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UN REGRESO A LOS ORÍGENES DE LA AVIACIÓN, CON SU DOSIS EXACTA DE SOFISTICACIÓN PIONERA.

EL VUELO INAUGURAL DE UN AIRBUS 380 –LA AERONAVE COMERCIAL MÁS GRANDE DEL MUNDO, CON

CAPACIDAD PARA MÁS DE 500 PERSONAS EN DOS PISOS– EN SU RUTA EXPERIMENTAL PARÍS-LONDRES.

EL DEBUT DE UN NUEVO CONCEPTO DE CONFORT ABORDO QUE INCLUYE NIVELES SUPERIORES DE

SILENCIO EN CABINA Y UNA ATMÓSFERA LUMÍNICA RESPETUOSA DEL RELOJ BIOLÓGICO. Texto: Andrea del Río

Crucero del aire

A fines de 2009, Air France se convirtió en el primer operador detransporte aéreo europeo en incorporar a su flota el Airbus 380, uncoloso con capacidad para 538 pasajeros dispuestos en dos puentes ytres clases. Con tres unidades actualmente en operaciones desde y ha-cia París (Nueva York, Johannesburgo y Tokio, a las que se sumaríaMontreal en mayo de 2011), la compañía cubrió con este ultramoder-no ejemplar la ruta a Londres durante apenas tres meses y sólo tres ve-ces por semana, a los efectos tanto de perfeccionar el protocolo de ser-vicio de la tripulación de abordo como de ofrecer a los viajeros laoportunidad de experimentar el valor diferencial del aeroplano. Y Clase Ejecutiva tuvo el privilegio de vivenciar, en agosto pasado, du-rante breves pero inolvidables 30 minutos, el debut de la unidad que,desde septiembre último, une la Ciudad Luz con la capital del Impe-rio del Sol Naciente.

El avión comercial más grande del mundo. Un súper jumbo. Untransatlántico aéreo. El Airbus 380 es un sueño vuelto realidad para lospasajeros y un cambio de paradigma para la industria aeronáutica civil.Para unos, porque sus prestaciones en materia de diseño y tecnologíaelevan la cota del rélax y entretenimiento disponible en vuelos intercon-tinentales (hasta 13 mil kilómetros). Para otros, porque su configura-ción –potencia de motores, eficiencia aerodinámica, sinergia de materia-les estructurales– se traduce en garantía de uno de los más bajos nivelesde consumo de combustibles por pasajero (20 % menos de emisión decarbono), un ahorro de 15 millones de euros por año y por nave y un20 % de reducción de los costos operativos dado que, al transportar lamisma cantidad que un Boeing 777-200 y un Airbus A340-300 juntos,permite racionalizar las frecuencias de las rutas más demandadas, ofre-ciendo el mismo número de asientos en un solo decolaje.

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Basta verlo, en la pista del Charles de Gaulle, para perder el aliento. A sulado, los aviones que, ayer nomás, simbolizaban la cumbre del progreso dela industria aeronáutica, quedan reducidos a la ilusión de un futuro posi-ble. El A380, en cambio, es una visión del presente perfecto. Con sus doscubiertas o pisos –en el principal se ubican 9 plazas para primera clase y343 en turista, mientras que en el superior se disponen 80 asientos parabusiness y 106 en turista–, la disposición espacial desafía las expectativasincluso del viajero con mayor millaje. Pronto quedará en claro que la vida abordo se organiza de modo diferen-te, amigable, slow. El mérito corresponde a una atmósfera intimate pro-piciada por los colores, los aromas y las luces que evocan el espíritu sofis-ticado que caracterizaba a la aviación en sus orígenes, cuando no se tra-taba meramente de transportarse de un punto al otro del planeta sino,especialmente, de sumar experiencias a la existencia. Entonces, se entien-de que el concepto de confort no se limite al asiento que, por ejemplo,en La Premiere, incorpora tejidos tecnológicos que absorben y liberan lahumedad corporal; mientras que, en Affaires, los prácticamente flat seatsasumen una disposición más reservada para que el viajero de negociostrabaje o descanse con mayor comodidad. Sucede que en este auténticocrucero del aire se implementó un sofisticado sistema lumínico que adap-ta el escenario de la cabina a cada una de las etapas del vuelo conforme alo que el reloj biológico decodifica como amanecer y atardecer, de mo-do de aprovechar los efectos beneficiosos de la luz en el organismo. Setrata, en suma, del upgrade de sentirse bien y no sólo cómodo.

Los breves 8 minutos de vuelo a velocidad crucero que Clase Ejecutivaexperimenta abordo del A380 en la ruta experimental entre París yLondres bastan para descubrir que, en materia de aprovechamiento deltiempo libre, Air France sigue rindiendo honor a la tradición gala del lais-sez faire, laissez passer. En principio, sorprende la inclusión de bares en cada cabina (6 en total),un guiño a la cultura francesa del aperitivo para estimular el intercambioentre viajeros. En tanto, el sistema de entretenimiento de pantalla personalhace alarde de una navegación sencilla e intuitiva que permite elegir entremás de 100 películas y un juke-box con 3 mil canciones, seguir la ruta devuelo en tiempo real o ver imágenes en vivo del exterior merced a unamini-cámara situada en la aleta caudal. Pero, sin dudas, la mayor novedadla constituye la posibilidad de descargar, a través del puerto USB con quecuenta cada butaca, desde guías turísticas de la ciudad de destino hasta jue-gos infantiles, videos de relajación o screen savers, lo cual posiciona a AirFrance como la primera aerolínea que permite el download gratuito de esos

recuerdos virtuales. Otra deliciosa sorpresa es la galería de arte, un espaciocon pantallas de 38” y high position seats que exhiben –en exclusiva para lospasajeros de primera y ejecutiva– anticipos de las principales muestras o re-súmenes de las colecciones permanentes de los museos más prestigiosos delmundo. Con todo, el epítome de la sofisticación abordo se condensa en lachanging cabin, un coqueto cuarto de baño y vestidor donde los pasajerosde La Premiere pueden colocarse el lounging suit (robe) que les es provis-to en exclusiva para descansar y proteger su indumentaria personal, así co-

mo acicalarse antes del aterrizaje con los artículos de belleza e higiene dela línea premium de Clarins.

Definido como un environmentally-friendly aircraft, el A380 probó,en el vuelo experimental París-Londres, una maniobrabilidad apacible difí-cil de imaginar, a priori, en un gigante de cuatro motores con una enver-gadura de 80 metros, una altura de 24 y una longitud de 73, y cuyo peso–en el despegue– alcanza las 560 toneladas. De allí que Air France haya in-vertido, en el hub del aeropuerto Charles de Gaulle, unos 200 millones deeuros de modo de asegurar las facilidades operativas acordes a las particu-laridades del megaaparato. Llegó el momento de desembarcar. Allí, París es el recuerdo de un presen-te perfecto. Aquí, Londres es la promesa de un futuro posible.◆

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