Adviento

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ADVIENTO 2012 El tiempo de adviento comienza este año precisamente hoy, domingo 2 de Diciembre, día de todos los Santos, un festival cristiano guardado desde los siglos tempranos de la era cristiana. Pausamos para agradecer a Dios por la fe de nuestras madres y padres, tanto de la antigüedad como contemporáneos. En algunos círculos Protestantes yace perdida la rica herencia del uso del calendario litúrgico cristiano. Desde el sexto siglo, los Cristianos de Occidente han estado observando la temporada de Adviento como una preparación de cuatro semanas para la Navidad, celebrando la Encarnación de nuestro Señor. Las meditaciones de Adviento comienzan con reflexiones sobre la segunda venida de Cristo (Ver Marcos 13: 32-37). Y el anciano apóstol Juan dijo: “Pero sabemos que cuando él se manifieste, seremos semejantes a él, porque lo veremos tal como él es. Y todo aquel que tiene esta esperanza en él, se purifica a sí mismo, así como él es puro” (I Juan 3:2b-3). Mientras Adviento continua, nuestras devociones se enfocan en la primera venida de Cristo y, con santos como María y Elizabeth (Lucas 1:39-56), preparamos un lugar para el niño Jesús en nosotros-para que como los santos de antaño podamos ser portadores de Cristo. Que Dios nos capacite hoy, por el poder de su Santo Espíritu, para contemplar la manera en la que cristianos de todas las edades han recibido gracia y poder para contemplar y seguir el rico regalo de Dios a nosotros en Su Hijo. Que como ellos, podamos experimentar un Adviento enriquecedor que nos transforme. Les animo a leer cada día la reflexión de Adviento correspondiente y que todo lo que constituye tu vida (desde tu trabajo, estudios, hogar, etc.) esté recogido, hermoseado y listo para celebrar este año la navidad, como si Cristo en persona fuera a quedarse en tu casa. Así deberíamos vivir siempre. Que nuestra vida entera sea agradable a él. En Su amor, Pastor Traducido en parte del “Journey to the Manger” Advent – 2009. Del Gordon Conwell Theological Seminary

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El programa de Adviento 2012

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Page 1: Adviento

ADVIENTO 2012

El tiempo de adviento comienza este año precisamente hoy,

domingo 2 de Diciembre, día de todos los Santos, un festival

cristiano guardado desde los siglos tempranos de la era

cristiana. Pausamos para agradecer a Dios por la fe de nuestras

madres y padres, tanto de la antigüedad como

contemporáneos.

En algunos círculos Protestantes yace perdida la rica herencia

del uso del calendario litúrgico cristiano. Desde el sexto siglo,

los Cristianos de Occidente han estado observando la

temporada de Adviento como una preparación de cuatro

semanas para la Navidad, celebrando la Encarnación de nuestro

Señor. Las meditaciones de Adviento comienzan con

reflexiones sobre la segunda venida de Cristo (Ver Marcos 13:

32-37). Y el anciano apóstol Juan dijo: “Pero sabemos que

cuando él se manifieste, seremos semejantes a él, porque lo

veremos tal como él es. Y todo aquel que tiene esta esperanza

en él, se purifica a sí mismo, así como él es puro” (I Juan 3:2b-3).

Mientras Adviento continua, nuestras devociones se enfocan en

la primera venida de Cristo y, con santos como María y Elizabeth

(Lucas 1:39-56), preparamos un lugar para el niño Jesús en

nosotros-para que como los santos de antaño podamos ser

portadores de Cristo.

Que Dios nos capacite hoy, por el poder de su Santo Espíritu,

para contemplar la manera en la que cristianos de todas las

edades han recibido gracia y poder para contemplar y seguir el

rico regalo de Dios a nosotros en Su Hijo. Que como ellos,

podamos experimentar un Adviento enriquecedor que nos

transforme. Les animo a leer cada día la reflexión de Adviento

correspondiente y que todo lo que constituye tu vida (desde tu

trabajo, estudios, hogar, etc.) esté recogido, hermoseado y listo

para celebrar este año la navidad, como si Cristo en persona

fuera a quedarse en tu casa. Así deberíamos vivir siempre. Que

nuestra vida entera sea agradable a él.

En Su amor,

Pastor

Traducido en parte del “Journey to the Manger” Advent – 2009.

Del Gordon Conwell Theological Seminary

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Día 1:

2 de diciembre de 2012

I Tesalonicenses 5:1-11

Jeff Arthurs

El Señor vendrá por segunda vez como ladrón en la noche (v.2),

pero no estamos en oscuridad como para que su venida nos

tome desprevenidos (v.4). Nosotros que caminamos en la luz

sabemos que el regreso del Señor es “inminente”. Eso no

quiere decir que la venida de Cristo tendrá lugar el próximo

segundo (necesariamente), solo que es lo próximo o siguiente

en el orden de eventos – como el quarterback substituto en un

equipo de futbol quien sabe que él entrará a juego si el

quarterback que inicia jugando es lastimado. El no sabe cuándo

es que esto pasará, solo sabe que él será el siguiente. No tiene

que intervenir. Todo es estar listo. De la misma manera,

nuestro Señor vino la primera vez, derramó su Espíritu, y el

Reino de Dios está creciendo. La segunda venida de nuestro

Señor es lo que sigue. Por ahora, toda la creación gime como

con dolores de parto, pero como dijo C.S. Lewis, “Todas las

hojas del Nuevo Testamento están llenas con el rumor de que

no será así para siempre.” (The Weight of Glory).

Día 2:

3 de diciembre de 2012

I Pedro 1:4

Dean Borgman

Jesús nuestro Señor…nos ha dado… ¡muchas y grandes

promesas! Tendemos a vivir nuestra fe en nuestros

particulares pequeños círculos. Encuentro que se trata

demasiado acerca de mí, después mi familia, mi círculo de

amigos e iglesia, y el Seminario. Es importante que nuestra

preparación para Adviento tome lugar en esos pequeños

círculos mientras se acerca la Navidad.

Pero las promesas de Dios y el Adviento tratan acerca de mucho

más. Se trata de que todo se ponga en orden, se trata de la

venida del Reino. Nuestros compañeros en nuestro viaje de

Adviento, María y Elizabeth, ciertamente discutieron su

embarazo entre sus familiares y cultura. Pero su humildad y

amor mutuo vino del ser elegidas para participar de la venida de

algo asombroso, la tan anticipada promesa hecha a Abraham,

David y todos los pueblos. El canto Magnificat de María se

movió desde la “bajeza” de su condición hasta la magnificencia

del Reino. Así también era la anticipación de Elizabeth, y

Zacarías, y Ana y Simeón – y claro está ese era todo el punto del

ministerio de Juan el Bautista. “¡Algo más grande de lo que

somos, o de lo que podríamos esperar ser, viene!” En este

segundo día de Adviento, pausamos… En silencio esperamos

con los santos de antaño. Esperamos en las palabras del

Salmista: “Guarda silencio ante Jehová y espera en él. No te

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alteres con motivo del que prospera en su camino, por el

hombre que hace lo malo.” Salmo 37:7. Pausamos con nuestros

compañeros en los Evangelios. Esperamos a que la luz y la

justicia del Reino irrumpan entre nosotros, alrededor de

nosotros, y en las esquinas más oscuras de la Tierra. Y

esperamos “amplia y generosa entrada en el reino eterno de

nuestro Señor y Salvador Jesucristo.” (2 Pedro 1:11).

Día 3

4 de diciembre de 2012

Salmos 5, 6, 10, 11; Amós 3: 1-11;

2 Pedro 1: 12-21; Mateo 21: 12-22

Edward M. Keazirian

Puede que no se le ocurra a muchos ir a los Salmos en busca de

meditaciones para Adviento. Sin embargo, los Salmos están

llenos de ellas. Adviento trata acerca de esperanza y

expectación en medio de la aflicción, y los Salmos están llenos

de expresiones anhelantes por liberación divina. Como el

salmista, nosotros gemimos, lloramos y oramos a Dios para que

nos libre de: el mal, la maldad, las mentiras, las injusticias y la

opresión que amenaza con destruirnos. Anhelamos ser

vindicados frente a nuestros enemigos y luchamos con Dios

cuando El parece guardar silencio, lento o invisible en nuestros

tiempos de mayor estrés.

Sin embargo, nuevamente como el salmista, persistimos en

nuestro apelar a Dios porque Dios es nuestro rey, refugio,

esperanza y gozo. Nosotros sabemos que el Señor es gracia y

amor, y que El responde a nuestras oraciones con justicia,

protección y sustento. Los fieles siempre se aferran a la Palabra

profética de Dios, ya que es la segura promesa de Dios de

liberación. El anuncio de juicio contra los malos y la promesa de

salvación para los justos encuentran ambos su pleno

cumplimiento en Cristo. Por lo tanto, tal como los antiguos

anhelaban su venida, nosotros ahora anhelamos su segunda

venida, la consumación de todo lo que El prometió hacer en

salvación y juicio. Adviento es el tiempo para renovar nuestro

compromiso a esperar pacientemente y expectantemente por

nuestro Rey que viene.

Día 4

5 de diciembre de 2012

2 Pedro 3:10

Jack Davis

Este mes estamos recordando la primera venida de Jesucristo,

pero el apóstol Pedro llama nuestra atención a los radicales

cambios que se apoderarán del mundo tal como lo conocemos

cuando Cristo regrese en su segundo Adviento. Las imaginería

de Pedro de feroz destrucción en verdad pintan un cuadro del

“fin del mundo” tal como lo conocemos, y el juicio venidero es

causa para que los creyentes “vivan santa y piadosamente” (2

Page 4: Adviento

Pedro 3:11) mientras esperamos por el regreso de Cristo. Dada

nuestra moderna comprensión científica de las leyes de física,

muchos hoy pueden encontrar difícil imaginar el escenario del

“fin del mundo” que Pedro visualiza. Pero Pedro no está solo

entre los escritores del Nuevo testamento que declaran que

este mundo no es un mundo eterno, ni el mundo en su forma

final. El apóstol Pablo les recuerda a los Corintios que “la

apariencia de este mundo es pasajera” (I Cor. 7:31) y que

consecuentemente, ellos deberían tomar las cosas de este

mundo más livianamente. El nos recuerda que deberíamos vivir

“…no mirando las cosas que se ven, sino las que no se ven, pues

las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son

eternas” (2 Cor. 4:18). Y Jesús dijo, “El cielo y la tierra pasarán,

pero mis palabras no pasarán” (Mateo 24:35). Este mes,

mientras hacemos nuestras compras navideñas aquí y allá,

haríamos bien en recordar las palabras de Pedro, y por medio

de nuestras obras de fe y obediencia hagamos tesoros en los

cielos donde tanto ellas – como nosotros – moraremos por

siempre.

Día 5

6 de diciembre de 2012

I Pedro 3: 11-18

Scott Gibson

En 1871, María Hale Gordon escribió a su hermano Wendall que

ella quería “hacer algo para apresurar la llegada del Reino.” Su

propia vida estaba envuelta en el excitante ministerio que Dios

le había dado tanto a ella como a su esposo, A.J. Gordon, en la

iglesia Bautista de la calle Clarendon en Boston. Ellos, como

nosotros, querían vivir vidas que honraran a Dios – y hacer que

sus vidas contaran. Pedro urgió a sus lectores a ser santos – a

ser diferentes a la cultura que les rodeaba y dedicados a Dios.

El texto sugiere que de alguna manera, por la forma en que

vivimos, participamos en hacer que llegue la Segunda Venida de

Cristo. Al prepararnos para celebrar la realidad de la Primera

Venida de Cristo, anhelamos ser usados por Dios en las vidas de

hombres y mujeres quienes aún están por abrazar su Primera

Venida. Hacemos esto por la manera en que vivimos, una vida

que hace una diferencia, que muestra a otros quien es Cristo.

Haciendo así, nos preparamos para su Segunda Venida. Como

María Hale Gordon y la miríada de creyentes antes de nosotros,

deseamos “hacer algo para apresurar la venida del Reino”.

Oración: “Señor, ayúdame a vivir una vida que haga una

diferencia que apresure la venida de tu Reino. Amén.”

Día 6

7 de diciembre de 2012

Salmo 16

Gwenfair Adams

Las cuerdas me cayeron en lugares deleitosos…en tu presencia

hay plenitud de gozo. Salmo 16: 6 y 11

¿Cómo definirías un lugar placentero? ¿Quizás una agradable

cabaña en hermoso monte? ¿Quizás con una espectacular vista

al mar? Qué tal si, en vez de eso, un lugar placentero no se

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trata tanto de una localidad geográfica sino más bien de una del

corazón? Anne Bradstreet, la poetiza Puritana Americana,

escribió, “Si incluso en el infierno llegare a encontrar el amor de

Dios hacia mi, allí sería el cielo. Y podría haber estado en el

cielo sin el amor de Dios, pero no habría sido sino el infierno

para mi; porque en verdad, es la ausencia o la presencia de Dios

lo que hace al cielo o al infierno lo que cada uno es.” Quizás un

poco extremo, pero captura una importante idea bíblica: lo que

importa para el gozo de nuestra alma no es dónde estamos,

sino dónde estamos en relación a Dios. En esta temporada,

celebramos la venida de aquel que dejo el lugar placentero por

excelencia, para venir y estar con nosotros. Emanuel.

Dondequiera que estemos, si él está con nosotros, las cuerdas

nos cayeron en lugares deleitosos.

Día 7

8 de diciembre de 2012

Judas 16-25

Catherine Kroeger

Redimiendo

La joven a ser madre exaltada gracias al poder transformador

de la gracia de Dios: los de abajo levantados, los hambrientos

saciados, los que no tienen poder apoderados. Tres de sus hijos

darían voz a esa misma preocupación por aquel humilde y

atropellado. Aunque al principio aquellos que habían sido

identificados como hermanos de Jesús (Mt. 13:55; Mr 6:3) no

simpatizaban con Su misión (Mr. 3:21), con el tiempo llegaron a

ser decididos seguidores (Hechos 1: 14; I Cor. 9:5). Jesús, el

primogénito de María, declaró que Él había venido por el pobre,

el marginado y el perdido. Santiago, el segundo hermano,

insistió en la justicia social en pensamiento, palabra y hechos.

El escrito del tercer hermano, Judas, parece darnos más

problemas. Después de identificar a los herejes y problemáticos

que se hallaban en muchas iglesias del Nuevo Testamento,

Judas continúa con el tipo de personas que usualmente

evitamos: murmuradores, egoístas, arrogantes, los que siempre

van detrás de su propia ganancia (v.16). En realidad, la actitud

de ellos siempre es diametralmente opuesta a aquella

expresada en el Magníficat de María. Judas aconseja una

entusiasta preparación espiritual para, lea bien, alcanzar a esas

personas en lugar de evadirlas (v. 20-21). Porque ninguna de

ellas está más allá del poder redentor de Dios, aún cuando

deban darse acercamientos individualizados (v. 22-23). Solo

Dios puede hacer que aún los más difíciles entre nosotros

lleguen alguna vez a estar de pie delante de Él sin falta alguna,

como impresionantes trofeos de Su gracia transformadora (v.

24-25)

Page 6: Adviento

Día 8:

9 de diciembre de 2012

Amós 6

Peter Kuzmic

Amós es un profeta del siglo 8 que nos impacta con su

simplicidad, frescura y manera directa de abordar el

decaimiento moral de su nación. El está convencido de que si

Israel no se arrepiente y renueva su relación de pacto con su

Dios, el juicio divino en la forma de una destrucción inminente

está en el horizonte. Aún cuando ellos eran externamente

religiosos y el templo se encontraba lleno de adoradores, el

Señor no se agrada de ellos porque han divorciado su fe de su

moralidad. En este capítulo Amós aborda específicamente el

pecado de complacencia y de falsa seguridad (6:1), la

indiferencia moral y la falta de solidaridad con aquellos que

sufren (6:6), una vida alocada y llena de lujos (6:7), y el orgullo

(6:8). Su denuncia de la idolatría de ellos, la hipocresía religiosa,

descarada prosperidad material y arrogante autosuficiencia es

clara. Con su valiente dedo profético Amós apunta a una

apostasía e inmoralidad generalizada con una corrupción a

todos los niveles de la sociedad. Amós los reta con un llamado a

la responsabilidad social junto a una renovación de auténtica

espiritualidad. Estas dos jamás deben separarse porque nuestra

conducta social (hacer) procede de nuestra pureza y fortaleza

de carácter (ser). Dios es un Dios de gracia y perdón, pero

también de juicio contra la perversión tanto de la religión como

de la moralidad. Amós nos muestra que si no hay

arrepentimiento, Dios inevitablemente juzgará a la sociedad

moralmente enferma. El es el Santo, el que ha elegido a su

pueblo para vivir auténticamente y a demostrar

convincentemente Su gloria y santidad entre las demás

naciones. Una poderosa palabra del Señor para nuestros

tiempos y para nuestra singularmente bendecida y sin embargo

crecientemente inmoral nación.

Día 9

10 de diciembre de 2012

Mateo 22:23-33

Rollin G. Grams

Los Saduceos creían que las personas eligen hacer lo que

desean y que a Dios ni le interesa ni procura intervenir, que no

hay un juicio futuro, y que no hay vida después de la muerte

(Josefo, Ant. 18>16; Guerras 2.164f). Con razón Jesús responde,

‘… ¡ustedes no conocen las Escrituras ni el poder de Dios!’

Además, los Saduceos aceptaban solamente el Pentateuco – los

primeros cinco libros del Antiguo testamento – como Escrituras.

Si Jesús iba a demostrar el poder de Dios para dar vida después

de la muerte a partir de las Escrituras, en esta ocasión tendría

que hacerlo usando el Pentateuco.

Por eso, Jesús responde haciendo referencia a Éxodo 3:6, 15f: El

nombre de Dios es “El Señor, el Dios de sus padres – el Dios de

Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob.” Los patriarcas ya

habían muerto, pero Dios se identifica a Sí mismo como su Dios.

Seguramente, argumenta Jesús, ¡El no llevaría el nombre de los

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muertos! Por lo tanto, debe haber esperanza de una futura

resurrección. Todavía más, en ese mismo capítulo (Éxodo 3),

Dios anuncia a Moisés Su plan para salvar a su pueblo de la

esclavitud en Egipto. El Dios de los vivos es también el Dios que

está activo en nuestras vidas y es poderoso para salvar.

Los Saduceos no sabían nada acerca de esto. Pero el adviento

es un tiempo para reflexionar en las Escrituras y ver que Dios en

verdad está poderosamente presente. El es poderoso para

salvar. Es una temporada para recordar que Aquel cuyo

nombre implica poder de resurrección es el que salvó a Israel en

el pasado, quien además envió a Jesús como Salvador al mundo,

y el que nos da esperanza por medio de Su poder de

resurrección. Espera confiadamente la salvación de nuestro

Dios.

Día 10

11 de diciembre de 2012

Mateo 22:34-46

Ray Pendleton

La Respuesta Correcta

Caminar en la verdad del Evangelio es la clave para tener la

respuesta correcta en el momento correcto. En nuestro pasaje

para hoy, Jesús está respondiendo a lo que probablemente era

una pregunta hostil y difícil. Sin embargo, el Señor de Gloria

quien estaba en continua comunión con el Padre no tiene

problemas en poner las cosas claras. Hay una gran

mandamiento en la ley. De hecho, está en las mentes de

quienes lo interrogaban pero no había penetrado sus corazones.

Jesús cita una porción significativa del Shemá según registrado

por Mateo. El mandamiento más grande es un compromiso

total, completo y sin reserva alguna de amar a Dios. Pero la

respuesta no se detiene ahí. Si amamos a Dios con todo

nuestro corazón, alma y mente, eso nos conducirá a una vida

transformada donde amaremos a nuestro prójimo tal como

hemos sido amados por Dios. Esto no es solo un darse cuenta

a nivel cognitivo sino además una fortaleza interpersonal que se

manifiesta en nuestro profundo interés por otros quienes han

sido creados a imagen de Dios y quienes necesitan entender Su

profunda compasión hacia ellos, a menudo por medio de

nuestro amoroso alcance. Se dice de San Francisco que

pronunció, “Dondequiera que vayas, predica el evangelio. Si es

necesario usa palabras.”

Día 11

12 de diciembre 2012

Apocalipsis 1

Sean McDonough

La visión de Jesús en Apocalipsis capítulo 1 podría parecer como

un lugar extraño para hallar inspiración para una meditación

navideña. ¿Qué tiene que ver esta figura aterradora, cuya

lengua es una espada, y en sus manos sostiene estrellas, con el

inocente bebe en el pesebre? Bastante, según parece. Se hace

claramente visible en la descripción que hace Jesús de Sí mismo

en los versos 17 y 18: “Yo soy el primero y el último, el que vive.

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Estuve muerto, pero vivo por los siglos de los siglos, amén.” El

corazón del mensaje de la Navidad es que Jesús es Emanuel,

Dios con nosotros. Que Jesús comparte la identidad divina –

que él es quien Dios es – se hace claro en la asombrosa fórmula

triple, “Yo soy el primero y el último.” Este es un eco deliberado

de la descripción que hace Dios de Sí mismo en Apocalipsis 1:4,

“Yo soy el que es, el que era, y el que ha de venir.” Asimismo,

“Yo vivo por los siglos de los siglos” recuerda la familiar frase del

Antiguo Testamento “el Dios viviente.” Pero el pequeño

interludio entre esas dos fórmulas resulta ser aún más

asombroso, al darnos cuenta de que significa para Dios estar

con nosotros en el sentido más pleno: “Estuve muerto.”

Richard Bauckam captura la paradoja de esta manera: “Su

eterna vivencia fue interrumpida por la experiencia de una

muerte humana, y él comparte la vida eterna de Dios por medio

del triunfo sobre la muerte.” (Teología del libro de Apocalipsis,

p. 56). Emanuel, verdaderamente.

Día 12

13 de diciembre de 2012

Salmo 37: 1-18

Aída Besancon Spencer

Existe una hierba de pastizales (plaga para los jardineros)

conocida como garranchuelo. No existe nada peor que el

garranchuelo. Junto a nuestro garaje todo lo que tenemos es

garranchuelo. La poca grama que puedo cultivar cada

temporada queda atrapada por el garranchuelo. Pero cuando el

clima frío llega, el garranchuelo finalmente deja de crecer y la

grama tiene la oportunidad de desarrollarse. Pero esta vez

hicimos una revisión total de esta parte de nuestro lote. El

anticuado pozo séptico que vino con nuestra casa finalmente

hizo implosión y ha sido remplazado con un nuevo sistema

séptico. Y, en el proceso, todo el garranchuelo ha sido

deshierbado, y semilla de grama con componentes para repeler

la mala hierba y con fertilizante fue sembrada. Algunas veces

aquellos que son injustos o pecaminosos aparentan persistir

como el garranchuelo, que solo crece y crece año tras año sobre

un pozo séptico de maldad. Y sentimos que no tenemos

esperanza. Casi nos resignamos a un jardín sin grama. Pero el

Señor puede venir como un jardinero gigante y arrancar el

garranchuelo en solo minutos. No se trata de que nosotros los

humanos no debemos luchar contra la injusticia o el mal, sino

que en el proceso no necesitamos darnos por vencidos y

convertirnos en garranchuelo nosotros mismos. Al final, somos

responsables por nuestra conducta.

¿Seguimos confiando en el Señor? ¿Seguimos haciendo bien?

¿Seguimos deleitándonos en el Señor? ¿Seguimos

encomendando nuestros caminos al Señor? ¿Seguimos quietos

delante del Señor, esperando pacientemente en El? ¿Seguimos

viviendo gozosamente satisfechos con lo que El nos da? Como

resultado, el salmo de David nos recuerda que nuestra grama se

esparcirá por todo nuestro jardín. Estamos a salvo en El. La

justicia prevalecerá. El Señor ocasionará que florezcamos.

Page 9: Adviento

Día 13

14 de diciembre de 2012

Mateo 23

Pablo Polischuk

La encarnación de Jesús apunta a un proceso redentor que

comienza con la trascendencia de Dios penetrando el orden

creado, proveyendo sentido, valor y aprecio al mismo. El vino a

rescatarnos de nuestro predicamento de pecado, que resultó en

separación, condenación y juicio, a pesar de nuestros farisaicos

esfuerzos. Adviento nos recuerda que El vino a lo Suyo, y que

los Suyos no le recibieron. Las lágrimas de Jesús, derramadas al

observar Su ciudad desde una vista panorámica como “desde

arriba,” expresaron Su intención de reunirnos bajo sus alas,

como para cubrir nuestra precariedad, inadecuacidad, y faltas.

Y esto, a pesar de nuestro obstinado rechazo de sus profetas y

movidas. Su persona, presencia, y poder, manifestado en la

carne, nos ofrece un retrato de protección y cuidado,

extendiéndonos su gracia y misericordia unilateralmente de

forma incondicional. Su amor proactivo nos llena de esperanza

para el futuro, pintando un cuadro escatológico en el que la

culminación del proceso redentor de Dios tomará lugar. Un día,

le daremos la bienvenida al Bendito a Su ámbito, cumpliendo el

diseño del Padre. En anticipación, vivamos los efectos de Su

redención, invitando lo trascendente a nuestras tareas diarias

como para celebrar esta temporada con sentido.

Día 14

15 de diciembre de 2012

Salmo 43:1-5

Jeff Niehaus

¿Qué aplicación podría haber hoy para una oración como esta,

cuando la forma del Reino de Dios no es una “nación”, cuando

no hay una “montaña santa”, en la cual “morar”, y ningún

templo o “altar”? Por ahora, y desde Pentecostés, la iglesia

como cuerpo así como cada uno de sus miembros han sido el

templo(s), y el altar que cuenta es el altar del corazón del

creyente. Aún así, como el salmista, vivimos en medio de una

nación impía, con personas engañosas y perversas a nuestro

alrededor – desde la vasta pero mayormente invisible cultura de

usuarios y mercaderes de droga que forma parte de la corrupta

realidad de nuestra sociedad, hasta la industria del

entretenimiento en sus variadas y seductivas formas, hasta

gente egoísta y mentirosa en altas posiciones en Wall Street o

en Washington. Aquel que, por la gracia de Dios, ve a nuestra

nación, hasta cierto grado al menos por lo que en verdad es,

pronto verá que es una cultura de influencias espirituales de la

cual él o ella debería desear ser “rescatado”. La respuesta

para nosotros, como para el poeta, es clamar a Dios para que

“envíe su luz y su verdad.” La palabra Hebrea traducida como

“verdad” sería mejor traducirla como “fidelidad.” Es la segunda

parte de un pareja de palabras en el pacto, “gracia (o amor) y

verdad,” como el mismo Señor declaró cuando pasó frente a

Moisés en la hendidura de la peña, “El Señor, el Señor, Dios

Page 10: Adviento

fuerte, misericordioso y piadoso; tardo para la ira y grande en

misericordia y fidelidad (verdad)” (Éxodo 34:6). Contamos con

la fidelidad de Dios, su compromiso contractual con nosotros en

Cristo, de enviarnos luz, la iluminación de Su Santo Espíritu,

quien verdaderamente nos guía y es nuestro consolador. Con

un líder y consolador así tenemos buenas razones para

regocijarnos, sea con la música del arpa (v.4) que usó David para

alejar al mal espíritu que atormentaba a Saúl (1 Sam. 16:16-23),

o con una simple canción de gozo, pero siempre desde el altar

de nuestro corazón. Porque Dios se ha relevado fielmente a y

en nosotros, en Cristo, podemos regocijarnos y recibir la obra

del Consolador – el Espíritu de Dios – quien es entronado, y que

habita en la alabanza de Su pueblo (Salmo 22:3).

Día 15

16 de diciembre de 2012:

Juan 5:31-47

Frank A. James

Ta l Padre tal Hijo

Miguel de cervantes definió un proverbio como “una corta

oración basada en una larga experiencia.” Nadie sabe el origen

de este antiguo proverbio “tal padre tal hijo,” pero 2500 años

atrás el profeta hebreo Ezequiel notó la existencia de un

proverbio similar “tal madre tal hija” (Ezequiel 16:44).

Indudablemente la contraparte masculina debió ser de uso

común igualmente. No es demasiado decir que este antiguo

proverbio ha estado por los alrededores desde que aparecieron

padres e hijos. En Juan 5, líderes judíos en Jerusalén se

molestaron de que Jesús estuviera sanando en sábado y de

que llamara a Dios su padre. En respuesta, Jesús declara en

efecto: “tal padre tal hijo.” Jesús explica por qué él sana al

enfermo así como por qué lo hace en Sábado en el verso 17:

“Mi Padre todavía trabaja, y yo también trabajo.” En el antiguo

cercano oriente, los hijos típicamente aprendían el negocio de

la familia y se convertían en aprendices de sus padres. Jesús

simplemente declara que él es un aprendiz de su padre y ya que

si Padre trabaja en Sábado, el hijo también lo hace. Jesús no le

pide a los líderes Judíos que simplemente acepten lo que les

decía, sino que él procede enseguida a probarles que él es el

hijo de su Padre invocando una serie de testigos: Juan el

Bautista, Los propios milagros de Jesús, Dios el padre, y de

hecho, las mismas Escrituras. Estos testimonios irrefutables

evidenciaban que Jesús era en verdad el hijo de su Padre.

Día 16

17 de diciembre de 2012

Mateo 24:15-31

S. Steve Kang

Miles de ángeles prorrumpieron en alabanza, diciendo: “¡Gloria

a Dios en las alturas, y en la tierra paz a los hombres de buena

voluntad! (Lucas 2:14), señalando el nacimiento de Cristo hace

unos 2000 años. Cuando ese mismo Cristo, quien vivió, murió y

resucitó regrese, Sus ángeles reunirán a Sus elegidos a Sí mismo

con un fuerte toque de trompeta. En reminiscencia del fuerte

llamado de trompeta anunciando el Año de Jubileo en el día de

Page 11: Adviento

Expiación (Levíticos 28:9-10), el llamado de trompeta de los

ángeles sonará por última vez, inaugurando el descanso eterno

para Su pueblo y la plena comunión con el Dios Trino. En esta

temporada de Adviento, esperamos anhelantes por ese llamado

de trompeta. En ese día, dios enjugará toda lágrima de

nuestros ojos. No habrá más llanto ni lamento ni dolor, porque

las primera cosas pasarán (Apocalipsis 21:4). Si el primer

adviento proveyó un vistazo de la presencia de Dios-con-

nosotros para Su pueblo, el segundo adviento escoltará a Su

pueblo hacia la plena y eterna presencia de Dios-con-nosotros.

Oración: Dios, que tu inconfundible presencia sea siempre tan

real en y entre nosotros mientras nos disponemos a ser usados

para expandir tu reino en este oscuro mundo. Amén.

Día 17

18 de diciembre de 2012

Mateo 24

Gary Parrett

Ven, Señor Jesús, a redimirnos

Ven, Señor Jesús, a redimirnos de nuestros enemigos y miedos.

Esperamos tu misericordiosa mano que enjugará todas nuestras

lágrimas. Hemos trabajado mucho en oscuridad, incluso ahora

nuestro corazón desfallece. Cuánto anhelamos que te

manifiestes Buscando así esa tu gran salvación. (Apocalipsis

21:4; Romanos 8:23; 2 Timoteo 4:8)

Ven, Señor, verdadero y justo, trae a nosotros tu luz pura y

cortante. Porque sabemos que cuando aparezcas, Señor, cuanto

terrible mal existe será corregido. Tú despojarás a todos los

orgullosos; y saciarás a todos los que tienen sed. Oh, los

primeros serán últimos, entonces, y todos los últimos serán

primeros. (Apocalipsis 16:5-7; Mateo 19:30; 20:16; 24:32-46)

Prepara ahora el camino delante de Él: Haz para Él una senda en

el desierto. Lleva el evangelio a las naciones y proclama que su

Día se aproxima. Toda montaña será nivelada; Todo valle será

levantado. Entonces toda sangre verá su gloria. ¡Dios será por

siempre alabado! (Isaías 40:3-5; Mateo 24:14) Alzad el grito de

“¡Maranata! pronto veremos a nuestro rey. Al que es Alfa y

Omega, entonamos esta oración y ruego: Uniendo las voces con

el Espíritu nosotros, la novia de Cristo, decimos, “¡Ven!” Ven,

Señor Jesús, ven y libéranos de esta muerte y llévanos a casa.

(1 Corintios 16:22; Apocalipsis 22:13, 17)

Día 18

19 de diciembre de 2012

Salmo 119:49-72; 49; 53; Zacarías 3:1-10; Apocalipsis 4:1-8;

Mateo 24:45-51

Edward M. Keazirian

La muerte es el gran ecualizador. Ricos, pobres, sabios, necios,

exaltados, o rebajados: todos tenemos que enfrentar nuestra

propia muerte. Ninguno de nosotros puede comprar un escape

a la muerte. Pero Dios puede hacerlo por nosotros. La

pregunta entonces es si nosotros seremos los necios que niegan

la existencia de Dios o los sabios que le buscan.

Page 12: Adviento

Los necios se tornan corruptos, ignorantes y malos; incapaces

de hacer lo bueno. De alguna manera ellos piensan que la gloria

y bendición de esta vida jamás pasará. El sabio, sin embargo,

reconoce la realidad de la muerte, pero no son intimidados ni

por la muerte ni por los necios que piensan que pueden escapar

a ella. En su lugar, el sabio conoce que Dios rescatará sus almas

de la muerte y los llevará a estar para siempre con Él. Aún

cuando Satán trata de condenar a los elegidos de Dios, Dios

promete quitar la iniquidad de ellos y restaurarles la paz y la

prosperidad. Para los de Israel, la venida del Siervo del Señor, el

Renuevo, es el signo que garantiza la promesa de Dios.

Nosotros sabemos ahora que ese Renuevo era Jesús el Cristo.

Los antiguos fueron bendecidos con la capacidad para soportar

muchas cosas, expectantes. Cuánto más debemos nosotros

estar listos para su segunda venida, considerando todo lo que

hemos visto en su primera.

Día 19

20 de diciembre de 2012

Apocalipsis 4:9-5:5

Tim Laniak

En una visión tan maravillosa que cualquier comentario verbal

parecería casi irrespetuoso, me aventuraré a hacer algunas

breves reflexiones reverentes. ¿Cómo debemos pensar acerca

de rendir a Dios “¿honor y gloria y poder?” ¿Quiénes somos

nosotros, o cualquier criatura viviente en el cosmos, para darle

cualquier cosa a Dios que EL ya no posea? El siempre ha tenido

todo honor y gloria y poder. Cualquier visionario bíblico que

mira los cielos enseguida puede verlo. Pero estos visionarios

regularmente también atestiguan un coro de seres en alabanza

y adoración que claman dándole a Dios esos atributos que El ya

posee. ¿Qué sentido tiene esto? Pienso que la respuesta yace

en la naturaleza del honor, la gloria y el poder. Estas cualidades

tienen tanto una realidad objetiva como una dimensión

subjetiva. Si, el Dios que se vuelve visible en Apocalipsis es

caracterizado por una luz brillante que inspira asombro, una

estima abrumadora incalculable, y soberanía cósmica ilimitada.

Pero, de alguna manera, un asombrarse por estas cualidades,

una respuesta reverente a estas cualidades, las completa.

La objetiva dignidad de Dios como el Rey del Universo debe ser

subjetivamente reconocida. Su “valía” o “dignidad” es

mencionada tres veces en este pasaje y continúa a través de

todo el capítulo cinco de Apocalipsis. En una manera

misteriosa, los que adoran contribuyen a la gloria y valía de Dios

al reconocerla, al atribuirla a El. No es que podamos añadir algo

al carácter de Dios. Más bien es que somos llamados por las

huestes angelicales a evitar lo impensable: dejar que Su gloria

pase inadvertida, ignorada.

Esto parece un gran crimen en la conducta humana, quizás

nuestro mayor crimen. Nosotros simplemente no mantenemos

en justa perspectiva la visión amplia de la gloria de Dios. El no

es honrado cuando fracasamos en darle la honra de la cual es

digno. El no es apreciado cuando fallamos en apreciarle con

nuestra alabanza. Aclamación pública y reconocimiento es el

corolario necesario y esperado al honor. Las huestes angelicales

en Lucas 2:14 nos recuerdan que podemos comenzar a adorar a

nuestro Dios desde la Tierra al “darle gloria a El.”

Page 13: Adviento

Día 20

21 de diciembre de 2012

Apocalipsis 5:6-14

David Wells

Juan lloró. El no pudo leer los consejos de Dios que tanto

anhelaba conocer. Esos consejos, escritos en el rollo (5:1-2)

pueden ser interpretados solamente por Jesús porque son

realizados solamente por medio de El. “Mira”, dijo uno de los

ancianos, he ahí el “León de la Tribu de Judá” (5:5) quien puede

conocer el consejo de Dios. Y cuando Juan miró, había un

“Cordero” (5:6) que había sido inmolado.

El León y el Cordero. Cristo, el León, se sienta en el trono de

David y ahora reina universalmente sobre el pecado, la muerte

y el diablo. Pero para conocerlo a El como León, debemos

primero conocerlo como Cordero, el que lleva sobre sí nuestro

pecado y nuestro juicio en lugar nuestro. Aquí vemos,

entonces, en la persona de Cristo, tanto al León como al

Cordero, tanto el valor como la paciencia, el poder y la

mansedumbre, fuerza e inocencia. Vemos victoria y

sufrimiento, victoria por medio del sufrimiento.

¿Puedes ver también que de El viene el Espíritu Santo enviado

en toda la plenitud de dios (5:6)? Es El quien ha abierto

nuestros ojos para ver la gloria de Cristo y quien nos fortalece

en medio de los conflictos de la vida. Y cuando las sombras se

ciernen sobre nuestras vidas – dolor y enfermedad, deseos

insatisfechos, esperanzas no realizadas, amor abatido –

es El quien nos señala a Cristo cuya conquista de los

desordenes de la vida está completa para que podamos hallar

confort y seguridad. Digno es el Cordero.

Día 21

22 de diciembre de 2012

Salmo 138

Karen Mason

Te alabarán, Jehová, todos los reyes de la tierra, porque han

oído los dichos de tu boca. Cantarán de los caminos de Jehová,

porque la gloria de Jehová es grande. (Salmo 138:4-5)

C. S. Lewis habla sobre la vanidad o engreimiento como una

barrera para tu alabanza a Dios. La vanidad puede obstaculizar

nuestro reconocimiento de la necesidad que tenemos de Su

redención, de nuestra dependencia en Su fiel amor y cuidado, y

de la supremacía y gloria de Dios.

En el Salmo 138, David, uno de los reyes más grandes de Israel,

alaba a Dios y expresa su deseo y esperanza de que todos los

reyes de la tierra puedan unirse a él en su alabanza de las más

excelentes cualidades de Dios. Algunos reyes de la tierra

podrían creer que ellos no necesitan a Dios o que no le deben su

posición a Su soberanía, pero la posición de David como rey no

se interpone en el camino de su alabanza a Dios.

Algunas veces, podemos ser como algunos reyes de la tierra

quienes no reconocen el exaltado nombre de Dios y nuestra

necesidad del Rey de Reyes. Durante esta temporada de

Page 14: Adviento

Adviento, mientras nos preparamos para la venida de Dios

quien habita entre nosotros, alabemos a nuestro Rey por ser

quien es El, por su supremacía y gloria, por su fiel amor

manifestado en la Encarnación de la Palabra de Dios, por su

poder para salvar.

Oración: Te alabaré, Señor, con todo mi corazón delante de

todos los reyes de la tierra.

Día 22

23 de diciembre de 2012

Salmo 62

Frank A. James

Dios la Roca

Augusto Toplady escribió uno de los himnos mejor conocidos

mundialmente mientras se guarecía de una violenta tormenta.

El joven de Blangdon en Somerset, Inglaterra, había estado

viajando por la carretera cerca de los acantilados rocosos de

Burrington Combe cuando un rayo cayó muy cerca seguido de

su trueno ensordecedor. Augusto se apuró para refugiarse en

una cueva cercana. Mientras esperaba que la tormenta pasara

comenzó a inspirarse a partir de su predicamento y las palabras

para un himno comenzaron a formarse en su mente:

Roca de las edades, grita para mí, Déjame esconderme en ti. En

el Salmo 62, David nos dice que Dios es su roca. A primera vista,

ésta parecería ser una forma muy rara para describir a Dios.

Pero en el desierto, bajo el brutal ardor del sol, las rocas

grandes son un refugio. Las rocas grandes ofrecen sombra.

Montañas rocosas proveen cuevas donde uno puede hallar

refugio de la tormenta. Cuando perseguido por enemigos, las

rocas grandes se convierten en escondites. David emplea la

metáfora de la roca para asegurarnos que a pesar de las

pruebas de esta vida, Dios es firme y seguro. David delinea tres

maneras en las cuales experimentamos a Dios como roca: El es

una roca de salvación (v. 2, 6), una roca de refugio (v. 7), y una

roca de esperanza (v. 5). Decir que Dios es una roca es decir

que El provee un refugio seguro contra las tormentas y los

enemigos, dándonos así esperanza para otro día.

La metáfora de la roca que usa David halla su cumplimiento

concreto en Jesús, quien es verdaderamente nuestra salvación,

nuestro refugio y nuestra esperanza. Igual que Augusto,

nosotros encontramos en Cristo el refugio más glorioso contra

las tormentas de este mundo caído. No existe nada raro acerca

de esa clase de roca.

Día 23

24 de diciembre de 2012

Salmo 84

Kenneth L. Swetland

“¡Cuán amables son tus moradas, Jehová de los ejércitos!”

comienza el Salmista – palabras que nos dan un vistazo al

corazón del escritor. Desde ahí el Salmista prosigue y revela su

“anhelo” – una fuerte palabra relacionada con el dolor físico –

de estar en el templo para adorar. El va tan lejos como para

Page 15: Adviento

expresar su envidia de las aves que han hecho sus nidos en el

templo, estando así cerca del altar de manera regular,

implicando su anhelo por una libertad similar de estar presente

en el templo. Este anhelo es tan profundo en el corazón del

Salmista que incluso exclama que él “preferiría ser quien cuida

la puerta en la casa de Dios que habitar en las tiendas de los

malvados” (v. 10). Algunas traducciones dicen “umbral” en

lugar de “puerta”, revelando casi desesperación por estar en la

presencia de Dios en adoración. Note, sin embargo, que el

énfasis no está en el escritor mismo, sino en Dios – el foco de la

adoración. Tampoco apunta hacia una experiencia

individualista aislada, sino que más bien expresa el anhelo del

Salmista de estar con el pueblo de Dios en adoración. Adviento

mira hacia la segunda venida de Cristo. “Anhelemos” esta

venida tanto como el Salmista anheló (hasta dolerle) estar en la

presencia de Dios junto a Su pueblo mientras esperamos su

seguro regreso.

Día 24

25 de diciembre de 2012

Lucas 1:26-38

Roy Ciampa

Lucas espera que reconozcamos que él está narrando el

cumplimiento de Isaías 7:14: “La virgen concebirá y dará a luz

un hijo, y llamará su nombre Emanuel”. En Lucas 1:31 el

nombre es cambiado por Jesús, pero nosotros reconocemos los

otros detalles de Isaías 7:14 y nos damos cuenta que es en la

persona de Jesús que hallamos a Emanuel – Dios con nosotros.

Las referencias a la virginidad de María en los versos 27, 34, nos

alertan de que ella es a través de la cual Dios finalmente está

haciéndose presente según prometió en Isaías 9:6-7 (que habla

del nacimiento del niño que reinará en el trono de David por

siempre). Como Hijo Único del Altísimo, el Hijo de Dios cuyo

nacimiento implica una intervención Divina que excede por

mucho todo lo antes visto, Cristo lleva a la historia de la

creación, pecado y restauración a su largamente anticipado

clímax. Su nacimiento no es sólo una historia más de la

intervención Divina en los asuntos humanos; es la historia de la

intervención Divina en los asuntos humanos. Que la presencia

de Dios en la persona de Jesucristo sea la realidad central en tu

vida, ahora y siempre.

Nació para levantar a los hijos de la tierra, Nació para darles un

segundo nacimiento.