Acerca Del Apocalistismo en general

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Acerca de el apocaliptismo en general Algún comentario a entradas anteriores me hace sospechar que igual hay un cierto malentendido en relación con lo que cabe definir y reconocer como movimientos milenaristas, a los que me parece que se atribuye una naturaleza consustancialmente revolucionaria que no se corresponde con la realidad. En primer lugar, yo he hecho referencia sobre todo a corrientes heréticas modernas pre- racionslitas que no tenían por qué ser forzosamente apocalípticas. Por otro lado, existen corrientes profetistas y de expectancia de un final de los tiempos para la renovación de la humanidad que son francamente reaccionarios o, cuanto menos, ajenos a cualquier cosa parecida a la lucha por un horizonte de superación de las injusticias sociales por la vía de la emancipación de los oprimidos o cosas por el estilo. El fenómeno milenarista abarca un amplio y heterogéneo conjunto de movimientos centrados en un vaticinio del fin del mundo y una renovación del género humano. La esperanza milenarista suele implicar la convicción de que es inminente la intervención de un mesías salvador, la presencia del cual comportará la abolición de las vicisitudes del presente y la instauración de un orden social armonioso. Se entiende que la salvación milenarista habrá de ser colectiva, nunca individual. Se producirá de una forma repentina y melodramática. Será total, puesto que transformará la vida terrena, pero no a la manera de una mejora del presente, sino implantando un estado de perfección absoluta. Será, por último, milagrosa, en tanto que tendrá lugar por la intervención o con la ayuda de alguna instancia sobrehumana. Puesto que se enfrentan y resuelven simbólicamente las miserias e imperfecciones del tiempo que se vive, es previsible la irrupción en escena de ideologías religiosas milenaristas en sociedades que atraviesan situaciones de crisis, sometimiento o desestructuración. Este tipo de movimientos recibe diferentes nombres. El más frecuente acaso sea el demilenaristas o quiliásmicos, en alusión a los mil años del reinado terrenal del Mesías según la tradición judía, etapa que se extiende entre la resurrección de los justos y la de los malvados, que es el acontecimiento con el concluyen los tiempos y que da inicio al Juicio final. Se habla con frecuencia también de movimientos proféticos, puesto que se dejan guiar por un profeta o postulan el cumplimiento de profecías, en el caso judeo-cristiano relativas al apocalipsis, de lo que se deriva la aplicación para estos movimientos del epíteto de apocalípticos. La literatura hebraica relaciona el término griego apokalypsis(“revelación”) con la liberación de Israel de la opresión pagana y con el cumplimiento de la promesa hecha por Yahvé a Abraham de establecer a su pueblo en la tierra prometida de Canaán. Para los cristianos el texto profético fundamental es el Apocalipsis de San Juan, en el que se describe la batalla final de Armagedón, entre la que las huestes de Dios se enfrentan y vencen a las de la Bestia. La denominación de escatológicos para estos movimientos deriva del griego eschata, “las últimas cosas”, empleado para referirse a la redención del pueblo de Dios y el castigo a los pecadores y a los gentiles. El milenarismo cristiano se basa en la espera de la parusía, la Segunda Venida o Segundo Adviento de Cristo.

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Manuel Delgado

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  • Acerca de el apocaliptismo en generalAlgn comentario a entradas anteriores me hace

    sospechar que igual hay un cierto malentendido en relacincon lo que cabe definir y reconocer como movimientosmilenaristas, a los que me parece que se atribuye unanaturaleza consustancialmente revolucionaria que no secorresponde con la realidad. En primer lugar, yo he hechoreferencia sobre todo a corrientes herticas modernas pre-racionslitas que no tenan por qu ser forzosamenteapocalpticas. Por otro lado, existen corrientes profetistas yde expectancia de un final de los tiempos para la renovacinde la humanidad que son francamente reaccionarios o,cuanto menos, ajenos a cualquier cosa parecida a la luchapor un horizonte de superacin de las injusticias socialespor la va de la emancipacin de los oprimidos o cosas porel estilo. El fenmeno milenarista abarca un amplio yheterogneo conjunto de movimientos centrados en unvaticinio del fin del mundo y una renovacin del gnerohumano. La esperanza milenarista suele implicar laconviccin de que es inminente la intervencin de un mesassalvador, la presencia del cual comportar la abolicin delas vicisitudes del presente y la instauracin de un ordensocial armonioso. Se entiende que la salvacin milenarista

    habr de ser colectiva, nunca individual. Se producir de una forma repentina ymelodramtica. Ser total, puesto que transformar la vida terrena, pero no a la manera deuna mejora del presente, sino implantando un estado de perfeccin absoluta. Ser, porltimo, milagrosa, en tanto que tendr lugar por la intervencin o con la ayuda de algunainstancia sobrehumana. Puesto que se enfrentan y resuelven simblicamente las miserias eimperfecciones del tiempo que se vive, es previsible la irrupcin en escena de ideologasreligiosas milenaristas en sociedades que atraviesan situaciones de crisis, sometimiento odesestructuracin.

    Este tipo de movimientos recibe diferentes nombres. El ms frecuente acaso sea eldemilenaristas o quilismicos, en alusin a los mil aos del reinado terrenal del Mesassegn la tradicin juda, etapa que se extiende entre la resurreccin de los justos y la de losmalvados, que es el acontecimiento con el concluyen los tiempos y que da inicio al Juiciofinal. Se habla con frecuencia tambin de movimientos profticos, puesto que se dejan guiarpor un profeta o postulan el cumplimiento de profecas, en el caso judeo-cristiano relativasal apocalipsis, de lo que se deriva la aplicacin para estos movimientos del eptetode apocalpticos. La literatura hebraica relaciona el trminogriego apokalypsis(revelacin) con la liberacin de Israel de la opresin pagana y con elcumplimiento de la promesa hecha por Yahv a Abraham de establecer a su pueblo en latierra prometida de Canan. Para los cristianos el texto proftico fundamental es elApocalipsis de San Juan, en el que se describe la batalla final de Armagedn, entre la que lashuestes de Dios se enfrentan y vencen a las de la Bestia. La denominacinde escatolgicos para estos movimientos deriva del griego eschata, las ltimas cosas,empleado para referirse a la redencin del pueblo de Dios y el castigo a los pecadores y alos gentiles. El milenarismo cristiano se basa en la espera de la parusa, la Segunda Venidao Segundo Adviento de Cristo.

  • No se olvide que el origen del milenarismo hay que buscarlo en las religiones iraniasantiguas, que prevean una gran batalla final entre Ormazd i Ahrimn, las divinizaciones delbien y del mal, que se resolvera con la victoria total del primero, la resurreccin de losmuertos, el castigo a los malvados, un juicio final en el que los justos quedaran libres detodo dao y la renovacin de todos los humanos para la eternidad. Parece incontestable queeste tipo de ideas escatolgicas fueron incorporadas al judasmo antiguo de la mano desectas como la de los esenios, para pasar de ah al cristianismo y luego al Islam.

    En las sociedades ajenas a los grandes monotesmos, que han interpretado el tiempoen trminos mucho ms circulares que lineales y teleolgicos, los movimientosescatolgicos han sido raros, aunque no del todo inditos. En las sociedades nooccidentales, excepcin hecha de casos como el de los profetas karay entre los guaranes alos que alude Pierre Clastres, el milenarismo ha sido casi siempre la consecuencia delcontacto con misioneros cristianos o de la existencia de un proceso de islamizacin, pormucho que haya incorporado materiales vernculos : los mitos del paraso original, de latierra sin mal, del retorno de los dioses o los hroes fundadores, de la edad de oro;prcticas asociadas con el chamanismo o la posesin, que certifican la posibilidad decontactar directamente y sin sacerdotes con la divinidad ; etc. As, por ejemplo, lasreligiones orientales han sido ajenas al milenarismo, con la excepcin de las sectasasociadas al Buda futuro (Metteyya o Maitreya), proveedor de un mundo debienaventuranza y que inspir varias revueltas de pobres en Asia Central y Birmania. Ni eltaoismo, ni el confucionismo, ni el sintosmo, ni el hinduismo han propiciado movimientosmilenaristas destacables, al menos que yo recuerde ahora. Los ejemplos de insurreciones profetistas de inspiracin catlica o protestante sonnumerossimos. Muchos movimientos quilismicos que conoci Asia fueron consecuenciams o menos directa del contacto con misioneros: el acaecido en Nagpur, en la India, y el delos tai-ping, en China, ambos en el siglo XIX. En toda Amrica la mayora delevantamientos indios han tenido este carcter, incluyendo aqullos que el cine hapopularizado, como las encabezadas por Jernimo o por Sitting Bull. Lo mismo cabra decirde las revueltas de esclavos negros, pero tambin del nacionalismo afroamericano actual,que ha participado de ese tipo de ideologa milenarista de retorno a frica. La vigencia deeste tipo de movimientos lo demuestra la popularidad de la msica reggae, asociada alraftafarismo jamaicano, o del rap y la esttica hip-hop, vinculada a su vez a la Zulu Nation,el movimiento fundado y liderado por Africa Bambataa. La nmina de movimientosmilenaristas de inspiracin cristiana en el mundo es enorme, en muchos casos incorporandoa corrientes que han jugado un papel fundamental en la emancipacin poltica de los pasescolonizados, sobre todo a la hora de posibilitar la unificacin de sociedadestradicionalmente muy segmentarias: cultos cargo en Melanesia, Mau-Mau en Kenia, MwanaLeza en Rodesia, etiopismo y sionismo en frica del Sur... Muchos de los Estados surgidosde la descolonizacin han derivado de movimientos milenaristas o afines. El islamismo ha conocido diversas corrientes milenaristas, todas ellas centradas enla esperanza en la venida del Imn oculto, el Mahd o guiado. Esta idea esta asumidacentralmente por el chiismo, pero tambin se encuentra actuando como motor ideolgicode movimientos anticolonistas de ascendencia sunita: profetismo dinka o nuer, Usmn danFodio en Nigeria, mahdismo sudans, revueltas de Abd el Kader en Argelia y de Abd el Krimen el Rif marroqu, el mullah loco en Somalia o Shamil en el Cucaso. En Estados Unidos, elmovimiento encabezado por Malcom X en los aos 60 se movera bajo ese mismo clima demilenarismo islmico.

    Por su parte, el cristianismo romano consider mayoritariamente la profeca

  • apocalptica como un ideal simblico, una eventualidad muy lejana en el tiempo o unepisodio ya cumplido con la venida de Cristo y la fundacin de la Iglesia. Fue ello lo quellev, desde la hereja montanista en el siglo II, a contemplar con desconfianza o con abiertahostilidad todas las desviaciones que proclamaron la necesidad de conquistar el Paraso enla tierra, por mucho que la condena como herticas de las creencias apocalpticas por elSanto Oficio tuviera que esperar hasta 1944. Todos los grandes movimientos, que, desde elsiglo XI, precedieron o acompaaron la reforma protestante fueron apocalpticos: cruzadasde los pobres; seguidores del Pseudo-Balduino, de Federico Barbarroja, de Savonarola, deCromwell; flagelantes; militantes del Libre Espritu; husitas, taboritas, anabaptistas,protagonistas de las guerras campesinas del siglo XVI... Y otros muchos ejemplos, algunosdados a conocer por el cine y la literatura, como las andanzas de Robin Hood en laInglaterra del siglo XII, episodio de las convulsiones milenaristas que prepararon lasrevueltas de los lolardos de Wycliff. El levantamiento que dirigiera Juana de Arco en laFrancia del siglo XV es otro buen ejemplo de movilizacin milenaria. Como lo fueron losdulcinianos, seguidores violentos de las profecas de Joaqun de Fiore, a los que atiendeUmberto Eco en El nombre de la rosa.

    La Iglesia, no obstante, cobij tambin tendencias milenaristas. De hecho los

    franciscanos no fueron sino joaquinitas moderados, y el utopismo jesuta en Amrica tuvoun contenido igualmente profetista. La propia teologa de la liberacin actual no disimulaun fuerte escoramiento escatolgico. Las sociedades occidentales contemporneas hanconocido tambin movimientos profetistas: los lazzaretistas italianos de finales del XIX olos propios anarquistas espaoles hasta bien entrado el siglo XX mantuvieron un fuerteacento apocalptico. De hecho, todas las corrientes ideolgicas que han propugnado lanecesidad de construir una utopa social y que han querido tomar los cielos al asaltopueden ser consideradas como subrogados laicos del milenarismo bblico. Puesto que los creyentes en el milenio pueden estar convencidos de que es preciso suconcurso a la hora de facilitar el advenimiento del nuevo mundo y acelerar las destruccionesque lo habrn de preceder, es frecuente registrar matanzas, destrucciones y suicidioscolectivos. La historia del judasmo, una religin proftica por definicin, presenta buenosejemplos de autoinmolaciones en masa, como las de Creta del siglo V a.C. o Massada, en elsiglo I a.C. Un nmero imposible de calcular de guaranes se perdieron en la selva siguiendoa sus profetas. En el siglo XIX, millares de bantes se dejaron morir de hambreobedeciendo a un enviado divino. En pleno siglo XX, los esquimales influenciados por losentusiasmos apocalpticos sacrificaron seres humanos con el fin de acelerar el fin de lostiempos y cientos de indios de la Guayana se mataron unos a otros con la esperanza de laresurreccin en una sociedad renovada. A finales del siglo XX se produjeron diversossucesos trgicos vinculados con ese tipo de impaciencia por el advenimiento de la Profecia,como los atentados de Verdad Suprema en Japn o los suicidios colectivos de davidianos enWaco o de fieles del Templo del Sol en Suiza. Todos esos casos son expresiones de esamisma disposicin a acelerar el apocalipsis final prometido por Dios en la Biblia. No se olvide que hay milenarismos pasivos, por as decirlo, que esperanpacientemente el advenimiento del fin de los tiempos y la Parusa con certeza, pero conpaciencia tambin. Me vienen a la cabeza los testigos de Jehov, por ejemplo, o la mayorade cultos ufo, que se fundan en esa misma espera de la venida de aquello que habr devenir de lo alto. Si os interesa el tema hay un montn de trabajos que lo desarrollan. Por poneralgunos ejemplos, dos clsicos: el libro de Peter Worsley, Al son de la trompeta final, sobrelos cultos cargo melanesios (Siglo XXI); la visin en panormica de Franois Laplantine,Lastres voces de la imaginacin colectiva (Siglo XXI), u otro libro de Norman Cohn, adems

  • del ya mencionado en otra entrada, El cosmos, el caos y el mundo venidero (Crtica).[La ilustracin de la entrada es la "Virgen del Apocalipsis" del novohispano Juan Correa,pintado a principios del siglo XVIII. La mujer del Apocalipsis, identificada con Mara alada,coronada de estrellas y triunfante sobre la luna, protegida por el arcngel Miguel, salvandoa su Hijo de la Bestia de 7 cabezas que vomita agua y arrastra con su cola un tercio de lasestrellas]