Adultos en crisis Jóvenes a la deriva...Adultos en crisis, jóvenes a la deriva / Silvia Di Segni...

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  • Jóvenes a la derivaAdultos en crisis

  • Jóvenes a la deriva

    Silvia Di Segni Obiols

    Buenos Aires • México

    Adultos en crisis

  • Di Segni de Obiols, Silvia Adultos en crisis, jóvenes a la deriva / Silvia Di Segni de Obiols. - 1a ed. - Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Centro de Publicaciones Educativas y Material Didáctico, 2019. Libro digital, PDF - (Formación de jóvenes)

    Archivo Digital: descarga y online ISBN 978-987-538-641-9

    1. Sociología de la Educación. 2. Adultos. I. Título. CDD 306.43

    Foto de tapa: Ana Obiols

    1˚ edición impresa, abril de 20021˚ edición digital, febrero de 2019

    noveduc libros© Centro de Publicaciones Educativas y Material Didáctico S.R.L. Av. Corrientes 4345 - (C1195AAC) Buenos Aires - Argentina Tel.: (54 11) 5278-2020 E-mail: [email protected] - www.noveduc.com

    I.S.B.N. 978-987-538-641-9

    Queda hecho el depósito que establece la Ley 11.723

    No se per mi te la re pro duc ción par cial o to tal, el al ma ce na mien to, el al qui ler, la trans mi sión o la trans for mación de es te li bro, en cual quier for ma o por cual quier me dio, sea elec tró ni co o me cá ni co, me dian te fo to copias, di gi ta li za ción u otros mé to dos, sin el per mi so pre vio y es cri to del edi tor. Su in frac ción es tá pe na da por las le yes 11.723 y 25.446.

  • A Rosina y Piero, quienes admiraron e incorporaronlos poderosos cambios del siglo XX, siendo dos expo-nentes de lo mejor del siglo XIX.

    A Franco y Giuliana, cuyas juventudes, atravesadaspor exilio y psicoanálisis, los convirtieron en posmo-dernos avant la lettre.

    A ellos, porque estuvieron en el comienzo y estaránhasta el final.

  • Índice

    IIIIINTRODUCCIÓNNTRODUCCIÓNNTRODUCCIÓNNTRODUCCIÓNNTRODUCCIÓN ...................................................................................... 13

    1. A1. A1. A1. A1. ADULDULDULDULDULTOSTOSTOSTOSTOS DELDELDELDELDEL SIGLOSIGLOSIGLOSIGLOSIGLO XIX. L XIX. L XIX. L XIX. L XIX. LOSOSOSOSOS MUCHACHOSMUCHACHOSMUCHACHOSMUCHACHOSMUCHACHOS YYYYY LASLASLASLASLAS CHICASCHICASCHICASCHICASCHICAS DEDEDEDEDE ENTONCESENTONCESENTONCESENTONCESENTONCESHombres y mujeres del mañana ...................................................... 21Una tipología de la vejez .................................................................. 30Blancas palomitas ............................................................................ 34El auge de la represión .................................................................... 37Las otras palomitas .......................................................................... 40

    2. A2. A2. A2. A2. ADULDULDULDULDULTOSTOSTOSTOSTOS DELDELDELDELDEL SIGLOSIGLOSIGLOSIGLOSIGLO XX. L XX. L XX. L XX. L XX. LAAAAA CRISISCRISISCRISISCRISISCRISISHombres y mujeres de hoy .............................................................. 51Los hijos del siglo XIX. Adultos tradicionales .................................. 61Los hijos eternos. Adultos-adolescentes ......................................... 65Los hijos de la duda. Adultos inseguros .......................................... 71Señorita maestra ............................................................................... 75Niños de bolsillo ............................................................................... 81

    3. A3. A3. A3. A3. ADULDULDULDULDULTOSTOSTOSTOSTOS DELDELDELDELDEL SIGLOSIGLOSIGLOSIGLOSIGLO XXI. L XXI. L XXI. L XXI. L XXI. LOSOSOSOSOS CHICOSCHICOSCHICOSCHICOSCHICOS DEDEDEDEDE HOYHOYHOYHOYHOYFuturos adultos ................................................................................. 87Parecer o perecer ............................................................................. 91Poder y autoridad en los jóvenes ..................................................... 94¿Quién consume a quién? ............................................................... 97Tolerar la frustración en la posmodernidad ................................... 102¿Cómo los vemos? ......................................................................... 106Adultos vistos por jóvenes ............................................................. 110El poder de la imagen .................................................................... 114Ilusiones de ricos, ilusiones de pobres .......................................... 119Adiós, profesora ............................................................................. 124Summerhill, 70 años después ........................................................ 129

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    4. Z4. Z4. Z4. Z4. ZONASONASONASONASONAS DEDEDEDEDE CONVIVENCIACONVIVENCIACONVIVENCIACONVIVENCIACONVIVENCIA: : : : : FFFFFAMILIAAMILIAAMILIAAMILIAAMILIA YYYYY ESCUELAESCUELAESCUELAESCUELAESCUELAConvivir ........................................................................................... 135Conflictos ........................................................................................ 140Conviviendo con extranjeros .......................................................... 147La violencia ¿está en nosotros? ..................................................... 149La escuela como sustituto adulto .................................................. 154Democracia en la familia ................................................................ 160

    5. S5. S5. S5. S5. SERERERERER ADULADULADULADULADULTOTOTOTOTOLa gran orfandad del siglo XX........................................................ 167¿Para qué el adulto? ....................................................................... 170Los adultos posibles ...................................................................... 174Una red para la escuela ................................................................. 179Final que es sólo un comienzo ....................................................... 183

    MMMMMANIFIESTOANIFIESTOANIFIESTOANIFIESTOANIFIESTO ........................................................................................ 185

    BBBBBIBLIOGRAFÍAIBLIOGRAFÍAIBLIOGRAFÍAIBLIOGRAFÍAIBLIOGRAFÍA ...................................................................................... 187

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    Agradecimientos

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    Son innumerables los adultos quienes desde la infancia, fueron influ-yendo a través de sus actitudes y sus libros para estimularme a pen-sar acerca del rol adulto. Quisiera poder agradecer a todos aquellosque han contribuido a formarme o a poblar mis recuerdos: parientes,amigos, conocidos, pacientes, docentes, autores. Este libro quiereser también un reconocimiento a esa enorme mayoría de adultos yadolescentes que no aparecen en los medios masivos porque no sonni tan ideales ni tan conflictivos como para interesarles, pero que cadadía hacen lo mejor que pueden para aportar su cuota de esfuerzo a laindispensable convivencia.

    Quiero mencionar especialmente a quienes, a lo largo de todo eltiempo que este libro estuvo entre mi cabeza y mi computadora, con-tribuyeron con sus ideas, sus críticas y su apoyo para continuarlo.Entre los amigos, a Mercedes Enrico, que leyó, corrigió e hizo apor-tes; a los miembros del Salón de Dorrego, que crearon un lugar privi-legiado para discutir estas ideas durante muchas reuniones, en parti-cular a Nora Prudkin, quien descubrió en la lectura de los originalesaspectos poco claros y me dio apoyo constante; a Lidia Pizzini, con

  • quien tuvimos largas charlas sobre muchos de estos temas; a DeliaMasselli, que compartió conmigo sus propios puntos de vista acercade la evolución de la familia; a Gonzalo de Amézola, quien leyó yaportó bibliografía; a Juan Ruibal, Jorge Schvartzer y Susana Griffo,quienes participaron activamente de esos ricos intercambios interdis-ciplinarios. También quiero recordar a Nora Sigman, quien desde Ita-lia me hizo llegar bibliografía muy pertinente; a Alberto Manguel, quien,como en nuestra adolescencia, compartió conmigo la riqueza de suslibros y su especial manera de leer; a Nora Smolensky y Daniela DiSegni, quienes escucharon e intercambiaron opiniones durante añosen nuestros encuentros de domingo en el lago de Palermo. Una situa-ción privilegiada para el conocimiento del mundo adulto actual me laproporcionaron mis pacientes y alumnos, adultos y adolescentes; atodos ellos mi mayor agradecimiento.

    A Guillermo Obiols quiero agradecerle el ser un permanente inter-locutor en estos temas y, particularmente, el haber compartido conmi-go la construcción de un rol adulto a partir de intercambios de opinio-nes y la generación de acuerdos. A Julieta y a Ana les agradezco muyespecialmente que me hayan puesto en la necesidad imperiosa deconstruir ese rol, de repensarlo cada día y que actualmente podamosdiscutir juntas muchos de estos temas.

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  • Introducción

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    Una fuerte crisis atraviesa el rol adulto. Crisis que abre las puertas anuevas posibilidades, crisis que nos llena de ansiedad. Este libro fuepensado para ayudar a docentes, profesionales de la salud y padresa pensar su lugar como adultos con responsabilidad sobre niños yadolescentes. No pretende dar respuestas probadas ni recetas defácil aplicación. Espera plantear el tema para el debate y lograr quecada una/o tenga un poco más de elementos para comprender dón-de estamos parados y encontrar desde allí sus propias soluciones.Quizás pueda interesar a algún adolescente para conocer mejor aesta heterogénea y compleja generación adulta con la que le tocaconvivir.

    El siglo XX sufrió fuertes golpes a sus ideales, al optimismo quearrastraba del siglo XIX, a su ilusión de futuro, a su apuesta al progre-so. Mucho se ha escrito y hablado sobre los grandes cambios de laépoca en la economía, en la política, en la cultura. Aquí se trata deenfocar otros niveles de esos cambios, los que ocurrieron en los adul-tos y adolescentes. Cambios que se evidencian fácilmente compa-rando fotografías familiares de las décadas del cincuenta y del sesen-

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    ta: en las primeras, los niños y jóvenes vestían todavía como peque-ños adultos; en las siguientes, los jóvenes comenzaron a adoptar suspropias formas de vestir y fueron los adultos los que progresivamentese vistieron como ellos. Cambios que afectaron profundamente la con-cepción de la autoridad y el derecho a ejercer cierto poder sobre losmenores a nuestro cargo. Cambios que nos hicieron dudar sobre todolo que habíamos recibido de nuestros propios padres y nos dejaronsin modelos a imitar.

    De todos ellos se habla en lo que sigue. Sobre todo de las dificul-tades que aún hoy, a comienzos del siglo XXI, nos crean en la convi-vencia. En particular, en esas dos zonas de convivencia entre genera-ciones que son la familia y la escuela, en las cuales constantementenos enfrentamos a nuevos desafíos y donde ensayamos con mayor omenor éxito nuevas respuestas.

    Para comprender el proceso me ha parecido indispensable retra-tar, de algún modo, a tres generaciones: en primer lugar, quienes cre-cieron con el modelo del siglo XIX, esos “adultos mayores” a quienesnadie llama cómodamente “viejos”, porque la palabra tiene connota-ciones peyorativas; llamarlos “ancianos” resulta una antigüedad; losespecialistas los agrupan como “gerontes” y algunas instituciones loscatalogan como “tercera edad”. En la calle y en algunos medios masi-vos pueden ser llamados de manera paternalista “abuelos”, a la horade subir a un colectivo o reclamar su jubilación. Son la generación denuestros padres. En segundo lugar, no casualmente en el medio, es-tamos nosotros, los adultos actuales. Los que vivimos y transmitimosla crisis, los que a menudo no sabemos qué hacer con nuestros hijosy tampoco con nosotros mismos. Somos los «Sres.» y las «Sras.» delos sobres; los “don” y “doña” de los vendedores ambulantes; los“maestros” de los choferes de colectivo; las “damas” y “caballeros”de los baños públicos. Somos los “viejos” de nuestros hijos y los“profes” de nuestros estudiantes. Nos cuesta reconocernos en esostérminos y también en el de “adultos”. La tercera generación son losactuales jóvenes, los que durante este siglo XXI serán adultos, siem-pre que esa etapa de la vida no termine por desaparecer aplastadadefinitivamente entre una adolescencia eterna y una desgastada ve-

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    jez. Hace tiempo que los llamamos “chicos”, término que también usanentre sí, no importa si tienen 3 o 18 años. Son los “adolescentes” de lamultitud de páginas que se escriben sobre ellos, los “jóvenes dora-dos” de las «disco», los teens de las series norteamericanas.

    Una vez retratadas las tres generaciones, analizaré algunos as-pectos de su convivencia en las dos zonas mencionadas: la familia yla escuela. Finalmente, intento aportar algo al desafío de construir unnuevo rol adulto a la luz de todos estos cambios.

    Considero que el tema es de particular interés para los docentes,por lo que puede ser útil señalar que, en los Contenidos Básicos Co-munes de la Formación Docente de Grado, aparecen temas que sonconsiderados aquí: la perspectiva cultural de los estudiantes; los cam-bios culturales en los roles de la mujer y el varón; los conceptos deinfancia y adolescencia; los cambios en la crianza dentro de la fami-lia; la relación de los adultos con cada uno de esos grupos etarios; loscambios históricos de la institución escolar y su relación con otrasinstituciones comunitarias y sociales. Estos contenidos forman partede los bloques de Mediación Pedagógica, Institución Escolar, Psico-logía y Cultura de los alumnos y alumnas de los tres niveles.

    He tenido oportunidad de tratar todo lo reunido aquí con estudian-tes, padres, docentes, directivos, psicólogos, médicos, psicopeda-gogos y agentes comunitarios en diferentes instituciones; a todas ellasdeseo agradecerles la posibilidad de intercambio que me brindaron.Son: Facultad de Filosofía y Letras, UBA; Instituto de Historia de laMedicina de la Facultad de Medicina de la UBA; Universidad Nacio-nal de Salta (sedes Salta y Tartagal); Colegio de Psicólogos y Facul-tad de Humanidades de Jujuy; Instituto Superior del Profesorado OlgaCosettini e Instituto Superior del Magisterio Docente Nº 14 de Rosario;Instituto de los Aprendizajes de Santa Fe; Hospital Zubizarreta, Servi-cio de Psiquiatría del Hospital Rivadavia; Residencia en Prevencióndel Hospital Tornú; Casa Cuna; Unidad Adolescencia del Hospital Dr.Pedro de Elizalde; Colegio Nacional de Buenos Aires; Escuela Supe-rior de Comercio Carlos Pellegrini; Departamento de Orientación Es-colar de la Universidad Nacional del Sur; EMEM Nº 2 “Reconquista»;Colegio Nacional de Merlo; Escuela Media 12 de Morón; Escuela Nor-

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    mal Nº 6 de la ciudad de Buenos Aires; Escuela Normal de Avellaneda;Escuelas Sholem Aleijem, San Nicolás, San Esteban, CardenalNewman, Santa Cruz, Mater Ter Admirabilis, Mallinckrodt, SagradaFamilia; Escuelas ORT; Escuela Cangallo; Santa María de los Ange-les; Belgrano Day School; Godspell; Wellspring; Asociación de Psi-quiatras Argentinos, Fundación Prosam; Asociación Escuela dePsicoterapia; Fundación Banco de Crédito Argentino; Municipalidadde Vicente López; Asociación Guías Argentinas; Encuentro NacionalDocente organizado por Novedades Educativas, Jornadas sobre edu-cación organizadas por la Fundación El Libro. En todos los casos,tengo especial agradecimiento hacia los directivos, docentes, médi-cos, psicólogos, psicopedagogos, padres y estudiantes que partici-paron de esos intercambios por ayudarme a seguir pensando.

  • Adultos del siglo XIXLos muchachos y las chicas

    de entonces

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