Alejandro Costas
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Recrear "La creación", mi objetivo. Dios crea al hombre y el hombre crea las diferencias. Pueblos lujosos, pueblos humildes; un antagonismo milenario, una rivalidad histórica quebrada con apenas una flor. La naturaleza como elemento de unión. Flor que surge de un pueblo ideal, sin extremos aberrantes, sin canillas de oro y gente sin agua. Un lugar más sobrio pero sin dudas, más humano y más digno de ser habitado que el nuestro, con canillas de oro y gente sin agua.
Por intermedio de sus árboles,
la naturaleza nos envía un mensaje para que tomemos conciencia, oportunamente,
de la autodestrucción persistente del hombre. Hay, concretamente, una
palabra escrita con nitidez y que por tratarse de la
PAZ, es un poco difícil de hallar...
- Puede leerse entre las ramas, claramente, la
palabra PAZ -
Con su latido produce un eco generador de vida.
Desde lo alto, anima a un pájaro que entra al corazón
y se transforma en otro pájaro que continúa su
destino.En realidad, es el mismo
que comenzó el vuelo, pero fortalecido y mejorado pues
conoció el amor.Ya no será el mismo...
Goya y su afamada obra con dos versiones: una desnuda y la otra, no.
Elijo la mejor y en un brote de falso pudor (y osadía), dejo caer una hoja que censura, creando una versión intermedia.
Sobreviven naturalmente, dañándose sólo por necesidad.
Sin hallar goce en el dolor ajeno. Sin armas ni guillotinas.
Sin guerras inauditas y sin desalmada violencia.
Diferenciándose acentuadamente de nosotros.
Animales... Sólo instintos y naturales leyes
que los rigen. Celosos dueños de un territorio
que aman, protegen y se mimetizan...
Entre ramas, el sueño de una niña. Apenada está, lo cree
perdido. Y allí va el padre, a
recuperar la ilusión, a devolverle la alegría; pues si de un hijo se trata, sabido es
que cualquier astro queda cerca...
Como toda mujer desea no ser explotada.
Ella sabe que contradecirla es ponernos al borde del abismo.
Desafiarla es provocar una reacción de inusitada violencia. De imprevisible
y nada deseable desenlace.Su aparente debilidad, su pasiva
presencia, nos hace creer su dueño. Pero, agazapada y alerta,
advirtiéndose víctima del abuso se manifiesta con firmeza. Poniéndonos
límites.Y su voz, nos somete al miedo, arreciando como un trueno o un
desbastador huracán.Todos empequeñecemos ante su
inconmensurable grandeza. El hombre, como testigo impotente de su humilde belleza. Venerándola, nos
inclinamos. Nos sometemos a sus caprichosas formas. Y nos cobijamos en la más
noble y generosa de todas, en ella, la NATURALEZA.
El cielo se fragmentó en curiosas ondulaciones. El sol, acostumbrado a crear sombras, fue sombra. Oscureció generosamente. Las colinas con sus antojadizas formaciones le brindan el ritmo necesario a la tarde. Las flores sienten que su aroma se transforma en musicales notas. Un pueblo contagiado por la serena alegría de la naturaleza. Y desde ya , en el instante en que se pusieron todos de acuerdo, la guitarra no faltó a la cita. (Fijate con detenimiento y verás la guitarra que se forma entre las colinas y con el sol en su centro)
Permanece cerrado un valiosísimo cofre,
injustamente olvidado. Contiene amor. Esencialmente
para aquellos que deciden nuestro destino, una
antiquísima reliquia en desuso.
Es por fin liberado y de él surgen inquietos y alborotados
corazones, que danzando, continúan en soledad.
Otros, un tanto más dichosos viajan acompañados, eligiendo
convertirse (o no) en mariposas de fugaz y
repentino vuelo, como el de sus hijos.
Sobre una rama, un asombrado niño reflexiona por
vez primera sobre su incierto destino...
Tan esenciales como ausentes. Irreemplazables. Renunciar a ellos es renunciar a la vida. Es, apenas, durar. Justicia, Solidaridad, Paz, Amistad, Ética... Valores de incalculable valor que nos abordan a tiempo, deseando aliarse. Tras un largo período de ausencias y desencuentros, deciden darnos una nueva oportunidad; tal vez, la última. Nuestro futuro, por cierto incierto, de saber aprovecharla depende.
Y todo a pleno amor, a pleno amor de dos en un natural
refugio que los cobija. Delicada corteza que, cómplice, ampara y
hospeda. Que protege.Pero que a su vez,
sabiamente, deja escurrir un bello tango, síntesis musical de un maltratado país, que aunque desea ver con más
claridad, desafortunadamente, sigue
un poco a media luz...
Una temprana y mágica amistad con quien
generosamente se deja llevar por la creativa locura de su
dueño.Un cómplice que dibuja
pensamientos. Corporiza sueños.
Es el primer aliado y el más fiel de los amigos.
El que siempre estará allí, cualquiera sea la hora,
dispuesto a exhibir y desnudar los colores del alma.
Y el artista agradecido…
A la deriva. Sin rumbo fijo ni timón.
Naufragando con su erosionada ilusión,
maltrecha y a punto de perecer. Corrompido y dañado. Casi arrasado. Perversamente injusto. Desafiando el porvenir,
arroja una ilusión al mar. Proyectando el futuro,
lanza un deseo. Indudablemente, el de
todos...
Algunos, poseyendo todo cuanto desean. Y más... Creen no necesitar del encanto de, "apenas", un pétalo. Otros, en cambio, muy lejos de construcciones monumentales o de majestuosas viviendas, sumergidos están en la naturaleza. Buscan protección allí, en vastas praderas con flores habitadas, que saben resguardar a sus huéspedes, en apariencia, los más débiles. Duros hombres que conocen y por eso respetan, la sabiduría de la naturaleza. Sin alterarla, se suman a su ciclo. Se adaptan tomando lo justo. Se cobijan en ella. Y hacen (el) bien...
Aquel árbol lo define a él. Entre sueños, cobijada en la naturaleza, ella. Ciento
de veces imaginada y ahora creada. Deseosas
miradas. Esperanzadas y en plena búsqueda. Son los
rostros del amor y dichosamente se
contemplan...- Puede observarse sobre el
árbol izquierdo un rostro masculino de perfil y entre
medio de los dos árboles restantes, un rostro
femenino de frente -
Entre las ramas de este vigoroso árbol, los cinco continentes de un planeta extremadamente agitado y despojado ya de vegetación, debido al creciente e incomprensible maltrato a la naturaleza. Donde las hojas y la vida natural son apenas un recuerdo, es una clara señal que por allí pasó el espíritu destructivo del hombre. Pródigas hojas que desinteresadamente nos acompañaban, parten ofendidas hacia un nuevo mundo, eligiendo sólo algunos de nosotros para acompañarlas. Haciendo mejor las cosas haremos un esperanzador viaje. Para destruir, dañar y contaminar nos quedamos aquí, en la tierra, que lo hacemos bastante bien. Somos insuperables en el arte que mejor cultivamos, el arte de la autodestrucción y aún no concluyó nuestra obra, pues algo queda...
Un luminoso y pacífico astro se deja observar en el espacio. Un planeta ideal,
digno de ser habitado; reflexiono ilusionado.
Aparente superioridad que inquieta.
Su ejemplo me cautiva, mis postergados anhelos
parecen consumarse y comprendo,
definitivamente, que es posible...
Un árbol o una mujer embarazada.
Ramas que en la altura penetran el cielo o brazos
implorando luz. Un pequeño árbol
proyectado al futuro nos anuncia que el hijo pronto
nacerá. Dará a luz cuando un
destello del sol, un rayo de vida, ilumine su vientre.
(El tronco de árbol es una mujer embarazada)
Nuestra maltrecha CONSTITUCIÓN;ultrajada, maltratada, humillada.
Sistemáticamente violada. No respetada.
Tironeada por el poder político, por nosotros y por el norte.
Y sobrevive...Un preámbulo con palabras que
caen por falta de peso y uso:JUSTICIA, PAZ, UNIÓN, LIBERTAD Y
BIENESTAR.Vivir como vivimos, sin estos
conceptos básicos,es convivir en un permanente
CAOS.Y sobrevivimos.
- La palabra CAOS se forma con algunas letras de las palabras
escritas en mayúsculas -
Madre e hija. Amor filial. El lazo más férreo. Inmortal.Rostros de un mismo tronco. El de la vida.El sentido de mi existencia. Dos luceros.Resplandores que vivifican. Justifican mi existencia.Despejan penumbras. Soy por ellas. Soy de ellas.Me nutro de su savia. Me robustece. Y renazco.
- Sobre ambos laterales del tronco podrán observarse dos seres:un bebé abrazando a su madre -
(Homenaje a los aborígenes)Melancolía de un pasado
arrebatado.Huellas borradas por forasteros
de una cultura que nos vio nacer.Contemplativa calma...
Dioses de la tierra, se mimetizan y descansan en ella.
Voces del más allá nos atestiguan sus inofensivas
luchas.La más ardua de todas: sobrevivir
a la memoria.
- Puede observarse un antepasado en la luna, rayos
como diosesdel ayer y las tres carabelas de
Colón como un falso reflejo en el agua -
Se eleva, sagaz.Regocijo en el aire.
Brisa y suspiro. Agudeza.Y vuela.
Contornea su figura. La envuelve.
Con sus alas la materializa.La crea. La erige desde lo
más alto.Y ama...
- Puede observarse, semioculta, la silueta de una
robusta mujer
Se necesitan, desde siempre. Se contemplan, deseosos. Se complementan.La tierra deja seducirse sabiendo que él siempre estará allí,dispuesto a humedecer, generosamente, sus labios. A saciar su sed.Un mar inagotable, dinámico e inquieto. En devenir constante.La tierra, la tregua. Lo firme. Descanso; pausa del mar.Un mar creciente, la acaricia, besándola.En franca seducción, entrecruzan sus pobladas miradas. Se aferran a la ilusión de ser tan sólo uno. A fundirse.Y se aproximan...
- Pueden observarse los rostros de una mujer (la tierra) y un hombre (el mar) -
Redes como trampas que atrapan. Anzuelos que
quiebran, asfixian y matan. Justicia en el mar...
Capturan al hombre y se liberan. Cae el depredador y
aprenden a sonreír. Están a salvo de nosotros.
Nosotros... no
Frágiles mariposas en chispeante búsqueda sin fin. Libros; pensamiento y expresión. Ellas y ellos, en un tan mágico como reflexivo vuelo hacia la anhelada libertad.
Desde mi país, Argentina, parte un edificante reclamo, mudo y añoso como este esperanzado
árbol.Por qué la JUSTICIA escogió las
ramas para cobijarse?Sin dudas, anhelando hallar en la incontaminación del cielo la
altura que no tiene.O tal vez, en las ramas por
autodefinirse "ramera", vendiéndose con frecuencia al mejor postor. En las raíces (en
el pasado), enterrada y oculta, otra
indispensable consigna a descifrar.
Letras bien pequeñas como las raíces y la MEMORIA de los
argentinos. Letras enormes como nuestra
necesidad de JUSTICIA...
El reposo de un soñador, su instrumento y la creación
de un sonoro arco iris. Franjas plenas de color y
magia para fundar un imaginario pueblo, que para no dejar de serlo,
necesita tanto del agua, del sol y del aire como de
alguna grata melodía que renueve y dé sentido a su
vida