Accionar Comunicativo

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Accionar Comunicativo 1 Si bien los signos no verbales o visuales son el medio de intercambio comunicativo más regular en una sociedad ampliamente mecanizada (técnica o tecnológica). Los signos verbales (palabra) son el medio comunicativo quizás más eficiente para transmitir un mensaje. Es decir, un emisor, un receptor, un mensaje y un medio contextual inmerso en el juego de la interacción comunicativa (que no siempre resulta pacifica). Al respecto, podemos rememorar génesis 11, en donde se describe un mundo de una sola lengua; un “sólo labio” con el cual ponen en marcha un enorme proyecto de escala celeste; y una ulterior derrota humana, por parte del Creador por su insolencia vanidosa. No obstante, a pesar del fracaso final, el consenso fue importante para dicho proyecto (v. 3). No así, los objetivos del proyecto. También se puede advertir que no siempre después del diálogo se llega a un consenso y menos a una acción. Sin embargo, el evangelio de Juan registra que la Palabra se hace acción en Jesús. En otras palabras, se hace efectiva. Pues “al principio existía el logos” y “el logos era Dios”; la acción, el verbo, el principio ordenador del universo. Pero, “y sin ella (Palabra) nada existió de cuanto existe”, es decir, es la causa primera. No obstante, “en ella (Palabra) estaba la vida y la vida era la luz de los hombres”..., pero “las tinieblas no le comprendieron” se apartaron por su incompatibilidad. Con todo, “la Palabra se hizo carne y habitó entre nosotros”, tal vez para remediar el divorcio. Por el contrario, “vino a los suyos, y los suyos no le recibieron”; no aceptaron su mensaje reconciliador, solidario y de amor expuesto. Dado que “no le recibieron”, “las tinieblas no le comprendieron” porque su elección son las tinieblas. Por lo tanto, no le conocieron (o no le conocimos). Pues si le hubiéramos conocido el mundo no estaría como está: en ruinas. Nótese que la plática (diálogo) divina, no sólo se reduce a vocablos sin sentido (vacíos). En este caso, adquieren el valor del accionar (verbo, palabra, principio ordenador). O sea, es una 1 Citas tomadas de: SCHOKEL, Luis Alfonso. La Biblia de Nuestro Pueblo, Biblia del Peregrino América Latina. 10 ed. Ediciones Mensajero. Bilbao – España. 2008. Pág. 2399.

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Si bien los signos no verbales o visuales son el medio de intercambio comunicativo más regular en una sociedad ampliamente mecanizada (técnica o tecnológica). Los signos verbales (palabra) son el medio comunicativo quizás más eficiente para transmitir un mensaje. Es decir, un emisor, un receptor, un mensaje y un medio contextual inmerso en el juego de la interacción comunicativa (que no siempre resulta pacifica).

Al respecto, podemos rememorar génesis 11, en donde se describe un mundo de una sola lengua; un “sólo labio” con el cual ponen en marcha un enorme proyecto de escala celeste; y una ulterior derrota humana, por parte del Creador por su insolencia vanidosa. No obstante, a pesar del fracaso final, el consenso fue importante para dicho proyecto (v. 3). No así, los objetivos del proyecto.

También se puede advertir que no siempre después del diálogo se llega a un consenso y menos a una acción. Sin embargo, el evangelio de Juan registra que la Palabra se hace acción en Jesús. En otras palabras, se hace efectiva. Pues “al principio existía el logos” y “el logos era Dios”; la acción, el verbo, el principio ordenador del universo. Pero, “y sin ella (Palabra) nada existió de cuanto existe”, es decir, es la causa primera. No obstante, “en ella (Palabra) estaba la vida y la vida era la luz de los hombres”..., pero “las tinieblas no le comprendieron” se apartaron por su incompatibilidad. Con todo, “la Palabra se hizo carne y habitó entre nosotros”, tal vez para remediar el divorcio. Por el contrario, “vino a los suyos, y los suyos no le recibieron”; no aceptaron su mensaje reconciliador, solidario y de amor expuesto.

Dado que “no le recibieron”, “las tinieblas no le comprendieron” porque su elección son las tinieblas. Por lo tanto, no le conocieron (o no le conocimos). Pues si le hubiéramos conocido el mundo no estaría como está: en ruinas.

Nótese que la plática (diálogo) divina, no sólo se reduce a vocablos sin sentido (vacíos). En este caso, adquieren el valor del accionar (verbo, palabra, principio ordenador). O sea, es una Palabra vivida, hecha acción. Entonces, la incongruencia del “doble discurso” no tiene lugar. Todo es como es: claro, transparente.

De lo anterior, me inquieta: ¿Somos realmente congruentes con nuestro discurso, es decir, lo que hablamos lo aplicamos en la medida exacta? ¿Es mi ejercicio dialógico diario un acto para mí mismo o un acto para la sociabilidad? ¿Tiene mi mensaje alguna relevancia contextual? ¿Es el mensaje reconciliador, solidario y de amor, un mensaje recurrente en nosotros?

Probablemente, la realidad excede el mensaje discursivo; la palabrería sin sentido. Probablemente, la realidad necesita también el accionar para ser excedida. Quizás el valor de la acción comunicativa.

1 Citas tomadas de: SCHOKEL, Luis Alfonso. La Biblia de Nuestro Pueblo, Biblia del Peregrino América Latina. 10 ed. Ediciones Mensajero. Bilbao – España. 2008. Pág. 2399.