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    Estudios Atacameos N 12, pp. 75-87 (1997)

    RESUMEN

    En los Andes Centro Sur el uso del trmino pucara es

    ambiguo, dado que se lo utiliza para denominar tanto for-

    talezas, poblados fortificados, asentamientos naturalmente

    inexpugnables o sitios estratgicos que controlan recursos

    o vas de circulacin. Cronolgicamente comprenden almenos dos momentos, preincaico e incaico. Se relaciona el

    surgimiento de este tipo de asentamientos con el contexto

    social y poltico de los inicios del Intermedio Tardo en

    los Andes Centro Sur. En la Puna de Jujuy es escasa la

    presencia de pucara al menos si lo referimos a algunas

    de las reas aledaas (Quebrada de Humahuaca). Esto

    probablemente se pueda referir a particulares condiciones

    sociales o econmicas en el Intermedio Tardo para esta

    parte de los Andes.

    ABSTRACT

    The use of the term pucara is rather ambiguous in theSouth Central Andes. It is used for naming both fortresses,

    fortified villages, settlements with a very difficult access,

    or sites with a strategic location regarding resource control

    or circulation. Some of these pucara belong to the Inca

    Period and other are earlier. The emergence of the pucara

    settlements is related to the political and social conditions

    in the begginning of the Late Intermediate Period in the

    South Central Andes. In the Puna de Jujuy the pucara are

    scarce, at least when we have in mind some nearby areas as

    the Quebrada de Humahuaca. This can probably be related

    to particular conditions in this part of the Andes during the

    Late Intermediate Period.

    El fenmeno pucara visto desde la Puna jujea

    M R1 M E A2

    De sus pueblos de tierra baja se fueron apoblarse en altos y cerros y peas

    Guaman Poma (1615)

    Introduccin

    En abril de 1995 se llev a cabo en el InstitutoInterdisciplinario Tilcara, el taller: Economa yconflicto: Sobre el surgimiento de los llamados

    pucara en los Andes Meridionales y Centro Sur.En esa oportunidad se realizaron algunos viajes asitios de la Quebrada de Humahuaca y se visit elPucara de Rinconada en la Puna jujea donde seenfatiz que el nico otro pucara conocido paraesta zona era el de Sorcuyo, en Casabindo.

    El hecho de haber identificado tan solo dos pucarapara la Puna jujea, resultaba sorprendente teniendoen cuenta la abundancia de este tipo de sitios enreas aledaas (p.e., Quebrada de Humahuaca,

    Subrea Valliserrana). Si bien este hecho podradeberse a la falta de prospecciones exhaustivas enesta extensa regin, es notorio que a ms de un siglode estudios arqueolgicos en la Puna, contemosslo con estas dos referencias a pucara.

    El presente trabajo abordar una serie de interro-gantes sobre la naturaleza, caractersticas, orgenesy dispersin de los pucara. Y se origina en unainquietud que tal hecho nos motivara y que nosimpuls a realizar diversos viajes de estudio a los

    pucara de nuestro pas, norte de Chile, altiplanoboliviano, sur de Per y otros ms alejados comolos de Ecuador.

    Pukara: Fortaleza o poblado elevado

    Se admite desde los diccionarios ms antiguosconsultados (Bertonio 1601; Gonzlez Holgun1989 [1608]); que el trmino pucara3corresponde

    3

    En la introduccin del diccionario quechua de Lara, se explicasobre la transcripcin de esta lengua. En 1956, en el CongresoIndigenista Latinoamericano, llevado a cabo en La Paz seunific la escritura advirtindose desde ese ao que por lo

    1 Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales, Universidad

    Nacional de Jujuy, San Salvador de Jujuy, ARGENTINA.2 Conicet-Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales.Universidad Nacional de Jujuy, San Salvador de Jujuy,ARGENTINA.

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    a fortaleza, fuerte o castillo. Pucara es un trminocompartido por las lenguas quechua y aymara ycomo topnimo se registra en gran parte del AreaAndina desde Ecuador hasta el centro de Chile.

    Al parecer, la dispersin del vocablo est enconsonancia con la expansin inca al norte y alsur de Cusco. Aunque el trmino pudo habersepopularizado con los incas como consecuenciade la construccin de fortalezas, el fenmeno deaparicin de asentamientos en lugares altos fcil-mente defendibles est asociado a las condicionessociales de finales del Horizonte Medio y tomaauge durante el Intermedio Tardo e Inca.

    Atenindonos a las definiciones, se podra carac-

    terizar a los pucara como asentamientos de ndolenetamente defensiva. La bibliografa para los AndesMeridionales y Centro Sur, sin embargo, da cuentade numerosos sitios que llevan esta denominaciny que, a la luz de las descripciones, reflejan unconjunto bastante heterogneo de asentamientosprehispnicos.

    El trmino pucara aparece indistintamente vincu-lado a poblados con defensas, sitios naturalmenteinexpugnables y fortalezas. En este ltimo caso,

    algunos autores consignan que se tratara delugares de ocupacin circunstancial asociadosa poblados sin defensas (Madrazo y Ottonello1966: 10). Estos mismos autores, desde un puntode vista funcional, consideran a las agrupacionesde viviendas como poblados agrcolas establesy, de acuerdo a la concentracin de las unidadesde vivienda, hablan de conglomerado4, aglu-tinamiento, semiconglomerado y pobladodisperso (Madrazo y Ottonello 1966: 11-12).Refirindose a los conglomerados sealan que

    probablemente su misma gnesis es la defensiva,manifiesta claramente por la aparicin de sistemas

    menos seis fonemas se pueden equiparar con nuestra c.Por esto se tiende a escribir respetando las letras explosivas,aspiradas y sordas. Podemos decirkuntur,kusi, khipu, qara,qasa, qhana.

    4 Un conglomerado integra una unidad ecolgica con el medionatural del que se provee y constituye tambin una unidadestructural. Intervinculacin entre edificios, proximidad y

    existencia de vas de trnsito, edificacin densa, forma ex-terna definida, que puede darse por murallas, por accidentestopogrficos, o muro de circunvalacin (Madrazo y Ottonello1966).

    de defensas o por la ubicacin estratgica (Madrazoy Ottonello 1966: 11).

    Si circunscribimos el pucara como una instalacinde la poca incaica referida a la defensa militar, las

    ideas ms claras al respecto nos llegan de Gonzlez(1990: 71-72), quien considera las fortalezas entrelos asentamientos militares inkaicos. Estas seubican en sitios fcilmente defendibles en cerrosaltos y de laderas empinadas, se encuentran enlugares estratgicos, en conjuncin de caminoso ncleos de valles. El nmero de edificios y susformas son variables y tienen murallas defensivase tems arquitectnicos especficos como torreonesy troneras (ventanas oblicuas al lienzo de las mu-rallas). Algunos fueron construidos por los incas

    (Pucara de Aconquija) y otros fueron reutilizadospor stos (Pucara de Rinconada).

    Es importante la distincin que hace Gonzlezentre las fortalezas que se encuentran situadas enel interior del territorio ocupado por los incas y lasque se encuentran en los lmites o fronteras. Estoes porque su funcin cambiaba segn se buscabaencontrar a los grupos locales dominados y prevenirposibles levantamientos (Pucara de Rinconada)o contener a los pueblos del oriente (Pucara deAndalgal). Como se sabe los incas no lograrontener un dominio permanente en los valles bajosdel este.

    Raffino (1988), en cambio, diferencia los pucara conun trazado defensivo pleno y arquitectura militar,equiparando el trmino con fortaleza o ciudadela(1988: 123), de las instalaciones que carecen dearquitectura militar y slo tienen como factorprevisor el terreno donde se asientan. As, el autor

    separa a los poblados estratgicos o pseudopucara,que slo tienen el factor topogrfico como defensa,de los pucara plenos, que slo podran considerarsetales en tiempos incaicos, a partir de las conquistasdel Inka Topa Yupanqui. Sugiere que el pucara esel ms moderno de los trazados prehispnicos y supresencia estara destinada a consolidar el espacioincanizado, tanto en sus fronteras como en territo-rios donde las culturas receptoras no aceptaron elpleno orden inca (Raffino 1988: 126).

    Sin embargo, el uso popular ha llevado a calificartambin como pucara muchos sitios que slo tienencomo denominador comn un emplazamiento

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    estratgico5en el sentido que permiten dominarvisualmente un amplio territorio o rutas naturalesde acceso (p.e., Pucara de Turi, Chile). Entre estetipo de sitios y las fortalezas propiamente dichas,hay un gran espectro de variantes cuya caracterstica

    ms recurrente es la de ser poblados ubicados enlugares elevados, naturalmente poco accesibles.Hay instalaciones como reducto en sitios altos quea su vez protegen a poblados ubicados al pie, estoes, lo que llamamos asociacin poblados-reductosde cumbre (pucara) pero lo ms frecuente es quese encuentren los poblados en el mismo reducto decumbre constituyendo un poblado-pucara.

    Atenindonos al significado que ha acuado eluso tendramos entonces que, latu sensu,pucaracorresponde a un asentamiento elevado natural-mente protegido y de acceso dificultoso, con granvisibilidad de su entorno. Este ltimo tipo de ins-talaciones se populariza en el Intermedio Tardoo Perodo de Desarrollos Regionales, vale decir,que son preincaicos.

    En la mayor parte de los casos se emplazan cerca-nos a caminos o vas de circulacin. Estos tambinpueden ser preincaicos y sealaran las antiguasvas de intercambio desde Tiwanaku o anteriores ylas nuevas redes que se armaron luego del colapso

    Tiwanaku (indicadas por estos poblados-pucara opoblados-reductos cumbre. Tambin se emplazansobre las vas troncales o secundarias (qhapaqan)revalorizadas y extendidas por los incas, en su tc-tica expansiva. En el caso de algunos pucara que semencionan como instalaciones militares construidaspor los incas, en realidad son tambin preincaicos.As sucede con el Pucara de Quitor, en San Pedrode Atacama, cuya construccin comenz cerca de1300 DC. El Pucara de Quitor es un ejemplo depoblado con fines defensivos donde cada una de

    las construcciones, en s misma, interacta en uncomplejo defensivo total (Muoz 1984).

    Si dirigimos la mirada hacia los Andes Meridionales,al menos en la parte que corresponde al territorio

    5 Decimos lugares altos con sentido topogrfico-altitudinal y nolugar estratgico ya que el solo hecho de emplazar un lugarhabitacional y/o con otras funciones denota en s mismo unacualidad estratgica. Del mismo modo los lugares sagrados

    son simblicamente estratgicos, por ejemplo el eje acuticodel Titicaca, y otros espejos de agua altiplnicos, como laslagunas Chungara y Pozuelos, la ciudad de Cusco, centrosceremoniales de altura, etc.

    argentino, vemos que el uso del trmino pucara seajusta ms a su definicin ms estricta, al utilizrselopara nombrar las fortalezas incaicas como el Pucara deAndalgal o el Pucara de Aconquija. En otros casos,como en Cortaderas, no se utiliza el trmino pucara

    si bien se lo merecera por constituir una fortaleza oguarnicin incaica. Los poblados elevados del vallede Santa Mara y Hualfn como Loma Rica, Eje deHualfn o Azampay no han sido llamados pucara sibien, por sus caractersticas, podran ser englobadosen la categora poblado-pucara.

    El testimonio de los cronistas

    La existencia de pucara o fortalezas fue registradapor los espaoles desde sus primeras incursiones

    por el rea andina

    con este concierto comenz a subir el gober-nador, los caballeros llevaban sus caballos de

    diestro, hasta que al medioda llegaron a una

    fortaleza cercada, que est encima de una sierra

    en un mal paso, que con poca gente de cristianos

    se guardara a una gran hueste, porque era tan

    agria, que por partes haba que suban como por

    escaleras, y no haba otra por do subir sino solo

    por aquel camino. Esta fortaleza est cercada de

    piedra, asentada sobre una sierra cercada de peatajada (Jerez 1534).

    repechada la ladera de aquella montaa que sealarg bien media legua, andando por la tarde otro

    tanto por una cuesta, alcanz el gobernador otro

    poblado(Pero Sancho 1986 [1534]: 91).

    por los cerros y collados altos tenan castillosy fortalezas, desde donde, por causas muy livia-

    nas, salan darse guerra unos a otros (Cieza

    de Len 1547).

    Los cronistas dan cuenta del rol del Inka comoconstructor de estas fortalezas o pucara, pero tam-bin hacen referencia a la existencia de pucara enpocas previas al surgimiento del poder incaico.El papel del inca en la construccin de pucara seencuentra reflejado en varios testimonios.

    En 1583, el sacerdote Mexia Freire declara que:

    le mostraron a este testigo mucha cantidad depucara que son unos cerros que le dijeron que allse fortificaba el inga en la guerra y para esto los

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    mandaba hazer a manera de fortalezas e fosos(cit. en Oberem 1969: 203).

    Cieza de Len por otro lado, registra fortalezas ypucara cuando viajaba por Ecuador; tambin trae

    datos de Per y Chile.

    entre las provincias de xauxa y caxamaicamando hacer grandes albarradas y fuertes para

    defenderse de los naturales (1547: 410).

    En este prrafo trata del Inka Topa Yupanqui.

    uso fuertes o cercos[] que llaman pucaraes(1547: 204).

    Al referirse a los incas y a su conquista en el nortede Ecuador dice:

    quisieron los reyes ingas hacer otra fortaleza,y tenan puestas guardas fieles que tenan cuidado

    de mirar sus propias gentes no se le volviesen al

    Cusco o a Quito (1547: 260).

    Garcilaso de la Vega (1606; 1979) tambin refi-rindose a los incas comenta:

    mand hacer muchas fortalezas en las fronterasde lo que estaba por ganar (1979: 151).

    Betanzos en 1561, en cambio, al relatar cmo TopaInka Yupanki decide castigar un alzamiento en elCollasuyo, refiere:

    y como los collas se viesen de aquella desba-ratados, huyeron y furonse a hacer fuertes en el

    peol de Pucarane (1993: 264).

    Ms adelante:

    como all llegase halllos que estaban en todosaquellos cerros, y hechas grandes albarradas

    en ellos, pensando que con aqueollo estaban

    fortalecidos [] en breve tiempo los tomaron adesbaratar y echar de los fuertes que all tenan(1993: 264).

    Este ltimo relato de Betanzos es importante

    porque confirmara la existencia de pucara antesde la llegada de los incas al Collasuyo.

    En el caso de Guaman Poma de Ayala (1990 [1615])al referirse al tiempo anterior a los incas, el llamadoauqa runao pachacuti, lo individualiza con untiempo de conflictos y guerras:

    de sus pueblos de tierra baja se fueron a poblarseen altos y serros y peas[]y comenzaron hacerfortalezas que ellos les llamaban pucara. Edificaron

    las paredes y cercos y dentro de ellas casas y ex-

    condidas y pozos para sacer agua de donde bevan

    y comensaron a rreir y batalla y mucha guerra y

    mortanza con su seor y rrey, brabos capitanes y

    ballentes y animosos y peleauron []y aua muchasuerte[]y se quitauan a sus mugeres y hijos ysus sementeras y chacaras y asecyas de agua y

    pastos y fueron muy crueles que se rrobaron sus

    haziendas rropa, cobre y hasta llcualle las piedrasde moler(1990 [1615]: 63-64).

    En la Figura 1, el mismo Guaman Poma ilustra parala edad de auqa runa, un conflicto armado dondedesde un pucara se enfrentan los individuos portandoguaracasy lanzas y se protegen con escudos.

    En la Relacin de Santa Cruz Pachacuti (1993[1613]: 187) algo anterior a la de Guaman Poma,hace referencia al tiempopurum pacharac captin

    y dice:

    passaron muchssimos aos y al cabo, despusde haber estado ya poblado aba gran falta de

    tierras y lugares, y como no haban tierras, cadal

    da a da aban guerras y discordias que todos en

    general se ocupavan en hazer fortalezas.

    Ms adelante, relatando el recorrido de Tunupadice:

    Lo uno dizen que en un cerro muy alto llamadocacha pucara estaba o aba un ydolo en figura demuger, a el cual dizen que Tunupa tubo gran odio

    con el dicho ydolo.

    Para la conquista de Chile, se cuenta con la excelentecrnica de Gernimo de Bibar (cit. en Orellana1988: 109) de la toma del Pucara de Quitor.

    todos subieron al fuerte con mucho trabajopor se un cerro agrio y muy alto y sin tener ms

    que una vereda por donde los indios suban y seprovean y la defendan

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    El surgimiento de los pucara en los Andes

    Trataremos de abordar el problema desde unaperspectiva de conjunto desde el espacio mayordel Area Andina, evitando caer en lo que aguda-

    mente Lumbreras (1981) seal como arqueologasemntica y de prestigio, es decir, que usaremosperiodificaciones que nos permitan una comparacingeneral para el rea.

    Hasta la dcada de los aos 80 los Andes Centro Suro Circuntiticaca estaban incorporados en forma mso menos indistinta al Area de los Andes Centrales oal Area Andina Meridional. A partir de la reuninde Paracas (1979) se determin como rea culturalindependiente de acuerdo a la distribucin de sus

    rasgos culturales y la coincidencia de sus procesosde desarrollo histricos. Comprende el extremo surde Per, desde Arequipa a Tacna, el Norte Grandechileno, desde Arica a Taltal y la regin del Desiertode Atacama, la altiplanicie boliviana y los vallesdesde Cochabamba a Tarija, en Argentina, la Punade Jujuy y la Quebrada de Humahuaca.

    Sin duda, ha sido la regin del lago Titicaca la quea travs del tiempo ha unido a este territorio de grandiversidad ambiental. Este espacio plural puedeser entendido desde los conceptos de interaccin,complementariedad y de centro-periferia, dondeel centro es tal no slo porque es generador deprocesos culturales intensos, sino porque existe enpermanente relacin con los ncleos perifricos ydonde la periferia es tal, que procesos emergentesde ella pueden desestabilizar el centro.

    En los Andes Centrales y Centro Sur, el PerodoIntermedio Tardo refleja dos acontecimientos

    importantes, la cada de Wari en los valles altosde Ayacucho (800 DC) y la desintegracin deTiwanaku (1000 DC). Este momento de tensiny reacomodamiento en los Andes se denominatambin Perodo de Desarrollos Regionales oReinos o Seoros Post-Tiwanaku. A pesar dedistintos nombres, todos apuntan a sealar a estenuevo perodo como de nuevas agrupaciones quetienden, de manera general, a un nuevo patrn deasentamiento, nuevos estilos cermicos, una vueltaa divinidades locales y el culto a los antepasados,

    que tendra en las chullpasu rasgo arquitectnicoms destacado.

    La cuenca del Titicaca y toda la regin se fracturaen nuevas entidades econmicas y polticas, connuevas redes de intercambio que necesitan des-prenderse del tiempo anterior, pero a su vez debenlegitimar sus nuevas posiciones. Es el tiempo de

    auqa runa: tiempo de soldados, es el tiempo deauqa pacha: tiempo de guerras, es el tiempoanterior a la aparicin de los incas.

    Para comprender mejor este nuevo panorama espreciso conocer en profundidad los complejos de-sarrollos de emergencia de Wari y Tiwanaku. Sobrela primera entidad se plantea desde hace muchotiempo que fueron precisamente las influenciasTiwanaku las que dieron forma a la misma, ya seapor influencia religiosa (Menzel 1964) o por con-quistas militares (Ponce 1981). Ms recientemente,se ha sostenido que la aparicin de la Cultura Wariy su posterior control del Area Andina Central serealiz en forma independiente (Lumbreras 1974;Benavidez 1984).

    La emergencia de Tiwanaku no es menos contro-vertida. Se advierte, sin embargo, una idea principalrespecto al inicio de la cultura Tiwanaku. Fue lacombinacin de varios mecanismos de interaccin:la explotacin del hbitat del lago Titicaca, elestablecimiento de colonias en la faja costera y

    la participacin en una red de intercambios muyfuerte.

    Wari y Tiwanaku comparten, en todo caso, un puntoen comn, que sera Pukara y el resurgimiento deldios de los bculos, y que puede ser interpretadocomo el indicio de la aparicin del Estado, tantoen el altiplano como en los valles de Ayacucho(Cook 1994). Los territorios de estos dos Estadosandinos compartan un lmite que se estableca enSicuani y Sihuas, en la sierra y en la costa, y pareca

    incluso formar un territorio neutral. Investigacionesque se estn llevando a cabo en estos ltimos aosseguramente demostraran que pudo existir unafrontera formalizada en lo poltico y una fronterano formalizada en lo econmico (Nez y Dillehay1979; Browman 1980; Mujica et al. 1983; Berenguery Dauelsberg 1989; Aldenderfer 1993).

    Puede comprenderse ahora por qu la inclinacinWari afect a Tiwanaku. El quiebre de la densared de intercambios a larga distancia tiende en su

    conjunto a cortar la direccin convergente de losmovimientos hacia el eje Tiwanaku (Nez yDillehay 1979: 95).

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    Este proceso de declinacin se advierte muy gra-dualmente en los Andes Centro Sur, apareciendonuevas formas de integracin a partir de 1000 y1100 DC. Es posible que la fragmentacin polticay econmica haya trado aparejada la prdida de

    una circulacin coherente de bienes, lo que a su vezocasion conflictos entre distintos grupos. Estoscambios se perciben ms claramente en aquellosproducidos a nivel de los asentamientos; los poblado-res buscan construir sus aldeas en forma aglutinaday en lugares estratgicos y/o lugares fortificados.Este proceso, al plegarse sobre s mismo, da lugara la formacin de desarrollos locales importantes,como los sealados por Lumbreras (1974) cuandohablaba de los Seoros y Reinos Post-Tiwanaku,que tienden con el tiempo a conformar alianzas y/ounidades polticas confederadas (Hidalgo 1990).

    Estas alianzas les permiten conservar antiguas co-nexiones del trfico caravanero redefinidas a cortadistancia y responder a las nuevas circunstanciascon el afianzamiento de la territorialidad discon-tinua y la organizacin social dual (Murra 1990)protegiendo adems sus recursos desde lugaresfortificados o pucara.

    Hyslop (1977) ha investigado este proceso en elrea lupaqa donde, luego de la cada de Tiwanaku,

    se observa una intensificacin de la economapastoril, asentamientos en niveles altitudinalesno aptos para el cultivo, desarrollo de pobladosamurallados en los cerros y entierros enchullpa(sitio colla de Sillustani y Tanka-Tanka, en el ex-tremo meridional del lago). En territorio pacajes,caranga y en Lpez se sabe de la existencia de estospoblados fortificados y de chullpa(LeCoq 1991).Pucara, chullpay sepulturas en aleros del llamadoSeoro Mallku tambin han sido sealados porotros autores (Arellano y Berberin 1981).

    El aumento de poblacin en este momento puedeexplicar, adems, la intensificacin de la agri-cultura con la extensin de campos de cultivo ysistemas de canales, tanto en el altiplano como enlas partes altas de quebradas y valles. Si a esto sele suma el tener que mantener vas de intercambioabiertas, puede interpretarse que los poblados for-tificados jugaron un rol importante como puertosde intercambio en estos nuevos circuitos. El arterupestre ofrece, en toda el rea, representaciones

    de este momento de tensin (figuras de arquerosde Rinconada) y de las caravanas (panel de llamasde Rinconada). Es as que encontramos desde el

    sur de Per hasta el Noroeste Argentino una seriede poblados fortificados o pucara.

    En Per, el rea que comprende desde Arequipaa Tacna es la zona que tiene ms afinidad con el

    norte chileno, por un lado, y una fuerte vinculacincon la cuenca del Titicaca, por otro. Los empla-zamientos se encuentran en los valles altos de lasquebradas. El valle de Arequipa y el de Colca,por ejemplo, evidencian la existencia de pobladosfortificados, asociados a andeneras y sistemas deriego; existen tambin enterratorios en chullpa(Lumbreras 1974).

    En los valles del extremo norte chileno, desdeAzapa a Camarones, se reconoce en las quebradasaltas que llegan al mar, una serie de asentamientosllamados pucara.6En las quebradas del interior yen los oasis del norte chileno se encuentran pucaradesde Tarapac hasta San Pedro de Atacama.7

    En Per, en la zona del Mantaro entre los siglos X yXIV, tambin se evidencia un aumento de poblacinque trae aparejado la consiguiente presin social,es por ello que existe un porcentaje notable deasentamientos que se instalaron estratgicamentesobre los cerros o en valles altos. Estas aldeasnucleadas tienen, entonces, una preferencia por

    ubicarse en espacios generalmente defensivos y congran visibilidad del entorno (Matos 1994). Segneste investigador se pueden destacar tres tipos deasentamientos distintos en el Perodo IntermedioTardo de la zona que va del Mantaro a Xauxa:1) En la Puna en los lugares con mayor ventajapara el ganado; 2) En lugares estratgicamentedefensivos o ciudadelas chullparias (Gutirrez1937, cit. en Matos 1994) con organizacin in-terna tipo panal de abejas, tambin sealadopor otros autores (Lavalle 1973; Earls 1981).

    6 San Lorenzo y Purisa, en Azapa, Pucara de Copaquilla en elmismo valle, Pucara de Huaihuarani, Ancopachane, Chajpa,Incahullo, Mollegrande y Vila Vila en la quebrada de Vitor,Saxamar y Tangani en la quebrada de Oxa y Pucara Haciendade Camarones en el valle de Camarones.

    7 El Pucara de Qollo en Tarapac, Pucara de San Pedro y Quitor enSan Pedro de Atacama que corresponde a la vertiente occidentalcircumpunea; en el ro Loa medio se encuentran los pucarade Lasana y Chiu Chiu, dos sitios cercanos que responderana aldeas aglutinadas con chullpay en posiciones estratgicas

    son las vegas de Turi y el sitio de Likan, perteneciente esteltimo al Complejo Toconce-Mallku y del cual se conocencerca de 20 asentamientos entre el sector septentrional de laProvincia de El Loa y la regin de Lpez en Bolivia.

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    Un dato interesante es que Matos resalta la maestraen amarrar las construcciones sobre los farallo-nes y agudas formaciones rocosas que a manerade balcones miran al fondo de las quebradas yprecipicios; 3) Un tercer grupo est representado

    por grandes aldeas asociadas a viviendas corrales,con espacios destinados a cementerios, en dondese distinguenchullpacirculares en forma de pe-queos conos conteniendo entierros individuales.Al momento de la conquista incaica estos gruposdel Mantaro exhiban una slida economa, basadaprincipalmente en el pastoreo con amplias zonasagrcolas, la explotacin de sal y minerales, fa-bricacin de cermica y tejidos y elaboracin decomestibles deshidratados.

    En el bajo Urubamba, trabajos realizados por Kendall(1980) dan cuenta tambin de asentamientos resi-denciales en elevadas posiciones para una mejorvisualizacin, por ejemplo el Pucara de Pantillicla(cercano a Pisaq).

    En la cordillera intersalar en Bolivia, Lecoq serefiere a la presencia de sitios que tienden a concen-trarse en las partes altas de los cerros y alrededorde fuentes de agua, aprovechando al mximo elespacio disponible (Lecoq 1991, 1996).8

    Segn historias de la zona, algunos de estos sitiosestn protegidos por cerros, por ejemplo el cerroTunupa o cerro Huancacaya. Algunos autores ven enla forma de laschullpauna evocacin de estos cerrosprotectores, sugiriendo una vinculacin simblicaentre los antepasados, los cerros y la proteccindel lugar (Bouysse Cassagne 1987).9

    En la regin andina de Ecuador se tiene evidenciade fortalezas-pucara al norte del ro Guayllamba,en la zona de Cayambe, donde se encuentra un

    conjunto de 13 fortalezas10donde las etnias localesresistieron por ms de una dcada a la penetracinincaica en el rea. Algunos autores ven en la existen-

    8 Pucara Pella. Pucara Loma Acalaya, Chiquini, Pucara Chica-Chica, Pucara Loma Ayque, Luma Pucara Saytoco, PucaraHuayllani, Pucara de Cahuana, Pucara de Castamaas I, II yIII, Pucara Puchacaya, Pucara Puchucaya, Choqo Pucara,entre los ms destacados (Lecoq 1991).

    9 Para ampliacin de estos conceptos ver Bouysse Cassagne y

    colaboradores (1987).10 Entre stas se destaca Quitoloma, Pambamarca, CampanaPucara, Censo Pucara y Achupallas, pertenecientes a las etniascayambe, caranqui, otavalo y cochasqui (Caillavet 1985).

    cia de estos pucara los factores que permitieron laresistencia (Moreno 1990). Posteriormente fueronreutilizadas por los incas, quienes asentaron alrede-dor de las fortalezas a mitimaescercanos a Cuscocomo Pucaracamayor (Oberemen 1990). El Pucara

    de Rumichaca, nombrado por Cieza parece seruna fortaleza inca para controlar tanto a las etniaslocales como a las fuerzas de ocupacin.

    Es as que existe una serie de fortalezas a lo largodel camino desde Caranqui a Quito, tanto por eloeste y por el este del volcn Inbabura. En la zonaecuatorial se encuentra el Pucara de Rumicucho,que a pesar de su poca altura pudo tener un doblecarcter, como defensa de Quito y el camino al nortey simblico por su ubicacin en tierras llamadas delcentro o la mitad, aludiendo justamente a su posicinrespecto al sol (Almeida y Chvez 1984).

    En la regin de Loja al sur, territorio de los grupospaltas, de limitada extensin pero de una posibi-lidad de acceso a pisos ecolgicos diversificados,hizo que su hbitatespordico fuera tambin sudefensa. La conquista incaica tampoco fue fcilen este territorio y se sabe de la construccin defortalezas o pucara, como por ejemplo en Calva(Moreno 1990).

    Los asentamientos del Intermedio Tardoen la Puna jujea

    Pasemos ahora a ver cul es el panorama para elIntermedio Tardo o Desarrollos Regionales en laPuna jujea. Esta zona comprende el sector nortey occidental de la Provincia de Jujuy y limita conla Quebrada de Humahuaca, otros sectores de Punade la Provincia de Salta y de los vecinos pasesde Chile (Atacama) y Bolivia (Lpez y Chichas).El sector jujeo de la Puna es el mejor conocido

    arqueolgicamente en Argentina, aun as existengrandes vacos de informacin, bsicamente porquehay importantsimos sectores que no han sidoprospectados an.

    Para el Intermedio Tardo o Tardo-DesarrollosRegionales se reconocen varios poblados prehis-pnicos, algunos de grandes dimensiones. Sumadosa los grandes sitios, hay muchos sitios menores,poco conocidos. Sin embargo, el cuadro que brindala Puna jujea, a partir del patrn de asentamiento

    de sus asentamientos tardos y la cermica asociada,es mucho ms heterogneo que el que brinda laQuebrada de Humahuaca que la flanquea por el

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    este en buena parte de su extensin. Los sitios deeste momento se englobaran, en principio, en dosgrandes entidades: Yavi y Casabindo (Krapovickas1966), aunque aparece un sitio que por sus carac-tersticas debe separarse claramente de las dos

    entidades nombradas (Albeck 1996Ms). TantoYavi como Casabindo probablemente hayan tenidocorrespondencia con los grupos tnicos, conocidosa travs de las crnicas, que habitaban esta parte delos Andes Centro sur. As, se homologara lo Yavia los gruposchichaque ocupaban el sur del actualterritorio boliviano y el extremo norte de Argentinay lo Casabindo, a los casabindo y cochinoca quehabitaban los sectores de puna cercanos a los po-blados actuales que llevan dichos nombres.

    En cuanto al patrn de asentamiento asociadocon la cermica de tipo Yavi, tenemos el sitioYavi Chico, emplazado sobre una terraza fluvialelevada, con construcciones de planta rectangularcon muros de piedra y algunas paredes de adobe.Otro sitio de similares caractersticas sera Sansana(Krapovickas 1996). Vinculado al mismo tipo decermica tenemos al sitio de Yoscaba, ubicado enla cuenca de Pozuelos, en la parte llana que rodeala laguna. El patrn de asentamiento de este sitiocorresponde a montculos, algunos de grandes di-mensiones (Balbuena 1989). Habra sitios menores

    de similares caractersticas en otros sectores de lacuenca de Pozuelos. Los sitios identificados porKrapovickas y Cigliano (1964) en el ro Grande deSan Juan, tambin incluyen en forma mayoritariacermica de tipo Yavi.

    En la zona donde prevalece la cermica de tipoCasabindo se han reconocido varios sitios para elIntermedio Tardo. El ms conocido es, sin dudas,el Pucara de Rinconada. Este sitio, descrito msabajo, es un poblado ubicado sobre una meseta

    escarpada. Comprende habitaciones de piedrade plana rectangular. En las inmediaciones delsitio, contra los paredones rocosos, se registra lapresencia de chullpao entierros en aleros. El sitioAgua Caliente de Rachaite aparentemente fueocupado desde el Horizonte Medio pero perdurhasta pocas hispnicas (Ottonello 1973; Rolandi1974; Alfaro y Suetta 1976a). Se trata de un sitioemplazado en una pequea quebrada afluente delro Doncellas y presenta viviendas de planta rectan-gular levantadas con muros de piedra. En la zona de

    Casabindo se han identificado tres sitios de similarescaractersticas pero de mayores dimensiones: Ojode Agua, Pueblo Viejo de Potrero y Calaverioj.

    Los dos ltimos se ubican en la parte baja de dosquebradas, mientras que Ojo de Agua se emplazasobre un afloramiento rocoso poco elevado. Estesitio es el que mayor afinidad presenta con AguaCaliente de Rachaite si atendemos al material ce-

    rmico recuperado (Albeck y Dip, en prensa). Lostres sitios presentan recintos de piedra de plantarectangular y, en todos los casos, aparecen restosdechullpaen las reas cercanas.

    El sitio que no puede asimilarse a ninguno de losdescritos hasta ahora para la Puna de Jujuy es PuebloViejo de Tucute, conocido tambin como Sorcuyo(Casanova 1938). Se trata de un sitio de grandesdimensiones, ubicado en una quebrada de difcilacceso, y ocupa sectores muy escarpados y otros

    con menos pendiente. El patrn de asentamiento esde viviendas de paredes de piedra tallada de plantacircular y la cermica es de muy buena factura, perono presenta decoracin. En las inmediaciones deeste poblado tambin se registra la presencia dechullpa. El sitio de Pueblo Viejo de Tucute inclu-ye un elevado afloramiento rocoso sobre el cualse emplaza un pucara, denominado por CasanovaPucara de Sorcuyo (Casanova 1938). An no seha podido establecer si ambos asentamientos soncontemporneos. Este sitio tambin ser descrito

    en detalle ms adelante.

    De lo que acabamos de exponer surge claramenteel hecho de que la Puna jujea no es homogneaen cuanto a su poblamiento en el Intermedio Tardoy que, segn los restos cermicos identificados,probablemente hayan coexistido diferentes gruposque mantuvieron lazos de interaccin. As, esfrecuente observar fragmentos correspondientes apiezas Yavi en los sitios de Casabindo. Sin embargo,con el escaso conocimiento que se posee, es difcil

    plantear la naturaleza de estos vnculos.

    Pucara de Rinconada

    Las ruinas arqueolgicas del Pucara de Rinconadase encuentran a 15 km del actual pueblo deRinconada, cabecera del departamento homni-mo. En 1902, Ambrosetti al referirse a fortalezasen posiciones estratgicas informa que existe uncroquis del llamado Pucara de Rinconada que fuelevantado por el Sr. Gerling (Ambrosetti 1902). La

    prxima mencin del sitio la hace Boman (1908)quien dedica extensas descripciones al lugar, a loshallazgos realizados por l y describe adems el

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    arte rupestre asociado. Boman tambin levanta unplano del pucara (Boman 1908, 1992: 627-691).Los trabajos de Suetta desde los aos 70 hasta sufallecimiento son recogidos en dos publicaciones(Suetta 1970; Suetta et al. 1979).

    El sitio se ubica en las mesetas que se extienden porel suroeste de la llanura de la laguna de Pozuelos quese levantan unos 100 m sobre el nivel del terreno,identificndose cada una de estas elevaciones conlos nombres de Pea Fiera, Cerro de las Pinturas,Pucara Chico, Meseta del Pucara, Meseta deChacuayo. Al oeste se levantan las sierras de SanJos y Cobalonga y al este, luego del reconociblecerro Pan de Azcar, se puede observar la serranade Cochinoca.

    La meseta en donde se encuentra el Pucara deRinconada es solamente accesible por el flancosur, en donde hay una serie de andenes de cultivoapoyados sobre grandes bloques de piedra.11El tramo final del ascenso est escalonado y seaccede al pucara por una abertura flanqueada porunos muros no muy altos, no defensivos sino decontencin, ya que su posicin topogrfica hacedel pucara un lugar estratgico natural.

    Puede identificarse como un conglomerado con

    defensa (Madrazo y Ottonello 1996) o como unpoblado-pucara. All se encuentran recintos habi-tacionales, calles, canales y un sector incaico bienidentificado, en parte contemporneo con las otrasconstrucciones. Esta situacin nos lleva a pensarque, luego de la ocupacin, las relaciones con losincas fueron tolerantes.

    De los estudios realizados hasta la fecha, puedendiscernirse dos momentos de ocupacin, uno en elPerodo de Desarrollos Regionales y otro con una

    clara presencia incaica. Se poseen algunos fechadosradiocarbnicos que van de 1080 DC a 1490 DC,que debern ser confirmados en nuevos trabajos,ya que la fecha primera podra estar indicando unaocupacin mucho ms larga para el sitio.

    11 Teniendo en cuenta lo destacado por Matos (1994) al hablardel modo en que se amarraban las construcciones a las rocas,podemos encontrar ciertas similitudes en los sitios estudiadosen la Puna jujea, sobre todo en lo referente a usar grandes

    rocas como inicio o sostn de paredes, por ejemplo, de iniciode andenes. En las construcciones de terrazas para nivelarel terreno y utilizarlo para construir las viviendas tambinpuede encontrarse alguna vinculacin.

    Varios son los temas pendientes a resolver, entreellos, el sistema de canales que cruza los recintoso los bordes, los reservorios de agua encontradosen la meseta y el arte rupestre asociado (Ruiz yChorolque 1997) que, aunque conocido, no ha sido

    objeto, hasta ahora, de un estudio que lo relacionecon las distintas ocupaciones del pucara.

    Los recursos de los alrededores del pucara sonimportantes tierras para pastoreo y andenes queevidencian actividad agrcola que, si no funda-mental, complementaria de otras actividades.Tambin fue vital el recurso faunstico, a juzgarpor el significativo consumo de ave evidenciadopor los restos seos y de huevos as como los re-cursos minerales existentes en la zona. De hecho,

    algunos autores plantean que la ocupacin incaicade la zona pudo estar vinculada fuertemente a labsqueda de esos minerales. El camino troncalque pasa por Moreta (Matienzo 1566; Gonzlez1980) y va hacia Casabindo pasa a cierta distanciadel Pucara de Rinconada.

    El Pucara de Sorcuyo o Tucute

    Este pucara fue dado a conocer por Casanova(1938) al tratar el sitio de Sorcuyo, el que ha sido

    redefinido como Pueblo Viejo de Tucute por serste el primer nombre que se le dio (Seler 1894,al tratar las colecciones recuperadas por Uhle, cit.en Boman 1908) y que se conserva el da de hoy(Albeck 1996Ms).

    En Pucara de Tucute o Sorcuyo se encuentra enla quebrada de Tucute, afluente del ro Negro,aproximadamente a 8 km del poblado moderno deCasabindo. Ocupa un reducido espacio en la cimade un afloramiento rocoso de paredes verticales

    que, aparentemente, es la misma formacin rocosaque la del Pucara de Rinconada. Estos paredonesbordean el sitio en todo el contorno. En este caso,sin embargo, el nico acceso posible, por el ladosur, es sumamente dificultoso y cuenta con grandesmuros defensivos sobre el talud. En la cima del sitiolos recintos, con paredes de piedra, son de formasrectangular, circular e irregulares, adaptndose alas formas del cerro (Casanova 1938).

    La cermica corresponde, en forma mayoritaria,

    a vasijas de grandes dimensiones, pero llama laatencin que presenta caractersticas de pasta ydecoracin diferentes a la cermica recuperada en

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    el poblado arqueolgico que se encuentra al pie.Sin embargo, como este ltimo sitio es de grandesdimensiones y slo ha sido estudiado un sectordel mismo, es probable que se pueda relacionarla cermica del Pucara con algn otro sector de

    ocupacin de Pueblo Viejo de Tucute. En esteltimo caso, de ser contemporneos ambos sitios,estaramos en presencia de un reducto de cumbrecon el poblado al pie.

    En el caso del Pucara de Tucute, si bien se encuentraen un lugar fcilmente defendible, su emplazamientorespecto al control de recursos o de trfico parecepoco significativo. La quebrada de Tucute no es unava de circulacin de importancia, existen otras enla zona de Casabindo que la conectan de maneramucho ms efectiva con los pasos que conducenal oeste. Si bien desde la cima se cuenta con unfantstico dominio visual del Bolsn de Miraflores-Guayatayoc y de la serrana de Casabindo, estossectores se encuentran muy alejados del sitio,desde el cual, por lo accidentado del paisaje, nose pueden controlar las quebradas adyacentes niel trnsito por el bolsn.

    El fenmeno pucara en la Puna jujea

    Como se desprende de lo expuesto, el trmino pucara

    tiene una definicin acotada, restringindose a unaconstruccin de ndole militar y correspondera,por esta razn, a la poca incaica. Los datos delos cronistas consultados apoyan la gnesis incaicapara los pucara en toda la zona que dominaron, sinembargo, dejan entrever que, en algunos casos,por ejemplo en el Collasuyo, los poblados altoso fortificados pudieron ser anteriores. En algunossectores de los Andes Centro Sur el trmino pucara,en el habla popular (o de los arquelogos?), hapasado a abarcar un conjunto algo heterogneo de

    asentamientos arqueolgicos. As, comprende tam-bin muchos poblados ubicados en partes elevadascon acceso difcil o, simplemente, poblados conuna ubicacin estratgica o de control, la mayorapreincaicos.

    Los pucara de la Puna jujea y las reas aledaas(San Pedro de Atacama, Quebrada de Humahuaca)se engloban dentro de esta ltima variante. Es apartir de esto que surge nuestra pregunta inicial.Por qu se conocen tan pocos poblados-pucara

    para la Puna jujea, o mejor, por qu el patrn deasentamiento del Intermedio Tardo en dicha Punatiene tan pocos ejemplos de poblados elevados,

    comparndola con reas aledaas como la quebradade Humahuaca. Como planteramos al principio,podra radicar en la falta de prospecciones inten-sivas en la zona. Creemos, sin embargo, que stano es la nica razn. Mientras que en la Quebrada

    de Humahuaca prcticamente todos los pobladoscorrespondientes al Intermedio Tardo tienen estetipo de emplazamiento, en la Puna de Jujuy seconocen varios poblados ubicados en partes bajas:Agua Caliente de Rachaite (Ottonello 1973),Pueblo Viejo de Potrero (Albeck et al.1997Ms),Pueblo Viejo de Tucute (Albeck 1996Ms), Yoscaba(Balbuena, com. pers.), Pozuelos (Gonzlez 1963)o fcilmente accesibles: Yavi Chico (Krapovickas1966), Ojo de Agua (Albeck 1994b).

    Ahora bien, qu situacin estara indicando estadiferencia en el patrn de asentamiento para unmismo momento en reas aledaas? Cul fue larazn por la que en la Puna no existi la mismanecesidad de instalarse en lugares estratgicos?

    Si volvemos al momento en que surgen estos pucaraen los Andes Centro Sur vemos que estaran, alparecer, vinculados ntimamente con el colapso deTiwanaku y, muy probablemente, con la ruptura delas redes de trfico caravanero manejadas desde elcentro hegemnico. En una zona que conocemos

    con ms detalle, la Quebrada de Humahuaca, lospoblados-pucara no se ubican en forma aleatoria.Casi sin excepcin, los encontramos en los puntosnodales de las rutas naturales, en la confluenciaentre quebradas laterales y la quebrada troncal(Albeck 1993).

    Volviendo la mirada a la Puna vemos que el empla-zamiento de los sitios no se encuentra, mayormente,en concordancia con rutas o caminos. Si bien en elcaso de Rinconada la ubicacin es estratgica, al

    dominar visualmente un amplio espacio, la amplitudde la Puna, con mltiples posibilidades de circula-cin, restringe considerablemente la posibilidad decontrol directo del trfico. En el caso del Pucara deTucute o Sorcuyo, con una excelente visualizacindel fondo de la cuenca de Guayatayoc, este controles prcticamente nulo por la distancia a la cual seencuentra emplazado el sitio, amn de lo escarpa-do de los caminos por las quebradas de acceso almismo. Un sitio que podran ejercer algn controldirecto del trnsito sera Ojo de Agua que, si bien

    no es pucara, se encuentra en el acceso a las reasagrcolas y pasturas ms ricas de Casabindo. Otrocaso podra ser Yavi Chico.

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    Creemos que el rol que pudieran tener los pobla-do-pucara podran referirse a tres aspectos, que noson excluyentes entre s. Uno sera la faz defensiva.El colapso de Tiwanaku dio lugar al surgimiento deconflictos entre grupos, adyacentes o distantes, que

    llevaron a la instalacin de los poblados en lugaresms seguros contra el ataque de extraos. Esto hasido descrito claramente por Guaman Poma comoel tiempo del auqa runa.

    El segundo aspecto sera el control de la circulacinde bienes y productos a travs del trfico caravanero.Manejada desde Tiwanaku durante siglos pas a estarbajo el control de diferentes grupos que buscabanganar un espacio en la compleja red de trfico delos Andes Meridionales y Centro Sur.

    El tercero y ltimo aspecto es el referido al signifi-cado de determinados lugares como hitos visualesa distancia con un fuerte valor simblico. Este

    aspecto, si bien es el ms difcil de establecer atravs de la arqueologa, no debe desecharse y lodejamos planteado como otro factor que pudo de-terminar la instalacin humana en ciertos lugares.Tanto el Pucara de Rinconada como el de Tucute seemplazan sobre formaciones rocosas muy notablesy fcilmente distinguibles a la distancia.

    Ahora bien, si estos tres seran los factores quepodran incidir en el establecimiento en los pucaraen los Andes Centro Sur, por qu son tan pocofrecuentes en la Puna jujea? Es un rasgo comncon las dems reas de la Puna Seca? Implica quelos conflictos entre los grupos puneos eran pocoimportantes o que no haba disputas por las rutascaravaneras? Este trabajo es tan solo un puntapiinicial para seguir investigando el tema que, creemos,

    puede arrojar mucha luz sobre los procesos socialeso econmicos de esta parte, la ms meridional delos Andes Centro Sur.

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