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    AGRICULTURA CON FUTURO La alternativa agroecolgica para Cuba

    Fernando R. Funes-Monzote

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    La impresin de este libro ha sido financiada por la Agencia Suiza para el Desarrollo y laCooperacin (COSUDE).

    Edicin y correccin:Claudia lvarez Delgado y Reinier Prez -Hernndez Diseo de cubierta: Amaury Rivera Rodrguez

    Ilustraciones: Reinaldo Funes

    Monzote

    Fernando R. FunesMonzote, 2009 Estacin Experimental Indio Hatuey, Universidad de Matanzas, 2009

    ISBN 9789597138020

    Estacin Experimental Indio HatueyCentral Espaa Republicana, Perico,Matanzas, CubaTelfonos: +5345377307 / +5345377482www.ihatuey.cu

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    A mis padres, por haberme transmitido la pasin por la investigacin cientfica y el compromiso de crear un futuro mejor para Cuba.

    A mis hijos, la principal motivacin para luchar por ese ideal.

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    ndice

    Prefacio / XIII

    I. El contexto actual de la agricultura cubana / 1 1.1 El modelo convencional / 21.2 El modelo emergente / 51.3 Dependencia de importaciones / 71.4 Oportunidad histrica / 8

    II. Transicin hacia la agricultura sostenible /11 2.1 Condiciones geogrficas y biofsicas / 132.2 Breve historia de la agricultura cubana / 152.3 Escenario posterior al triunfo de la Revolucin / 16

    Reformas agrarias / 16 El modelo agrcola convencional / 17 Consecuencias y colapso / 18

    2.4 Cambios en las estructuras productivas agrarias / 212.5 Contribucin de los agricultores pequeos / 232.6 Agricultura urbana y seguridad alimentaria / 25

    Fundacin, estructura y objetivos / 25 Arroz popular: ejemplo de subprograma exitoso / 27xitos recientes y futuro / 28

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    2.7 La estrategia de sustitucin de insumos / 29 Alternativas para el manejo ecolgico del suelo / 30Control biolgico / 31

    Traccin animal / 31Policultivos y rotacin de cultivos / 32 2.8 Ms all de la estrategia de sustitucin de insumos / 332.9 Sistemas integrados de produccin: un enfoque hacia la sostenibilidad / 33

    Cambios en la estructura de uso de la tierra / 33 2.10 Lecciones de la transicin hacia la agricultura sostenible en Cuba / 36

    III. Metodologa para la transicin / 39 3.1 Definiciones necesarias / 393.2 ECOFAS: Una propuesta metodolgica / 42

    Etapa 1: Experimental / 44Etapa 2: Escalonamiento / 47Etapa 3: Aplicacin / 49

    IV. Conversin de sistemas ganaderos especializados en sistemas integrados / 51 4.1 Metodologa experimental / 53

    Diseo de prototipos / 544.2 Evaluacin de indicadores agroecolgicos y financieros / 57

    4.2.1 Biodiversidad / 574.2.2 Productividad / 614.2.3 Uso de energa / 62

    Fuerza de trabajo / 62 Insumos energticos / 64 Eficiencia energtica / 65

    4.3 Resultados financieros / 664.4 Fertilidad del suelo / 684.5 Consideraciones finales / 70

    V. Identificacin de alternativas para el sector ganadero / 71 5.1 Metodologa experimental / 74

    Seleccin de fincas / 75 Tipologas / 76 Criterios de clasificacin / 76

    Hiptesis / 77

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    5.2 Comportamiento de los indicadores agroecolgicos / 77Tipo de finca/ 77 Aos de conversin / 80

    Proporcin de cultivos / 80 rea de la finca / 81 5.3 Resultados e interpretacin del anlisis multivariado / 82

    Agrodiversidad / 86 Productividad / 88 Eficiencia energtica / 90 Reciclaje de nutrientes / 91

    5.4 Conclusiones / 92

    VI. Validacin de estrategias integradas sostenibles para condiciones locales / 95 6.1 Fase de aplicacin de ECOFAS / 97

    Seleccin y descripcin de las fincas / 98 Diagnstico participativo e identificacin de puntos crticos / 100

    6.2 Diagramacin y caracterizacin de prototipos / 100Fincas integradas / 102 Finca ganadera especializada / 108

    6.3 Anlisis de sistemas, monitoreo de indicadores y evaluacin / 110 Agrodiversidad / 110Productividad y eficiencia / 111 Fuerza de trabajo / 112 Economa / 112

    6.4 Identificacin de estrategias sostenibles para condiciones locales / 117 Agrodiversidad del sistema agrcola / 117 Productividad de la finca y eficiencia energtica / 118 Balance y reciclaje de nutrientes / 118

    Factibilidad econmica / 118 Empoderamiento y toma de decisiones / 119 6.5 Consideraciones finales / 119

    VII. El potencial de la agroecologa para la produccin de alimentos / 121 7.1 Diseo de prototipos de sistemas integrados de produccin / 1247.2 Hacia la descentralizacin y la autosuficiencia alimentaria / 1257.3 Comentarios finales / 127

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    APNDICES

    1. Conversin hacia sistemas integrados / 133

    1.1 Colecta de datos / 1331.2 Anlisis del suelo / 1331.3 Anlisis econmico / 1341.4 Anlisis de los datos / 136

    2. Identificacin de alternativas / 137 2.1 Procedimiento de muestreo y mtodo de clculo de los indicadores

    agroecolgicos / 138

    2.2 Anlisis estadstico / 138

    3. Validacin de estrategias integradas / 143 3.1 Caracterizacin de San Antonio de los Baos / 1433.2 Diagnstico participativo e identificacin de puntos crticos / 1443.3 Mapeo de los biorecursos e infraestructura y caracterizacin de la finca / 1443.4 Monitoreo de indicadores / 1443.5 Anlisis de suelos / 145

    3.6 Anlisis agroecolgico y econmico / 1453.7 Identificacin de alternativas para mejorar los sistemas agrcolas / 1463.8 Caracterizacin de los suelos en las fincas estudiadas / 146

    4. Eficiencia energtica / 157

    Bibliografa / 163

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    XIII

    Prefacio

    La diversificacin, la descentralizacin y el movimiento hacia la autosuficiencia alimentaria son tendencias principales dentro de la agricultura cubana.Cuba ha sido el nico pas en transitar de un modelo agrcola convencional,basado en altos insumos y fuertemente subsidiado, a otro alternativo, de bajosinsumos y uso intensivo de los recursos naturales disponibles. El hecho dehaber experimentado un cambio tan dramtico en la intensidad de la produccinagropecuaria, ha sido una oportunidad nica, en tanto ha servido como punto departida para disear una agricultura sostenible a escala nacional. Sin embargo,puede afirmarse que esta situacin an no se ha aprovechado debidamente.Los avances logrados en los ltimos quince aos deben traducirse en polticassistemticas y consistentes que aseguren una produccin factible y sostenible.

    La singular posicin del sector agrcola cubano, tanto a nivel nacional

    como internacional, ofrece un contexto en el cual estos resultados, obtenidosde la investigacin en sistemas agroecolgicos, son relevantes. El cambioclimtico, los inestables precios del petrleo y de los alimentos en los mercados internacionales, la toma de conciencia sobre la necesidad de sustituir alimentos importados, as como las recientes decisiones del gobierno de cultivartodas las tierras improductivas, abren un amplio espectro de posibilidadespara adoptar tecnologas alternativas.

    Actualmente son tres los grupos sociales involucrados en la aplicacinde las estrategias agroecolgicas en la agricultura cubana: a) los nuevos

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    productores (urbanos y rurales), que surgieron durante los primeros aos dela crisis de los noventa; b) los pequeos agricultores y sus familias, que heredaron la tierra y preservan un importante conocimiento tradicional en el ma

    nejo de sistemas de produccin diversificados y localmente adaptados; y c) unnmero creciente de miembros de las UBPC, unidades de produccin con unaestructura cooperativa, que laboran en tierras estatales otorgadas en usufructo.Sin embargo, todava falta una accin que articule toda la experiencia acumulada y el potencial humano existente.

    En este libro se examina brevemente la historia de la agricultura cubanay se enfatiza en las consecuencias que ocasion al medio natural y a la economa la aplicacin de sistemas altamente intensivos y convencionales enpocas recientes. Tambin se describen los avances y retrocesos de la transicin hacia un modelo agroecolgico de bajos insumos externos, que emergien respuesta a la mayor crisis econmica enfrentada por la Isla en los ltimoscincuenta aos. Adems, se proporcionan resultados cientficos que retan lacreencia convencional de que solo es posible obtener alta productividad yrentabilidad a travs de mtodos industriales que demandan un uso intensivode maquinaria, insumos qumicos y energa.

    Con el propsito de facilitar la lectura de esta obra, se sugiere tomar encuenta los siguientes elementos:

    El captulo I est dedicado a introducir la problemtica actual de laagricultura cubana y analiza brevemente las principales oportunidades para el desarrollo de un modelo agroecolgico.

    Al lector no familiarizado con la transicin de la agricultura cubanadesde inicios de los aos noventa hasta la actualidad, consultar el captulo II le permitir conocer algunas facetas de este proceso. Se recorrela historia de la agricultura cubana, haciendo nfasis en los efectos delos sistemas altamente intensivos y convencionales empleados en elperodo 19601990.

    Seguidamente, el captulo III presenta algunas definiciones que sustentan la concepcin metodolgica empleada para el estudio de la conversin de sistemas especializados en integrados agroecolgicos. Estecaptulo pretende mostrar de forma didctica la manera en que fue dirigido el trabajo de investigacin y anlisis de los sistemas productivosmediante el Marco Ecolgico para la Evaluacin de la Sostenibilidad(ECOFAS, segn las siglas deECOlogical Framework for the Assesment

    of Sustainability ).

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    Por su parte, el captulo III es el vnculo con los tres captulos subsiguientes, que examinan el proceso de conversin e identificacin de alternativas y estrategias integradas sostenibles (captulos IV al VI).

    Para los lectores interesados en profundizar acerca de los resultadoscientficos que sustentan las hiptesis planteadas, esta seccin puederesultar atractiva.

    Es comn que se le demande a la investigacin un mayor protagonismo en demostrar la factibilidad de la alternativa agroecolgica. En estos tres captulos el lector podr encontrar argumentos comprobadoscientficamente, que muestran el alto potencial de los sistemas agroecolgicos para producir alimentos en Cuba. Precisamente este es elttulo del ltimo captulo, que a modo de conclusin discute las alternativas existentes y propone pautas a tener en cuenta en el caminohacia la descentralizacin y la autosuficiencia alimentaria.

    Finalmente, la seccin de apndices est concebida de modo que sepueda hacer una lectura cruzada desde algunos captulos, a fin de conocer con mayor detalle los mtodos empleados en el estudio. Asimismo, ofrece datos numricos que confirman la validez de losresultados, los cuales pueden servir no slo como referencia para nuevos estudios sino tambin como base para tomar decisiones polticas

    conscientes.Ninguna obra humana es el resultado aislado del esfuerzo de una sola

    persona. Durante mi vida como cientfico, y mucho antes, recib el apoyo de lasinstituciones cubanas por las que he transitado, que me brindaron oportunidades y me transmitieron conocimientos y valores para llegar a ser un profesional comprometido con el presente y el futuro de Cuba. Me refiero a laUniversidad Agraria de La Habana, en cuyas aulas obtuve mi formacin comoingeniero agrnomo, el Instituto de Investigaciones de Pastos y Forrajes delMinisterio de la Agricultura y la Estacin Experimental Indio Hatuey de laUniversidad de Matanzas, Ministerio de Educacin Superior.

    El presente volumen, traducido y adaptado de mi tesis de doctoradoFarming like were here to stay. The mixed farming alternative for Cuba,defendida en la Universidad de Wageningen, Holanda, es un esfuerzo porhacer llegar al pblico cubano y de habla hispana, los resultados de este estudio. Este es tambin el resultado de diez aos de trabajo investigativo iniciadoen 1995 en el que participaron numerosos cientficos y tcnicos de varias ins

    tituciones, as como agricultores vinculados a la Red de Agroecologa del

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    Instituto de Investigaciones de Pastos y Forrajes. Varios investigadores aportaron valiosos conocimientos e ideas; algunos de ellos son coautores de artculos ya publicados o en preparacin que han sido adaptados para esta obra. Me

    refiero al Dr. Herman van Keulen (Plant Sciences Department), el Dr. Egbert Lantinga, (Biological Production Sistems Group) y el Dr. Cajo ter Braak (Biometris, Plant Research Internacional), los tres de la Universidad de Wageningen. Por la parte cubana, el Dr. Jess Eladio Snchez (Instituto de Ciberntica,Matemtica y Fsica de la Universidad de La Habana), el Dr. Alberto Hernndez(Instituto Nacional de Ciencias Agrcolas), el Ing. Aurelio lvarez (Instituto deInvestigaciones de Pastos y Forrajes) y el MSc. Rasiel Bello (Instituto de Investigaciones Porcinas). Mi ms sincero agradecimiento a otros colegas y amigos,quienes contribuyeron en mayor o menor medida en este largo camino.

    Gracias tambin a la Agencia Suiza para el Desarrollo y la Cooperacin(COSUDE), cuya generosa contribucin permiti la impresin del material. Doyfe de mi profundo respeto a todos los agricultores, tcnicos, extensionistas ydirigentes que hicieron posible este estudio. Mi gratitud para Williams Caldernpor las innumerables horas solucionando los problemas informticos, a AmauryRivera por el diseo de cubierta y a Manuel Gahona por su apoyo y amistad durante todos estos aos. A Reinier, amigo y editor que puso su talento y dedicacin en pro de la calidad de este material. Un agradecimiento muy especial a

    Renn por su permanente contribucin en la retaguardia; y al resto de mi familia por el apoyo incondicional en todo momento.Por ltimo quiero agradecer a Claudia, mi esposa, un pilar fundamental en

    mi vida. Ella ha sido siempre un componente imprescindible en mis logroscientficos y personales; es la persona que sufri y celebr cada paso de esteproceso con la misma intensidad que yo.

    Este es tambin un homenaje pstumo a mi madre, Marta MonzoteFernndez, iniciadora de los estudios agroecolgicos en Cuba, convencida yfirme luchadora por una agricultura en armona con la naturaleza y el serhumano. Ella, desde su doble papel de madre y tutora profesional, me entregla fuerza necesaria para hacer realidad este proyecto.

    FERNANDO R. FUNES -M ONZOTE

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    mecanismos de comercializacin. Una parte considerable de los alimentosque se producen se desperdicia debido a los an deficientes mecanismos detransportacin, conservacin, procesamiento y almacenamiento. En sentido gene

    ral, hay una falta de coherencia entre los modelos agrcolas diversificados, descentralizados y autosuficientes, y la infraestructura de apoyo disponible a diferentesescalas.

    A pesar de que agricultores, investigadores, extensionistas y dirigentesinnovadores han puesto en prctica numerosas alternativas sostenibles, estasan no han contribuido de manera apreciable al desarrollo del sector. En estecaptulo introduciremos algunos aspectos de esta problemtica, que ms adelante ser analizada con mayor detalle, sin la pretensin de abarcar en toda suextensin un universo tan complejo. La intencin es ofrecer puntos de vista yopiniones que podran allanar el camino para tomar decisiones polticas conscientes relacionadas con la aplicacin prctica de los conceptos agroecolgicos enCuba.

    1.1 El modelo convencional

    Entre 1960 y 1990 la agricultura cubana empleaba tecnologas intensivas,

    especializadas y dependientes de altos insumos externos. El modelo industrialpermiti aumentar la productividad de la tierra y del trabajo; sin embargo,result ineficiente en trminos biolgicos y econmicos y nocivo al medioambiente. La propia dependencia externa, la artificializacin de los procesos productivos a travs de tecnologas costosas basadas en subsidios, ascomo la dbil conexin entre los factores biofsicos, organizativos y socioeconmicos, le confirieron al modelo una alta vulnerabilidad.

    En la figura 1 se muestran los cuatro aspectos fundamentales del progresotcnico en el sector agrcola cubano mediante la implementacin de sistemas dealtos insumos. Durante la dcada de 1980, la intensidad del uso de fertilizantes(A) alcanz niveles comparables con los de pases europeos. A comienzos de losaos setenta la densidad de tractores lleg a ser aproximadamente de 1 porcada 50 hectreas, similar a la de los pases ms desarrollados (B). Obsrveseque en 1960 la situacin en Cuba ya resultaba favorable en comparacin con laregin de Centroamrica y el Caribe, y la ayuda de los pases socialistas permititriplicar en una dcada la densidad de tractores. La intensidad de la fuerza detrabajo descendi a casi la mitad entre 1960 y 1975, para llegar, a finales de los

    ochenta, a valores solo ligeramente inferiores a los europeos, es decir, alrededor

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    A o

    I n t e n s i d a d d e l u s o d e f e r t i l i z a n t e s ( k g / h a / a o )

    A

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    A o

    I n t e n s i d a d d e l u s o d e t r a c t o r e s ( h a / t r a c t o r )

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    A o

    I n t e n s i d a d d e l a f u e r z a d e t r a b a j o ( t r a b a j a d o r e s / h a )

    C

    0 0 . 1 0 . 2 0 . 3 0 . 4 0 . 5 0 . 6 0 . 7 0 . 8 C

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    A o

    T i e r r a b a j o r i e g o ( % r e a a g r c o l a )

    D

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    1 9 9 0

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    F A O , 2 0 0 6 ) . L a

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    c o l a p o r a o .

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    de 5 hectreas por trabajador (C). Asimismo, la proporcin de tierras irrigadaspara la agricultura se duplic entre 1960 y 1985, siendo ms del doble que en losEstados Unidos, Amrica Central, el Caribe y Europa (D).

    Puede afirmarse que el modelo convencional alcanz incrementos sustanciales en cuanto a la cantidad de tierras empleadas y a la productividad de la fuerza de trabajo, pero a un costo proporcional en insumos adquiridos a preciossubsidiados. A cambio, Cuba exportaba a los pases socialistas de Europa materias primas y productos agrcolas a precios preferenciales. En un inicio estasituacin podra resultar favorable para la agricultura cubana, con un accesocasi ilimitado a tecnologa, recursos financieros y energa en forma de subsidios. Sin embargo, se ha podido comprobar que este modelo cre una enormedependencia con serias consecuencias en trminos de inseguridad alimentaria, que se manifest dramticamente a inicios de la crisis de los noventa,cuando se puso en evidencia la fragilidad del modelo (figura 2).

    Incluso, el empleo de tecnologas costosas y de altos insumos no alcanz lasexpectativas y tuvo impactos ambientales negativos reportados por el Ministeriode Ciencia, Tecnologa y Medio Ambiente (CITMA) en 1997. Entre los fundamentales se mencionan: reduccin de la biodiversidad, contaminacin de las aguas

    Figura 2. Los propsitos de la simplificacin de los agroecosistemas se logran mediante elcontinuo subsidio en recursos energticos y financieros, que en ltima instancia conducen asu insostenibilidad.

    Simplificacin de los sistemasde produccin agrcola

    Mayor control de los ciclosproductivos

    Incremento de la escalade produccin

    Mayores requerimientos de energa

    Mayor posibilidadde mecanizar los

    procesos productivos

    Menor necesidadde fuerza de trabajo

    SubsidiosSubsidiosSubsidios

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    subterrneas, erosin de los suelos y deforestacin. La aplicacin de este modelo agrcola tambin deriv en serias consecuencias socioeconmicas, como lamigracin a gran escala de la poblacin rural hacia las ciudades, que ocasion la

    prdida de muchos agricultores experimentados y, con ellos, sus conocimientosy tradiciones. A pesar de la alta calidad de la infraestructura instalada y de loscrecientes niveles de capital, fertilizantes y concentrados disponibles, desdemediados de los aos ochenta la productividad de la tierra haba comenzado adeclinar (Nova, 2006), fenmeno que fue objeto de discusin durante la formulacin de un Programa Alimentario Nacional (ANPP, 1991; Monzoteet al ., 2001).

    1.2 El modelo emergente

    La diversificacin, la descentralizacin y la bsqueda de la autosuficienciaalimentaria han sido los factores que caracterizan al sector agrcola cubano delos ltimos quince aos (figura 3). Estos se expresaron con mayor claridad ainicios de los aos noventa, como consecuencia de la crisis econmica asociada al colapso de la Unin Sovitica y los pases socialistas de Europa.

    Figura 3. Tendencias fundamentales de la agricultura cubana (1990-2008).

    La transicin hacia la agricultura sostenible que tiene lugar en Cubadesde 1990 se ha caracterizado fundamentalmente por la necesidad de sustituir insumos qumicos (importados) por biolgicos (disponibles localmente).Las concepciones empleadas han estado guiadas por prcticas y mtodos derivados de la agricultura orgnica y la agroecologa. En este contexto, los

    MONOCULTIVO DIVERSIFICACIN Incremento de la diversidad y heterogeneidad de la agricultura

    CENTRALIZACIN DESCENTRALIZACIN Cambios en la tenencia de la tierra (cooperativizacin y usufructo)

    Decrece tenencia estatal de la tierra: de 80% en 1990 a 20% en 2008

    Reduccin del tamao del sistema productivo

    IMPORTACIN DE ALIMENTOS AUTOSUFICIENCIA Produccin local de alimentos en vez de producir para la exportacin

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    campesinos tradicionales a pequea escala y los nuevos productores quecultivan la tierra en reas urbanas y periurbanas, han desarrollado innovaciones tecnolgicas para adaptar sus sistemas agrcolas a los limitados insumos

    externos disponibles, con fuerte nfasis en la proteccin ambiental y la agrodiversidad (Murphy, 1999; Cruz y Snchez, 2001).

    Varias combinaciones de la tecnologa resultante han sido adaptadaspor un amplio grupo de campesinos comprometidos que cont con el apoyode instituciones cientficas del Estado y organizaciones no gubernamentales(Rosset y Benjamin, 1994; Sinclair y Thompson, 2001; Funeset al ., 2001). Lagestin de los recursos naturales bajo principios agroecolgicos y formas participativas, se presenta como una metodologa efectiva para convertir la agricultura cubana de un modelo vertical, dirigido a la exportacin, centralizado yde altos insumos externos, a uno ms horizontal, orientado al mercado local,descentralizado y de bajos insumos.

    En este contexto, los sistemas diversificados e integrados de produccinagrcolaganadera ofrecen soluciones a muchos de los problemas propios delos sistemas especializados (FunesMonzote, 2008). Los beneficios provienendel uso ms intensivo de los recursos naturales disponibles a nivel de sistema,a travs de interacciones ms complejas y variadas. La intensificacin sostenible, mediante el mejor uso de los recursos, tanto de la produccin agrcola

    como animal, permite la autosuficiencia alimentaria familiar y local.La obtencin de alimentos y otros productos comercializables por vasagroecolgicas, no solo contribuye a generar ingresos a partir de un uso racional de los recursos disponibles, sino que tambin tiene un enfoque de proteccin y servicio ambiental al conservar el suelo y la biodiversidad, adems decontribuir a aumentar la cubierta forestal.

    Las fincas pequeas y medianas, altamente diversificadas, heterogneasy complejas, han demostrado que pueden alcanzar niveles de eficiencia productiva y de recursos ms elevados que los sistemas especializados de agricultura y ganadera a mayor escala. En el ao 2006 se reconoci oficialmente quelos pequeos campesinos, con la mitad de la tierra en uso agrcola (25% deltotal), eran responsables del 65% de la produccin global agropecuaria(Pags, 2006a). En la ganadera vacuna, con alrededor del 13% de las reas depastos (unas 300 mil hectreas), el sector campesino cooperativo posea el43.5% del rebao nacional (Gonzlezet al ., 2004; ONE, 2007) y en marzo de2008 esta cifra ya era del 55% (ONE, 2008). En el ao 2009, despus del proceso de entrega de tierras en usufructo al que luego nos referiremos con mayor

    detalle, el sector campesino ya produce el 96% del tabaco, el 70% de la carne

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    de cerdo, el 60% de las viandas y hortalizas y el 59% de la leche de vaca.Adems, posee el 90% del ganado menor y el 62% de la masa vacuna (Gonzlez,2009a).

    Actualmente se reconoce que ms del 80% de las tierras en uso se manejan en un esquema cooperativo, donde los productores toman la mayora delas decisiones de forma descentralizada, lo cual ha tenido un efecto notable enel incremento de la productividad.

    Tal vez el xito de los pequeos agricultores resida en los continuosprocesos de innovacin y adaptacin que desarrollan, al generar soluciones alos problemas que surgen en el da a da (Ros, 2004). En este sentido, es importante facilitar y documentar estos programas, as como implementar investigaciones conjuntas en busca de estrategias de gestin adecuadas. Unaapertura mayor de la economa agraria pudiera estimular la implementacinde estrategias locales a una escala superior. Tambin resulta necesario incorporar metodologas de investigacin y aplicar el conocimiento cientfico dentrode un marco ms integrador. De ah que los cientficos deban participar yaprender de los procesos dinmicos y multifuncionales para los cuales la ciencia clsica no posee todas las respuestas. Este libro documenta la manera enque el conocimiento local disponible funciona desde el punto de vista cientfico.

    1.3 Dependencia de importaciones

    De acuerdo con datos oficiales, la economa cubana creci a un ritmo promedio anual del 10% en el perodo 20052007. Esto fue posible a pesar de lasadversas condiciones climticas, como la peor sequa en cien aos y tres huracanes que causaron prdidas estimadas en 3.6 mil millones de USD (alrededordel 7.9% del producto interno bruto en 2005) (CEPAL, 2006). En la estacinlluviosa de 2007 se reportaron las mayores precipitaciones registradas en lahistoria del pas y la produccin agrcola result gravemente afectada. Pese aque en el ao 2008 Cuba recibi el impacto de los huracanes Ike y Gustav, conprdidas calculadas en 10 mil millones de USD, la economa creci. Estos datosmuestran la limitada contribucin de la agricultura en la economa nacional.La presencia del sector agrcola a pequea y mediana escala, que sufri menosdaos y pudo recuperarse con mayor rapidez, de cierta forma amortigu elimpacto (FunesMonzote, 2007).

    En los ltimos aos, los principales impulsores del crecimiento econ

    mico cubano han sido el sector turstico, con un incremento aproximado de

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    0.2 mil millones de USD en 1994 a 2 mil millones de USD en 2004 (Quintanaet al ., 2005), y el capital social mdicos, maestros, entrenadores deportivos ytcnicos. As, en 2005 el 70% del producto interno bruto correspondi al

    sector de los servicios (IPS, 2006). Los economistas interpretaron esto comoun indicador del paso de una economa basada en la produccin, a una basadaen los servicios. Tambin han contribuido a la recuperacin econmica laalianza poltica y comercial con Venezuela, el logro de un 50% de autosuficiencia energtica, los acuerdos bilaterales con China y Brasil, as como la diversificacin de los mercados importadores y exportadores. Pero qu implicatodo esto para la agricultura?

    A pesar de los reconocidos avances logrados por la agricultura sostenible de bajos insumos, su impacto en la economa agraria cubana sigue siendolimitado. An se importa cerca del 50% de los alimentos para satisfacer lademanda nacional en el perodo 19972007 crecieron sostenidamente de0.7 a 1.5 mil millones de USD, en proporcin al incremento de la capacidad decompra del pas. Ahora bien, la inestabilidad en los mercados agroalimentarios internacionales entre 2007 y 2008, as como la creciente dependencia delas importaciones, amenazaron la soberana nacional. Esta situacin condujo adeclaraciones oficiales que destacaron la necesidad impostergable de priorizar la produccin de alimentos con los recursos disponibles, estrategia que

    convierte a la agricultura sostenible en poltica de Estado en aras de alcanzarla seguridad alimentaria en un perodo de crecimiento econmico (Castro,2008).

    No obstante los incuestionables avances de la agricultura sostenible enCuba, as como la disponibilidad de pruebas suficientes sobre la efectividad delas alternativas agroecolgicas (Funeset al ., 2001), an estos sistemas nocuentan con el apoyo suficiente que les permita expresar su potencial paralograr la seguridad alimentaria. El contexto actual requiere que se analicen lasmejores alternativas para, de manera gradual y sostenida, destinar parte delos fondos dedicados a la importacin de alimentos a sistemas productivosque realmente logren un uso eficiente de estos recursos.

    1.4 Oportunidad histrica

    Cuba tiene la oportunidad histrica de implementar un modelo agroecolgicoa escala nacional. La experiencia acumulada en el sector agrcola a pequea y

    mediana escala durante los ltimos quince aos es un valioso punto de partida

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    para definir polticas nacionales en aras de alcanzar esa meta. El pas cuentacon suficiente tierra para satisfacer las necesidades alimentarias de sus oncemillones de habitantes. A pesar de la erosin de los suelos, la deforestacin y

    los efectos negativos sobre la biodiversidad antes mencionados, las condiciones del pas son an excepcionalmente favorables para la agricultura. Cerca deseis millones de hectreas de tierra en reas llanas y otro milln en reas conpendientes ligeras, estn aptas para el cultivo. En el ao 2008, ms de la mitadde esta tierra permaneca sin cultivar, y en la mayor parte del rea restante laproductividad de la fuerza de trabajo y de la tierra, as como la eficiencia en eluso de los recursos, eran sumamente bajas. Segn un estudio, de las ms detres millones de hectreas que no se cultivaban alrededor de la mitad de lossuelos agrcolas, un milln 691 mil hectreas que pertenecan al Estado fueron declaradas ociosas (Gonzlez, 2009b).

    Esta situacin motiv el DecretoLey 259, que regula la entrega de tierrasociosas en usufructo a aquellas personas que desean cultivarlas. Como resultado de su aplicacin, a principios de julio de 2009 alrededor del 40% de estastierras casi 700 mil hectreas fueron entregadas a personas que las solicitaron (Gonzlez, 2009c). La informacin, publicada en el peridicoTrabajadores,indica que de un total de 110 mil 463 solicitudes, hasta junio de 2009 se aprobaron entregas a 78 mil 113 personas naturales y jurdicas, con la mxima

    prioridad estatal. Alrededor de 65 mil nuevos productores agrcolas beneficiados por este programa ya estn asociados a Cooperativas de Crditos y Servicios (CCS) y siguen como modelo los mtodos y prcticas desarrolladostradicionalmente por el sector campesino.

    En resumen, durante los ltimos cincuenta aos la agricultura cubana haexperimentado dos modelos extremos en intensidad para la produccin dealimentos. El primero, caracterizado por un enfoque intensivo de altos insumos;el segundo, a partir de 1990, orientado a la agroecologa y basado en bajosinsumos. El sector agrcola cubano ha sido el nico del mundo en sufrir unadisminucin tan dramtica en intensidad y escala que lo ubica en una etapapostindustrial. No obstante, ello ha servido como excepcional punto de partidapara que emerja un modelo consistente de agricultura sostenible a escala nacional, capaz de contribuir en gran medida a la autosuficiencia alimentaria. Esel momento de apostar por una agricultura con futuro.

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    II. Transicin

    hacia

    la agricultura sostenible

    La experiencia cubana es el mayor intento en la historia de la humanidad de convertir la agricultura convencional en orgnica o semiorgnica. Debemos seguir de cerca tanto sus xitos como sus errores para aprender de ellos.

    PETERROSSETy MEDEABENJAMIN: The Greening of the Revolution, 1994

    La historia de Cuba est caracterizada por una larga tradicin agroexportadora, de monocultivos y de extraccin indiscriminada de recursos naturales(Le Riverend, 1970; Moreno Fraginals, 1978; Marrero, 19741984). Estos modelos agrcolas de corte colonial, practicados durante cuatro siglos, generaronuna alta dependencia de insumos importados y a su vez provocaron la degradacin de los suelos, la disminucin de la biodiversidad y la reduccin drsticade la cubierta forestal (CITMA, 1997; Funes Monzote, 2008).

    Sin embargo, durante los ltimos quince aos el desarrollo agrcola hasido reorientado (Rosset y Benjamin, 1994; Funeset al ., 2001; Wright, 2005).Hoy, la produccin agrcola cubana se preocupa, como nunca antes, por la autosuficiencia alimentaria y la proteccin ambiental. En 1993 tuvo lugar un pro

    ceso de descentralizacin masivo que traspas ms del 40% de las tierrasestatales a formas cooperativas de produccin. En 1994 fue instituido el Programa Nacional para el Medio Ambiente y el Desarrollo la versin cubana dela Agenda 21 de la Organizacin de Naciones Unidas, y dos aos despus fueaprobada la Estrategia Ambiental Nacional (Urquiza y Gutirrez, 2003). En1997, la Ley de Medio Ambiente se convirti en poltica de Estado (Gaceta Oficial , 1997). A pesar de que la proteccin ambiental no se practica con todoel rigor que se debiera, la ayuda gubernamental para preservar el medio hacontribuido a que la agricultura cubana transite sobre bases ms sostenibles.

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    Desde sus inicios, la Revolucin Cubana tuvo el propsito de resolver losprincipales problemas de la agricultura: la propiedad nacional y fornea(sobre todo estadounidense) de grandes extensiones de tierra (latifundios) y

    la falta de diversificacin (Annimo, 1960; Valds, 2003). A pesar de estasintenciones, la rpida industrializacin de la agricultura, basada en mtodosconvencionales, tendi a concentrar como nunca antes la tierra en grandesempresas estatales. Si bien el modelo estatal aument los niveles de produccin y la calidad de vida en el medio rural, termin creando consecuenciaseconmicas, ecolgicas y sociales negativas que no pueden ignorarse.

    La excesiva aplicacin de insumos agroqumicos importados, la implementacin de sistemas de produccin de monocultivo y a gran escala, la concentracin de los agricultores en las ciudades y pueblos rurales, as como ladependencia de pocas exportaciones, hicieron vulnerable el modelo agrcolaconvencional establecido en todo el pas. Esta vulnerabilidad fue ms evidentea inicios de los aos noventa, con la desintegracin del bloque socialista europeoy de la Unin de Repblicas Socialistas Soviticas (URSS), cuando desaparecila mayora de los insumos con precios preferenciales, tanto materiales comofinancieros. La agricultura cubana, junto con otras ramas de la economa, entren la mayor crisis de la historia reciente. Esta situacin origin condicionesexcepcionales para la construccin de un modelo agrcola alternativo y mucho

    ms sostenible a escala nacional.La transformacin ocurrida en el campo cubano durante la ltima dcada del sigloXXe inicios delXXIes un ejemplo de conversin a gran escala: de unmodelo altamente especializado, convencional, industrializado y dependientede insumos externos, a uno basado en los principios agroecolgicos y de laagricultura orgnica (Altieri, 1993; Rosset y Benjamin, 1994; Funeset al.,2001). Numerosos estudios atribuyen el xito de esta conversin a la forma deorganizacin social empleada y al desarrollo de tecnologas ambientalmenteapropiadas (Deere, 1997; Prez Rojaset al., 1999; Sinclair y Thompson, 2001;Funes et al., 2001; Wright, 2005).

    A diferencia de los movimientos aislados de agricultura sostenibledesarrollados en otros pases, Cuba ha protagonizado un movimiento masivoy de amplia participacin popular, donde la produccin agraria se considerabaclave para la seguridad alimentaria de la poblacin. En sus etapas ms tempranas, la transformacin del sistema agrcola consisti bsicamente en lasustitucin de insumos qumicos por biolgicos y en el empleo ms eficientede los recursos disponibles. Mediante estas estrategias, se han alcanzado nu

    merosos objetivos de la agricultura sostenible. La persistente carencia de

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    insumos externos y la implementacin de sistemas de produccin diversificados han favorecido la proliferacin de prcticas agroecolgicas innovadorasen todo el pas.

    2.1 Condiciones geogrficas y biofsicas

    Cuba es la mayor de las islas del Caribe, con un rea total de 110 860 km2. Elpas est dominado por extensas planicies, que ocupan alrededor del 80% desu superficie, y tres sistemas montaosos principales y bien definidos: uno enel occidente; otro al centro y otro en el oriente.

    De acuerdo con el sistema de clasificacin reconocido por la Organiza

    cin para la Agricultura y la Alimentacin (FAO), el clima de Cuba es tropicalde sabana (Aw). Excepto en algunas reas especficas, toda la isla tiene la influencia del ocano Atlntico. Cerca del Trpico de Cncer y de la Corriente delGolfo, recibe los efectos destructivos de las tormentas tropicales y de los huracanes (con vientos de 150 a 200 km/h y ms), as como severas sequas queafectan directamente la actividad agrcola y la infraestructura en general. Elclima se caracteriza por una estacin lluviosa, con altas temperaturas y fuertesprecipitaciones entre mayo y octubre (70% de la lluvia total anual), y una estacin seca, de noviembre a abril, con pocas precipitaciones y temperaturasms frescas (tabla 1).

    A pesar de que La Habana es el principal centro econmico, cada una delas catorce provincias del pas es importante desde el punto de vista agrcola,cultural y econmico. La densidad de poblacin es ms alta en Cuba (102 habitantes/km 2) que en Mxico (50), Amrica Central (68) y Amrica del Sur (17),pero ms baja que en el promedio de la regin del Caribe (139) (FAO, 2006).Lo que es an ms importante: Cuba tiene un alto porcentaje de tierra cultivable, de manera que se cuenta con una hectrea apta para la agricultura en lla

    nuras para alimentar a menos de dos personas por ao.

    Tabla 1. Caractersticas demogrficas, fisiogrficas y climticas de Cuba

    Datos generales ClimaLongitud del pas, km 1 250 Estacinrea, km2 110 860 Lluvia SecaElevacin ms alta, msnm 1974 Precipitaciones, mm 1104 316Poblacin, millones 11.3 Temperatura media, C 26.9 23.2

    Fuente: ONE, 2004.

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    Mientras que solo el 34% del rea total de Amrica Latina es considerada apta para uso agrcola, en Cuba es casi el doble (aproximadamente el 60%).Sin embargo, la despoblacin de las reas rurales alcanza dimensiones simila

    res a la de muchos pases industrializados. De acuerdo con el ltimo censonacional, en la actualidad menos del 25% de la poblacin vive en asentamientos rurales, solo el 11% trabaja en el sector agrcola y probablemente menosdel 6% se vincula directamente con estas actividades (ONE, 2004; Calzadilla,2005).

    Los suelos de Cuba son heterogneos. La fertilidad del rea cultivable total, de acuerdo con los nutrientes disponibles, se clasifica como: 15% alta,24% media, 45% baja y 14% pobre (CITMA, 1998). Segn esta fuente, los suelos cubanos son predominantemente Oxisoles y Ultisoles (68%) y en las reasrestantes son Inceptisoles y Vertisoles. El escaso contenido de materia orgnica,la baja fertilidad, la erosin y el pobre drenaje se consideran los factores limitantes de los suelos agrcolas (tabla 2). A pesar de ello, Cuba posee un medioambiente natural excepcional para la agricultura. Debido a sus condiciones y a ladiversidad de plantas y animales empleados para propsitos agrcolas, es posible desarrollar la agricultura y la ganadera al aire libre durante todo el ao.Por otra parte, la amplia infraestructura de carreteras y caminos con acceso almar, la existencia de grandes reservas de agua embalsada para la irrigacin, el

    extenso sistema de electrificacin rural, as como la elevada inversin en facilidades agrcolas y la amplia red de instituciones cientficas, son precondicionesvaliosas para incrementar la produccin agrcola en Cuba.

    Tabla 2. Principales factores limitantes de los suelos cubanos

    Factor rea agrcola afectada

    millones ha Porcentaje del totalSalinidad y sodicidad 1.0 14.9

    Erosin (muy fuerte o media) 2.9 43.3Pobre drenaje 2.7 40.3Baja fertilidad 3.0 44.8Compactacin natural 1.6 23.9Acidez 2.1 31.8Muy bajo contenido de materia orgnica 4.7 69.6Baja retencin de humedad 2.5 37.3reas rocosas 0.8 11.9

    Fuentes: CITMA, 1998; ONE, 2004.

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    2.2 Breve historia de la agricultura cubana

    Se estima que a la llegada de los europeos, entre el 60 y el 90% de Cuba estaba

    cubierta por bosques (Risco, 1995). En un inicio, los conquistadores congregaron a los indgenas en las llamadas vecindades o reservas, en las cuales la mayora de los habitantes continu empleando mtodos agrcolas tradicionales.1 Como colonizadores, los espaoles se convirtieron en terratenientes, empleando sistemas bsicamente integrados denominados estancias, con una alta proporcin de cultivos (Le Riverend, 1970). La transicin de la agriculturaindgena a la nueva forma implantada por los espaoles puede considerarse elprimer paso en el proceso de conversin hacia prcticas agrcolas europeas.

    A principios del sigloXVII, la agricultura comercial experiment un desarrollo ms rpido con la llegada de la produccin azucarera y tabacalera a lasestancias (Le Riverend, 1992; Marrero, 19741984; Funes Monzote, 2008). LaRevolucin Haitiana de 1791 dio a Cuba la apertura que necesitaba para comenzar a competir con las colonias francesas como el principal productor yexportador de azcar del mundo. El consecuente establecimiento de plantasprocesadoras de azcar en el campo cubano condujo a la transformacin radical de la estructura agrcola y al salto definitivo de la economa colonial cubana.

    Las grandes extensiones de tierra dedicadas a la ganadera, intercaladas

    con bosques y pastos, fueron subdivididas en propiedades ms pequeas. Elaumento de la produccin y especializacin en azcar de caa acentu elimpacto social y ambiental que ha acompaado a esta industria desde susinicios. Las tempranas crticas al sistema se basaron en el dao a los recursos naturales, especficamente la destruccin de los bosques y el abandonode tierras cansadas e improductivas (Sagra, 1831; Reynoso, 1963).

    La concentracin y la centralizacin de la produccin azucarera continuaron durante el siglo XX. Luego de que Cuba alcanz la independencia deEspaa en 1898, el capital norteamericano estableci grandes latifundiosazucareros en el oriente del pas, que hasta ese momento haba sido el reamenos explotada con fines agrcolas. Durante las primeras dos dcadas delsiglo XXla siembra de caa de azcar produjo la ms intensa deforestacinen la historia de Cuba. Alrededor de 1925, la mayor parte de las llanurascubanas estaba plantada de caa. Las propiedades ms extensas, que ocupaban

    1 El sistema agrcola ms comnmente empleado por indgenas cubanos era el de los camellones,que consistan en montculos de tierra y materia orgnica donde plantaban la semilla o la yema dela planta en cuestin. Estas comunidades precolombinas aplicaban el sistema de tumba y quemapara establecer cultivos a pequea escala, especialmente de yuca y maz.

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    el 70% de la tierra agrcola, se dedicaban bsicamente a la ganadera y elazcar. Poco ms del 1% de los propietarios posean el 50% de las tierras,mientras el 71% tena solo el 11% (Valds, 2003).

    Sin embargo, los latifundios agrcolas eran ineficientes para la produccin de alimentos, y muchas de estas grandes fincas (cerca del 40%) fuerongradualmente abandonadas. Mientras, el sector campesino, que practicabauna agricultura diversificada con estrategias integradas tradicionales, tena unconsiderable impacto en la economa agraria. De acuerdo con el censo agrcolade 1946, casi el 90% de las fincas eran diversificadas. Con un tamao entre 5 y75 hectreas, una produccin integrada y mejor eficiencia organizativa, generaban alrededor del 50% de la produccin agrcola total del pas con solo el25% del rea cultivable en uso (CAN, 1951).

    A pesar de la existencia de muchas pequeas fincas diversificadas, laestructura de tenencia y el modelo econmico exportador contribuyeron a lacreacin de un sector agrcola que se especializ en unos pocos cultivos. Elcampo cubano se caracterizaba por la dependencia econmica y poltica delos Estados Unidos, la escasez de alimentos de subsistencia, la inequidad socialy una alta tasa de desempleo durante el tiempo muerto (meses durante loscuales no se procesaba azcar). Esta inestable situacin influy considerablemente en el triunfo de la Revolucin Cubana de 1959, de carcter agrario,

    popular y antiimperialista.

    2.3 Escenario posterior al triunfo de la Revolucin

    Reformas agrarias

    El gobierno revolucionario adopt dos leyes de Reforma Agraria que otorgaronla propiedad de la tierra a los campesinos que la trabajaban, lo que redujo con

    siderablemente el tamao de las fincas. La primera, firmada en mayo de 1959,limit la tenencia de tierra a alrededor de 400 hectreas. Luego, en 1963, la segunda ley estableci un mximo de 67 hectreas con el objetivo de eliminar laclase social terrateniente y la explotacin de los campesinos (Annimo, 1960;Valds, 2003). En la primera etapa, el 40% de la tierra cultivable fue expropiadaa compaas y grandes propietarios privados. En la segunda etapa, otro 30% dela tierra pas a manos del Estado (Valds, 2003).

    En ese momento haba cuatro objetivos priorizados para la transformacin de la agricultura: 1) satisfacer las necesidades crecientes de la poblacin,

    2) generar divisas convertibles con la exportacin de los productos, 3) obtener

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    materias primas para la industria de procesamiento de alimentos y 4) erradicarla pobreza del campo (Annimo, 1960). Se desarrollaron varios enfoques educativos, culturales y econmicos, incluyendo las campaas de alfabetizacin, el

    desarrollo de comunidades rurales para brindar servicios sociales y de salud alos campesinos, la construccin de miles de kilmetros de nuevas carreteras y laelectrificacin de las reas rurales (Annimo, 1987).

    El modelo agrcola convencional

    A pesar de que el gobierno expres oficialmente su propsito de diversificar laagricultura, en la prctica imper el monocultivo a gran escala. Los compromisos de exportar materias primas como azcar, ctricos, caf, tabaco y otros al

    Consejo de Ayuda Mutua Econmica (CAME) del bloque de pases socialistas,forzaron a Cuba a cumplir planes quinquenales con altos costos ambientales.De ah que la dependencia de alimentos procesados importados de Europa delEste alcanzara niveles sin precedentes (Espinosa, 1992).

    La aplicacin de los conceptos de la revolucin verde fue posible graciasa las fuertes relaciones con la URSS y los pases socialistas de Europa. Comopoltica nacional, Cuba adopt la tendencia mundial de sustituir capital porfuerza de trabajo y as aumentar la productividad. Este mtodo se caracterizpor la mecanizacin y el manejo agroqumico de los procesos agrcolas a granescala, con una alta aplicacin de insumos externos en monocultivos. La adopcin del modelo industrializado de agricultura, junto con el incremento de lasimportaciones de alimentos, permiti elevar el consumo energtico per cpitade 10.7 MJ/da a 11.9 MJ/da. El consumo proteico per cpita tambin aument en el mismo perodo: de 66.4 g/da a 76.5 g/da. A pesar de este progreso, las tasas de consumo per cpita fueron insuficientes para las necesidadesnutricionales, calculadas en 12.4 MJ/da de energa y 86.3 g/da de protena(Prez Marn y Muoz, 1991).

    Durante los aos ochenta, el 87% del comercio exterior se desarrollcon los pases socialistas de Europa a precios favorables, y solo el 13% conotras naciones a precios del mercado mundial (Lage, 1992). En 1988, Cubaenvo el 81.7% de todas sus exportaciones al bloque socialista, mientras el83.8% de sus importaciones totales provinieron de esos pases (Prez Marn yMuoz, 1991). El acuerdo con el CAME permita a Cuba vender sus productosen el mercado socialista a altos precios, mientras las importaciones se realizaban a bajos costos.

    La dependencia de unos pocos productos de exportacin fue alta, y la tierra

    dedicada a cumplir estos propsitos era considerable. Tres de los principales

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    cultivos de exportacin azcar, tabaco y ctricos cubran el 50% de latierra agrcola. La importacin en grandes cantidades de petrleo, maquinariay diversas materias primas resultaba favorable para Cuba en trminos econ

    micos, pero no para su autosuficiencia alimentaria. Bajo estas condiciones, elpas importaba el 57% de sus requerimientos de protena y ms del 50% de laenerga, aceites comestibles, productos lcteos y carnes (PNAN, 1994). Tambin se importaban fertilizantes, herbicidas y concentrados para alimentar elganado y sostener una produccin agropecuaria altamente subsidiada.

    Ya en la dcada de 1970, las instituciones de investigacin cubanas comenzaron a estudiar los conceptos de disminucin y sustitucin de insumosexternos. Las polticas y la investigacin comenzaron a prestar atencin a lasimplicaciones econmicas de la sustitucin de materias primas locales porimportadas. Sin embargo, a finales de los aos ochenta, la agricultura cubanacontinuaba caracterizndose por una alta concentracin de la tierra en manosdel Estado (80% del rea total perteneca al sector estatal), altos niveles demecanizacin (un tractor por cada 125 hectreas de tierra agrcola), especializacin agrcola y alto uso de insumos (1.3 millones de toneladas de fertilizantes,80 millones de USD en pesticidas, 1.6 millones de toneladas de concentradospara la alimentacin animal y 13 millones de toneladas de petrleo por ao)(Lage, 1992).

    Consecuencias y colapso

    La continua aplicacin de este modelo agrcola acarre severas consecuenciaseconmicas, ecolgicas y sociales. Entre las ms importantes se encuentran lasalinizacin (un milln de hectreas afectadas), la erosin del suelo de moderada a severa, la compactacin del suelo con su consiguiente infertilidad, laprdida de biodiversidad y la deforestacin de la tierra agrcola (CITMA,1997). Entre 1956 y 1989 se produjo un acelerado xodo hacia reas urbanas,lo que provoc una disminucin de la poblacin rural de 56 a 28%, y a menos de20% a mediados de los aos noventa (Funeset al., 2001).

    Como resultado de este conjunto de factores, a finales de la dcada de1980 los rendimientos agrcolas y ganaderos comenzaron a decrecer y, enconsecuencia, tambin disminuy la eficiencia econmica (Prez Marn yMuoz, 1991). El modelo agrcola convencional, que haba sido aplicado ms omenos por espacio de veinticinco aos, demandaba mayores cantidades deinsumos qumicos y de capital para mantener estables sus rendimientos. Ladepresin de la produccin agrcola provoc la escasez en los mercados.

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    Para aliviar esta situacin y cubrir la demanda interna, se inici un Programa Alimentario con la intencin de recuperar la infraestructura y el volumen de la produccin (ANPP, 1991). Originalmente, este programa se bas en

    el enfoque convencional de altos insumos, pues poda contar con abundantesrecursos trados del exterior. Incluso cuando la desintegracin del socialismoen Europa del Este y la URSS deriv en la prdida de estos insumos, el gobiernodecidi continuar desarrollando el Programa Alimentario a pesar de lo difciles que puedan ser las condiciones que debamos enfrentar (ANPP, 1991). Porsupuesto, sin la ayuda esperada, sera necesario ajustar seriamente la tecnologa y la estructura de produccin.

    El inesperado derrumbe de los pases socialistas europeos y de laURSS, puso en evidencia las contradicciones y vulnerabilidades del modeloagrcola que Cuba haba desarrollado. La Isla perdi sus principales mercados y las garantas que estos pases le haban proporcionado en el pasado. Lacapacidad de compra en el extranjero se redujo drsticamente de 8 100 millones de USD en 1989 a 1 700 millones en 1993, una disminucin de casi el80%. En ese ao se destinaron 750 millones de USD a la compra de combustible para la economa nacional y 440 millones a alimentos bsicos (Lage,1992; PNAN, 1994).

    Aunque la agricultura a pequea y mediana escala mostr mayor resi

    liencia a la crisis, en 1989 este sector representaba solo el 12% del rea de latierra agrcola total. Las restantes reas cultivables, que se manejaban conmtodos de altos insumos, industrializados y a gran escala, colapsaron dramticamente. Uno de los primeros efectos fue la deficiencia calrica, la consecuente prdida de peso extendida entre la poblacin y la aparicin de muchasenfermedades como resultado del bajo consumo de ciertos nutrientes (OPS,2002; Arnaudet al., 2001) (tabla 3). Sin embargo, las consecuencias de la crisisen la seguridad alimentaria habran sido mucho ms dramticas sin el sistemade racionamiento gubernamental, que asegur el acceso equitativo a los alimentos y evit una hambruna (Rosset y Benjamin, 1994; PNAN, 1994; Wright,2005).

    A pesar de las dificultades econmicas, durante este perodo el gobiernocontinu reforzando los programas sociales. Muestra de ello fue la reduccin,casi a la mitad, de la mortalidad infantil en el primer ao de vida: de 11.1 porcada mil nacidos vivos en 1989 a 6.4 al cierre de 1999 (Granma, 2000). A principios de los aos noventa fue necesario tomar severas acciones econmicaspara mantener las garantas sociales principales mientras se intentaba recons

    truir la economa cubana.

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    Tabla 3. Comparacin de niveles nutricionales per cpita por da en 1987 y 1993

    NutrienteNecesidadesnutricionales*

    Porcentaje de satisfaccinde necesidades reconocidas

    1987 1993

    Caloras 12.4 MJ 97.5 62.7Protenas 86.3 g 89.7 53.0Grasas 92.5 g 95.0 28.0Hierro 16 mg 112.0 68.8Calcio 1 123 mg 77.4 62.9Vitamina A 991 mg 100.9 28.8Vitamina C 224.5 mg 52.2 25.8

    Fuentes: PNAN, 1994; Prez Marn y Muoz, 1991.* Las necesidades nutricionales para la poblacin cubana (Porrata et al. , 1996) se definieron por lasnormas de la FAO (FAO/WHO/UNU, 1985).

    En respuesta a la precaria situacin alimentaria, se estableci el Programa Nacional de Accin para la Nutricin (PNAN), resultado de compromisos hechos ante la Conferencia Internacional para la Nutricin celebrada enRoma en 1992. Su objetivo era paliar las consecuencias de la crisis a travs delas siguientes estrategias bsicas (PNAN, 1994):

    Fortalecer la poltica agraria mediante la descentralizacin de la tenencia y gestin de tierra, y diversificar la produccin agrcola.

    Motivar a la poblacin a participar en las labores agrcolas. Incentivar la creacin de autoabastecimientos o huertos familiares

    con el objetivo de satisfacer las necesidades de reas residenciales einstituciones pblicas.

    Promover el desarrollo sostenible y compatible con el medioambiente.

    Reducir las prdidas postcosecha a travs de la venta directa deproductores a consumidores en las ciudades (agricultura urbana). Incorporar los objetivos nutricionales a los programas de desarrollo

    agrcola.

    Muchas de estas medidas tomadas por el Estado contribuyeron a la proliferacin de una agricultura ms sustentable. Sin embargo, el xito de estasestrategias ha sido ensombrecido por varios factores, entre ellos la dificultadpara adaptar la agricultura especializada de gran escala a las nuevas prcticas,

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    la falta de recursos financieros y materiales para promover estas soluciones, yla limitada fuerza de trabajo en el campo.

    2.4 Cambios en las estructuras productivas agrarias

    En general, se tomaron medidas tcnicas y organizativas para reducir el impactode la crisis en la agricultura. La descentralizacin y reduccin en escala de lasgrandes empresas estatales era una necesidad debido a su ineficiencia. En 1993el gobierno cre las Unidades Bsicas de Produccin Cooperativa (UBPC). Estafue una medida eficaz que otorg derechos de usufructo (uso gratuito de latierra durante un tiempo indefinido) a los campesinos que haban trabajadoen las empresas agropecuarias estatales. La distribucin de la tierra brindoportunidades a las personas interesadas en regresar al campo. En lo adelante,se crearon diez formas distintas de organizacin en la agricultura cubana, quecoexistieron en tres sectores: el estatal, el no estatal y el mixto (tabla 4).

    Estos cambios en la estructura agraria del pas se caracterizaron por latransferencia de la tierra estatal a otros sectores. En enero de 1995 se habanconcedido los derechos de usufructo del 58% de la tierra cultivable que controlaba el Estado a inicios de 1990 (constitua, en ese momento, el 83% del

    total).Tabla 4. Organizacin de la agricultura cubana

    Sector estatal

    Fincas estatales.Granjas Estatales de Nuevo Tipo (GENT).Fincas de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR),incluyendo fincas del Ejrcito Juvenil del Trabajo (EJT) ydel Ministerio del Interior (MININT).

    Fincas de autoabastecimiento en centros de trabajo e insti-tuciones pblicas.

    Sector no estatal

    Produccincolectiva

    Unidades Bsicas de Produccin Cooperativa (UBPC).Cooperativas de Produccin Agropecuaria (CPA).

    Produccinindividual

    Cooperativas de Crditos y Servicios (CCS).Campesinos individuales, en usufructo.Campesinos individuales, propiedad privada.

    Sector mixto Joint ventures entre capital estatal y extranjero.Fuente: Martin, 2001.

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    Los cambios en la estructura de tenencia de la tierra y de las formas organizativas empleadas, han sido denominados por los estudiosos del temacomo la tercera reforma agraria (Valds Paz, 2005). Un anlisis cronolgico

    del porcentaje del rea agrcola nacional muestra que las UBPC predominaron rpidamente (tabla 5). Durante un perodo de cinco aos, se incorporarona estas unidades unos ciento cincuenta mil trabajadores (Prez Rojaset al.,1999). Si se comparan con las empresas estatales, las UBPC son una forma deproduccin ms descentralizada (Villegas, 1999). El sector campesino tambinaument el rea de tierra en el proceso de redistribucin, un reconocimiento asu capacidad de gestin y papel creciente en la produccin de alimentos.

    Con la creacin de las UBPC, el Estado busc mejorar la gestin de la produccin y ahorrar sus escasos recursos. El tamao de las grandes empresas decultivos varios se redujo diez veces, mientras que el de las empresas ganaderasdisminuy veinte veces como promedio, alcanzando una extensin similar a la delas Cooperativas de Produccin Agropecuaria (CPA) que haban existido durantems de veinte aos con razonables niveles de produccin y eficiencia (tabla 6).

    Tabla 5. Porcentaje de tierra cultivable en Cuba por forma de propiedad, 1989-2008

    Forma de propiedad de la tierra 1989-1992 1993 2000 2008Estatal

    8347.5

    33.1 23.2Otras organizaciones estatales 9.0UBPC 26.5 40.6 39.8CPA

    127.0

    26.3 37.0CCS 10.0

    Fuentes: PNAN, 1994; Prez Rojas et al. , 1999; ONE, 2004; ONE, 2008.

    Tabla 6. Tamao promedio (hectreas) de las empresas estatales, UBPC y CPA

    Actividad principalEmpresas estatales

    1989UBPC1994

    CPA1994

    Arroz 27 200 5 040 Caf 429 470Ctricos y frutales 17 400 101 577Cultivos varios* 4 300 416 483Ganadera 28 000 1 597 631Tabaco 3 100 232 510

    Fuente: PNAN, 1994.* Tubrculos, races, vegetales, pltano, granos y semillas (frijol, maz, soya, girasol, ajonjol, etc.).

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    La estrategia de dividir la tierra en parcelas menores dentro de las UBPCse bas en la mayor factibilidad de la produccin a pequea escala. Pero,incluso con estas reducciones, el tamao promedio de las UBPC era todava

    grande para la mayora de las actividades agrcolas, y la falta de recursos hizoque muchas de ellas fueran difciles de administrar. Esta situacin condujo aun proceso an no concluido de cambios en las estructuras agrarias. Comoempresas agrcolas gestionadas por los propios cooperativistas, las UBPC facilitaron un mejor manejo de los recursos naturales y la toma de decisiones.

    La menor escala de las UBPC, junto con su mayor diversificacin y usoms racional de insumos, maquinaria e infraestructura, posibilit incrementosen la productividad, lo que ayud a mitigar las prdidas en insumos externos ycapital. Sin embargo, durante ms de diez aos el modelo de las UBPC estuvolejos de alcanzar sus beneficios potenciales, puesto que reprodujo muchosmtodos organizativos empleados en las empresas estatales (Prez Rojas yEchevarra, 2000). La falta de un sentido de pertenencia, la persistente dependencia de insumos externos y la limitada toma de decisiones, afectaron su funcionamiento (Granma, 1997).

    En resumen, aunque en su esencia las UBPC formaron parte de una estructura que oper bajo la direccin de las empresas estatales, esta forma deproduccin en sus estatutos y mecanismos favorece la transicin a la descen

    tralizacin y tiende a imitar los valores, la eficiencia y el potencial de la produccin campesina tradicional. Ejemplo de ello es la efectiva profundizacinen los principios y la aplicacin del cooperativismo en Cuba (Lpez Labrada,2007). Quince aos despus de su creacin, se manifiesta un fortalecimientodel papel de las UBPC en la sociedad y una mayor efectividad en su gestin.Pueden encontrarse casos exitosos en todas las actividades agrcolas, tanto enreas urbanas como rurales. Cada una de ellas sigue modelos integrales, en losque se conjugan objetivos productivos, econmicos y sociales en una concepcin dirigida a la diversificacin, la autosuficiencia alimentaria y el mejoramiento de las condiciones de vida de los cooperativistas.

    2.5 Contribucin de los agricultores pequeos

    En Cuba, las formas privadas de produccin agrcola, desarrolladas por campesinos, principalmente a pequea y mediana escala, pueden llevarse a cabode manera individual o en grupos bajo dos tipos de cooperativa: CPA y CCS. El

    primer tipo est compuesto por productores que entregaron sus tierras a la

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    cooperativa, por lo que se transforman en propiedad social. El segundo estintegrado por campesinos que forman una cooperativa en la que mantienen lapropiedad de la tierra y de los equipos sobre una base individual, compran

    insumos al Estado, y reciben crditos y servicios (lvarez, 2001). Ambos tiposde productores tienen compromisos de ventas al Estado de acuerdo con supotencial productivo. Adems, cosechan alimentos y cran animales para autoabastecerse. Tambin pueden vender los productos agrcolas en el mercadolocal a travs de un representante de la cooperativa.

    Si se comparan con las fincas estatales o las UBPC, los campesinos privados tienen mayor experiencia y tradicin, y no sorprende que sus sistemas agrcolas hayan demostrado ser ms resilientes al enfrentar la crisis. Mientras lasempresas agrcolas estatales sufrieron rpidamente el impacto de la falta deinsumos y financiamiento, el sector campesino fue capaz de amortiguar la escasez de recursos materiales. A fines de los aos ochenta el sector privado ocupaba el 18% de la tierra cultivable del pas, pero diez aos ms tarde contaba conel 25% del rea agrcola y participaba significativamente en la produccin, tantopara el consumo interno como para la exportacin.

    El porcentaje relativamente alto de contribucin de la produccin campesina a las ventas totales en el sector agrcola nacional durante los aos de crisis(tabla 7), demuestra su alta eficiencia en el uso de la tierra. Tambin muestra la

    capacidad de los mtodos de produccin y organizacin de los pequeos agricultores para contribuir al balance alimentario nacional. En 1996 el 70.7% deltotal de las ventas agrcolas directas a la poblacin fueron realizadas por campesinos individuales o cooperativos (Martin, 2001).

    Tabla 7. Contribucin de la produccin campesina a las ventas totales al Estado de variosproductos

    Producto % de ventasal Estado Producto% de ventas

    al Estado

    Arroz 17 Granos 74Caf 55 Leche 32Caa de azcar 18 Maz 64Carne de cerdo 43 Miel 55Ctricos 10 Pescado 53Cacao 61 Races, tubrculos y vegetales 43Frutas 59 Tabaco 85

    Fuente: Lugo Fonte, 2000.

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    Aunque la produccin ganadera a nivel nacional ha estado deprimidapor la escasez de alimento importado y las adversas condiciones climticasprolongadas sequas, huracanes y otros eventos naturales, los campesinos

    han desarrollado una gran capacidad de adaptacin. Los agricultores pequeosse convirtieron en un modelo para la reestructuracin de la agricultura cubana(lvarez, 2001).

    El campesinado ha sido un eslabn importante en la preservacin de loscultivos tradicionales y del ganado mejor adaptado a las condiciones agroclimticas, factores indispensables para el mejoramiento gentico y la agricultura sostenible desde una perspectiva local (Ros, 2004; Wright, 2005). LaAsociacin Nacional de Agricultores Pequeos (ANAP), a travs de su Movimiento Agroecolgico Campesino a Campesino (MACAC), ha sistematizado laexperiencia agrcola tradicional y ha reforzado los principios sostenibles en laagricultura cubana. En el ao 2004, este movimiento estaba presente en 155de los 169 municipios del pas, y articulaba a unos tres mil facilitadores y ams de nueve mil promotores (Perera, 2004). En un esfuerzo paralelo, en esafecha ms de cuatro mil productores se haban involucrado en el Programa deInnovacin Agrcola Local del Instituto Nacional de Ciencias Agrcolas (INCA),basado en procesos participativos de base (Ros, 2004).

    El reciente programa de entrega de tierras ociosas en usufructo, respal

    dado por el DecretoLey 259, ha legitimado el importante papel del sectorcampesino, al integrar los nuevos agricultores a la estructura de las CCS. Actualmente la ANAP ya agrupa casi 400 mil miembros y contribuye comoningn otro sector en la produccin de alimentos (Gonzlez 2009a).

    2.6 Agricultura urbana y seguridad alimentaria

    Fundacin, estructura y objetivos

    La agricultura urbana ha sido una iniciativa til para la promocin de la autosuficiencia alimentaria. Esta forma de agricultura estaba casi olvidada en Cubacuando los alimentos eran accesibles, pero se convirti en una estrategia importante al ser la primera reaccin de la poblacin para contrarrestar la escasez de alimentos (Murphy, 1999; Companioniet al., 2001). Al cultivar dentro yalrededor de las ciudades, era posible emplear recursos locales sin necesidadde pagar por la transportacin de insumos y productos (Cruz y Snchez,2001). En los inicios de la crisis, la poblacin se organiz para cultivar solares

    libres, traspatios y azoteas en las ciudades. Incluso era comn la crianza de

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    animales dentro de las viviendas y as asegurar el suministro de protena a lafamilia. Surgida como una produccin de subsistencia, a mediados de los aosnoventa la agricultura urbana se haba transformado en una prctica que tam

    bin incluy las actividades comerciales y lleg a contribuir significativamentea la seguridad alimentaria del pas.

    Mientras la agricultura urbana fue extendindose, gan organizacin ycomenz a recibir el apoyo gubernamental. En 1995 ya existan 1 613 organopnicos (pequeas parcelas de tierra abandonada en las ciudades y en lasque se cultivan vegetales frescos en canteros fertilizados con materia orgnica), 429 huertos intensivos y 26 604 huertos comunitarios. En 1997 se cre unared de empresas municipales e instituciones estatales (el Grupo Nacional deAgricultura Urbana) para organizar a las personas ya involucradas en el movimiento.

    El movimiento en la provincia Ciudad de La Habana cuenta con una redde 179 organopnicos (122 ha), 418 huertos intensivos (607 ha), 7 848 parcelas (2 203 ha) y 34 970 patios (642 ha). Al cierre de 2008, solo en la capital sereportaron producciones por encima de las 100 mil toneladas de hortalizas ycondimentos frescos. Si consideramos otras producciones agrcolas, el volumen alcanza ms de 200 mil toneladas, una contribucin apreciable a la seguridad alimentaria (tabla 8).

    Tabla 8. Produccin de cultivos y animal en la agricultura urbana de la provincia Ciudad de LaHabana, 2008

    Producto Volumen (t) Producto Volumen (t)Arroz 450 Carne de aves 313Caf 476 Carne de carnero 242Condimentos 99 Carne de cerdo 1 966Frijol 1 167 Carne de chivo 209Frutas 35 339 Carne de conejo 170Maz 10 245 Leche de cabra 357Plantas medicinales 198 Pescado 21Pltanos 25 833 Huevos 21 millones

    de unidadesRaces y tubrculos 22 831Fuente: Boletines estadsticos del MINAG (2009).

    Espacialmente, la agricultura urbana cubre un radio de 10 km desde elcentro de la cabecera provincial, de 5 km a partir de las capitales municipales,

    de 2 km alrededor de las poblaciones de ms de diez mil residentes, y la pro

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    duccin local de los asentamientos menores de mil personas. Desde sus inicios,el gobierno ha desempeado un papel importante en la promocin y apoyo deeste movimiento masivo hacia la seguridad alimentaria. El General de Ejrcito

    y Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, Ral Castro, ha sidopersonalmente un sistemtico impulsor de la agricultura urbana (GonzlezNovo, Castellanos y Price, 2009). El objetivo principal del movimiento cubanode agricultura urbana es alcanzar un consumo diario de 300 gramos de vegetales por persona, cantidad recomendada por la ONU/FAO, y un adecuadosurtido de fuentes de protena animal. De acuerdo con Companioniet al. (2001),otros principios bsicos de este movimiento son:

    Distribucin uniforme por todo el pas. Correspondencia entre produccin planificada y el nmero de habi

    tantes de cada lugar. Interrelacin cultivoanimal con mxima utilizacin de las posibili

    dades para el incremento de ambas. Uso intensivo de materia orgnica y controles biolgicos para pre

    servar la fertilidad de los suelos y sustratos. Utilizar cada rea disponible para producir alimentos de forma in

    tensiva con el fin de obtener altos rendimientos de los cultivos y

    animales. Integracin multidisciplinaria e intensa y aplicacin de la ciencia y la

    tcnica. Mxima utilizacin de todo el potencial existente para producir ali

    mentos, fundamentalmente la fuerza laboral y el uso de residuos osubproductos para la produccin vegetal y animal.

    El programa de agricultura urbana est compuesto por veintiocho subprogramas cada uno relacionado con un tipo o aspecto de la produccinagrcola o ganadera que constituyen su base organizativa y administrativa(GNAU, 2004).

    Arroz popular: ejemplo de un subprograma exitoso

    Fundamental en la dieta cubana, el consumo per cpita de arroz excede los 44 kganuales o los 265 g por da (Socorroet al., 2001). La produccin de arroz enCuba se desarroll durante muchos aos en grandes granjas estatales y tambin fue uno de los cultivos priorizados por el Estado. Entonces pareca irre

    futable que para alcanzar la autosuficiencia de este cereal era necesario

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    recurrir a mtodos convencionales de altos insumos (Len, 1996). Sin embargo,incluso durante los aos ochenta, cuando los insumos estaban disponibles, nopudo cubrirse la demanda nacional y fue necesario importar el 40% del arroz

    consumido. La produccin con altos insumos de este cereal demostr ser insostenible al comenzar la crisis de los aos noventa. El nuevo programa dearroz popular mostr que la agricultura autogestionada y de bajos insumospodra tener un impacto positivo en la autosuficiencia alimentaria nacional(Garca, 2003).

    La produccin popular de arroz fue en sus orgenes, como la agricultura urbana en general, un movimiento para el autoabastecimiento. Este cerealcomenz a cultivarse en reas abandonadas, en pequeas parcelas entre loscampos de caa de azcar, en las cunetas de las carreteras, etc. El movimientocreci rpidamente y logr niveles imprevistos de produccin y eficiencia. En1997, mientras la Unin de Empresas del Arroz estuvo muy afectada, con unaproduccin de 150 000 t, el movimiento de arroz popular logr 140 600 t einvolucr a 73 500 agricultores pequeos que obtuvieron, como promedionacional, 2.8 t/ha sin el empleo de costosos insumos (Granma, 1998). Esterendimiento result muy favorable, comparado con el de la produccin dearroz convencional durante los aos ochenta, que logr un rendimiento nacional promedio de entre 2 y 3 toneladas por hectrea (ANPP, 1991). En 2001 el

    arroz popular represent ms del 50% de la produccin total nacional (Garca,2003); en el ao 2008, el 75% (Labrada, 2009).

    xitos recientes y futuro

    En el ao 2000 la agricultura urbana produjo ms de 1.6 millones de toneladasde vegetales y emple a 201 000 trabajadores (Granma, 2001). Dos aos despus, 326 000 personas se unieron al programa de produccin agrcola urbana(Granma, 2003), mientras que en 2006 la produccin lleg a 4.2 millones de

    toneladas y dio empleo a 300 000 personas (Pags, 2006b) (figura 4). La produccin reportada de 20 kg/m2 lograda por la agricultura urbana excedi los300 g de vegetales por persona al da, cifras que han sido cuestionadas, debidoa que la demanda an no est totalmente cubierta.

    El movimiento de la agricultura urbana tambin contribuy al establecimiento de una red de 1 270 puntos de venta de productos agrcolas en lasciudades y 932 mercados agrcolas (Granma, 2003). Los productos distribuidos mediante esta red aportan significativamente a la seguridad alimentaria,aunque los precios todava son altos en relacin con la capacidad de compra

    promedio de la poblacin.

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    .

    Figura 4. Produccin de vegetales en organopnicos y huertos intensivos.

    La cantidad de personas dedicadas al trabajo agrcola en la periferia dela ciudad contina aumentando. Sin embargo, Cruz y Snchez (2001) consideran que este tipo de agricultura debe buscar un acercamiento ms integrado,que vaya ms all de una solucin temporal a la crisis o de la mera seguridadalimentaria, y abarque tambin la preservacin de los ambientes urbanos, lalucha contra la contaminacin del aire y el agua, as como la creacin de unacultura de conservacin de la naturaleza.

    2.7 La estrategia de sustitucin de insumos

    Durante los aos ochenta, las investigaciones agropecuarias en Cuba se dirigieron mayormente hacia la sustitucin de insumos, reduciendo el uso defertilizantes, pesticidas y concentrados para alimentar el ganado. Estas investigaciones fueron aplicadas en las actividades agrcolas econmicamente msimportantes y a gran escala (Funes, 2001). Aunque el objetivo principal erareducir los costos de produccin en la agricultura comercial a travs de la susti

    tucin de insumos agroqumicos por biolgicos, estos estudios crearon las bases

    0500

    1000

    1500

    2000

    2500

    3000

    3500

    4000

    4500

    94 95 96 97 98 99 00 05 06Ao

    0

    5

    10

    15

    20

    25

    Produccin en organopnicos y huertos intensivos (miles de toneladas)Rendimientos en organopnicos (kg/m)

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    para la aplicacin de prcticas ecolgicas cuando no haba otras alternativasdisponibles. Como resultado, la sustitucin de insumos lleg a escalas no alcanzadas en ningn otro pas, y su efectividad e impacto positivo fueron signi

    ficativos (Rosset y Benjamin, 1994; Funeset al., 2001).

    Alternativas para el manejo ecolgico del suelo

    Como parte de las investigaciones sobre fijacin de nitrgeno y solubilizacindel fsforo, se desarrollaron varias preparaciones microbiolgicas para determinados cultivos. En las investigaciones sobre sustitucin de insumos, unaamplia gama de estos biofertilizantes ha sido desarrollada con xito y se haaplicado a escala comercial en los cultivos fundamentales, sustituyendo un

    porcentaje significativo de fertilizantes qumicos.Los resultados de tales investigaciones confirmaron la efectividad deusar abonos verdes y cultivos de cobertura en la produccin agrcola comercial.Estos estudios incluyeron el uso de sesbania en la produccin de arroz (Cabelloet al., 1989) y de crotalaria, canavalia, frijol terciopelo y frijol lablab o dolichosen otros cultivos comerciales (Garca y Treto, 1997). Los abonos verdes lograron sustituir altos niveles de fertilizantes nitrogenados el equivalente a67255 kg/ha de nitrgeno, 722 kg/ha de fsforo y 36211 kg/ha de potasioy mejorar las caractersticas fsicas del suelo (Tretoet al., 2001). En la produccin comercial de tabaco, las aplicaciones de qumicos se redujeron a travsdel uso de abonos verdes para mejorar la fertilidad del suelo. Tambin se recuperaron otras prcticas de cultivo tradicionales, incluyendo el uso de bueyes,lo que evit la compactacin de los suelos y conserv sus condiciones fsicas.

    La produccin de humus de lombriz (o vermicompost) y de compost alcanz altos niveles. Entre 1994 y 1998 la produccin nacional de estos dosfertilizantes orgnicos fluctu entre 500 y 700 millones de toneladas anuales.Se populariz la produccin en pequea escala de humus de lombriz y de

    compost, sobre todo dentro de la agricultura urbana, debido a los altos nivelesde fertilizantes orgnicos exigidos por la produccin de vegetales en canteros.A escala industrial, el uso de cachaza (impurezas filtradas del jugo de caade azcar, un derivado del procesamiento industrial) permiti una reduccinconsiderable o la eliminacin de la demanda de fertilizantes qumicos en lamayora de los cultivos comerciales importantes. Con una aplicacin de120160 t/ha, este fertilizante orgnico reemplaz completamente a los fertilizantes qumicos durante ms de tres aos en suelos arenosos, y el mismoresultado se logr con el empleo de 180240 t/ha por ms de cinco aos en

    suelos con un mayor contenido de arcilla (Tretoet al., 2001).

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    Control biolgico

    Despus de 1990, en respuesta a la escasez de pesticidas, el control biolgicose volvi una estrategia fundamental para controlar las plagas en Cuba. Larpida aplicacin de esta estrategia a escala nacional en los aos noventa sehizo posible gracias a la amplia experiencia y a la existencia, desde 1960, decinco laboratorios para su estudio. Con el objetivo de producir agentes biolgicos que controlaran las plagas agrcolas ms importantes, se crearon a lolargo del pas 276 Centros de Reproduccin de Entomfagos y Entomopatgenos (CREE); de ellos, 54 para las reas caeras y 222 para las tierras productoras de vegetales, tubrculos, frutas y otros cultivos (Prez y Vzquez, 2001).La produccin real de estos agentes de control biolgico hongos, bacterias,

    nemtodos e insectos beneficiosos fue descentralizada y a pequea escala.Los CREE brindaron servicios tanto a fincas estatales y cooperativas como afincas privadas (FernndezLarrea, 1997). Su uso fue amplio y en 1999 cubriaproximadamente un milln de hectreas en el sector no azucarero (Prez yVzquez, 2001).

    Aunque Cuba nunca detuvo la importacin de pesticidas, esta se redujoa alrededor de un tercio de lo que se compraba antes de los aos noventa (Prezy Vzquez, 2001). Los programas de manejo integrado de plagas (MIP), combinados con el manejo biolgico y qumico de los cultivos, se convirtieron enuna estrategia comn. Por otra parte, la efectividad de los agentes de controlbiolgico permiti la continua disminucin del uso de pesticidas en cultivosvarios, que, segn datos publicados porGranma Internacional (Pags, 2004),se redujo veinte veces en un perodo de quince aos: de veinte mil toneladasen 1989 a alrededor de mil en 2004.

    Traccin animal

    A fines de los aos ochenta la agricultura cubana dispona de unos noventa miltractores y se importaban cinco mil al ao. Despus de 1989, el nmero detractores en funcionamiento cay drsticamente por la falta de combustible,mantenimiento y piezas de repuesto. Por ello se recuper la prctica tradicional de usar bueyes para cultivo y transporte. Unas trescientas mil yuntas debueyes fueron entrenadas, lo que hizo a los nuevos sistemas de produccinmenos dependientes de combustibles fsiles. En 1997, el 78% de las yuntas debueyes se usaba en el sector privado, que cubra solo el 15% del rea agrcolanacional; despus, el uso de los bueyes se extendi a todos los sectores agrcolas(Ros y Ponce, 2001).

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    El empleo sistemtico de la traccin animal en reas agrcolas requiriuna integracin de tierra para los pastos y la produccin del alimento animal,es decir, el uso mixto. Muchas fincas ganaderas que se haban especializado en

    la produccin de leche o carne comenzaron a usar bueyes para transportar losforrajes y cultivar el suelo donde creceran las cosechas para la subsistencia yel mercado. Las empresas especializadas en cultivos y las granjas ganaderastuvieron que adaptar sus diseos a las nuevas condiciones. De igual manera,no pocas cooperativas, que antes se haban dedicado al cultivo especializado depapa, boniato, vegetales, etc., crearon mdulos pecuarios usando ganado dedoble propsito, para la produccin de leche y carne con destino al autoabastecimiento de los cooperativistas.

    Policultivos y rotacin de cultivos

    La rotacin de cultivos y los policultivos se desarrollaron en aras de estimularla fertilidad natural del suelo, controlar las plagas, restaurar la capacidad productiva y obtener mayor Uso Equivalente de la Tierra (UET).2 La aplicacin deestas alternativas a menudo practicadas por los campesinos tradicionalesdemostr ser esencial para alcanzar altos niveles de produccin y se expandipor todo el pas, especialmente en el sector cooperativo (Wright, 2005). Tantolos resultados de investigacin como los datos reales de la produccin demostraron que los policultivos y la rotacin de cultivos podan aumentar los rendimientos en la mayora de los cultivos econmicamente importantes (Casanovaet al., 2001).

    Por ejemplo, experimentos realizados confirmaron el aumento en losrendimientos de caa de azcar (84.4 a 90.6 t/ha) en rotacin con soya que asu vez tuvo una produccin aadida de 1.7 t/ha (Leyva y Pohlan, 1995). Elpolicultivo de yuca y frijol bajo diferentes sistemas de manejo de cultivos alcanz mayores UET cuando se compar con la yuca y el frijol en monocultivo

    (Mojena y Bertol, 1995). El policultivo de abonos verdes y maz en rotacincon papa tambin increment la produccin del tubrculo (Crespoet al., 1997).Todas estas combinaciones de policultivo hicieron ms eficiente el uso de latierra, as como el control de plagas.

    2 El Uso Equivalente de la Tierra se calcula utilizando la formula UET=(Rpi/Rmi), dondeRpiesel rendimiento de cada cultivo en el policultivo yRmies el rendimiento de cada cultivo en monocultivo. Para cada cultivo (i) se calcula un ndice con el que se determina el UET parcial decada uno, luego los UET parciales se suman y su resultado da el UET total para el policultivo(Gliessman, 2006).

  • 8/9/2019 Agricultura Con Futuro

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    2.8 Ms all de la estrategia de sustitucin de insumos

    Los ejemplos anteriores de estrategias de sustitucin de insumos reconocen

    los positivos resultados de estos enfoques para la autosuficiencia alimentariay el medioambiente. Este modelo de sustitucin de insumos prevaleci enCuba durante los aos de la crisis y se considera el primer intento de convertirun sistema convencional a escala nacional (Rosset y Benjamin, 1994). Sin embargo, estos enfoques necesitan evolucionar si se desea alcanzar un nivel superior de sostenibilidad agrcola. Muchos campesinos emplearan agroqumicossi estos estuvieran disponibles, a pesar de que reconocen sus efectos negativosen la salud (Wright, 2005).

    El modelo alternativo cubano necesita ser reforzado con un enfoquems poderoso, tanto sistmico como ecolgico. La sostenibilidad a largo plazosolo puede alcanzarse con cambios profundos; o sea, considerando los sistemasagrcolas alternativos como verdaderamente regenerativos, y no solo comouna manera de sustituir insumos. La integracin de cultivos y ganadera dentrode los sistemas de produccin diversificados para crear sistemas integradosde produccin es una de estas alternativas (Monzoteet al., 2002).

    2.9 Sistemas integrados de produccin: un enfoque hacia la sostenibilidad

    La estrategia nacional de sustitucin de insumos estableci la infraestructuray el conocimiento bsico acerca de los sistemas de gestin agrcola sostenibles. Sin embargo, es necesario reconocer sus lagunas tecnolgicas para asalcanzar un enfoque ms integrado y ecolgico. Los sistemas de monocultivoque an prevalecen en la agricultura, la dependencia de insumos externos y lafalta de integracin en los agroecosistemas son algunas de estas lagunas.

    Cambios en la estructura de uso de la tierra

    Los patrones de uso de la tierra presentes en la agricultura cubana son de especial relevancia para la conversin ha