aletheia. Ontología Hermenéutica Unificada

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aletheia Ontología Hermenéutica Unificada

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Propuesta temporal sobre la posibilidad epistemológica de una Ontología Hermenéutica Unificada que parta en el acontecer teológico de la consciencia (aletheia). Emprendemos dicha tarea a través de una óptima analítica de la ontología fundamental, determinando las posibilidades categoriales del mundo fenoménico. Por último interpretamos las condiciones que actualmente determinan nuestra espiritualidad social, proponiendo alternativas al Stablishment moral de la metafísica.Si no tenéis documentos como moneda de cambio para descargar este libro podemos enviaros por mail el pdf: escribidnos a [email protected]. Más info sobre el proyecto en www.aletheia.comoj.com :)

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    PRLOGO PARTE I: ALETHEIA Y LA FILOSOFA

    A) INTRODUCCIN AL PROYECTO ALETHEIA 1. PRESENTACIN DE LOS POSTULADOS EPISTEMOLGICOS. 2. CONTEXTO HISTRICO, CULTURAL Y FILOSFICO.

    B) INTRODUCCIN A LA FILOSOFA 3. QU ES FILOSOFA? 4. EL FIN DE LA FILOSOFA.

    PARTE II: ONTOLOGA FUNDAMENTAL A) ONTOLOGA HERMENUTICA DE LO REAL

    1. LA NADA Y EL SER. 2. DESARROLLO SISTEMTICO DE LA NATURALEZA DIALCTICA.

    B) LA ESTRUCTURA DE LO REAL 3. LO REAL Y SUS NIVELES DE REALIDAD. 4. CONSTITUCIN PRIMARIA DE LOS SERES VITALES.

    C) EPISTEMOLOGA 5. APRIORISMO COGNITIVO DIALCTICO. 6. TEORA DEL CONOCIMIENTO CIENTFICO. 7. GENEALOGA COGNOSCITIVA. 8. EPISTEME.

    PARTE III: ONTOLOGAS REGIONALES A) TEOLOGA

    1. LO SAGRADO Y SU(S) DIVINIDAD(ES). 2. NECESIDAD Y OBJETO DE LAS CIENCIAS VITALES.

    B) CIENCIAS VITALES 3. CIENCIAS TELEOLGICAS (CATEGORAS ANMICAS). 4. CIENCIAS TELEONMICAS (CATEGORAS ESPIRITUALES). 5. CULTURA Y COMUNICACIN.

    PARTE IV: MS AC DE LA METAFSICA A) QU NOS CABE ESPERAR?

    1. ESTRUCTURACIN ARQUEOLGICA DEL SABER. 2. ARTE. 3. RELIGIN. 4. ANTINOMIAS METAFSICAS.

    B) OTRO MUNDO ES NECESARIO 5. EL FIN DE LA ERA METAFSICA. 6. LA REGENERACIN HUMANA. 7. QU HACER CON LO QUE HICIERON DE NOSOTRXS. 8. ANARQUISMO ONTOLGICO. 9. SER DEL DEVENIR.

    EPLOGO 1. MEDITACIN Y ENTENDIMIENTO. 2. LA VENGANZA DE LO POTICO. 3. AGRADECIMIENTOS.

    NOTAS + RECURSOS + APNDICE

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    PRLOGO .......... 15 LA POSIBILIDAD DE UNA ONTOLOGA HERMENUTICA UNIFICADA .......... 18 CAJA DE HERRAMIENTAS .......... 20 DIVINA REBELIN .......... 23

    PARTE I: ALETHEIA Y LA FILOSOFA A) INTRODUCCIN AL PROYECTO ALETHEIA 1. PRESENTACIN DE LOS POSTULADOS EPISTEMOLGICOS .......... 27 1.1. Hechos, fenmenos e interpretaciones ........... 30 1.2. Desarrollo evolutivo del pensamiento .......... 34 1.3. Ciencia, Filosofa, Arte y Religin .......... 38 2. CONTEXTO HISTRICO, CULTURAL Y FILOSFICO .......... 39 2.1. Filosofa primera .......... 42 2.2. Topologa del pensamiento actual .......... 43 2.3. Aletheia y la diferencia ontolgica .......... 48 B) INTRODUCCIN A LA FILOSOFA 3. QU ES FILOSOFA? .......... 55 3.1. Metafsica como especulacin teortica .......... 57 3.2. Ontologa como estudio cientfico de lo real .......... 60 3.3. Epistemologa como estudio cientfico sobre los principios del conocimiento ...... 63 3.4. Teologa como estudio cientfico de las ontologas regionales .......... 65 3.5. Algunos apuntes sobre Onto-teologa y Teologa ontolgica .......... 68 4. EL FIN DE LA FILOSOFA .......... 71 4.1. Estatuto cientfico de las disciplinas filosficas .......... 72 4.2. Tareas del pensar .......... 75 4.2.1. La comprensin como cinetismo racional .......... 76 4.2.2. La contemplacin como dinamismo sensorial .......... 77 4.3. Ser-aqu-ahora como acontecimiento teolgico .......... 79

    PARTE II: ONTOLOGA FUNDAMENTAL A) ONTOLOGA HERMENUTICA DE LO REAL 1. LA NADA Y EL SER .......... 85 1.1. El problema de la fundamentacin .......... 91 1.2. Anti-fundamento, no-fundamento, auto-fundamento, sin-fundamento .......... 101 1.3. Posible tipologa de fundamentos .......... 106 1.4. Fundamentos ontolgico, teolgico y epistemolgico .......... 108

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    2. DESARROLLO SISTEMTICO DE LA NATURALEZA DIALCTICA .......... 113 2.1. Orden csmico .......... 116 2.1.1. Causa y efecto como ley del cambio .......... 119 2.1.2. Dualismo fenomenolgico energa-materia .......... 121 2.1.3. Realidad no-dual .......... 123 2.2. Equilibrio armnico de los opuestos.......... 125 2.2.1. Naturaleza hermenutica de la dialctica.......... 127 2.2.2. Principio cintico de perfeccin.......... 130 2.2.3. Principio dinmico de regulacin.......... 131 2.3. El uno .......... 131 2.3.1. Hermenutica del ser.......... 133 2.3.2. La falacia metafsica.......... 138 2.3.3. Esencia y sustancia.......... 144 2.3.4. Reinterpretacin conceptual.......... 146 B) LA ESTRUCTURA DE LO REAL 3. LO REAL Y SUS NIVELES DE REALIDAD.......... 153 3.1. Ser y realidad(es) .......... 154 3.2. Realidad(es) y posibilidad(es) .......... 155 4. CONSTITUCIN PRIMARIA DE LOS SERES VITALES .......... 157 4.1. Monismo gnoseolgico .......... 158 4.2. Cuerpo, mente y consciencia .......... 161 4.3. Mecanicismo, teleologa y teleonoma .......... 164 C) EPISTEMOLOGA

    5. APRIORISMO COGNITIVO DIALCTICO .......... 171 5.1. La sensacin y los sentidos .......... 172 5.2. El proceso mental ......... 175 5.3. Experiencia como simbiosis elemental .......... 176 5.4. Voluntad y razn .......... 179

    6. TEORA DEL CONOCIMIENTO CIENTFICO .......... 181 6.1. Empirismo y ciencia .......... 182 6.2. Lenguaje de la Naturaleza .......... 186 6.3. Los primeros principios .......... 189 6.4. Lgica como racionalidad cientfica .......... 191

    7. GENEALOGA COGNOSCITIVA .......... 194 7.1. Propuesta para una posible propedutica cientfica .......... 195 7.2. Epistemologa, Ontologa y Teologa .......... 199 7.3. Revolucin cientfica y paradigma .......... 202

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    8. EPISTEME .......... 205 8.1. Episteme matemtica de la Naturaleza .......... 206 8.2. Episteme simblica de la naturaleza .......... 208

    PARTE III: ONTOLOGAS REGIONALES A) TEOLOGA 1. LO SAGRADO Y SU(S) DIVINIDAD(ES) .......... 215 1.1. El hecho vital .......... 217 1.2. El ente ontolgico .......... 219 1.3. Verdad y perfeccin .......... 220 2. NECESIDAD Y OBJETO DE LAS CIENCIAS VITALES ..........222 2.1. Auto-conocimiento como consciencia .......... 224 2.2. Estudio de las categoras anmicas y espirituales .......... 226 2.3. Posible (auto)evaluacin de la trascendencia .......... 229 B) CIENCIAS VITALES 3. CIENCIAS TELEOLGICAS (CATEGORAS ANMICAS) .......... 235 3.1. Cosmologa .......... 238 3.1.1. El Big-Ban y los agujeros negros .......... 240 3.1.2. Lo incondicionado y su eternidad .......... 243 3.2. Astrologa .......... 246 3.2.1. El Sol y la Luna .......... 247 3.2.2. Determinismo teleolgico .......... 249 3.3. Psicologa .......... 252 3.3.1. Alma, espritu y ser-aqu-ahora .......... 254 3.3.2. Mente, consciencia y "no-ser" .......... 257 3.3.3. Lmite y trascendencia .......... 261 3.4. Antropologa .......... 263 3.4.1. La condicin humana .......... 266 3.4.2. Determinismo y libertad .......... 269 3.4.3. Diversidad y naturaleza .......... 271 4. CIENCIAS TELEONMICAS (CATEGORAS ESPIRITUALES) .......... 275 4.1. Lingustica .......... 278 4.1.1. Pensamiento y lenguaje .......... 280 4.1.2. Determinismo teleonmico .......... 282 4.1.3. Concepto y metfora .......... 286 4.1.4. La razn dinmica y su temporalidad .......... 288 4.2. tica .......... 291 4.2.1. Axiologa tica e ideologa moral .......... 293 4.2.2. Teora y praxis .......... 295

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    4.2.3. La posibilidad temporal del punto medio .......... 297 4.2.4. Alegra y serenidad como virtudes del nima y el ego .......... 298 4.2.5. Cosmopolitismo y democracia .......... 299 4.3. Poltica .......... 302 4.3.1. Legitimidad vital y justicia divina .......... 304 4.3.2. Economa de recursos renovables e inmateriales .......... 307 4.3.3. Ciencia y Tecnologa .......... 309 4.3.4. Atomizacin del Poder y la responsabilidad .......... 310 4.3.5. Biopoltica, revuelta y Revolucin .......... 313 4.4. Esttica .......... 315 4.4.1. El fenmeno humano .......... 316 4.4.2. Relacin con la verdad y la perfeccin .......... 318 4.4.3. Pulsiones, emociones y sentimientos .......... 319 4.4.4. Libertad cultural y de conocimiento .......... 321 4.4.5. Mente sana in corpore sano .......... 324 5. CULTURA Y COMUNICACIN .......... 325 5.1. Comunicacin dialgica .......... 328 5.1.2. Sujeto y subjetividad .......... 329 5.1.2. Intersubjetividad .......... 331 5.2. Estatuto teolgico de la Sociologa .......... 332 5.2.1. El crculo del conocimiento .......... 335 5.2.2. Hermenutica antropolgica .......... 337 5.3. La triada mtica de la Cultura metafsica .......... 340 5.3.1. Las religiones testas .......... 342 5.3.2. Historia Universal del Hombre .......... 345 5.3.3. La Civilizacin Occidental .......... 348 5.4. Los pilares de la Cultura ontolgica .......... 350 5.4.1. Historicidad cultural .......... 353 5.4.2. Sociologa hermenutica .......... 355

    PARTE IV: MS AC DE LA METAFSICA A) QU NOS CABE ESPERAR? 1. ESTRUCTURACIN ARQUEOLGICA DEL SABER .......... 361 1.1. Ciencias Naturales .......... 363 1.2. Ciencias Vitales .......... 365 1.3. Ciencias Tcnicas .......... 367 1.4. Aplicaciones artsticas .......... 369 2. ARTE .......... 370 2.1. Expresin comunicativa .......... 373 2.2. Creatividad e imaginacin .......... 374 2.3. La accin esttica y su objeto .......... 375

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    3. RELIGIN .......... 377 3.1. Teologa racional .......... 379 3.2. Amor incondicional .......... 381 3.3. Mama Natura .......... 383 3.4. Los Elementos .......... 384

    4. ANTINOMIAS METAFSICAS .......... 386 4.1. La muerte .......... 387 4.2. El tiempo y el espacio .......... 390 4.3. Miedo e ignorancia .......... 392 4.4. La locura .......... 393 4.5. El sueo .......... 396 4.6. Dolor y placer .......... 397 4.7. Experiencia mstica y sublimacin .......... 400 4.8. Drogas y auto-transformacin .......... 403 4.9. La ambivalencia del destino .......... 407 B) OTRO MUNDO ES NECESARIO 5. EL FIN DE LA ERA METAFSICA .......... 411 5.1. Crisis del Capitalismo y violencia fascista .......... 413 5.2. Catstrofes naturales y destruccin civil .......... 416 5.3. Crisis axiolgica .......... 418 5.4. Regulacin csmica .......... 421 6. LA REGENERACIN HUMANA .......... 424 6.1. Ecosistema y sostenibilidad .......... 425 6.2. Paz entre Culturas .......... 427 6.3. No-violencia como no-cooperacin .......... 429 6.4. Lucha por la supervivencia cultural en la cada del Sistema .......... 431 7. QU HACER CON LO QUE HICIERON DE NOSOTRXS .......... 437 7.1. Radicalidad humana .......... 439 7.2. Deconstruccin metafsica .......... 441 7.3. Reinvencin del lenguaje .......... 443 7.4. Desobediencia .......... 445 8. ANARQUISMO ONTOLGICO .......... 447 8.1. El carcter divino de la praxis libertaria .......... 451 8.2. Sabiduras antiguas .......... 454 8.3. Comunismo libertario y anarqua .......... 459 8.4. Decrecimiento y era cuntica .......... 461 9. SER DEL DEVENIR .......... 464 9.1. Potencia de la diferencia .......... 466

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    9.2. Dialctica del caos .......... 468 9.3. Antagonia .......... 470 EPLOGO 1. MEDITACIN Y ENTENDIMIENTO .......... 475 2. LA VENGANZA DE LO POTICO .......... 477 3. AGRADECIMIENTOS .......... 478 NOTAS Y RECURSOS A) NOTAS 1. GLOSARIO .......... 483 2. REFERENCIAS .......... 484 B) RECURSOS 3. BIBLIOGRAFA RECOMENDABLE .......... 484 4. OTROS MATERIALES DE INTERS GENERAL .......... 487 APNDICE OTRAS ONTOLOGAS HERMENUTICAS UNIFICADAS Esquema presentacin AQAL + Spiral Dynamics .......... 491

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    PRLOGO No busco saber todas las respuestas, sino entender todas las preguntas. (Kung Fu) Me llamo Francisco Javier, tengo 33 aos y he nacido en Andaluca. Tras algunos aos de enriquecedoras experiencias emprendo la iniciativa del proyecto Aletheia, Ontologa Hermenutica Unificada con la ilusin de aportar mi granito de arena al pensamiento racional que tiene como objetivo una emancipacin postmetafsica. Con ello pretendemos aportar conocimiento inmaterial a la colectividad, apoyando as una liberacin global de los seres humanos, posibilitando un verdadero progreso de la mentalidad "occidental" por medio del respeto y la solidaridad. El proyecto naci hace 4 aos, coincidiendo con mi retirada del campo acadmico y enlazada con mi aterrizaje en los movimientos sociales de base, momento anmico que se ha visto interpelado en dicho proceso por algunas experiencias "dionisiacas", las cuales me han orientado a profundizar en las cuestiones de carcter filosfico, especialmente las que se preguntaban por el ser, o mejor dicho, por el ser del ente, y particularmente, por el ser del ente que supuestamente soy "yo". No escuchndome a m, sino al lgos, es sabio reconocer que uno es todo. (Herclito) El deseo central del proyecto filosfico Aletheia es la elaboracin colectiva de un tratado sistemtico libre y abierto sobre el ser del ente como teologa (ontolgica), que aporte una mejorada manera de enfocar la praxis cotidiana, enfocndonos hacia una superacin ptima del nihilismo metafsico que domina nuestra Cultura en este tiempo moderno, contextualizndolo como una recuperacin del rumbo perdido, o si cabe la posibilidad, como una afirmacin ms positiva de la propia naturaleza humana. Es por ello que en 2014 (tras la publicacin web en 2013 de un texto en borrador) aparece la edicin digital del libro Aletheia, Ontologa Hermenutica Unificada, el cual sigue interpelando a su auto-modificacin histrica por medio de la participacin colectiva responsable, apoyando la cultura libre mediante una praxis reflexiva. Como objetivo prioritario se marca la elaboracin de dicho texto desde el carcter ms potico de la filosofa, tratando de validar las afirmaciones ontolgicas de los movimientos no (o menos) metafsicos y tratando de legitimar sus prcticas libertarias de carcter ontolgico, proporcionando un corpus terico-prctico que legitime la vigente lucha (guerra) social que se da en el terreno econmico-axiolgico. Dicha herramienta ejerce como un armazn anmico ptimo y slido para el proceso cultural en curso, proponiendo dinmicas que colaboren en el empoderamiento de nuestro holismo integral y su correspondiente multiverso de posibilidades naturales. El objetivo a corto plazo es por consiguiente la edicin digital de este trabajo bajo licencia libre (Creative Commons), tras haber incorporado las pocas participaciones que se han prestado a la causa durante la promocin realizada a lo largo de 2013. Se han mantenido dilogos interesantes acerca de temticas variadas, y se ha cosechado lo que se ha podido, agradecindo de antemano la calidad de dichas participaciones (leves pero intensas). Se mantiene la pgina web como plataforma comunicativa, el texto colgado en Scribd y dos vdeos promocionales colgados en YouTube. Por ltimo se plantea la publicacin de un artculo indito en diferentes revistas interesadas en la temtica de nuestro trabajo, promocionando nuestra perspectiva sobre La posibilidad de una ontologa hermenutica unificada, que

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    sirva como ventana al progreso de nuestro proyecto colectivo. Este texto ve la luz a travs de CuantoCaos editorial, entidad efmera creada al efecto que se aleja de la farndula acadmica y el marketing editorial. Quiero aportar en este prlogo algunos comentarios que apoyen el inicio de la presentacin sobre las caractersticas generales del proyecto, presentando algunos matices que nos ayuden a comprender mejor su sentido menos aparente. Se recomienda leer este libro ejerciendo una moderada suspensin del juicio de valor, practicando en la medida de lo posible una temporal epoh sobre los contenidos conceptuales de las palabras que aqu aparecen, y que habitualmente usamos, y que tendemos a maniatarlas en exceso porque nos resultan demasiado familiares. Dicha epoh no implica un escepticismo radial sino una especie de formateo del disco duro, posibilitando poco a poco un pre-juicio positivo con cierto carcter cientfico, el cual nos sirva como gua orientativa a lo largo de las diferentes etapas del escrito, y que quizs no haya sido el contexto ideolgico del que hayamos partido. Por ende considero prioritario cierta claridad expresiva como cortesa filosfica, pues procurar un lenguaje popular es de sabios, apelando por la sencillez de la que carecen los catedrticos de biblioteca que pretenden as abanderar la filosofa. Desobedecemos la propiedad intelectual heredada y rechazamos el aburrimiento lgico de los formalismos acadmicos que deterioran nuestro genio artstico. Nos intentamos apoyar en la medida de lo posible en la veracidad histrico-cultural de las informaciones bibliogrficas que manejamos, pero sin caer en constantes legitimaciones elitistas, pues nuestro conocimiento vale en relacin a la verdad y no al rdito social, lo diga yo o lo diga Foucault. Tambin se tiene prevista la creacin de un pequeo glosario para neofitxs, el cul aparecera en el apartado de notas y recursos o quizs directamente a pie de pgina, completando la lista de referencias como materiales para la auto-formacin que desde nuestra posicin predicamos. Como notas introductorias sobre la filosofa potica que tratamos de desplegar afirmamos de entrada (y como primera re-estructuracin del pensamiento) que el conocimiento absoluto no es fin sino medio, haciendo gala de la importancia relativa que en ltima instancia tienen proyectos de ndole terica. Es por ello que comprendemos que la revolucin de la conciencia tampoco es fin sino medio para la transformacin radical de la sociedad humana como culturalidad de lo comn (Cultura), especialmente la nuestra, el primer mundo, elaborando la crtica que proceda sobre la tradicin judeo-cristiana y sus condicionamientos lingusticos e histricos, la cual sostiene de manera violenta este catastrfico sistema ideolgico obsoleto e inerte que tanta angustia nos aporta. Es por ello que entendemos que este proyecto es (como) una caja de herramientas. Ello posibilita una percepcin ms libre y abierta sobre la diversidad natural del pensamiento ontolgico que puebla el mundo, aportes con los que intentamos comprender la apriorsitica interculturalidad (no multiculturalidad) entre sujetos dinmicos e interactivos que somos, apelando siempre al sentido comn que proporciona la prctica de una ptima racionalidad dialgica. Suavemente nos dejaremos influir por lo desconocido, por todo lo que no infrinja las reglas lgicas del pensamiento cientfico, y permitiremos la permeabilidad de nuestra cultura respecto a los adelantos y complementos que nos aporten otras Culturas lejanas, ya sean de una isla perdida o de la cara norte de una montaa, evitando seguir propagando de una manera ms sofsticada el mito del extranjero salvaje. Agradecemos enormente por ello la experiencia mostrada por la tradicin y sus elocuentes transmisiones populares, y por ltimo mostramos nuestro afecto sobre algunos personajes particulares sin por ello necesariamente devenir iconoclastas. Tratamos de realizar un trabajo colectivo, intentando

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    dialogar con la tradicin ms cercana, en sa en la que nos re-educamos constantemente, evitando perder de vista la perspectiva ontolgica transversal a nuestra investigacin, la cual tiende irreversiblemente hacia su inherente carcter cosmopolita. Es por ello que nos encaminamos hacia el encuentro de lo que buscamos, a veces por largo tiempo buscado, atrados por la fresca informacin que nos aporta el aqu-ahora, intentando comprender e interpretar hermenuticamente las diferentes historias/sentidos que coexisten en nuestro mundo y en nuestras sociedades. Dicha metodologa nos permite hilar ejes de pensamiento que son desarrollados colectivamente, dejando a un lado lo especficamente de unxs y aquello de otrxs, lo que fue antes o lo que ser despus. Agradezco a todxs lxs que se esfuerzan en pensar filosficamente, aparezcan o no en estas desdibujadas lneas; a ellos mi reconocimiento fraternal. Ante todo nos encontramos ante la necesidad de enmarcar la importancia del pensamiento reflexivo crtico, tratando de evitar la deriva post-moderna como fin de la modernidad (hacindonos eco de Giorgio Marramao y su interpretacin de la post-modernidad como 2 modernidad). Nos orientamos hacia una radicalizacin progresiva del pensamiento contemporneo en su camino a lo-totalmente-otro, interpretando la postmetafsica como verdadera superacin de la (todava) imperante metafsica moderna. Me preocupa la incapacidad del relativismo actual frente a la muerte de Dios como fundamento absoluto del ente (que supuestamente somos), creando un caldo de cultivo ptimo para el ejercicio de totalitarismos populistas. Orientamos por tanto nuestro proceso racional hacia la praxis poltica revolucionaria, contra el capitalismo salvaje y la violencia metafsica, intentando construir una transicin armnica desde el nihilismo (autnomo o heternomo, voluntario o impuesto) hasta las orillas de la afirmacin prctica libre, consciente y por ende responsable, sublimando as el espritu por medio de la cultura como movimiento transformador y como palimpsesto infinito. Es precisamente por ello por lo que nombramos a este proyecto de la manera que lo hacemos, haciendo referencia a la prioridad de pensar el acontecimiento desde una perspectiva ontolgica y (por ende) desde el carcter unitario del existir, declinando as otros numerosos ttulos alternativos posibles que traten de esquivar nuestra ms profunda vocacin. Conozco mi suerte. Alguna vez ir unido a mi nombre el recuerdo de algo monstruoso, de una crisis como jams la hubo antes en la Tierra, de la ms profunda colisin de conciencias, de una decisin tomada, mediante un conjuro, contra todo lo que hasta este momento se ha credo, exigido, santificado. Yo no soy un hombre, soy dinamita. Y a pesar de todo esto, nada hay en m de fundador de una religin; las religiones son asuntos de la plebe, yo siento la necesidad de lavarme las manos despus de haber estado en contacto con personas religiosas. No quiero creyentes, pienso que soy demasiado maligno para creer en m mismo, no hablo jams a las masas. Tengo un miedo espantoso de que algn da se me declare santo; se adivinar la razn por la que yo publico este libro antes, tiende a evitar que se cometan abusos conmigo. No quiero ser un santo, antes prefiero ser un bufn. Quiz sea yo un bufn. Y a pesar de ello, o mejor, no a pesar de ello puesto que nada ha habido hasta ahora ms embustero que los santos, la verdad habla en m. Pero mi verdad es terrible: pues hasta ahora se ha venido llamando verdad a la mentira. Transvaloracin de todos los valores: sta es mi frmula para designar un acto de suprema autognosis de la humanidad, acto que en m se ha hecho carne y genio". (Ecce Homo, Nietzsche). Centramos entonces nuestra atencin en el camino a recorrer (y a construir), no como objeto sino como verbo, como accin de caminar trascendentalmente juntos desde la inmanencia que posibilita lo divino, desde el acontecimiento del aqu y ahora, regenerando en la prctica lo que de corrupto hay en las ideas humanas y en la mente como razn pura, como (falsa) conciencia. Por ello partimos de una perspectiva apocalptica de nuestros tiempos tecnocrticos: pues ya otro mundo no es posible sino sbitamente

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    necesario; pues el miedo de otras pocas fue no ser esclavos, pero la amenaza actual interpela a convertirnos en robots. LA POSIBILIDAD DE UNA ONTOLOGA HERMENUTICA UNIFICADA "El objetivo de la interaccin de las filosofas debera ser desarrollar un sistema intelectual comprensivo en el cual todos los elementos de nuestra total experiencia sean entrelazados, en el cual sea generado un patrn consistente y a pesar de todo abierto e inclusivo, en el cual lo que parece forneo se establezca dentro de un todo o ser omniinclusivo, sin desarraigarlo de lo que pueda ser su espacio ontolgico y psico-cultural; el fin ltimo de semejante esfuerzo es comprender el ser y las formas de su auto-expresin, incluyendo el fenmeno humano." (Filosofas en interaccin: la posibilidad de una ontologa unificada, Ramakant Sinari). Este es el esfuerzo comn al que nos orientamos de una manera apasionada, hacia un conocimiento colectivo unificado de manera libre y abierta, una mirada re-elaborada sobre el todo que no desgarre las particularidades, como bien apunta la apreciacin anterior. Es tambin un deseo de espiritualidad ntegra, como apunta Ken Wilber con su teora de AQAL, la cual nos motiva ampliamente y nos permite articular mejor nuestra teora de las categoras teolgicas. Tambin encontramos apoyo de manera analgica en la Spiral Dinamic de Don Beck y Christopher Cowan, o en la Teora General de Sistemas que propone la biologa molecular contempornea. Dichas propuestas, sumadas a otros muchos movimientos filosficos y culturales que apuntan en la misma direccin (por ejemplo la teora cuntica de campo unificado), trabajan en el ejercicio afirmativo de la ontologa hermenutica de lo uno, ofreciendo un estatuto cientfico no dogmtico a dicha investigacin (desarrollada como ontologa fundamental). Tambin he tenido el gusto de compartir con Cris Bolivar su Cosmovisin neo-renacentista, interpretacin hermenutica del uno-modal que le aporta un slido fundamento en su prctica diaria de Couching ontolgico, ejercitndose en una maestra filosfica inspirada por la mayutica socrtica como arte de acompaar el parto. En el Manifiesto defiendo la idea de que en el fondo hay necesariamente una voluntad sistemtica de la filosofa, aun si la apariencia exterior de los textos de filosofa puede a veces dar la impresin contraria. La filosofa no existe sino cuando propone una composibilidad de sus condiciones, la vocacin sistemtica es inevitable y forma parte de la esencia misma de la filosofa. De modo evidente, si por sistema se entiende sistemas teolgicos, sistemas arquitectnicos con una piedra angular, etc., puede decirse que tal figura es inadecuada. Pero si se entiende, por un lado, la necesidad absoluta de que el sistema completo de las condiciones de la filosofa sea configurado en su propuesta, y por otro lado, el hecho de que existe la necesidad de un lazo argumentativo, de un lazo de conexin, cualquiera que sea el modo, que teja, recomponga y una la disposicin conceptual, entonces en este sentido la filosofa es sistemtica, y es una misma cosa decir que la filosofa no es sistemtica, o que no existe. (Manifiesto por la filosofa, Alain Badiou). Para ello se construye Aletheia, Ontologa Hermenutica Unificada, una ontologa hermenutica de lo uno basada en el acontecimiento teolgico (acontecer ontolgico como ser del ente) y en el carcter dialctico de dicho acontecer (trascendental e inmanente). Dicha propuesta de ensamblaje terico se articula como soporte para una modalidad hermenutica general de ser-como, propuesta que desarrollaremos de manera sistemtica, mostrndose de manera lgica como formalidad modal materializada del existir-(naturalmente)como-algo. Este sistema filosfico se apoya flexiblemente en el vaco (ontolgico) de la nada (ontolgica), implicando por ello unas determinadas posibilidades de ser (de las que no podemos escapar y debemos afrontar de manera responsable). Debemos por ello aceptar

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    la muerte ntica (cultura del lmite que une y separa) como justicia del movimiento trascendental e inmanente que nos conmueve, homenajeando as la potica sentencia de Anaximandro. Por ltimo caracterizamos nuestra interpretacin sistemtica como unificada por su carcter cientfico, fortaleciendo as la abierta univocidad construida en el afecto al conocimiento cuntico de la actual fsica de partculas. Este (simptico y alegre) "tratado" de filosofa pretende aportar un adecuado sustrato destinado a la germinacin de una multiplicidad futura de posibles enciclopedias dedicadas al carcter cientfico y unificado de las disciplinas filosfcas, trabajos y proyectos que tambin colaboren en el desarrollo profundo de la regionalidad teolgica. Por supuesto tratanto de evitar las pretensiones objetivistas del pensamiento positivo como pensamiento del fundamento. Dicha filosofa mtica (la metafsica como pensamiento del fundamento absoluto del ente) se encuentra actualmente en proceso de deconstruccin, ruinas sobre las que se construye la transicin hacia un pensamiento cientfico ms crtico. Para ello resulta imprescindible, por un lado, confirmar el excelente status que concedemos a la mecnica cuntica como filosofa cientfica de primer nivel; y por otro confirmamos que ello nos brinda una excelente oportunidad, pues ilumina el camino hacia la posibilidad de una ontologa unificada desde la filosofa comparada y no desde el objetivismo de la razn pura como metafsica. Ampliamos as la muerte de Dios como muerte del cogito cartesiano (acercndonos a la muerte del Hombre que afirma Foucault, tomando como referencias inexpugnables las numerosas afirmaciones que la ciencia contempornea aporta respecto de la posibilidad de una unidad ontolgica de obligado carcter hermenutico, la cual brilla y palpita en la diversidad fenomenolgica que nos rodea. Por ltimo trabajamos para superar el relativismo postmoderno que asola el mundo civilizado, mostrando la imposibilidad de un nihilismo positivo (algo parecido a un crculo-cuadrado como bien nos comenta Mara G. Navarro), rechazando en un primer momento el "debolismo" que nos propone Gianni Vattimo (y lo laureado de su persona desde el stablishment acadmico alternativo). Pese a los apuntes interesantes de dicho pensamiento (dbil como debilitador y como no dogmtico) interpreto que dicha perspectiva debolista representara (como afirmacin de principios) un fracaso de la razn como posibilidad de conjunto (tanto de las razones "malas" como de las posiblemente "buenas"). Podemos decir por ello que la postmodernidad arrastra con todo lo afirmativo ontolgico reciclable de las propuestas ilustradas. Por supuesto que los metarelatos han muerto (ya desde Marx, Nietzsche o Freud), y se agradece, pero el ser humano est perdido diciendo Adis a la verdad (en referencia al texto de Gianni Vattimo). Adems Narciso y Prometeo no me caen muy bien, Dionisos no es absoluto y Apolo es muy digna influencia. Por ltimo apuntar que la teora de la relatividad revela la imposibilidad de un absoluto sinttico de la conciencia, lo que no impide el carcter hermenutico de la verdad, el cual analizaremos a lo largo de nuestro denso escrito. Rechazamos por tanto el paso que va del fundamento absoluto de la metafsica al no-fundamento absoluto que propone la poca postmoderna. La Ilustracin, metafsicamente interpretada, supone la muerte de Dios pero proclama la aparicin de la Razn como nuevo fundamento absoluto, practicando as una renovacin del Dios cristiano, diseada especialmente por Kant y Hegel (as lo creo yo desde mi humilde e ignorante posicin). La postmodernidad nos ayuda mucho y supone un avance cognitivo importante, pero no podemos desechar nuestras orientaciones teolgicas ms radicales, menos an fundar una moral desde el no-fundamento absoluto del relativismo que proclama la egocracia contempornea. Desde Aletheia se reconoce una verdad lgica y una verdad

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    ontolgica, pero no se aprecia una dicotoma transversal a la verdad. La verdad existe, la intuyo, me conmueve, y adems la pienso conscientemente. CAJA DE HERRAMIENTAS As es como debe concebirse una ontologa hermenutica unificada, como una necesaria caja de herramientas frente a la libertad (qu libertad!) que nos propone la existencia humana. Es por ello que concibo dicho proyecto no como una respuesta sino como una renovada forma de cuestionar(se). "La gran tarea que la poltica parece tener por delante y a la cual la filosofa puede y debe ayudar a pensar, es la conformacin de una nueva esfera pblica como un autntico espacio simblico pluralista y disonante, capaz de operar una radical reconversin de la lgica del conflicto a travs de la confrontacin de universales de valor existencialmente vividos y filtrados por la experiencia de los sujetos y los grupos humanos. Este modo de vinculacn de las identidades a partir del descubrimiento de su mismo carcter relacional y contingente en un espacio simblico, donde valores distintos y hasta inconmensurables, puedan superar su dura apariencia de esquemas cerrados y ser comparados, favoreciendo incluso la posibilidad de una contaminacin fecunda entre ellos, es acaso la nica manera de evitar que el trgico conflicto de valores que llega a ser dramtico en ocasiones, pueda degenerar en una violencia auto-destructiva". (Ontologa del declinar: dilogos con la hermenutica nihilista de Gianni Vattimo, A parte rei). Dicha caja de herramientas posibilita la realizacin de una profundizacin regional. Y por consiguiente seguir dialogando con Nietzsche, con Aristteles, con Marx, con Hegel, con Heidegger, con Alain Badiou, y con muchos ms, especialmente con aquellxs oscurecidxs pensadorxs de la historia metafsica de la filosofa, haciendo justicia por la negligencia y mala f de nuestro olvido. Por ello recomiendo profundizar en el aspecto cuntico que impregna nuestra poca, pleno de vitalidad ahora por el boson de Higgs (y la bsqueda del gravitn por medio del colisionador construido en Ginebra). Esta particula (para m divina y no del Dios ntico) se presenta como la explicacin cientfica sobre el origen de la masa, por lo que (lgicamente) niega de un plomazo la existencia extrnseca de fundamento (Dios testa). No es esto suficientemente revolucionario como para llorar de alegra? Dicha partcula muestra como se produce la auto-creacin de la materia, pues sta siempre estuvo ah (en potencia), pero se transforma en sus interacciones con dicho bosn-campo (es una determinada modalidad de factum). Ello implica la negacin radical de una posible creacin ex-nihilo de la materia (aparicin sbita de la nada), adems de confirmar la ilusin que supone objetivizar el carcter supuestamente ntico de sta. Adems dicho descubrimiento profundiza y aporta nuevos elementos a la teora de campo unificado, acercando un poco ms la mecnica cuntica a la superacin del paradigma de Einstein y su limitada relatividad, superando por ende las pretensiones absolutistas de las leyes termodinmicas como paradigma de lo macro (nos es til pero no explica el nivel cuntico). "Slo queda" encontrar el gravitn como elemento cuntico que describa ms especficamente el por qu de la fragilidad de la gravedad. Tomense mis comentarios como pasin desbocada o como ilusa fuente de inspiracin, pues ampliamente limitado estoy en el tratamiento de dichas problemticas. Recuerdo que un profesor con el que trataba el tema me deca que nada dice la ciencia sobre la filosofa, y creo que suficiente razn lleva: nunca la descripcin del ente nos habla de su ser (del ser del ente). Pero que nada diga la ciencia a la filosofa no significa que la filosofa no deba escuchar la ciencia, promoviendo as un enraizamiento epistemolgico de todo-posible pensamiento teolgico. La ciencia si nos dice lo que no puede ser pensado. La ciencia no puede afirmar la filosofa pero s puede negarla. Ah

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    la crisis filosfica contempornea: la ciencia (cuntica) ha superado el paradigma filosfico de los fundamentalismos absolutos, y adems niega el paradigma postmoderno del no-fundamento. Esto muestra la contradiccin interna que mantiene la filosofa consigo mismo cuando no se reconoce como ciencia y se distancia de sta. La mecnica cuntica va en estos momentos por delante de la filosofa establecida, y eso est creando una incmoda falta de respuesta frente al caos axiolgico que sigue provocando la consumacin tcnica de la metafsica. La actual fsica de partculas, pienso yo, es ms que simple fsica, pues incorpora obligatoriamente a la filosofa como orientacin cientfica de la investigacin. La ciencia no encuentra por azar sino que encuentra lo que busca, y busca para superar contradicciones (externas y tambin internas), siguiendo a Bachelard. En estos momentos sabemos que Dios (como fundamento extrnseco) no puede existir, y adems sabemos (en referencia a la actual fsica de partculas) que lo real como verdad apunta a una auto-fundamentacin dbil (no mecnica) de la existencia (por ello el bosn de Higgs, adems de aportar masa, adquiere masa l mismo). Acordmonos de Einstein y su E=mc2. Acordmonos tambin de Goethe y su teora sobre la percepcin del color. Es bellamente lgica la posibilidad de un campo cuntico que unifique el universo, y es por ello que dicha lnea de investigacin debe orientar la filosofa hacia una ontologa fundamental no basada en el absoluto sino en la posibilidad teleonmica (cultural, ni mecnica ni teleolgica sino contradictoria). Aqu aparece aletheia como afirmacin ontolgica-modal, como acontecer del ser del ente, presentndose como posibilidad trascendental-inmanente de que el espritu no sea una parcialidad del todo (Dios metafsico divisible en partes) sino el todo en s mismo (inseparabilidad ontolgica de la materia respecto de la energa). El absoluto como sntesis ha muerto. Slo queda pensar la posibilidad de un absoluto contradictorio, dialctico, omniinclusivo y auto-limitado a la misma vez (como me recuerda Francisco Almansa). Algo que necesita muchas palabras para ser explicado, pero sobretodo algo que requiere una sutileza extrema que proponga una recomposicin sublime de las diferentes piezas del puzzle. Podemos concluir que estamos localizando una de las problemticas principales que debe encarar nuestra caja de herramientas: las relaciones entre verdad y fenmeno, las cuales refieren en s mismo al conjunto de relaciones entre ser, ente y el ser del ente como acontecimiento ontolgico. Se abre un abanico de cuestiones. Nos preguntamos tambin por la realidad, o mejor dicho por lo real. Esto tambin debe ser encarado herramienta en mano. Para ello intentamos reciclar parte del pensamiento moderno y lo que de pragmtica tiene nuestra epocalidad hedonista, limando las asperezas que puedan generar violencia ideolgica en el mbito de lo comn y construyendo la moral a travs de una genuna teologa ontolgica (categorial). Aadimos la dulce medicina anti-metafsica que suponen las sabiduras antiguas y sus culturas animistas, las cuales an en pleno siglo XXI somos incapaces de interpretar de manera ontolgica gracias a la opacidad del materialismo intelectual que nos imponen nuestros "iluminados" lderes espirituales. Evidenciamos la aportica visin de la metafsica en relacin al necesariamente supuesto fundamento absoluto del ente; es decir, fundamento como supuesta onticidad de carcter trascendente ms all de nuestra realidad, jerrquicamente superior y generadora (gensica) de lo inferior. Por dicha onticidad lucha la razn pura tratando de implantar una moral dominante basada en la identidad respecto a dicha entidad: por ejemplo es lo que los catlicos pudieran denominar como Reino de Dios; lo que desde

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    nuestra perspectiva, por contra, podemos nombrar como violencia metafsica, prctica inherente y transversal al sistema metafsico, organizado materialmente como (anti)economa capitalista. Al respecto sucede que cuando dichas voluntades egocrticas se confrontan entre s (divergencia en la visin de un supuesto Reino de Dios: musulmn, catlico, judo, protestante, etc.) se genera un lgico conflicto de perspectivas egocrticas, pues lo supuestamente ilimitado se topa con las limitaciones fenomnicas. Socialmente grupos de Poder luchan entre s por aumentar su Poder, usando como lenguaje la fuerza y degenerando por ende en lo que podemos entender como fascismo (concepcin popular de la praxis metafsica). Es lo que ms tarde vamos a denominar como la guerra de los entes. Frente a dicha irracionalidad sentimental que propugna la metafsica tratamos de generar un pensamiento reflexivo y antagnico, y nos sentimos capaces de incorporar la posibilidad del no-fundamento del ser o del ente, y la posibilidad del ser (en su relacin dialctica con la nada) como anti-fundamento (fundamento anti-absolutista), que representa la postura de nuestra perspectiva ontolgica y postmetafsica. En ello nos detendremos con suficiente calma y sosiego, y en su momento adecuado, pues en su tempo todo encuentra el adecuado camino. Nos conformamos por el momento con abrir el horizonte para ventilar el pensamiento, para poder caracterizar el fundamento (que intuimos) desde su intrnseca diversidad, pudiendo hablar as de diferentes posiblidades: fundamento ontolgico, teolgico, epistemolgico (y tambin como fundamento lgico, el cual identificamos con la metafsica y su imposibilidad cientfica, atribuyndole a sta un estatuto sentimental como ya hemos reconocido anteriormente). Comenzamos entonces a contemplar una comprensin inversa a la metafsica tradicional y a la dialctica platnico-hegeliana, vislumbrando un absoluto contradictorio y abierto, tan contradictorio como puede ser la posible concepcin de un posible fundamento ontolgico o del principio de anarqua propuesto por Shurmann. Aplicando a nuestra perspectiva una apertura orientalista nos cuestionamos; no es precisa y bien-intencionada la simbologa taosta del Yin-Yan respecto a una posible interpretacin simblica de la dialctica ontolgica? Y decimos ontolgica frente a la dialctica ntica de la sntesis como absoluto. Siguiendo en esta lnea reconocemos mucha vala en multitud de comprensiones populares que hemos heredado (o que pretendemos heredar frente a la mono-tradicin dominante de la cultura judeo-cristiana). Por ejemplo fomentamos aqu la comprensin de la ley del Karma como ley del cambio (interpretacin ontolgica de la ley de la causa y el efecto), promoviendo el gozo esttico de una moralidad inmoral que nos ayude a luchar contra los impedimentos ideolgicos que nos oprimen desde dentro y nos reprimen desde fuera. Dichos pensamientos, adecuadamente contextualizados, operan en favor de una ontologa hermenutica unificada, la cual a su vez ejerce de herramienta para una comprensin ptima y flexible de lo real, no representando as lo real como realidad de la razn pura sino como culturalidad trascendente (e inmanente), pues se identifica con lo siempre experimentado aqui-ahora(todava). "Porque el mbito del bien ontolgico y la verdad ontolgica no pertenece ni al poder de los dioses poderosos ni de los hombres poderosos, sino a la anterioridad ontolgica del ser-pensar y el deseo racional de lo otro divino, cuya presencia simblico-racional declina la ontologa del lmite a travs de las epifanas vivas de todos los seres y sus sistemas hasta llegar a la absoluta obscuridad de una luz cegadora, aquella en que arde de amor el extasiado. (...) Por eso no son el mismo el bien ontolgico y el bien moral, ni son la misma verdad, ni son la misma la verdad ontolgica y la verdad lgica, ni la justicia ni la belleza ontolgicas son morales, antropolgicas ni universalizables. No son relativas ni globales porque son superiores a los conceptos: son acciones ontolgicas excelentes y posibilitantes". (El nacimiento de la filosofa en grecia, Teresa Oate).

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    Frente a dicho plantemiento nos interrogamos de la siguiente manera: es posible estudiar entonces el ser al margen del ente? Creo que por el momento slo puedo responder a dicha pregunta de manera ambigua (en relacin a la afirmacin de Heidegger sobre la necesidad de estudiar el ser al margen del ente): vamos a estudiar el ser al margen del ente (siguiendo a ste) pero desde/a travs de ste (alejndonos de su recaida onto-teolgica, siguiendo a Derrida). Por ello nos posicionamos como rechazo de los extremos metafsicos (del fundamento lgico y del no-fundamento absoluto), afirmando nuevamente la ontologa cuntica de las posibilidades. En este motivante camino que se despliega ante nosotrxs disponemos de la filosofa como cualitativa y deseada caja de herramientas, creacin elemental que representa la sntesis (temporal) nicamente superable por la accin esttica libre, por el carcter potico de lo artstico, por la cultura y no por el resultado objetivo de su obrar, acercndonos as al altrusmo ldico defendido por la lingustica de Wittgenstein y Gadamer. Lucifer, oramos en tu nombre para invocarte, pues t representas la apotheosis (potica) de la filosofa, no como ontologa fundamental sino como regionalidad ontolgica, enalteciendo as el carcter artstico de la filosofa (medio y no fin). Pues entendemos que la filosofa es anti-metafsica por naturaleza precisamente debido a su potencial potico y cientfico, pues no resta embelesada en el absoluto, sino que camina constantemente en lo regional, tornndose en la actualidad hacia lo bueno y vlido del legado propuesto por las diferentes tradiciones, surfeando en lo ex-cntrico que deriva sin remedio del vaco (pues no nacemos en el concepto ni morimos en l). Por ello el juego, la risa y la burla sern nuestra venganza. DIVINA REBELIN Algo nuevo est en vas de empezar algo de lo que no vemos ms que un ligero trazo de luz en el bajo horizonte... (Michel Foucault)

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    PARTE I: ALETHEIA Y LA FILOSOFA A) INTRODUCCIN AL PROYECTO ALETHEIA 1. PRESENTACIN DE LOS POSTULADOS EPISTEMOLGICOS. Comenzamos desarrollando los postulados epistemolgicos de los que parte nuestra investigacin, llevando a cabo una contextualizacin de los objetivos generales y proponiendo la construccin de una metodologa ligada al potencial simblico de la lgica cientfica. Definimos el proyecto como una actualizacin sistemtica y cualitativa del conocimiento filosfico existente, intentando posibilitar una comprensin cientfico-simblica de las principales cuestiones filosficas que nos interpelan epocalmente, centrndonos prioritariamente en la diferencia ontolgica, en el estudio del ser al margen del ente (pero a travs de este), y en las respectivas implicaciones consecuentes sobre nuestras concepciones acerca de lo real. Esta investigacin trata de proseguir los estudios de la tradicin filosfica occidental, especializndonos en la tarea de esclarecer el qu, cmo y por qu de un fundamento (abierto y flexible) para nuestra modalidad concreta de existencia, abrindonos a la posibilidad de un no-fundamento radical. Por ello interpretamos tambin la posibilidad de una relacin simbitica entre las verdades lgica y ontolgica. De esta manera podemos llevar a cabo lo que supondra una reconstruccin de la filosofa de la naturaleza, apoyndola en una ontologa que se asienta firme sobre los principios epistemolgicos del conocimiento. Embarcndose en el pensamiento postmetafsico nos encontramos en condiciones de confeccionar una adecuada crtica histrica de nuestras culturas particulares y nuestras Culturas "civilizadas", poniendo atencin en los mensajes embotellados que llegan desde los mares "trgicos" del vaco y la nada. Para ello disponemos de varias herramientas: son ellas que conformarn la base de partida. Por el momento disponemos de un conocimiento bsico pero de calidad, necesario para adentrarnos en cuestiones filosficas de primer nivel, suficiente para simplemente poder encarar las dificultades que nos propone el estudio analtico de la diferencia ontolgica entre ser y ente. Todxs somos muy ignorantes; lo que ocurre es que no todxs ignoramos las mismas cosas; pensaba Einstein. Nos apoyamos en amplias y flexibles comprensiones, pues slo sabemos que no sabemos nada; recordando a Scrates. Nos sentimos seguros deseando una ptima capacidad crtica y reflexiva, especialmente frente a postulados metafsicos imperantes, ya sea el antropocentrismo, el endocentrismo o el etnocentrismo. Como hemos avanzado antes, considero muy necesario trabajar en la realizacin de una cualitativa epoh como suspensin temporal de los juicios de valor, para ir construyendo lo que pudieramos considerar como un pre-juicio positivo (Gadamer), recordndonos que "no podemos plantar vinos nuevos sobre odres viejas". Siguiendo nuestra lnea abrazamos la hermenutica como metodologa analtica circular basada en la sincrona del pensamiento consciente, no olvidando que todos los fenmenos espirituales se anclan en un determinado contexto anmico y tambin material. Ante dudas y tempestades recurrimos con todo derecho a la intuicin silenciosa (de carcter gnoseolgico), ponderando el efecto de la verdad unitaria sobre la diversidad de los mtodos empleados. Meditamos, tratamos de vaciar la mente y oxigenar la razn-conciencia, no para ventilarla y reconstruirla sino para dejarla que naturalmente se desvanezca (recordando a Osho), para que se deteriore y pierda el mayor vigor posible, tratando de entender y as

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    transformar nuestra realidad cotidiana (recordando a Krishnamurti) desde el intercambio dialgico que nos posibilita una cultura libre, racional, flexible, consciente, responsable, autnoma. Entonamos nuestra responsabilidad y nuestra libertad frente a las interacciones con la Naturaleza y con nuestra naturaleza (propia y comn). No rechazamos nuestras limitaciones, y tampoco las enaltecemos, pero nos apoyamos en ellas para seguir creciendo, convencidos de la inherente posibilidad dionisiaca de trascendencia (inmanente) del fenomenismo lgico de la razn-concepto y su estaticidad mental. As podemos enlazar simbiosis cognoscitivas entre los diferentes saberes empricos, cientficos y artsticos, encuadrando la inteligencia como la capacidad de adecuar los medios a los fines (recordando a Hartmann), y en ltima instancia fusionar los horizontes entre stos y aquellos. De importancia vital ser comprender la importancia de la accin expresiva respecto del canon dialgico que imponen las actuales relaciones colectivas, enfatizando los fenmenos de comunicacin intersubjetiva frente a los resultados objetivos producidos por stas, afirmando siempre nuestra particularidad ontolgica como cultura-proceso. Nos hacemos eco de que apresar profundamente la dificultad es lo difcil (recordando a Wittgenstein), por lo que no dudamos en reivindicar (una vez ms) las limitaciones de nuestro proyecto, siempre enmarcado dentro de las ambiciosas aspiraciones que nos proponemos. Reconocemos la necesidad de una exhaustiva contextualizacin histrica, filosfica y cultural, y mostramos nuestro deseo de profundizar temticamente en las regionalidades implicadas; todo ello mientras especializamos nuestra formacin interdisciplinar, enfocando la filosofa como una "especializacin en lo general", como una metodologa atractiva para aprehender a sealar la Luna y contemplarla, con y desde todo nuestro carioso encanto. Actualmente ya no estamos indignadxs, sino que somos pequeas bombas de odio! Tenemos el corazn en un puo, vivimos la angustia de la sin-razn fascista y la consecuente resignacin nihilista de la poblacin ignorante que la sufre, atemorizada por el lenguaje-violencia de la metafsica cotidiana. Afirmar que ante todo no perdemos la ilusin por encontrar las claves para una vida virtuosa colectiva en conexin con la naturaleza, pues es dicha tradicin en la buscamos re-educarnos actualmente. No nos conformamos con encontrar dichas claves, pues Culturas anteriores ya nos dieron muchas pistas: lo necesario ahora es crear la energa suficiente para ponerlas de nuevo en valor. Para la transformacin de la Cultura necesitamos de la transformacin personal, de la transformacin de nuestra cultura particular, de nuestra forma de ser y hacer, de pensar y de sentir, la forma del ser-ah, sin abandonar las prcticas polticas que forjan la Cultura del grupo para ser-en-el-mundo de una manera ms placentera fsica y moralmente. Nos nutrimos pues de teoras eclcticas que funden el estatuto cientfico de la ontologa sobre pilares epistemolgicos simples e intelectivos: los que pudieran erigirse como "absolutos abiertos y flexibles, dbiles y contradictorios"; posibilitando la construccin armoniosa de las ontologas regionales (teologa) desde una perspectiva netamente anti-metafsica, vislumbrando la embriagadora tarea de iluminar la oscuridad que enreda las ciencias humanas en estos tiempos de ignorancia y odio. No vamos mal encaminados y as lo atestiguan los avances cientficos actuales. Nos ponemos manos a la obra: es en pleno siglo XXI que impera la prioridad de regenerar la conciencia humana mediante una nueva revolucin del pensamiento, aportando comprensiones axiolgicas de la crisis axiolgica en que vivimos, colaborando en una interpretacin de lo real ms consecuente con nuestras creencias heredadas y reconstruidas. Sentimos entonces el trasfondo vaco que se abisma cuando nos asomamos al pozo de nuestra libertad. No se presenta entonces el Derecho como "legitimacin metafsica de la violencia", sino como derecho/responsabilidad de anclar epistemolgicamente los derechos vitales

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    respecto de las posibilidades que nos ofrece naturaleza divina de nuestro entendimiento. Claro y neto es que el misticismo no existe, pues slo existen la luz y la oscuridad como caminos que se cruzan. No tratemos de desenredar dichas topologas, aventurmonos sin miedo a comprender sus relaciones. Por contra lo que si existe es la ignorancia, lo no conocido an, sentimiento que se expresa en diferentes niveles, pues siempre est ah, en mayor o menor medida, nos persigue, quiere devorarnos, y hay que luchar consigo mismo si se es alcanzado por ella. (La metafsica) "Necesita terminar su andadura trasladando la causalidad del sujeto agente potencial y productor de las sntesis imaginarias tcnicas y polticas, al campo mismo de la physis, desembocando en el macro-mito gensico como fundamento del racionalismo tecnocrtico, y marco de sentido de la racionalidad epistmica, subordinada al mito". (El nacimiento de la filosofa en grecia, Teresa Oate). Obvio que necesitamos analizar a fondo el conflicto de racionalidades que viven las comunidades humanas: presupuesto del FMI, 70% armamento; 10% Cultura. Tenemos el horizonte de comprender la escandalosa estafa que representa la paz social que vive al cotidiano, lleno de genocidio silencioso, tratando de legitimar autocracias populistas y teocrticas, todas ellas presas por-para el Poder-Dinero. Dicha barbarie de traje y corbata sigue como una ola transformndose y adaptndose sobre y para s, con tintes ya de ecofascismo planificado, y con ms peligro an pues recoge los frutos de un dominio domesticador que dura ya demasiados siglos. Necesitamos pues con urgencia reorientar la praxis humana por medio de la deconstruccin del pensamiento metafsico, colonizador y parasitario, deconstruccin de su (falsa) conciencia (destruccin del cogito). Deconstruccin tambin de la nefasta cultura consecuente y relativa a dicha calamidad. Como desahogo disfrutamos de un apoyo fraternal en las sabiduras antiguas y sus Culturas trgicas y ontolgicas, de tradicin animista y pagana, con el movimiento cultural que nos conmueve y re-educa hacia una progresiva radicalizacin de nuestra naturaleza libertaria. Como lo absolutamente otro tambin aqu-ahora. De forma austera hemos elegido 3 postulados elementales en los que apoyarnos de primera mano, de manera flexible y sin desvirtuar el estatuto orientativo que ofrecen dichas aportaciones. Esto participa en la relajacin de la guardia de defensa enemiga: ese formalismo positivista que slo vive y crece en un precario desarrollismo emprico. Estos postulados epistemolgicos se erigen por tanto como amplio horizonte de las posibilidades, de la suma, del complemento, de lo que quiere ser-vaco, la nada como s mismo. Estos postulados forman una digna trinidad que facilitar la comprensin de las mltiples triadas en las que se descompone nuestro mundo simblico atemporal, referenciando smbolos como la estrella de David (estre lla de Rosenzweig), el yin-yan u otros como la esvastika hind, los signos teosficos o la obra "hombre de Vitrubio" de Da Vinci. El caso es que nos decantamos por la posibilidad de comprender la jerarqua de lo real sobre la(s) realidad(es) por medio de smbolos, aceptando el arte de la metfora como madre de las oposiciones naturales existentes, mostrando una doble determinacin como auto-determinacin del kosmos sobre s mismo (hilozosmo). En la mesa tenemos la posibilidad del fundamento, del no-fundamento y la del ser como anti-fundamento; pero tambin tenemos otras muchas triadas que forman parte de la estructura primaria y que nos ayudan a seguir contextualizando la complejidad del mundo real: cuerpo-mente-conciencia, ser-dialctica-ente, mecanicismo-teleologa-teleonoma, gnoseologa-cognicin-cognoscitividad, alma-espritu y ser-aqu-ahora. Mucho por desglosar todava en el tablero de juego, as que prosigamos la explicacin de las casillas y sus condicionantes apriorsticos, principios que moldean nuestro camino (y nuestro caminar). Existencia y libertad, dos caras de la misma moneda.

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    En la construccin polidrica de nuestro mundo simblico queremos interpretar nuestros 3 postulados epistemolgicas en referencia a las 3 figuras geomtricas ms simples y populares: el crculo, el tringulo y el cuadrado. Relacionamos el crculo con los hechos, los fenmenos y las interpretaciones, que a su vez representan los principios del mecanicismo como circularidad primaria. Relacionamos el tringulo con el desarrollo lineal del espritu-mente, contrapuesto a la espiral que supone la evolucin consciente por medio del movimiento y la cultura, representada en este caso por medio del cuadrado como Ciencia, Filosofa, Arte y Religin. De momento slo sobran pre-juicios, y aqu-ahora vamos a construir los nuestros de forma racional (y si se puede de manera ms participativa), poniendo el conocimiento cientfico al servicio de una ptima y gozosa emancipacin libertaria de las personas. Ahora nos adentramos, sin prisa y con calma, alegremente en el barro, no por ello escatimando en atencin cautelosa. 1.1. Hechos, fenmenos e interpretaciones. El conocimiento cientfico es posible. Evidenciamos que es posible porque existe periodicidad en la Naturaleza. Toca preguntarnos entonces por los postulados epistemolgicos de los que partimos en nuestra investigacin; es decir, dando por evidente dicho conocimiento aunque sea mnimamente parcial de algo que es. Es por ello que nos interrogamos sobre cmo recibimos y estructuramos el conocimiento actual, el que tenemos ahora mismo y que ejerce de (pre)comprensin. En una primera divisin bsica hablamos de niveles mediante los cuales estructuramos lo que entendemos por conocimiento general, desde la existencia concreta hasta la abstraccin simblica que posibilita el raciocinio humano y el estatuto cientfico de la lgica. Estos niveles ayudan a presentar el estudio de los principios del conocimiento, que sern desarrollados ampliamente en sus apartados correspondientes. Toca comenzar por el punto de partida epistemolgico bsico, del cual argumentamos su desarrollo, pero del que lgicamente slo podemos apuntar ahora en resumidas cuentas, complementando su cientificidad a lo largo del proyecto. Comenzamos a introducirnos en nuestra forma de relacionarnos con el conocimiento y sus posibilidades, inclusive la de cuestionarmos su propia existencia, la del conocimiento mismo (no-fundamento absoluto para la ciencia). Hemos elegido 3 niveles conceptuales populares y ampliamente aceptados: hablamos de hechos (fsico-qumicos), de fenmenos (de conciencia) y de interpretaciones (razn, tendencia a la objetivizacin del conocimiento, posibilidad temporal de la ciencia-concepto). Tambin pudieramos relacionarlos matizadamente con los niveles lacanianos de lo real, lo imaginario y lo simblico, lo que a su misma vez nos ayudar a poder vislumbrar la realidad como "fraccionalidad porcentual", como guerra qumica de fuerzas fsicas, ampliando la perspectiva de las dialcticas metafsicas, y sin caer en psicosis paranoides de que todo es nmero. Para profundizar en dicha problemtica recomiendo la crtica aristotlica a los pitagricos, comentario que aparece en su libro mal nombrado "Metafsica". Acercndonos a un desarrollo ms amplio y caracterizado de los niveles de conocimiento propuestos definimos hecho emprico como el fenmeno fsico-qumico de transformacin material que se produce en un espacio-tiempo determinado. Por ejemplo, el compost es producido gracias a determinadas reacciones qumicas que se dan en la materia bajo ciertas condiciones fsicas. Lo que escapa a la conceptualizacin es un hecho emprico, poso de pureza en el que asentar nuestra radicalidad intelectiva. Debe quedar claro que lo no conceptualizable no lo es por imposibilidad de abarcar cuantitativamente sino por imposibilidad de ontizar cualitativamente lo no ontizable, lo que

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    conformara el patrimonio del ser y la nada, haciendo gala de lo que venimos contextualizando como diferencia ontolgica. Este primer nivel ser relacionado con todos los primeros niveles de las triadas lgicas que construimos como apoyo, relacionando dicho nivel elemental con la gnoseologa y la intuicin. Ulteriormente se posicionara la cognicin en relacin a los fenmenos de conciencia o la cognoscitividad en la referencia a la interpretacin. Como venimos diciendo esta misma estructura podemos trasladarla por analoga a otras muchas comprensiones simblicas de inspiracin trilgica. El hecho emprico puede representar el movimiento de todo lo que es. Vamos a comprender por correspondencia que el espacio y el tiempo son nociones impuestas por el sujeto (recordando a Kant, Bergson o Deleuze), lo cual es confirmado por el principio cuntico de incertidumbre de Heisenberg: existen imposibilidades reales de medir objetivamente el espacio y el tiempo en un momento concreto, adquirido siempre con un margen de error determinado, margen que representa el segmento de incertidumbre del espacio-tiempo, representacin filosfica de una cierta "nada" como trasfondo de la existencia fenomnica temporal: no olvidemos que las partculas tienen ms vaco que "materia". Definimos por contra fenmeno de conciencia como sntesis mental que se aparece a la conciencia en forma de imgenes simples. Se relaciona con el subconsciente como nivel primario de conciencia, hacindonos eco de Guattari y su interpretacin del subconsciente como esa regionalidad de la conciencia que escapa a la mediatez, atendiendo a la influencia que ejercen las determinaciones mentales sobre dicha regin. Como hemos dicho, podemos relacionar los fenmenos con la cognicin, atribuyndole un estatuto apriorstico de logos que desarrollaremos ms adelante, explicando ampliamente el proceso por el cual la mente (como puente check point) ontiza las sensaciones que le llegan de los sentidos, tratando de independizar unas de otras, dando carcter ntico a la sensacin bajo un determinado formato mental. Dicho proceso lo afirmamos como inmanente pero no como absoluto, pues las ontizaciones mentales apriorsticas son parte de los procesos naturales del pensamiento, lo que impiden la realizacin de ejercicios mentales de apertura, acciones encaminadas a limpiar el filtro mental y aumentar as la fluencia sensorial primaria como vinculacin a lo real. Los fenmenos de conciencia son fenmenos simples, y las interpretaciones no seran ms que una complejizacin y puesta en relacin de los diferentes fenmenos simples que manejamos, conformando superficialmente lo que podemos entender como nuestra realidad particular. No es un lastre para nosotrxs reconocer el estatuto subjetivo (arbitrario) de nuestras creencias, pues todo depende del cristal con que se mire. Damos la razn a Protgoras cuando dice que el hombre es medida, matizando nuestra interpretacin para evitar el escepticismo relativista. Creo que dicha comprensin puede ser recogida por nosotrxs pero haciendo atencin respecto a su contenido, pues el riesgo metafsico nos acecha constantemente. Continuando en esta lnea recordamos a Finkelstein cuando afirma que no hay hechos sobre lo que quieren decir nuestras palabras. Por ltimo Mara G. Navarro enfoca dicha problemtica sealando la inferencia deductiva como patrn lgico del proceso cognitivo denominado interpretacin. Por ello nos posicionamos a definir la interpretacin como fenmeno complejo de conciencia formado a partir de imgenes mentales (fenmenos simples), re-creando una nueva sntesis cognoscitiva (tendencia a la objetivizacin), actualizada y englobante de lo anterior, presentndose como resultado del carcter ontolgico de la sensorialidad (gnoseolgica). Todo ello por medio de la cultura de la conciencia como fenmeno simple de transformacin continua, siempre emergente. No se produce algo, sino que se asimila, se suma cualitativamente. Las interpretaciones no son objetos sino herramientas, no

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    son fines en s sino medios tericos que muestran la capacidad lgico-racional del ser humano como voluntad exegtica, voluntad para la comprensin del ser como smbolo "oculto" de la naturaleza. La postmodernidad entiende metafsicamente el "no hay hechos sino interpretaciones", llevando el absoluto al otro extremo, al que niega la verdad. Ontolgicamente dicha interpretacin filosfica de los principios del conocimiento implica que el conocimiento es medio y no fin, por lo que no puede nunca conformarse como absoluto la posibilidad escptica y relativista, y quizs s una postura algo ms pragmtica. Incluso desde una perspectiva ms radical pudiramos comprender que los primeros principios del kosmos se conforman como una especie de "multi-absoluto interdisplinar": dicha perspectiva trata de representar la nada en sus relaciones con el ser, pues stas no pueden ser aprehendidas nicamente por el concepto (interpretacin), sino que requieren una crtica radical de la propedutica cientfica, pues no se propone una negacin de su posibilidad material sino en s lo que se cuestiona es su simple posibilidad formal. Dicha flexibilidad fundamental nos impide (por suerte) recaer de nuevo en el absoluto abstracto y teleolgico que orienta todos los fenmenos de este mundo hacia un mismo destino. Aunque Nietzsche afirme que "tener experiencias es fabular" y bastante razn lleve, no por ello podemos negar la posibilidad del conocimiento cientfico. Otra cosa es el estatuto epistemolgico que le concedemos a dicho conocimiento cientfico. Por supuesto si imposibilitamos su pretensin de absolutismo formal, respondiendo as respecto de la posicin positivista. Nietzsche no niega la ciencia; simplemente porque sus primeros principios se asientan sobre la unidad de todo lo que es, lo que evidentemente no puede recaer sobre el caprichoso azar. Los diferentes niveles de conocimiento por los que apostamos interactan dialcticamente, entendiendo que la dialctica no son 2 elementos sino 3, proceso en el cual el 3 se identifica con el 1 impidiendo la estaticidad y determinando un movimiento continuo. Merecido tiempo requiere la re-constitucin de lo que pudiramos entender por (naturaleza) dialctica. La dialctica, desde una posicin hermenutica, pone en relacin a los participantes mediante sus recprocas determinaciones, suponiendo una cierta autonoma elemental y posibilitando un anlisis ms especializado de sus relaciones, anlisis ms concreto por interdependiente. Bosquejamos ligeramente dicha estructura interpretndola como un proceso de circularidad hermenutica (modal) de la naturaleza, entendiendo la naturaleza (physis) como relacin entre la nada y el ser, entendiendo por dialctica primaria la relacin trilgica nada-ser-nada. Dicha aportacin puede verse desvirtualizada por su escasa contextualizacin, pero es a ello que dedicaremos los captulos centrales de nuestra ambiciosa investigacin, comprensin que se tornar capital debido a la multitud de implicaciones teolgicas que conlleva (como determinaciones formales sobre el ser del ente posible). Sin perdernos en nuestro placentero paseo por el conocimiento y siguiendo al trote, podramos reconocer cognoscitivamente una dialctica primaria como hecho: fsica-qumica-fsica como representacin de la energa-materia-energa, proponiendo as un siempre emergente (regenerado) punto de partida. A continuacin pudiramos reconocer una dialctica apriorstica como fenmeno: fenmeno-hecho-fenmeno, evitando as las derivas mentales especulativas (metafsicas). En tercer lugar podramos reconocer una dialctica lgico-racional (reflexin comprensiva) como interpretacin, radicando dicho proceso en la dinmica conformada entre interpretacin-fenmeno-interpretacin, concedindole a la mente un lugar clave (puente-filtro) en la teora del conocimiento. Ms generalmente y de forma abstracta podramos concluir que dichas propuestas pudieran favorecer una dialctica metafsica, atribuyndole al carcter terico una cierta jerarqua teleolgica. Pero lgicamente

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    no habra fundamento para la evolucin si as fuera, pues sta es posibilitada nicamente gracias al carcter contradictorio de las sntesis existentes, lo que nos obliga a postular la supremaca contradictoria de los fenmenos simples sobre los fenmenos complejos (como interpretacin racional). Siendo as reivindicamos la supremaca de los hechos por encima de los fenmenos particulares y las interpretaciones colectivas, esclareciendo de antemano que nuestra posicin trata de inhabilitar los proyectos radicados en pretensiones absolutistas. Por ejemplo, hecho-fenmeno-interpretacin muestra que la llegada y la partida se identifican, precisamente relacionados por medio del estatuto flexible y temporal que aportamos a la interpretacin cognoscitiva, sealando el hecho fsico-qumico como abrevadero de la razn. Sin embargo, desde la posicin del cogito-ego se presenta dicha dialctica como interpretacin-fenmeno-hecho. Qu es lo que no cuadra? Que el hecho emprico habita la diferencia ontolgica y es inalcanzable desde la mente y la razn, por lo que la nica dialctica posible respecto del conocimiento sera fenmeno-interpretacin-fenmeno, entendiendo fenmeno como la aprehensin del hecho por parte de la mente (proceso apriorstico). Continuamos entonces abriendo las posibilidades que trabajan en la ampliacin del flujo sensorial, posibilitando un desarrollo evolutivo ilimitado gracias a la supremaca contradictoria del mundo sensorial, mostrando la superioridad ontolgica de dicha contradiccin sobre la sntesis temporal que supone la mente como conciencia. Volvemos sobre nuestra propia perspectiva para apoyarnos en fenmenos cunticos que confirman dichas posibilidades: por ejemplo en la teora del color de Goethe, anteriormente citada por su clarividencia y luminosidad, conclusin que se afirma relacionando percepcin subjetiva y creacin de imagen mental, reafirmando por ende que es "el espritu el que crea el mundo" (recordando a Budha). Como hemos bien apuntado antes tambin el "todo depende del observador" de Einstein prosigue dicha lnea de investigacin. Es por tanto imprescindible guardar la calma y no acelerar el paso, pues se requiere de mucha paciencia para auto-construir caminos propios, elaboraciones colectivas que aportan luz ante la oscuridad implacable de la metafsica, aunque , obviando que lo fcil es negar nuestra responsabilidad frente al mundo en que vivimos, pensando una vez ms que lo cmodo es transitar los lmites que otrxs han marcado. Continuamos todxs en ruta? Prosigamos entonces con paso firme... Este interesante (y capital) postulado implica principalmente que para nosotrxs la realidad no comienza en la naturaleza (innatismo metafsico) sino en la Naturaleza (cultura), apoyndonos en las comprensiones husserlianas de que la conciencia siempre es conciencia de algo (intencionalidad primaria). Ello colabora en la negacin del antropomorfismo lgico de la metafsica y tambin en el rechazo de la moral vegetativa que dicho estatismo nos propone. Con esto comenzamos alimentando las inquietudes sartreanas de que la conciencia puediera ser ms bien la nada que algo. Rechazamos por ende una vez ms la dialctica platnico-hegeliana que nos lleva a la sntesis absoluta, al Ser (maysculo), forjando nuestra apuesta por un absoluto temporal, contradictorio, flxible, dbil, frgil, compartido, militante, vital, y nunca dogmtico o definitivo: simplemente vlido aqu y ahora. As abrimos nuevas vas de ser y hacer, ms alegres y placenteras modalidades de pensamiento, vas para detenernos y reflexionar, para sentir. Nuestro objetivo: vivir intensa y cualitativamente; aunque pronto necesitaremos afirmarnos a travs de la muerte como lmite (trgico como entiendes los griegos a travs de Apolo y Dionisos).

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    1.2. Desarrollo evolutivo del pensamiento. Iniciamos nuestra investigacin cautelosamente, apoyndonos en comprensiones (cientficas) ampliamente aceptadas. Desglosamos ahora el segundo postulado propuesto, el cual propugna la posibilidad del desarrollo evolutivo de lo particular, en referencia a una potencia que deviene acto. La discusin slo la presentamos, pues seguiremos desglosndolas en los apartados dedicados a la mtica Historia Universal del Hombre y a la hermenutica historicidad de las Culturas (individuales y colectivas). Nos posicionamos entonces sobre la evidente materialidad histrica, sin por ello implicar contenidos a priori sobre dicha cuestin. No sera ya el materialismo histrico junto a sus residuos metafsicos sino que nos centramos en la culturalidad de la evolucin, evitando la linealidad hegeliana que culmina en el absoluto sinttico. Venimos a contexto respecto a nuestro segundo postulado, concluyendo que no venimos a consumir los hechos del pasado, sino a darles vida. Reconozco la delicadeza de este postulado por el riesgo metafsico que conlleva y no rechazo la especial aversin que se le puede aplicar desde la ontologa ms crtica, por lo que pido una especial epoh al respecto. Por otro lado es obvio no slo su carcter necesario sino que evidenciamos su existencia por medio de la materialidad cultural que nos atraviesa, la cual es innegable. Por medio de esta flexible conceptualizacin recogemos el carcter ascendente del desarrollo evolutivo particular del ser humano, o al menos identificamos la teleologa espiritual con la tendencia hacia el conocimiento o tendencia hacia la verdad como perfeccin. Reconocemos parcialmente la existencia humana como teleolgica, no slo por su biologa sino tambin por su cognoscitividad cultural y su intelecto. Quiero acordarme as de la triada aristotlica potencia, forma, acto; pues estamos reconociendo que hay algo en el ser humano que huele a sntesis, algo que puede apestar hegelianamente. Para ello siempre es bueno comprobar si los malos olores estn alrededor o ms bien en nuestra nariz. Nos corresponde pensar que si la interpretacin representa la sntesis racional, lgicamente el espritu (como particularidad) representa una especie de sntesis cognoscitiva. Ello nos ayuda a ir vislumbrando un concepto de espritu no como contradiccin que termina disolvindose en la sntesis del absoluto, sino ms bien como una sntesis temporal siempre emergente, afirmada por medio de la dialoga comunicativa que posibilita la interpretacin, la cual representa una sntesis anloga al espritu como mente y como conciencia (ntica). Las distintas clasificaciones de la sucesin histrica en Edades se dividirn en: progresivamente ascendentes, progresivamente descendentes o circulares. La primera es la que ofrece el cristianismo y el positivismo, la segunda la que ofreca el mito de las edades de Hesodo. Las ltimas vienen prefiguradas por el esquema del desarrollo biolgio individual: nacimiento, infancia, adolescencia, juventud, madurez, vejez y muerte. De seguirse este esquema en la Historia se dir que las Culturas, los Estados o los Imperios nacen, crecen, tienen su apogeo y mueren. Splenger en su obra La decadencia de Occidente recoga semejante caracterizacin organicista para las colectividades y tambin sera sta la propuesta de Maquiavelo y el ltimo Nietzsche. (Del materialismo histrico a la ontologa hermenutica, Simn Royo). En relacin a nuestro posicionamiento tomamos como referencia algunas notas de Mara G. Navarro, que en su artculo Epistemologa del razonamiento y la cognicin en el debate historiogrfico analiza dicha cuestin partiendo de una (posible) visin unitaria de lo histrico, interpretacin ms cercana a la gnoseologa que al historicismo objetivista. Al igual que nos muestra Gadamer, Mara afirma que todo razonamiento conlleva un posicionamiento, concibiendo el conocimiento histrico como una especie de auto-poiesis (auto-creacin). Por ello trabaja en el esclarecimiento de los sesgos cognitivos y las

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    ilusiones inferenciales de la interpretacin histrica, concluyendo en la inexistencia del acontecer histrico como fenmeno, acercndose as a posiciones deconstructivistas. Pero si hay devenir habr progresin, no necesariamente idntica a nivel ontolgico y a nivel gnoseolgico, ya que resulta ms sencillo que una sociedad descienda de la civilizacin a la barbarie que un individuo descienda del saber a la ignorancia. La progresin es circular en el sentido en el que cada final es un nuevo principio, de modo que la imagen grfica del proceso que podramos hacer al respecto sera ms bien la de una espiral, siempre abierta, mejor que el de una pirmide, que estara cerrada e incluira la sugerencia de jerarqua y ascendencia lineal. Ascensin lineal y verticalidad de una parte tomada como el todo son los dos errores ms difciles de erradicar de las concepciones filosficas que se han enfrentado al problema del cambio y un buen ejemplo de ello lo tenemos en el materialismo histrico (Del materialismo histrico a la ontologa hermenutica, Simn Royo). Bistur en mano, nos ponemos manos a la obra con la delicada operacin, intentando reconstruir los tejidos an no putrefactos del pensamiento actual. Ante todo reconocer que de Hegel nos valen muchsimos apuntes, pues puede considerarse un excelente conocedor de la filosofa y el espritu, especialmente de la Teologa como estudio de la Sustancia. Sin excedernos eufricamente y en contra del absoluto sinttico de la dialctica platnico-hegeliana podemos ir garabateando el ser no como la sntesis de las contradicciones (metafsica de la razn pura) sino como las contradicciones necesarias para no caer en una estaticidad sinttica ilusa e imaginaria (ontologa del movimiento, lo cuntico). Comenzamos a postular un absoluto abierto por contradictorio, no dogmtico, que ofrece amplias posibilidades evolutivas, y que podemos ir relacionando con la nada, el ser y la dialctica, pero que por ahora se vela confuso. Requerimos una caracterizacin de los conceptos que manejamos, prestando atencin a la epoh que estamos realizando respecto a las palabras de las que nos servimos. Especial suspensin del juicio de valor frente al absoluto que estamos proponiendo, pues es la comprensin capital que dirige nuestra categorizacin teolgica, representando la diferencia ontolgica como lmite que une y separa a la vez a travs del acontecer de la verdad y la perfeccin. Volviendo a la tierra tratamos de concluir en el reconocimiento de la evolucin histrico-cultural, al menos respecto del sujeto particular y de la comunidad de la que dicho sujeto forma parte, apelando a dicha historidad material inherente a la cultura. sta se muestra por la simple evidencia de nuestra forma biolgica, y en que existen ascensiones cognoscitivas (y cognitivas) de carcter teleolgico que podemos identificar con la gradualidad que nos acerca al conocimiento comprensivo, dibujando una identidad flexible que se abra a nuevas posibilidades de ser. Recordamos una vez ms la suspensin temporal del juicio (de valor absoluto) que requieren ciertas investigaciones. An ignoramos las relaciones posibles entre los conceptos que estamos empezando a configurar, pero poco a poco se irn desenredando gracias a nuestro especializado estudio. Una buena disposicin analtica implica tener limpia la habitacin antes de meter los muebles. Comprendemos al espritu como linealidad, y tambin reconocemos cierta linealidad en la conciencia; por lo que prosiguen su desarrollo las diferentes cuestiones abarcables sobre el espritu y la conciencia, sobre la teleologa en s misma (sobre su estatuto ontolgico), las cuales sern ampliamente trabajadas en apartados posteriores. Por el momento apuntamos que la linealidad espiritual puede entenderse como mente particular, como una materialidad que se trabaja y evoluciona, como un intentar tener el hacha afilado, dejando al margen la objetividad alcanzada con los cortes. Al igual que el resultado de esta investigacin, que no trata de producir un simptico tratado sino que basa su esfuerzo en el desarrollo de una mejorada y re-actualizada capacidad (auto) crtica, alumbrando nuestra radicalidad y su

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    carcter exegtico impuesto por nuestra modalidad de percibir. Tampoco hemos identificado la parcialidad teleolgica del espritu con un desarrollo social determinado, pues ello no se concluye de nuestro anlisis, sino que ms bien nos decantaramos por una relacin simbitica marcada por la cultura como proceso: los individuos afectan al grupo pero el grupo tambin afecta al individuo. Por contra, como afirmaba Simn Royo, es ms posible llegar de la civilizacin a la barbarie que caer desde el conocimiento a la ignorancia (algo que reconozco como imposible, sin por ello reconocer amplios mrgenes de movimiento entre la muy posible gradualidad consciente). Por ejemplo, un estadio depresivo puede ser prembulo de un prximo despegue espiritual y no tiene por qu interpretarse como un retroceso. Tampoco rechazamos la posibilidad de que una persona, dentro de una etapa determinada de su vida, pueda desarrollar una moral inadecuada a su naturaleza muy por encima del cultivo de las virtudes, siempre que entendamos las etapas dentro de un proceso general ms amplio de emancipacin por medio de la experimentacin directa de la verdad. El capitalismo aprovecha para desarrollar los bajos instintos ms que el intelecto, y mediante la cultura de masas puede llegar a domear la conciencia particular y tambin la colectiva, desembarcando en lo que entendemos como nihilismo, afirmando una vez ms la imposibilidad de un nihilismo positivo. Por todo ello y ms concluimos que no es posible fundamentar una teleologa universal (colectiva) del ser humano, lo que no impide reconocer la determinacin teleolgica que colabora en la configuracin de los sujetos particulares. Podramos identificar en este caso la teleologa como un universal-abierto, liberando al concepto de todo vestigio metafsico. Desde la ontologa tratamos de trabajar la idea de unidad desde lo inmaterial, rechazando las jerarquas que proponen una hipstasis general del fenomenismo cultural. Gracias a Nicolai Hartmann y al concepto de teleonoma desarrollado por Jaques Monod podemos comprobar que es posible superar la concepcin absolutista de la teleologa sin por ello vernos obligados a desecharla por completo, posibilitando una determinada libertad particular (y por ende colectiva) desde la cultura como movimiento de transformacin, fusionando los horizontes entre teleologa y transformacin aqu-ahora (teleonoma). Interpretamos la cultura como proceso de transformacin ntegro (interno y externo), por ende como la negacin de una teleologa universal absoluta, lo que tampoco implica el rechazo a una teleologa universal: universalidad de lo particular, entendiendo lo concreto como lo universal, enfocndonos en una teleologa flexible, interpretada, dialgica, comunicativa, orientada en el/los sentido/s, la cual lgicamente tendra determianciones modales y no fenomnico-materiales (incluyendo la moral). Frente a la diferenciacin de posibles niveles de conciencia (consciencia, relativa al movimiento ontolgico), evidenciamos que hay conciencias ms evolucionadas que otras, y tambin afirmamos por consecuencia que existen Culturas (o formas particulares de hacer y sentir) ms avanzadas que otras, al menos en aspectos prcticos. Dichos procesos culturales no son absolutos, pues no podemos negar su contingencia histrica, especialmente en relacin a una teleologa colectiva. Tampoco negar por supuesta evolucionar en grupo, transformando dicha contingencia en una posibilidad real (realizada conscientemente). Dicha perspectiva posibilita comprender que lo pretrito pueda ser ms avanzado en cualquier aspecto que la contemporaneidad ulterior. No negamos el sentido de los grupos humanos, sino que tratamos de limitar sus posibles pretensiones absolutistas, menos an aceptar sus implicaciones fenomnicas y su posible moral. Sabemos que mucho conocimiento terico no equivale a una buena prctica; la Cultura judeo-cristiana lo demuestra, pues pese a su conocimiento terico sobre fsica, qumica, matemticas o biologa no consigue transformarlo en sabidura prctica, chocando siempre con las mismas piedras, y optando por negar los obstculos en vez de enfrentarlos con las herramientas

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    que ahora disponemos (que no son pocas!). Dentro de una Cultura siempre nos toparemos con la contradiccin que suponen los fenmenos culturales. Es por ello que debemos considerar como errnea la suposicin que interpreta la muerte de una determinada Cultura debido a la aparicin de una nueva Cultura emergente, sino que interpretamos que todas las Culturas mueren por el efecto de auto-asfixia, por propia corrupcin, abatida por las contradicciones culturales que alberga en su interior, y no como consecuencia del fenomenismo externo. Reconocemos que hay lucha de Culturas, pero ms a nivel interno que externa, precisamente porque de alguna manera estamos relacionando conciencia y cultura, ontologizando as los fenmenos culturales tomados en consideracin. Estamos entendiendo el espritu como una moneda que tiene dos caras: una ntica, relacionada con la menteconciencia (ego); otra ontolgica, relacionando la sensorialidad con la consciencia. Evidenciamos la posibilidad de la conciencia como cientificidad del conocimiento, reconociendo el desarrollo espiritual que ello supone. Pero es por medio de la consciencia que la conciencia evoluciona, tornando la linea recta (teleolgica) en espiral de movimiento (teleonmica), dotando a los procesos fenomnicos particulares de un sentido de conjunto ms amplio. Es obvio que la consciencia es ascendente y nunca descendente (nunca tenemos menos consciencia que ayer); simplemente nos estancamos en segmentos evolutivos con mltiples posibles a desarrollar, caminos que no siempre llegan a buen puerto. La linealidad ascendente de la conciencia particular posibilita que haya Culturas ms avanzadas que otras; podemos comprobarlo en la actualidad. La transformacin de la conciencia no se produce en el fenmeno de la Cultura (pico intelectual, nivel de comprensin) sino mediante el fenmeno de la cultura (aplicacin prctica de dichos conocimientos). Todo ello nos lleva a comprender que el avance de la conciencia, ya sea particular o de forma colectiva, tiene carcter cualitativo y no cuantitativo. Dicho proceso en espiral relaciona, estructura y armoniza el sujeto, pues como bien hemos dicho antes, la linealidad teleolgica refiere a lo trascendente y la praxis teleonmica se identifica con lo inmanente (la cultura como transformacin). Concluimos confirmando que desde nuestra perspectiva es el carcter cualitativo de la cognicin (trascendentalidad del fenmeno, ser del ente) el que prevalece sobre la acumulacin cognoscitiva especializada (presentada como interpretacin). As es como queremos desarrollar nuestra posicin. Nos enfrentamos entonces a la necesidad de (re)conceptualizar conceptos clave en nuestra forma de hacer filosofa, conceptos clave de nuestro pensamiento y nuestra historicidad fenomnica y material. No sin una renovada caracterizacin de sus contenidos, vamos a seguir sirvindonos de conceptos como los de conciencia o espritu, ser, dialctica, etc. Por ello recordamos la epoh temporal que venimos ejerciendo. Pues no hay sociedad ms mtica (dogmtica y anti-cientfica) y mstica (ignorante, sin-lmite) como la metafsica en su esplendor actual: puro fascismo genocida, miedo en accin, materialismo intelectual, odio a la vida podamos concluir. Adelantamos que desde nuestra perspectiva interpretamos la metafsica como una "enfermedad o afeccin mental producida por falacias lgicas del pensamiento, relacionadas con el deseo oscuro de inmortalidad material que habita en lo ms profundo del ser humano". Todo nuestra aportacin podramos identificarla como una renovada crtica de la metafsica, prosiguiendo dicha investigacin un carcter cada vez ms integral de dicha enfermedad mental, interpretando dicho conjunto de fenmenos a travs de una mejorada ontologa (armonizada como hermenutica, como modo de la diferencia, como patrn de lo multiple-posible). Por ello vamos a profundizar en la deconstruccin del pensamiento metafsico, y entre las muchas comprensiones paradjicas de la metafsica encontraremos la teleologa universal de la que ahora hemos tratado, que supone de alguna manera la (definitiva) negacin de la cultura, de los niveles de conciencia e incluso de

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    la propia transformacin personal. Es por ello que este proyecto basa gran parte de su esfuerzo en la prioritaria deconstruccin de tan ptrida, moribunda y parasitaria forma de percibir lo real. 1.3. Ciencia, Filosofa, Arte y Religin. Como tercer postulado presentamos, con eminente carcter cognoscitivo (y no cognitivo), consideramos a la ciencia, la filosofa, el arte y la religin como los 4 mbitos constitutivos de la existencia humana como Cultura, representando la diversidad natural de los fenmenos culturales que se aparecen a nuestra conciencia. Entendemos entonces que todos los fenmenos podran interpretarse desde dicho prisma geomtrico. Para ello seguimos definiendo y matizando nuestros conceptos, como el de cultura, refirindonos ahora a sta como ontizacin apriorstica (fenmeno) que resulta de la interaccin entre conciencia y la materialidad real, entre Naturaleza y naturaleza. Al fenomenismo "temporalmente establecido" en estos 4 campos lo llamamos Cultura, prisma que engloba la praxis del sujeto y sus allegados interactivos, lxs cuales (con)forman una Comunidad. Estos 4 mbitos pueden representar los pilares cognoscitivos que sustentan cada Cultura (particular o colectiva), sin la necesidad de orient