 por la tarde, diciendo que los chinos pagarán una fademnisacioapQr los destrozos que hayan hecho después líel bombardeo do Fu-Xchú, e» los puertos abiertos en íirtwd Ofi los tratados.

Una familia d« más plazas que el mayor de nues-^ 8 batallanea de cazadores en su actual organiza-cien.

En el Brasil hay una familia curiosa: el jefe tiene 121 años; su señora, 118; los dos hijos mayores, 97 y 98; ésto» tienen once hijos, el- menor de 47 años, »l mayor de 80.

La caterva se compone de nueve hijos, S9 sobri­nos de los tíos, que resultan US nietos y 333 biz-liietMé

l a s provincias

\ l a Gaceta I>e ayer

MINISTERIO DE GRACIA Y JÜSTIOÍA.-Heal orden, » At^*t», dejando tm efecto, á an instancia, el nombramien lo de D. Enrigtffi Bsrwuidei: Reina, registrador da Vi«h.

lILNISXmO W LA aOBERNAGlOM. - Real orden, fecha H MW. confirmando i a suspensioi^ del Ayunta­miento de ®icinásQla¡ idem.id., confirmando la suspen­sión del alcalde de Peleagonzalo (Zamora), O. Sosé Calvo, V alzándosela como concejal; idem, 19 de Mayo, confirman­do la suspensión del Ayuntamiento de Laujar¡ otra idem, i& Mavo, altando la suspensión de los eoncejalea de Jalan­te, manteniendo la del alcalde, disponiendo que se remi-. ian á los tribunales los antecedentes relacionados con el «xpedtente.

CONSEJO DE ESTADO.-Decreto-sentencia de 24 de Hano, absolviendo á la Administración de la Isla de Cuba it la demanda de agravios formulada por D. José Mana 4e\ Campo, i^bre autiúaítíres de inveras.

Dirttm» seitenl iM kt ^i«rM.—Se «naneia 1* vacante dal R«^istre de la propiadad d« Santa Maria de Nieva. Lat soUoitudesse aaaütenhastawde Octubre.—Relación da )oi nombraipieatos de notarios archiveros de protocolos y escríbanos, solicitudes hechas durante los tQesea.da £ne-to V Febrero.

KftQChn gmartí ie hukuíxitm ptidMea,—Relación de las íbtAt presentadas en el cuarto trimestre de 18*2 para op­tar á fos banalicios de la propiedad intelectual.

biftt^m mmral ÍÍ¿ AgiieuUura, hulustria y (^n«rm,f Relación délas marcas cuya propiedad está solicitada.

GuMcriMíerio d« 4r<íí.—Desde el 15 al 50 de Setiembre <e haUa afaíeria la matrícula en la secretaria de la Escuela, para «I perfedo de la caiTera de comercio.

-«Desde el IS al 30 de Setiembre, de siete á dies de la noche, se hallará abierta la matricula para la enseñanaa de artesanos en la» oehe salones de la Escuela de Artes y oficios, distribuyénde»» ¿ admisión de matriculas en la forma siguiente:

Ciases gráflca» yjprictifla», sección central, calle de Re­latores, Bumero a¡ Mi. Mceion segwda. calle do Isabel la Catáhca, numero 35; id. sección teruera, calle de los Kstu-üjos. número 1; Id. cuarta, calle del Turco, número U;

' a. quinta, calle de la Palma, número 38; Id. sexta, calle , jd* la Princesa, Buen Suceso; id. sétima, tercera Casa Con-

«rteriai, calle Imperial; id. octava. Ribera de Curtidores,

. J w * ! «rales: sección central, la asignatura de eolorido »«««w<a}^ todas |i,g secciones. La malncula da la clase

> • . -

El| Muchawiel (iticaníe) ba ocurrido UB fnoendio, á consecueoeia de haber ardido las ropas de uD ca­dáver que estaba de cuerpo presente.

A b s do» de la tarde dej día H descargó en Villa-rejo del Valle una chispa eléctrica en un guango donde dormían varios trabajadores, dejando cadáve­res á cuatro de ellos, dos hombres y dos mujeres é hiriendo gravemente á otros cuatro hombres y una mujer, y levemente en una pierna al dueño de la propiedad donde trabajaban. La mujer, que está gra­vemente herida, ha tenido la desgracia de perder dos hijos, hallándose durmiendo entre arabos cuando ocurrió la desgracia; y uno de los heridos, ó sea el otre que lo está gravemente, ha perdido á su madre, junto á la cual estaba durmiendo también. La pobla­ción está consternada.

Desde que el correo se remite á Orihuela por e. ferro-carril, no ha llegado un solo dia con la fecha corriente. Así lo dice Bl Noticiero de aquella locali­dad; de manera que la empresa ha retrasado con sus trenes veinticuatro horas las comunicaciones.

Ya nos explicamos ahora por qué se le levantó la última multa.

Empresa tan retrógrada debe merecer los pláce­mes y la protección del actual ministro de Fomento.

El Diario de Vigo, fecha 29, inserta una sección telegráfica relacionada con el viaje de los reyes por la provincia de Pontevedra, en la cual se lee lo si­guiente:

«ViUagaroia 28.—D. Alfonso llegó á ésta el martes, sieiulo recibido sin la menor demostración de entu­siasmo. En el desembarque ocurrieron las siguientes peripecias:

La falúa en que el rey venia á tierra fué tan mal di­rigida, que se la condujo sobre unos peñascos, en donde no se sabe lo que hubiera ocurrido á no ser por los espectadores que gritaron desde la orilla dan­do aviso del peligro. Aunque á tiempo dio vuelta la canoa, no se evitó que varase al principio del canal que conduce al palacio de la duquesa de Medina de las Torres, siendo nocesario que saliese un bote de la propiedad de esta señora á prestarle auxilio. Los ministros, el jefe de la escuadra y los demás perso­najes del séquito, tuvieron que desembarcar en un bote de servicio de un galeón.

Tan solo en casa de la duquesa hubo iluminación y aun esa ha sido poco vistosa.

Los reyes y su séquito almorzaron ayer en el pa­lacio del marqués de Aranda.

En la pobludon no he visto ninguna clase de fes­tejos.

En este momento, las nueve de la mañana, salen los reyes para la escuadra, la cual zarpará á las diez con dirección á Marín. Cuanto se diga sobre ovacio­nes hechas por el pueblo es inexacto.»

«Pontevedra 28.—Es la una y media de la tarde y acaba de fondear en Marín la escuadra. Los reyes lle­garán á esta capital á las tres de la tarde. No veo pre­parativos de ninguna clase para recibirles.»

«ídem id.—Llegáronlos reyes siendo recibidos por las autoridades, y fuerza de Luzon con su teniente coronel y la banda de música á la cabeza. El pueblo no ha hecho manifestación de ijinguna clase.»

El sábado fué arrojada al mar en Bilbao una parti­da de bacalado francés, por valor de 60.000 pesetas, que se hallaba depositado, en épmision en aquella plaza. ____L__2l

Para el 8 del corriente ésié ¿efialada la inaugu­ración olicial del ferro-carril económico de Vallado-lid á Ríoseco.

El gobernador de Badajoz ha girado una nueva vi­sita de inspección en las oficinas de la Diputación provincial. i

La Defensa, estimable colega local, dice que empe- j zó á las nueve de la noche, terminando á la salida del ¡ sol, y que durante el acto ocurrieron algunos episo- ! dios womardinos en que no fué bien tratado uno de los más altos empleados.

La Defensa ignora los propósitos y alcance de tales visitas.

El choque de Astorga La compañía del Noroeste ha dejado cesantes al

inspector del movimiento, Sr. Goñi, y á los jefes de las estaciones de Astorga y.Vega Mayor, entre las cuales ocurrió el choque de que ha sido victima, en­tre otras personas, el ingeniero Sr. Mayo.

Palo de ciego podría llamarse á esa cieterminacion, si no asaltara la duda de si habrá sido dictada para sal­var toda responsabihdad de la empresa, ouando,segun van demostrando los hechos, aparte de la interven­ción que el personal ha tenido en el accidente, su causa princijjales perfectamente imputable á la com­pañía, como intentaremos probar coa los siguientes antecedentes.

Desde luego se advierte que la cesantía del jefa de Vega, si no reconoce otra causa que el choque, es completamente injusta. Disponen los reglamentos que en caso de interrupción telegráflca, el cruce de los trenes no debe de ninguna manera variarse. El erüoe del tren exprtii número 1, y el de mercancías número 200, se hallaba establecido en Astorga y co­mo el telégrafo estaba interrumpido, de ninguna ma­nera debió darse salida de Astorga al tren easpress, ni que llegase el de mercancías. Cumplió, pues, con el reglamento ©1 jefe de Vega dando salida áesle último, tanto máe cuanto que á la tentativa de comunicación que hizo Astorga para obtener la vía Ubre, contestó Vega diciendo que no se entendía el telegrama y así consta en el regiatro de los telegramas. '

Pero ípor qué estaba interrumpida la línea tele­gráfica? Pues lo estaba por inutilización del aparato receptor; porque la eompaftía no tiene de reserva aparatos telegráfices en las estaciones,- á pesar de que los usados son viejos y en mal estado, corres­pondiendo al resto del material, que, según unánime opinión del públioo, es det^tablé.

¿Qué pudo hacer el jefe de Vega para injpedir el Ohoquef Nada. ¿Qué le hubiera pasado si detiene el tren de mercancías? Sufrir una corrección ó la cesan­tía, porque dejaba de cumplir las instrucciones re­glamentarlas. Pues, á pesar de esto, se le deja cesan­te, envolviéndole en responsabilidades á que es com­pletamente ajeno.

Con semejante naanera de proceder, la coippafiia del Noroeste no tendrá un buen empleado. No irá á esa línea más que el desecho de las demás, con lo que aumentarán los peligros de viajar ppr la línea de Galicia, que, como se va viendo, po son infundados,

£1 cólera He aquí los últimos despachos oficiales relativos

al desarrollo de la epidemia en Francia y en Italia.

Despac&os oficiales-de la noche: ^ Marsella L°{9-i5n.)

Durante las veinticuatro últimas horas se han re­

gistrado nueve defunciones del <)ólera en Ittfsella, dos en Tolón, y nio|una en Arles.—Ruií Oofinez.

Persignan l .°(H-50m.) Pirineos Orientáis»! Porpignan, dia 31, ocoo ata­

cado», de ello» algunas graves, muertos seís;Catllar, uno: Prades, dos.—García.

Per;)<^a»tl.''(5-101.) En Carcassona, el dia 30, tres atacados y cuatro

muertos; en Narbona, dos defunciones, y en Lí-moux, otras dos, el dia 31, en Carcassona, nueve atacados, dos muertos, uno de estos en Narbona y otro en Limoux.—García.

Tolón I." (6-35 t.) Hoy cinco fallecimientos, de los cuales dos del có­

lera.—Bourgarel. Cetó«l.°(7-20n.)

Durante las últimas veinticuatro horas ha ocurrido una defunción en la ciudad y dos en el lazareto don­de quedan tres enfermos.—Orflla

Genova I.,'(12-40 n.) Provmcia de Genova dos casos, dos defunciones;

en la de Bergamo, Brignano, Cemónico, Gorme, En-deuna, Seuna, Sampietro, Pellegrino, Treviglio, Ver-dello, VeYdova un caso; Alzanova^iore, Oriolso dos; en Bergamo tres casos nuevos y seis defunciones, en la provincia de Bologne dos "defunciones, en la de Campobasso, Gastelonne uno, Pizzone dos, total tres defunciones; provincia de Cuneo, Busca 12, Manta, Sevigliano, Verzuolo uño, Cerbere y Villafa-letto dos, en Cuneo seis, en Contrallo siete, en la provincia de Massa tres defunciones, en la de Ñapó­les, Resina, Sanmartino, Ñapóles uno, todos fulmi­nantes; provincia de Parma, Santantonio uno, Vi-llafranca dos defunciones. En Spezzia 33 casos y 19 defunciones.—Cónder.

LA SÁLÍJDl'ÜBLICA en la península

Las alarmas en Alicante Desde hace algunos dias hablase en aquella capital

de algunos casos de enfermedad sospechosa ocurri­do en la misma. Citábase una familia procedente de Argelia, víctima de varias pérdidas, y se anadia que mercancías procedentes de Marsella y llevadas á Ar­gel, habían entrado en Alicante «in impedimento ni precaución alguna.

Los cartas llegadas de aquella capital hacíanse eco de esos rumores, con las naturales exageraciones que suelen acompañar á esta clase de noticias. Una de ellas que se nos ha puesto de manitíesto, deoia con fecha 30 de Agosto:

«Hoy hace cinco disis que declararon los tres mé­dicos, Sres. Ansó, padre é hijo y Sagües, que una familia (la de los Dols)recientemente llegados de Ar­gel en el vapor Buenaventura, á la que se habia dado entrada por haber sufrido cuarentena, estaba ataca­da del cólera. Han fallecido ya tres de sus miembros y los demás, así como otras personas que como ami­gos les fueron á ver, están enfermos.

i)Se les tiene acordonados, ignorando si el mal se ha propagado más. Ayer una mujer, empleada en «dar los marchamo de aduana, fué atacada y se la Uevsyon al lazareto. Por ahora no hay nuevos ca­sos, y Dios haga que no los haya, pero temo que los fardos que dicho vapor trajo, que van con des­tino de esa y otros pueblos, lleven el germen para propagarlo en los puntos á donde irán destinados.

»Me inclino á creer que diches bulto» hayan sido confeccionados en Marsella, y que anta la imposi­bilidad de hacerlos llegar á España por los puertos por no tener admisión ni circulación los vapores de aquella prücedencia, hayan sido enviados desde di­cha ciudad al puerto de" Argel, como lo hacen con los contrabandos, y que allí hayan sido trasborda­dos al vapor que aquí nos ha ensuciado.»

Estas noticias,'que llegaron anteayer á nuestro co­nocimiento, no las hubiéramos publicado á no ver que otro colega de la mañana ha dado ya cuenta de las alarmas producidas en Alicante, alarmas, sin duda, exageradas, por no d,ecir infundadas, á juzgar por la siguiente manifestación de El Constitaeinnal, periódico de la localidad, en su número del 31.

«Llamamos la atención de la primera autoridad civil de la provincia sobre ciertos rumores que, con fines tal vez interesidos, propalan por la capital las personas que tienen un deber de dar la tranquiUdad á loe espíritus apocados, pues hasta hoy, digan lo que quieran los señores alarmistas, Alicante goza de una completa salud sin que haya habido ningún caso de enfermedad sospechosa, y si esto no fuera cierto, esperamos de todos los señores facultativos que ma­nifiesten con toda franqueza si son falsas ó erróneas estas noticias, pues á unacapjtal industrial como es la nuestra, hacen más daño los rumores absurdos, que decir con claridad al público lo que ocurra.»

El mismo colega se ocupa, en su atículo de fondo, del descuido que se nota entre las autoridades sani­tarias del puerto, que permiten, sin tomar grandes precauciones, la descarga de pipas procedentes de Marsella.

Hasta aquí las noticias que adelantábanlos ayer en nuestra edición de provincias. Reoogiendo después cuanto» antecedentes y notieias podían completar los informes en asunto de tal importancia, vamos á ex­poner con toda franqueza cuanto anoche se eonside-raba como exacto de toda exactitud.

El domingo de madrugada tuvo el director de Be­neficencia conocimiento oficial de haberse presenta­do algunos casos de enfermedad sospechosa en Ali­cante, con la particularidad de que ei primero que le comunicó tan triste nueva fué el gobernador de Va­lencia.

El Sr. Ordoñez se puso al habla por telégrafo con el gobernador de Alicante, pidió informes sobre el carácter de los casos presentados, pero no se le re­mitieron con la debida precisión; ordenó el más ab­soluto aislamiento de la oesa invadida, y otra serie de precaucione» de extremado rigor, para evitar el contagio, en el caso de que por desgracia fuera el oólera la enfermedad que se hania presentado.

La procedencia Parte de una familia alicantina se encontraba en

Cette hace algún tiempo, y al presentarse allí la epi­demia colérica se trasladó á Argel, de donde salió hace doce dias con dirección á Alicante, habiendo sufrido la cuarentena de rigor de siete dias, tiempo, que según las últimas declaraciones de los congresos médicos, es el de la Incubación del cólera.

Cumplida esta medida sanitaria, entraron en Ali­cante, hospedándose en la easa de su familia.

A los tres dias de haber llegado se sintieron ata­cados repentinamente de cólicos malignos cuatro individuos de la familia, con la particularidad de no ser ninguno dé los huéspedes, y al día siguiente fa­llecieron tres.

Hedidas Inmediatamente que el gobierno tuvo conocimien­

to del hecho, dispuso que con la mayor urgencia se

procediera alm¿< sogipleto afflantenta <ito la tuna' infestada, llevando i ta| iUfem'i el rigor, que se llegó á aislar hasta el médifio encargado d« su asis-< tencia.

Ningún caso nuevo se habia vuelta á presentar hasta ayer, en que se vio atacado uno de los sSrvién-. tes, ocurriendo también la defunción de otro da loa atacados con anterioridad.

Esté aislamiento absoluto es, sin duda, la caus^ principal de que no se haya propagado hasta la fe» cha el mal.

levelda Se desconoce el origen, pues aunque se tiene al»

gunos indicios bastante sospechosos, no son preei* sos, y esta es la causa que nos obliga á no consig* narlós.

El hecho es que ayer habia 16 casos en dicha po­blación, cuyo carácter no puede en drfinitiva deter­minarse, porque el director de Beneficencia no ha conseguido arrancar ni al gobernador ni á los médi-< eos del servicio sanitario ninguna declaración con* creta. Aunque esté en la conciencia de todos, nadi^ ha dicho todavía de una manera auténtica y oficial que sea el cólera morbo asiático la enfermedad qua aflige á dicha población.

De los tfi atacados han fallecido cuatro. Durante todo el dia se tuvo gran incertidumbre y

mucha zozobra; pero por la noche se recibió un des­pacho del gobernador de Alicante, con referencia al })atteqiífe le daba el alcalde del pueblo, manifestan­do que presentaban carácter benigno los casos p r ^ sentados.

Biche " '• '^ Desconócese también el origen de los casos sos*

pechosos presentados, que son dos en una mismt casa, la cual ha sido completa é inmediatamente ais^ lada.

Según informaban anoche en ios eentros oficiales, se encoutrabaa en un «astado relativaiaenti» satÁ í̂ac» torio.

Xoüdvar También en esta población se presentó ayer un

caso de enfermedad parecida á la que señalamos an­teriormente.

Se aisló bien pronto y no ha pasado de aquí hasta la fecha.

Artesa de Segre (Lérida) Los dos enfermos de carácter sospechoso se en­

cuentran completamente restablecidos, según des­pachos recibidos ayer en los centros ofíeiales.

Tolva (Huesea) En este pueblo se presentó un caso que infundió

gran sospecha en los primeros momentos por recaer en una persona procedente de Carcassona (Fran­cia) en cuyo punto tantos estragos ha hecho la epi­demia.

Fué aislado en una casa de campo y se encuentra ya restablecido.

Disposíeiones generales El gobierne remitió ayer un telegrama-c!fcula> á

los gobernadores de las provincias limítrofes de Ali' cante, declarando sucias las procedencias de dich» punto y ordenando se impida toda comunicacioa con ellas.

Ha dispuesto además que ni en los ferro-carriles^ ni en las diligeneias se admitan eq[uipajes ni mercan^ eías procedentes de las puntos en quelos casos 90»^ pechosos se han presentado.

Anoche se dirigió otro telegrama-circular á los go­bernadores de las provincias marítimas, declaranda sucias las procedencias de los puertos de la provin­cia de Alicante, sujetándolas á una cuarentena rigo­rosa de diez dias si no tuvieran accidente á bordo, y de quince en caso contrario.

Si en Alicante se presentasen nuevos caso» y s< declarase oficialmente el carácter colérico de la en­fermedad seria acordonada la población.

«f

m * En Ciudad-Real existe gran alarma por haber Ile>

gado á dicha población bastantes viajero» de Ali­cante.

Lo mismo suceda en Castellón, Murcia y Qtro( puntos.

La noticia de haberse presentado algún caso sos­pechoso en Valencia es completamente iuexaetSt se­gún los informes oficiales.

En Madrid Desde el momento en que se tuvo eonoelmient»

oficial de lo ocurrido en la provincia de Alicante, el gobernador civil, Sr. Villaverde, de acuerdo con el ministro de la Gobernación, dispuso que salieran para Getafe el médico de la sección de higiene del Gobierno civil, Sr. Laeasa, y el inspeetof especial Sr. Baquero, los cuales, en unión del Sr. Várela, mé­dico de la compañía del ferro-carril y del jete del Laboratorio químico del Ayuntamiento, Sr. Garagar-za, se pusieron en camino mmediatamente, llevando el último una caja de desinfectantes.

Con arreglo á las instrucciones recibidas por la autoridad superior de la provincia, detuvieron en Getafe el tren mixto procedente de Alicante, llevan­do los equipajes y las mercancías á la estación vieja, por estar más apartada del pueblo para proceder á su fumigación, sufriendo igual suerte los viajeros, en contra de lo que tiene dispuesto la Dirección pi* neral de Beneficencia, en sus medidas generales.

Más tarde, y por disposición del alcalde del pueblo, de acuerdo eoh el gobierno, se habilitó la ermita da Nuestra Señora délos Angeles para lazareto provi­sional, quedando en observación unos 90 pasajeros procedentes de Alicante.

Es Inexacto, por fortuna, que en la travesía haya ocurrido ninguna indisposición repentina, como s* decía anoche por los alarmistas.

Se ha dispuesto por el gobernador civil adei^áí que el médico del distrito del Hospital, Sr. Mendea Ugarie, con su expresa delegación, baje á la estación del Mediodía á la llegada de todos los trenes con iob« jeto de que proceda al reconocimiento de todos Ío<t equipajes y mercancías procedentes de AHeante, és* tando autorizado para proceder con arreglo é lo nu« le aconseje su criterio, en atención é los resultáaoa que arrojen los reconocimientos que practique.

Como el tren-«orreo pasó antes que el njinto, qu» fué objetó de fumigamon, circuló la noticia eon ca­racteres de gran verosimilitud, de que con»iguler9n, entrar en Madrid más de 80 viajeros procedentes df Ahcante.

*

Como sucede siempre en estos easos, la alsrtna t4 general, y las noticias más absurdas se lansan é 1« plaza pública, eon grave perjuioio daia to-anquilldad de todos.

Por fortuna, el carácter de la enfermedad «» 1« provincia de Alicante no está préeiaadQ, y en su virtud no hay gran nibtivp de alarma, iiuns» 09av«r niente y mucho menos en estos caaos.

J ^

Page 3: A Tiieia pluma€¦ · :-. >%-v" c-itií^^Xf", Madrid Ano vi. H/ 1.87Í' SOSCRiaONES I»A

£1 i ibfmlwMárt^ U de iSétiembre

LO que se dice Las reformas de GsberuacSon, sobre las cuales tra-

iteja constantemente el Sr. 3osch, están muy ade­lantadas.

Se reducirán á dos leyes, una que se titulará pro­bablemente, «Ley de organización administrativa,» en Ik cual estaráa comprendidas todas las reformas que «feetan á la provincia y al municipio; otra que se lla­mará «Ley del procedimiento electora!,» que com­prenderá las diferentes manifestaciones de la elec­ción para los Ayuntamientos, Congreso y Senado, con la natural distinción en las fechas, en la exten-£Íoa del sufragio y en lodo cuanto afecta al organis­mo político, siempre bajo el criterio restringido que ea estos asuntos tienen los conservadores.

El ministro de la Guerra fué fumigado ayer en la estación de Getafe.

I £sto parece que ha puesto de mal humor al gene-/ ral Quesada, y así se lo manifestó ayer por teléfono á I su compañero el de la Gobernación, fundándose en ' que, conocida su procedencia, que no era otra que la i de Valdemoro, no había por qué considerarle sos-; pechoso. _____ * Donde primero se dirigirá el general López Domín­guez en su propaganda será á Valencia, llevando allí

' además un compromiso particular, el de apadrinar á ' un joven diputarlo izquierdista de aquella provincia,

en su próxima boda.

Con motivo del estadcTdé la salud pública en Es­paña, se aseguraba anoche que el presidente del

¡ Consejo adelantaría su regreso á Madrid, y si se de-claraüe oficialmente el cólera, también la corte ter­minaría su excursión marítima en plazo más breve del señalado.

El Sr. Balaguer recibió en el correo de ayer la cir­cular izquierdista firmada por el duque de la Torre.

í Verá la luz pública mañana, según todas las pro­babilidades.

La estancia del duque de la Torre en Bfadrid, des­opiles que pase el período cuarenleuario que está su­friendo en Irún, será muy breve, regresando después Á Biarrits.

El gobernador civil de Alicante indicó ayer por te­légrafo al minisU-o de la Gobernación la dimisión de su cargo, que le será admitida, según anoche se ase­guraba, inmediatamente que pasen las primeras im­presiones causadas por el estado de la salud pública

' en aquella provincia.

El inspector general dlTSanidad, Sr. Tabeada, que presta sus servicios sanitarios en los lazaretos de In'in. ha sido trasladado á la provincia de Alicante, quedando provisionalmente encargado de aquellos

i l l iUvluüCa.

el médico más antiguo de los qne^ hasta aquí han ! au^psias, con dependencias para los facultativos y | .auxiliado al Sr. Tabeada en el desempeño de sus sala de espectacion.

Hay además una capilla, dos casas para el cape- j Han y el conserje y otras dos para los guardas. j

El depósito genera! es un gran salón con mesas de I mármol blanco, doce ventiladores y la cantidad de agua necesaria para la más compieza limpieza. Los depósitos particulares son salas estucadas con una mesa de mármol cada uno, ventiladores y agua.^

En el exterior y á los lados del edificio, se han instalado dos máquinas ventiladoras de gran poten­cia, que producirán el aire suíiciente para mantener constantemente puriíicado el ambiente de los depó­sitos.

El edificio y sus dependencias están cercados con­venientemente. Ha dirigido la construcción el ilus­trado arquitecto municipal D. Enrique Sánchez, y la obra se ha hecho por iniciativa del Sr. Abascal, á quien debe Madrid este servicio.

Anoche celebraron una extensa conferencia, en gabinete reserv^ado, los señores ministro de la Go­bernación, subsecretario, directores generales, capi­tán gciierai, gobernador civil y alcalde, para ocu-Í)arse de la redacción de una real orden relativa á as medidas sanitarias que han de adoptarse con mo­

tivo üe la presentación de ios c;isos sóspeciiosos en !ü provincia de Alicante, la cual se publicará en la (¿aceta de hoy.

(","'t^oie las disposiciones que consignamos en «tro Jugar.

íÁi» médicos de Alicante se resisten á ir á Novelda para encargarse de 1« asistencia de los enfermos sos­pechosos.

En su virtud, el ministro de la Gobernación pro­cura que de Madrid salgan con dirección á dicho pqnto algunos médicos de esta corle.

Se establecerá un lazareto, con el carácter de pro-Tisional por ahora, en la Venta de la Encina, y no en Almausa, como se liabia dicho.

El prooeso de Hiera Al terminar la resefia de la ultima sesión, dijimos que

.•a acusación privada había solicitado el careo de los tes­tigos José Ruiz Acebo (el Maatequero) y Maitiniano Cha-pero, cabo de la Guardia civil, y la defensa el del proce­sado Pozas y el Mantequero. Ambos oft-ecíeron bastante interés.

Hé aquí el extracto del primero: Acusador privado.—Ei testigo José Acebo ha afirmado

en el sumario y aqui, que se encentró al cabo Cliapero frente á la casa de Miar cuando iba a declarar, y que Cha-pero le amenaró si no variaba su primera declaración.

Presidente.—¿Es cierto? Acebo.—Si, seftor. Chapero.-^íío lo es. Le pregunté que dónde había osta-

lío la noche del 22 y jne dijo que en el estanco de Lavin, desde dírni^ «e dirigió á su casa, y que en la calleja de t 'er^a iiobia enconU-ado á los guardias á eso de las nue­ve y media. «¿Es posible—le dije—que encontraras á las nueve y media á los guardias en la calleja de Pereda?» y •dijo que si. Y yp le repliqué: «Eso no puede ser; mírese bien antes de declarar y no obre por sugestiones particu­lares que le pueden perjudicar. Es imposible que la pare-¡ja estuviese á tal hora en este sitio, dada la hora en que «alió é^ Uérgaaes.» Estas fueron mis palabras.

Acebo.—Eso no es verdad; V. me manifestó que si no quitaba la declaración que había dado, me llevaba preso cpdo con codo, y que ya lo vería.

Chapero.—Esoes cotopletameate falso; las palabras que yo pronuncié han sido las que acabo de referir; son esas ini&mas. Había allí seis 6 sMte personas que io presencia­ban. ¿Estaba ye miaado é desalmado! Diga V. qué hora seria. ¿Cuántas personas había elti?

Acebo.—Serian las siete ó seis y media de la tarde. Chspero. -¿Y como es posible que habiendo presentes

»eís ó siete persona, yo le pudiera amenazar, esjjoniendo tni conducta? Examine V. su conciencia; meta la mano ee Su eoraiton.

Presidente (á Acebo Ruií).—iSe afirma V. enio decía-tado?

, A«sbo Ruia.-Si, nefior,

& «sguado careo, ireri#eíSte*á petición de la defensa, faé BUtiji el proeesjide P«a« y el tesiigo A o ^ (el Man­tequero).

Presidente (al testigo.)-!). Aurelio Pozas lia dicho que V. !e llamó al sitio de la Hoz, no él á V. como V. ha mani­festado; el careo debe Umitas al punto de la contradic­ción, & ponerse ambos de acuerdo acerca de ese extremo.

Entablóse un vivo dialogo entre amlws, sosteniendo Po-«as haber dicho Acebo que tardé veínt(8 minutfls en Uegaf ¿e su casa al estanco y negando rivam(«to Acebo.

Presidente (á pozas.)—Concrétese V.; ao te t^aU siao de lo que ocurrió en casa de Mana Nieves.

Pozas.—Referiré sencillamente el hecho relativo a la en­trevista con el Mantequero. El dia que éste declaró, había Ío salido del pueblo á hacer varias visitas enLiérganes.

óando regresé por la tarde, me dijo mi familia que el Mantequero había declarado contra mi; esta noticia me afectó y le mandé inmediatamente un recado por oonduc-lo del secretario del Ayuntamiento; me devolvieron el re­cado diciendo que el Mantequero rae esperaba en ia Hoz; llegué-á la Hoz al anochecer con otros dos que me acom-

Safiában, y d nadie eneontramos allí, resolviéndome en-inces á ver al Mantequero en su misma casa. Al llegar, subí la escalara y entregué la escopeta á Ve-

íancio, que estaba arriba, diciéad«e: «Pónme por ahí la tscopeta hasta que salga.» Entré y hallé al M^tequero ea

cafres tan diestros, como los chino! en comer el arrea desgranado con palitos. Por lo deaiás, los trabajada-res están cometidos á un registro rí^orosísiino. £n habitaciones eonslruidas i propósito se somete i cuádruple registro á eada uno de los trabajadores. Todos m\0», antes de principiar los trabuos, se quie­tan la ropa y se ponen unos pantalones de punto sin costura y sin bolsillos. Al salir de las minas los re>-gistran los oídos, la boca, las narices y la ropa eon que trabajan. Este examen le hacen, uno tras otro, con cada uno de los obreros, el mayoral, el vigilante, el policía y el guardián de la mina. Para facilitar esta operación se obliga á los trabajadores á tener el pelo cortado á punta de tijera.

Como es imposible evitar el robo por el medio in­dicado de tragarse los diamantes, la policía sigue al trabajador á todas partes. Todos los negociantes ea diamantes, vendedores, compradores, talladores, cor­redores, etc., tienen licencia del gobierno, por la cual pagan anualmente 1.000 duros, y están obliga­dos á depositar en la caja colonial 10.000 duros en concepto de fianza para todo lo que pudiera ocurrir. Cada uno de ellos debe llevar un libro de registro, en el cual conste el nombre de la persona de quien compraron ó vendieron, ios corredores que interri-nieron en la compra, el peso de los diamantes, el precio, el dia, etc., etc.

Los agentes de policía, cuando tienen seguridad ó sospechas fundadas de que algún comprador, ven­dedor, corredor ó tallador, negocia coa diamantes comprados á los trabajadores, dan parte á sus jefes, ciue se presentan en la casa á examinar los übros y ú hacer todas las averiguaciones necesarias. Se lle­van éstas con tal tino y maestría, que pocas veces dejan de descubrirse los robos. El negociante, corre­dor ó tallador que aparece culpable, pierde sus 10.000 duros de depósito, y además está obligado á pagar oíros 10.000 por multa. Se le condena después á prisión y se le inhabilita perpetuamente para po­der ejercer de nuevo su profesión. jNo hay que de­cir si los negociantes serán incorruptibles ante el temor de talos penas!

Cuando llegan los extranjeros, la policía se encar­ga de averiguar el objeto que los ha llevado. Si van á comprar diamantes, un agente de policía se encar­ga de instruirles de la severidad de las leyes para los compradores de diamantes robados. Después de esto, cuando han trascurrido algunos días les mandan ca­fres con diamantes sueltos que les ofrecen en venta á bajo precio. Si caen en la tentación, son hombres I>erdidos. Se les confisca todo su capital y se les con­dena á 15 ó SO años de presidio.

Teatro de la Albambra Teníamos la oratoria al alcance de todas las iotcU-»

gencias. Las irregularidades y los atropellos al alcance de

todos los conservadores. Y las corridas de toros al alcance de todos los mu­

nicipios de España que no tienen escuela. Ahora vamos á tener la ópera, es decir, Hugonotes,

Norma, El Barbero, Fausto y La Africana, al alcance de todas las fortunas.

Cuando nos enteramos de que la empresa del tea­tro de la Alhambra ha pagado el recuerdo de las se­guidillas cantadas en español porBianchi, se decidía a emprender esta nueva campaña, le auguramos un buen éxito. No sospechamos nutica, sin embargo, que empezase la temporada con tan brillante públi­co como anoche. No le hay más numeroso ni mejor en ei Real, en los dias de gala con uniforme.

Si fuésemos revisteros de salones podríamos lle­nar una columna de nombres arisitocratieos y distin­guidos: si aspirásemos á hacernos célebres, hablan­do de los colores de los vestidos de las señoras, la suerte no podría brindamos mejor ocasión... Conten­témonos can decir que lo vimos todo de color d* rosa.

Si todos no piensan lo mismo que nosotros, de se­guro que el empresario nos da la razón. ¡Qué entra­da! No liemos visto nunca más gente en el teatro de la Alhambra.

Y' vamos á la obra puesta en escena. Se cantó Lucia, v el público, justo es decirlo, se

El cadáver del cardenal Moreno llegó á Toledo á £ f v S , ' ^ e % T r f , W ' i ? ^ . " " * / ' ^ ff", "' *•***? s tres menos cuarto. En la estación se rezó un res- ; ^^^IjJ^i^T. l^ IfAf'^'''^. ^^. ^L^:^^'"'} ° " ^̂

ia sala, recostado «obre «fl arca, y apelo al testinionio de Venancio, al relatar lo que pasó entre ambos, «si como al de su tia Mana Nieves, única familia que tiene, y á la que el Mantequero tuvo la avílanteí de deshonrar, sosteniendo que me concedía cieito género de favores que sólo otorga la mujer legitima.

(Dice quo rae concedía esos favores una mujer que tiene más de 56 años! Me dirigí al Mantequei'O. que estaba, como digo, recostado sobre un arca; y poniéndole la mano en el hombro, le dije asi: «¿Con que has declarado conUa mi esta tarde?»

Me contestó que no era cierto, y le'repuse que rae cons­taba que había declarado contra mi. Por fin lo confesó, confesando también que había ido con Mora, y le dije: «¿Cómo te has atrevido á calumniarme, y deshonrar con nna falsedad á un padre de familia, á un padre de cinco hijos?» El inclinaba la cabeza hacia el suelo, no levantaba la vista, «yo iré mañana mismo con V. a Sautoña, rae dijo, y desharé la declaración.» «No, le dije, mañana es domingo, y no es necesario que vayas mañana mismo; pero el lunes vas á Santofja; preséntate y declara la ver­dad.» Me prometió que lo baria y le dejé, saliendo á la calle y encentrando allí á Luis Acebo. Recuerdo un de­talle que hoy me parece un aviso de la Providencia: Luis Acebo, al Hogar yo á la calle, me preguntó, y yo le coate lo ocurrido con el Mantequero y el resultado de la coníe-j-encia; y al decirle yo que el Mantequero me había confe­sado lo que había hecho, ofreciéndome ir el domingo á en­mendar su falta, y que yo le había hecho dilatar el viaje á Santoña hasta el lunes próximo, rae dijo: «Pues ha hecho usted muy mal, D. Aureho; debe V. ir con él á Sautoña mañana mismo.» Yo le repliqué: «No, hombre; yo creo que no es tan urgente; ya cumphra su palabra el lunes.» Luis Acebo, por invitación mia, se quedo en mi casa aque-j Ha noclie porque era ya bastante tarde y por temor al es­tado de desorden del pueblo de Miera.

Presidente {al Mantequero].-¿Qué contesta V. á lo rela­tado por D. Aurelio Pozas?

Testigo.—Yo digo que no es verdad nada de eso, El se­ñor Pozas me mandó buscar por la tia María Nieves al callejón de la Hoz; estaban alh ei médico, Luis Acebo, Pío y D. Francisco, y me dijo mi tia que D. Aurelio había di­cho que si no iba allá, el primer tiro que tirara seria para mí, y que me darían dinero para que me marchase á üilbáo.

Pozas.-Yo no puedo responder de que no dijera eso Mana Nieves, que por su cuenta pudo decir lo que quisie­ra; pero yo protesto de quejarais heamenazado al Mante­quero. Es una falsedad.

El depósito de^cadáyeres del Sorte Ayer.se verificó la entrega cíe este edificio al Ayun­

tamiento por el contratista de las obras. Está situado á espaldas del cementerio de San Luis y San Ginés, y consta de una gran rotonda central, destinada á la formación de cortejos fúnebres, con dos pabellones laterales para depósito, uno general para í4 cadáve­res, y otro dividido en seis depósitos particulares, con habitación para el vigilante.

Al fondo de esta rotonda, y con entrada indepen­diente, se halla el depósito judicial, capaz para tO cadáveres, y contiguo á éste, un gran salón para

Entierro del cardenal Moreno La traslación del cadáver del cardenal Moreno des­

de el palacio arzobispal de la calle de San Justo á la estación de las Delicias, se verificó ayer con el cere­monial que habíamos anunciado. Un gentío inmen­so presenció el fúnebre acto desde las calles que for­maban la carrera, cubierta por las tropas de la guar­nición.

las ponso Y se colocó el féretro en un sencillo carro fú' nebrcí tirado por dos muías. La comitiva era numerosa. Las personas más distinguidas de la po blacion concurrieron con sus coclios. Un piquete de sargentos de la Escuela de Tiro y otro de húsares, tributaron al cadáver los honores correspondientes.

El féretro quedó depositado en la capilla ázl pala­cio arzobispal.

La policía de los diamantes Así se llama en la colonia del Cabo de Buena "Es- .

peranza la que está dedicada exclusivamente á vi^- ; una interpretación muy igual y "bastante acertada, lar y descubrir á los írabajadores que roban los dia- todos lo» artistas fueron llamados á la escena tres ó

contaduría de la Alhambra, son la cuarta parle de mnv ^^ '"®'*'®* ^^^ ^^ ' " " pagado en la contaduría del tóa­

la no- ' *''*' ^^^^ algunas noches, para silbar Gemma di Ver-gey, Ernartí, El trovador y otras obras arqueológicas que sólo se cantan en Matapozuelos ó en Miugla-nilla.

Sólo este olvido explica que lo» espectadores re­servasen su juicio hasta el acto tercero, cuando los artistas sólo necesitaban para cumplir coa su empe­ño dignamente, que el publico les hubiese animado con su benevolencia. En el acto tercero los aplausos fueron unánimes. Al íinal de la ópera, que alcanzó

mantés y a las personas que se los compran. I^s policías son nombrados directamente por el

gobierno del Cabo, y ninguno que no tenga antee©'

rar á la plaza de simple soldado de dicho cuerpo Para ser cabo, sargento ú oficial, se necesitan mu­chas pruebas de iucorruptibilidad. Están bien remu­nerados y bastan algunos años para haoer una pe­queña fortuna, con sólo los sueldos que ganan. Su jete actual es un antiguo ma^strado, notabilísimo por su gran memoria y por su «onoci miento délos hombres. Tiene a sus órdenes, fuera del cuerpo de la policía, multitud de agentes secretos, negros y blancos.

La creación de esta policía ba sido una necesidad imperiosa, pues está calculado en más de IS millo­nes de pesos ei valor de los diamantes vendidos y exportados clandestinamente en la última década de 1870 á 1880. Las minas más notables son las de Kim-berly, que tienen un diámetro de cerco de tres millas yestán explotadas por cuarenta compañías, que cada y&z se hacen más poderosas. Los <üamauíes se eit-cuentran empotrados ó incrustados en rocas calcá­reas de alguna resistencia, que es preciso volar con barrenos. Entre empleados y trabajadores hay más de 20.000 personas ocupadas en estas minas. Los tra­bajadores son generalmente negros cafres que no pierden ocasión de robar todos los diamantes que pueden. El único medio para conseguido es tragár­selos.

Los mismos cafres están divididos y organizados en pequeíSas cuadrillas de 14 p e i i ^ a s , cada una de las cuales tiene un mayoral, un vigilante y un poli­cía, eíicargado el primero de velar el trabajo; el se­gundo de ver si roban algunos diamantes, Y el terce­ro de observar la eonducla de cada uno de los traba­jadores de su cuadrilla. Estos tres hombres no apar­tan ni un momento la vista de ios trabajadores que tienen á su cargo. Basta volver la cara por cualquier motivo para perder el destino. El mayoral g.ma iO duros á la semana y el vigilante y el policía 50. '

Ei único medio de poderocultar los diamantes, como hemos dicbo,es tragárselos. En esta operación son los

cuatro veces La señorita Compagpi, discípula del maestro In-

zenga, y primer premio en nuestro Conservatorio, es denles de una honradez á toda prueba, puede aspi- ; una artista de agradable voz y buena escuelíi, que se

ha perfeccionado mucho en su viaje á Italia, en cu. yos principales teatros ha cantado e«Hi aplauso. Ano­che, en el acto tercero, cuando ya liabia logrado des» echar el temor de que estaba poseída, dijo el rowiá muy bien y con mucho eoiorido, y fué extraordina-riainente aplaudida.

El Sr. Rubis, conocido ya de nuestro públioo, es un buen tenor. Anoche dijo toda su parte con tant» discreción como talento, y alcanzó repetidas veces los entusiastas aplausos del público.

El Sr. Campanari es un barítono muy apreciable. El bajo Sr. Bertrán cantó e] aria coreada del acto

tercero con gran maestría. El Sr. Bertrán es un ver­dadero artista. Hay que esperar otras óperas de íués empeño para juzgarle como merece.

La orquesta, compuesta en su mayor parte de pro­fesores del teatro lleal, muy notable. La dirección del maestro Boniccioü, acertadísima.

Además del cuarteto que anoche debutó, la em­presa tiene otros dos en los que figuran artistas de justo renombre.

Como es cosa resuelta que £,MCI« no puede tener en Madrid más novio que el veterano Sanies, San-tés ftié quien dio anoche en el acto segUBdo d gallo de ordenanza.

El público le recibió como siempre. gantes es un viejo amigo del público y este recibe

sus galloe como si sirvieran para hai^r una paéla. Al salir oim'-s este diálogo. —Después de esto, ios prteeios ddi Real van á pa-

reeerno* terribles. —Sí. Son precios arreglados al microscopio gi­

gante. "JoTé^iiisasoiír"

Anoche recibimos con profunda pena el siguiente telegrama:

«Piin'sl." (10-50n.) A las cinco de esta tarde ha fallecido el antiguo y

consecuente repablieano José OtiiMeol*.—>^A. ©.» 1 Guisasola, que por la integridad do m <«rtiJI«r fi

por «U8 entustaMaS «onvSceioúiH y ^orifl 0>f*tors generoso, siempre abierto á todos |o« Q«bt4« ( t ^ W sos, gozó merecidamente durante los primeros afio#' de la revolución de Setiembre de «Ha* ««Buls^daa envidiable y de un prestigio «Ktraopdiii«rio,%A lltuer# to en el destierro, aue & »)0«idef»b«, otvMaaáo ipév nalidades yeao-itloioe, eomo ei «amioo d « U tierras prometida. >

Guisasola vivía en París sisado ^empl? 4» «na 1»¡, boriosidad envidiable en sus t r t^ jos , «orne laéMOfc y como publicista. '

Deja al morír en todas partes un nombre rMpMa^ ble y entre sus amigos un recuerdo querido.

Cartera Se MaMi r n dia 30 de Agosto fueron lnb«m«d«l en I w 1$^

cementerios de esta corte, 48 persona» Jf 3 tttat. El dia 31, 22 personas y 2 fetos. El teniente de navip D, Jua» pastorjaha «d» OJWJtrr

brado representante del ministerio de Marina ei^^ el Congreso que se y^Ocaaá «n W«sU«gt«0 para l« fijación del meridiano universal y iu^ta cosmopolita/

Hemos tenido el gusto do ñsit»r }o««^>adosos sa'r' Iones del gran centro de alquiler y rvata de mobilia* ríos de lujo que anoche «e abrieron ftl públieo #n l y Concepción Jeróninuí, nútBJ^o 7, y ol to/eéot 4bgi% que podemos haoer de JkM ^e^ant^s nu«bl«# y ricas t^as que allí existen, e l «I resomtaáxr- i. vámro^ lectores <|ue visiteo éstos saloOs« cuando necMitea decorar sus habitaoioaes i) «dquirir aiguQ mueMe d»^ sólida construcción^^ .̂

Ayer no eelebró sesión el Ayuntamiento por n » haber asistido número suficiente de concejales, f

Ayer fueron decomisados por «I t en i s t a de dical-/ de del distrito de la Audienm, IMQ idies mes d», bacalao en mal estado id« conswvaeioq.. Faeroa en* viedos al quemadero. '•.

En la alcaldía k»a «ido mtrsgui^ e s p ^ á n e a » mente doce fardos del mmío artíoul» op malas con* diciones. '

Ha fallecido en Sa¡ut-Geriaaui-m4iayje^ la espos* del Sr. Tamberlick. _ _ _ _ _ _ '

Se ha encargado nuievamente de la tenencia de ah' caldía del Cientro, el Sr. Drafce de la Cerda.

Ha sido nombradoeaHl*» del cmátemam pa iú« cipal del Este, D. Vicente Latar$a..

El señor duque de la Torre r«|re8aiá en hteve i t Madrid.

Según telegram!» reeibuio afer, el geporal Sorram» comenzará hoy á cajogplir la «((Uar«aleo« ea §Í teare* to de Irún, i

Ha regresado ó Madrid el pt-esldeot» da 1« «osú-* sion provincial, Sr. Hernández Prieta.

Ha regresado á Madrid nuestro querido amifo oar* ticutar y antiguo compañero D. Fríiaciscó de Asi» Pacheco, diputado por Alicante.

En la plaza de las Descalzas, dos mujeres robaroa á un caballero una cartera qu«r contenta ocho bille* tes del Banco de 50 pesetas cada uno, un resguardo del Banco de España por valor de 5.000 pesetas no-* mínales, la cédula personal y varios papeles.

Dos barrenderos de la villa promovieron anocb» una acelerada reyecta en la Travesía de Cabestreros, resultando uno de ellos con dos grave» baiidas ^a el costadoy brazo d»re^o .

El agresor fué detenido. " El Sr. Cánovas del Castillo salió ayer á la una y

media de la tarde de Orense con direedoil á Pon* tevedra.

I Créese que el presid-cnte del Consejo de ministro» I llegará á Madrid el viernes ó el sábado pfósimo. I Los electores del partido liberal del distrito de Pat ; lacio han pedido en el Juzgado municipal y en las al*'̂ Icaldíasde barrio, oertificadones de iHuerto# y da ; ausentes, y se pro{>onon a^íeaisflío ej«r<í®r u,w M » ; Gi'upulosa ínterveneiofl en toda« las aeoeioaies para coadyuvar á la mayor legalidad d« las j^xámaa «l«e»

i dones. •, I • , . ... , . . ^ 1 . > '

i En k s primólas horas de la maQaoa de h«y € ^ « ' deará en el puerto de (Jijón la fragata FitoH». \

El capitán general del disírilo se ha dirigido á dN cba ciudad para recibir á lo» i«y#». ^

La Gaceta publica boy, entro oli-as, la« ai^amiWi. disposiciones: i ,

Marías.—lleal 4«efet0 a^riM^Kuio ^regla ig^ i ta ' ' do destinos para e| cuerpo fenoral 4e ia ármai§i f u su escala activa.

Gobernador..—Reales órdenes confirmando la Ms« pensión de los 4y«Ot»niiento« 4$ 0r(5SO (fioruña). Argentona (Barcelona), Domingo Pérez (Toledo) y Vi* ilaiubel (Zamora). K '

i^ontenío.—lleal érdmi di^onietiáo «ese «a el ear* i go interino de diret^ir 4» Agfictdtura, D. @alH-iel f Enrique Váidas. :

En la calle del Barco Ía4 ay«r detenida «na mvé»f '• por expender moQiedas falsa», ocM|^á«d«S£^ »^W^* de ellas.

Én la Casa de socorro del distójo de h JUadteaelf^ f«é ayer auxiliada una mujer de «naW'av» m^itn • el costado izquierdo, que le habían inferido é. dia antes un hombre y un* mujer fin la carretera de £s-« tremadura. .

El ministro de Kwina regresará é Ua^ñí immt^ai' lamente que el rey salga de Ofo», «maptíHié» da las mimiim,

«% í.« escuadra peraustseera «n ¡tí Vmr«i «̂ pamNto

érdt^es. •Hi|i(iWi»g>^|iU-i üM.ljlgUpm.-iKiniimiUJul'H'lHJ'^ "

Cotización oficial de ayer . • , . 1 ^ ' ^ H » . — - r j . gmiMi JHi"W? 'l>W«|i<MM nmi-

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L,iá»a.í,

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En San Sebastian: —•¿Dónde va V., D. Policarpo?

— A bañarme. -'«No tiana Y. miedo á ue poat

Page 4: A Tiieia pluma€¦ · :-. >%-v" c-itií^^Xf", Madrid Ano vi. H/ 1.87Í' SOSCRiaONES I»A

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El Liberal—Martes 2 <ie Setiembre

—No, porque á fní ya me comió una fez una tin­torera. Y por cierto que no me supo mal.

—¿Cómo? —Sí, tuve relaciones con una joven tintorera, y

n e dejó sin un cuarto.

A los postres. Se habla de matrimonios, y se deplora la tenden­

cia de los jóvenes á cazar de les . —Pues yó, dice u n comensal, me casaré /sin di­

nero . . . —jAh! eso es noble, eso es digno, exclaman á una

voz todas las damas. —Sí, me casaré cuando ya no tenga ni un cén­

t imo.

Divers iones púbi icas El dia 5 del corriente se verificará en San Sebastian la

ewTida organizada con motivo del viaje de los reyes. Se tídiaráaseis toros de Aleas. Están ajustados para torear Carrito y el Gallo.

En el teatro del Circo sigue la notable compañía de zar­zuela que dirige el Sr. D. Maximino Fernandez.

Kn la presente semana aparecerán las listas de compa-fiia y coiiiiicJoiies dtj abono del teatro de Apolo.

L;is biitac:is de pioferaiicia abonadas a dirio, resultan á una peseta por í'unciuu y á 50 céntimos las de platea.

Esta noche se veriilcará en el Circo Hipódromo de Vera­no el beneficio de la celebre artista Mad. Liria, que pre­sentará por primera vez el caballo de fuego, ejercicio que ha de llamar nmcho la alencioa.

En esta luncioii se ejucutarun nuevos y escogidos tra­bajos por todos los artistas, terminando la función con la primera re¡)resentacion del baile Las seis naciones.

La primera obra nueva qut; se pondrá en escena en el teatro do Apolo, será la zarzuela en tres actos de los se­ñores Píiia y Cliapi, El mii/igro de la Vírt¡en. La sociedad empresaria cuenta además, hasta ahora, con las obras si­guientes: La tiruja, de los Sres. Ramos Carrion y Chapi; Oos Madres, de los Sres. Estremera y Arrieta; El último fa-liero, de los Sres. Larra v Llanos; El Itermano Baltasar, de los Sres. Kstremera y Caballero, y otras ofrecidas por dis­tinguidos autores y compositores.

Las carreras de obstáculos ejecutadas por primera vez

en esta temporada el sábado y el domingo respectivamen­te en el Ciico de Price, han llevado una concurrencia nu-merosisinia. El pugilato que alli se establece entre los doce ó catorce jóvenes que se disputan los premios es de gran atracción y divertimiento general, puesto que en la lucha no pueden ocurrir accidentes desagradables de nin­gún género. Los obstáculos están preparados perfecta­mente de manera que el publico no piei'da el más figero detalle de tan graciosa contienda. Hoy, con motivo de la süiree fashionable, se prepara en dicho coliseo un espec­táculo no menos importante de los que dejamos consig­nados.

Cultos SAXTO DK HOT.—San Antolin y San Esteban. SeganaeljubileodeCuarenta Horas en Santa María; 7

de la mafiana se expondrá al Soiior; 10, misa cantada; poi la tarde, en los ejercicios, predicará un buen orador, terminando con preces y reserva.

Visita de la (Jórte do Mana.—Nuestra Señora de las Ma­ravillas en su iglesia, de la Providencia en San Antonio del Prado ó del Pópulo en San Justo.

Espectácnlos JARDÍN D E L BUEN RETIR0.-8 1 I 2 . - F . 69.-I,» h a * »

peda.—Agua y cuernos.—Exhibición del microscopio gk' gante.—Intermedios por la banda del regimiento de M * Horca.

ALHAMBRA.-9.-F. 2." de abono.-Turno l . ' -Lucá t de Lammarmoor.

RECÜLETUS.-8 li2.—Los bandos de Villafrita.—Lai» la de San Balandrán.—Los bandos de Villafrita.—Un c» pitan de lanceros.

CIRCOHIPüDROMODEVERANO-81i2-Beneflcio de It célebre artista Mlle. Liria, que por primera vez presentad rá el caballo de fuego: ejercicios por todos los artistas.

Primera representación del baile Las seis naciones. CIRCO DE PRlce (plaza del Reyj. — 9.-Escogido»

ejercicios en los que tomarán parte el aplaudido artista Syl-verter Sliaffer, el popular clown Tony Grice, los célebre! bañistas Louck y Fox, familia Martinis, los aplaudido! Treuter, Gaetano, Litch y Mazzoli, terminando coa la uua» va pantomima cómica, el Barbero de Sevilla.

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EL DIAMANTE ROJO - (87) POR

AÜOIFQ RACOT \ JORGE nmi '0ick, que abandonara á su amo, jugaba al lado del caballete con las brochas y trapos que alli habia.

Cna de las vecfes que Feuquieres necesitó un paño ^.ira limpiar el pincel, reparó que no tenia ninguno,

• ^Hcs el perrillo se los llevó todos á otro lado, y que , por el contrario, tenia entre los dientes u n papel ar-•rtigado que le quitó para utilizarlo. Dick empezó á ^idrar.

Sin darse cuenta de lo que hacia, Feuquieres fijó ',» mirada en el papel.

ü n nombre escrito con letra grande atrajo sus m¡ -.-sdas.

Era el de Enrique Bóusquet. ^ Oos líneas más abajo, y también en gruesos ca-«-dctéres", leyó el jsintor el de CaybU.

Hé aquí lo sucedido. Después de entrar Feuquieres, sir Norton llamó á

S>¡ck, haciendo que se sentase á su lado. El perrillo, •nquieto y juguetón, vio un papel al lado de su amo V empezó á jugar con él, dejándolo caer al suelo; majóse, y empujándolo y mordiéndole, lo llevó bas­tó el pintor, sin que sir Norton, dominado por sus negros pensamientos, parase atención en este de­talle.

Ei pintor se preguntó con asombro cómo un pa­pel que se ocupaba de Enrique v Ilayou se podía ha-^jr en la casa dé los misteriosos as'iáticos de Neui-fly. indeciso y sin saber qué pensar, continuó lim-.O'Mido maquinalmente el pincel.

U lienzo impedia, i como ya dijimos, que sir Nor­ton viese a Feuquieres y Yelha, por su parte, no se í'.jabí! ftn los movimientos del pintor, que sacó de .su l)oliillo|el primer papel q u e encontró, v haciendo

, lina pelóla lo arrojó al perro, que en pocos minutos .•y lo destrozó en menudos pedazos. . . Al poco rato dio por terminado el retr.ito, despi- | , alendóse de la princesa y su hijo, que hizo lo posi- ;

bl<í por desechar sus tristes pensamieutos y unir sus i «labanzas v cumplimieiilos á los de su madre. i

Cuando "estuvo en el coche que le llevaba á París, i se apresuró á enterarse de i;i nota que llevaba eii el i bolsillo, entregándose á mil conjeturas. i

—Andaba acertado al creer que Butler era hombre que andaba comprometido en algún mal negocio, y me explico la aversión que sentí hacia él; pero ¿á qué se debe que el principe y su madre estén bajo su dominio? Leduc me lo explicará.

En cuanto llegó á su casa mandó á buscar á Ca-you, resolviendo no decir nada á Enrique hasta después de consultar al marinero.

Después do preguntar á Enrique cómo seguía Eliana, y de enterarse que su estado era tan grave que no permitía fuese trasladada á su casa, entró en su cuarto seguido de Cayou, cerrando tras sí la puerta con mucho cuidado, con gran asombro del marinero.

—Toma, entérate—le dijo Feuquieres, alargándo­le un papel.

El antiguo marinero cogió el papel y empezó á darle vueltas entre los dedos.

—La lectura no es mi fuerte—dijo;—si al menos fuese letra de molde. . . pero eso no sé por donde e m ­pezar.

—Es verdad—contestó Feuquieres,—se me había olvidado. . .

Y cogiendo el papel se lo leyó á Cayou. —¡Eso es falso! No fué el comandante Calveyrac

el que decidió la expedición; estaba allí tan á giislo ' como un grumete al que azotan con un rebenque . I Fueron ilarnave y Le Carol los que lo dispusieron K)do. Y cuando dije que era robar, me contestaron i que aquello no porfer.ecia á nadie más que á los in- i gleses. Con eso uie qui ;ieron tapar la boca. \

—Todo eso me íinpoila poco—replicó Feuquieres; —lo que hay es que os han denunciado á Enrique y á tí á Butler. ¿Quién es ese butler? ¿Le conoces?

—No, nunca navegué con él, aunque puede que me haya batido, porque no me acuerdo de los nom­bres de aquellos á quienes pegué. ¿Cómo es, negro, blanco ó amarillo?

—Más trazas tiene de amarillo—contesto el pintor, —;aunque su color no es pronunciado. Tiene una mirada que no se olvida íácilmcnte. Habla bien el in­glés y el francés, pero con un acento endiablado.

—Es un indio, ya conozco ese acento—dijo Ca-you;-;-se diría que tienen la boca llena dejarabe. No conviene fiarse de esas gentes, Sr. Tony.

—Sea lo que quieras, lo que me preocupa es ave­riguar quién tuvo interés en denunciaros. A Enr i ­

que nadie le conocía como hijo de Calveyrac, y en cuanto á tus pecados, debían estar olvidados.

—¡Mis pecados! Quisiera haberos visto en la pago­da, Sr. Tony, á ver si no liubiérai.s hecho lo que los demás, que 'es lo que hice. Allí se batió ei cobre de firme y cada cual hizo lo que pudo.

-;-Ya sé que eres incapaz de hacer daño á nadie, amigo Cayou; pero á mí lo que me interesa es saber de quiéu trata esa carta.

Cayou se rascó la oreja, y de pronto, dando una patada,

—¡Somos unos bestias!—dijo. ; •• • > —¡Gracias!—dijo Feuquieres riendo. —Soy yo el bestia, dispensadme, Sr. Tony; el que

escribió esa carta es Ilarnave, que ve le dan caza, y como comprende que ha de arriar su pabellón, nos los quiere echar á nosotros.

—Tienes razón, amigo mío, y esa perversa natura­leza se satisface en arrastrar á alguno en su caida. ¡Miserable! Mi opinión es que debemos acudir á la policía, denunciando á Butler y Ilarnave.

—N'o,'Sr. Tony, porque la señorita Eliana n o nos perdonaría nunca que denunciásemos á su padre, que parece nacido más que para pasearse, para ser colgado de la punta de una verga. Esperemos, que los indios no tardarán en abordarnos y entonces obraremos. Creo que antes de mucho los' hemos de ver, y como no sois manco, trabajaremos de firme, Sr. Tony.

—Puedes contar conmigo; ¡y yo que me quejaba de la IVivolid.id de la vida! El que trate de atacaros á Enrique ó á tí, se verá también conmigo.

XVIII

El insulto

—Tan pronto como llegó Butler de Londres y su­po que Samuel Brulh le habia enviado una nota, la pidió para leerla, no bastándole que sir Norton le dijese cuál era su contenido. '

Revolvieron toda la casa sin encontrarla, y era di­fícil que la hallasen, pues á aquella misma hora la estaba leyendo Feuquieres á Cayou.

Los criados ingleses no sabían nada, además de que no entraban jamás en las habitaciones de Yelha, y Butler mandó llam'ar á los indios.

Al ver á su amo, que los miraba con aire amena­

zador, aquellos desgraciados se hincaron de rodillas, humillando la frente en el suelo. No habían vista nada ni sabían de lo que se trataba; algunos de ellof no hablaban el francés, habiendo sido elegidos por Myarine prra la expedición, de modo que su faiía» tismo ciego no permitía sospechar de ellos una trai­ción.

La carta, sin embargo, no pudo desaparecer por sí sola. Sir Norton dijo que cuando la quiso vo l re r á leer no la halló á su lado en el diván.

Con Myarine no cabian tergiversaciones ni p»dian ser de larga duración.

—¿Quién há entrado aquí?—preguntó furif(S0 y apretando los dientes.—¿Qué europeo peneíró ea estas habitaciones?

—Nadie—contestó temblando Yelha,—como no sea elSr. Feuq^iieres, que ha concluido el retrato qu« habéis mandado hacer no sé con qué objeto.

Myarine se echó á reír. —¡Se necesita ser miiy ciego para no comprender

quién tiene la carta! Ese maldito francés se apodera de ella, y como yo hubiese estado aquí, ju ro por Kali, la diosa de la venganza, que no sale vivo. ¡Mu­jer indigna, que olvidaste tus votos y renegaste d« tu Dios, no piensas en la venganza!—dijo el bramia señalando á Yelha, que se inclinó temblando.—¡Eti cuanto á tí, hombre señalado en la frente por el mis­mo Brahma, para llevar á cabo esa venganza encene* gado en un ayior criminal y sacrilego,"no te acuer* das de vengar á tu Dios y á tu madre y de apoderar* te de ese precioso talismán, rayo divino de luz, es­capado de los ojos de la diosa!' ¡Para qué os habr< conservado la vida! ¡Para qué os traje conmigo, sin» me servís más que de estorbo!

Sir Norton se adelantó. —¡Ordenad, señor—dijo,—estoy pronto á obede»

ceros! Yelha se adelantó á su vez. Sus sentimientos ma«

témales la impulsaron y dieron valor para mirar cara á cara á Myarine.

.—¿V cuando le hagáis matar—dijo señalando á su hijo,—estaremos mejor vengados ' ¡Qué me importa el pasado, quiero el presente, que es mi hija!

La mirada de Yelha expresó una ternura infinita. —¡Déjalos solos, mujer indigna—contestó Myari­

ne, contemplándola despreciativamente,—no haces más que hablar de perdón y eres capaz de convertir" te en una cristiana! ¡Vete'

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