Adivinanza, Colmos, Acertijos, Cuentos, Fabulas

20
Adivinanza Una adivinanza es un tipo de acertijo cuyo enunciado se formula en forma de rima . Se trata de enigmas sencillos dirigidos al público infantil en que hay que adivinar frutas, animales, objetos cotidianos, etc. Al orientarse a los niños, tienen un componente educacional al representar una forma divertida de aprender palabras y tradiciones. 1- Adivina quién soy, cuanto más lavo más sucia voy. 2- La habrás oído nombrar. Piensa, medita, recuerda, ¿qué instrumento musical no tiene mas que una cuerda? 3- Todo el mundo lo lleva, todo el mundo lo tiene, porque a todos le dan uno en cuanto al mundo viene. 4- Todos me usan para descansar. Si ya te lo he dicho, no me busques más. 5- Blanco por dentro, verde por fuera. Si quieres que te lo diga espera. 6- Somos muchos hermanitos que en la misma casa vivimos, si nos rascan la cabeza al instante morimos. 7- Es su madre tartamuda, y su padre un buén cantor. Tiene su vestido blanco y amarillo el corazón. 8- En lo alto vive, en lo alto mora, en lo alto teje la tejedora. 9- ¿Cual es el animal que tiene más dientes? 10- Muy chiquito, muy chiquito, él pone fin a lo escrito. RESPUESTAS 1- El agua. 2- La campana. 3- El nombre. 4- La silla. 5- La pera. 6- Las cerillas. 7- El huevo. 8- La araña. 9- El ratoncito Pérez 10- El punto.

Transcript of Adivinanza, Colmos, Acertijos, Cuentos, Fabulas

AdivinanzaUna adivinanza es un tipo de acertijo cuyo enunciado se formula en forma de rima.

Se trata de enigmas sencillos dirigidos al público infantil en que hay que adivinar frutas, animales, objetos cotidianos, etc. Al orientarse a los niños, tienen un componente educacional al representar una forma divertida de aprender palabras y tradiciones.

1- Adivina quién soy, cuanto más lavo más sucia voy.2- La habrás oído nombrar. Piensa, medita, recuerda, ¿qué instrumento musical no tiene mas que una cuerda?3- Todo el mundo lo lleva, todo el mundo lo tiene, porque a todos le dan uno en cuanto al mundo viene.4- Todos me usan para descansar. Si ya te lo he dicho, no me busques más.5- Blanco por dentro, verde por fuera. Si quieres que te lo diga espera.6- Somos muchos hermanitos que en la misma casa vivimos, si nos rascan la cabeza al instante morimos.7- Es su madre tartamuda, y su padre un buén cantor. Tiene su vestido blanco y amarillo el corazón.8- En lo alto vive, en lo alto mora, en lo alto teje la tejedora.9- ¿Cual es el animal que tiene más dientes?10- Muy chiquito, muy chiquito, él pone fin a lo escrito.

RESPUESTAS1- El agua. 2- La campana. 3- El nombre. 4- La silla. 5- La pera. 6- Las cerillas. 7- El huevo.

8- La araña. 9- El ratoncito Pérez 10- El punto.

COLMOS:

Grado más alto a que se puede llegar en una cosa Complemento, añadido Ser una cosa intolerable o sorprendente; aplicado a persona, ser

extraordinaria, para bien o para mal.

¿Cuál es el colmo de un abogado?  Haber perdido la muela de juicio

¿Cuál es el colmo de un gato?  Tener un día de perros¿Cuál es el colmo de la Primavera?  Tenerle alergia a las flores¿Cuál es el colmo de un policía?  Que lo asalte la dudaCuál es el colmo de un médico?

Que una de sus hijas se llame Dolores

y la otra Remedios¿Cuál es el colmo de un pez?   Morirse de... sed¿Cuál es el colmo de un jardinero?

Que su esposa se llame Rosa y su hija Margarita

¿Cuál es el colmo de un jardinero?  Que lo dejen plantado¿Cuál es el colmo de un Boxeador ?

-Que la esposa le dé otra golpiza llegando a casa, por no haber ganado la pelea .

¿Cuál es el colmo de un  pirata?  Que le  regalen  un  CD  original.

ACERTIJO:

Un acertijo es una adivinanza o un enigma que es propuesto a modo de pasatiempo. El término

también se utiliza para hacer mención a algo que es muy complicado o problemático (“La violencia supone un acertijo sin respuesta para el actual gobierno”).

En general, es posible distinguir entre los acertijos lógicos y las adivinanzas. Los primeros son juegos donde la solución al enigma es accesible por medio del razonamiento y la intuición. En este sentido, los acertijos pueden ser paradójicos (presentan una situación en la que hay que averiguar la causa de su resultado atípico), con juegos de palabras u de otro tipo.

01. ¿De qué color es el caballo blanco de Santiago?02. Un pato y un niño nacen el mismo día. Al cabo de un año ¿cuál es mayor de los dos?03. ¿Por qué en todos los hospitales hay un sacerdote? 04.¿Cómo se llama en Alemania al ascensor?05. ¿Cuál es el país que tiene nombre de postre? 06. De siete patos metidos en un cajón, ¿cuántos picos y patas son? 07. ¿Qué mar es dos veces mar?08. ¿Cuál es el día más largo de la semana?09. ¿Cuál es el número que si lo pones al revés vale menos? 10. Un león muerto de hambre ¿de qué se alimenta?11. ¿Cuál es el océano más tranquilo? 12. ¿Cuánta arena hay dentro de un agujero de 2 x 2 x 2 metros? 

RESPUESTAS01. Blanco.02. El pato, porque tendrá un año y pico (Enviado por Olga y Laura Palomino).

03. Para que los enfermos tengan cura.04. Apretando el botón.05. Macedonia.06. Dos picos y cuatro patas, porque sólo «metí dos» en el cajón.07. El mar de Mármara (Enviado por Julián del Salado Rodríguez).08. El miércoles, porque es el que tiene más letras.09. El nueve.10. De nada, porque está muerto.11. El Océano Pacífico.12. En los agujeros no hay nada

CuentoEl cuento es una narración breve de carácter ficcional protagonizada por un grupo reducido de personajes. Este es transmitido originalmente por vía oral aunque con la modernización se han creado nuevas formas como los audiolibros.

LIO EN LA CLASE DE CIENCIAS

El profesor de ciencias, Don Estudiete, había pedido a sus alumnos que estudiaran algún animal, hicieran una pequeña redacción, y contaran sus conclusiones al resto de la clase. Unos hablaron de los perros, otros de los caballos o los peces, pero el descubrimiento más interesante fue el de la pequeña Sofía:

- He descubierto que las moscas son unas gruñonas histéricas - dijo segurísima.

Todos sonrieron, esperando que continuara. Entonces Sofía siguió contando:

- Estuve observado una mosca en mi casa durante dos horas. Cuando volaba tranquilamente, todo iba bien, pero en cuanto encontraba algún cristal, la mosca empezaba a zumbar. Siempre había creido que ese ruido lo hacían con las alas, pero no. Con los prismáticos de mi papá miré de cerca y vi que lo que hacía era gruñir y protestar: se ponía tan histérica, que era incapaz de cruzar una ventana, y se daba de golpes una y otra vez: ¡pom!, ¡pom!, ¡pom!. Si sólo hubiera mirado a la mariposa que pasaba a su lado, habría visto que había un hueco en la ventana... la mariposa incluso trató de hablarle y ayudarle, pero nada, allí seguía protestando y gruñendo.

Don Estudiete les explicó divertido que aquella forma de actuar no tenía tanto que ver con los enfados, sino que era un ejemplo de los distintos niveles de inteligencia y reflexión que tenían los animales, y acordaron llevar al día siguiente una lista con los animales ordenados por su nivel de inteligencia...

Y así fue como se armó el gran lío de la clase de ciencias, cuando un montón de papás protestaron porque sus hijos... ¡¡les habían puesto entre los menos inteligentes de los animales!! según los niños, porque no hacían más que protestar, y no escuchaban a nadie.

Y aunque Don Estudiete tuvo que hacer muchas aclaraciones y calmar unos cuantos padres, aquello sirvió para que algunos se dieran cuenta de que por muy listos que fueran, muchas veces se comportaban de forma bastante poco inteligente.

MIRANDO POR LA VENTANA

Había una vez un niño que cayó muy enfermo. Tenía que estar todo el día en la cama sin poder moverse. Como además los niños no podían acercarse, sufría mucho por ello, y empezó a dejar pasar los días triste y decaido, mirando el cielo a través de la ventana.Pasó algún tiempo, cada vez más desanimado, hasta que un día vio una extraña sombra en la ventana: era un pingüino comiendo un bocata de chorizo, que entró a la habitación, le dio las buenas tardes, y se fue. El niño quedó muy extrañado, y aún no sabía qué habría sido aquello, cuando vio aparecer por la misma ventana un mono en pañales inflando un globo. Al principio el niño se preguntaba qué sería aquello, pero al poco, mientras seguían apareciendo personajes locos por aquella extraña ventana, ya no podía dejar de reír, al ver

un cerdo tocando la pandereta, un elefante saltando en cama elástica, o un perro con gafas que sólo hablaba de política ...Aunque por si no le creían no se lo contó a nadie, aquellos personajes teminaron alegrando el espíritu y el cuerpo del niño, y en muy poco tiempo este mejoró notablemente y pudo volver al colegio.Allí pudo hablar con todos sus amigos, contándoles las cosas tan raras que había visto. Entonces, mientras hablaba con su mejor amigo, vio asomar algo extraño en su mochila. Le preguntó qué era, y tanto le insistió, que finalmente pudo ver el contenido de la mochila:

¡¡allí estaban todos los disfraces que había utilizado su buen amigo para intentar alegrarle!!

Y desde entonces, nuestro niño nunca deja que nadie esté solo y sin sonreir un rato.

EL ORIGEN DE LA FELICIDADHabía una vez un niño que era muy feliz, , aunque no tenía muchos juguetes ni dinero. Él decía que lo que le hacía feliz era hacer cosas por los demás, y que eso le daba una sensación genial en su interior. Pero realmente nadie le creía, y pensaban que no andaba muy bien de la cabeza. Dedicaba todo el día a ayudar a los demás, a dar limosna y ayuda a los más pobres, a cuidar de los animales, y raras veces hacía nada para sí mismo.Un día conoció a un famoso médico al que extrañó tanto su caso, que decidió investigarlo, y con un complejo sistema de cámaras y tubos, pudo grabar lo que ocurría en su interior. Lo que descubrieron fue sorprendente: cada vez que hacía algo bueno, un millar de angelitos diminutos aparecían para hacerle cosquillas justo en el corazón.Aquello explicó la felicidad del niño, pero el médico siguió estudiando hasta descubrir que todos tenemos ese millar de angelitos en nuestro interior. La pena es que como hacemos tan pocas cosas buenas, andan todos aburridos haciendo el vago.Y así se descubrió en qué consiste la felicidad, y gracias a ese niño todos sabemos qué hay que hacer para llegar a sentir cosquillitas en el corazón.

FábulaLas fábulas son composiciones breves literarias en las que los personajes casi siempre son animales u objetos, que presentan características humanas como el habla, el movimiento, etc. Estas historias concluyen con una enseñanza o moraleja de carácter instructivo, que suele figurar al final del texto.

EL LEON Y EL RATON

Dormía tranquilamente un león, cuando un ratón empezó a juguetear encima de su cuerpo. Despertó el león y rápidamente atrapó al ratón; y a punto de ser devorado, le pidió éste que le perdonara, prometiéndole pagarle cumplidamente llegado el momento oportuno. El león echó a reir y lo dejó marchar.

Pocos días después unos cazadores apresaron al rey de la selva y le ataron con una cuerda a un frondoso árbol. Pasó por ahí el ratoncillo, quien al oir los lamentos del león, corrió al lugar y royó la cuerda, dejándolo libre.

-- Días atrás -- le dijo --, te burlaste de mí pensando que nada podría hacer por tí en agradecimiento. Ahora es bueno que sepas que los pequeños ratones somos agradecidos y cumplidos.

Nunca desprecies las promesas de los pequeños honestos. Cuando llegue el momento las cumplirán.

LA GALLINA DE LOS HUEVOS DE ORO

Un granjero y su esposa tenían una gallina que ponía un huevo de oro cada día. 

Supusieron que la gallina debería contener un gran terrón del oro en su interior, y para tratar de conseguirlo de una sola vez, la mataron. 

Haciéndolo así pues, encontraron para su sorpresa que la gallina se diferenciaba en nada de sus otras gallinas. 

El par de ingenuos,  esperando llegar a ser ricos de una sola vez, se privaron  en adelante del ingreso del cual se habían asegurado día por día.

 Nunca destruyas, por ninguna razón, lo que buenamente haz adquirido y te está proveyendo de bienestar.

EL LEON Y LA LIEBRE

Sorprendió un león a una liebre que dormía tranquilamente. Pero cuando estaba a punto de devorarla, vio pasar a un ciervo. Dejó entonces a la liebre por perseguir al ciervo.

Despertó la liebre ante los ruidos de la persecución, y no esperando más, emprendió su huída.

Mientras tanto el león, que no pudo dar alcance al ciervo, ya cansado, regresó a tomar la liebre y se encontró con que también había buscado su camino a salvo.

Entonces se dijo el león:

-- Bien me lo merezco, pues teniendo ya una presa en mis manos, la dejé para ir tras la esperanza de obtener una mayor.

Si tienes en tus manos un pequeño beneficio, cuando busques uno mayor, no abandones el pequeño que ya tienes, hasta tanto no tengas realmente en tus manos el mayor.

LA ZORRA Y LOS RACIMOS DE UVAS

Estaba una zorra con mucha hambre, y al ver colgando de una parra unos deliciosos racimos de uvas, quiso atraparlos con su boca.

Mas no pudiendo alcanzarlos, se alejó diciéndose:

-- ¡ Ni me agradan, están tan verdes... !

Nunca traslades la culpa a los demás de lo que no eres capaz de alcanzar.

LAS RANAS Y EL PANTANO SECO

Vivían dos ranas en un bello pantano, pero llegó el verano y se secó, por lo cual lo abandonaron para buscar otro con agua. Hallaron en su camino un profundo pozo repleto de agua, y al verlo, dijo una rana a la otra:

-- Amiga, bajemos las dos a este pozo.

-- Pero, y si también se secara el agua de este pozo, -- repuso la compañera --, ¿ Cómo crees  que subiremos entonces ?

 Al tratar de emprender una acción, analiza primero las consecuencias de ella.

NovelaLa novela (del italiano novella, noticia) es, según

la RAE, una obra literaria en prosa en la que se narra una acción fingida en todo o en parte, y cuyo fin es causar placer estético a los lectores con la

descripción o pintura de sucesos o en lances interesantes, de caracteres, de pasiones y de costumbres.

Sor MaríaCasado Bernardo, ¿qué le importaba a ella el mundo ya? Había sido el compañero de su infancia, el que había enjugado sus primeras lágrimas, producido su sonrisa primera y recogido el primer suspiro que exhaló su pecho virginal. Ella le había amado con toda su alma, con todo el entusiasmo de la primera juventud.¿Cómo él no la había correspondido? Blanca tenía algunos años menos que él; aún era niña cuando Bernardo era hombre; una mujer malvada y astuta conquistó el corazón del joven y logró ser conducida al pie de los altares, donde fueron unidos en eterno lazo.Blanca buscó un consuelo en la religión; no había en la tierra remedio a su pesar y volvió los ojos al cielo. En la ciudad donde habitaba se elevaba un sombrío convento, de altos muros, fuertes rejas y espesas celosías, y allí se encerró la infortunada niña, sin ver las lágrimas de su madre, ni atender a los consejos de su padre, ni escuchar los ruegos de sus amigos.El día en que fue llevada al templo, vio a Bernardo en el camino. Él la miró con una indefinible expresión, y Blanca creyó adivinar que el hombre a quien tanto quería no debía ser feliz.Acaso si Blanca no hubiese ido en carruaje, él la hubiera detenido, dirigiéndole la palabra, quién sabe si le hubiera pedido perdón por su conducta, porque Bernardo era culpable, había adivinado el amor de Blanca, lo había alentado con vanas esperanzas, abandonándola sin remordimientos después.La niña trocó sus galas por el severo traje religioso; la novicia, sin libertad de palabra ni de acción, empezó la vida de convento resignada y acaso indiferente; martirizó su cuerpo con ayunos y penitencias, y pasó casi todas las horas dedicada a las oraciones.Pero en balde intentó sujetar también el pensamiento; no se había hecho religiosa por vocación, sino para mitigar sus penas, y el recuerdo del hombre querido le asaltaba sin cesar, lo mismo en el interior de su celda, que en el austero templo, que en el coro cuando, con las otras monjas, rezaba con monótono acento o elevaba cantando himnos de gloria al Creador.Los días se deslizaban iguales, siempre tristes; ella no tomaba parte en nada de lo que ocurría en el convento, apenas sabía los nombres de las religiosas, y cuando la abadesa la amonestaba por alguna involuntaria distracción, oía sus palabras sin sentimiento por la ligera falta cometida, en la que incurría de nuevo muchas veces.Por el triste patio adornado de raquíticos árboles y mustias flores, paseaba melancólica y solitaria huyendo en cuanto le era dado de halagadores fantasmas y locas ilusiones, pensando a su pesar en el ingrato, causa de su desgracia y su clausura.El año de novicia se pasó así. Llegó la época de pronunciar para siempre los votos, de renunciar a todo lo terreno, al amor, al hogar, a la familia. ¿No podía entonces volver al seno de esta, vivir para el mundo?Bernardo estaba casado y no había esperanza de felicidad para ella. Blanca pronunció sus votos.Dos días después las campanas de la iglesia doblaron tristemente, las paredes se cubrieron de negros paños, un túmulo se elevó en el centro, rodeado de amarillentas velas; varios bancos fueron colocados uno en el frente, otros a los lados del catafalco, y poco a poco

empezaron a llenarse, ocupándolos varios hombres, al parecer de elevada clase, todos vestidos de negro.Dio principio el funeral. Las monjas oraban desde el coro por el eterno descanso de la difunta, porque era una mujer.Acabada la misa y rezados los responsos, dos hombres se pararon delante de la celosía, tras de la cual se hallaban las religiosas.-¿Quién ha muerto? -preguntó uno.-La mujer de Bernardo Gómez -contestó el otro-; hace hoy nueve días.Blanca se estremeció al oírlo y se puso densamente pálida.Al retirarse a su celda lloró amargamente, considerando que cuando ella se unió a Jesucristo, el hombre a quien tanto había amado era libre.Paseando por el patio aquella tarde, triste y sola, como de costumbre, se inclinó para coger una flor y vio junto a la planta una carta rota en menudos pedazos; le pareció que conocía la letra, guardó los papeles, y al subir a su celda se entregó al minucioso y difícil trabajo de unir aquellos fragmentos. La carta decía así: «Blanca mía, después de un año de crueles, pero merecidos sufrimientos, soy libre. No renuncio a tu amor, sin él no puedo vivir y espero me perdones. Necesito verte y hablarte; ¿hay algún medio de conseguirlo? Tuyo, Bernardo».La abadesa había abierto la carta de amor profano dirigida a una de sus hijas y la había roto; a no ser así la novicia hubiera salido del convento.Poco después los periódicos de aquella ciudad daban cuenta de dos sucesos ocurridos el mismo día y a la misma hora.El conocido abogado D. Bernardo Gómez se había suicidado, no pudiendo sin duda resistir la pena que le produjo la reciente muerte de su esposa, y la joven religiosa, que se llamó en el mundo Blanca, y en el claustro Sor María, había muerto repentinamente.¿Quién sabe si sus almas subieron juntas por el celeste espacio, y la de la triste e inocente joven logró el perdón de la de su ingrato y criminal amante, para que entrase con ella en el Paraíso?

Cosme y DamiánAmbos habían nacido el mismo día en un pueblo de los más pobres de la Coruña. Sus padres eran parientes lejanos, y cada cual tenía ya, al venir los muchachos al mundo, seis o siete chiquillos, que vivían mal alimentados y casi desnudos junto a las vacas que constituían toda la fortuna de aquellas familias.Les pusieron por nombres, al uno Cosme y al otro Damián.Los niños fueron buenos amigos desde sus primeros años, a pesar de la diferencia de gustos y de caracteres. Cosme era activo, amante del estudio, inteligente; y Damián, por el contrario, perezoso, torpe y de escaso talento. Los dos sacaban las vacas a pastar en el campo, y mientras Damián, echado en la hierba, procuraba dormir o no hacer nada, Cosme deletreaba en cualquier papel o libro viejo que buscaba sin que nadie supiera cómo, y en el

que estudiaba solo, pues sus padres no le mandaban a la escuela, yendo únicamente el hermano mayor.El tiempo pasó así para los dos chicos, hasta que un día sus familias decidieron que salieran del pueblo en busca de trabajo, muy escaso allí.-¿Y dónde iremos? -preguntó Damián.-Donde haya en qué ganar un pedazo de pan -le dijo su padre.-¿Iremos juntos? -interrogó Cosme.-Como queráis -les contestaron.Los dos niños se despidieron de sus respectivas familias y partieron sin llevar más equipaje que un poco de ropa vieja atada en la punta de un palo, algunas monedas, escasas y de corto valor, y un escapulario que les puso la abuela de Cosme.Damián caminaba triste y silencioso; su compañero iba más animado, contemplando con placer, ya la verde campiña que cruzaban, ya el cristalino río o el arroyo donde mitigaban su sed, o los altos campanarios y las casitas blancas de los pueblos.Damián se cansaba pronto de andar, y tenían que detenerse a menudo, lo que no era del agrado de Cosme, que deseaba verse en alguna población de más importancia.Comían poco y mal en las posadas de más pobre aspecto, dormían bajo los árboles o en cualquiera tierra inculta, y a pesar de eso, su modesto capital disminuía de tal manera, porque las monedas que lo componían eran de cobre, que a los pocos días de haber salido de su aldea ya no poseían casi nada.Fueron, por fin, admitidos como segadores, trabajaron con ahínco para un labrador muy rico de un lugar, y al terminar la faena, con el dinero que cobraron pudieron continuar su viaje.-Pero ¿dónde quieres ir, que nunca acabamos de andar? -preguntaba Damián, que se hallaba rendido.-Pues a la capital -respondía Cosme. Todo esto con un marcado acento gallego, del que hago gracia a mis lectores, pero que ellos suplirán si así les place. Al cabo entraron en la ciudad anhelada, Damián más desanimado que nunca y Cosme más lleno de ilusiones. Fueron, al pronto, areneros los dos.-No pasaremos de aquí -decía el primero-, no servimos para otra cosa; y tú verás cómo en la vida tendremos un cuarto.-Pues yo pienso ser millonario -decía el otro-; no hay nada que en el mundo no se logre con buena voluntad y perseverancia.Durante la noche, Cosme seguía aprendiendo lo que podía, mientras su amigo dormía, ya en una obra en construcción o en alguna posada, según tenían o no dinero. Enterado el buen galleguito de que había escuelas gratuitas para niños pobres, logró ser admitido en una sin que pudiese hacer que Damián le imitase.Al cabo de un año, Cosme leía y escribía perfectamente, por lo que fue recomendado por su maestro a un rico comerciante, que le recibió con agrado, haciéndole que trabajase en su casa.Damián seguía vendiendo arena, y después fue aguador; pero como era tan holgazán; decía que la cuba le pesaba, y no cumplía bien en ninguna parte.Cosme salió de la tienda para ir al escritorio, de allí pasó a ser secretario, y, como era listo y tenía inventiva, fue colocado al servicio de un personaje, al que ayudó a hacer fortuna.Los dos galleguitos dejaron de verse por completo. Damián vivía en un cuarto muy malo, que compartía con una docena de compañeros; Cosme habitaba una gran casa, propiedad de su amo, y vivía con extraordinario lujo.

Damián se hizo mozo de cuerda, y en una ocasión llevó los muebles de Cosme, sin atreverse a presentarse a él por temor de ser conocidoUna tarde, yendo Damián por una de las principales calles con una mesa a cuestas, hubo de tropezarle un carruaje, que le derribó el mueble, sin hacerle daño felizmente. Al volverse encolerizado, vio que ocupaba el coche un caballero, a quien a duras penas logró reconocer. Era Cosme, que había heredado la inmensa fortuna de su amo, muerto hacía pocos meses.Vio a su antiguo compañero, se informó de lo que hacía, y al saber que era pobre y desgraciado, le arrojó un bolsillo lleno de plata, gracias al cual pudo Damián vivir algún tiempo con más descanso.Siguieron separados. Cosme fue elegido diputado primero y nombrado gobernador después. Damián no pasó de mozo de cuerda.Hacía ya muchos años que no habían visto ni su pueblo ni a su familia; los dos tuvieron a la vez la idea de volver a contemplar al uno y de abrazar a la otra. Salió Damián primero, y, no sin trabajo, logró pagar un asiento de tercera en el tren que debía dejarle a pocas leguas de su tierra.Al llegar a esta, y después de mirarla con los ojos llenos de lágrimas, observó que estaba engalanada, cosa que le extrañó muchísimo, pues no era la fiesta del patrón, ni estaba siquiera cerca. Habían levantado artísticos arcos de ramaje, algunas ventanas lucían colgaduras, y los músicos del pueblo, una docena de mozos que Damián había dejado muy pequeños, esperaban a la entrada del lugar dispuestos a tocar a una señal convenida.Aunque era por la tarde y el sol enviaba sus vivos rayos a la tierra, algunos muchachos se preparaban a disparar cohetes al propio tiempo que empezase la música.Al fin llegó un hombre, montado en un mal caballo, exclamando:-¡Ya viene! ¡ya viene!Poco después se divisó un coche abierto, en el que iban sentados un caballero elegantemente vestido, llevando a su izquierda al alcalde de aquel pueblo.-¡Viva el gobernador! -gritó la muchedumbre que esperaba ansiosa cerca del primer arco.Y aquel grito se extinguió bien pronto, apagado por la música de los instrumentos, que tocaban un precioso pasa-calle.Se lanzaron al aire los primeros cohetes, a los que siguieron atronadoras bombas; las mujeres arrojaron flores al carruaje, y el gobernador, conmovido, saludaba a derecha e izquierda con afecto.-¡Pues si es Cosme! -exclamó Damián-. ¡No se da poco tono! ¡En coche y todo, como si fuera un personaje!Poco después averiguó que el pobre galleguito que muchos años antes salió del lugar con él, volvía siendo gobernador de la provincia.Fue presentado a Cosme, que le recibió con cariño, pero sin la familiaridad que Damián hubiera deseado.-¿Qué te haces? -preguntó el gobernador a su antiguo compañero.-Pues, nada -contestó el otro-; no he tenido suerte; al paso que V. E....Y no pudo menos de sonreírse al dar este tratamiento al que fue su amigo de la infancia.-Pienso comprar aquí unas tierras -prosiguió Cosme-..., hacer una granja... Si quieres...-¿Ser su administrador?-No; te dejaré que guardes las vacas.-¡Quién había de decir -exclamó con amargura Damián-, que los dos galleguitos que echaron a volar en un día tendrían al regresar a su tierra tan diversa suerte!

-Es que hay muchas maneras de volar -dijo el gobernador-; vuela el insecto, que se detiene en lo más inmundo, y el águila, que se eleva a la mayor altura. Tú nunca quisiste ser nada, y lo has lo grado.El pueblo seguía aclamándole; Damián se separó de él, murmurando mientras se alejaba:-Me parece que me ha llamado mosca... ¡Ah, si no fuera porque le necesito!...

LeyendaLeyenda es una narración oral o escrita, con una mayor o menor proporción de elementos imaginativos y que generalmente quiere hacerse pasar por verdadera o basada en la verdad, o ligada en todo caso a un elemento de la realidad. Se transmite habitualmente de generación en generación, casi siempre de forma oral, y con frecuencia experimenta supresiones, añadidos o modificaciones.

EL SOMBRERÓN

El sombrerón es una leyenda muy arraigada en las costumbres y tradiciones de Guatemala. La leyenda cuenta que …

Un día, como a las seis de la tarde, aparecieron en la esquina de la casa de Celina cuatro mulas amarradas. Pasaron por allí dos vecinas y una de ellas dijo: "¡Qué raro! ¿No serán las mulas del sombrerón?". "¡Dios nos libre!" dijo la otra, y salieron corriendo.

A esa hora, Celina comenzaba a dormirse porque ya se sentía muy cansada. Entonces comenzó a oír una música muy bonita y una voz muy dulce que decía: "eres palomita blanca como la flor de limón, sino me das tu palabra me moriré de pasión".

Desde ese día, todas las noches, Celina esperaba con alegría esa música que sólo ella escuchaba. Un día no aguantó la curiosidad y se asomó a la ventana y cuál va siendo la sorpresa, ver a un hombrecillo que calzaba botitas de piel muy brillante con espuelas de oro, que cantaba y bailaba con su guitarra de plata, frente a su ventana.

Desde entonces, Celina no dejó de pensar en aquel hombrecito. Ya no comía, sólo vivía esperando el momento de volverlo a escuchar. Ese hombrecito la había embrujado.

Al darse cuenta los vecinos, aconsejaron a los padres de Celina que la llevaran a un convento para poderla salvar, porque ese hombrecito era el "puritito duende". Entonces Celina, fue llevada al convento donde

cada día seguía más triste, extrañando las canciones y esa bonita música.

Mientras tanto el hombrecito se volvía loco, buscándola por todas partes. Por fin la bella Celina no soportó la tristeza y murió el día de Santa Cecilia. Su cuerpo fue llevado a la casa para velarlo. De repente se escuchó un llanto muy triste. Era el sombrerón, que con gran dolor llegaba a cantarle a su amada: "ay...ay... mañana cuando te vayas voy a salir al camino para llevarte el pañuelo de lágrimas y suspiros".

Los que vieron al sombrerón cuentan que gruesas lágrimas rodaban mientras cantaba: "estoy al mal tan hecho que desde aquí mi amor perdí, que el mal me parece bien y el bien es mal para mí".

Toda la gente lloraba al ver su sufrimiento. Y cuentan que para el día de Santa Cecilia, siempre se ven las cuatro mulas cerca de la tumba de Celina y se escucha un dulce canto: "corazón de palo santo ramo de limón florido ¿por qué dejas en el olvido a quien te quiera tanto?"

La leyenda del unicornio

Hace muchísimo tiempo atrás, en otras épocas muy remotas, salvajes y fantásticas criaturas vivían y andaban libres por ahí. La más hermosa de todas ellas era el Unicornio, una criatura de color blanco, con cuerpo de caballo, barba de chivo, patas de antílope y un cuerno en la frente, que era perseguido permanentemente debido a los mágicos poderes curativos y de juventud eterna de éste último. Pero esta criatura no era fácil de atrapar, era muy rápida y ágil. La única forma de hacerlo, era recurriendo a los encantos de las inocentes doncellas, de corazón puro, a las que los unicornios se acercaban ingenuamente atraídos por su pureza y apoyaban la cabeza en sus regazos. De esta manera al estar distraídos eran atrapados por ambiciosos cazadores que les cortaban los cuernos, muriendo como consecuencia inmediatamente después. Así, progresivamente fueron desapareciendo y extinguiéndose todos los unicornios, siendo hoy tan sólo una hermosa y recordada leyenda.