Actitudes deportivas

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Actitudes Deportivas El deportista suele enfrentar diferentes emociones en el campo deportivo, en especial en las competencias, el manejo de las emociones se puede observar en las actitudes de los deportistas que pueden ser el resultado de experiencias anteriores, sugerencias, imitaciones, improvisaciones o cualquier forma de actuar que resultó adecuada en una situación similar y se relacionó como beneficiosa para el mejor rendimiento deportivo, estas actitudes son tan diversas como la cantidad de deportistas pero que aquí las clasificamos para su análisis en tres, actitudes desleales o sucias, negativas y positivas, Así tenemos las actitudes desleales o sucias, donde sucede que el tener al o a los adversarios se generan una serie de comportamientos intimidantes, ofensivos en contra de los deportistas percibidos como “amenaza” al objetivo planteado para la competencia, más aún cuando se conoce a los deportistas por las varias veces en las que se han enfrentado, si se sabe que determinada actitud amedrenta, la utilizará buscando atemorizar al adversario e incrementar con ello sus posibilidades de un mejor resultado. Destaquemos el hecho de si en algún momento el atleta mostró una actitud desafiante y esta sirvió para asustar a un lo más probable es que siga utilizando la misma actitud en otras competencias sino existe una orientación adecuada. En este aspecto el rol del entrenador, compañeros y padres de familia juegan también un rol muy importante pues sin la atención necesaria estas actitudes se reforzaran e influenciaran en la escala de valores del deportista. Estas formas de actuar fueron explicadas por Thorndike mediante la llamada ley del efecto, si una respuesta es positiva se sigue repitiendo. Algunas conductas desleales que se suelen presentar en los campos de competencia son: Agredir verbalmente, humillar, difamar u otras formas de expresión con la intensión de ofender al adversario. Empujar, golpear, pisar, obstaculizar deliberadamente a un oponente con el interés de ofuscar al contendiente de disminuir su capacidad de rendimiento. Es probable que algunas personas consideren que estas actitudes sean “comunes” sobretodo en los deportes de combate u oposición y de hecho en estas disciplinas hay mas posibilidad de observar estas actitudes, pero la realidad es que estas actitudes son propias de deportistas

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Actitudes Deportivas

El deportista suele enfrentar diferentes emociones en el campo deportivo, en especial en las competencias, el manejo de las emociones se puede observar en las actitudes de los deportistas que pueden ser el resultado de experiencias anteriores, sugerencias, imitaciones, improvisaciones o cualquier forma de actuar que resultó adecuada en una situación similar y se relacionó como beneficiosa para el mejor rendimiento deportivo, estas actitudes son tan diversas como la cantidad de deportistas pero que aquí las clasificamos para su análisis en tres, actitudes desleales o sucias, negativas y positivas,

Así tenemos las actitudes desleales o sucias, donde sucede que el tener al o a los adversarios se generan una serie de comportamientos intimidantes, ofensivos en contra de los deportistas percibidos como “amenaza” al objetivo planteado para la competencia, más aún cuando se conoce a los deportistas por las varias veces en las que se han enfrentado, si se sabe que determinada actitud amedrenta, la utilizará buscando atemorizar al adversario e incrementar con ello sus posibilidades de un mejor resultado. Destaquemos el hecho de si en algún momento el atleta mostró una actitud desafiante y esta sirvió para asustar a un lo más probable es que siga utilizando la misma actitud en otras competencias sino existe una orientación adecuada.

En este aspecto el rol del entrenador, compañeros y padres de familia juegan también un rol muy importante pues sin la atención necesaria estas actitudes se reforzaran e influenciaran en la escala de valores del deportista. Estas formas de actuar fueron explicadas por Thorndike mediante la llamada ley del efecto, si una respuesta es positiva se sigue repitiendo.

Algunas conductas desleales que se suelen presentar en los campos de competencia son:

Agredir verbalmente, humillar, difamar u otras formas de expresión con la intensión de ofender al adversario.

Empujar, golpear, pisar, obstaculizar deliberadamente a un oponente con el interés de ofuscar al contendiente de disminuir su capacidad de rendimiento.

Es probable que algunas personas consideren que estas actitudes sean “comunes” sobretodo en los deportes de combate u oposición y de hecho en estas disciplinas hay mas posibilidad de observar estas actitudes, pero la realidad es que estas actitudes son propias de deportistas nóveles o carentes de valores éticos. Las artes marciales poseen un componente de fortaleza mental y espiritual basados en una filosofía de ética y honor en su practica.

Una actitud negativa es diferente de una desleal, una actitud negativa se caracteriza por centrarse en las debilidades, desventajas o defectos ya sean estos físicos, técnicos, tácticos, etc. En este caso algunos deportistas buscan serenidad o motivación al señalar falencias en sus contendores y es posible que encuentren lo que buscan, pero el beneficio conseguido es efímero y dependiente de esas falencias notadas en el contendor, es decir si observo que está mal física o técnicamente estaré tranquilo y si esta bien… ¿renacerá la inseguridad?, habrá que cambiar de estrategia.

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En la actitud negativa se acumulan también aspectos como la protesta, la inconformidad manifiesta, la crítica sobre determinados elementos de la pista, entrenador, dirigentes o campo de juego, entre otros, que son usadas como excusas para cubrir un posible mal resultado, actitud que muestra falta de control del estado emocional, las actitudes pesimistas fruto de experiencias anteriores (malos resultados) no superados, también son negativos ya que generan apreciaciones limitantes como por ejemplo, “en los climas húmedos a mi me va mal”, “a mi los jueces siempre me perjudican”, “con este equipo no me alcanza para competir bien”, verbalizar estos comentarios son una muestra clara de experiencias dificultosas que no han sido procesadas saludablemente.

La actitud positiva de un deportista es una actitud auténtica de optimismo que determina seguridad en si mismo, ante el rival, competencia, clima o cualquier adversidad en la vida, la actitud positiva se traduce en respeto a la capacidad deportiva propia y ajena, incluso puedes reconocer las cualidades del contendor para generar un contexto de competencia digna al enfrentar a grandes rivales, sin llegar a la adulación (actitud que cae en el aspecto negativo), los éxitos obtenidos en buena lid, con esfuerzo son los que más conceden seguridad, valor.

En los deportes de combate la actitud positiva frente al oponente no es la de amedrentar o mostrarse simpático, la actitud positiva es la de autoridad, convicción, controlado, actitudes que reflejan la personalidad de un gran atleta, es probable que estas expresiones se puedan confundir con la arrogancia pero la objetividad podrá distinguir la madurez emocional de estas actitudes. Los pensamientos de un deportista con actitud positiva impulsan al bien hacer, al bien ser, que no te libera de emociones como el enojo o desagrado, pero las procesa más fácilmente, puede no evitar una derrota pero garantiza mantener la dignidad, el respeto conservará la fe en si mismo.

Las actitudes que escojas como deportista finalmente son tuyas y las utilizaras según el beneficio que te reporten como deportista, sin embargo sobre tu decisión ahora complementa el hecho de que una actitud antideportiva, podría dar resultado pero aquellas actitudes que son reconocidas como inmorales, peor aun que tu mismo como deportista las reconozcas como inmorales tarde o temprano se verán reflejadas en un concepto negativo de si mismo.

Tú pones las reglas del juego, a travesar los límites de la ética trae consecuencias de las que se es responsable inevitablemente, recuerda que el juego limpio (fair play) es un una actitud leal en el deporte, es una forma de ser, basada en el respeto hacia todos los involucrados en la practica del deporte, positiva te da la oportunidad de fortalecer tu integridad. ”El juego limpio es, en resumen, la clara conciencia de que el adversario es, ante todo, un compañero deportivo; es el respeto al adversario que salga victorioso o vencido; el respeto al árbitro; la ausencia de ostentación gestual, la modestia en la victoria, la serenidad en la derrota; la generosidad frente al adversario” (De Antón, 1990: 11).

Franklin Ramón

Psicólogo Deportivo