A traves de las ventanas - Lo mejor para todos

7
A través de las ventanas. A partir de las cuatro de la mañana de ese frío 4 de febrero del año 2000 se empezaba a recordar el décimo natalicio del pequeño Cándido. Aquel niño, tan sonriente y que alegre iba por la vida. La mañana de ese mismo día, a las 9 horas, Cándido se levanta de su habitación y decide ir al jardín de su casa. Con algo de frío en sus pies, mirando el 1

description

Cuentos narrados por alumnos de quinto año

Transcript of A traves de las ventanas - Lo mejor para todos

A través de las ventanas.

A partir de las cuatro de la mañana de ese frío 4 de febrero del año 2000 se

empezaba a recordar el décimo natalicio del pequeño Cándido. Aquel niño, tan

sonriente y que alegre iba por la vida. La mañana de ese mismo día, a las 9 horas,

Cándido se levanta de su habitación y decide ir al jardín de su casa. Con algo de

frío en sus pies, mirando el cielo gris, y como siempre, con una sonrisa dibujada

en la cara, imaginaba como esa tarde en familia y entre amigos pasaría un

espectacular día, lleno de risas y que sería un momento para nunca olvidar. La

familia se iba levantando y lo saludaban con entusiasmo, felicitándolo. Excepto el

1

padre. El no podía levantarse y decirle feliz cumpleaños. Fue al revés, Cándido fue

a saludarlo a él. No era por vagancia ni mucho menos por falta de interés. El padre

era un trabajador, uno muy trabajador, y estando enfermo de hepatitis A, se le

complicaba hacer las tareas cotidianas. Y ya muy cerca de su muerte, Cándido al

ser el único varón de la familia, sería el sucesor del trono. Sus próximos años,

hasta inclusive, el día de su muerte, estaban asegurados por su futuro nuevo

trabajo, dueño y propio empleado de su compañía de higiene de vidrios.

Cándido habitaba junto a su familia en una lujosa e inmensa propiedad

construida por sus familiares pasados. Esta estaba formada por un cielo raso de

chapa abrillantada con simples pero valiosas decoraciones de nylon. Las paredes,

por su parte, daban esa imagen particular de naturaleza al estar húmedas y con

hongos. En el interior de la hermosa mansión se podía observar la división

equitativa, pasando por una equipada cocina, uno se encontraba en frente al

dormitorio centra, donde cómodamente lo compartían los 10 integrantes de la

familia.

Aquel 6 de febrero la familia se redujo a 9, el padre había partido al otro

mundo. Fue un duro golpe emocional para todos, pero Cándido seguía feliz, sabía

que por fin era hora de comenzar a trabajar

Pasado los días, Cándido despertaba fresco y alegre, con el gran orgullo de

poder mantener a su familia como su padre lo solía hacer. Pero a medida que

ganaba semejante dineral notaba diferentes aspectos y actitudes en las personas

que se lo proporcionaban

Uno de esos días laborales, un atractivo morocho le dijo desde el interior

del coche. – Feliz día- . Cándido, atónito e ingenuamente osó preguntar. -¿Feliz

día?, ¿por qué?-. Justo antes de que el hombre, parecía con ganas de explicarle,

le responda, el semáforo cambió a luz verde y no tuvo la posibilidad de hacerlo.

Cándido se quedó con la intriga de ese comentario.

2

A partir de ese momento tomó la decisión de comenzar a investigar sobre lo

ocurrido. Al día siguiente no tuvo mejor opción, aunque, incumpliendo a con su

labor, dirigirse a un lugar donde se encontraban jóvenes de su edad que, según le

habían contado, allí estudiaban. Debido a la intelectualidad de esas personas,

Cándido los consideraba inferiores. Pero de todas formas necesitaba de su ayuda.

Después de unos momentos dentro del recinto, Cándido se dirigió a recuperar las

horas de trabajo perdidas, y con la información en su cabeza. Se enteró de que le

habían felicitado por el día del trabajador. Cándido no llegaba a comprender

porque los intelectuales siendo inferiores a él, conocían la razón de feliz día. Las

preguntas seguían dando vuelta en su cabeza ¿que eran esos trapos con los que

se vestían y esa correa que los hombres usaban al cuello?

Durante las horas de trabajo de higiene de vidrios, no paraba de pensar que

hacían en esas instituciones llamadas “escuelas”, y porque tenían autos, si era

mejor higienizarlos como él hacía en vez de manejarlos. Tan confundido por el

hecho, comenzó a limpiar con cierto descuidado los vidrios, quedando peor que

antes. Y así fue como uno de los tantos conductores enojado por la situación lo

trató mal a Cándido, insultándolo y gritándole: ¡maldito pobre inservible!. Cándido

asombrado pensó: ¿qué le pasará a éste incrédulo?, ¿por qué me insultan si ellos

son los que están erróneos?

3

Lo mejor para todos

Todo empezó cuando abrió esa nueva empresa de

seguros inmobiliarios, la pérdida de clientes fue

devastadora, y ahí fue cuando el Jefe de “La tercera”

Reginald Lockheart decidió hacer recortes en el personal,

claro que iba a conservar a su estimado Cándido, buen

trabajador y persuasivo Cándido, siempre fue su preferido.

El era un buen hombre que siempre llegaba 15 minutos

temprano, arreglaba sus papeles y le cambiaba la tinta a su

impresora; cada vez que un colega necesitaba ayuda el

felizmente lo ayudaba; no resentía a nadie más que a Pablo

Hortaliza, ese perezoso empleado al que le había ofrecido

ayuda mas de las veces que pudiera contar, pero Pablo no

tenia interés en hacer su trabajo. La mayoría de los

empleados se juntaron para hacer valer el decreto

798vesper2 que decía q si el 98% de los empleados

4

fecundaba la moción el jefe de empresa no iba a poder

hacer liquidaciones de empleados sin motivo. Pero ahí fue

cuando todo se fue al diablo, Cándido no estaba de acuerdo

con los demás empleados “las cosas son así” decía, o hay

recortes de empleados o la empresa funde. Él ciegamente

creía q era lo correcto dejar a toda esa gente sin trabajo.

“Este recorte de personal será como el parche en este bote

q se está por hundir” decía Cándido; “Es lo mejor para

todos”.

Cuando la empresa empezó a recuperarse la gente se

preguntaba por qué Cándido no se sentía culpable, la única

que se atrevió a preguntarle fue Claris Botaloca, la

secretaria del jefe, y el no entendía porque debía sentirse

culpable, el había tomado la mejor decisión para la

empresa y sus empleados. Los empleados comenzaron a

verlo con otros ojos tal vez con lastima.

5