Abelardo L. Rodríguez y la industria vitivinícola en Baja California a mediados del siglo XX
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XLI Simposio de Historia y Antropología, edición internacional
Universidad de Sonora
(23-26 de febrero, 2016)
PONENCIA
Abelardo L. Rodríguez y la industria vitivinícola en Baja California a mediados del
siglo XX
Diana Méndez Medina (IIH-UABC)*
José Alfredo Gómez Estrada (IIH-UABC)*1
Presentación
La presencia de Abelardo L. Rodríguez en Baja California remite casi de inmediato a
negocios lucrativos y al ejercicio de poder sin cortapisas. En esta ponencia centramos
nuestra atención en describir un caso que ilustra las dificultades de impulsar una industria
aún con la participación de Rodríguez, nos referimos a la industria vitivinícola a partir de la
década de 1930.
La historiografía regional ya ha dado cuenta de la manera como este militar amasó una
riqueza considerable durante los años veinte que invirtió en múltiples empresas. No
obstante, todavía desconocemos detalles sobre su papel en el desarrollo de esas empresas
que para el año 1958 ascendía a 95 en diferentes sectores de la economía.2 Tampoco
contamos con estudios que examinen su comportamiento como empresario. El examen de
su papel en Bodegas Santo Tomás que presentamos a continuación busca aproximarse a sus
decisiones empresariales y a su capital social así como a las estrategias en una empresa
específica que tuvo auge en la década de 1940.
1 Miembros de la Red de Estudios Históricos sobre el Noroeste de México.2 Sánchez González, Francisco, Obra económica y social del general de división Abelardo L. Rodríguez, s.e.,1958.
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Acercamiento de Abelardo L . Rodríguez a la vitivin icul tur a.
Es sabido que el cultivo de vid en Baja California se extendió a fines del siglo XVIII
debido al interés de los misioneros españoles.3 Con la secularización de las misiones en el
XIX la viticultura fue abandonada, aunque las viñas no desaparecieron. Se ha documentado
que en los últimos años del XIX se fundaron dos vinícolas: Bodegas Santo Tomás, de
Francisco Andonaegui (estadounidense con ascendencia española) en sociedad con Miguel
Ormart, con viñedos en el rancho Los Dolores, en el valle de Santo Tomás, y Bodegas San
Valentín propiedad de Pedro Pedroarenas (de origen español), con viñedos en Tecate.
Bodegas Santo Tomás fue fundada en 1888. Unos años después de su creación
Andonaegui y Ormart habían logrado sembrar en Los Dolores 14,000 sarmientos de uva
zinfandel y 800 árboles frutales. Con materia prima disponible comenzaron a producir vino
bajo la dirección de Juan José Ormart Iturburría, originario de Navarra, España, y primo de
Miguel Ormart. La producción se incrementó paulatinamente y hacia finales de la década
de 1910 producían en Santo Tomás 20 mil galones de vino tinto.4 La cantidad de vino
fabricada sugiere que recolectaban alrededor de 120 toneladas de uva cada cosecha en
terrenos de Los Dolores.5
En febrero de 1931 Andonaegui vendió este rancho a Abelardo L. Rodríguez; en ese
momento, la propiedad comprendía 181 hectáreas y 56 centiáreas sembradas con vid,
además de los árboles frutales.6 Es probable que Rodríguez adquiriera esta propiedad con la
3 Véase un relato sobre la vid en Baja California durante la época misional en Camillo Magoni, Historia de lavid y el vino en la península de Baja California, México, Universidad Iberoamericana, 2009, pp.61-134.4 Hilarie J. Heath, “Andonaegui y Ormart, los primeros comerciantes en Ensenada, Baja California, 1882-
1932”, inédito. 5 Para producir 5, 000 galones de vino se requerían 30 toneladas de uva. AD-IIH-UABC, Archivo de la
Palabra, PHO-E/1/38 (1), Transcripción de la entrevista realizada por Bibiana Santiago a Esteban Ferro
Binello en Ensenada B.C., 1° de marzo de 1997, p. 30.6 Hilarie J. Heath, “Andonaegui y Ormart, los primeros comerciantes en Ensenada, Baja California, 1882-
1932”, inédito.
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intención de fabricar bebidas alcohólicas de todo tipo (no exclusivamente vino de uva
fermentada), debido a la creciente demanda de éstas por parte de los turistas que llegaban a
Tijuana provenientes de Estados Unidos, donde prevalecía la Ley Seca. Aunque también
hay indicios de que pretendía colocar la producción de vinos en la ciudad de México.7 El
conocimiento de Rodríguez sobre la fabricación de vino era nulo, pero cuando tomó
posesión de Los Dolores contrató a supuestos especialistas quienes elaboraron vinos de
ínfima calidad que no cumplían con las expectativas del general ni de los consumidores.8
En 1932 Rodríguez conoció a Esteban Ferro, enólogo de origen italiano, en la ciudad de
México. El trato establecido entre ambos individuos determinó el rumbo de Bodegas Santo
Tomás hasta principios de los años cincuenta, como veremos a continuación.
Sociedad Ferr o-Rodríguez y el despunte de Bodegas Santo Tomás.
Abelardo L. Rodríguez conoció de manera casual a Esteban Ferro a fines de 1932, cuando
el sonorense ya se encontraba en la presidencia de la República. El esposo de una paisana
de Rodríguez los puso en contacto, ya que sabía de su interés de contratar un especialista
que se encargara de las viñas de Los Dolores y de paso fabricara vinos, mejores que los
producidos hasta ese momento. Ambos establecieron un trato con objetivos concretos en el
corto plazo: El general contrató a Ferro para hacer un estudio sobre los viñedos del rancho
y las posibilidades de desarrollo. Si el estudio era satisfactorio Rodríguez le pagaría 150
pesos mensuales y le daría el 40% del “negocio”; el general recibiría el 60%.9 Después de
7 En 1933 Plutarco Elías Calles pasó una temporada de descanso en El Sauzal, finca de Abelardo L.
Rodríguez, y se mantuvo pendiente de que el vino producido en Santo Tomás fuera promovido y distribuido
en la ciudad de México. Fideicomiso Archivos Plutarco Elías Calles y Fernando Torreblanca (FAPECyFT), g.
61, exp. 8, inv. 4533, leg. 1. Telegrama de Plutarco Elías Calles a Juan R. Platt, administrador de Ferrocarriles
Nacional, México, 4 de julio de 1933, f. 31.8 AD-IIH-UABC, Archivo de la Palabra, PHO-E/1/38 (1), Transcripción de la entrevista realizada por Bibiana
Santiago a Esteban Ferro Binello en Ensenada B.C., 1° de marzo de 1997, p. 29.9 AD-IIH-UABC, Archivo de la Palabra, PHO-E/1/38 (1), Transcripción de la entrevista realizada por Bibiana
Santiago a Esteban Ferro Binello en Ensenada B.C., 1° de marzo de 1997, p. 8.
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realizar el estudio encomendado y de llevarle a Rodríguez una prueba del vino elaborado
con vides de Los Dolores el mismo año de su llegada, Ferro selló el acuerdo con el general
y a partir de 1933 se encargó del rancho y de la vinícola.
El ofrecimiento de Rodríguez a Ferro parecería benéfico para el enólogo, quien había
migrado a América poco tiempo atrás y contaba con recursos económicos limitados, pero el
negocio, como lo llama Ferro en una entrevista, no existía. Es decir, disponía de los
importantes activos que eran el rancho y las vides ahí sembradas, pero no tenía dinero para
invertir; los fondos de la cuenta bancaria de Los Dolores eran de 5.97 pesos en 1933.10
Tampoco tenía trabajadores y, al parecer, contaba con maquinaria rudimentaria.
Abelardo Rodríguez delegó en Esteban Ferro la responsabilidad de impulsar Bodegas
Santo Tomás, de la cual ellos eran los únicos socios, sin una inversión de capital efectivo,
aunque si le otorgó un amplio poder sobre Los Dolores; podría hipotecarlo y manejarlo
como si fuera suyo.11
Con esta propiedad como garantía Ferro consiguió préstamos
sucesivos en instituciones bancarias locales que le permitieron extender el área cultivada
con vid, traer nuevos tipos de uva desde Italia (nebbiolo, moscatel, dolcetto y barbera, que
resultaron una innovación en la región) y mejorar la planta productiva. Al cabo de cinco
años (1932-1937), Esteban Ferro logró incrementar significativamente la producción de
vino de Bodegas Santo Tomás; en su primera vinificación, en el año 1932, fabricó 100, 000
litros; en 1937 Santo Tomás produjo 685,399 litros de vino.12
10 AD-IIH-UABC, Archivo de la Palabra, PHO-E/1/38 (1), Transcripción de la entrevista realizada por
Bibiana Santiago a Esteban Ferro Binello en Ensenada B.C., 1° de marzo de 1997, p. 12. 11 AD-IIH-UABC, Archivo de la Palabra, PHO-E/1/38 (1), Transcripción de la entrevista realizada por
Bibiana Santiago a Esteban Ferro Binello en Ensenada B.C., 1° de marzo de 1997, p. 11.12 AD-IIH-UABC, Archivo de la Palabra, PHO-E/1/38 (1), Transcripción de la entrevista realizada por
Bibiana Santiago a Esteban Ferro Binello en Ensenada B.C., 1° de marzo de 1997, p. 30; Archivo Histórico
del Estado de Baja California (AHEBC), fondo Gobierno del Estado, c. 45, exp. 1, Datos estadísticos de la
producción de vinos en las Bodegas de Santo Tomás, s.f.
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Para entonces Ferro planeaba convertir a Bodegas Santo Tomás en la principal
productora de vino del Territorio Norte de la Baja California y sabía que para lograrlo era
indispensable asegurar el suministro de vid y ampliar las instalaciones de la bodega. Para
cumplir el primer objetivo, otorgó préstamos refaccionarios y asesoría técnica a los colonos
rusos establecidos en el valle de Guadalupe, dentro de la jurisdicción de Ensenada, quienes
cultivaban uva en pequeñas parcelas desde los años veinte. El enólogo les dio
financiamiento a cambio de que entregaran la vid cosechada a Bodegas Santo Tomás.13
También adquirió uva producida en diferentes ranchos pertenecientes a la jurisdicción de
Tecate, particularmente en el rancho San Valentín.14
La ampliación de la capacidad productiva de la bodega requería una inversión cuantiosa
que Rodríguez podría aportar, aunque su inversión dependía de que Ferro pudiera
aprovechar el régimen fiscal de zona libre, vigente en el Territorio Norte de la Baja
California desde el 30 de junio de 193715
, para importar uva exenta del pago de derechos e
incrementar la producción de su bodega y vender sus vinos en todo el país.16
Esteban Ferro
aceptó la condición impuesta por Rodríguez.
Los buenos ofi cios de Francisco Javier Gaxiol a y la constitución de Bodegas SantoTomás S.R.L .
En enero de 1939 Esteban Ferro viajó a la ciudad de México con el propósito de
conseguir el permiso para importar uva libre del pago de derechos de importación.
13 Rogelio E. Ruiz, “Tierra y vid. Bodegas de Santo Tomás y los inicios de la vitivinicultura en el Valle de
Guadalupe, Baja California”, en Lucila del Carmen León (coord.), Territorio, sociedad y frontera. Estudioshistóricos sobre Baja California, Tijuana, Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, 2011, pp. 153, 162-166 . Este autor presenta detalles sobre los contratos establecidos entre Esteban Ferro y los colonos rusos que
se firmaron a partir de 1940 y se renovaron anualmente, por lo menos, hasta mediados de los cincuenta.14 Diana Méndez Medina, “Entre intenciones y limitantes: Análisis del surgimiento de la industria
vitivinícola en Baja California (1935-1943)”, artículo en prensa, fs. 26-28. 15 “Decreto que establece una zona libre parcial en el Territorio Norte de la Baja California”, PeriódicoOficial. Órgano del Gobierno del Territorio Norte de la Baja California , 30 de junio de 1937, p. 1.16 AD-IIH-UABC, Archivo particular de Abelardo L. Rodríguez, Carta de Abelardo L. Rodríguez a Esteban
Ferro, Ensenada, B.C., 11 de febrero de 1939, s.f.
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Esperaba obtenerlo fácilmente en la Secretaría de Economía, ya que bodegas Santo Tomás
cumplía con todos los requisitos. El proceso demoró más de lo previsto, pero el enólogo
mantenía la convicción de que tendría una respuesta favorable a pesar de que ya había
pasado tres meses en la ciudad de México. El permiso era indispensable para solucionar el
problema de abastecimiento de vid y porque con él aseguarían por cinco años, sin
restricciones, la cantidad de materia prima con carácter exclusivo para Bodegas Santo
Tomás.17
Ferro no deseaba que el desarrollo de Bodegas Santo Tomás dependiera de prerrogativas
del gobierno y de las relaciones de Rodríguez, al respecto le comunico al general:
No quise disponer de ninguna influencia, ni siquiera de la carta que Ud., hizo el
favor de entregarme pues consideré que todo lo que se obtenga a base de influencias
y sin un justo fundamento legal no puede ser duradero y como nosotros basándonosen esta franquicia pretendemos hacer inversiones de mucha cuantía, no quiero
exponerme a un rotundo fracaso el día que se nos quitara la repetida franquicia antes
de que el Rancho pueda proporcionarnos toda la materia prima que necesitamos yque juzgo será dentro de unos tres o cuatro años más.
18
Durante la estancia de Ferro en la ciudad de México la Secretaría de Economía le
solicitó innumerables requisitos para demorar el permiso de importación, ya que entonces
se discutía la reforma del artículo 584 del Reglamento de la Ley Aduanal que había sido
expedido el 22 de enero de 1939. Finalmente el 19 de abril del mismo año se publicó el
decreto presidencial que reformaba dicho artículo con el objetivo de precisar los términos
para la importación de materias primas y la comercialización en el país de las manufacturas
elaboradas en la zona libre con tales insumos.
17 AD-IIH-UABC, Archivo particular de Abelardo L. Rodríguez, c. 8, Carta de Esteban Ferro a Abelardo L.
Rodríguez, 24 de marzo de 1939, s.f.18 AD-IIH-UABC, Archivo particular de Abelardo L. Rodríguez, c. 8, Carta de Esteban Ferro a Abelardo L.
Rodríguez, 24 de marzo de 1939, s.f.
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Según el decreto solo podrían importar materias primas sin pagar derechos los
mexicanos y las empresas con capital nacional, sin financiamiento extranjero. Las
sociedades anónimas no podrían beneficiarse, pero si las empresas constituidas como
sociedades de responsabilidad limitada. Se importarían artículos que no se produjeran en
México al momento de iniciarse las actividades industriales en la zona libre y solo podrían
enviar sus productos a otras entidades si cumplían con los requisitos anotados en el mismo
decreto.19
Este decreto trastocó los planes optimistas de Ferro, quien tuvo que aceptar la
intervención de Francisco Javier Gaxiola Zendejas para resolver los términos señalados que
imposibilitaban a Bodegas Santo Tomás para obtener uva libre de derechos de importación.
Gaxiola formaba parte de un despacho de abogados que desde 1928 llevaba los asuntos
jurídicos de las empresas de Rodríguez y los del gobierno del Distrito Norte de la Baja
California. Esta relación continúo durante la década de 1930 cuando Rodríguez ocupó la
presidencia de la República y creó nuevas empresas. Gaxiola tenía un amplio conocimiento
de la legislación mexicana que incluía el derecho mercantil y coorportativo.
Dada su experiencia, Gaxiola consiguió de manera expedita un “ permiso condicional”
de la Secretaría de la Economía Nacional para que la empresa importará uva libremente,
mientras modificaba su constitución legal (que tardaría al menos tres meses) una vez que la
empresa operara como sociedad de responsabilidad limitada obtendría la autorización
permanente y podría comercializar en el país el vino elaborado en la zona libre con esa
materia prima.20
Así se constituyó Bodegas Santo Tomás S.R.L. en 1940. Cabe señalar que
19 “Decreto que reforma el artículo 584 del reglamento de la Ley Aduanal (perímetros libres)”, Diario oficial ,19 de abril de 1939, p. 3. 20 AD-IIH-UABC, Archivo particular de Abelardo L. Rodríguez, c. 12, exp. 2, Carta de Francisco J. Gaxiola
Zendejas a Abelardo L. Rodríguez, Ciudad de México, 20 de abril de 1939, s.f.
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hasta ahora desconocemos el acta de constitución de la empresa y los términos de la
sociedad, ya que hasta ese momento únicamente habían participado Rodríguez y Ferro.
Según el testimonio del enólogo, él quedó fuera de este acto legal debido a que era
extranjero y volvió a ser parte de la sociedad hasta 1944, cuando obtuvo la nacionalidad
mexicana.21
Este hecho no significó que abandonara sus obligaciones en la empresa.
Los buenos oficios del abogado de Rodríguez, como parte de su capital social,
permitieron a Ferro llevar a cabo el plan de ampliación de la capacidad productiva de la
bodega.
Bodegas Santo Tomás durante la década de 1940
Durante la década de 1940 Bodegas Santo Tomás fue la principal vinícola del Territorio
Norte de Baja California. Disponía de la materia prima proveniente de la colonia rusa en
valle de Guadalupe, del rancho San Valentín y otros viñedos de Tecate, así como de la uva
importada libre de impuestos. De 1937 a 1944 cuadruplicó su producción; pasó de 685,399
litros de vino a 2,864,363 litros.22
De acuerdo con las cifras disponibles, la posibilidad de
importar uva se veía reflejada en la producción de Santo Tomás en comparación con otras
vinícolas más pequeñas. (Véase cuadro 1)
21 AD-IIH-UABC, Archivo de la Palabra, PHO-E/1/38 (1), Transcripción de la entrevista realizada por
Bibiana Santiago a Esteban Ferro Binello en Ensenada B.C., 1° de marzo de 1997, p. 36. 22 AHEBC, fondo Gobierno del Estado, c. 45, exp. 1, Datos estadísticos de la producción de vinos en las
Bodegas de Santo Tomás, s.f.
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Cuadro 1. Toneladas de uva utilizada por siete compañías para la producción de vino
(1941)
Bodega
Uva nacional
(toneladas)
Uva importada
(toneladas)
Santo Tomás 930 1,200
San Valentín 360 -
Cetto y Co. S.A. 70 80
Vinícola Regional 120 30
Murúa Martínez 50 150
Tanamá 75 -
Cruz 15 10
Fuente: AHEBC, fondo Gobierno del Estado, c. 45, exp. 1, Datos estadísticos, s.f.
La creciente producción de vino no correspondía a las ventas debido a la baja demanda.
Ferro afirmó que los conocedores y bebedores de vino consumían el vino importado –
particularmente de Europa — , pero quienes no lo eran tomaban “lo que hubiera” sin reparar
en la calidad.23
Los accionistas de Bodegas Santo Tomás, léase Ferro y Rodríguez, intentaron fomentar
el consumo de sus vinos mediante diferentes estrategias. Difundieron sus productos por
medio de El Heraldo (diario que se publicó en Tijuana a partir de 1941), cuyos anuncios
ocupaban un espacio considerable en la plana y eran más elaborados que los de otras
vinícolas del Territorio Norte. También promovieron el consumo por medio de anuncios
difundidos por la radio local y anualmente regalaban calendarios con imágenes de frailes y
23 AD-IIH-UABC, Archivo de la Palabra, PHO-E/1/38 (1), Transcripción de la entrevista realizada por
Bibiana Santiago a Esteban Ferro Binello en Ensenada B.C., 1° de marzo de 1997, p. 10. Contamos con
referencias sobre la importación de vinos italianos y españoles que eran vendidos en Baja California a
principios de los años cuarenta. Periódico Oficial del Territorio Norte de la Baja California, 10 de octubre de1941, p. 14.
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misioneros que dieron a conocer a la empresa y a sus productos. Esteban Ferro afirmó que a
mediados de los cuarenta gastaban un millón y medio de pesos en propaganda de la
vinícola y la mayoría era destinada para los calendarios.24
Con el propósito de alcanzar a más consumidores Bodegas Santo Tomás ofreció mayor
variedad en sus productos además de los vinos tintos y blancos. Observamos en la
propaganda publicada en 1946 y 1947 que los vinos de mesa no eran su carta principal, ya
que anteponían a ellos el “Vermouth Ferro”, el champagne, el oporto, el jerez seco y el
aguardiente de uva; estas bebidas tenían mayor gradación alcohólica que los tintos y
blancos.25
La distribución de los vinos producidos en Bodegas Santo Tomás en todo el país era
prioritario para ambos socios de la empresa. El general Rodríguez tenía dos barcos en los
que se trasladaba atún, conservas y vinos, entre otros productos desde Ensenada a otros
puertos del Pacífico (Guaymas, Mazatlán y Manzanillo) con la finalidad de distribuirlos en
el Distrito Federal y otras entidades cercanas a la capital.26
El número reducido de barcos y
la demanda de ciertos productos provenientes del Territorio Norte colocaban al vino en un
sitio secundario, pero el general Rodríguez rechazó las peticiones de limitar o suprimir su
traslado o, distribución.27
Dicho empeño se suma a las estrategias de los socios de Bodegas
Santo Tomás para difundir el vino producido en tierras bajacalifornianas y tratar de crear un
grupo de consumidores.
24 AD-IIH-UABC, Archivo de la Palabra, PHO-E/1/38 (1), Transcripción de la entrevista realizada por
Bibiana Santiago a Esteban Ferro Binello en Ensenada B.C., 1° de marzo de 1997, pp. 26-27.25 El Heraldo, 1º de enero de 1946; El Heraldo, 7 de enero de 1947; El Heraldo, 14 de agosto de 1947.26 AD-IIH-UABC, Archivo particular de Abelardo L. Rodríguez, c. 29, exp. 1, Carta de Abelardo L.
Rodríguez a Francisco Díaz Amil, Ensenada, Baja California, 11 de junio de 1941, f. 14; AD-IIH-UABC,
Archivo particular de Abelardo L. Rodríguez, c. 29, exp. 1, Carta de Francisco Díaz Amil a Abelardo L.
Rodríguez, México, D.F., 7 de julio de 1941, fs. 26-27.27 AD-IIH-UABC, Archivo particular de Abelardo L. Rodríguez, c. 29, exp. 1, Carta de Francisco Díaz Amil
a Abelardo L. Rodríguez, México, D.F., 8 de julio de 1941, fs. 29-30.
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Consideraciones f inales
Al cabo de una década (1932-1942) desde que Abelardo L. Rodríguez adquirió los primeros
activos de Bodegas Santo Tomás esta vinícola se convirtió en la más importante del
Territorio Norte de Baja California gracias a su sociedad con Esteban Ferro. El general
Rodríguez tomó decisiones arriesgadas, pero sin realizar inversiones cuantiosas o que no
podría recuperar si fallaba en sus decisiones.
Entre las decisiones arriesgadas está el otorgamiento de un amplio poder sobre una
propiedad, el principal activo de la vinícola, a un desconocido. Ferro correspondió a la
decisión de Rodríguez. Aportó a la sociedad el valioso conocimiento especializado, visión
innovadora, una administración eficaz y negociaciones en la región para adquirir la materia
prima indispensable, lo cual contribuyó al auge de Bodegas Santo Tomás a mediados de los
años cuarenta. El empeño de Ferro, quien, en palabras de su hijo era “enólogo, gerente
general, barredor y todo” en la vinícola fue respaldado por otros recursos que solo
Rodríguez podía aportar a esta sociedad: los buenos oficios de un abogado experimentado
como Francisco Javier Gaxiola, así como los medios para lograr una mayor y mejor
distribución de los productos.
Después de veinte años la sociedad de Rodríguez y Ferro se disolvió. En 1952 el enólogo
fundó con capital propio Bodegas Miramar y recibió el pago de sus acciones de Bodegas
Santo Tomás. La década de 1950 fue crítica para las vinícolas bajacalifornianas.