Actitud de los alumnos actuales hacia el trabajo escolar
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ESCUELA NORMAL SUPERIOR OFICIAL DE
GUANAJUATO
OBSERVACIÓN Y PRÁCTICA DOCENTE IV
PEDRO CHAGOYÁN GARCÍA
ENSAYO:
“ACTITUD DE LOS ALUMNOS ACTUALES HACIA EL TRABAJO ESCOLAR”
NAYELI MARÍN GONZÁLEZ
TELESECUNDARIA 3° “B”
14/Febrero/2014“ACTITUD DE LOS ALUMNOS ACTUALES HACIA EL TRABAJO
ESCOLAR”
En el presente documento se aborda la temática sobre el comportamiento e
interés que los alumnos asumen en la escuela secundaria a partir de todos los
cambios sociales que se muestran hoy en día, además de conocer el papel que
está desempeñando el maestro respecto a este proceso formativo, a su hacer y
la influencia que tiene en los alumnos.
En particular se desarrollará el punto sobre la tercera meta denominada
“Conseguir notas aceptables” de la cual nos habla el autor Jesús Alonso Tapia
respecto al significado que le dan los adolescentes a esta actividad escolar,
asimismo lo contrastaré con una opinión personal de la experiencia que he
tenido en mis jornadas de práctica.
Por otro lado propondré algunos aspectos que debemos tener los docentes
para mejorar el contexto que propiciamos en el aula y despertar el interés de
los estudiantes hacia el aprendizaje.
Por último, cerraré con una conclusión sobre el futuro que nos aguarda y de la
preparación que debemos adquirir y orientar nuestras formas de enseñanza,
para ser vista la educación como algo significativo por parte de la sociedad y
sobre todo de los alumnos.
Hoy en día podemos obtener respuestas de los alumnos sobre como miran la
escuela, en las que podemos comprobar cada vez más la desaprobación de la
misma por una serie de aspectos que cabría investigar las causas; los
estudiantes piensan que la escuela es aburrida, no le hayan utilidad a los
contenidos que se les enseña en un presente inmediato, están desmotivados
para aprender, solamente se preocupan por pasar un examen que les ayudará
a no truncar su futuro que es el de tener una carrera o un titulo que los inserte
en el mercado laboral; no reconocen al docente como una figura de autoridad
al que se le debe respeto, y mucho más.
Podemos decir que la sociedad ha ido devaluando esta labor, puesto que se le
ha descrito al profesor como flojo, borracho, corrupto, abusa de su autoridad,
etc., considero que estas declaraciones tienen algo de cierto, sin embargo no
creo que este hecho caracterice a todo el cuerpo docente, también debemos
mirar al otro lado hacia las personas que si cumplen con su deber, haciendo
muy bien su trabajo, que es el que el alumno aprenda y pueda desarrollar
competencias para la vida.
Para que haya un cambio de percepción relativo a la educación debemos
reflexionar sobre nuestro actuar, ya que tendemos inconscientemente a
recalcar los errores de los alumnos, a imponernos, a no dar un trato igualitario,
que solo lo que digamos nosotros es la única verdad, cuando no lo es y no
dejamos que los alumnos expresen lo que sienten o piensan. Ante estas
situaciones los maestros debemos conocer a nuestros estudiantes, sus
características, formas de aprender, ser empáticos y establecer un trato
afectivo de convivencia.
La forma de enseñanza en la que estamos cayendo la mayoría de los
profesores es el conductismo, llevando a los alumnos muchas veces a no hacer
reflexión de lo que se les está impartiendo solo siguen las indicaciones que se
les da, en este caso debemos llevarlos a que ellos vayan construyendo sus
conocimientos, planteando retos, preguntas detonadoras, presentando los
objetivos y la utilidad de los conocimientos que van alcanzando vinculándolos
con su contexto u vida diaria, llevándolo a la práctica y obtengan aprendizajes
significativos. Hemos de lograr que el alumno esté más interesado y le
satisfaga el descubrir más.
La familia es igualmente un factor de cambio que influye en el adolescente y en
el niño, ya que como vemos los niños pasan mucho tiempo solos sin que un
adulto supervise lo que hace, le brinde atención y pasen un tiempo de calidad
para convivir y comunicarse; esto ocasiona que los alumnos se comporten
negativamente llamando la atención por que requieren de afecto, no centran su
atención en clase, sino que se hayan divagando en sus problemas personales;
entre otros, pero se concluye que todo esto afecta su rendimiento. Necesitamos
el apoyo de los padres de familia para juntos poder impulsar al alumno a que
desarrolle competencias.
Por otro lado, el trabajo en el aula nos envuelve en una serie de percepciones
acerca de la función académica de acuerdo a las emociones u experiencias de
las que nos hemos hecho en el trascurso de los niveles educativos en el que
las reacciones de los alumnos ante ciertas situaciones como lo son el disgusto
por unas materias, el solo querer aprobar, el sentir que lo que aprenden no les
es de utilidad, el de no querer participar por miedo o vergüenza de ser
expuestos ante la clase, solo ven la escuela como una obligación, llevándolos a
no sentirse identificado con esta y en el que no les genera una satisfacción
personal de estarse superando.
Una de las metas que nos expone Tapia, J (1999) es la de “conseguir notas
aceptables” en la cual nos habla de que los alumnos se preocupan demasiado
por aprobar un examen, ya que esto les permite cursar la carrera que desean o
el no dedicarle más tiempo de lo debido al estudio, sin embargo el aprobar no
significa necesariamente aprender.
Al analizar lo que dice el autor sabemos que en gran medida es verdad, ya que
los que nos importa como estudiantes es obtener una calificación aprobatoria
por parte del maestro y esto nos lleva muchas veces a una memorización de
los contenidos que al cabo de poco tiempo se nos olvida. Cuantas de las veces
escuchamos la frase de los maestros “copien o estudien esto porque va a venir
en el examen” y los que estamos en formación seguimos estos modelos, por lo
tanto creo que estamos induciendo al alumno a que solo conozcan ciertos
conocimientos y no comprendan el tema con profundidad.
Deberíamos bazar la evaluación en la comprensión y el análisis de lo que les
enseñamos, que obtengan una apropiación del tema para que sean capaces de
hacer juicios críticos, propongan soluciones y resuelvan problemas; las
actividades que les llevemos deben se innovadoras, que llamen la atención
para los distintos tipos de estilos de aprendizaje, apoyarnos en la explicación
con algún material didáctico como videos, imágenes, audios, etc., en el que se
optimice el aprendizaje.
“Basta con conocer lo que los profesores piden en las evaluaciones, algo que
dista mucho de reflejar lo que los alumnos deberían conocer” (Villa y Alonso
Tapia, 1996).
Por último pienso que el trabajo que nos aguarda a los profesores no es un
camino fácil pues debemos estar más preparados para tratar las diferentes
situaciones que se dan en el aula, ya que no todos los alumnos son iguales y
se están dando nuevos valores que distan de ser positivos, para esto tenemos
que impulsar el trabajo colaborativo en el aula más que el competitivo, en el
que se apoyen unos a otros, compartan ideas y reconstruyan saberes.
Referencias:
Alonso tapia, Jesús (1999) “Motivación y aprendizaje en la enseñanza
secundaria” en Cesár Coll (coord..), psicología de la instrucción: la enseñanza
y el aprendizaje en la educación secundaria, Barcelong, ICE-Universitat de
Barcelosna/Horsori (cuadernos de la formación del profesorado. Educación
secundaria, 15), pp. 105-110.