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RADIOTERAPIA

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  • Lo que con mucho esfuerzo se consigue, ms se ama Aristteles (384ac-322ac)

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  • de los contenidos: AERO

    de la edicin: Editorial Just in Time S.L.

    de distribucin: Roche Farma S.A.

    Ttulo original: 25 Aniversario. Asociacin Espaola de Radioterapia y Oncologa.

    ISBN: 84-690-0662-2

    Deposto legal: 000000000

    Edicin: Editorial Just in Time S.L.C/ Montesa, 35. 28006 Madride-mail: [email protected] / www.e-justintime.net

    Reservados todos los derechos. Ninguna parte de esta publicacin puede ser reproducida ni transmitida enninguna forma o medio alguno, electrnico o mecnico, incluyendo las fotocopias o las grabaciones en cual-quier sistema de recuperacin de almacenaje de informacin, sin el permiso escrito del titular del copyright.

    Redactores coordinadores:Jordi Craven-Bartle y Francesc Casas

    Miembros de la comisin del 25 Aniversario de la AERO:Presidente: Jordi Craven-BartleSecretario: Francesc CasasVocales: Albert Biete, Josep Antoni Carceller, Luis Errazquin, Eduardo Lanzs, Vicente Pedraza, Ignacio Petschen,

    Carmen Porto, Gregorio Aragn de la Cruz y Fernando Solsona

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    I N D I C EPRLOGOANA MAAS RUEDA

    NUESTRA HISTORIA

    La radioterapia que hemos vivido durante los ltimos 25 aosMANUEL DE LAS HERAS GONZLEZ

    De la Roentgenologia a la Oncologa Radioterpica. Apuntes histricosde una especialidad centenariaFRANCESC CASAS DURAN

    Los pasos iniciales de la AEROALBERT BIETE SOL

    Del Radium al IridiumGREGORIO ARAGN DE LA CRUZ

    La investigacin en Oncologa Radioterpica: una reflexin crtica. FELIPE A. CALVO MANUEL

    VICENTE PEDRAZA MURIEL

    AERO: una mirada a doce congresosALBERT BIETE SOL

    Doce de Octubre, paradigma de un esfuerzo, como muchos vivimos,para conseguir un centro de referenciaEDUARDO LANZS GONZLEZ

    Un momento importante de nuestra historia: La rendicin de cuentasde la gestin de la primera Junta Directiva de la AERO independienteal finalizar su mandatoJORDI CRAVEN-BARTLE LAMOTE DE GRIGNON

    Ayer, hoy y maanaIGNACIO PETSCHEN VERDAGUER

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    EN PRIMERA PERSONA

    El II Congreso AERO; Oviedo 1983REINEIRO RODRGUEZ FERNNDEZ

    El VII Congreso AERO; Sevilla 1993LUIS ERRAZQUIN SENZ DE TEJADA

    El IX Congreso AERO; Valladolid 1997F. LOPZ-LARA MARTN

    La vinculacin del Hospital de la Santa Cruz y San Pablo de Barcelona y la AERO:Amigos para siempre!

    JORDI CRAVEN-BARTLE LAMOTE DE GRIGNON

    El nacimiento de la Oncologa Radioterpica en la RiojaCARLOS GALN RODRGUEZ

    Lleida, los iniciosJOSEP A. CARCELLER VIDAL

    31 aos en Sanidad MilitarRAFAEL URBINA DIEZ

    El Servicio de Oncologa Radioterpica del Instituto Valenciano de Oncologa (IVO)LEONCIO ARRIBAS ALPUENTE

    El paso de la Radioterapia Convencional al acelerador lineal de partculas en el InstitutoOncolgico de GuipzcuaJOS MARA IRIGARAY URRUTIA

    Hospital Regional Universitario Reina Sofa de Crdoba. Servicio de OncologaRadioterpicaAMALIA PALACIOS EITO

    Historia del Servicio de Oncologa Radioterpica del Hospital Clnico Lozano Blesa deZaragozaRICARDO ESC BARN

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    El Servicio de Oncologa Radioterpica de ValladolidFRANCISCO LOPZ-LARA MARTN

    Recuerdos de la fundacin de la AERO vividos por el Secretario que ecribi el acta fun-dacionalARMANDO PREZ TORRUBA

    Del caoba al blanco. Primera y nica secretaria, la buena y la malaROCO LVAREZ RODRGUEZ

    Experiencia de mi presidencia AERO 1991-1993IGNACIO PETSCHEN VERDAGUER

    Servicio de Oncolgia Radioterpica. Fundacin Centro Oncolgico de GaliciaJos Antonio Quiroga y PieyroCAMILO VEIRAS CANDAL

    Servicio de Oncolgia Radioterpica 2005. Hospital Ramn y CajalALFREDO RAMOS AGUERRI

    Servicio de Radioterapia. Hospital Meixoeiro. VigoVCTOR MANUEL MUOZ GARZN

    Oncologa Radioterpica en Santiago de Compostela. In Memoriam Carlos Ferreirs.CARMEN PORTO VZQUEZ

    Historia del decisivo Departamento de Radioelectrologa y Medicina Nuclear del Hospital Universitario Miguel Servet de ZaragozaFERNANDO SOLSONA MOTREL

    Primer da del primer Acelerador Lineal de la provincia de CdizPABLO ROMN RODRGUEZ

    Breve Historia del Servicio de Oncologa Radioterpica. Casa Salud Valdecilla.Hospital Universitario Marqus de ValdecillaLEOPOLDO PREZ DE LA LASTRA

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  • IN MEMORIAM

    Jos Garca Garca JUAN CIRIA SANTOS

    Miguel Gil Gayarre M TERESA DELGADO MACAS

    Luis Gimeno AlfsIGNACIO PETSCHEN VERDAGUER

    Dionisio GonzlezSALVADOR VILL FREIXA

    Manuel Hernndez Prieto: LOURDES PTRIZ GONZLEZ

    FRANCESC CASAS DURAN

    Francisco Lpez-Lara Martn

    Pedro Mateo RuizPEDRO MATEO DE LAS HERAS

    Juan Toms Negueruela Ugarte PEDRO BILBAO ZULAICA

    Carlos Prats Barrionuevo IGNACIO PETSCHEN VERDAGUER

    Gonzalo Sols NavarroPEDRO BILBAO ZULAICA

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  • PRLOGO

    Caminante no hay camino, se hace camino al andar(Antonio Machado)

    AERO ha cumplido 25 aos de camino, un camino lleno de rosas y de espinas, pero todas ellas han valido para lle-gar a tener una Sociedad como la que ahora tenemos. Empez tmidamente hace un cuarto de siglo con el intersde los que la formbamos y el trabajo y el tesn de los que entonces la dirigan, creyendo y luchando por lo que daa da realizbamos, justificando la razn de ser de una especialidad que, ante todo, tena que defendernos de la malafama de la toxicidad, independientemente de nuestros xitos y curaciones. Tenamos entonces escasos medios ymucha ilusin en lo que hacamos.

    Poco a poco hemos andado nuestro camino y, hoy en da, la Oncologa Radioterpica Espaola es de tan alta cali-dad como la de los mejores pases europeos y americanos.

    El mayor conocimiento de la enfermedad tumoral, los medios diagnsticos, el avance tecnolgico y los tratamien-tos combinados, han hecho que nuestra especialidad pueda estar orgullosa de ser la especialidad oncolgica queconsigue curar sin grandes toxicidades y con buena calidad de vida en un alto porcentaje.

    Los Congresos de la AERO han sido el escenario de nuestro trabajo, cada vez con ms comunicaciones y mejoresponencias, fruto de la labor diaria y del esfuerzo, muchas veces en horas quitadas a nuestra vida familiar y perso-nal.

    El dcimotercer Congreso en Cdiz, perfectamente organizado por el Dr. Pablo Romn y su equipo, dio como resul-tado un Congreso Internacional, con representantes y figuras referentes dentro de nuestra Especialidad, acudiendoa l los presidentes de todas las Sociedades principales de Oncologa Radioterpica y estableciendo nexos de uninpara futuras colaboraciones. Cont con ms de 500 comunicaciones y la participacin mayoritaria de la Asociacin.8

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    ANA MAAS RUEDA

    PRESIDENTA DE LAAERO/SEOR

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    El ltimo da tuvo lugar nuestra gran celebracin, el XXV aniversario de nuestra Asociacin. Un acto en el que todosdisfrutamos por su recordatorio entraable a los que nos ensearon y ya no estn con nosotros, por un vdeo insti-tucional que nos hizo recordar con el NO-DO la primera Unidad de Telecobaltoterapia que en los aos 50 vino aEspaa, por un acto de homenaje y reconocimiento a la Oncologa Radioterpica Espaola, que somos todos noso-tros. Como final, una gran fiesta y ....ahora este libro, memorias de la Asociacin Espaola de OncologaRadioterpica AERO, cuyo trabajo recopilatorio ha sido tambin un gran esfuerzo de la Comisin Organizadora del25 Aniversario y de los que lo han coordinado, el Dr. Francesc Casas, como secretario, y el Dr. Jordi Craven-Bartle,como presidente. A todos los autores les debemos el tener en nuestra biblioteca este incunable texto que forma partede nuestra historia.

    Ahora toca seguir avanzando, evolucionando con el tiempo, dando opcin a los que nos siguen y a los que preten-demos ensear el amor a nuestra especialidad. Destacar la importancia del paso de Asociacin a Sociedad , de AEROa SEOR, para formar parte, -tambin de nombre-, de las Sociedades Oncolgicas, para ser considerados OnclogosClnicos y no meros administradores de tratamientos radioterpicos, para ensear a la sociedad la importancia denuestra Especialidad y dar a conocer su eficacia. Nuestra identidad debe ser cada da ms relevante; esa ser la com-pensacin a nuestro trabajo y a nuestro esfuerzo.

    Gracias a todos

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  • Nuestra historia La investigacin en OncologaRadioterpica: una reflexin crtica. FELIPE A. CALVO MANUEL

    VICENTE PEDRAZA MURIEL

    AERO: una mirada a doce congresosALBERT BIETE SOL

    Doce de Octubre, paradigma de unesfuerzo, como muchos vivimos, para conseguir un centro de referenciaEDUARDO LANZS GONZLEZ

    Un momento importante de nuestra historia: La rendicin de cuentas de lagestin de la primera Junta Directiva de la AERO Independiente al finalizar su mandatoJORDI CRAVEN-BARTLE LAMOTE DE GRIGNON

    Ayer, hoy y maanaIGNACIO PETSCHEN VERDAGUER

    La radioterapia que hemos vivido durante los ltimos 25 aosMANUEL DE LAS HERAS GONZLEZ

    De la Roentgenologia a la OncologaRadioterpica. Apuntes histricos de una especialidad centenariaFRANCESC CASAS DURAN

    Los pasos iniciales de la AEROALBERT BIETE SOL

    Del Radium al IridiumGREGORIO ARAGN DE LA CRUZ

    El genio inicia las grandes obras, pero slo el trabajo y el esfuerzo las acaban Joseph Joubert (1754-1824)

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  • La radioterapia que hemos vivido durante los ltimos 25 aos

    El ltimo cuarto de siglo ha significado un cambio fundamental en la medicina y tambin en la radioterapia pero,sobre todo, en nuestras vidas. Aunque en el celebrrimo tango argentino se diga que veinte aos (o veinticinco) noson nada, la verdad es que para todos los que entonces estbamos empezando estos aos han representado un girototal en la forma de trabajar, tanto en lo referido a medios tcnicos como humanos.

    Los contenidos de la especialidad de entonces apenas se reconocen hoy, y nuestro papel como especialistas en loshospitales poco tiene que ver con la labor que hacamos en aquellos aos. Entonces, los servicios de radioterapiaeran escasos, y prcticamente todos estaban en las grandes ciudades, Madrid, Barcelona, Valencia, Sevilla o SanSebastin, esta ltima siempre pionera -en su Instituto Oncolgico se dispuso por primera vez de un acelerador deelectrones-. La mayora de hospitales contaban con unidades de cobalto -las clebres bombas de cobalto-, mqui-nas de ortovoltaje (200-300 kV) y braquiterapia llamada coloquialmente curieterapia por la influencia francesa-para la realizacin de implantes ginecolgicos y del rea de cabeza y cuello.

    Lo poco conseguido se deba al esfuerzo de abnegados profesionales que establecieron las bases de lo que ms tardese ha convertido en la moderna radioterapia en Espaa.

    LA FORMACIN DE LOS FUTUROS ESPECIALISTASLa radioterapia de aquellos das gozaba ms de voluntad que de medios y, adems, estbamos alejados de los pa-ses de nuestro entorno, por los que sentamos una sana envidia. Ya haba empezado la formacin por el sistema MIR,que permita, por vez primera, realizar la especialidad con capacidad de autofinanciacin, es decir, sin pedir dineroa los padres. Aprendamos por smosis. La misma prctica clnica nos permita aumentar los conocimientos y bus-cbamos desesperadamente al adjunto para que nos explicara cmo y por qu se trataba la enfermedad de Hodgkin.No exista un programa claro de la especialidad, como tampoco exista la Comisin Nacional. La formacin progra-mada dependa de cada centro y no siempre se cumplan las expectativas. Era difcil obtener estancias programadas12

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    MANUEL DE LAS HERAS

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  • en otros centros que contaran con tcni-cas diferentes y, ms difcil todava, dispo-ner de facilidades para realizarlas. Lafuente de todas las enseanzas era el librode Fletcher -2 edicin-, en el que estudi-bamos la distribucin de los colpostatosen el tratamiento de los tumores de cuellouterino, la tcnica de moving strip para loscarcinomas de ovario lo ms probable esque a los nuevos especialistas ni lessuene-, o cmo debamos administrargrandes dosis en grandes volmenes paraconseguir resultados -los efectos indesea-bles eran menos valorados- (fig. 1).

    HACIA EL TRATAMIENTO CONSERVADORLa preservacin de rganos ha sido una constante en estos aos, y todos recordamos los primeros ensayossobre la eficacia del tratamiento conservador del cncer de mama. En 1980 se edit un Internacional ClinicalForum sobre Diagnstico y tratamiento del cncer de mama, en el que se hablaba de ciruga limitada porparte de algunos cirujanos pioneros en dicho tratamiento, como Jean-Maurice Spitalier de Marsella, quiendefenda esa tcnica como una evolucin de la mastectoma radical modificada. De cualquier forma, en loshospitales con una gran tradicin quirrgica por aquel entonces no era infrecuente escuchar a afamados ciru-janos decir que el mejor tratamiento conservador en un cncer de mama es la constatacin de que se ha extir-pado la mama en su totalidad. A muy pocas mujeres con tumores pequeos se les mantena la glndula mama-ria, a pesar de que muchos de nosotros defendamos, como quijotes contra molinos de viento, la eficacia deltratamiento no mutilante.

    Hasta la llegada de los programas de cribaje y la evolucin de los comits de tumores, no se generaliz en Espaala conservacin de los tumores mamarios -aunque todava se conservan en nuestro medio menos mamas de lo quesera deseable-.

    Vivimos tambin el tratamiento conservador en otros tumores, como los de laringe, vejiga o sarcomas de partesblandas. La mxima oncolgica ms no siempre es mejor comenzaba a imponerse. 13

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    Figura 1. Libro de Fletcher (2 ed) y tcnica de moving strip para cncer de ovario.

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  • EL CONTROL LOCAL Y LA INTEGRACIN TERAPUTICAEscuchbamos con frecuencia: la radioterapia es slo un tratamiento local -o loco-regional-. Lo decan, a comien-zos de los ochenta, los mdicos dedicados a la quimioterapia -la Oncologa mdica como tal no exista casi en nin-gn hospital-, y nuestra defensa era realzar la importancia del control local en el tratamiento del cncer, pues sinl no haba supervivencia.

    La idea de que el cncer es siempre una enfermedad diseminada y de que el control local no puede variar su pro-nstico estaba de moda. La teora de Fisher pona el acento en los trata-mientos sistmicos, debido al auge que la quimioterapia estaba adquirien-do en EE.UU. Sin embargo, en los ltimos diez aos se ha acumulado unaevidencia incontestable sobre la importancia del control local y de cmo elimpacto local influye sobre la supervivencia en la mayora de tumores:mama, pulmn, crvix o cabeza y cuello.

    La integracin teraputica ha sido otras de las constantes de los ltimosaos, y hemos vivido en algunos tumores una desescalada de dosis y vol-menes. Un buen ejemplo de ello son los linfomas o los tumores infantiles,donde la radioterapia ha desaparecido en no pocas indicaciones. La radio-quimioterapia simultnea ha sido otro de los grandes hitos de la Oncologaactual, y prcticamente no existe localizacin tumoral que no se beneficiede esa estrategia.

    Algunos aspectos de la prctica diaria en radioterapia mantienen granparecido con los de hace 25 aos. A pesar de los grandes avances aconte-cidos en Oncologa, cerca de la mitad de los pacientes necesitarn trata-

    mientos paliativos, y finalmente morirn de la enfermedad. Los enfermos oncolgicos viven ms y cada vez inverti-mos ms recursos en su cuidado. Pero tambin aqu la investigacin ha dado sus frutos y, hoy, con la evidencia cien-tfica de que disponemos, es difcil sostener el tratamiento de las metstasis vertebrales con mltiples fracciones.

    LOS AVANCES TECNOLGICOSLos adelantos tecnolgicos han sido, tal vez, lo ms espectacular vivido por nuestra especialidad en los ltimos 25aos. Hemos pasado de tener unidades de cobalto a disponer en todos los servicios de aceleradores lineales, con lams avanzada tecnologa.14

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    Figura 2. Toma de contornos

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  • La introduccin del TAC en la planificacin de los tratamientos de radioterapia ha supuesto uno de los mayores logros,al permitir la identificacin del tumor y los rganos crticos de alrededor con gran exactitud. La determinacin de losespesores de forma indirecta, a travs de la toma del contorno externo en cada paciente y el dibujo de los campos ylas isodosis pasaron pronto a mejor vida -quin no recuerda la utilizacin de los papeles milimetrados y la clebrecobra en la planificacin- (fig. 2). Desde entonces, los colimadores multihojas, la visin portal y los sistemas de pla-nificacin han dado paso a la nueva radioterapia conformada en 3D y sus futuros refinamientos tcnicos

    La braquiterapia ha sufrido tambin un cambio considerable en este cuarto de siglo. De las unidades de baja tasadisponibles en pocos hospitales se ha pasado a la implantacin, en la mayora de los servicios, de tcnicas de altatasa y braquiterapia pulsada. Igualmente, han surgido nuevas indicaciones, y los ensayos clnicos en marcha actual-mente nos permitirn conocer sus aplicaciones futuras.

    La radiobiologa siempre ha sido el cuerpo de doctrina de nuestra especialidad. Ya a principios de los ochenta secomenzaba a hablar del modelo lineal-cuadrtico, del concepto de repoblacin tumoral, de la importancia de lahipoxia en el control local y de los factores que inducen la resistencia tumoral. Desde entonces, hemos asistido auna plyade de estudios sobre cmo superar estas limitaciones biolgicas, desde hipertermia a drogas bioreducto-ras, desde partculas pesadas a fraccionamientos alterados. Los hipofraccionamientos para tratamientos paliativos otumores con un / muy bajo, como el melanoma, o hiperfraccionamientos o fraccionamientos acelerados paratumores con un tiempo de duplicacin alto, han sido una constante en estos aos.

    La modelacin de los fraccionamientos, junto con otros determinantes biolgicos de la respuesta del tumor y del tejidonormal, han sido objeto de la radiobiologa, que, junto con la biologa molecular, permitir seleccionar, en un futuro talvez no tan lejano, a los pacientes que realmente se puedan beneficiar de la radioterapia. An algunos recordamos concierta sonrisa cmo en nuestra poca de formacin, con una seguridad basada en el desconocimiento, atribuamos cual-quier respuesta del tumor sin relacin fsica con el campo de tratamiento al efecto abscopal, sin saber realmente loque decamos. Hoy conocemos que este efecto importante en el control del tumor est mediado por citocinas y el siste-ma inmune, y que se llama tambin efecto a distancia bystander. En el fondo no estbamos tan equivocados.

    LAS PRIMERAS SOCIEDADES Y AEROLa Oncologa mdica apareca en Espaa gracias, sobre todo, a internistas que se ocupaban de los enfermos con cn-cer, y estuvo apoyada desde sus inicios por la industria farmacutica. Quin no recuerda a la empresa Farmitalia ysu clebre FarmiblastinaR auspiciando los primeros encuentros oncolgicos. 15

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  • La primera sociedad formada se llam Sociedad Espaola deQuimioterapia Oncolgica SEQUIO-, y ms tarde Sociedad Espaolade Oncologa Mdica SEOM-. De repente, diferentes especialistasnos encontramos con el mismo objetivo: el paciente oncolgico.Comenzaron as los primeros roces y protagonismos. Los hospitalesse intentaban estructurar con servicios integrales de cncer, comoaconteca en el Reino Unido o en los pases nrdicos, o con serviciosindependientes, como ya ocurra en Estados Unidos e Italia.Finalmente, la segunda estructura se impuso, y aunque hubo untiempo en que trabajamos de forma independiente, aparecieronpronto los Comits de Tumores y las Guas Teraputicas, que nosobligaban a trabajar coordinadamente por el bien de los pacientes.Segn mi opinin, se trata de una etapa posterior, y ambas socieda-des trabajan cada vez ms integradas, con cursos comunes y for-mando grupos cooperativos para estudios clnicos. Ya no es acepta-ble hacerlo de forma descoordinada, pues sabemos que la coordina-cin es la mejor manera de conseguir avanzar en muchos tumoresslidos.

    Por aquel entonces empezaron a formarse otras sociedades oncol-gicas. Los pediatras haca ya tiempo que trataban los tumores infan-tiles y formaron la Sociedad Espaola de Oncologa PeditricaSEOP-, los investigadores dedicados al cncer se agruparon en

    ASEICA, y los cirujanos, ms divididos y sin gozar de reconocimiento oficial, se unieron junto a la SECO. La idea deuna Federacin de Sociedades Oncolgicas prendi pronto, y entre el 10 y el 12 de diciembre de 1986 se celebr enValencia el I Congreso Nacional Conjunto de las Sociedades Oncolgicas, base de lo que poco despus sera FESEO(fig. 3). El primer congreso constituyente de esta Federacin se celebr en Madrid aos ms tarde.

    La enfermedad de Hodgkin, el cncer colorrectal, de crvix, mama, cabeza y cuello etc., eran los temas ms preva-lentes. Se hablaba poco de la utilidad de la radioterapia en ciertos tumores digestivos, como el de estmago y pn-creas, aunque ya comenzaban a publicarse los primeros casos de tratamiento simultneo en algunas localizacionestumorales.

    En estos 25 aos la AERO tambin ha experimentado un cambio radical. Por aquel entonces era una sociedad conpocos socios -apenas llegbamos a 200-, tutelada por las personas ms relevantes en nuestra especialidad y sin ape-nas cursos de formacin. Tan slo en los congresos bianuales se intercambiaba informacin cientfica, y la revista16

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  • Oncologa 80 era nuestro medio de expresin. Tuvimos presidentes cuando formbamos parte de la SociedadEspaola de Radiologa y Electrologa Mdicas y Medicina Nuclear SEREM-, hasta que nos constituimos comosociedad independiente en 1988. Jordi Craven-Bartle fue nuestro primer presidente.

    En aquellos aos ya exista un innegable movimiento en la Oncologa espaola: se impartan cursos de formacin,se celebraban simposios, como el Iberoamericano o el de algunas Sociedades Regionales como la Sociedad Andaluzade Cancerologa SAC-, una de las ms activas. Todos recordamos la extraordinaria reunin celebrada en Madrid en1982, coordinada por los Dres. Lanzs y Albert y patrocinada por Philips, donde pudimos disfrutar de grandes espe-cialistas extranjeros no fciles de traer a Espaa en aquellos aos-, como Van der Werf-Messing, Bataini, Bloom,Gerbaulet, Halnan, Fowler, Pearson, etc., y de nuestra avidez por ampliar conocimientos.

    LAS REVISTAS DE ONCOLOGAMuchas de las revistas oncolgicas espaolas han estado unidas y lideradas por personas concretas. Este es el casode Revisiones en Cncer o Neoplasia, ya desaparecida.

    La revista de FESEO tambin ha seguido un camino tortuoso, con cambios de editoriales y de nombre. Aunque elproceso parece no haber terminado, esperamos que sea para bien de todos nuestros asociados. Sobre estas bases haido creciendo la Oncologa espaola y tambin, por supuesto, la Oncologa Radioterpica.

    No me gustara dejar de hacer mencin a algunos de los que nos han precedido y nos han empujado hasta llegarhasta aqu. Muchos de ellos ya estn retirados, otros, por desgracia, no se encuentran entre nosotros, y unos pocostodava continan trabajando y ayudndonos a madurar en nuestros conocimientos. Djenme que diga algunosnombres propios, asumiendo que puedo olvidar a quienes tambin merecen ser nombrados, pero este riesgo siem-pre existe cuando se quiere resumir la trayectoria de una sociedad tan dinmica como la AERO en unas pocas lne-as. Por lo dems, estoy seguro de que ellos me lo perdonarn. Un recuerdo especial para el Dr. Otero -al que sloalgunos privilegiados llamaban Pepe-, pionero en la radioterapia espaola, que supo darle a su escuela una forma-cin clnica y una concepcin integral de la Oncologa. Muchos de sus discpulos son actualmente jefes de unidadeso personas con gran dinamismo en la radioterapia. Del Dr. Subas se puede afirmar que ha sido el padre de laOncologa moderna en Catalunya. Fue capaz de formar la primera unidad multidisciplinaria en Espaa, y siempreproclam la filosofa, tan de moda hoy, de que el tratamiento oncolgico debe ser siempre multimodal. No puedodejar de nombrar aqu al que ha sido su continuador en la prestigiosa escuela de Santa Cruz y San Pablo, JordiCraven-Bartle, a quien debemos la implantacin de la metodologa en braquiterapia y la importancia de aplicar latica, un concepto algo olvidado en la actualidad en nuestra especialidad. Es tambin el coordinador, junto conFrancesc Casas de este libro conmemorativo de los 25 aos. Vayan desde aqu mis felicitaciones a su trayectoria pro-fesional y a su persona. 17

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  • El Dr. Eduardo Lanzs, a quien todava tenemos la enorme suerte de tener entre nosotros trabajando activamente,ha sido un referente en la estructuracin de un servicio de Oncologa Radioterpica con todos los avances tecnol-gicos y clnicos y con una idea tambin global del pensamiento oncolgico. Es el nico catedrtico de OncologaRadioterpica en Espaa -bueno sera para nuestra especialidad contar con ms catedrticos-, miembro de laComisin Nacional, con una bien reconocida visin crtica de los problemas oncolgicos. Todava recordamos como,junto a los doctores Otero y Julio Albert, foment las sesiones cientficas interhospitalarias en Madrid.

    Me viene a la memoria el recuerdo personal de muchos amigos, como los Dres. Alonso, Arellano, Alejandro de laTorre, Sachetti, Calvo, M Antonia Hernndez etc., y de algunos especialistas brillantes que optaron por la Oncologamdica, como Javier Hornedo, Vicente Valentn, Pedro Aramburu, o Csar Mendiola. Aquellos aos fueron muy enri-quecedores, y todos queramos ser buenos clnicos.

    Es difcil -creo que imposible- reproducir lo ocurrido en la Regin Valenciana -ahora Comunidad Valenciana-, en laque prcticamente todos los onclogos radioterapeutas sehan formado alrededor de una persona, cuyo nombre a nadiese le escapa: Ignacio Petschen Verdaguer. Aunque yo no meform con l y lo he conocido algo ms tarde -a finales de losochenta-, ya en mi etapa del hospital de Puerta de Hierrodestacaban de l sus excelentes informes y buen hacer cien-tfico. Desde lo que yo he conocido puedo decir que siempreme ha impresionado su capacidad para optimizar los trata-mientos y su abordaje de los problemas oncolgicos, comoconsecuencia de su continua lectura crtica. Sin embargo, su

    componente humano es todava mayor, y as se lo reconocen todos los que con l se han formado. Hemos coincidi-do en numerosos congresos y pases (fig. 4) y fue para m un honor entregarle la medalla de oro de la AERO duran-te el Congreso Nacional del 2001, celebrado en Murcia. Manuel Hernndez Prieto ha sido otra persona importanteen nuestra especialidad. Fue capaz de formar un grupo humano con una gran inquietud cientfica, y el primero entrabajar en un hospital monogrfico de cncer, lo que representa un lujo en nuestro pas. Desgraciadamente muride forma prematura, pero su labor permanece para ser continuada por los dems.

    No podemos olvidarnos de los Dres. Jos Mara Irrigara, Luis Gimeno Alfs, Rainiero Rodrguez, Julio Albert Sols,Jos Garca Garca, Armando Prez Torrubia, Gregorio Aragn de la Cruz, y tantos otros, que tanto han contribuidoa la radioterapia espaola.

    Tampoco pasaremos sin nombrar a aquellos especialistas que han tenido sus vnculos con la universidad, pero cuyoquehacer cientfico ha estado relacionado con la radioterapia, como los profesores Lpez Lara, Belloch, Negueruela,18

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    Figura 4. De las Heras y Petschen.Congreso de CRILA, Pucn (Chile), 1997.

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  • etc, y, por supuesto, a los que dirigen servicios en la actualidad, como Carmen Porto, Alberto Biete, Pedro Bilbao,Eduardo Lanzs, Felipe Calvo, etc, quienes han cambiado radicalmente el concepto clsico de la radioterapia comotcnica de tratamiento, y aceptan nuestra especialidad como una disciplina clnica diferente en su prctica al restode las dems ramas radiolgicas.

    He dejado intencionadamente para el ltimo lugar al profesor Pedraza, don Vicente, como le llaman sus allegados yalumnos. Para una especialidad como la nuestra es un lujo tener a una persona como Vicente a disposicin de laAERO, y digo a disposicin porque Vicente siempre acude cuando se le solicita. Recuerdo cuando, no hace mucho,acudimos a una comisin de AERO en el Ministerio de Sanidad y Consumo para hablar sobre los problemas de laespecialidad. All haba personas de gran renombre y, mientras todos esperbamos ser llamados, l entr directa-mente y al minuto fuimos recibidos. Su curso de formacin de Radiobiologa es un clsico en la formacin de nues-tros especialistas del que todos nos hemos enriquecido al hacerlo. Su labor como presidente de la Comisin Nacionalde la Especialidad ha sido formidable, concluyendo un programa formativo que pocas especialidades poseen. Vayandesde aqu las felicitaciones de AERO para las personasque han formado parte de la Comisin Nacional de laEspecialidad. Vicente, creo con sinceridad que todos losespecialistas tenemos todava una deuda contigo (fig 5).

    La especialidad est ahora en nuevas manos, las de per-sonas que ya han adquirido la capacidad de dirigir sec-ciones, unidades o servicios, algunas de las cuales semerecen el reconocimiento de todos por su bien realiza-da labor.

    La celebracin de estos 25 aos de nuestra especialidadha coincidido con la terminacin de mi presidencia enAERO, y me vais a permitir que muestre mi agradeci-miento a todos los miembros de la Junta Directiva queme han acompaado con su trabajo y abnegacin. Estoyfeliz porque la AERO queda en buenas manos: la nuevapresidenta, Ana Maas, y el resto de su Junta, van aseguir haciendo crecer nuestra Sociedad.

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    Figura 5.

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  • De cualquier forma, quiero hacer una mencin especial para Jordi Giralt, que tanto apoyo me ha dado en todo yquien, en muchas ocasiones, ha sido hasta mi confesor. El es el culpable de que me embarcara en esta aventura.Gracias Jordi. Tambin, un fuerte abrazo para Laura Cerezo, vocal de nuestra Junta, por su labor en la Junta Directiva,en la Comisin Nacional y en la Revista.

    Quiero agradecer, en nombre de AERO, el esfuerzo realizado por Amalia Palacios y Jos Antonio Carceller, por su tra-bajo en la puesta al da de los Recursos e Infraestructuras en Espaa y por el trabajo continuado para nuestra pgi-na web. Nunca unas medallas han estado tan bien destinadas.

    Un editorial de Julio Albert Sols publicado en 1983 en Oncologa 80 (vol VI-N 6) proclamaba: Creemos que, porencima de todos, en las maneras de administrar la radioterapia es el onclogo-radioterapeuta el que ocupa un lugarpreeminente en el tratamiento de los enfermos neoplsicos. Su formacin, profesionalidad y humanidad en el tratocon los enfermos contribuir a mejorar los resultados obtenidos en esta especialidad, fundamental en el tratamien-to oncolgico. En este sentido, la Oncologa Radioterpica puede ofrecer, actualmente y en el futuro, profesionalesque rellenen estos criterios para poder presentar un horizonte de esperanza a los enfermos.

    Diga el tango lo que diga, 25 aos son demasiados en una vida profesional y, realmente, todos hemos cambiado bas-tante. Sin embargo, lo que siempre se mantendr es la calidad profesional y humana de los miembros de nuestrasociedad. Debemos estar tranquilos, porque las nuevas generaciones son el seguro de un brillante futuro de AERO.

    Gracias a todos!!!

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  • De la Roentgenologa a la OncologaRadioterpica. Apuntes histricos de unaespecialidad centenaria

    El 8 de noviembre de 1895, W. C. Roentgen (1845-1923) descubra los rayos X. Se iniciaba el radiodiagnstico, res-pondiendo al deseo del clnico de tener una visin directa de las lesiones internas. La radiologa mostraba los cam-bios que se producan a causa de la enfermedad en la posicin, forma, contorno o estructura de un rgano deter-minado y que comportaba una serie de cambios de densidad en diferentes localizaciones del organismo.

    La introduccin en Espaa de la entonces llamada Roentgenologa, en honor a su descubridor, parti de Catalunya,que en esos tiempos estaba inmersa en un periodo de recuperacin cientfica y social, por el cual, dicha sociedad semostraba muy abierta a toda innovacin.1 Es importante destacar la analoga que se estableci desde un principioentre la fotografa y la imagen radiogrfica obtenida mediante los rayos X. Analoga que explicara las demostra-ciones pblicas que se hicieron con los rayos X. As, el 10 de febrero del ao 1896, apenas 3 meses despus de sudescubrimiento por Roentgen, se haca en la Real Acdemia de les Cincies i de les Arts, en Barcelona, un seminariode demostracin del proceso radiogrfico a cargo de E. Fontser y A. Bofill 2, que mostraron tres radiografas. Dossemanas despus tena lugar una segunda sesin sobre rayos X en el anfiteatro anatmico de la antigua Facultadde Medicina de Barcelona. En ella se presentaron nueve radiografas tomadas entre el 10 y el 21 de Febrero.3 El autor,C. Comas (1874-1956), describa detalladamente el tiempo de exposicin entre el objeto y el tubo de rayos X. Comas,acabado de licenciar en 1895 en Medicina -ya en 1892, siendo estudiante, haba sido nombrado fotgrafo de laFacultad de Medicina de Barcelona-, mostr desde el principio gran inters por el descubrimiento, como lo demues-tran una serie de recensiones periodsticas que se conservan en el archivo Comas que una sobrina suya ha salva-guardado. Por ejemplo, destacaremos parte de un artculo del Noticiero Universal:

    ... los mdicos, los fsicos y los fotgrafos de Francia, de Austria y de Alemania, no se ocupan de otra cosa que de lafotografa de los cuerpos opacos. En los hospitales belgas y en los de Viena se ha comenzado ya a aplicar el nuevo prin-cipio y con xito para los reconocimientos quirrgicos. Es una fiebre, una mana de todo el mundo por experimentarel descubrimiento. As es que para la gente de ciencia no lucen desde hace 15 das ms rayos que aquellos que suinventor llam con gran modestia rayos X....

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  • El inters de Comas por la fotografa como estudiante de medicina y despus como mdico demuestra el inters poresa ciencia que tambin cultivaron en esos mismos aos en Barcelona otras figuras mximas de la Medicina, comoRamn y Cajal (1852-1934) o Ferrn. Ambos autores hicieron importantes aportaciones conceptuales en este campo,y en el Museu de la Histria de la Medicina de Barcelona se conservan unas cartas manuscritas en la que comen-tan aspectos tcnicos de dicha aficin.

    Continuando con la penetracin y divulgacin de los rayos X en Espaa destacaremos la tesis doctoral que el Dr. L.Pombo y Snchez presentaba el 17 de mayo de 1898, en la Facultad de Medicina de Madrid, con el ttulo RayosRoentgen: Aplicaciones a la Medicina y a la Ciruga.4

    EL DESARROLLO DE LA ROENTGENOLOGA EN ESPAA(1897-1903)En 1897 se abra en Madrid el primer gabinete radiolgico espaol, a cargo de A. Espina y Cap5, y pocos meses des-pus el de F. Pujol en Barcelona. Al ao siguiente Comas, junto a su primo A. Pri (1873-1929) constituan el suyo,iniciando as una extraordinaria y muy fructfera colaboracin cientfica que al ao siguiente ya era objetivable encinco publicaciones sobre radiodiagnstico; la fractura sea de un pie6, imgenes de clculos renales y vesicales 7-8,y localizacin de cuerpos extraos, como balas9-10.

    En 1899 se present en la Real Academia de Medicina y Ciruga de Barcelona (RAMCB) una comunicacin sobre Elestado actual de la radiologa. Su utilidad en las Ciencias Mdicas11. Adems de la descripcin tcnica de la evolu-cin de los tubos de rayos X, tambin se presentaron los resultados obtenidos en el tratamiento de enfermedadescutneas como el lupus, el eczema crnico o el acn. En este mismo contexto, la primera comunicacin que se cono-ce sobre el primer tratamiento teraputico con rayos X en Espaa se realiz en ese ao, aunque est fechada en190012.

    En la inauguracin del curso 1900-1901 del Instituto Mdico Farmacutico de Barcelona, A.Pri present una sntesis de los conocimientos y prctica sobre la Roentgeneologa enAlemania, Inglaterra, Francia, Italia y Amrica.13 Se atribuye a la escuela francesa la termino-loga de radioscopia y radiografa para designar la vertiente diagnstica de los rayos X yradioterapia a su aplicacin teraputica. Ya en ese momento se evidencia cierta solidez en labase conceptual de la radioterapia, ya que tanto se comentan indicaciones especficas como sehace una completa descripcin de los efectos yatrognicos de esta nueva teraputica. Estehecho se atribuy desde un comienzo a una susceptibilidad individual o al dao producido poraplicaciones previas. Se describen las distintas fases clnicas de la radiodermitis y una especial 23

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  • sensibilidad en mujeres, nios y personas con mal estado general. Se hace nfasis en diversos aspectos para evitarestas complicaciones como la dureza (trmino usado para designar la mayor actividad inicial de un tubo de rayosX), del tubo de rayos X, su proximidad a la piel y la duracin de la exposicin. Ante esto se opt por la divisin delnmero de dosis, aumentando su frecuencia y reduciendo su duracin, siguiendo las recomendaciones de Freund,quien evaluaba en un principio la especial idiosincrasia de cada paciente con una sesin inicial de cinco minutos,con una distancia entre el tubo y la regin a tratar de 10 cm y protegiendo las zonas de alrededor con una capa omscara de plomo. La contribucin espaola al Primer Congreso Internacional de Electrologa y Radiologa del ao1903 en Alemania muestra de nuevo la actividad de Comas y Pri en el campo de la Roentgenologa tanto diag-nstica14 como teraputica.15 En este congreso destaca la comunicacin de los dos primeros casos de neoplasiascutneas curadas con radioterapia por T. Stenbech y Sjogren.

    CONTRIBUCIN DE LOS DERMATLOGOS EN EL DESARROLLODE LA ROENTGENOLOGA ESPAOLA (1903-1908)En el mes de abril de 1903, P. Vilanova (1868-1908) presenta una comunicacin sobre el papel de la radioterapia yla fototerapia en dermatologa.16 En ella predomina especialmente su criterio clnico al destacar los posibles efectosperjudiciales que puede comportar esta nueva teraputica. Defiende la necesidad de un profundo conocimiento dela tcnica, indicando la necesidad de controlar la cantidad y la calidad de los rayos X administrados mediante dis-tintos mtodos de medida (osmoregulador de Villard, radiocronmetro de Benoist o cronorradimetro de Holznecth).Se muestra partidario del uso de este tratamiento en las neoplasias cutneas aunque no lo considera el tratamien-to de eleccin, ya que considera que an debe ser la ciruga.

    La segunda comunicacin sobre radioterapia cutnea que hemos encontrado de un dermatlogo es la presentadapor P. Umbert en 1905.17 Este autor presenta el caso de un epitelioma nasal tratado con excelentes resultadosmediante una nica sesin que l denomina intensiva. En el mismo ao Vilanova publica los resultados de unareciente visita que acaba de realizar a distintos centros de Roentgenologa en Pars.18 Destacan especialmente losdirigidos por los profesores A. Sabouraud (1864-1938) y A. Beclere. En esta comunicacin se muestra mucho mspartidario del uso de la radioterapia en las neoplasias cutneas, ya que la basa en una correcta indicacin, que creeque slo puede hacer un dermatlogo. Esta apropiacin o reclamacin de exclusividad en la indicacin y aplica-cin de la radioterapia por parte exclusiva de los dermatlogos es compartida, entre otros, por Umbert19, que ade-ms seala que slo debe aplicarse en casos de recidiva, lesiones muy avanzadas y/o inoperables.

    En el caso de la aplicacin teraputica del radio destaca una entusiasta implicacin, de nuevo, de los dermatlogoscitados, aadiendo en esta ocasin a Peyr. Aunque en un principio su aplicacin externa no presentaba ninguna24

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  • dificultad tcnica, progresivamente requiri pequeas intervenciones quirrgicas que explican la apropiacin delcirujanodermatlogo en detrimento del roentgenlogo. En el mismo mbito quirrgico y del uso del radio destacael otorrinolaringlogo R. Botey, quien en 1906 publica un importante artculo20, donde sienta las bases de la aplica-cin del radio en la esfera ORL y muestra decenas de piezas de material tcnico diseado por l para su uso en esalocalizacin (cnulas fenestradas, pinzas especiales, etc.). En este periodo de tiempo Comas y Pri continan con laaplicacin diagnstica y teraputica de los rayos X con un ligero predominio de la primera. Por ejemplo, de nuevecomunicaciones presentadas en 1904, slo cuatro son de casos de radioterapia.21-29 No obstante al ao siguienteComas y Pri participan con una importante comunicacin30 en el Tercer Congreso Internacional de Electrologa yRadiologa celebrado en Berln, en la que presentan su casustica de los 65 casos de neoplasias cutneas irradiadospor ellos hasta el momento. Esta comunicacin tiene una gran importancia, ya que define de una manera muy claralos conceptos de radioterapia radical, paliativa o postoperatoria, que sorprendentemente varan poco con respectoa los utilizados actualmente, como se desprende de la siguiente trascripcin:

    ... debe emplearse en neoplasias inoperables, como ltima esperanza de curacin, pocas veces realizada o como palia-tivo insustituible (desaparicin del dolor y de la secrecin saniosa, cicatrizacin parcial de las partes ulceradas, limi-tacin de la marcha progresiva del mal, etc.), procurando siempre evitar en lo posible la determinacin de reaccionesintensas.

    En recidivas recientes de casos operados, consiguindose con frecuencia detenerlas o hacerlas desaparecer.Cicatrices operatorias consecutivas a la extirpacin de un cncer; aunque la accin de los rayos Rntgen no est sufi-cientemente comprobada en estos casos, creemos que de esta manera se ha de limitar generalmente el nmero derecidivas.

    En los casos de grandes masas neoplsicas y de tumores cavitarios o viscerales, nos parece indispensable ceder alcirujano el primer lugar, con objeto de que, cuando se considere til aplicar la Roentgenoterapia, elimine la gran masade tejidos enfermos que dificultara y retardara la accin de los rayos, o con el de hacer accesibles a stos regionesdel organismo donde difcilmente podran ejercerla sin su concurso...

    En este congreso se proclamaba la mayora de edad de la especialidad (la Roentgenoterapia) y se defenda su sepa-racin de la Electrologa. No obstante, Sjoegren destacaba en ese mismo congreso que las indicaciones de la tera-pia con rayos X se basaba exclusivamente en el empirismo y, dado que no existan an adecuadas formas de valo-racin de resultados, haca difcil la reproduccin de resultados o la comparacin entre ellos, dificultaba poder decirque la radioterapia poda equipararse verdaderamente a otra ciencia.

    En Espaa, Comas y Pri continuaban con sus avanzadas contribuciones conceptuales aportando nuevas indicacio-nes, como la irradiacin intraoperatoria de una neoplasia de crvix previamente intervenida que invada la vejiga. A 25

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  • pesar de esto cabe destacar que Comas y Pri comenzaban a acumular cierta limitacin de medios, dado que se dedi-caban con mayor profundidad al aspecto diagnstico de los rayos X y que no haban entrado en la utilizacin de laradiumterapia. Un ejemplo de ello es que de siete comunicaciones presentadas entre 1905 y 1906 slo dos eransobre neoplasias o procesos cutneos tratados con rayos X31-37.

    En el ao 1906 tiene lugar en Miln un nuevo Congreso Internacional de Electrologa y Radiologa Mdica en el queacuden los siguientes pases: Italia, Francia, Alemania Inglaterra, Blgica, Holanda, Austria, Rusia, Espaa, Portugal,Grecia, Suiza, Canad, Mjico, Argentina y Brasil. Franceses e italianos fueron los que defendieron el uso de laradiumterapia. La participacin espaola en este congreso fue a cargo de los electrlogos Cirera i Xercavins, mien-tras que en la vertiente radiolgica (diagnstica y teraputica), acudieron exclusivamente Comas y Pri.

    EL V CONGRESO INTERNACIONAL DE ELECTROLOGA YRADIOLOGA MDICA DE BARCELONA. DESARROLLO DE LARADIOTERAPIA PROFUNDA EN EL TRATAMIENTO DE LAS NEO-PLASIAS GINECOLGICAS (1909-1915)En la primera dcada del siglo XX lo que hoy conocemos como Oncologa Radioterpica tena dos medios cientficosde difusin -que nos han ayudado en su mayor parte para la realizacin de esta investigacin histrica- en los quetuvieron gran protagonismo Comas y Pri. El primero de ellos fue la Revista General de Roentgenologa, que desde1903 se constituy en seccin independiente dentro de la Revista de Ciencias Mdicas de Barcelona, que ya desde1897 empez a incluir temas relacionados con los rayos X. La segunda, llamada Therapia, fue editada posteriormen-te y su intencin fue recoger exclusivamente nuevas ideas e indicaciones en el uso teraputico de los rayos X.

    En referencia a la docencia sobre la Roentgenologa en nuestro pas destaca la prioridad que dio el Catedrtico deTeraputica de la Facultad de Medicina de Barcelona, V. Carulla i Margenat (1864-1923), que en el curso 1907-1908ya incluy ocho conferencias terico-prcticas sobre Roentgenoterapia a cargo de Comas y Pri y sobre Electrologaa cargo de L. Cirera.

    En diciembre del 1909 tena lugar en Barcelona el V Congreso Internacional de Electrologa y Radiologa Medica. Atravs de las Actas publicadas de este congreso se puede constatar que se estructur en ocho sesiones consecuti-vas. En la primera se presentaron 17 comunicaciones sobre Electrologa y otros mtodos de teraputica fsica. En lasegunda sesin Comas y Pri presentaron una leccin magistral sobre el uso teraputico de los rayos X en procesoscutneos no malignos. Entre otras cosas, cabe destacar que Comas defiende en todo momento la irradiacin admi-nistrada de forma fraccionada, no siendo partidario de las dosis llamadas intensas -equivalentes hoy en da a lasdosis nicas o a un tipo de hipofraccionamiento-. Posteriormente, el sevillano F. Carrizo present el caso de un que-

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  • loide curado con radioterapia. La tercera comunicacin, tambin a cargo de Comas y Pri, fue sobre Resultados cl-nicos de la Roentgenoterapia en el tratamiento de las enfermedades malignas - su valor curativo, paliativo y pre-ventivo -, y nos es muy til al mostrar el estado del arte sobre el tratamiento radioterpico del cncer:

    ... en casos superficiales puede ser un tratamiento curativo, que en los casos de localizacin profunda o inoperablesha de considerarse paliativo, y las recidivas postoperatorias pueden prevenirse con la irradiacin o tratadas con ellacuando se presentan.

    En la tercera comunicacin, el francs Fouveau de Comelles present la experiencia acumulada en el tratamientoradioterpico de los miomas, tcnica que ya haba sido publicada en enero del 1904 y que constituye el inicio delinters de los gineclogos en la radioterapia profunda que, como veremos ms adelante, se mostrar de gran impor-tancia para el desarrollo de la radioterapia en Espaa.

    En la ltima comunicacin de la jornada cabe destacar al valenciano V. Peset, que present su experiencia con laradioterapia interna. Peset es partidario de integrar la radiumterapia en la denominacin genrica de radioterapia.Junto a C. Calatayud (1880-1915), miembro de la Escuela de Electrorradiologa de Valencia, introducen en Espaa,junto a los dermatlogos antes mencionados, el uso de la radiumterapia.

    La tercera y cuarta sesin no se dedicaron a ningn tema relacionado con los rayos X, mientras que la quinta seocup, con nueve comunicaciones, del tratamiento electrolgico de diferentes tipos de cnceres. En la sexta sesin,entre otros temas, destaca una comunicacin del dermatlogo Vilanova sobre Irradiacin total intensiva y ultrape-netrante en el tratamiento del nevus vascular, en la cual, con la tcnica de fuegos cruzados, o de mltiples cam-pos de irradiacin utilizando una fuente externa de radio, se poda curar un nevus de gran tamao sin necesidad deninguna reseccin cutnea...

    Este congreso fue especialmente destacable, pues tuvo,segn Piquer38, un gran impacto en la sociedad medicade toda Espaa, ya que el Gobierno pag la inscripcina los mdicos interesados en acudir a l. Un ao des-pus, J. Ratera presentaba un artculo donde se resumael estado de la Roentgenologa en Espaa.39 En l atri-buye, equivocadamente, a Espina y Cap de Madrid lasprimeras radiografas realizadas en Espaa, y seala surelacin directa con el propio Roentgen para un mejorconocimiento de la tcnica. En ese ao todos los hos-pitales pblicos de Madrid contaban con instalacionesde rayos X que, segn Ratera, se dedicaban con una

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    Hospital Clnic i Provincial de Barcelona. 1910

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  • gran predominancia al diagnstico, exceptuando el Hospital de San Juan de Dios y el Servicio del Dr. J. Decref,mayormente dedicados a la teraputica. En Catalunya destaca exclusivamente entre los hospitales pblicos elHospital Clnic i Provincial, donde Comas y Pri desempeaban su labor y, adems, cerca de 70 gabinetes privadosdonde se utilizaban rayos X. Para Ratera, la figura de Calatayud es seera en Valencia, mientras que en Sevilla des-taca dos gabinetes pblicos y dos privados, bajo responsabilidad respectivamente de los Drs. Lpez-Carmona, Muga,Carrizo y Puelles. En el caso de Salamanca, las dos instalaciones en la Facultad de Medicina y otra en un gabineteprivado, son bajo la direccin de F. Villalobos que se dedica especialmente a la teraputica. En Galicia destaca lasinstalaciones existentes en Santiago, A Corua, Ferrol, Lugo, Pontevedra, Orense, Vigo y Redondela. En Oviedo semenciona especialmente la instalacin de J. Genonderm dedicada tambin, casi con exclusividad, a la teraputicacon rayos X. En la provincia de Valladolid destacan tres instalaciones. A partir de la tesis doctoral de un compae-ro de nuestra especialidad, el Dr. L. Zugazabeitia40, cabe destacar el Hospital de Basurto en Vizcaya, que en 1909 yahaba usado los rayos X en cerca de 100 pacientes y posteriormente, a partir de 1914, realizara los primeros trata-mientos fsicos.

    Volviendo a Ratera, consideramos interesantes los comentarios que vierte al final de su artculo. Expone el relativodesinters que muestran las autoridades oficiales sobre el tema -an en pleno siglo XXI vemos que es una cuestinque contina siendo vigente-, y que, en la inmensa mayora de las ciudades espaolas, los gabinetes radiolgicos sededican slo a los aspectos diagnsticos de los rayos X. As, subraya que hasta 1911 slo destacan en el campo tera-putico Comas y Pri, Calatayud, Azua y Villalobos, iniciando los dos ltimos esta especializacin desde 1906. Losdatos transcritos muestran la falta de inters en la radioterapia de la mayora de los radilogos espaoles en unmomento histrico, la primera dcada del siglo XX, en el que se comenzaban a acumular a nivel internacional evi-dencias, indicaciones y resultados de este nuevo tipo de tratamiento. Este hecho explicara el ligero retraso en laincorporacin de la radioterapia profunda en nuestro pas y parcialmente la razn de que fuera realizada principal-mente por gineclogos. La radioterapia profunda haba empezado a ser posible gracias a la invencin por Coolidge,en 1913, del tubo que llevaba su nombre, y que permita que la accin de los rayos X llegara a mayor profundidad.A modo de ejemplo de todo lo dicho destacaremos que el primer tubo de Coolidge que lleg a Espaa lo hizo en1917 al gabinete particular del Dr. Torres Garca.

    Entre los aos 1910 y 1913, como consecuencia de las comunicaciones del tratamiento radioterpico de los miomasuterinos, diferentes gineclogos espaoles, como Azua, Garmenda, Conill y Guilera, se desplazan a centros europe-os para profundizar ms en dicha aplicacin. Se puede considerar a V. Conill (1886-1970) como el introductor y elespecialista que desarrolla la radioterapia profunda en Espaa. Despus de tres aos de aprendizaje en diferentescentros privados alemanes, vuelve a Barcelona en 1914, y en ese mismo ao publica una primera comunicacin titu-lada Hiptesis acerca de la diferente accin de los rayos catdicos (sic) en los miomas uterinos.41 En dicha comu-nicacin seala a la radioterapia como el tratamiento de eleccin de los miomas uterinos y que, por tanto, debe sercompetencia exclusiva de los gineclogos que son los nicos que pueden diagnosticar esa enfermedad sin equivo-

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  • caciones. Como vemos, tras los dermatlogos, con los radilogos perdiendo el tren de la modernizacin tecnolgicaaplicada a la teraputica, un nuevo especialista, el gineclogo, demandaba para l, en exclusividad, la indicacin yel uso de la radioterapia. Algunos meses ms tarde, otro gineclogo, S. Recasens (1863-1933), presentaba otracomunicacin de su experiencia en el tratamiento del cncer de tero mediante el radio y el mesotorio.42 En estacomunicacin se asienta y define el concepto de conservacin que busca la radioterapia en contra de la ciruga vistacomo un proceso mutilante:

    ... ha empezado una era en verdad conservadora con el advenimiento en la teraputica de una serie de medios quepermiten curar a gran nmero de mujeres enfermas sin la necesidad que exista en el pasado de que aquel que reali-zaba mayor nmero de intervenciones era considerado como el mejor mdico.....

    Consideraba que la radioterapia era el tratamiento de eleccin de los miomas, con metrorragias, enfatizando unamayor utilidad del radium y del mesotorio. Describi tambin 19 casos de neoplasias uterinas tratadas con braqui-terapia -se precisaba segn l una dosis de radio o de mesotorio de 12.000 mg/h-, y la combinacin con radiotera-pia externa para lograr una mayor efectividad a nivel ganglionar as como en los tejidos periuterinos. El artculo fina-liza con la peticin al Estado espaol para que dote al pas de un centro monogrfico para el uso del radio y el meso-torio. Posteriormente, adems, Recasens se caracteriz por plantear importantes y encendidos debates con diferen-tes especialistas que divergan, a causa de intereses profesionalizadores, con sus opiniones. Destacaremos, primero,las mantenidas con su compaero gineclogo A. Pulido, que representaba a aquellos cirujanos ginecolgicos que, asu juicio, operaban en demasa43, y ms tarde con Calatayud, roentgenlogo propiamente dicho, que en esos momen-tos ostentaba en la Facultad de Medicina de Madrid la primera Ctedra de Radiologa y Electrologa de Espaa ycontra el que se disput el control de la radioterapia ginecolgica.44 En 1915 Conill presentaba otra comunicacinproponiendo un mtodo para avanzar en la dosificacin de la radioterapia profunda, dado que no exista uno quefuera aceptado internacionalmente. Este mtodo se basaba en la filtracin de los rayos X.45 Pocos meses despus pre-sentaba otra comunicacin donde defenda el uso de dosis intensas o intensivas ms que fraccionadas, dado que erade la opinin de que era mejor conseguir una dosis total de 100 unidades de X en 24 horas que la misma dosis enun periodo de una semana.46 Nuestro autor defenda as la influencia recibida de la escuela radioterpica alemanade Freiburg en la que eran partidarios de una nica dosis administrada con la tcnica de fuegos cruzados que utili-zaba hasta 21 campos de tratamiento que convergan en el centro ms un campo vaginal directo usando un esp-culum. Esta escuela era partidaria del uso del tratamiento radioterpico en las neoplasias uterinas tanto por suaccin antineoplsica como analgsica.

    Siguiendo con las publicaciones de la poca es muy interesante destacar a un autor, M. Fargas i Raymat, que en1916 presentaba su experiencia personal47 de 22 casos en el tratamiento de la neoplasia uterina mediante braqui-terapia endocavitaria con radium. Poco tiempo despus, este mismo autor publica su tesis doctoral sobreRoentgenoterapia en el tratamiento de los tumores uterinos.48 Entre otras consideraciones, el autor presenta un 29

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  • estudio experimental con conejos en el que demuestra la dificultad de conseguir la esterilizacin ovrica con unanica dosis de radioterapia, como defenda la escuela alemana, y enfatiza tambin el movimiento que puede pre-sentar el ovario en funcin de que el tero miomatoso sea de gran tamao, lo cual podra dificultar su correcta irra-diacin. Atribuye a Calatayud la prioridad histrica de haber tratado en Espaa, en 1912, los nueve primeros casosde neoplasias uterinas utilizando la siguiente tcnica: cinco campos anteriores, cinco posteriores y uno directo vagi-nal. sta era la tcnica defendida por la escuela francesa en contraposicin con la dosis intensiva defendida por laescuela alemana, representada en nuestro pas por Conill y Recasens. Finalmente, como corolario de la participacinde estos gineclogos en el desarrollo de la radioterapia profunda de los tumores uterinos, cabe destacar un libro detexto sobre la materia publicado en Barcelona en 1918.49

    LAS CAMPAAS SANITARIAS PARA LA LUCHA CONTRA EL CN-CER Y SU INFLUENCIA EN EL DESARROLLO DE LA RADIOTERA-PIA (1918-1936)Segn Rosa Medina, oncloga radioterapeuta y adems historiadora de la Medicina (parte de sus estudios se reco-gen en esta monografa), el antecedente ms remoto sobre la organizacin en la lucha contra el cncer en Espaadebe fecharse en 1896. En su tesis doctoral50 seala que en ese ao, durante el Congreso Mdico Espaol, se plan-te la necesidad de crear una comisin para el estudio del cncer. Posteriormente, la misma autora seala las apor-taciones de A. Pulido como de las primeras en recoger estadsticas sobre el nmero de neoplasias en Espaa.51

    Centrndonos en el cncer uterino, uno de los ms frecuentes y problemticos de esa poca, siguiendo la evolucinde su tratamiento, nos puede ser til para conocer tanto el desarrollo de la lucha contra el cncer en Espaa comolos avances en el tratamiento radioterpico que se iban produciendo. En este sentido, empezaremos destacando unacomunicacin en 1905 de Guilera, suponemos que familiar de Guilera i Molas (1896-1969), -a quien ms adelantesituaremos como adalid en la lucha anticancerosa en Espaa-, que hace una llamada a emprender una especie decruzada anticancerosa en nuestro pas de la misma manera que ya se haba hecho con la tuberculosis. Establececuatro principios bsicos en la lucha contra la neoplasia de crvix que transcribiremos por su relativa vigencia:

    ... 1, en ms del 95% de los casos de metrorragias postmenopusicas, aunque poco abundantes, pueden mostrar laexistencia de una neoplasia maligna; 2, cada mujer que tenga caractersticas hereditarias de carcinomatosis, enaquellas que presenten enfermedades relacionadas, neuroartritis o procesos reumticos, se debe extremar el controlen la edad considerada crtica, 3, en cada mujer que consulta a un mdico acerca de un desorden genital (hemorra-gia, dolor, leucorrea, etc) se debe pensar en la posibilidad de un proceso neoplsico, especialmente en aquellas que sonmayores de 35 aos, y 4, actualmente slo un tratamiento precoz permite un tratamiento verdaderamente radical.

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  • La importancia en nmero y gravedad de las neoplasias ginecolgicas se hace tambin evidente en el discurso deabertura de las sesiones de la Real Academia de Ciruga y Medicina de Barcelona, en el que M. A. Fargas Roca (1858-1916), profesor de Obstetricia y Ginecologa de la Facultad de Medicina de Barcelona, hace mencin a la tasa demortalidad causada por ste tipo de cncer. As en Europa y Espaa, se registra un nmero de 100.000 y 5.000 casosal ao respectivamente.52 Fargas se considera exclusivamente partidario de la ciruga y defiende especialmente latcnica quirrgica desarrollada por Czerny y Freund, la histerectomia por va abdominal o vaginal, de la que apun-ta unos resultados en supervivencia a los cinco aos de entre el 33% y el 45%. Insista en la necesidad de un diag-nstico precoz para alcanzar una mayor eficiencia quirrgica. Para l existan tres principios bsicos en la lucha con-tra el cncer: 1, la sospecha que pueda existir, 2, una buena exploracin clnica, y 3, si esta ltima no bastaba,hacer una comprobacin histolgica. Consideraba finalmente que deba desterrarse el concepto de incurabilidad yfavorecer una mayor formacin en los mdicos generales, a los que el paciente acuda en primer lugar.

    En 1909 se creaba en Madrid el Comit Central para el Estudio del Cncer, bajo la direccin de E. Cervera (1855-1916), responsable del Laboratorio de Investigaciones Cancerolgicas en el Instituto Rubio, y que al ao siguientese unira con el Comit Internacional. Pocos aos despus, el comienzo de la Primera Guerra Mundial trunca ambasiniciativas.

    Del ao 1911 cabe destacar una publicacin del higienista E.O. Radu (1864-1928), que desde la seccin deEstadstica del Instituto de Higiene Urbana de Barcelona utiliza el trmino de cancerosis.53 Destaca que, si bien latasa de mortalidad haba decrecido entre 1897 y 1908 de 25,1 a 24,45 habitantes por cada 100.000, en cambio sehaba incrementado el nmero de muertes por cncer de 2,25 a 3,9 por cada 100 muertes. En lugar de proponermtodos de tratamiento o de curacin, Radu tuvo el mrito de proponer la prevencin como un instrumento cien-tfico de conocimiento de la enfermedad. Empez a recoger estos datos en el Registro Civil de la ciudad de Barcelonaen 1910. As, las estadsticas contribuan al estudio de la patognesis de las neoplasias, enfatizando la importanciade los factores sociales y ambientales, por otra parte un concepto muy innovador en esos tiempos.

    Pocos aos despus, volviendo al tema de la radioterapia, destacaremos la formacin de la Asociacin BenficaRadio-Barcelona que se cre en Barcelona en 1913 por iniciativa de los Dres. Fargas Roca, Carulla, Bartrina y Peyr.Con un capital fundacional de 100.000 pesetas se procedi a comprar 138 mg de radium, del que se dispuso a par-tir de 1915. Curiosamente, el uso de este radium fue comunitario y se reparti a das entre el Hospital Clnic, laCasa de la Caritat, el Sagrado Corazn y el Hospital de la Santa Creu y Sant Pau.

    En 1917, en el segundo Congreso de Metges i Bilegs de Llengua Catalana, y auspiciada por Carulla, se dedic unaponencia entera al tema del cncer. Los gineclogos Pujol i Brull (1874-1932) y Ribas i Ribas (1878-1935) comen-taban en sus presentaciones que, adems de un diagnstico precoz y campaas de educacin sanitaria entre lapoblacin, se necesitaban para luchar contra la neoplasia uterina centros de investigacin para la lucha contra el 31

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  • cncer.54-55 Defendan que la roentgenoterapia deba combinarse con la radiumterapia y que era urgente divulgarentre la poblacin sus efectos positivos. En el ao 1923, por iniciativa de Ribas, se empezaba a publicar la CartillaPopular del Cranc -Cartilla Popular del Cncer- que, de forma muy sencilla a la par que cientfica, daba informacinsobre el tema. Se pretenda divulgar algunos conceptos elementales contra el cncer, de manera especial sobre lossntomas, para posibilitar una campaa de diagnstico y tratamiento precoces. Es curioso destacar, que a pesar delpaso del tiempo, sus orientaciones no han perdido ninguna vigencia:

    solamente la ciruga, los rayos X y el radio curan el cncer. As pues, no perdis el tiempo probando cosas y descon-fiad de curanderos y de remedios caseros...;

    ... toda modificacin de la mama debe vigilarse; la aparicin de un bulto, la retraccin de un pezn, el enrojecimien-to y humedad alrededor del mismo, todo flujo de sangre o de otro tipo a travs de l, ha de llamar la atencin y llevarinmediatamente a consultar sobre ello. Es necesario consultar inmediatamente. Es necesario recordar que no todobulto en el pecho es un cncer, pero que todo cncer comienza con un bulto...

    Fruto de este boletn informativo de la Academia Laboratorio de Ciencias Mdicas de Barcelona, de la conciencia-cin social lograda, el 30 de abril del 1924 dicha Academia promova una suscripcin popular en toda Catalunyapara financiar un Instituto del Cncer. Justo un mes antes, el 8 de marzo de 1924, se creaba en Madrid la LigaEspaola contra el Cncer, cuya fundacin se justificaba por el aumento de la tasa de neoplasias en los ltimos aos.Consideraban que la lucha deba basarse en dos hechos bsicos: la prevencin, con campaas contra el alcohol y eltabaco, y el tratamiento contra la enfermedad ya diagnosticada. Esta Liga fue creada como filial de la Liga Franco-Anglo-Americana.

    El 17 de septiembre del 1925 se fundaba la Lliga Catalana contra el Cranc,56 estructurada en tres comisiones: la deinvestigacin biolgica, la de tratamiento y hospitalizacin y la de propaganda. Se pretenda estimular las consul-tas a los mdicos y a la vez recaudar dinero para la compra de radio y aparatos de radioterapia. Como consecuen-cia de los esfuerzos de la Lliga y con el dinero de las huchas de miles de nios barceloneses se pona la primera pie-dra del Pabelln del Cncer en el Hospital de la Santa Creu i Sant Pau; era el 29 de junio de 1929 y casi un ao des-pus se inauguraba. Coincidiendo con todas estas iniciativas, en Bilbao y bajo la proteccin de la Liga contra elCncer, en 1927 se creaba el Instituto contra el Cncer de la mano de los especialistas Guimn y Rey Baltar.57 Esteltimo haba presentado estadsticas propias donde pareca demostrar que el 96% de las pacientes que eran diag-nosticadas de neoplasias uterinas estaban ya en un estadio inoperable. Urga a los mdicos generales para que remi-tieran a las pacientes con clnica sugestiva de procesos neoplsicos a los especialistas en ginecologa para su exa-men y confirmacin histolgica.

    En 1928 se creaba la Liga Anticancerosa de Guipzcoa bajo la presidencia de la Reina Maria Cristina y de Goyanes,director del Instituto Nacional contra el Cncer. Este Instituto haba tenido el precedente del Laboratorio del Cncer

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  • del Instituto Rubio que, si bien se acab de construir en 1917, no se haba inaugurado hasta 1922, contando enton-ces con un moderno equipamiento radioterpico. A partir de 1924, con la creacin de la Liga, el Instituto pasaba acontrolarlo sta.

    En 1928 se formaba la Liga Gallega Anticancerosa bajo la influencia de Montes Njera, que reclamaba la necesidadde promover el diagnstico y el tratamiento del cncer. Pero, a pesar de que en la ciudad de Vigo, en 1929, se cele-br una ceremonia oficial de colocacin de la primera piedra, seis aos despus el edificio segua sin empezarse.

    En Valencia, adems de unas iniciativas pioneras en 1914, existi desde 1926 una seccin de cancerologa que favo-reci la organizacin de servicios contra el cncer y posteriormente la fundacin en 1930 de la Liga Provincial. Lafinanciacin se consegua con tasas locales. Se cre un Dispensario Anticanceroso Municipal que contaba en unprincipio con 160 mg de radio. Desde este dispensario se desarrollara en 1932 un curso de Cancerologa yBraquiterapia. Un ao antes, en Alicante, se inauguraba el Hospital Civil de la Beneficencia con una dotacin de 100mg de radio y unidades de radioterapia profunda. En Mallorca, la creacin de centros para la lucha contra el cncerno pasara de ser mera propuesta. En Andaluca, a partir de 1928, primero en Sevilla y posteriormente en Mlaga,se creaban las ligas provinciales anticancerosas. En Zaragoza, Horno Alcorta protagonizaba las negociaciones de cre-acin de una seccin aragonesa de la Liga.58

    Ampliando la informacin sobre las dos instituciones ms punteras en cancerologa en esos momentos en Espaa,el Pabelln de Cncer del Hospital de la Santa Creu i Sant Pau de Barcelona y el Instituto Nacional Contra el Cncerde Madrid (ya comentados anteriormente), aadiremos que el primero se desarrolla bajo la figura indiscutible deGuilera, quien despus de formarse en distintos centros alemanes se encargar de la Seccin de teraputica fsicadel pabelln, a la cual, dada su profunda formacin en anatoma patolgica, aadir un laboratorio de diagnosticopatolgico59 y gracias al cual realizar uno de los pri-meros estudios experimentales de carcinognesisinducida en animales con un compuesto como elalquitrn.60 En su Departamento, las indicaciones dela radioterapia, que si bien en un principio slo seocupaban de tumores cutneos o en otras localiza-ciones inoperables, se van modificando y se comien-za a plantear el tratamiento multidisciplinario delpaciente oncolgico. As, la radioterapia se asociar aciruga en los casos de neoplasias uterinas, de mama,de vejiga, etc. y adems de manera definitiva sereemplaza el mtodo alemn de dosis masivas por elde fraccionamiento preconizado por la escuela fran- 33

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    Pabelln del Hospital de la Santa Creu i Sant Pau de Barcelona, ao 1930.

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  • cesa. Es tambin interesante constatar que a partir de 1931 el Servicio Central de Roentgenologia del Hospital slose encargar de la vertiente diagnstica o de tratamiento con rayos X, pero de procesos no benignos. As laCancerologa se convierte en una especialidad mientras que la Roentgenologa permanecer con otros servicios cen-trales como laboratorio o farmacia. La consolidacin de esta especialidad tiene como gran figura a Guilera, quiencon su formacin, clnica, histolgica y radioterpica ejemplificar la descripcin que en el texto bsico de CarlosPrez se hace del onclogo radioterapeuta:

    ...while the patient is under our care we take full and exclusive responsibility, exactly as does the surgeon who takescare of a patient with cancer. This means that we examine the patient personally, review the microscopic material,perform examination and take a biopsy if necessary. 61

    En cuanto al Instituto Nacional del Cncer, destaca especialmente la organizacin del I Congreso Internacional sobrela Lucha Cientfica y Social contra el Cncer, que se desarroll en Madrid entre los das 25 y 30 de octubre del 1933.En ese congreso se presentaron ms de 25 comunicaciones destacando una importante participacin espaola:Covisa, Pittaluga, Carulla y Rio Hortega. Una de las iniciativas ms destacadas y cuyos frutos an perduran fue lacreacin de la International Union Against Cancer.62

    Ms adelante, la proclamacin de la Repblica tuvo importantes repercusiones en el Instituto Nacional del Cncerinstitucionalmente relacionado con la monarqua y con la aristocracia. As por ejemplo, Goyanes fue cesado en 1931,sin razones muy claras, y posteriormente el Instituto vivi situaciones errticas que influyeron negativamente en sudesarrollo. Por el contrario en Catalunya, la especialidad vivi a partir de 1931 y hasta 1936 uno de sus mejores po-cas llegndose a crear la Sociedad de Radiologa y Electrologa de Catalunya.

    Los antecedentes del asociacionismo en nuestra especialidad pueden situarse ente los aos 1915-1916 de la manode Calatayud y de Comas que culminar en la fundacin, en 1917, de la Sociedad Espaola de Electrologa yRadiologa Mdica. Esta asociacin tendra como rgano escrito de sus actividades la Revista Espaola deElectrologa y Radiologa Mdica, que Calatayud haba establecido previamente en Valencia. La voluntad de estasociedad fue el desarrollo de la especialidad y el evitar el intrusismo profesional de otros especialistas. Esta socie-dad se extinguira alrededor de 1920.

    Nuevamente ante la necesidad de asociarse para defender los intereses de la especialidad, se funda en 1931 laSociedad Espaola de Electrologa y Radiologa Mdica (SEREM). Aunque en un principio se pretenda abarcar todoslos campos que inclua el nombre, poco a poco fue hipertrofindose el aspecto diagnstico frente al teraputicohasta su desaparicin en 1939.

    A partir de 1934 la evolucin de la radioterapia se puede seguir fielmente por los artculos publicados en la revistaMedicina Fsica. As en el primer nmero, T. Pins comenta la indicacin de radioterapia o de ciruga en los miomas34

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  • uterinos,63 y en otra comunicacin, Torres Carreras y Bosch-Sol presentan sus resultados de la irradiacin amigda-lar.64 El segundo artculo de esta revista es especialmente interesante por dos de sus artculos; el primero, donde haceuna clara defensa de la necesidad de la especializacin en radioterapia para dedicarse a ella65 y el otro, porque reco-ge las principales comunicaciones del IV Congreso Internacional de Radiologa que haba tenido lugar en Zurich elao anterior.66 En este congreso se concedi mucha importancia a la organizacin de la lucha contra el cncer, dandoprioridad a las organizaciones que se dedicaban en los distintos pases a aquello para que expusiesen su experien-cia. C. Gil y Gil del Instituto Espaol contra el Cncer, present en francs su comunicacin Organisation de la luttecontre le cancer in Espagne, en la que mostraba la evolucin de la mortalidad por esta causa en Espaa en los lti-mos aos.

    La participacin espaola en el congreso fue importante, con comunicaciones presentadas por Torres i Carreras,Bosch-Sol, Carulla, Sanchiz, Llorens, Gil y Gil y Martnez Crespo. El congreso se haba estructurado en dos sesionesde radiologa, dos de radioterapia, una de radiobiologa, una de radiofsica y otra de electrologa y helioterapia. Unsigno indirecto del nivel alcanzado por los cancerlogos (radioterapeutas) espaoles fue que personas como Carulla,Martn-Crespo, Gil, Tllez-Plasencia y Canalejas participaron en el restringido grupo del Comit Internacional deRadiologa. En esta reunin Espaa fue escogida entre los cinco pases que podran formar parte de dicho comithasta la celebracin del siguiente congreso.

    Continuando con la revista Medicina Fsica destacaremos especialmente el nmero de octubre del 1935 acerca deltratamiento del cncer de mama y que aconsejamos encarecidamente su lectura a todo onclogo (sea quirrgico,radioterpico o mdico) interesado en el tema. En ella, Guilera, Corachan y Carulla67-69 hacen una sntesis de lo quehoy llamaramos estado del arte sobre el tratamiento braquiterpico, quirrgico y radioterpico -radioterapia exter-na-, respectivamente del cncer de mama. En 1936, por razones conocidas por todos, slo se llegaron a publicar dosnmeros.

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  • EL DESARROLLO DE LA RADIOTERAPIA EN LA POSGUERRAESPAOLA. REORGANIZACIN DE SOCIEDADES CIENTFICAS(1940-1970)La Guerra Civil espaola, especialmente la larga posguerra que la sigui, interrumpi toda accin o desarrollo en lalucha contra el cncer en Espaa. La recuperacin fue muy lenta como consecuencia, tanto de problemas tcnicos,como por razones secundarias al bloqueo internacional. Un ejemplo que nos parece paradigmtico es la evolucindel Servicio de Radiologa del Hospital de Sant Pau i Santa Tecla de Tarragona. Este servicio fue creado en 1928 coin-cidiendo con el auge de la lucha anticancerosa en Espaa, y desde un principio cont con instalaciones de radiote-rapia profunda, as como 75 mg de radio. Los especialistas responsables eran los doctores Torres Carreras, Bosch-Sol y L. Delcls -padre del onclogo radioterapeuta del mismo nombre que dirigira un Departamento de OncologaRadioterpica en un famoso Hospital de Houston-. El Servicio de Tarragona, el nico centro anticanceroso de la pro-vincia, se organizaba en 4 secciones: la de braquiterapia, la de electrologa, la de fisioterapia y la de roentgenote-rapia. Debido al aumento de las necesidades, se compr en 1931 una nueva unidad de radioterapia profunda. A prin-cipios de 1939 las unidades de radioterapia fueron destruidas y el radio desapareci de ese hospital, reapareciendoaos ms tarde en el Hospital de la Santa Creu i Sant Pau de Barcelona. El Servicio de Radiologa de este hospitalde Tarragona no empez a recuperarse hasta el ao 1941. En ese mismo ao, el Consulado Alemn donaba un nuevotubo para la aplicacin de tratamiento radioterpico, que no lleg hasta 1943. En ese momento se comprob quedicho tubo no coincida en tamao con el aparto de rayos X existente y, a pesar de la urgencia con que se quisoreparar el error para obtener uno de nuevo, ste no lleg hasta 1946, empezndose los tratamientos a partir de1947.70

    No obstante, en los centros con mayor infraestructura como elHospital Clnic de Barcelona, de la mano nuevamente de Carulla apartir de 1942, el Hospital de la Santa Creu i Sant Pau con Guilera,o el Instituto del Cncer de Gil y Gil, poco a poco la actividad se rea-nuda, pero no es hasta 1945 cuando los especialistas tienen necesi-dad de refundar la SEREM y un ao despus se presenta el que sersu rgano de expresin, la revista Radiolgica-Cancerolgica.Revista Ibrica de Ciencias Mdicas. Desde un principio destaca enesta revista, de aparicin trimestral, un predominio de artculossobre radiologa en detrimento de la radioterapia o braquiterapia enuna relacin aproximada de 8 a 3. En los dos primeros nmeros esinteresante comentar la participacin de Gil y Gil, que se manifies-ta como una persona clave en el mantenimiento de la especialidad36

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    Sala de radioterapia profunda del Hospital Clnic i Provincial deBarcelona (1920)

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  • en Espaa, presentando cuatro artculos,71-74 destacando especialmente el segundo de ellos, titulado Significacindel Cncer en Espaa, dado que nos da una idea bastante exacta del tratamiento del cncer en esos das. En elnmero de principios del ao 47, de 10 comunicaciones, slo dos tratan de motivos cancerolgicos, destacandoespecialmente la presentada por Guilera75 sobre el cncer de mama. En ella se declara un defensor del tratamientoradioterpico de este tipo de neoplasia, ya que mejora los resultados de la ciruga, tanto a nivel preoperatorio encasos avanzados como a nivel postoperatorio. Aade que da mucho valor a la braquiterapia como tratamiento localde rescate en las recidivas y, finalmente, seala que el tratamiento radioterpico tambin ha sido muy til para lasneoplasias de mama en los hombres, citando tambin su experiencia en ese campo.

    La ltima revista de 1947 incluye un artculo de investigacin experimental sobre la modificacin de la glutatione-mia en las enfermedades neoplsicas en relacin al tratamiento76 en una poblacin de 65 pacientes. En este mismonmero Carulla describe de forma extensa su experiencia en el tratamiento de tumores seos de clulas grandes.77

    En 1948 los pocos artculos publicados en la revista lo son por Guilera y Gil.78 Al ao siguiente el mismo Gil publicalos resultados obtenidos en el tratamiento del cncer de mama,79 un artculo presentado tambin en forma de con-ferencia en el Curso Monogrfico Nacional sobre Cncer de Mama organizado por el Hospital de la Santa Creu iSant Pau de Barcelona en abril del 49. Este curso fue una primera muestra de la vocacin docente y formativa quecaracterizara a este hospital y que permitira la creacin de una escuela, sin la que no puede entenderse de formacompleta, an hoy en da, el desarrollo del tratamiento antineoplsico en Espaa.

    La revista de Mayo-Agosto de 1949 muestra de primera mano el impacto que tuvo en la oncologa espaola el art-culo de Gilman y Philips de 194680 sobre la utilidad de la mostaza nitrogenada para el tratamiento de algunos cn-ceres. J.G Zarandieta presenta una revisin de la mayora de los estudios y proyectos de estudios presentados coneste tipo de nuevo tratamiento a nivel internacional,81 mientras que Gil y Gil publica su experiencia sobre 22 pacien-tes afectos de enfermedad de Hodgkin y que han sido tratados con radioterapia y mostaza nitrogenada.82 En gene-ral, nuestro autor se muestra muy cauto sealando algunos resultados sorprendentes, de corta duracin, y a costade una morbilidad hematolgica considerable. Gil coincide con P. Botet, internista-hematlogo de la escuela dePedro Pons83, en afirmar que estas mostazas debieran utilizarse slo en procesos refractarios a la radioterapia.Finalmente, destacar que Gil fue el primer mdico espaol que en 1946 se traslada a Estados Unidos para observarin situ la utilizacin de la nueva teraputica.

    En la misma revista, en 1950, la ltima que se public, se presentan estudios comparativos entre la radioterapia ylas mostazas,84 as como los artculos presentados en Congreso Internacional de Radiologa de Estocolmo, que fue elprimer congreso celebrado tras la Segunda Guerra Mundial. Entre las 10 comunicaciones presentadas por los espe-cialistas espaoles destacaremos las presentadas por Gil85 sobre radiobiologa y otra por W. Otte sobre el tratamientodel cncer de mama utilizando quimioterapia radiosensibilizante.86

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  • En los primeros aos de la dcada de los cincuenta se empieza desa-rrollar el uso del cobalto 60 en el tratamiento del cncer.Desgraciadamente, en estos primeros aos nuestra especialidad se vedesprovista de revista que le sea rgano de expresin, hasta 1955 enque se publica el Boletn de la Sociedad Espaola de Radiologa yElectrologa. En 1957 la primera unidad de cobaltoterapia llega aEspaa y lo hace a un hospital privado, la Clnica Rber de Madrid. Alao siguiente llegan a la misma ciudad dos nuevas unidades destina-das tambin a centros privados y de las que se hacen cargo los docto-res Arce y Gil respectivamente. Y no ser hasta finales del 1958 cuan-do un hospital pblico en Espaa pueda contar con esta infraestructu-ra. As, tras las gestiones de Guilera y de un joven colaborador, A.Subias, en ese ao se inaugura un cobalto, marca Toshiba, en el hospi-tal pblico de la Santa Creu i Sant Pau de Barcelona.

    En los principios de los 60 la poliquimioterapia alcanza sus primeros resultados en el tratamiento de la enfermedadde Hodgkin87 y de manera progresiva el inters por este tipo de teraputica de los cancerlogos que se dedican prin-cipalmente a la radioterapia va disminuyendo, mientras se hacen cargo de ello nuevos especialistas formados enMedicina Interna. De esta manera, va surgiendo en todo el mundo una especialidad basada en el tratamiento conquimioterapia del cncer, cuyo principal idelogo en Estados Unidos es Kennedy, y que defiende el papel coordina-dor de este especialista sobre el tratamiento de las enfermedades neoplsicas. En Espaa, de manera inequvoca,esta especialidad surge y se desarrolla en el Servicio de Oncologa del Hospital de la Santa Creu i Sant Pau deBarcelona, dirigido por entonces por Subias, destacando especficamente el cirujano oncolgico L. Tuca (1929-1989).Que el primer especialista que desarrollara la quimioterapia en nuestro pas fuera un cirujano no nos ha de extra-ar dado que a principios de los aos 60 fue creciendo el inters por la aplicacin regional de la quimioterapia paraconseguir mayores dosis a nivel tumoral que el resto de las otras vas, dada la limitacin de dosis que comportabanlos efectos secundarios. Por lo tanto, se prob la perfusin regional con circuito extracorpreo y la infusin arterialcontinua. La primera, adems de presentar una mayor dificultad tcnica, comportaba prdidas de cistostticos del20% y no permita la actuacin en todas las fases del ciclo celular. La segunda, utilizada preferentemente por Tuca,se basaba en la introduccin por infusin continua de un citosttico a travs de la arteria tributaria del rea tumo-ral y posteriormente dicho citosttico se distribua por todo el organismo. As, siguiendo las tcnicas de la escuelafrancesa en el Hospital de la Santa Creu i Sant Pau de Barcelona se cateterizaba la arteria carotdea externa en lostumores de cabeza y cuello, la popltea para los de extremidad inferior y la hipogstrica para los tumores de pelvis.

    En 1963, el Boletn de la SEREM deja de ser su rgano de expresin sustituyndose por la revista Radiologa.Destacaremos un artculo fechado en 1963 de M. Badell (- 2003), sobre el tratamiento de los gliomas cerebrales

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